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TEMA: “EL HOMBRE D ELA MANO SECA”

CITA: Marcos 3:1-6

INTRODUCCIÓN: Los fariseos deseaban acusar a Jesús de alguna falta contra la


Ley de moisés y le “asechaban” para ver si transgredía el mandamiento de
guardar el día de reposo. Jesús en la sinagoga vio a un hombre que tenía la mano
“seca” (paralizada) con la misericordia de la que siempre dio ejemplo, le habló:

I. El llamado santo

El pasaje no registra que el enfermo hablara con Jesús, no dice que le pidió por su
sanidad; fue el Señor quien le dijo: “Levántate y ponte en medio” (v.3). Es
maravilloso que la humanidad nunca buscara un Salvador, antes bien, el Salvador
vino a la humanidad a “Buscar y salvar lo que se había perdido”. Si quisiéramos
explicar el llamado de Jesús al hombre de la mano seca, lo expresaríamos así:
“Levántate y ponte al alcance de mi misericordia”.

II. La pregunta a los religiosos

v.4 “¿Es licito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal…” Y los religiosos no
respondieron palabra. La religión establece normas que impiden al hombre recibir
bendición de parte de Dios. Jesús entristecido por la dureza de sus corazones, le
dijo al hombre que extendiera su mano y esta fue sanada al instante.

III. La obra redentora de Jesús

Hace veinte siglos que apareció el Hijo del Hombre para dar oportunidad a todo
pecador que se arrepienta. La Biblia dice que no hay justo ni uno sólo, por cuanto
todos pecaron y están destituidos de la gracia de Dios. No obstante, la venida del
Hijo de Dios para pagar todo pecado cometido por nosotros, nos abre las puertas
del perdón y del favor de Dios.

APLICACIÓN:

1. La oferta de Jesús de hace dos mil años es la misma para hoy. “Ponte al
alcance de mi misericordia”.
2. Si reconocemos que no hemos sido fieles seguidores de Dios, también
reconoceremos que hemos pecado; y,
3. Reconocer nuestras fallas y pedir perdón, es ponernos al alcance de su
misericordia.

OFRENDA: Salmo 96:7-9

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