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MANUAL DE TÉCNICAS DE TRABAJO VERTICAL


MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

INDICE
INTRODUCCIÓN AL USO DEL MANUAL

I. DEFINICIÓN Y CARACTERISTICAS

1. Historia y evolución de los T.V. Pág. 3


2. Marco Normativo Básico Pág. 7
3. Campos de aplicación. Pág. 9
4. Definición del Sistema Pág. 10
5. Formación Pág. 12

II. EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL Y EQUIPOS DE TRABAJO

1. Normativa aplicada sobre equipos de Protección Individual Pág. 19


2. Equipos de Protección Individual contra caídas Pág. 25
3. Equipos de trabajo Pág. 36
4. Otros Equipos de Protección Individual Pág. 46
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5. Equipos no permitidos Pág. 48


6. Mantenimiento, conservación y control del equipo. Pág. 50

III. CONOCIMIENTOS DEL NIVEL OF BASIC

1. Utilización de Sistemas Anticaídas. Pág. 57


2. Utilización de Sistemas de Sujeción Pág. 66
Maniobras básicas de ascenso y descenso. Pág. 66
Maniobras avanzadas de paso de obstáculos. Pág. 74
3. Manipulación básica de cargas en altura. Pág. 87
4. Evacuación Urgente. Pág. 91
5. Método de trabajo. Pág.104
6. Seguridad ante situaciones climáticas Pág.106
Anexo. Errores frecuentes Pág.110

IV. CONOCIMIENTOS DEL NIVEL OF – II

1. Anclajes Pág.113
2. Comportamiento de los materiales Pág.124
3. Progresiones Avanzadas y Especiales. Pág.148
4. Manipulación de cargas pesadas en altura. Pág.167
5. Rescate avanzado. Pág.170
6. Organización de Recursos. Pág.182

V. CONOCIMIENTOS DEL NIVEL OF – III

1. Situaciones Especiales de Trabajo. Pág.194


2. Normativa y legislación. Pág.210

VI. ANEXOS

1. Índice normativo. Pág.226


2. Bibliografía de interés Pág.227

© Asociación Nacional de Empresas de Trabajo Vertical (ANETVA)


MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

INTRODUCCIÓN AL USO DEL MANUAL


El presente Manual está concebido como herramienta de apoyo para las personas que
realizan o han realizado formación específica, tanto teórica como práctica, para la realización
de Trabajos Verticales. Así mismo, pretende unificar criterios sobre las técnicas
habitualmente empleadas y sobre los procedimientos de obligado cumplimiento en los
Trabajos Verticales.

Se encuentra estructurado en bloques de contenido que corresponden a cada uno de los


niveles formativos de capacitación, establecidos por ANETVA. Las técnicas y métodos de
utilización de equipos durante el desplazamiento por cuerdas, están desglosadas paso a
paso, para facilitar la comprensión y sobretodo, el repaso posterior a la formación, por parte
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del alumno. Las imágenes que aparecen como apoyo al texto pretenden recoger momentos
concretos de las maniobras, de especial interés o importancia para el desarrollo de la misma,
pero en la mayoría de los casos no intentan reproducir toda la secuencia completa de cada
técnica.

A través de las técnicas de Trabajos Verticales pueden realizarse una gran variedad y
tipología de trabajos. Esto hace que para llevar a cabo un trabajo concreto pueda ser más
recomendable una técnica determinada, en detrimento de otra. Por ello la descripción sobre
técnicas y utilización avanzada de equipos, se exponen de una forma aséptica, es decir,
describiendo los pasos para su realización, sus limitaciones o particularidades, pero sin
asignarla a una situación de trabajo en particular. Debe ser misión del Técnico en Trabajos
Verticales, en el ejercicio de sus competencias, determinar cual es el método más adecuado
para su situación de trabajo, dentro de los parámetros de seguridad planteados en este
Manual.

En este sentido y vista la gran variedad de situaciones, en el presente documento no se


tratarán aspectos de índole gremial de los diferentes oficios implicados en los Trabajos
Verticales (albañilería, pintura, limpieza etc.), sino que se describen las técnicas necesarias
para acceder y posicionarse con seguridad al lugar de trabajo, sea cual sea la tarea que se
deba realizar.

Los métodos de trabajo y las técnicas expuestas en el presente Manual ofrecen soluciones
para la inmensa mayoría de las situaciones de trabajo que pueden presentarse. De entre la

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gran variedad de técnicas, método y maniobras con cuerdas, se han seleccionado las que a
juicio de los autores, mejor combinan sencillez, seguridad y operatividad. Pero esto no
significa que sean las únicas soluciones posibles para realizar de forma segura un
determinado desplazamiento por una cuerda o solventar una situación de rescate, por
ejemplo. Será responsabilidad de cada empresa elegir y establecer los métodos más
adecuados respetando los criterios de seguridad establecidos en el presente Manual y la
legislación vigente de referencia, pero pudiendo compaginar ésto con el “uso tradicional” que
en la demarcación geográfica se aplique, con determinadas preferencias de trabajadores o
con criterios de operatividad.

Por todo lo expuesto, es importante señalar que la lectura y comprensión del texto por parte
del lector, sin lugar a dudas aportarán a éste una amplia información a cerca de las
particularidades, características y posibilidades que ofrecen los Trabajos Verticales. Pero por
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el contrario, la mera lectura por sí misma, en ningún caso aportará los conocimientos
necesarios para llevar a la práctica en situación de trabajo real, las técnicas aquí descritas,
salvo que se disponga de experiencia suficiente y formación adecuada. Los trabajos
verticales son un método de trabajo eficaz y seguro si se aplican todas las medidas
necesarias, pero una persona puede exponerse a grandes riesgos si utiliza este método de
trabajo careciendo de la formación y conocimientos necesarios. Por todo ello, los autores
declinan toda responsabilidad por un uso incorrecto o una mala interpretación de lo contenido
en el presente Manual.

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CAPITULO I

CAPITULO I DEFINICIÓN Y CARACTERISTICAS

1. LOS TRABAJOS VERTICALES. HISTORIA Y EVOLUCIÓN

Decir que los Trabajos Verticales (TV) son


tan antiguos como el hombre, puede
parecer un poco presuntuoso pero no es
así. Nos ha llegado la acreditación de estas
actividades a través de pinturas rupestres,
con varios miles de años de antigüedad.
Pinturas que nos relatan cómo especialistas
de la época recolectaban la miel de las
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abejas, que construían sus panales en


cuevas a más de 40 metros de altura, colgados a través de lianas y precarias escalas. A lo
largo de la historia, en todas las grandes construcciones (pirámides, acueductos, catedrales,
puentes, etc.), siempre ha sido necesaria la participación de trabajadores que realizaban su
trabajo, colgados de una cuerda.

Podríamos considerar que los trabajos verticales, con una concepción moderna, comienzan a
aflorar a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, con la construcción de nuevo, de
grandes obras e infraestructuras. Por un lado, las ciudades empiezan a crecer y desarrollarse
en altura, además la explotación de recursos naturales exige de construcciones cada vez más
complejas.

En 1887 comienza la construcción de la torre Eiffel realizándose trabajos de altura y verticales


sobre estructuras de 300 metros de altura, el doble que cualquier edificio construido hasta la

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CAPITULO I

fecha, esta obra concluyó en 1889. Entre 1927 y 1941 se lleva a


cabo en los Estados Unidos la escultura más grande del mundo,
se trata del monte Rushmore en el Estado de Dakota del Sur
donde se encuentran representados, labradas en la roca, las
caras de cuatro presidentes de los Estados Unidos, a una altura
de 120 metros y cuyos rostros miden 18 metros cada uno. Estas
gigantescas obras obligaron a contratar personas
acostumbradas a colgarse de cuerdas en una montaña, para
sujetar estructuras, colocar anclajes y realizar trabajos
concretos.
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En Europa, la semilla de este método de trabajo, arraiga de manera


definitiva con la construcción de las nuevas estaciones de esquí. Hay
que colocar pilonas y tirar cable en zonas salvajes y abruptas. La
contratación de alpinistas, escaladores o espeleólogos con
conocimientos en construcción, es casi obligada. El renacimiento
económico tras la II Guerra Mundial, impulsa de nuevo las grandes y
difíciles construcciones, que requieren de personas que realicen
trabajos en lugares de difícil acceso. La contratación de personal,
proveniente del mundo del Alpinismo, Escalada o Espeleología,
comienza a convertirse en habitual.

Estos colectivos de deportistas están muy acostumbrados a manejar material de seguridad en


condiciones difíciles. Las Federaciones Deportivas nacionales se agrupan en una asociación
internacional, la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (U.I.A.A.), que entre otras
cosas, financia laboratorios para la realización de pruebas para el testado de seguridad de los
materiales de montaña y expide un sello de calidad para aquellos materiales que superan las
pruebas. La aparición del sello UIAA en los productos de escalada fue una gran novedad y
una excelente apuesta por la normalización de la calidad de los materiales de los que

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CAPITULO I

depende la seguridad de las personas. Hay que decir que en algunos casos, las pruebas de
la UIAA para la obtención de este sello de calidad, que aun se mantiene vigente, son incluso
más exigentes que las actuales normas europeas EN, de las que hablaremos más adelante.

Poco a poco, el empleo de este tipo de técnicas se va generalizando. Son realizados por
personas serias y competentes, no en vano muchas de ellas son grandes profesionales con
amplia experiencia y formación gremial en diferentes oficios. Tienen muy pocos accidentes y
constituyen una alternativa mucho más rápida, limpia y económica, que la colocación de
andamios, para la realización de numerosos trabajos de rehabilitación y mantenimiento de
edificios y estructuras. Como es de suponer, aparecen las primeras empresas especializadas,
que ofertan este tipo de servicios, utilizando técnicas de progresión por cuerdas y materiales
importados del ámbito deportivo.
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Los trabajos de mantenimiento en lugares de muy difícil acceso, necesarios en las


plataformas petrolíferas del Mar del Norte, durante la década de los 70, son realizados por
empresas cada vez más especializadas en la utilización de técnicas de trabajo vertical. Esto
provoca que desde el Departamento de Seguridad e Higiene británico se plantee la necesidad
de garantizar la seguridad de estos trabajadores, durante la realización de trabajos
suspendidos sobre cuerdas. Para responder a esta exigencia se crea IRATA (Industrial Rope
Access Trade Association), que podríamos traducir como la asociación de empresas
especializadas en trabajos utilizando cuerdas. Esta asociación se encarga en el Reino Unido,
de establecer y verificar la formación necesaria, regular las prácticas y criterios que deben
cumplir las empresas que utilizan técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas.

En España, el desarrollo de los TV tendría que esperar al comienzo de los años 80, pero en
pocos años, estas técnicas, se convierten en la única solución viable, para una gran cantidad
de comunidades de vecinos, que llevan años soportando los problemas generados por el
deterioro de los edificios, sin poder hacer frente al desembolso y complicación que significaba
poner un andamio, hasta un décimo piso para hacer un sellamiento o un cambio de bajante
en un patio interior. Incluso las grandes empresas empiezan a confiar en estos especialistas
tareas de responsabilidad que, realizadas de otro modo, tendrían un altísimo coste. El tiempo
va pasando y estos nuevos profesionales en España, también están a la altura de las
circunstancias en todos los aspectos: profesionales, de calidad y de seguridad. Las obras son
resultas con eficacia y el índice de siniestralidad laboral es muy bajo. Han pasado apenas 10
años y a comienzos de los ’90 los Trabajos Verticales se han implantado como un método de
trabajo real y contrastado. Eficaz y Seguro.

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CAPITULO I

A mediados de los años noventa, cuando el Estado


Español comienza a adaptar directivas europeas a su
ordenamiento jurídico y legislativo, los Trabajos verticales
gozan de muy buena salud. El número de empresas ha
crecido espectacularmente (hablamos de más de 100)
muchas de ellas se han puesto de acuerdo, en 1993, para
formar la asociación profesional A.N.E.T.V.A, Asociación
Nacional de Empresas de Trabajo Vertical y en Altura, que tiene entre otros objetivos
colaborar en la adecuada regulación de este nuevo sector, propiciando un proceso similar al
ocurrido en el Reino Unido.

De forma paralela a este proceso, el Mercado Común Europeo empieza a dar paso a la Unión
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Europea, con un concepto más amplio de relación entre los estados miembros. Hay que
armonizar realidades diferentes, normalizar legislaciones procesos de control de la calidad
etc.. A finales de los 80, una vez constituido el Parlamento Europeo, éste tiene como una de
sus misiones, elaborar Directivas de obligado cumplimiento, que faciliten la adecuación
legislativa a un marco común, de cada uno de los estados miembros.
La seguridad y salud en el trabajo será una de las cuestiones importantes que deberán ser
reguladas, pues el índice de siniestralidad laboral en algunos países, entre ellos España, es
realmente alto. Tal y como ocurriera en el Reino Unido en los 70, de la mano de la seguridad
de los trabajadores aparecerá normativa que poco a poco irá regulando los criterios y
materiales a utilizar durante la realización de trabajos verticales.

En España, en el año 2000 los trabajos verticales continúan en una especie de “limbo”
normativo, pese a ser una actividad que da de comer a miles de familias. No se encuentran
definidos en ninguna norma laboral como método de trabajo, pero lógicamente están sujetos
a las exigencias de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en cuanto a la gestión de los
riesgos, utilización de equipos de protección normalizados etc. Pese a esto, las únicas
directrices concretas sobre métodos de seguridad, progresión, equipos adecuados,
organización de trabajo o formación necesaria, solamente se encuentran en publicaciones
editadas por el algún gobierno autonómico o iniciativas privadas como el Manual de Trabajos
Verticales editado por ANETVA.

En el año 2004 encontramos en España la primera referencia legislativa específica sobre los
trabajos verticales, el R.D. 2177/2004. En esta norma se define como un método de trabajo

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CAPITULO I

para la realización de trabajos temporales en altura y se establecen unos requisitos mínimos


para su realización. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que existe un antes y un
después de esta fecha, en la historia de los trabajos verticales en el Estado Español. A partir
de ese momento se abre la puerta para ir definiendo de una forma más clara y con amparo de
las administraciones, los criterios y prácticas que se deben cumplir de manera obligatoria para
la realización de obras de trabajo vertical de una forma eficaz, y segura. Podemos deducir
que la historia aún no se ha terminado de escribir y deberemos de estar atentos a las
novedades que a buen seguro irán produciéndose.

2. MARCO JURÍDICO BÁSICO


El Acta Única Europea de 1986, constituye la primera gran reforma de los diferentes tratados
de la Comunidad Europea existentes hasta la fecha. Desde su entrada en vigor en julio de
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1987, entre otras cuestiones, se establece una Política Social común en la que están
integradas todas las directrices referentes a la Seguridad y Salud de los trabajadores a escala
comunitaria. Para que esto sea posible entre todos los estados miembros, se elaboran, se
proponen, se aprueban y publican las Directivas.
Una directiva comunitaria permite armonizar los criterios para garantizar entre todos los
estados miembros un nivel mínimo de protección y seguridad de los trabajadores. Al mismo
tiempo, todos los estados miembros disponen de la posibilidad de adoptar medidas
complementarias de mejora. De esta manera, los trabajadores tendrán la garantía de gozar
de un nivel mínimo de protección de su salud y de su seguridad durante el trabajo en la Unión
Europea. Los estados miembros están obligados a conseguir los objetivos planteados,
aunque cada uno tiene cierta flexibilidad de poner los medios que considere oportunos, en un
plazo de tiempo estimado, permitiendo ampliar los mínimos establecidos en la aplicación de
medidas de mayor protección.

En febrero de 1988, el Parlamento Europeo adoptó cuatro resoluciones sobre el


establecimiento del mercado interior y la protección en el lugar de trabajo. Estas resoluciones
se materializaron en la elaboración de una Directiva Marco que ha servido de base a otras
directivas específicas para regular la gestión de los riesgos relativos al ámbito de la seguridad
y de la salud en el lugar de trabajo. Nos referimos a la 89/391/CEE, Directiva del consejo de
12 de junio de 1989 relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la
seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo. En ella se incluyen los principios
generales relativos a la prevención de los riesgos profesionales y la protección de la
seguridad y de la salud, la eliminación de los factores de riesgo y accidentes, la información,

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CAPITULO I

la consulta, la participación equilibrada de conformidad con las legislaciones y/o los usos
nacionales, la formación de los trabajadores y de sus representantes, así como las líneas
generales para la aplicación de dichos principios. Esta Directiva fue transpuesta al Derecho
Español mediante la Ley 31/ 1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales (LPR).

Al igual que ocurrió con la Directiva 391, la LPR se trata de una Ley de referencia: establece
una serie de principios generales sobre la prevención de riesgos durante cualquier práctica
profesional. En ella se delimitan derechos y obligaciones de trabajadores y empresarios con
el objetivo fundamental de reducir el número de accidentes laborales, previendo y atajando la
exposición a riesgos durante la práctica profesional. A partir de este momento, cualquier
actividad laboral debe entenderse bajo un nuevo prisma: el de la seguridad.
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Para hacer efectivos los preceptos de esta ley, deben desarrollarse normas específicas que
vayan concretando cada uno de los diferentes ámbitos de intervención. De esta manera se
publican: El R.D. 39/1997 o Reglamento de los Servicios de Prevención, El RD 773/1997
sobre Equipos de Protección Individual, el RD 1407/1992 sobre las condiciones para la libre
comercialización de Equipos de Protección y un largo etcétera. Incluso estos decretos son
modificados años después de su publicación con el objetivo de concretarlos y adaptarlos a la
realidad. Podemos destacar la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco
normativo de la Prevención de Riesgos Laborales y el RD 171/2004, de 30 de enero, por el
que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de
Riesgos Laborales, en materia de coordinación de actividades empresariales.

Una de las normas que desarrolla la LPRL es el R.D. 2177/2004, por el que se establecen las
disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores en el
trabajo de los equipos de trabajo, en materia de trabajos temporales en altura (Escaleras de
mano, Andamios y Técnicas de posicionamiento mediante cuerdas). Como hemos
comentado es la primera referencia normativa a este método de trabajo, en ella se recogen
como disposiciones mínimas:
• El sistema constará como mínimo de dos cuerdas con sujeción independiente, una
como medio de acceso, de descenso y de apoyo (cuerda de trabajo) y la otra como
medio de emergencia (cuerda de seguridad).
• Se facilitará a los trabajadores unos arneses adecuados, que deberán utilizar y
conectar a la cuerda de seguridad.

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CAPITULO I

• La cuerda de trabajo estará equipada con un mecanismo seguro de ascenso y


descenso y dispondrá de un sistema de bloqueo automático con el fin de impedir la
caída en caso de que el usuario pierda el control de su movimiento.
• La cuerda de seguridad estará equipada con un dispositivo móvil contra caídas que
siga los desplazamientos del trabajador.
• Las herramientas y demás accesorios que deba utilizar el trabajador deberán estar
sujetos al arnés o al asiento del trabajador o sujetos por otros medios adecuados.
• El trabajo deberá planificarse y supervisarse correctamente, de manera que, en caso
de emergencia, se pueda socorrer inmediatamente al trabajador.
• Teniendo en cuenta la evaluación del riesgo y, especialmente, en función de la
duración del trabajo y de las exigencias de carácter ergonómico, deberá facilitarse un
asiento provisto de los accesorios apropiados.

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Se impartirá a los trabajadores afectados una formación adecuada y específica para


las operaciones previstas, destinada, en particular, a:
o Las técnicas para la progresión mediante cuerdas y sobre estructuras.
o Los sistemas de sujeción.
o Los sistemas anticaídas.
o Las normas sobre el cuidado, mantenimiento y verificación del equipo de
trabajo y de seguridad.
o Las técnicas de salvamento de personas accidentadas en suspensión.
o Las medidas de seguridad ante condiciones meteorológicas que puedan
afectar a la seguridad.
o Las técnicas seguras de manipulación de cargas en altura.
El proceso legislativo continúa por lo que es de esperar que aparezcan nuevos Reales
Decretos, Guías Técnicas, Notas Técnicas de Prevención etc. Por ello desde estas páginas
animamos al lector a mantenerse lo más al día en lo referente a la publicación de nuevos
textos de referencia, que ofrezcan nuevos criterios normativos para la aplicación con
seguridad de los Trabajos Verticales.

3. CAMPOS DE APLICACIÓN
En general, podemos decir que las técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas
están especialmente recomendadas para la realización de trabajos en lugares de difícil
acceso, donde el coste de los medios de acceso supone una parte importante del coste final
de la obra, o la utilización de estos medios tradicionales como andamios, plataformas
elevadoras etc., resulta dificultoso e incluso imposible.

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CAPITULO I

Como se puede suponer, la variedad de situaciones de trabajo que se acometen a través de


técnicas de trabajo vertical, es enorme. A modo de ejemplo relacionamos algunos de los
campos más habituales donde las empresas especializadas desarrollan su labor:

• Reparaciones y mantenimiento de edificios. Rehabilitación de fachadas,


impermeabilizaciones, reparaciones de fontanería, electricidad, etc.

• Limpieza de fachadas y estructuras. Vidrios, plantas, fachadas etc.

• Mantenimiento e instalación de equipos en edificios urbanos. Aire acondicionado,


instalaciones de gas, antenas, cerramientos, chimeneas etc.

• Mantenimiento e instalación de equipos en plantas industriales. Sensores, líneas de


vida, mediciones, protección de la corrosión etc.

• Control de aves y plagas. Entorno urbano y natural.


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• Instalación de elementos publicitarios. Vallas, redes sobre andamios, carteles etc.

• Protección de taludes y frentes rocosos

• Trabajos específicos en grandes infraestructuras. Puentes de autovías, ferrocarril,


estructuras de aeropuertos etc.

• Mantenimiento en centrales de producción de energía. Presas, centrales


hidroeléctricas, centrales nucleares etc.

• Instalación de sistemas de protección colectiva. Cubiertas de naves industriales,


chimeneas de plantas de producción etc.

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CAPITULO I

4. DEFINICIÓN DEL SISTEMA


Como su propio nombre indica, se trata de técnicas para lograr un posicionamiento en lugares
de trabajo de difícil acceso, utilizando para ello cuerdas y otros equipos asociados. Estas
técnicas ampliamente implantadas en diferentes sectores, constituyen el método más seguro
y eficaz de realizar ciertas tareas en altura.
El método está basado en el empleo de técnicas complejas y en la utilización de equipos
específicos que nos permitirán desplazarnos en la vertical a través de una cuerda como
equipo de trabajo. Pero la utilización de una cuerda para progresar por ella no exime la
utilización del preceptivo sistema anticaídas, puesto que la exposición al riesgo de caída es
evidente. La correcta utilización combinada de la cuerda de trabajo y la cuerda de seguridad
(sistema anticaídas), será la que haga nuestra situación de trabajo realmente segura,
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minimizando la posibilidad y consecuencias de una caída.


Deberemos diferenciar claramente los dos sistemas independientes y complementarios,
integrados por los siguientes componentes:

Sistema Anticaídas. Todos estos componentes son Equipos de Protección Individual:


• Cuerda de seguridad EN 1891
• Arnés Anticaídas EN 361
• Dispositivo anticaídas EN 353
• Elemento de amarre EN 354
• Casco EN 397
• Mosquetones EN 362

Sistema de Sujeción (acceso y posicionamiento). Estos equipos tendrán la consideración


de Equipos de Trabajo, aunque algunos de ellos puedan estar bajo normativa de Epi:
• Cuerda de trabajo EN 1891
• Arnés de sujeción EN 358 y EN 813
• Descensor para cuerda EN 341
• Bloqueadores de ascenso por cuerdas EN 567
• Elemento de amarre doble de posicionamiento EN 358 o EN 354
• Mosquetones EN 362
• Silla de trabajo

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CAPITULO I

Cuerda de Trabajo Cuerda de seguridad


Sistema de Sistema Anticaídas
Posicionamiento

Casco
Cuerda de trabajo

Dispositivo anticaídas

Elemento de amarre

Descensor
Arnés anticaídas
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Cuerda de seguridad
Arnés de sujeción

Elemento de amarre
doble de
posicionamiento

5. FORMACIÓN
La formación en la utilización de los equipos de trabajo y seguridad es algo imprescindible
para la realización de trabajos verticales. Se realizan maniobras complejas manejando
numerosos dispositivos, mientras estamos expuestos a un riesgo claro de caída o de golpes
contra objetos. El trabajador debe comprender los conceptos teóricos sobre el
comportamiento de los materiales y la previsión de situaciones peligrosas, pero también y
más importante debe poder realizar de forma práctica los desplazamientos por la cuerda de
forma completamente segura, en cualquier condición. La seguridad junto con la eficacia, han
sido los argumentos principales para la implantación de estas técnicas en tan diversos
sectores económicos. Y más que nunca, en nuestro caso la seguridad va íntimamente
relacionada con la formación y el conocimiento.

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CAPITULO I
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La necesidad y obligación del empresario en garantizar una formación adecuada, suficiente y


específica de los trabajadores en el manejo de los equipos de protección, viene expresada en
diferente normativa, comenzando por la propia L.P.R.L. En este sentido, hay que tener en
cuenta que la ley establece que deberán organizarse sesiones de refresco o reciclaje cuando
se considere necesario.

5.1. CONOCIMIENTOS

El número de conocimientos y habilidades que un Técnico en trabajos verticales debe


dominar son bastante amplios. Muchos de ellos, además los pondrá en práctica en contadas
ocasiones, pero debe conocer su aplicación para su correcta ejecución en cualquier
momento.

Por todo ello la formación deberá ser planificada e integrada en la práctica cotidiana de la
empresa. La formación de Trabajos Verticales debe abarcar el conocimiento y competencia

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CAPITULO I

en el manejo de los distintos equipos de trabajo, de los equipos de protección individual, así
como de los equipos auxiliares de protección colectiva y protección a terceros.

Como hemos visto, las aplicaciones de las técnicas de Trabajos Verticales son muy variadas
y están presentes en numerosos sectores y actividades productivas, por ello, los
conocimientos gremiales o de oficio que pueden ser necesarios para un técnico en trabajos
verticales pueden ser muy variados (albañilería, pintura, soldadura etc.) y exceden el ámbito
del presente documento. En este Manual se desarrollarán los conocimientos o técnicas
específicas para el acceso y posicionamiento a través de cuerdas en el lugar de trabajo,
independientemente de la tarea concreta que pudiera llevarse a cabo en el paramento
vertical.

Los conocimientos específicos necesarios para un Técnico en Trabajos Verticales se


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estructuran en tres niveles formativos progresivos, es decir, es necesario superar un nivel


inferior para poder realizar el nivel siguiente. De cara a facilitar la organización del trabajo
diario, cada nivel formativo responde a un perfil profesional concreto, con unas competencias
definidas. Para el paso de un nivel al siguiente es necesario acreditar la realización de un
número mínimo de horas de trabajo práctico. Con esto se consigue que el trabajador adquiera
experiencia en la aplicación de las diferentes técnicas en distintas situaciones de trabajo.
Toda esta experiencia resultará fundamental para la comprensión y asimilación de los
conceptos y contenidos del nivel superior.

ESQUEMA RESUMEN TRAYECTORIA FORMATIVA


TÉCNICO EN TRABAJOS VERTICALES

NIVEL Capacita para la progresión básica por cuerdas y la realización de un rango


OFF de tareas limitado, siempre bajo la supervisión de un técnico de nivel superior
BASIC

Técnico con experiencia, capacitado para realizar todo tipo de trabajos


NIVEL verticales, instalar los tendidos de trabajo y seguridad, realizar progresiones
OF-II especiales y aplicar técnicas de rescate complejas

Supervisor con plena responsabilidad sobre todas las materias que componen
NIVEL
el proyecto de trabajo. Conocedor de técnicas de rescate avanzado,
OF-III coordinación de recursos y conocimiento sobre normativa y legislación

La asimilación de los contenidos y materias de cada nivel formativo, se demostrará mediante


la superación del correspondiente examen teórico y práctico.

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CAPITULO I

Completando estos niveles existe una categoría de carácter docente, que tiene como
cometido la organización, desarrollo y evaluación de las sesiones de formación y
entrenamiento de los tres niveles anteriores.

Técnico con amplia experiencia y formación, conocedor de la teoría del


NIVEL
aprendizaje motriz, métodos de enseñanza, planificación y evaluación. Es el
MONITOR encargado de instruir y evaluar a los trabajadores de la empresa

5.2. REQUISITOS GENERALES


Las personas involucradas en la aplicación de técnicas de TV deberán ser mayores de edad y
ser considerados aptos médicamente para la realización de trabajos en altura. Esta aptitud se
demostrará en el preceptivo examen y reconocimiento médico específico en el momento de
su incorporación a la empresa y se mantendrá a través de reconocimientos periódicos
anuales.
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Así mismo el trabajador vertical deberá demostrar una madurez intelectual que le permita
comprender los riesgos de la actividad y asimilar las técnicas necesarias para su prevención.
Por el contrario, no se necesita ningún conocimiento previo, ni experiencia en la práctica de
actividades deportivas de las consideradas de riesgo: escalda, alpinismo, espeleología etc.

5.3. DEFINICIÓN DE LOS NIVELES FORMATIVOS


5.3.1. NIVEL FORMATIVO OF - BASIC
Definición
Técnico encargado de realizar un rango limitado de trabajos, siempre bajo la supervisión de
un técnico de nivel superior. Será responsable del equipo asignado, prestando especial
atención a su cuidado, mantenimiento y correcto uso.

Capacidades Profesionales
El técnico Of-Basic debe ser capaz de:
ƒ Realizar el cuidado, mantenimiento y verificación del equipo de protección individual y
colectivo.
ƒ Realizar trabajos en suspensión que requieran técnicas básicas de progresión y seguridad
por cuerdas.
ƒ Aplicar técnicas básicas de autorrescate, basadas en el descenso del rescatador junto a la
víctima.
ƒ Realizar maniobras de ascenso y descenso de cargas ligeras.

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CAPITULO I

ƒ Asistir como ayudante en operaciones especiales, bajo la supervisión de un técnico


superior.

Contenidos Mínimos
ƒ Los equipos de protección individual (E.P.I.) en los trabajos de altura: Normativa CE,
características, tipología, conservación y manejo. Verificación del Equipo
ƒ Nudos fundamentales sobre cuerdas.
ƒ Progresión sobre cuerdas:
Descensos normalizados por cuerdas en línea vertical.
Ascensos normalizados por cuerdas en línea vertical.
Maniobras avanzadas.
ƒ Utilización de sistema anticaídas para cuerda en ascenso y descenso.
ƒ Sistema de trabajo.
ref: anetva150

ƒ Manipulación de cargas en altura.


ƒ Técnicas básicas de la evacuación urgente de heridos en suspensión.
ƒ Medidas de seguridad ante condiciones meteorológicas adversas.

5.3.2. NIVEL FORMATIVO OF – II

Definición
Técnico con experiencia capacitado para realizar todo tipo de trabajo verticales e
instalaciones de los tendidos de trabajo y seguridad. Conocedor de sistemas de rescate y
técnicas de acceso especiales. Además de lo establecido en el nivel Of-Basic, será
responsable de la correcta instalación de los tendidos de trabajo, así como de la supervisión
de los técnicos de nivel inferior a su cargo.

Capacidades Profesionales
El técnico Of-II debe ser capaz de:
ƒ Ser responsable del equipo asignado, así como del cuidado, mantenimiento y verificación
del equipo de protección individual y colectiva.
ƒ Realizar operaciones de acceso especiales.
ƒ Aplicar técnicas rescate avanzadas, con implicación de varios rescatadores.
ƒ Realizar instalaciones de seguridad y de tendidos de trabajo.
ƒ Coordinar y supervisar el trabajo de técnicos de nivel inferior.
Contenidos Mínimos

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO I

ƒ Instalaciones de tendidos de trabajo y seguridad (sistemas de sujeción y sistemas


anticaídas).
o Normativa sobre dispositivos de anclaje.
o Elementos básicos de la física, aplicada a la optimización de anclajes.
o Tipología de anclajes y técnicas de equipamiento.
ƒ Seguimiento del Equipo. Utilización de fichas de verificación.
ƒ Técnicas especiales de progresión sobre estructuras.
o Progresión Artificial.
o Aseguramiento dinámico.
ƒ Técnicas especiales de progresión sobre cuerdas con métodos alternativos.
ƒ Utilización de sistemas de protección a terceros.
ƒ Técnicas avanzadas de evacuación urgente de heridos en suspensión.
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5.3.3. NIVEL FORMATIVO OF – III

Definición
Supervisor con plena responsabilidad sobre todas las materias que componen el proyecto de
trabajo. Conocedor de técnicas de rescate avanzado, coordinación de recursos y
conocimiento sobre normativa y legislación.

Capacidades Profesionales
El técnico Of-III debe ser capaz de:
ƒ Coordinar la verificación del equipo de protección individual y colectiva, así como velar por
su cuidado y mantenimiento.
ƒ Supervisar todos los elementos que componen un proyecto de trabajo.
ƒ Diseñar el plan de evacuación específico de personas accidentadas sobre las cuerdas
para cada proyecto de trabajo.
ƒ Aplicar técnicas de rescate avanzadas, con implicación de varios rescatadores.
ƒ Realizar instalaciones de seguridad y de tendidos de trabajo de carácter especial.
ƒ Interpretar la legislación y normativa vigente, para su aplicación.
ƒ Coordinar y supervisar el trabajo de técnicos de niveles inferiores.

Contenidos Mínimos
ƒ Legislación y normativa.
Proceso normativo. Directivas CE.
Ley 31/1995 y normativa subsidiaria.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO I

Normas UNE-EN y su aplicación práctica.


ƒ Montaje de instalaciones de seguridad y métodos de trabajo en situaciones de carácter
especial.
ƒ Evaluación de riesgos específicos.
ƒ Coordinación de equipos humanos de trabajo. Trabajo en equipo.
ƒ Revisiones periódicas de los equipos.
ƒ Planificación de la evacuación de personas accidentadas en altura suspendidas de los
equipos de protección.
ƒ Técnicas especiales de evacuación urgente de personas heridas en altura.
ref: anetva150

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO II

CAPITULO II EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL Y EQUIPOS DE


TRABAJO.

1. NORMATIVA APLICADA SOBRE EQUIPOS DE PROTECCIÓN


INDIVIDUAL
La regularización de la seguridad laboral, ha llevado a las
diferentes administraciones de los estados miembros de la
Comunidad Europea, a elaborar procedimientos para
comprobar que los productos utilizados como sistemas de
prevención y protección contra los riesgos laborales, son
idóneos para su cometido. Los Equipos de Protección
ref: anetva150

Individual (EPI) se encuentran regulados por las Directivas


comunitarias 89/686/CEE y 89/656/CEE, aprobadas en 1989
por el Consejo de Comunidades Europeas. Estas normas se
incorporan al ordenamiento jurídico español en un primer
momento a través del Real Decreto 1407/1992 sobre las
condiciones de comercialización y libre circulación de los
Epi’s y más tarde con el Real Decreto 773/1997 sobre las
disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la
utilización de Epi’s. Como sabemos, estas normas básicas
se van desarrollando y actualizando en el tiempo través de
notas técnicas, nuevos reales decretos, guías técnicas etc.
Es por ello que en este Manual realizaremos mención

expresa solamente de aquellas leyes, reales decretos o


normas técnicas que tienen una relevancia particular por su
contenido aunque su fecha de publicación pueda no ser
actual. Animamos al lector a mantenerse al día sobre las
nuevas publicaciones que se van produciendo. En estas
normas se establecen las definiciones, características y
requisitos que deben cumplir los diferentes equipos para
poder ser puestos a la venta en la Unión Europea.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO II

1.1. MARCADO “CE”


El “examen CE de tipo” es el procedimiento mediante el cual un organismo de control
comprueba y certifica que el modelo de EPI aportado por el fabricante, cumple las exigencias
esenciales de seguridad requeridas en la diferente normativa.
La “declaración de conformidad CE” es el procedimiento mediante el cual el fabricante
certifica que el EPI comercializado cumple con lo dispuesto en la normativa. Es decir, ha
pasado el examen. Para ello estampará en cada EPI el marcado de conformidad CE con
arreglo a un modelo establecido; a las iniciales CE se les añadirá el número distintivo del
organismo de control correspondiente. Este marcado se colocará y permanecerá colocado en
cada EPI de manera visible, legible e indeleble durante el periodo de utilización previsible o
de vida útil del EPI.
ref: anetva150

1.2. NORMAS EUROPEAS “EN”


Las características técnicas que deben cumplir los diferentes equipos comercializados en el
seno de la Unión Europea, están recogidas en las normas europeas EN. Estas normas son
elaboradas por el Comité Europeo de Normalización (CEN), bajo mandato de la Comisión de
las Comunidades Europeas y la Asociación Europea de Libre Comercio y de acuerdo con las
exigencias esenciales de las diferentes directivas. Se asigna un número de norma EN
particular a cada tipo de dispositivo o equipo. De esta manera podemos encontrar la EN 361
para arneses anticaídas, EN 354 para elementos de amarre etc. Las normas EN deben recibir
el estatus de norma nacional en cada país por publicación de texto idéntico o por ratificación.
En el Estado Español, estas normas nacionales tienen la denominación de normas UNE,
(Unificación de Normas Españolas).

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO II

Tanto el marcado CE, como las normas EN no son exclusivas de los equipos de protección
individual. La práctica totalidad de los bienes de consumo en Europa deben cumplir requisitos
específicos y exhibir su correspondiente marcado. Por ello conviene familiarizarse con las
normas EN específicas, que deben cumplir los equipos de protección individual y equipos de
trabajo que utilizamos en el ámbito laboral, para poder reconocer la adecuación de su uso,
desechando cualquier equipo que no cumpla con estos requisitos. Las normas EN se
encuentran agrupadas por familias de equipos. De esta manera, podemos encontrar normas
sobre equipos de protección individual, equipos de alpinismo y escalada, dispositivos de
anclaje, etc… Hay que señalar que debemos cerciorarnos, siempre, que nuestros equipos de
protección individual estén acorde con su norma correspondiente.
ref: anetva150

La relación básica de normas editadas necesarias para el cumplimiento de requisitos


esenciales de seguridad de la directiva 89/686/CEE sobre equipos de protección individual
contra caídas (Secretaria AEN/CTN81/SC1 a 23 de septiembre de 2005), se encuentra
recogida en el siguiente cuadro.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO II

Cuadro 1

Norma Título
UNE EN 341:97 Dispositivos de descenso.

UNE EN 353-1:02 Parte 1: dispositivos anticaídas deslizantes con línea de anclaje rígida.

UNE EN 353-2:02 Parte 2: dispositivos anticaídas deslizantes con línea de anclaje flexible.

UNE EN 354:02 Elementos de amarre.

UNE EN 355:02 Absorbedores de energía.

UNE EN 358:00 Equipo de protección individual para sostener en posición de trabajo y


prevención de caídas de altura. Sistemas de sujeción

UNE EN 360:02 Dispositivos anticaídas retráctiles.

UNE EN 361:02 Arneses anticaídas.


ref: anetva150

UNE EN 362:93 Conectores.

UNE EN 363:02 Sistemas anticaídas.

UNE EN 364:93 Equipos de protección individual contra la caída de altura. Métodos de


+ AC:94 ensayo.

UNE EN 365:05 Equipos de protección individual contra las caídas de altura. Requisitos
generales para instrucciones de uso, mantenimiento, revisión periódica,
reparación marcado y embalaje.

UNE EN 795:97 Protección contra caídas de altura. Dispositivos de anclaje. Requisitos y


+A1: 01 ensayos.

UNE EN 813:97 Arneses de asiento.

UNE EN 1868:97 Equipos de protección individual contra caídas de altura. Lista de términos
equivalentes.

1.3. DEFINICIÓNES Y CARACTERISTICAS DE LOS EPI’s


Se entiende como EPI: "…Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el
trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o
salud, así mismo cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin".

Con el objetivo de facilitar el control de cada equipo, el fabricante debe incluirlo en alguna de
las tres diferentes categorías, que se establecen en función del tipo o grado de protección
para el cual han sido diseñados:

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CAPITULO II

ƒ Categoría I: Modelos de diseño sencillo que el usuario


puede juzgar por si mismo su eficacia contra riesgos
mínimos y cuyos efectos, cuando sean graduales,
puedan ser percibidos a tiempo y sin peligro por el
usuario. Ej: guantes de jardinería, delantales etc.

ƒ Categoría II: Equipos destinados a proteger de riesgos graves. Deben superar un examen
CE de tipo por un organismo de control. Deberán llevar un folleto informativo. Ej; guantes
de trabajo, calzado de seguridad, casco etc.
ref: anetva150

ƒ Categoría III: Equipos de diseño complejo destinado a proteger al usuario de todo peligro
mortal o que pueda dañar
gravemente y de forma
irreversible la salud. Están
obligados a superar un
examen CE de tipo y llevar
folleto informativo. Ej: arneses,
cuerdas, etc...

Todos los EPI´s deben cumplir unos requisitos de alcance general:

1. Principios de concepción. Ergonomía y grado de protección tan elevado como sea


posible. Clases de protección adecuadas a distintos niveles de riesgos.

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CAPITULO II

2. Inocuidad de los EPI. Ausencia de riesgos y de molestias endógenas. Materiales


constitutivos adecuados. Superficie adecuada en todas las partes del EPI en contacto
con el usuario. Trabas máximas admisibles para el usuario.
3. Factores de comodidad y eficacia. Ligereza y solidez de fabricación. Necesaria
compatibilidad entre los EPI que el usuario vaya a llevar al mismo tiempo. Adaptación
de los EPI a la morfología del usuario.
4. Folleto informativo del fabricante. La información recogida en este folleto, variará en
función del tipo de equipo, pero deberá recoger la descripción del producto,
instrucciones de almacenamiento, utilización, de revisión periódica, limpieza, tiempo
de vida útil etc. Estará redactado de forma clara, comprensible e inequívoca y escrito
en la lengua oficial del país de destino.

1.4. ELECCIÓN DE LOS EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL


ref: anetva150

Como hemos visto, los EPI deben proporcionar una eficaz protección frente a los riesgos que
motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos añadidos ni molestias
innecesarias. Para la correcta elección del EPI más adecuado, deberá actuarse en el
siguiente orden:
1. Análisis y valoración de los riesgos existentes. Estudiando si los riesgos pueden
evitarse o limitarse utilizando otros métodos o procedimientos de organización del
trabajo o medios de protección colectiva.

2. Conocimiento de las características que deben reunir los EPI para garantizar su
funcionamiento, teniendo en cuenta la naturaleza y magnitud de los riesgos a
proteger, así como los factores adicionales de riesgo que puedan constituir los propios
equipos.

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CAPITULO II
ref: anetva150

El empresario al elegir un EPI deberá verificar la conformidad de éste y conocer si cumple los
requisitos esenciales de seguridad para tener la garantía de que ofrezcan un nivel adecuado
de protección, según los riesgos para los que esté destinado, en función de la evaluación del
puesto de trabajo.

2. EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL CONTRA CAÍDAS


Durante la realización de Trabajos Verticales utilizaremos los siguientes equipos de
protección contra caídas:

• Arnés Anticaídas EN 361


• Dispositivo anticaídas EN 353-2
• Mosquetones EN 362
• Elemento de amarre EN 354
• Cuerda de seguridad EN 1891
• Casco EN 397

A continuación describiremos brevemente los usos y características principales de los


equipos.

2.1. ARNÉS ANTICAÍDAS

Es un dispositivo de prensión del cuerpo destinado a evitar y parar las caídas, debiendo
sujetar al trabajador durante una caída y después de la parada de esta. Está compuesto por

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CAPITULO II

una serie de bandas flexibles de cinta plana de poliamida, cosidas entre sí, que reparten por
el cuerpo los diferentes esfuerzos originados durante una eventual caída. Estas cintas deben
poder ajustarse perfectamente al cuerpo del usuario mediante un sistema rápido. La conexión
entre el arnés y el sistema anticaídas se realiza a través de unas anillas metálicas, que se
encuentran situadas ligeramente por encima del centro de gravedad corporal,
aproximadamente delante del esternón, y/o en la espalda del usuario según, establece la EN-
UNE- 361. Los arneses utilizados en trabajos verticales deben cumplir obligatoriamente esta
norma.

Los arneses de trabajos verticales además de cumplir su función anticaídas, deben permitir la
sujeción sobre la cuerda de suspensión en el lugar de trabajo, es por ello que todos los
fabricantes incorporan de forma solidaria un cinturón de sujeción al arnés, según EN-UNE
358 sobre sistema de sujeción y la EN-UNE 813 de arneses de asiento. Es muy importante
ref: anetva150

conocer perfectamente la función de las diferentes anillas metálicas del arnés de cara a su
correcta utilización,

Foto 3

Compuesto por una serie de bandas


flexibles de cinta plana de poliamida, cosidas
entre sí, que reparten por el cuerpo los
diferentes esfuerzos originados durante una
eventual caída.

La conexión entre el arnés y el sistema


anticaídas se realiza a través de unas
anillas metálicas, que se encuentran
situadas ligeramente por encima del
centro de gravedad corporal,

Instrucciones de uso:
− Ajustar perfectamente al cuerpo antes de su uso. Verificar que es de una talla adecuada.
− Verificar antes de cada uso el perfecto estado de costuras y anillas.

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CAPITULO II

2.2. DISPOSITIVO ANTICAÍDAS

Según establece la EN-UNE 353-2, se trata de un dispositivo con una función de bloqueo
automático y de un mecanismo de guía. El dispositivo anticaídas deslizante se desplaza a lo
largo de la línea de anclaje, acompañando al usuario sin requerir su intervención manual
durante los cambios de posición en ascenso o descenso. Se bloquea automáticamente sobre
la línea de anclaje (cuerda) cuando se produce una caída.

No debemos utilizar ningún otro dispositivo para realizar esta función que no cumpla con esta
norma. Tradicionalmente se han utilizado dispositivos autoblocantes de ámbito deportivo, que
no constituyen equipos de protección individual y que pueden generar accidentes graves.
ref: anetva150

Existen diferentes modelos en el mercado, cada uno con características particulares, pero
básicamente todos comparten un mismo principio de utilización y funcionamiento. Será
necesario abrir un mecanismo que permita alojar la cuerda en el interior del dispositivo, una
vez situada en el lugar adecuado, cerraremos la tapa y aplicaremos el cierre o mecanismo de
seguridad, que el fabricante haya propuesto.

Instrucciones de uso:
− Verificar que es compatible con el diámetro y tipo de cuerda, sobre la que se vaya a
utilizar.
− Una vez colocado sobre la cuerda y antes de su utilización, comprobaremos su correcto
funcionamiento.
− Será el primer dispositivo que coloquemos en la cuerda y el último que retiremos.
− Respetar las instrucciones del fabricante, especialmente en lo referente a la distancia de
parada y a la altura libre de seguridad por debajo del trabajador.
− Para que el dispositivo se desplace correctamente por la cuerda, ésta deberá estar
lastrada.

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CAPITULO II

Será necesario abrir un mecanismo que


permite alojar la cuerda en el interior del
dispositivo, una vez situada en el lugar
adecuado cerraremos la tapa y
aplicaremos el cierre o mecanismo de
seguridad que el fabricante haya

Verificar que es compatible


con el diámetro y tipo de
cuerda sobre la que se vaya a
utilizar.

Respetar las instrucciones del


ref: anetva150

fabricante, especialmente en lo
referente a la distancia de parada
y a la altura libre de seguridad por
debajo del trabajador.

Una vez colocado sobre la cuerda y


antes de su utilización, Para que el dispositivo se desplace
comprobaremos su correcto correctamente por la cuerda, ésta deberá estar

funcionamiento. lastrada.

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CAPITULO II

2.3. CONECTORES – MOSQUETONES


Son elementos de conexión, construidos como eslabones metálicos de acero o aleaciones
ligeras. Estos conectores deben disponer de un mecanismo de apertura rápida y cierre
automático del gatillo. Las partes de los mosquetones fabricados de hierro o acero, deben
estar protegidas contra la corrosión. Tienen por objetivo conectar los elementos del equipo de
protección individual entre sí (arnés - anticaídas, cuerda – anclaje …).
ref: anetva150

Tal y como estable la EN-UNE 362, la resistencia estática sin desgarramiento o rotura, en su
eje longitudinal, será superior a 15 KN (por regla general todos los fabricantes ofrecen
resistencia por encima de los 20 KN). Para reducir la probabilidad de apertura involuntaria, los
mosquetones deben disponer de un mecanismo de bloqueo automático o manual, de forma
que sólo puedan abrirse mediante dos acciones manuales voluntarias y consecutivas, como
mínimo. Es decir, deben tener un dispositivo específico que impida la apertura accidental del
gatillo.

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CAPITULO II

Por lo tanto, nunca se emplearán mosquetones que no cuenten con cierre de seguridad ya
que pueden generar accidentes graves El cierre de seguridad puede ser de rosca tradicional,
de cierre automático, mediante un sistema de muelle, cuarto de vuelta, etc.

Los mosquetones están diseñados para soportar la carga en sentido longitudinal al eje
principal y con el gatillo de cierre en reposo, es decir, perfectamente cerrado. Si el mosquetón
recibe cargas transversales o con el gatillo abierto, su resistencia disminuirá hasta un 60 %.
Esto es de vital importancia durante el desarrollo del trabajo diario, de cara a prestar la
suficiente atención y evitar que pueda desencadenarse un accidente.
ref: anetva150

Podemos encontrar tres diferentes formas de mosquetones: Simétrico, Normal y de Pera o


tipo HMS. Según la utilización que les vayamos a dar, puede ser más recomendable elegir un
tipo u otro:

- Simétrico: Especialmente adecuado para su utilización con poleas. Puede utilizarse


también para cualquier otra tarea pues es pequeño y ligero. El espacio libre con el
gatillo abierto es reducido.
- Normal: La parte superior está un poco sobredimensionada, con esto se consigue un
mejor agarre con la mano, además de permitir una mayor apertura con el gatillo
abierto
- Pera: La parte superior está muy sobredimensionada, siendo casi triangulares. Son
especialmente adecuados para el montaje de instalaciones, pues la amplitud de su
“cabeza”, permite el alojamiento de varios elementos.

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CAPITULO II

-
ref: anetva150

2
1 3 4

6 7 9 10
5 8

Simétrico: 1,2, 10
Normal: 3,6
Pera: 4, 5,7,8,9

Instrucciones de uso:
- Comprobar en todo momento durante su utilización el correcto cierre de seguridad.
- Comprobar que las partes móviles actúan correctamente (gatillo, cierre)

2.4. ELEMENTO DE AMARRE


Cotidianamente conocido como Cabo de Anclaje o Baga. Se trata de un elemento de
conexión de poliamida entre el anticaídas y nuestro arnés. La norma que debe cumplir este
equipo es la EN-UNE 354. Ésta dispone que su longitud podrá ser de 2 metros como máximo.
Hay que recordar que en los trabajos verticales el sistema anticaídas está basado en línea de
vida flexible de cuerda y en la utilización de un dispositivo anticaídas deslizante según EN-

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CAPITULO II

UNE 353, en ella se establece que para este uso, la longitud del elemento de amarre no debe
ser superior a 1 metro.

La utilización del elemento de amarre en el sistema anticaídas no es imprescindible, podemos


conectar el mosquetón del dispositivo anticaídas directamente a nuestro arnés. Hay que decir
que la tradicional utilización de este elemento responde a criterios de comodidad y
operatividad durante la realización del trabajo.
ref: anetva150

2.5. ABSORBEDOR DE ENERGÍA


Se trata de un equipo destinado específicamente a absorber la fuerza de choque generada en
una caída. De esta manera, las consecuencias sobre el usuario se reducen
considerablemente. Está formado por una cinta textil cosida, de manera que sus costuras se
desgarran para absorber la energía de la caída. Es importante tener en cuenta la altura libre
mínima requerida para la utilización de un absorbedor de cinta. La EN-UNE 355 establece
que esta altura debe ser de, al menos, 5,75 metros.

En los trabajos verticales la utilización del absorbedor, unido al dispositivo deslizante no es


imprescindible, salvo que así lo exprese el fabricante del dispositivo anticaídas, por tratarse
se una línea de anclaje flexible de cuerda, que a su vez ya cuenta con capacidad de
absorción de fuerza de choque. Puede ser recomendable su utilización, pues ofrece una
seguridad complementaria y además su moderada longitud lo convierte en un elemento de
amarre práctico, cómodo y seguro.

2.6. CUERDA
Las cuerdas utilizadas en trabajos verticales son cuerdas textiles, de nylon o resina sintética
de poliamida principalmente, aunque podemos encontrar en el mercado propuestas en

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CAPITULO II

polipropileno, polietileno, aramida, etc. Las antiguas cuerdas de fibras naturales como el
cáñamo no son aptas para garantizar la seguridad de personas. La cuerda es uno de los
componentes más importantes de nuestro sistema anticaídas, pues además de tener la caída,
debe absorber la mayor parte de la fuerza de choque generada por ésta. En función de su
capacidad de absorción, o lo que es lo mismo, su capacidad de alargamiento, podemos
distinguir 3 tipos de cuerdas: Estáticas, Semiestáticas y Dinámicas.

- Cuerdas Estáticas: Son cuerdas de muy bajo coeficiente de alargamiento destinadas


principalmente al manejo de cargas. No deben ser usadas para detener una caída.
- Cuerdas Dinámicas (EN 892): Cuerdas de una gran coeficiente de alargamiento
inferior al 8%, utilizadas principalmente en el ámbito de la escalada por su gran
capacidad de absorción de energía. Su uso no es muy generalizado en el trabajo pues
resultan más delicadas de mantener, su capacidad de estiramiento hace que el
ref: anetva150

trabajador que cae descienda físicamente varios metros antes de detenerse por
completo, lo que puede producir lesiones por golpes contra el edificio. Son
interesantes en progresiones sobre estructuras con
aseguramiento dinámico.
- Cuerdas Semiestáticas (EN 1891): Cuerdas de bajo
coeficiente de alargamiento, al 5%. Son las más
utilizadas en el trabajo pues combinan una adecuada
capacidad de absorción de fuerza de choque, con un
estiramiento moderado.

La EN 1891 establece dos tipos de cuerdas semiestáticas: Clase A y Clase B. Las cuerdas de
clase B deben garantizar una resistencia de 18 KN, tienen una duración más limitada y exigen
una mayor atención en su uso.
Las más utilizadas en el trabajo vertical son las cuerdas de clase A, que garantizan una
resistencia de 22 KN. Todas las cuerdas destinadas a uso industrial se fabrican en máquinas,
mediante un trenzado de miles de fibras que forman a su vez un cordón de cuerdas menores.
Las partes fundamentales de una cuerda son:
- Alma es la parte interior de la cuerda. Es capaz de soportar entre los 2/3 de la resistencia
total de la cuerda. Suele ser de color blanco. La calidad depende en gran medida de la
perfecta continuidad de los filamentos en toda la longitud de la cuerda, éstos se unen para
formar hilos. Un conjunto de hilos constituyen cordones y un conjunto de éstos forman el
alma de la cuerda.

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CAPITULO II

- Funda o camisa esta diseñada para proteger el alma de los agentes externos: abrasión,
meteorológicos, químicos,… Es capaz de soportar entre 1/3 y 1/4 de la resistencia total de
la cuerda.
- Fibra plana recorre toda la longitud de la cuerda por el centro del alma. Su función es el
marcaje de la misma y sirve también en algunos modelos como limitador de elasticidad.
En ella encontraremos datos como fecha de fabricación, norma EN, fabricante etc.

Funda o camisa
ref: anetva150

Alma

Fibra plana

- Las cuerdas se fabrican con diámetros y


longitud estandarizadas, que dependen del
uso al que estén destinadas. Por regla
general, cuanto mayor es el diámetro,
mayor será la resistencia de la cuerda a la
rotura y menor será la fuerza de choque
absorbida. Es recomendable que en el lugar
de trabajo, para la seguridad de las
personas sólo se encuentren cuerdas de 10 mm. de diámetro como mínimo, o mayores.
En el caso de utilizar otro tipo de cuerda auxiliar o cordinos, es recomendable que éstos
sean de color diferente o tengan un diámetro de 7 mm o claramente inferior al de la
cuerda. De esta forma será prácticamente imposible que una persona escoja
accidentalmente una cuerda de menos de 10 mm. para suspenderse o asegurarse.

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CAPITULO II

Instrucciones de uso
Durante su utilización se debe evitar:

• Que la cuerda trabaje sobre bordes afilados, sin una adecuada protección.
• Pisarla.
• Que entre en contacto con sustancias químicas.
• Que la cuerda se ensucie innecesariamente.
• Trabajar con la cuerda cerca de fuentes de calor.

Después de su utilización:
• En el caso que la cuerda esté sucia, se procederá a su limpieza en agua dulce o
ref: anetva150

utilizando un detergente neutro, sin utilizar medios mecánicos.


• Se deberá secar siempre a la sombra, en un lugar fresco y sin aplicar ningún tipo de
fuente de calor.
• Comprobar su perfecto estado, examinando toda la longitud de la cuerda.
• Durante su almacenamiento, la cuerda no deberá tener ningún nudo.
• Guardarla en lugar fresco, seco y oscuro.
• Nunca guardar una cuerda húmeda y enrollada.

2.7. CASCO
Los cascos para la industria están previstos fundamentalmente para proteger al usuario
contra la caída de objetos y de las consecuentes lesiones cerebrales y fracturas de cráneo.
Está compuesto por un casquete de fibra sintética y un arnés. Este último, está compuesto
por un conjunto de elementos que constituyen un medio para mantener el casco en posición
correcta y absorber la fuerza de choque generada en el impacto sobre la cabeza. Sobre el
casquete o bien en el arnés, debe incorporarse un barboquejo o banda que se acopla bajo la
barbilla para ayudar a sujetar el casco especialmente en posiciones forzadas.

Barbuquejo

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CAPITULO II

La EN-UNE 397 establece que el fabricante debe cumplir determinadas exigencias. Éstas
pueden ser de dos tipos:

- Exigencias obligatorias: Absorción del impacto, Resistencia a la perforación y Resistencia


a la llama. Además, los puntos de anclaje del barboquejo deben garantizar una rotura o
fallo a partir de una fuerza de tracción equivalente a los 15 Kg, con el fin de evitar daños
en la mandíbula o cuello si quedamos enganchados del barboquejo.
- Existen además definidas unas Exigencias opcionales recogidas en esta norma cuyo
cumplimiento por parte del fabricante garantizan una mayor calidad del casco. Estas son:
Resistencia al impacto a temperaturas extremas (-20 ó -30º y +150º), Aislamiento
eléctrico, Deformación lateral y Resistencia a salpicaduras de metal fundido. Estos cascos
deben llevar información indeleble indicando la conformidad con las exigencias
ref: anetva150

opcionales.

Instrucciones de uso:
- El casco resulta completamente imprescindible durante la realización de los trabajos en
suspensión tanto para evitar las consecuencias de la posible caída de objetos, como para
minimizar las consecuencias de golpes laterales contra objetos inmóviles durante el
desplazamiento por la cuerda (bordes de terrazas, tendederos, antenas, etc.), o en
movimientos pendulares voluntarios o accidentales.
- La utilización del barboquejo también resulta imprescindible cuando nos encontremos en
altura, aunque tengamos el casco perfectamente regulado y ajustado. Debemos pensar
que un pequeño golpe o apoyo contra el edificio puede hacer que el casco se salga de
nuestra cabeza y caíga al vacío, en este momento quedamos desprotegidos y además
habremos generado el peligro de una caída de objeto.
- Así mismo, se deberá utilizar el casco durante la realización de cualquier tarea en la que,
aunque no exija la suspensión sobre las cuerdas, estemos expuestos a la caída de
objetos (acopio de materiales desde planos inferiores etc…).

3. EQUIPOS DE TRABAJO

Un equipo de trabajo es cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizado en el


trabajo. En este capítulo estudiaremos los equipos de trabajo necesarios para realizar el
acceso mediante cuerdas y aquellos otros equipos auxiliares directamente relacionados con

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CAPITULO II

las características del trabajo vertical. Hay que destacar que estos equipos no constituyen
necesariamente EPI’s aunque la seguridad del trabajador también reside en su correcta
elección y uso. Por ello, siempre debemos elegir dispositivos que cumplan norma industrial y
en el caso de que sea imprescindible utilizar equipos bajo norma de ámbito deportivo, por no
existir una norma específica, elegiremos los que mayor seguridad ofrezcan. Es importante
señalar que estos usos específicos de algunos dispositivos de ámbito deportivo están
restringidos a los equipos de acceso por cuerdas y nunca podrán sustituir a los equipos de
protección individual del obligatorio sistema anticaídas.

Durante la realización de Trabajos Verticales utilizaremos los siguientes equipos de trabajo:


• Arnés Sujeción y Asiento EN 358 y EN 813
• Descensor EN 341
• Mosquetones EN 362
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• Elemento de amarre EN 354


• Bloqueadores EN 567
• Cuerda de trabajo EN 1891
• Silla o Asiento
• Protectores

3.1. ARNES

Es un dispositivo de prensión del cuerpo destinado a sostener al trabajador en la situación


de trabajo. Está compuesto por una serie de bandas flexibles de cinta plana de poliamida,
cosidas entre sí, que reparten por el cuerpo los diferentes esfuerzos originados por el peso
del trabajador. Estas cintas deben ajustarse perfectamente al cuerpo del usuario mediante un
sistema rápido. La conexión entre el arnés y el sistema de sujeción se realiza a través de
unas anillas metálicas que se encuentran situadas lateralmente y a nivel ventral en el cinturón
del arnés, según establecen las EN-UNE- 358 y 813.

En la práctica, este arnés se encuentra integrado junto al arnés anticaídas. Debemos recordar
que NUNCA debemos anclar el sistema anticaídas a estas anillas. Para esto debemos utilizar
la anilla esternal o dorsal de la parte superior (arnés anticaídas). La utilización de un arnés de
cintura únicamente para la realización de trabajos verticales, es una de las herencias
negativas del paso que aún en la actualidad algunas empresas arrastran, exponiendo a los
trabajadores a riesgos innecesarios.

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NUNCA ANCLAR EL SISTEMA


ANTICAIDAS A ESTAS ANILLAS

Instrucciones de uso:
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− Ajustar perfectamente al cuerpo antes de su uso. Verificar que es de una talla adecuada.
− Verificar antes de cada uso el perfecto estado de costuras y anillas.

3.2. DESCENDEDOR

Dispositivo que permite un descenso sobre una cuerda a velocidad controlada. El descenso
se produce al accionar una palanca que libera parcialmente la presión sobre la cuerda,
consiguiendo un descenso totalmente controlado. Aunque realmente se trata de un dispositivo
de descenso para personas, resulta muy útil en maniobras de manejo de cargas pesadas y
totalmente imprescindible en las operaciones de rescate urgente.

Según establece la EN 341, debe tener una función de bloqueo automático, de manera que
deslice por la cuerda a través de una acción voluntaria del usuario y que se detenga por si
mismo en el caso de que el trabajador libere la presión al soltar la palanca involuntariamente.
No utilizaremos ningún otro dispositivo para realizar esta función que no cumpla con esta
norma. Tradicionalmente se vienen utilizando dispositivos de descenso que proceden del
ámbito deportivo y que pueden generar accidentes graves

Además del bloqueo automático, algunos fabricantes incorporan un “sistema antipánico”. Este
consiste en un mecanismo que bloquea y detiene el descenso en el caso de que se ejerza
demasiada fuerza sobre la palanca. Este sistema resulta eficaz y muy seguro especialmente
para el manejo del dispositivo por personas poco experiementadas.

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El dispositivo se conecta a través de un mosquetón a la anilla ventral del arnés. Esta conexión
puede realizarse directamente o a través de un elemento de amarre normalizado, que no
exceda de 1 metro de longitud.

Instrucciones de uso:
- Verificar que es compatible con el diámetro y tipo de cuerda sobre la que se vaya a
utilizar.
- Una vez colocado sobre la cuerda y antes de su utilización, comprobaremos su correcto
funcionamiento.
- Respetar las instrucciones del fabricante.

Existen en el mercado diferentes propuestas.


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3.3. MOSQUETONES
Se utilizarán mosquetones de las mismas características que los empleados en el sistema
anticaídas o equipos de protección individual.

Existe otro tipo de conectores, conocidos como “maillones” muy utilizados para conexiones de
equipos durante largos periodos de tiempo. Hay que decir que los maillones, pese a estar
dimensionados en algunos casos para soportar cargas similares a las de los mosquetones de
seguridad, no cumplen con la norma de equipo de protección individual EN 362. Esto es
debido a que carece de gatillo móvil, su cierre está basado en una rosca que hay que cerrar
completamente dando varias vueltas a la tuerca que hace de cierre. Podría quedarse abierto
accidentalmente. Puede ser utilizado en el equipo de trabajo, cerciorándonos siempre de su
correcto cierre, pero no debe estar presente en la cadena de dispositivos que componen el
equipo de protección individual.

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3.4. ELEMENTO DE AMARRE


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Cotidianamente conocido como Cabo de Anclaje o Baga.


Se trata de un elemento de conexión de poliamida entre
los dispositivos de progresión, o anclajes estructurales y
nuestro arnés. La norma que debe cumplir este equipo es
la EN-UNE 354. El elemento de amarre más utilizado por
su comodidad y seguridad es el cabo de anclaje en “Y”.
Consta de un cabo largo y otro más corto que permite una
conexión cómoda con los distintos dispositivos.

3.5. BLOQUEADORES

Son dispositivos para el ascenso por cuerdas, que se caracterizan por su desplazamiento
sobre la cuerda en un solo sentido, bloqueándose por la presión de una leva móvil sobre la
cuerda si se ejerce una carga en el sentido contrario; en este caso sujetan la cuerda. Por lo
tanto, permiten deslizamiento controlado en un solo sentido siempre y cuando no se ejerza
carga sobre ellos. En el caso de que la persona suelte el dispositivo, éste bloquea por sí
mismo, evitando así una caída. Se utilizan para ascender por la cuerda de trabajo, siendo
muy útiles e incluso imprescindibles en las maniobras de evacuación urgente de personas
accidentadas sobre la cuerda.

Hay que destacar que estos dispositivos no están diseñados para admitir fuerza de
choque. La gran mayoría de los dispositivos que podemos encontrar en el mercado,
bloquean la cuerda a través de una leva bastante agresiva, de forma que cuanto más peso

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se carga, más fuertemente presiona la leva sobre la cuerda. Aunque su resistencia es


superior a los 15 KN, están pensados para soportar pesos moderados, de unos 400 kg
como máximo, más que suficientes para sostener a una persona y su equipo de trabajo,
pero más allá de esta carga, la acción del peso sobre la leva, puede hacer que ésta dañe
la camisa, pudiendo llegar incluso a partir la cuerda. Por lo que NUNCA utilizaremos un
bloqueador como dispositivo anticaídas.

Podemos encontrar varios tipos de bloqueadores. Los más habituales son de Puño y
Ventral, aunque también existen en el mercado modelos superligeros, para uso simultáneo
de dos cuerdas, para el pie etc. El mecanismo de acción de la leva suele ser básicamente
el mismo, tan solo varía el soporte donde se monta ésta.

- Puño: Durante el ascenso por una cuerda, se utiliza


ref: anetva150

combinado con un estribo para introducir el pie y


ayudarnos en el ascenso. No es necesario el uso del
estribo para otros usos.

- Ventral: Se coloca en el arnés en la anilla ventral y


sujeto a la altura de nuestro pecho para facilitar la
acción de sentarnos sobre el arnés.

- De pie: Se utiliza combinado con una cinta que


abraza nuestro pie. Con ello conseguimos
comodidad en el apoyo sobre la pierna.

- Para dos cuerdas: Una leva doble menos agresiva


que los anteriores, aplasta la cuerda cuando se
somete a tracción. Puede ser utilizado con una sola
cuerda.

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3.6. ESTRIBO O PEDAL

Se trata de una eslinga regulable, con un bucle a modo de estribo para


introducir el pie. Su uso combinado con el Puño nos facilita
enormemente el ascenso por la cuerda de trabajo, al poder elevar
nuestro cuerpo cargando el peso en las piernas, en vez de necesitar la
fuerza de nuestros brazos.
ref: anetva150

3.7. CUERDA
Se utilizarán cuerdas de las mismas características que las empleadas en el sistema
anticaídas descritos en el capítulo sobre equipos de protección individual

3.8. SILLA DE TRABAJO

Se trata de un asiento que permite al trabajador estar suspendido de la cuerda, pero liberando
presión de las cintas del arnés. Por muy cómodo que sea un arnés de sujeción, cuando nos
encontramos suspendidos sobre una cuerda, la presión que se ejerce sobre nuestras venas y
arterias a nivel inguinal, hace que el riego sanguíneo no llegue a las piernas adecuadamente,
pudiendo generarnos problemas importantes. La utilización de este elemento es
absolutamente imprescindible en la realización de trabajos verticales si se va a estar
suspendido más de 30 minutos.

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Aunque su utilización es una exigencia legal, este elemento no tiene una norma EN
específica. Pocos son los fabricantes que tienen entre sus productos sillas de trabajo
adecuadas y prácticas. La respuesta más popular es la confección artesanal de un asiento a
través de una tabla de madera sujeta con cintas o cordinos.
ref: anetva150

Instrucciones de uso:
- La silla debe ir anclada a través de un mosquetón a nuestro descensor, una vez que
éste se encuentra conectado a nuestro arnés.
- La silla es un elemento importante en nuestro equipo ya que posibilita la comodidad y
una posición ergonómica. Pero desde el punto de vista de la seguridad contra caídas
constituye un equipo auxiliar.
- Verificar el correcto estado de costuras y nudos de las cintas textiles.

3.9. PROTECTORES DE CUERDA

Son unos elementos absolutamente imprescindibles


durante la realización de trabajos en suspensión sobre
cuerdas y/o utilizando líneas de vida flexible temporal.
Como su propio nombre indica, su misión es la de
proteger las cuerdas de peligrosas agresiones
mecánicas producidas por bordes de forjado, aleros, etc.
Hay que recordar que las cuerdas de fibra sintética
pueden llegar a partirse con facilidad si trabajan rozando
constantemente contra un borde afilado. Curiosamente,
al igual que la silla de trabajo, pese a ser elementos fundamentales del trabajo diario,
tampoco se ha desarrollado una norma EN específica que recoja unos requisitos mínimos.

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Por regla general se trata de una funda de plástico resistente, que abraza la cuerda, evitando
su contacto directo con la zona peligrosa. Para facilitar su instalación en el punto preciso,
disponen de un cierre longitudinal, tipo velcro, que permite abrir el protector en toda su
longitud e instalarlo en cualquier punto de la cuerda.

Los protectores también resultan necesarios para proteger las cuerdas o eslingas utilizadas
en la confección de instalaciones de cabecera, utilizando elementos constructivos tipo
casetones, vigas etc.

3.10. OTROS EQUIPOS AUXILIARES Y COLECTIVOS

3.10.1. POLEAS
ref: anetva150

El uso de poleas está indicado para facilitar el trabajo de elevación de cargas. Ofrecen una
considerable ventaja mecánica (VM), gracias a la dimensión de la roldana y a que ésta trabaja
sobre rodamientos de bolas estancos. Dispone de un orificio de fijación que permite la
colocación de uno o varios mosquetones. Para el uso de poleas es imprescindible el empleo
de mosquetones simétricos.

Las poleas serán de gran ayuda a la hora de realizar la evacuación urgente de un compañero
accidentado, además nos facilitarán el ascenso sobre la silla y el descensor.

- Tipo Fixe. Polea ligera, de pequeñas dimensiones y muy práctica. Para introducir la
cuerda es necesario quitar completamente el mosquetón y la polea, lo que puede
producir la caída de éstos.
- Tipo Rescue. Dispone de placas laterales oscilantes para introducir la cuerda, con
orificio de fijación que permite hasta tres mosquetones simultáneamente. La roldana
montada sobre rodamientos estancos permite una buena VM.

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Algunos modelos incorporan un sistema de bloqueo


automático de la carga, basado en el mismo
mecanismo que los bloqueadores. Estas poleas
constituyen una excelente herramienta durante las
maniobras de manejo de cargas en altura, pues
permiten que la carga esté asegurada en todo
momento, aún en el caso de que el trabajador que
iza la carga suelte la cuerda involuntariamente.
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3.10.2. CINTAS Y ESLINGAS

Las eslingas, o más comúnmente conocidas como cintas, son bandas de fibras textiles, de
construcción similar a las bandas de los arneses. Sus aplicaciones son variadas: utilización
de anclajes constructivos para montar instalaciones de cabecera, puntos de desvío intermedio
de cuerdas y líneas, elementos de amarre del equipo de trabajo o de la herramienta, etc… En
función del cometido al que se dediquen, deberán cumplir una norma u otra.

Las cintas utilizadas en anclajes de cabecera son consideradas dispositivos de anclaje


transportables de Clase B, definidos en la EN 795. Por el contrario, aquellas eslingas
destinadas a servir de unión entre diferentes equipos, deberán ser acordes a la EN 364.
Podemos encontrar cintas que forman un anillo, o bien en línea con terminales. En ambos
casos estarán cosidas por el fabricante o disponer de terminales manufacturados. Se pueden
encontrar en el mercado rollos cinta que se comercializan por metros, que nosotros
deberemos cortar y anudar a nuestro gusto. No es recomendable utilizar este tipo de cintas
anudadas para aplicaciones de responsabilidad, relegándose a usos auxiliares y verificando
periódicamente la correcta realización y estado de los nudos.

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3.10.3. BOLSA DE TRANSPORTE

Resulta altamente recomendable mantener los equipos de protección y trabajo en perfectas


condiciones. Esto lo conseguiremos prestando atención y cuidado no solo durante su uso,
sino también durante su almacenamiento y transporte. La utilización de un recipiente
específico donde guardar los equipos facilitará el control de los mismos y sobre todo los
preservará de humedad, luz solar etc. Este debe ser tan estanco y resistente como sea
posible, pero ofreciendo facilidad de manejo.

3.10.4. CUERDA AUXILIAR

La utilización de una tercera cuerda para las labores de aprovisionamiento de materiales o


ref: anetva150

herramientas resulta en muchos casos una práctica habitual.

Las exigencias de estas cuerdas será de adecuada carga estática, pero no será
imprescindible la capacidad de absorción de fuerza de choque, pues en un manejo de carga
realizado correctamente no hay posibilidad de que la carga genere una caída que deba parar
la cuerda. De hecho en las ocasiones en las que es necesario elevar la carga con muchos
metros de cuerda desplegada, el dinamismo o elasticidad de la cuerda puede ser un
inconveniente importante.

Habitualmente podemos comprobar que para este cometido se utilizan cuerdas que han sido
desechadas para su uso con personas. En este caso se debe comprobar que la cuerda se
encuentra dentro de su vida útil, en un estado aceptable para el trabajo con los dispositivos,
sin cortes, roturas parciales, quemaduras u otro deterioro importante. En este sentido siempre
es más recomendable utilizar una cuerda específica para el manejo de materiales, de
características y aspecto diferente a las utilizadas como cuerda de seguridad o trabajo. De
esta manera, colaboraremos a evitar que alguien pueda utilizar esa cuerda equivocadamente
para un uso no adecuado, como sería la suspensión o aseguramiento de una persona.

4. OTROS EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL

El trabajador vertical además de los equipos contra caídas, utilizará diferente herramienta y
trabajará con materiales agresivos diariamente. Por ello haremos una exposición de los

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equipos de protección más comunes con los que deberemos contar como equipo personal de
uso diario, establecido por la evaluación de riesgos del puesto de trabajo.
Durante la realización de Trabajos Verticales utilizaremos los siguientes equipos de
protección:

• Guantes EN 420 y EN 388


• Calzado de seguridad EN 345
• Gafas protectoras EN 166, EN 170
• Mascarilla EN 149

4.1. GUANTES

Son necesarios en la práctica totalidad de las situaciones


ref: anetva150

de trabajo en construcción, rehabilitación o mantenimiento.


Nos protegerán de contusiones y cortes en un lugar tan
importante como las manos, así como del contacto con
productos químicos tales como resina epoxi, morteros etc.
Se necesita un cierto tiempo para acostumbrarse a
trabajar con ellos, pero una vez pasado ese tiempo,
difícilmente se volverá a trabajar sin ellos. Los más adecuados y versátiles para un trabajador
vertical serán los de piel, de una talla perfectamente adecuada al usuario.

4.2. CALZADO DE SEGURIDAD

El calzado tiene que ser antideslizante; habrá que tener bien cuenta aquellas tareas que se
realicen a bajas temperaturas, también nos protegen de salpicaduras de metal, ácidos, etc.
Deberá ser hidrófugo, con puntera de seguridad (200 Kjoule), preferiblemente sintéticas,
antes que metálica, acolchadas, de suela antiestática y antideslizante y/ o cuero, plantilla de
protección sintética o de acero y exterior de poliuretano.

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4.3. GAFAS
Protegen algo tan sensible como los ojos. Se convierten en
imprescindibles cuando nos encontramos utilizando
martillos, taladros, maquinaria de corte, desescombrando o
simplemente pintando por encima de nosotros.

4.4. MASCARILLA
Las vías respiratorias deben estar protegidas cuando
se trabaja con productos o máquinas que desprendan
polvos o partículas pequeñas (taladros, radiales etc…).
Esta protección es especialmente importante cuando
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la exposición deba ser prolongada.

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5. EQUIPOS NO PERMITIDOS

Como ya hemos comentado, podemos encontrar equipos provenientes del ámbito deportivo,
bajo normas EN específicas, que sin embargo no son adecuados para su uso en el ámbito
laboral, pero que eran de uso común en los comienzos de los Trabajos Verticales. Por regla
general, las razones por las que no está permitido su uso tienen que ver con la seguridad de
las personas. Estos equipos no garantizan los parámetros de seguridad mínimos establecidos
en las normas EN correspondientes. Por ello debemos evitar su utilización en el trabajo. A
continuación relacionamos algunos de los equipos, que no todos, que con más frecuencia
pueden verse aún hoy en algunas obras.
ref: anetva150

5.1. DESCENDEDOR “OCHO”

Es un descensor de uso deportivo que requiere


durante su utilización de un dispositivo
autobloqueante auxiliar, pues carece de sistema de
bloqueo automático. Está totalmente desaconsejado
su uso para la seguridad en el trabajo, debido a la
desprotección del usuario: en el caso de soltar las
cuerdas, este caería al vacío irremediablemente.

5.2. MOSQUETÓN SIN CIERRE DE SEGURIDAD

Incumple una de las dos condiciones básicas


establecidas en la EN 362, que consiste en la
necesidad de abrir el mosquetón mediante
dos acciones voluntarias. La apertura del
gatillo se consigue con una simple presión
sobre él. Debido a esta circunstancia podría
abrirse de forma accidental mucho más
fácilmente de lo que parece.

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5.3. BLOQUEADOR “SHUNT” COMO ANTICAÍDAS

Es un dispositivo autobloqueante diseñado conforme a la EN 567.


Aunque su comportamiento en caso de caída es menos agresivo
para la cuerda que el resto de bloqueadores, no está diseñado
como un sistema anticaídas. Realmente su fabricación responde
a la necesidad de ofrecer un dispositivo de freno durante la
utilización del Ocho en montaña. El problema reside en que
durante el descenso por cuerdas, el dispositivo no acompaña al
usuario, sino que éste debe liberar la palanca de freno
manipulando el dispositivo.

El empleo de este bloqueador como dispositivo anticaídas, en combinación con un descensor


ref: anetva150

sin un dispositivo antipánico, puede ocasionar trágicas consecuencias para el usuario:


Durante el descenso, para lograr un movimiento continuo necesariamente hay que manipular
los dos dispositivos a la vez (descensor y bloqueador); en caso de un suceso inesperado que
nos haga perder el equilibrio con el control del movimiento, nos agarraremos con fuerza a los
dos dispositivos (descensor y bloqueador) y la única forma de producir una parada automática
será soltando ambos. En una situación de pánico y de manera instintiva, las personas
tendemos a aferrarnos con las manos a los objetos y la posibilidad de racionalizar en ese
momento crítico la necesidad de soltar la presión no pasará por nuestra cabeza,
precipitándonos irremediablemente contra el suelo.

5.4. ASEGURADOR “GRI-GRI”

Se trata de un dispositivo específico para realizar un


aseguramiento dinámico a un escalador, al que el fabricante
autoriza para su uso complementario como descensor
durante la práctica deportiva. No dispone de mecanismo
antipánico. No cumple la EN 341, aunque cuenta con un
mecanismo de bloqueo automático si soltamos la palanca.
El desbloqueo total por excesiva presión del mecanismo de
freno, es muy fácil, lo que le hace un aparato delicado de
manejar. No esta aconsejado su uso como descensor.

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CAPITULO II

6. MANTENIMIENTO, CONSERVACIÓN Y CONTROL DEL EQUIPO

Los equipos de protección contra caídas normalizados ofrecen un gran margen de resistencia
y seguridad, pero para exigirles todas sus prestaciones deberemos mantenerlos en un
perfecto estado durante toda su vida útil. Para ello debemos distinguir dos ámbitos de
intervención directamente relacionados:

• Mantenimiento: Es la acción de conservar el EPI u otro equipo en un estado de


funcionamiento seguro mediante acciones preventivas tales como limpieza y
almacenamiento adecuado.
• Revisiones Periódicas: Nos referimos a una revisión en profundidad con objetivo de
ref: anetva150

detectar cualquier deterioro o desgaste del equipo que pueda desembocar en situaciones
peligrosas. La normativa establece que esta revisión de los equipos se realizará como
mínimo de una vez al año, pudiendo reducirse esta frecuencia, en función de lo que
establezca el fabricante. Será realizada por una persona competente, conocedora de los
requisitos relativos a la revisión periódica y de las recomendaciones e instrucciones del
fabricante.

Como vemos, resulta imprescindible seguir las instrucciones que el fabricante nos ofrece en
el folleto informativo de nuestro equipo, referidas al método de limpieza o lubricación,
temperaturas de trabajo, vida útil, frecuencia de verificación etc. Por ello, a continuación nos
limitaremos a exponer una serie de normas o recomendaciones de carácter general en cuanto
al cuidado y mantenimiento de los equipos, con el objetivo de ofrecer una visión global, pero
remitiendo al lector la consulta del mencionado folleto informativo editado por el fabricante del
producto.

6.1. PRODUCTOS TEXTILES SINTETICOS

Agresiones
• Evitar el rozamiento con materiales abrasivos y con partes cortantes. Constituye uno de
los mayores peligros durante el trabajo habitual. Especial cuidado deberemos prestar a las
cuerdas de trabajo y seguridad, a las eslingas de las instalaciones que rodean elementos
constructivos etc. Se utilizará protectores específicos en los lugares donde se produzcan
roces con materiales agresivos.

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CAPITULO II

• Evitar el contacto con reactivos químicos y otros corrosivos. Numerosos productos


químicos de los utilizados habitualmente contienen entre sus componentes agentes
corrosivos para nuestras cuerdas y eslingas. Deberemos informarnos de la compatibilidad
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de los componentes con nuestras cuerdas y evitar en todo momento que los productos
textiles entren en contacto con productos químicos.

Limpieza y Mantenimiento
• Cualquier producto textil sucio debe ser lavado con agua fría. Podemos utilizar un
detergente neutro o en todo caso similar al que se emplea para la ropa delicada. Con esto
eliminamos restos sólidos o químicos que pueden ir dañando poco a poco nuestro equipo.
Por otro lado, en un equipo limpio siempre resulta más fácil detectar posibles daños.
• Después del lavado se secará en un lugar sombreado, aireado y fresco. Nunca guardar un
producto textil húmedo, pues en poco tiempo se pudrirá y será necesario desecharlo.
• Después de su utilización debe ser guardado y almacenado en un lugar seco, limpio,
protegido de los rayos ultravioletas y del polvo.

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CAPITULO II

• Evitar largas exposiciones innecesarias de los equipos textiles a la intemperie o


especialmente a los efectos del sol. Los rayos ultravioletas degradan las fibras de
poliamida haciendo que pierdan su capacidad de resistencia y elasticidad. Bien es verdad,
que de manera muy lenta, pero también de forma igualmente inexorable.

Vida útil
Es importante señalar que la vida útil de un producto la establece el fabricante, teniendo en
cuenta desde la fecha de fábrica el tiempo máximo de utilización. En ocasiones nos
encontraremos con que la fecha máxima de utilización se establece desde la fecha de su
puesta en uso y no desde la fecha de fabricación. En estos casos, el fabricante debería
aportar información sobre el tiempo máximo de almacenamiento.
• Las cuerdas y cintas pueden tener una duración máxima de 3 años para un uso ocasional.
Teniendo en cuenta el desgaste y deterioro habitual, la vida real de cuerdas y cintas es
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muy limitada. Para una utilización intensiva, como es el caso de las empresas de trabajos
verticales, se recomienda que la vida útil de las cuerdas sea máximo de un año.
• Los arneses suelen tener una vida útil más prolongada, en torno a los 5 años.

Revisiones Periódicas
Estas revisiones se complementan con las inspecciones sistemáticas antes y después de
cada utilización del equipo. Prestaremos especial atención a :
• Verificar regularmente las costuras, prestando atención a la continuidad de todos los hilos.
• Verificar los medios de regulación del arnes antes de su uso, comprobando que funcionan
correctamente y que los elementos metálicos se encuentran en buen estado.
• Verificar la continuidad de todas las fibras de cuerdas y cintas, comprobar la ausencia de
cortes, aplastamientos o quemaduras.

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CAPITULO II

• Después de soportar una caída de factor 1 o superior, es necesario revisar


concienzudamente los materiales textiles implicados, no dudando en sustituir a la menor
sospecha de daño.

6.2. PRODCUTOS METALICOS


Agresiones

• Evitar por todos los medios, los golpes sobre los aparatos metálicos. Un impacto fuerte
puede producir micro fracturas internas, no visibles a simple vista, que podrían
desembocar en la fractura total con una carga ligera.
• Puede resultar difícil determinar cuándo un impacto ha podido resultar excesivo, por ello,
a la menor duda, desechar cualquier material que haya sufrido un golpe importante.
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Limpieza y Mantenimiento
• Después de su utilización debe ser guardado y almacenado en un lugar seco y limpio,
protegido de los rayos ultravioletas y del polvo.
• Alejar los dispositivos y materiales metálicos de ambientes húmedos.
• Si durante su utilización los materiales se mojan, secarlos en ambiente seco.
• Lubricar cierres y mecanismos, cuando éstos no funcionen correctamente. Limpiar
cuidadosamente el exceso de lubricante.
Vida útil
La vida útil de los productos metálicos es notablemente más larga
que la de productos textiles. En algunos casos, el fabricante
afirma en el folleto informativo que en buenas condiciones de uso,
su producto es imperecedero. La vida útil real de los productos

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CAPITULO II

metálicos dependerá de su uso y mantenimiento: Un mosquetón


con muy poco uso puede ofrecer garantías pasados 10 años
desde su fecha de fabricación pero un descensor de uso diario
puede que sea necesario sustituirlo al cabo de uno o dos años,
por el desgaste continuo que provoca el rozamiento de las
cuerdas.

Revisiones Periódicas
Estas revisiones se complementan con las inspecciones sistemáticas antes y después de
cada utilización del equipo. En las revisiones prestaremos especial atención a:
• Comprobar la ausencia de cortes o deformaciones.
• Verificar el correcto funcionamiento de las partes móviles.
• Después de soportar una caída de factor 1 o superior, es necesario revisar
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concienzudamente los materiales metálicos implicados, no dudando en sustituir a la


menor sospecha de daño.

6.3. CONTROL DEL EQUIPO


Para poder registrar convenientemente todos los datos durante la vida útil de cada equipo,
siempre es aconsejable utilizar una ficha específica para el seguimiento de los equipos. Se
adjudicará una ficha para cada uno de los equipos, en la que se incluirá, al menos, la
siguiente información:
• Producto, modelo, tipo y marca comercial
• Datos de contacto del fabricante o distribuidor
• Medios de identificación (nº serie, lote etc.)
• Año de fabricación y fecha de caducidad
• Fecha de compra
• Fecha de la primera puesta en servicio
• Histórico de revisiones periódicas
• Fecha de la próxima revisión periódica

Cada empresa podrá incluir tantos campos como se estime oportuno para mejorar el proceso
de seguimiento: Nombre de usuario, código de identificación interno etc.
Ver Ficha de Control del Equipo:

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CAPITULO III

CAPITULO III.- CONOCIMIENTOS DE NIVEL OF.-BASIC

1. UTILIZACIÓN DEL SISTEMA ANTICAÍDAS


1.1. DEFINICIÓN DEL SISTEMA
Según establece la normativa, cualquier trabajador expuesto a un riesgo de caída en altura,
debe estar protegido por un sistema de seguridad que garantice la realización del trabajo sin
riesgos. Para ello, deberán instalarse protecciones adecuadas en todos los lugares donde sea
posible hacerlo, nos estamos refiriendo a la instalación de sistemas anticaídas definidos en
la EN 363.

Los sistemas anticaídas sobre líneas de vida constituyen una excelente herramienta para
asegurar de forma permanente, desplazamientos por paramentos verticales. El sistema
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utilizado en la realización de trabajos en suspensión sobre cuerdas es el de Línea de Vida


Flexible, de carácter temporal.

1.2. COMPONENTES DEL SISTEMA


ƒ Punto de anclaje. Será suficientemente sólido y garantizará una resistencia mínima de 10
KN, según establece la EN 795.
ƒ Línea de Anclaje. Será de cuerda dinámica o semiestática de modo que garantice la
absorción de fuerza de choque, de diámetro mínimo de 10 mm y garantizará una
resistencia de 22 KN.
ƒ Mosquetones. Dispositivos necesarios para conectar los componentes entre sí.
ƒ Dispositivo deslizante. Dispositivo anticaídas de bloqueo automático.
ƒ Elemento de amarre. Para la unión entre el dispositivo deslizante y el arnés.
ƒ Contrapeso. Se coloca en la parte inferior de la cuerda con el objetivo de mantener una
cierta tensión sobre ésta, de manera que el dispositivo deslizante progrese con facilidad.

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CAPITULO III

Punto de Anclaje

Línea de anclaje

Dispositivo Anticaídas

Mosquetones
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Contrapeso

1.3. INSTRUCCIONES DE UTILIZACIÓN


1. El anclaje o instalación de cabecera del sistema anticaídas será independiente de la
instalación de la cuerda de trabajo, tendrá una resistencia adecuada (10 KN como
mínimo) y estará diseñada para su uso por un único trabajador.

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CAPITULO III

2. La línea de anclaje estará instalada de forma que sólo permita el movimiento del
dispositivo anticaídas deslizante en las direcciones especificadas, es decir, guardando la
vertical.
3. Sólo se utilizarán dispositivos anticaídas compatibles con la línea de anclaje. En este
sentido, se respetarán las instrucciones facilitadas por el fabricante del dispositivo
deslizante.
4. Se protegerán con protectores específicos los rozamientos de la cuerda en bordes
agresivos.
5. Será lo primero que pongamos en la cuerda de seguridad antes de iniciar un
desplazamiento sobre la cuerda de trabajo, y lo último que retiraremos.
6. El sistema anticaídas estará conectado en la anilla esternal o dorsal de nuestro arnés en
todo momento en el que nos encontremos expuestos a un riesgo de caída y no solamente
cuando estamos colgados de la cuerda de sujeción o trabajo. Hay numerosas situaciones
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y desplazamientos por la cubierta de edificios que hacen imprescindible el uso de un


sistema anticaídas. Una de las más comunes es la tarea de aprovisionar de materiales
desde la cubierta al trabajador que está suspendido en las cuerdas; en numerosas
ocasiones los riesgos que se corren al realizar esta tarea sin seguridad son muy altos.
7. El sistema anticaídas se conectará únicamente en las anillas específicas del arnés, por
encima del centro de gravedad corporal. Nunca conectaremos el dispositivo anticaídas al
anclaje ventral o laterales del arnés.
8. La conexión entre el dispositivo deslizante y el arnés puede realizarse directamente con
8 longitud.
un conector o a través de un elemento de amarre de no más de un metro de
Como hemos visto, el anticaídas debe progresar y moverse libremente por la cuerda sin
intervención del trabajador, tanto en ascenso como en descenso. Por regla general, el
anticaídas irá un poco por debajo de nosotros en los desplazamientos sobre la cuerda. En
caso de caída no bloqueará inmediatamente, pudiendo deslizar hasta 1 metro sobre la
cuerda hasta su bloqueo automático. Por ello, si no fuera recomendable la conexión
directa al arnés, elegiremos un elemento de amarre de una longitud tan corta como
podamos, con el objetivo de reducir la distancia de una posible caída.

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CAPITULO III
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9. La utilización del elemento de amarre obedece a una cuestión de operatividad de cara a la


realización de la tarea. De esta manera, podemos quitarnos de nuestro frente la cuerda de
seguridad, desplazándola a un lado, con lo que estorba mucho menos. Esto puede ser
favorecido si la instalación de la cuerda de seguridad la realizamos un poco desplazada
de la vertical de la cuerda de trabajo.

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CAPITULO III

1.4. FÍSICA Y DINÁMICA APLICADA A LA CAÍDA


Para valorar las consecuencias reales de una caída y sus repercusiones en nuestro cuerpo y
para los equipos de protección, será necesario recordar algunos conceptos básicos de física:
En nuestra vida cotidiana, utilizamos términos que no se corresponden con su equivalencia
en física o matemáticas. Es muy habitual escuchar en la calle e incluso en los medios de
comunicación, que el peso medio de una persona cuando llega a la edad adulta es de X
Kilogramos (Kg.). Sin embargo el Kg. es una unidad de masa (m) y no de peso (P). Ambos
conceptos están muy interrelacionados pero no son equivalentes. Por tal motivo, es
importante tener claro qué es una masa, un peso, una fuerza y sus correspondientes
unidades.
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1.4.1. CONCEPTOS BÁSICOS


- PESO. Como sabemos, la fuerza con la que la tierra atrae a un cuerpo se denomina
Fuerza de la Gravedad. Bien, la resultante de la acción de la fuerza de la gravedad sobre
una masa es el peso. Es decir, podemos definir Peso (P) como la fuerza que ejerce la
tierra sobre una masa. La unidad de medida de peso es el Kilopondio o Kilogramo fuerza
y surge entre las analogías de la masa y fuerza. Por ejemplo: El peso medio de la
población Española es de 70 Kp y su masa corresponde aproximadamente a 70 Kg.
- FUERZA. El concepto de fuerza es algo intuitivo. Siempre que intentamos poner en
movimiento un cuerpo que inicialmente se encuentra en reposo, queremos detenerlo, o
tratamos de modificar su velocidad, tenemos que realizar un esfuerzo que se manifiesta
en forma de cansancio muscular. Una definición más académica de fuerza sería aquella
magnitud física capaz de deformar un cuerpo (Efecto Estático) o modificar su estado de
reposo o movimiento (Efecto Dinámico), o ambas cosas a la vez. Se entiende por
concepto dinámico de fuerza el que permite afirmar que si un cuerpo se mueve con una
determinada aceleración (a), es por que, sobre él actúa una fuerza de su misma dirección
y sentido.

Fuerza = masa X aceleración

La unidad de fuerza recibe el nombre de Newton (N) que corresponde a la fuerza que se le
comunica a una masa de 1 Kg. con una aceleración de 1 m/s2. Las unidades más
habitualmente utilizadas son el Decanewton (daN) y Kilonewton (KN)

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CAPITULO III

Equivalencias aproximadas entre las diferentes unidades de fuerza y peso:

1N 1daN 1 KN 1 Kp
0,1 daN 10 N 1000 N 10 N
0,001 KN 0,01 KN 100 daN 1 daN
0,1 Kp 1 Kp 102 Kp 0,001 KN

- ENERGÍA. La energía interviene en todos los fenómenos que ocurren en el universo. Es


necesaria la energía para mover un objeto o calentar un líquido hasta conseguir que
hierva. Existen muchas formas de energía (E): E. Eléctrica, Química, Solar, Nuclear,
Térmica, Mecánica,.. Unas formas de energía se pueden transformar en otras: la energía
química se puede transformar en eléctrica, ésta a su vez, se puede transformar en
mecánica y así sucesivamente, pero sea cual sea la transformación energética que se
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produzca, siempre se cumplirá el principio de la conservación de la energía:

“La Energía total de un sistema aislado permanece constante”, o lo que es lo mismo, “la
energía ni se crea ni se destruye, solamente se transforma”.

Se dice que un cuerpo posee energía cuando tiene la capacidad de realizar un trabajo
(W), mediante la transformación de una forma de energía (E) en otra distinta. En función
de su situación en el espacio, los cuerpos pueden tener dos tipos de energía:

- Energía potencial. Podemos decir que es la energía que tiene un cuerpo en reposo
debido a su masa y a su distancia con respecto a la tierra. Cuando una persona de 80 Kg.
de masa progresa verticalmente por una estructura metálica, desde el suelo (punto O)
hasta una altura de 20 m. (punto 1), se está realizando un trabajo (W). Una vez llegada a
dicha altura, el trabajo que ha realizado no se ha perdido, al contrario, el cuerpo ha
adquirido una energía potencial, numéricamente igual al trabajo que ha sido necesario
para realizarlo. La energía potencial (Ep) gravitacional que tiene el cuerpo de la persona
de masa m que se encuentra en reposo y está situado a una altura h sobre el nivel del
suelo viene dada por la siguiente expresión:

Trabajo (W) = Energía Potencial (Ep) = masa (m) x gravedad (g)x altura (h)

Es decir, que a medida que nos separamos del suelo, la energía potencial que almacena
nuestro cuerpo, aumenta.

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CAPITULO III

Energía Cinética. Todos los cuerpos que no están en reposo poseen una cantidad de
energía debido a su movimiento, conocida como energía cinética. Supongamos que sobre un
cuerpo de masa m, inicialmente en reposo, actúa una fuerza F, de tal forma que el cuerpo
comienza a moverse. Cuando el cuerpo haya recorrido una distancia S, habrá adquirido una
velocidad V. Sobre este cuerpo se ha realizado un trabajo y como consecuencia de ello el
cuerpo ha adquirido una energía cinética. Viene dada por la siguiente expresión:

Ec =1/2 X masa (m) X velocidad (V2).

Por lo tanto, la energía cinética aumentará a medida que la velocidad también lo haga.

1.4.2. DINAMICA DE LA CAÍDA. FUERZA DE CHOQUE

Cuando una persona con una masa de 80 Kg. se encuentra en reposo a una altura de 20 m,
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tiene una energía potencial, pero no tiene energía cinética. Sin embargo, imaginemos que
sufre un desvanecimiento y como consecuencia de éste, experimenta una caída a distinto
nivel, por no llevar un sistema anticaídas puesto. El cuerpo a medida que desciende va
adquiriendo mayor velocidad, con lo que su energía cinética va en aumento. Por el contrario,
la energía potencial disminuye paulatinamente, ya que la altura a la que se encuentra el
cuerpo respecto al suelo, es cada vez menor. De este modo, su energía cinética es máxima al
llegar al suelo, mientras que su energía potencial es igual a cero.

Según el principio general de la conservación de la energía, en estas condiciones y sin tener


en cuenta las fuerzas de rozamiento, la energía cinética que tiene el cuerpo al llegar al suelo
es igual a la energía potencial que tenía dicho cuerpo en el instante inicial de precipitarse al
vacío. O dicho de otra manera, la energía potencial se ha transformado completamente en
energía cinética.

La pregunta que nos quedaría por hacer es: Una vez que la persona ha llegado al suelo, ¿la
energía cinética en qué se ha transformado? .Parte de ella continuará como energía potencial
en el cuerpo, pero un gran parte se transformará en Fuerza de Choque que debe realizar un
trabajo mecánico determinado. Este trabajo consistirá en romper los huesos del cuerpo,
reventar órganos internos y causar destrozos en general. Por lo que podemos decir que las
consecuencias de la fuerza de choque son el peor enemigo de un trabajador expuesto a una
caída en altura.

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CAPITULO III

1.4.3. FACTOR DE CAÍDA


Si en el ejemplo anterior, dicha persona sufre una caída a distinto nivel portando un sistema
anticaídas, inmediatamente entran en acción una serie de elementos para limitarla en un
primer momento y detenerla después. Aunque el trabajador no llegue al suelo, recorrerá una
pequeña distancia antes de la parada, con lo que se liberará una fuerza de choque
determinada. Para que las consecuencias de la caída sean mínimas para el trabajador, el
sistema de seguridad debe absorber la mayor cantidad de energía que sea posible.

La fuerza de choque generada durante la caída es transmitida en cadena a los siguientes


elementos: cuerda o cable, conectores, disipadores de energía, dispositivo anticaídas,
arnés,.. y persona accidentada. Cada uno de ellos debe tener una resistencia proporcional a
su función, de modo que garantice la continuidad de la cadena, pero solamente alguno de
ellos podrá absorber la energía generada.
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El sistema anticaídas utilizado en trabajo verticales, como sabemos, está basado en una línea
de anclaje de cuerda. La absorción de energía por parte de la cuerda provoca una
deformación en forma de estiramiento constante en toda su longitud. Ésta es mayor cuanta
más longitud de cuerda se esté empleando en el sistema (cuerda activa) y menor si utilizamos
un trozo de cuerda muy pequeño ( Ej: 1m.). Para relacionar estos parámetros, de cara a la
práctica y al trabajo diario, podemos apoyarnos en el concepto de “Factor de Caída”.

El factor de caída (FC) es la relación entre la distancia de la caída y la longitud de cuerda


desplegada que detiene ésta. Responde a la siguiente fórmula:

Factor de Caída = Distancia de caída (n º de metros)

Longitud de la cuerda activa (nº de metros)

El resultado es un valor adimensional, es decir, no son newton, ni kilogramos, ni nada


parecido. Este valor debe ser tan bajo como sea posible, de cara a que las consecuencias de
la caída sean lo menos desfavorables para nosotros.

La aplicación del factor de caída en el trabajo diario en altura, utilizando equipos de


protección, resulta una herramienta muy útil para prever y evitar caídas que, aparentemente
pueden parecernos cortas en distancia, pero que pueden tener consecuencias graves para
nuestro cuerpo.

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CAPITULO III

Longitud del elemento

de amarre = 150 cm.


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Factor 0 Factor 1 Factor 2


No se produce caída Distancia de caída= 150 cm. Distancia de caída= 300 cm.
Longitud amarre= 150 cm. Longitud amarre= 150 cm.
150/150 = 1 300/150= 2

Factor 0. Caída que no genera fuerza de choque sobre la cuerda. Peligrosa situación por
posibles golpes laterales.

Factor 1. Caída leve si el elemento de amarre es corto, de consecuencias no demasiado


graves.

Factor 2. Caída muy peligrosa. Deberemos evitar en lo posible esta situación y limitar el
tiempo de exposición en momentos donde sea inevitable.

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CAPITULO III

2. UTILIZACIÓN DE SISTEMAS DE SUJECIÓN


2.1. PROGRESIÓN BÁSICA POR CUERDAS

2.1.1. TÉCNICAS DE DESCENSO


Por lo general será la técnica más empleada, pues exige un menor nivel de esfuerzo y el
empleo de menos dispositivos.
1. Realizar las instalaciones independientes para cada línea de cuerda.
2. Una vez colocado el dispositivo anticaídas en la cuerda de seguridad y en la anilla
correspondiente del arnés, pasar la cuerda de trabajo por el descensor, tal como
indica el fabricante.
3. Conectar el mosquetón del descensor a la anilla ventral del arnés. Recuperar la
cuerda sobrante tirando de ésta hacia arriba. De esta forma, sentimos la tensión de la
cuerda.
ref: anetva150

4. Apoyar nuestro peso en el descensor, comprobando el correcto bloqueo automático.


5. Liberar un poco de cuerda y pasar con cuidado a la vertical, hasta estar suspendidos
del descensor. El anticaídas permanecerá alto durante la maniobra.
6. Sujetar ligeramente la cuerda inactiva con una mano, y con la otra accionar
lentamente la palanca hasta notar que comienza a correr la cuerda y nosotros
comenzamos a descender.
7. Verificar que el dispositivo anticaídas no se encuentra bloqueado y corre por la cuerda
libremente.
8. El descenso se realiza lentamente y de manera controlada, previendo posibles
obstáculos que pudiéramos tener por el camino (tendederos, terrazas etc.).

A menudo, la entrada en la vertical se realizará desde la


cubierta por encima del peto de protección perimetral, en cuyo
borde apoyarán las cuerdas cuando estemos suspendidos. Es
el momento más delicado de la maniobra. Deberemos realizar
este movimiento con cuidado y concentración, asegurándonos
que las dos cuerdas se encuentran convenientemente
protegidas del vivo del murete perimetral de la cubierta, con los
protectores bien colocados, cuando comenzamos el descenso,
suspendidos de ellas.

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CAPITULO III

Utilización de la silla de trabajo.


Pese a disponer del mejor arnés del
mercado, si mantenemos la situación de
suspensión total sobre la cuerda, pasado
un tiempo, la circulación sanguínea de las
piernas se verá comprometida, debido a la
presión de las cintas del arnés a nivel
inguinal. Esto producirá un
adormecimiento de piernas no deseable.
Con el objetivo de evitar este problema,
se utilizará una silla de trabajo donde
poder estar sentados, mientras
mantenemos la suspensión. Solo
ref: anetva150

realizaremos trabajos verticales sin silla,


cuando las condiciones del trabajo o la corta duración del mismo lo hagan recomendable,
siempre previa evaluación de riesgos.

La silla de trabajo no constituye un EPI y carece de norma específica. Por lo tanto está
considerada material auxiliar. La anclaremos al mosquetón del descensor para que acompañe
todos nuestros movimientos.

Existen dos métodos de anclar la silla a nuestro sistema de descenso:

ƒ Con el descensor anclado directamente a


nuestro arnés. En este caso la silla deberá estar
muy bien ajustada para liberar de peso al arnés,
aunque nunca llegaremos a quitar completamente
nuestro peso de la cintura y perneras. Aporta una
mayor sensación de seguridad al notar la tensión
directamente en el arnés.

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CAPITULO III

ƒ Con el descensor prolongado con un elemento de amarre. Las cintas de la silla serán
más cortas que el cabo de anclaje del descensor, quedando sentados completamente en
la silla, sin que el elemento de amarre se encuentre en tensión. Con este método
liberamos completamente nuestro peso del arnés. Resulta mucho más cómodo para
permanecer mucho tiempo suspendido, pero en un primer momento, puede darnos una
cierta sensación de inseguridad, al no notar la tensión en el arnés. Si elegimos esta
opción debemos prestar especial cuidado a la forma de anclar la silla. Podemos realizarlo
de varias maneras:

9 Con un mosquetón conectado al mosquetón del


descensor. Tiene la gran ventaja que podemos
quitarnos la silla en cualquier momento.
9 Con las cintas de la silla compartiendo el
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mosquetón del descensor. En este caso,


llevaremos permanentemente la silla de forma
solidaria con el descensor. Para colocar la silla
antes de iniciar el descenso, deberemos sacar el
descensor del mosquetón para pasar una cinta de
la silla, después volver a colocar el descensor y por
último la segunda cinta de la silla.

Existe un método muy generalizado pero


incorrecto, que puede ocasionar sustos y
accidentes: consiste en dejar el descensor
permanentemente anclado a la silla y anclarnos
con el mosquetón del cabo de anclaje al
mosquetón de la silla. Además de la posibilidad de
que los dos mosquetones trabajen de forma
incorrecta, se ha demostrado que la probabilidad
de que el trabajador olvide anclarse con el
elemento de amarre es muy alta.

¡¡ NO!!
Posibilidad de Olvido
Mal trabajo de
mosquetones

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CAPITULO III

2.1.2. TÉCNICAS DE ASCENSO


Pese a lo que pueda parecer, subir por una cuerda, con los dispositivos adecuados, es una
cuestión más de técnica que de fuerza. Para ello necesitaremos como mínimo dos
dispositivos con bloqueo automático, pudiendo hacer combinaciones: Dos puños, puño y
ventral, puño ventral y pie, puño y descensor etc. Realizados correctamente, todos pueden
ser igual de seguros. Por ser los más utilizados, describiremos los métodos de Puño+ Ventral
para la realización de largos ascensos y el método de Puño + Descensor para su uso con la
silla de trabajo, o ascensos cortos.

Bloqueador Puño + Bloqueador Ventral


1º. Colocar el bloqueador de pecho, a través
de un mosquetón, en la anilla ventral del
arnés y sujetado al pecho con una cinta, tal
ref: anetva150

y como describe el fabricante, conectarlo a


la cuerda. La cinta torácica deberá estar
bien ajustada al cuerpo. (En caso de no
disponer de cinta torácica, podemos
posicionar el bloqueador ventral anclando
un pequeño conector en el orificio superior
con la anilla esternal del arnés)
Paso

2º. Nos sentamos sobre el arnés dejando todo el


peso sobre la cuerda.
3º. Instalar el bloqueador de puño con estribo en la
cuerda por encima del bloqueador ventral lo más
alto que sea posible. El Puño estará anclado al
arnés a través del cabo largo de
posicionamiento.

Pasos 2 Y 3

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CAPITULO III

4º. Pisar sobre el estribo, incorporando todo


nuestro peso sobre él, quedando con la
pierna estirada, ayudándonos con la mano y
el Puño. Simultáneamente sujetamos la
cuerda que sale por debajo del Ventral al
elevarnos.
ref: anetva150

Paso 4

5º. Sentarse sobre el arnés, quedando


suspendidos del Ventral.
6º. Elevar el puño y repetir los movimientos.

Pasos 5 Y 6
IMPORTANTE
• Si dejamos la cuerda lastrada antes de comenzar el ascenso, no será necesario sujetar
con la mano la cuerda por debajo del Ventral, para facilitar que éste corra hacia arriba. De
esta forma, el movimiento se simplifica mucho, pues podemos sujetar el Puño con las dos
manos.
• En el estribo podemos introducir un pie, los dos, o ir cambiando de pierna cada cierto
tiempo.

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CAPITULO III

• Para ahorrar esfuerzo y conseguir velocidad, debemos adoptar secuencias de


movimiento rítmico. Sin prisa, pero sin pausa.

Descensor + Bloqueador
Si estando en la posición de descenso necesitamos remontar unos metros por la cuerda, para
después volver a bajar, deberíamos instalar los bloqueadores de ascenso y desmontar el
descensor. Posteriormente, deberíamos volver a instalar el descensor y quitar los
bloqueadores. Estas maniobras implican inversión de tiempo y, sobretodo, la posibilidad de
cometer algún error.
Habrá situaciones de trabajo que nos exijan dominar estas técnicas, pero si estamos
trabajando en una zona reducida de la estructura, y el ascenso es de pocos metros, podemos
actuar de la siguiente forma:
ref: anetva150

1. Situados sobre el descensor colocar el


Puño en la cuerda, lo más alto posible (el
bloqueador estará conectado al arnés por
el cabo de anclaje largo).

Paso 1

2. Pisamos en el estribo y simultáneamente


tiramos hacia arriba de la cuerda inactiva
del descensor, elevando el cuerpo. El
descensor debe mantener siempre una
pequeña tensión para facilitar el paso de la
cuerda.
3. Una vez recuperada toda la cuerda posible,
nos sentamos de nuevo en el arnés a
través del descensor, subimos el puño
deslizándolo por la cuerda y repetimos la
secuencia.

Pasos 2 Y 3

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CAPITULO III

Para facilitar esta maniobra, especialmente cuando no se tiene apoyo para los pies, o
utilizando la silla de trabajo, podemos hacer lo siguiente:

1. Instalar un mosquetón adicional sobre el del puño en el


orificio superior y pasar la cuerda inactiva por él,
haciendo un reenvío hacia abajo.
ref: anetva150

Paso 1

2. Tirar de la cuerda inactiva reenviada con energía. El


descensor funciona como polea móvil y ascenderemos
fácilmente.
3. Levantar el puño, deslizándolo sobre la cuerda hacia
arriba, sin sacar del mosquetón el reenvío.
4. Volver a tirar de la cuerda. Si no tenemos apoyos en
los pies, podemos facilitar el ascenso, coordinando el
tirón con los brazos y una elevación de cadera.

Paso 2, 3 y 4
Se necesita práctica para sacarle partido a esta técnica.

2.1.3. CAMBIO DE DIRECCIÓN

Llamaremos cambio de dirección a la maniobra de cambiar de ascenso a descenso y


viceversa. Es decir, si estamos descendiendo con el descensor y necesitamos remontar la
cuerda para salir del tendido por la cubierta, en vez de por el suelo, necesitaremos poner en
la cuerda de progresión los bloqueadores de ascenso y quitar el descensor. Las maniobras en

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CAPITULO III

las que es necesario quitar y poner dispositivos de la cuerda, deberán realizarse con extremo
cuidado, prestando atención a mantener en todo momento la conexión a las dos cuerdas
(trabajo y seguridad) simultáneamente.

2.1.3.1. Cambio de ascenso a descenso

1. Estamos colgados del bloqueador ventral y el


Puño está instalado en la cuerda. El dispositivo
anticaídas se encuentra a la altura de nuestros
ojos.

2. Instalar el descensor en la cuerda, por debajo del


Ventral, tan cerca de éste como podamos.
ref: anetva150

Pasos 1, 2,

3. Bajamos el Puño hasta tenerlo a la altura de la


cara.

4. Pisamos en el estribo para elevarnos un poco, lo


suficiente como para poder desgatillar el Ventral.

5. Abrimos el cierre del bloqueador Ventral,


liberándolo de la cuerda y bajamos el cuerpo de
forma controlada hasta estar sentados
completamente sobre el descensor.

Pasos 3, 4 y 5

6. Liberamos el Puño de la cuerda y lo colgamos ordenadamente de nuestro arnés.

7. Comenzamos el descenso.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

Comentarios
Es importante bajar el Puño antes de desgatillar el Ventral, de lo contrario, al bajar el cuerpo
es posible que nos quedemos colgados de él, en vez de sobre el descensor. Si la maniobra la
realizamos con la silla y el descensor extendido con el cabo de anclaje corto, esto es
especialmente importante. En este caso, debemos bajar todo lo que podamos el puño y tal
vez acortar un poco el estribo para apoyarnos mejor.

2.1.3.2. Cambio de descenso a ascenso


1. Estamos colgados del descensor, directamente
o bien a través de la silla.

2. Instalamos el Puño por encima de nosotros


(éste estará anclado a través del cabo de
ref: anetva150

anclaje largo).

Pasos 1 y 2

3. Nos colocamos correctamente el bloqueador


ventral, si es que no lo tenemos puesto y
abrimos el gatillo de del bloqueador.

Paso 3

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CAPITULO III

4. Accionamos el descensor para quedar


colgados del puño. El descensor pierde
tensión, pero no lo sacamos de la cuerda.

5. Introducir la cuerda en el Ventral y cerrar el


gatillo para sentarnos sobre él.

6. Liberar el descensor de la cuerda y


colocarlo ordenadamente en el arnés.
ref: anetva150

Pasos 4, 5 y 6
7. Podemos comenzar el ascenso.

2.2. MANIOBRAS AVANZADAS DE PASO DE OBSTÁCULOS

Aunque la mayoría de las situaciones de trabajo se van a desarrollar empleando las técnicas
básicas, hay muchas ocasiones en las que los lugares de trabajo no se encuentran en la
misma vertical, es necesario evitar esquinas o atravesar instalaciones o nudos. Para ello
debemos conocer y tener frescas en la memoria y en las manos algunas técnicas más
específicas:

2.2.1. Cambio de cuerda


Aplicaciones: Realización de instalaciones o rehabilitación en secciones horizontales de
fachadas y estructuras. Posibilidad de llegar a lugares del edificio de difícil acceso etc.

Pasos desde la situación de descenso:

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CAPITULO III

1. Hacer un pequeño péndulo para alcanzar las


cuerdas a las que queremos ir. Podemos sujetarlas
a nuestro arnés a través de un mosquetón para
que no se escapen.
2. Anclar el puño sobre la cuerda de trabajo de la
queremos colgarnos, poniéndolo tan alto como
podamos. (Por regla general, el puño deberá estar
anclado a nuestro arnés a través del cabo de
anclaje más largo. Si queremos una seguridad
redundante, en este momento también podemos
instalar el Ventral en la misma cuerda).
ref: anetva150

Pasos 1 y 2

3. Una vez que estamos asegurados en tres cuerdas,


cambiamos el anticaídas de una cuerda a otra.
4. Accionamos el descensor, haremos un pequeño
péndulo controlado, hasta quedar completamente
suspendidos del Puño y el Ventral.

Pasos 3 y 4

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CAPITULO III

5. Liberamos el descensor y lo cambiamos de


cuerda.
6. Remontamos lo necesario para poder
liberar el Puño. Fin de la maniobra.
ref: anetva150

Pasos 5 y 6

Para la realización de esta maniobra desde la posición de ascenso (colgados de Puño y


Ventral), lo más eficaz es realizar primero un cambio de dirección, para quedarnos colgados
del descensor y realizar la maniobra anterior. De esta manera, no tendremos que aprender
una nueva técnica más compleja.

2.2.2. Paso de Fraccionamientos


Se trata de “fraccionar” la cuerda en dos o más partes a través de instalaciones intermedias,
para evitar roces, péndulos o incómodos “chicleos” en tendidos de gran longitud. El
fraccionamiento debe dimensionarse como si de una cabecera se tratara. (Realmente, se
trata de una cabecera en toda regla). La comba de cuerda antes del nudo del
Fraccionamiento será de un metro como mínimo para facilitar la maniobra de ascenso y
sobretodo la de descenso.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

2.2.2.1. Sobre superficie vertical


En Descenso
1. Aproximarse a la instalación del fraccionamiento
y anclarnos a ella.

Paso 1

2. Accionar el descensor hasta quedarnos


ref: anetva150

suspendidos totalmente del cabo de anclaje.


3. Liberar el descensor e instalarlo por debajo del
fraccionamiento.

Paso 2 y 3

4. Mover el anticaídas en el caso de que la cuerda


de seguridad también esté fraccionada
5. Colocar el pedal en algún anclaje de la
instalación. Subirse sobre él y recuperar cuerda
del descensor para quedar colgados de él.

Paso 4 y 5

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

6. Recuperar el cabo de anclaje y continuar el descenso.

En Ascenso
1. Aproximarse al fraccionamiento con Puño y
Ventral.
2. Cuando el Puño se acerque a la instalación y
colgados del Ventral, cambiar el puño a la cuerda
por encima del fraccionamiento, tan alto como
podamos.
3. Superarse hasta que el Ventral se aproxime al
fraccionamiento y anclarnos a éste con el cabo de
anclaje.
ref: anetva150

Pasos 1, 2 y 3

4. Si la cuerda de seguridad está fraccionada,


cambiar el anticaídas y colocarlo alto.
5. Con cuidado, retirar el Ventral de la cuerda,
mientras estamos pisando en el pedal y colocarlo
en la cuerda por encima del fraccionamiento.

Pasos 4 y 5

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

6. Retirar el cabo de anclaje y continuar el ascenso.


ref: anetva150

Paso 6

7. El anticaídas deberá estar situado en todo momento tan alto como podamos.

2.2.3. Paso de Nudos

Esta maniobra se plantea para solucionar principalmente dos situaciones:

• Daño en la cuerda, hacemos nudo para dejar el daño en el seno.


• Empalme de cuerdas porque éstas son demasiado cortas. Lo haremos mediante nudo de
ocho enfrentado para empalme, dejando un chicote largo, con el objetivo de realizar un
nudo por seno, donde podemos asegurarnos en la maniobra.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

En Descenso

1. Aproximarnos al nudo lo más posible, pero


dejando espacio para liberar el descensor. Si
existe el nudo por seno, nos aseguramos a él con
un elemento de amarre.

Paso 1
ref: anetva150

2. Instalar el Ventral y el puño en la cuerda.

Paso 2

3. Accionar el descensor para liberarlo de nuestro


peso y sacarlo de la cuerda.
4. Instalar el descensor por debajo del nudo, lo más
cerca de éste como sea posible.

Pasos 3 y 4

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

5. Con el puño a la altura de la cara y pisando sobre


el pedal, desgatillar levemente el Ventral para
dejar que la cuerda corra por él, mientras
descendemos el cuerpo lo más posible. Nos
colgamos del Ventral.
6. Bajar el puño y repetir la maniobra hasta que
podamos liberar totalmente el Ventral para
colgarnos del descensor.
ref: anetva150

Pasos 5 y 6
7. Liberamos el puño y continuamos el descenso.

Comentarios: Se trata de la maniobra más delicada debido a los “mordiscos” que le podemos
dar a la cuerda con el Bloqueador Ventral al desgatillarlo y descender el cuerpo. El anticaídas
debe mantenerse siempre alto.

En Ascenso

1. Aproximarse al nudo con puño y Ventral. Si existe


el nudo por seno, nos aseguramos a él con un
elemento de amarre.

Paso 1

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

2. Cuando el puño se acerque al nudo y colgados del


Ventral, cambiar el puño a la cuerda de trabajo, por
encima del mismo.
3. Ascender un poco más, hasta que el Ventral se
acerque al nudo, pero sin llegar a apoyarnos en él,
a un par de dedos de distancia como mínimo.
ref: anetva150

Pasos 2 y 3

4. Subir el puño lo más posible y pisar sobre el


pedal.
5. Liberar totalmente el Ventral e instalarlo por
encima del nudo.

Pasos 4 y 5
6. Continuar el ascenso.

Comentarios: El paso 5 es el más delicado. El anticaídas debe estar tan alto como sea
posible.

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CAPITULO III

2.2.4. Instalación de cadenas

Cuando se utilizan máquinas de corte o calor, deberemos evitar que estas entren en contacto
con nuestras cuerdas, para ello utilizaremos un elemento de amarre metálico en la cuerda de
trabajo. Podemos utilizar diferentes sistemas: protección de la cuerda con una funda especial,
utilización de un cable metálico, utilización de una cadena de eslabones etc. Esta situación
debe estar prevista antes de entrar en la suspensión. Describiremos la técnica de utilización
de cadenas, por ser una de las más prácticas.
ref: anetva150

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CAPITULO III

Poner Cadenas

1. Suspendidos del Descensor, bloquear.


2. Poner puño en cuerda con la cadena instalada.
ref: anetva150

Pasos 1 y 2
3. Colocar la silla en el eslabón donde calculemos
que irá.
4. Desbloquear descensor y accionar. Descender
controladamente hasta meternos en la silla que ya
está instalada en la cadena. Hasta quedar
completamente sentados en ella y el descensor sin
tensión.

Pasos 3 y 4

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

5. Si la comba de cadena es grande, ajustar a otro


eslabón el mosquetón de nuestro anclaje ventral,
para evitar tanta longitud de cadena desplegada.
6. Sacar el descensor de la cuerda.
7. Apartar la cuerda, poniéndola detrás, sujeta con
un mosquetón y ya podemos comenzar el
trabajo.
ref: anetva150

Pasos 5, 6 y 7
Quitar Cadenas

1. Colocar el descensor en la cuerda lo más alto posible.


2. Hacer reenvío sobre la cadena con un mosquetón o sobre la propia cuerda con un
autobloqueante, para subir lo necesario sobre la cuerda y poder quitar el Puño.
3. Salir de la silla de la cadena. (Lo hacemos al tirar de la cuerda del reenvío).
4. Sacar la silla de la cadena y colgarla en bandolera.
5. Subir y bloquear el descensor. (Primero quietar reenvío)
6. Retirar el puño de la cuerda. La cadena no se desconecta en ningún momento del arnés,
(esto evita su posible caída).
7. Continuar descenso.

Si terminada la maniobra con la cadena, debemos continuar sentados sobre la silla en el


descensor (trabajo habitual): al volver a colocar el descensor en la cuerda, lo haremos ya
directamente conectado en la Enérgica.

Algunos comentarios:
• Salir de la cubierta con la cadena anclada al anclaje ventral del arnés y al bloqueador
(éste irá sujeto al portamaterial). De esta manera nunca se nos caerá.
• La silla estará en bandolera. Esto hace la maniobra más cómoda.

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CAPITULO III

• El descensor es mejor que vaya directamente al anclaje ventral, no a través de la


enérgica.
• El anticaídas irá al anclaje dorsal del arnés desde la salida de la cubierta, con esto
protegemos la cuerda.
• Será de gran utilidad separar convenientemente el tendido de la cuerda de trabajo de
la cuerda anticaídas, para evitar en lo posible su deterioro.

3. MANIPULACIÓN BÁSICA DE CARGAS EN ALTURA.


A la hora de realizar un manejo manual de cargas moderadas en altura, deberemos tener en
cuenta dos aspectos fundamentales desde el punto de vista de la prevención:

ƒ Que el sistema exija el menor esfuerzo posible por parte del trabajador. Esto en el caso de
ref: anetva150

izado de cargas esto supone el empleo de sistemas de poleas que ofrezcan ventaja
mecánica.
ƒ Que la carga esté asegurada en todo momento, es decir, que el sistema empleado
permita un bloqueo automático de ésta para impedir su caída en caso de que el trabajador
que maneja la carga, suelte la cuerda accidentalmente. (Sistema autobloqueante)

En resumen, la herramienta, materiales o equipos de trabajo de peso moderado, serán


manipulados a través de una cuerda auxiliar, utilizando sistemas de poleas que ofrezcan una
ventaja mecánica favorable y un bloqueo automático, o bien dispositivos que nos permitan
realizar un deslizamiento controlado. Deberemos prever la utilización de una cuerda guía para
sortear obstáculos.

3.1. IZADO DE CARGAS


La relación entre la fuerza que debemos ejercer para mover la carga y el peso de ésta, se
denomina Ventaja Mecánica. Con el uso de las palancas podemos obtener una ventaja
mecánica que nos permita mover una carga mayor, con una fuerza menor. Cualquier polea se
basa en el principio de la palanca. Dependiendo del emplazamiento de la polea, podemos
distinguir dos tipos de poleas:

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CAPITULO III

• Polea fija. Se trata de una palanca de primera clase,


donde el resultado de la ventaja mecánica es 1:1, es
decir, para levantar una masa de 100 Kg. de peso, se
debería ejercer una fuerza equivalente a 100 Kg. La
posible ventaja mecánica la obtendremos con una
longitud de palanca grande, es decir, con una polea de
gran diámetro.

• Polea Móvil. Es una polea de segunda clase. El brazo


de palanca desde el origen del esfuerzo aumenta el
ref: anetva150

doble respecto al punto donde tracciona la carga. Con


esto obtenemos una ventaja mecánica de 2:1, es decir,
para levantar una masa de 100 Kg., deberemos ejercer
tan sólo un esfuerzo equivalente al 50% (50 Kg.)

Combinando poleas fijas y móviles obtenemos un sistema conocido como palan o


polipastos.. Existen numerosos tipos de polipastos, muchos más de los que a priori uno
pudiera imaginarse, podemos llegar a obtener unas ventajas mecánicas de 6:1 ó 9:1. Pero en
general tienen un mismo inconveniente: son complicados de recordar, emplean gran cantidad
de material y necesitan ser practicados muy a menudo. Es por ello que nos limitaremos a
exponer algunos de los que, a nuestro juicio, son más simples de realizar, necesitan poca
cantidad de material y ofrezcan VM aceptable para el manejo de cargas moderadas.

ƒ 1. Polea Móvil. Es muy sencillo y rápido de realizar. La ventaja mecánica que obtenemos
es de 2:1. Necesita una distancia de cuerda igual al doble o incluso al triple de la altura a
remontar.

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CAPITULO III
ref: anetva150

ƒ 2. Polipasto Simple o en “N”. Se trata del mismo principio de la polea móvil, pero
colocando ésta a través de un bloqueador en la cuerda tractora. Con esto se consigue
reducir la longitud de la cuerda necesaria.

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CAPITULO III

ƒ 3. Polipasto Doble. Es el mismo polipasto, pero incorporando una polea fija más, con el
fin de poder ejercer la fuerza en otra dirección. No obtenemos una mayor ventaja
mecánica, pero permite ejercer la fuerza desde una postura más cómoda en algunos
casos o incluso aprovechar el peso de nuestro cuerpo.
ref: anetva150

Sea cual sea el sistema elegido, debemos recordar que alguna de las poleas utilizadas tendrá
mecanismo autobloqueante, que evite que la carga pueda caer accidentalmente.

3.2. Sistemas de descenso

Al igual que ocurre en el ascenso, para descender una carga debemos evitar el hecho de
tener que realizar con las manos la misma fuerza que el peso de misma. Tenemos que aplicar
soluciones que desmultipliquen la fuerza necesaria para soportar este peso. En este caso la
reducción de fuerza la conseguiremos a través del rozamiento por fricción de la cuerda.

En estas maniobras será de gran utilidad la utilización de descensores para cuerda, de las
mismas características que los que utilizamos como equipo de trabajo. Este uso tiene la
ventaja añadida que estos dispositivos cuentan con un sistema de bloqueo automático

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CAPITULO III

incorporado, además de la posibilidad de realizar el descenso de la carga de forma totalmente


controlada.
ref: anetva150

4. EVACUACIÓN URGENTE
El accidente es un hecho inesperado en lo referido al momento, lugar en que va a producirse
o consecuencias, por ello para poder actuar correctamente, es importante saber todo aquello
que debemos hacer, y lo que es más importante, todo lo que no debemos hacer en caso de
accidente. Socorrer a un accidentado es una obligación de cualquier persona que se
encuentre en las inmediaciones en el momento del percance, pero por otro lado, cometer un
error puede tener unas consecuencias muy graves. Por ello, es necesario que todos
conozcamos los principios básicos de los primeros auxilios y las técnicas básicas de rescate
en altura, con el objetivo de garantizar que la acción sea segura para todas las personas y
que resulte eficaz.

4.1. ACTUACIÓN ANTE UN ACCIDENTE


Es fundamental, que las personas implicadas en una situación de emergencia, estén
formadas y adiestradas. La actuación de choque ante un accidente, en un primer momento,
es siempre la misma se produzca éste donde sea. Hablaremos de una serie de principios
básicos de seguridad, aplicables a cualquier situación, conocido como el protocolo P A S.:

1º 2º 3º
PROTEGER ALERTAR SOCORRER

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CAPITULO III

• PROTEGER el lugar de los hechos,


evitando que ocurran nuevos accidentes
que afecten, tanto al herido, como a otras
personas. (Verificación de solidez de
estructuras, correcta sujeción de objetos
móviles etc…)
• ALERTAR a los servicios de socorro,
informando de la situación a las personas
competentes y asegurándose de que el
mensaje ha sido recibido correctamente.
• En este tipo de situaciones es muy
importante comunicar a los servicios de
emergencias la siguiente información:
ref: anetva150

¿Quién solicita la ayuda?, ¿Qué ha ocurrido?, ¿Dónde ha ocurrido? Etc.


• SOCORRER a la víctima, entendiendo por esto garantizar la vida y mantener al
accidentado en las mejores condiciones hasta la llegada de un médico. En nuestro caso,
si el herido está colgado de las cuerdas, significará comenzar con la maniobra de
descenso hasta el suelo o hasta una plataforma accesible y la aplicación de los primeros
auxilios.

4.2. PRINCIPIOS BÁSICOS DE SEGURIDAD


• Garantizar la seguridad de los rescatadores. Antes que nada, es necesario evitar que
ocurra un nuevo accidente, que multiplique el número de heridos y complique la situación.
Para que el herido llegue al suelo de forma segura y eficaz es imprescindible que los
rescatadores se encuentren en las mejores condiciones posibles.
• Garantizar la seguridad del herido. No debemos sentir reparo al aplicar métodos
“redundantes” sobre la seguridad de las personas. Esto significa sencillamente duplicar o
reforzar los sistemas de seguridad.
• No agravar las lesiones. El sistema que empleemos para rescatar al herido, debe
garantizar el estado de la víctima y no someterle a riesgos o situaciones que puedan
complicar su situación.
• Ahorrar tiempo y esfuerzo. Debemos elegir siempre un sistema rápido y sencillo. Por
regla general, la solución de un accidente en altura pasa por el descenso del herido hasta
el suelo o hasta una plataforma inferior. Debemos valorar siempre primero esta

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

posibilidad. Si no es viable, deberemos utilizar métodos de ascenso, siempre más


fatigosos y complicados.
• Rentabilizar esfuerzos. Hay que tratar que la evacuación sea lo más ordenada y
organizada posible. Una evacuación desorganizada puede dar lugar a situaciones
peligrosas para las personas. En momentos de tensión y estrés, lo mejor es establecer
una jerarquía clara, en función de los conocimientos específicos de cada uno, tratando de
cuestionar lo menos posible al coordinador del rescate.

Existen numerosas técnicas que pueden ser aplicables con eficacia para resolver las
diferentes situaciones que pueden producirse. Expondremos algunas de las que invierten
menos recursos y ofrecen un buen nivel de eficacia. No obstante, animamos al lector a
contrastarlas en simulacros y sesiones de entrenamiento con otros métodos, de cara a
establecer qué maniobra es más eficaz para cada situación y persona. Sea cual sea el
ref: anetva150

resultado, durante este trabajo se habrán adquirido una gran cantidad de habilidades,
conocimientos y experiencias. Esta práctica y este conocimiento serán los que nos ayudarán
si debemos ponerlo en práctica en una situación real.

Con el fin de hacer más claras las explicaciones, en las maniobras que describiremos a
continuación omitiremos de forma voluntaria algunos aspectos que serán siempre los mismos
o muy parecidos en todos los casos. Estos son:

Š El rescatador utilizará siempre que sea posible un sistema anticaídas, además de su


cuerda de progresión. De este modo, en lo posible las instalaciones de cabecera se
realizarán con algún anclaje extra, pensando en una posible evacuación. Aunque lo ideal
es que cuente con su propia cuerda de seguridad, el anticaídas del rescatador podría ir
instalado en alguna de las cuerdas que sostienen al herido, siempre y cuando éstas se
encuentren en buen estado.
Š Será necesario realizar una instalación para la maniobra de evacuación, especialmente si
se debe remontar al herido. Como en el caso anterior, lo idóneo sería realizar una
instalación independiente, pero si no se ha previsto y se ha realizado de antemano,
perderemos un tiempo enorme realizando una nueva. Es por ello que, siempre y cuando
ofrezca garantías, en casos urgentes utilizaremos la instalación del herido para anclar
nuestras cuerdas.

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CAPITULO III

4.3. TÉCNICAS BÁSICAS DE DESCENSO DE HERIDOS

Será siempre la primera opción valorar. Las


maniobras de ascenso de personas exigen la
participación de varios rescatadores y/o la utilización
de técnicas más complejas. En esta situación nos
encontraremos con la dificultad añadida de la
entrada en la horizontal, cubierta con murete
perimetral, paso de canalones etc... Éstas técnicas
serán desarrolladas en el capítulo del nivel formativo
Of-II.

En el caso de que podamos evacuar al herido por


ref: anetva150

debajo, casi siempre deberemos elevarlo


ligeramente para desbloquear el dispositivo del que
se encuentre colgado, para después bajarlo
controladamente. Dividiremos las posibles
situaciones en dos grandes bloques, que definirán la dificultad del rescate:

• El Herido Colabora. Significa que el accidentado está consciente y orientado.


Seguramente no pueda bajarse por sus propios medios, puede ayudar en su propia
evacuación de forma clave.
• El Herido No Colabora. El accidentado estará inconsciente o desorientado. No podemos
contar con su ayuda. Obligatoriamente el rescatador deberá acceder al herido. Será la
situación más complicada de resolver.

CASO A). Suspendido del anticaídas, el herido COLABORA.


1. Hacer llegar al herido la cuerda de evacuación con un nudo y mosquetón en su extremo.
2. El herido se conecta por sí mismo a su anilla esternal.
3. Instalar un protector de roce para la cuerda de evacuación.
4. Colocar un Descensor en la instalación de cabecera y pasar la cuerda de evacuación por
él.
5. Si el herido puede elevarse un poco, recuperamos la cuerda sobrante, de forma que
quede colgando de nuestro descensor. En caso contrario, deberemos confeccionar un
polipasto simple sobre el descensor para elevar al herido.

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CAPITULO III

6. El herido desbloquea el anticaídas.


7. Se retira el bloqueador y la polea y se reenvía la cuerda por encima del descensor.
8. Se desciende al herido desde nuestra posición. El mismo se separa de la pared y vigila
para que su anticaídas no se vuelva a bloquear.

Comentarios: Con este sistema evitamos que el rescatador deba suspenderse de las
cuerdas para la evacuación, reduciendo riesgos.

CASO B). Suspendido del descensor, el herido NO COLABORA.

1. Acceder hasta la persona accidentada,


situándose ligeramente por encima de él.
2. Conectar el cabo de anclaje corto del
rescatador al anillo esternal del accidentado.
ref: anetva150

Pasos 1 y 2

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CAPITULO III

3. Accionar descensor del herido para


traspasar su peso a nuestro descensor a
través del cabo de anclaje.
4. Sacar su descensor de su cuerda.
ref: anetva150

Pasos 3 y 4

5. Descender, junto al herido, utilizado nuestro


aparato de descenso. Como sistema de
seguridad pasaremos la cuerda del
descensor por un mosquetón de reenvío a
nuestro arnés para aumentar el rozamiento
y control del movimiento.
6. Los dos anticaídas funcionan libremente
como sistemas de seguridad redundante

.Pasos 5 y 6

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

CASO C). Suspendido del anticaídas, el herido NO COLABORA.


Para solucionar este caso plantearemos tres métodos:

Método 1º.
Describimos un método que ofrece ventajas en cuanto a la optimización del esfuerzo y a la
imposibilidad de cometer ningún error grave: Se trata de realizar una polea móvil, utilizando
para ello, el descensor del rescatador.

Procederemos como sigue:

1. Realizar instalación de cabecera para el


rescatador.
2. Descender hasta el herido a través de la
ref: anetva150

cuerda de rescate. El dispositivo


anticaídas irá colocado en la cuerda del
herido.
3. El rescatador conecta el cabo corto de
posicionamiento a la anilla esternal del
herido, haciéndose solidario con él.

Paso 1, 2, y 3

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

4. Colocar un autobloqueante con una polea


en la misma cuerda del rescatador y
hacer un reenvío con la cuerda libre.
5. Colocar el bloqueador de puño con su
estribo en la cuerda que sale de la polea.
ref: anetva150

Paso 4 y 5

6. Pisar sobre el estribo transfiriendo


completamente nuestro peso en él. De
esta manera, nuestro descensor I´D
funcionará como polea móvil y podremos
elevarnos junto con el herido.

Paso 6

© Asociación Nacional de Empresas de Trabajo Vertical (ANETVA) Página 98 de 228


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CAPITULO III

7. Repetir la maniobra hasta que el


anticaídas pueda ser liberado.
ref: anetva150

Paso 7

8. Descender, junto al herido, utilizando nuestro aparato de descenso.


9. Los dos anticaídas funcionan libremente como sistemas de seguridad redundante.

Comentarios. Para que este sistema funcione es imprescindible que el descensor bloquee
totalmente (y no como sucede con algunos descensores con las levas gastadas), ya que al
herido lo dejamos colgando de él mientras movemos el bloqueador y la polea.

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CAPITULO III

• Método 2º.
En caso de que nuestro descensor no bloquee totalmente o bien el herido pese mucho menos
que nosotros, procederemos del siguiente modo:

1. Descender hasta el herido y anclar


nuestro cabo corto a su anilla esternal.
ref: anetva150

Paso 1

2. Con una pequeña cuerda auxiliar, o bien


con el cabo libre de nuestra cuerda, hacer
un ocho por seno y conectarla al anclaje
esternal del herido.

Paso 2

© Asociación Nacional de Empresas de Trabajo Vertical (ANETVA) Página 100 de 228


MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO III

3. Colocar un autobloqueante en la misma


cuerda del herido, por encima de su
anticaídas y hacer un reenvío con la cuerda
que acabamos de conectar a su arnés, si
en el reenvío se coloca una polea, ésta
facilitará enormemente la maniobra.
ref: anetva150

Paso 3
4. Colocar un estribo en la cuerda para
incorporarnos completamente en él y hacer
polea con el herido, traspasando todo
nuestro peso al estribo.
5. Cuando estemos de pié en el estribo, tirar
de la cuerda auxiliar del herido hacia arriba,
entonces se elevará lo suficiente para
liberar el anticaídas, mientras nosotros
bajamos un poco. En este momento
mantenemos el contrapeso con nuestra
pierna.

Paso 4 y 5

© Asociación Nacional de Empresas de Trabajo Vertical (ANETVA) Página 101 de 228


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CAPITULO III

6. Quitar el peso de nuestro cuerpo del estribo


con cuidado, traspasando al herido a
nuestro cabo de anclaje.
7. Descender, junto al herido, utilizado nuestro
aparato de descenso. Como sistema de
seguridad pasaremos la cuerda del
descensor por un mosquetón de reenvío a
nuestro arnés para aumentar el rozamiento
y control del movimiento.
ref: anetva150

Paso 6 y 7

8. Los dos anticaídas funcionan libremente como sistemas de seguridad redundante.

Comentarios.
- Hay que calcular bien dónde se pone el pedal. No conviene colocarlo muy cerca de la
polea para evitar que cuando pasemos el herido a nuestro cabo de anclaje, el nudo o el
autobloqueante se empotre en la polea, impidiendo el final de la maniobra. Tampoco
conviene colocarlo demasiado lejos pues con los estiramientos de la cuerda y los nudos
bajaremos demasiado y no podremos polear. Una solución interesante es la de doblar el
pedal, anclando el bucle para el pie al mosquetón del puño, de esta manera reducimos
mucho su longitud y para poder subirnos encima, el puño estará siempre bajo.
- La maniobra de desbloqueo de los aparatos de ascenso es prácticamente igual que en el
caso anterior. Pero tendremos que tener en cuenta que la liberación del bloqueador
ventral encierra mayor dificultad que la liberación del anticaídas. Por un lado, es
indispensable que sobre la cuerda del bloqueador no haya absolutamente nada de
tensión y por otro que la tarea de desgatillar el bloqueador en posición difícil, requiere
cierta práctica.

Método 3º.

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CAPITULO III

Hay que señalar que para este tipo de situaciones otro método posible y efectivo es el
conocido como “corte de cuerda”. Consiste básicamente en acceder al herido, anclarse a él
y cortar la cuerda de donde está suspendido. Este método resulta el sistema más rápido para
la evacuación urgente de un herido en suspensión de una cuerda, pero tiene una serie de
inconvenientes que si no se prevén adecuadamente, pueden causar graves consecuencias.

1. El rescatador accede con un tendido


independiente y conecta el cabo corto de
posicionamiento a la anilla esternal del
herido, haciéndose solidario con él.
ref: anetva150

Paso 1
2. Elevarse todo lo posible hasta que el cabo que nos une con el herido se encuentre
tenso. Con esto evitaremos una sacudida sobre nuestra cuerda cuando cortemos la
cuerda del herido.
3. Cortar la cuerda del herido. Éste pasará a estar colgado de nuestro arnés como en los
métodos anteriores.
Comentarios. En esos momentos de estrés es relativamente fácil cometer errores de graves
consecuencias, como por ejemplo: cortar la cuerda del herido antes de anclarnos a él, cortar
nuestra propia cuerda, cortar la cuerda antes de haber tensado el cabo de anclaje, perder la
navaja, quedar suspendidos con el herido de nuestro propio anticaídas por haberse quedado
demasiado alto etc., por ello recomendamos conocer, comprender y practicar todos los
métodos aquí expuestos, de manera que si se plantea la situación en la realidad, tendremos
muchas más herramientas para solventar la situación con la técnica más adecuada.
En el caso de que la empresa decida elegir este método como la solución a aplicar en estos
casos. Es muy importante realizar simulacros y entrenamientos específicos, con el objetivo de
mecanizar los movimientos y prever las situaciones delicadas que a buen seguro se
producirán.

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CAPITULO III

5. MÉTODOS DE TRABAJO

Existen diferentes maneras de organizar el trabajo sobre cuerdas en paramentos verticales y


será cuestión de cada empresa establecer el más adecuado a sus características o en
función de las particularidades de cada obra. En cualquier situación de trabajo vertical, se
deben transportar hasta el lugar de trabajo, herramientas y maquinaria de distinta índole, así
como materiales para instalar o retirar de la fachada. En función de las características del
equipo que vayamos a utilizar (peso, volumen, frecuencia de utilización etc.) y de las
características del lugar de trabajo (dificultad de acceso a la vertical, cantidad de materiales a
emplear etc.), el transporte y utilización de los materiales o equipos, se puede plantear de
formas distintas:
• Colgado de nuestro arnés o de nuestra silla de trabajo.

ref: anetva150

A través de una cuerda auxiliar.

5.1. SOBRE LA SILLA O EL ARNÉS.


Recurriremos a este sistema para herramientas o equipos de poco peso y volumen. La
conexión de estos elementos a la silla de trabajo, por regla general, permite una mayor
comodidad en su utilización, pero la decisión podrá tomarla el propio trabajador, en función
del tipo de tarea y sus preferencias a la hora de utilizar los equipos. Si elegimos la silla como
medio de transporte, ésta debería contar con anclajes específicos para esta función.

- Directamente. Herramienta poco


pesada y fácilmente mosquetoneable.
Deberán estar sujetas al arnés o al
asiento con cintas o cuerdas de
pequeño diámetro de manera que se
impida su caída accidental. Ej.
Taladros ligeros, pistolas para la
inyección de resinas o siliconas,
espátulas, etc.
- En bolsas o cubos. Para los
materiales pequeños, tipo tortillería, tacos, cartuchos de resina, etc. Será más práctico
agrupar estos elementos en bolsas preparadas específicamente para esta misión.
Esta bolsa deberá contar con un sistema de sujeción eficaz y seguro al arnés o al

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CAPITULO III

asiento y a ser posible con un sistema de cierre superior, que impida que se caiga su
contenido en caso de vuelco.

5.2. A TRAVÉS DE UNA CUERDA AUXILIAR


Para el trasporte de la herramienta, maquinaria pesada o de mucho volumen, así como los
elementos a instalar o retirar del paramento vertical. La cuerda auxiliar puede ser manejada
por el propio trabajador vertical mientras se encuentra en suspensión sobre sus cuerdas, o
bien por un operario de apoyo que se encuentra en la plataforma superior o en el suelo.

Por trabajador vertical. Se instalará una


cuerda de forma paralela al tendido de
trabajo y seguridad en toda su longitud.
La carga se anclará a esta cuerda a
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través de un bloqueador o un dispositivo


de descenso y el trabajador irá
descendiendo la carga a medida que lo
necesita. Es importante recordar que el
dispositivo utilizado ofrecerá un bloqueo
automático que impida el deslizamiento
involuntario de la carga. Este método
ofrece una gran libertad de movimientos,
pudiendo dejar colgando la carga en
cualquier momento independientemente
del desplazamiento del trabajador. Se
utilizará este método para cargas no muy
pesadas (10 kg. más o menos). Ej: cubos
con material, maquinaria, etc.

Por trabajador de apoyo. En este caso, la cuerda auxiliar es manejada por otro trabajador,
cuya misión es facilitar la labor del trabajador vertical. Es el método más práctico tanto
para el acopio de materiales como para la retirada de residuos o sobrantes, elemento de
gran volumen o maquinaria pesada. Si el trabajador que asiste lo hace desde la cubierta
superior, será necesario que se encuentre adecuadamente protegido del riesgo de caída,
con un sistema de sujeción o una línea de vida específica. En el caso de que el trabajador
se encuentre por debajo, se preverá la posible caída de objetos, de manera que su trabajo
sea realizado desde un lugar desplazado de la vertical del tendido de trabajo.

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CAPITULO III
ref: anetva150

6. SEGURIDAD ANTE SITUACIONES CLIMÁTICAS

En diferente normativa se establece que los trabajos en altura sólo podrán efectuarse
cuando las condiciones meteorológicas no pongan en peligro la salud y la seguridad de
los trabajadores.

En muchas ocasiones, cuando estas condiciones meteorológicas no son claramente


adversas resulta difícil establecer de una manera taxativa cuándo son tan desfavorables
como para suspender el trabajo. Además, este baremo dependerá de la zona geográfica
donde lo analicemos. Por ejemplo, en un día frío con ligeras lloviznas intermitentes, puede
ser aconsejable no realizar tareas en altura en Canarias o sur de Andalucía; pero
seguramente con esas mismas condiciones, la actividad productiva de las empresas de
trabajos verticales de las comunidades de la cornisa cantábrica no será muy diferente a la
normal. Trabajadores, empresarios y la sociedad en general está más preparada y
acostumbrada a vivir con esas condiciones.

Por ello, en estos casos de condiciones meteorológicas no tan “claras” no quedará más
remedio que apelar a la responsabilidad y el sentido común, eligiendo la suspensión del
trabajo si existen dudas razonables sobre la incidencia de las condiciones sobre la
seguridad.

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CAPITULO III

A continuación se exponen una serie de pautas básicas de seguridad, en función de la


tipología de elemento meteorológico que nos afecte:

Lluvia
Los efectos de la lluvia son dos principalmente: aumenta la posibilidad de resbalones al
estar las superficies mojadas deslizantes e intensifica la sensación térmica.
Ya se ha comentado que en ocasiones será difícil trabajar sin que las superficies estén
mojadas o húmedas. Cuando esto sea necesario debemos extremar las medidas de
seguridad y prestar especial atención a los desplazamientos, reduciendo la velocidad de
éstos.

Contaremos con prendas específicas que nos protejan adecuadamente de la humedad.


ref: anetva150

Hielo
En el caso de heladas, se comprobará la ausencia de hielo en la estructura, cubierta del
edificio o en las líneas de vida. Como todo el mundo sabe, la existencia de hielo facilitará
enormemente los resbalones en zonas inesperadas o en lugares donde seguramente no
utilicemos sistema anticaídas. Estas caídas al mismo nivel, en un edificio o en un lugar en
altura pueden desembocar en caídas a distinto nivel de consecuencias muy graves.
Hay que señalar que la existencia de una fina capa de hielo en la línea de vida, puede
impedir el correcto bloqueo de los dispositivos anticaídas deslizantes, sea la línea de
anclaje rígida o flexible, de cable o de cuerda.
En caso de existir capa de hielo sobre los materiales, no se acometerán tareas en altura.
El hielo sobre plataformas puede combatirse con la aplicación de sal. La mayoría de las
veces, la mejor solución será esperar a que suba la temperatura y el hielo se derrita.

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CAPITULO III

Viento
El viento produce diferentes inconvenientes: incide de manera importante en la sensación
térmica que el cuerpo experimenta, puede producir pérdidas de equilibrio, contribuir a la
caída de objetos, producir golpes de los equipos sobre el edificio o incluso si la exposición
es prolongada, producirnos una sensación de aturdimiento y aumento de la fatiga. Por ello
en días de viento fuerte o moderado (más o menos a partir de 25 Km/h) se evitará en lo
posible la realización de trabajos en altura. En caso que sea absolutamente necesario
realizar tareas en altura en condiciones con viento, se extremarán las precauciones,
utilizando en todo momento sistemas anticaídas, sujetando cualquier equipo susceptible
de ser movido y limitando el tiempo continuo de exposición.

El viento aumenta su velocidad a medida que nos alejamos del suelo. Una brisa al pie de
ref: anetva150

un edificio de cuarenta metros, puede fácilmente convertirse en viento moderado o incluso


fuerte en la parte más alta de éste. Dependiendo de esta velocidad, la temperatura
medida por el termómetro es significativamente más alta que la temperatura que siente
nuestro cuerpo. Es decir, con viento, siempre hace mucho más frío de lo que marca el
termómetro. Existen diferentes escalas que miden estos parámetros. Si relacionamos
unas con otras, podemos obtener datos que pueden ayudarnos a tener una idea
aproximada de la situación a la que nos enfrentaremos en altura:

Velocidad Señales indicativas Temperatura Sensación


del viento termómetro Térmica aprox.
El viento se siente en la cara. Las hojas Caso a) Caso b) Caso a) Caso b)

8 Km/h susurran. Las veletas se mueven con el


viento. 10º 4º 9º 3º
Las ramas se mueven constantemente.
24 Km/h El viento agita las banderas. Vuelan 10º 4º 2º - 6º
papeles sueltos y se eleva polvo.
Se mueven las ramas grandes e incluso
48 Km/h árboles pequeños enteros. Se dificulta el 10º 4º -2º - 11
uso del paraguas.

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CAPITULO III

Temperatura.
El frío intenso provoca disminución de nuestras capacidades motrices (habilidades y
destrezas), especialmente en las manos y pies. Esto puede ser la causa de resbalones
que provocan caídas a distinto nivel, caída de objetos, herramientas o materiales. Será
necesario disponer de ropa de abrigo suficiente y adecuada a la época y localización
geográfica del lugar donde se ubique el lugar de trabajo. Será de gran ayuda alternar
turnos cortos de exposición con descansos en zonas menos expuestas.

El calor excesivo puede llegar a ser incluso más peligroso que el frío. Así como el frío
podemos combatirlo con actividad o ropa adecuada, combatir el calor es mucho más
difícil. Evitaremos la exposición directa al sol, tanto de la cabeza como de otras partes del
cuerpo carentes de ropa. Como peligros más importantes de la acción del sol y el calor,
ref: anetva150

podemos destacar los desvanecimientos por lipotimias, golpes de calor, insolación etc.,
todo esto implica pérdida de conciencia que puede desembocar en una situación muy
grave si nos encontramos suspendidos de las cuerdas.

Por todo ello tendremos especial cuidado en protegernos con prendas adecuadas de la
exposición directa al sol, beberemos abundante agua antes, durante y después de la
realización del trabajo en condiciones de fuerte calor. Alternaremos turnos cortos de
exposición con descansos en zonas menos expuestas.

Rayo
Si se produce una tormenta, la posibilidad de ser alcanzado por un rayo subido en una
estructura, es notablemente más alta que si nos encontramos en el suelo. El riesgo de
aparato eléctrico es más elevado en las tormentas de evolución típicas del verano y de la
primavera, que en los frentes asociados a borrascas. Ante el inicio de una tormenta con
aparato eléctrico se suspenderán los trabajos en altura.

Resumiendo, podemos establecer como Pauta General que cuándo las condiciones
climatológicas sean desfavorables: lluvia, nieve o viento fuerte, se evitará la realización de
trabajos en altura. Cuando sea absolutamente necesario realizar tareas en altura en
condiciones desfavorables, se extremarán las precauciones, limitando el tiempo a lo
realmente imprescindible.

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CAPITULO III

ANEXO. ERRORES MÁS FRECUENTES

1. UTILIZACIÓN DEL SHUNT COMO ANTICAÍDAS.


Se trata de una de las herencias de los primeros años de
desarrollo de los Trabajos Verticales por la utilización de
material deportivo. Hay que saber que el Shunt no es un
dispositivo anticaídas normalizado, conforme a norma EN 353.
Por el contrario sí que cumple la norma de bloqueadores EN
567 (como el puño). Uno de los graves inconvenientes del
"Pato" es su rápido y fácil desbloqueo si no está sujeto a
tensión. Esto hace que, en una situación de caída inesperada,
nos aferremos, por el “efecto pánico”, al aparato impidiendo su
ref: anetva150

funcionamiento. Además, para la realización de descenso, el


dispositivo no se desplaza por sí mismo por la cuerda, esto
hace que sea necesario ir bajándolo con la mano, o a través de un cordino, desactivando una
vez más su función de bloqueo automático en caso de caída.

No debemos usar, bajo ningún concepto el Shunt como dispositivo anticaídas.

2. UTILIZACIÓN DE BLOQUEADORES COMO ANTICAÍDAS.


Todo lo dicho anteriormente para el pato, es de
aplicación para el resto de bloqueadores, tipo puño,
Ventral, tibloc etc. A los inconvenientes antes descritos,
además a éstos sumamos el mal comportamiento sobre
la cuerda, ante un tirón brusco que genere una fuerza de
choque considerable. Recordemos que un puño puede
partir la cuerda si soporta una caída de tan sólo 4 KN.

Los únicos dispositivos anticaídas que debemos utilizar,


son aquellos que estén conforme a la EN 353

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CAPITULO III

3. UTILIZACIÓN DE DESCENSORES NO NORMALIZADOS.


Aunque bien es verdad que cada vez se ven menos
ochos o gri-gri en el trabajo. Obviamente, un descensor
que no tenga un mecanismo de parada automática, no
puede estar conforme a ninguna norma sobre seguridad
en el trabajo.
Por lo tanto nunca debemos usar ochos, cestas o
cualquier descensor de montaña o de carácter deportivo.

Con respecto al descensor más utilizado en la


actualidad, que sí cumple la EN 341, habría que hacer
algunas matizaciones. Es verdad que ofrece una parada
automática en cuanto dejamos de accionar la palanca,
ref: anetva150

pero esto ocurre solamente si la leva superior se


encuentra en buen estado. Todos los que llevan años trabajando en suspensión, saben muy
bien que con el uso sobre cuerdas sucias, con el tiempo, la erosión que sufren las levas,
impide el correcto bloqueo del aparato. Necesita por tanto un mantenimiento periódico,
sustituyendo las levas. Por otro lado, este dispositivo no incorpora función de bloqueo
"antipánico", para el caso que apretemos de manera fortuita y el miedo nos impida soltarnos.

En este sentido, conviene señalar que en la actualidad hay varios dispositivos que ofrecen
bloqueo automático y sistema antipánico. Entre ellos, destacamos el I´D de Petzl.

4. UTILIZACIÓN DE UNA SOLA CUERDA.


Aunque para muchos esto sonará un poco anacrónico, todavía se puede descubrir alguna
obra, en cualquier ciudad, donde los trabajadores están suspendidos de la cuerda de trabajo
solamente, careciendo de sistema anticaídas.

Aunque es norma común en la mayoría de las empresas desde hace muchos años,
recordemos que, por fin, la Directiva Europea 45/2001 y posteriormente el R.D. 2177/2004
obligan a la utilización de dos cuerdas para realizar los trabajos, una de posicionamiento y
otra de seguridad o anticaídas, salvo en aquellas circunstancias en las que la utilización de
una segunda cuerda haga más peligroso el trabajo. En la inmensa mayoría de los trabajos
que se realizan con técnicas de trabajos verticales la segunda cuerda no hace más peligroso
el trabajo sino todo lo contrario. Por ello, salvo en circunstancias excepcionales y previa
evaluación de riesgos, el uso de dos cuerdas es absolutamente imprescindible.

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CAPITULO III

5. UTILIZACIÓN DE ARNÉS DE CINTURA.


No está permitida la utilización de este arnés dentro de un sistema anticaídas. Es verdad que
la mayoría de las empresas dotan a sus trabajadores con arneses anticaídas, que además
cumplen la EN 358, como arneses de sujeción. Pero nuestra experiencia profesional como
docentes, trabajando para numerosas empresas, nos ha demostrado que todavía hay muchas
personas trabajando sobre cuerdas con arneses de cintura solamente. En algunas ocasiones
el propio trabajador se deshace de la parte superior del arnés, precisamente los elementos
anticaídas, por cuestiones de comodidad.

Cualquier persona que dude de la necesidad de utilizar arneses completos según la EN 361,
que haga la prueba de suspenderse del arnés de cintura y relajar completamente los
músculos del cuerpo, simulando una condición de inconsciencia. Después de unos pocos
ref: anetva150

segundos comprobará los perjudiciales efectos sobre su organismo.

6. MANEJOS DE CARGAS SIN DISPOSITIVOS


La posibilidad de que la cuerda que sujeta un
cubo lleno de pintura o de escombro, se
escurra de nuestras manos, podemos pensar
que es baja, aunque no lo sea. Pero si
pensamos fríamente en las posibles
consecuencias de esto ocurra, llegaremos a la
conclusión de que no merece la pena el riesgo.
Hay multitud de sucesos que pueden acontecer
de forma inesperada mientras manejamos la
carga desde la cubierta: un insecto nos pica,
una explosión nos asusta, estornudamos
violentamente, nos despistamos etc.
Para el manejo de cargas debemos utilizar siempre mecanismos autobloqueantes.

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CAPITULO IV

CAPITULO IV.- CONOCIMIENTOS DEL NIVEL OF. – II

1. 1 ANCLAJES
Debemos saber que la norma de referencia donde se encuentran definidos los diferentes
tipos de “dispositivos de anclaje” es la UNE-EN 795 el estudio de esta norma resultará de
especial interés a la hora de comprender las necesidades y requerimientos que deben
cumplir los equipos y materiales que se utilizarán en la instalación de sistemas anticaídas
para la seguridad de las personas.

1.1 . DEFINICIONES Y CONCEPTOS GENERALES


• Punto de anclaje: Elemento al que puede ser sujeto con total seguridad un equipo de
protección individual o un equipo de trabajo, tras la instalación del dispositivo de anclaje.
ref: anetva150

• Dispositivo de anclaje: Todo elemento o serie de elementos que incorporan uno o varios
puntos de anclaje.
• Anclaje estructural: Elemento o elementos fijados permanentemente a una estructura
que reúne todos los requisitos de seguridad, al cual o a los cuales es posible sujetar un
dispositivo de anclaje o un equipo de protección individual.

Con el fin de facilitar la comprensión de los textos y conceptos, a estas definiciones


recogidas en la norma, añadiremos algunas definiciones más propias de la terminología del
ámbito del trabajo vertical:

• Instalación de cabecera: Podría corresponder al término “dispositivo de anclaje”, es


decir, está compuesta por todos los elementos que conforman el punto fuerte donde
conectaremos la cuerda de seguridad o la de trabajo.
• Tendido de trabajo y seguridad: Entenderemos como tal el conjunto formado por la
instalación de cabecera, la cuerda de trabajo (sujeción) y la cuerda de seguridad
(anticaídas).

En función del tipo y lugar sobre el que vayan instalados, así como por sus características
estructurales, los dispositivos de anclaje quedan divididos en varias clases:
• A1.- Anclajes proyectados para ser fijados sobre superficies verticales, horizontales o
inclinadas. (Anclajes expansivos o químicos)
• A2.- Anclajes para ser fijados sobre tejados inclinados.

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CAPITULO IV

• B.- Dispositivos de anclaje provisionales transportables. (Eslingas, trípodes …)


• C.- Dispositivos de anclaje equipados con líneas de anclaje flexibles horizontales.
• D.- Dispositivos de anclaje equipados con rieles de anclaje rígido
• E.- Dispositivos de anclaje de peso muerto.
ref: anetva150

Clase A1: Para superficies verticales,


horizontales o inclinadas Clase A2: Para tejados inclinados

Clase B: Anclajes provisionales transportables

Clase D: Rieles de anclaje rígido Clase E: Peso muerto

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CAPITULO IV

Entre otras cuestiones, la UNE-EN 795 establece que la resistencia de un dispositivo de


anclaje, sea de la clase que sea, debe superar un ensayo de resistencia estática, realizado
sobre una muestra del tipo de sustrato sobre el que está previsto utilizar en equipo. En este
ensayo se aplicará una fuerza de 10 KN en la dirección en la que será aplicada la carga
durante el servicio del dispositivo. Esta fuerza será mantenida durante 3 minutos y
lógicamente el equipo debe soportar esta carga sin deformaciones.

Además este ensayo de carga estática, todos los dispositivos de anclaje deberán resistir un
ensayo de resistencia dinámica, consistente en simular una caída de factor 2 con una masa
de 100 kg, un elemento de amarre de 2,5 mts.

La UNE-795 incorpora un Anexo informativo sobre recomendaciones relativas a la


ref: anetva150

instalación, que pueden resultar muy prácticas de cara al trabajo diario.

1.2. ANCLAJES

Pueden ser de dos tipos:

Š Estructurales.- Son aquellos elementos fijos de una estructura, que trabajan para la
estabilidad de la misma o para otros propósitos específicos. Por ejemplo: vigas,
columnas, casetones, etc.
Š Instalados.- Son elementos ajenos a la estructura, que se instalan realizando
perforaciones sobre el sustrato y colocando piezas metálicas.

1.2.1. ANCLAJES ESTRUCTURALES


Para la utilización de este tipo de elementos debemos tener en cuenta la resistencia al
esfuerzo realizado en la dirección de tiro de la carga. Es decir, existen elementos que están
pensados para soportar grandes cargas, siempre y cuando éstas se produzcan en un
sentido determinado (ej: longitudinal). Por el contrario en el sentido inverso pueden no
ofrecer ninguna garantía (ej: transversal). Por ello, un técnico cualificado será la persona
idónea para verificar la solidez y resistencia de un elemento constructivo. En cualquier caso,
NUNCA debemos utilizar como punto de anclaje un elemento constructivo poco fiable del
tipo: tuberías, cables, pequeñas chimeneas, etc.

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CAPITULO IV
ref: anetva150

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CAPITULO IV

1.2.2. ANCLAJES INSTALADOS

Suelen ser tornillos o varillas roscadas que alcanzan su máxima resistencia gracias a
diversos procesos combinados de compresión, expansión o adherencia. Una vez que se
encuentran correctamente instalados, sobre ellos se montará el dispositivo de anclaje
adecuado (argollas o chapas con orificio), de los que hablaremos más adelante.

Para su utilización debemos de tener en cuenta que estos anclajes pueden estar sometidos
a diversos tipos de esfuerzo, y que para cada uno de ellos su resistencia será distinta:

- Esfuerzo a la cizalladura o cortante, se produce cuando la fuerza actúa sobre el eje


transversal del tornillo o varilla, de forma perpendicular. La resistencia depende más de
la dureza del acero y del grosor de la chapa.
ref: anetva150

- Esfuerzo a la tracción, se produce cuando la fuerza actúa sobre el eje longitudinal del
anclaje intentando estirarlo (extracción). La resistencia depende principalmente de la
calidad del sustrato pero, por regla general, suele ser inferior a la que el anclaje ofrece
en cizalladura.
- La fuerza a la torsión, es la que realizamos sobre el tornillo al apretarlo y ésta debe ser
tenida muy en cuenta para evitar romperlo.

FOTO 5

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CAPITULO IV

En el mercado existe una gran variedad de modelos y marcas diferentes, pero podemos
agruparlos en dos grandes tipos: expansivos y químicos.

ANCLAJES DE EXPANSIÓN
Básicamente consisten en un espárrago roscado para la aplicación de una tuerca en uno de
los extremos, mientras que en el otro está dotado de una o dos cuñas que se expanden a
medida que apretamos la tuerca. Realmente, lo que hacemos al apretar la tuerca exterior es
tirar del espárrago hacia fuera, con lo que la cuña del interior se empotra sobre unas placas
laterales.
ref: anetva150

Su resistencia dependerá de la métrica y longitud del tornillo, siendo de 10 a 12 mm las más


utilizadas, dependiendo del sistema de expansión. Será necesario elegir el anclaje en
función de las tablas de resistencias y métricas de cada fabricante.

Otra ventaja reside en el hecho de que al trabajar por expansión sobre el sustrato (pared) si
éste no es lo suficientemente duro o resistente, no anclará correctamente y el tensor saldrá
excesivamente hacia el exterior a medida que apretamos la tuerca con la llave, indicándonos
claramente el problema. En estos casos deberemos recurrir a otro tipo de anclaje. Algunos
fabricantes pintan una marca de color en el tensor con el fin de señalar claramente la
profundidad a partir de la cual el anclaje no funcionará correctamente.

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CAPITULO IV

Aunque en todo momento debemos seguir las instrucciones del fabricante para su
utilización, podemos dar las siguientes pautas básicas para su instalación:

1. Realizar un agujero de la misma métrica que el tornillo y de igual longitud.


2. Limpiar de restos de polvo el orificio.
3. Introducir el espárrago hasta el final, para ello necesitaremos el empleo de un
martillo.
4. Apretar la tuerca con una llave aplicando el par de apriete exacto que establece el
fabricante.
ref: anetva150

Paso 1 Paso 2

Paso 3 Paso 4

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CAPITULO IV

Importante:

Para que podamos confiar en su correcta instalación, debemos seguir escrupulosamente las
instrucciones del fabricante en cuanto al par de apriete que necesita el tensor. Para ello
debemos utilizar una llave específica que mida los Newton de fuerza que aplicamos. Si
utilizamos una llave normal y apretamos demasiado, corremos el riesgo de romper el tensor,
al someterlo a una fuerza excesiva de torsión. Y por el contrario, si no llegamos al par de
apriete exigido la resistencia del anclaje puede ser inferior a lo especificado por el fabricante.
También existen en el mercado anclajes expansivos con taco de nylon, de similares
características de los empleados en el hogar para colgar cuadros o sujetar estanterías.
Aunque este tipo de tacos para la industria ofrecen una mayor resistencia que los
domésticos, por regla general su resistencia no será suficiente para ser utilizados como
puntos de anclaje de un sistema anticaídas. Así mismo, tampoco resultan recomendables
ref: anetva150

para utilizarlos como puntos de anclaje del sistema de sujeción.

ANCLAJES O SELLAMIENTOS QUÍMICOS


Son los anclajes que mayor seguridad ofrecen. Trabajan por adherencia. Están formados
por dos elementos: una pieza metálica y un adhesivo. Las piezas metálicas acostumbran a
ser varillas de acero inoxidable o galvanizado (de diámetro de 10 a 14 mm) y de longitudes
variables (mas de 7 cm). El extremo de la varilla puede estar rematado con una argolla, o
simplemente consistir en una varilla roscada para colocar después una tuerca.

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CAPITULO IV

El adhesivo, son resinas “epoxy” de dos componentes que poseen gran resistencia. El
endurecedor o catalizador debe mezclarse con la resina-base en proporciones exactas, bien
manualmente o de forma automática utilizando un aplicado-pistola con cartuchos especiales.
Una vez que la resina se endurece, actúa como una cuña sobre toda la superficie de
contacto. Esto les hace especialmente adecuados para sustratos porosos y de bajo
coeficiente de densidad: Piedra caliza, ladrillo macizo etc. Hay que tener muy en cuenta que
necesitan un tiempo mínimo de fraguado antes de ser utilizados, que puede ser incluso de
24 horas. No confundir el tiempo de endurecimiento con el tiempo de fraguado, la resina
puede aparecer dura al tacto, pero no estar lista para su uso. Para ello resulta
absolutamente imprescindible consultar las instrucciones del fabricante.

Aunque en todo momento debemos seguir las instrucciones del fabricante para su
ref: anetva150

utilización, podemos dar las siguientes pautas generales para su instalación:

1. Realizar un agujero de métrica ligeramente superior que la del tensor.


2. Limpiar el orificio de restos de polvo, de manera concienzuda.
3. Introducir la resina epoxy en el orificio.
4. Introducir el espárrago hasta el final. Para evitar que puedan quedar burbujas de
aire, introduciremos el espárrago dándole vueltas como si quisiéramos enroscarlo.
Debemos dejar por fuera la longitud suficiente de espárrago que nos permita colocar
posteriormente la chapa y la tuerca.
5. Limpiar restos de resina que puedan después dificultar o impedir la correcta
colocación de la chapa y la tuerca.
6. Dejar transcurrir el tiempo necesario para el correcto fraguado de la resina.
7. Apretar la tuerca con una llave aplicando el par de apriete exacto que establece el fabricante.

Paso 1 Paso 2 Paso 3

Paso 4,5 y 6 Paso 7


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CAPITULO IV

Importante:

Tal y como ocurre con los anclajes expansivos, resulta fundamental aplicar sobre la tuerca el
par de apriete adecuado para comprobar que el fraguado y la adherencia de la resina ha
sido la correcta.

También resulta muy importante la correcta limpieza del orificio antes de aplicar la resina, de
lo contrario ésta se pegará al polvo en vez de a las paredes y cuando vayamos a apretar la
tuerca, el tensor girará sobre sí mismo y el anclaje no podrá ser utilizado. Para conseguir
esto, resulta muy útil la utilización de una pequeña bomba de aire, o un soplador después de
haber pasado el cepillo, para expulsar las partículas de polvo que habrá en el interior del
orificio.
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1.3. DISPOSITIVOS DE ANCLAJE


En este apartado nos referiremos al equipo concreto al que conectaremos el sistema
anticaídas o la cuerda de trabajo. Como ya comentamos, los dispositivos de anclaje más
utilizados en trabajos verticales son los considerados como clase A1 y los de clase B.

Clase A1.- Existen diferentes soluciones en el mercado, desde placas con punto central
para su fijación con dos puntos de anclaje, sistemas de chapas monoanclaje o chapas
conectadas con cadenas, para permitir reparto de cargas y separación de anclajes.

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CAPITULO IV

Clase B.- La norma en esta clase agrupa a una variedad de equipos, que van desde las
eslingas tradicionales a los trípodes para espacios confinados, pasando por líneas de vida
horizontales de carácter temporal. En nuestro ámbito, utilizaremos principalmente las cintas
o eslingas cosidas por el fabricante para abrazar anclajes constructivos, o bien ecualizar
mediante triángulos de fuerza dos anclajes instalados. En el mercado podemos encontrar
dos tipos de cintas normalizadas: anillos cerrados o cintas con terminales manufacturados.
ref: anetva150

También pueden ser de gran utilidad las líneas de vida horizontal temporales, especialmente
para proporcionar una seguridad en los desplazamientos por la cubierta del trabajador
auxiliar, o por el técnico antes de entrar en la vertical. Básicamente consisten en una línea
de anclaje de cuerda, eslinga o incluso de cable, dotada en uno de los extremos de un
sistema específico aportado por el fabricante para darle una tensión determinada a la línea
de anclaje, que permita su correcta utilización.

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CAPITULO IV

1.2. COMPORTAMIENTO DE LOS MATERIALES


En numerosas ocasiones, en las cubiertas y azoteas de los edificios resultará francamente
difícil, la realización práctica de los ensayos descritos en la norma. Por ello, siempre
debemos utilizar equipos normalizados, en los que el fabricante garantiza la superación de
los valores establecidos en la norma y además, sobredimensionar las instalaciones de
cabecera, utilizando para ello diferentes puntos de anclaje y realizando en lo posible un
adecuado reparto de las cargas sobre los anclajes. Para ello, resultará muy útil conocer
algunos aspectos físicos sobre el comportamiento de los materiales que utilizaremos:
1.2.1. ANGULACIONES
Cuando utilizamos en una instalación dos puntos de anclaje para trabajar juntos, la mejor
manera de optimizar la resistencia de cada uno está en conseguir repartir la carga entre los
dos anclajes al 50 %, es decir, a partes iguales. De esta manera siempre tenemos una
ref: anetva150

resistencia residual en cada uno para aguantar un sobreesfuerzo inesperado.

Si unimos dos anclajes a través de dos eslingas, formaremos un “triángulo de fuerzas”


donde el esfuerzo soportado por cada uno, dependerá directamente del ángulo formado
entre estas eslingas. Supongamos que un trabajador sufre una caída, donde se desarrolla
una fuerza de choque de 6 KN (se plantea este valor determinado, ya que se establece que
es la máxima fuerza de choque que puede llegarle a un trabajador que sufre una caída
utilizando correctamente un sistema anticaídas normalizado). En el siguiente cuadro
podemos observar los esfuerzos de los anclajes, en función de los diferentes ángulos entre
anclajes:
% de carga sobre Esfuerzo sobre los
ÁNGULO Fuerza de los anclajes anclajes
(grados) choque F1 y F2 F1 y F2

0º 6 KN 50 % 3 KN
30º 6 KN 52 % 3,1 KN
60º 6 KN 58 % 3,4 KN
90º 6 KN 71 % 4,2N
120º 6 KN 100 % 6 KN
150º 6 KN 174 % 10,4KN
160º 6 KN 287 % 17,2 KN
170º 6 KN 575 % 34,5 KN
175º 6 KN 2.865 % 172 KN

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CAPITULO IV

F1= 3,5 KN F2= 3,5 KN

45
º

6
ref: anetva150

F1= 10,4 KN aprox


F2= 10,4 KN aprox
150º

6 KN

Como fácilmente podemos deducir, a la hora de utilizar varios puntos de anclaje deberemos
evitar los ángulos abiertos entre las eslingas o cuerdas que los unan, para no sobrecargar
los anclajes. Por el contrario, procuraremos conseguir ángulos que no superen los 45º, de
esta manera repartiremos el esfuerzo de una forma bastante equitativa.

Hay que señalar que estos son los cálculos teóricos en el "laboratorio". En ellos no se
tienen en cuenta los procesos dinámicos de los materiales que componen los sistemas
anticaídas: rozamiento de mosquetón con cinta, apriete de nudos, estiramiento de cuerdas,
absorbedores, etc. Todos estos elementos de la cadena de seguridad van absorbiendo
fuerza de choque y, por regla general, las cargas en situación real no son tan elevadas
como nos muestran los modelos. Pero de todos modos, desde el punto de vista de la
prevención de riesgos, siempre es mejor ponerse en el peor de los casos y tener como

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CAPITULO IV

referencia los valores sin rozamiento, de cara a dimensionar las instalaciones de cabecera
con un mayor margen de seguridad.

1.2.2. DISPOSICIÓN DE LOS ANCLAJES

En lo que se refiere a las instalaciones de cabecera de gran responsabilidad, como pueden


ser las de una línea de anclaje flexible vertical, como hemos visto, es imprescindible que
sean capaces de soportar cargas, por encima de 10 KN. Especialmente cuando la calidad
del sustrato no es la óptima, no debemos fiar toda la seguridad del sistema a un solo
anclaje, aunque éste alcance los 10 KN justos que exige la norma. Instalando otro anclaje
más, sobredimensionamos el sistema y dejamos fuera de toda duda su capacidad de
soportar una caída. Cuando utilizamos anclajes instalados, debemos saber que tanto los
químicos, como sobretodo los de expansión, generan un cono de presiones sobre el
ref: anetva150

sustrato. El radio de este cono depende de la longitud del espárrago, pero podemos decir
que es de aproximadamente, 1,5 veces la longitud del espárrago o tensor. Esta distancia
determina, lógicamente la distancia mínima a la que podemos colocar otro anclaje sin que
los conos de presión se solapen y de esta manera generar cargas excesivas sobre una
parte determinada y pequeña del sustrato. Es por esto, que como distancia mínima de
seguridad entre anclajes instalados, podemos pensar en unos 30 centímetros mínimo entre
anclajes (para tensores de 10 cm de longitud. Podemos reducir esta distancia reduciendo la
longitud del tensor, respetando cargas). Esta distancia de seguridad también es necesario
mantenerla cuando el anclaje vaya instalado cerca de un borde o una esquina de la pared.

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CAPITULO IV

1.2.3. ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL SUBSTRATO


A la hora de elegir el punto de anclaje más adecuado, resulta fundamental realizar un
estudio sobre la resistencia del sustrato sobre el cual montaremos nuestra instalación. La
resistencia a la extracción del anclaje, estará íntimamente ligada a la resistencia a la
compresión que tiene el propio substrato. Conociendo esta resistencia podremos determinar
el tipo de anclaje adecuado que deberemos utilizar: Para materiales blandos solamente
anclajes químicos y en soportes duros anclajes expansivos o químicos:

Hormigón Compacto Ladrillo macizo


Roca Blanda o muy blanda (Ej: caliza)
ref: anetva150

Roca Dura (Ej: Granito) Ladrillo perforado

Anclaje Químico
Anclaje expansivo Sólo Anclaje Químico

En paredes o soportes de ladrillo hueco o con cámaras de aire grandes, no deberemos


utilizar ninguno de estos anclajes ya que la resistencia del propio sustrato no alcanzará los
mínimos exigidos.
Para dar respuesta a las situaciones en las que el sustrato no es lo suficientemente
compacto para albergar un anclaje químico ni expansivo, podemos encontrar en el mercado
soluciones a través de anclajes con espárragos pasantes, capaces de abrazar el muro en
toda su anchura, aumentando la superficie sobre la cual trabaja el anclaje. Utilizando
convenientemente varias unidades de este tipo de anclajes, podemos conseguir
instalaciones que cumplan con la exigencia de resistencia de 10 KN de la EN 795.

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CAPITULO IV

2. MONTAJE DE INSTALACIONES DE CABECERA PARA LOS


SISTEMAS DE SUJECIÓN Y SISTEMAS ANTICAÍDAS

2.1. UTILIZACIÓN DE NUDOS SOBRE CUERDAS


Durante la instalación de un dispositivo de anclaje para un sistema anticaídas o para un
sistema de sujeción de trabajos verticales, frecuentemente nos veremos obligados a realizar
nudos sobre la cuerda. Con el fin de optimizar la utilización de la misma, debemos tener en
cuenta algunas consideraciones:

Debemos saber que cualquier nudo que hagamos sobre una cuerda, disminuye
significativamente la resistencia nominal de ésta. A este fenómeno le denominaremos
ref: anetva150

Pérdida de Resistencia (PR) y lo representaremos con las siglas PR. Este valor puede variar
ligeramente en función de parámetros como el tipo de cuerda utilizada o el método de
ensayo. De esta manera, al consultar distintas fuentes podemos encontrar variaciones entre
los valores ofrecidos. Por ello las referencias ofrecidas en el presente Manual deben ser
considerados, como valores aproximados y no como valores absolutos.

Como cabe suponer, a la hora de utilizar nudos en cuerdas de responsabilidad, elegiremos


nudos que ofrezcan una pérdida de resistencia tan baja como podamos. En la descripción
de los nudos recomendados, se indicará la pérdida de resistencia aproximada en términos
de tanto por ciento.

A la hora de elegir un nudo u otro, debemos tener en cuenta que todos deben cumplir una
serie de reglas de carácter general:

ƒ Máxima resistencia y solidez.


ƒ No debe deshacerse cuando no está sometido a tensión.
ƒ Posibilidad de deshacer después de haber estado sometido a tensión.
ƒ Debe ser fácil verificar su correcta ejecución.
ƒ Se prestará especial atención a que el nudo quede, bien confeccionado o “peinado”, de
esta manera se comprueba que esta correctamente realizado y además favorece la
absorción de energía.

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CAPITULO IV

Otro aspecto que debemos tener en cuenta cuando construyamos un nudo, es la longitud
del chicote final, esto es, el cabo sobrante una vez confeccionado el nudo. Esta longitud
variará dependiendo del nudo elegido; como norma de aplicación general, diremos que el
chicote sobrante deberá ser, al menos, el doble de la longitud del propio nudo, una vez
terminado. (unos 20 cm aprox).

Las posibilidades que una cuerda nos ofrece para confeccionar un nudo son múltiples. De
esta forma, una misma tarea puede ser realizada por diferentes nudos y, a la vez, un mismo
nudo puede tener diversas aplicaciones. Es más recomendable saber confeccionar
perfectamente unos pocos y conocer de forma clara sus aplicaciones, que saber de forma
vaga una gran cantidad de nudos y tener dudas a la hora de confeccionar o aplicar uno u
otro a una determinada situación.
ref: anetva150

2.1.1. NUDOS DE ANCLAJE


Su función es la de posibilitar el anclaje de la cuerda a un lugar resistente, por regla general
un elemento constructivo, o un conector.

Gaza Simple
Comentario: Se trata del nudo más fácil de construir. Útil para anclajes auxiliares. No es
recomendable para soportar grandes cargas ni para realizar instalaciones de cabecera.
Puede construirse por chicote. PR del 50%.
Ventajas: Fácil de memorizar. Rápido de construir.
Inconvenientes: Notable pérdida de resistencia. Muy difícil de deshacer, después de haber
soportado tensión.

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Ocho Simple
Comentario: Es el nudo más versátil y el más utilizado. PR del 35 %.
Puede construirse por seno, para anclar la cuerda a un mosquetón, o también puede
confeccionarse partiendo del chicote. De esta manera, podemos abrazar el elemento en
cuestión, eliminando la eslinga y el mosquetón. Deberemos instalar protectores para la
cuerda en los ángulos
Ventajas: Fácil de confeccionar y revisar.
ref: anetva150

Ocho de Doble Seno


Comentario: Nudo muy útil para anclajes de responsabilidad. Nos permite pasar los dos
senos por el mismo conector, o cada seno en anclajes diferentes, posibilitando reparto de
cargas. PR del 25%.
Ventajas: Perdida de Resistencia muy baja. Después de una carga, se deshace mejor que
el Ocho Simple.
Inconvenientes: Es un poco complicado de confeccionar. Requiere práctica.

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Nudo de Nueve
Comentario: Ideal para fijar cuerdas que estén destinadas a soportar grandes cargas. Se
realiza como el ocho, pero dando media vuelta más. Puede construirse por chicote. PR del
25%.
Ventajas: Poca pérdida de resistencia. Se deshace con facilidad una vez sometido a carga.
ref: anetva150

2.1.2. NUDOS DE EMPALME o UNION


La utilización de estos nudos tiene por objetivo el empalme de cuerdas o cintas auxiliares.

Pescador doble
Comentario: Se construye con dos nudos dobles enfrentados, de forma que estrangulan
entre sí los dos cabos a unir. PR del 40%
Ventajas: Con él se pueden unir cuerdas de diferentes diámetros, siempre y cuando éstos
no superen los 3 mm de diferencia.
Inconvenientes: Una vez sometido a carga, se deshace con dificultad. Para deshacerlo
mejor, podemos introducir un chicote en uno de los nudos.

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Ocho
Comentario: Otra variante de este polivalente nudo. Lo construiremos por chicote,
enfrentando los cabos que debamos unir. Para deshacerlo más fácilmente, al igual que el
anterior, podemos introducir un chicote dentro del nudo.
Ventajas: Ver anterior.
Inconvenientes: Ver anterior.
ref: anetva150

Nudo de cinta
Comentario: Este nudo es específico para unir cinta plana y no debemos utilizar otro nudo
para unir este tipo de cintas. PR del 60%.
Ventajas: El único nudo fiable para unir cinta plana.
Inconvenientes: Gran pérdida de resistencia. Se deshace con dificultad después de una
tracción. Es necesario vigilar los chicotes sobrantes si el nudo se queda confeccionado de
forma permanente en la cinta, pues éstos tienden a deslizar e ir acortándose.

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2.1.2. NUDOS ESPECIALES


En este apartado incluiremos algunos nudos que, aunque alguno podría ser incluido en los
apartados anteriores, ofrecen unas prestaciones particulares que en determinados
momentos pueden resultar muy efectivos y útiles.

Nudo de Siete
Comentario: También conocido como “ocho en línea”. Su uso es el de facilitar un punto de
anclaje en mitad de una cuerda, posibilitando que el seno quede orientado en la dirección de
la carga. Para ello es necesario comenzar el nudo en la dirección contraria a la deseada. Útil
tensado de cuerdas o reparto de cargas. Se confecciona como el ocho, pero montando la
coca sobre un solo firme.
Ventajas: Trabaja en una dirección determinada.
ref: anetva150

Inconvenientes: Después de carga intensa, cuesta deshacerlo. Reduce la resistencia de la


cuerda de forma significativa.

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Romano
Comentario: De igual aplicación que el nudo de Siete. Sin embargo, a diferencia de éste, a
la hora de realizarlo orientaremos la primera coca en la misma dirección de donde
realizaremos la tracción.
Ventajas: Mayor resistencia que el siete. También se deshace con mayor facilidad, una vez
sometido a carga.
Inconvenientes: Complicado de memorizar y realizar.
ref: anetva150

Ballestrinque
Comentario: Nudo de anclaje y posicionamiento rápido sobre un conector o sobre una
estructura tubular. Se puede realizar con una sola mano. Puede construirse por chicote.
Ventajas: Muy fácil de confeccionar y regular en longitud. No desliza sobre superficies
rugosas.
Inconvenientes: No es apto para grandes cargas. Desliza a partir de 400 daN.

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Nudo Autobloqueante “Machard”


Comentario: Consiste en un nudo que realizamos con un cordino, sobre una cuerda, con el
objetivo de traccionar sobre ella un lugar determinado de su longitud, como bloqueador de
emergencia. La capacidad de bloqueo depende del estado, diámetro de la cuerda y del
cordino. Se deshace con facilidad después de soportar carga.
Este nudo también puede confeccionarse pasando el seno inferior por dentro del seno
superior. De esta manera obtenemos un mejor bloqueo en cuerdas rígidas, mojadas o muy
sucias. El gran inconveniente de este método es que después de haber cargado peso, nos
costará más trabajo liberar el autobloqueante.
Usos: Ascenso por cuerdas sin material específico. Confección de polipastos.
Precauciones: El diámetro mínimo del cordino debe ser de 7 mm. La resistencia del cordino
se aprovecha en un 50 %.
ref: anetva150

Mariposa
Comentario: Consiste en un nudo de anclaje que realizamos en mitad de una cuerda. A
diferencia del siete y del romano, el Mariposa posiciona los dos extremos de la cuerda a 90º
de la gaza del nudo.
Usos: Realización de desvíos, pasamanos, protección de cuerda dañada.

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Dinámico
Comentario: También conocido como Medio Ballestrinque. Se trata de un nudo de frenado
y funcionamiento dinámico, es decir, no bloquea por sí mismo la cuerda, sino que requiere
ser asistido por una persona. Funciona en las dos direcciones de tracción, volteándose de
forma autónoma sobre el conector, según el sentido de la carga. Para su utilización es
necesario emplear un conector de seguridad HMS. Los dos cabos de la cuerda deben
trabajar en paralelo, de lo contrario la cuerda se riza y, además, podría producirse una
apertura peligrosa del cierre del conector. Al igual que el Ballestrinque, puede funcionar sin
conector sobre una superficie tubular únicamente.
Usos: Facilitar el aseguramiento eficaz de un trabajador progresando por estructuras sin
instalación previa. Descenso controlado de cargas. Descenso por cuerdas sin material
específico.
ref: anetva150

Precauciones: Es importante señalar que el frenado se realiza gracias a la fricción de la


propia cuerda entre sí y contra el conector, pero nosotros controlamos esta fricción con la
fuerza de nuestra propia mano, por donde desliza la cuerda, provocando una nueva fricción.
Es por ello que para la utilización de este nudo es necesario el empleo de guantes, para
evitar una eventual quemadura, que acarrearía, además de los daños mismos, una suelta de
la cuerda, anulando así la posibilidad de frenado.
Carece de sistema de bloqueo automático, por lo que es necesario acoplarle un sistema de
freno auxiliar: Por ejemplo un shunt, nudo machard …

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Nudo de fuga “Mula”

Comentario: Los nudos de


fuga consisten en nudos que
utilizaremos para bloquear
de forma temporal una
cuerda, que está actuando
como sistema de freno o
polea. Estos nudos permiten
también un desbloqueo
rápido, incluso en el caso de
ref: anetva150

que la cuerda esté bajo


tensión, de ahí su nombre
tan particular. El nudo de
Mula es el más básico y
práctico.
Usos: Bloquear un sistema
de freno en el manejo de
cargas. Realización de un
sistema de anclaje
desembragable.
Precauciones: Con el fin de
evitar un desbloqueo no deseado, es necesario rematarlo con un sobrenudo
en el seno libre o unir el seno y el firme en tensión con un conector.

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Nudo Alondra
Comentario: Se utiliza para la utilización de anclajes
constructivos. Consiste en abrazar la estructura e
introducir la cinta o la cuerda por el bucle del lado
contrario.
Usos: Realización de instalaciones de cabecera,
desvios etc.
Precauciones: Según como lo realicemos, puede
disminuir hasta en un 40% la resistencia de la eslinga
o la cuerda con la que lo realicemos.
ref: anetva150

Nudo Veronés
Comentario: Interesante porque podemos confeccionarlo con el extremo libre de nuestra
propia cuerda. Si la cuerda se encuentra demasiado sucia o rígida puede no bloquear.
Damos cinco vueltas con el cabo sobre la cuerda y reenviamos el cabo por la parte inferior e
introduciéndolo por dentro de las vueltas. Lo sacamos por la tercera, lo ajustamos bien y
hacemos un nudo de retención en el extremo. Al tirar de la zona de la cuerda con la que
hemos hecho el nudo, obtenemos el bloqueo.
Usos: sustitución de bloqueadores en polipastos, ascenso etc.
Precauciones: Se necesita práctica para poder confeccionarlo correctamente.

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CAPITULO IV

2.2. UTILIZACIÓN DE ANCLAJES CONSTRUCTIVOS


Para abrazar estos anclajes y poder utilizarlos en la instalación de cabecera es
recomendable la utilización de eslingas antes que cuerdas anudadas. Estas eslingas vienen
cosidas por el fabricante ofreciendo una resistencia superior a la que obtenemos con una
cuerda anudada y evita el posible error humano de una incorrecta realización del nudo de
empalme.

El gran inconveniente para el uso de eslingas de gran resistencia, conformes a la EN 795


clase B es la limitada longitud de éstas, que impide abrazar los habituales elementos
grandes y seguros que encontramos en las cubiertas de los edificios del tipo “casetón”. Para
estas situaciones puede resultar práctico e interesante la utilización de eslingas de carga de
gran resistencia con terminales manufacturados (las podemos encontrar de hasta 10.000
ref: anetva150

Kg. y con longitudes de 10 o 15 metros).

Según como utilicemos la eslinga, cuando abracemos la estructura, podemos disminuir o


aumentar la resistencia de esta. El siguiente cuadro puede ayudar a la hora de rentabilizar la
resistencia de las eslingas en este tipo de anclajes:

En el caso de que la
utilización de eslingas
no sea viable,
utilizaremos una cuerda
para abrazar la
instalación,
empalmando después
los dos cabos de esta.
De esta manera
construiremos un anillo
cerrado alrededor del
elemento constructivo
utilizado. Para realizar
el empalme
utilizaremos uno de los nudos descritos, prestando atención a su correcta construcción y a la
correcta longitud de los chicotes sobrantes.

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CAPITULO IV

Si este método es utilizado habitualmente, es preciso destinar a este cometido una cuerda
específica, que no se utilice para otro uso. Por supuesto, NUNCA utilizaremos cuerdas
desechadas para el trabajo en suspensión o cuerdas de las consideradas polivalentes
(manejo de cargas, cuerdas auxiliares etc.).

A la hora de ajustar el anillo de cuerda a la estructura, a través del nudo de empalme,


debemos tener en cuenta lo explicado con respecto a las angulaciones entre los anclajes.
Cuando se ejerce una carga, el principal esfuerzo lo recibirá la porción de cuerda que se
encuentra en las esquinas inmediatamente a continuación del nudo. En este caso, las
esquinas se comportarán como anclajes y aunque su resistencia está garantizada, si
trabajamos con ángulos abiertos, someteremos a la cuerda sobre la esquina a un esfuerzo
mayor cuanto más abierto sea el ángulo. Por ello intentaremos no ajustar mucho la cuerda
ref: anetva150

de la instalación al elemento (el ángulo es muy abierto y el esfuerzo mayor), por el contrario,
si dejamos un poco de holgura entre la cuerda de la instalación y la estructura, en ángulo
será más cerrado y por consiguiente el esfuerzo sobre las esquinas mucho menor.

Siempre resulta recomendable dar al menos, dos vueltas al elemento con la cuerda y
posteriormente realizar el empalme. De esta manera la instalación queda mucho más
dimensionada y preparada para los esfuerzos.

¡¡NO!! Angulo muy abierto y faltan Angulo cerrado y protecciones


protecciones

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CAPITULO IV
ref: anetva150

Siempre debemos
proteger nuestra
eslinga o cuerda de la
instalación de los
cantos y ángulos vivos
con protectores
adecuados y
cerciorarnos de que no
puede resbalar ni
moverse de su
ubicación por
consecuencia de la forma del elemento. Como medida de seguridad complementaria,
también podemos rodear la estructura con un cable de acero, además de con la cuerda o
eslinga. De esta manera conseguimos una mayor resistencia y protegemos la instalación de
posibles cortes accidentales en lugares no previstos.

En el caso de utilizar un elemento constructivo de gran dimensión y resistencia hemos de


recordar que las instalaciones para cada cuerda (seguridad y trabajo) deben ser
INDEPENDIENTES, utilizando para ello eslingas diferentes, aunque abracen el mismo
elemento.

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CAPITULO IV

2.3. MÉTODOS PARA EL REPARTO DE CARGAS ENTRE ANCLAJES


Independientemente del tipo de anclaje elegido (estructural o instalado), existen diferentes
métodos para realizar un adecuado reparto de cargas entre ellos, garantizando ángulos
cerrados. Para elegir un sistema u otro, debemos tener en cuenta, principalmente la
distancia que separa los anclajes. En función de la ubicación y características de los
anclajes, podemos elegir entre alguno de los siguientes métodos:

Triangulo bloqueado con eslinga


Comentario: Aplicaremos este sistema siempre que los anclajes no estén muy separados y
sean de una resistencia similar. Útil cuando los anclajes están próximos.
ref: anetva150

Paso 1 Paso 2 Paso 3

Triangulación con ocho de doble seno


Comentario: Útil cuando los anclajes no están muy separados, o bien carecemos de eslinga
con un longitud apropiada. Si la separación entre anclajes es de más de dos metros, la
construcción del nudo será laboriosa. Este sistema resulta muy práctico para unir anclajes
que no se encuentran muy separados, evitando la eslinga intermedia, o bien que estén
colocados en diferentes niveles.

Paso 1 Paso 2 Paso 3

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CAPITULO IV

Método de los Tres Ochos


Comentario: Será el sistema más recomendable cuando los anclajes estén a diferentes
niveles y muy separados el uno del otros Los nudos de ocho que realicemos, pueden ser
ochos simples, o mejor, ochos de doble seno, montando los dos senos sobre el mosquetón.
ref: anetva150

Paso 3

Paso 2
Paso 1

Triángulo de fuerzas multidireccional con eslinga


Comentario: Se trata del paso previo a la construcción del triángulo bloqueado. Al no haber
un nudo fijo, el punto de anclaje puede desplazarse manteniendo en todo momento el
reparto de cargas. Tiene el gran inconveniente de que si uno de los dos anclajes fallara el
“latigazo” que sufriría el otro anclaje sería considerable. Por ello no resulta recomendable.
Sin embargo, resulta muy útil para determinar la dirección exacta de tiro, como paso previo a
la construcción del triángulo bloqueado.

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CAPITULO IV

2.4. DESVÍOS
Muy habitualmente, nos encontramos que los anclajes constructivos que podemos utilizar,
se encuentran desplazados de la línea que deberá seguir la cuerda anticaídas o la cuerda
de trabajo. En estas ocasiones, para conseguir que la cuerda se sitúe en la vertical del
trabajador, nos veremos obligados a “apoyar” dicha cuerda en un anclaje auxiliar, mediante
un reenvío.
Es necesario dimensionar correctamente el anclaje sobre el que se realizará el desvío, ya
que, dependiendo del ángulo formado por la cuerda, una vez más, el anclaje deberá
soportar más o menos carga:
ref: anetva150

Angulo 120º Esfuerzo aprox Angulo 50º Esfuerzo aprox


Angulo 150º Esfuerzo aprox
sobre el anclaje del desvío: sobre el anclaje del desvío:
sobre el anclaje del desvío:
100 % de la carga 185% de la carga
52% de la carga

Como podemos observar en las imágenes, el ángulo que deberá formar la cuerda con
respecto al punto de reenvío, debe ser lo más abierto posible (a diferencia de lo tratado
anteriormente sobre puntos fijos).

La consecuencia directa de que un desvío falle y salte el anclaje, será la de una caída
considerable, junto con un gran péndulo. En este momento, la cuerda rozará sobre el borde
de la cubierta, lejos de las protecciones, con el consiguiente peligro de rotura de la misma.
Por ello, en cualquier caso, para realizar desvíos, utilizaremos siempre puntos fiables,
aunque en un principio no deban soportar grandes cargas.

2.5. UTILIZACIÓN DE LINEAS HORIZONTALES TEMPORALES


Las líneas horizontales constituyen un dispositivo de anclaje donde podemos conectar
distintos sistema anticaídas. El sistema anticaídas elegido en nuestro caso, seguramente
será el de una línea flexible de cuerda. Conectamos ésta a la línea horizontal directamente a
través de un conector, de forma que pueda desplazarse por ella permitiendo un cómodo

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CAPITULO IV

desplazamiento por una superficie horizontal expuesta a la caída. Debemos evitar la


utilización de una cuerda tensada por nuestros medios, como si de una línea horizontal se
tratara, pues las consecuencias pueden ser importantes: Al desconocer un buen número de
datos fundamentales, el sistema puede no funcionar: Desconocemos la tensión que
deberemos dar a la cuerda para que no trabaje demasiado forzada, la longitud máxima que
podemos instalar de línea, la flecha de caída y por consiguiente la distancia mínima de
seguridad etc. Por todo ello utilizaremos SIEMPRE líneas normalizadas y seguiremos las
instrucciones del fabricante para su instalación y utilización. En especial tendremos en
cuenta:
• La distancia libre mínima que deberemos garantizar por debajo del trabajador.
• El modo de tensado.
• El nº de trabajadores que pueden estar anclados simultáneamente a la línea. (Salvo
ref: anetva150

que el fabricante especifique lo contrario, será de 1).


• La solidez de los anclajes de extremidad.

1. Flecha

2. Elemento
de amarre 1+2+3:
Altura libre mínima

3. Distancia
mínima
seguridad

La instalación de estos equipos resulta muy sencilla. Basta seguir las instrucciones del
fabricante, que generalmente indican:
1. Instalar dos dispositivos de anclaje en los extremos del espacio que se prevee
proteger con la línea.
2. Conectar el extremo libre de la línea a un anclaje.
3. El otro extremo, que cuenta con el dispositivo de tensado, se ancla al 2º anclaje.

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CAPITULO IV

4. Realizar una pequeña pretensión manual de la línea horizontal y accionar el


dispositivo de tensado, siguiendo en todo momento las instrucciones.
5. Recoger la longitud sobrante de línea de anclaje. La línea está lista para su uso.

Anclaje
ref: anetva150

Tensar

2.6. RECOMENDACIONES GENERALES DE CARÁCTER PRÁCTICO


2.6.1. SEPARACIÓN DE LAS CUERDAS
Si entre la cuerda de trabajo y la de seguridad existe una separación de aproximadamente
un metro, la realización de la tarea y el funcionamiento del sistema anticaídas será más
cómoda para el trabajador. De esta manera, delante de su cara solamente tendrá la cuerda
en tensión de la cual está suspendido, a la vez que será más consciente de la situación del
dispositivo anticaídas sobre la cuerda de seguridad. Al tenerlo separado del campo visual
inmediato donde se ejecuta la tarea, es necesario prestarle una atención especial durante
cualquier desplazamiento o posicionamiento en la vertical.

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2.6.2. ALTURA DE LOS ANCLAJES


La altura de la instalación de cabecera, con respecto al suelo de la cubierta del edificio,
puede hacer que la entrada en
la vertical sea más o menos
cómoda, a igual que el
esfuerzo sobre la cuerda y la
protección perimetral, también
variará en función de dicha
altura.

Siempre y cuando sea posible,


ref: anetva150

intentaremos colocar la
instalación más bien alta,
incluso por encima de nuestra
cabeza. Con ello conseguimos
que el ángulo formado por la cuerda y el “peto” o protección perimetral sea más abierto y
esto nos facilita mucho la entrada en la vertical, además de realizar un esfuerzo más
moderado sobre ese punto concreto de apoyo de la cuerda. Lógicamente, si la resistencia
de nuestros anclajes constructivos puede verse afectada por el efecto palanca producido por
la situación alta de los anclajes, lo primero será evitar los efectos de la palanca, colocando al
eslingas lo más abajo posible.

Por el contrario, si la instalación se encuentra muy cerca de la zona de entrada en la vertical


y a nivel de suelo, este importante momento se realizará de forma mucho más incómoda.
Además la cuerda trabajará más forzada sobre la superficie de apoyo.

2.6.3. REASEGUROS
Los reaseguros constituyen una práctica habitual
en muchas empresas. Consiste en montar una
instalación por detrás de la instalación principal,
uniendo las dos con una cuerda, pero haciendo
que el “reaseguro” no trabaje. El objetivo del

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CAPITULO IV

reaseguro es garantizar la sujeción de la cuerda en el caso de que la instalación principal


falle.

Pese a que las medidas de seguridad redundantes siempre deben ser bien recibidas, en
este caso lo más seguro resultará dimensionar la instalación principal de una manera
adecuada, despejando cualquier duda sobre su fiabilidad y resistencia. En caso de que
queramos que la instalación principal sea capaz de soportar una mayor carga, siempre
podemos utilizar la instalación de reaseguro como un anclaje más y realizar un reparto de
cargas con la instalación principal mediante una triangulación.

Por todo esto, en el caso de realizar reaseguros de las instalaciones de cabecera, los
criterios de seguridad y resistencia deberán ser los mismos que en el caso de no instalar
ref: anetva150

dicho reaseguro.

2.6.4. PROTECCIONES
Resulta completamente imprescindible proteger los
elementos sintéticos de las instalaciones de
cabecera, como cuerdas y eslingas, de las
agresiones producidas por ángulos y materiales
agresivos. Las consecuencias de que una cuerda
que soporta una carga, trabaje sobre un borde
afilado sin ninguna protección serán desastrosas: la
cuerda o la eslinga se romperán con una carga no
demasiado importante. Por ello es preciso prestar
especial atención a los puntos de apoyo o
rozamiento de las cuerdas sobre los materiales de la
cubierta y utilizar protectores específicos de longitud
adecuada.
Es muy importante revisar periódicamente a lo largo de la jornada la correcta colocación de
los protectores, de forma que su trabajo sea eficaz, especialmente cuando un trabajador va
a entrar en la vertical a través de las cuerdas. Los pequeños movimientos que se generan
mientras el trabajador se encuentra suspendido, puede hacer que los protectores se muevan
de su ubicación original, dejando la cuerda al descubierto. Para evitar esto, en muchos
casos podemos fijar los protectores a la propia estructura a través de cueras auxiliares de

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CAPITULO IV

pequeño diámetro, de manera que los movimientos de la cuerda no afecten a la ubicación


del protector.

3. PROGRESIONES AVANZADAS Y ESPECIALES


En este capítulo trataremos sobre técnicas de progresión, que aún siendo poco habituales
en el trabajo diario de un técnico en trabajos verticales, permiten acometer la realización de
trabajos en lugares con un acceso difícil y particular.

3.1. Paso de Fraccionamientos bajo superficie en techo


En este caso el objetivo del fraccionamiento es el de salvar un techo de un edificio y poder
acceder al paramento vertical interior. Es importante recordar que la instalación del
fraccionamiento debe ser tan resistente como la instalación de cabecera principal.
ref: anetva150

En el capítulo III se indicaba que siempre que sea posible, lo más práctico para un paso
cómodo por el fraccionamiento es dejar una comba amplia entre la cuerda que viene de la
instalación superior y los anclajes del fraccionamiento. Si esto es posible, para pasar el
fraccionamiento tanto en ascenso como en descenso, podremos utilizar la técnica de cambio
de cuerda, explicada en el Nivel Of-Basic, ya que podremos alcanzar la cuerda a la que
debemos pasar, mucho antes incluso de llegar a los anclajes del fraccionamiento. De este
modo, pasamos de una situación complicada a algo mucho más sencillo.

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3.1.1. Montaje del fraccionamiento


Si no podemos acceder desde el interior del edificio para realizar la instalación del
fraccionamiento debajo del techo, nos veremos obligados a llegar hasta allí bien en ascenso
con técnicas de progresión con aseguramiento dinámico o bien llegaremos desde la
cabecera principal situada en la cubierta, utilizando técnica de descenso. Este segundo caso
planteará un mayor nivel de dificultad, ya que deberemos progresar en horizontal por la
parte inferior del techo hasta llegar al paramento vertical donde realizaremos la instalación.

Este desplazamiento puede ser resulto de la siguiente manera:

1. Acceder hasta el borde del techo, bloquear el


ref: anetva150

descensor e instalar las protecciones en las


cuerdas. Los protectores estarán fijados de
manera adecuada a las cuerdas para evitar que
se desplacen.

Paso 1

2. Instalar el primer anclaje en la bandeja del techo.


Nos anclaremos a él con el cabo de
posicionamiento y colocamos un estribo.

Paso 2

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3. Accionar el descensor. Progresivamente nos


iremos quedando suspendidos del cabo de
anclaje de posicionamiento, hasta que la
cuerda pierda tensión.
4. Instalamos un mosquetón en el anclaje y
pasamos la cuerda de trabajo por él.
5. Subiéndonos al estribo, conseguimos recuperar
cuerda del descensor, quitar tensión del cabo
de anclaje y quedarnos suspendidos de la
cuerda de trabajo. La cuerda de seguridad
funciona libremente sin pasar por el anclaje.
ref: anetva150

6. Instalamos el siguiente anclaje y repetimos la


maniobra.

Paso 3, 4, 5 y 6
Comentarios
La utilización de un elemento de amarre de posicionamiento regulable es de una gran ayuda
en la realización de esta maniobra. Nos deja libre los dos cabos de la Y (corto y largo) y nos
permite un posicionamiento más cómodo y preciso

La cuerda de seguridad queda libre en todo momento, sin pasar por los anclajes de
progresión. Ésta irá adoptando un desarrollo diagonal a medida que progresemos por el
techo, por lo que será necesario vigilar el desplazamiento del anticaídas para evitar que se
bloquee de forma involuntaria.

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3.1.2. Paso del fraccionamiento


Si el desarrollo horizontal del techo es importante, o bien no es posible dejar una comba
amplia (por ejemplo: la acción del viento que puede afectar a las cuerdas y éstas pueden
engancharse con elementos del edificio etc.), prestaremos atención a la maniobra,
especialmente en descenso. Procederemos como sigue:

En descenso
1. Descender por el borde del techo, solamente
hasta que el fraccionamiento se encuentre a
nuestra altura.
2. Instalar los protectores sobre las cuerdas para
ref: anetva150

evitar el rozamiento con el borde del techo.


3. Colocar el puño en la cuerda de trabajo (unido
al arnés con el cabo largo) y desplazarlo lo más
posible hacia la instalación del fraccionamiento.
Podemos ayudarnos para ello con una mano,
sujetando la cuerda por debajo del puño.

Paso 1, 2 y 3
4. Accionar levemente el descensor, lo suficiente
para volver a mover el puño.
5. Repitiendo esta maniobra, nos acercaremos al
fraccionamiento, evitando a toda costa quedar
colgados del descensor en la parte más baja de
la comba.

Pasos 4 y 5

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6. En cuanto podamos alcanzar la instalación o


las cuerdas de la vertical, actuaremos como
en un fraccionamiento en vertical.
7. Debemos ir moviendo el anticaídas, pero no
lo quitaremos de la cuerda, ni lo
cambiaremos de posición, hasta que no
alcancemos la instalación del fraccionamiento
o la cuerda de la vertical. Podemos
asegurarnos con el bloqueador de puño para
cambiar el anticaídas.
ref: anetva150

Pasos 6 y 7
En ascenso
Para salvar este obstáculo, utilizaremos la maniobra
basada en un cambio de línea:

1. Cuando accedamos al bucle antes de llegar a


la instalación del fraccionamiento, hacer
cambio de dirección para colgarnos del
descensor. (Si no, deberemos llegar hasta la
instalación y colocar el descensor colgados
de ella).
2. Colocamos el puño en la cuerda de
seguridad, elevándolo lo más posible. En este
momento nos encontramos asegurados a tres
puntos.

Pasos 1 y 2

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.
3. Pasamos el anticaídas a la cuerda de
seguridad pasado el fraccionamiento
ref: anetva150

Paso 3

4. Cambiamos el puño de la cuerda de seguridad


a la de trabajo y lo deslizamos tan arriba como
podamos. (En ese momento nos saldremos un
poco de la vertical por su efecto).

Paso 4

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5. Instalamos el bloqueador ventral en la cuerda.


6. Accionamos del descensor, hasta quedarnos
colgando del puño y anclados del Ventral.
7. Liberamos el descensor y continuamos el
ascenso.
ref: anetva150

Pasos 5, 6 y 7

3.2. Progresión ascendente con aseguramiento dinámico


Estas técnicas habitualmente son empleadas para situarse en los lugares más elevados de
un edificio o una estructura pero que carecen de acceso, con el objetivo habitual de instalar
los anclajes de los tendidos de trabajo con dos cuerdas, para la realización de la tarea
empleando métodos normalizados de acceso y posicionamiento mediante cuerdas.
Básicamente se trata de “trepar” por el edificio, asegurado, lógicamente, con al menos una
cuerda.

Para el empleo de este método y asegurar al trabajador que asciende, se necesita


obligatoriamente la utilización de una cuerda dinámica, conforme a la EN 892, con mayor
capacidad de absorción de fuerza de choque, en detrimento de las habituales cuerdas
semiestáticas. Además exige la participación activa de dos trabajadores: El primero, que
realiza el ascenso y un segundo que se encarga del aseguramiento del primero.
Pueden plantearse dos tipos de situaciones: Progresión sobre estructura con apoyos y
Progresión sin apoyos.

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3.2.1. Progresión sobre estructura con apoyos


Se trata de utilizar los elementos que nos ofrece la estructura tanto para apoyarnos y
progresar realizando un ascenso por trepada, como para colocar puntos de seguridad. Las
técnicas y maniobras que se aplican son muy similares a las empleadas en el ámbito
deportivo de la escalada en roca.
El trabajador que realiza la progresión irá anclado a la cuerda de seguridad en el anillo
esternal (EN 361) a través de un nudo de ocho, mientras, el asegurador pasa la cuerda por
el aparato de aseguramiento, que contará con un mecanismo de freno automático para
actuar en caso de caída y conecta este dispositivo a un punto de anclaje seguro.

La secuencia básica es la siguiente:


1. El trabajador que va realizar la progresión se une
ref: anetva150

a la cuerda con un nudo de ocho por chicote al


anillo esternal.
2. El asegurador se auto asegura, anclándose a la
estructura y pasa la cuerda por el dispositivo de
aseguramiento. Éste se encontrará anclado a una
instalación de cabecera adecuada.

Pasos 1y 2

3. El trabajador que realiza la progresión comienza a


ascender por la estructura y coloca una eslinga,
abrazando un elemento estructural, a no más de 2
mts., coloca un mosquetón y pasa la cuerda. Para
la instalación de esta eslinga, el trabajador
utilizará un elemento de amarre de
posicionamiento que le sujete a la estructura e
impida su caída durante la instalación de este
punto de seguro.

Paso 3

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4. El asegurador deja pasar por el dispositivo la


cuerda requerida y ajusta la distancia de ésta una
vez pasada por el punto de seguro recién colocado
por su compañero, evitando que quede excesiva
comba en la cuerda que va al escalador.

5. El trabajador, que realiza la progresión, supera


unos metros, no más de 2 ó 3 y se repite la
maniobra.
ref: anetva150

Paso 4 y 5
Comentarios
La distancia entre los puntos de seguro vendrá determinada por las propias posibilidades de
la estructura, la dificultad de progresión, etc. Pero en cualquier caso, conviene colocar
puntos de seguro próximos unos de otros, especialmente en los primeros metros, cerca del
suelo o de la plataforma desde la cual se comience el ascenso. Pensemos que si nos
caemos a 2 metros del seguro, “volaremos” 4 metros. A esto hay que sumarle el
estiramiento o “chicleo” de la cuerda, más la pequeña comba que hay entre el asegurador y
el primer seguro. Esto puede representar fácilmente una caída de 7 ó 8 metros reales, es
decir, caernos 2 metros por encima del primer, puede significar estrellarse contra el suelo.

Para instalar los puntos de seguro intermedios, no debemos dudar en posicionarnos a través
del cabo de anclaje y de esta manera estar sujetos, evitando la caída, mientras colocamos el
anclaje y pasamos la cuerda. Hay que señalar que si colocamos el anclaje sin estar sujetos,
porque se trata de un lugar fácil, y se produce una caída por causas imprevistas cuando
estamos recuperando cuerda con una mano, para hacerla pasar por el mosquetón del
anclaje; en ese fatídico momento, toda la comba de cuerda que tenemos en las manos,
aumentará de manera notable los metros de caída.

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Esta técnica también puede ser utilizada durante el acceso horizontal a determinadas
cubiertas y azoteas con ausencia de protección perimetral, con suelo ligeramente inclinado
o deslizante, durante la realización de labores de instalación o mantenimiento de equipos,
instalación de protecciones colectivas o instalación de dispositivos de anclaje, así como
para el desplazamiento horizontal sobre estructuras en altura. En los casos de su
utilización en cubiertas, la participación del asegurador es doblemente valiosa, ya que
puede contar con una perspectiva más amplia de la cubierta en cuestión, previendo los
lugares peligrosos a los cuales el trabajador asegurado no debe llegar.

3.2.2. Progresión sobre estructura sin apoyos


Se trata de la progresión por paramentos verticales lisos, sin
apoyos ni relieves, pero que permiten la instalación de
ref: anetva150

anclajes expansivos o bien la utilización de puntos de


anclaje estructural para la instalación de los puntos de
progresión y seguridad. En la mayoría de los casos,
deberemos prever el manejo del taladro y el transporte de
los anclajes y las chapas o plaquetas.
Durante el empleo de esta técnica se procederá al
aseguramiento del trabajador que asciende por la estructura
de igual manera que si se tratara de una progresión por
estructura con apoyos.
Para la progresión será necesaria además la utilización de unas pequeñas escaleras
denominadas “estribos” con cuatro o cinco peldaños, sobre los cuales el trabajador se
apoya mientras eleva su cuerpo. Los estribos podrán ser de cintas de poliamida o de
peldaños rígidos unidos por cuerdas de pequeño diámetro.

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La secuencia básica es la siguiente:


1. El asegurador se auto asegura, amarrándose a la
estructura y pasa la cuerda por el dispositivo de
aseguramiento. Éste se encontrará anclado a una
instalación de cabecera adecuada.
2. El trabajador que realiza la progresión, se une a la
cuerda con un nudo de ocho por chicote al anillo
esternal e instala el primer anclaje con su chapa
3. Colocar mosquetón y pasar la cuerda de seguridad
por él.
ref: anetva150

Pasos 1, 2, y 3

4. Colocar el estribo y subir hasta los peldaños


superiores
5. El asegurador regulará la longitud de la cuerda de
seguridad de forma que el escalador quede lo más
sujeto posible al anclaje de seguro.
6. El trabajador que realiza la progresión, se sujeta
con el cabo de posicionamiento al anclaje.

Pasos 4, 5 y 6

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7. Instalar el siguiente anclaje.


ref: anetva150

Paso 7

8. Repetir la maniobra.

Para economizar fuerzas y energía, cuando


ascendemos utilizando los estribos, debemos tener
en cuenta una serie de aspectos referente a la
técnica gestual para que ésta sea tan cómoda y nos
desgaste físicamente lo menos posible:

Paso 8

Técnica de progresión sobre estribos


Para conseguir una buena estabilidad en una pared vertical, cuando introduzcamos el pie en
un peldaño y carguemos nuestro peso en él, será la parte interna del pie la que se sitúe en

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contacto con la pared. Si apoyamos la puntera del pie, ésta pivotará lateralmente, pudiendo
dar lugar a una situación de desequilibrio, que puede provocar una caída.

Subiremos peldaño a peldaño ayudándonos de los brazos para mantener el equilibrio. Si


disponemos de cabo de anclaje de posicionamiento regulable, permaneceremos colgados
de éste la mayor parte del tiempo posible mientras nos situamos en un peldaño más alto.
Una vez colocados en los peldaños superiores, con el anclaje a la altura de la cintura
debemos encontrar una posición estable, que nos permita descargar los brazos para poder
disponer de ellos a la hora de colocar los siguientes anclajes.

En función de la inclinación de la pared y de la altura alcanzada en los estribos, se utilizarán


diferentes técnicas:
ref: anetva150

a) Si nos encontramos en una pared vertical se conseguirá estabilidad cruzando un pie por
dentro del estribo, de tal forma que los dos pies se sitúen sobre la pared, creando una
superficie de apoyo más amplia que nos permite mantener el equilibrio, adoptando una
posición cómoda que nos permite soltarnos de manos.

b) Si nos encontramos con una pared desplomada, techo o similar, la opción más cómoda
es adoptar la posición de la cigüeña, que consiste en flexionar la pierna que tenemos
apoyada en el peldaño al estribo, de manera que lleguemos a colocar el talón lo más cerca
posible de los glúteos, sentándonos sobre nuestro pie y el estribo. En esta posición creamos

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CAPITULO IV

una oposición entre la pierna que se encuentra apoyada en el estribo y la que se encuentra
apoyada en la pared y conseguimos una postura estable.
ref: anetva150

3.3. Progresión horizontal y diagonal sobre cuerdas


Utilizaremos esta técnica en aquellos casos en los que es obligatoria la realización de una
progresión horizontal por una cuerda previamente instalada o bien por una cuerda que no
guarda la vertical y donde no es posible el empleo de la técnica de Cambio de Cuerda
explicada en el Capitulo Of-Basic (ej: Desplazamiento por tendido horizontal debajo de
aleros, ascenso de fraccionamientos por debajo de techo con poca comba, etc.).

Si utilizásemos la técnica habitual de ascenso con bloqueador de puño y ventral, como la


cuerda de ascenso no guarda la misma vertical que el trabajador, cuando pisamos en el
estribo con el puño colocado alto o cuando nos colgamos del ventral, la fuerza se ejerce
sobre la cuerda a través del bloqueador de una forma transversal. Esto hace que la leva del
bloqueador trabaje incorrectamente, pudiendo llegar a rasgar la cuerda o incluso a sacar el
bloqueador de la cuerda.

Para evitar esta contingencia, podemos proceder como sigue:

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CAPITULO IV

1. Colocar el bloqueador ventral en la cuerda sin que éste se encuentre anclado al


arnés, con un mosquetón en el orificio superior.
2. Anclar el mosquetón del cabo corto al orificio inferior del Ventral y a la cuerda
simultáneamente, con el objetivo de colgarnos realmente de él. (Si en este momento
instalamos una polea, nos desplazaremos más fácilmente).
3. Colocar el bloqueador de puño en la cuerda y pasar el pedal por el mosquetón
superior del Ventral, mediante un reenvío.
4. Pisar sobre el pedal a la vez que tiramos con la mano del puño. A través del reenvío
del pedal, el Ventral avanzará, tirando de nosotros y consiguiendo que la cuerda se
desplace correctamente por los dos bloqueadores.
ref: anetva150

3.4. Progresión por cuerdas con materiales de emergencia


Los métodos que describimos a continuación pueden dar solución a una situación de
emergencia en la cual debamos abandonar la suspensión sobre las cuerdas, no
dispongamos de los dispositivos normalizados de ascenso o descenso y además, no
podamos perder el tiempo necesario en esperar a que un compañero nos los facilite. Una

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CAPITULO IV

situación que, si realizamos una adecuada planificación y organización del trabajo, es


realmente difícil que se produzca.

El conocimiento de estas técnicas avanzadas no debe propiciar en absoluto la dejadez en el


uso constante durante el trabajo de los dispositivos normalizados.

Los métodos aquí descritos no son ni mucho menos los únicos posibles, estas técnicas
están muy desarrolladas en el ámbito deportivo de la escalada, por lo que animamos al
lector a ponerlos en práctica en simulacros de cara a disponer de la soltura necesaria en el
momento de ser necesarios.

3.4.1. Ascenso por cuerdas


ref: anetva150

Como ya hemos visto, podemos construir bloqueadores de emergencia utilizando cordinos


de pequeño diámetro o bien a través de la propia cuerda. La utilización práctica de estos
nudos dependerá de la situación que debamos afrontar y del material disponible. ¿Tenemos
el descensor, No tenemos ningún bloqueador? Etc

Como pauta general, diremos que cuando sea necesario progresar con nudos auto
bloqueantes, el nudo del que nos vamos a colgar nosotros, que sustituiría al bloqueador
ventral, debe colocarse por encima del bloqueador del estribo, a diferencia de la manera de
obrar habitual.

La secuencia básica de un ascenso con métodos de fortuna


puede ser la siguiente:

1. Realizamos un nudo autobloqueante sobre la cuerda de


progresión y nos anclamos a él a través del cabo largo.
2. Realizamos otro nudo autobloqueante sobre la cuerda
de progresión, por debajo del anterior y nos anclamos a
él a través del cabo corto. A este nudo le incorporamos
un estribo.
3. Colgados del autobloqueante superior, subimos el nudo
del estribo.

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CAPITULO IV

Pasos 1, 2 y
3

4. Nos incorporamos sobre el estribo, al tiempo que


subimos lo más posible el autobloqueante del cabo largo
y nos colgamos de él.
ref: anetva150

Paso 4

5. Repetimos esta maniobra cuanto sea necesario durante el ascenso.

3.4.2. Descenso por cuerdas


La utilización de cualquier método de fortuna para el descenso cuenta con el grave
inconveniente de carecer de un sistema de bloqueo automático si retiramos la mano que
controla la cuerda. Por ello, la utilización de los métodos explicados a continuación estará
condicionada a la posibilidad de incorporar un nudo autoboqueante que actúe por sí mismo
en el caso de soltar accidentalmente la mano que controla la cuerda.

Nudo Dinámico.
También conocido como “medio ballestrinque”. Este nudo nos ofrece una aceptable
capacidad de frenado. Debido al rozamiento de la cuerda, recordamos que es imprescindible
utilizar guantes para evitar posibles quemaduras. Es necesario que las cuerdas trabajen de
forma paralela para conseguir un correcto rozamiento y evitar que la cuerda se torsione o
retuerza sobre sí misma. Ya que las dos manos se encuentran por encima del nudo, el
autobloqueante de seguridad estará colocado en este mismo lugar, sobre la cuerda que se

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CAPITULO IV

encuentra en tensión y unido a nosotros a través del cabo de anclaje. La gran ventaja de la
aplicación de este nudo, como vemos, es la simplicidad en material
ref: anetva150

Freno de mosquetones
Colocando estratégicamente unos cuantos conectores, podemos obtener un rozamiento de
la cuerda, que nos ofrecerá un frenado interesante. Existen diferentes frenos de
mosquetones, uno de los más prácticos utiliza 3 mosquetones, En cuanto al bloqueo
automático, vale lo mismo que lo explicado para el nudo dinámico, con la salvedad de que
en este caso el autobloqueante puede ir colocado por debajo del freno, en la zona de cuerda
que no tiene tensión. En caso de que soltemos la mano que controla el descenso, el
autobloqueante actuará sujetando la cuerda como si fuera nuestra propia mano.

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4. MANEJO DE CARGAS
La realización de ciertos trabajos exige el manejo en ascenso y descenso de herramientas o
materiales cuyo peso puede ser considerable: Instalación de lonas publicitarias, utilización
de perforadoras para la toma de muestras en grandes puentes, etc. La utilización de un
sistema adecuado, que nos ofrezca una seguridad y una buena ventaja mecánica nos
ahorrará mucho tiempo y sobretodo innecesarios esfuerzos.
Para ello podemos utilizar diferentes sistemas y equipos. Sea cual sea la opción elegida,
debemos recordar la norma básica de garantizar que la carga se encuentre auto asegurada
en todo momento, es decir, que el sistema dispondrá de bloqueo automático para el caso
de que el trabajador o trabajadores que manipulan las cuerdas, suelten las mismas por
causas imprevistas.
ref: anetva150

4.1. Ascenso de cargas


Para efectuar un ascenso manual de cargas
pesadas que resulte eficaz, debemos recurrir a la
utilización de poleas, tal y como explicamos en
capítulos anteriores, incidiendo especialmente en
el concepto de “polea móvil. Hay que decir que los
sistemas de polipastos descritos en los capítulos
sobre evacuación y rescate, son una buena
solución para situaciones de emergencia, pero
cuentan con limitaciones para realizar un ascenso
prolongado de una carga pesada.

Hay que recordar que los esfuerzos necesarios


para levantar una carga pesada pueden provocar
lesiones dorso lumbares que debemos evitar a
toda costa. Como punto de referencia podemos
establecer que, el sistema elegido debe permitir
elevar la carga sin que el trabajador que acciona el
polipasto, ejerza una fuerza equivalente superior a 25 ó 30 kg.

Para confeccionar un polipasto con buena ventaja mecánica nos serán de gran utilidad las

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CAPITULO IV

poleas de doble roldana y doble punto de anclaje. Colocadas sobre la carga, en la mayoría
de los casos podremos confeccionar sistemas con una buena ventaja mecánica y una
inversión de cuerda razonable. Algunos ejemplos:
ref: anetva150

Para ascensos de cargas pesadas y grandes dimensiones, debemos pensar en que lo más
operativo será instalar más de un sistema de polipasto, anclado a puntos diferentes de la
carga y accionados de forma coordinada por varios trabajadores.

Si por cualquier razón en un momento del ascenso debemos bajar nuevamente la carga, por
ejemplo para solucionar un enganchón en algún elemento estructural, hay que recordar que
el sistema de bloqueo automático de las poleas no está diseñado para permitir un
deslizamiento controlado de la carga. Por ello, si prevemos esta contingencia recurriremos a
la instalación de un descensor normalizado según EN 341 por debajo de la instalación de la
polea autobloqueante, para poder traspasar el peso en caso necesario.

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CAPITULO IV

4.2. Descenso de cargas


El descenso de cargas pesadas no revestirá mayor
complicación que el empleo de descensores
normalizados según EN 341, tal y como se ha expuesto
en anteriores capítulos. Debemos comprobar que el
peso de la carga es compatible con el descensor que
utilizamos, consultando la información ofrecida por el
fabricante.
Al igual que en el apartado anterior, para descenso de
cargas pesadas y sobretodo grandes dimensiones,
debemos pensar en que lo más operativo puede ser
ref: anetva150

instalar más de un descensor, anclado a puntos


diferentes de la carga y accionados de forma
coordinada.

4.3. Guiado de la carga


Tanto si nuestro trabajo consiste en subir, como en bajar la carga de forma paralela a una
estructura vertical, previsiblemente la carga puede engancharse con cualquier elemento de
la estructura, o bien moverse por la acción del viento, golpeándose peligrosamente contra la
propia estructura.

Para evitar estos inconvenientes, será de gran utilidad la utilización de una cuerda guía
auxiliar anclada a la carga, con la que podamos controlar en cierta medida los movimientos
de ésta desde abajo. Para ello necesitaremos disponer de un punto de anclaje seguro en un
nivel inferior y separado de la vertical. En este punto instalaremos un sistema que nos
permita tirar de la carga, separándola de la vertical.

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CAPITULO IV

En el caso de que nos encontremos subiendo la carga a través de polipastos, la cuerda guía
la manejaremos a través de un descensor, dejándola deslizar a medida que sube la carga,
pero manteniendo una cierta tensión en la cuerda que aleje la carga de la vertical.
ref: anetva150

Si por el contrario lo que debemos hacer es bajar la carga a través de un descensor,


instalaremos un polipasto en N con un bloqueador en el punto inferior. De esta manera,
podemos tirar de la carga a medida que desciende, separándola de la vertical cuando sea
necesario. Para que cualquiera de los sistemas sean eficaces, se requiere una buena
coordinación entre los miembros del equipo humano.

5. RESCATE AVANZADO
En el presente capítulo se abordarán algunas técnicas de rescate para dar solución a
situaciones más complejas que las planteadas en el capítulo anterior.

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CAPITULO IV

Hay que decir que la tipología de situaciones y técnicas de rescate son muy amplias. Una
misma situación puede resolverse con dos técnicas distintas y a su vez, una misma técnica
puede aplicarse a diferentes situaciones. Por otra parte, durante una misma intervención es
posible que tengamos que utilizar varias técnicas de ascenso y descenso. Por todo ello,
describiremos algunas técnicas de ascenso y descenso avanzado de heridos de forma
aislada, de manera que puedan servir de referencia o como “caja de herramientas” donde
poder recurrir a la hora de dar respuesta a situaciones particulares.

5.1. PLANIFICACIÓN DE LA EVACUACIÓN


La eficacia real del salvamento de un trabajador accidentado mientras se encuentra
suspendido de los equipos de progresión o seguridad, dependerá en alto porcentaje de la
planificación previa que sobre esta posible contingencia hayamos realizado.
ref: anetva150

Debemos elaborar un plan de evacuación específico para cada obra, teniendo en cuenta sus
características particulares, entre las que podemos destacar:

• Número de tendidos de trabajo.


• Tipo de trabajo y equipos empleados.
• Número de personas trabajando simultáneamente.
• Formación específica de los trabajadores.
• Posibles situaciones y lugares donde puede encontrarse el accidentado.
• Características del paramento vertical y obstáculos o estructuras que puedan
dificultar la evacuación.
• Acceso al herido en toda la longitud del tendido de trabajo.
• Posibles salidas efectivas del rescatador y herido.
• Posibles accesos del personal de atención sanitaria.

Tras el análisis de todos estos datos elegiremos los procedimientos y técnicas que se
adapten mejor a cada situación, buscando siempre la mayor eficacia
(seguridad+rapidez+sencillez). Estos procedimientos pueden recogerse en un documento y
ser anexados al Plan de Evacuación y Emergencia y en cualquier caso, deben ser
conocidos por todos los trabajadores que intervengan en la obra.

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CAPITULO IV

La gran mayoría de las situaciones de trabajo habitual pueden ser solucionadas con
técnicas sencillas descritas en el capítulo III y la determinación del procedimiento de
evacuación podrá ser fácilmente exportada de un trabajo a otro. Esto no debe hacer que
bajemos la guardia. Analizaremos cada obra en particular.

En las situaciones de trabajo menos habituales, con un acceso más complejo hasta el lugar
de trabajo (fraccionamientos etc.), o bien en las que el accidentado no puede ser evacuado
por la parte inferior de la estructura o el edificio, será donde mayor tiempo deberemos
invertir en elegir el método adecuado. Para ello, resulta de gran utilidad validar los
procedimientos elegidos a través de prácticas in situ y simulacros programados.
Una buena planificación y organización del trabajo, previendo con anticipación los
problemas, evita que se produzcan situaciones no deseadas y ayuda enormemente a
ref: anetva150

resolver mejor una situación de accidente. Como pautas generales de planificación podemos
apuntar las siguientes:

• Los trabajadores que se encuentran en suspensión sobre las cuerdas, contarán en todo
momento con su equipo personal completo (bloqueadores, polea, mosquetones…)
• Cuando haya más de un trabajador en suspensión, éstos trabajarán en tendidos de
trabajo contiguos para poderse ofrecer asistencia mutua en caso necesario.
• Se contará en la zona de la instalación de cabecera con un equipo de rescate básico que
no será utilizado para ninguna otra función. (Cuerda, 2 bloqueadores, 2 poleas, 1
descensor, mosquetones). Esto es especialmente importante en trabajos de equipos
pequeños de dos personas, donde solamente hay un trabajador en suspensión y el
rescatador deberá acceder desde arriba con sus propias cuerdas.
• Todos los trabajadores conocerán el protocolo específico de actuación en caso de
accidente y sabrán realizar las técnicas de evacuación necesarias.
• A la hora de realizar el diseño de los tendidos de cuerdas y elegir el método de
realización del trabajo, de forma paralela se pueden ir identificando las posibles
situaciones y posibilidades de evacuación.
• Realizar la selección de los procedimientos o técnicas adecuadas para la evacuación. En
esta selección se deberá tener muy en cuenta las características del paramento vertical
(¿tiene obstáculos?), el equipo necesario y la formación de los trabajadores.

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CAPITULO IV

CONSIDERACIONES SOBRE EL SHOCK O TRAUMA POR SUSPENSIÓN


Si una persona queda suspendida inmóvil en un arnés, lo normal es que la presión de las
cintas del arnés comprometa la circulación sanguínea en algunas partes del cuerpo,
especialmente en las extremidades. Esto provocará una acumulación excesiva de sangre en
las venas, que no puede retornar al corazón para oxigenarse, a la vez que descenderá el
volumen de sangre bombeada. Este déficit de oxigeno y acumulación de sustancias tóxicas
en sangre puede acarrear daños importantes en órganos sensibles como cerebro, riñones
etc., provocando que en pocos minutos pueda entrarse en shock con peligro incluso de
muerte.

El tiempo que una persona inconsciente puede permanecer suspendida antes de producirse
daños irreparables, dependerá de diferentes factores: respuesta corporal de cada persona,
ref: anetva150

estado físico, temperatura ambiente, tipo de lesiones, tipo de arnés etc., pero debemos
pensar que si el accidentado se encuentra suspendido directamente del arnés, en pocos
minutos las consecuencias pueden ser muy graves.

Todo esto nos lleva a sacar una serie de conclusiones: Por un lado, el tiempo que tenemos
para actuar si el herido está inconsciente es corto, por lo que debemos encontrarnos
siempre preparados. Y por otro lado, recordemos que si la situación es de semiinconsciencia
(no colabora pero responde), animaremos al herido a que se mueva por sí mismo para
facilitar la circulación.

Una vez que el rescate esté a punto de finalizar, es decir el herido se encuentra en una
superficie horizontal, no será bueno liberar inmediatamente al herido del arnés, ni aflojar del
todo hebillas, ni dejarlo completamente tumbado. Se han constatado casos de personas que
murieron minutos después del salvamento. Aunque haya una baja presión sanguínea, el
estado de shock puede ser el origen de una insuficiencia cardiaca, además, al restablecerse
de forma brusca el flujo sanguíneo, pueden existir pequeños trombos que pueden poner en
peligro la vida. Por todo esto, dejaremos al herido en una posición que le permita ir
manteniendo poco a poco una posición erguida la parte superior del cuerpo, pero
permaneciendo sentado. Esta posición deberemos mantenerla al menos durante 30 ó 40
minutos. En cualquier caso, una vez recuperada la consciencia y orientación, aunque
aparentemente no se observen daños, después de una larga situación de suspensión,
siempre es recomendable el traslado a un hospital para una valoración por personal médico.

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CAPITULO IV

5.2. TÉCNICAS DE ASCENSO DE HERIDOS


Como ya sabemos, para conseguir remontar a una persona, más su equipo, durante varios
metros, debemos utilizar sistemas de polipastos que nos ofrezcan una buena ventaja
mecánica. En el Capítulo III se encuentran explicados los sistemas de ascenso más
sencillos con los cuales un solo rescatador puede hacer una remontada corta de pocos
metros y no muchos kilos. Si el herido con su equipo supera los 100 Kg o bien si es
necesario realizar una remontada de más de cuatro o cinco metros para que el Polipasto
simple sea útil, es recomendable la intervención de varios rescatadores.

A continuación exponemos un par de polipastos que ofrecen una ventaja mecánica mayor,
con lo que serán más apropiados para remontar grandes cargas por un solo rescatador:
ref: anetva150

ƒ Polipasto apoyado en cordino auxiliar. El más


interesante a la hora de levantar grandes cargas. Fácil
de montar sobre el polipasto en “N”. El cordino puede
sustituirse por el extremo de la cuerda no activa. VM
aprox 1:4

ƒ Mariner simple. Este sistema puede ser útil con cargas


pesadas, donde necesitemos cambiar la dirección de tiro
y de paso, conseguir una mayor ventaja mecánica que
en el polipasto doble.

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CAPITULO IV

5.2.1. Entrada en la horizontal


En todos los casos en los que el método necesario sea el ascenso del herido, la instalación
de cabecera deberá estar instalada tan alto como sea posible (pero con acceso para los
rescatadores y sin ejercer cargas excesivas sobre anclajes constructivos). Al estar colocada
más alta que el borde horizontal, el ángulo que conformarán las cuerdas será más abierto, el
rozamiento será menor y se facilitará enormemente la maniobra.
La entrada en la horizontal será el momento más delicado y en muchas ocasiones incluso el
más costoso, por ejemplo, en las evacuaciones sobre edificios dotados de murete
perimetral.
En estos casos la asistencia de un segundo rescatador para facilitar este paso es muy
importante: Una vez que el herido se encuentra cerca del borde, cuando los dispositivos y
ref: anetva150

mosquetones colocados en la cuerda tractora de la que cuelga el herido hacen tope con el
ángulo a 90º del borde, el rescatador auxiliar debe facilitar el paso de los aparatos tirando
hacia fuera de la cuerda tractora a la vez que el rescatador principal acciona el polipasto.
Con esto conseguimos liberar algo de presión sobre el borde y las piezas metálicas,
mientras se produce la elevación. Mientras realiza este cometido, el rescatador auxiliar
estará constantemente asegurado por un sistema anticaídas. Para ilustrar la maniobra
completa, proponemos el siguiente ejemplo:

SITUACIÓN: El herido NO COLABORA. 2 Rescatadores y fachada libre


de obstáculos

1. Hacer llegar al herido la cuerda tractora de rescate. Para


ello, si no contamos con apoyo de otro trabajador que se
encuentre en suspensión cerca del herido y no podemos
invertir tiempo y esfuerzos en hacer llegar un rescatador
hasta el herido, podemos utilizar como cuerda guía la
cuerda de la cual se encuentra suspendido el propio
accidentado (siempre y cuando esté en buenas
condiciones). En ésta colocamos la cuerda tractora con
un autobloqueante invertido y lastrado con un
mosquetón de acero. Al encontrarse tensa la cuerda del
accidentado, por su propio peso bajará hasta el herido.
Paso 1

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CAPITULO IV

2. Colocamos la cuerda tractora de


rescate en el sistema rápido de
ascenso (polipasto en N). Éste
contará obligatoriamente con un
sistema autobloqueante.
3. En este momento podemos
colocar un protector de roce, que
facilite el deslizamiento y proteja la
cuerda tractora.
4. Los dos rescatadores accionan el
polipasto hasta que el herido llega
ref: anetva150

al borde del murete perimetral.

Pasos 2,3 y 4

5. Para pasar los aparatos y el herido


por el borde de la plataforma el
rescatador auxiliar se colocará
cercano al borde, asegurado con
su anticaídas a una cuerda.
Coordinadamente, el rescatador
principal acciona el polipasto y el
auxiliar facilita el acceso de los
aparatos y dispositivos hasta que
el propio herido se encuentre en el
mismo borde.

Paso 5

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CAPITULO IV

6. Sujetando al
accidentado por las
piernas, el auxiliar
acompaña la entrada
del herido en la
horizontal y protege
la recepción en el
suelo.
ref: anetva150

Paso 6

Comentarios: Si tenemos suficiente cuerda, cuando


hacemos llegar al herido la cuerda tractora a través del
autobloqueante, en vez de una cuerda con un nudo de
ocho en su extremo, podemos enviar una polea,
mientras el extremo estará anclado a la instalación de
cabecera. De esta manera obtendremos una mayor
posibilidad de VM y nos ahorraremos movimientos en el
polipasto.

Como sistema de seguridad redundante durante el paso del murete, podemos reasegurar la
cuerda tractora, anclándola directamente al herido a través de un chicote largo del nudo de
anclaje del bloqueador. De esta manera, si durante el paso del bloqueador por el borde
sufriera algún daño, el herido se quedaría asegurado directamente por la cuerda. Esto
debemos preverlo con anterioridad y cuando hagamos el nudo, dejaremos el chicote
suficientemente largo.

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CAPITULO IV
ref: anetva150

También podemos ir reasegurando a a la instalación la cuerda de la que se encontraba


suspendido cada cierta altura superada (2 ó 3 metros por ejemplo).

5.2.2. PARAMENTO VERTICAL CON OBSTÁCULOS


Si el paramento vertical sobre el que se encuentra un herido inconsciente presenta
obstáculos donde puede engancharse o golpearse durante su evacuación, será necesaria la
participación de un rescatador que en todo momento acompañará al accidentado. Para ello
puede procederse como sigue:

• El rescatador nº 1 monta el sistema de ascenso (polipasto)


• El rescatador nº 2 accede al herido a través de un tendido de trabajo específico,
llevando consigo un extremo de la cuerda de rescate. Conecta al herido en la anilla
esternal.
• El rescatador nº 1 acciona el polipasto. Mientras, el rescatador nº 2 asciende con sus
bloqueadores manteniéndose por encima del herido, separando y dirigiendo la
cuerda de rescate.
• Cuando el herido llega al borde de la cubierta, el rescatador nº 2 se mantiene en la
vertical, facilitando el paso por el borde.

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CAPITULO IV

5.2. TÉCNICAS AVANZADAS DE DESCENSO DE HERIDOS


5.2.1. Descenso asistido por rescatador
Al igual que en el caso anterior, si
el accidentado no colabora y se
trata de un paramento vertical que
no está libre de obstáculos
durante el descenso, equipos de
AC, antenas, jardineras en
fachadas etc., será preciso
acompañar al herido durante el
descenso para protegerle de estos
obstáculos. Para ello el rescatador
ref: anetva150

puede acceder hasta el herido con


sus propias cuerdas, realizando el
desbloqueo de sistemas y el descenso tal y como se explica en el Capítulo III.

Esta situación también puede resolverse utilizando al rescatador que accede al accidentado,
solamente para anclar la cuerda de rescate al herido y dirigir el descenso salvando los
obstáculos, mientras éste es descendido desde la instalación principal en lo alto de la
estructura. En este caso, el rescatador tendrá plena libertad de movimientos al contar con su
propio tendido de cuerdas, pudiendo colocarse en la situación más favorable en cada caso.
Como inconveniente, señalaremos que es necesario garantizar el contacto visual entre el
rescatador de la zona alta de la estructura y el herido.

5.2.2. Paso de nudos por dispositivos e instalaciones


Esta sencilla maniobra puede ofrecernos solución para solventar situaciones que, aunque
muy poco frecuentes, por su aparente complejidad pueden suponer un difícil problema. Ej:
Evacuaciones a través de un tendido de trabajo fraccionado o cuando sobre la cuerda de
rescate existe un nudo. Se trata de la utilización combinada de dos descensores para
realizar un traslado del peso del herido. Para ilustrar esta técnica, plantearemos como
ejemplo el paso de un nudo de empalme por un sistema de descenso, mientras el
accidentado permanece suspendido:

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CAPITULO IV

1. El accidentado se encuentra suspendido del


descensor “A”. Accionar el descensor hasta
que el nudo de empalme se encuentre a
unos 20 ó 30 cm del descensor.
2. Instalar el descensor “B” en la instalación.
ref: anetva150

Pasos 1 y 2

3. En un extremo libre de una cuerda


realizamos un nudo de ocho de anclaje y lo
conectamos a la cuerda portora del herido,
a través de un bloqueador. Pasar esta
cuerda por el descensor B y tensar lo que
podamos.

Paso 3

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CAPITULO IV

4. Accionamos el descensor A hasta que


todo el peso del herido se trasfiera a B.
En ese momento, podemos liberar la
cuerda y pasarla por el descensor
salvando el nudo. Quedará una pequeña
comba de cuerda inactiva, con el nudo
cerca del descensor. (Como sistema de
seguridad, antes de liberar la cuerda del
descensor, podemos hacer un nudo de
ocho de anclaje y asegurarlo a la
instalación)
ref: anetva150

Paso 4

5. Hacemos funcionar el descensor B, de


manera que la cuerda portora del herido
se irá tensando poco a poco hasta que de
nuevo el herido se encontrará
completamente suspendido de ella y el
nudo estará por delante del descensor A.

Paso 5

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CAPITULO IV

6. Desmontamos el bloqueador, la cuerda y el descensor B y proseguimos el descenso del


herido con el descenso A.

6. ORGANIZACIÓN DE RECURSOS
El objetivo del presente apartado es el ofrecer algunas pautas generales a la hora de
organizar los diferentes recursos, tanto humanos como materiales durante la realización de
los trabajos.

En la práctica totalidad de los accidentes sufridos por empresas de Trabajos Verticales,


éstos habitualmente se producen en la cubierta del edificio, cuando nuestra atención se
relaja y no nos sentimos tan amenazados como cuando nos encontramos suspendidos de
las cuerdas. Hemos de tener en cuenta que aunque la cubierta sea plana, de superficie
ref: anetva150

resistente y dotada de protección perimetral, la materialización de una caída al mismo nivel,


tiene asociados una serie de riesgos que pueden contribuir a que un incidente
aparentemente inocuo, pueda tener unas consecuencias importantes. Podemos resumir
estos riesgos asociados a las caídas al mismo nivel en los siguientes:

• Caídas sobre objetos punzantes o contundentes.


• Caídas sobre el suelo, que pueden provocar lesiones.
• Caídas o tropiezos que pueden provocar una caída al vacío.
• Contactos con maquinaria en funcionamiento.
• Pueden provocar caídas de objetos sobre personas en nivel más bajo.
• Golpes o contactos con equipos de trabajo, mientras están en uso.

Estos riesgos asociados al tipo de trabajo, pueden verse amplificados o favorecidos por una
serie de factores de riesgo implícitos en las tareas al mismo nivel:

• Variedad y cantidad de herramienta.


• Dimensiones del espacio de trabajo.
• Suelo irregular o resbaladizo.
• Utilización de maquinaria.
• Dificultad de almacenamiento de equipos.
• Número de trabajadores en la zona de trabajo.

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CAPITULO IV

• Ausencia de vías de circulación.

Además de prestar atención a las caídas al mismo nivel, resulta importante proteger la zona
de trabajo. Esta protección debe incluir tanto a las personas o materiales, a los que puede
afectar la realización del trabajo, como a los propios trabajadores, de las negativas
influencias que pueden causar personas ajenas a la obra. Se hace necesaria la
implementación de una serie de medidas organizativas que impidan la materialización de
alguno de estos peligros.

6.1. Orden y limpieza


El número de materiales, equipos de trabajo y seguridad necesarios para el desarrollo de
trabajo a través de técnicas de acceso y posicionamiento sobre cuerdas, suele ser elevado.
ref: anetva150

Resulta de una gran importancia mantener en todo momento una buena organización de
cada uno de estos materiales. De esta manera, por ejemplo, podemos asignar un lugar
específico de la cubierta para el acopio de materiales de trabajo y otro lugar distinto para el
almacenamiento de los equipos de protección, además estas zonas podrían estar
señalizadas convenientemente y toda la zona limpia de objetos.

A modo de resumen podemos apuntar las siguientes normas de prevención de cara a


mantener ordenada y limpia la zona de trabajo:
• La maquinaria debe guardar distancias de separación que permitan suficiente
espacio para permitir movimientos seguros a su alrededor.
• Los materiales deben ser almacenados hasta su utilización en un lugar habilitado
para ello y delimitado claramente.
• Se evitará dejar herramienta o materiales por el suelo, por lugares donde deban
transitar personas.
• Se evitará dejar herramienta o materiales en lugares donde puedan caerse sobre
personas o cosas (Ej: borde del murete perimetral).
• Se habilitarán vías de circulación para el acceso a lugares sensibles o con riesgo de
caída, así como en lugares de trabajo con suelo irregular o resbaladizo.
• La zona de trabajo se limpiará periódicamente de residuos de materiales que puedan
provocar tropiezos o resbalones.
• Se utilizará calzado adecuado para el tipo de suelo, tipo de materiales y herramienta
a utilizar.

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CAPITULO IV
ref: anetva150

6.2. Delimitación de la zona de trabajo


Nuestro objetivo es el de señalizar y balizar convenientemente las zonas de acceso a los
lugares de intervención, tanto para las personas externas a la obra, como para los propios
trabajadores. Esto es especialmente importante en la zona de la cubierta, donde se
encuentran montadas las instalaciones de cabecera y los tendidos de trabajo. De esta
manera conseguimos varios fines:

• Impedimos que personas ajenas a la obra invadan la zona de trabajo, accidentalmente o


no. Esta invasión de personas que posiblemente no conocerán los peligros a los que
pueden exponerse ellos mismos o a los demás, puede provocar serios accidentes.
• Impedimos que los trabajadores abandonen accidentalmente la zona de trabajo,
quedando expuestos a riesgos externos (Ej: zonas de la cubierta por donde no es
necesario desplazarse y que presentan riesgos específicos)
• Establecemos claramente vías de circulación y acopio de materiales.

Para realizar la delimitación de la zona de trabajo podemos utilizar distintos métodos: Vallas,
Cintas perimetrales, Conos, Carteles etc. Mientras que unos pueden aportar una protección

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CAPITULO IV

efectiva como las vallas de protección ensamblada, otros cumplen una misión más
informativa, es el caso de los carteles o de la utilización de cintas o cadenas de plástico de
colores vivos. En este último caso, será necesario establecer varias líneas de cinta a
diferentes alturas, desde una altura mínima de 1 metro, con el objetivo de definir claramente
la delimitación e impedir tropiezos. Debemos recordar, que el objetivo principal de la
señalización es aportar información relativa a la seguridad de personas y bienes, mientras
que los equipos de protección, tienen que proteger eficazmente al trabajador ante
determinados riesgos. Por lo tanto, recordemos que:

• Una correcta señalización resulta eficaz como técnica de seguridad complementaria,


pero por sí misma, no evita el riesgo.
• La puesta en práctica del sistema de señalización de seguridad no dispensará, en
ref: anetva150

ningún caso, de la adopción de medidas de prevención que correspondan.


Como podemos imaginar, en muchas situaciones será necesario utilizar, de manera
combinada y simultáneamente diferentes elementos.

6.2.1. Caminos de circulación


En muchas ocasiones, los accesos hasta el lugar donde se realiza la entrada en la vertical
se realizan atravesando por zonas de la cubierta que comportan características particulares:
zonas no del todo seguras (inclinación o poca resistencia del pavimento …), paso junto a
sensibles equipos ya instalados en el edificio etc. Especialmente en estos casos, resulta de
gran utilidad establecer de una forma clara y comprendida por los trabajadores, cual será la
ruta que se deberá seguir para entrar en la vertical o llevar materiales a la zona de trabajo,
esto es, estableceremos caminos de circulación.
En los tránsitos en los que deban preverse riesgos específicos, se deberán tomar medidas

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CAPITULO IV

que eviten este riesgo. Ej: Instalación de pasarelas en zonas donde la resistencia del
pavimento no esté garantizada o instalación de vallas o barandillas en zonas sin protección
perimetral, etc.

6.3. Protección a Terceros


Cuando se realiza una obra, ésta debe generar las menores molestias posibles y sobretodo
no debe generar riesgos a terceras personas. En un trabajo de rehabilitación de un edificio
urbano, resulta obvio que la posibilidad de que algún objeto caiga sobre la vía pública es
muy alta. En este sentido, las obligaciones que las empresas deben cumplir, pueden variar
dependiendo de la región o del municipio donde se realiza el trabajo. El cumplimento de
estas medidas se verifica a través de la tramitación de los preceptivos permisos de obras.
ref: anetva150

En cualquier caso, tal vez el principal riesgo generado a terceros por los trabajos realizados
a través de técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas, es el de caída de
objetos. Podemos diferenciar dos tipos de objetos susceptibles de caer incontroladamente:
Herramienta o Materiales.

Para evitar que la herramienta pueda caer, como ya hemos comentado en capítulos
anteriores, deberá estar, siempre que sea posible, sujeta a un punto seguro, bien de nuestro
arnés, de la silla de trabajo o de una cuerda auxiliar.

Cuando se trata de materiales que debemos instalar o retirar de la fachada, si éstos tienen
una cierta dimensión, podemos sujetarlos con una cuerda auxiliar realizando un manejo de
cargas. Pero el asunto se complica cuando se pueden caer sobre los transeúntes pequeñas
piezas del equipo imposibles de mantener atadas en todo momento, como tuercas, tornillos
etc. o bien se trata de trozos pequeños de materiales constructivos. En estos casos es
necesario instalar una protección o aislamiento completo de la zona de trabajo, que evite
caídas sobre las personas que transitan por debajo.

Lo métodos más efectivos y más comúnmente utilizados de forma complementaria en


muchos casos, para evitar esta contingencia son:

• Protección de la zona de trabajo con redes verticales


• Instalación de plataforma rígida en la calle

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CAPITULO IV

• Balizamiento y protección
• Utilización de bastidores

6.3.1. Utilización de redes verticales


La utilización de redes es el método más efectivo para cubrir por completo la zona de
intervención. Éstas deberán ser lo suficientemente tupidas y resistentes para evitar que
pequeños trozos de escombro u otros materiales la rompan en una caída o al salir
proyectados. Generalmente la red estará fijada a la parte superior de la fachada, de forma
que quede sólidamente sujeta, permitiendo a la vez el acceso del trabajador a la vertical y
una buena situación en el lugar de trabajo, quedando la protección situada a la espalda del
trabajador, pero sin llegar a molestarle.
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CAPITULO IV

Para ello podemos utilizar


diferentes elementos con los
que confeccionaremos unos
pescantes (estructuras
metálicas, piezas de
andamio normalizado etc.),
de forma que separen
aproximadamente un metro y
medio o dos la red del borde
de la cubierta. Estos
pescantes estarán fijados a
la cubierta o al murete
ref: anetva150

perimetral de forma eficaz y


manteniendo una separación
adecuada entre ellos.
Podemos unirlos con una cuerda o cable, de forma que creamos una línea de anclaje para
colgar la red, similar al carril de una cortina doméstica. También podemos fijar una cuerda
en el borde superior de la red de forma permanente, de manera que podamos engancharla
en cualquier punto sobre la punta del pescante a través de un conector.

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CAPITULO IV
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Podemos conseguir un aislamiento en los laterales de la zona de trabajo si fijamos la red


también en toda su longitud a ambos lados de la zona de trabajo. Además, con esto la
sujetamos más sólidamente al edificio evitando que se desplace por la acción del viento.
Para ello podemos utilizar los elementos estructurales que nos ofrezca la fachada, o bien
instalar pequeños puntos de anclaje en los lugares estratégicos que permitan un buen
tensado y sujeción.

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CAPITULO IV
ref: anetva150

6.3.2. Utilización de plataforma rígida


Cuando el trabajo se realiza en una fachada sobre un vía pública con paso de personas,
debemos proteger estos pasos de la caída de objetos. Para ello resulta de gran utilidad el
empleo de plataformas rígidas sobre una estructura de andamio. Esta plataforma puede
cubrir toda zona afectada por la intervención, permitiendo a su vez el paso de las personas
por una acera, por ejemplo. Esta plataforma constituirá el punto perfecto para sujetar la
parte inferior de la red, permitiendo una fácil recogida de los materiales que hayan podido
caer.

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CAPITULO IV

Para la instalación de esta plataforma elegiremos siempre que sea posible, estructuras de
andamio tubular normalizado, siguiendo las instrucciones del fabricante durante el montaje,
desmontaje y utilización. La plataforma propiamente dicha será de un material, que
garantice una resistencia adecuada y que permita una sólida fijación a la estructura de
andamio.
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6.3.3. Bastidores
De forma complementaria a los sistemas anteriores, podemos utilizar pequeñas plataformas
o bastidores colocados por debajo del trabajador, donde se recogerán los materiales
imposibles de sujetar. Esto es especialmente útil durante la realización de la tarea donde es
previsible el desprendimiento o caída de objetos, como por ejemplo durante el saneamiento
de zonas de un edificio, la caída de escombros.

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CAPITULO IV

Estos bastidores pueden estar compuestos de una estructura rectangular rígida, donde se
sujeta una lona de tejido resistente, a modo de hamaca. En ésta queda recogido justo por
debajo del trabajador cualquier objeto que se desprenda de la fachada.
El bastidor estará colgado de una o dos cuerdas independientes al tendido de trabajo del
operario.
ref: anetva150

6.3.4. Balizamiento
Si durante la fase de planificación del trabajo y evaluación de riesgos no se considera
imprescindible la instalación de una plataforma rígida, como medida redundante de
prevención, podemos delimitar claramente la zona horizontal afectada por el trabajo vertical,
utilizando para ello los elementos descritos anteriormente en la delimitación de la zona de la
cubierta, es decir, vallas portátiles de protección y/o cintas de colores normalizados,
complementadas con carteles informativos.

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CAPITULO V

CAPITULO V.- CONOCIMIENTOS DE NIVEL OF.-III

1.-SITUACIONES DE TRABAJO ESPECIALES

En el presente apartado describiremos algunos procedimientos, materiales y equipos de


protección, que si bien no son los utilizados de forma habitual para desarrollar los trabajos
mediante técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas, permiten dar una respuesta
eficaz a situaciones de trabajo concretas, de características especiales.

1.1. Espacios Confinados (EECC)


Cada vez es más común que tareas de limpieza de depósitos, cubas, hornos, tanques de
almacenamiento, etc., se realicen con técnicas de trabajo vertical. Estos lugares tienen la
ref: anetva150

consideración de espacios confinados y por tanto tendremos en cuenta algunas cuestiones de


vital importancia. Se entiende por Espacio Confinado:

• Cualquier espacio con aberturas limitadas de entrada y salida.


• Con ventilación desfavorable, en el cual pueden acumularse contaminantes tóxicos o
inflamables.
• Con atmósfera con deficiencia de oxígeno.
• No está diseñado para una ocupación continua por los trabajadores.

Cualquier lugar de trabajo que cumpla con alguna de estos aspectos exigirá de una especial
planificación, además de la realización una evaluación específica de los riesgos a los que
podemos estar expuestos en su interior.

Por sus características, los EECC generan habitualmente una acumulación de riesgos
múltiples. Por un lado aparecerán unos riesgos específicos que son originados por una
atmósfera peligrosa que puede dar lugar a los riesgos de asfixia, incendio o explosión e
intoxicación. Además, debemos contar con unos riesgos comunes que, al margen de la
peligrosidad de la atmósfera interior, son debidos a las condiciones materiales del espacio
como lugar de trabajo: limitada iluminación, incomodidad de posturas, amplificación de ruido,
vibraciones, calor, etc.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

1.1.1. Riesgos específicos y medidas preventivas


• Asfixia, es la consecuencia de la falta de oxigeno. En un EECC la falta de oxígeno está
ocasionada al producirse un consumo de oxígeno o un desplazamiento de éste por otros
gases producidos en el interior.
• Intoxicación, se produce cuando en el aire que respiramos se produce una concentración
de productos tóxicos por encima de determinados límites. Esta exposición puede producir
intoxicaciones agudas o enfermedades.
• Incendio o explosión, cuando en el aire se produce una concentración de gases o vapores
inflamables que supera en un 10% de su límite de inflamabilidad.

La materialización de cualquiera de estos riesgos puede poner en peligro la vida del trabajador
en cuestión de minutos. Por ello, es de vital importancia el control de los riesgos específicos
ref: anetva150

por atmósferas peligrosas, adoptando unas medidas estrictas preventivas y de evaluación de


riesgos.

Esta evaluación y control de riesgos implica, entre otras cosas, verificar las condiciones
ambientales, a través de mediciones del aire del interior con el empleo del instrumental
adecuado. Las mediciones deben realizarse previamente a la realización de los trabajos y de
forma continuada mientras se realicen éstos.

• Medición de oxígeno. El aire debe contener un 21 % de oxígeno. Por debajo de un 20,5


% se entrará con suministro de aire. Por debajo del 18% se considera atmósfera deficiente
en oxigeno.
• Medición de atmósferas explosivas. Esta medición se realiza mediante explosímetros,
calibrados respecto a una sustancia inflamable patrón. Mientras se realizan las mediciones
desde el exterior, hay que evitar los focos de ignición en la entrada.
• Medición de atmósferas tóxicas. Se utilizan detectores específicos en función del gas
que se espera encontrar.

Los trabajadores involucrados en la realización del trabajo deben disponer de los equipos
necesarios y de la formación específica. Con el objetivo de verificar el cumplimiento de todos
los pasos previos a la entrada en el EECC, es necesario un Control de Entrada, que se verá
reflejado en un Permiso de Entrada. Con este documento verificamos que las intervenciones
en estos lugares, sea precedida por una evaluación de los riesgos que pueden presentarse

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

durante el acceso y permanencia en el interior del recinto y además de garantizar la adopción


las de medidas preventivas más adecuadas para cada caso concreto.
El permiso de entrada puede materializarse en una ficha que será cumplimentada para cada
jornada de trabajo en donde es incorporada la información sobre medidas preventivas a
adoptar durante el trabajo, equipos de protección a emplear, equipos de trabajo, vigilancia y
control desde el exterior etc.

Como resumen de medidas preventivas para el acceso a un EECC podemos señalar:

• No entrar bajo ningún concepto en un recinto confinado si no se dispone de la


correspondiente autorización.
• Verificar que la Autorización está perfectamente cumplimentada. En ella debe constar por
escrito que se han adoptado todas las medidas necesarias para prevenir un accidente.
ref: anetva150

• Medir y evaluar la atmósfera interior con los instrumentos adecuados.


• Asegurar que el nivel de oxigeno es suficiente en el momento de entrar al recinto, mediante
un equipo de medición directa. No entrar con valores inferiores al 21 %.
• Realizar mediciones continuas desde el exterior para determinar si la concentración de
oxígeno o sustancias peligrosas sufre variaciones.
• Comprobar que los equipos de protección corresponden a las necesidades del tipo de
trabajo y lugar.
• Colocar obligatoriamente señalización adecuada en el exterior, próxima a la boca de
entrada. Para informar de la realización de los trabajos.
• Establecer, obligatoriamente una vigilancia continuada desde el exterior, mientras se
realizan los trabajos.
• Planificar el método de rescate más adecuado para cada situación y disponer de sistemas
de evacuación mediante izado.
• Asegurar la propia seguridad antes de iniciar el rescate de una persona accidentada
inconsciente en un espacio con atmósfera peligrosa.
• Establecer sistemas de comunicación oral o visual continua entre las personas que
trabajen en el interior y el exterior.
• Formar e informar a las personas implicadas para ser capaces de identificar los riesgos,
adoptar las medidas necesarias y realizar un rescate urgente de una persona accidentada
en el interior.

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CAPITULO V

1.1.2. Equipos específicos


Detectores portátiles de gases. Instrumentos medidores, para la continua monitorización y
muestreo de concentraciones de oxígeno, gases combustibles, monóxido de carbono, sulfuro
de hidrógeno, etc. en el aire ambiente del puesto de trabajo. Una alarma sonora y una alarma
visual luminosa alerta al usuario que las concentraciones de gas han excedido los límites
adecuados.
ref: anetva150

Equipos de escape de circuito cerrado. Permiten la estancia o evacuación de zonas no


respirables. Utilizables en áreas no respirables, durante tiempos, que varían desde 15 minutos
a varias horas, dependiendo de las condiciones de trabajo. Puede prolongarse o reducirse en
función del ritmo y frecuencia respiratoria. Pueden cubrir solamente la nariz, permitiendo
respiración por la boca, o bien contar con una capucha completa que cubra ojos, nariz y boca.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

Tornos de evacuación. Permiten una evacuación rápida del trabajador. Para ello, éste debe
estar conectado en todo momento al cable de emergencia y el torno deberá estar instalado en
un trípode adecuado u otro soporte que permita un manejo eficaz del dispositivo.
ref: anetva150

1.2. Líneas de vida permanentes


Cada vez resulta más habitual encontrar líneas de vida de carácter permanente en muchas
instalaciones industriales, o incluso en edificaciones con accesos singulares. Por ello, el técnico
vertical debe conocer sus características, así como las pautas básicas para su adecuada
utilización.

1.2.1. Líneas de anclaje vertical


Este tipo de equipos constituyen sistemas anticaídas, definidos en la EN 363. Podemos
encontrar líneas de anclaje flexible o líneas de anclaje rígido.

Línea de anclaje rígido. Consta de una línea de anclaje que puede estar constituida por un raíl
o bien un cable metálico, éste deberá estar fijado en una estructura que hace de guía. El
dispositivo anticaídas se desplaza libremente por la vertical sobre el raíl o el cable y se detiene
por rozamiento o bloqueo al experimentar un empuje brusco hacia abajo.

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CAPITULO V

ANCLAJE DE EXTREMIDAD

ELEMENTO DE ABSORCIÓN DE ENERGÍA

LÍNEA DE ANCLAJE RÍGIDA

PUNTO INTERMEDIO
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DISPOSITIVO ANTICAÍDAS

TENSOR

SOPORTE Y TOPE

En el caso de línea por raíl, éste se encuentra incorporado en la propia escalera a la que
sirve de seguridad. Interesante para la instalación de escaleras nuevas. La opción de cable
permite asegurar una escalera ya instalada, que carezca de sistema de seguridad
específico. En las líneas de cable, éste debe mantener una cierta tensión para que el
anticaídas circule correctamente, esto se consigue con la incorporación de un tensor
específico, generalmente colocado en la parte inferior de la línea.

Línea de anclaje flexible. Consta de una línea de anclaje que puede ser de cuerda de fibras
sintéticas o bien un cable metálico de acero galvanizado que, al igual que el anterior, hace de
guía para el dispositivo anticaídas, el cual se desplaza libremente por la vertical. El dispositivo
anticaídas debe ser compatible con la línea de anclaje, se detiene por rozamiento al
experimentar un empuje brusco hacia abajo.

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CAPITULO V

ANCLAJE DE CABECERA

ABSORBEDOR DE ENERGÍA

LÍNEA DE ANCLAJE

PUNTO INTERMEDIO

DISPOSITIVO ANTICAÍDAS DESLIZANTE


ref: anetva150

CONTRAPESO

Estos equipos completan su definición de sistemas anticaídas en cuanto a ellos se conecta un


arnés. Deben estar compuestos por una serie de elementos y componentes diseñados por el
fabricante para su utilización conjuntas y para el uso que se les asigna. Deben estar instalados
por personal autorizado por el fabricante y debidamente formado. Así mismo, deben ser
revisados periódicamente por personal competente.

Para ilustrar el modo de uso de este tipo de líneas de anclaje, exponemos la utilización de una
línea de anclaje rígido de cable, con el dispositivo adoptado por varios fabricantes: el SKC:

• Para permitir el acceso del cable al interior del dispositivo, debemos quitar el mosquetón de
seguridad asociado al mismo.
• Liberamos el gatillo superior y levantamos la leva de bloqueo.
• Introducir el cable en la ranura tal y como establece las instrucciones del fabricante.
• Soltar el gatillo superior y la leva de bloqueo.
• Conectamos el mosquetón al punto de anclaje del dispositivo y nos cercioramos de su
correcto emplazamiento, comprobando que la flecha impresa en el anticaídas indica hacia
arriba. También podemos comprobar su correcto funcionamiento ejerciendo fuerza con la
mano y comprobando el bloqueo.

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CAPITULO V

• Colocar el conector y cerrarlo correctamente con su rosca de seguridad sobre el anillo


pectoral del arnés anticaídas, nunca en los anillos de posicionamiento. Se deberá
comprobar que el mosquetón trabaja en su eje longitudinal.
• Antes de comenzar la progresión siempre es recomendable realizar una pequeña prueba
de resistencia, colgándonos completamente del dispositivo anticaídas.
• A medida que se realiza la progresión ascendente, nos encontraremos con los puntos
intermedios. Se liberará el cable de las piezas de caucho para permitir el paso por esa
zona. No es necesario volver a introducir el cable.
• Cuando descendemos, sí que será necesario ir colocando de nuevo el cable dentro de los
receptáculos de caucho de los puntos intermedios. Con esto conseguimos que el cable no
se deteriore durante los periodos sin uso expuestos a la intemperie.
• Salvo que el fabricante indique lo contrario, en ningún caso en la línea flexible pueden
ref: anetva150

existir simultáneamente varios anticaídas conectados y unidos a varias personas.

1.2.2. Líneas de anclaje horizontal


Como ya hemos comentados en anteriores capítulos, las líneas de anclaje horizontal no
constituyen sistemas anticaídas, sino dispositivos de anclaje donde poder instalar sistemas
anticaídas. En este caso nos referiremos a dispositivos de Clase C (líneas de cable) y Clase D
(líneas de raíl) recogidos en la EN 795, las incluimos en este apartado, con el objetivo de lograr
una mejor comprensión de su utilidad.

Deben ser fijadas en una superficie que presente una resistencia capaz de absorber sin rotura
o extracción, la energía desarrollada en el momento de la caída. En el punto de anclaje móvil
esta conectado el dispositivo anticaídas del operario a la línea de vida.

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CAPITULO V

Componentes del sistema. Para ejemplificar los componentes del sistema completo,
exponemos como ejemplo los de una línea de cable de un fabricante determinado. Dada la
variada oferta de los distintos fabricantes, siempre que utilicemos una línea horizontal debemos
informarnos de qué tipo de línea es y seguir las instrucciones del fabricante.

Anclaje estructural terminal o de cabecera.


Este soporte está situado en el tope de extremidad y fijado a la zona de instalación (edificio)
mediante un anclaje fiable y colocado juiciosamente según la norma EN-UNE-795.

Están destinados a sufrir los esfuerzos más importantes. Ellos deben absorber la energía
desarrollada por la caída del operario y transmitida por la línea
En las instalaciones de cable de acero deberán llevar incorporadas un absorbedor de energía
que permita una disipación de una parte de la energía transmitida, a los cables, al anclaje
ref: anetva150

estructural terminal y al operario en el momento de la caída.

Punto de anclaje móvil o de corredera.


Es una pieza de amarre de acero inoxidable generalmente, que se adapta a la superficie
ofrecida por la línea de anclaje, ya sea esta de cable o carril. No necesitan un mantenimiento
especial y se conecta al sistema anticaídas.
Por regla general, estos dispositivos están diseñados para que no se puedan liberar
involuntariamente de la línea de anclaje.

Anclaje estructural intermedio o soportes intermedios.


Los soportes intermedios deben presentar un diseño adecuado para que el punto de anclaje
móvil o corredera, se desplace correctamente por la línea de anclaje durante el paso por el
punto intermedio sin necesidad de desconexión, tanto en tramos rectos como curvos. Su
diseño debe permitir el paso del punto de anclaje móvil sin ningún tipo de limitación ni
impedimento.

Línea de anclaje
9 Cable de acero galvanizado utilizado para instalaciones en exterior.
9 Cable inoxidable utilizado para instalaciones en interior
9 Raíl de acero galvanizado

Absorbedor de energía
No será necesario en las líneas de anclaje rígido. Debe absorber de manera eficaz los
esfuerzos generados en una posible caída.

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CAPITULO V

Tensor
Al igual que en las líneas verticales, el tensor ofrece una tensión determinada a la línea de
anclaje, que permite el correcto funcionamiento del sistema.
ref: anetva150

PUNTO DE ANCLAJE EXTREMIDAD


LÍNEA DE ANCLAJE

ABSOBEDOR DE
ELEMENTO DE AMARRE ENERGÍA O TENSOR

PUNTO INTERMEDIO

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CAPITULO V

Al igual que señalamos en el punto anterior y cuando presentábamos las líneas de vida
horizontales temporales, NUNCA debemos utilizar dispositivos “artesanales” de cable que
nosotros mismo tensamos. Deben estar compuestos por una serie de elementos y
componentes diseñados por el fabricante para su utilización conjunta y para el uso que se les
asigna. Deben estar instalados por personal autorizado por el fabricante y debidamente
formado. Así mismo, deben ser revisados periódicamente por personal competente.

El montaje de una línea de vida horizontal tiene especial relevancia, ya que para establecer los
dispositivos y componente necesarios, el instalador deberá utilizar una Hoja de Cálculo
diseñada por el fabricante, que tendrá en cuenta distintos parámetros. Entre otros podemos
destacar:
ƒ Longitud de la línea de anclaje. Cuanto mayor sea la longitud, lógicamente mayor será la
elongación natural del cable, tanto en reposo como en situación de detención de caída.
ref: anetva150

ƒ Flecha. Es la elongación máxima de la línea de anclaje en el momento de detener la caída.


ƒ Altura libre de caída. Es la longitud mínima que el trabajador debe tener bajo sus pies para
no impactar con ningún objeto. Esta altura es la suma total de la flecha, la longitud del
elemento de amarre o línea de vida que lleva el trabajador, la altura del mismo más una
distancia de seguridad.
ƒ Nº de trabajadores. Cuanto mayor será el número de trabajadores que deban trabajar
simultáneamente, mayor es la carga que el dispositivo de anclaje puede recibir.

1. Flecha

2. Elemento
de amarre 1+2+3:
Altura libre mínima

3. Distancia
mínima
seguridad

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CAPITULO V

1.3. Doble elemento de amarre con absorbedor


Este dispositivo, anclado al arnés, constituye el sistema anticaídas más básico. Por otro lado,
también es el que más libertad de movimientos permite. Consta de dos elementos de amarre
unidos por un absorbedor de energía. En los extremos podemos incorporar mosquetones
normales o bien conectores de gran apertura.
ref: anetva150

Este sistema permite una progresión segura por una estructura metálica del tipo “celosía”:
chimeneas industriales, torres de telecomunicaciones etc., o bien por escaleras verticales sin
línea de vida instalada o como sistema complementario al uso de cuerdas durante los trabajos
de instalación de mallas para la estabilización de taludes.

Para ejemplificar el correcto modo de utilización, exponemos los pasos durante el tránsito por
una escala vertical sin sistema de protección instalado. Normas de utilización:

1. Unir el cabo de anclaje al arnés mediante un


conector al anillo pectoral, se verificará que éste
se ha cerrado correctamente y trabaja sobre su
eje principal.

2. Colocar los conectores, lo más alto posible, en un


peldaño o en un travesaño de la escala.
Preferiblemente, colocaremos cada conector en
un peldaño distinto.

Paso 1 y 2

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CAPITULO V

3. Iniciar el ascenso hasta que el anclaje pectoral


del arnés se sitúe a la misma altura que el
segundo conector.

Paso 3
ref: anetva150

4. Colocar el primer conector en otro peldaño, lo


más arriba posible.
5. Desenganchar el segundo conector y anclarlo
arriba.

Pasos 4 y 5

6. Continuar ascendiendo. Repetir la maniobra hasta llegar al lugar de trabajo.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

7. Para realizar el descenso, repetimos la maniobra a la inversa, con la consideración de que


cuando enganchamos el conector en un peldaño inferior, éste estará situado a la misma
altura que el anclaje pectoral del arnés.
8. De esta manera evitamos posibles caídas de factor superior a 1.

1.4. Movimientos de cargas por tirolinas


Como complemento a las técnicas desarrolladas en el capítulo correspondiente al nivel de
cualificación Of-II, a continuación planteamos un método para el transporte de cargas en
grandes diagonales. Estas técnicas pueden ser de gran utilidad en trabajos sobre estructuras
industriales, trabajos en el medio natural o en aquellos lugares donde sea necesario desplazar
una carga entre dos puntos separados tanto en longitud, como en desnivel. Para ello
utilizaremos el método de “tirolina o teleférico”.
ref: anetva150

Pautas generales:
ƒ Se emplearán dos cuerdas siempre que la carga sea muy pesada o delicada : una será la
cuerda portora que sustenta la carga y la otra será la cuerda de seguridad, que sólo actuará
en el caso de fallo de la primera.
ƒ La carga estará anclada a través de cuerdas-guía, conectadas a dispositivos específicos en
ambos extremos. Con esto conseguimos un buen control de los movimientos de la carga y
podemos izar o descender el peso en cualquier momento.
ƒ Los anclajes de los puntos de extremidad serán dimensionados convenientemente para
soportar grandes esfuerzos.
ƒ Los puntos de extremidad estarán situados de forma que la recepción de la carga pueda
ser realizada por los trabajadores de manera segura.
ƒ Al igual que en los manejos de carga mencionados en otros capítulos, el tránsito por debajo
de la zona de movimiento de carga será convenientemente controlado.

Para que la carga pueda deslizarse adecuadamente, la cuerda portora debe estar tensa (de
forma similar a lo que sucede en las líneas horizontales). La tensión que apliquemos a la
cuerda no debe ser excesiva. Hay que recordar que las cuerdas al trabajar estiradas
disminuirán su capacidad de carga y que en el punto donde cuelga la carga se ejercerá una
fuerza transversal sobre la cuerda, generando un ángulo muy abierto. Esto, como sabemos, se
traducirá un importante esfuerzo tanto para los anclajes, como para el resto de los dispositivos.
Aportar un valor de tensado es francamente difícil, valga decir que es mejor quedarse corto y
que haya que tensar un poco más, que pasarse dando tensión a la tirolina como si de un cable
se tratase.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

El procedimiento será el siguiente:


Realizamos la instalación de uno de los
puntos de extremidad y fijamos la cuerda
portora. En el otro punto de extremidad
instalamos el sistema de tensado.
Podemos realizar el tensado con
diferentes métodos, a través del montaje
de polipastos en uno de los extremos.
Hay que decir que si utilizamos este
sistema, debemos evitar que la cuerda
sea retenida por un bloqueador tipo puño
o por una polea autobloqueante. Estos
ref: anetva150

sistemas de bloqueo pueden generar


daños en la cuerda a partir de 400 Kg.
Por ello, elegiremos la utilización de un
dispositivo de descenso con bloqueo
automático. Éste daña mucho menos la
cuerda y además permite un rápido y
cómodo destensado una vez finalizada la
maniobra.

También podemos utilizar un curioso sistema conocido como “Pasabloc”. Como veremos a
continuación, invierte muy poco material (tres mosquetones de seguridad) y el tensado y
destensado se realiza de forma sencilla.

1. Realizamos un nudo en línea sobre la


cuerda (Romano) y colocamos un
mosquetón.
2. Hacemos un reenvío sobre un
mosquetón en la instalación de
cabecera.
3. Confeccionamos un nudo de anclaje a
la altura del nudo en línea y
colocamos otro mosquetón.
Pasos 1, 2 y 3

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

4. Pasamos la cuerda que va desde el


nudo en línea hacia la instalación por
los dos mosquetones y tiramos del
tramo de la cuerda que se encuentra
entre ellos.

Paso 4

5. A medida que tiramos de esta cuerda, el


sistema se tensa y bloquea
ref: anetva150

automáticamente.
6. Para destensar tiramos de esa misma
cuerda en sentido contrario.

P
aso 5 y 6
Una vez que la cuerda está tensa, procedemos a realizar las mismas operaciones con la
cuerda de seguridad, pero instalada al menos 50 cm. por encima de la cuerda portora.
Para suspender la carga sobre la cuerda podemos utilizar un mosquetón, pero se deslizará
mucho mejor si utilizamos una polea.
Se conectará la carga a la cuerda de seguridad a través de un elemento de amarre, con el
objetivo de permitir que trabaje principalmente la cuerda portora.
Instalamos las cuerdas-guía con el dispositivo de ascenso o descenso en cada una según
convenga.

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

Cuerda Seguridad

Cuerda Portora
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Cuerda guía

2. MARCO NORMATIVO DE LOS TRABAJOS VERTICALES


En este capítulo se recopilan y se comentan los aspectos generales de las principales normas
legales que deben tenerse en cuenta durante la realización de trabajos verticales y que son de
aplicación en el conjunto del Estado. El objetivo de este apartado no es el de evitar la lectura
de las normas originales, mas bien al contrario, pretendemos tan sólo destacar los apartados
más importantes y animar e incentivar la lectura atenta de los textos íntegros. Es preciso
señalar que las CCAA y los Ayuntamientos en el uso de sus competencias, pueden completar
este marco normativo con los requerimientos que estimen oportunos. Los requerimientos
exigidos, por regla general se verifican a través de las preceptivas Licencias y permisos
necesarios para ejecutar los trabajos.

España como estado miembro de la Unión Europea, armoniza la legislación sobre seguridad y
salud en el trabajo junto al resto de países de la Unión Europea. Como sabemos, ésto se logra
mediante las Directivas Comunitarias. Una de las más significativas en esta materia es, sin
duda, la denominada Directiva Marco 89/391/CEE, que fue incorporada al Derecho Español,
en 1995 mediante la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (PRL).

A partir de la publicación de la Ley de PRL, se desarrollan un conjunto de normas


reglamentarias que fijan y concretan los aspectos más técnicos de las medidas preventivas y

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

de organización, a través de normas mínimas que garantizan la adecuada protección de los


trabajadores y de terceros.

2.1. PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES


La Ley de Prevención de Riesgos Laborales
El pilar sobre el que se sustenta el marco jurídico básico en materia de Salud laboral es la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales 31/ 1995, de 10 de noviembre, cuya publicación aglutinó
la dispersa normativa que había en nuestro país. Esta debe servir de base para las
disposiciones reglamentarias que desarrollen los aspectos más importantes de la prevención
de riesgos laborales en España.

El objetivo de esta norma es establecer un marco regulador de las condiciones de trabajo,


protegiendo a los trabajadores de los riesgos derivados de su actividad diaria, constituyendo un
ref: anetva150

nivel mínimo. Además, la propia Ley establece que las disposiciones puedan ser mejoradas y
desarrolladas en los convenios colectivos o a través de otras normas.
La ley tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores, mediante la
aplicación de medidas y el desarrollo de las actividades necesarias para la prevención de los
riesgos derivados del trabajo.
Seleccionamos algunos de los textos de especial importancia de la mencionada Ley de
Prevención de Riesgos Laborales:

Artículo 2. Objeto y carácter de la norma


La Ley tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores mediante la
aplicación de medidas y el desarrollo de las actividades necesarias para la prevención de
riesgos derivados del trabajo.

Artículo 14. Derechos de los trabajadores, en materia de preventiva


• Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz de seguridad y salud en el
trabajo (...) y el empresario tiene el deber de protección de los trabajadores frente a los
riesgos laborales. Como consecuencia de ello en el marco de esta responsabilidad el
empresario realizará la prevención de los riesgos laborales mediante la adopción de
cuantas medidas sea necesarias para la protección de la seguridad y la salud de los
trabajadores.

Los trabajadores tienen derecho a:

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CAPITULO V

• Ser informados de los riesgos a los que están expuestos los trabajadores, de las medidas
de prevención y protección para éstos y conocer las medidas aplicables del plan de
emergencia de la empresa.
• Recibir formación en materia preventiva.
• Poder interrumpir la actividad en caso de riesgo grave e inminente.
• Recibir una adecuada vigilancia de su salud.
• Ser consultados y permitir su participación, en todo lo relacionado con las cuestiones
relacionadas con la Prevención de Riesgos:
− Planificación y organización del trabajo.
− Introducción de nuevas tecnologías.
− Organización y desarrollo de las actividades de prevención y protección.
− Designación de los trabajadores encargados de las medidas de emergencia.
ref: anetva150

− Proyecto y organización de la formación en materia preventiva.


− Cualquier acción que tenga efectos sustanciales sobre la seguridad y salud de los
trabajadores.
• El coste de las medidas relativas a la seguridad y salud en el trabajo no deberá recaer en
modo alguno sobre los trabajadores.

Artículo 15. Principios de la Acción Preventiva


Las medidas preventivas a aplicar en la empresa deberán cumplir los siguientes principios
generales:

1. Evitar los riesgos.


2. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
3. Combatir los riesgos en su origen.
4. Adaptar el trabajo a la persona.
5. Tener en cuenta la evolución de la técnica.
6. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
7. Planificar la prevención.
8. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
9. Garantizar que sólo los trabajadores que hayan recibido información suficiente y
adecuada puedan acceder a las zonas de riesgo grave y específico.

Artículo 18. Formación e información de los trabajadores en materia de seguridad y


salud en el trabajo

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MANUAL DE TÉCNICAS EN TRABAJOS VERTICALES

CAPITULO V

El trabajador deberá ser informado de las medidas de seguridad adoptadas por la empresa,
para obtener las condiciones más seguras de trabajo. Por tal motivo se adoptará en la empresa
las medidas adecuadas para que los trabajadores reciban toda la información necesaria
relativa a:

− Los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores que afecten a la empresa en su
conjunto como a cada tipo de puesto de trabajo o función
− Medidas de protección y prevención aplicables a los riesgos señalados en el punto anterior.
− Medidas de emergencia, en materia de primeros auxilios, y evacuación urgente de los
trabajadores.

El empresario deberá garantizar que cada trabajador de la plantilla reciba una formación
teórica, práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva. Esta formación se llevará a
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cabo:
En el momento de la contratación, cualquiera que sea la modalidad o duración de esta.
− Cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe el trabajador.
− Cuando se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.

Artículo 29. Obligaciones de los trabajadores en materia de seguridad y salud en el


trabajo
Los trabajadores, en relación con sus posibilidades, y con arreglo a su formación y siguiendo
las instrucciones del empresario, deberán:

− Velar, según sus posibilidades, por su seguridad y salud, y por las de aquellas otras
personas a las que pueda afectar su actividad profesional
− Utilizar correctamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos previsibles, las
máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos de transportes y, en
general cualquier otro medio con los que desarrolle su actividad.
− Todas las máquinas e instalaciones, deberán garantizar una utilización y un trabajo seguro
“por sí mismas y con sus instrucciones”. No se pondrá fuera de funcionamiento y se
utilizará correctamente los dispositivos de seguridad de las máquinas, aparatos,
herramientas, etc.
− Informar de inmediato a su superior jerárquico directo, y a los trabajadores designados para
realizar actividades de protección y de prevención, o en su caso, a los servicios de
prevención, acerca de cualquier situación que, a su juicio, entrañe riesgo para la seguridad
y la salud de los trabajadores.

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CAPITULO V

− Conocer y no olvidar las situaciones que a su juicio, entrañen, por motivos razonables, un
riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores.
− Cooperar con sus compañeros y compañeras para garantizar unas condiciones de trabajo
seguras.
− Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la autoridad competente.
− Utilizar correctamente los medios y equipos de protección individual facilitados por el
empresario, de acuerdo con las instrucciones recibidas por éste.
− Cooperar con el empresario para que éste pueda garantizar unas condiciones de trabajo
seguras.

2.1.1. Modificaciones importantes de la Ley 31/1995


Como hemos comentado a la Ley 31/1995 debe ser adecuada y modificada en aquellas
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cuestiones que faciliten la implantación efectiva. Una de las normas más importantes, aunque
no la única, en cuanto modificaciones de gran calado es la Ley 54/2003. Comentamos algunos
de los artículos modificados, incorporando dichas modificaciones:
Artículo 16: Plan de Prevención de Riesgos Laborales (Modificado por la Ley 54/2003):
La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema de gestión de la empresa
en sus actividades y en todos los niveles jerárquicos de ésta, a través de la implantación y
aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales, deberá incluir la estructura
organizativa, las responsabilidades, las funciones, las prácticas, los procesos los
procedimientos y recursos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos en la
empresa.

Los instrumentos para la gestión y aplicación del plan de prevención de riesgos, que podrán ser
llevados a cabo por fases de forma programada son:

1. Evaluación de riesgos laborales: El empresario deberá realizar una evaluación inicial de


los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores, teniendo en cuenta, la naturaleza
de la actividad, las características de los puestos de trabajo existentes y de los trabajadores
que deban desempeñarlos. También deberá hacerse con ocasión de la elección de los
equipos de trabajo, de las sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los
lugares de trabajo.

La evaluación será actualizada cuando cambien las condiciones de trabajo y se revisará, si


fuera necesario, con ocasión de los daños para la salud que se puedan producir.

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CAPITULO V

2. Planificación de la actividad preventiva: Si los resultados de la evaluación prevista


pusieran de manifiesto situaciones de riesgo, el empresario realizará aquellas actividades
preventivas necesarias para eliminar o reducir y controlar tales riesgos. Dichas actividades
serán objeto de planificación por el empresario, incluyendo para cada actividad preventiva
el plazo para llevarla a cabo, la designación de responsables y los recursos humanos y
materiales necesarios para su ejecución. Se deberá asegurar un seguimiento continuo de la
misma. Las actividades de prevención deberán ser modificadas cuando se aprecie como
consecuencia de los controles periódicos su inadecuación a los fines de protección
requeridos.

Artículo 23: Documentación (Modificado por la Ley 54/2003)


1. El empresario deberá elaborar y conservar a disposición de la autoridad laboral la
ref: anetva150

siguiente documentación:
− Plan de prevención de riesgos laborales,
− Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, incluido el
resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la actividad
de los trabajadores
− Planificación de la actividad preventiva, incluidas las medidas de protección y de
prevención a adoptar y, en su caso, material de protección que deba utilizarse.
− Práctica de los controles del estado de salud de los trabajadores previstos.
− Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan
causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día de trabajo. En el
momento de cesación de su actividad, las empresas deberán remitir a la autoridad
laboral la documentación señalada en el apartado anterior.

2. El empresario estará obligado a notificar por escrito a la autoridad laboral los daños
para la salud de los trabajadores a su servicio que se hubieran producido con motivo del
desarrollo de su trabajo, conforme al procedimiento que se determine
reglamentariamente.

3. La documentación a que se hace referencia deberá también ser puesta a disposición de


las autoridades sanitarias.

Artículo 32 bis: Presencia de los recursos preventivos (Modificado por la Ley 54/2003 y el
por Real Decreto 604/2006)

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CAPITULO V

1. La presencia en el centro de trabajo de los recursos preventivos será necesaria en los


siguientes casos:

a. Cuando los riesgos puedan verse agravados o modificados en el desarrollo del


proceso o la actividad, por la concurrencia de operaciones diversas que se
desarrollan sucesiva o simultáneamente y que hagan preciso el control de la
correcta aplicación de los métodos de trabajo.
b. Cuando se realicen actividades o procesos que reglamentariamente sean
considerados como peligrosos o con riesgos especiales:

Trabajos especialmente graves de caídas desde altura, por las particularidades


características de la actividad desarrollada, por los procedimientos aplicados, o el
entorno del puesto de trabajo, trabajos en espacios confinados etc.
ref: anetva150

c. Cuando la necesidad de dicha presencia sea requerida por la Inspección de


Trabajo y Seguridad Social, si las circunstancias del caso así lo exigieran debido
a las condiciones de trabajo detectadas.

2. Se consideran recursos preventivos, a los que el empresario podrá asignar la presencia,


los siguientes:

a. Uno o varios trabajadores designados de la empresa.


b. Uno o varios miembros del servicio de prevención propio de la empresa.
c. Uno o varios miembros del o los servicios de prevención ajenos concertados por
la empresa. Cuando la presencia sea realizada por diferentes recursos
preventivos éstos deberán colaborar entre sí.

3. Los recursos preventivos deberán tener la capacidad suficiente, disponer de los medios
necesarios y ser suficientes en número para vigilar el cumplimiento de las actividades
preventivas, debiendo permanecer en el centro de trabajo durante el tiempo en que se
mantenga la situación que determine su presencia.

4. No obstante lo señalado en los apartados anteriores, el empresario podrá asignar la


presencia de forma expresa a uno o varios trabajadores de la empresa que, sin formar
parte del servicio de prevención propio ni ser trabajadores designados, reúnan los
conocimientos, la cualificación y la experiencia necesarios en las actividades o procesos
cuenten con la formación preventiva correspondiente, como mínimo, a las funciones del

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CAPITULO V

nivel básico. En este supuesto, tales trabajadores deberán mantener la necesaria


colaboración con los recursos preventivos del empresario.

Artículo 42: Responsabilidades y su compatibilidad (Modificado por el Real Decreto


Legislativo 5/2000)

− El incumplimiento por los empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de


riesgos laborales dará lugar a responsabilidades administrativas, así como, en su caso, a
responsabilidades penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan derivarse
de dicho incumplimiento.
− La empresa principal responderá solidariamente con los contratistas y subcontratistas,
durante el período de la contrata, de las obligaciones impuestas por dicha Ley en relación
con los trabajadores que aquéllos ocupen en los centros de trabajo de la empresa principal,
ref: anetva150

siempre que la infracción se haya producido en el centro de trabajo de dicho empresario


principal.
− Las responsabilidades administrativas que se deriven del procedimiento sancionador serán
compatibles con las indemnizaciones por los daños y perjuicios causados y de recargo de
prestaciones económicas del Sistema de la Seguridad Social que puedan ser fijadas por el
órgano competente de conformidad con lo previsto en la normativa reguladora de dicho
sistema.

2.2. NORMATIVA APLICABLE A LOS TRABAJOS VERTICALES


De acuerdo con el artículo 6 de la Ley de PRL, serán las normas reglamentarias las que fijarán
y concretarán los aspectos más técnicos de las medidas preventivas. Entre estas normas se
encuentran las destinadas a garantizar la seguridad y salud en las obras de construcción,
durante la utilización de equipos de trabajo, equipos de seguridad etc.

2.2.1. RD 1627/1997, disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción


Es importante destacar que, a efectos de este real decreto, se considera “obra de construcción”
cualquier obra pública o privada, en la que se efectúen trabajos de construcción o ingeniería
civil. Relación no exhaustiva de estos trabajos: Excavación, movimientos de tierras,
construcción, montaje y desmontaje de elementos prefabricados, acondicionamiento de
instalaciones, transformación, rehabilitación, reparación, desmantelamiento, derribo,
mantenimiento, conservación, trabajos repintura y limpieza, saneamiento.

Como vemos, muy pocas actividades de las realizadas con técnicas de acceso y
posicionamiento mediante cuerdas, se escapan a esta definición. Este Real Decreto, sin

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CAPITULO V

embargo, no es aplicable a las industrias extractivas de cielo abierto, subterráneas o por


sondeos ya que tienen una normativa específica.

2.2.1.1. Figuras de prevención en las Obras de Construcción


Coordinadores de seguridad
Será necesaria la designación de coordinadores de seguridad:
1. Cuando en la elaboración del proyecto de obra intervengan varios proyectistas, el promotor
designará un coordinador en materia de seguridad y de salud durante la elaboración del
proyecto de obra.
2. Se designará un coordinador en materia de seguridad y salud durante la ejecución de la
obra cuando en su ejecución intervenga más de una empresa, o una empresa y
trabajadores autónomos o diversos trabajadores autónomos.
La designación de los coordinadores en materia de seguridad y salud durante la elaboración
ref: anetva150

del proyecto de obra y durante su ejecución podrá recaer en la misma persona. La designación
de los coordinadores no eximirá al promotor de sus responsabilidades.

Recursos Preventivos
La disposición adicional única establece que la presencia en el centro de trabajo de los
recursos preventivos de cada contratista, cualquiera que sea la modalidad de organización de
dichos recursos, se aplicará en las obras de construcción, con las siguientes especialidades:

− El Plan de seguridad y salud determinará la forma de llevar a cabo la presencia de los


recursos preventivos.
− Cuando, como resultado de la vigilancia, se observe un deficiente cumplimiento de las
actividades preventivas, las personas a las que se asigne la presencia deberán dar las
instrucciones necesarias para el correcto e inmediato cumplimiento de las actividades
preventivas y poner tales circunstancias en conocimiento del empresario para que éste
adopte las medidas necesarias para corregir las deficiencias observadas, si éstas no
hubieran sido aún subsanadas.
− Cuando, como resultado de la vigilancia, se observe ausencia, insuficiencia o falta de
adecuación de las medidas preventivas, las personas a las que se asigne esta función
deberán poner tales circunstancias en conocimiento del empresario, que procederá de
manera inmediata a la adopción de las medidas necesarias para corregir las deficiencias y
a la modificación del plan de seguridad y salud en los términos previstos.

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CAPITULO V

2.2.1.2. Planificación y organización de la seguridad y salud


Con el objetivo de recoger en un documento todos los aspectos a tener en cuenta de manera
real y efectiva para garantizar la seguridad de los trabajadores, se redactará el:

Plan de seguridad y salud en el trabajo donde se analizan, estudian, desarrollan y


complementan las previsiones contenidas en el Estudio de Seguridad, en función de su propio
sistema de ejecución de la obra. En dicho plan se incluirán, en su caso, las propuestas de
medidas alternativas de prevención que el contratista proponga con la correspondiente
justificación técnica, que no podrán implicar disminución de los niveles de protección previstos
en el estudio o estudio básico.
ref: anetva150

En relación con los puestos de trabajo en la obra, el plan de seguridad y salud en el trabajo
constituye el instrumento básico de ordenación de las actividades de identificación y, en su
caso, evaluación de los riesgos y planificación de la actividad preventiva.

El Plan de seguridad y salud deberá ser aprobado, antes del inicio de la obra, por el
coordinador en materia de seguridad y de salud durante la ejecución de la obra.

El Plan de Seguridad y Salud deberá ser aprobado antes del inicio de la obra, por el
coordinador de seguridad y salud que será el responsable durante su ejecución (Cuando no
sea necesaria la designación del coordinador, las funciones que se le atribuyen en este sentido
serán asumidas por la dirección facultativa). Este documento deberá estar en la obra a
disposición de la dirección facultativa.

Para realizar el control y seguimiento de este plan existirá un libro de incidencias, que
deberá mantenerse siempre en la obra. Estará en poder del coordinador de seguridad o de la
dirección facultativa

El Estudio de Seguridad y Salud


El promotor de la obra está obligado a que en la fase del proyecto se elabore un Estudio de
Seguridad y Salud (E.S.S.), cuando se produzcan al menos uno de estos supuestos:

• Que el presupuesto de ejecución sea igual o superior a 450.759 €


• Que la duración estimada superior a 30 días laborables y se empleen en algún
momento a más de 20 trabajadores simultáneamente.

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CAPITULO V

• Que la suma del total de los días de los trabajadores en la obra sea superior a 500.
• Obras de túneles, galerías, conducciones subterráneas y presas.

Cuando los proyectos de obras no incluyan ninguno de estos supuestos, el promotor esta
obligado a elaborar un Estudio Básico de Seguridad (E.B.S.S)

El Estudio de Seguridad y Salud (E.S.S.)


¿Quién lo elabora?
El ESS será elaborado por el técnico competente designado por el promotor. Y cuando deba
existir un coordinador en materia de seguridad y salud durante la elaboración del proyecto de
obra, le corresponderá a éste.

¿Qué documentación debe contener?


ref: anetva150

− Memoria descriptiva de los procedimientos, equipos técnicos y medios auxiliares que se


prevea utilizar en la obra. En la elaboración de la memoria se tendrán en cuenta las
condiciones del entorno en que se realice la obra, así como la tipología y características de
los materiales y elementos que se utilicen, determinación del proceso constructivo y orden
de ejecución de los trabajos.
− Identificación de los riesgos laborales que puedan ser evitados, indicando a tal efecto las
medidas técnicas necesarias para ello.
− Relación de los riesgos laborales que no puedan eliminarse, se especificarán las medidas
preventivas y protecciones técnicas para controlar y reducir los riesgos y valor su eficacia,
en especial cuando se propongan medidas alternativas.
− Descripción de los servicios sanitarios y comunes de que deberá estar dotado el centro de
trabajo de la obra, en función del número de trabajadores que vayan a utilizarlos.
− Pliego de condiciones particulares en el que se tendrán en cuenta las normas legales y
reglamentarias aplicables a las especificaciones técnicas propias de la obra de que se trate,
así como las prescripciones que se habrán de cumplir en relación con las características, la
utilización y la conservación de las máquinas, útiles, herramientas, sistemas y equipos
preventivos.
− Planos en los que se desarrollarán los gráficos y esquemas para la mejor definición y
comprensión de las medidas preventivas definidas en la Memoria, con expresión de las
especificaciones técnicas necesarias.
− Mediciones de todas aquellas unidades o elementos de seguridad y salud en el trabajo que
hayan sido definidos o proyectados.

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CAPITULO V

− Presupuesto que cuantifique el conjunto de gastos previstos para la aplicación y ejecución


del estudio de seguridad y salud.

En este estudio se hace referencia a determinados trabajos que implican riesgos especiales
para la seguridad y salud de los trabajadores (Anexo II, del RD 1627/ 1997), entre los que se
destacan especialmente las tareas que puedan provocar sepultamiento, hundimiento o caída
en altura, por las características de la actividad desarrollada, los procedimientos aplicados, o el
entorno del puesto de trabajo. Las zonas donde existan estos riesgos deberán estar localizadas
e identificadas y se aplicarán unas medidas específicas.

Estudio Básico de Seguridad y Salud (E.B.S.S.)


¿Quién lo elabora?
El ESS será elaborado por el técnico competente designado por el promotor. Y cuando deba
ref: anetva150

existir un coordinador en materia de seguridad y salud durante la elaboración del proyecto de


obra, le corresponderá a éste.

¿Qué documentación debe contener?


Se deben precisar las normas de seguridad y salud aplicables a la obra, se contemplarán e
identificarán los riesgos laborales que puedan ser evitados, indicando las medidas técnicas y la
relación de riesgos laborales que no puedan eliminarse, especificando las medidas preventivas
y protecciones para controlar y reducir dichos riesgos.

2.2.1.3. Principios generales aplicables a las obras de construcción


En el artículo 8 se establece que deberán tenerse en cuenta y se aplicarán los principios
generales de la acción preventiva (Art. 15 Ley PRL) durante la fases de concepción, estudio y
elaboración del proyecto de obra y en particular:

− Al tomar las decisiones constructivas, técnicas y de organización con el fin de planificar los
distintos trabajos o fases de trabajo que se desarrollarán simultánea o sucesivamente.
− Al estimar la duración requerida para la ejecución de estos distintos trabajos o fases del
trabajo.

Además, el artículo 10 incide en que estos principios generales se mantendrán durante la


ejecución de la obra y en particular en las siguientes tareas y actividades:

a. El mantenimiento de la obra en buen estado de orden y limpieza.

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CAPITULO V

b. La elección del emplazamiento de los puestos y áreas de trabajo, teniendo en cuenta


sus condiciones de acceso, y la determinación de las vías o zonas de desplazamiento o
circulación.
c. La manipulación de los distintos materiales y la utilización de los medios auxiliares.
d. El mantenimiento, el control previo a la puesta en servicio y el control periódico de las
instalaciones y dispositivos necesarios para la ejecución de la obra, con objeto de
corregir los defectos que pudieran afectar a la seguridad y salud de los trabajadores.
e. La delimitación y el acondicionamiento de las zonas de almacenamiento y depósito de
los distintos materiales, en particular si se trata de materias o sustancias peligrosas.
f. La recogida de los materiales peligrosos utilizados.
g. El almacenamiento y la eliminación o evacuación de residuos y escombros.
h. La adaptación, en función de la evolución de la obra, del período de tiempo efectivo que
habrá de dedicarse a los distintos trabajos o fases de trabajo.
ref: anetva150

i. La cooperación entre los contratistas, subcontratistas y trabajadores autónomos.


j. Las interacciones e incompatibilidades con cualquier otro tipo de trabajo o actividad que
se realice en la obra o cerca del lugar de la obra.

Resulta de especial interés la lectura y comprensión de los diferentes Anexos de este Real
Decreto, en especial el Anexo IV sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud que
deberán aplicarse en las obras. En este anexo se relacionan las medidas de seguridad
relativas a los lugares de trabajo y a los puestos de trabajo, tanto en el interior, como en el
exterior de los locales.

2.2.2. RD 486/1997, disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización de los


trabajadores de los Lugares de Trabajo
Las disposiciones de este real decreto, en el caso de las obras de construcción, quedan
incorporadas en el R.D. 1627/1997.

2.2.2. RD 1215/1997, disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización de los


trabajadores de los Equipos de Trabajo

Esta norma resulta fundamental para la organización de los trabajos verticales, pues en ella se
integra el R.D. 2177/2004, que como sabemos, establece las disposiciones mínimas de
seguridad para la utilización de equipos de trabajo durante los trabajos temporales en altura,
donde se encuentran enmarcados los trabajos verticales. Concretamente es en el anexo II
donde se incorpora como un nuevo punto 4. la práctica totalidad del texto del R.D. 2177/2004,
de manera que queda como sigue:

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CAPITULO V

Anexo II disposiciones relativas a la utilización de los equipos de trabajo:


1. Condiciones generales de utilización de los equipos de trabajo.
2. Condiciones de utilización de los equipos de trabajo móviles.
3. Condiciones de utilización de los equipos de trabajo para la elevación de cargas.
4. Disposiciones relativas a la utilización de los equipos de trabajo para la realización de
trabajos temporales en altura.

Disposiciones específicas sobre la utilización de las Técnicas de Acceso y de


Posicionamiento Mediante Cuerdas (Trabajos Verticales)
1. La utilización de las técnicas de acceso y de posicionamiento mediante cuerdas se limitará
a circunstancias en las que la evaluación del riesgo indique que el trabajo puede ejecutarse
de manera segura y en las que, además, la utilización de otro equipo de trabajo más seguro
ref: anetva150

no esté justificada.
2. Teniendo en cuenta la evaluación del riesgo y, especialmente, en función de la duración del
trabajo y de las exigencias de carácter ergonómico, deberá facilitarse un asiento provisto de
los accesorios apropiados.
3. El sistema constará como mínimo de dos cuerdas con sujeción independiente, una como
medio de acceso, de descenso y de apoyo (cuerda de trabajo) y la otra como medio de
emergencia (cuerda de seguridad).
4. Se facilitará a los trabajadores unos arneses adecuados, que deberán utilizar y conectar a
la cuerda de seguridad.
5. La cuerda de trabajo estará equipada con un mecanismo seguro de ascenso y descenso y
dispondrá de un sistema de bloqueo automático con el fin de impedir la caída en caso de
que el usuario pierda el control de su movimiento. La cuerda de seguridad estará equipada
con un dispositivo móvil contra caídas que siga los desplazamientos del trabajador.
6. Las herramientas y demás accesorios que deba utilizar el trabajador deberán estar sujetos
al arnés o al asiento del trabajador o sujetos por otros medios adecuados.
7. El trabajo deberá planificarse y supervisarse correctamente, de manera que, en caso de
emergencia, se pueda socorrer inmediatamente al trabajador.
8. De acuerdo con las disposiciones del artículo 5, se impartirá a los trabajadores afectados
una formación adecuada y específica para las operaciones previstas, destinada, en
particular, a:
• Las técnicas para la progresión mediante cuerdas y sobre estructuras.
• Los sistemas de sujeción.
• Los sistemas anticaídas.

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CAPITULO V

• Las normas sobre el cuidado, mantenimiento y verificación del equipo de trabajo y de


seguridad.
• Las técnicas de salvamento de personas accidentadas en suspensión.
• Las medidas de seguridad ante condiciones meteorológicas que puedan afectar a la
seguridad.
• Las técnicas seguras de manipulación de cargas en altura.
9. En circunstancias excepcionales en las que, habida cuenta de la evaluación del riesgo, la
utilización de una segunda cuerda haga más peligroso el trabajo, podrá admitirse la
utilización de una sola cuerda, siempre que se justifiquen las razones técnicas que lo
motiven y se tomen las medidas adecuadas para garantizar la seguridad.

Además de las disposiciones recogidas en los anexos mencionados, podemos destacar


algunas de las obligaciones generales del empresario, con respecto a la utilización de los
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equipos de trabajo:

• El empresario adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo que se
pongan a disposición de los trabajadores sean adecuados al trabajo que deba realizarse y
convenientemente adaptados al mismo, de forma que garanticen la seguridad y la salud de
los trabajadores al utilizar dichos equipos de trabajo. Cuando no sea posible garantizar de
este modo totalmente la seguridad y la salud de los trabajadores durante la utilización de
los equipos de trabajo, el empresario tomará las medidas adecuadas para reducir tales
riesgos al mínimo. En cualquier caso, el empresario deberá utilizar únicamente equipos que
satisfagan:

a) Cualquier disposición legal o reglamentaria que les sea de aplicación.


b) Las condiciones generales previstas en el Anexo I “Disposiciones mínimas
aplicables a los equipos de trabajo”.

• Para la elección de los equipos de trabajo el empresario deberá tener en cuenta los
siguientes factores:

a. Las condiciones y características específicas del trabajo a desarrollar.


b. Los riesgos existentes para la seguridad y salud de los trabajadores en el lugar
de trabajo y, en particular, en los puestos de trabajo, así como los riesgos que
puedan derivarse de la presencia o utilización de dichos equipos o agravarse por
ellos.

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CAPITULO V

c. En su caso, las adaptaciones necesarias para su utilización por trabajadores


discapacitados.

• El empresario adoptará las medidas necesarias para que, mediante un mantenimiento


adecuado, los equipos de trabajo se conserven durante todo el tiempo de utilización en
unas condiciones tales que satisfagan las disposiciones del segundo párrafo del apartado 1.
Dicho mantenimiento se realizará teniendo en cuenta las instrucciones del fabricante o, en
su defecto, las características de estos equipos, sus condiciones de utilización y cualquier
otra circunstancia normal o excepcional que pueda influir en su deterioro o desajuste.

Las operaciones de mantenimiento, reparación o transformación de los equipos de trabajo cuya


realización suponga un riesgo específico para los trabajadores sólo podrán ser encomendadas
al personal especialmente capacitado para ello.
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2.3. Conclusiones
Como podemos observar, el desarrollo normativo en el estado español sobre la seguridad y
salud de los trabajadores se encuentra en proceso de concreción y adaptación a las diferentes
realidades. Por ello, desde estas páginas debemos animar al lector a mantenerse informado
sobre las modificaciones de la norma, que a buen seguro se producirán, así como a la
publicación de Guías Técnicas o cualquier otro documento que desarrolle nuevos aspectos
acerca de la organización de la prevención de riesgos en el trabajo.

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ANEXOS

ANEXOS
Índice normativo.

- REAL DECRETO 1407/1992, de 20 de noviembre, sobre comercialización y libre circulación


de equipos de protección individual. Transposición de la Directiva Europea 89/ 686/ CEE.
- LEY 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
- REAL DECRETO 159/1995, de 3 de febrero, por el que se modifica el real decreto
1407/1997, de 20 de noviembre. Transposición de la Directiva Europea 93/ 68/ CEE.
- REAL DECRETO 1494/1986 de 26 de mayo, Reglamento de seguridad en las máquinas.
- REAL DECRETO 39/1997 del 17 de enero Reglamento de Servicios de Prevención de
Riesgos Laborales.
- REAL DECRETO 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en materia de
ref: anetva150

señalización de seguridad y salud en el trabajo


- REAL DECRETO 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones
mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
- REAL DECRETO 487/1997, de 14 de abril sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en particular dorso
lumbares, para los trabajadores.
- REAL DECRETO 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual
- REAL DECRETO 1215/1997 del 18 de julio, disposiciones mínimas de seguridad y salud
para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo.
- REAL DECRETO 1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones
mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción
- LEY 54/ 2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de la prevención de
riesgos laborales.
- REAL DECRETO 171/2004, de 30 de enero, por el que se desarrolla el artículo Ley
31/1995 de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, en materia de
coordinación de actividades empresariales.
- REAL DECRETO 2177/ 2004, de 12 de noviembre, por el que se modifica El Real Decreto
1215/ 1997, de 18 de Julio por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y Salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo, en
materia de trabajos temporales en altura.
- REAL DECRETO 604/2006 de 19 de mayo, por el que e modifican el Real Decreto 39/1997
por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, y el Real Decreto

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ANEXOS

1627/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en las
obras de construcción.

Bibliografía de interés y fuentes consultadas.

- Catálogos de productos y folletos informativos de fabricantes de equipos de protección:


HILTI, PETZL, BEAL, ANTEC, SOMAIN.
- Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Notas Técnicas de Prevención (NTP) Diversos
autores
- “Guía para la prevención de riesgos en los trabajos en altura” Osalan. Instituto Vasco de
seguridad y salud laboral.
- “Rescate Urbano en Altura”. Delfín Delgado Ed. Desnivel
- “Manual de Trabajos Verticales”. Ed. ANETVA
-
ref: anetva150

“Prevención y Seguridad en Trabajos Verticales”. Jon Redondo Ed. Desnivel


- “Seguridad y riesgo”. Pit Schubert. Ed. Desnivel.

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