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Crónicas De Un Micrófono De Iglesia.


Derechos de autor © 2015 por Luis Lara.
Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción total o parcial
con ánimos de lucro sin autorización del autor.
Versículos tomados de la biblia revisión Reina Valera 1960.

ISBN. 978-99926-51-09-4
Tegucigalpa, Honduras. C.A.
www.luislarahn.org

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AGRADECIMIENTOS.
A mi Papá Dios, quien es el que pone el querer como el hacer
en cada corazón, y quien me impulsó a escribir esta novela, y
quien me ha dado las herramientas para poder llevarlo a cabo.
De él procede la inspiración, de él procede la sabiduría y de él
procede las nuevas fuerzas, él es el eje de mi universo en mi
diario vivir.

A mis padres Luis y Deysi Lara, quienes con su esfuerzo,


amor, valor y dedicación han sido ejemplo para mi vida y me
han forjado para llegar a ser la persona quien soy.

A los pastores Armando y Gladys Medina; su apoyo, consejo


y oraciones, me han encaminado firmemente en el sueño de
Dios para mi vida, y con su impulso he logrado llevar a cabo
muchos proyectos que Dios me ha delegado.

A mis amigos del ministerio de alabanza de la Iglesia Ágape,


con quienes por gracia de Dios tuve el privilegio de servir
dirigiendo la alabanza por 10 años, y con quienes viví
muchísimas anécdotas, procesos y triunfos los cuales guardo en
mi corazón.

A todos mis familiares y amigos, quienes siempre me han


dado palabras de ánimo para realizar estos proyectos; sus
desafíos, compañía, y experiencias compartidas han sido de
mucho provecho para el desarrollo de mi vida espiritual y
personal, no puedo mencionar nombres, pues son muchos.

Abrazos.
Luis Lara

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Contenido
Prefacio ............................................................................................... 7
Prólogo ................................................................................................ 9
CAPÍTULO 1: ....................................................................................11
En los sueños temporales, ........................................................................11
Cuando tu visión es altamente limitada ........................................................11
El enemigo de tus logros y tu escape de la “realidad” .................15
Hormonas verdes ........................................................................16
Desfragmentando corazones y añadiendo propósito. .................23
CAPÍTULO 2: ....................................................................................27
Mi encuentro postergado. ........................................................................27
Bienvenido a la transición. .......................................................................27
Canción en re (en relajo y medio) ................................................33
Una vida pública procesada en lo privado. ..................................36
CAPÍTULO 3: ....................................................................................43
Trincheras entre canciones y danzas ...........................................................43
Imponiendo tu estilo o sincronizándote con Dios. .......................48
Un sermón vs. Un zoológico eclesiástico. ....................................51
Un micrófono en consejería.........................................................57
Una pausa al reloj atleta. Proyectando tu futuro.........................63
CAPÍTULO 4: ....................................................................................74
Karaoke y un destino cambiado. ................................................................74
Sueños mutilados con arma blanca. ............................................80
Más allá del talento, la adora-acción. ..........................................84
Vidas polarizadas .........................................................................90
CAPÍTULO 5: ....................................................................................95

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Historias al son de acordes y ritmos. ...........................................................95
La vida también tiene caja negra. ................................................97
Cuando huir sólo es para valientes. ...........................................103
Invierno en el alma. ...................................................................109
Cambio de escenario .................................................................116
CAPÍTULO 6: .................................................................................. 120
Generaciones famosamente invisibles ........................................................120
El concierto del año ...................................................................123
Compromiso y lucro, como balancear elefantes. .......................139
Una cita con la sinceridad ..........................................................142
CAPÍTULO 7: .................................................................................. 149
Cuando las cosas no salen como pensaste, un giro inesperado ..........................149
Entre pasillos blancos y luces tenues. ........................................160
CAPÍTULO 8: .................................................................................. 169
Crónicas de un micrófono de iglesia ............................................................ 169
Etapas transitorias de neblina ...................................................174
Sonambulismo espiritual. ..........................................................179
Decisiones. ................................................................................184

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Prefacio

T e has preguntado alguna vez ¿qué diría tu almohada, tu


automóvil, tu celular o tu televisor, si le preguntásemos a
ellos acerca de tu vida y estos pudiesen hablar? ¿Qué nos
responderían y a la vez contarían acerca de ti? En este libro
haciendo uso de la ficción con algo de metáfora, encontramos
un micrófono que cuenta su "vida", llena de aventuras y
procesos siendo parte de una iglesia, y quien a su vez nos narra
las vidas y anécdotas de las personas a su alrededor. Anécdotas
con las que sin duda muchos se identificarán.

Este libro contiene historias basadas en la vida real, vivencias


de mi persona, y también historias de la vida de amigos quienes
han tenido la confianza de contarme sus propias experiencias.
Todas estas vivencias han sido adaptadas a este libro para crear
una historia cronológica en donde todas esas experiencias
puedan ser unidas y así trasmitir un mensaje a cada lector que se
identifique con cada una de ellas.
Mic es un micrófono. Un objeto inanimado y un personaje
neutral, lo cual hace que no pueda involucrarse en las vidas de
las demás personas por mucha información que maneje y
descubra en su trayectoria. Además teniendo él mismo un
peculiar problema de prepotencia y altanería, lo hace un
observador perfecto para ser testigo de muchas crudas
realidades, y verter opiniones frías, todo esto sin ser señalado ni
criticado.

Muchas personas hoy en día afrontan diversas situaciones


tanto dentro como fuera de la iglesia; sus decisiones, sus
desafíos, sus complejos y limitantes, fracasos y triunfos. Nuestro
amigo Mic será quien nos relatará todo su trayecto, veremos

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cómo reacciona ante tales circunstancias y como él analiza a los
seres humanos en su trato consigo mismas, la sociedad y su
relación con Dios.
Sus personajes de múltiples edades, estatus sociales,
temperamentos y visiones de vida, nos mostrarán muchas
realidades de hoy en día. Cosas que sabemos que acontecen a
muchos, pero en ocasiones hacemos caso omiso a ellas, dejando
así a un lado la oportunidad de aprender a no cometer los
mismos errores que cometieron otros, y a la vez de seguir el
buen ejemplo de personas dignas de admirar.
Si escribiésemos novelas de lo que pasa en las iglesias, sin
duda alguna haríamos miles de ellas. En la iglesia del Señor nos
encontramos con muchas situaciones, con personas de distintos
trasfondos, luchas y debilidades, pero también sueños,
esfuerzos, procesos y victorias que los llevan a ser personas de
bien.
Es mi anhelo que cuando termines de leer este libro quede en
tu corazón un desafío a no rendirte de perseguir tus sueños en
Dios, y también una determinación por no dejar que las
presiones de la vida y situaciones complicadas te hagan perder
tu norte. Quiero que termines impulsado y calibrado como un
hombre y mujer que marca la diferencia en el mundo, y que está
dispuesto a luchar a diario para afectar positivamente a esta
generación. Conociendo que en esta vida somos transitorios y
las buenas personas no debemos pasar desapercibidas, es
nuestro deber delante de Dios hacer historia en esta vida, previo
a la eternidad con él. Para eso hemos sido creados, nacidos en el
corazón de Dios en el cielo, y manufacturados aquí en la tierra.
…Pero tú decides.
Luis Lara

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Prólogo

“Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas


las cosas en todos, es el mismo”. 1 Co. 12.6

“Crónicas de un micrófono de Iglesia”, bajo la autoría,


ingenio y creatividad de Luis Alberto Lara, es la evidencia clara
de lo que acontece en la vida de todos aquellos que ejercemos
por la gracia de Dios, un liderazgo, dentro y fuera de la iglesia.

Un objeto inanimado, como es el micrófono, cobra vida, en


las manos de Luis, recepcionando, analizando y emitiendo
criterios del entorno en el cual se desenvuelve, dando fiel
testimonio del usuario, en un lenguaje práctico, flexible y
común.
Saliéndose de todo esquema tradicional, ¿Cuántas vivencias
hemos pasado en nuestro recorrido diario, sin que nadie nos
audite? Estos escritos nos dan la pauta, de que alguien más
figurativamente nos ve y escucha, y posiblemente aparezcamos
en más de alguna de la narrativa de este micrófono, dejando
grabada tal experiencia.

Creemos, bajo la asignación dada de lo Alto, que este es el


primer paso literario, añadido a uno de los tantos diseños y
proyectos proporcionados por Dios, para ayudar al crecimiento
de la Iglesia y de la extensión del reino.

Armando y Gladis de Medina


Pastores Generales del Ministerio Internacional Ágape Honduras.

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CAPÍTULO 1:

En los sueños temporales,


Cuando tu visión es altamente limitada

E s curioso como inicia todo. Sólo sé que me formaron en


Estados Unidos y me ensamblaron allí mismo. Empiezo a
tener conciencia en el momento en que me ponen mi cabeza gris
y escucho mi nombre: “Micrófono Dinámico Cardioide”. ¡Qué
nombre tan feo!, así que decidí quedarme sólo con el diminutivo
Mic. Tengo ya un par de meses que me fabricaron y he viajado
mucho en avión persiguiendo mi propósito y sueño.
Voy de camino escuchando las voces de los conductores
quienes van charlando y contando historias sobre mi marca. Al
parecer mi familia tiene gran prestigio. Escucho historias que
estuvimos en la segunda guerra mundial ayudando a las tropas
de mi país en el año 1941; ¡vaya, que honor!; incluso escucho
que la familia somos famosos y de gran renombre; todos
estamos en lugares muy importantes con artistas famosos,
estrellas de cine, presidentes, y en fin, sólo con gente de alta
sociedad. Nuestra misión es brindar apoyo a toda esa gente
importante. ¡Que estupendo!
Finaliza el viaje y llegamos al almacén. Voy en mi caja bien
adornada y segura. Soy recibido por el encargado de tienda
quien después de inventariarme junto a mis otros compañeros de
viaje, me coloca en la vitrina principal, donde todos me ven; es
que por supuesto, soy muy fino e importante, mi lugar es donde

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todos me vean y me contemplen, además vean mis atributos y
de lo que soy capaz; este es el don con que he sido fabricado.
Suena el timbre de la puerta. Un cliente ha llegado. Escucho
comentarios de los vendedores, al parecer es un manager
famoso. Viene a comprar micrófonos. ¡Por fin llegó mi día! Se
dirige a la vitrina y consulta al vendedor sobre precios. Qué
curioso, la manera tan elocuente con que habla este tipo, se ve
que si sabe, pregunta por modelos y muchas otras cosas que ni
yo sé de qué está hablando, no le entiendo, soy americano y
siento que hablan en chino. De pronto escucho que mencionan a
¡Luis Miguel!, ¡Oooh, también a Luis Fonsi! ¡No lo puedo creer,
también a Juan Luis Guerra y Paquita la del barrio! ¡Y para
rematar Juanes!, ¡Wow, sólo con estrellas he de compartir
escenario!, vamos amigo ¡cómpreme ya! No quito mi mirada de
sus manos y veo cómo va escogiendo uno a uno. Lo veo que se
dirige hacia mí… ¡y de pronto…!

—Disculpas señor, no se los lleve todos, es que un cliente


dejó un depósito de uno de ese modelo. Así que espero no se
moleste pero ese ya no está disponible.
—Ok, no hay problema —responde el manager.

¡Noooo! ¿Qué pasó?, ¡Deben dejarme ir! ¡Es mi oportunidad


tan esperada! No puede ser. En ese momento quería ser bocina
en vez de micrófono para poder gritarle al oído a ese vendedor
aguafiestas.
Al siguiente día ya se me había pasado el enojo. Mis
compañeros de vitrina, otros micrófonos baratos, me decían:
—Tranquilo Mic, ya vendrá la persona indicada. Todos
tenemos el mismo propósito, tal vez no sean esos cantantes ni
esos escenarios los tuyos.

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—Ahórrense sus consejos —les dije—. Ustedes son limitados
y baratos. En cambio yo, soy muy peculiar. Así que no necesito
consejos de micrófonos baratos.
Uno de ellos se atrevió a dirigirme la palabra de manera
desafiante y dijo:
—Aaaaah, la gran cosa. Micrófonos menos capacitados han
logrado estar en lugares honrosos, y micrófonos muy
capacitados han terminado en karaokes baratos siendo
vomitados por los borrachos quienes los usan —su comentario
tan gráfico me dejo mudo por un rato, y decidí no seguirle la
corriente, pero él prosiguió hablando—. ¿Sabes cuál es tu
problema?, que tienes una perspectiva corta de tu existencia.
Piensas sólo en ti mismo y no piensas en un legado que puedas
dejar a esta humanidad. No importa la marca que tengas, no
importa tu diseño físico y no me refiero a que esas
características no son importantes, pero digo ¡no son el todo!
Podrás tener un buen diseño exterior, pero te has preguntado
¿Qué valor tendrías si el mundo entero fuera ciego? ¿Valdrías lo
mismo? Es a lo que me refiero Mic, somos mejores no por
nuestro diseño exterior sino por el aporte que podemos dar para
cambiar el mundo que nos rodea, y hacer de él algo mejor; o a lo
menos la vida de algunas personas. En otras palabras ¡valemos
por quienes somos y no por cómo nos vemos! Quizás yo no
tenga el mismo valor económico que tienes tú Mic, pero en las
manos correctas yo puedo llegar a funcionar mejor que tú
mismo en las manos incorrectas, y eso lo sabes bien.
—¿Cambiar el mundo? ¿A qué te refieres con eso, si el
mundo ya es cómo es?. Mira a los seres humanos, prefieren
vivir su mundo y seguir las corrientes de la sociedad, en vez de
estar luchando por cambiarlo. Es más práctico, así no se
calientan la cabeza y viven una vida despreocupada. Disfrutan

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de la vida, que al fin y al cabo sólo es una. Y es con una de esas
personas con quien quiero trabajar. Con tal que sea exitosa y
conocida. No importa los medios.

—Tristemente tienes razón. Sí, hay mucha gente que prefiere


vivir en la corriente del mundo que luchar por cambiarlo. Pero si
existen aquellas que nadan contra la corriente y tratan cada día
de hacer de este mundo algo mejor. Tratan de cambiar al mundo
cambiando ellas mismas y pensando en las demás personas. Yo
prefiero ser de las herramientas de personas así. Individuos que
quieren que las generaciones alcancen una vida sensata y
ordenada, no depravada, ni viciosa y mutilada del cerebro.

—Tus comentarios son fuertes —le dije.


—Claro que lo son, pero es lo que pienso. Así como tú
quieres aparecer en los escenarios de cualquier cantante famoso
que contamina a esta generación con sus letras de odio, rencor,
despecho, violencia y tantas cosas malas similares, así también
yo prefiero ser de alguien que trate de cambiar esta generación.
Así cuando contadas fotos de dicho personaje aparezcan al pasar
de los años, aparecerá en esas fotos tal vez un sencillo
micrófono, pero que fue usado para llevar un mensaje que
cambió a una generación para bien.
—Jajaja, si fueras humano seguro serías religioso —le
expresé con tono burlesco—. Cambia tu mundo si puedes, sólo
déjame en el mío y punto ¿ok…?
—Si claro, respeto tu opinión y decisión, al fin y acabo como
dice el dicho, “cada quién es arquitecto de su propio destino”.

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El enemigo de tus logros y tu escape de la “realidad”
Entra un hombre a la tienda. Al parecer es alguien muy
importante y reconocido, sin duda algún empresario. En lo que
él entra a la tienda el gerente mismo le sale al encuentro para
atenderle —definitivo. No es una persona cualquiera, me dije—.
Empiezan a ver las vitrinas buscando algo que sin duda él
necesita; mientras tanto uno de los vendedores le dice a otra
compañera:

—Yuli. ¿Ya viste quién entró a la tienda?


—Sí Alex, ya lo vi, pero no sé quién es.
—¡Es Enrique Delgadillo! ¡conferencista y motivador
internacional!
—Mmmm. No sé nada de él.

Mientras ellos aún hablaban esto, el gerente de la tienda y


Enrique seguían platicando. Al llegar a la vitrina donde estaba
yo en exhibición, alcancé a escuchar que Enrique le decía lo
siguiente:
—…el enemigo de tu éxito personal es la DISTRACCIÓN
CONSTANTE. ¿Quieres pruebas?
Vivimos en un mundo en el que un entretenedor tiene más
seguidores que un maestro; Se venden más películas y
videojuegos que libros o cursos sobre desarrollo personal,
estrategia, y crecimiento; Estamos en el trabajo o en la escuela y
tenemos abierto el Facebook. Además de que ya nos urge que
llegue la hora de salida para ir a hacer cualquier otra cosa.
Estamos sentados platicando con una persona importante para
nosotros y estamos constantemente volteando a ver nuestro
teléfono para ver nuestro chat con una persona que ni siquiera
está ahí presente para darnos su tiempo.*
*Enrique Delgadillo.
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Ya queremos que llegue ese fin de semana largo para poder
escapar de nuestras vidas a algún lugar divertido o tranquilo.
…todo para regresar en unos días y enfrentar “nuestra realidad”.
Pero como dijo Seth Godin: “En lugar de preguntarte cuándo
serán tus siguientes vacaciones, tal vez mejor deberías crear
una vida de la que NO quieres escapar”.

Me parecieron muy interesantes sus palabras. Muy


desafiantes a salir de la zona placentera y cómoda de vida en la
que muchos he escuchado viven, pretendiendo escapar de
“realidades de vida” en vez de luchar por alcanzar mejores
cosas. Es una ventaja que nosotros los micrófonos no nos
distraemos de nuestros propósitos de existencia. Sabemos para
qué hemos sido hechos.

Hormonas verdes
Horas después entró al almacén un cliente. Hombre bien
parecido y de semblante amigable.
—Buenas tardes, vengo por el micrófono que dejé apartado el
día de ayer.
—Claro señor, aquí se lo guardamos. Permítame lo empaco
ahora mismo —dijo apresuradamente el vendedor.

Mmmmm… No me convenció el semblante de ese tipo. Sin


embargo lo vi muy culto y educado, tal vez sea un representante
de algún presidente u otra persona igual de importante. Creo que
mi escenario serán las grandes asambleas políticas donde se
dictarán a través de mí grandes decisiones —por cierto no
comentaré nada de política porque son terrenos muy escabrosos.

—Aquí lo tiene, listo y empacado —le dijo el vendedor.

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—Muchas gracias, Que Dios le bendiga más —Contestó el
cliente.

Así que allí voy. Este tipo es religioso —me dije a mi mismo,
pues en el auto iba escuchando música que hablaba de Dios—.
La verdad era música muy agradable, la gente que se escuchaba
cantar era muy profesional. Aaaahh, sólo espero que este tipo no
me lleve a una iglesia, porque eso no me llama la atención para
nada. Anteriormente mis compañeros de vitrina me habían
hablado de la gente de iglesias. Mencionaban que los
micrófonos de las iglesias son los que más sufren, no
importando lo buenos que sean y la calidad que tengan. Rara
vez caían en manos adecuadas. Así que nadie soñaba con ser
parte del equipo de audio de una iglesia. Me empezó a poner
nervioso la idea que podría ir a dar a una iglesia. Es que los
rumores no sé qué tan cierto sean.
Lo escucho hablar por teléfono. Se ve que si sabe de audio y
música. Escucho conversaciones muy profesionales, eso me da
confianza. También lo escucho hablar de proyectos de Worship
no sé qué, hasta donde sé esa palabra significa adoración; esta
gente creo que está loca, fanáticos, eso es como escuché les
decían a esta gente muy involucrada en las cosas de Dios; algo
complejo para mí que soy un micrófono, es decir, a ellos los
creó alguien que no ven, a mí me formó un grupo de personas
que si veo, entonces es algo difícil de comprender. Así que allí
cada quien en su ideología.

Llegamos por fin. A la puerta lo espera su esposa, lo saluda


de tal forma como si tuviese años de no verlo, tipo las novelas y
películas que veía desde la vitrina en el televisor del almacén.
Yo pensaba que eso no podía existir en la vida real, esta gente se

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ve que es algo distinta. Entramos a la casa, y se respira una paz
que no había percibido, es decir, mi vida ha sido de bulla en el
taller donde me fabricaron y de ruido de pruebas de
instrumentos en el almacén. Así que esta casa es distinta, no sé
si así lo será en todos los hogares. Primera vez estoy en un lugar
distinto a un almacén o fábrica. Estando ya en la sala de la casa,
escuché la siguiente conversación:

—¿Qué tal te fue amor?—pregunta la esposa.


—Muy bien, gracias a Dios, mira lo que compré.
—¿Otro micrófono? ¿Y para que ocupas más? —dijo ella
rascándose la cabeza.
—Amada mía, este micrófono no es para mí, es para el pastor
de aquella congregación donde estuvimos compartiendo la
palabra de Dios hace unos días ¿recuerdas?. Sentí de parte de
Dios regalarles algo y como vi sus equipos de audio, decidí
darles algo que les pudiera ser de apoyo.
—Oh, qué buena idea —respondió la esposa dando palmadas
silenciosas—. ¿Y qué día lo entregarás?
—Se los daré este fin de semana que vayamos a donde ellos
de nuevo a saludarlos.
—¿Aaaah, pero recuerdas que le prometiste uno también a tu
amigo del estudio de grabación?
—Tienes razón, no me acordaba de eso. Ya días que se lo
prometí, creo que podría darle este micrófono a él y luego
comprar otro para la iglesia del pastor Héctor.

La conversación se ve interrumpida por un vidrio roto que se


escucha en la azotea. Salen ambos corriendo a ver que es.
Escuché el grito de una niña, ¿Qué habrá pasado? Minutos
después veo que bajan ambos con una muchachita —algo

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despeinada y arañada, al parecer la hija—, y escucho al padre
decir:
—¡Qué barbaridad! ¿Cómo se te ocurre tratar de saltarte
desde el segundo piso para salirte a escondidas? ¿Con quién te
ibas a ver?.

La mamá es más que palabras, lleva una sandalia en las


manos como arma mortal y ella se ve que es más agresiva. Le da
con la sandalia varias veces, de hecho lo hace hablando y le da
una nalgada por cada palabra con que ella le reclama. ¡Auch!
Eso ha de doler. Bueno por lo que veo no hay familias perfectas.
La jovencita al parecer está loca como una cabra. Veo que no
llora a pesar de los regaños y azotes con la sandalia, lejos de eso
muestra ojos de enojo, fingiendo demencia ante los reclamos de
sus padres. Después del bullicio, el papá llama a todos a sentarse
a la mesa.
—Nadie se irá a dormir mientras no se arregle esto
¿entendido? —Exclama en voz alta mientras se sienta en el
comedor. Así, se sientan los cuatro, porque minutos después
entró el hijo menor y pues llegó a tiempo para recibir su
porción.

El padre ve a su hija a los ojos y le dice:


—¿Hija cómo es posible? Tú no estás diseñada para hacer
eso.
—Papá… —contesta ella con tono agresivo—, pero es que ya
estoy grande y quiero decidir por mí misma. Soy dueña de mis
acciones y ¡quiero vivir mi juventud!. Sé que ustedes quieren
que haga las cosas según sus creencias y además me han
inculcado los caminos de Dios, pero la verdad no quiero en este
momento dedicarme a eso de cosas de iglesia. Hay que vivir la

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juventud. Quiero pasear, hacer lo que mis amigas hacen y
divertirme ¿ok…? —mientras fruncía el ceño con una mirada de
potro salvaje.

—Ok —responde el papá mientras entrecruza sus brazos—.


Tú sabes que respeto tus puntos de vista, y que si tienes la razón
te la doy, pero si no la tienes, no doy el brazo a torcer. Tus
amigas son tus amigas, sus vidas son las de ellas. Lo triste hija
es que lo que veo no es que quieras hacer tu vida, sino que lo
que estoy viendo es que estás tomando la forma de vida de tus
amigas, y por lo tanto te estás convirtiendo en una copia de
ellas; una vez escuché alguien que dijo: “Te convertirás en el
promedio de las 5 personas con quienes más pasas tiempo”*, y
veo que es en verdad cierto, eso te está pasando a ti.
Dilcia, tú no has sido diseñada para ser una chica del montón
hija, tú no debes seguir a las otras a donde ellas quieran que tú
vayas, no eres una más de las estadísticas vulgares en las redes
sociales. No eres una incauta más de una sociedad plastificada y
enfocada solamente en la imagen física y el qué dirán. Eres una
jovencita muy bella y Dios te creó para que te siguieran las
demás personas y ellas aprendiesen cosas buenas a través de ti,
y no que seas tú quien aprenda cosas malas de otros. Dios te
hizo con habilidades y talentos para que cambiases la sociedad
con el bien, y no para ser tú influenciada por el mal. Dios te creó
para ser el cambio positivo en esta sociedad y no para ser un
número más en la estadística negativa.
—¡Pero es que ustedes no respetan mis decisiones! —
interrumpió Dilcia.
—Hija, eres libre de tomar tus decisiones, pero sabe que
sobre todas ellas un día te juzgará Dios, el mismo Dios que con
su gracia y amor te persigue cada día, el que te sustenta y te
*Jim Rohn.
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abraza con su Espíritu cuando le buscas aun si tú le fallas; el
mismo Dios que te puso nombre especial y privilegiado como es
el ser llamada su hija; ese mismo Dios y Padre ante el que un
día estaremos todos delante y daremos cuenta por nuestras
decisiones, buenas o malas, y qué hicimos con cada labor,
habilidad y talento que él nos había encomendado; porque hija,
todo lo que tenemos es de él y para él, nada es nuestro.
Recuerda que todo volverá a él, incluso nuestro espíritu, pero es
nuestra decisión entregarle a él nuestra alma y cuerpo. Hija no
tienes que seguir a Dios a la fuerza, pero lo que siembras con tus
decisiones hoy, lo cosecharás en el futuro, y no sea que te pase
como el hijo pródigo. Hay experiencias que Dios avisa de
antemano porque no es necesario pasar por ellas, ¿y sabes por
qué? porque las mismas dejan cicatrices de heridas que la
verdad si se pueden evitar. ¿Te has preguntado cuantas
cicatrices y mal tratos recibió el hijo pródigo? ¿Cuántos
rechazos, insultos y críticas? Todo eso después que él tuvo el
mundo entero en sus manos, y de repente, como todo lo que el
mundo le ofreció se desvaneció de la nada. Hija, no coquetees
con el pecado, porque a la larga siempre saldrás perdiendo.

—Si Dilcia, escucha lo que te dice tu padre —le dice la


mamá.
Le observa fijamente esperando las respuestas que diría está
jovencita, y ella después de un silencio profundo dice:

—Sí, tienen razón. Perdónenme ¿está bien?, no sigan


sermoneándome más, siento como que estoy en la iglesia. ¡Que
estrés hablar con ustedes!
—Dilcia —continúa la mamá—. Sabes que te lo decimos por
tu bien. Hay compañías con quienes que tal vez la pases muy

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ameno, pero su influencia cambia tu manera de pensar y es allí
el problema. Si eres fácilmente influenciable de los que te
rodean entonces siempre estarás continuamente adoptando
personalidades de otros, y lo peor es que lo que aprendas y
sigas sean cosas malas. Recuerda que eres espejo de las
personas de las cuales te dejas influenciar.

Después de un par de minutos en silencio, el papá se levanta


de la mesa y dice:
—Bueno, terminó la plática, estás castigada, no tienes
permiso para salir a ninguna parte hasta segunda orden. Ambos
váyanse a sus cuartos a dormir.
Y así los hijos se van a sus dormitorios, el hijo menor
refunfuñando en contra de la hermana mayor, mientras los
padres los ven partir a sus habitaciones. Luego entre cruzan sus
miradas, esas miradas que dicen: Dios ayúdanos, guíanos y
danos fuerzas —aprendí esas miradas porque se las vi a un
vendedor cristiano una vez que tenía serios problemas con las
ventas. Son esas mismas miradas que vi desde la vitrina en las
personas que vendían en la calle. Es como un deseo por lograr
cambiar tantas cosas, pero por las propias fuerzas es muy difícil
lograrlo al instante, y sólo queda luchar y esperar.

En verdad que los humanos son complejos, pero desde que


me ensamblaron a la fecha, he escuchado y visto muchas
anécdotas de ellos. Tienen sus cosas buenas. He visto en
muchos que no se rinden ante las circunstancias, se aferran de
eso a lo que llaman fe, y es asombroso como al pasar el tiempo
logran alcanzar esas metas.
Pero en fin. ¡Yo estoy desesperado por llegar al estrellato!
¡Ya quiero conocer a mis dueños y el estudio donde estaré!.

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Hace un rato escuché: “el pastor de aquella congregación” y
también, “el amigo del estudio de grabación”. Hay dos
opciones, y a una de ellas iré a parar. Estoy algo nervioso. Pero
confío en mis cables y señales eléctricas de que iré a dar a las
manos del gerente de algún estudio de grabación muy
prestigioso.

Desfragmentando corazones y añadiendo propósito.

Yendo de camino nos encontramos con un pasajero singular,


mi comprador —quien por cierto se llama Samuel—. Lo miró y
se estacionó para darle aventón a dicho personaje.
—Buen día Samuel, ¿Cómo estás?
—Bien, gracias a Dios, ¿y tú Edgar cómo estás? —mientras
se dan la mano.
—Algo cansado. He tenido un día muy apretado y con
muchos problemas. Por cierto mamá estaba preguntando por ti
ayer, no le has llamado en varios días, y ya la conoces como es.
—Sí, sí, le llamaré hoy mismo. Pero dime ¿cansado? Pero si
en tu trabajo pasas relajado, ¿cansado de qué?
—De lidiar con la gente que busca desahogar sus
frustraciones con otras, y me refiero a mi mujer.
—Aaahh… ya veo... problemas en casa. ¿Qué pasa con mi
cuñada si se puede saber?.
—Ella tiene un trabajo muy estresante y se siente frustrada
por el mismo. Los conflictos del trabajo los lleva a la casa ¿te
puedes imaginar? En vez de ser yo, es ella la de esos dilemas, y
eso ha creado un ambiente feo en el hogar, se nota que ella ha
perdido el placer de vivir agradecida por tener familia y un
hogar.

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—Tienes que ser comprensivo y a la vez estratega con ella —
le dijo Samuel—. En verdad es necesario vayan a consejería
pastoral para que puedan superar estas etapas complicadas.
—Samuel, lo que creo que está pasando es que ella está
exteriorizando muchas heridas que tiene aún en su corazón a
causa de su sufrida infancia. Tú sabes, ella te ha contado muchas
de sus tristes etapas familiares; el abandono familiar, el tener
que mudarse sola a la capital siendo joven, el tener que
enfrentarse con tantos dardos al corazón lanzados por las
personas que la rodearon en esos años, las traiciones, la soledad,
etc. Y ahora los problemas en el trabajo creo que la están
ahogando, y siento que ella se siente realmente frustrada porque
no ha alcanzado muchas cosas que añoró desde muy jovencita,
pero que a causa de decisiones de otros tuvo que posponer.
Además que la hirieron moralmente y fragmentaron su corazón,
el cual tiene aún pedazos por armar.

—Tienes que apoyarla Edgar. Como tu hermano mayor te


aconsejo, busquen de Dios, es tiempo de buscar una relación
genuina con Dios para que él tome control de todo, él sane las
heridas y les ayude en su joven matrimonio. Tienen sólo un año
de casados y antes que vengan los hijos deben solucionar esas
etapas; yo sé que ustedes se aman, pero el diablo inventó en el
mismo infierno un arma muy destructiva y dañina, cuyo
propósito es destruir por completo las familias, esa arma lleva
por nombre divorcio. Así que cuiden de ni siquiera mencionarla,
porque muchos han sucumbido en ello. Es tiempo de retomar las
cosas de Dios como lo hacían antes aun siendo novios. Dios
tiene grandes planes para ustedes.

24
—Si Samuel, pero yo ya no sé qué decirle. Tú sabes que aún
tengo mucho que aprender de la Biblia.
—Te repito, lo ideal es una consejería. Al menos y tú has
identificado que ella se frustra y sufre por muchos sueños que
no se le han cumplido, o que quizás para ella los mismos ya han
muerto.
—Pero Samuel, en ocasiones ya no encuentro que palabras
decirle, no sé si seguir tratando de animarla o regañarla, soy
sincero con ella siempre, incluso cuando son cosas que no me
gustan de ella, a la primera oportunidad se las hago saber si
titubear, y ella lejos de agradecer mi sinceridad prefiere enojarse
más o incluso echarse a llorar.
—La sinceridad es buena, siempre y cuando no seas áspero
con tus palabras, la sinceridad sin empatía no es más que
crueldad. Ponte en sus zapatos, dile, que a pesar de todo lo que
ha sufrido y lo que la hayan lastimado en el pasado. La ventaja
es que si ella está en Dios, todas esas etapas que ella pasó o esté
pasando no se desperdiciarán; recuérdale el pasaje: Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Así
que aquello que un día la dañó y la quiso destruir, Dios hará que
eso mismo se convierta en un escalón para una vida plena y
feliz; dile que todo va a estar bien, y Dios hará que todo eso
ayude para bien. Que no se aferre al pasado triste, si no que vea
la vida con los ojos de la fe, creyendo que Dios tiene
pensamientos de paz, y no de mal, para darle la vida que ella
espera y sueña.

—Si Samuel. Tú sabes que la amo, y sé que ella me ama; pero


es una etapa tan complicada. Aaah, y si a esto sumas el hecho
que algunas amigas de ella vienen y le platican de sus vidas

25
exitosas y sueños que han alcanzado, mientras que mi esposa
sólo las escucha con un nudo en la garganta y una sonrisa de
felicidad por ellas. Más se entristece su corazón por no poder
compartirles a ellas experiencias similares. En varias ocasiones
me ha mencionado el irse del país y buscar una mejor
oportunidad de trabajo, pero eso a mí me horroriza. Yo no
quisiera mudarme del país pues tengo mi buen trabajo, pero ella
no se siente bien consigo misma.
—Es una etapa, y si bien ella es tu ayuda idónea, tú también
debes ser su apoyo, su protector, su compañero, su amigo, su
aliado, y a veces su saco de boxeo también —dijo Samuel esto
último con una sonrisa.
—¡Y créelo Samuel!, por poco ha faltado para que me use de
saco de boxeo; y yo que pensé que las mujeres eran delicadas
como vasos frágiles, pero no sabía que cuando se enojan esos
vasos frágiles se convierten en tinas de concreto.
—Amala y apóyala. Recuerda que ya no son dos, sino uno
sólo. Así que aférrense a Dios, búsquenlo en oración, pídanle
ideas y estrategias, y juntos saldrán adelante. Ya verás, esta
etapa no tiene que distanciarlos, por lo contrario, esta etapa los
hará conocerse más en otras facetas, y hará que sean aún más
unidas y fuertes como pareja.
— Gracias Samuel por tus palabras.

Fuimos a dejarlo a casa de él, entraron un instante y luego


salió Samuel para continuar con el viaje a casa.

26
CAPÍTULO 2:

Mi encuentro postergado.
Bienvenido a la transición.

P asaron un par de días después de los acontecimientos de la


joven Dilcia. Al parecer los planes cambiaron, el fin de
semana mi comprador —que por cierto trabaja como sonidista y
líder de grupos en su iglesia— se va de viaje. Por lo tanto decide
irme a entregar a mis nuevos dueños personalmente a la casa de
ellos. ¡Que emoción, al fin!, ¡Hollywood allí te voy!.
Llegamos a la casa indicada. Sólo sé eso porque el auto se
detuvo y escuché perros ladrar. Al instante una voz de fondo le
grita:
—¡Hermano Samuel! ¿Cómo está?, gusto en tenerlo por aquí.
Que sorpresa.
—Hermano Héctor, gracias, pues vengo a una misión.
—Está bien, pase adelante por favor.

Una vez ya dentro de la casa se sientan y comienzan a charlar.


—La razón de mi visita hermano pastor es que quiero darles
un regalo.
Me sacó de la bolsa en que me llevaba y me entregó en manos
de aquel varón. En ese momento, como añoré estar conectado a
la consola para gritar: ¡queeee…! ¡un pastor…! ¿Quiere decir
que voy para una iglesia? ¡noooooooo…!, no puede ser —me
decía a mí mismo—, no es posible. Empecé a temer por mi
seguridad. Todo lo que los micrófonos me habían contado sobre

27
las iglesias se me empezó a venir a la mente. Esto es un error,
no, no, no, no puede ser, mi diseño es para estar en los grandes
estudios de cantantes conocidos, o grandes plataformas. Me
costaba creer lo que escuchaba, y me asustaba saber qué era lo
que me esperaba.

—Muchas gracias Samuel, que amable, Dios te bendiga aún


más por tu generosidad. Nos será de mucha utilidad tu regalo.
—Lo sé hermano pastor, lo sé, y cuénteme ¿Qué tal la
familia? ¿No veo a su esposa?,
—Aaaaahh, es que salió por uno de los niños, el menor que
está en la escuela. No tarda en regresar.
—¿Y sus otros dos hijos?
—Uno de ellos se fue con unos primos a trabajar, la verdad
no siguió estudiando y ellos hacen cualquier oficio en el que se
les requiera y bueno, con ellos está aprendiendo a ganarse la
vida por su propio esfuerzo.
—¿En serio? —dijo Samuel levantando sus cejas.
—Si, en cambio la hermana mayor está en la Universidad,
muy pronta a salir de doctora,
—Que genial. Debe sentirse muy orgulloso ¿verdad?.
—Por supuesto que sí. Pero hablando de algo más, me siento
algo raro, ella pronto se casará, lleva varios años con su novio y
han decidido que en un tiempo prudencial después de la
graduación se casarán. Así que en esas ideas andan. No me di
cuenta lo rápido que creció mi hija.
—Bueno, es parte de la vida —comentó Samuel con una
sonrisa.
—Sí, por supuesto que así lo es —responde el pastor Héctor
mientras limpia sus anteojos—. No tendremos a nuestros hijos
para siempre en nuestras casas, y llegará la etapa en que ellos

28
formarán sus propias familias, sólo que siento que el tiempo se
va demasiado rápido.
—¿Por qué dice eso pastor Héctor?
—Verás amigo mío, tú sabes que por años me he dedicado a
la obra de Dios. Pero hubo un tiempo en mi vida que en verdad
considero desaproveché etapas de mi vida familiar; creo que caí
a un “fanatismo”, digo eso porque, empecé a trabajar fuerte en
la obra de Dios y descuidé mucho a mi familia, de hecho estuve
a punto de divorciarme por no atender a mi esposa y dedicarle
tiempo a ella y a nuestros hijos como ellos se lo merecían. Todo
eso creó un distanciamiento el cual fue provocando heridas en
los corazones de ellos, de hecho por esa razón es que el segundo
de mis hijos dejó de estudiar, en esa etapa de crisis él no supo
mantenerse, y pues la presión familiar mas toda la tensión fue
tal, que él terminó retirándose no sólo de sus estudios sino que
también de la iglesia —decía el pastor Héctor mientras sostenía
su frente—. Créeme, oro cada día a Dios para que él regrese a su
camino. Y sé muy bien que cada quien es responsable de sus
decisiones, pero pienso que si yo hubiese sido más enfocado en
no descuidar el primer ministerio que Dios le dio al hombre, que
es su familia, quizás él también estuviese sirviendo a Dios a
nuestro lado. Actualmente después de su trabajo regresa a altas
horas de la noche e incluso a veces no llega. Hemos tenido
tantos conflictos que en ocasiones se ha ido de la casa y ha
regresado a causa de su madre que lo impulsa a hacerlo. Es algo
difícil platicarlo. Hay un conflicto de roles, por un lado soy
padre, por otro esposo, por otro pastor, además que pertenezco a
varias organizaciones y tengo puestos importantes, pero en esa
etapa que te comento llegué a extremos. Mi esposa me decía
“por favor Héctor dedícanos tiempo, tus hijos y yo te
extrañamos”, y mi respuesta era, mujer estoy muy ocupado, me

29
es necesario estar en los negocio de Dios. Siendo yo ingenuo en
eso, porque la primer empresa que Dios me delegó son ellos, y
la estaba dejando por último. Un día ella explotó; me dijo que
no podía más, y se fue de la casa a vivir con una hermana
llevándose al hijo menor; mis otros dos hijos por ser los
mayores se quedaron conmigo, sin embargo sé que fue difícil
para ellos; mi hija empezó a bajar su nivel académico y el
muchacho decidió terminar con los estudios.

Gracias a Dios, a pesar de tantas fricciones, señalamientos y


críticas que se levantaron en contra de la familia, mi hija no
desmayó y siguió adelante. Además si a esto sumas que empezó
a padecer de cierta enfermedad, créemelo, ¡era una locura todo
lo que pasaba alrededor!, a pesar de todo, ella persistió, siguió
sus estudios y liderando sus cargos en la obra como si no pasase
nada; también la situación económica se vino abajo, pues tú
comprendes, grandes compromisos financieros y además algo
estaba pasando internamente con la familia. Así que mi hija
buscó y buscó y siguió buscando hasta encontrar un trabajo
ideal para continuar sus estudios y apoyar los costos de casa, un
trabajo a medio tiempo. Pero créeme, la historia de ella la
verdad te la tendría que contar ella misma; me asombra su
perseverancia y determinación. Pero en fin amigo mío, como te
comento, quizás si durante esos años hubiese estado más
pendiente, estas cosas no hubiesen pasado; estoy más que
seguro que Dios no quería que esto pasara, pero mi “gran
espiritualidad” y activismo eclesiástico me hizo olvidarme que
el evangelio es más sencillo, éste consiste más en practicarlo a
diario que simplemente hablarlo o cantarlo. Y bueno, mis malas
decisiones y enfoques desubicados nos llevaron a pasar por esa
etapa que fracturó muchas cosas, y eso a pesar que Dios en

30
varias ocasiones me hacía saber que no estaba haciendo bien las
cosas. Por mucho tiempo persistí en mi enfoque personal más
que el enfoque de lo que en verdad enseña su palabra. Incluso
creo que, a pesar que en ese entonces mi posición ministerial en
la organización estaba creciendo, mi relación genuina con Dios
se estaba debilitando, de ello aprendí que tu posición jerárquica
en una iglesia local no determina cuan cercana es tu relación con
Dios. Además de esto, también aprendí que por no romper una
tradición podría estar fallando en cumplir la voluntad de Dios.

—¡Wow! pastor Héctor. La verdad me asombra que tenga la


confianza de contármelo —dijo Samuel, mientras miraba hacia
el cielo por la ventana, analizando lo escuchado.
—Lo hago porque quiero que aprendas de mis experiencias,
hay una frase que dice: “es sabio aprender de tus experiencias,
pero es más sabio aprender de las experiencias de otros”. Por
tanto, para ti que estás joven, y que tus hijos aún están en la
adolescencia, es una etapa crucial; y como padre debes hacer las
cosas lo mejor posible guiado de la mano de Dios. Porque de lo
contrario si las cosas salen mal, a futuro siempre tendrás un
cargo de conciencia sabiendo que situaciones difíciles de la vida
no era necesario cruzarlas, y que las malas decisiones te llevaron
a pasar por ellas.
—Sí, tiene mucha razón. Recién hace unos días tuve
conflictos con mi hija mayor también —continuó Samuel.
—Vez lo que te digo, está claro que ellos son dueños de sus
actos, pero mientras están en tus manos debes inquietar su vida
a hacer lo correcto. Pero también hacerte su amigo, es más, su
mejor amigo, cuidar de sus amistades, velar por sus sueños y
apoyarlos para que ellos los alcancen. Ser padre es más que
sustentar económicamente, es ser el porrista que siempre les

31
impulsará a seguir adelante; es ser el confidente que los
escuchará; es el coronel que les dirá las cosas que necesitan
escuchar; es ser consejero, es ser guarda espaldas, es ser la
persona que estará pendiente de lo que les pasa en sus
corazones, amigo mío ser padre es una gran responsabilidad,
—Si pastor Héctor, entiendo, toda gran bendición trae
consigo una gran responsabilidad, esa frase la aprendí de una
película —dijo sonriendo.
—Así es Samuel. Gracias a Dios, con mi esposa y mis hijos
todo ha cambiado. Ahora dedicamos tiempo sólo para nosotros
dos, y tiempo en familia con los hijos. Explícitamente familia.
Eso ha oxigenado tanto nuestro hogar que incluso en nuestra
manera de servir al Señor, pues trasmitimos ese descanso y
felicidad, y claro siempre hay bastante trabajo en la obra, pero el
secreto siempre está en el balance —dijo Héctor mientras
sonreía—. Bueno hijo, ha sido una plática muy amena, si
habláramos de más detalles llevaríamos días aquí sentados, por
ahora lo dejaremos hasta aquí —mientras le daba palmadas en la
espalda a Samuel.
—Gracias por sus consejos pastor Héctor. Son muy valiosos.
—De nada amigo, y gracias a ti por el regalo. Sin duda los
muchachos de alabanza lo usarán este fin de semana.

Genial, por fin terminó la plática. Mientras ellos hablaban de


todo eso me olvidé por un momento de en manos de quién había
caído. De ahí reaccioné y dije ¡espero que este tipo o sus
músicos no me vaya a descuidar como lo hizo en un tiempo con
su familia!.

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Canción en re (en relajo y medio)

Después de haber estado un par de días en casa del pastor


Héctor, llegó el día de ir a conocer las instalaciones del lugar
donde estaría yo trabajando. Ese día al parecer sus músicos
ensayaban, así que era el día indicado para hacer la entrega.
Llegamos al lugar mientras yo sentía como que me dirigía a
un deshuesadero de micrófonos. Las historias de micrófonos
aplastados, babeados, oxidados y quebrados venían a mi cabeza.
—¡Rolando! —Gritó el pastor mientras le hacía señal con su
mano para que viniese—. Mira lo que traigo, un amigo sembró
este micrófono para la obra, así que lo dejo en tus manos.
—Oh… Excelente, yo lo estaré usando, ya que se ve de muy
buena calidad. Vamos a probar a ver qué tal suena.
—Ok, perfecto —y se retiró el pastor del lugar dejándome en
las manos de aquel tipo.

Su apariencia nada que ver con la de Luis Fonsi, ni la de


Vicente Fernández. No le veo cara de futuro cantante famoso.
¡Qué cruel realidad!, ¡qué triste!. Ahora a conectarme para
pruebas de sonido previo a ensayo.
Para empezar el cable con el que me conectan me queda flojo;
que bienvenida, y estoy lanzando un zumbido de feedback capaz
de escucharse hasta más allá del sistema solar.

Comienza la cantada.
—¡Oye amigo no me agarres así! —le grité anhelando
pudiese escucharme—. ¡No es necesario me babees al cantar!
¡Me oxidarás!. No puede ser, este tipo tiene el aliento de un
búfalo, de remate le sudan las manos como dos océanos, perece
que estoy en la bañera y para rematar una de esas niñas coristas
no sé si lo que está haciendo es cantar o gritar, es como escuchar
la versión femenina de Tarzán. Qué horror, no es posible que
esté pasando esto.

33
Así estuve en medio de ese escenario por media hora que la
sentí como medio siglo. Después que terminó todo ese ajetreo
me colocaron en una mesita y de pronto empiezo a dar vueltas y
vueltas dirigiéndome a la orilla de la mesa.
—¡Noooo! ¡Me voy a caer! ¡Auxilio! —cuando de pronto la
cabeza de un clavo medio salido de la dicha mesita se interpuso
ante esa caída estrepitosa al piso.
—Tranquilo amigo —me dijo el clavo—, te detengo aquí.
Menos mal que te pusieron en dirección norte, a los demás que
los ponen en otra dirección no corren la misma suerte.
Después del trato salvaje y bélico de mi amigo el cantante, el
panorama empezó a cambiar. Una muchachita tomó otro de los
micrófonos con un semblante de paz en medio de tanta
turbulencia sonora alrededor. Algo empezó a pasar cuando
comenzaron a entonar una canción, la cual brotó de los labios de
dicha chica cuya voz hacía que el ambiente se asemejara al
cielo. Su nombre Sheryl. Creo que sí existen los ángeles, pues
estoy viendo a uno —me dije a mi mismo—. La chica empezó a
entonar al son del piano: —“Tengo hambre de ti, de tu
presencia, de tu Espíritu Señor, estoy rodeada por tu gracia,
siendo transformada por tu amor, que me envuelve y hace
brotar un fuego en mi interior, en correspondencia a tu amor
Jesús”—. ¡Wow!, algo tan dulce. Poco a poco se unieron los
demás instrumentos, y empecé a ver a todos que por un instante
entraron en algo como trance. No sé qué sea eso, pero todos
ellos cerraron sus ojos y siguieron entonando a una voz dicha
canción; el ambiente cambió, no sé qué pasó. Uno que otro de
los músicos lloraba, y yo me preguntaba ¿por qué? ¿Será porque
no pueden creer que alguien cante bonito en el grupo? ¿Será
porque él quisiera cantar igual? Lo raro es que tienen los ojos
cerrados, esta gente está algo loca, pero al parecer disfrutan todo
lo que hacen.

34
Terminó el ensayo. Después se pusieron a hablar de sus cosas
y trabajos, y luego de ello me acomodaron con los demás
micrófonos.

—Que feo estar aquí entre ustedes —les dije a los micrófonos
de al lado—. Todos oxidados, ya ni redondas son sus cabezas y
sus colores parecen arcoíris. Micrófonos de baja categoría. No
puede ser que yo esté en medio de ustedes —me quedaron
observando y no decían nada mientras yo seguía
refunfuñando—. En dónde vine a terminar, con un montón de
gente loca que no sé qué les pasa, por ratos gritan y luego se
ponen a llorar.
—Gritan porque están alegres amigo —me contestó un
micrófono de al lado—, aunque en verdad desentonan por ratos;
ah… y lloran porque a veces en pleno ensayo son tocados por el
Espíritu Santo.
—¿Y tú quién eres y porque razones te metes donde nadie te
llamó? —le dije en tono de no amigos.
—Tranquilo, soy Rayan —me contestó tímidamente.
—¿Aaaa sí…? Pues guarda silencio amigo, creo que tus
amigos soldados te andan buscando, y no te metas en mis
asuntos.
—Ok, tranquilo, sereno amigo mío. Se te reventarán tus
bobinas internas. ¡Relájate!. Sé bienvenido al equipo, ahora en
adelante ésta es tu casa y nosotros tus compañeros de trabajo y
nueva familia.
—Si supieras lo feliz que me hacen tus palabras —le contesté
en tono sarcástico.

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Una vida pública procesada en lo privado.

Un rato después, me inundó una curiosidad por conocer más


sobre aquella chica, Sheryl. Así que me volteé y dije a Rayan:
—Hey soldado, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Si claro, dime.
—Puedes hablarme de la chica esa, me pareció escuchar que
se llama Sheryl. Tú debes saber de ella más que los demás pues
vi que ella te usa para cantar.
—Ah… ya veo que te llamó la atención. La verdad sé algunas
cosas acerca de ella, mismas que son de admirar mucho. Hace
un par de meses pasó un proceso muy difícil; ella acostumbra a
llevarme a su casa para limpiarme e incluso aromatizarme; por
dicha razón es que me vez no como los demás micrófonos de
maltratados. En esos días que te comento ella me llevó a su casa
y cuando llegamos pasaron unas cosas que quedaron grabadas
en mi memoria para siempre.
—¿A si?, ¿es posible me cuentes?
—Si claro, muchos lo saben, ella contó el testimonio en la
iglesia.
—Ok, soy todo oídos —le dije.
—Cuando llegamos a su casa, pensé que todo iba a hacer
común, como todos los días, pero algo había pasado. Desde hace
algunas semanas la familia de Sheryl tenía conflictos. Al parecer
el papá y la mamá pasaban peleando, y la situación era difícil
también para ella, ya que era la única cristiana en el lugar; de
allí los padres y hermano de ella vivían su vida de maneras muy
distintas. Por un lado el hermano mayor, quien estuvo sirviendo
en su iglesia por mucho tiempo, de hecho llegó a ser un líder
muy usado por Dios. Pero cierta temporada la necesidad de
empleo lo llevó a buscar un trabajo. El problema está en que le
ofrecieron un empleo muy absorbente de tiempo, y bueno tú
36
sabes, la necesidad de dinero era tanta que él no lo pensó dos
veces y aceptó el trabajo. Poco a poco fue dejando todo en la
iglesia, y muchos se preguntaban ¿por qué?; resulta que en su
trabajo comenzó a conocer nuevas amistades, personas que
vivían una vida aventurada a su manera, sin reglas ni limitantes,
sólo el horizonte y ellos. Así que a él le gustó ese estilo de vida;
sin responsabilidades, sin tener que estar lidiando con gente, sin
tener que brindar cuenta a líderes de iglesia, sólo él y su nueva
vida, así que él se inclinó por esa forma de vida y poco a poco
sigilosamente fue dejando sus antiguas amistades —las cuales la
mayoría eran de iglesia—. Él solamente dedicaba tiempo a sus
nuevos y aventureros amigos. Aparentemente ellos lo
comprendían más, eran mayormente acorde a su nueva vida,
eran más felices que la gente de la iglesia y cosas así. Rubén, —
así se llamaba el hermano de Sheryl —, tomó sigilosamente una
decisión y la siguió. El asunto está que lo primeros meses todo
para él fue magnífico, nuevas amistades, lugares, escenarios, en
fin, todo nuevo, sus ansias de querer divertirse más lo hicieron
muy influenciable. Era increíble ver que un joven a quien
muchos seguían por su liderazgo ahora él se había convertido en
una marioneta de las amistades. A donde lo invitaban o incitaran
a ir, él allí iba; las palabras que sus amigos hablaban él las usaba
también; lo mismo que expresiones y ademanes. Fue una
transformación. Tal fue la influencia que uno de sus amigos lo
hizo que se aventurara primero al cigarro, la bebida, los juegos
de azar, las discos, una cosa poco a poco llevó a otra, cositas
sencillas como trasnochar luego se convirtieron en noches de
discos, luego a noches de chicas. Aprendió a llamar la atención
y a conquistar cuantas mujeres quería, seguido los vicios y de
pronto las drogas. Fue una estrategia tramada en el mismo

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infierno, en la que todo comenzó con un descuido interno y la
corriente lo arrastró a ese nuevo estilo de “vida”.
—Pero en fin Rayan. Son jóvenes, no pueden tenerlos
encerrados en la iglesia todo el tiempo. Ellos son libres.
—Sí, tienes razón. Ellos tienen libertad de escoger si amar a
Dios o amar los deleites de una sociedad plastificada y apartada
de valores, donde los jóvenes se están convirtiendo en zombis
de la tecnología y fotocopiadoras humanas de las culturas de
otros países. Ya no luchan por ideales, ahora luchan por
diversión a lo loco; ya no luchan por marcar historia, luchan por
ser conocidos solamente; ya no luchan por dejar huella en otras
vidas, ahora sólo buscan ser estrellas. Y la verdad de esos hay
aun dentro de las iglesias, pero la ventaja es que estos por lo
menos tienen la oportunidad que estando en la barca del
Maestro pueden ser afectados por su palabra y Espíritu. No digo
que los demás que están afuera no. Pero el caso de nuestro
amigo Rubén, es un caso triste, pues él no logró tener una
segunda oportunidad.
—¿Qué pasó? —le pregunté.
—Cierta noche, salió muy tranquilo de nuevo con sus amigos,
eran horas tempranas de la noche. Ellos estaban sobrios, sin
embargo a uno de los amigos con quienes él andaba, lo
buscaban porque se había visto envuelto en narcotráfico y al
parecer debía mucho dinero. El asunto fue que estando ellos en
un lujoso restaurante, llegaron dos tipos como clientes normales,
bien vestidos, buscaban al amigo de Rubén —quien en ese
momento no sabía nada del problema en que se encontraba su
amigo—. Una vez que los encontraron juntos, sin mediar
dispararon a todos los que estaban a esa mesa, incluyendo a
Rubén.
—¿En serio Rayan?

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—Si Mic, ese fue el último día de Rubén, y la muerte fue
instantánea.
Ya te imaginas a la familia entera. Sheryl destrozada, él era su
hermanito mayor, su rival de peleas, compinche familiar,
compañero de aventuras y mejor amigo. Él tenía 23 años y ella
20 cuando lo ocurrido. Desde ese momento la familia sufrió
mucho y señalaban a Sheryl, y le hacían preguntas como:
¿Dónde está tu Dios?, de nada sirve que asistas a la iglesia y
entregues toda tu vida a Dios si él permite que pasen estas cosas.
El corazón de Sheryl fue golpeado duramente, pero esto no
quedo allí.
—¿Aún hay más? —le pregunté a Rayan.
—Sí. Al pasar los meses, el desánimo y ambiente triste de la
casa hizo brotar conflictos mayores entre los padres. Tal fue el
proceso que un día el padre de Sheryl decidió irse de casa, pues
al parecer había encontrado a otra mujer y él optó por seguirla.
Ése fue otro golpe al corazón de Sheryl que no esperaba; ¡su
padre! ¡su amigo!. Ella era muy apegada a él, nadaban juntos,
corrían a menudo por las mañanas en el parque, estudiaban
juntos, ella le contaba sus problemas y él cual mejor amigo y
padre la aconsejaba; si bien, él no era perfecto, pero ella lo
amaba. Así que su corazón fracturado por la pérdida de su
hermano meses atrás ahora era roto y hecho añicos por una de
las personas que más amaba, su propio padre. Fue precisamente
ese día en que el padre abandonó el hogar que Sheryl me llevó a
su casa y pude ver lo acontecido.
Todo ocurrió así: Ella llegó a casa luego de una de las reuniones
de la iglesia, cuando estaba por abrir la puerta escuchó los
gritos, insultos y amenazas. Ella terminó de entrar a su casa y
los encontró en la sala. Sheryl observaba congelada por su
incapacidad de entrometerse ante tal ambiente y situación. El

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padre arranca pasos pesados que hacen que el piso suene cual si
un elefante estuviera caminando; Sheryl estaba aún cerca de la
puerta, él casi llevándosela de encuentro solamente la vio de
costado, se cruzaron sus miradas, los ojos de ella sin parpadear
decían ¿Qué pasa?, mientras los de él eran dos témpanos de
hielo.
—¿Papi qué es lo que pasa? ¿A dónde vas?—le preguntó ella.
Mientras que el papá ni siquiera volteó la vista hacia ella, y
cerrando la puerta con fuerza hizo temblar la pared.

—Que escena tan más difícil —le dije a Rayan, estando yo


asombrado.
—¡Difícil!. No amigo, eso fue catastrófico. Difícil fue para
mí ver lo que aconteció después de todo eso —me dijo Rayan—
. Sheryl salió corriendo a su cuarto, llevándome en su mano.
Cuando entró se lanzó a la cama a llorar cual niña de 7 años, me
aventó en la cama y pude escuchar cada palabra y sollozo de
dolor, su corazoncito se hizo añicos. Y pude escuchar que ella
pronunciaba palabras cual disparos al aire; entre esas palabras
decía:
—Dios mío, ¿Por qué? ¿por qué? ¿por qué? no entiendo,
estoy confundida y molesta, ¡haz algo por favor!, no aguanto
más, es demasiado para mí, ¡esto no me lo merezco!. Por favor
te lo suplico, haz algo, y ayúdame porque no aguanto tanto, ¡no
sé qué hacer! —entre llanto revuelto con gritos de desesperación
e impotencia—. Fueron alrededor de dos horas de reclamos,
peticiones, ruegos y lloros; pensé que esa noche sería
larguísima, pero pronto los llantos pasaron a ser sollozos, y
luego un gran silencio; el cansancio físico y emocional era tal
que ella se había quedado dormida, el agotamiento le ganó. A
todo esto la mamá ni siquiera tocó la puerta, creo sin duda

40
alguna que fue por intuición de madre. Ella sabía que Sheryl
necesitaba estar sola para desahogarse. Sin embargo se podía
divisar en la luz por debajo de la puerta que su sombra se
asomaba vigilando y escuchando a su hija.
Pasaron otro par de horas, y ella despertó. Se sentó a la orilla
de la cama viendo el suelo y rodeada de un gran silencio; vi de
nuevo lágrimas cruzar sus mejillas, pero lo que me asombró
fueron las palabras que dijo:
—¿Y qué fue lo que dijo? Cuéntame Rayan, ¡rápido!.
Ella, con sus mejillas rojas que trataban de evaporar las
cascadas de lágrimas que las empapaban dijo:
—Dios mío, tú eres mi papá. Necesito me abraces con ese
calor que sólo tú puedes dar, yo confío en ti, y sé que mi futuro
en tus manos está. Me siento débil Papá, abrázame —mientras
ella se daba un auto abrazo fuerte—. Yo sé Papá que tú nunca
me dejas, ni me dejarás a pesar de mis defectos, rebeliones y
luchas. Mi vida te pertenece y aun cuando no entienda todo
alrededor, en ti esperaré, pues tú eres mi todo.

—Increíble historia la que me cuentas Rayan, créeme que me


has dejado atónito, porque cuando la escuché cantar y la paz que
trasmite al hacerlo, jamás me imaginé que podría estar en una
etapa tratando de asimilar tantas cosas. La verdad sus actitudes
no tienen nada que ver con los acontecimientos que me contaste;
¡tendría que ser al revés! Ella debería estar enojada, dolida,
resentida, amargada e incluso ya no debería estar en la iglesia;
pues según cuentas ya han pasado meses y su familia aún sigue
desintegrada.
—Entiendo tu postura Mic, pero, los humanos son
impredecibles, débiles y muchas veces fácil de engañarles; otros
tercos y altaneros; algunos otros son gente peligrosa; pero hay

41
unos cuantos de corazón noble, que no se ahogan en su mundo,
más bien, rompen sus límites para ampliar su vida y aprovechan
los momentos difíciles para crecer, madurar, aprender y valorar
lo bueno que Dios les ha dado.

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CAPÍTULO 3:

Trincheras entre canciones y danzas

H an pasado algunas semanas estando aquí en el grupo de


alabanza, y la verdad ya tengo mi primer chichón. El
vocalista me dejó caer en una de las reuniones mientras saltaba
como liebre en el escenario y pedía a la gente gritara
desenfrenada; ese día literalmente toqué el piso. En fin, me
enderezó algo pero yo siento que aún estoy con el chichón.
Llega el día de ensayo una vez más, pero hoy al parecer los
músicos se habían levantado con un espíritu talibán. Mientras
ensayaban ocurrió algo inesperado.

—Empecemos a ensayar las canciones que les envíe a sus


correos electrónicos —les dijo Rolando el director de alabanza
mientras se tronaba los dedos de las manos—. Les envié la
canción un tono abajo para acomodarla a mi voz; los coros
espero hayan logrado sacar las armonías —mientras que las
personas que cantaban como coros sólo se quedaban viendo
entre sí con ojos de avestruz.
Comenzaron todos a cantar y a ejecutar sus instrumentos;
todo parece normal en el ensayo, el cual se interrumpe ante una
petición:
—No se escucha mi monitor Rolando —dijo Celeste una de
las coristas.
—¡Pero si está lo suficiente fuerte! ¿Aún así quieres más? —
le dijo Rolando, quien luego volteo la mirada hacia el cuarto de
control de sonido y con señas dijo:

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—¡Hey Walter! Súbele al monitor de Celeste!.
—Yo no le voy a subir nada —dijo Walter mientras fruncía el
ceño—, estas muchachas cantan de una manera en ensayo, de
otra en las pruebas de sonido y al final a la hora de la reunión
cacaraquean como gallinas y no cantan.
—Como sea —le continúo Rolando—, dale un poco más de
monitor por mientras, por favor.
—¡Si quiere más sonido de monitor que se compre una
bocina para ella sola y se lo amarre a la cabeza!— exclamó
desde atrás Walter.

Las palabras causaron gracia en algunos de los músicos pero


a otros les causó asombro, mientras que Celeste explotó.
—Mira negro feo y malhumorado, no presumas de gran cosa,
todos sabemos que no te capacitas por hacer mejor las cosas.
Nosotros gritamos en la reunión porque se nota que la gente no
nos escucha ni entiende lo que cantamos, y tú eres el único que
dice que “si nos escuchan”, y se escucha horrendo. Eres mal
sonidista, ni siquiera te dignas a limpiar los equipos de audio.
Eres un haragán presumido, que te gusta estar en cabina para ver
a todas las chicas de la iglesia entrar y salir cual si fuese
pasarela el asunto. Por dicha razón nunca nos pones atención
cuando estamos tocando en vivo a pesar que te hagamos señas.
Nunca, nunca nos ves, estás más en otro asunto.
—Mira quién habla —arremetió Walter—, la muchachita cara
pálida y pleitista, que pasa peleando por un micrófono o por un
triste pedestal. Te crees la gran estrella. ¡Tranquila Shakira
Cristiana!. Estoy seguro que ya te resentiste por lo que te acabo
de decir, te recientes por todo y por nada.

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—Hey calma ustedes dos —dijo Rolando levantando las
manos como referí de boxeo—. ok, ok, pongamos claras las
cosas, y déjenme hablar un instante; ven Walter, y todos por
favor reúnanse aquí en círculo.
No es posible que estemos batallando en estos jueguitos,
pongámonos claros. Walter ¿que necesitamos para poder
mejorar el sonido?
—Necesitas otra persona Rolando, porque la verdad yo ya me
cansé de esta gente —dijo Walter cruzando los brazos.
—Oye, tranquilo, tan sólo estamos hablando; todos tenemos
que mejorar en algo y por eso estamos aquí. Sólo que es
necesario que cada uno de nosotros se aplique en su tarea para
mejorar en el área que corresponde.
—Pero no todos quieren —dijo Elena, otra de las coristas—,
yo la vez pasada les hablé de seminarios, talleres y más
capacitaciones y todos ponen excusas, y lo peor es que me di
cuenta que los que se excusaban dizque porque tenían
responsabilidades, los vieron a esa misma hora jugando fútbol o
en una esquina de su colonia haciendo nada.

—Hey… ¿cómo es posible? —prosiguió Rolando—. No


podemos seguir así. Jóvenes es increíble, si ustedes ven los
conciertos de personas no convertidas verán cómo se
profesionalizan para brindar esos shows, ¿y saben qué? lo peor
es que lo hacen de una manera tan excelente y el mensaje que
llevan con esa calidad es un mensaje de perreo, drogas, sexo
ilícito, relaciones prohibidas, asesinato, rencor, despecho, y otro
montón de locuras que dañan a la sociedad. Mientras nosotros
—que lo hacemos para Dios— muchas veces nos conformamos
con que la canción salga así no más. ¡No es posible! es tiempo
de inquietar nuestros espíritus y desafiarnos cada uno de

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nosotros para hacer las cosas de mejor manera, porque esto lo
hacemos para Dios.
Miren amigos míos. Yo en mi vida apartada de Dios conocí
muchos lugares y fui a muchos conciertos de personas muy
conocidas, además de bares y discos, y para mí era de lujo el
estar gritando como loco mi canción favorita en medio del
bullicio —aunque estas canciones en su letra me denigraban—.
Y a la vez yo me burlaba de mis amigas cuando escuchaban su
canción y ellas también cantaban a todo pulmón frases que al
ponerles atención lo que ellas estaban confesando con sus bocas
es destrucción familiar, relaciones interpersonales fallidas,
dolor, resentimiento, adulterio, fornicación, lujuria. Todo eso lo
cantaban y algunas aun lo siguen haciendo como locas entre
ellas, y en ese tiempo yo las escuchaba también, y participaba de
ello. Entre nosotros lo varones que frecuentábamos esos lugares
nos decíamos: esas chavas están locas por completo, no valen
nada, son fáciles, no tienen cerebro. Pero como era parte del
vive del momento, todos simulábamos que lo que hacían estaba
bien hecho. Toda esa manera de vivir es vacía y hueca, llena de
apariencias de querer mostrar alguien que en verdad no eres;
tratando de imitar a tus amistades, o sentirte admirado por todos
los demás en ese ambiente; ser la sensación del momento;
sentirte que captas toda la atención. Pero ¿saben qué? un día
empecé a ver las cosas con ojos más claros, empecé a analizar
mi vida y no entendía qué era ese ambiente que me rodeaba, no
le miraba futuro. Veía a amigos embarazar chicas y darse a la
fuga dejándolas destrozadas. Claro ellos se aprovechaban que
ellas estaban en esa etapa hormonal en donde las neuronas están
alborotadas y la vida superficial y de apariencias las envolvía.
Ellas vestían muy seductoras, y atraían muchos hombres, pero

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recuerden chicas, la ropa seductora atrae hombres malos así
como la sangre atrae tiburones en el mar.
Les cuento esto porque nosotros no tenemos que vivir una
vida así, y además no descuidar lo que Dios nos ha dado, lo cual
es valiosísimo. El estar dirigiendo cantos a Dios es uno de los
honores más grandes que el Señor nos da. Apreciemos lo que
tenemos, valorémoslo, muchos anhelan nuestra posición pero no
pueden. Así que procuremos cada día hacer nuestra labor con
excelencia. Tengamos una vida de oración, lectura de la palabra,
y comunión con Dios constantemente. También capacitémonos
para adquirir más herramientas que nos ayuden a hacer mejor
nuestra labor.
La tarea no es fácil, sólo es para hombres y mujeres valientes,
decididos y enfocados. Somos parte de un remanente que lleva
la gloria de Dios, por lo tanto habrán tentaciones, luchas y
conflictos a nuestro alrededor. Porque nadar contra la corriente
no es fácil; es incómodo, conflictivo y requiere esfuerzo, pero
¡qué bueno que estamos luchando!, eso quiere decir que vamos
río arriba. Si ustedes se sienten cómodos y que no están
luchando contra nada, eso quiere decir que van a donde la
corriente los lleva. Amigos, esforcémonos, arreglemos nuestras
diferencias, amémonos como hermanos, sin duda pelearemos de
vez en cuando, pero contentémonos y sigamos en nuestra labor
—pues esto es una familia—. El asunto es tener claro nuestro
norte y hacia dónde vamos. Con la guía del Espíritu Santo y la
autoridad que Dios nos ha delegado, no desmayemos. Vienen
cosas mejores y las alcanzaremos; así que mientras nos
dirigimos a nuestra meta lucharemos y trabajaremos juntos
cantando a nuestro Dios y celebrando que él está con nosotros.
Además de esto muchachos debemos trabajar juntos hacia una
misma dirección, una misma visión, un mismo sentir y pensar,

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eso hará que seamos más fuertes como equipo, y así cuando
vengan las dificultades —porque las habrán sin duda—, nada
nos detendrá de nuestro objetivo. Dios puso a cada uno de
nosotros en este equipo por una razón; para pulir el carácter de
unos a través de los otros, y hacer por medio de nosotros
muchas proezas, a pesar de ser gente imperfecta.

Después de todo ese sermón de Rolando, me dije a mi mismo:


este tipo debió ser político, sería millonario. Pero lejos de eso
está aquí dirigiendo a un equipo de muchachos jóvenes. Lo que
me asombra es que a pesar que no son en extremo talentosos, él
cree en ellos y los impulsa, es algo elogiable. Así que por esas
palabras que le escuché le perdoné el que me haya dejado caer
al piso.

Imponiendo tu estilo o sincronizándote con Dios.

—Prosigamos ensayando —les dijo Rolando—, las nuevas


canciones que recibieron en sus correos; esas ensayaremos.
—Tengo algo que añadir —interrumpió Gonzalo el baterista
oficial—, no me gustan las canciones que estás escogiendo
Rolando, ese estilo no me gusta y los géneros que escoges, no
sé, no me gustan la verdad.
—Aquí vamos de nuevo —prosiguió Rolando—. En primer
lugar las canciones no son para ti Gonzalo. Recuerda que en la
iglesia hay personas de distintas edades, trasfondos y gustos, no
podemos tocar todo el tiempo tu estilo favorito, somos un
ministerio de alabanza no una banda o grupo musical ¿me
explico?. No me refiero a que como ministerio de alabanza no
tengamos un estilo o mover muy propio de nosotros mismos, me
refiero al hecho de querer ajustarnos a un género musical porque
esté a la moda. Los ministerios de alabanza facilitamos a la
48
gente reconocer la presencia de Dios en el lugar y les ayudamos
a dejarse abrazar por su Espíritu y deleitarse en Dios, además de
provocar que ellos quieran aceptar en sus corazones al señor
Jesús, y pues para ello tenemos que ser muy versátiles. Si
quieres establecer un único estilo y ritmo dejaste de pensar
como ministerio de alabanza y nos dejas como una banda; las
bandas musicales son las que manejan en la mayoría de los
casos un estilo propio y un género en específico muy arraigado,
en cambio los ministerios de alabanza somos equipos multi
géneros —o sea que tocamos muchos géneros de música—. Si,
obviamente con maneras distintas en que se mueve el Espíritu
Santo, y con una gracia y favor de Dios en particular a la hora
de ministrar la alabanza. Pero en lo concerniente a géneros
musicales debemos ser muy amplios cuando se habla de dirigir
la alabanza en nuestra iglesia local. Además si te encierras en un
solo género te atrofiarás musicalmente, y creo que manejando
muchos géneros musicales podemos desarrollar un estilo muy
propio de ministrar también. Lo que te quiero decir es que no te
aferres al estilo de tu cantante favorito, al contrario, sé extenso,
enriquécete musicalmente para poder desarrollar un estilo muy
propio, amplio y no fotocopiado de otro artista, y de paso
estaremos alcanzando bendecir a todas las personas sin importar
edad, estatus y gusto. Espero me comprendas.
—Sí, sí, sí, claro —respondió Gonzalo no muy satisfecho con
la respuesta y mucho menos convencido.
—Ya que hablas de eso Rolando ¿te puedo preguntar algo
que hace días quería consultarte? —dijo Daniel, tecladista de la
iglesia—. ¿Por qué hay tanta prepotencia en algunos músicos?
Hace unas semanas conocí a unos jóvenes de otra banda en una
convención juvenil y aunque honestamente si eran buenos
musicalmente, tampoco eran la gran cosa. Lo que no me gustó

49
es que nos miraban a mí y a los otros músicos que estábamos
colaborando en ese evento como si fuésemos renacuajos. Si yo
tuviese el poder del profeta Elías, en ese momento les hago caer
fuego del cielo. Pero decidí dejarlo en mi imaginación.

—Buena pregunta —contestó Rolando—. Yo me la he hecho


miles de veces, y aún no encuentro la razón porque lo hacen.
Todo lo que tenemos, sabemos o somos le pertenecen a Dios.
Nuestras habilidades, talentos y dones son herramientas dadas
por Dios para glorificarle en ello y ayudar a la demás gente de
una u otra forma. Sin embargo creo que algunas personas
quieren ser “estrellas” en el evangelio, buscando la fama y los
aplausos por encima de llegar genuinamente al corazón de Dios
y bendecir a las demás personas. Comúnmente ese tipo de
músicos creen saberlo todo, no pueden ver un instrumento en
cualquier lugar porque en piloto automático ya lo toman y
quieren “enseñarle” a los demás, pero no con la intención de
apoyar si no con la intención de sobresalir. La verdad lo que
buscan es lucirse. Yo me he topado con muchos de ellos y le
pido a Dios no me permita llegar a ser así. Sería tan feo que un
día yo me creyese que lo sé todo y que después de mí no hay
más. Ese tipo de pensamiento es el límite para el aprendizaje de
muchos.
—¿El límite para el aprendizaje? ¿A qué te refieres con esa
frase? —interrumpió Daniel.
—Cuando tú como músico pierdes el sentido de que siempre
puedes aprender de otros músicos y demás personas, es allí
donde tú mismo te pusiste límite para seguir aprendiendo; ya
que no seguirás aprendiendo de los demás, porque a tu parecer
lo sabes todo; y aun así hay personas que no creen que lo saben
todo, pero su manera de comportarse es como si así lo creyesen.

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Les comentaré algo. Una vez escuché esta frase: “Si eres la
persona más inteligente del lugar… estás en el lugar
equivocado”*. En mi manera de pensar todos nosotros debemos
rodearnos de personas que saben más que nosotros y que tienen
sueños y metas grandes y correctas. Así aprenderemos de ellos;
pero sin pasar por baja estima a los que “saben menos”
musicalmente, porque créanme yo he aprendido muchas cosas
de otras personas que musicalmente saben menos que yo, y lo
que les he aprendido no necesariamente es algo relacionado con
la música. En varias ocasiones aprendí reglas de vida que me
han ayudado a crecer como persona. Entonces, así como dijo el
apóstol Pablo, no hay que pretender que lo hemos alcanzado
todo, mejor prosigamos aprendiendo. Yo en lo personal prefiero
fingir ignorancia musical, pasando desapercibido pero dándome
la oportunidad de aprender de otros, en vez de comportarme
altanero y que todos me etiqueten como un orgulloso.
—Pero eso es difícil —dijo Elena, una de las coristas—. En
este ámbito es tan fácil caer en ese error.
—Sí, estás en lo cierto —prosiguió Rolando—, creo que la
vacuna para eso ya está prescrita en la biblia, estimar a los
demás como superiores a ti mismo. Claro, sin caer en la baja
autoestima.

Un sermón vs. Un zoológico eclesiástico.


La mañana siguiente entramos en escena de nuevo; comienza la
primera reunión del domingo y llega la parte de los cantos.
Entre toda la saliva que Rolando me echaba encima, y
empapado por el sudor de sus manos pude apreciar algunas
cosas en la congregación que me llamaron la atención. Y la
verdad me puso a pensar mucho. Luego de ese día, en cada
reunión traté de ser más observador y noté una serie de personas
*Autor desconocido.
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singulares, las que me hicieron hacerme muchas interrogantes.
Por ejemplo me pregunté: ¿Por qué razón siempre hay gente que
se sienta en primera fila a bostezar, casi tragándose al
predicador? Es similar a tener una camada de hipopótamos en
primera fila como espectadores. Sería valedero de vez en
cuando que lo hicieran por si se quedaron orando hasta tarde, o
algo así. Después de varias semanas he encontrado una serie de
hermanos que son el factor común en todas las reuniones.
Siempre hacen lo mismo, y digo de nuevo, ¡en todas las
reuniones! y no sólo los hermanitos bostezadores; siempre está
el que se sienta atrás y está hablando todo el tiempo, ese tipo no
sabe que la lengua necesita descansar y los oídos necesitan
trabajar; está aquel otro que sólo son risas con las chicas, su
cabeza gira 360 grados escaneando toda la iglesia buscando las
jovencitas a las cuales les puede regalar una coqueta sonrisa en
plena prédica —y máximo si esta tiene bonitos ojos—; también
está aquella muchachita coqueta haciéndole ojitos a los músicos,
que por cierto siempre viste extremadamente sexi, no sé muy
bien la verdad, pero es hasta tal punto, que cuando se pone a
danzar, todos los chicos están atónitos viéndola con cascadas de
saliva de sus bocas; no sé si la admiran por como danza para el
Señor o por otras razones que no les contaré en esta ocasión.
¡Ooohh…! y que decir de aquella hermana que siempre se para
enfrente a dar testimonio, y que lejos de contar a manera
resumida su experiencia cuenta toda su vida, anécdotas y con
detalles que no tienen nada que ver. Cuentan de todo y media
hora después terminan el testimonio que habían dejado varado
en el primer párrafo de su participación.
Ahora, si pensaron que estos eran todos se equivocan, así que
prosigo con más. No pueden faltar los hermanos que siempre
llegan tarde, los que dicen que ellos prefieren ir a la prédica

52
porque las alabanzas no les gustan, unos porque son muy nuevas
y no se las saben, y otros porque son canciones muy viejas —no
los entiendo yo tampoco, viejas vs nuevas—. No falta también
el ujier que duerme parado —o estará orando tal vez y yo lo esté
criticando—. La cuestión es que está en pie todo el rato pero con
los ojos cerrados, abriéndolos de vez en cuando por
milisegundos para saber si aún no se ha ido la gente. Claro,
claro, no podría faltar el niño llorón, que no lloró durante toda la
alabanza, sin embargo al empezar la prédica comenzó a gritar
como recién parido; es allí cuando se encienden las luces rojas
de alarma de la iglesia, salen corriendo los ujieres, es de vida o
muerte sacar al bebe llorón, ¡es como una bomba de tiempo!. Un
ujier corre y lo agarra en sus brazos y sale corriendo con el niño
bomba antes que explote, llega a cuidado de niños y se lo
avienta al maestro de escuela dominical cual si fuera una
granada de fragmentación. La maestra de niños cuando ve que
traen un niño llorón sabe que la acción apenas ha comenzado.

También me percaté de algo que pasa después del tiempo de


la alabanza, y es ver que las vejigas de todos empiezan a trabajar
mejor después de cantar, porque comienza la prédica y todos
quieren ir al baño; otra cosa que no entendí es ¿por qué varios
de los músicos se salían de la prédica?, ¿será que ya lo saben
todo, o será por venganza a que el predicador casi nunca está en
los tiempos de alabanza? o no sé, tal vez salen a dar gracias a
Dios en privado porque todos les salió bien; aaaahh… no puedo
dejar de mencionar aquella hermana que traía a sus dos hijos
bulliciosos e inquietos, daba la impresión que los traía en una
jaula y al llegar a la iglesia los soltaba como dos fieras de
Tasmania; como no sé sus nombres a uno le puse Kevin
Mcallister y al otro Daniel el travieso.

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También pude encontrar aquel que cualquiera dice que está
tomando notas de la prédica en su cuaderno, y al final es un
montón de dibujitos y letras que sólo él entiende. No sé, tal vez
es que toma notas de las prédicas en códigos binarios o
jeroglíficos; otro muy parecido es el hermanito de la par, que
todos creen que está leyendo la biblia o escribiendo notas en su
teléfono inteligente, pero en sí, lo que está haciendo es navegar
en sus redes sociales, riéndose y no de gozo por la prédica, sino
por el chiste que le enviaron, o emocionado por jugar con la app
de su teléfono móvil mientras el pastor predica a todo pulmón.
Prosiguiendo con mi inventario de personas; uno de los
hermanitos que nunca falta es aquel que a veces interrumpe la
prédica del pastor añadiendo su testimonio o dizque aportando
algo a la prédica. Para rematar no comprendo por qué siempre
esa persona anda en la boca goma de mascar a la hora de
reunión en la iglesia. Lo triste es que a veces son varias personas
mascando, es como ver vacas en un establo, pruebas de ello son
todas las gigantescas bolas de goma de mascar pegadas en la
parte inferior de las sillas. Si sumamos el precio de todas las
gomas arrancadas, veremos que éstas superan al monto de los
diezmos del mes; ¡ooooohhh…! ¡Y que de hablar de las
ofrendas!, desconozco cuál es el gusto de ofrendar con el dinero
arrugado o en forma de avioncitos, casitas o corazones. No sé si
es romanticismo a la hora de ofrendar o que cuando piden por
algo material le dan a su ofrenda la forma de lo que están
pidiendo. Pobre del que tiene que desarmar esos origamis tan
bellos que dan como ofrenda.
Ahora ya casi para terminar, un tipo como ningún otro, este lo
he venido viendo desde ya semanas, es un espécimen peligroso
y muy astuto, camina como león rugiente buscando presas a

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quiénes devorar, y si pensaban que era el diablo ¡nooo...!, me
refiero a otro león que creo es de esa misma camada. Es aquel
hermanito que le gusta dar abrazos “especiales” a las hermanas,
apretándolas siempre contra su cuerpo y hasta recostándose
sobre sus pechos si se lo permiten; ¡ese es peligrosísimo!. Habla
de manera superespiritual pero es más falso que un dólar con la
cara de Justin Bieber. A este tipo no se le escapa ni señoritas ni
señoras, con tal que sean bonitas el siempre estará allí para
inundarlas con “el amor de Cristo”. A este espécimen de oveja
loca ya lo han sentado en muchas ocasiones para que deje su
comportamiento, pero es como gallina que come huevos, hasta
que aparezca un gallo de otro establo y le ponga los ojos
morados es que podrá ver más allá de sus ojos naturales.

En otra ocasión recuerdo un hermanito que se subió a


predicar en una reunión, al parecer era predicador invitado y
amigo de una de las jóvenes del ministerio de danza. Después de
la muy bonita predicación que dio, alardeando mucho de su
superespiritualidad, empezó a orar por las personas; empujón
tras empujón, ni las viejitas se salvaban, ¡el que no caía al suelo
corría el riesgo de ser desnucado!. La siguiente escena me dejó
perplejo: Se acerca a su amiga conocida, la joven del ministerio
de danza y ¡empezó a sacarle los trapitos al sol ante toda la
congregación!. Yo sólo soy un micrófono, pero he escuchado a
hablar mucho al pastor local sobre algo llamado ministraciones
almáticas, que consisten en oraciones que algunas personas
hacen a otras, diciéndoles que es de parte de Dios y la verdad es
que no son más que sus sentimientos hacia esa persona la que
los lleva a decirles cosas para que ellas cambien sus conductas
—y eso es lo que estoy viendo en este tipo—. No está filtrando
sus palabras según lo que Dios en verdad le dice, sino que está

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manipulando la información que conoce sobre la joven y esto
sumado a sus sentimientos por ella o por su afinidad le hace
decirle cosas dizque de parte de Dios. Pobre de la joven, lejos de
salir edificada y alegre iba a salir triste ese día, sino es porque a
la salida la interceptó un anciano de la iglesia que al parecer si le
dijo algo de parte de Dios e hizo que el semblante de ella
cambiara para bien. ¡Cuán necesaria es la sabiduría en la gente!
Bien lo dijo el pastor Héctor la vez pasada; “Hombres con
unción pero sin sabiduría es como darle una metralleta a un
niño”. Pero prosiguiendo con lo que pasó ese día, durante esa
reunión nunca había visto a tanta gente en el suelo. Todas
cayeron, pero no faltan aquellos que caen siempre al piso
cuando oran por ellos, pero se levantan siendo las mismas
personas —quizás con cara de ebrios espirituales, que la verdad
no sé si es fingida o de verdad. Pero a su parecer no te puedes
levantar del piso después de una oración sino te levantas con
cara de arrollado por un auto—. Cuando en verdad considero
que el chiste no es cuantas veces caigas al piso con una oración,
si no como te comportas cuando te levantas.

Bueno, ya ellos son parte del inventario, algunos de ellos son


gente que ama a Dios y aun con sus imperfecciones no se rinden
y siguen adelante, cumpliendo su llamado y labor, por amor a
Dios, a las personas, y a lo que Dios les ha dado; a otros pues
aún no les ha amanecido la luz de Cristo en el cerebro. Pero
¿Quién puede decir algo? ¡Es una iglesia! Un centro de
rehabilitación de pecadores, mas no un museo de santos como
lo escuché la vez pasada. La gente está aquí porque quiere
cambiar y ser mejor —al menos eso se supone—, y ellas prestan
su servicio a Dios sin importar las desveladas, hambres y

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cansancio físico que eso significa. Ellos lo hacen porque
decidieron amar a Dios por sobre todo.

Un micrófono en consejería

Un día de estos, Rolando después de dirigir la alabanza no me


soltó y de repente fue invadido por unos hermanos, que casi
rompiéndole el brazo lo llevaron a la oficina del pastor al final
de la primera reunión:
—Estimado pastor, con su permiso, aquí estamos los
involucrados.
—¿Qué es lo que pasa? —preguntó el pastor mientras se
acomodaba el cuello de la camisa.
—Aquí en frente del hermano Rolando, quien es director de
alabanza, quiero manifestarle mi molestia porque él no dejó
entrar a mi hija al ministerio de alabanza.
—Pero hermano Ricardo, es que es claro, ella no sabe cantar
para nada—interrumpió Rolando—. Además ella misma me dijo
que no le gusta mucho cantar, ni tampoco la música, ella dice
que entró a clases musicales del ministerio no más porque
ustedes sus padres se lo pidieron.
—Eso es mentira —contestó Ricardo mientras sus orejas
cambiaban a color rojo—. Nosotros recibimos revelación que
ella será una gran salmista.
—Bueno, si están seguros de esa palabra —les dijo el pastor
Héctor mientras sacaba la biblia de su maletín—. ¿por qué no
dejan a Dios quien sea que acomode cada pieza en su lugar a su
tiempo?. Mire Ricardo, si bien es cierto, tienen que apoyarle e
impulsarle a desarrollarse en un ministerio, pero no es la manera
implantárselo; lo correcto es que siembren en ella ese anhelo y
pasión por Dios a través de la música. No traten de clavárselo en
la cabeza mediante imposición, porque lejos de hacer que en ella

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florezca el anhelo por esta área, al contrario, se terminará
decepcionando. Si es el llamado de ella estar en el ministerio de
alabanza ella misma lo sabrá y lo seguirá, pero si no lo es, ni
aunque usted haga lo imposible hermano.
—Pero es que pastor, yo no entiendo por qué tanto protocolo
para poder pertenecer al ministerio de alabanza —prosiguió
Ricardo.
—Permítame contestar eso —dijo Rolando—. El motivo de
tanto “protocolo” como usted le llama, es por la sencilla razón
que muchas personas tristemente sólo quieren permanecer a un
ministerio de iglesia por pura emoción, y no por una convicción
genuina de un llamado y vocación en el área de trabajo. Así
como usted no contrataría para que le hiciese una casa de
madera a una persona que no sabe ni siquiera como se usa un
martillo, así nosotros no podemos poner personas a trabajar en
áreas de la iglesia para las cuales no tienen vocación, bien sea en
servidores, clases a los niños, área de música, intercesores, etc.
Esa es la razón hermano.
—No le veo la necesidad que sea músico para entrar en
alabanza —interrumpió Ricardo.
—Pues se equivoca —dijo Rolando, mientras el pastor sólo
los escuchaba analizándolos a ambos. —contésteme algo
hermano Ricardo, ¿Usted cree que es correcto que una persona
que no sabe nada de música dirija a los músicos de una orquesta
sinfónica?
—Claro que no. Debe ser alguien preparado —contestó
Ricardo.
—Aaaa… ok, ¿y será que un director de una sinfónica
contrata músicos novatos e inexpertos?
—Es distinto Rolando, ellos le pagan, por ende tienen que
exigir gente capacitada.

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—Bueno, ya que en la iglesia no se les paga por dicha labor,
sino que es adhonorem de cada persona, se supone que ella
brinda su talento y dedicación por pura satisfacción personal.
Tomando en cuenta esa razón, es por la que nosotros previo
damos clases de música; para entrenarlos y ver si tienen la
vocación; si la tienen, bienvenidos al equipo, si no la tienen,
pues hermano aún hay muchas áreas operativas en la iglesia
donde se necesita bastante ayuda.
—Está bien —contestó Ricardo a regaña dientes—. Ya veo
que no puedo llegar a otro arreglo.
—Hagamos lo siguiente —tomó la palabra el pastor—. Que
su hija vuelva a cursar por las clases niveladoras de música, y
usted esté muy pendiente de ella. Incluso si usted puede venir a
clases con ella misma seria genial, así podrá apoyarla en casa y
entender mejor como es el trámite del asunto. Si ella da
muestras que tiene madera para trabajar en el área entonces
pronto la verá cantando como usted quiere. ¿De acuerdo?.
—Haré lo posible pastor, pasa que mi tiempo es bien medido,
paso muy ocupado, no creo quizás poder acompañarla a las
clases a ella, pero veremos cómo hacemos. Pero está bien, así
quedamos pastor —mientras se extendían la mano—, pase lindo
día y Dios le bendiga aún más.

Después de haberse resuelto ese caso, Rolando me olvidó en


la oficina del pastor. Así que me tocó quedarme todo ese rato
hasta que comenzase la reunión de la tarde. No tuve problema
con eso; aire acondicionado, silencio, y tranquilidad, todo estaba
genial hasta que un ujier asoma su cabeza por la puerta y dice:
—Pastor, lo buscan para consejería.
—Que pase por favor el primero, si son varias personas que
esperen a que termine con una para proseguir con la otra.

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Entra una hermana diciendo: —¡pastor, pastor!
—¿Cuénteme cómo está? —le dijo el pastor.
—Mal pastor. Viera todo lo que me ha pasado. Necesito que
usted ore por la rebeldía de mi hijo y por mi enfermedad.
—Empecemos por allí, deje de declarar que esa rebeldía le
pertenece a él, y que esa enfermedad es suya; así que su manera
de hablar está mal. ¿Me comprende?
—Está bien pastor. Si, tiene toda la razón.

Después de orar por ella y darle algunos consejos sobre cómo


tratar con su hijo, ella se retiró y entró luego una mujer con ojos
como los de un toro enfurecido.
—Pastor, iré al grano, ¡mi hija me acaba de decir que está
embarazada de un tipo del colegio!
—El pastor asombrado por la actitud con que ella arremete en
contra de él le dice: ¿pero qué pasó? ¿Por qué me habla en ese
tono cual si yo los hubiese presentado a ambos?
—Pastor, usted debió aconsejarla. Mire la muy tonta ahora
tendrá que dejar sus estudios.
—Consejos por cantidades industriales le dimos mi esposa y
yo —dijo el pastor acompañando la expresión con un suspiro de
pesar—. Pero ella no quiso escuchar. Ya reiteradamente
amistades y familia también le habían dicho sobre ese muchacho
pero como ella enceguecida de amor no vio con el tipo con que
salía, ahora está en esta situación. Pero pregunta, ¿él se hará
cargo?
—Es lo peor pastor; ese muchacho se dio cuenta y a partir de
allí se dio a la fuga.
—Bueno hermana, no hay más que levantarse; usted apoye a
su hija, será un proceso doloroso y las vidas a partir de ahora
cambiarán drásticamente. Aférrense a Dios y lo ideal es que si a

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ella le parece y está dispuesta a dejarse a ayudar, pueda venir
periódicamente a consejería para apoyarle en lo que se pueda, e
impulsarle en seguir adelante.

La charla entre ellos dos continuó por unos instantes.


Considero que lo habitual en estos casos. Después que esta
hermana se retiró de la oficina, ingresó un tipo que me hizo
quedar perplejo. Entró como un búfalo enfurecido, sus ojos
reflejaban enojo, su cara no asomaba sonrisa alguna.
—Buen día pastor.
—Buen día hermano, ¿cómo le va?
—Pues honestamente no le diré que bien, vengo a decirle que
me voy de la iglesia.
—¿Así? ¿Y cuál es la razón si se puede saber?
—Estoy cansado de gente hipócrita aquí. De entrada al llegar
a la iglesia los servidores quieren que a fuerza que les de la
mano, lo peor es que quieren que me siente donde ellos dicen y
no donde a mí me gusta. Les pido a los encargados de audio me
guarden algunas cosas durante la reunión en cabina, y no me las
aceptan aludiendo que no es un lugar para guardar paquetes.
Traté de entrar a un ministerio pero ponen muchas trabas para
poder lograrlo, como si Dios quiere gente perfecta. No me gusta
la verdad esos géneros musicales que tocan aquí en la
congregación, no tocan mi estilo, usted sabe, más clásico. Y
además hay una hermana que me señala sólo porque hubo un
tiempo que siempre que la saludaba le daba un abrazo y al
parecer ella lo mal entendió.
—Está bien. Si la decisión ya fue tomada solo me queda
decirle que Dios bendiga su camino y que en el próximo lugar
donde se congregue pueda crecer más. Pero un par de cosas
finales le diré. Siempre en cualquier iglesia encontrará

61
servidores que le tratarán de enseñar a ser amable y cortés;
también en cualquier iglesia si usted llega tarde los mismos
servidores lo sentarán donde ellos vean más prudencial; la
música quizás encontrará más variedad, lo importante es que
Dios se mueva en la alabanza y él se agrade de la misma.
También hermano, si usted sigue abrazando hermanas de esa
manera —que por cierto yo lo he visto— es claro que cualquier
hermana que se dé a respetar lo señalará. Así que creo que antes
de querer cambiar la iglesia y a las personas, usted debe
considerar cambiar primero.
—Qué cosas me dice pastor —dijo el hermanito poniendo sus
manos en la cintura—. ¿por qué no me defiende a mí sino a
ellos, y por qué me descuida como su oveja?
—No estoy defendiendo a nadie, sólo digo la verdad. El
problema de muchas personas es que quieren cambiar todo a su
alrededor, pero no quieren cambiar nada de sí mismas, y ése es
su caso amigo mío.
—Ya veo que en esta iglesia no hay amor —replicó el
hermanito—. No cuidan a la membresía. ¡más a sabiendas de
que soy un gran diezmador!
—Qué bueno —dijo el pastor— siga haciéndolo, pero es
necesario corregir estas áreas que le mencioné sin dejar de hacer
las cosas correctas que ya hace. Eso enseña la palabra de Dios.
—No pastor, a usted es que le han venido a decir cosas de mí,
sin duda fue el hermano Rodimiro y la hermana Marcela. Esos
dos son los periódicos de la iglesia. Ellos lo saben todo, no
tienen orejas sino radares para analizar la gente. Ellos sin duda
me han señalado delante de usted.
—De ninguna manera, pasa que detecto que usted está
enfermo del corazón, y me refiero a ese resentimiento que tiene

62
y ese sentido de superioridad. Usted debe permitirle al Espíritu
entrar en esas áreas y cambiarlas también.
—Está bien, pastor. Ya veo que esta conversación no va a
ninguna parte. Usted está empecinado en que soy yo el culpable.
—Para nada, simplemente quiero darle un panorama más
imparcial de lo que pasa.
—Listo pastor, gracias por su tiempo —mientras se ponía en
pie y estrechaba la mano—. Nos veremos en alguna otra
ocasión, me tengo que ir urgentemente, y no me siento a gusto
estando aquí.
—Ok hermano, muy bien, no lo atraso.

Salió hasta babeando del enojo el hermanito ese. No entiendo


cómo el pastor tolera a esas personas. Si yo fuera humano ni
siquiera hablo con él. Menos mal que los micrófonos no
podemos ser pastores.

Una pausa al reloj atleta. Proyectando tu futuro.

El escenario tenso cambió después que se fue el hermanito ese.


Cuando por fin el pastor estando solo, pudo darse un respiro y
estirón de brazos —mientras las alabanzas se escuchaban en el
fondo—. Que por cierto a todo esto se olvidaron de mí y no me
vinieron a traer y no estoy en el escenario. Lo que faltaba ahora
me ignoran—. El pastor estando a solas inclinó su rostro y
empezó a hacer una oración que más o menos sonaba así:
—Padre, una vez más estoy a instantes de presentarme ante el
pueblo para darles una palabra de parte tuya. He procurado
escudriñar tu palabra para encontrar pasto fresco para ellos. He
estudiado y en esta ocasión me costó encontrar un pasaje. No
comprendo por qué en otras ocasiones con tan sólo abrir la
biblia encuentro un pasaje que brinca sobre mí, en señal que es
63
la palabra que quieres que les comparta; pero en esta ocasión
costó más, pues rondé por horas tu palabra y no la encontraba.
Llegó este momento, y este es el pasaje y el mensaje que
considero es el que tú quieres que le comunique a tu pueblo. Tú
conoces bien que no quiero pararme simplemente a hablar de ti
o de tu palabra. Quiero llevar un mensaje directo de parte de ti.
No quiero hablar sólo al intelecto si no también calar a cada
corazón que venga hambriento y sediento de ti. Una vez más
Señor, pon tus palabras en mi boca, úsame para restaurar el
corazón necesitado y dar aliento al que viene desconsolado; a
vendar con tu palabra los corazones rotos y fracturados por la
sociedad, la desilusión, el fracaso y el abandono. Ayúdame a
poder reflejar el Padre que eres y cómo quieres abrazar a cada
uno y cambiar sus vidas a algo mejor; igual pon las palabras
certeras para confrontar el pecado y las malas actitudes; palabras
para poder desafiar al pueblo a ser una generación consagrada
que no se doblega ante los ofrecimientos de la sociedad, las
modas y el estatus social. Pon en mí esas palabras que harán
despertar en ellos un espíritu de guerreros apasionados por ti, y
provocar que escriban en su corazón el lema de: volver atrás
nunca, y retroceder no es una opción. Y que al final no importa
si no hay aplausos, pero sí que la gente se vaya con el corazón
arponado con tu palabra, la cual hará efecto en cada uno, según
la obra que tú has comenzado en cada uno de ellos.

Me asombró esa oración tan sincera y el peso de


responsabilidad que carga el pastor. Pero la oración no terminó
allí; seguido de eso se tomó instantes para orar por personas en
específico, por nombre y por situación, rogando para que Dios
interfiriera en sus vidas con milagros, prodigios, cambio y
transformación. Honestamente, yo en lugar del pastor y después

64
de las escenitas que armaron esos que entraron a consejería,
mejor hubiese orado para que se fueran del planeta o que Dios
se los llevara pronto para que le alaben más de cerca. Pero no, al
parecer el corazón de los genuinos pastores es un estilo como de
mando militar sumado a amor paternal. No entiendo cómo
logran ese balance.
Una vez terminada la oración se levantó y me miró. Me tomó
y se dirigió a cabina donde estaban lo sonidistas y me dejó con
ellos. Luego le dieron un micrófono compañero, un micrófono
que la verdad es mejor que yo, pero su trato ha sido bastante
rudo; es ya un micrófono veterano de guerra que según he
escuchado a acompañado al pastor prédica tras prédica en esta
iglesia. Algún día charlaré con ese micrófono.

Arrancó la prédica y comenzó el pastor con su sermón. De


nuevo empecé a ver aquel montón de gente clásica que les
mencioné anteriormente. Pero hoy que me tocó estar en cabina,
logré descubrir a otros que no había visto anteriormente; los
sonidistas. No entiendo por qué habían cuatro sonidistas en
cabina, y todos hablando de fútbol, chicas y chistes en ¡plena
prédica!. Me molestó eso; es decir, perfecto, lograron que todo
el audio de la iglesia sonara estupendo, y que se escuche
entendible, está bien, están haciendo genial su trabajo; pero
después de escuchar la oración del pastor en su oficina me dije a
mi mismo: Estos tipos que irrespetuosos que son. ¿será que ya
lo saben todo?, no es posible que aquel varón busque el corazón
de Dios para comunicarles algo y estos tipos estén contando
chistes aquí adentro, debería venir un servidor y entrar a cabina
para decirles a estos ¡Largo. Váyanse a las primeras filas a
escuchar la prédica!. Bueno creo que exagero, pero es que me
molestó. Habría que ver si estos tipos leen la palabra de Dios en

65
sus casas, bueno creo que de los cuatro se salva uno, ése si está
poniendo atención, lo veo que está con su mirada y atención fija
al predicador; en cambio los otros tres mosqueteros andan en la
luna. No pude dejar de escuchar la conversación que se tenían
los tres sonidistas distraídos. Quienes decían:

—Man, viste a Sheryl —dijo Marcos a sus compañeros


Kenneth y Adrián—. ¡Wow!… que bonita que está.
—Tranquilo Marcos, ya sabes que Daniel el tecladista anda
tras de ella —le dijo Adrián mientras le palmeaba la espalda.
—Bueno, si tienes razón, ¿pero qué decir de Sofía? —dijo
con ojos brillantes.
—Sí que está bonita amigo, pero allí tienes dos grandes
problemas —de nuevo le contestó Adrián—; uno, que es la hija
del pastor y para que te eches de suegro al pastor sí que es un
gran desafío, considero que debes nacer de nuevo jajaja.
—Que chistosito, ¿y cuál es la segunda?— dijo Marcos.
—La segunda es que ella está enamorada de Alfredo, el
guitarrista; clásico, tú sabes que siempre las hijas de los pastores
se casan con un músico de la iglesia.
—¡Qué barbaridad!, las chavas que me gustan del ministerio
ya están ocupadas y enamoradas de otros tipos, y las que quedan
no me gustan ni para tomarme una selfie con ellas.
—Que desesperado estás Marcos—le dijo Kenneth dándole
un golpe suave en la cabeza—. Compórtate como una persona
normal.
—¡Intento ser normal, pero me aburro pronto!
—¡Mira, no te llenes de ansiedad por ese tema, tienes que
saber esperar en Dios! Sé que lo que te voy a decir es lo clásico
de cada predicador, pero es la verdad. Debes dejar que sea Dios
quien ponga cada pieza en su lugar en el momento preciso. Mira

66
Marcos; a la hora de una relación de noviazgo tú lo que debes
buscar son tres cosas; la voluntad de Dios; que te guste
físicamente como también su manera de ser y comportarse; y
que además sea tu ayuda idónea.
—No sólo mi ayuda idónea, sino mi ayuda y doña —dijo
Marcos entre risas—. Sí, lo sé, mejor ir tranquilo y dejando que
sea Dios en el tiempo correcto, de la manera correcta y con la
persona correcta.
—Además te diré algo Marcos —dijo Adrián—, no te
estreses por la idea que exista una tan sola posibilidad. La
verdad es que en la humanidad existen muchas chicas con las
cuales podrías formar un hogar feliz, claro, escogiendo
solamente a una jajaja. Lo que también debes tomar en cuenta
además de lo que te dijo Kenneth, es que tú la escojas a ella y
ella te escoja a ti, una vez así, entonces ambos ponen la relación
en manos de Dios, y si ambos están sincronizados con Dios y a
su voluntad, entonces pueden llegar a el siguiente paso añorado,
que sería un matrimonio al servicio de Dios.
—Gracias muchachos, ustedes deberían de ser consejeros
matrimoniales. La ventaja tuya Kenneth es que ya estás casado y
ya no tienes que buscar más —proseguía Marcos mientras se
reía—, pero gracias por sus palabras, son muy útiles y las
tomaré en cuenta.
—Si amigo —dijo Kenneth mientras se columpiaba en su
silla—. Recuerda las palabras de David, Fíate de Jehová de todo
tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. Más que por
sentimientos; más que consejo —que es muy importante—; y
más que lo que digan de la relación otras personas; hay que
tomar en cuenta la revelación del Espíritu Santo.

67
—Sí, claro, revelación más que sentimientos y convicciones
más que la emoción.
—Una cosa más Marcos —prosiguió Kenneth—. En este
tiempo tú tienes que dedicarte a crecer como persona y en lo
profesional; aprovecha a madurar y aprender más sobre la vida y
las relaciones interpersonales. Así cuando aparezca en tu vida la
persona ideal tú podrás trasmitir a su vida cosas buenas.
—¿Trasmitir? ¿Y no se supone que esa persona también ya
debería ser madura? —preguntó Marcos.
—Posiblemente, pero me refiero a que debes tener bien en
claro quién eres y qué buscas en la vida, además de ser buena
influencia para ella. Tú mismo conoces de novios o novias que
son de mala influencia para el otro.
—¿Y por qué crees tú que se da eso Kenneth? —preguntó
Adrián.
—Te lo explicaré de esta manera; cuando una pareja de
novios está junta obviamente hay abrazos. Si ellos están muy
bien perfumados el perfume de uno se pasará al otro y
viceversa, así después que se despiden y ya estando en sus
casas, se dan cuenta que sus ropas huelen a la fragancia de su
novio o novia, ¿Por qué? Porque la cercanía hizo que se
trasmitieran las fragancias; al igual que en lo natural las
fragancias se trasmiten, también se trasmiten las costumbres,
maneras de ser, patrones de conducta e incluso los espíritus de
ellos. Se habrán fijado ustedes que algunas muchachas antes de
tener novio se comportan de una manera y después cuando ya lo
tienen, ellas cambian, y se comportan tal y como lo hace su
novio, sea para bien o para mal. Es como si las novias fueran
espejos de sus novios. Así que amigos, procuremos ser mejores
personas para ser de bendición y sus suegras los amen con todo
el dolor que eso implica, jajaja.

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Las pláticas amorosas de estos tipos me tenían con mis
potenciómetros internos hinchados. Si escucharan la prédica tal
vez abrieran más los ojos y ¿quién sabe?, tal vez la chava que
buscan esté en este momento sentada escuchando la prédica con
un asiento a la par vacío, y estos sonsos aquí hablando.
De pronto se dejó de escuchar la prédica, sonaron las alarmas,
los 1500 cuellos de las personas que estaban congregadas
voltearon su cabeza al área de sonido. ¡Se les olvidó cambiarle
las baterías al micrófono del pastor!.
—Adrián corre, lleva este micrófono y dáselo —le dice
Walter.

Adrián me tomó y corrió como gacela en peligro. Sabía que


su cuello estaba en juego. En segundos llegó al estrado, me
conectó a un cable y me delegó al pastor. De nuevo aquí con el
camarada, el pastor. Ahora yo ayudándole a compartir el
sermón.

Todo iba bien hasta que de la nada se escuchó un


¡aaaaaaaaaachuuuuuuuuuuusssss!, un estornudo de un tipo de la
tercera fila; tan fuerte que se escuchó como que era el trueno
después del rapto y tan húmedo que la chica que tenía enfrente
merecía ganarse el concurso de mis camiseta mojada. Pero la
cosa no terminó allí. El tipo una vez que tenía la atención de
toda la congregación infló de nuevo sus pulmones para un
segundo estornudo. Tanto aire tomó que me recordó al lobo
feroz del cuento tratando de derribar las casas de los tres
cochinitos. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaachuuuuuuuuuuuuss!, este
segundo estornudo fue con tanta fuerza que este tipo escupió su
propio esqueleto por la boca —claro exagero un poco—. Entre

69
las risas de algunos hermanos que no pudieron contenerse a
causa del show de un estornudo olímpico, el pastor le dice:
—¡Salud hermano!, veo que tiene grandes pulmones. Debería
unirse al ministerio de alabanza y tocar la trompeta —dijo a
modo de broma.
Qué manera tan sutil y agradable del pastor de tomar el
control de la reunión de nuevo, a pesar de tal gigantesca
distracción —me dije a mi mismo—. Pero sigamos con la
prédica.

Continúo el pastor hablando con una sonrisa floreciente:


—Dios nos permite decidir hermanos, él nos dio libre
albedrío. Así que nosotros diseñamos el tipo de vida que
queremos de acuerdo a nuestras decisiones; y hay decisiones en
la vida que no debemos esquivar, ni mucho menos posponer. El
precio de una decisión es caro, pero el precio de una indecisión
es aún más caro. No pospongas las decisiones correctas
pretendiendo que tendrás una segunda oportunidad. Sí, es cierto,
Dios da segundas oportunidades, pero usted nunca sabe si esta
oportunidad que tiene hoy es la última. Hoy te enfrentas a una
de las decisiones más importantes de esta vida y además con
carácter eterno, y es: ¿Qué harás con tu relación con Dios? No
les pregunto si creen en Dios, les pregunto ¿cómo está su
relación directa y su comunión con él? Muchas personas se
enfrentan a esta decisión una y otra vez, pero aferrados a su
indecisión y al no querer abandonar su manera terca, vacía,
alejada, sin rumbo y libertina de vivir, no toman la decisión
correcta, sabiendo que escogerla es lo mejor; así que fingiendo
indecisión deciden seguir viviendo su vida según su propia
voluntad y no la voluntad de Dios. Lamentablemente para
muchos esa fue la última oportunidad de tomar esa decisión,

70
pues la tragedia y lo débil que es esta vida los alcanzaron, y en
un instante partieron de entre los vivos. Y entre aquellos que los
conocimos queda la intriga: ¿Dónde estará en este momento? Si
su muerte fue instantánea no tuvo más oportunidad alguna.
Amigo que me escuchas, ninguno de los que estamos aquí puede
estar cien por ciento seguro que el día de mañana amanecerá con
vida. Quizás nos acostemos a dormir y cuando despertemos nos
encontremos delante de Dios, ¿y saben qué? Allí ya no a habrá
más oportunidad de decidir, pues el tiempo se cumplió.
Hoy Dios les da una oportunidad más, siendo él mismo quien
planeó esta cita, en este lugar y a esta hora, para que escuchases
estas palabras. Dios me manda a decirte hoy, que aunque tú lo
abandonaste, él no te ha abandonado; su amor nunca ha cesado
de llamarte y perseguirte, anhelando abrazarte como hijo y
alcanzar tu corazón. Pero esa decisión la tienes que hacer tú
mismo, ¿te dejas amar por Dios y rindes tu vida a su voluntad
que es buena, agradable y perfecta?.

Muchas personas empezaron a caminar al frente del


escenario, varias llorando, otras quizás no llorando pero sus ojos
reflejaban una hambre y sed por un cambio de vida. Entre
oraciones, abrazos, aplausos, alegría y mucha bulla, la reunión
culmina y cada persona va rumbo a sus casas con sus rostros
distintos, frescos y brillantes, evidenciando que algo había
pasado en su corazón y lo reflejaban en sus miradas.

Después de finalizar la reunión el pastor me dejó en el


pulpito. Los muchachos empezaron a subir para limpiar y tapar
sus instrumentos como todo buen músico. Walter sube al
escenario y me toma para guardarme y se dirige a los
muchachos y les dice:

71
—¿Saben qué?, he llegado a una conclusión. Y es que no me
gustaría ser líder de la iglesia.
—¿Y por qué dices eso Walter? —le preguntó Sheryl con
ojos de asombro.
—No sé si lo han notado, pero es curioso ver que a pesar que
este micrófono es sólo un objeto, tiene un poder que si no se
sabe administrar bien, puede traer problemas; digo eso porque
yo he visto muchas personas que cuando recién llegan a los
caminos de Dios, cantan, danzan, alaban y adoran a Dios sin
sentirse avergonzados por el hecho que los vean sudados o con
los ojos rojos de tanto llorar quebrantados en la presencia de
Dios; pero al pasar el tiempo, cuando se convierten en lideres
dejan de alabar y adorar de la misma manera. Es como si los
lideres llegan a una dimensión de alabanza ejecutiva en la que
ya no necesitas danzar, celebrar y adorar, a menos que seas tú
quien este dirigiendo la reunión o la alabanza.
—No pongas mucha atención a eso —contestó Rolando—.
Ya que has visto eso en muchos líderes, procura que cuando tú
seas líder no te comportes igual; así seguirás el ejemplo del rey
David, quien a pesar de ser rey nunca dejó de alabar y adorar de
la manera que lo caracterizó siempre.
—Es que el rey David era un caso especial —dijo Walter—.
Así como él, sí quiero ser líder de iglesia.
—Sí, muy bien Walter —prosiguió Rolando—. Además
tienes mucha razón, hay personas que cuando agarran un
micrófono en un escenario se convierten en todos unos
“adoradores”, pero en sus casas y abajo del escenario no son
más que espectadores de la adoración. Y sí, tu observación de
que un micrófono al parecer tiene poder es muy acertada, ya que
hay muchas personas que cuando agarran un micrófono se creen
dioses; de hecho pareciese que hay personas que piensan que un

72
micrófono les diera unción y autoridad, cuando eso no tiene
nada que ver.
Tú aprende de los buenos ejemplos Walter, y no imitas aquellas
cosas que sabes que se ven mal. Tú procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, y que usa bien la palabra de verdad. Y así cuando
Dios te llame a ejercer liderazgo, serás un gran ejemplo a seguir.

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CAPÍTULO 4:

Karaoke y un destino cambiado.

H an pasado varios meses desde que empecé a vivir en el


ámbito de la iglesia. He sufrido mucho a causa de mi loco
dueño con complejos de Tarzán, quien no entiendo por qué pide
a cada rato gritos de júbilo y nunca escucha a la gente; debería
lavarse los oídos. Todo el tiempo le dice a la congregación ¡no
se oye!, ¡grite fuerte! ¡más fuerte!, ¡aún no se oye! ¡Que se
escuche en el tercer cielo!. Este compadre nunca escuchará
hasta que literalmente en un cuarto le pongas todas las bocinas
del mundo reproduciendo esos gritos para él solo; pero esta
gente loca tiene sus cosas buenas; hay personas nobles y otras
pues son aparatos raros que la verdad no entiendo. Como sea,
todo se desarrollaba con normalidad, hasta que un día, algo
nuevo me aconteció.
Sólo se escuchan los pasos de alguien que entra a las
instalaciones de la iglesia. aaah... era Arturo, uno de los
vocalistas y rockstar de la iglesia. Llegó pues ese día y sin
permiso alguno me sacó de las instalaciones y me llevó a su
casa.
Llegamos a aquel lugar. No sé qué era lo que acontecía en
dicha casa, al parecer una fiesta de cumpleaños; allí estaban
muchas personas, por lo que escuché en el camino al parecer
compañeros de universidad de Arturo. De pronto el ambiente
me empieza a intrigar, la música que empiezo a escuchar no
tiene nada que ver con el amor de Dios, y tampoco con los

74
valores; me confundí mucho, ¿qué pasa en este lugar? —me
pregunté—, ¿Este tipo no es que es cristiano?.
—¡Hey Arturo! ¡Qué bueno que ya llegaste!, ya empecemos
con el reventón man,
—Si claro, démosle viaje a este asunto y que suene la música.
—Por cierto Arturo, traje a algunas amigas, aquellas que
vimos en la disco la vez pasada, ¿recuerdas?
—¿En serio las llamaste?
—Si claro, ¿pensaste que iba a desaprovechar una noche de
aventuras con chicas fáciles ¡estás loco!. —dijo uno de sus
amigos que por cierto se llamaba Fabio—. mira, mira, además
conseguí buena mercancía —mientras sacaba de su bolsillo una
bolsita con un polvillo blanco.
—¡Que súper! —dijo Arturo, mientras destapaba una cerveza.

¿Qué está pasando? —me seguí preguntando—. ¡Este tipo


tiene doble identidad! ¡Está en la iglesia pero tiene otra vida
fuera de ella!. No podía creer todo lo que veía, este chavo es
músico en la iglesia pero tiene una doble vida.

—Arturo, ¿Cuándo regresan tus papás? —preguntó Fabio.


—Creo que hasta dentro de dos días más. Eso fue lo que me
dijeron hace una semana que hablé con ellos, pero como la
agenda del trabajo la tienen muy apretada no hemos vuelto a
hablar. Así que podemos armar la fiesta también el día de
mañana.
—¡Saca el karaoke man! —dijo otro de los muchachos medio
ebrio mientras abrazaba la cintura de una chica cuya ropa no
dejaba nada a la imaginación.
—¡Claro! —dijo Arturo quien corriendo entró al cuarto sacó
el estéreo, me tomó y conectó para empezar a cantar.

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¿Cómo es posible? Es el colmo, si bien es cierto, yo soñaba
con que me usaran para cantar estas canciones locas pero ¡se
supone que ya no!. Ahora pertenezco a una iglesia y según la
oración que hicieron en una ocasión por cada uno de los equipos
que conformamos el sistema de audio de la iglesia, hemos sido
consagrados para ser utilizado en cosas sacras.
¿Cómo es posible que este tipo me venga a sacar de mi lugar
establecido y ahora voy a ser medio de entretenimiento de estos
vagos?
¡Oh…! Empezaron uno a uno a aullar ¡pues no cantaban! ¡sus
canciones parecían alaridos de lobo en celo!. No pensé caer tan
bajo. Para rematar el tipo ebrio con la chava de ropa trasparente
vino y se puso a cantar también. ¡Qué vergonzoso y repulsivo! a
media canción vomitó y me dejó lleno de sus cervezas, tragos y
comida, ¡que asqueroso! Allí estando bañado de frijoles, chile y
maíz tostado; yo deseaba que mejor me desarmaran en pedazos
y que nadie se diera cuenta del uso tan cruel que me estaban
dando.
Tin tan —sonó el timbre de la puerta—. Arturo se dirigió a
abrirla y al hacerlo el rostro se le congeló mientras cuatro ojos
lo observaban asustados al otro lado de la puerta. Eran sus
padres.

—¿Qué es esto que está pasando aquí? —dijo el padre con un


tono fuerte, mientras entraba agresivamente a la casa—. ¿Qué es
esto Arturo? —Arturo no hablaba, no podía explicar, había sido
cachado en la escena.
—¡Se van todos a sus casas o llamo a la policía para que se
los lleven de inmediato!. Busquen sus casas bola de haraganes
sin oficio —les gritó el papá de Arturo.

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Todos salieron aprisa, recogiendo sus cosas y acomodándose
sus ropas; el olor a alcohol y marihuana era bastante perceptible
en el lugar. Una vez que ellos se fueron, las miradas de los
padres hacia Arturo eran miradas que evidenciaban las ganas de
golpearlo.

—¿Y es que no piensas decir nada?, ¿Qué te está pasando? —


dijo la mamá.
—¡No me pasa nada!, ¡soy libre! Soy ya mayor de edad,
puedo hacer lo que me dé la regalada gana. Ustedes nunca están
cuando los necesito, pasan demasiado ocupados en su trabajo,
iglesia y reuniones sociales, así que no me vengan con sus
sermones baratos. Estoy hastiado de sus reglas y que me digan
siempre lo que debo de hacer, ¡estoy harto de ustedes! Y ya días
estoy tragándome estas palabras, pero no más, así que les soy
honesto y les digo lo que pienso de una vez por todas.
—¿Por qué me dices esas cosas? —le interrumpe Andrea su
madre, mientras lágrimas cortan sus mejillas corriendo su
maquillaje—. ¿No sabes que con tus actitudes y palabras me
estás matando?, ¡me lastimas hijo!, ¡por favor compórtate como
un joven maduro y pensante!.
—¡Aaaah… qué bien! Ahora me dices bruto, sólo esto te
faltaba mamá, ¿sabes qué? ¡Me largo!, así quedarán ustedes más
felices, pues veo que soy un estorbo para su vida dizque
espiritual y cristiana —le contestó Arturo con una mueca de
burla.
—¿A qué te refieres? —le dijo Brian su padre—. ¡Estas
actuando como que esto fuera una novela! No trates de escudar
tus malas actitudes. Nosotros confiamos en ti, pensábamos que
amabas a Dios pero ahora vemos que el amor que profesabas era
una farsa.

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—No es eso, si lo amo; pasa que necesitaba estar con amigos,
necesitaba estar con personas, y pues mis nuevos amigos me han
hecho sentir bien, me admiran, me hacen sentir lo grande que
soy y especial, nada que ver con lo que hacen ustedes.
—¿Lo grande que eres? ¿lo especial que eres? ¿y es que
necesitas que tus amistades te lo digan para creértelo?, ¿estás
diciendo que todo este tiempo no creías que eres tan especial y
valioso para nosotros como en especial para Dios? y ahora nos
dices que con las presiones de tus amigos y sus elogios te has
sentido bien y por dicha razón has dado la espalda a aquel que
cada día te protege, busca, abraza y ama. No lo entendemos,
¿por qué esa manera de pensar?
—Sí, ellos me llaman a menudo, ellos se preocupan por mí, y
sí, es cierto que no tienen buenas costumbres pero ellos no son
mala gente, sólo que tienen algunas malas mañas.
—Escúchate cómo hablas —continuó Andrea—. Estás
diciendo que son buenas personas por cómo te tratan y te hacen
sentir, pero sigilosamente mira cómo estás, y mira lo que tienes
en tu mano, una cerveza en vez de la biblia. Nosotros los
escuchamos cantando canciones antimorales y huecas de
sentido. ¿Cómo es posible?
—Ellos son mis nuevos amigos y no los dejaré, son mejor que
la gente hipócrita que va a la iglesia.
—Escúchate y razona tus palabras —dijo Brian, su padre—.
Maldices a la gente a quienes decías amar y por quien servías en
la obra de Dios. ¿Acaso señalas a la gente de la iglesia
presumiendo entonces que tú si eres perfecto? ¿o acaso excusas
tus malos comportamientos y tus decisiones equívocas
señalando los errores de otros?. Además tus nuevos dizque
amigos te pueden tratar muy bonito, pero ve sus frutos, ve como
ellos tratan a sus padres y familia, ve cómo se comportan en sus

78
trabajos y lugares de estudios, ve sus frutos y que los mismos te
digan qué tipo de personas son, ¡porque los frutos de las
personas hablan a gritos quienes son en verdad!
—No quiero seguir hablando con ustedes papá, me largo de
aquí, ya lo tenía planeado. Me mudaré con uno de ellos y
olvídense de mí por favor. Ustedes nunca han estado conmigo y
en cambio ellos sí. Si cometo errores pues cargaré con ellos y
eso a ustedes no les interesa ya. Olvídense que tienen un hijo, al
fin y al cabo hace días lo hicieron. Ustedes son ahora unos
extraños conocidos para mí. —Arturo salió por la puerta sin
voltear su mirada hacia atrás dejando a su madre con un nudo en
la garganta y los ojos humedecidos.

No entiendo a los humanos. Yo estuve con Arturo


compartiendo escenario muchos días, y lo escuché predicar
incluso; lo escuché hablar del perdón y del amor a Dios y al
prójimo; lo escuché decir en muchas ocasiones que uno busca
agradar a Dios y no a las personas, pero que a pesar de eso el
amar al prójimo lo hacía sentirse bien. Ahora lo escucho
señalando a la gente a quien él les brindaba la mano, gente
imperfecta, pero que a pesar de eso él con su gran corazón les
tendía la mano para ayudar por el simple gusto de hacerlo; ahora
lo veo señalando a sus padres, tal vez tenga su razón, pero no
creo que sea la manera y la forma correcta de manifestarle sus
inquietudes.

Después de unos minutos de silencio los padres se vieron a


los ojos mutuamente, y él tomó la palabra primero.

—¿En verdad creo que los he descuidado mucho, mis


múltiples quehaceres y trabajo excesivo me han apartado de

79
ustedes mi familia. He estado tan ocupado trabajando, que
siento que la vida se me va acelerada, y me estoy olvidando de
vivir cada detalle con las personas a quienes amo y me aman
genuinamente. Necesito traer orden a mi vida y a mi agenda
cotidiana.
—Es lo correcto Brian —contesta la esposa con ojos
fatigados—. Pero más que lamentarnos hay que accionar. Mejor
vamos por nuestra hija a casa de mi mamá por favor, quiero
verla ya.
—Está bien, vamos.

Lo que pasó de allí en adelante no lo sé. Luces apagadas en


una sala mal oliente y desarreglada es lo que queda a mi
alrededor. Brian y Andrea fueron por su hija menor Mely, de
cinco años, quien durante todo el viaje se quedó en casa de la
abuela.

Sueños mutilados con arma blanca.

Pasaron varias horas, y llegaron muy de madrugada a casa.


Cuando entraron la madre gritó; ¡Arturo estás aquí!, con
esperanzas que él hubiese regresado, sin embargo el aún no
había regresado a casa.
—¿Qué pasa mami? —dijo Mely con ojitos saltones y
curiosos.
—Mely mi amor, no pasa nada, es que tu hermano salió muy
tarde pero pronto regresará, no te preocupes. Es hora de ir a
dormir ¿de acuerdo?
—Claro mami, estoy de acuerdo, pero cuando venga mi
hermano lo voy a regañar porque estas no son horas de salir, y la
calle es muy peligrosa —mientras levantada su dedito índice
mostrando descontento.

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—Si hija —contestó Brian su padre—, pero será otro día
porque usted princesita se tiene que ir a dormir —mientras la
tomaba en sus brazos y se la llevaba cargada a su habitación.

Al siguiente día de lo acontecido, la empleada doméstica


llegó y vio el alboroto. Sin preguntar nada se puso a hacer sus
labores de aseo. Me encontró y me lavó como nunca antes lo
habían hecho. Tuve miedo porque no sabía si ella me iba a lavar
como si fuese un plato, pero fue muy sutil. Prosiguió luego a
ordenar todo lo destrozado, y Andrea luego se incorporó a
ayudarle. Ambas se pusieron a ordenar todo. Pero noté algo
curioso en esta empleada, mientras ella limpiaba también
cantaba, me recordó mucho a la Chimoltrufia, lo único que esta
hermana si cantaba a tono —díganmelo a mí, soy un micrófono,
sé distinguir quien canta bien y quien no—; pero más que el
hecho de cantar a tono me llamó la atención la paz que irradiaba
al cantar. Ella sabía que algo feo había pasado en esa casa, pues
aunque Andrea no le había platicado lo que pasó, todo era
evidente alrededor. Así que ella cantaba, cantaba y seguía
cantando mientras ordenaba y limpiaba junto a Andrea quien la
observada detenidamente.

—¿Estás muy contenta verdad Norma?, y veo que te gusta


cantar también.
—Claro que si, además no estoy cantando, estoy adorando a
mi Padre celestial. Hay que limpiar esta atmósfera de tristeza y
declarar que la paz de Dios llena a toda esta familia y esta casa,
y que sea Dios quien tome el control de todo.
—Sí, lo sé Norma. Es fácil adorar cuando todo va bien, pero
en estos casos, cuando tu familia es herida y tu corazón

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defraudado es difícil cantar y mucho menos adorar. Me siento
hecha trizas —mientras sus ojos se empapaban de lágrimas.
—Eso es lo que piensan muchos —dijo Norma mientras
limpiaba un plato—. La verdad entiendo que su situación no es
para nada fácil, pero usted y yo sabemos que la adoración tiene
poder de cambiar la atmósfera. Dios habita en medio de la
alabanza de sus hijos y él está aquí en este momento, y es más,
si me lo permite, déjeme orar por usted.
—Pero es que no puedo Norma, me duele el corazón cada vez
que recuerdo las palabras que mi hijo Arturo me ha dicho; son
palabras hirientes, son como cuchillos al corazón que desgarran
lo profundo arrancando ilusiones y sueños. Norma no sabes
cómo duele esto, jamás pensé pasar por aquí.
—Doña Andrea, permítame orar por usted por favor. Es la
mejor manera en que puedo ayudarle en este momento, y quien
va a obrar en su vida trayendo fortaleza es Dios.
—Está bien Norma —contestó Andrea tratando de secar con
sus manos las abundantes lágrimas que empaparon su rostro.

Ambas se pusieron a orar y luego Norma pidió a Andrea


entonar un cántico juntas, algo así que decía: “Oh Cordero de
Dios quien perdona todos nuestros errores, yo confió en ti, a ti
me rindo”. El canto hizo que la atmósfera de aquélla casa
cambiara de tal forma que ellas dos adoraban intensamente.
Andrea comenzó a llorar todas esas lágrimas que se había
tragado desde la noche anterior; Era un lavado del alma por el
cual estaba pasando. El Espíritu Santo las estaba ministrando de
una forma tal que aun yo siendo un simple micrófono pude
corroborar que algo pasa cuando hay una persona que busca de
todo corazón a su Dios.

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Después de dar palabras de consuelo a su señora Andrea,
Norma le dio un abrazo el cual Andrea recibió cual si fuera su
madre. Después de unos minutos prosiguieron limpiando la
casa.

—Norma, no sé de dónde sacó Arturo este micrófono,


nosotros no tenemos de esto aquí, ha de ser de alguno de sus
amigos, límpialo bien con desinfectante y un paño por favor,
porque también existe la posibilidad que sea de la iglesia, ya que
Arturo a menudo traía algunos instrumentos y equipos de audio
para repararlos aquí.
—Si señora, es más, ya lo había lavado. Estaba asqueroso,
lleno de vómito, lo lavé y dejé secando, y ya sólo hace falta
desinfectarlo, así que eso haré.
—Cuéntame Norma ¿Qué tal tus hijos?
—Gracias a Dios muy bien, están muy grandes ya.
—¿Son cuatro los que tienes verdad?
—Sí, cuatro, y todos gracias a Dios sirven en la obra del
Señor, son buenos estudiantes, jóvenes responsables y
ejemplares, no tienen vicios, y eso me hace sentir orgullosa de
ellos.
—Claro que sí Norma, me imagino lo orgullosa que debes
estar —prosiguió Andrea con una sonrisa a medias.
—Perdón doña Andrea, espero no hacerla sentir mal con lo
que le cuento —dijo Norma colocándose la mano en su boca.
—No te preocupes, por favor sígueme platicando, necesito
charlar y centrar mi atención en algo más. Por favor prosigue y
cuéntame: ¿todos nacieron estando tú ya en la iglesia?
—No. Dos de ellos nacieron estando yo fuera de los caminos
del Señor; Sergio y Alberto. Después los otros dos si nacieron
ya estando yo dentro de los caminos de Dios, los dos menores

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son Mateo y Juan; por los nombres que tienen puede distinguir
las distintas etapas en que nacieron —ambas comienzan a reírse
por dichas palabras.
—¿Cómo es posible? —dijo Andrea mientras rascaba su
frente.
—Usted sabe, ya siendo cristiana se me ocurrió ponerle
nombres bíblicos a mis hijos y los primeros nombres que se me
vinieron en mente son esos. Además el panzón de mi marido no
me ayudó a escoger, y ahora mis hijos me preguntan por qué les
puse esos nombres —y así siguieron sonriendo toda la mañana
estas dos señoras, tratando de asimilar la etapa con buena cara.

Pasaron dos largas semanas en aquella casa, hasta que un día


Andrea dijo:
—Brian, ya averigüé acerca del micrófono que dejó Arturo;
es de la iglesia, así que hoy mismo hay que irlo a entregar.
—Está bien, dámelo, lo subiré al auto para que no se me
olvide y lo pasaré dejando en la noche.

Ese día regresé a la iglesia. De nuevo en manos de Rolando el


director, a continuar con las tareas cotidianas en una
congregación de gente gritona y loca.

Más allá del talento, la adora-acción.

Unas semanas después de estar de vuelta en la iglesia. En una de


las reuniones especiales que habían organizado con anticipación
tuve la oportunidad de escuchar el sermón de los labios de
aquella muchachita que canta como ángel.
Esto será muy interesante —me dije a mi mismo—. A ver que
nos comparte esta muchachita de trasfondo gris.

84
Ella toma su micrófono propio, es decir a Rayan, y comienza
su sermón.
—Dios les continúe bendiciendo. Estoy muy agradecida con
Dios por darme la oportunidad de dirigirme a ustedes y
compartir un corto mensaje que les traigo.
Estamos en tiempos constantemente cambiantes. Donde las
demandas a las personas sin importar su edad son cada día
mayores, y esto en todas las áreas de la vida; estudios, trabajos,
iglesias, proyectos, etc, etc.
Dios me ha dado la oportunidad de llevar su mensaje a través
de la música, anhelo que mi música sea tan colorida que pinte el
ambiente, pues doy fe de esos momentos en que la música
supera las palabras cuando Dios mismo interviene en medio de
ella. De igual forma, a medida pasa el tiempo me he percatado
de los grandes desafíos que conlleva trabajar en esta hermosa
área. En el tiempo que tengo de estar en el área he visto
muchísimos casos de personas que ante dichos desafíos, bien
sea a nivel de la iglesia local, la sociedad o incluso ellos
mismos, sucumben en ideologías que se apartan de la realidad
de lo que es ser en verdad un adorador.
Leí hace algún tiempo un libro muy famoso en donde enseña
que la adoración es un estilo de vida, y no solamente cantar o
predicar. También es adoración tu tiempo de lectura de la
palabra, el ayudar al prójimo, el barrer la iglesia, el limpiar tus
instrumentos, el honrar a tus padres, y todo lo demás que la
biblia nos enseña que debemos hacer, y también lo que no
debemos hacer, siempre y cuando hagamos esto de corazón para
el Señor. No pretendamos encajonar la adoración en el hecho de
cantar haciendo muecas con la cara, o arrodillarnos mientras
cantamos, y cosas similares. La adoración implica todo nuestro
estilo de vivir. Si bien la música hoy en día se ha convertido en

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uno de los principales canales por medio del cual se comunica y
expresa nuestra adoración, este también se ve golpeado y
alterado por ideas equívocas de muchos que no fundamentan su
adoración a la luz de la palabra de Dios. Por dicha razón hay
muchísimos músicos, pero pocos adoradores; haciéndonos estar
en la misma estadística que cuando Jesús estuvo en carne en esta
tierra. Él mencionó que el Padre busca adoradores, y más de dos
mil años después aún los sigue buscando, porque la verdad son
pocos, si…, pocos adoradores en espíritu (en su devoción) y en
verdad (en su vida cotidiana).
Hoy por hoy, para muchos la adoración es una moda, un
estilo o género musical, cuando la verdad ¡es más que eso!.
Tristemente es común ver integrantes de ministerios de alabanza
o incluso otras personas que asisten a la iglesia del Señor, que
trabajan fuerte en la obra, mas no tienen una vida íntima con
Dios, y aclaro, una vida íntima con Dios no quiere decir estar
encerrado todo el tiempo en tu cuarto orando y orando, aunque
esto si es en parte, pero no lo es todo. Una vida íntima empieza
desde que te levantas teniendo muy presente en tu mente y
corazón que eres de Dios, le perteneces a Dios y que en todo lo
que hagas durante el día él estará también allí, y por lo tanto él
está cien por ciento involucrado en tu manera de vivir. No es
sólo cantar. Que triste es ver cantantes de iglesia que no les
gusta recibir sus discipulados o asistir a sus grupos de
crecimiento, evidenciando que cantan una cosa pero viven otra.
No digamos de comportamientos fuera de la iglesia, bien sea en
lugares de trabajo o de estudios donde muchos de los cristianos
que adoran dentro de la iglesia en estos otros lugares son
invisibles. Ser adorador es más allá de los talentos o las
habilidades que tengas al servicio de Dios. Esto me llevaría
horas platicarlo pero en esta ocasión quiero compartirles de

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tipos de adoradores que existen en esta época y trataré de ser lo
más breve y concisa posible:

PRIMERO. Los adoradores de sí mismos: son aquellos que


buscan ser estrellas, ser el centro de atención, ser admirados y
muy famosos a costa del servicio en la obra de Dios. Hoy en día
el mercado de música cristiana está muy amplio. Hay muchos
que sueñan con sacar muchos discos con el fin de ser famosos y
no con el sentido correcto que sería tocar el corazón de Dios, la
edificación de su iglesia y la evangelización a todas las personas
a través de la música. De estos tipos hemos hablado mucho en
otras ocasiones. A veces sus actitudes egocéntricas son muy
arraigadas e intencionales, pero en otras ocasiones hay personas
que caen sigilosamente en este error a causa de las felicitaciones
y los aplausos.

SEGUNDO. Los adoradores de la congregación: son


aquellos muy bien intencionados, que aman a Dios y quieren
adorarle genuinamente, pero su anhelo por querer involucrar a la
congregación en adoración es tan fuerte que caen al extremo de
olvidarse que ellos primero deben centrarse en Dios. Así que
estos en su preocupación y atención de ver como el público
responde y adora, se olvidan que su adoración es para Dios y
que su deber es invitar a las personas a adorar y no tratar de
obligarlas o convencerlas por fuerza a hacerlo. Recuerdo en
cierta ocasión, vi a un director de alabanza que al ver que el
pueblo no reaccionaba agarró la biblia y a costa de versículos
regañó a la iglesia que no quería adorar, al extremo que usó las
frases “¿van a alabar o no van a alabar? ¿a que han venido
pues?”. Y eso yo lo vi vergonzoso y fuera de lugar, además la

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forma en que este ministro fluía, la sentí más carnal que el
negocio de un carnicero.
La adoración se modela, a manera que los demás vean que
estamos disfrutando de ello y queremos provocar que ellos
quieran ser partícipes de esa bendición también.

TERCERO: Los adoradores de la adoración: Son aquellos


que no están enamorados cien por ciento de Dios, sino que están
más enamorados del últimos disco de alabanza y adoración que
sacó la banda de moda; son aquellos que disfrutan cantar
solamente su cantante o género favorito y fuera de eso no hay
más adoración. Ahhh… y hay de aquel que se le oponga a su
cantante favorito o a su estilo de adoración. Si no está en su
mismo estilo entonces esta fuera del “mover del Espíritu”. Hoy
en día todos los que estamos en los ministerios de alabanza
tratamos de sacar la canción de moda o más nueva, y hasta
cierto punto no hay nada de malo en querer estar actualizado en
cuanto a la música; sin embargo, cuando caes al extremo de
anclarte en un solo cantante o género musical y no dejas que el
Espíritu te dicte las estrategias sobre la música con la cual
trabajar en la congregación, creo que allí está el error. Seamos
claros, en este tiempo todos, absolutamente todos cantamos
canciones modernas; el que diga que no, es mentiroso, ya que si
decidiéramos cantar las canciones bíblicas estaríamos cantando
música mesiánica en todas las iglesias o también coros aún con
himnarios; y en esos tiempos no existían los tipos de
instrumentos musicales que usamos ahora en las iglesias, y
también la forma de como hoy son los cantos espontáneos es
distinta, y que decir de los patrones rítmicos, tonalidades,
frecuencias, escalas, luces, escenarios y sistemas de audio; digo
esto porque repito, no hay nada de malo en querer estar actual y

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fresco en lo que es música. Pero no hay que descuidar el hecho
de estar actualizado y fresco a lo que Dios quiere hacer en esta
generación, en otras palabras moverme según a como él quiere,
y no como yo, o lo que está de moda sugiere necesariamente que
hagamos. Así que hermanos, más que la canción nueva
independientemente el género, es el saber si me estoy moviendo
por mis gustos musicales personales o porque es la estrategia
que el Espíritu Santo me está dictando a la hora de ministrar.

CUARTO, el adorador de Dios; es aquella persona consiente


que adorar es más que canciones, es más que buenas
interpretaciones, que adorar implica un deseo por ser mejor cada
día y darle la excelencia a Dios en todas las áreas de la vida;
llevándolo consigo a todas partes, no sólo dedicarle canciones, y
ofrecer sacrificios y trabajo, si no disfrutar del amor de Dios y
de su gracia, procurando vivir una vida consagrada a Dios y ser
ejemplo en su estilo de vida, rindiendo su corazón todos los días
a Dios y viviendo en su voluntad. Quizás no siendo perfecto en
el estricto sentido de la palabra, pues Dios conoce nuestra
condición de seres imperfectos propensos a fallar; pero sí, el
verdadero adorador procura con todas sus fuerzas no fallar, y si
así lo hiciese aun en su debilidad él se levantaría y lucharía por
seguir adelante y no volver a caer jamás. El genuino adorador se
caracteriza por un esfuerzo continuo, una entrega total, un
anhelo ferviente y apasionado por la voluntad de Dios y el
querer seguirle y servirle por amor y no por miedo, a manera de
llegar a decir para mí el vivir es Cristo y fuera de él no hay vida.

Que cada día vivamos rendidos a la voluntad y al amor de Dios,


amor el cual debemos reflejar a toda la sociedad y trasmitirlo
con nuestra manera de vivir.

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Vidas polarizadas

Una vez terminada la participación de Sheryl, continuó el


cronograma de la reunión. Hubo un tiempo de alabanza muy
extremo, fue un cierre de canto tras canto, gritos, bullicio,
júbilo, alegría, sudor, y hasta uno que otro gas que se le escapó a
uno de los coristas, tan espeso y concentrado que provocó que
las compañeras coristas lloraran pero no de alegría, sino que los
gases que ese tipo lanzaba, eran como bombas lacrimógenas.
Tan fuerte el hedor que el guitarrista fingió caer por el poder del
Espíritu para poder respirar bajo tratando de alcanzar oxígeno,
prefiriendo oler las alfombras de la batería que tenían meses sin
lavar, en vez de los gases radiactivos del corista este. Termina la
reunión y vemos a todas las personas saliendo como de
costumbre; con una sonrisa contagiosa y uno que otro individuo
medio despistado preguntando sobre los anuncios de la semana
y sobre lo que había pasado en la reunión.
Una vez que la gente ya se había marchado, quedando casi
vacío el lugar, como de costumbre los del ministerio se
quedaron limpiando sus instrumentos y guardando todos los
equipos. Listo estaba por guardarme Rolando cuando se acerca
un ujier, de esos de antaño, que son como una especie de fusión
entre Robocop, el apóstol Pablo y un talibán; éste se acercó con
su biblia en mano y le dijo a Sheryl:
—Bonita prédica. Lástima que fue muy corta de tiempo.
—Aaaaahh... ¿Si verdad? —contestó ella—, es que es
primera vez que me tocaba compartir en frente de tanta gente.
—¿Y eso qué…? —Contestó el ujier—. Si usted está con la
unción del Santo, no debería sentir nervios; eso sin duda es por
la falta de oración.

90
—Noooo… ¿Cómo se pone a creer eso?. Dios sabe lo mucho
que me preparé y el esfuerzo que hice, así que puedo estar
tranquila en eso.
—Aunque le diré un par de cosas hermanita —dijo el ujier
con tono de abogado—. Ustedes los de alabanza deberían
practicar más de lo que predican y cantan, ya que son muy
altaneros y orgullosos.
—¿Pero por qué dice eso? —contestó ella—, si nosotros
simplemente hacemos lo que debemos hacer. No entiendo por
qué dice esas cosas si usted no nos conoce muy bien.
—No hace falta hermanita, ustedes son muy prepotentes, no
les gusta saludar a las personas, se creen estrellas. Cuando una
persona quiere charlar con ustedes se vuelven muy presuntuosas
y no permiten que los demás se les acerquen para hacer amistad,
al contrario, se quedan en su círculo y ven a los demás como
simples mortales y ustedes como que tuvieran una membresía
especial en el reino de Dios.
—Se equivoca señor —dijo Sheryl un tanto molesta—. Verá,
yo sé que ustedes son muy hospitalarios y dan la mano a todas
las personas, pero en parte debe entender que nosotros no
podemos alcanzar a saludar a todos en la iglesia. A veces
estamos tan apresurados que tenemos que decidir si ponernos a
trabajar rápido para asegurar que todo sonará bien, o quedarnos
a saludar una a una a todas las personas de la iglesia. Eso es
muy difícil hermano, usted sabe que cuando nosotros no
sonamos bien, o hay problemas en el sonido de la iglesia, no hay
quien nos defienda, sólo nos queda aguantar los señalamientos y
regaños.
—Y usted señorita ¿piensa que las personas saben todo eso o
que les importa sus excusas? —prosiguió el ujier RoboPabloban

91
y con tono fuerte—. Si usted no se muestra amable con ellas,
además nada les cuesta venir más temprano u organizarse mejor.
Rolando al escuchar las ráfagas de tiros verbales del
RoboPabloban decidió intervenir.

—Disculpe que me entrometa hermano, y sí, yo le doy la


razón en varios de los puntos que usted está tratando. Pero usted
no es quién para señalarnos; pues usted no conoce lo sacrificios
que nos toca hacer, al igual que yo no sé cuáles son todos los
que ustedes hacen también en su área.
—¿Qué sacrificios amigo? Si ustedes lo único que hacen es
ensayar y cantar, y se supone que eso les gusta hacer, no le veo
más esfuerzo.
—Eso es lo que todos ven —dijo Rolando— pero cuando
estamos aquí cantando, cansados del día laboral o de estudios, y
muy agitados, nadie lo sabe, al igual que cuando cantamos
estando mal de salud, pero preferimos aparentar que nada está
pasando. Y qué decir de los desvelos ensayando, escuchando
canciones nuevas para poder tocarlas en la iglesia.
—¡ja…ja…!, canciones modernas y feas que sólo ustedes se
saben —dijo Robopabloban—. Ustedes están más enfocados a
lo nuevo y se olvidan de nosotros los de avanzada edad.
—Hermano, pero si nosotros tocamos de todo —dijo Sheryl
con ojos muy abiertos—. Tocamos tanto música de hace
muchos años, como música nueva; no comprendo por qué dice
que sólo música moderna.
—Yo soy de la época de los himnarios, en donde la gente
sabía lo que cantaba, sin tanto griterío y bulla. Eso les hace falta
a ustedes.
—Bueno, ya veo que en este tema no vamos hacia ninguna
parte —dijo Rolando pidiendo pausa con las manos—. Gracias

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por sus comentarios y consejos, y créame que los tomaremos
muy en cuenta. Sheryl, ya hay que irse. Queda poca gente y la
distancia a nuestras casas son largas.
—Bueno, eso espero, agarren mis consejos jóvenes. Yo se los
digo porque los amo en el amor de Cristo. Dios les bendiga,
hasta luego y buenas noches.

Rolando y Sheryl se quedan observando mientras el


hermanito se desaparece entre el oscuro pasillo por las luces
apagadas de la iglesia.

—¿Qué opinas de todo lo que dijo? —le preguntó Sheryl a


Rolando.
—Te diré que en parte tiene razón, lo digo con respecto al
hecho que debemos acercarnos más a las personas y tratar de ser
más amigables aun con nuestras agendas apretadas, cansancio y
apresuramientos. Siendo realista, estoy seguro que aunque lo
intentemos con todo, nunca quedaremos bien con todas las
personas, sin embargo, quedará la satisfacción que sí lo estamos
tratando de hacer y que no estamos de brazos cruzados. Lo que
no me cuadra es por qué siempre hay personas que tratan de dar
forma a las vidas de los demás, según sus propios gustos.
—¿Cómo así? ¿a qué te refieres? —Preguntó Sheryl
rascándose la cabeza.
—Sheryl, tanto dentro de la iglesia como fuera de la iglesia,
siempre habrán personas que tratarán de moldear tu vida según
sus parámetros y deseos, y si tú te dejas manipular por las
palabras y comentarios de otras personas dejando por un lado
tus convicciones en Dios, entonces fácilmente serás fluctuante y
no desarrollarás tu propio carácter.

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Hay muchas personas quienes viven vidas polarizadas,
mostrando una fachada exterior en su estilo de vida, pero en el
interior es muy diferente. Y esta costumbre muchísimas veces es
adoptada por otros al dejarse influenciar por otras vidas
polarizadas. Te pondré por ejemplo en el trabajo donde laboras;
sea como sea y cual sea el tipo de empleo, siempre aprenderás y
adoptarás costumbres, expresiones y ademanes del medio que te
rodea. Siempre pasa; si nunca tomaste café, en un empleo
aprendiste a tomar café; si nunca fuiste a fiestas, en un empleo
aprendiste a ir a fiestas, si nunca dijiste chistes de doble sentido,
en un empleo lo aprendiste; o también a escuchar un tipo de
música, a comportarte de ciertas formas, y a expresarte de otras
maneras extrañas. Piénsalo, has memoria y verás que en un
empleo aprendiste a hacer algo bueno o malo, que se convirtió
en parte de ti; y esto porque el medio que te rodea siempre trata
de darte su forma, y lo feo de esto es que esa forma sea un
exterior bonito, pero por dentro sea una oscura y sombría
realidad. Claro, esto pasa también en los centros de estudios,
negocios, o nuevos lugares donde te mudas a vivir. Mira, yo
prefiero ser trasparente, darme a conocer por quien soy y como
soy, aprendiendo de las personas correctas las cosas buenas a
imitar, y desechando aquello que pretende convertirme en una
persona común y estandarizada que se deja moldear por el
medio que la rodea. Así que de lo que nos dijo nuestro amado
hermano en la fe, tomemos lo bueno y aprendamos de ello para
crecer y madurar, en cambio lo que no es cierto o va en contra
de la visión que Dios nos ha dado, pues eso no lo tomemos.
—Muy de acuerdo Rolando —dijo Sheryl con una sonrisa y
ojos cansados de la larga jornada.
—Vámonos Sheryl, se hace muy tarde, otro día seguiremos
charlando.

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CAPÍTULO 5:

Historias al son de acordes y ritmos.

P asaron unos meses después de lo acontecido con Arturo,


quien dejó el ministerio de alabanza y no volvió a su casa.
Los últimos comentarios que escuché acerca de él fueron que se
mudó con un primo y se aventó a vivir la vida loca. Mientras
tanto en la iglesia, pues solamente quedó Alfredo tocando la
guitarra y los demás músicos. Por lo demás todo iba
comúnmente, todo proseguía con su normalidad, pero otro golpe
se avecinaba. Un día en ensayo pasó lo siguiente:

—Buen día mis amigos —dijo Rolando mientras todos


estaban en círculo—. Como podrán ver en el ensayo de hoy no
se encuentran dos personas, Gonzalo (el baterista oficial) y
Elena (una de las coristas); ustedes bien saben tenían años de ser
novios y pues el pastor me dio una noticia que tengo que
comunicárselas; Elena salió embarazada de Gonzalo, así que ya
no estarán en el ministerio —las miradas perdidas de algunos, y
los ojos asustados de otros inundaron el escenario—. La verdad
que todos sabíamos que algo pasaba en ambos, los vimos
distraídos y algo alejados estos últimos días. Pero ya se sabe
cuál es la razón. La verdad ellos no han querido hablar sobre el
tema, de hecho al parecer no quieren regresar a la iglesia (cosa
que no comprendo hasta cierto punto) sin embargo habrá que
respetar sus decisiones. Si logran contactarse con ellos entre la
semana para charlar es buena idea. No somos jueces de nadie, y
todos, absolutamente todos, estamos propensos a fallarle a Dios

95
si no nos cuidamos como se debe. Ahora tendremos que
reestructurar el equipo y este proceso tocará sobrellevarlo a
todos juntos, los ojos de la congregación están sobre nosotros,
algunos buscando más errores y otros oran e interceden por
nosotros para que no desmayemos. Jóvenes este proceso ya lo
hemos pasado anteriormente, no nos hundamos ante los
comentarios de las demás personas, démosle la espalda a los
comentarios negativos mas no le demos la espalda a la gente.
Esta obra le pertenece a Dios y él mismo nos dará la victoria, él
mismo nos ayudará y saldremos una vez más adelante y
brillaremos con la luz de Jesús aun mayormente. Porque su
gloria por venir es aún mayor que la actual.

Después de las palabras de Rolando y además de hacer una


oración, procedieron a seguir ensayando. Por ahora sólo
quedaron dos coristas, Sheryl y Celeste, además de Rolando está
Santiago quien también canta, en la batería Jairo, en el bajo esta
chica llamada Inés, en el piano Daniel y en la guitarra Alfredo;
en el área de sonido y audio visuales tenemos a Marcos, Rafael,
Adrián y Walter de quienes ya anteriormente les he hablado.
Estos doce jóvenes quedan levantando un ministerio
actualmente golpeado por la crítica y señalamientos. Pero
también con la aprobación de Dios y el apoyo de hermanos con
espíritu de adorador. Ellos han decidido no doblegarse ante
ninguna de las circunstancias complicadas, y lejos de eso mejor
han decidido abrazar su llamado y su vocación, aferrándose al
gran amor de Dios. Rolando termina el ensayo leyendo un
pasaje bíblico: “Pregonad esto entre las naciones, proclamad
guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los
hombres de guerra.” Así que estos muchachos con sus
pantalones desteñidos y rotos, sus personalidades juveniles y

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aventureras, deciden levantarse como hombres y mujeres de
guerra. Curioso lo que acabo de ver. Pero lo que supe después
que ellos se marcharon fue impresionante.

Una vez ellos se retiraron a sus casas. A la luz del sol que se
asomaba por la ventana esa tarde, quedamos todos los
instrumentos listos para la reunión del día de mañana a primera
hora.

La vida también tiene caja negra.

Estando con los instrumentos decidí hablar con todos y


preguntarles a ellos sobre cada uno de esos muchachos. Algunos
de ellos inexpertos musicales, pero que tenían algo, y yo quería
entender que era ese “algo”.

—Bass, ¿Puedes oírme? —le grité al bajo eléctrico.


—Claro, ¿qué deseas? —me dijo con tono grabe y fuerte.
—¿Podrías hablarme sobre Inés?, tengo curiosidad de saber
¿cómo una chica toca el bajo, siendo ella de perfil tan fino?
—Ella me ha llevado muchas veces a su casa. Es la mejor
bajista del mundo, y no te lo digo por su técnica de ejecución
solamente, sino porque cuando ella me ejecuta siento como el
latir de su corazón se trasmite a mis cuerdas, haciendo que estas
vibren con un sonido tierno y fino como tú lo llamas. Ella no es
tan elogiada por su belleza como otras chicas, quizás porque a
ella le gusta pasar desapercibida, y pues es de personalidad
fuerte.
—¿Pasar desapercibida? ¿belleza?, ¿pero si es bella y
talentosa? ¡No es posible que logre pasar desapercibida!.
—No lo digo porque no la conozcan o no andan chicos tras de
ella, lo digo porque ella tiene un corazón noble y sencillo, no es

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presuntuosa. Es cierto amigo, su belleza física brilla, pero su
belleza como persona ¡irradia!
—Oye hablas muy bien de ella. —le dije a Bass.
—Claro que sí, la defiendo a capa y espada, si yo fuera un ser
humano seria su guarda espaldas. Hemos vivido muchas cosas y
he estado presente en muchas etapas de su vida. Hubo muchos
procesos cuando ella recién aprendía a ejecutarme; en su casa la
callaban, y su hermano mayor la trataba mal, bueno su
hermanastro, era incomprensible para mí esa situación del ver
como ese tipo la trataba así.
—¿Y los padres no hacían nada? —le pregunté.
—Ellos no podían hacer nada Mic.
—¿Pero por qué?
—Porque ellos murieron. Fue un día de lluvia, ella tenía 8
años de edad, su madre y su padrastro venían de un viaje
rutinario de su empresa y la niña iba en la parte de atrás del
vehículo. Así iban los tres por la carretera mientras llovía. La
visibilidad del camino se hizo nula, pero la fuerte lluvia y la
zona de peligro por la que cruzaban los hizo tener que continuar
su camino sin hacer escalas. De pronto un vehículo que venía en
dirección opuesta, a causa de la casi nula visibilidad chocó
directamente con su camioneta, al parecer el conductor venía
ebrio. El accidente fue tal que solamente Inés quedó con vida;
después de eso los dos niños, el hijo mayor del padre quien tenía
en ese entonces dieciséis años y la niña Inés de siete añitos,
tuvieron que quedar bajo la tutela de una de sus abuelas.
—¿Y el padre biológico? —pregunté.
—Ella nunca lo conoció, pues cuando ella aún no había
nacido el padre biológico se fue inmigrante para Estados Unidos
tratando de buscar una oportunidad para darle un mejor futuro a
ella y a su madre; él salió buscando el muy mencionado sueño

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americano, mas nunca llegó a alcanzarlo; él se convirtió en un
número más en la estadística de muerte de inmigrantes, pues los
mismos coyotes que lo llevaron le quitaron la vida.
Pero prosigo con la historia; pasaron los años y crecieron.
Pero el hermanastro de ella creció con un resentimiento en el
corazón y una ambición al dinero. Se volvió violento, maltrataba
verbalmente tanto a la abuela como a su hermanastra, pero un
día la maldad de su corazón llegó al límite. Era de noche y él
llegó a casa drogado, gritando locuras y delirando, entró al
cuarto de Inés quien tenía quince años en ese entonces, y la
empezó a maltratar verbal y físicamente a tal punto que abusó
también de ella.
—¿Qué hizo qué? ¡Desgraciado!. —dije con tono asombrado
y molesto.
—La abuela no pudo hacer nada —prosiguió Bass—, tal fue
el delirio mental de ese tipo que cuando la anciana entró al
cuarto ella también fue noqueada por un golpe. Fue el trauma
más grande para la vida de Inés, sus sueños estaban rotos, su
corazón desgarrado, sus ganas de vivir se vinieron abajo.
—¿Y no le hicieron nada a ese tipo?
—Lo apresaron, y actualmente aún se encuentra pagando
condena por sus delitos. Sin embargo aunque él ya estaba preso,
la vida de Inés había sido alterada. Fue a terapia psicológica
para tratar de sacarla de ese estado de ánimo, pero las heridas
emocionales eran profundas; la pérdida de sus padres, el
ambiente familiar adverso, lo acontecido con su hermanastro,
todo en conjunto había opacado los sueños de aquella
muchachita alegre e hiperactiva. Por un tiempo no estuvo con
los demás músicos en las reuniones. Todos sabían el proceso,
sólo oraban por ella y trataban de darle ánimos. Pero cierta
ocasión, un día común al de todos sus días grises, el color de su

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vida comenzó a cambiar; ella decidió levantar la cabeza y
aferrarse en fe a su Padre y Dios; a pesar del dolor y la
decepción ella comenzó a involucrarse de nuevo en las áreas de
la iglesia en las que trabajaba; poco a poco fue acercándose a la
gente y volvió a practicar conmigo, cosa que durante semanas
había dejado de hacer. Yo era testigo de sus oraciones cada vez
que íbamos a practicar, miraba que al ejecutar mis cuerdas por
alguna razón lloraba, algo pasaba en su corazón, y era Dios
sanando sus heridas poco a poco, cual suave brisa al corazón.
Después de largas horas de práctica en las notas grabes de mis
cuerdas, ella al final daba un suspiro de paz. Después de un
tiempo empezamos a tocar en vivo de nuevo, y el Dios sanador
que ella experimentó, el Dios de amor y misericordia, el Dios de
paz que ella conoció en la adversidad, ese mismo Dios trasmitía
a través de mis cuerdas. Eso lo sé porque otros músicos me han
ejecutado, pero ninguno le llega a los talones a Inés, quien sus
notas son notas de amor, devoción, pasión por Dios, y siento en
el vibrar de mis cuerdas como ella anhela trasmitir el Dios que
ella conoció en sus procesos, el Dios quien nunca la abandonó y
quien siempre estuvo allí a su lado. Al pasar los años conoció a
un joven dentro de la iglesia en una conferencia juvenil en la
que les tocó ministrar la alabanza; un joven consagrado a Dios y
de corazón noble con el cual hizo una linda amistad, él se
convirtió en un apoyo ministerial y después de unos meses se
hicieron novios, un par de años después se casaron y hoy por
hoy ella es muy feliz. Pero todo empezó con la decisión de
seguir adelante y luchar a pesar de todo el dolor y las heridas,
afrontó sus temores e inseguridades y peleó hasta alcanzar la
victoria con la ayuda de Dios.
—Lo que no entiendo Bass, es ¿Por qué razón Dios permitió
que ella pasara eso? ¿Por qué? —le pregunté.

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—¿Por qué? amigo mío necesitaría más información para
poder darte una respuesta; para empezar necesitaríamos conocer
el futuro para así saber que hubiese acontecido si no hubiese
pasado así. Dios si conoce el futuro, así que hay cosas que él
permite que pasen porque él conoce no sólo el futuro de una
persona sino el de todos. Por dicha razón también hay mucha
información que no conocemos con respecto a los padres de
Inés.
—¿A qué te refieres con eso? ¿no te entiendo Bass?
—Mira Mic, te contaré. Un día escuché en una predica a un
joven decir lo siguiente: Yo tengo muchos sueños, sirvo a Dios
desde niño y me siento feliz de haber tomado esa decisión. Pero
en lo secreto de Dios he orado una cosa a mi Padre, que si él
sabe que el día de mañana yo me he de apartar de sus caminos,
y no regresaré más a él, por favor que me lleve el día de hoy. En
vista de esta oración que hago muy a menudo—y claro
esperemos en Dios que no pase—, pero, si el día de hoy yo
muriese de cualquiera que sea la forma, sépanlo que Dios me
llevó porque tal vez el día de mañana yo le iba a dar la espalda y
no volvería jamás a él, por lo tanto mi muerte no sería una
tragedia, más bien seria la contestación a una oración; el estar
por siempre al lado de mi Padre, y nunca darle la espalda.

—Ahora entiendo por qué dices que nosotros no conocemos


mucha información, es decir, hay cosas de la vida que nunca
sabremos de su por qué, al menos en esta vida —claro, se
supone que para los humanos después de la muerte física no es
el fin, y que para ellos les espera una eternidad; en cambio para
nosotros los micrófonos sólo nos queda cambiar de estado físico
y de materia—. En vista a eso, hay muchas respuestas que los
seres humanos sólo lograrán encontrar en la eternidad, después

101
de esta vida. ¿Es como los aviones con sus cajas negras verdad?
Allí ellos guardan mucha información acerca registro de vuelo,
y cuando hay percances en los aviones son las únicas que
pueden dar respuestas acerca de los acontecimientos.
—Exacto Mic. Los seres humanos también tienen es cierto
modo esas cajas negras y que en verdad dichas cajas son esas
situaciones en lo secreto en donde sólo ellas y Dios conocen que
es lo que está pasando. Por esa razón para las demás personas
muchas cosas que pasan no tienen sentido, pero para los que
conocen la información de la “caja negra de la vida” si hay
respuestas claras —y la mayoría de las veces el acceso a esa
información sólo la tiene Dios y nadie más—. Mic, sólo Dios
conoce todos los corazones, las intenciones y el futuro de cada
quien. Cuando nuestra vida está en sus manos y confiamos en él,
es entonces cuando él se encargará de poner cada pieza en su
lugar. En el caso de Inés ¿quién sabe? Qué tal si ese accidente
también iba a acabar con la vida de la niña a causa de alguna
decisión o procesos de los padres, mas Dios no permitió eso y le
preservó la vida. Y con respecto a lo acontecido con el
hermanastro, es allí donde también debemos ser conscientes que
nuestras decisiones pueden llegar a afectar a otros, por lo tanto
debemos tener cuidado de las personas con que nos rodeamos
porque ellos pueden ser buena o mala influencia para nuestras
vidas. El hermanastro de Inés cambió muchísimo, y para mal.
Sus actitudes dañinas lastimaron a las personas que le quedaban
por familia. Inés no tubo culpa en nada, fue víctima de las
decisiones descabelladas de su hermanastro, pero a pesar de
todo ese proceso, ella prosiguió, y volvamos al presente, hoy por
hoy es una joven exitosa, con una familia bella y que aman a
Dios.

102
Cuando huir sólo es para valientes.

¡Wow!, quedé perplejo de la historia que me contó Bass. Al


instante tomó la palabra Klavir, el piano de la iglesia.

—Créeme Mic, aquí encontrarás muchas historias


interesantes de cada uno de nosotros y nuestros músicos —me
dijo.
—Ya que lo mencionas —le dije— háblame de Daniel,
¿cómo ha sido tu vida con él y que tanto le conoces?
—Bueno, la vida de los humanos es algo compleja, o quizás
sea nuestra forma de ver las cosas en comparación a la nuestra,
que es menos complicada y más resumida. Para empezar Daniel
nació en la iglesia.
—¿En serio? ¿cómo fue? Cuéntame, ¿fue aquí en las bancas
de la iglesia, el patio o el altar? Seguramente me dirás que en
plena reunión la madre empezó a tener dolores de parto y el
niño se vino en el templo.
—Nooo Mic, no lo digo de manera literal, cuando digo que
nació en la iglesia me refiero a que sus padres lo encaminaron
desde que nació, e incluso antes de nacer ya oraban por su vida.
Como todo joven tuvo serias luchas en la adolescencia. Cuando
su carácter y personalidad se estaban formando, luchó con
muchas tentaciones, pecados ocultos que lo golpeaban a
menudo, y etapas en las que algunas veces resbaló y en otras se
libró; al menos no cayó en las que pudieron destrozarlo por
completo. Recuerdo un tiempo que cuando él tenía 19 años una
jovencita lo perseguía a donde sea, una muchachita que iba a la
iglesia pero al parecer el desfase hormonal de la joven hacía que
no usara la cabeza. Día y noche eran llamadas, y cada vez que se
encontraba a Daniel, dependiendo el lugar, eran saludos
acompañados de caricias con doble intención, ¿cómo lo sé?
103
sencillo, yo estuve presente en varias de esas escenas. Una vez
Daniel me llevaba en el auto rumbo a su casa, el hizo estación
en un supermercado donde se encontró a esta chica, quien al
verlo le pidió por favor que le diese aventón a la casa, a lo que
el accedió —primer error de Daniel, pues él conocía sus
intenciones—. Una vez llegaron a la casa de ella, él se estacionó
en frente y le dijo:
—Bueno, llegamos.
—Gracias, has sido muy lindo al traerme hasta acá, pero no
me bajaré de este auto hasta conseguir lo que busco —mientras
empezó a acariciar la pierna de Daniel.
—¿Qué te pasa? ¿tienes miedo? Por qué no me dices nada
Daniel —mientras más se acercaba a su rostro—. Daniel estaba
enmudecido. Al parecer una gran lucha se llevaba a cabo en su
cabeza. Esto duró por unos 5 minutos. Ella insistía en acercarse,
pero él sólo volteaba la mirada, moviendo la cabeza hacia uno y
otro lado. Era una lucha la cual podría ser catastrófica si él
decidía mal.
Por fin reaccionó Daniel, y agarrado de valor le contesta a
aquella gatúbela.
—¡No…!, esto no puede ser, bájate del auto ahora.
—No lo haré Daniel, no me bajaré —con ojos seductores y
desafiantes le contestó ella.
—¡Que te bajes del auto te dije y punto! ¿o quieres que te
aviente del carro ahora mismo? —con voz fuerte y ojos de enojo
le dijo Daniel.
La chica avergonzada y a la vez muy enojada se bajó del auto,
y él se fue disparado de aquel lugar acelerando más rápido y
furioso que nunca.
Mientras íbamos en el camino, escapando de aquella
situación, escuché a Daniel decir lo siguiente:

104
—Dios mío, casi, casi, casi. Estuve a punto de ceder ante la
tentación —mientras un escalofrío le atravesó la columna que lo
hizo estremecerse—. Eso sí que estuvo cerca, mas no dejo de
quitar de mi cabeza estas tontas ideas con ella. ¡rayos!, quiero
dejar de pensar en eso; ¡ayúdame Señor!...uuuufff, ¡tengo la
mente de Cristo, tengo la mente de Cristo, tengo la mente de
Cristo!.

Llegando por fin a casa se estaciona y colocando su frente al


volante oraba diciendo: Dios mío toma control de mis
pensamientos, no quiero cometer errores. Ayúdame a ser fuerte
y saber huir.

—¡Wow! Sí que estuvo cerca ese Daniel, es curioso eso que


me cuentas Klavir, ¿sabes?, siempre me he hecho una pregunta:
¿por qué los ministros de alabanza siempre pecan en el área
sexual? Desde las historias bíblicas del rey David veo eso, y hoy
por hoy escucho que en muchas iglesias esa historia se ha
repetido con sus ministros de alabanza.
—Mira Mic, no es que eso les pase sólo a los ministros de
alabanza, esas tentaciones persiguen a todo joven. Pero recuerda
que los que están en plataformas cantando son personas muy
conocidas, por tanto es más escandaloso cuando uno de ellos
falla. Y sí, estás en lo cierto, le pasó al rey David, eso me da
pauta que uno de los gigantes más grandes con el cual le toca
enfrentarse a esta generación es en área sexual, y a ese gigante
no se le hace frente, más bien se le huye. Lo mismo que
sabiamente hizo nuestro amigo Daniel, aunque le señalasen de
cobarde o tonto por desaprovechar esas “oportunidades”, Por
ello pienso que los seres humanos deben aprender a dirigir sus
pasos a lo que en verdad vale la pena, un momento de placer les

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puede hacer perder cosas realmente valiosas. Mira, a veces
avanzar en la vida implica perder algo, pero esas cosas a perder
que sean los miedos, rencores o momentos como esas
“oportunidades” que podrían pasar factura. Ahora permíteme te
sigo contando:

Entramos luego a casa, Daniel me llevaba cargado y esta vez


no se dirigió a su habitación sino al cuarto donde estaba la
abuelita, al entrar a dicho lugar la encontramos en cama, una
señora muy de avanzada edad, yo calculo sin duda que ella era
de las primeras mujeres en poner un pie en América, y si no,
pues ha de ser la única mujer en ver un Tiranosaurio Rex vivo.

—Buenas noches abuelita, aquí traigo el piano eléctrico de la


iglesia, ya que tú no has podido ir todo este mes, pues vamos a
adorar un rato juntos antes de dormir, ¿te parece?
—Claro hijo, pero canta la que más me gusta, ya sabes cuál.
—Por supuesto abuela, aquí le va: “Mi corazón entona la
canción, cuán grande es él, cuán grande es él, mi corazón
entona la canción, cuán grande es él, cuán grande es él”—
mientras con una suave melodía, se escuchaba la vos
entrecortada y débil de la anciana, quien cantaba con sus ojos
cerrados, con lágrimas que se escapaban de sus parpados
cerrados, acompañando la canción, esto mientras empuñaba sus
dos manos en su pecho. Estuvieron unos quince minutos
interpretando la misma canción creando una atmósfera muy
bella.
—Gracias hijo por tan lindo detalle. Mírate cómo has crecido.
¿Te recuerdas cuando te llevaba a la iglesia a las reuniones de
señoras? Te divertías saltando por las bancas y corriendo atrás
de la pastora en plena prédica. Pasé tantos momentos

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vergonzosos por ti —mientras una sonrisa cálida y genuina se
pintaba en su fatigado y apacible rostro—. Yo lo recuerdo todo
como si fuera ayer; tu mamá me decía: mami, su nieto es un
adorador, no se lo despegue, y yo así lo hacía, ¿te recuerdas
hijo?
—Si abuelita, no me recuerdo de los malabares en el altar, ni
de las correteadas a la pastora como dices, pues estaba muy
pequeño. Pero si a medida iba creciendo recuerdo algunas otras
cosas, jajaja, no aprendí mucho entre las largas conversaciones
de señoras que nunca entendía. Pero el estar en la iglesia para mí
siempre era una gran aventura, desde que salíamos de aquí y nos
íbamos caminando hasta llegar a la iglesia. No sé si tú recuerdas
las veces en que siempre me tropezaba en la misma grada de la
entrada ¿recuerdas abuelita? —mientras él acariciaba los
cabellos de plata de la anciana—. Gracias abuelita, el legado
que me has dado junto a mis padres es grande y estoy muy
agradecido con Dios por ustedes, son los mejores.
—Yo estoy aún más agradecida con Dios por darme un nieto
tan guapo, elegante y consagrado como lo eres tú. ¿Te recuerdas
cuando cantabas en la escuela para el día de las madres y salías
en actos especiales dedicando canciones? Cada momento ha
sido atesorado en mi corazón. Y qué decir de las serenatas que
nos llevabas a todas las madres de la colonia, desvelado con tus
amigos regalando alegrías en las madrugadas de cada día de las
madres.
—Abuela, me alegra que cada detalle haya bendecido y
alegrado tu corazón.
—Hijo, quiero decirte algo; no descuides lo que Dios te ha
dado. En la vida siempre vendrán circunstancias que tratarán de
desenfocar tu destino en Dios y tratarán de hacerte caer. Esos
enemigos de siempre; la carne, la vanagloria, el pecado, el

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orgullo, la soberbia, la altivez, la impureza, la presión social, las
pasiones juveniles, los rencores, la desilusión, la frustración y
muchas cosas similares. Estas tratarán constantemente de
hacerte ver para atrás y hacer que retrocedas. Levantarse
después de un desánimo, caída o fracaso cuesta hijo, y para
muchos nunca fue posible; así que lo mejor es no caer y
mantenerte firme en tus convicciones, sueños, anhelos y deseos;
aunque venga la adversidad y el dolor, la decepción y la crítica,
el cansancio y la soledad, nunca hijo, nunca dejes que los sueños
de Dios para ti mueran. Aunque estos sueños sean golpeados por
todas las cosas que te mencioné, no dejes que mueran, no
permitas que sucumban. No has sido diseñado para ser uno más
de las estadísticas negativas, has sido diseñado con carácter de
príncipe, no eres de los que sigue a la demás gente, eres tú a
quien la demás gente debe seguir; claro, que sigan tus pasos y
que estos sean rectos y guiados por Dios, para que tu transcurso
en esta vida no sea anónimo, y seas de los que marcan y dejan
huella en esta generación. Te lo dice esta anciana que lo
aprendió a lo largo de estos 90 años de edad —mientras ella
decía estas palabras sus ojos brillaban como dos perlas negras,
humedecidas por la brisa.
Su mirada tierna y a la vez cansada reflejaba un alma que
había sido procesada muchas veces, que había luchado muchas
batallas, pero que al final logró vencer todo obstáculo, peleo la
buena batalla, y cumplió su propósito.

Daniel ante sus palabras sólo guardaba silencio y escuchaba


mientras dos lágrimas infladas rodaban por sus mejillas. Dios le
estaba hablando a través de su abuelita. Daniel se acostó al lado
de su abuelita, abrazándole, mientras que ella también
lentamente extendió su brazo para cubrirlo una última vez.

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—¿Una última vez?, ¿Por qué ultima Klavir? ¿dime?
—La mañana siguiente que Daniel despertó, sintió algo
distinto, ya no se sentía el calor que desprendía el delicado
cuerpo de su abuelita. Ella había partido, su carrera había
terminado, y tuvo la dicha de partir a la eternidad de la manera
en que todo ser humano sueña hacerlo. Créeme Mic, esa ocasión
fue tan impactante que jamás la olvidaré.
—Es asombroso lo que me cuentas Klavir. —le contesté a mi
amigo el piano después de escuchar su historia acerca de Daniel
el tecladista.

Invierno en el alma.

Luego de la historia de Klavir, volteé mi mirada y me dirigí


hacia Drums, la escandalosa batería.

—¿Y tú puedes contarme alguna historia amigo?


—¿Pues qué te puedo decir? —me contestó Drums—, a mí
nunca me han llevado a una de sus casas. Sólo me sacan para
eventos y siempre que regreso de ellos vengo con un golpe
nuevo o una pieza faltante. Pero si te puedo relatar una historia
que escuché una vez que estaban platicando sentados cerca de
mí. Como sabes Gonzalo se fue después del encargo sin aviso
que hicieron a la cigüeña él y Elena, y pues Jairo es quien ahora
es el baterista oficial. Ambos han tenido cierto recorrido, las
últimas semanas han exigido a Jairo esforzarse aún más para
ponerse al nivel de Gonzalo, quien como sea, era muy buen
baterista. Cierta ocasión mientras Jairo hablaba con Sheryl, él le
comentaba una etapa complicada en su vida. Al parecer Sheryl
estaba pasando por una situación muy difícil, así que él decidió
compartirle su experiencia en aras de animarla.

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—Mira Sheryl —dijo Jairo mientras sostenía sus baquetas en
la mano—. Comprendo tu situación, yo he pasado algunas
circunstancias complicadas ¿sabes?, tal vez no igual a las tuyas,
pero para mí si han sido complicadas. Quizás no lo sepas pero
mi infancia fue muy difícil. Yo crecí solo con mi mamá, pues mi
papá nunca lo conocí, solamente embarazó a mi madre, y se dio
a la fuga. Mi mamá era muy joven en ese entonces, se dejada
llevar por las apariencias de quien genéticamente es mi padre.
Ella se enamoró perdidamente de él, a pesar que las intenciones
y costumbres de él no eran sanas, su vida diaria lo reflejaba,
pues él, según me comentan, era desde entonces de carácter
irritante, grosero, tosco y en fin todo un patán, pero quien a su
vez tenía un poder de convencimiento poderoso para atraer
mujeres. Mi madre, joven, inmadura e incauta cayó en sus redes;
hablo así porque a él nunca lo conocí, se mudó del país y nunca
siquiera quiso conocerme. Mi mamá después de cometer su
error, se ve obligada a dejar sus estudios, pues mis abuelos eran
de pocos recursos y ellos con mucho esfuerzo trabajaban,
porque su anhelo era verla graduada y realizada, en fin, los
planes les cambiaron totalmente a todos, y una boca más en casa
no era fácil de sostener en tales situaciones, así que mamá
comienza a trabajar.
Cuando yo tenía catorce años, mi abuelo fallece, pues él ya
tenía avanzada edad. A partir de allí yo me convierto en el
hombre de la casa; empecé a vender en las calles artículos para
la cocina; vendí verduras, compraba aluminio y envases de
perfume vacíos, limpié carros, etc, Todo con el fin de sacar
adelante a mi madre quien trabajaba en una tienda de ropa
haciendo horas extras para salir al día con los costos de la casa;
mi abuela ya de avanzada edad no podía trabajar, y necesitaba

110
cuidados, así que contratábamos a alguien de la familia para que
la cuidase y no la dejase sola. Mi mamá no se volvió a casar; al
pasar el tiempo llegaron a su vida otros hombres quienes la
lastimaron creando callos en su corazón los cuales ella no
superó hasta hace un par de años que entregó su vida a Jesús.
No la señalo. Tanta fue la decepción que ella mejor se olvidó de
sí misma y se dedicó a vivir sólo por mí. Lo curioso es que
estando yo en la calle, aprendí malas cosas, de nuevo la historia
casi similar a la de Arturo hace algún tiempo atrás. Me envicié,
salía con varias chicas a la vez, me gustaba sentirme el más
atractivo del lugar. El dinero que ganaba era sólo para
comprarme ropa y cosas costosas. Dejé de apoyar a mi madre y
empecé a adoptar las mismas características que mi padre
genético. Incluso comencé a probar la droga y la manera en que
me sumergí en ese mundo fue bien sutil. Un amigo, quien era el
más popular de la manada me ofreció primero marihuana y me
dijo “vamos prueba, te sentirás muy bien”.
Seré honesto, al principio tenía miedo, sin embargo la voz de
mi amigo y una voz interna me decían: “tranquilo, lo podrás
controlar, es sólo una vez, incluso si sabes que Dios te ve, no te
preocupes, él te perdonará de todas formas pues es Dios de
amor. Así que prueba y disfruta”. Y así fue como comencé en el
mundo de la droga, lo cual siguió creciendo de nivel en nivel.
Un día en esas noches largas de locura y desenfreno fuimos
capturados por la policía. Uno de mis compañeros llevaba droga
y como andaba loco de lo que había consumido de su mercancía
comenzó a disparar a los policías; se desató una balacera al igual
que en el viejo oeste, ráfagas de tiros por todos lados. Salí
corriendo de aquella balacera tratando de escapar de que me
llevasen preso, pero cinco balas me alcanzaron, tres en la
espalda, otra en el brazo y la ultima en la pierna derecha.

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—¡Cinco tiros y sigues vivo!— comentó Sheryl con ojos de
asombro.
—Sí… Estuve hospitalizado un mes entero. Para suerte mía
las heridas de la espalda no tocaron partes vitales, desde allí ya
vi la mano de Dios protegiéndome. La herida del brazo fue
menor, pero el balazo de la pierna fue muy delicado, pues llegó
a desgarrar parte de un ligamento, por lo que fue necesario
someterme a cirugía, la cual de no salir bien arrojaba la
posibilidad de quedar con problemas en dicha pierna, e incluso
hasta perderla.
El proceso fue duro. La curación cansada y no digamos la
terapia después que me dieron de alta; fue una temporada de
invierno en mi alma, donde todo era frio, cansado y solitario a
pesar de tener personas a mi alrededor. Pero quiero comentarte
lo que pasó estando un día en el hospital.
Muchas personas, amigos y hermanos de la iglesia me
visitaban, me daban palabras diciéndome que Dios tenía planes
para mi vida, sin embargo yo no quería doblegarme. Tenía un
sentimiento de rechazo que no te puedo describir, porque si bien
sabía que las cosas de Dios eran las correctas y las mejores, no
quería dejar atrás mi manera alocada de vivir, pues me
fascinaba. La vida de pecado se apoderó de mí con tal fuerza
que jamás pensé que llegase a ser así, y en ese momento aunque
sabía el aprieto en que me encontraba, mis ojos estaban
vendados y no quería dar el brazo a torcer. A ese sentimiento de
repeler el llamado de Dios sumé un enojo contra los demás
porque recordaba toda mi infancia; lo mucho que sufrí, los
insultos en la calle, las asoleadas trabajando, lo cansado que
llegaba a casa después de la dura calle, el escuchar la
murmuración en contra de mi madre, el desprecio de hombres
hacia ella a causa de sus errores pasados, todo eso me dolía y

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mucho, más que las heridas físicas. Me dolía saber que mi
infancia no fue bonita, no supe lo que es tener niñez y empecé a
enojarme con Dios. En ese entonces venían preguntas a mi
mente como ser: ¿Por qué Dios me dejó solo de niño? Yo no
tenía culpa de los errores de los demás, ¿Por qué el permitió que
yo sufriera si era inocente? ¿Por qué no libró a mi mamá de
conocer al patán de mi papá? ¿Por qué?, y aunque las
interrogantes me invadían la cabeza, también rebotaban en mi
corazón muchos mensajes de Dios que me compartieron jóvenes
en las calles, todas esas prédicas que escuché en muchos
autobuses y plazas, en donde personas se acercaban a orar por
mí en plena calle. Era una lucha interna grande la que yo tenía.
No quería abandonar mi vieja vida, los juegos de azar, la
codicia, el dinero fácil, las muchas mujeres, todo me venía a la
mente. Pero también un sentimiento de cansancio llegaba a mi
vida, cansancio de lo mismo, de la misma manera vaga y sin
propósito de vivir. Venía a mi mente la idea que si moría en ese
hospital nadie me recordaría por las cosas que hice para bien de
la humanidad o para beneficio de otros, me asustaba la idea de
saber que pasaría desapercibido en esta vida, que sería un dato
más en los difuntos y que después de un par de años nadie me
recordaría más que mis familiares. Volvía a analizar una y otra
vez mi vida, una y otra vez y no le hallaba sentido, empecé a
tener lástima de mi vida, y me sentía impotente de hacer con ella
algo mejor. Si, estaba tan atado a mi estilo de vida el cual
disfrutaba pero que sabía no me llevaba a un objetivo de bien.
Analizaba la idea de que cada día podría ser el último y si me
encontraba cara a cara con el Creador, ¿Qué cuentas le daría
sobre como viví el tiempo que él me dio en esta tierra?.

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—Fue una lucha interna grande —le dijo Sheryl mientras sus
ojos no parpadeaban de tan enfocada que tenía su atención a
Jairo.
—Si crees que eso fue todo, espérame, aún falta comentarte
un detalle más. Después de esas luchas internas comencé a
confundirme yo solo. Mis ideas eran tan conflictivas que
empecé a abrazar ideologías filosóficas, las que me terminaron
frustrando pues no encontraba explicación o excusa que valiera.
Comencé a recordar mi infancia una vez más, recordando todo
el proceso sufrido de vida. Entonces comencé a tener
autocompasión de mí; sentía lástima del hombre que era, no me
sentía valioso, me sentía inmerecido de todo lo bueno e incluso
pensé que mi vida había sido diseñada para sufrir solamente.
Pensaba por momentos que lo mejor era terminar ese
sufrimiento.
—¿Y cómo fue tu encuentro con Jesús? —Preguntó Sheryl—.
¿Cómo decidiste cambiar por fin tu vida y decidirte por lo
correcto y mejor? ¿Cómo fue?
—Fíjate que muchos piensan que pasó algo extravagante,
raro, asombroso e impactante, es decir, algo increíble como que
estuve a punto de morir y que vi ángeles del cielo; o que morí
por unos minutos; o que vino a mí un hombre desconocido muy
usado por Dios, quien me dio una palabra exacta para que yo
cambiase mi estilo de vida y recibiese mi milagro; o quizás un
sueño con señales y cosas así.
—¿Y no fue así como pasó, o algo parecido? —preguntó
Sheryl.
—No, para nada. Es lo que comúnmente esperan las personas;
a que pase algo malo, estar en lo más extremo o lo más hundido
de la vida. Al menos yo en ese momento estaba lidiando solo
con una lucha interna. Pero yo sabía qué era lo correcto, sabía

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qué era lo mejor, así que un día soleado, tranquilo y sin que
nadie me dijese que hacer le entregué mi vida a Jesús. Ese día
con voz audible y estando acostado en esa camilla de hospital le
dije: Señor Jesús, reconozco que soy pecador, y que te he
fallado, sé que me amas y quieres lo mejor para mí, y que por
esa razón viniste a la tierra y moriste para pagar todos mis
pecados. Sé que resucitaste al tercer día y quieres hacerme
resucitar a mí también a una vida nueva y una eternidad a tu
lado. Te ruego me perdones, limpies y me ayudes a caminar
conforme a tu corazón. Renuncio a mi manera terca, loca y sin
propósito de vivir. Estoy cansado de lo mismo y que cada día
me aleje más de ti y de lo que quieres hacer con mi vida. Decido
aferrarme a tu voluntad. Sé que tendré que luchar duramente
con todos mis defectos y errores, pero con tu ayuda sé que lo
lograré, a partir de hoy, Jesús es mi señor, dueño y único
salvador.
—¿Y qué sentiste ese momento? —dijo Sheryl mientras
giraba en el banquillo giratorio donde estaba sentada.
—Nada Sheryl, no sentí nada.
—¿Cómo así? ¿no sentiste escalofríos, o algo que te abrazaba,
o un fuego sanador, seguro que no sentiste nada?
—Segurísimo, no sentí nada. Abrí mis ojos con la convicción
que dentro de mi corazón estaba Jesús y ello me dio sentido de
seguridad, sabía estaba escogiendo bien. Sí lloré, no te lo
negaré, pero más que cualquier cantidad de múltiples emociones
que sentí o pude haber sentido, lo que me dio dentro es esa
seguridad de que estaba en lo mejor, lo correcto, y que a partir
de allí mi vida comenzaría a cambiar, y así fue. Una vez me
dieron de alta, comencé a asistir a esta iglesia, un amigo me
invitó y comencé a involucrarme y buscar el rostro de Dios.
Aquí aprendí a reconocer la presencia del Espíritu Santo, aquí

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Dios quebrantaba mi vida, renovaba y transformaba; además
encontré en la música una herramienta poderosísima mediante la
cual podía deleitarme en el amor de Dios y entregar y rendir mi
vida continuamente a él. Hoy estoy aquí, donde Dios quiere que
yo esté, y no pienso moverme del propósito de Dios. Empecé a
aprender a ejecutar la batería ya que me gustó mucho y de paso
daba testimonio de que gracias al amor de Dios no perdí mi
pierna. Aún tengo luchas, pruebas y desafíos, pero también
sueños, anhelos y victorias en Dios, y estas últimas son mayores
que cualquier adversidad. Sheryl amiga mía no te detengas,
tienes un llamado poderoso y Dios te usa de maneras
extraordinarias. Cuida eso que tienes, no permitas que nada, ni
nadie te lo arrebate, porque Dios ha puesto su mirada en ti y su
favor te rodea, así que no te detengas.

—Y pues esa es la historia que te puedo contar Mic acerca de


Jairo, nuestro reciente baterista de la iglesia.
—Gracias por confiarme tan interesante historia Drums.

Cambio de escenario

Me volteé hacia donde estaba Guitar, la guitarra eléctrica, y le


dije:
—Es tu turno amiga.
—Lo siento Mic, yo en mi caso no te puedo contar mucho
sobre mi ejecutor actual ya que sólo tengo un par de meses de
trabajar con él, y eso porque el guitarrista anterior se retiró de la
iglesia.
—¿Por qué es que se retiran tanto del ministerio? —le
pregunté—. No entiendo eso, pareciese que las iglesias fueran
pasarelas de músicos

116
—Muy buena pregunta la que haces —me contestó Guitar—.
Pero en esta ocasión el guitarrista anterior se retiró no porque se
halla apartado de Dios ni porque se fue del planeta tierra. Él se
tuvo que retirar porque Dios le llamó a pastorear un equipo de
jóvenes en una de las iglesias hijas, y eso es muy bueno porque
se movió según la voluntad de Dios.
—¡Qué bueno eso!. Que cambien de roles pero siguiendo la
misma línea —le dije.
—Bueno Mic, pero te contaré algo sobre mí hace un par de
años. Fui comprada de segunda mano. Antes era parte de una
banda de música rock secular. Era una etapa estupenda en cierto
modo para mí ya que el guitarrista que me ejecutaba entonces
era un apasionado por la música y el género; periódicamente me
cambiaba las cuerdas y me mantenía en óptimo estado, además
yo tenía un estuche digno, y accesorios para usarme en distintas
técnicas musicales. Él era un astro de la música. En todo ese
tiempo que estuve con él viajamos con la banda por muchos
lugares, incluso fuera del país. Estuve con ellos durante 10 años.
Estuvimos en bares, aperturas de conciertos, presentaciones al
aire libre, y conocí a muchos grandes exponentes del género
rock. ¿Pero sabes qué Mic? Mis cuerdas al ser ejecutadas
trasmitían odio, rencor, soledad, rebelión; mi sonido era un
sonido oscuro y sombrío. Además de eso las letras de las
canciones eran autodestructivas para aquel que las cantaba. Creo
que durante todos esos años fui un instrumento para llevar un
mensaje que dañaba la sociedad. Vi muchas cosas horrendas
Mic, muchas cosas espantosas detrás de los escenarios. Atrás de
esa fama mal habida se seguía dañando mucha gente por medio
de las drogas, contrabando de personas, robos y ocultismo.
—Que feo está eso que me cuentas —le dije.

117
—Sí que era feo. Además te puedo decir que esa gente si
estaba bien segura de lo que hacían, los músicos de vez en
cuando tenían pleitos entre ellos pero a pesar de eso nunca uno
de ellos dijo a retirarse de la banda; estaban claros que
perseguían objetivos específicos y tenían una lealtad
impresionante hacia lo que hacían. Eso es lo que creo le hace
falta a muchos músicos cristianos de hoy en día, lealtad por
aquel que los llamó a esa labor, y lealtad a su llamado. Pero en
fin no soy nadie para juzgar a los humanos, ellos sabrán porque
hacen las cosas. Prosiguiendo con mi experiencia allá afuera. Un
día esta banda famosa tubo un atentado de asesinato, mi ejecutor
de ese entonces era alguien que en su juventud amaba a Dios
pero que en ese momento lo aborrecía. Fue a través de ese
atentado que él, al verse tocar fondo y sin salida, decide clamar
a Dios, quien por su gran amor intervino para rescatarlo y darle
una segunda oportunidad. A partir de allí la vida de este joven
rockero cambió por completo. Empezó a usarme para llevar
música con el mensaje de Jesús, y testificar que Dios puede
levantar al caído y restaurar su vida a tal forma que su postrer
estado sea aún mejor que el primero. Un día visitó esta iglesia y
después de una conferencia decidió obsequiarme para que me
usaran aquí, y créeme que se desprendió de mí con mucho amor
por las personas. A partir de ese momento estoy aquí, en las
manos sudorosas de un joven guitarrista novato pero con noble
corazón.

Después de escuchar estas historias quedé admirado. Jamás


me imaginé que estos jóvenes novatos, desentonados y
alocados, tendrían estas impresionantes historias. He alcanzado
a comprender que no es cuestión de talento solamente, sino de
pasión genuina por Dios. Eso es lo que motiva a estos

118
imperfectos jóvenes a seguir adelante, aun si son criticados y
señalados. No importa su trasfondo o debilidades, Dios los ha
escogido y ellos han dicho: Heme aquí. Son una generación
apasionada, comprometida y determinada. No conocen lo que es
la derecha, la izquierda, o reversa. Su dirección sólo es seguir
adelante. Eso es una generación de cambio.

119
CAPÍTULO 6:

Generaciones famosamente invisibles

H an pasado un par de años. Me han pintado la cabeza unas 4


veces, y me han tenido que lijar para lograr quitarme el
óxido de tanta saliva. En este tiempo he aprendido que cuando
los pastores y predicadores dicen la palabra ¡más! es cuando
más saliva me deja encima, Y no digamos cuando soplan a la
gente, bueno me sopla a mí. No entiendo por qué el soplido
tiene que ser a través de mí si sólo soy un micrófono no un filtro
de aire, que sople cuanto quiera pero que le sople a la cara a la
gente y no a mí. Ellos y su estilo.
En todo este tiempo en la iglesia he visto muchas cosas de
admirar, cosas de elogiar como por ejemplo, ver como el favor
de Dios obra cambiando las vidas. Pero también he visto
algunas cosas que en verdad me hacen reír y otras llorar, bueno
pasa de todo. Me ha tocado pasar por muchas cosas; me han
llevado a campeonatos de fútbol, me han llevado de ciudad en
ciudad a ser utilizado en otras iglesias, me ha utilizado mucha
gente dizque para cantar, pero muchos lo que hacían era aullar
como lobos a media noche, desentonaban tanto, que parecía que
les obligaban a cantar, o no sé, tal vez no había nadie más quién
cantase. En varios de ellos vi nobleza al cantar, más no el don.
Claro también vi muchos buenos cantantes que tenían una
entonación perfecta más su corazón estaba en otro lado, no
tenían esa capacidad de conectarse con la gente para conectarla
a su vez con Dios, con quien se supone que el cantante o
director de alabanza ya está conectado desde antes de cantar.

120
Igual con muchos otros músicos, algunos brillaban de la
prepotencia siendo tan altaneros que cuando se veían al espejo
el reflejo se ofendía de verlos tanto. Uno de esos días donde vi a
varios de esos fue en un concierto juvenil que organizaron los
jóvenes de la iglesia, con el propósito de reunir fondos para uno
de los proyectos de labor social. Esto fue lo que pasó:
Rolando el director de alabanza, ese fin de semana iba para
un congreso de adoradores que se estaba realizando en una
iglesia amiga, mismo fin de semana que se estaría realizando el
concierto juvenil. Por cierto el nombre que llevaba era Jesús
fuera de la religión.

—¡Santiago ven! —dijo Rolando a uno de los coristas—. Este


fin de semana no estaré, así que tú quedas a cargo de todo lo que
concierne a la alabanza de las reuniones, incluyendo el concierto
del sábado.
—Perfecto Rolando, no te preocupes, que la pases bien en el
congreso y luego nos compartes lo aprendido.
—¡Claro! ¡Así trabajamos amigo mío!, cuídense, nos vemos
la otra semana.

Y así Rolando me dejó en manos de Santiago. Él es un joven


noble, medio loco a veces, canta bien y por sobre eso ama a
Dios y le sirve devotamente; sólo que al parecer, el hecho de
quedarse encabezando tanta cosa del fin de semana es todo un
reto para él, tanto que por eso está algo tenso y nervioso.
Llegó el día y la hora del concierto. Juego de luces por todas
partes, dibujos llamativos, los jóvenes organizadores de un lado
hacia el otro ultimando detalles, pruebas de sonido y pruebas de
iluminación. Walter el líder de los sonidistas se dirige a
Santiago y le dice:

121
—Santiago, dame el listado y cronograma de cantantes,
¿vendrán temprano para hacer pruebas de audio verdad?.
—¡Claro que sí…!, bueno… al menos eso dijeron, esperemos
que cumplan.
—¿Y cuántos son? —dijo Walter mientras cruzaba los brazos.
—Son diez, cinco bandas y cinco solistas, de estos últimos
tres son mujeres y dos hombres. Además hay otros dos dúos que
aparecen en la lista pero no se sabe a cien por ciento si vendrán.

Pasaron los minutos y se aproximaba la hora, todo el equipo


de logística moviéndose por todos lados cual hormigas
trabajando. Faltaban ya sólo 15 minutos para arrancar el evento
y sólo había llegado una de las bandas y dos solistas a hacer
pruebas de sonido. De los demás, nadie sabe la razón por la que
no han llegado.

—Esta gente no viene y es tarde —dijo Walter mientras se


sobaba la nuca.
—Sin duda han de estar orando y por eso se retrasaron —dijo
Santiago—, o tal vez el tráfico.
—¿Orando? —contestó Walter con una carcajada—. Esto es
habitual, no comprendo por qué hay tanta impuntualidad e
irresponsabilidad en los músicos, la mayoría siempre llega tarde;
que poco profesionalismo. Aaaahh…, y según veo en el listado,
hay algunos de ellos que ya los conozco, y te diré Santiago que
son de los que andan tocando su música de iglesia en iglesia sin
cobertura de sus pastores. Espero no te metan en problema esos
tipos.

Santiago sólo lo escuchaba a Walter con la mirada atónita y


asustada como la de un lémur, mientras tragaba su propia saliva.

122
—Bueno, en fin, comencemos —dijo Santiago a Walter,
quien con ojos de susto sabía que lo que venía era difícil;
montar buen audio de bandas desconocidas sin hacer pruebas de
sonido.

El concierto del año

Como es de costumbre abrieron el concierto los músicos de


casa. Hicieron lo habitual. Un ambiente de alegría y gozo se
respiraba y poco a poco se añadían más jóvenes al lugar. Saltos,
gritos y bocinas fuertes daban la pauta de una noche
espectacular. Una vez terminaron los músicos de casa su
participación, comenzaron los invitados. Santiago tomando el
micrófono es el encargado de presentarlos uno a uno, y arranca
con el primero.

—¡Y esta noche los dejamos…! ¡con “El Astronauta


celestial…”! ¡flow directo del cielo!

El tipo rapero ese me agarra de la cabeza. Se nota a leguas


nadie le enseñó a cómo tomar un micrófono correctamente,
¡pero además de eso lo sorprendente es su manera de hablar!

— ¿Dónde están los hombres!, —¡uuuuuuuhhhh!,


¡mujeres!, ¡aaaaaaaahhhh!, ¡los hombres!, ¡uuuuuuuuuuhhh!,
¡mujeres! ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!
Me sonó a un artista de música secular, y para rematar de
locuras, el tipo este, que era de una colonia vecina aquí en el
país centroamericano ¡tenía acento boricua!

Para mí helmanos es un privilegio estal aquí adorando al


Padre celestial, no he venido a cantal si no a ministral la palabra

123
de Dios. Así que vamos a meterle candela al lugal, y a danzal
con todo el corazón para papá, ¿Cuántos dicen amen…?

Claro que fueron bonitas palabras, ¿pero por qué hablaba


como puertorriqueño siendo centroamericano? Nunca entendí si
era que el personaje que cantaba también tenía que adoptar la
manera de hablar de los artistas que predominan en el género.
¿O acaso será que este tipo vivió toda su vida en Puerto Rico?.
No fue lo que dijo Santiago, claramente este tipo canta su
música a el lenguaje donde nació el género, ¡eso es falta de
identidad!; en fin cada quien.
Después de su participación —la cual no entendí para nada,
de hecho sólo entendí cuando hablaba sin música. Esto porque
cuando cantaba no se podía entender las palabras que decía
debido a la rapidez de su lírica—. Subió luego otro joven similar
a él, cantando el mismo género, con la diferencia que a este sus
letras si logré entender, ya que hablaba el idioma natal, y
además su lírica era muy entendible. Sí, lo sé, las comparaciones
son tediosas. Pero mi posición es como un simple micrófono
que conoce de canciones y cantantes, ¿Qué chiste hay en cantar
un género si de todas formas la letra nadie la entiende? ¿No que
la intención es el mensaje? ¿Entonces? ¿Por qué canciones en
donde hablas tan rápido que no se puede entender, y para
rematar, no hablas el dialecto de tu casa si no que usas
extranjerismos?. El primer tipo rapero casi me comió cuando
cantaba. Aún tengo entre los orificios de la malla que recubren
mi cabeza pedacitos del desayuno del tipo este. El segundo
individuo fue más entendible, igual me agarró como quiso, pero
al menos no lo escuché como cantante secular. Aunque me
quedé con la duda del por qué durante una de sus canciones él
observada a una joven de la segunda fila. ¡Sí, en serio!. Mientras

124
cantaba: Te amo con todas mis fuerzas, tus ojos me inundan de
paz, quiero refugiarme en tus brazos y en tu pecho mi cabeza
reposar. Bueno no sé si el tipo se miraba a él mismo como el
apóstol Juan recostado sobre el pecho del Maestro, o si era una
dedicatoria hacia la chica de ojos bellos que estaba en primera
fila. Eso lo dejaré en la suposición, sólo que me dio la impresión
debido a que a la joven sus ojos le brillaban como dos velas
encendidas en la oscuridad, barnizadas con un rocío que los
hacían brillar cual diamantes a la par de dos hermosos y finos
arbustos que tenía por cejas. ¡Sorprendente! ¡Soy todo un
Micrófono poeta!. Pero volviendo a la serenata del rapero, ¡Esta
chica fijo le dio el SI!.
Pero retomando el evento, si de letras incomprensibles y
mucho menos inentendibles hablamos, la siguiente banda se
gana el premio.

—¡Ahora con nosotros…! Tan tan tan tan… ¡“Los Jinetes


apocalípticos” grupo de rock cristiano!.

Los tipos se subieron todos con caras de pocos amigos. Sus


instrumentos extravagantes y enojados. El vocalista principal
toma de mí y empieza a cantar haciéndole honor al nombre de la
banda. Sonidos estridentes, los platos de la batería rotos al igual
que uno de sus pergaminos, y de nuevo la misma historia, no
entendí nada de lo que el tipo cantaba. Al final de su bochinche,
el cantante pelo de french poodle dijo:
—Espero que las letras de nuestras canciones hayan
bendecido sus vidas, no ponga atención al género, ni al sonido,
no importa si no le gusta el rock, usted preste mucha atención a
la letra —cosa que por mucho que la gente intentó no pudo.

125
Cantaba de tal forma que ahora sumado a las migas de
desayuno del rapero anterior llevo también pedacitos de las
cuerdas vocales de este individuo. Creo que los oídos de la
gente de primera fila sangraban; no sé si la sangre en sus oídos
era un milagro divino o una súplica de auxilio de los mismos.

Luego se subió la siguiente banda de rock. La idea era que de


ser posible subirían dos de cada género. Otra vez la misma cosa,
otro vampiresco cantante igual al que recién pasó —me dije a
mi mismo—. Sin embargo la verdad la participación de este fue
distinta. Si bien la vestimenta y género eran similares, vi que
este segundo tenía algo singular. Antes de comenzar su
participación musical comenzó hablando lo siguiente:
—Buenas noches amigos y hermanos que nos acompañan,
tengo sólo 20 minutos para poder cantarles algunas de nuestras
canciones, pero mientras estábamos en camino, el Espíritu Santo
me dio a que compartiese lo siguiente:

Al igual que Adán y Eva en el principio de la creación


estaban desnudos y nada se ocultaban entre ellos mismos, ni
ellos hacia a Dios. En este tiempo nos es necesario estar
espiritualmente desnudos delante de Dios, delante de nosotros
mismos y delante de las demás personas. Me refiero a que
delante de Dios nada podemos ocultar, aunque pretendamos
poner ramas en nuestra vida espiritual para cubrir nuestras
vergüenzas y caprichos, esas ramas son ese montón de excusas
que usamos para no tener una relación genuina con Dios.
Creemos que dichas ramas nos tapan y nos dan la suficiente
cobertura para engañar a Dios, cuando perfectamente sabemos
que a él no le podemos burlar. Esas ramas además de excusas en
muchas ocasiones también son imágenes de personas que

126
pretendemos ser, pero que en verdad no somos, apantallando ser
algo distinto a como Dios nos diseñó originalmente; esto,
asumiendo formas de ser de lo que nos rodea, y que nos parece
más cool, de moda y atractivo, y es así como pretendemos
mostrar una careta a la sociedad de que somos una cosa, cuando
en nuestro interior conocemos perfectamente que nuestro lugar
está dentro del diseño de Dios, y no fuera de él. Así que de
nuevo nos cubrimos la desnudez espiritual tratando de fascinar a
Dios, a la sociedad y a nosotros mismos; sí, a nosotros mismos
también. Esto porque nuestro corazón es fácilmente engañoso.
Nos creemos nuestras propias mentiras y excusas, tanto que
somos auto engañados y el único que puede quitarnos las vendas
de nuestro propio enredo es Dios; exponernos delante de él, ser
transparentes y desnudos ante su presencia, dejándonos ver
quiénes somos en realidad y no lo que la gente cree que somos
en los pulpitos, en nuestros trabajos y en nuestras redes sociales.

—Las personas escuchaban con suma atención y no había


ruido alguno, mientras él proseguía hablando.

Otra forma en que nos cubrimos nuestros descuidos


espirituales y falta de interés por Dios, es con otros tipos de
ramas aparentemente correctas. Pero meramente siendo más
excusas sumadas a nuestro gran inventario de las mismas que ya
tenemos. Esas ramas son el trabajo y los estudios. Ocultamos
nuestro descuido espiritual y nuestro desinterés por Dios y su
voluntad escudándonos en que estamos muy ocupados en el
trabajo haciendo dinero, o muy ocupados en nuestros estudios
para salir adelante. Estas dos cosas son buenas y muy
importantes de hacer, pero cuando venimos y la ponemos como
escudo para excusar nuestro descuido con nuestra relación con

127
Dios, estas se vuelven insignificantes. Porque una genuina
relación con Dios te hará ser mejor empleado, y mejor
estudiante, siempre y cuando sea una relación verdadera con
Dios y una constante búsqueda de su voluntad, y no un
fanatismo religioso pretendiendo que entre más ocupado estés
en la iglesia eso te hace más espiritual. ¡No! Eso no es una
relación genuina con Dios, y es por tales razones que muchas
personas cargadas por el excesivo trabajo ministerial descuidan
su comunión para aquel a quien trabajan. Tal y como pasó con
Martha que por sus muchos quehaceres descuidó la presencia
del Maestro. De igual forma se repite de nuevo la historia. Nos
preocupamos más por los quehaceres que por nuestro ser, y es
allí donde los desánimos espirituales, las artimañas del diablo,
los problemas, las dificultades, las excusas y las influencias, se
vuelven más poderosas que nuestro amor por Dios; dicho amor
que debemos cuidar constantemente.

Si amamos a Dios por sobre todas las cosas, lo llevaremos a


nuestros trabajos, a nuestro lugares de estudios, a nuestros
conciertos, a nuestras comidas con amigos, a nuestras tardes en
familia, y como él estará siempre presente en nuestro corazón,
tendremos siempre temor de él por amor, y no por miedo —
porque temor no es tener miedo a su presencia. Temor es
respetar su amor y corresponderle haciendo lo que a él le gusta y
agrada que hagamos—. Amigos míos, es tiempo de desnudar
nuestro espíritu delante de Dios y permitirle que nos lave de
nuevo con su sangre, y quite todo el lodo que el pecado, la
vanagloria y el orgullo nos ha echado en sima. Necesitamos que
así como el padre cuando baña a sus hijitos, de igual forma Dios
nos lave con su sangre, nos purifique y una vez limpios, vernos
en el espejo quienes somos en verdad, para que fuimos creados,

128
y cuál es nuestro propósito en esta corta, fugaz y a veces
compleja vida.
Amigos míos, todas la relaciones interpersonales son zonas en
construcción, donde hay obreros, ingenieros y arquitectos; que
en dichas relaciones el Maestro Constructor, Ingeniero y
Arquitecto sea el Espíritu Santo; nosotros los obreros que ponen
su empeño para hacer las cosas bien; y me refiero a todas tus
relaciones interpersonales; padres, hijos, familia, iglesia etc. etc.
y en especial por sobre todas ellas, tu relación con Dios. De
nuevo les repito, es necesario quitarnos la máscara de quienes
no somos y dejarnos ver quiénes somos en verdad. Estoy seguro
que Dios nos creó con una identidad muy propia con un
propósito. No ocultemos esa identidad, desnudemos nuestros
espíritus delante de él, y dejemos que él viva en nosotros, de
esta forma entenderemos y experimentaremos por completo la
frase del apóstol Pablo, “ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí”,
seamos pues todos reflejos del rostro de Jesús.

Todo el público guardaba silencio y escuchaba atentos las


palabras de este joven. Cada frase iba tan directa y sin rodeos
que calaban a cada corazón que se sincronizaba a lo que estaba
pasando en ese momento. El tipo tomó su guitarra y como el
tiempo se le había casi terminado cerró su espacio entonando
una balada rock muy diferente. El género era el mismo, pero la
intención con que se dirige es certera.
—Todos cierren sus ojos un instante, no te pido que pases al
frente si te has estado tapando con tus multitudes de excusas,
pero sí que hagas una acción de fe; un paso al frente, levanta tus
manos o ponte de rodillas, escoge cualquiera, cómo tú desees.
Pero quiero que hagas algo en fe, diciéndole a Dios aquí estoy
tal como soy, trasparente, sin nada que ocultar, quito toda

129
excusa y toda presunción, todo orgullo y todo resentimiento. Me
rindo, quiero serte fiel.

Jóvenes comenzaron a llorar y ser tocados, tan sólo fueron


necesarios veinte minutos llenos del Espíritu Santo para
influenciar la vida de un centenar de jóvenes que estaban en
aquel lugar. Después de la participación de esta banda, el joven
junto con sus músicos desaparece entre las personas del público,
mientras éstas aún adoraban. Daniel el tecladista toma mando de
lo que está pasando, y después de un par de minutos más,
Santiago sube al escenario y retoma el evento para proseguir
con el cronograma. Pero en verdad estos instantes nadie quería
que terminaran. El cielo migró a la tierra por unos instantes.
Pero bueno, hay que seguir. Veamos qué es lo que viene con los
demás participantes del evento.

—Que tremenda visitación del Espíritu Santo, Dios se está


moviendo en este lugar, ¿cuántos lo creen?, —Prosiguió
Santiago.

—Ok, vamos a continuar. ¿Cuántos trajeron sus manos?,


¿Cuántos trajeron sus pies? —cuando escuché estas frases me
hice un par de preguntas, ¿Por qué los directores de alabanza
siempre usan el adjetivo “cuántos” para comenzar a interactuar
con las personas? o peor aún, ¿Por qué preguntan si trajeron las
manos y los pies? ¿acaso no es obvio que es imposible que se le
olvide a alguien eso?. He escuchado eso más de un centenar de
veces en la iglesia y de distintas personas, creo que mejor tienen
que inventar nuevas frases. Aaaahh… y otra pregunta, ¿por qué
todos los directores de alabanza son sordos? piden gritos de
júbilo y nunca escuchan a la gente; ¡no se oye, no se oye, más

130
fuerte!, ¡griten una vez más, pero aún más fuerte que no los
oigo!, mientras el público está con el rostro verde, rojo, azul de
tanto gritar. Sí que están locos los humanos, todavía no los
comprendo; pero más loco es el público que hace caso y le gusta
gritar, gritar y gritar. Es algo que como micrófono creo que no
entenderé jamás. Solamente digo que esas muletillas no que
sean malas, pero, creo que peligrosamente se pueden volver
protocolarias. Creo que Dios a los humanos les ha dado
suficiente creatividad para innovar día a día.

—¡Ahora con ustedes… “Los Leones del norte” con su


música norteñaaaaa!.

Me parecieron muy curiosos los dos jóvenes que subieron a


cantar. Uno de ellos me toma en sus manos y empieza a probar
sonido; al no escucharse empezó a darme golpes en la cabeza.
No sé qué pretende, ¿acaso cree que golpeándome se subirá el
volumen por arte de magia? Me molesta que hagan eso, y lo
peor es que pasa muy a menudo. Empezaron con música tan
alegre a su estilo, que a los jóvenes asistentes les costó
adaptarse, pero como el relajo y algarabía era de gozo, todos se
acoplaron al ritmo. Había un ambiente de tanta alegría que se
pusieron a saltar a pesar que el género no era tan juvenil que
digamos. Igual para los hermanos más adultos que estaban en el
lugar, esa participación les vino como anillo al dedo. Al sonido
del tungui tungui tungui estuvimos por quince minutos. Todo
estaba súper; danza, alegría, júbilo, bulla, gritos. Hasta que la
canción de cierre fue como echarle agua fría a un boxeador
después de bajar de pelear en el ring.
Empezaron a entonar una canción cuya letra nunca
comprendí. Este caso es distinto, entendía lo que decían mas no

131
lo comprendía. En vez de canción creo que era una lamentación,
dicho lamento cantado entre sus partes decía algo así como:
“soy un trapo de inmundicia, redimido por la sangre del
Cordero. He sido libertado de la carne, por el sacrificio en el
madero”. Cuando escuché esa letra en tonalidades menores y
con ambiente entristecedor, lo que se me cruzó por la mente era
“un carnicero con un trapo limpiando la sangre derramada en el
suelo por haber matado a un cordero en la mesa de madera”—al
menos eso es lo que yo entendí, pues aún no conozco mucho el
léxico cristiano—. No sé qué similitud tenga eso con la de un
hijo de Dios, pero estos dos cantaban esa canción llorando, y
lejos de hacer adorar a Dios deprimían con tales palabras.

¿Por qué algunos cristianos no cuidan lo que cantan?, no


importan el género, ni quien sea quien escribió la canción. Me
parece que en una ocasión escuché al pastor Héctor predicar
acerca de cantar con entendimiento; no cantar por cantar, ni
simplemente repetir las palabras de la canción no más porque
toca los sentimientos y desborda todas las sensaciones almáticas
habidas y por haber. He escuchado que hay poder en las
palabras y si lo que cantan en su contenido son letras que
tergiversan la palabra de Dios, ¿entonces por qué cantar esas
canciones? Creo que no sólo las letras de la música secular
pueden ser nocivas, también aun dentro de las canciones
cristianas hay letras que no suman en nada.

Por fin, los individuos terminaron su canción cual funeral del


cordero. Veamos ahora a ver que sigue.

132
—¡Seguimos en esta noche de talento, aquí con ustedes
¡“Patricia la del Barrio”! —mientras la niebla artificial y las
luces de colores alegraban el escenario.

La chica alocada entró saltando como perrito chihuahueño al


ver a su amo. Comenzó cantando su introducción artística:
—“Patricia la del barrio soy, auu!, con mis abuelos crecí yo,
asistiendo a la iglesia…”. El ritmo y la letra se me hicieron muy
familiares. Pero lo que siguió cantando fue “inspirador”, o más
bien diría entristecedor.
—Vamos todos juntos cantemos fuerte —dijo Patricia—.
Ahora con sonido de reggaetón contemos juntos:
“A ella le gusta ir a la iglesia, vamos a la iglesia.
A ella le encanta ir a la iglesia, vamos a la iglesia”.
—Esto me suena a Paty Yankee, me dije.

—Para los que les gusta merenguear aquí les va ésta—


continuó Patricia—:
“Es que no eres demasiado niña bebé,
para ir a la iglesia-a-a,
que apenas tienes trece años,
y no quieres juga-a- ar,
con Dios, hay no, no, no-o-o.”
—recorcholis, esto me suena, me suena, me suena mucho. Pero
esto no se quedó allí, ella continuó cantando.
—“Y como duele, pecar yo tanto,
viniendo aquí en la misma iglesia,
cómo duele, y no hay distancia,
Dios te escucho respirar,
y estás a cientos de kilómetros”.
—que Arjonistico se escuchó eso.

133
—Aquí les va otra que sé les va a gustar a todos —prosiguió
la alocada cantante—.
“Tengo, tengo la camisa blanca,
porque blanca tengo el alma.
Un día perdí la calma,
y Dios me habló aún yo en mi cama”.

¡No lo puedo, creer!. Esta chica estaba cantando covers de


música secular cambiándole las letras. ¿Y entonces? ¿dónde está
la creatividad?, ¿dónde está la originalidad?, ¿dónde queda que
tienen un Dios creativo y que tienen la mente de Cristo?. Todo
eso me pregunté. Lo triste que de remate, dicha cantante me
pintó toda la cabeza de color rojo a causa del color carmesí de la
pintura de labios que traía puesta; por cierto labios de tractor.
Esta niña no cantaba, me besaba todo. Dejé de ser color gris,
¡ahora parezco micrófono de payaso muy bien coloreado!. Que
sufrimiento el mío. Así cantó como cinco canciones de la misma
forma, canciones famosas de artistas no cristianos, a las que les
cambió la letra. Allí cada quien con su estilo. Por lo que veo de
este concierto saldré oloroso, bastante colorido y peligrosamente
descabezado.

—Bendecimos la vida de nuestra hermana Patricia la del


barrio, ahora es un honor para nosotros la presencia del
siguiente ¡salmista!, ¡con ustedes! ¡Rony Bravo! ¡aplausos!.

Este chico, con sólo el nombre ya me lo decía todo. Tipo


estrella pop, con expresiones y características que evidenciaban
lo engreído, pretencioso y altanero que era. No quiso usarme a
mí por haber sido utilizado por varias personas recientemente,

134
así que sacaron a otro compañero micrófono para su uso. Este
tipo era todo un Rock Star que envuelve a las chicas —o al
menos es lo que él cree—. Sin embargo irónicamente sí lo
consigue con muchas chicas incautas carentes de cerebro.
Comenzó a cantar con estilo de chico pop, pero a media canción
algo que hizo este don Juan me causó mucha gracia; me reí
porque muchas veces vi que los directores de alabanza también
lo hacen en ocasiones, y es que en determinada parte de una de
sus canciones se le olvidó la letra, lo pude notar por su rostro;
pero este tipo simuló que mi compañero micrófono era quien
estaba fallando, ¡se le olvidó la letra y él comienza a golpearle la
cabeza al micrófono y mover su cable para que la gente que lo
veía dijera, ups tiene problemas con su micrófono, ¡por eso no
se escucha!. Eso me causó en verdad muchísima gracia a mí,
mas no a mi compañero quien recibió los golpes en la cabeza, y
no digamos los sonidistas, pues todos los rostros del público se
volteaban hacia la cabina para ver qué pasaba con el sonido y
por qué no se escuchaba la voz del cantante estrella.

Por fin terminó el evento, toda la gente se va yendo hasta


quedar el local solo. Como siempre, los sonidistas y algunos de
los músicos son los últimos que se van, tienen que dejar listo
para la reunión del siguiente día. Mientras ellos arreglaban y
ordenaban todo, Adrián uno de los sonidistas, Santiago el
vocalista encargado y Sheryl una de las voces principales del
coro, siendo los últimos en quedar en el local y cansados de la
jornada, mientras aún acomodaban detalles sostuvieron una
conversación interesante.

—Te veo raro, ¿te pasa algo Santiago? —dijo Sheryl con
rostro intrigado.

135
—No, no me pasa nada. Sólo que no sé, después de todo lo
acontecido esta noche en el concierto he quedado con algunas
inquietudes en mi corazón.
—¿Qué inquietudes? Si se pueden saber —dijo Adrián
mientras doblaba algunos cables.
—Es por el tema que tocamos en el concierto, Jesús fuera de
la religión. Nuestra idea al invitar esta diversidad de bandas,
quienes tocaban distintos géneros y que también interpretaban
distinta música, era que las personas vieran a un Jesús fuera de
la religión, no un Jesús tradicional, dogmático, o de domingos;
no un Jesús olvidado de nosotros y que está muy lejos; tampoco
un Jesús que quiere vernos sólo trabajar y trabajar, o que las
cosas que hacemos como son para él deben ser de una manera
extremadamente tradicional y a veces un tanto aburrida; ése no
es el Jesús de la biblia.
—¿Bueno pero eso es lo que hicimos no? —contesta Adrián
mientras se sentaba en las gradas del altar.
—Si, en parte si, y digo en parte porque una vez que vi la
participación de cada uno de los invitados del concierto, noté
algo muy curioso, y es que puedes ser cristiano devoto y a la vez
moderno, pero eso no significa que no eres religioso. ¿Me
explico?. Es decir, muchos cantaron música moderna y
contemporánea, mas su corazón no estaba calibrado al Espíritu
Santo; otros cantaron música de la más viejita y tampoco
estaban calibrados con el Espíritu; ahora, no digo todos; hubo
quienes ministraron la palabra de Dios estando llenos del
Espíritu Santo. Me sentí admirado cuando vi que no importaba
el género, ni estilo de música, Dios así los usó porque ellos
tenían claro el mensaje que traían, el propósito con que se
paraban en el escenario, y el objetivo que perseguían. Es allí
donde comprendí que una vida religiosa no es aquella que vive

136
en las tradiciones pasadas. Comprendí que pueden haber
cristianos muy modernos pero igual llevan una vida religiosa.
Tengo claro que el ser cristiano no es tener una religión, es
más bien tener una relación con Dios genuina y continua, donde
él es el capitán que dirige nuestras vidas. Quien además es el
motor de nuestro diario vivir y además nos impulsa a alcanzar
metas, sueños y anhelos. Dios no está encajonado en cuatro
paredes, y tampoco la adoración a Dios debe de estar
encajonada entre paredes. Jesús no es religión, Jesús no es
actividades, Jesús no es títulos eclesiásticos, Jesús no es
posiciones ministeriales. Jesús es una persona que anhela
celosamente estar conmigo a cada instante, a cada momento, en
cada circunstancia. Él anhela que yo lo lleve a mi centro de
estudios, lo lleve a mi trabajo, lo lleve en mis escritos, lo lleve
en mis canciones, y que no me avergüence de declarar a todo
mundo con mi boca quien soy, y quién es él para mí. Pero más
que hablarlo, modelarlo, demostrarlo con mi manera de escribir,
con mis mensajes en las redes, en la forma en que hablo con la
demás gente, en la manera en que trato a los ancianos, no sé, ¡es
tan amplio!. ¡Jesús no es religión! ¡Siento que me explota la
cabeza de la admiración! Y no comprendo ¿por qué mucha
gente persiste en llevar una vida religiosa, no comprometida con
Dios?. Esa es la razón por la que muchos se desaniman y
abandonan los caminos de Dios. Le huyen al compromiso. Ellos
quieren vivir más por sus sentimientos. Porque si la iglesia los
hace sentir bien entonces permanecen en ella, en cambio si las
circunstancias los hacen sentir mal mejor abandonan a Dios, y
huyen del compromiso. La vida del cristiano es un compromiso
y no un sentimiento. ¡Servimos a Dios por amor y no por puro
sentimiento!.

137
—¿Por amor y no por sentimiento? ¿Acaso no es lo mismo?,
me confundes con esa frase —interrumpió Adrián.
—¡No!, ¡claro que no son lo mismo! —prosiguió Santiago—.
El amor no es un sentimiento, es una decisión, una
determinación. Los sentimientos son pasajeros y engañosos. Si
ellos dirigen el barco de nuestra vida entonces nuestra vida será
inestable y fluctuante, más si la determinación es quien dirige
nuestras decisiones obviamente bajo la guía del Espíritu Santo,
entonces no nos desanimaremos y nunca nos desviaremos de la
dirección que queremos seguir en Dios. La determinación es
leña para el amor y el compromiso es combustible para el amor,
no los sentimientos. Los buenos sentimientos pueden brotar a
causa del compromiso y la determinación, pero el compromiso
no puede brotar necesariamente de los sentimientos.

—Muy buena tu observación —prosiguió Sheryl—. Ése es el


desafío que tenemos todos. Vivir cada día por amor a Dios,
entendiendo que amar a Dios no es un sentimiento solamente, es
más esa convicción de saber que le pertenecemos a él, y que él
es nuestro Padre. Por eso la palabra de Dios dice: ¿Quién nos
separará del amor de Cristo?, y después de enumerar varias
circunstancias difíciles y complicadas como angustia,
persecución, espada, profundidades, etc, etc, la biblia cierra ese
párrafo diciendo que somos más que vencedores en Cristo
Jesús; esta frase no es una frase romántica, ni sentimental; es
una confesión, una determinación, un código de honor de todos
aquellos que amamos a Dios por sobre todas las cosas, y que
anhelamos vivir en su voluntad, que es buena, agradable y
perfecta.
—Muy buena conversación muchachos —dijo Adrián—, pero
la verdad no aguanto el cuerpo, estoy molido y necesito
descansar porque mañana tenemos la reunión muy temprano.
138
Y así partieron cada quien a su casa, arrastrando los pies del
cansancio.

Compromiso y lucro, como balancear elefantes.

Días después del concierto, se llevó a cabo un congreso juvenil.


Esta vez la tónica era diferente, como todo congreso el lema era
muy despampanante, habían tratado de escoger entre tres
nombres lema para dicho congreso; “Jóvenes de fuego”,
“Venciendo y Conquistando” y “Los Christinators”. Al final ni
uno de esos tres pegó, y aunque alguien sugirió el cuarto lema
“Aniquilando a la suegra filistea” el cual consiguió muchos
votos, no quedó por ser un tema demasiado profundo y
controversial. Al final escogieron como lema “Una Generación
Distinta”

Muchos pastores juveniles invitados impartieron sus


conferencias. Uno de ellos fue Julio, un pastor de jóvenes y muy
amigo de los pastores de casa. En una de sus conferencias el dio
oportunidad para preguntas y respuestas y ya que los temas para
preguntar eran abiertos, cualquiera podría preguntar sin importar
respecto al tema que fuera.

—Yo tengo una pregunta pastor Julio —dijo un asistente al


congreso—. ¿Por qué dicen que den por gracia lo que por gracia
recibieron, tomando esto como excusa para no ayudar
económicamente al ministerio de alabanza o cantantes
cristianos, si lo que se recibió fue el talento no los instrumentos
y los aparatos?
—Muy buena pregunta. Espero no me meta a líos el
contestarla —dijo Julio con una carcajada—. Penosamente en
nuestra cultura eclesiástica a veces nos tomamos muy a pecho

139
que las labores que hacemos son de voluntariado, de tal forma
que cuando una persona busca lucrarse con su talento como
manera de ganarse la vida, es visto de mala gana y a veces hasta
“anti bíblico” por muchas personas.
Los ministerios de alabanza son equipos de personas quienes
deben estar capacitadas para esa labor. Entre más capacitados
están, más consientes se vuelven que su labor vale mucho. Hay
algunas iglesias donde la labor de este ministerio es tan fuerte y
demandante que la misma iglesia contrata a los músicos para
que hagan el trabajo a tiempo completo; claro en su mayoría son
iglesias que tienen la capacidad económica de hacer esto. De allí
que muchos músicos profesionales se dedican por completo a lo
que es la música en la iglesia local, y esto es completamente
bíblico, ya que así lo enseña la biblia cuando habla acerca de los
levitas, quienes vivían por completo para dirigir la adoración a
Dios, y el mismo pueblo con sus ofrendas sustentaba a los
levitas y sus familias.
Ahora, hay otras iglesias en donde sus músicos sirven sin
esperar ninguna retribución económica, por ende ellos se
dedican en su vida secular a trabajar en otras áreas, o incluso
siempre en la música para sustentarse económicamente. Sí, ésta
es su manera de vivir, así que buscan su sustento diario a través
de su talento, lo cual no está malo. Lo que se saca de contexto es
la idea que un músico no puede cobrar por sus conciertos,
presentaciones y trabajo en la iglesia local. El caso de muchos
cantantes cristianos, a los cuales critican por cobrar por
invitaciones a conciertos y seminarios. Muchas personas no
entienden que si un ministro de Dios se dedica por completo a
esa labor ministerial es deber del pueblo de Dios —quienes se
benefician de su labor— el sustentarle económicamente. Pero
penosamente esta cultura busca sólo absorber y beneficiarse sin

140
dar nada en agradecimiento. Amigo siempre será correcto que si
un ministro de Dios se dedica a tiempo completo a trabajar en su
iglesia local entonces sea retribuido económicamente; en caso
contrario, entonces él está en todo su derecho a dedicar su
tiempo a buscar un empleo para sustentarse económicamente, en
ese caso la iglesia local no podría exigirle el 100% de su tiempo
ya que él tiene otros deberes familiares por los cuales también
dará cuentas delante de Dios. Otro punto es que cada iglesia está
en el deber de proporcionarles a sus músicos las herramientas
necesarias para efectuar una buena labor —tomando en
consideración la capacidad económica de dicha iglesia local—.
Siendo la exigencia de calidad musical proporcional a las
herramientas brindadas tanto físicas como espirituales a sus
músicos. Recuerden que el buen obrero es digno de su salario.
Eso sí, un verdadero adorador sabe en qué lugar Dios lo tiene y
que su compromiso es con Dios, y por tanto su sustento es Dios.
Si fuere músico a tiempo completo y aconteciese que en una
etapa económica difícil para la iglesia tuvieran que bajarle el
sueldo por un periodo de tiempo, y él a causa de ello renunciara
al ministerio así por así, quedaría claro que esta persona sólo
estaba comprometida con el sueldo (asalariado) y no con el
llamado de Dios. Si tú honras a Dios cumpliendo tu llamado,
Dios mismo se encargará de suplir lo que te falta, y él mismo
proveerá las ideas, recursos y estrategias para tu sustento diario.
Compromiso amigos, esa es la palabra clave. No estoy
diciendo sentimentalismos. Que si siento tocar en la iglesia lo
hago y si no lo siento no. Las emociones son inestables y muy
traicioneras, en cambio las convicciones acertadas en un
compromiso con Dios son como roca.

141
¿Se han dado cuenta que a veces los músicos tocan por tocar
y si ese día no les toca ministrar no van a la congregación? Esos
sólo son músicos, en la iglesia los que tienen que estar
ministrando deben ser verdaderos adoradores, personas que no
buscan plataformas ni fama, si no que buscan tocar el corazón
de Dios y agradarle a pesar de sus propios defectos y limitantes.

Que sorprendente es ver a un verdadero adorador


comprometido con Dios y su iglesia local, sea que trabaje a
tiempo completo y le paguen por ello, o porque sea adhonorem
sirviendo por voluntariado a medio tiempo por el puro gusto de
hacerlo. El asunto está en el buscar ante todo agradar a Dios y
querer establecer su reino por sobre todo interés propio.
Llevando un balance de todo para no descuidar las otras áreas de
la vida las cuales delante de Dios también son importantes.

Una cita con la sinceridad

Cierto día, muy temprano en la mañana y mientras la iglesia


estaba cerrada, se escuchó la puerta principal. Unos pasos se
dirigían hacia el altar y la persona que entró sólo encendió un
par de luces para poder ver por donde caminaba. Se escuchaban
los pasos dirigirse hacia el altar, y ese día me había quedado en
mi pedestal porque el día anterior olvidaron guardarme en mi
cálido cobertor. Logré distinguir la persona que entraba a pasos
lentos y en silencio. Era Rolando, el director de alabanza. Su
rostro se veía desorientado, cansado, afligido. Algo ha de estar
pasando —me dije—. Al llegar al altar se puso sobre sus
rodillas en las primeras gradas y empezó a orar con súplicas,
lágrimas y gemidos:

142
—Dios mío dame fuerzas —decía Rolando mientras
apuñeteaba el piso—. No entiendo por qué tantas cosas se
levantan en mi contra. No entiendo Dios mío. No sé qué hacer.
Por favor guía mis pasos. ¡Ayúdame y perdóname!. Háblame
Señor, te lo ruego háblame. Dime que debo hacer para superar
todo esto, dime que debo decidir para no cometer errores, ¿Qué
hago Señor para no pecar más? ¿qué hago con toda esta gente
que me rodea como cuervos? ¿qué hago conmigo mismo y mis
debilidades? ¿qué hago con todas las responsabilidades que has
puesto en mis manos? ¡Ayúdame te lo ruego Dios mío!. Por
favor.

La oración de desahogo mostraba que Rolando exteriorizaba


todo lo que tenía rezagado dentro, era un volcán haciendo
erupción delante de Dios en oración, teniendo el piso empapado
de sus mocos y lágrimas. Y así estuvo por más de una hora,
suplicando, pidiendo perdón, ayuda, fortaleza y guía. De pronto
un ruido de la puerta principal se escucha. Alguien entró y al
escucharlo Rolando se levantó asustado, secándose las lágrimas
y soplándose aire en el rostro. Era la señora encargada del aseo
del templo de la iglesia, quien al verlo trató de disimular como
que no había visto ni escuchado nada; mientras tanto Rolando
hacia como que estaba acomodando los pedestales de los
micrófonos. En ese entonces él me tomó con la intención de
guardarme, y en eso el sonido de la escoba barriendo se
enmudeció y se escuchó una voz decir:
—Rolando, ¿cómo estás hijo? —le preguntó la señora
mientras se acercaba hacia él.
—Muy bien mami Chayo, ¿y tú, que tal? —decía Rolando
mas no viéndole a la cara.

143
—¿Hijo que te pasa?. Tus ojos están hinchados, mas siento
por tu mirada distante que algo te está pasando.
—No sé si contártelo. Dudo me puedas comprender ya que
son demasiadas cosas. Pero la verdad sí necesito platicar con
alguien.
—Soy todo oídos hijo, cuéntame.
—Me siento cansado y a la vez molesto por todas las cosas
que me acontecen. Siento que se me pasan los años y no veo la
respuesta de Dios a mi favor. No veo que prospero, no veo que
salgo adelante, y lejos de eso muchos de mis sueños se están
viniendo abajo. Sumado a esto lucho con debilidades, es decir,
pecados que en lo secreto me abofetean y me impiden ser santo
y limpio, y por mucho que lucho y me esfuerzo, siempre vuelvo
a caer en ese error —mientras de nuevo brotaban lágrimas de
sus ojos inflamados.
—Hijo, pero aquí estás en la presencia del Señor, buscando su
rostro para ser limpio y recibir su perdón. Estás haciendo lo
necesario, volverte a Dios cada vez que falles.
—Pero es que siento por ratos que Dios ya no me va a
perdonar, porque me parece que ya es un juego el estar viniendo
a pedir perdón por lo mismo a cada rato —decía Rolando
mientras mordía su puño.
—Hijo, si tu arrepentimiento es de corazón Dios te perdona.
Lo que debemos hacer es fortalecer esa área débil y ocupar tu
mente en otras cosas. Hay que dedicarse a una estrategia de
victoria y no te sucumbas en la culpa del pecado, porque Dios
no quiere eso. Él te perdona no importando cuantas veces falles,
sólo que debes poner mayor esfuerzo para no fallarle, Dios
conoce tu corazón y sabe si lo haces por juego o lo haces
luchando genuinamente; y el asunto es luchar contra la carne,
huir de la tentación y las pasiones juveniles. Pero lucha, no te

144
detengas, rinde tu espíritu, alma y cuerpo a Dios, y lucha no con
tus fuerzas sino con el poder de Dios.
—Sí, tienes razón mami Chayo, pero, a veces me pregunto
¿Qué pasó con quien era yo antes?, años atrás todo era más
fácil, no tenía tanta responsabilidad y preocupación, y creo que
mis predicas y ministraciones antes eran mejores que las de
ahora, y ¡no quiero vivir de glorias pasadas! Porque el pasado es
eso, pasado; y por bueno que fui antes no proceso en mi cabeza
que hoy me sienta menos que ayer.
—Estoy de acuerdo con que no tienes que vivir de las
victorias y glorias pasadas Rolando, pero no puedes enfrascarte
recordando un pasado glorioso llorando sentado en tu presente
sin hacer nada para cambiar tu futuro. Dios está de tu lado, y es
normal que en tu humanidad te sientas así; desahógate, llora,
grita, clama, y después de eso, levántate como guerrero, lucha
para hacer de tu presente y futuro más glorioso que antes,
porque es promesa de Dios también que la gloria postrera de
esta casa —que eres tú— será mayor que la primera.
—Pero no es sólo eso —dijo Rolando tomando un respiro
profundo—. Yo lucho y me esfuerzo por salir adelante, busco
con todo mi corazón la voluntad de Dios, más aún en estos
momentos difíciles, ¿y sabes qué pasa? vienen a mi personas
dizque espirituales y me apedrean moralmente con sus palabras
aludiendo que es de parte de Dios. ¡Cuando lo que me dicen es
totalmente contradictorio a lo que Dios me ha dicho en lo
secreto!. Gente que sólo porque ellos oran bastante y ayunan
mucho, y además porque tienen cargos elogiables en la iglesia y
tienen más años de congregarse que los que yo tengo, piensan
que tienen tarjeta dorada para escuchar la voz de Dios. ¡y eso
me molesta!, pues han venido a mí con palabras almáticas
atribuyendo que son de parte de Dios, y me acusan y señalan de

145
cosas que el Espíritu Santo y yo sabemos que no son ciertas. Eso
porque yo he buscado el rostro de Dios día y noche a causa de
todas estas congojas. Así que no entiendo cómo pueden
encontrar deleite en aplastarme moralmente y señalarme cual
fariseos, cuando ellos no han estado conmigo en estos procesos
y tampoco han estado a mi lado cuando en mis madrugadas
busco el rostro de Dios. Por personas como ellas veo que las
iglesias aún tienen problemas de legalismos, tratando de
imponer sus verdades humanas y nutridas de gustos egoístas, en
vez de predicar la palabra según verdaderamente el Espíritu
dicta.
—Hijo, no dejes que esas personas dañen tu corazón, son
seres humanos, y recuerda que al mismo Jesús lo traicionaron
personas así. No creas que ese tipo de personas dejaron de
existir, aún las hay, y así como son, hay que amarlos con el
amor de Cristo, perdonando y procurando la paz con ellos.
—En alguna parte del nuevo testamento debe de estar
permitido el envío anticipado de personas hacia el cielo —dijo
Rolando.
—Veo que ya estás recuperando el buen humor hijo —dijo
mami Chayo mientras acariciaba su cabeza.
—Sí, creo que sí, me ayuda el desahogarme con alguien de
confianza y que tiene un corazón lleno del amor de Dios, y esa
eres tú. Llegaste justo a tiempo. Eres un ángel enviado para
darme aliento.
—¿Un ángel? ¡Te equivocas!, ¡soy un querubín! —contestó
mami Chayo riéndose.
—¿Sabes algo más? —dijo Rolando viéndola a los ojos—. A
veces me siento cansado de ayudar a la demás gente. Es porque
te entregas tanto a otras personas y muchas de ellas no valoran
tu esfuerzo y tu tiempo. En mi trabajo ministerial he creído en

146
tantas personas y me he invertido en ellas, y aun así de la noche
a la mañana me han dado la espalda y ahora son de mis más
grandes señaladores. Son contados los que a pesar que me han
abandonado ministerialmente viven aún agradecidos, tal cual
que si me ven en algún lugar se alegran de verme y me
consideran su amigo. Los demás es como que yéndose del
ministerio de alabanza pasé a ser enemigo de sus vidas tal como
si yo representase un pasado negativo. Eso sumado a los
hermanitos fariseos que me profetizan sus gustos personales ha
hecho que mi perspectiva hacia las personas cambie, me cuesta
creer en ellas, y por ratos pienso y me cuestiono si vale la pena
hacer el bien.
—Hijo, recuerda lo que dice la biblia, No nos cansemos, pues,
de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos. No creas que lo que has hecho por ellos ha sido en
vano. Quizás sembraste en algunos corazones que fueron mala
tierra, pero también has sembrado en otros que es tierra
fructífera. Además tú no sabes si esos corazones los cuales
fueron fértiles en su tiempo y hoy se han convertido en
desiertos, un día resucitarán por el poder de Dios, y esa semilla
que sembraste actualmente sigue allí viva, esperando
silenciosamente el momento en que Dios hará algo en esos
corazones y resuciten de nuevo, y es allí donde esa semilla
brotará, porque los tiempos de Dios son perfectos. Así que no te
canses de hacer bien, persiste en ello, porque a su tiempo
segarás, pero si no desmayas.
Hijo no desmayes, y no dejes que las ideas negativas tumben
tus sueños, tú tienes el poder de elegir, así que no te agobies en
esos pensamientos negativos. En muchas ocasiones el peor
enemigo que te encontrarás serás tú mismo, al querer ponerte
límites y tratar de convencerte de dejar de hacer lo bueno. Así

147
que prosigue en las cosas buenas que haces, porque eso es quien
eres, y no cambies tus cualidades a causa de la presión exterior.
Estas sólo son etapas, son luchas que por fuerza tienes que
transitar y aprender a vencer. También sé que como todo joven
anhelas ver realizados muchos sueños y metas personales, y que
al ver lo que cuesta edificar y alcanzar dichos sueños a veces la
frustración se asoma para tratar de hacer que bajes los brazos;
mas no te rindas, mata a los gigantes de esta generación para
que cuando nazcan tus hijos ellos no tengan que pelear contra
dichos gigantes.

—Gracias por escucharme mami Chayo, y por todas tus


palabras, me han desafiado y alentado en gran manera. Sólo te
preguntaré una última cosa.
—Sí, dime hijo.
—¿Qué hago con todos estos granos y espinillas en mi cara?
¡A mis 24 años no se me han quitado!
—Jajá. Rolando, Pensé me harías otra pregunta difícil como
las anteriores. Para eso te daré una receta muy eficaz...

Y así siguieron platicando Rolando y mami Chayo por un


buen rato.

148
CAPÍTULO 7:

Cuando las cosas no salen como


pensaste, un giro inesperado

H a trascurrido un año completo, entre conferencias,


conciertos, reuniones generales y muchas vivencias en la
iglesia. Han pasado cosas extraordinarias, y etapas difíciles.
Pero hace cinco meses pasó algo que no comprendí; Sheryl y
Celeste, parte del coro de la iglesia, desaparecieron de pronto,
no regresaron a la iglesia, y no se volvió a escuchar sus voces
cantar. Fue hasta el día de hoy que logré comprender lo que
había pasado, cuando Rayan el Micrófono de Sheryl me relató
todo lo que había acontecido.

—Rayan, ¿por qué te desapareciste?. De la nada tú y Sheryl


no volvieron a aparecer, igual que celeste. Ahora tú apareces
pero sin ella, ¿qué es lo que pasó? ¿algún viaje misionero? ¿o
qué? Cuéntame.
—Mic, nada que ver, una historia larga y muy complicada.
Pero como tenemos dos horas antes que vengan los músicos
para ensayar, creo que será suficiente para relatarte todo lo
acontecido en estos cinco meses.
—Está bien, cuéntame, porque estoy muy intrigado.
—Como tú sabes Mic, Sheryl siempre me llevaba a su casa.
Le gustaba darme mantenimiento y ensayar en su computadora
las canciones conmigo. Las últimas ocasiones en que me llevó a

149
su casa estaban pasando cosas muy distintas a lo que yo estaba
acostumbrado a ver.
—A sí, ¿y qué cosas?
—Como sabes, muchos meses atrás el padre de Sheryl la
abandonó a ella y su mamá, quedando ellas solas y valiéndose
por sí mismas. La mamá de Sheryl comenzó a trabajar en
labores domésticas en casa de conocidos, y Sheryl continuó
estudiando a mucho esfuerzo por un tiempo y trató de salir
adelante ayudando con algunos trabajos secretariales a una
amiga de su madre. La situación económica en casa se fue
volviendo muy apretada y complicada; incluso para poder asistir
a la iglesia a ella se le complicó mucho. En ciertas ocasiones
tuvo que ir caminando a la iglesia a pesar de la larga distancia,
se esforzó mucho, y seguía adelante. Lamentablemente la
situación se complicó tanto que tuvo que dejar de estudiar.
Cierto día Celeste llegó a casa de ella, al parecer anteriormente
habían platicado que ambas pasaban situaciones económicas
difíciles y se hicieron confidentes.
Uno de esos días en que Celeste llegó y tuvieron una de esas
conversaciones curiosas, es que empecé a descubrir que algo
estaba pasando:
—Hola Sheryl, ¿Cómo estás?
—Bien, gracias Celeste, aquí echándole ganas, ¿pero a ti
cómo te va con lo que platicamos la vez pasada?
—Estoy más tranquila Sheryl. Ya te imaginas después del
susto de saber que tenía tres semanas de retraso, y estar
sumamente preocupada por el hecho de si estaba embarazada o
no. Pero que bueno que el examen resultó negativo.
—¿Y tu novio que te dijo?
—No me menciones a ese idiota, después de ver cómo
reaccionó alejándose de mi cuando le dije que probablemente

150
estaría embarazada, me quedó claro que lo único que buscaba
era utilizarme, me llamó el día de ayer y cuando le dije que el
resultado era negativo, me invitó a que fuéramos de viaje,
¿puedes creer eso? ¡Qué sínico!, menos obvio no podía ser, ¡ya
se sabe que es lo que busca!
—Sí, es claro, y tienes que tomar una decisión Celeste —le
dijo Sheryl con tono de advertencia.
—Sí, sé a lo que te refieres. Pero se me hace difícil porque lo
amo y no puedo vivir sin él, estoy tan confundida.
—Ese tipo te va destruir, además ten presente que has estado
jugando con las cosas de Dios y no puedes seguir así.
—En esa parte si ya tomé mi decisión. Como sé que estoy
jugando con Dios, mejor decido dejarlo todo, no volveré a la
iglesia, estoy cansada que quieran manejar mi vida y yo quiero
vivir a mi manera y que respeten mis decisiones.
—Pero tus padres que te dicen.
—Si a ellos ya les dije sobre eso, y es claro que no les gusta
la idea, se pusieron renuentes, y me empezaron a sermonear
diciéndome que no lo hiciera, que me lamentaría, que me
convertiría en estatua de sal, que daré cuentas a Dios por lo que
hago. Me aburrieron tanto que les dije que no se metieran más
en mi vida, que al fin y al cabo soy toda una mujer que puede
decidir por sí misma, así los dejé callados.
—Creo que deberías valorar el hecho que tienes a tus padres
juntos, habemos otras personas que quisiéramos tener esa dicha.
—¿Dicha?, por favor, es como vivir aprisionado en tu casa
entre rejas de reglas y normas de moral, y por favor no me vayas
a sermonear tú también, que de igual forma veo que ya no
asistes a la iglesia como antes, y que has cambiado, no tienes el
mismo brillo de antes. La diferencia es que yo ya decidí de una
vez y en cambio tú estás dando manotadas de ahogada.

151
—¡Está bien!, !Tranquila!, ¡No te agites! ¡No te pongas a la
defensiva!. Estoy pasando por situaciones muy complicadas y
tengo que ocuparme de muchas cosas a la vez.
—Sheryl, eres joven, déjate de cosas, aprovecha tu edad, deja
de malgastarla siguiendo reglas y normas. Si tu papá se fue
abandonándolas a ti y a tu madre, deja de pensar y recordar a
ese viejo que no valoró a su hija y hogar. Haz tu vida. Y que ni
los líderes de la iglesia te digan que hacer. Ellos sólo ven por sí
mismos, mas no conocen todas las cosas que tú pasas. A ver,
¿cuántos de ellos te han venido a visitar? ¡Nadie!. Así que deja
esa locura religiosa, la verdad creo que yo todo este tiempo
estuve engañada tratando de dizque buscar hacer la voluntad de
Dios, de todas formas Sheryl, tenemos derecho a disfrutar la
vida como sea, y vivir experiencias, gozar la vida y la juventud,
igual Dios da segundas oportunidades, y si decidimos regresar él
nos va a perdonar de nuevo y todo será igual. Así que no te
precipites, recuerda que Dios es amor, él siempre estará con su
amor y nunca cambiará, ¡así que vive la vida!
—Si tienes razón, sólo que al tratar de vivir la vida me da
miedo que ella me viva a mí. Mira a ti con ese susto, y además
no sabes qué hacer con tu novio.
—Esto es experiencia. Además a ese tipo lo tengo en mis
manos, y ahora que lo conozco mejor ya sé cómo puedo atarlo
más a mí.
—Está bien, pero ten cuidado Celeste.

Y así, al igual que ese día, ellas dos empezaron a llevarse


mucho y ser grandes confidentes. Ambas lograron encontrar
empleos distintos y pasaban con sus agendas apretadas. Sheryl
poco a poco se fue ausentando de la iglesia y ministerio más y
más; en cambio Celeste, de la noche a la mañana desapareció.

152
Pero a pesar de eso no dejaban de visitarse mutuamente, ya que
se hicieron fuertemente amigas.
Cierto día Celeste llegó a casa de Sheryl:

—¿Estás lista? Ya es tarde.


—Claro que sí. Vámonos. Sólo espérame que guarde algunas
cosas en mi cartera.
—¿Ese es el micrófono que usabas en la iglesia? —preguntó
celeste al verme en un estante.
—Sí, ése es. Desde la última vez que lo traje se quedó aquí y
no lo he devuelto. Un día de estos iré a entregárselo a Rolando.
—¿Sabes qué? Mételo en tu cartera, se me acaba de ocurrir
algo. El chico que te voy a presentar es músico también, si en un
momento haces como que buscas algo en tu cartera, y dejas que
él vea el micrófono, será una buena estrategia para que sea él
quien empiece a sacarte información, y seas tú la que quede
como una chica muy interesante de conocer.
—Oye que genial idea, está bien lo llevaré.

Y así emprendí un viaje hacia un rumbo desconocido, entre


risas y chistes femeninos. De fondo piropos de hombres en las
calles con invitaciones de todo tipo; ruidos de carros con
motores que gritaban que era un auto costoso; música actual,
letras sin sentido pero ritmos pegajosos; dos pares de tacones
sonaban al ritmo de la música, y llegamos por fin al lugar.

El tipo de música, el bullicio y risas de la gente y olores a


perfumes caros revueltos con licor y cigarrillos, me indican que
estamos en una disco.

—Mira Sheryl —dijo Celeste— te presento a Arturo.

153
—¿Arturo?, jajaja. ¿El joven galán que me querías presentar
es Arturo?
—Sí, claro… ¿por qué se ríen ambos?
—Sheryl y yo nos conocemos ya hace un tiempo —dijo
Arturo—, yo estaba en el ministerio de alabanza tocando la
batería y ella cantando, por cierto Sheryl, ¿Cómo están todos?
¿tú sigues en la iglesia cantando verdad?
—Esperen un momento —interrumpió Celeste— ¿cómo es
que eras baterista de la iglesia y nunca te vi? ¿ y peor aún, nunca
me dijiste que habías asistido a la misma iglesia a la que yo iba.
—Bueno Celeste, nunca hablamos de esas cosas, jamás
tocamos el tema de religión, y tú nunca mencionaste nada de
Dios. Así que como yo tampoco estoy en esas sendas, pues no
sé dio la conversación jamás. Sin duda para cuando tú entraste a
cantar yo ya ratos había dejado de ir, o quizás no ibas a las
jornadas en que era yo quien tocaba la batería si no el otro
baterista; por cierto ¿cómo está Gonzalo? ¿Todavía él es el
único baterista, o hay algún otro más?
—Pues verás, yo dejé de asistir a la iglesia hace algunos
meses. El baterista es otro muchacho. Gonzalo y Elena ya son
padres, y no sé si ya se reincorporaron a la iglesia.

Luego de charlar un rato los tres, contar anécdotas, tomarse


unos tragos, llegó el cuarto individuo que faltaba. El novio de
Celeste.

—Buenas noches a todos, mucho gusto en conocerles, mi


nombre es Fabio —una voz tenue y sombría, sin duda un
hombre notoriamente mayor que ella.
—Permiso caballeros, nosotras nos vamos a el baño —dijo
Celeste poniéndose en pie y acomodándose la falda.

154
Creo que al fin sabré el misterio del que hablan los hombres,
y ese misterio es ¿Por qué las mujeres van de dos en dos al
baño?, al menos eso descubriré esta noche. Lástima que no
puedo hablar con los seres humanos y revelar dicho secreto.

Ya estando en el baño, comienzan a conversar,


—Te veo nerviosa Celeste, ¿pasa algo?
—Emmmm, no, no, no, tranquila —con manos temblorosas
mientras sacaba un cigarrillo.
—Tú me estás ocultando algo, y creo que tiene que ver con
los hombres que estaban tras de tu novio, los vi sospechosos, no
creas que no me di cuenta.
—Tranquila Sheryl, trataré de decirle a él que nos vayamos
pronto, que ya es muy tarde y que tenemos cosas que hacer
mañana.
—¿Pero quiénes son esos tipos?
—Son enemigos de Fabio, tú sabes, la competencia en el
mercado de la droga.
—¿Tu novio distribuye droga?
—Sí, es su negocio y le va muy bien, de esa manera él me da
todo lo que necesito y la pasamos bien.
—Yo me voy sola —dijo Sheryl, tomando su cartera—, no
debí haber venido aquí, mejor me voy, esto me está asustando
aún más.

Estando de nuevo en la mesa, encuentran a Arturo y Fabio


prendidos en licor y drogándose.

—¿Qué hacen ustedes dos? —Celeste les interrumpe tratando


de quitarles la droga—. ¿No han visto que los están vigilando?
Fabio voltea su cabeza alrededor buscando sospechosos y
alcanza a divisar a los individuos.
155
—No puede ser, son ellos. Todos tenemos que salir de aquí de
inmediato —mientras recoge sus pertenencias de la mesa.
—Vamos, vamos, apresúrense al auto. ¡Ya vieron que nos
dimos cuenta y vienen tras de nosotros, corran¡

Se montaron estrepitosamente al auto. Se escuchan los


impactos de balas en el porta equipajes del vehículo. Fabio
acelera a fondo y despegan de aquel lugar a toda velocidad
posible.

—¿Qué está pasando?, ¿por qué nos persiguen? ¿qué les han
hecho? Esos hombres nos están disparando a matar —exclama
Sheryl llorando.
—Vamos a perderlos en la autopista general, allí es oscuro y
hay muchas rutas de escape —le dice Arturo, quien va de
copiloto.

La velocidad era impresionante. El ruido de los tiros como de


televisión, chillidos de llantas, golpes de amortiguadores, y de
pronto, otro auto deportivo quien iba a toda velocidad se cruza
con el auto de Fabio, éste al esquivarlo pierde el control total y
el auto cambia de carril impactando a una pared opuesta. El
golpe fue muy fuerte y del lado del conductor fue el mayor
impacto; otros dos autos que venían en su carril al ser casi
interceptados por el auto de Fabio también pierden el control y
se estrellan de diversas formas; uno da vueltas, y el otro queda
estampado contra un árbol.

—Hay que llamar a la policía —grita Celeste.


—¡No se les ocurra! —les grita Arturo mientras revisa los
signos vitales de Fabio—, ¡salgan corriendo y huyan ahora
mismo!
156
Mientras ellas tratan de salir del auto Sheryl marca en su
celular para pedir ayuda, a causa de los nervios marca al primer
número que le sale y ése era Alfredo, el guitarrista de la iglesia.
—¿Aló?
—Aló, ¿quién es?
—Sheryl soy Alfredo, ¿qué te pasa?
—Nos persiguen para lastimarnos. Estamos en la carretera
principal, cerca de la Iglesia Redimidos, ¿la recuerdas? Por
favor llama a la policía y vengan a ayudarnos ¡pronto¡ —la
llamada se corta al quedarse el celular sin señal.

Las interceptan los persecutores y las detienen.


—¡Quédense allí y no hagan nada! —les gritan a ambas,
mientras uno saca por la fuerza a Arturo.
—Vamos, déjenlas a ellas en paz, no tienen nada que ver,
nosotros resolveremos nuestros problemas, déjenlas a ellas fuera
de esto.
—Ni se te ocurra levantar la cabeza. Es la última vez que tú
respiras. Por ellas no te preocupes, las trataremos muy bien
antes de enviarlas a donde te mandaremos a ti primero.
Se escuchó un tiro certero, la muerte de Arturo fue instantánea y
sin dar lugar a charla alguna. Los gritos de las dos jóvenes
causan nervios a algunos de los malhechores.
—¡Cállense Rameras!. —les gritaron.
—¡Déjennos ir por favor! —suplicaban ellas.
—Ingenuas si creen que lo haremos, ¡súbanlas al auto¡ nos
divertiremos con ellas en otro lugar.
—¡No, déjennos en paz por favor! —seguían repitiendo, con
sus caras moreteadas por los golpes y sus cuerpos estrujados.
Uno de ellos agarra por el cabello a Celeste y mirándola a los
ojos le dice:

157
—¿Qué te hace creer que mereces oportunidades, mujer
floja?.
—Haremos lo que quieran, pero no nos maten. —le contestó
Celeste mientras Sheryl lloraba y gritaba horrorizada.

En ese instante llegan otros dos tipos, amigos de Fabio,


quienes venían detrás al darse cuenta de la persecución.
Arrematan a tiros contra los malhechores, y en la balacera varios
de los impactos de bala alcanzan a Celeste y a Sheryl, quienes
caen desplomadas al piso.

Los malhechores toman su auto y tratan de escapar mientras


que los amigos de Fabio van tras ellos al darse cuenta que su
jefe estaba muerto.

Los cuerpos sin movimiento de los cuatro quedan solitarios


en aquel lugar. Un silencio abrumador invade el ambiente. De
pronto una persona sale de uno de los autos que habían
impactado como terceros, corre y revisa los signos vitales de los
hombres y ve que no hay nada más que hacer, pues están sin
vida. Aprisa revisa los signos de las mujeres quienes aún están
con vida, aunque inconscientes. Velozmente trata de arrancar su
auto del árbol donde estaba y lográndolo sube a toda prisa a las
féminas al auto una a una, tratando de vendar las heridas para
impedir al máximo la pérdida de sangre. Una vez en el auto las
lleva al hospital más cercano a toda velocidad.

—Hasta ese momento fue todo lo que presencié, ya que me


quedé en el asiento del auto accidentado casi saliéndome de la
cartera donde iba; a la par de dicha cartera estaba el teléfono
celular de Sheryl, mismo que usó para llamar a Alfredo.

158
—¿Y no supiste nada más?— le dije.
—La verdad, pensé que ya no sabría más. El silencio sombrío
de la escena eso indicaba, pero para mi sorpresa el celular de
Sheryl me habló.
—¿Qué? ¿Su celular te habló?.
—¿Por qué te asombras Mic?, si hablamos entre nosotros los
micrófonos y también con los instrumentos de música ¿acaso las
demás cosas no podrían hacerlo?. Obviamente los humanos no
nos escucharán jamás, pero entre nosotros si podemos hacerlo.
—¿Y qué fue lo que te dijo?
—El celular a tono de lamentos me dijo:
—Yo sabía que esto iba a pasar, yo ya lo veía venir. Que
lamentable, tan jóvenes y dónde vinieron a parar.
—¿Qué tanto sabes de por qué pasó todo esto? —le pregunté
al Celular.
—Mucho amigo mío, mucho; las constantes llamadas,
mensajes en las redes sociales y correos electrónicos, yo lo sé
todo. Fui receptor de incontables llamadas de Celeste en las que
inducia a Sheryl. Igual yo porto muchas de sus fotografías,
tantas fotos que muchas de ellas las compartían en sus redes
sociales, y las otras tan íntimas que sólo las tengo yo en mi
memoria. Además tengo en mí mucha información muy privada;
en mis historiales de llamadas, mensajes instantáneos, notas de
voz y todos los demás recursos y aplicaciones que tengo.
Guardo toda la información necesaria para saber cómo fue el
proceso para que ellas llegaran aquí y tuvieran este fin, así como
el tipo de vida que ellas tenían.
—Si caes en las manos equivocadas puedes traer muchos
problemas —le dije a Cel.
—Así somos todos los celulares compañero. En una era
tecnológica en donde el boom de los negocios es la información,

159
y quien más tenga de la misma posee más poder e influencia,
somos portadores de las herramientas para destruir la vida social
de una persona e incluso su integridad física. Te contaré que a
causa de que otros compañeros celulares han caído en manos
inescrupulosas se ha hecho daño increíble a sus dueños, y
créeme, sentirnos tan poderosos para destruir a una persona con
la información que llevamos en nuestras memorias no es tan
gratificante. Sin embargo los seres humanos siguen empeñados
en guardar en nosotros información, videos y fotografías
delicadas para su privacidad e integridad. Y eso que para
rematar muchas de esas personas son despistadas de primera.
—Si tienes toda la razón Cel.

Pensé que sólo quedaba esperar a que un aprovechado ratero


llegase al auto y nos robase a todos los artefactos abandonados
allí. Sin embargo una media hora después llegó un auto. Era
Alfredo quien lograba llegar al lugar de los hechos. Al asomarse
al auto y reconocer la cartera y el celular de Sheryl, los tomó
consigo, llevándome también.

En el transcurso del camino, Alfredo iba haciendo llamadas,


preguntando a hospitales y notificando a la policía; pronto un
contacto le dijo sobre dos jóvenes que habían sido ingresadas al
hospital más cercano al lugar de los hechos. Alfredo dio un giro
brusco y se dirigió a toda velocidad hacia dicho hospital.

Entre pasillos blancos y luces tenues.

—Buenos días caballero, su nombre por favor.


—Samuel, doctor.
—¿Es usted pariente de las jóvenes?
—La verdad que no. Lo que pasó es que tuvimos un
accidente, y quede inconsciente un rato. Cuando desperté y salí
160
del auto las vi tiradas en el suelo con otros dos individuos, y al
ver que ellas estaban heridas pero con vida decidí traerlas de
inmediato.
—Está bien, gracias por su ayuda, ya recibimos notificaciones
de la policía sobre ellas y ya tenemos sus nombres.
—¿Y cómo se encuentran? —preguntó Samuel rascando su
frente.
—Ambas están delicadas, pero una de ellas está muy grave,
hacemos lo máximo posible.

—Buenas tardes, doctor, doctor. Disculpe —aparece Alfredo


corriendo por el pasillo— ¿Mi nombre es Alfredo, me dijeron
que ingresaron dos pacientes con heridas de bala cuyos nombres
son Sheryl y Celeste, ¿Cómo se encuentran?
—¿Es usted familiar?
—No, familiar no, pero si soy amigo muy cercano.
—Ayúdenos con algo. Localice a los padres y dígales que
vengan pronto. Necesitamos hablar con ellos.
—¿Alfredo tú las conoces? —le dice Samuel intrigado y con
mucho asombro.
—Sí, claro Samuel, ¿y tú qué haces aquí?
—Tuvimos un accidente. La verdad fue raro, tan sólo
recuerdo tiros y luego quede estampado en un árbol, cuando
reaccioné salí del auto y las encontré, y a toda prisa las traje a
emergencias, más de eso, no recuerdo.
—Sí, yo llegué a la escena donde fue todo, encontré a Arturo,
no sé si lo conociste.
—No, ni idea.
—Él también era baterista de la iglesia, las dos muchachas
cantan en el coro, bueno cantaban, hace algunos meses atrás
dejaron de asistir. Estoy algo desconcertado, me traje las

161
carteras de las muchachas por si necesitaban alguna información
que ellas portasen en las mismas. Permíteme Samuel, llamaré a
sus padres.
—Yo también llamaré al pastor —continuó Samuel—. Creo
que también es prudente que lo sepa, ya que son personas a
quienes conoce.

Después de haber llamado por teléfono, un rato después


llegaron los padres de las jóvenes.

—Doctor, somos los padres, ¿Qué noticia nos tiene?


—El caso de las dos es difícil, pero en especial el de la joven
llamada Celeste. Perdió mucha sangre en el camino y las heridas
son delicadísimas. Hacemos lo posible por ambas. Sin embargo
necesitamos su autorización para someter a Celeste a una
intervención quirúrgica necesaria. Ella está a punto de morir y la
verdad sólo la operación le da una probabilidad de vida, sólo
que… la operación es sumamente riesgosa. Pero no hay más
opciones, es la única.

Llega el pastor Héctor, acompañado con su hija Sofía, al


parecer andaban juntos cuando recibió la noticia.

—Pastor, apóyenos en oración por favor —le dicen las


madres— están muy delicadas.
El pastor Héctor comienza a darles palabras de aliento;
mientras tanto Sofía solamente ve el escenario complejo y la
desesperación e impotencia de los padres a ver a sus hijas en ese
estado.
—No entiendo ¿Por qué Celeste hizo eso?. Ese tipo con que
andaba le dije una y mil veces que no era el adecuado, que le
traería problemas —dice la mamá de Celeste entre lágrimas y
162
sollozos—. Ese desgraciado. Por su culpa está mi hija allí en ese
estado —mientras golpeaba el piso.
—No es momento de culpar a nadie —le dice el esposo—
está aquí por sus decisiones, lo único que nos queda es orar a
Dios.

Samuel se acerca al pastor Héctor y comenta:


—Me cuenta Alfredo que uno de los muchachos que
fallecieron era del ministerio de alabanza.
—Sí, hace varios meses se retiró, abandonó su casa y luego
nadie sabía mucho de él. Solamente que había tomado malas
compañías.
—Pastor, ¿Por qué pasa eso? —preguntó Samuel.
—Muy buena pregunta Samuel. Sabes, creo que una de las
múltiples respuestas seria la falta de valentía, y me refiero la
valentía de ser quien eres y quien vive la vida realizando aquello
para lo cual fuiste originalmente diseñado. El evangelio requiere
mucha valentía. Ser cristiano es más que cantar, orar, leer la
biblia, congregarte, etc, etc. Y tú puedes decir, ¿y no es eso lo
que haría un cristiano? Y claro, esas son evidencias de un
cristiano, pero eso no es ser cristiano verdaderamente. Todo
radica en el corazón. Cuando tu pasión, tu enfoque, el eje de tu
universo es Dios, todo lo demás son frutos buenos productos de
ese amor; pero como el amor no es un ente en sí solo, este
necesita ir acompañado de acciones y decisiones concretas. Si
divorcias el amor de la determinación y el compromiso, todo lo
demás se empezará a volver monotonía, y poco a poco te
distraerás en otras cosas que te apartaran de aquello que en
verdad vale la pena.

Después de varias horas el doctor se acerca. Con su frente


sudada, ve al padre de Celeste con una mirada seca y distraída,
163
es esa cara que a los médicos no les gusta usar, es cara de malas
noticias.
—Lamentablemente su hija murió, no resistió la operación.

El llanto a gritos de la madre no pasa desapercibido, el padre


igual con llanto la abraza tratando de controlar su histeria, pero
el dolor es inevitable. Todos los que están en la sala sienten el
dolor, la atmósfera es pesada y fría, acompañada de una lluvia
en plena madrugada que se desata y combina los ruidos de los
truenos con los gritos de una madre con el corazón roto.
Sofía la hija del pastor Héctor, no resistiendo ver el dolor de
aquellos padres, no soportando más la presión del ambiente,
corre a los brazos de su padre.
—¡Papi!, ¡Que horrendo esto! ¡Se murió! —mientras lloraba
por la pérdida de su antigua compañera de ministerio.
—Hija tranquila, —el comprende que lo que ella está
presenciando es muy fuerte.
—No comprendo por qué pasan estas cosas —ve a los padres
de Celeste devastados y retorna su mirada a su padre y le dice:
—, no quisiera hacerles lo mismo que a ellos, no quiero, no se lo
merecen, ¡ustedes son lo mejor! —abrazándolo más fuerte.
—Tranquila hija, lo mejor es que te vaya a dejar a casa con tu
madre, creo que no es necesario presencies esto.
Mientras tanto Alfredo ante la noticia, se sienta, e inclinando
la cabeza se ahoga con un nudo en la garganta, el cual no puede
retener por muchos segundos y explota a llorar. Eran muy
buenos amigos, y a pesar de la distancia él era una de las
personas que siempre estuvo tratando de animarla a levantarse y
retomar lo que Dios le había entregado. Todos los recuerdos
empezaron a golpear su mente en ese instante; recuerdos de
cantando juntos en diversos lugares y lo más doloroso de todo,
que quizás no hubo tiempo de arrepentimiento para Celeste
164
—Increíble todo lo que me cuentas Rayan.
—Después de unas horas de trámites y cosas así, devolvieron
la cartera de Sheryl a sus padres, obviamente su celular y yo
íbamos dentro. Así que de nuevo nos llevaron a su casa. Pasaron
tres días, y Sheryl aún estaba delicada, luchando por vivir;
pasaron ocho días completos cuando ella empezó a mejorar
después de la operación y medicamentos. Después de ese
tiempo comenzaron las visitas. Un día llegó a casa Sofía, la hija
del pastor.

—Buen día doña Elda, vengo para ir junto a usted a ver a


Sheryl, y de paso ayudarle por si necesitaba apoyo en algo.
—Gracias hija, muy amable de tu parte. Mira, llevo sólo
algunas cosas que ella puede necesitar en este momento.
—Disculpe, ese micrófono ¿es con el que cantaba Sheryl
verdad? —dijo Sofía apuntando con su dedo hacia mí.
—Si ese mismo es, desde la última vez que ella cantó esa
semana lo trajo para limpiarlo y bueno, aquí ha estado todos
estos meses.
—Se me ocurre algo. Lo voy a llevar conmigo ¿sí? —dijo
Sofía con una sonrisa que evidenciaba que tenía algo en mente.
—Está bien hija, llévalo si de todas formas eso le pertenece a
la iglesia —dijo Elda mientras se sentaba en su sillón.
—¿Le pasa algo doña Elda?
—Hija no me pasa nada, bueno eso creo —perdiendo su
mirada en el piso—. Está bien, te seré honesta, me siento algo
cansada. Han sido semanas muy duras, una batalla en mi fe muy
fuerte, por un momento pensé que perdería a mi otra hija y me
horrorizaba la idea de perderla, siendo ella lo único que me
queda; en estas semanas he llorado, gritado, orado, y golpeado
lo que he tenido al alcance. Han sido semanas donde mis
165
emociones han estado muy sobresaltadas. He estado confundida,
en otros ratos con fe que saldremos adelante, mientras que otros
momentos la angustia me envolvía mientras dormía sola en mi
habitación sabiendo que mi hija se debatía entre la vida y la
muerte. En muchas ocasiones tomaba mi celular y pedía oración
a cuantas amistades podía; otros días pedía a alguna buena
amiga que viniese y no me dejase sola, que no necesitaba me
dijese nada ni que me diera consejos, sólo necesitaba ser
escuchada y desahogarme hablando con alguien que me prestase
sus oídos.
Te diré que como madre me sentí devastada. Traté de
contactar al padre de Sheryl para que supiese, y con nadie pude
encontrar información sobre él, simplemente desapareció de
nuestras vidas y no sé si llegó la noticia a sus oídos. Lo que
pienso, es que ella sin duda alguna espera que él vaya a verla, y
por como veo las cosas eso no pasará. ¿Sabes? Me he
preguntado muchas veces ¿Cuál ha sido mi pecado para merecer
tanto dolor? ¿Por qué Dios permitió que perdiera un hijo el cual
se apartó de sus caminos y por qué mi hija también ha seguido
ese mismo camino teniendo ella un futuro tan prometedor? ¿fue
mi culpa? ¿en qué fallé? —mientras sus lágrimas tocaban el
suelo.
—No se culpe doña Elda. Usted no es culpable de las
decisiones de sus hijos, lastimosamente a veces nosotros los
hijos sólo pensamos en nosotros mismos, y nos olvidamos que
nuestras decisiones no sólo afectan nuestra vida, sino que
también pueden llegar a afectar las vidas de las personas a
quienes amamos, en especial nuestros padres.
—Me ha tocado sola hija, y no ha sido nada fácil.
Definitivamente creo que Dios me ha dado las fuerzas para
seguir y no desmayar. Sé que en el mundo entero hay muchas

166
madres que sufren a causa de sus hijos, y muchas de ellas no
tienen la ventaja que tengo yo, y esa ventaja es Dios en mi vida.
Por eso es que he logrado salir adelante. Perdona hija por
contarte esto, pero de nuevo, sólo necesito contárselo a alguien
de confianza, alguien de quien esté segura no me señalará por
mi flaqueza ni presumirá de superespiritualidad, y a ti te
conozco desde hace años, desde que en la escuela dominical
jugabas y te veía lo hiperactiva que eras, y lo sigues siendo —le
dijo Elda mientras una sonrisa daba brillo a su rostro opacando
lo cansado de su mirar.

—Ya estuvo por hoy doña Elda —dijo Sofía mientras la


tomaba de las manos para levantarle del sillón— vámonos que
el día avanza a prisa, y después de la estación de taxis hay que
caminar un par de cuadras. Meteré este micrófono en mi cartera,
bueno casi ya no me caben cosas, pero en este compartimento
trasparente cabe —ella volteó la mirada y vio una fotografía en
la pared—. Doña Elda ¿esa niña de la foto es Sheryl verdad?
—Sí, es ella. Tenía diez años y fue la primera vez que cantó
en público. Fue en su escuela. Ese día fue tan maravilloso, ella
de los nervios hasta le cambio la letra a la canción, pero a pesar
de eso no se detuvo, era su sueño el poder cantar en público y
ese día empezaba a ver realizado dicho sueño. Recuerdo que ese
día casi ni durmió, no quería comer de los nervios, era un día de
celebración de día de las madres, y para dicha mía, ella
interpretó un canto a todas las mamás que estábamos presentes
en ese lugar. Es una experiencia inolvidable, misma experiencia
que sentí cuando la vi cantar por primera vez en la iglesia y supe
que el don que tenía era un don de Dios puesto a su servicio.

—¿Le parece si me deja llevársela? —preguntó Sofía.

167
—Claro, buena idea. Ella es una adoradora de Dios, y esta
etapa de bache en su vida declaro que termina en el nombre de
Jesús.

Así salimos de la casa, ellas iban charlando de muchas cosas.


Tú sabes, las mujeres son buenas para hablar, hablar, y seguir
hablando.

168
CAPÍTULO 8:

Crónicas de un micrófono de iglesia

M ientras íbamos en el taxi, en el asiento delantero, a la par


del chofer, iba un ciudadano de barba abundante. Un
señor que su aspecto gritaba unos setenta años; este hombre de
edad comenzó a entablar una conversación con el chofer la cual
no pudimos evitar oír por razones obvias.

—¿Escuchó la noticia de hoy en la mañana? —dijo el anciano


mientras acariciaba su barba gris.
—Sí, la escuché. Aunque para serle honesto fue que me la
contaron, he decidió no escuchar más noticieros pues estoy
cansado de tantas malas noticias. Eso hace que mi día lo respire
con un sabor a miedo.
—Así está la sociedad muchacho. En mis tiempos no te niego
que había peligro, pero los de ahora son más latentes, y si notas
en especial la juventud está muriendo, a este paso en unos 30
años la generación de adultos de esa época será poca, y abra que
ver cómo se desarrolla esta generación actual, la cual tiene que
sobrevivir no sólo a las presiones morales sino también a los
peligros de la calle.
—¿A qué se refiere por presiones morales? –dijo el chofer
mientras doblaba la calle.
—En mis tiempos la droga no estaba tan accesible como
ahora, ni tampoco la pornografía; para poder ver pornografía
tenías que ingeniártelas mucho, una revista era extremadamente

169
caras y de difícil acceso para los jóvenes, ahora en cambio sólo
tienes que darle un click al mause de tu computadora y ya
puedes acceder a toda clase de depraves sexuales; incluso no
necesitas buscar la pornografía, los videos musicales de ahora y
las películas están saturadas de escenas de sexo ilícito, lo cual
bombardea las mentes de la gente sin importar su edad. Antes
las muchachitas salían embarazadas por ignorancia, ahora la tasa
de embarazos de muchachitas es aún mayor, y eso que ahora
ellas tienen todo el conocimiento sobre el asunto.
—Eso pasa porque esas chicas creen tener el control de la
vida, y la realidad es que ellas están siendo controladas por los
deseos juveniles —dijo el chofer.
—Duro lo que dices pero cierto. Igual los muchachos, para
comprar droga la hayas en cualquier esquina. Sus mentes
bombardeadas por todas esas cosas como el alcohol, la parranda,
el sexo ilícito, la falta de compromiso, la rebeldía, la
prepotencia, el orgullo, la pornografía, la violencia, las modas
indecentes, entre muchas otras cosas todo eso son presiones
morales.
—Pero sigo sin entender por qué la palabra presión. —dijo de
nuevo el chofer.
—Una presión es una fuerza que te empuja a hacer algo, que
te direcciona, que trata de decidir por ti y te empuja hacia un
lugar o estado. Todas estas cosas que te mencioné te empujan a
un estilo de vida. Ejercen su presión sobre ti, bien sea a través
de las amistades o tu mismo auto engaño. El no seguir esa
corriente de la presión te hace estar fuera de moda, aparte de ser
visto como alguien cool y actualizado, si no sigues esa presión
entonces estás fuera del grupo y eres un anticuado. Lo que no te
dicen es que esa presión es como la fuerza del rio que se dirige
hacia la cascada, entre más fuerte se vuelve, y más te dejas

170
arrastrar por ella, más pronto caerás al abismo. Es por eso que
tantos jóvenes están sucumbiendo en esta generación.
—Y para rematar desde muy niños están siendo programados
en sus cabecitas a una vida arrastrada por esa presión, y eso
porque los padres lo permiten —decía el chofer mientras hacia
un alto en el semáforo—. Mire, yo tengo una niña de 7 años y
he visto en la escuela a compañeras de esa edad que las visten
como prostitutas, y las ponen a bailar esos bailes que no son más
que sexo con ropa; de allí esos padres cuando esas hijas les
aparecen como madres prematuras se quejan contra Dios y le
preguntan el por qué les pasan esas cosas, y simplemente están
cosechando lo que sembraron.
—Buen punto lo que has dicho —dijo el anciano limpiando
sus lentes—. La biblia dice instruye al niño en su camino y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él.
—Claro, y eso se aplica no sólo a las cosas buenas sino
también a las cosas malas. Por lo que escucho usted es cristiano.
—Sí, así es, y me siento muy contento por eso. ¿Y tú no lo
eres?
—Estuve en la iglesia por muchos años, incluso llegué a ser
líder de grupos familiares, pero me retiré. ¿Y quiere que le diga
por qué?. Porque me cansé; yo vivía todo el tiempo en asuntos
de la iglesia, y lo hacía con amor; luego no sé cómo pasó pero,
me fui cansando de la gente, me fui hartando de tratar de
impulsar a las personas a las cosas buenas y que ellas no
valoraran eso. Me frustré por querer salir adelante en lo personal
y verme aún atascado al pasar de los años. Me empezó a
fastidiar los regaños de mis líderes que sólo sabían darme golpes
morales en arras de superespirituales, cuando ellos no sabían
todo lo que me estaba pasando en lo privado. Me cansé por

171
completo, y no quería seguir más en eso, y anhelaba algo
distinto.
—Ya veo, ¿y lo mejor que pudiste decidir fue abandonar
todo? Sin duda no valía la pena lo que tenías. —dijo el anciano.
—No diga eso —contestó asustado el chofer—. Han pasado
muchos años y ahora que lo pienso dejé ir muchas cosas bellas
que Dios me había dado, y ahora honestamente añoro regresar a
ese tiempo y recuperar todo lo perdido. Pero se me ha vuelto
todo muy difícil, y no porque no pueda hacerlo, sino que una
vez que uno se aparta de Dios uno mismo crea una gigantesca
muralla mental que impide regresar, es confuso, pero esa
muralla no la ha edificado otra persona sino uno mismo a causa
de las malas decisiones, y por ende el que debe tomar la
decisión de derribar dicha muralla mental es uno mismo.
—Veo que has meditado en tus caminos mucho —dijo el
anciano viéndolo con ojos de padre.
—Sí, así es, y sabe, ahora que pienso bien las cosas, cuando
tomé la decisión de alejarme de Dios fue lo peor que pude haber
hecho. En ese entonces yo culpaba a Dios de todo lo que me
pasaba, pero en ese momento de crisis lejos de buscar y
aferrarme más a él para salir adelante busqué distraerme en otras
cosas; dejé de leer la biblia, de escuchar música que me
edificara, dejé de llevarme con mis amigos cristianos y comencé
a llevarme sólo con amistades que vivían una vida muy
apartada, y lejos de ser yo quien los influenciase a lo bueno, fui
yo quien se dejó influenciar por ellos, y lo peor es que yo estaba
muy consciente de lo que estaba haciendo, yo sabía que me
estaba dejando seducir por el desánimo, el enfriamiento
espiritual y la distracción, todo para huir de Dios. Ahora lo veo
más claro, y fui yo quien decidió apartarse de Dios y ahora me
duele haber hecho eso; en este momento yo estaría en otro estilo

172
de vida, un estilo de vida teniendo su presencia conmigo y
sintiéndolo a cada instante en mí y sintiéndome feliz de saber
que estoy en sus caminos —decía el chofer mientras sus ojos se
humedecían —, me dejé llevar por mis emociones negativas y
por los conflictos con las personas en las iglesias, además de
mis problemas familiares.
—¿Tenías conflictos con personas de la iglesia? —preguntó
el anciano mientras acomodaba su maletín.
—Sí, usted sabe, en las iglesias siempre hay gente que se
mete en la vida privada de los demás señalando sus defectos, y
celebrando las caídas del prójimo con quien no simpatizaban
mucho, o con quienes tenían diferencias; y yo no supe gestionar
eso, y claro, yo comprendo que a la iglesia no va gente perfecta,
y por eso no me excuso con los problemas con la gente y los
conflictos familiares; aunque en ese entonces si lo hice, y fue
ese mi puente que me separó de lo que tenía en Dios —volteó el
chofer la mirada a su espejo retrovisor y vio a Elda y Sofía, y les
dijo—: Disculpen jóvenes si las incomodo con mis pláticas.
—De ninguna manera, tranquilo, nosotras también somos
cristianas, así que lo entendemos.
—Mira como es Dios —continúo en anciano—, Te envió a
tres mensajeros para darte una buena noticia. Y esa es que aún
estás a tiempo, que irrevocables son los dones y el llamamiento
de Dios, todavía estás a tiempo hijo y veo que conoces mucho
de la palabra de Dios y también sobre lo que debes hacer. No
postergues más tus decisiones correctas, empieza de nuevo y
hazlo con más fuerza, aferrado a Dios y pidiendo cada día su
guía, cobertura y protección; hoy Dios te da una nueva
oportunidad para empezar otra vez y veraz que todo va a estar
bien.

173
—Definitivo que Dios me los envió —dijo el chofer—, hoy
en la mañana que me levanté, pedí a Dios que pusiera a alguien
en mi camino, y que este me impulsara y me apoyara a
levantarme, y esos son ustedes. Así que decido empezar de
nuevo y fortalecerme en Dios y el poder de su fuerza.
—Qué bueno —dijo Sofía—. ¿Nos permites orar por ti?
—Por supuesto —contestó el chofer mientras orillaba el taxi.

En ese instante los tres comenzaron a orar por aquel joven,


quien abrazándose a sí mismo desahogaba algo que por años
tenía enredado en su garganta y corazón. Una vez terminada la
oración, el anciano continuó:

—Bueno hijo, hoy un nuevo día ha empezado, una nueva


etapa para ti hermano, y un consejo te daré; No permitas que el
agotamiento físico, mental y espiritual atenten contra la unción
y tu consagración, siempre mantente conectado a la fuente de
nuevas fuerzas y aliento, y esa es Dios.

Luego de la oración e ir charlando más sobre su vida, llegaron


a el hospital donde se bajaron Elda y Sofía, quienes se
despidieron muy contentas de ver que en la vida de aquel
individuo algo bueno había pasado.

Etapas transitorias de neblina


Entrando al hospital, se dirigieron a la sala de espera, ya que
iban a permitir el acceso al paso en media hora; así que tuvieron
que sentarse a esperar.
—Doña Elda, ¿Cómo se siente? La veo pensativa —dijo
Sofía mientras le tomaba de la mano.

174
—Estoy pensando hija —contestó Elda—. Estoy meditando
en lo que el muchacho conductor del taxi nos platicó de su vida,
y en varias cosas me identifique con él. Mira, te seguiré
compartiendo algunas cosas mientras esperamos. En mi corazón
guardo muchas cosas, considero que muchas son buenas, pero
también guardo conmigo algunos recuerdos que ha costado
olvidar. Y es que las huellas en el corazón muchas veces son
imborrables, en la vida muchas situaciones o personas dejan
huellas, sean buenas o malas; en lo bonito de los casos son esas
huellas positivas que te hacen sonreír cuando las recuerdas, en el
caso contrario más que huellas son cicatrices que recuerdan
heridas que sólo Dios pudo sanar. Al pasar el tiempo como que
se empieza a añorar más esas etapas, algunas de las cuales
consideras que no las supiste aprovechar o valorar, hay bonitos
recuerdos que también duelen por cierto.

—¿Cómo es posible eso? —dijo Sofía con ojos extrañados —


¿los bonitos recuerdos también pueden doler?
—Claro hija. Cuando son recuerdos de cosas buenas, lindas
vivencias y etapas que se disfrutaron mucho y que por razones
incomprensibles dejaron de ser y se desvanecieron. Mira no te
complicaré contándote cosas que quizás no las comprendas, es
porque están más ligadas a mi proceso familiar, lo que si te
puedo decir es que aprendas a valorar lo que tienes, esas cosas
bellas que Dios te ha dado y no renuncies a ellas. Disfruta cada
etapa de tu vida, ya que existe la posibilidad que por alguna
razón no regrese, sea porque era parte de la vida o por razones
fuera de tu alcance, pero que no sea que dejes de disfrutar los
preciosos regalos de Dios a causa de tu descuido; esas cosas
valiosas como la familia, la amistad genuina, los padres, los
logros, tus estudios, etc, etc. ¡Son muchos! Y cada quien tiene

175
regalos de Dios los cuales debe atesorar, valorar y cuidar. Tus
padres no son eternos, tu etapa colegial no es eterna, incluso los
buenos amigos no los tendrás cerca todo el tiempo por mucho
que los quieras y los celes a veces, pues ellos también viven sus
propias vidas y toman sus propias decisiones, y siempre ellos
vuelan persiguiendo sus sueños. Y qué decir de tus logros sean
académicos o en los caminos de Dios, si tanto ha costado
edificar, no permitas que la desesperación, el cansancio o el
enojo derriben todo lo que con tu esfuerzo y el de tus líderes han
edificado, porque ése es otro asunto, tú también eres producto
no sólo de tus decisiones, sino también del esfuerzo de
verdaderos líderes que invirtieron parte de su vida en ti para que
seas una mejor persona, al igual que tus padres también se han
invertido en ti.

Sé que en muchas ocasiones vendrá a tu vida esa horrenda


pregunta: “¿Por qué me pasa esto a mí? no entiendo…”, frase
que todos nos hacemos en nuestro paso por la vida más de una
ocasión, y que en al enfrentarse frente a ella muchos sucumben
y se rinden, cuando ese momento podría convertirse en un
escalón para alcanzar algo más grande, algo que podría provocar
una nueva temporada y el comienzo de la realización de sueños.
—En verdad que todos pasamos por esas etapas —dijo Sofía
mientras veía un cerro a través de una ventana.
—Sí, pero debes saber administrar tus recuerdos, el mal
manejo de los mismos pueden deprimir a algunas personas. No
es bueno recordar todo, hay que aprender a olvidar hija,
nosotros no podemos cambiar el pasado pero si podemos
aprender de él, de esa forma sacamos provecho a la adversidad,
crecemos como personas.

176
—Sí, tiene razón doña Elda, mucha gente a causa de lo difícil
que es la vida en esas etapas complicadas cambian, dejando de
ser quienes son, y se vuelven irreconocibles de quienes eran.
Creo que la presión también puede desfigurar el alma de las
personas, si estas se lo permiten.
—Mira Sofía. Nunca hay que perder nuestra identidad, eso
quienes somos en verdad; nunca perder la nobleza y la
amabilidad; nunca dejar de ser buena persona si lo has sido
siempre. Es muy cierto lo que dices, la presión de la vida
transforma muchas veces para mal a las personas, pero para
aquellos que tienen los ojos puestos en Jesús, lejos de
convertirse en peores personas se hacen mejores y más fuertes.
—Esas etapas son tan decisivas y determinantes —dijo Sofía
mientras arreglaba el moño en su cabello.
—Lo bueno es que esas etapas de neblinas densas son
transitorias, son momentáneas, pero si son muy determinantes.
Aferrados a Dios podemos aprender a superar esas etapas
momentáneas y crecer como personas al transitar en ellas.
Además también debemos de aprender a dar perpetuidad a los
momentos bellos de la vida, que si pueden ser cultivados y los
cuales no tienen fecha de caducidad, sino que depende del
mantenimiento que le demos a esas estaciones y también
sueños.
—Pero doña Elda, ¿hay de etapas a etapas verdad?. No todo
es igual, hay gente que se ve en situaciones más difíciles que
otras. Yo en verdad a usted la admiro muchísimo, porque sé de
los procesos que tuvo; lo que le pasó a su hijo, luego la historia
con su ex esposo, igual sé que le ha tocado luchar por salir
adelante con su hija; y a pesar de todo siempre ha sido leal en
los caminos de Dios.

177
—No te lo niego que ha sido duro ver morir sueños,
proyectos y anhelos. Ha sido una de las etapas más crueles el
ver los cadáveres de mis proyectos en el suelo pisoteados por
otras personas; algunas de esas personas siendo tan importantes
para mí y otras que por alguna razón disfrutaban verme así.
Además, lo difícil que es ver el pasar el tiempo, y luchar con
una esperanza terca que te dice todos los días que esos sueños
quizás resuciten, y no saber si eso que está dentro es fe, o es una
ilusa esperanza. En ese entonces reaccionaba y volvía al plan
original, aferrarme a la voluntad de Dios, sabiendo que él es
poderoso para resucitar sueños, y que aun si él no quisiese que
resucitasen, él haría algo nuevo que traería oleo de gozo en
lugar de luto y manto de alegría en lugar de espíritu
angustiado.
—Esas son buenas noticias —dijo Sofía con una sonrisa—.
Ése es el verdadero evangelio, las buenas nuevas. Verá que todo
saldrá bien. Sheryl se pondrá pronto mejor y no será la misma
que antes sino que será aún mejor de lo que era.
—Amen hija —dijo Elda y le sonrió—. Yo estoy orando
mucho a Dios por ella, y sé que hay poder en la oración de una
madre, así que no cesaré de orar y esperar; ella despertará de su
error, estoy segura que Dios está obrando en su vida y a pesar de
las decisiones equívocas que ella ha tomado, Dios sigue
persiguiéndola con su amor y gracia, y estoy segura que Dios la
alcanzará de nuevo. Extraño tenerla en casa cantando como
pajarito durante todo el día, pero llegará ese día en el que ella y
yo nos tomaremos de nuevo de las manos para orar juntas otra
vez.

178
Sonambulismo espiritual.

Se acerca una de las enfermeras, mientras leía una carpeta de


papeles que llevaba en sus manos.
—¿Ustedes son los parientes de Sheryl verdad?
—Sí, así es. Yo soy su madre y ella una buena amiga —dijo
Elda mientras ambas se ponían en pie.
—Pueden entrar a verla, sólo que le pediré un favor a usted ya
que es la madre, necesito que en un rato pueda entrar en la
oficina del Dr. Gómez, y llenar unos papeles que han quedado
pendientes, usted sabe, sobre los costos actuales y los que
vienen.
—Está bien señora, llegaré en un momento después de ver a
mi hija, gracias —contestó Elda mientras acomodaba su cartera.

Entrando ambas al cuarto encontraron a Sheryl, sus ojos


estaban agotados y semiabiertos, como dos ventanas a media
persiana. Un rayón escurridizo en su mejilla derecha a causa de
algún golpe propinado. A la par de la cama algunos ramos de
flores enviados anteriormente por algunos amigos y familiares.
—Hola hija ¿Cómo estás hoy? —acercándose Elda y dándole
un beso en la frente.
—Bien mamá —contesto Sheryl con voz suave—. ¿Y tú
cómo estás?
—Bien hija, contenta de verte, aaah… y mira quién viene
conmigo.
—Hola Sheryl, me alegra que te estés recuperando —dijo
Sofía mientras acercándose tomaba su mano amoratada.
—Gracias por venir Sofía, me alegra verte. Qué bonita estás,
y yo aquí en este taller tratando de rearmarme.
—No exageres Sheryl, y gracias por el halago, pero ya saldrás
pronto brillando como siempre. Ya verás.
179
Estuvieron un rato charlando las tres, luego Elda tuvo que
retirarse a llenar los papeles que la enfermera le había solicitado
no olvidase.

—Regreso en un instante hijas, no vayan a ninguna parte, no


quiero se me escapen a buscar novios —soltando una sonrisa.
—Claro que nos escaparemos, la duda es la mala —contesta
Sofía al son de risas de las tres.

—Mira Sheryl lo que te traje —mientras sacaba su


fotografía—. Espero no te moleste. Tu mamá me permitió
traerla.
—Oooohh, mi foto cantando en la escuela, que bella salgo,
ponla al lado de las rosas por favor, y gracias, esto me dará un
cierto tono de hogar en medio de este frio cuarto de hospital.
—Eso no es todo, ¿recuerdas esto? —mientras me sacaba del
compartimento transparente de su cartera.
—El micrófono de la iglesia —dijo con tono simple.
—Es tu micrófono Sheryl, este es un representativo de quién
eres en Dios, una adoradora del Padre, lavada con la sangre del
Hijo y llena del Espíritu Santo, diseñada para dirigir la
adoración a Dios.
—Eso es del pasado Sofía, no me interesa —contestó Sheryl.
—¿Por qué dices eso? —le contestó Sofía con tono de
pesar—. Tú conoces para que fuiste diseñada, y aunque en
verdad lo ocurrido anteriormente no tiene que ver nada con
andar en la voluntad de Dios, si te puedo decir que los planes de
Dios para ti siguen en pie, y que si él te ha dado un oportunidad
de vida es por un propósito.
—¿Por qué dices que Dios me dio una oportunidad con un
propósito?, ¿acaso Celeste no lo merecía también? ¿Acaso ella

180
no era anteriormente una adoradora? ¿Por qué permitió que ella
muriera sin darle oportunidad siquiera un instante para
arrepentirse de su proceder?, no veo que haya amor de Dios en
todo lo que pasó. Ni Arturo tuvo una oportunidad, un minuto
hubiese sido suficiente, un minuto Sofía, y no, ellos murieron
ante mis ojos de maneras instantáneas. ¿cómo pretendes que
quiera volver a adorar a Dios después de tantas cosas?. Como si
no fue suficiente lo de mi hermano, luego lo de mi padre, la vida
que me ha tocado llevar y de remate me quita a mi mejor amiga.
Me cansé Sofía, yo no pienso regresar a la iglesia y cantarle a
Dios de nuevo, no proceso el hecho que él permita tanto
sufrimiento y maldad, no lo entiendo, y me cansé, ya no quiero
más, no quiero saber de gente de iglesia, ni de ensayos, ni de
predicar, ni de nada de eso. Me cansé también que la iglesia
señale a sus líderes sin saber las cosas que ellos pasan. Me cansé
que exijan perfección cuando ellos viven vidas muy lejos de
siquiera querer intentar ser mejores, me cansé de todo eso.
—No digas esas cosas Sheryl, sé que te debes sentir dolida
por todo lo acontecido, pero ten en cuenta que todo lo que pasó
fue por sus decisiones, Arturo decidió su estilo de vida desde ya
hace tiempo, y lo mismo Celeste, créeme, yo fui al velatorio y
entierro de ambos, y la única gente que vi eran sus familiares y
uno que otro de sus amigos, todos los demás con quienes ellos
acostumbraban salir brillaron con su ausencia, quizás por los
pasos en que ellos andaban temían algún atentado, o
simplemente no les interesó si quiera un último adiós, pero fue
sus decisiones, y no decisión de Dios. Estoy más que segura que
Dios intentó una y otra vez llamarlos y prevenirles de lo que
venía, estoy segura que Dios les puso luces rojas en la carretera
de sus vidas y otras señales para vivir correctamente, mas ellos
no obedecieron.

181
—¿Pero dónde queda que Dios es Dios de segundas
oportunidades? No se las dio a ellos, ¡no se las dio! —dijo
Sheryl a tono suave y molesto.
—¡Claro que se las dio! Y más de una, sólo que tú no estabas
cuando Dios les dio todas esas oportunidades. También pasa que
las personas creen que siempre habrá una siguiente oportunidad
en la vida, mas no saben cuándo están gastando la última de
ellas, porque todos tenemos un día y una hora sea que muramos
o que nos vayamos con Jesús en el rapto. Pero te lo aseguro
Sheryl, hubo muchas oportunidades, pero ellos se las
terminaron, y sin saber que ya se les habían acabado siguieron
jugando la ruleta rusa de la vida.
—Es fácil para ti decirlo Sofía, tú eres hija de pastor y no has
vivido lo que me ha tocado a mí.
—Quizás tengas razón, no he vivido tus mismas situaciones,
pero conozco otras que han vivido peores que las tuyas y han
logrado salir adelante y triunfado en la vida como hijos de Dios,
tú no eres la excepción, tú puedes hacerlo, ¡puedes levantarte y
aun con más fuerza que antes!
—¿Y para qué Sofía? ¿Para seguir viviendo una viva de
actividades espirituales automatizadas pero sin amor, sin pasión,
sin devoción?
—Eso que me describes no es más que sonambulismo
espiritual, pero tú no tienes que ser así, la pasión y el amor se
entregan, no son sentimientos y emociones solamente; el amor
es una decisión y la pasión es una entrega total, así que si
quieres cultivar tu amor a Dios simplemente debes decidir
amarlo, y si quieres volver a sentir la pasión con que le servías
antes, debes entregarte de nuevo a él con todo tu corazón. Tu
bien sabes que no es cuestión que si sientes o no sientes el deseo

182
de regresar a la iglesia; es cuestión que si decides o no regresar a
tener esa comunión con Dios que un día tuviste.
—Está bien Sofía, dejémoslo así, no quiero hablar de eso por
favor.
—Está bien Sheryl, disculpa, no quería hacerte sentir molesta,
sabes bien que te quiero mucho y deseo lo mejor para ti, si se
han perdido piezas del rompecabezas de tu vida, con la ayuda de
Dios las puedes encontrar. Pero si, está bien, allí lo dejaré, no te
molestes.
—No te preocupes, sé tus intenciones, sólo que en estos
momentos no tengo mis pensamientos claros, estoy confundida,
sé que es lo correcto y que no lo es, pero no sé, es muy confuso.
—Está bien, tranquila, lo dejo en tu corazón para que lo
medites, pero no te estreses, relájate, descansa, necesitas
recuperarte.

Después de la conversación, regresó Elda y continuaron


charlando un poco con ella, obviamente oraron para que ella se
recuperara, y luego tuvieron que irse; claro la foto se quedó en
el hospital pero yo no, Sheryl no quiso que me dejasen allí; así
que Sofía me llevó de regreso a su casa, y el día de hoy pues
bueno aquí estoy de regreso Mic; eso todo lo que pasó en estos
meses que no me viste.
—Pero dime Rayan, ¿ella dijo que volvería? ¿Regresará?
—No dijo nada Mic. Las palabras que le dijo a Sofía las
sostuvo siempre, así que no sé si regresará o no a la iglesia.

183
Decisiones.

Han pasado cinco meses después de los relatos de Rayan acerca


de lo acontecido a Sheryl. Los comentarios entre los músicos
cuentan que ella salió de alta un mes después de lo narrado por
Rayan.

De nuevo en ensayo. Se han integrado algunas nuevas


personas al equipo, unas con su talento y dedicación han dado
fuerza al ministerio, otras la verdad con su flojera dan sueño
lejos de dar inspiración. Rolando los reúne una vez más en
círculo y les dice:

—La transformación es un proceso de cambio para prepararte


para una nueva etapa. Si tu presente es deficiente necesitas
transformar tu vida a una versión mejorada, si las circunstancias
te han tratado de hundir, es hora de sacar la versión 2.0 de ti
mismo; si la gente trató de enterrarte recuerda que eres buena
semilla y por tanto germinarás, crecerás y darás mucho y buen
fruto. Los desafío a decidirse por crecer y aprender; el día que
dejen de aprender cosas buenas ese día comenzarán a morir sus
sueños y sus vidas, manténganse aprendiendo cosas buenas, y si
en el proceso de la vida caen ¡Vuélvanse a levantar!, ¡somos una
generación escogida por Dios!; Una generación apasionada e
insigne no por los títulos o posiciones, sino por el Espíritu que
llevamos dentro; Perfeccionados a través de los procesos,
mediante los cuales alcanzamos madurez y capacitados por Dios
para derribar todo lo que se oponga al establecimiento de su
reino.

Nacimos originales, no debemos vivir siendo una copia.


Tenemos un diseño original y único, un diseño hecho por el
184
supremo arquitecto, Dios; quien no se ajusta a las modas de
turno ni se acomoda a ellas. Su palabra no cambia y sigue
siendo infalible aunque muchos se levanten en contra de ella;
esa palabra por la cual fueron hechas los cielos y la tierra la cual
debe estar escrita más que en papel en nuestros corazones.
Entendidos que como ministerio somos llamados a inyectar fe y
esperanza a través de la música a una generación sedienta de esa
palabra que trae vida eterna.
Pero tengan siempre presente lo siguiente: sus decisiones
determinan el color y forma de sus vidas, la vida que cada uno
de ustedes tiene en la actualidad es fruto de la suma de todas sus
decisiones; y aún siguen dando forma y color a su vida con las
decisiones que siguen tomando y las que tomarán. Aun en los
procesos de crisis en donde es evidenciado tu yo interior,
tendrán que tomar decisiones que serán determinantes para tu
vida. Seamos conscientes de lo que estamos haciendo con
nuestras vidas, no culpando a Dios por los resultados negativos
que nuestros malos actos muchas veces han atraído, sino siendo
leales y aferrándonos a su gracia rindiéndonos a él, sabiendo que
sin él nada somos y fuera de él no hay nada que tenga verdadero
sentido. Muchas de las decisiones más importantes de nuestras
vidas habrá que tomarlas en momentos de crisis o en momentos
de soledad, en otras ocasiones entre bullicio y conflictos; otras
serán pausadas y con tiempo a favor, mientras que otras
apresuradas y sin oportunidad de pensar mucho; unas con
impacto momentáneo y otras con impacto perpetuo y hasta
eterno.
Cuidemos de nuestra vida y el amor que hacia Dios tenemos.
Más allá de la belleza exterior y de la opinión pública las cuales
son transitorias sean buenas o malas, cultivando la belleza
interior la cual es perpetua y misma que embellece también el

185
exterior. Aprendiendo a conocer a Dios en cada momento de la
vida cotidiana, y perseguir anhelosamente hacer su voluntad que
es buena, agradable y perfecta. Muriendo a nosotros mismos y
nuestros deseos egoístas, con humildad de corazón y sepultando
la soberbia. Con la convicción que la gloria es de Dios y él es
galardonador de los que le buscan y aman.
Nunca olvidemos que tenemos acceso a la presencia del Padre a
través de la sangre de Jesús, nunca sucumbamos ante el
aislamiento sigiloso que lentamente y con mucha distracción
nos separa de nuestro Padre. Aun cuando cometamos graves
errores y estos opaquen nuestras cualidades no desmayemos,
rindiendo cada día nuestra frágil humanidad a Dios para la
limpieza de nuestras faltas y pecados, recibiendo su perdón y
favor y levantándonos prosiguiendo hacia adelante para ver
cumplidos los planes de Dios en nuestras vidas, los cuales son
de bien y no de mal, pues el amor de Dios nunca falla, aunque
nosotros fallemos, aahhhh pero no tomando este gran beneficio
como juego, confiados en que siempre habrá una segunda
oportunidad en Dios, cuando la verdad no sabemos si la
oportunidad que estamos viviendo en este instante sea esa
segunda y última, la cual no debe de tirarse a la borda.
La vida está formada por decisiones, muchas son elecciones
críticas e irreversibles. Decidimos ser felices o no; decidimos
amar a Dios o no; decidimos seguir adelante o no. Está en
nuestras manos el permitir que se haga la voluntad de Dios o se
haga nuestra propia voluntad en nuestras vidas. Nosotros
decidimos el tipo de vida que queremos. Decidamos pues
guiados por el Espíritu Santo, y aprenderemos que vale la pena
estar en el Camino. No desmayen, no se rindan, saquen nuevas
fuerzas en la debilidad y abracen el amor del Padre el cual
nunca falla.

186
Ustedes son llamados a formar parte de la generación de
adoradores en Espíritu y Verdad que Dios está levantando. Él
los busca, encuentra y escoge no porque sean perfectos, sino
porque nunca se rinden y siempre se levantan aferrándose a él.
Mis queridos hermanos y amigos, Dios sigue levantando esos
adoradores y los está llamando a que despierten como hombres
y mujeres de guerra. ¿Ustedes que deciden?.

Estas fueron las largas palabras que dijo Rolando a todo el


equipo. En lo que concierne a este su servidor Mic, estas son
algunas de las historias que he presenciado. Nunca pensé ver y
escuchar tantas cosas en una iglesia, además de conocer tanto
acerca de las vidas personales de aquellos que están
comúnmente en escenarios o altares de iglesias; hay muchos
detalles que no les logré contar en estas crónicas, pues cada día
en la iglesia, cada etapa y cada transición son toda una aventura.
Mi sueño que en un principio era el ser usado por personajes
famosos, se vio transformado por algo mejor, el ser un
instrumento consagrado para llevar aliento, ánimo y palabras de
vida, y es así que a través de mí, muchos verdaderos cristianos
llevan el mensaje de Jesús; y me siento orgulloso de eso. Fui
hecho en Estados Unidos, y me ensamblaron también allí, pero
ustedes amigos han sido hechos en el cielo y ensamblados en la
tierra con un propósito divino. *
Déjense amar por el Creador, su Dios y Padre, y ámenlo
también con todo su corazón, con toda su alma, con toda su
mente y con todas sus fuerzas. Ahora yo entiendo que es Dios
de todas las cosas, incluyéndome a mí, un sencillo micrófono,
un objeto inanimado pero que procedo de la naturaleza creada
por él, y por tanto le pertenezco, porque por su poder creativo es
que existo.
*Luis Morales Jr.
187
Estoy más que seguro que tú que leíste estas historias tal vez
has presenciado algunas similares —si no es que también las has
vivido—. Esas crónicas que tú has vivido y llevas en tu corazón,
esas historias de procesos y cambios, transiciones y
transformaciones, luchas y reposos, caídas y triunfos, errores y
éxitos, fracasos y victorias, y muchas otras distintas etapas por
las cuales todo ser humano tiene que pasar; esas crónicas las
debes usar para crecer y bendecir también a otros, ayudándoles
y modelándoles cómo se sale adelante en la vida en Cristo.

Me dirigí a Rayan mi amigo el micrófono abandonado por


Sheryl y le pregunté:
—¿Qué opinas de lo que dijo Rolando?
—Me quedé sin palabras amigo, cosas de humanos —me
contestó.

De pronto se escuchó el abrir de la puerta de la entrada


principal; unos pasos se acercaban, el sonido de los mismos eran
delicados y suaves. A causa de que estábamos metidos en unas
cajas Rayan y yo no podíamos ver quien era. Todos los músicos
al escuchar que alguien entró voltearon a ver quién era ese
personaje. Se escuchó una voz tímida y sonriente decir:
—Buenos días muchachos, Dios les bendiga más.

—¡Rayan!, ¿Escuchaste esa voz? –grité a mi compañero.


—¡Sí, la escuché Mic!; es muy similar a la de… ¿Crees que
sea…? ¿Será cierto que…? ¿Es acaso que…?.

…Tú decides…

188
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un micrófono que ve frustrado sus planes de Manual técnico en su segunda edición, que
ser utilizado por cantantes reconocidos y contiene las herramientas didácticas para
famosos, pero que en su transición al ser aprender a tocar muchos instrumentos
utilizado en una iglesia conoce muchas musicales como ser guitarra, bajo, violín,
anécdotas de las personas que lo rodean, violoncello, teclado, saxofón, flauta traversa,
dándole el panorama del ambiente dentro y clarinete, trompeta, trombón, batería, así
fuera de la iglesia, las luchas con que tienen como teoría musical básica y lectura de
que lidiar los jóvenes y los procesos por los tablaturas. También contiene un capitulo de
cuales se ven envueltos. Una libro que narra canto, un extenso capitulo de audio y
historias basadas en la vida real, adaptadas a sonorizacón de iglesias, libro disponible en
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