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Sueño en Progreso

Desafiado por preguntas, como estas…


„„ ¿Cómo se vería nuestra iglesia bajo las circunstancias más
ideales?
„„ ¿Quiénes somos y cuál es nuestro papel dentro del Cuerpo de
Cristo más amplio?
„„ ¿Cuáles son los dones y el llamamiento que han sido exclusivos
de nuestro movimiento en casi un siglo y medio?
„„ ¿Cómo nos han preparado para el ministerio en el presente?
„„ ¿Qué se necesita para que nuestra iglesia avance en esa
dirección?
…Al ser recién nombrado presidente de la Conferencia General,
Whaid Rose, comenzó la elaboración de los conceptos descritos en
este libro, cuando asumió el cargo en 1997.
Avance hasta el 2011 y tenemos Dream in Progress, que sirve
como la recopilación de la visión del Pastor Rose de la iglesia que
ama y guía.

Whaid Rose fue nombrado Presidente de la Conferencia General en 1997. El


Instituto Bíblico de Manhattan, Hunter College (Universidad de la Ciudad de
Nueva York), la Escuela de Teología Cumbre, y el Instituto de Altos Estudios Beeson
de Liderazgo de la Iglesia (Seminario Teológico de Asbury), son algunas de las
instituciones con las que él ha hecho estudios de licenciatura y de postgrado. Ha
servido a las congregaciones en Brooklyn, Nueva York; Newton, Carolina del Norte;
y Denver, Colorado, y ha viajado ampliamente por toda la iglesia en Norteamérica
y en todo el mundo. Él dio su corazón al Señor a una edad temprana y ha dedicado
su vida al ministerio del Evangelio. Su amor para lanzar la visión ocupa un segundo
lugar a su amor por la predicación y la enseñanza. Entre los escritos que han dado
forma a su vida está el poema de Rudyard Kipling, If.

ISBN 978-0-9850808-3-9

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Whaid Guscott Rose
Sueño en Progreso
por Whaid Guscott Rose
Traducción proporcionada por Sylvia Corral.
Copyright © 2011 por la Conferencia General de la Iglesia de
Dios (Séptimo Día). Derechos reservados.
Toda cita de la Escritura, a menos que se indique diferente,
es tomada de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®,
NIV®.
Copyright ©1973, 1978, 1984, 2011 por Bíblica, Inc.™ Usado
con permiso de Zondervan. Derechos reservados mundial-
mente.
La “NIV” y “New International Version” son marcas regis-
tradas con Patente en los Estados Unidos de América y la
Oficina de Patentes por Bíblica, Inc.™

v v v

Esta publicación está financiada por el Foro Isacar y se dis-


tribuye de forma gratuita.
Su donación al Foro Isacar, ayuda a financiar la Visión, y es
grandemente apreciada.

ISBN 978-0-9850808-3-9
El Círculo
El interminable círculo del amor y compañerismo
que compartimos.

La Biblia
El pilar inicial de nuestro movimiento;
nuestro continuo compromiso a ella como infalible
y autoritaria.

La Paloma
El símbolo universal de la paz, el afecto, la fe, la
pureza, y el descanso.

Los rayos solares


Esperanza creciente; un nuevo y mejor día; los
mejores días de la CoG7 aun por venir; nuestros
mayores logros, en el futuro.
C ontenido

Prefacio vii

Introducción ix

Cristo-Céntrica 3

Distinta, No Exclusiva  9

Observadora del Sábado  15

Basada en la Biblia  21

Formada por el Espíritu  27

Apasionada en la Adoración  33

Compasiva en el Servicio  39

Agresiva en Testificación  45

Cálida en la Confraternidad  53

Comprometida al Discipulado  59

Epílogo: ¡Conozco un Lugar!  63

Apéndice: La Conferencia General Iglesia de


Dios (Séptimo Día), Una Breve Historia  73

Nuestras Declaraciones  81

–v–
P refacio

Una de mis principales responsabilidades como


Presidente de la Conferencia General es moldear
una visión para el futuro de la organización:
“Donde no hay visión, el pueblo perece” (Prover-
bios 20:18). Desde hace varios años, lo he hecho
bajo el título general de The Big Picture Vision, o
más específicamente como la Visión de una Igle-
sia de Dios (Séptimo Día) Vibrante del Siglo 21;
ha recibido una amplia aceptación en toda la
iglesia, y se ha incorporado en la sección de
los propósitos finales del manual de pólizas del
Cuerpo Ejecutivo de Directores. El propósito de
este pequeño volumen es capturar, de la manera
más sucinta, los diez principales componentes
de esa visión. Al ponerlos en un solo lugar, y en
formato corto escrito, se espera que le será más
conveniente a toda la iglesia referirse a ellos, y
lo hará a menudo, mientras nos esforzamos por
hacer realidad el sueño.
“Entender la visión de Dios para su ministe-
rio no es una opción. Para ministrar de forma
auténtica y autorizada, usted debe decidir, acoger,
lanzar, e implementar esa visión. Ella debería
convertirse en el enfoque de trabajo de su vida
y el latido de su iglesia.” Es lo que dice George
Barna en su libro, El Poder de la Visión (Regal
Books), y tal ha sido nuestro compromiso. Que
este recuerdo sirva como una herramienta útil,
una guía de referencia rápida, para conseguir una

– vii –
mejor comprensión de la visión que ha sido lan-
zada para la iglesia que amamos. Y que puede ser
aceptada y avanzada de manera creciente, para
bendición de la Iglesia de Dios (Séptimo Día), y
para la gloria de Dios.
Whaid G. Rose
Presidente de la Conferencia
Junio de 2011

– viii –
I ntroducci ó n

Elaborando la Visión

S e ha dicho que la visión se dirige el futuro


mediante la creación de una imagen clara de
lo que deseamos de cómo se vea el mañana. Al
principio cuando tomé mi puesto como Presi-
dente de la Conferencia (a finales de los años
1990), empecé a contemplar la imagen de un
futuro deseable para nuestra organización. ¿Qué
podría parecerse a nuestra iglesia en las circuns-
tancias más ideales? Consideré nuestro pasado—
donde tenemos que ir debe ser informado por
nuestra historia, de dónde venimos. Consideré
la estructura actual y nuestros ­recursos—lo que
tenemos que ser también debe ser informado
por la realidad de quiénes somos y cómo son
las cosas en la actualidad. Y pensé en nuestro
potencial para el futuro desarrollo—algo que
suscita en los corazones de la gente cuando la
visión se lanza. Había un deseo de ir más allá de
las circunstancias actuales.
Una pasión por un mañana mejor y más
brillante resonaba en todos. El Y2K se cernía en
el horizonte, e indicaba un nuevo siglo y milenio.
Los Boomers and Busters (nacidos durante la
explosión de la natalidad de la posguerra) habían
tomado el asiento trasero a la generación X y los
– ix –
niños del milenio. Y el libro de Leith Anderson,
Una Iglesia para el Siglo 21 (subtitulado, “Tra-
yendo un Cambio a su Iglesia para Responder
a los Desafíos de una Nueva Sociedad”), fue un
éxito en ventas.
Así que las preguntas de la hora fueron las
siguientes: ¿Cuáles son los dones y el llamamiento
que han sido exclusivos a nuestro movimiento en
casi un siglo y medio? ¿Cómo nos han preparado
para el ministerio en el presente? ¿Qué se necesita
para que nuestra iglesia avance en esa dirección?
Estas preguntas llevaron a la articulación de lo
que llegó a ser conocido como la Visión del Cua-
dro Total (The Vision of the Big Picture), y más
tarde, la Visión de una Iglesia de Dios (Séptimo
Día) Vibrante del Siglo 21. Esto toma la historia
de nuestro movimiento en cuenta, incluyendo su
pilar principal—el compromiso a la autoridad y
suficiencia de la Palabra de Dios, la Biblia, nuestra
fuerte tradición del sábado, y nuestro viaje teoló-
gico a una mayor comprensión de la naturaleza de
Cristo y el evangelio.
Esto condujo a otras consideraciones: ¿Quiénes
somos y cuál es nuestro papel dentro del Cuerpo
de Cristo más amplio? Y más concretamente,
¿qué es lo que tenemos que ofrecer al resto de
la comunidad que observa el sábado? Pero más
importante, ¿qué tienen nuestras iglesias locales
que ofrecer a sus comunidades, y que tiene la
Iglesia de Dios (Séptimo Día) en si que ofrecer al
mundo en general?

–x–
Cavilando estas preguntas llevaron a la con-
vicción de que los puntos históricos de énfasis
de nuestra iglesia son activos, no pasivos, que
proporcionan oportunidades únicas para el
ministerio de la cultura del Siglo 21. Fuera de un
proceso cuidadoso en oración de la visión creció
el reto de ser una iglesia orientada a la gracia,
una iglesia observadora del sábado que muchos
anhelan—una iglesia que guía un mundo agitado
al regalo de Dios de descanso en el sábado, y para
su descanso espiritual en Cristo, a quien el sábado
indica. Rodeados de una cultura de analfabetismo
bíblico, vamos a afirmar la infalibilidad y autori-
dad de la Escritura. Y vamos a equilibrar nuestra
pasión por la exactitud bíblica con una pasión que
tenga relevancia cultural. Nuestro énfasis histórico
en “estar en lo cierto” debe dar paso a un énfasis
“estar en Cristo.” Y en construir la iglesia, desea-
mos ser formado por el Espíritu Santo, confiando
totalmente en el poder del Espíritu, no en la
energía de la carne. Estas son nuestras marcas de
identificación, quienes somos: Cristo-céntricos,
distintos, no exclusivos, guardadores del sábado,
basados en la Biblia y formados por el Espíritu.
Por otra parte, consideramos lo que hacemos—
los valores fundamentales que guiarán nuestro
ministerio y compartir nuestro futuro. El desarro-
llo de estos valores fue influenciado en parte por
el libro de Rick Warren Una Iglesia con Propósito.
Warren afirma que una gran iglesia es aquella que
está comprometida tanto al Gran Mandamiento

– xi –
como a la Gran Comisión. El gran mandamiento
se enfatiza en Mateo 22:35–38:
Uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarle, diciendo: “Maestro, ¿cuál es el gran
mandamiento en la ley?”
Jesús le dijo: “‘Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma y con toda
tu mente.’ Este es el primero y grande manda-
miento.”

En el versículo 39, Jesús llama la atención


al segundo mandamiento más importante del
Antiguo Testamento: “Y el segundo es semejante:
‘¡Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’” Warren
afirma que, destacando estos dos mandamientos,
Jesús subraya las dos cosas más importantes que
la Iglesia debería hacer: amar a Dios con todo
nuestro corazón y alma—adoración apasionada;
y amar a nuestro prójimo, servicio compasivo.
[Nota: Mi referencia a Rick Warren no es un
respaldo de todo lo que él cree o representa, sino
simplemente un reconocimiento de las maneras
únicas en que Dios le ha utilizado para enfatizar
este concepto bíblico.]
Sin embargo, es el compromiso tanto para el
Gran Mandamiento y la Gran Comisión que hace
que una iglesia sea grande. Por lo tanto, vemos
a la Gran Comisión para ver a qué más Jesús
llama a su iglesia a hacer: “…Por tanto, id y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu

– xii –
Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
(Mateo 28:19–20). Observamos en estos versos que
tenemos que salir a predicar el Evangelio—evan-
gelización; debemos bautizar—asimilar a nuevos
conversos a la comunión de la iglesia; y debe-
mos enseñar todas las cosas que nuestro Señor
ordena, discipular a los nuevos creyentes.
Entonces, ¿qué debería la iglesia siglo 21 ser?
La iglesia debe darse a los principios espirituales
que se derivan de estas dos grandes escrituras:
adoración, servicio, evangelización, comunión y
discipulado. Estos no son la suma total de lo que
la Iglesia hace, pero todo lo que hace la iglesia
debe fluir de ellos—guiados y conducidos por
estos valores fundamentales. Junto con los cinco
elementos que se derivan de nuestra historia, la
siguiente lista de elementos de la visión ha sido
compilada:
La visión de una Iglesia de Dios (Séptimo Día)
Vibrante del siglo 21

• Cristo-Céntrica
• Distinta, No Exclusiva
• Observadora del Sábado
• Basada en la Biblia
• Formada por el Espíritu
• Apasionada en la Adoración
• Compasiva en el Servicio
• Agresiva en Testificación

– xiii –
• Fuerte en Confraternidad
• Comprometida al Discipulado

Lo que sigue en el resto de este libro son breves


bosquejos de estos diez pilares o componentes de
la visión. Le invito a soñar este sueño conmigo,
atreverse a creer que los mayores años del minis-
terio de nuestra iglesia están aún por delante.
Agradecidos con Dios por a donde Él nos ha
traído, y reconocer los sacrificios de aquellos que
han trabajado arduamente entre nosotros, sobre
cuyos hombros estamos firmes, buscamos al
Señor por Sus bendiciones abundantes respecto a
este “sueño en progreso.”

– xiv –
Cristo Céntrica

Si Jesús no está en el lugar

que le corresponde, ninguna

otra cosa está en su lugar.
C ap í tulo 1

Cristo-Céntrica

L a visión de la Conferencia General de una


Iglesia de Dios (Séptimo Día) vibrante del
siglo 21 empieza con la frase Cristo-Céntrica.
¿Por qué? ¿Qué significa esto? ¿Y cómo refleja
la Cristo-centralidad la vida y el ministerio de la
iglesia?
Ser “el centro de” algo es muy importante, lo
básico, lo más importante, sin lo cual la función
normal se ve comprometida. Times Square y
Grand Central Station son fundamentales para
el sistema de tránsito inmenso de la ciudad
de Nueva York. El cerebro y la médula espinal
(sistema nervioso) son esenciales para el cuerpo
humano. Y Cristo es el centro de la iglesia. Esto
es lo que dice la Biblia:
Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo
aptos para participar de la herencia de los santo
en luz; el cual no ha librado de la potestad de
las tinieblas, y trasladado al reino de su amado
Hijo, en quien tenemos redención por su san-
gre, el perdón de pecados. El cual es la imagen
del Dios invisible, el primogénito de toda
creación. Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielo y las que hay en

–3–
la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y para él. Y él
es antes de todas las cosas, y todas las cosas en
él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es
la iglesia, él es el principio, el primogénito de
entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia (Colosenses 1:12–18, NVI).

Esto es lo más claro que pueda expresarse. En


la organización del reino, Dios ha ordenado que
Jesús sea la cabeza suprema de la iglesia. Él no sólo
sujeta todas las cosas en el universo, sino que tam-
bién ha comprado la iglesia con Su propia sangre
(Hechos 20:28). Jesús es nuestra vida (Juan 3:36);
separados de Él, nada podemos hacer (Juan 15:5).
Por eso la Iglesia debe ser Cristo—céntrica.
Rinde su reclamo como una iglesia Cristiana, si
cualquier cosa o cualquier otro que no sea Jesús
está al centro.
¿Qué hace una iglesia Cristo-céntrica? Honra a
Jesús en todo lo que hace. Cristo es el centro de su
predicación y su enseñanza. La adoración bíblica,
que expresa los atributos y el carácter de Dios, se
concentran en Jesús, porque Él es la revelación
de Dios (Hebreos 1:3). Tal iglesia comprende que
no puede realmente honran al Padre sin honrar
al Hijo. Cristo es el modelo de su discipulado y el
suministro diario de las necesidades espirituales.
Si Jesús no está al centro, ninguna otra cosa está
en su lugar correcto. Es por eso que la medida ver-
dadera de una iglesia Cristiana es si se da el lugar
–4–
central a Jesús en todo lo que es (identidad) y hace
(ministerio). Y este es nuestro objetivo principal
en la CoG7, para la gloria de Dios.

–5–
 Distinta,
No Exclusiva

Estar en Cristo, no ser diferente,

es donde encontramos la identidad.


C ap í tulo 2

Distinta,
No Exclusiva

M uchos encuentran la palabra evangélica


problemática, debido a la idea que conlleva.
De hecho, algunos evangélicos tradicionales
ahora están rechazando esta etiqueta. Entonces
¿por qué es parte de la declaración de la visión de
nuestra Conferencia? ¿Si yo soy evangélico, qué
soy?
Evangélico está arraigado en el griego euange-
lion, del cual se derivan términos como evangelio
y las buenas nuevas. Esta palabra simbolizaba un
movimiento a principios del siglo XX que intentó
equilibrar el movimiento fundamentalista.
Durante ese tiempo, el Cristianismo ortodoxo
fue amenazado por elementos perjudiciales
crecientes: la Crítica más Alta (de la Escritura), el
Darwinismo, el liberalismo, etc. En respuesta, los
Cristianos enfatizaron y defendieron los “funda-
mentos” de la fe.
Aunque noble en su propósito, el fundamen-
talismo no dio en el blanco, tal como lo resume
Harold Ockenga en el Diccionario Evangélico
de Teología: 1) Actitud Equivocada: sospechas
de todos aquellos que no se adhieren a cada
–9–
doctrina y práctica que ellos observan; 2) Una
estrategia equivocada: una separación con la
intención de tener una iglesia totalmente pura, y
3) Malos Resultados: el fracaso para cambiar el
rumbo del liberalismo, ya que estaba tan ocupada
estando correcta, no pudo hacer frente a las nece-
sidades culturales y sociales de la gente (p. 408).
Para causar un balance, el evangelismo enfatizó
las buenas nuevas del evangelio y la centralidad
de Cristo. También hizo hincapié en la necesidad
de acoger a aquellos comprometidos con el evan-
gelio, cooperando con ellos en el trabajo del reino
a pesar de las diferencias doctrinales. Esta es la
razón por la cual la declaración de la visión de la
Conferencia incluye la palabra evangélica. Ser un
evangélico es estar comprometido con el evange-
lio de Cristo y las relaciones con otras personas
fuera de nuestro círculo que están equitativa-
mente comprometidas con el evangelio.
Esto no es “creer fácilmente,” ni aceptación de
todos los que visten la etiqueta de Jesús. Algunas
diferencias son importantes, y no todos los que se
llaman Cristianos realmente lo son. Pero la Escri-
tura nos amonesta más a ser diferente del mundo
que ser diferente de otros Cristianos. La Escritura
también enseña que aquellos que aman a Cristo y
aceptan Su evangelio no son enemigos de la fe.
Históricamente, la Iglesia de Dios (Séptimo
Día) se ha visto más como fundamentalismo
(como lo describe Ockenga) que el evangelismo.
Por lo tanto, espero que usted pueda entender y

– 10 –
apreciar la inclusión de este término en la decla-
ración de visión de la Iglesia.
Sin embargo, debo confesar que mientras sus
principios centrales siguen siendo importantes, el
término evangélico mismo tiene menos y menos
atractivo. Aunque noble en su intención, el
evangelismo ha caído en el mismo predicamento
en que cayó el fundamentalismo a mediados del
siglo XX: el desequilibrio. Fuera de balance, el
fundamentalismo se ha hecho rígido y exclusivo;
el evangelismo se extiende y es inclusivo. Una
iglesia bíblicamente equilibrada estará compro-
metida tanto a los fundamentos de la fe como al
evangelio de Cristo. De hecho, tal iglesia consi-
dera el Evangelio de Cristo como el fundamento
más importante.
Por lo tanto lo que realmente queremos decir
con evangélica es que somos “distintos, pero no
exclusivos” y que estar “en Cristo,” en lugar de
“ser diferente,” debe ser la base de nuestra iden-
tidad como Cristianos. He sugerido al cuerpo
ejecutivo que la palabra evangélica sea sustituida
con la frase distinta, pero no exclusiva en nuestra
declaración de visión. Busque en nuestras diver-
sas publicaciones la declaración actualizada. Y
mientras tanto, ¡capte la visión!

– 11 –
Observadora
del Sábado

El sábado—es idea de Dios,

y es parte de nuestra historia y

tradición. Y en esto encontramos

nuestra misión: Equipar a

la Iglesia para ayudar a que

un mundo inquieto encuentre

reposo en Cristo.
C ap í tulo 3

Observadora
del Sábado

E n 1852 un hombre llamado Joseph Bates


entró en la oficina de correos en Battle Creek,
Michigan, y preguntó por el nombre del hombre
más honesto en esa ciudad. Bates fue dirigido a
David Hewitt, a quien pronto le presentó un estu-
dio de la Biblia respecto al día de reposo. Hewitt
fue convencido de esta verdad y comenzó a
observar el sábado la siguiente semana. También
lo hizo su amigo, Gilbert Cranmer, el hombre que
es reconocido como fundador del movimiento de
la Iglesia de Dios.
Como resultado, durante más de 150 años el
sábado ha sido parte de la historia y tradición de
nuestra iglesia. La Declaración de Fe de nuestra
denominación incluye el siguiente párrafo:
El Sábado: El séptimo día sábado es un regalo
de Dios a la humanidad desde la creación, fue
escrito en los Diez Mandamientos por el dedo
de Dios, guardado y enseñado por Jesús, y
observado por la iglesia apostólica. Un memo-
rial de la creación y de la redención, el sábado
debe ser fielmente celebrado por los creyentes

– 15 –
ahora como un día de descanso, de adoración y
de bienestar.

El espacio no permite un bosquejo detallado de


la teología del sábado con el apoyo de referencias
bíblicas. Pero al centro descansan las conviccio-
nes de que no existe evidencia de un cambio en
la Escritura tocante al día de descanso, y que la
observancia del sábado no está en conflicto con
las enseñanzas y principios del nuevo pacto.
Es intrigante, por lo tanto, observar lo que
podría llamarse “un nuevo despertar” al concepto
del sábado en la cultura contemporánea. Muchos
están cada vez más conscientes de la calidad y
valor esencial del descanso se sábado. Están des-
cubriendo que la razón por la cual Dios descansó
el séptimo día de la creación no es por estar
cansado, sino porque Él sabía la relevancia que el
descanso del sábado sería para la humanidad del
siglo XXI. Al descansar, Dios subrayó el “ritmo
sagrado” del trabajo, seguido por un descanso y
renovación. Al unirnos a este ritmo, podemos
mejorar nuestra calidad de vida y el significado
del trabajo. Esto se está convirtiendo en un tema
de mucho interés en revistas de salud, en revistas
en los aviones, libros, seminarios y conferencias.
Haciendo un espacio para una porción de tiempo
para el descanso, la reflexión y nutrir las relacio-
nes está muy de moda estos días.
Por éstas y otras razones, la visión de una
Iglesia de Dios (Séptimo Día) vibrante incluye
“la observancia del sábado.” Sirve para enfatizar
– 16 –
nuestra historia y desafiarnos a ser orientados
por la gracia , siendo la iglesia observadora del
sábado que tantos anhelan hoy. Convencidos de
que nuestra iglesia ha sido excepcionalmente
preparada para este momento de la historia,
orientemos a nuestro mundo intranquilo hacia el
regalo del descanso en el día de reposo semanal
y el descanso espiritual en Cristo, hacia quien el
sábado conclusivamente, señala.

– 17 –
Basada en
la Biblia

Creemos que la Biblia

es la Palabra de Dios,

inspirada, inerrante,

infalible, y autoritativa.
C ap í tulo 4

Basada en la Biblia

L a Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Es


la revelación escrita de Su existencia y de la
naturaleza, creación, el origen del hombre, y el
plan de salvación. Es suficiente para la práctica
de fe y la formulación de la doctrina. Todos los
creyentes son llamados a ser estudiantes de ella.
Toda predicación y enseñanza útil se basa en las
Escrituras.
Estas convicciones acerca de la Biblia son
fundamentales para la historia y enseñanza de
Iglesia de Dios (Séptimo Día). Esto no es ninguna
sorpresa, ya que fue la declaración de Gilbert
Cranmer (“La Biblia y sólo la Biblia”) que dio ori-
gen al movimiento a mediados de los 1800’s. Esto
explica por qué la creencia acerca de la Biblia
es el primer artículo en la Declaración de Fe de
nuestra iglesia y por qué la frase Basada en la
Biblia está incluida en la Declaración de la Visión
de la Conferencia General.
Por lo tanto, habiendo sido marcados como
“Basados en la Biblia” por nuestra propia historia,
debemos frecuentemente preguntar, “¿Cómo
debe verse una iglesia así?” Sugiero lo siguiente.
Primero, la iglesia cree lo que la Biblia dice
acerca de sí misma. Segundo, desarrolla valores
– 21 –
fundamentales que reflejan lo que cree acerca de
la Biblia. Y tercero, habla a favor de la Biblia en
una era de pluralismo y analfabetismo bíblico.
¿Qué dice la Biblia acerca de sí misma? Es
“inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16, NVI), lo cual
significa que Dios divinamente supervisaba a sus
escritores humanos para que, usando sus ante-
cedentes personales, sus personalidades y estilos
de escritura, plasmaran, sin error, la Palabra de
Dios para nosotros—la Biblia (2 Pedro 1:19–21).
La Biblia es un libro viviente que tiene poder
salvador: “Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu,
las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pen-
samientos y las intenciones del corazón” (Hebreos
4:12, NVI). Inspirada por un Dios sagrado,
verbalizada por el Espíritu Santo, y grabada por
hombres santos, la Biblia es sagrada y separada
de otros escritos. Es fiable (Salmo 19:7) y contiene
todo lo que necesitamos para vivir nuestra fe
(2  Timoteo 3:17). Esta no es una lista exhaustiva
de descripciones, pero es suficiente para subrayar
que la Biblia no es un libro común y corriente,
sino que es escritura divina con propiedades
sobrenaturales.
Estas creencias acerca de la Biblia deben ser
respaldadas con un núcleo de valores—principios
y normas que constituyen la esencia misma de
nuestra identidad y lo que creemos. Considere
los siguientes:

– 22 –
• La enseñanza bíblica y la predicación glorifi-
can a Dios y edifican a los creyentes (adap-
tado de los valores esenciales de la Iglesia
Willowcreek Community).
• Manejaremos las Escrituras con exactitud e
integridad.
• Entrenamiento en la hermenéutica (el arte
de la interpretación bíblica) es un requisito
usual en la preparación del liderazgo y el
ministerio.
• La enseñanza y la aplicación de la Palabra de
Dios es central para la adoración.
• Invertimos en el futuro de la Iglesia, equi-
pando a la próxima generación con una
cosmovisión bíblica.
• Compromiso con la educación Cristiana se
reflejará en el gasto anual de la Iglesia.
• La Iglesia es llamada no sólo a ser fiel, sino
también fructífera, como resulta de su deleite
en la Palabra de Dios, tal como se ilustra en
el primer salmo.
El mal uso de la Escritura por parte de la iglesia
romana preparó a Alemania y el mundo para la
sola scriptura de Lutero. La confusión post-mi-
llerita se convirtió en tierra fértil para la pasión
de Cranmer por una iglesia que se aferra solo a la
Biblia. Y la cultura moderna de hoy, caracterizada
por el analfabetismo bíblico y el pluralismo, es
terreno propicio para una denominación basada
en la Biblia. Sus iglesias se atreven a creer en lo
que la Biblia dice acerca de sí misma. Defiende la

– 23 –
descripción bíblica de la creación, que Dios habló
el mundo a la existencia en seis días de 24 horas.
También proclama el evangelio, las buenas nue-
vas del carpintero Galileo que vivió una vida sin
pecado, murió por los pecadores, fue sepultado, y
resucitó después de tres días. Cree que Jonás fue
literalmente tragado por una ballena y vivió para
contarlo.
Una denominación basada en la Biblia busca
convertirse en un faro de luz en una cultura en
tinieblas, un “agente de la verdad” en un mundo
que se ha perdido. La lectura y la memorización
de las Escrituras, su cuidadoso estudio, su expo-
sición precisa, y la aplicación correspondiente,
son el sello distintivo de su cultura colectiva.
Una denominación basada en la Biblia ve las
Escrituras como inclusiva, dicho sucintamente en
esta cita anónima (parafraseada): “La Biblia es el
mapa del viajero, la vara del peregrino, el compás
del piloto, la espada del soldado, y la constitución
del Cristiano. Por lo tanto, la leemos para ser
sabios, la creemos para ser salvos, y la practica-
mos para ser santos.”
Esto es estar Basados en la Biblia.

– 24 –
Formada por
el Espíritu

Nos entregamos al ministerio

del Espíritu Santo para la

conformación de nuestras vidas

a la imagen de Jesús, y por

lo tanto la configuración de

la iglesia en el patrón que

Él ha planeado.
C ap í tulo 5

Formada por
el Espíritu

E l Espíritu Santo ha sido llamado “el miembro


desplazado de la Deidad.” A diferencia del
Padre e Hijo, el Espíritu Santo se pasa por alto
en algunos círculos Cristianos. Aquellos que dan
mucha credibilidad al Espíritu confiesan esto, así
que imagínese el potencial de desplazamiento
aún mayor entre aquellos para quienes el Espíritu
Santo es simplemente un “poder” o una “fuerza.”
Por esta razón, formada por Espíritu es una de
las frases de Declaración de la Visión de la Con-
ferencia, subrayando nuestro compromiso para
comprender y aceptar los principios bíblicos del
ministerio del Espíritu Santo.
Llena del Espíritu fue el término utilizado en la
versión original de la Declaración de la Visión,
pero fue cambiado más adelante a Formada por
el Espíritu, una frase con menos inferencia, y que
capta mejor la amplitud de la obra del Espíritu.
Este amplio alcance es subrayado, hasta cierto
punto, en la Declaración de Fe de nuestra iglesia:
El Espíritu Santo es el ayudante divino pro-
metido que proviene del Padre y el Hijo. El

– 27 –
Espíritu es la presencia y el poder de Dios en
el mundo y mora en los creyentes. A través
del Espíritu Santo, Dios inspira e ilumina las
Escrituras, convence y regenera a los pecado-
res, santifica, enseña, consuela, guía y protege
a los creyentes; y les fortalece para el servicio.
Evidencias de el Espíritu Santo en la vida del
creyente es la fe en Cristo, la obediencia a Dios,
y el fruto espiritual del amor.

Otros aspectos del trabajo del Espíritu podrían


mencionarse, como revelar a Cristo, bautizarse
en el cuerpo de Cristo, y distribuir los dones
espirituales.
Concluimos, por lo tanto, que el propósito
primordial de la obra del Espíritu es moldear
la iglesia por medio de morar y formarla con
una capacidad sobrenatural. La iglesia que Jesús
prometió construir (Mateo 16:18) es una iglesia
viviente (1 Pedro 2:5), y el Espíritu le da vida. Así
como un bebé que crece a la adultez completa, así
los bebés en Cristo crecen en la madurez espi-
ritual y se unen al cuerpo de Cristo. Una iglesia
formada por el Espíritu reconoce este principio y
coopera cada vez más con el Espíritu, comprome-
tiéndose a ministrar en el poder del Espíritu en
lugar de la energía de la carne.
El enemigo usa varias intrigas para paralizar
a la iglesia. En algunas personas les infunde el
miedo a la obra del Espíritu Santo, hace que otros
sobre-enfaticen el trabajo del Espíritu, causando
división y controversia. Por consiguiente, lo que
– 28 –
se espera unificar el cuerpo viene a ser la base de
la desunión.
La Conferencia General recorrerá una ruta
equilibrado en relación al ministerio del Espíritu
Santo, demostrando lo que realmente significa ser
formados por el Espíritu.

– 29 –
Adoración

La adoración es, ante todo, acerca

de Dios, es aquello que nos lleva

a Su presencia, y su propósito final

es la transformación espiritual.
C ap í tulo 6

Apasionada en la
Adoración

L a adoración se trata de Dios, y por lo tanto,


debe ser la prioridad más alta de la iglesia.
Habiendo recibido la Gran Comisión (Mateo
28:19–20), sería razonable suponer que la principal
prioridad de la iglesia es la evangelización. De
hecho, alcanzar a las almas perdidas merece ser
de alta prioridad. Pero la evangelización eficaz
debe ser precedida por la adoración eficaz, ya que
es la adoración lo que le da sustancia y signi-
ficado a los demás propósitos de la iglesia—el
servicio, la evangelización, la comunión, y el
discipulado. El mejor servicio proviene de un
corazón de adoración (como Jesús le dice a Marta
en Lucas 10:42). La mejor evangelización es lle-
vada a cabo por verdaderos adoradores. Vacía de
la adoración bíblica, la comunión se reduce a las
actividades de una reunión social. Y si me estoy
convirtiendo en un adorador, también me estaré
convirtiendo en el discípulo que Jesús me llama
a ser. La adoración informa a toda la iglesia a lo
que está llamada a ser y hacer, lo que explica por
qué Dios busca adoradores no trabajadores: “Mas
la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
– 33 –
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque también el Padre tales adoradores
busca que le adoren” (Juan 4:23).
Esta alta prioridad de la adoración se apoya
en varios principios bíblicos: Fuimos creados
con el propósito de adorar (Apocalipsis 4:11).
Jesús lo elogia, subrayando su importancia para
una relación dinámica con Él (Lucas 10:42). Es la
última meta de nuestra redención—adoraremos
al Cordero por toda la eternidad (1 Pedro 2:9). Y la
adoración es el camino a la experiencia de la Igle-
sia de la plenitud del Espíritu Santo (Efesios 3:19).
Para entender lo qué es la adoración, debemos
primero entender lo que no es. La adoración no
es la alabanza (el fruto de nuestros labios), no es
música u otras formas de arte. Estos elementos
están involucrados en la adoración colectiva,
pero no lo definen. La adoración no es tanto
sobre el estado de las artes, mas bien es sobre
el estado del corazón. Se ha señalado que “la
teología sin doxología es idolatría,” es decir que el
propósito principal de la enseñanza bíblica no es
conocimiento, sino adoración. Aprendemos res-
pecto a Dios para que podamos amarle (adorarle)
más plenamente.
Entonces, ¿qué es adoración? Se asocia con la
antigua palabra de inglés, “worthship” que sig-
nifica “atribuir un valor” al Señor. En el Antiguo
Testamento, dos palabras hebreas se traducen a
adoración: shachah—“inclinarse, o postrarse,”
y abad “servir.” De igual manera, dos palabras

– 34 –
griegas se traducen en adoración en el Nuevo Tes-
tamento: proskuneo—“besar,” y latreuo—“servir.”
Los paralelos entre estas palabras—a través de los
testamentos—es sorprendente. El hebreo (sha-
chah) y griego (proskuneu) son muy similares en
su significado, lo que denotan “homenaje,” algo
digno de admiración y rendimiento.” El hebreo
(abad) y griego (latreuo) significan lo mismo:
“servir.” Esto explica por qué la frase “sacrificio
vivo” en Romanos 12:1 (RV) se traduce como
“culto racional” en otras versiones de la Biblia.
Una combinación de estas palabras hebreas
y griegas define la adoración como la entrega
total de todo lo que somos al amor y al servicio
de Dios. Es un estilo de vida, no una experien-
cia de una vez por semana. Es la vida diaria del
mandamiento de amar a Dios con la totalidad de
nuestro ser—corazón, alma y fuerzas (Deutero-
nomio 6:4). Es aquello que nos lleva a Su presen-
cia, cambiándonos a Su imagen.
Estas observaciones no pretenden ser un
tratamiento completo del tema. Mucho más se
puede decir, incluyendo el destronamiento de
Dios en la cultura actual, la forma en que ha
conducido a una pérdida de la centralidad de
Dios en la iglesia, y cómo se está transformando
la adoración en un entretenimiento y satisfacción
de las necesidades personales. Se podría ofrecer
comprensión tocante a encontrar el equilibrio,
tomando lo que sigue siendo uno de los elemen-
tos más conflictivos en la iglesia Cristiana hacia

– 35 –
lo que era intención ser—la expresión de nuestro
más profundo amor y devoción a nuestro Señor.
Sin embargo, la meta aquí es subrayar la priori-
dad de la adoración en la vida de la iglesia. Como
uno de los componentes de la visión del siglo 21,
la Conferencia General se ha comprometido a
invertir tiempo y recursos en el cultivo de una
cultura en la CoG7 que sigue el modelo de la
adoración bíblica. Esto incluye el desarrollo de
una teología clara de la adoración, estableciendo
nuestra comprensión de su significado y su prio-
ridad, e influir en su rápida evolución dentro de
nuestras congregaciones locales, y no sólo verla
pasar. Y al hacerlo, vamos a experimentar la ado-
ración tal como lo describe el arzobispo Temple:
“La adoración es…

La sumisión de la naturaleza a Dios


La aceleración de la conciencia por Su
santidad
El alimento de la mente por Su verdad
La purificación de la imaginación con Su
belleza
La apertura del corazón a Su amor
La rendición de la voluntad a Su propósito

Y todo esto, reunidos en la adoración, es la


mayor de las expresiones humanas de las que
somos capaces.”

– 36 –
Servicio

No nos incumbe el título, sino

las toallas. Somos más grandes

cuando nos inclinamos para servir

a los demás. Es entonces cuando

somos más como Jesús.


C ap í tulo 7

Compasiva en el
Servicio

¿ Quién, yo un siervo? ¡Debes estar bromeando!


Estos días la idea de ser un siervo provoca una
reacción negativa, incluso entre los Cristianos.
Sin embargo, la Biblia modela la servidumbre
como una meta de la vida Cristiana. La Escritura
dice que somos salvos para servir: “Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras” (Efesios 2:10). Jesús definió Su misión en
términos de servicio: “Porque el Hijo del Hombre
no vino para ser servido, sino para servir…” (Mar-
cos 10:45). Y Pablo usa la imagen de un siervo para
ilustrar el despojo de Jesús de Su gloria divina
para venir al mundo: “(Jesús), siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa
a que aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombre; y estando en la condición de hombre, se
humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6–8). Para
ser totalmente obedientes a las Escrituras, y mode-
lar la vida de Cristo, es necesario ser un siervo.
Por tanto, es seguro decir que los Cristianos
que no aspiran a servicio son ignorantes o están
– 39 –
equivocados acerca de lo que la Biblia enseña
respecto al tema. Tales eran los discípulos de
Jesús. Es sorprendente pero cierto, que durante
la última cena de Jesús con Sus discípulos (unas
horas antes de la crucifixión), surgió una disputa
entre ellos tocante a quién era el más grande
(Lucas 22). Jesús les recordó que los argumentos
acerca de la grandeza más reflejan los gobernan-
tes de este mundo que los ciudadanos del reino,
y que en la economía de Dios, aquellos que son
grandes son los que sirven (versículos 24–26).
Lucas no registra esto, pero en el relato de Juan
(capítulo 13), se nos dice que Jesús entonces se
quitó Su manto, tomó un lebrillo y una toalla y
lavó los pies de Sus discípulos. Y para que no se
confundieran de lo que estaba sucediendo, les
dijo: “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado
vuestros pies, vosotros también debéis lavaros
los pies unos a otros. Porque ejemplo os he dado,
para que como yo os he hecho, vosotros también
hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no
es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que
el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventu-
rados seréis si las hiciereis” (versículos 14–17).
En esa declaración, Jesús introdujo un prin-
cipio que era tan contra la cultura de sus días
como lo es en la nuestra. Por medio de una tarea
generalmente reservada para el más bajo de los
esclavos, Él modeló para Sus seguidores el verda-
dero significado de la grandeza: Para ser grande
se debe ser siervo.

– 40 –
Pero hay más. La palabra griega, deakono, de
la cual obtenemos la palabra diácono, se puede
traducir en ministerio o servicio. Considerando
que todos hemos recibido al menos un don espi-
ritual para servir al cuerpo de Cristo (1 Corintios
12:4–11), que todos los dones son de igual valor
(1 Corintios 12:15–16), y que estos dones son para
equipar a los creyentes para el ministerio o el ser-
vicio (Efesios 4:11–12), podemos concluir que en
un sentido real, todos los miembros son—minis-
tros—todos los creyentes deben estar al servicio
de Cristo.
Esta comprensión del ministerio, junto con
una genuina compasión por las necesidades de
los pobres y oprimidos, puede cambiar radical-
mente el paisaje de una iglesia local, indepen-
dientemente de su tamaño. Cada congregación
local necesita un método eficaz de movilizar a
sus miembros a participar en lo que se conoce
comúnmente como el ministerio laico. La ver-
dadera fuerza de una iglesia local no debe ser
medida por el número de personas que están en
las bancas de la iglesia en la mañana del sábado,
sino por el número de los que participan activa-
mente en el ministerio o servicio durante toda la
semana.
Compasiva en el Servicio es por lo tanto, una
parte importante de la visión de la Conferencia
General del cuadro total, no sólo por lo que
puede hacer para las iglesias locales, sino en obe-
diencia al llamado a servir. La Escritura no sólo

– 41 –
nos llama a servir, sino al servicio compasivo—
que conmueve el corazón. Durante la Guerra de
Corea, un soldado creyó oír un débil gemido de
un bebé debajo de una pila de escombros. Al ir
a investigar, descubrió a un niño abandonado.
Sucede que este soldado era un creyente en
Cristo, y fue movido a la misericordia. Llevando
el niño en sus brazos, oró: “Señor, por favor,
quebranta mi corazón con las cosas que quebran-
tan Tu corazón.” Ese soldado era Bob Pierce, y la
respuesta a su oración es un ministerio llamado
Visión Mundial Internacional, conocido en todo
el mundo por suplir las necesidades de los que
sufren por el hambre.
Ser compasivos en el servicio significa amar
a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Es
cuidar a los oprimidos, los maltratados, y los
quebrantados del mundo. Es atreverse a tocar a
los leprosos de nuestro tiempo—nombre usted
la lepra social actual. Es vendar las heridas de las
víctimas camino a Jericó. Es ministrar a los más
pobres de los pobres. Es realmente permitir que
nuestros corazones se quebranten por las cosas
que quebrantan el corazón de Jesús.
Ser un siervo es ir contra la cultura. Pero para
los creyentes en Cristo, debe ser un instinto natu-
ral. Ser un siervo es ser como Jesús. Ser un siervo
compasivo es realmente ser Jesús para el mundo.
Que esto sea cada vez más cierto de muchos en la
CoG7, para la gloria de Dios.

– 42 –
Testificación

Debemos conocer a Cristo,

tenemos que darlo a conocer.

Somos pescadores de hombres, no

guardianes del acuario.


C ap í tulo 8

Agresiva en
Testificación

C risto-centrismo, el primer componente de


la visión de la Conferencia General, incluye
la convicción de que el ministerio de Jesús debe
informar (convertirse en el patrón) el ministerio
de la iglesia. Por lo tanto, dado el enfoque claro
de Jesús en alcanzar a las almas perdidas, una
iglesia verdaderamente Cristo-céntrica debe
demostrar este mismo enfoque y pasión.
Uno de los términos utilizados ocasionalmente
en referencia a alcanzar a las almas perdidas es
“testificar,” que describe la tarea a la que todos
los creyentes están llamados: “dar testimonio” de
su vida cambiada. Un término más común es la
evangelización. En su núcleo, el evangelismo es
compartir las buenas nuevas del evangelio con las
almas perdidas. Las buenas nuevas es que Jesús
tomó sobre Sí nuestros pecados en la cruz, y que
por la fe en Él, podemos cambiar nuestra senten-
cia de muerte—la pena de nuestros pecados, por
la vida eterna.
A lo largo de Su ministerio en la tierra, Jesús
subrayó la importancia de compartir las buenas
nuevas del evangelio. Su primera invitación a los
– 45 –
discípulos a seguirlo se dio junto con la promesa
de hacerlos “pescadores de hombres” (Mateo
4:19). Solo unos días antes de ir a la cruz, Jesús
dijo a Sus discípulos que, así como el Padre lo
envió al mundo, Él les estaba enviando al mundo
(Juan 15:9). Después de la cruz, Jesús emitió lo que
ha llegado a ser conocido como la Gran Comi-
sión: “Id, pues, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a
guardar todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta
el fin del mundo” (Mateo 28:19–20). Y este énfasis
quedó claro incluso en las palabras de despedida
de Jesús a Sus discípulos (justo antes de Su ascen-
sión): “Pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y
hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
En estos versículos, podemos ver el corazón de
Jesús por las almas perdidas, así como la centra-
lidad de la evangelización al llamado al disci-
pulado. Es evidente que la evangelización es Su
modelo para todos Sus seguidores. Ser un discí-
pulo es ser un evangelista, un portador de buenas
noticias. Mientras que algunos son dotados por
el Espíritu para ser evangelistas (Efesios 4:11), y
mientras que a los ordenados al ministerio del
Evangelio se les advierte “hacer obra de evange-
lista” (2 Timoteo 4:5), todos los Cristianos son lla-
mados a evangelizar de alguna manera. Es tarea

– 46 –
de todo creyente. En términos muy simples, es
un mendigo diciéndole a otro mendigo, donde se
encontró los alimentos. También vemos en estos
versos que así como Jesús dejó las glorias del
cielo para buscar a las almas perdidas, de igual
manera Sus discípulos deben dejar la comodidad
de nuestras bancas y la seguridad de las cuatro
paredes de nuestra iglesia, para buscar a las almas
perdidas. Hay una imperioso “Id” al comienzo
de la Gran Comisión, y ser testigos en “Jerusalén,
en Judea, en Samaria, y hasta los confines de la
tierra,” que sugiere una estrategia para ampliar el
alcance: en casa, al lado, las regiones más allá y,
en definitiva, a todo el mundo.
Desafortunadamente, a menudo la evange-
lización se deja de hacer, por razones obvias:
dar testimonio de nuestra vida cambiada puede
ser intimidante, la importancia que Jesús puso
en la evangelización es a menudo pasada por
alto, algunas iglesias ponen muy poco o ningún
énfasis en alcanzar a las almas perdidas, muchos
creen que ganar almas es tarea del predicador y
los particularmente dotados para hacerlos; ser
“guardianes de los acuarios” es mucho más fácil
que ser un “pescador de hombres.”
Y, sin embargo, la evangelización es funda-
mental para la vida y el ministerio de la iglesia
local. Si la adoración es la más alta prioridad de
la Iglesia, la evangelización sigue muy de cerca en
importancia. Si la adoración es más importante,
porque eso es lo que vamos a hacer por toda la

– 47 –
eternidad, la evangelización es el siguiente, ya
que se trata de reclutar a nuevos cantantes para
el coro. Pero desde un punto de vista práctico,
donde no hay alcance local, los creyentes se
vuelven introspectivos y carecen de propósito
y crecimiento. La iglesia debe ir más allá de sus
cuatro paredes, ministrando a las necesidades
más profundas de la gente. Como un escritor nos
recuerda: “Jesús no fue crucificado en una cate-
dral entre dos velas, sino en una cruz entre dos
ladrones, en el montón de basura de la ciudad,
en una encrucijada tan cosmopolita que tuvie-
ron que escribir Su título en hebreo y en latín y
en griego…en el tipo de lugar donde los cínicos
hablan obscenidades, y los ladrones apostaron
sobre Su ropa. Ahí es donde Jesús murió, y ahí es
donde pertenece la iglesia.”
La visión de una iglesia vibrante del siglo 21
incluye testificación o evangelización, no sólo
para subrayar el principio de que “las almas
perdidas preocupan a Dios,” sino para resaltar
el compromiso de la Conferencia General de
cultivar una cultura de evangelización, una en
la que compartir nuestra fe es algo normal, que
se espera, y es tan natural como respirar. Un ser
humano promedio respira 14,400 veces al día, sin
pensar en inhalar y exhalar, sino que sólo ocurre
de forma natural. Así debe ser el ganar almas;
debe suceder naturalmente. La realización de ese
objetivo requiere la inversión de recursos para
orientar a la iglesia en general a la importancia de

– 48 –
dar testimonio. También se requiere un sentido
de urgencia, como un salvavidas se siente en el
rescate de un hombre que se está ahogando, o
como se siente un bombero al rescatar a alguien
de un edificio en llamas. Eso es precisamente
lo que hacemos cuando, a través de nuestro
testimonio, un pecador se convierte del pecado
a la salvación. Y es por eso que la Conferencia
General de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) se
compromete a la realización de esta idea—de ser
un pueblo agresivo en la testificación.

– 49 –
Confraternidad

La confraternidad alcanza

hacia arriba, la evangelización

hacia fuera, pero a través de la

confraternidad, nos alcanzamos

uno al otro para poder crecer en

unidad espiritual.
C ap í tulo 9

Cálida en la
Confraternidad

N unca antes se le ha restado importancia el


ser miembro de una iglesia local como en
nuestros días. Usted ha oído hablar, o tal vez ha
hecho la pregunta común “¿Tiene uno que ser un
miembro de una iglesia para ser Cristiano?” Me
imagino que hasta los que hacen esta pregunta
reconocen que el principio que tratan de esta-
blecer cae de bruces cuando se aplica a otras
situaciones similares. ¿Tiene uno que ser miem-
bro de las fuerzas armadas para ser un soldado?
Imagínese a un jovencito que quiere ser un Boy
Scout, pero no desea unirse a un grupo local. O
ser un estudiante sin inscribirse en la escuela.
Esta pregunta no siempre se hace con intención
maliciosa. Los buscadores sinceros, cuyo con-
cepto de la membresía de la iglesia está formada
por la cultura de comida rápida de hoy, orientada
a los consumidores, también hacen esta pregunta.
El patrocinar a su McDonald’s local no requiere
compromiso con el negocio más allá de pagar
por su comida. De hecho, la ventanilla donde se
recogen los alimentos minimiza su contacto con
los demás clientes. Rápido y fácil, la manera que a
– 53 –
mi me gusta, poco contacto con los demás, y por
supuesto sin compromiso con la franquicia, éstas
son las reglas del juego. Desafortunadamente,
la actitud de la gente hacia la iglesia a veces está
impulsada por las mismas reglas.
Independientemente de la base para el escep-
ticismo hacia una membresía de una iglesia, el
hecho es que ser Cristiano es convertirse en un
miembro del cuerpo de Cristo, que encuentra
su expresión tangible en una asamblea local de
creyentes. El argumento para ser miembros de la
“iglesia invisible,” en oposición a una congrega-
ción local visible, no reconoce que el propósito
de la iglesia visible es hacer que la iglesia invisible
sea conocida. Cristianos invisibles que componen
una iglesia invisible no ofrecen testimonio de la
vida de Cristo a un mundo que observa. Hace-
mos visible lo invisible mediante la manifestación
de la vida y el carácter de Cristo, incluyendo Su
compromiso al amor y la unidad de Sus discí-
pulos como un cuerpo (vea Juan 17). Una gran
cantidad de otros pasajes del Nuevo Testamento
enseñan que la membresía en el cuerpo de Cristo
no es una opción para el creyente, sino que es
una importante responsabilidad y gran privilegio.
Amar a Cristo es amar a Su esposa, la iglesia.
Con el deseo de destacar estos principios
bíblicos, ponemos a su disposición Asuntos de
Membresía, una guía de estudio para individuos
y grupos pequeños. Es la primera de una serie de
manuales de capacitación de miembros que será

– 54 –
publicado por la Conferencia General tocante
diversos temas de importancia para el desarrollo
continuo espiritual de la Iglesia.

– 55 –
Discipulado

Nos entregamos al discipulado,

el difícil proceso por el cual nos

convertimos en la mano de obra

de Dios, Su obra maestra, en

exhibición, para Su gloria.


C ap í tulo 1 0

Comprometida
al Discipulado

L a Escritura es clara en lo que consta a la


responsabilidad de los padres de guiar el
desarrollo físico, emocional y espiritual de sus
hijos. La Escritura es también muy clara que la
responsabilidad de la iglesia es guiar el desarro-
llo espiritual de los Cristianos nuevos. Su fe, sus
disciplinas espirituales, su deber, y su devoción
necesitan un cuidadoso cultivo. Los niños que no
son alimentados, sino que se les deja a enten-
der la vida por su propia cuenta por lo general
terminan en las cárceles para menores (juvenil).
Del mismo modo, los nuevos creyentes que no
son alimentados espiritualmente, sino que se les
deja para que entiendan la vida Cristiana por
su propia cuenta por lo general terminan en la
última fila y, a menudo se alejan por la puerta
trasera de la iglesia.
El proceso de cultivar el desarrollo espiritual
de los nuevos creyentes se llama discipulado;
comienza cuando una persona nace de nuevo, y
es un compromiso de por vida. El discipulado es
el proceso estratégico de la iglesia para ayudar

– 59 –
a los nuevos conversos a ser más como Jesús en
cada aspecto de sus vidas.
Tomar esto en serio comienza con la compren-
sión de cuán importante es el discipulado para
Jesús. Sus instrucciones finales a Sus seguidores
incluyeron esta declaración: “Id y haced discípu-
los a todas las naciones, bautizándolos…ense-
ñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado” (Mateo 28:19, 20, NVI).
Esto se conoce como la Gran Comisión, no
la Gran Sugerencia. Restarle prioridad a esta
instrucción es desobedecer lo que es preciado por
el corazón de nuestro Señor. De hecho, la iglesia
pierde su pretensión de ser la iglesia cuando se
hace a un lado Su mandato. En esta comisión, la
iglesia es llamada no sólo para llegar a la gente,
sino también enseñarles (discipular). Tenga en
cuenta el triple llamado a evangelizar a las almas
perdidas, bautizar a los nuevos creyentes, y serles
discípulos. Algunas iglesias hacen mejor trabajo
que otras en lo que concierne a la evangelización;
el bautismo por lo general recibe el mayor énfasis
de los tres elementos. Pero es en el discipulado
donde la mayoría fracasan miserablemente. La
pesca puede ser divertida, pero no tan atractivo
la limpieza del pescado. Es el trabajo sucio, y
muchos tienden a evitarlo.
La buena noticia es, sin embargo, que el
discipulado es un tema de discusión más común
en nuestros círculos en estos días. Es parte de la
visión de nuestra Conferencia. Es la motivación

– 60 –
detrás de LUCES, un ministerio de la CoG7 com-
prometido a criar hijos e hijas espirituales. Estoy
agradecido a Dios por los pastores y pastores
laicos para quien el discipulado es una prioridad
importante. Y oro por que cada vez se convertirá
en parte de nuestra cultura colectiva, haciendo
que nuestra energía y nuestros recursos nos den
más fuerza a la medida que crecemos, no a través
de los programas, sino a través del proceso orde-
nado por Dios a través del cual toda persona es
completa en Cristo (Colosenses 1:28).

– 61 –
E p í logo

¡Conozco un Lugar!
La Visión de una Experiencia del
Sábado por la Mañana en la CoG7

E l compañero de trabajo de Sam escuchaba


como él divulgaba su frustración con lo
que él llamó “religión organizada.” Entonces el
momento de oportunidad se presentó cuando
Sam hizo esta declaración audaz: “Si alguna vez
regreso a la iglesia, tendrá que ser a un lugar
donde las personas son reales, donde se enseña
la Biblia, y donde el predicador no sólo busca el
dinero de la gente!”
Con gran seguridad y emoción, el compañero
de trabajo de Sam le dijo: “¡Conozco un lugar así!”
El compañero de trabajo es miembro de la
Iglesia de Dios (Séptimo Día), ubicada al otro
lado de la ciudad. Sorprendido por la rápida
respuesta, Sam explicó que él había conducido
por donde estaba esa iglesia durante años y que la
curiosidad y el escepticismo era todo lo que había
sentido al respecto. Él explicó su curiosidad
acerca del estacionamiento vacío de esta iglesia
los domingos, el día en que la mayoría de los
otros Cristianos en la ciudad van a la iglesia.
También explicó su escepticismo acerca de una
– 63 –
iglesia que se identifica por el día en que van a la
iglesia. Entonces Sam hizo este comentario a su
compañero de trabajo: “Con los años he obser-
vado que tu caminata con Dios es muy real. Así
que si ahí es donde tú asistes, yo estaría más que
dispuesto a echarle un vistazo algún día. “
Ese día llegó varias semanas después. Sam
estaba un poco nervioso porque no había ido a la
iglesia durante muchos años y ahora estaba en
camino a lo que algunas personas considerarían
inusual. Y por extraño que parezca, llegó una
hora antes de lo previsto. Responsabilidades de
liderazgo y su participación con el equipo de
adoración requerían que el amigo de Sam llegara
temprano. Sam había entendido mal y pensó que
también tenía que estar allí a esa hora. Pero más
tarde confesaría que este no fue un accidente,
porque era como ir detrás del telón y observar el
reparto antes de la actuación. Y lo que vio fue
muy conmovedor.

Un Lugar de Oración
Lo primero que Sam presenció fue un cuarto
lleno de gente de rodillas en oración. Más tarde
ese día Sam supo que eso ocurría regularmente.
Cada sábado el pastor, líderes de la iglesia, y
miembros del ministerio de oración se reúnen
temprano en la mañana para orar por la mani-
festación de la presencia de Dios en la adoración.
Al mismo tiempo, en el auditorio principal los
miembros del grupo de alabanza en oración

– 64 –
hacen preparativos finales para el servicio. Todas
las actividades a seguir se sumergen en oración.
¡Este es un lugar de oración!

Un Lugar Acogedor
Sam se quedó inmediatamente impresionado por
la amabilidad de la gente. Se le hizo sentir que él
pertenecía allí. Los ujieres y saludadores estaban
en su lugar en las entradas principales y saluda-
ban a los fieles con gusto a medida que llegaban.
Todos son bienvenidos, pero los visitantes reciben
atención especial, incluyendo un paquete de bien-
venida con información acerca de las creencias
de la iglesia, la visión, y los ministerios. Sam casi
no consigue recibir su paquete, porque había
llegado antes que la mayoría de los ujieres y los
saludadores. Pero ellos estaban informados y no
se olvidaron del hecho que esta era la primera vez
que Sam estaba allí. El ujier principal le entregó a
Sam su paquete con un gran abrazo apretado. ¿Se
súper sintió bienvenido!

Un lugar Transparente
Era hora para lo que se llamaba la Escuela Sabá-
tica, y había opciones. Un agradable caballero de
la edad de Sam le invitó a su clase de un grupo
pequeño. Era diferente: Se sentaron en un círculo,
y usted podía tomar una taza de café durante la
clase. Se comenzó con una oración después que
los miembros de la clase habían compartido sus
experiencias de los días previos. Mientras escu-
chaba, Sam pensaba en uno de sus criterios para
– 65 –
la iglesia a la cual él deseaba hacer parte de él: La
gente tenía que ser real. Y para deleite de su cora-
zón, Sam se dio cuenta que acababa de encontrar
ese tipo de personas.

Un Lugar Donde Adorar


Había llegado el momento para el evento prin-
cipal del día. Las personas entraron a un salón
lleno de alegría, radiante con la anticipación de lo
que Dios iba a hacer durante la hora del servicio.
Hubo adoración bañada del Espíritu dirigida por
un equipo de personas que parecían incluir a
toda la congregación en la adoración. El líder de
la adoración explicó que la adoración es lo que
nos atrae hacia la presencia de Dios y que pode-
mos entrar en Su presencia tal como somos, con
nuestras fallas, nuestras cargas, e incluso nuestras
dudas. Sam nunca había experimentado nada
como esto antes. Mientras observaba el amor del
pueblo de Dios, expresado en su adoración, anhe-
laba conocer a Dios tan íntimamente como ellos
lo hacían. ¡Este era un lugar donde adorar!

Un Lugar Multicultural
Sam no había prestado mucha atención a la mul-
titud que se había reunido, ya que se vio entre-
tuvo en observar a la gente adorando. Mirando
a través del salón, notó que este era un entorno
multi-cultural. La composición étnica de la con-
gregación reflejaba la comunidad que la rodeaba.
Sam pensó en una cita que había oído muchas
veces: “El culto de las 11 de la mañana es la hora
– 66 –
más segregada en los Estados Unidos.” Era obvio
que este lugar era diferente. ¡Sam sabía que todos
eran bienvenidos aquí!

Una Lugar que Aviva


La predicación fue dinámica. El sermón se basó
en la Biblia y se centró en cambios en la vida.
El mensaje del pastor incluyó una presentación
clara del evangelio. Al final del mensaje, la gente
recibió “una invitación a la vida.” Y cuando los
congregantes respondieron, les llevó a cantar
un canto que Sam ha aprendido desde entonces
llamado “I Know a Place (Conozco un Lugar)”:
Conozco un lugar donde los pecados son
lavados;
Conozco un lugar donde la noche se vuelve
en día.
Las cargas se levantan, los ojos ciegos ven;
Hay un poder milagroso en la sangre del
Calvario.

Mientras Sam escuchaba repetidamente la frase


“Conozco un lugar” tomó un significado aún
mayor. Había descubierto un lugar donde la gente
es muy real, donde la Biblia se enseña claramente,
y donde el predicador se preocupa profunda-
mente por la gente y no por su dinero. Pero más
que eso, Sam había descubierto el lugar que da
vida en la cruz de Cristo. El escepticismo ahora
no existía, y la única medida de la curiosidad que

– 67 –
quedaba era por qué había tardado tanto tiempo
en descubrir este lugar.
Al terminar el servicio, Sam se encontró
rodeado por varias personas que querían ase-
gurarse de que se sintiese bienvenido, algunos
de los cuales le invitaron a ir con ellos a su casa
para el almuerzo. El pastor llamó el domingo por
la noche para agradecerle a Sam por estar en la
iglesia, y para el miércoles, Sam recibió una carta
de la oficina de la iglesia.

Más allá de la Mañana del Sábado


Sam trajo a su familia con él a la iglesia la semana
siguiente, y desde entonces se han convertido en
miembros activos de esta congregación. Semanas
más tarde, Sam respondió a la invitación a la vida
al recibir a Jesús en su corazón. Su esposa hizo lo
mismo, y ambos fueron bautizados. Se unieron a
la clase de membresía, donde las doctrinas distin-
tivas de la Iglesia fueron claramente explicadas.
Pronto se añadieron a un pequeño grupo del cual
siguen sacando fuerza y animo. Sam y su esposa
estaban encantados al saber que esta comunidad
local, lejos de lo que había sospechado durante
años, es parte de una familia más grande de con-
gregaciones, dispersas por los Estados Unidos y
Canadá, con filiales en todo el mundo. Aprendie-
ron respecto a la organización y los ministerios
de lo que se llama la Conferencia General y de
cómo la asociación con la Conferencia permite
que la iglesia local haga lo que no puede hacer

– 68 –
por su cuenta, incluyendo llevar el evangelio
hasta los confines de la tierra.
Con los años Sam se ha visto cara a cara con
algunas de las imperfecciones de esta iglesia
local. Sin embargo, ha crecido lo suficiente en
su caminata con el Señor para saber que no hay
iglesias perfectas en ningún lado. Él ha crecido
más allá de sus estereotipos acerca de la “reli-
gión organizada.” Sam se ve atraído a esta iglesia
por su sólido compromiso con Jesucristo, su
compromiso con la autoridad de las Escrituras,
su voluntad de mantener un conjunto claro de
distintivos doctrinales sin ser crítico hacia aque-
llos que creen de manera diferente, y su compro-
miso de atender a las necesidades profundas de
la gente. Sam comparte su fe con los demás en
cada oportunidad, y cada vez que conoce a otros
personas con ideas negativas acerca de la iglesia,
con mucho gusto les dice: “¡Conozco un lugar
que no es así!

– 69 –
Comprender nuestro pasado,

nuestra historia, puede informar a

nuestra visión para nuestro futuro.


A péndice

La Conferencia General
Iglesia de Dios (Séptimo Día)

Una Breve Historia

Historia Antigua
La historia del movimiento de la Iglesia de
Dios se remonta a 1858 cuando el pionero de la
iglesia, Gilbert Cranmer, comienza congregacio-
nes independientes en Michigan. En 1863, las
congregaciones de Michigan y una congregación
con creencias similares en Marion, Iowa, se des-
cubren unos a otros y comienzan a publicar The
Hope of Israel (La Esperanza de Israel), precur-
sor de la revista actual el Abogado de la Biblia.
Las creencias básicas de estos pioneros son: la
segunda venida de Cristo, Su reino milenario
en la tierra, la tierra restaurada es la morada
eterna de los creyentes, el estado inconsciente
de los muertos, y la observancia de los Diez
Mandamientos.

Gilbert Cranmer
Mientras que ningún fundador, profeta o
profetisa es venerada por la Iglesia, reconoce el
liderazgo de Gilbert Cranmer (1814–1903) en
su establecimiento. Su predicación se ha descrito

– 73 –
como brotando de la Biblia. Se informó también
haber experimentado la “gran decepción” en la
enseñanza de William Miller, quien predijo que
el Segundo Advenimiento de Cristo tendría lugar
el 22 de octubre de 1844 y por su compromiso de
enseñar y predicar sólo en base de la Escritura—
no en la enseñanzas de un profeta o profetisa.
Reflexionando después en esta experiencia,
Cranmer declaró: “…a partir de ese momento la
Biblia ha sido mi credo, con Cristo a la cabeza de
la Iglesia.”

Observancia del Sábado


La observancia del sábado, una parte única de la
historia de la CoG7, comenzó en 1852 cuando un
hombre llamado Joseph Bates entró en la oficina
de correos local en Battle Creek, Michigan, y pre-
guntó por el nombre del hombre más honesto en
esa ciudad. Lo dirigieron a David Hewitt, quien,
después de escuchar la presentación de Bates
respecto a la necesidad de la observancia del
sábado, comenzó a observarlo ese mismo sábado
siguiente, junto con su amigo cercano, Gilbert
Cranmer. Aunque Hewitt nunca se convirtió en
un miembro de la iglesia recién descubierta, esta
experiencia resultó en su historia y tradición del
sábado.

Conexión Cristiana
Los pioneros primeros de la Iglesia pertenecían a
un grupo llamado The Christian Connexion (La
Conexión Cristiana). Su mayor énfasis incluyó: el
– 74 –
reconocimiento de ningún individuo en parti-
cular como su líder o fundador, el rechazo de
todos los credos humanos, modos y fórmulas
prescritas; compromiso con solo la Biblia como
su única guía para la fe y la doctrina; y el derecho
de toda persona de ser su propio intérprete de
ella. La conexión puso gran énfasis en la inde-
pendencia de cada iglesia local y miembros—y
restó importancia a la necesidad de la educación
formal, considerando la preparación del corazón
más importante que la preparación de la mente.
A pesar de ello, se le acredita a la Conexión por
haber fundado la primera universidad co-educa-
cional en los Estados Unidos.

Nombre de la Iglesia
El nombre, Iglesia de Cristo, por el cual la con-
gregación original de Michigan se conocía, fue
reemplazado por Iglesia de Dios en 1884. Este
cambio de nombre refleja una de las primeras
expresiones teológicas de la Iglesia, “Nombres
Bíblicos para Cosas Bíblicas,” la idea de que el
nombre bíblico para la iglesia debía ser Iglesia
de Dios, por su aparición en las Escrituras del
Nuevo Testamento. “Séptimo Día” fue añadido
en 1923, para distinguirse de las otras Iglesias de
Dios y para subrayar su compromiso con los Diez
Mandamientos, y el sábado, en particular.

Publicación de Literatura
La publicación de literatura es una parte impor-
tante de la historia de la CoG7. A partir de 1863,
– 75 –
La Esperanza de Israel fue publicada en Hartford,
Michigan. Los principios bíblicos que guiaron
el movimiento se identificaron en el primer
número. Después de la reubicación en Iowa en
1866, el nombre de la publicación fue cambiado
a Advent and Sabbath Advocate and Hope of
Israel (Advenimiento y Abogado del sábado y
la Esperanza de Israel). La Esperanza de Israel
cesó de existir en 1874, quedando el nombre
Advenmiento y Abogado del Sábado. En 1888, el
Advenimiento y Abogado del Sábado se trasladó a
Stanberry, Missouri, y más tarde fue rebautizado
Abogado de la Biblia y el Heraldo del Adveni-
miento. La Esperanza de Israel y sus publicaciones
sucesoras desempeñaron un papel fundamen-
tal en la unificación de la comunidad cada vez
mayor de iglesias. El nombre de la publicación
eventualmente vino a ser el Abogado de la Biblia,
una de las más antiguas publicaciones continuas
en la historia de nuestra nación.

Nuestra Historia
Las congregaciones locales han existido desde
1858, y se organizaron más tarde en conferencias
estatales. No fue hasta el 5 de octubre de 1884
que la Conferencia General de la Iglesia de Dios
se organizó. Los asistentes a la reunión de orga-
nización en Irvington, Michigan, adoptaron una
Constitución que decía:
El propósito de esta conferencia es reunir las
diferentes conferencias estatales para tomar
– 76 –
una supervisión general de las necesidades de
la causa, y el suministro de la misma; asegurar
la unidad de acción y de creencias, de modo
que podamos ser de una mente y un espíritu.

En 1899, la Conferencia General formó su


entidad corporativa en el Condado de Gentry,
Missouri, y se administraba desde la casa edito-
rial en Stanberry. Más de 1,000 miembros fueron
agregados en una “era de expansión,” como se
informó en 1921. Se abrió una casa editorial y
oficinas también en Salem, Virginia Occidental,
en oposición a aquellos en Stanberry, Missouri,
como resultado de división de la iglesia en 1933.
La fusión de estos dos grupos fue aprobada en
1949, y las oficinas de la Conferencia General
resultante de la fusión se abrieron en Denver,
Colorado en 1950. La primer reunión de campa-
mento (precursor de las convenciones bianuales)
se celebró en Red Rocks, Colorado, en 1951. El
Consejo de Ministros se organizó oficialmente
en 1950. Límites de los distritos, siete departa-
mentos, y la adopción del primer presupuesto
anual de la Conferencia, se produjo en 1964. El
Harvest Field Messenger (El Mensajero) se empezó
a enviar a los miembros gratuitamente en 1969,
y el Abogado de la Biblia se ofreció por primera
vez gratuitamente a cualquier persona que lo
solicitara, en 1970. La Conferencia General y la
Imprenta del Abogado de la Biblia se trasladaron
a nuevas instalaciones en una propiedad de 33
acres en el norte de Denver en 1972. En 1973,
– 77 –
se formó la Mesa Directiva de Misiones Unidas,
sustituyendo al Comité Administrativo. Hubo
una revisión estatutaria importante en 1987, con
el fin de dar cabida a las negociaciones de fusión
con el Concilio General, de Meridian, Idaho.
En esa revisión, La Mesa Directiva Ejecutiva
fue reemplazada por el Cuerpo de Directores, y
laicos fueron admitidos como miembros en el
Cuerpo de Directores (Mesa Directiva Ejecutiva).
En 1995, el Cuerpo de Directores hizo un cambio
importante de funcionamiento a política (en
términos de gobierno del cuerpo de directores),
separando la presidencia del Cuerpo de Directo-
res de la oficina del Presidente de la Conferencia.
El Congreso Ministerial Internacional fue organi-
zado en 1978 para fomentar la armonía doctrinal
entre las conferencias nacionales de otros países y
coordinar las misiones mundiales.

Desarrollo Teológico
El puñado de creencias fundamentales publica-
dos en la Esperanza de Israel en los años 1,800 se
amplió a 40 puntos de doctrina a principios de
1917. Desde entonces, las creencias doctrinales
de la Iglesia han sido modificadas en diversas
ocasiones por su cuerpo ministerial, lo que refleja
su compromiso de ser una iglesia con “un credo
abierto.”
Cabe señalar que en la segunda mitad de su
historia, la Iglesia contaba con tres programas
de formación ministerial: Midwest Bible College

– 78 –
(1951–1976), Escuela de Teología CUMBRE
(1976–2001) y el Sistema de Entrenamiento de
Ministerios/Escuela de Ministerio LifeSpring
(2002 hasta la actualidad).
Una gran parte de la historia de la CoG7 es
el gran cambio teológico entre 1994 y 2006 con
respecto a la Deidad de Cristo. Durante la mayor
parte de su historia, la iglesia mantuvo un punto
de vista no ortodoxo del origen y la naturaleza de
Cristo, una posición también en armonía con la
Conexión Cristiana con la que los pioneros de la
iglesia primitiva estaban asociados. Después de
un largo viaje teológico en la dirección correcta,
a partir de las acciones del Congreso Ministerial
Internacional en 1994 (Corpus Christi,Texas) y
el Concilio Ministerial de Norteamérica en 1995
(Beaver Creek, Colorado), la Conferencia Gene-
ral acogió oficialmente la Deidad de Cristo como
parte de su declaración doctrinal.

En Resumen
La historia de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) se
parece más a una iglesia en un viaje, que una que
ya ha llegado. Comprometidos con la autoridad
y suficiencia de la Escritura, la centralidad de
Cristo, y el valor del reposo del sábado en un
mundo agitado, nos esforzamos hacia la reali-
zación de la visión de una iglesia vibrante del
siglo 21—hasta que Jesús venga.

– 79 –
N uestras D eclaraciones

Misión
Nuestra misión es proclamar el Evangelio de
Jesucristo, introducir a otros al Señor, enseñarles
a obedecer su Palabra, y fomentar el crecimiento
espiritual de todos los creyentes.

Identidad
Somos una comunidad de creyentes en Cristo
Jesús que estamos unidos y encontramos identi-
dad única en nuestro compromiso conjunto a la
Palabra escrita de Dios como nuestra única auto-
ridad para la fe y la práctica, a nuestras doctrinas
distintivas, y el uno al otro como una Conferen-
cia General de miembros y congregaciones.

Propósito
Nuestro propósito es proporcionar entrena-
miento, servicios, recursos y materiales para ayu-
dar a las congregaciones y miembros a cumplir la
Misión.
Sueño en Progreso

Desafiado por preguntas, como estas…


„„ ¿Cómo se vería nuestra iglesia bajo las circunstancias más
ideales?
„„ ¿Quiénes somos y cuál es nuestro papel dentro del Cuerpo de
Cristo más amplio?
„„ ¿Cuáles son los dones y el llamamiento que han sido exclusivos
de nuestro movimiento en casi un siglo y medio?
„„ ¿Cómo nos han preparado para el ministerio en el presente?
„„ ¿Qué se necesita para que nuestra iglesia avance en esa
dirección?
…Al ser recién nombrado presidente de la Conferencia General,
Whaid Rose, comenzó la elaboración de los conceptos descritos en
este libro, cuando asumió el cargo en 1997.
Avance hasta el 2011 y tenemos Dream in Progress, que sirve
como la recopilación de la visión del Pastor Rose de la iglesia que
ama y guía.

Whaid Rose fue nombrado Presidente de la Conferencia General en 1997. El


Instituto Bíblico de Manhattan, Hunter College (Universidad de la Ciudad de
Nueva York), la Escuela de Teología Cumbre, y el Instituto de Altos Estudios Beeson
de Liderazgo de la Iglesia (Seminario Teológico de Asbury), son algunas de las
instituciones con las que él ha hecho estudios de licenciatura y de postgrado. Ha
servido a las congregaciones en Brooklyn, Nueva York; Newton, Carolina del Norte;
y Denver, Colorado, y ha viajado ampliamente por toda la iglesia en Norteamérica
y en todo el mundo. Él dio su corazón al Señor a una edad temprana y ha dedicado
su vida al ministerio del Evangelio. Su amor para lanzar la visión ocupa un segundo
lugar a su amor por la predicación y la enseñanza. Entre los escritos que han dado
forma a su vida está el poema de Rudyard Kipling, If.

ISBN 978-0-9850808-3-9

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