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CAPÍTULO

Toma de decisiones
y razonamiento 12
Exi>toRA.aóN !>E 1.A PSICOLOGÍA C:OGNOSOTIVA Ut.:A V!Saót.Í AUERÑA11VA ttn. RAZ�NAM!ENTO
-
DÉc!SJON!E$
cy Neuroc:encia del razonamíento
JUK;to Y "TOMA DE

• 'feoría clásica de -la dec!si6n T™AS-CJA.VE

Elirn1rtación poc__aipect0$ -- �..


• Satisfacción

OEt-PiNsAMJ&Nro: PREGUNrAS VA..."7UALES1


• Tor:ta de decisiones naturr,l:sta P'ENSAR .ACEilCA


,J:.i.NAl.Íf!CAS, CREATIVAS
_

• Toma de deciSiones grupal Y PRÁCTICAS


• HeuríSrlca' y -sé:sgo
-l'DMINos: CLWE
1 Neurociencia de la roma de decisiones

RAzONAM!ENTO l>SXJCTJYO
-• Razonamiento condicio�l
• Ra1.onamier,W sil:::igístico

Más ayudas y _obstáculos par.a el �zonamienro


• Silogismoo !tnealee
· 1

de::luctivo
'

·.'-
:-:-_ hzONA.N11EN1'0 tNDIJa!VCr
·_- � llegar a ln(e:renc:as causa�es
• lnfetencias ;.�ategóricas .
• Raronamiento por a."Vl:logf;;
• Desarról1o del rru:Onamient:o inductivo

479
480 Capitvlo 12 • 7oma de db:isiones 'i raron11Jr:1enx.

!. ¡C11áles son algunas de las estrategias que guía11 la toma de decisiones en los
,' seres humanos?
'
1.
2. ¿Cuáles son algunas de las formas de razonamiento deductivo que la gente
t

'
puede utilizar y qué factores- facilitan o in�piden el razonamiento deductivo?

¡¡ 3. ¿Cómo emplean las personas el raronamiento inductivo para hacer inferencias


causales y para llegar a otro tipo de concíusiones?

f. ,:Existen otros puri.tos de vista alternativos Je) raronanúento?

¡--- .. e .·
. .· .. ..
, INVESTIQACIÓJll
-
Linda tiene 31 años de edad, ei:. soltera, sincera y muy brillante. Se ha especial izado en
: --oE:"i.A·-__ ,_
_ :_:_--. :· filosofía, Como esn1dior\te estaba fascinad& por asuntos de discriminacíór1 y jiu:ctcla
P5rcóf0Gí'A . soc.ia� y partic;p6 en. manifestaciones a.ntinu.;;Jeares.
, coGNOSClTJVA
-- -
, - -�r _ -,
. -,
· .•. ,
Con base en la descripción a_;_terior, señale la probabilidad de que cada una de las
siguientes afirmacim1e;; s;;)bre Linda sea v·erdadera:

a) Linda. es profes...-:ira d.e una escuela primaria.


'
• b) Linda trabaja en una librería y toma clases de yoga.
' -
-
�-o

: _- - e)- Linda f?.5 actívista del movimiento femínista.


d) Linda es una trabajadora social en ps�quiatría.
e) Linda pertenece a la Liga de Mujeres \.'otanres.
'
' Li11da es cajera cie un banco.
.fJ
'
• g) Linda es agente de seguros.
'
h) Linda es cajers. de un banco y activista de[ mov:;nlento femin:.Sta.

(Tversky y Kahneman, 1983, p. 297) .

. .

'
'
'
i usted es como 85o/o dé las personas estttdiadas p0r Tversky y Kahrteman, habrr

S
¡. calificado como mayor la probabilidad del incíso h) anterior que la del htciso fj
¡
!- Sin embargo, l1aga ena pausa por un minuto. ln1agine un enorn1e salón de conven·
i' cionés atésrado con la po':Jlació:i. rotal de cajeros de banco . Ahora piense Cuán{osde e!ltK
'



estaría.."l en un cubículo hipvtético para cajeros y a favot del feminisrno, :.m subconjunt.:
de la población toral de .:ajeros. Si Linda se encuentra en el C'Jbículo de cajer0$ femirili-­
tas, debe, por definición, estar en el salón de la convención de cajeros bancarios. Por k
tanto, la probabilidad de que ella se encuentre en el cubículo (p. e., ella es una cajera
feminista} por lógi:::a, no pue¿e ser mayor que la probabilidad de que se e-:icuentre e:t el
salón (p. e., ella pertenece al co11jur1to de cajeros). No obstante, dada la descripción-de
Linda, por intuición creeu1os más probable encontrarla en el cubículo que en el gran
salón. Este sentiinienr.o intuitivo es un ejernpl o de falacia, un razonamiento equivocado,
de juicio y de razona.miento.
En esce capítulo cons:de.ramos diversas :'orinas en 1as que fornulamos juicios y em­
pleamoo el razonamiento ¡:--ara obtener ccinclusiones. La primera sección ttara sobre CÓlfr)
elegimos y hacemos juicios. El juicio y la toma de decisiones se utilizan para sel«ciorutt
�tre opciones o para evaluar oportunidades. U11 ejeinplo podría ser elegir el auto que
más le satisTiciers fJ01' la cantidad de dinero con la que cuen[a. La segunda sección !E
Juicio y toma de decIBiones 481

dirige a las d:versas formas de ra:onamiento. La meta de ésce es derivar concl<1s1ones de


fcrma dedu.;tiva, partiend-0 de los principios, o bien, induct1-v'a, a partir de la experiencia,
Un ejemplo de ra.ronamiento ded\1ctlvo sería él aplicar las ley es ge:ierales de la f'.'s ica pa:a
llegar a conch.:.siones sobre ia :necánlca del motor de un auto determinado, lJn ejemr-lo
de razonamiento ir,ducti"'º sería leer las estadísticas vrienr.adas al co1i..sutnidor para en�
c<intrar la co:nfiaOil1dad, rendimle:1to y seguridad de diversos autos.

Juicio y toma de decisiones


En el curso de nJJestra vida diaria, consta.nteme11:e hacemos juicios y tomamos deci�
--
_)- stones. Una de lo.s decisiones má3 importantes cr.1e usted hay-a t{)mado es sí ir o no a
�- - la universidad. lJna vez en ella, nece-,sita determinar cuáles cursos tOrr\ar. l.uego, debe
elegir un campo de estudio. Usted toma decisiones sobre amigos y cita.S, sobre cómo se
rela.;;:íona con sus padres ·y acerca de cómo emplear su dine:::o. ¿Cómo es que toma estas
::lecisiones?

Teorío clásica de la decisión


·-·=- Los prime:::os modelos sobre cómo toma decisiones la gen�e se han referido con10 "'reo1!'.a
· clásica de la decisión". La ma·yoría de los modelos fueron desarrollados por economistas,
matemáticos y til6sofos, rlo :por psicólogos. Por lo tanto, reflejan �as fortalezas de una
::· perspecriva económica, Una de tales forraleza$ es la facilidad de desar;ollar y servirse de
-, modelos mat:ernáticos para Ia conducta hi;mam. Entre los primeros modelos de ruma
: de decisiones elaborados en el �iglo .xx se encon traba e l del hombre y la mHjer econ6mici::s,
� &te modelo suponía ues cuestiones. Primero; quienes tornan decisiones están totalmente
·.

infcrrnados acerca de todas las posibles opciones para elegir y tod0& los posibles resulta�
ÚO$ de sus opciones de decisió11. Segundo, son rnuy sensibles a distinciones Stttiles e ntre
', las opciones de decisión. Tercero, son racionales en su to:al1dad respecto a su elección
;, de las opciones (Edwards, 1954; •;éase también Slvvíc, t 990}. El supuesto sobre la gra11
sensibilidad significa que las personas pueden evaiuar la diferencia entre des resultados,
dr.considera1 qué t'dn sutiles seori las diferencias e11rre las opciones. El supt:esto de racio�
,_' nalídad significa que las personas hacen sus elecciones para niaxímizai: e-1 \'alor de algo,
- o.talquier cosa que pudiera ser ese algo.
Considere un ejemi."'Io de cómo funciona este model
,
- o. Suponga que una persorla que

decisi,Jnes está considerando cual de dos empleos acepta


r. SupDnga que atnbos
·,-;:_::r.,;¡_
:
t"._.1P'.)TCionan el mismo salario inicial. Suponga ta�bi
én q�_; la ger1te de la <¿ mpañfa .A.

·-ctene 50o/o de oportunidad de un incremei1to salarial de 20 10 en el primer ano, El pe


_ rso..
obtelier 'Jn i ncrem
·'nal de la Compafíía B goza de tma oportur1idad de 90% de
ent o sala�

riatde 10% duran:e el primer .


ano. Quien toma la decis�ón calcula rá el valor �speradc.1 (:le
aa), que aquí
opci6r1, el cual es la probabilidad por el valor correspondiente (utiltd
. incremento en el salario (:i.50 X C.20 = 0.10; 0.90 X C"lO
"" 0.C9). Para todos los
o;:: sustractivos) de cada
'cios porenci.ales (cálculos agregados) y los costos (c:iicJJl
con ei valor
-;ec:pleo, l a persona realizaría cálculos similares, Luego, elegiría el err�pleo .
el w.ayor beneficio calcu-
, _l!S!lerado más alto. En o:ras palabras, elegiría aquel que ofrece
,,Jado al menor costo calculado. Suponiendo que todo lo den1ás perrn.aneciera igual, debe­
-

:�'.ríamos degir la Compañía A. Una gran cantidad de investigac ión económ


ica se basa en
" -�es:e modelo.
j
'
4S2 Capítulo 12 • To�a de decisiones y ra:.omixier.to

Cn modelo -al:ernat�vo permite la prepan1ci6n psicológica de cada individuo que


toma decisiones. De acuerdo con la tecr!ci de !a utilidad sdbjeti.;_;a esperada, la meta de ia
acción humana es buscar el p;.acer y evitar el dolor. Según lo propone esta teoría, al to­
mar decísiories las personas pretenderán maximizar el placer {referido coro.o utilidad
posittva) y minimizar el dolor {aludiclo como utili(lad negativa). Al hacerlo, sin embargo,
cada uno de nosotros calcula dos cuestiones. Una es la utilidad subjetivaj la cual se basa
en las ponderaciones de utilidad juzgad as por el individuo (valor) más que en criterios
objetivos. La segunda es el de la probabilidad subjeti"·a, la cual es el cálcul(> basado en
Ias estín1aciones de prcbabilidad det individuo más que en cálculos estadísticos objerivos,
Considere un ejemplo de cómo funciona este modelo A.L decidir cu�l Ce los dru
. •

emrleos acep:ar, diferentes pe:s<."nas proporcionarían di·vers;,.s utilidades subjetivas ne·


gativa o posíti"'ª a cada c::iracterística de cada una de las ofertas de empleo, Considere
a alguien con esposo y cuatro hijos, Ella podría asignar una utilidad positiva mayor 2
beneficios como el seguro de saiud, el seguro dental, el periodo de vacaciones, los días
festivos pagados, etc., que como io haría una soltera quien se orienta a su cartera, Da
maner& sim ilar1 la mujer con familia podría asignar una utilidad negativa más alta a ia
información sobre que en uno de los empleos debe v1a�ar durante varios dfas cada me�
Dos c andi-dátóS ramblér: podrfa:t asignar diferentes prcibabili.dades subjetivas a dive1 -
ras utilidades porencia�mente pos:tivas o nega.ti'\>'3S. Un p2sim:sta espe:aría una maycr
probabilidad de utilidad negat.'.va v una ro-eno:r proba.biliciad de t:.tilldad pos1ti't'a que u,_�
optimista. Por lo tanto, de acue rdo cor. la teoría de la util:dad subjetiva esperada, cada
persona :::ecorre:rá una 5er:e de pasos. Primero, multiplicará cada probabilidad subjetiva
por cada utilida<.l positiva subjetiva de cada una de las ofertas de empleo, Luego, restará el
total de probabilidad subje t iva de cada u til idad negativa subjetiva. Por último, llegará a
una decisión basada en los valores esperados relativos que se obtuvieron de los cálculos.
Se elige la alternativa que muestre el mayo� valor esperado. La teoría de la utilidad si;b.
jeti'-'ª toma en considetac:ón las variables subjetivas q:.ie pcedan surgir. Si:.t embargo, los . · ·
teóricos se percataron de que la toma de dec:siones humanas es más compleja c_ue lo que
ir.lplica esta teoría modifica2a.
Para la mayor parre de las decisiones, no existe una opción perfecta que sea seleccirr
nada por rodas las personas . Enronces, ¿cómo podemos predecir la decisión óptima de
una persona ? Conforme a [a teoría de la. utilidad su bj etiva esperada, sólo necesitamm.
saber las ut ilidades subjetivas esperadas de Ja persona. Éstas .se basan tanto en las estima·
cienes de prolrabilidad subjetivas com.o en las ponderaciones subjetivas de cosros y bene·
ficios. Podemos entonces predecir la decisión óptima de esa pe rsona Esta predicción.ioc
.

basa en la creencia de que 1a gence busca decisiones bíen razonadas considerandü Clfl.CO
factores. El primero de ellos es la corwldernción de todas las alternativas c<mocldas �'()!:!·
bles, dado que las alternativas hnprede.::ibles pue-:ien estar d isponibl es. Et segunde es el.
uso ·::le la cantidad máxims. de información de que se díspone, dado que ci erta infom:a· :
ción :relevante puede no estar disponible . El tercero es ponderar cuidadosa , y quizás :,
subjetivamente¡ los costos pocenclales (riesgos) y tos beneficios de cada altemacíva. Ei .;¡ .

cuarto es el cálculo minucioso { aunque subjetivo) de la p robab ilidad de diversos resulta- ·'<
dos1 dado que la precísióri de éstos tio puede conocerse. Y, el quinto factor es el grado
máximo de razonarnienco correcto, con base en la consideración de todos los factores � .

anteriores. Ahora con�este la siguiente pregunta. ¿Cuándo fue la últiraa ·vez que llevó a :·¡'
cabv lo� c\r1co pasos previos para llegar a una toma de d�:i.siones óptima, incluso .:on 133
limítaciones en su conocimiento y de '.os elementc.s impredecibles? P:roh'ablemente liace :� .

largo tiempo.
Juicio y tOITlJl de dec!iiones 483
i-

Satisfacción
- A principios de los años 50 algunos rn•:estigadores comen:aban a desafiar la noci611 de
racionalidad ilimttada. No sólo reconocieron que los seres l1tunanos no siempre tomai1tos
decisiones ideales ·y q-..<e por lo general) incluimos considerac:ones subjetivas en ellas. De
- igual modo, afi!lnaron que los seres hLtman os JlO son total e ilimitadamente racionales
_

-
" ·- al tomar decisiones. En particular, las pe:sonas no somos nece sariamen te irracionales.
Más bien mos;:ramos una racionalidad limitada, som� rnc ionalcs !)ero dentro de ciertas
restricciones (Simon, 1957),
Quizás usamos por lo común una estrategia de toIT,a de decisiones que el investigado;:­
_ llamó satisfacción {Simor., 1957). En esta estrategia c.onsideratnos las opciones una tras
-� ,
1 _ m:ra y luego seleccioriamos una tan pronto enconrramos que es sarisfuctoria o [o sufléién-

ternen:e buena para alcanzar un nivel mínimo de aceptactón. No considerarnvs t\:das las
pos�bles opciones y luego calc:tlarnos con detenimiento cuál, del universo tctal de ellas,
'' --- <naximizará nuestras ganartcias )' minin1ha1á nuestras pén:iidas. Así, contemplaremos el
:rienor número posible de opciones nec.esarlas para llega: a una decisión que creemos

s:Jtisfará nuestros requerimientos mínimos, Cierto. evider,cia sugiere que cuartdo exister1
'. :- , recursos lim itados d�ponib[e$ en la men10ria de trabajo e[ :..:iso de :a satisfacción en la
roma de decisior.e$ podría '\;erse incrementado (Chen y Sun, 2003 ). Por supuesto, la sa­
- thfacción es sólo una de las nun1erosas estrategias que las personas pueden usar.
L:: apropiado de esta estrategia v·ariará ccr. la circunstancia en la que re encuentre
la persona. Por ejetnplo, podría ser deficiente para diagnosticar u11a enferrr.edad. Sirt
� ,___ embargo, es útil en t1n 11úmer(l d� diferentes esce:rarios, ,Suponga, por eje tnplo1 que usted
;,_ qmere compr-.arun auto usado. Qui:::Af existe un núrn.ero sorprendente de lotes de carros
:sados cerca de donde usted vive. Tal vez 110 tiene el tien1po ni la dísposición para V:Fi-

j

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'-' -Dtit.."1fCrJ:; con Herbcrr Simon, !a ge:l:e con jh:�c<M:r.cia 4ueda sadsfc¡;_1'-ll Cti.á
.."L:ÍO toma decisiones ilT'.por�
_;¡¡¡w, convJ- qué aui:o CQn'.fJrar_ Se deciden por la primera. aiterr
.ativa "')!ptabie
a., que .se pres."!:nta.
484 Capítulo 12 • Toma de decisiones y razonamiento

tarlos todos. Tales visitas le permitirían elegir el carro que parece ser el mejor en todas las
dimensiones en las que lo juzgaría. Así, va a un lote a ver lo que tienen disponible. Si
usted observa un auto que encuentra satisfactorio en términos de sus principales criterios
para hacer la compra, lo adquiere. Si no halla un auto lo suficientemente bueno, va al
siguiente lote. Continúa buscando hasta que encuentra aquél que cubra sus necesidades.
Luego lo compra. Por un lado, quizás no haya elegido el auto óptimo de entre todos los
disponib les ; por el otro, no ha dedicado cuatro meses buscando en todos los lotes de la
ciudad.
Puede asimismo utilizar la estrategia de satisfacción cuando considera tópicos de · ·
investigación para un art ículo o proyecco. Existe infinidad de tópicos posibles. Tal vez
pueda considerar algunos, pero luego necesita establecer un tema satisfactorio o suficien- . .
Amos T41ersky, ya fa­
cemente bueno sin continuar indefinidamente su análisis. Quien coma la decisión puede
llecido, fue profesor de
ciencia conducrual en la
encontrar que un gran número de opciones ha fallado para lograr el nivel mínimo inicial
Unfoersidad de Scanford. de aceptación. Puede entonces decidir ajustar el nivel mínimo considerado como el
Tversky fue reconocido por adecuado para alcanzar la satisfacción. Por ejemplo, suponga que yo decido que quiero
su trabajo sobre juicio y un auto de lujo nuevo, con una excelente recomendación para el consumidor y que
ioma de decisiones en hu­
permita gran ahorro de gasolina por menos de 3 000 dólares. Puedo terminar ajustando
manos, incluyendo su labor
con Daniel Kahneman
hacia abajo mi nivel mínimo de aceptación.
sobre heurístico. 'J sesgos en·
ei juicio bajo condiciones
de incertidumbre. Tversky Eliminación por aspados
también hizo valiosas con­
tribuciones al estudio de
En ocasiones, aplicamos una estrategia diferente cuando nos enfrentamos con más aker'
la simi!irud y la medición nativas de las que percibimos que podemos considerar razonablemente en el tiempo que · ·
· psicológica. disponemos (Tversky, 1972a, 1972b). En tales situaciones, no tratamos de manipular · .
en la mente todos los atributos sopesados de codas las opciones disponibles. Más bien, }
utilizamos un proceso de eliminación por aspectos. En ésta, descartamos alternat¡vas J
enfocándonos en un aspecto a la vez de cada alternaciva. En particular, nos concentramos 'f
.::�.��'.
en un aspecto (atributo) de las diversas opciones. Formulamos un criterio mínimo para .'.Y,;
dicho aspecto. Luego, rechazamos todas las opciones que no cumplan el criterio. Para 1� ·�
..
opciones restantes, elegimos un segundo aspecto para el cual establecemos un criterio · \
mínimo por el que filtramos las opciones adicionales. Continuamos usando un proceso de <:
eliminación secuencial de opciones tomando en cuenta una serie de aspectos hasta que )
queda una opción única (Dawes, 2000). .;;�
Por ejemplo, al elegir un auto a comprar podemos enfocamos en el precio toral come .· ] f
un aspecto. Podemos elegir descartar factores como costos de mantenimiento, costos de ']
seguro u otros factores que pudieran en realidad afectar el dinero que vamos a gastar en • :_._'._i'.;·
. .
el auto además del precio de venta. Una vez excluidas las alternativas que no cumplen ,.,.
nuestro criterio, elegimos otro aspecto. Establecemos un valor criterio y descartamos al- · <1�
temativas adicionales. Continuamos de esta forma. Prescindimos de más alternativas, un . . �
aspecto a la vez, hasta que nos quedamos con una única opción. En la práctica, pareciera <�
que podemos emplear algunos elementos de la eliminación por aspectos o de la estrategia . :;i
de satisfacc ión para reducir la gama de opciones. Luego> utilizamos estrategias más pro·
fundas y minuciosas. Ejemplos de ellas podrían ser las sugeridas por la teoría de la utilidad :;,
subjetiva esperada. Pueden ser de ayuda para seleccionar entre las pocas opciones restan· · '
tes (Payne, 1976).
A menudo recorremos atajos mentales e incluso sesgos que limitan y en ocasiones1 ··;
distorsionan nuestra capacidad para tomar decisiones racionales. Una de las formas cru· .;·
,
dales en la que nos servimos de atajos mentales se centra en nuestras estimaciones de ·
. ::
probabilidad. Por ejemplo, considere alguna de las estrategias utilizadas por los matemá- ··' .'.
tices cuando calculan probabilidad. Se muestran en la tabla 12.1.

·:�
J\nC�O y toma de dec:Sionet 485

Reglas de probabilidad

(ALCULO Dt; PROBABl..IDAD

Lee es uno de los diei candt.:h1tO$ altamente calificados para L�·�·�;�ne 0.1 de opo;tunidad de -��-;darse con la be ��
-,, -
- obtener una beca. ¿Qué oportunidades tíene él de obtener la
bec111

St Lee e,s u::io de los die;: estudía;,tes alt?-rnen:e c.aliíicados l - 0.1 "" 0.9
Cüt'ldi.Catos a una becri. ¿.;¡ué oporturudades tiene de :w ob:ener
Lee tíene 0.9 de opottu-nidad de no quedarse con lá beca.
13 t. ,
OOCiH

Etc0nroañerode cuarto de Lee y ét están entre ki:; diez estu- ; 0.1 + 0,1 = 0.2
¿tan.tes.n1ejor .calificados para obtene' una beca. ¡Qué oportuni.· i
dades exbten de ::¡ue uno de los dos obteng-a Ja beca? ' F.x\s(e 0.2 cie Op::Jrtunidad de que uno de los dos compaiieros
se .quede con la beca.

:} - -1 Lee tio;ne cuatro pares de zapatos: azules, bl<i.ncos, negros


y cafés.
0.25 x 0.2 � o.es

Existe 0.05 de cportuni¿ad de que i.:no de los. dos compafieros


¡ l.ee ro:a <'.!l azar el par de za-¡xt:os que usa. se quede ;:Qnla beca 'r" de que Lee use los Zf!f«tos negt<.-s sl
¡ . 1nomento del anuncio.

·

·¡ ¿Cuáles s-on !as oportunidades de que uno de lrn dos


wmpnfierrn obtenga la beca y de: que Lee use 10$ zapatos
-) neg.'"OS?

líst:ed puede ser capaz d� estimar la probali:idad s-i:n_rle de q'.le occrrirá un costo o
beneficio deterrainado (most:ado en la primera fila de la tabla), Puede calcular rambiét1
lá probabilidad simple de la 110 ocurrencia de un beneficio o cc.sto determi nado (mos·
trado en el segundo renglón de la rabla). Sin embargo, l::s cálculos de probabiUdades
c;;mbinadas para la ocurrencia o no ocurrenc ia de di-versos cosros y beneiiclw pueden ser
engorrosos ( véa,--e ter-cer;:i y c"Jarto renglor1e3 de la talla) .
-

-�
Otra clase de probabilidad es la probabifidad c�ional. Ésta es 1-a prob-abilidád de un
.
. evi:nto dado otro suceso. Por ejemplo, <1sted podría desear calcular la probab-ilidad de

obtener i1n ''10" en el curso Lie psicolog ía cognoscitiva, dado que logre un 10 en el exa�
men final. La fórmula para calcular la probabílic!ad condicional a la luz d e la evidencia
:
- / ;>se ;:onoce como el teore:na de Baves. Es bas:snte comple j o, pcr lo que la mayor parte de
;- Hgente no lo usa er1 situaciones de 1azonantienro cotidi ano. No obstante, cales cálculos
. _- ron esenciales para evaluar hipótesis cientí-6.cas, hacer diagnóstico::. tnédicos objetivos,
:-_-iftlhmr datos demográficos y ejecutar muchas ottaS tareas del mundo reaL (Para una
:::� ;,- tt:pll-cación más amplia del teorema de Ba)·es, véase Ersenck y Keane, 1990, pp. 456--­
-
k
+50. Para una descripción de�at:ada dei teorema de Bayes desde una perspectiva cognos�
;:- �itiva, véa..� Osherscn, l 990).

·_;'. loma de decisiones n�turalista


;, ' incontables in\•estigadores sostienen que la toma de decisiones es un proce so comple}O
f ,:_ que no puede reproducirse e :;. fomta adecuada en el labo::atorio. Esto se debe a que las
-

decisiones reales se toman co11 frocuen<::ia. en siruaci1_Jnes en que hay mucho en jt1ego,
-- Por ejemplo. el es.tado mental y la presión -cognoscitiva experimentada por un médi�
,
-: - -
-to de emergencias que trata a ;,in paci en te es d:.ffcíl de :ep:::cd:eci: fuera del escenario
486 Capítulo 12 • Toma de decisiones y razonamiento

clínico. Esta crítica ha llevado al desarrollo de un campo de estudio que se basa en la


toma de decisiones en ambientes naturales. Gran parte de la investigación realizada en
esta área surge de escenarios profesionales, como hospitales o plantas nucleares (Ca­
rroll, Hatakenaka y Rudolph, 2006; Galanter y Patel, 2005; Roswarski y Murray, 2006).
Estas situaciones comparten un conjunto de características, incluyendo el enfrentar
problemas mal estructurados, situaciones cambiantes, alto riesgo, presión de tiempo y
en ocasiones, un ambiente de equipo (Orasanu y Connolly, 1993). Se usan un número d�
modelos para explicar el desempeño en estas situaciones de alto riesgo. Estos modelos
permiten la consideración de factores cognoscitivos, emocionales y situacionales de
las personas hábiles en la toma de decisiones; también proporcionan un marco de re­ ·
ferencia para aconsejar a los futuros tomadores de decisiones (Klein, 1997; Lipshitz y · ;
·
colaboradores, 2001 ) . Por ejemplo, Orasanu (2005) desarrolló recomendaciones para .: ·
entrenar astronautas en la toma de decisiones exitosas evaluando lo que les hace exito­
sos. La toma de decisiones narural puede aplicarse a una amplia variedad de conductas
y ambientes. Estas aplicaciones pueden incluir individuos tan diversos como jugadores
de bádminton, controladores de trenes y astronautas de la NASA {Farrington-Darby
y colaboradores, 2006; Macquet y Fleurance, 2007; Orasanu, 2005; Patel, Kaufman y
Arocha, 2002).

Toma de decisiones grupal


Trabajar como grupo puede mejorar tanto la eficacia de ia toma de decisiones como Ja.:
l.
eficacia de la solución de problemas. Un sinnúmero de compañías integran a los indivi,:<
duos en equipos para mejorar la toma de decisiones ( Cannon-Bowers y Salas, 1998). AsI;<i.
el grupo se beneficia de la pericia de cada uno de los miembros. También se suscita' ·
aumento en los recursos e ideas (Salas, Burke y Cannon-Bowers, 2000). Otro ben
de la toma de decisiones grupal consiste en que la memoria de este tipo es mejor que 1a:·'
individual (Hinsz, 1990). Los grupos exitosos en la roma de decisiones exhiben un ni'.:�
mero similar de características, incluyendo las siguientes: el grupo es reducido; muestffi:
comunicación abierta y los miembros comparten un pensamiento común, se identifican::· ·

con el grupo y están de acuerdo con la conducta grupal aceptable (Shelton, 2006).
En los jurados, los miembros comparten más información durante la toma de deci;;
siones cuando el grupo está formado por miembros diversos (Sommers, 2006). Los jura:;
'
dos están entonces en una posición para tomar mejores decisiones. Además, al anali
.
la toma de decisiones en grupos de política pública, se ha observado que la influeIJ¡ ·

interpersonal es crucial (Jenson, 2007). Con frecuencia, los miembros del grupo
plearon tácticas para afectar las decisiones de otros integrantes (Jenson, 2007). Las
influyentes y utilizadas con mayor frecuencia fueron las apelaciones racionales e ·
radoras. Sin embargo, existen algunas desventajas asociadas con la toma de decisiOR'.
.
grupal. De ellas, una de las más investigadas es el pensarr.ienro grupal. Éste es un fe
meno caracterizado por la toma de decisiones prematura que resulta por lo geneia :·
que los miembros intentan e·vitar un conflicto (Janis, 1971). A menudo, el pensa ··
grupal resulta de una toma de decisiones por debajo de lo óptimo que evita las i
tradicionales (Esser, 1998). Una de las causas principales del pensamiento grupal; ·.
ansiedad {Chapman, 2006). Cuando los miembros del grupo padecen incertiduffi:.
menos probable que analicen nuevas opciones y que intenten evitar un conflictó:·
terior.
¿Qué condiciones conducen al pensamiento grupal? Janis citó tres clases de
1 ) un grupo aislado, cohesivo y homogéneo tiene el poder para tomar decisio
ausencia de un liderazgo imparcial y objetivo, tanto dentro del grupo como fuera
'
'

437
1
•l
"
y 3} altos niveli:S de estrés :nciden en el proceso grupal d� rom;; de decisiones, Los gru¡::xJs
respo11soble$ de temar decisiones de f.-10l ít ica exterior sor, excelentes candidatos para el
pensamiento grupal. Por lo general, s0r1 ::neticulcsos. Además, con frecuencia se aíslan
de lo que sucede fuera de su propio grupo. Sueitn crarar de alcanzar objetivos especfficos
y creen que no pueden darse el lujo de set imparciales, Por supuesto, también, se encuen­
tran bajo un gran estrés debido a -que los riesgos impl icados en sus decisiones pueden ser
abrw:oadores.

Seis slntomas del penS<1miento grupal


Janis describió seis síntO!tu1$ def pensamiento grupal. 1) ?vímre cerrcula, e! grupo no .::stá.
abierto a ideas alternas. 2) R.uionalización, ei grupo hace rodo lo posible paro justiíi.:ar
tanto el procesc1 corno el producto de su toma de decisiones, distorsionando la reali dad
cuando sea necesario con ef fin de ser perstiasivos. 3} ,i;p!astar el disentimiento, aquellos
que e)tán e n desac1Jerdo son ignorad�, criticados o tnciu>0 a isladí)$. 4) Formación Je u.n.
"lU<>rilia menral" para el grupo, una persona que funja por s\ mismo como guardián de la
nonna del grupo '! asegure que la gente permanezca alineada. 5) PerciWse in.t1ulnerahle, el
grupo cree que del)e es:ar en lo correcto, da:la la inteltge11c!a de sus n1iembros y la infor�
n::ación disponible. 6) Coruuierarse unáriime, los miembros piensan que tocios comparten
por unanimidad las opiniones expresadas por el grupo. La r:on1a de decisiones deficiente
esresultado del pensamiento grupa!, el cual a su vez se deb� al análisis in.suficiente de las
; 7. alremativas, al análisis inadecuado de [os riesgos y a ia búsql1eda incompleta de tnforma­
cl;Jn soOre tas alternativas.
Considere c 6mo pued.:: surgir el pensam'.ento grupal en W1a decisión cuando esru�
diantes universitarios deciden dañar una estatua de un campus rival p ara dar una lec·-
-; ci5n a los estudiantes y acadétnicos de esa insticución. Los estudiantes ractonalizan que
"
�[daño a una estatua real(nente no a me rita rele"·anc1a. ¿,'\ quiér1 le i mporta una fea
· ..-·. estatua? Cuando un miembro del grupo disiente, ios demás integrantes lo hacen sentif
" , ck!sleal y cobarde. Sw inconform1dad es aplastada. Los m iern bros del grupo se sienten
invulnerables. \!an a dañar la estatua en la oscuridad y ei monumento nunca está cus­
. todiado. Están seguros de que no !os desc11brirán. .A.l final, '.:ocles los miembros acuet·
" dan e! curso de acción. Este aparente sentimiento de unani.rrJid·ad convence a Jos ince-
:
gran.res del grup o de que lejos de estar más atiá de los límires, están haciendo Jo
ntcesario,

. Antídotos pare el pensamiento grupal


;: lanis ptescribió vari.:>S antídotOB para el pensarníento grupal. Por ejemplo, el líder de un
\-grupo deberí:t alentar la crítica construcriva, ser imparcial y asegurar que los miembros
bié11 formar
' . ��en información de personas exte:::nas al gri.:.po. Este dh:i!Tlo debería 1:am
:
s a un pro­
:.:· rub;rut--10$ que se encontr;_ran por separado par-a con.siderar �olucicn1es alterna
­
'. lilema. Es importante qi.:e el líder asuma la res¡;ionsabilidaó de pre,,.enir una falsa confor
�:. midad con la norrr1a del 1:;:-rupo.
-·,:: En 1997, los nt•embros del culto Heaven's Gate en Caiifomia se sui:idaron en
r:tasa

� cc-n Ja e.t:ieranza de encontnme con extratetrestres en una naveeie


_:p;,¿mdel cometa Iiale�Bopp. Aunqae este suic�dio grupal es �
espacia� que reguta la
. mplo � l?p.actante t
¡
oc.urr1dv eventos :.1mll.ares e:i
1¡¡ conformidad con una ncnna grupal desm1ctt\ta, ha:1 .
'\0 1niembros de un ,culto >�lt�tos?
de 9\...
·'

.;histc::ia dr.:- 12 humanidad, como el suicidio de más "


- : enj(.'f',escown, Gu·yana en 1978; peor fue el asesinato en
� de cientos ?e 1nd1�
el ailo ¡,,()_

:.Vldu0-s en Uganda perpetrado por líderes de un culto al que se hab 1an unt

o A.un en el j
1
. •

a sí mismos y a otros en ataques cuida


dosamente
; :-��lo xxr, los hombres boxnba se matan
-� �aneados.
j
488 Capítulo 12 "' Tuma de de:{:isior.cs y ra:cruimicn:o

Heurística y sesgo
Las persona& toman muchas decisio!les basadas en sesgos y heu:::ístico& (atajos} de su Pen­
samiento (Kahneman y 1'versky, 1972, 1990; Stanovich, Sái y "\N'est, 2004; Tversky y
Kahneman, 1971, 1993). Estos ataj os mentales aligeran la carga de la toma de decisiones,
pero también permiten mucha 1r11;1yor oportunidad de error.

Representalividad
Antes de leer wbre este tema, mtente resolver el problema de Kahnen1an y Tversky (1972).

• lNWSTIGAciÓN . 1
-1
Se encuestó a todas 12;,; fa mi lias que tuvieran seis niños, en una ciudad particular. En 1
Dli lA .. •
... . .·. 1 72 de las familias, e1 orden exocto de nacimiento de niños y niñas fue Na V Na V V
· ·pSI�-�: ·-: 1
_
Na (Na ní.í\a; V varón),
.
COGNOSarlVA ¿Cuál es su t?tln1B.c1ón del número de familias encuestadas en que el orden de
nacimiento exac:o fuera V Na V V V Vf
--�

La mayoría de las personas que juzga el 11úmerc de famillas con el patrón Ce t\aCi"

miento \' Na \1 \' \' \' e.5tÍtr.a que e: n:úmero e:. menor de 72, En realiciad1 la mejcr esli�
maciót1 del r.úme�o de familtas con este o-rden de nacimiento es 72, igual que pa.'d e{ -
orden N a \' Na V V Na. El número esperado del segundo patrón sería el mismo porque
e l género de cada nacimiento e6 independiente {por lo menos en teoría) al de cualquier
otro nacimiento. Para cualquier nacimier1to, la oportunidad de varón (o de nifia) es uno
de dos. }\sí, cualquier patrón particular de nacimien tos es igualmente probable (1/2)6,
incluso V V V V V V o Na Na Na N-aNa Na.
¡Por qué muchw creerr,o:s que algunos órdenes de nacimiento Jon más p:obables que
otros? En parte, la raz<.'ín es que us3mos el heurlst:co de la representatividad. En éste,
juzgamo$ la proba�ilidad cie t1n evento incierto de aci.:erdo c-on 1 ) qué tan evide:i:e es
siniíar a o representativo de la población. de la cual se deriva y 2 ) el grado al cual ::efteja
las características sobresalientes del proceso por el que se gener-a (como la aleator:edad)
(véase también FISChhoff, 19991 Johnson·Laird, 2000, 2004), Por ejemplo, la gente cree
que el primer orden de nacimientos �s más probable porque 1) es más representativo del
número de mujeres y hombres en la población y 2) se considera más azaroso que el se­
gundo arreglo de nacimientos. De hecho� por supuesto, es í.gualrrter1.te probable que
ocurra cualquíera de Jos órdenes de nacinüenros.
De forma :;imilar1 suponga que se pide a la gente que juzgue l a probabilidad de
"volados" ei) una secue11cia de C Z C C Z C (C, cara; Z, cruz). La mayoría de las per�
s.:)nas l a juzgará e.orno más probable que si se les pidiera que juzgaran la secuencia e e
C C Z C. Si usted espera una serie al azar, tiende a es(imar como más probable u� _
secuencia que "parezca azarosa". De hecho) las personas comentan a menudo que en
una tabla de números alearorios1 los números "no parecen al azar". La. ra;::ón es que [os
individuos subestiman el nútrtero de veces del misrno número que ap arecerá por casua­
l idad . Con frecuencia1 razonamos en términos de si algo parece re.presentar un
corijunto accidental de ocurtencias, en vez de considerar la probabilidad real de una
ocurrencia po:c casua lidad . Esta tendencia n�s hace más vulnerables a las m-aqcinacio­
nes de adivir.os; cha rl atanes y artista3 del engañe. Cualquiera de ello..� p'.lede hacer que
mucho de lo que ha pte¿ icho tenga una probabilidad reali.$ta de :.i.n evento que apa­
renta n-0 ser ai azar. P<:·r ejemp:o, las probabilidades son de nueve a uno de -que dos
Juicio y toma de decisiones 489

· ; ',
. ;:.�º "
'.�. .
. ·· "'.: �

;·:.� ��:· .f::�-.. :


.· �i}:.
. �:?,: ..
.,� :. Con frecuencia la gente equivocadamente cree en la falacia del ju�
.
-

La intiesrigadón muesrra que el efecto "mano


·
'

· j" '/ . gador. Piensan que 5 i han tenido suerte en los uegos,
no j es tiempo caliente" está en nuestra mente, no en los tiros de

'" .
.· t,.t de cambiarla. De hecho el éxito o el fracaso en juegos anteriores no
� ejerce efecto en la probabilidad de éxico de 1-0s subsecuentes.
·
los jugadores. Haber encesrado no incremenra lapo­
sibil.idad del jugador de hacerlo en los siguientes riros.

��· ·. . .
,j: ·

=:��:::-: personas d e un grupo de 40 (p. e., en un aula o una audiencia pequeña en un bar)
��:grupo
} to mpa
: rtan cumpleaños (mismo mes y día, no necesariamente el mismo año). En un

I:·. .
de 14 personas, existen más posibilidades de que dos personas cumplan el mismo
día (Krantz, 1992 ).
Otro ejemplo del heurístico de representatividad es ia falacia del jugador. Ésta es la
" ·

r creencia equivocada de que la probabilidad de que evento azaroso determinado, como


�; ganar o perder un juego, esté influida por sucesos al azar previos. Por ejemplo, un jugador
un

r;·: que pierde cinco apuestas sucesivas puede creer que es más probable ganar la sexta.
' Siente que "merece" ganar. En realidad, por supuesto, cada apuesta (o lanzamiento de
".;'; moneda) un evemo independiente. Tiene igual probabilidad de ganar o perder.
No es

L' �ás r ba l
es
la primer a o la centés i�a.
p o b e que el jugador gane en la sexta apuesta que en
;I� . Una falacia relacionada es la creencia equivocada en la "mano calient
e" o del "ttra­

}' dor de banda" en el basquetboL En apariencia, tamo los jugado res profesionales como

:. "amateurs, así como sus fanáticos, creen que son mayores las oportu
nidades del jugador de

")F_ ograr canasta


2°1
. ':.!:.
después de un enceste previo, que de haber fallado el tiro.
Sin em­
una
no muestr an
)i� f bargo, las probabilidades estadísticas (y los registros reales de los jugadores)
ven-
� ¡;tal tendencia (Gilovich, Vallone y Tversky, 1985). Los jugadores astutos tomarán
. '.�
..�:.·�: ·
":
.
490 Capitule· lZ .. Toma de decision� y ratonamt<'!nto

taja de esta creencia y cuidarán más de cerca a sus oponentes inmediatamente después
de haber encestado. La ra:rón es que los jugadores oponentes tendrán mayor probabilidad de
intentar pasar el l::zlón a esto s "tiradores de banda",
No sorprende qee a men;.ido confiemos ect el heurfstí<:o de representatividad. Es fácil
utilizarlo y a veces funciona. l?or ejemplo, suponga que no escuchamos el ptorlóstico de!
dima antes de salir. Ju;:gamos de manera ir,fonnal la probabilidad de que llueva. Basamos
riuestro j uicio en qué tanto las características del día (p. e., el r:ies, el área donde vtvi­
mos y la prese:lcia o ause:1cia de nubes en el <:ielo) representar: las características de los
días en que llueve. Otra razón por la cual aplicamos con frecuencia el h.eurístico de re­
presentarividad es que equtvocadameni:e creemos que las muescras pequeñas {p, e., de
eventos, personas o caracter(stfcas) se asemejan en todos los aspectos a la población total
de la que se extrae la muestra (Tvers�y y Kahneman, 1971). En pat(ícular, tendemos a
subestimar la pt:obabilidad de que las caracteris(icas de una muestra pequeña {p. e., per­
sonas a quienes conocemos bien) de una pob lación tepreser.tan de foru1a inadea1ada la:¡
características de la población total .

Asimismo, tendernos a usar el heurístíco de represenratívidad con más frecuencia


cuando estamQs nuy conscie:::i ce.".. de la evid.cnc ia anecriói:ica basada en urta 'nuesea
niuy pequeña de la población. Esta confiania en la evidencia anecdótica se ha referido
con10 e l argumento "el liomb:re quien" (Nisbett y Ross, 1980), Cuando se presenta con

est ad ísticas, podemos refutar los datos con nuesc:ras propias observaciones de, "Co�
nozco un hombre a quten, .. " . Por ejemplo, al enfrentar estadís:icas sobre enfermedad
coronaria y dietas para coiestetol ;¡¡ Jto, algunos podrfan cotnentar "Conozco a algu:.en
que comía. crema batida en el desayuno, la comida y la cena y vivió 1 1 O años. Podía
haber seguido viviendo pero su n1uy saludable corazón fue herido por una amartte ce·
lotia".
Una razón por la que la gente se sirve de manera eq'.livocada del 1-.eurís�ico de represen·
tatividad es porque no eatiende el con cepto de tasa base. Ésta se refiere a la prevalencia
de un evento o caractérística dentro de su población de eventos o caractetístteas. En la
toma de decú;iones cotidiana, la gente ignora la Informac ión de. ta0a base, p ero es imp-0r­
tante para una toma de deci.s1ones y juicio eficaces. En incontables profesiones, el uso de
la información de tasa base es ese::icial para el desempeñ o adecuado en un empleo. Por
ejemplo, scponga que a lli"'l lTtédico se le informa qi.:e ur1 nifto de lC años sufrí;¡¡ de dclor
en el pecho. Sería menos probable (¡ue al médico le preocupara un ataque cardia<:o inci·
piente que si le hubierán dicho que un 1',ombre de 50 años n1ar\ifestaba sínton1as idénti­
cos. ¿Por qué? Debido a que la tasa base de ataques cardiacos es tnlicho más a:t:a en
ht>mbres de 50 años que en r,iños de lC años. Por supuesto, �as personas emplean también
'.::Jrros heurísticos. L.a _gente puede aprender a manejar las tasas base para mejorar su torr,a
de dec isiones (Gigereruet, 1996; Koehler1 1996).

Disponibilidad
La mayo: parte de nosotros, nl meno:; en ocasionesj usa el heurístico de -disponibilidad,
por e l que se hacen j uicios con base en la fac il idad para recordar lo que se percibe como
1r1stanc ias relevantes de un fenómeno (Tversky y Kahneman, 1973; y·éase también Fisch.

hoff, 1999; Stemberg, 2Ck.'!O). Por ejemplo, considere la letra R. ¿Exi5ten más pálabras en
el inglés que ir.ician con la ler;a R o gue te::i_gan R como tercerJ. letra? La mayoría señala
que hay más palabras que i:'llc�an con R (Tversky y Kahrten1a11., 197}} ¡Por qué? Porqae
es más fácil generar palabras que Inician con lá letra R que palabras que t{'..flgah R como
tercera le tra. De hecho1 existen más palabras en inglés con R como tercera letra, Lo rnis­

:no sucede coa otras letras como K, L, N y V.


Juic10 '¡ toma de dec:S¡one;;

'ft1mbién se ha observado e l heurt'.stico de disponibi�idad en relac ión a s:tuaciones


cotlci1a.1.as. 2n 'JU estudio, lo$ miembros ir1dividuales de parej as casadas manifestaron
cuá! de las dos parte::: realizaba una mayor prop.._..,rc16n de cada una de las 20 t3.reas del
l1ogar (Ross y Sicoly, l 979). bstas incluyeron labor{;;s como e<Jntprar víveres o preparar
el desayuno. Cada persona declaró que él o ella realizaba con mayor frecuencia entre 16
y 20 de las tareas. Suponga que cada uno estuviera e� lo correcto. Entonce;), para com,
pletar 100% de las actividades domb;ticas, cada une de 10$ mie:;r1brG'S Ce la pareja tendría
que realizar 80%T Resultados similares surgieron al p�eguntar a los m iembros de equipos
de basquetbol '/ a participantes en tareas dt: l aborat�;r io. Para todos ellos1 conforme ma#
yor sea la disponibilidad de sus propi.as acciones, parecería qt:e cad3 uno realizó una
proporción n1ayor de trabajo en las tareas conjuntas.
Aunque es claro que 8C% + 8C% no es igual a l 00%, podemos entender por qué las
perso:-i.as puvden err1ple-at el heurístico de disponibilidad cuand•J confirma sus creencias
sobre sí mismas. Sin embargo, la genre también utili:::a el heurístico de disponibilidad
cuando éste los lleva a una falacia lógica que t10 tiene ningún vínculo con lae creencias

sol::re sf mismos. A dos grupos de parrictpantes se �es pidió que estimaran el ri.úrr.ero de
palabras de cierta fonna part:cular e:i que se esperaba aparecieran en ·.t.n pasaje en inglés
de 2 000 pal>ibras. Para uno de los grupos la forma fue _ _ _ _ ing (p. e., siete letras ter-
rrJnando en �ing), Para el otro grupo la forma fue _ _ _ _ _ n _ (siete letras con 1i coir.o
penúltima letra). Es clarc que no puede haber más de siete letras terminando con -1ng o
con n como penúltima letra. Pero la mayor disp<:Jnii:1ilidad de la primera forma llevó -a
e>rimados de probabilidad de más del dob[e, en comparación con la segunda forma
(Tversky y Kahneman, 1983 }. Este ej emplo ilustra c.6mo el heurístico de disponibilidad
:;uede Uevar a una falacia de conjunción. En la fcilr�i..."Ul de conjunción, un lr"di-.-.ciduo hace
una estimación mtryor para un subconjunto de event()S (p. e., los casos con -ing) que para
un conjunto mayor de sucesos que contenga al sulx:o:1junto determinado {p, e.., los casos
con n como pe11Ul:ima letra). Esta falacia también se refirió al principiv del capítulo en
la viñeta referente a I.inda.
El heurístico de representatit-idad rambiCn puede 1nduc1r a los indivíduos a la falacia
& conjunción durante el razonam iento probabilístico {'Tversky y Kahne:T:an, 1983;
r , -,_,-
véa_<ie tambiér, Dawes, 2008). Tversk y· y Kahne1nan p'.dieron lo sigu1.ente a estudiantes
univ-ersitarios:
;,,
' '
_
_

Por favor estiw,eri !os siguientes valores: ¿qué pc<rcenU1je de hombres interrogu­
l dos (rn una encuesta de salud} ha tenido ur.o o más i;rt..--.que.: al corazón.? ¡Qu.i
) porcentaje de hombres er.cueswdos rebasan los 55 años de edad y han sufrido
uno o más awques cardiúcos! (p. 308).
;o� -
- - 1'
da De !1e�
18% para )a primera estimación y de 30% para la segun
-

: La media fue de
segunda (la cual claramente es un subcon�
' -cho, 65% Mimó una esrlmac16n mayor a la

· · TID�o del0 p�mera)


- l íaiac.1a de con1uncton. Sólo 2�% ' / de
Sin embargo, la gente r,o $:.entpre se basa e� �

_ ,

lO ,
nta que a 1� p iuera ciiando
eG.-;:s proporcionaron e;:.cunac101tes ma yores a la ultima pregu 1
en \-e" de porcentaJe- ,_n Otras ¡::a a�
dic1-J'l.S cucsriones se replBntearon como frecuencia
;.ndr¡.r1duos dentro de un� mu:st�a
b:as, las preguntas estaban en térmmos de númer? de
determinada de la población Además, los ir,v·esttgad
ores ;:i1conti:r?n que la falacia e-e
11c1ones está11 denitldas por la tntersec�
oonjuuctón es menos ptobahle c11ando las cOtlju
eón de clases concretas que por '..tna 001nbinac1
6n de propiedades Por eJer:1plo, fue
o individ-uo.s como pe�Of o ss. uesos que par ? �
-- r:.€00s probable para los tipos de objetos
res o fem:1i1stas (Tt,erSky Y Kahne
.__,
_
IJ.SgOS de los objetos 0 individuc>S como conservado
-
_
492 Capitulo 12 • Tc:na de decisiones y raronamierto

man, 1983). Aunque las cls.ses y prop:ed ades son equ ivalentes desde un punto de vista ·
lóg ico, generan diferentes representaciones tnentales (Sren�ing y 1-1onaghan, 2004). Se .:
u tili zan diferentes reglas y relaciones e11 cada urio de los casos . ...\sí, la equivalencia. for. .:
mal de propiedades de las clases no es obvia para la intuición de la mayoría de la genre.i
(Tversky y Kahnernan , 1983).
llna variante de la falacia de conjunción es la falacia de inclusión. En é¡¡ta, el indiy.i:: ·
duo juzga corno ntás probable que cada miembro de una categoría inclusiv a nrna:ilíest,ci:'{i
una característica partlcular y menos probable que cada miembro de un subcoojuntO de·
la categoría inclusiva muestce esa característica, esto es, perros (inclus:va) y sabucSci .
(sutconjunto} (Schafi::, Osherson y Smith, 1990), Por ejemplo, lo:;. partlcipantes ;ut­
garon como mucho n1ás probable que ''cada abogado indívidua�" (p. e,, cada ahoga<lo.l:'.
sea cor,servador, a que cada abogado ind1vidti;;;,l del $indicato sea conservador. De acuercio·"
con los investigadores, tendemos a juzgar Ja probabilidad de que los miembros de "'."' .•;�;,¡
clase (p. e., abogados) o subclase partícular (p. e., abogados laborales sindícales) de iudi·
viduos demuestren una carBcteríst1ca concreta (p. e., conservadores) con base en 1o ,
percibido (p. e.; representatividad) del atributo dado en la categoría. Por ejemplo',, con'.
base en las czractet!Sticas de los t.elevlsores Sony, se pidió a los participai·1tes que ¡ur¡¡araq ¡
las propiedades de las grabadoras o de las bicicletas Sony (Jo íner y Loken,
participantes cometieron más la falacia de inclusión ;:iara las _grabadoras que pa�a las
cicler:as Ooiner v Loken, 1998), Esto es probable porque, e:i este caso, las grabadoras ;¡óft "
más representativas d el t�po de productos Sony. No obstante, debíamos juzg-.J.r la posibli �,
,
Hd ad co� base en la probabilidad est'adfstica.
La heurística com;.1 la representatividad y la dispor.ibilidad no siempre conducen
juicios erróneos o decisioo.es equivocada.<;. En realidad, nos servin1os de estos atajos men.;.
tales porque a menudo son correctos. Por ejemplo, uno de los factores que cor,duce a uhá;
mayor disponibilidad de un evento es la mayor frecuencia del mismo. Siil e-tnbargo,'liJ
disponibílidad también puede ser influi da por lo reciente de la preser.taciéin (como "
la raemoria implícita, mencionada e11 el capítulo 5 ) , lo raro o lo discintivo de un su
panicular o caregorfa ciel evento para el individuo. Ne obstante-, cuando la inforrnac;':·';'
dispon ible no está sesgada por alguna tazón, hs instancias más disponibles son poi
general las más comunes. Ejemplos de t:na cobertura sesgada podrían ser la de la preua'
se:isacior..alista, la public idad exagerada, lo reciente de urca ocurrencia poco común o kii
:
prejuicios person;;les. Por lo general , tomamos dec isiones en las que las instancias
comunes son las más relevan tes y valiosa:>. En tales casos, el heurístico de dispon·

es a menudo un atajo con'>-eniente co11 1nenores costos. Sin embargo, cuando [as ·
cias parriculares se recuerdan mejor por los sesgos {p, e., sus punros de vista so
propia conductai en comparación con la de otra.s personas), el he11::'.ístico de dispo:t'' ··
dad :;::1.1ede conducír a algo n1enos qce a decisiones ópt�ntas.

Otros fénómenos de jui<io


Un heurístico asocia.de con la disponibilidad es el heurístico de anclaje y ajusre, por !ti
las personas ajusta11 su eval uac ión de las cosas por tnedio de ciertos puntos de referen ·

llamados an.clas extre1nas. Antes de que continüe leyendo, (en n1e11os de 5 segUnd
calcule rápida y mentalmente la respuesta al siguiente problema:

8 x 7 x 6 x .5 x 4 x 3 x 2 x i

.;\hora, calcule rápldan1ente su respuesta al s:gu_iente protlema:

l x 2 x 3 x4 x5 x 6 x 7x 8
ll Juicio y toma de decisiones 493

1
1
i-

.
: .;
;
·

'; ... . .
' i .

. �.�������-

-i;.!Umque viajar en auto es estadisticamenr.e m14dto más rie.sgoso que hacerio en avión, la gente se sienr:e menos
·�sq¡aa m este úldmo, en parte por el heurístico de disponibilidad. Las personas escuchan acerca de cualquía
. er ai:reo que tiene lugar pero O"je sobre relativamente pocos accídenres au.r.omovilísticos.
�'...'..!lisast '
494 Capítulo 12 • Toma de decisiones y razonamiento

Dos grupos de participantes estimaron el producto de uno u otro conjunto de ocho


números (Tversky y Kahneman, 1974 ). La mediana (centro) del estimado de los partici­
pantes- para la primera secuencia fue de 2250. Para los participantes de la segunda se­
cuencia, la mediana del estimado fue de 512. (El producto es 40 320 para ambas). Los
dos productos son iguales, como debe ser pues los números son exactamente los mismos
(aplicando la ley conmutativa de la multiplicación). No obstante, la gente dio una esti­
mación más alta a la primera secuencia que a la segunda. La razón es que su cálculo del
ancla, los primeros dígitos multiplicados entre sí, da un estimado más alto a partir
del cual hacen un ajuste para lograr el estimado final.
Otra consideración en la teoría de decisión es la influencia de los efectos de enmarcar
la infonnación, en los que la forma en la cual se presentan las opciones influye en la se­
lección de una de éstas (Tversky y Kahneman, 1981). Por ejemplo, tendemos a elegir
opciones que demuestran aversión al riesgo cuando nos enfrentamos con una opción que _

implica ganancias potenciales. Esto es, tendemos a elegir opciones que ofrecen una ga­
nancia pequeña pero segura más que una ganancia mayor pero incierta, a menos que esta
última fuera o tremendamente mayor o sólo un poco menor que la que es segura. El ·
ejemplo del recuadro "Investigación de la psicología cognoscitiva" tiene ligeras modifi.- -­

caciones del empleado por Tversky y Kahneman ( 1 981).

Suponga que se le dijo que 600 personas estaban en riesgo de morir por una enferme­
dad particular. La vacuna A podría salvar la vida de 200 de las personas en riesgo. Para
la vacuna B, existe una probabilidad de que 0.33 de las 600 puedan salvarse, pero existe
una probabilidad de 0.66 de que las 600 personas mueran. ¿Qué opción elegiría?

Nos inclinamos a elegir opciones que demuestran la búsqueda de riesgo cuando en- .
frentamos opciones que implican pérdidas potenciales. Esto es, propendemos a elegir . e

opciones que ofrecen una gran pérdida pero incierta en vez de una- pérdida pequeña pero _ ··
cierta, a menos que la primera sea o tremendamente mayor o sólo un poco menor que la
segunda. El siguiente recuadro "Investigación de la psicología cognoscitiva" proporciona
un ejemplo interesante.

Suponga que le han dicho que hay 600 personas en riesgo de morir por una enfermedad
particular, si se aplica la vacuna C, 400 de ellos fallecerán. Sin ·embargo, si se admi­
nistra la vacuna O existe una probabilidad de 0.33 de que nadie muera y una proba- -
bilidad de 0.66 de que fallezcan las 600 personas. ¿Qué opción elegiría?

En las situaciones anteriores, la mayor parte de las personas elegirá la vacuna A y la .)


vacuna D. Ahora compare el número de individuos cuyas vidas se perderán o se salvarán
al aplicar la vacuna A o C. De forma similar, contraste el número de personas cuyas vidas :·.
se salvarán o perderán si se les administra las vacunas B o D. En ambos casos, el valor
esperado es idéntico. Nuestra predilección por aversión al riesgo versus búsqueda del _,

riesgo nos conduce a diferentes elecciones con base en la forma en la cual la decisión es ·;
enmarcada, aun cuando los resultados reales de las elecciones sean los mismos. -· '
Otro fenómeno del juicio es la correlación ilusoria, en la cual tendemos a consi- __

derar eventos particulares o atributos y categorías concretos como si fueran uno porque
�stamos predispuestos a hacerlo (Hamilton y Lickel, 2000). En el caso de los eventos, .:
;;,:..�;!\.'�:. Juicio y roma de decisiones 495

r� . prejuicios personales para formar y usar estereotipos (quizás como resultado de emplear
Podemos ver relaciones causa,efecto falsas. En el caso de los atributos, podemos utilizar

�·. -;-;� .el heurístico de representacividad). Por ejemplo, suponga que esperamos que las perso,
:

},'· nas de un determinado partido político muestren característícas morales o intelectua,


�:
..
1es espedfi.cas. Las instancias en las cuales las personas muestran esas características

· tienen más probabilidad de estar disponibles en la memoria y de ser recordadas con


· fi.;:más facilidad que los casos que contradicen nuestras sesgadas expectativas. En otras
:� palabras, percibimos una �orrelación entre el partido político y las características par,
?.'i: ticu!ares.
t:;:-; •

'i(: ·
(ien
· La correlación ilusoria puede también influir en el diagnóstico psiquiátrico basado
pruebas proyectivas como el Rorschach y el Dibujo de persona (Chapman y Chap,
Baruc r.sc es pro-
-· '. i.,:: rnan, 1967, 1969, 1975). Los investigadores sugirieron una falsa correlación en la cual ¡esor de Ciencias Social.es
; )·las 1 de Decisión y profesor
"i�'j· -.: · respuestas particulares se asociarían con el diagnóstico concreto. Por ejemplo, propu�
:; sieron que las personas diagnosticadas con paranoia tienden a dibujar personas con ojos de Ingenierzá "J Polítíca
?f {ir_._, �
grandes. De hecho, el dictamen de paranoia no tuvo mayor probabilidad de estar ligado Pública en la Universitfud

t
J;� ·con dibujar ojos grandes si se compara con otros diagnósticos. Sin embargo, ¿qué sucedió Camegie-Mellon. Estudi.ó

i�i;: cuando los individuos esperaban observar una correlación entre las respuestaS particula,
proce.ios psicológicos como

� "';; res y las diagnosis asociadas? Tendieron a notar una correlación ilusoria aunque en rea,
el sesgo de visión retrospec­
tiva, percepción de riesgos

; J:lidad producción de valor.


H
�· no existiera alguna. 'Y
.
�:;, . · Otro error común es la sobreconfianza, la sobrevaloración del individuo de su pro; También realizó trabajo de

}': pío
• �' �· díseiW de polfticas en áreas
mane)o ambimtal ':J
�X
conocimiento, habilidades o juicio. Por ejemplo, personas que respondieron a 200
como
pares de afirmaciones, como, "El ajenjo es a) un lícor, b) una piedra preciosa". (El ajenjo
•� }.'es un licor con sabor a orozuz.) Se pidió a las personas que eligieran la respuesta correcta
de riesgos.

1
:7-� �· y que calcularan la probabilidad de que aquella fuera acertada (Fischhoff, Slovic y Lich;
f, i{ tenstein, 1977). La gente estaba sobreconfiada. Por ejemplo, cuando tuvieron 100% de
;
i :(·confianza en sus respuestas, sólo estuvieron en lo correcto 80% de las veces. En general,
] ;:l: ta gente tiende a sobreestimar la precisión de sus juicios (Kahneman y Tversky, 1996).

Pi.,�;:poco
: iPor qué la gente confía tanco en sí misma? Una razón es que pueden no reconocer lo
''

que saben. Una segunda razón es que pueden darse cuenta de lo que están supo-
�) } niendo cuando recurren al conocimiento que ya tienen. Una tercera razón puede ser su
t· h
Tl995;
ignorancia del hecho de que su información proviene de fuentes no confiables (Carlson,
Griffin y Tversky, 1992). ,
·:r : · Debido a la sobreconfi.anza, a menudo. las personas toman malas decisiones. Escas
��están basadas en información inadecuada y en estrategias de toma de decisiones poco
;+ efi caces. No es claro por qué tendemos a sobreconfi.ar en nuestro juicio. Una explicación

:;f
'.
.
'.'simple es que preferimos no pensar que estam9s equivocados (Fischhoff, 1988).
Un error de juicio que es bastante común en el pensamiel!to de las personas es la
� alacia de costo�beneficio (Dupuy, 1998, 1999; Nozick, 1990). Esta es la decisión para
kconrinuar
r
invirtiendo en algo simplemente porque ya se ha hecho antes y porque se
't-spera recuperar la inversión. Por ejemplo, suponga que usted compró un auto que es
:;�Gia ruina. Ya ha invertido mucho dinero para arreglarlo. Ahora se enfrenta a una nueva
J�eparacíón mayor. Usted no tiene razón para creer que ésta será realmente la última de
'.'.Ja cadena de reparaciones. Piense en cuánto dinero ha gastado
cantidad
en ellas. Razona que

i�necesita hacer esta nueva reparación para justificar la que ha gaseado en las
r'.�teriores. Así, lo repara en lugar de comprar un auto nuevo. En ese momento incurre
'.;en
la falacia de costo�beneficio. El problema es que ya ha perdido dinero en las repara,
i
i cl �
;t�.ver
ones. Despilfarrar más dinero en otras no se lo devolverá. Su mejor apuesta puede ser
el dinero gastado en reparaciones como "costo,beneficio". Entonces compra un
\
�'.;
�, nuevo auto. De forma similar, suponga que se va de vacaciones. Desea permanecer en
.. descanso dos semanas, pero la pasa muy mal. Trata de decidir si regresa a casa una se;
496 Ca;Arulo 12 • Toma de decbionet y raionamientc

ma::-ta antes. ¡Lo l1ar:a así? De cide que no. De esta manera, ir.tenta j ustificar la inversiór
q ue ya hiz.o er-, las vacaclone:. De t1uevo, ha ir1currido en la falacia costo�beneftclo. Er
vez de cons iderar el dinero como un desembolso perdido por una decisión d esafort11-
nada, ha decidido tirar más dinero1 pero lo hace sin la esperanza de que mejoren �us
vacaciones.
Es importante tomar en cuenta !os costos de oportunid.M cuando se formulan ju1c1ci
:t'.stos sórl los precios pagados por disponer de ciertas oportunidades, Por ejemplo1 s.:·
ponga que existe una gran oferta de trabaje en ur,a gran ciudad. Siempre ha querido v1vi
al1í y está lis>:o para tonlas Ia oferta. Antes de hacer!o necesita preguntarse, ¿qué otras
cosas tendrá que dej a: para to:nar esta oportun:dad? Un ejemplo ¡;odría ser la opottur::.
dad, en su presupues::o, de tener más de 500 metros cuadrados de espacio para vivít Otn
podría set la oportun idad de vivir en un lugar donde probablemente uo tuviera que ¡;my
cuparse pót terrtblores. Siempre que aproveche una oportunidad, ésca tendrá sus cw.os.,
En algunos casos, éstos pueden ha<:er que lo que se mostraba romo una gran oporttm!da:\�
pueda no ser la mejor. Idealmente, usred debería buscar estos -costos de opvrtuni<lad de
forma no sesgada.
'
' Por último, un sesgo ;:;_ue a menudo nos afec ta a todos es el sesgo de visión rc�,_­

1
'
pecti\-'a, que co�1ste ert que cu ando consideranos cna situación e!l retrospectiva, c:ee�
1nos que podíamos habe:: percib i do co11 mayo: facili da::í todas las señales y eventos que
nos r-'-1nducen a un re."iuitado par cicular (Fischhoff, 1982; \V<isserrr,m, Lempert y Hastíe,
1991). Por ejemplo, suponga que se pide a la gente que prediga los resultados. de experi",
' '
mentos psicológicos antes de llevarlo.s a cabv. En raras ocasiones la gente será capa¡: de­
predecir los resultados de mejor 1nanera que en niveles de casualidad. Stn embargo,
cuando se les informa los resu ltados de los experimentos psicológicos, con frecuen;:ia'
comentan que éstos er;;in obvios y señalan que podían haber sido predichos con facilidad. :
De ma.'l.era similar, cuando las relaciones personales íntimas atraviesan problema�1 las;;-,
personas íalian ai observar las sefíalr:s de alerta h3..)t:a que �os problerru1s alcanzar pr0¡cr::
cíones de ctis'.s. Para ese momento, pt:.ede ser :nuy carde para salvar la relaciér:, S.ii;
embargo, en retrospect:va. la gente puede goI;:iearse la f:ente preg.intándose "¡Por q\.il!r;o._ ·

lo vi venir si era tan obvio? Debería haber visto las seP..ales".


Jviucho de1 trabajo wl'<re toma de decisioues y juicio se ha enfocado en los errores que '.'
' ·

cometemos. La raciona:i:iad e lrracionali@d humanas son limitadas (Cohe:n, 1981), M

t
'
'
'
tu.amos con racionalidad en muchru cas<:is- Incluso, cada u110 de nosotros puede mejorarat�.
toma de dect<;iones mediante la práctica. Es t11ás pr1)ba.b[e que lo hagamos si obtn:e:níi�
realimentación espe cífica respecto a cómo mejoramos nuestras estrategias de roma <le-·:�
' decisiones. Otra manera de mejorar la toma de decisiones consiste en disponer de infuxma;::
c[ón precisa para el cálc:.;,lo de probabilidades. P�1r lo tanto, debernc.s usar apropiada."Uen�;}
las probal:·ilidades para [a toma de decistones. Además, aunque la teoria de la uti!idzd st:'b':/'.
jetiva esperada puede ofrecer '.!na descripción limitada de [a toma de decisiooes1 está ltj��h
de ser infructuosa. Ofrece una buei1a :prescripción para mejorar la eficacia en la toma.de':(!
decisiones cuando se confrcr1ta una decisió11 l•) suficientemente tmp)rtante para gmwi.titai{;i
et tiempo y el esfuerzo requeridos (Slovic, 199C). �{ás aún, podemos intentar evitar lasoi;:;¡
brecon:fianza en nuestras 1nt:uiciones tomando en cuenta la elección óptima. Otra fonruÍdfr��
1i mejorar nuestra i:oma ele decisiones es i.;tilizar con detenimiento el raz.oaaatierrto alob ��
:·>��
ti '
inferencias acerca de las diversas opc1cines disponibles.
El t:-abaj::i: en heurfstica y sesgos muesti:a la trascendencia de distinguir entreJii�
competencia y el deserr.-::eño intelectuales como se mani:fiesta a sí mismo en la· vidt ?,¡;
1 P
cotidiana. Incluso los ex. ertos en e! área de probablhdad y estadística pueden ��
trarse a sí mismvs c.ayen..�o en patrones de juicio y toma de decisiones equivocado4_ l �
su vida diaria. Ll gen te puede ser muy inteligente en un sentido con�.:encional, 'b��
""'
>- �'1�5;:
Juicio y toma de decisiooe; 497

en pruebas. Pt1eden mostrar exactamer.te los mismos sesgos y razonamiento erróneo que
alguien que manifieste un puntaje inferior en las pruebas. Con frecuencia fallan al uti�
lizar en su roral idad su competencia intelectual en la ·vida diaria I:i.c:uso puede haber
una brecha amplia entre las dos. ;\sí, si ql1éremos set: 1r1te-ligen:es en nuestra vida cotí�
--: diana y no sólo en las pruebas, debe:nos ser astutos. En particular, del::emos estar cons�
cieEtes al aplicar nuestr2 inteligencia a lc,,s problern0_s que confrontamos de n1ar,era

La heurística no si-empre nos co11duce por el rnal camino. Algunas veces. existt-:1.
constante.

fom1as en demasía s:mplcs de extraer conclusiones sólidas. F'or ejemplo, u:t heurístico
sencillo, tome lo rnejar p .iede ser sumamente eficaz en situaciones de decisión (Gigerenzer
y Goldste in, 1996; Gigeren;:er, Todd y el Grupo de investigación i\BC, 1999; lvfarsh,
·

"fodd y Gigereruer, 2004) .. La regla es sirnple. Al tomar L:na decisión, identifique el crite�
rio niás importante para ustéd para tomar la decisión. Por ejemplo, cuando elige un nuevo
au;::::i, e[ factor más decisivo debería ser t�n adecuado ::onstlmo de gasollna, segtlridad o
apariencia. Es:e heurístico que parecería ser de hecho inadecuado a menudo lleva a muy
,
buenas decisiones. Er: muchos casos, genera aun mejores decisiones que otros heurísticos
más complicados . Por ro tanto, la heurísríca pee.de usarse tanto para una toma de decisio�
:-.es aprop iada como deficiente. En efecto, cuando rorr,amcs en cuenta las metas de las
·-.; " personas, con frectiencia la heurística es para sorpresa, eficaz (Evans )' Ü\'ét, 1996),
El hei:.:rístico tome lo mejor pertenece a !a clase llamada rápida y frugal (FFH, por
Slt$ siglas en inglés). Con10 su nombre lo ir1dica, esta clase de l1eu::ís:ica se basa en una

pequeña parte de la tnforrnación y las decisione2 se toman con rapidez utilizándola, Esre
heurístico establece un esr�n&r de racionalidad que considera limitaciones de tiempo;
j¡¡formac:ón y capacidad cognoscitiva (Bennis y Pachur, 2006) . .!\demás, esros modelos
considerar, la falta de soli:c.io:r:es y ambientes óp:imos er: los qi;e la decisión tiene lugar.
Como rest:ltado, estos heurísticos proporcion an una buena descripción Je la t()tna de
decisiones en los deportes (Bennis y Pachur, 2006), Otros investigadores han obse1vado
que !os FFH pueden fonnar una descripción comprens!va de cómo se comporta la gente
en una variedad de contex tos. Estas conduccas varían desde ta seleo::i ón de alimentos

hasta c6n10 b médicos deciden prescribir o no un medicamento para la depresión


(Scheílbehenne, Miester y Todd, 200'1; Smith y Gilhooly, 2Cx, "'6).

Neurociencia de la toma de decisiones


.C;mo en la solución de problemas, la corteza prefrontal, y er1 especial, la corte1a cír,gu·
'
_,_,_
'

!ala anterior está activa durance el proceso de :oma �1e dec.isiones (Barraclough, Conroy
- · f Lee, 2004� Kennerley y colaboradores, 2006;- Rogers y colaboradores, 2�04), La "<nves-
tigación sóbre la toma de decistor.es en monos ha advertido activació11 e11 las :regiones
, -p'.lrlera ies dei cerebro (Platt }' Olünch
.er, 1 999). Ei beneficio ,asoci�o
corl uJ:l,\'l, decis_lón
(Platt Y Gltm�
:: 1am:Dién afecta la cantidad de acrivación observada en Ja reg16r
_
i parietal

: rhe< 19991.
. . esrudio sobre roma de decisiones con consumidores de dores 1:11conrraro:i rcenor
droga 1¿·entt·¡¡e6 un num
• em
\ ·.
.
s mv<: st1·�
El
de áreas lnvoluc:ra·::las en decisiones de r1esgo. Lo _
· ·
·
1 .•

;· ·" attiv<'cl6n en la corteza c.íngulada anterio


;1ua1 riqut erda de los consum1do. �s
• �

r prege
-
zgos sugieren que, durante la toma de dec1
rada en la considera�i n de
:
(Fj·hbein }-" colaboradores 2C105), Estos halla �
. ?
� �
s
: rertció.les. Orro ef�cto fascinante en esta área se ":bservó en part1c1p�:'�es qu1: ne
reco rensa
la co':'.teza cingu!ad anterior es(á involuc
;:o:es, . e�
po
d.- '-- 1
..-1.,,... 1-". ,·ón En un "'•studio' los oart1c1pa.ri-res tomaron deci:aor1es relatl a.s
los dos e:a r_nás l3r� (Fl ck Y co1 abora.dt)-

- rncwi:.au con una '--'-
·
"°'-'

· - '

_ asi un objeto era antiguo o rec ienre y cuál de


an�a Y que tomaron
" _ res, 2006}, La� decis
iones que (:btuvieron el menor puntaJe en confi
498 üpftulo 12 • Tema de de.::Lsioneo y razona..-niento

¿Qué ciudad t:ené r-iavor pob:e­ 1;;e deper:de de su �acfonal:::lad ecológica: st.: capacidad
ciór\ San Diego o San Arito!°'io. · para exo!otar la estruc':i_:ra de la :nforrnaci{';n en el medio
ambas en Estados iJriidos? Lzs r.atural. El heuristicc es exitoso cuanoo la iQnoranci&,
dos :erceras partes de 'os esti.:­ específicamerrte :a falta ce recor"locim:errto. está d!strOuida
diantes de la Unive•s:ctad de Cf'i· Ce forme sisternátíca en vez dlii a! azar, esto es, cua:'!do
cago, también en ese país. dieron tiene una correlación más •ntensa con el criterio, Los es-
n n ca
la respuesta correcta: San Diego.
Lvego, preguntamos a estudian­
tes alerr:anes que sabían liuy
����P:��=�;�=
� ��::11 �� ;¡ ��:r:� d:ér:c�����
rr.tento en s1tuacíones en Jas que es eco!ógicarnent0
o
1
poco de San '.)!ego y muchos ce los Cu31es nunc:i habic:n

¡1' ·
racional.
escuchaoo sótre San Ant>1io íGo'.dsteir y Gigerer..zer, En el Ceriter fer Adap:�ve Beha-vior ard Cognit!cn
2002), ¿Oi;é oroporción de !es estudiar.res alemanes cree {ABC) (Centro oe conducta adaptativa y cog0k:ión) de!
usted que con testó oorrectamen:e? El 100%. ¿Cómo Max Pla:-ick insti:i...te for Human Oeve :oprr:ent, estudia­
1
1'
puede ser aJe la gerte qJe sabe menes sobre algo 1erga mos no sólo este rieurístJco sino un .oaqJete ad3:ri:ath10
mas res::>uestas acertadas? La resp:.iesta es que !os estu, �::impleto ce heurtstica. Parte :Je la dive rsión en el JaOOr;;..
diam:es alerr� ne s usa"on e! heurlsrico de reconcc'miento. torio surge de la nsturaieza irr:erdiscip!ínaria del grupo
En este caso el r.et:tíst 1co senaia: ABC. Los ;:isicólogos cole.boran cor. economistas, n1ate­
s; se reconoce uno de dos objetos y el otro :>C\ e:1- mátlccs, ingenieros er s:.sremas y biólogos de la evoiu­
tonces infiera que el 1..rbjet":i �eccnocido tiene un va!o• más c1ón, ertre otros \J':iJ'.2anOO !létodos :TI\'.;:tipies, intentam::is
alto respecto af criterio. abrí; el peqt<e:e adaptativo.
Observe que !os esludiantes estadou nidenses no El p.1.lquete ao.aptativo es, eri dos aspectos, una rre­
podfan usar el heuris:;co de recanocirr.iento. y;;i que ha­ táfora da1 wJn:a;ia pera íe tor:1a oe decis icnes. Primero, iB
bían esc:Jc::ado sobre las dos ciudades EH::is tuvie ron que evo;uci6r 110 sigue un grar pían, s<no que resulta en Jn
apoyarse e;i el conoci:-níento recordad::: (nechcsi 'Ylés oue . remiendo de so!ucio:1es para los PíOb:ernas esoociflcos.
eri el reconociMíe;itc, E1 fieurrsticc de ·ecoriocLm:20to · Le mismo sucede con ta e-s;a de herramientas {paquetsl: su
sólo puede .a¡:;�icarse por pe�sor;as q:;e !engan u n grado he1,.1<stica es de dorr1inio eso&c[fico, no genera:. Se·
suficiente de lgnorancia . es:o es. cue recorocen só!o al­ gvndo, '.a heuríst í::-s de la c1¡a de her·am ien:as adaptatf.'3
guros objet:'.'ls, peec no :odos . En tales :asas, puede re­ no es per se buena o mala, rac\ona! o irracional, Sólo ez
sulta!' el efecto rrenos es más; esto e$, r-ienos conoc1- re:Ativa a i...n amtce�te al íg.Jal que :as adaptaciones están
rniento puede conducir a juic,os más oorter::is. Se f'2:c limitadas al con�exto. t:n estas dos 1·estrlcciones rssíde si�
obtenid::i resultpd1;,s igua: :nente sorprenoentes al prede­ potencia!: <a he�ristica puede lle\racse a cabo sorprenden­
cir el resul:ado de partidos de fútbo: tirltániccs (p, e., temente bie:-i cuando se aplrca e:i un a r-it;;ente adecJ&dc.
La racionalidad de- la caja de herramientas edaotativa no 1
·
i'
1\llaílchester United CO:"!�ra ShrBwsb;.,irryTo\\!f1.) por perso­
es ·ógica slro r.iás bien eco/'.:gica.
<
nas en lng 'sterra en contras:e con oersonas en Turquía .
El heurístico d& reconocim!errtc tar:"!b!én se ha usaco en el El prograIT'a Ai3C se enfoca a proporcionar los :adri­ 1'
llos, o bien. si l o desea, el AI3C de la heurística co4nosci­ -�
si.;psrmerC3do cua11 ao :os clientes deben elegir entro d.� i
civa pa'é elegír, categorízar, inferir, es:1ma�, prefe<r
·. '

ferentes productos sim:lares. orefinencto aquellos cuyos y '

norr-.bres ha1; escLé:hado antes Este heurístico es exolo· otras taress. Esta rieuristica es más r;í:"Jída porq1_,_e implica

r
_

-;;ado por los publicistas, como l:.s de Bernettnn, que no ...a sé'.o escasa infcp
poco cálculO, es trugaL porque t:uS1'
ofrecen informaciór sobr0 e! produc:o y slmplemonte in- rroc:ón y es robust a porque su z;mp1icidad r,ace más
probable que puedan generalizarse con ef:cacia a rJavos
1
1enta0 aumertar el recc11ocimJento del nombre . Por úL
tirio, el heuristico e.e reconoc1mie'l::O tamb�ér ha s ido aMbientes. Horbt'.'lr: Simon presentó la metáfora de !as
exitoso en ei rrercado de valores, donde se ha rnaneíado tijeras para e'.em pHflca � !o qL:B llamamos ra c!orialioad ·
oara superar los fondos dé ;nversí6"1 y e! fnd:ce Dow oc­ éco;6gica. Ur;a de las hojas de �a tijera es la rr.en:e, !a c:ra
ter:endo gana'.lcias en las inversionos de rnercajo \i3or­ es el arr:bierte. Para en�e nder la cognición, eswdiam;)$ fa
;¡es y colaboradores, 1999), U"li6n entre la estru c';..;ra de la heurrstíca cognoscitiva y el
Sir ernl::a:go, ei heur:svco de ;econocirrlento ;,o ambiente. Estudiar una so!a ho;.a. como lo hace actl.13¡.
siempre se aplk:a n 1 siempre desém boca en ;'lferenc:<:s r:1ente gran parte de ia ciercia cog'losc1tiva, Tio revefa'á -..
correctas. 1....a eficacia oe! heur:stico apa�eDtert.e'l:e s:m� er por qué y cérno furicio:1a !a cognición"
:
L ____
e! mayor tiempo de respuesta, se asociaron con una graii activación de la corteza ci.r1gu�
lada anterior. Estvs hallazgos sugleren que esta área del cerebro está implicada en la
comparación y por1deración de las pc'Sibl� soh..tci.ones.

R.a.zonamiento
El juici.o y la toma de decisiones implican e"·alua:- oportunidades y �eleccíonaruna sobre
otra.. Una clase de pensamiento relacionada es el razonamiento. fute es el proceso por
el cual sacamos conclusiones a partir de principios y de evidencia (Leightonj 2004a,
2004b; Leighton y Stembetg, 2004; Sternbe;g, 2004; Wason y Johmon·Laird, 1972), En
- , i:l razonamienro, partimos de to que ya conocemos para i_nferir ur.a nueva coricl usíón o
para evaluar otra ya propuesta.
Con frecuencia, el ra:::onaruJento se di'vide er, dos tipos: deductivo e i.nductiv·o. El
tarona:míento deductivo es el proceso de razonar a parti;:: de una o más afirmaciones
--
� , genera1t.s " de lo que se conoce, hacía lll)J1. aplicación específica de la aseveración general.
Pcr el contrario, el razonamiento inductivo es el pre.ces•) de razonamiento a partir de
hechos u observaciones espocff.cas para lograr una conclusión probat.le que pueda expli"'
'
. car los flet:hos. Quien razcna de manera inductiva puede entonces usa: esa probable
conclusión para intentar predecir instancias específicas y f11turas (Johnson�Laird, 2000).
'la caracteristica principal que distingue al ra1onamiento i11ductivo del ded1.tcri-...·o es que
·en el primero nunca po:lemos lograr tna conclusión segu:-a de forma lógíca, sólo pode­

mos Btribar a una conclusión probable o bien fundada en lo particular

Raxonamiento deductivo
El :110narniento deductivo se basa en proposicior1es lógicas, lJna proposición es en
�: tsenc:a, i..:na afim1ación que puede ser cierta o falsa, Por ejemplo, "Los estudiantes de
:' -p¡irolo_gfa cognoscitiva SC•n brillantes'', "Los estudiantes de psicología cognoscítiva usan
taparos" o bien, "i\ los estudiantes de psicologfu cognexici tiva les gusta la crema. de caca-
<''. '· ' buate". En un argumento lógico, las premisas son 11roposicíones acerca de las cuales se
: hcen argun1entos, Lvs psicólogos c-ognoscitlvos esrá"l ir,teresados er. parricular, en las
proposiciones que pueden conectarse de forma tal C!Ue req;icre que las rersonas deriven
, c0nclus1onés razonadas, Esto es, e) razonamiento deductivo es 1J.ti l porque a¡,'uda a l a
:i- gente a conectar diversas proposiciones para llegar a conclusiones. Los psicólogos ccg­
, ro.5citlvos desean saber có;no la gente conecta las proposiciones pare extraer con­

·- clmlones. }\lgunas de ellas son bien razonadas, otras no. Oran parte de la dificultad del
-

: -:;,c�rebral
,- rawr:amiento está ea ente11der el le::-iguaje de los problemas (Girotto, 2004). Algunos de
"' :, 1ns procesos rn_entales �1'.:ilizad.::is en la comprensión de! lenguaje y en el funcionarrtientó
subyacente: también se usan en e l razonamiento (Lawson, 2004),

'
ia%0namienfo condidoncl
:·_Ílno de los tipos prir1cipales de razona1I1iento d-educti\'O es el razonamiento condicio�
'L :"imt, en el cual qui�n razona debe sacar una conclusión con base en una proposición
--¡¡,e:;_tonces. La proposición condicional s!�entonces establece que, sl se logra la condi�
-� ;.::ión antecedente p1 entonces el evento consecuente q se presenta. Por ejemplo, "Si los
'-_'aluf.'h"lOS estudia11, enronces tendrán attas calíficac1ones etl los exámenes)). Bajo ciertas
drcunstancias, sí usted h a establecido una proposi('.ÍÓI) cor�dicional; entonces -puede
500 Capítulo 1 2 • Toma de decisiones y razonamiento

;: TABLA 1 2.2 Razonamiento condicional: inferencias deductivamente válidas y falacias deductivas

Dos clases de proposiciones condicionales conducen a deducciones válidas y otras dos a falacias deductivas.

TIPO DE ARGUMENTO PROPOSICIÓN CON06CIONAl CONDICIÓN EXISTENTE INFERENCIA

p -+ q p :. q
Modus ponens Si usted es madre, entonces Usted es madre. Por lo tanto, usted tiene un
tiene un hijo. hijo.
Inferencias
deductivamente
válidas
p -+ q
Modus rollens Si usted es madre, entonces ., q Usted no tiene un :. --, p Por lo tanto, usted
tiene un hijo. hijo. no es madre.

p -+ q "P :. ., q
Negar el Si usted es madre, entonces Usted no es madre. Por lo tanto, usted no tiene
antecedente tiene un hijo. un hijo.

Falacias deductivas

p -+ q q :. p
Afirmar el Si usted es madre, entonces Usted tiene un hijo. Por lo tanto, usted es madre.
consecuente tiene un hijo.

.'<',
sacar una conclusión bien razonada. La serie común de proposiciones condicionales a · .;j
partir de la cual puede llegarse a una conclusión razonada de forma adecuada es "Si p, .. -'
entonces q. p. Por lo tanto, q.". Esta inferencia ilustra la validez deductiva. Es decir, se 71
deriva lógicamente de las proposiciones en las que se fundamenta. Lo siguiente también :.·,;
es lógico: "Si los estudiantes comen pizza, entonces obtienen altas calificaciones en sus .:74
exámenes. Ellos comen pizza. Por lo tanto, califican alto en sus exámenes". Como '
·:¿pudo.
'
haber imaginado la validez deductiva no es equivalente a la verdad. Usted puede lograr :,.'-J.
' ·,.¡�
conclusiones válidas por deducción que son por completo falsas respecto al mundo. Sí .'.;�'
la conclusión es o no verdadera depende de la veracidad de las premisas. De hecho, e.s :-'�
más probable que la gente acepte de manera equivocada un argumento absurdo como
0'1
lógico si la conclusión de hecho, es cierta. Por ahora, sin embargo, hacemos a un lado :)!
el aspecto de la veracidad y nos enfocamos sólo en la validez deductÍ\a, o solidez lógica·,.·.:� '" l�
J�
del razonamiento. ·
Una serie de proposiciones y su conclusión es el argumento "Si p, entonces q. p...
Por lo tanto q", que se denomina argumento modus ponens . En éste, quien razona ,·, �
afirma el antecedente. Por ejemplo, tome el argumento "Si usted es esposo, entonces:}�
está casado. Harrison es un esposo. Por lo tanto, él está casado". La serie de proposici0>"· �;
nes para el argumento modus ponens se muestra en la tabla 12.2. Además de este tipO:·:··;;
de argumento, usted puede llegar a otra conclusión bien razonada a partir de una' pro��}
posición condicional, dada una segunda proposición diferente: "Si p, entonces q:.:.'.f,�
No q. Por lo tanto, no p". Esta inferencia también es válida en forma deductiva. Esta:>l�" ;
serie particular de proposiciones y su conclu.sión se denomina argumento modus tollens';.-"f
en el cual quien hace el razonamiento niega el consecuente. Por ejemplo, modificamOS i!f·
la segunda proposición del argumento para negar el consecuente: "Si usted es es . · ��"""'B
":-1·
��,
i
l
Ra.,,'"úUamlento deductivo 501

.� entonces esta casa-do. Harríso:1 no está casado, Por lo tat1to, él no es esposo". La tabla

1
1 12,2 1nuestra dos condicio11es en las que pcede lograrse una conclusión bien razonada.
· Tamb1én muestra dos restricciones en las que tal conclusión no puede alcanzarse. Como
.

·
lo ilustran los ejemp:cs, algunas inferencias basadas en el rawnamlento condicional son
falacias . Conducen a conc lusiones que no son deducti•12mente válidas. Cuando se utilJ,
z.� p�posiciones condicjonaJes, no p�demo s extraer.u� ccncl-..isión válida de m�riera
;¡'··.
oeuucr1va y basad a ya sea en 1a negac:6n de 1a condlcton antecedente o en 1a ann::r:a·
.

ción del consecuente. Regresemos a la prot-'CSición, "Si usted es esposo, entone-es está ca�

-.1 fiado11. No seríamos capaces de C1)nfi rmar o refutar la pro�osición con base et\ la negació:t

'\
del antecedente: "J1.ta-"1.a no es i;sposo. Por lo tanto, el!a r.o escá casada", .>\un c:iando

-
afirmamos que Juana no es espos;.1, no P'.:xiemos concluir que el�a no esté e.asada. De
· manera similar, no podemos deducir una conc)usión váltda afinnando e l consecuente:
-

"Juana está casada, Por io tanto, eUa es esposo'', Aun cu-ando Juana esté c;asada, su ma­
r�do pt1ede no considerarla como esposo.
.·,�¡.
?:
El razonamiento ccndicionai puede e:: tudiarse en el laboratorio uriliwndo una "ta·
'
rea de selecc ión" (Wason, 1968, 1969, 1983; \\lason y Jol-,nson-Laird1 1970, 1972). Se -
·.; . presentó a los p1).tticipantes un conjunto de cuatro tarJetas. cada :.ina te.nía impreso un
número en uno de los lados v una letra en el otro. Se presentaron dos ierras y dos nú­
meros. J..as letras son una consonante y una vocal. Los números son un par y un r1on.
' ', Por ejemplo, los parttcipanr:es podían ver la stgulenre serie de tarjetas: S 3 A 2. Luego) a
' , cada p rt cipante se le dio una afirmación condicional. Por ejemp lo, "Si una t&rjeta tie,
a i
ne una consonante de Wl lado_, e11conces tlene un núrnerc pat en el otro lado". La tarea
es determ ina r si la afirmación condicional es cierta o falsa, volte ar.do el número exacto

,,, de cartas nece.;;ario para probar la afirmación condi..:ionaL Esto es, el participante no de�
he voltear ninguna de las tarjetas que no sean pruebas vá'.idas de la atirmación. Pero sí
debe voltear todas Ias tarj et8.s t1ue sea11 pruebas válidas de la proposición condiciona!-
:, ' La tabla 12,3 ilustra las ctiatto !)OSibles pruebas que los partic\pances podían realizar

·
-- ron :as tarjetas. Dos de las pruebas (afirmando el a."ltecede!tte y negando el consecuente)
oon necesarias y suficientes para probar la afirmación condicional. Esto esi para evah1ar

bdeducci6r1, el participante debe vc1itear la tarieta que muestre una consonante para ver
- - si tiene un número par en 1'.'l otro lado. Por lo ¡;anto, el participa:i.te afirma el antecedente
:: (ei argument\) modus ponens}. ,A.demás., el patticipa:1te debe voltear la tarjeta que mues�
.,
tra tm nú:nero non (p. e., no un número par) para ver si tiene ur,a vocal (p. e,, no :ma

·;:;; consonante} del orro lado. ,-'\sí, niega el consecu-ente (el argumento rnodus rolleru}. Las
otra.". <lOS pruebas posibles (negar el antecedente y afirmar el consecuente) son irrelevan­
:;:
tes. Esto es, el participance no neCt:'4ita voltear la tarjer.a que muestra una vocal (p. e., no
T 'IDACOnsonar1te). Hacerlo sería ne_gar el antecedente. El partícipa11te no n.ecesita "·oltear
';. la tarjeta que muestra un número par (p. e., no un número non}. Hacerlo sería afirmar
t>I conscccente. La mayoría d-e lus participantes supo probar eI argumento modus ponens .

·
. '.· Sín embargo, muc}1os participantes fallaron al probar el argumento modus tollens. Algu,
! : LOS de ell1)S trataron de negar el a!ltecedente como medio para probar la proposición
' �- condicional.
f,a mayoría de las perso;ias de todas las edades (por lo menos a partir de la primaria)
. ;.arece rener poca dificultad para reconocer y aplicar el argumenro modus ponens. Si11
: embargo, son contadas las personas que reconocen de mai1era espontánea la 11ecesidad

-> ', de razonar por medio del argumeritO lnodus tollem. Multitud
de personas no reconoc�n
,; las falacias lógicas de negación del antecederu:e o afirmación del consecuente1 o p1?t lo
. '..: m�nos nó reconocen qtie estas fa.lacias se aplícan a probierrras de raionamiento absrracro
_' : (B-raine y O'Brien1 1991; O'Brien, 2004; Rips, 1988, 1994; Rumain, Connell y Braine,
:
" .:
1983). De hecho, alguna ev.-J.dencia st:giere que incluso la gente que ha tomado un curso
502 Capitulo 12 • Toma de Jec.is.iones y ::aronamiento

�. . TABLA 12.3 .
. • . Razonamiento condic:onol: toreo de selección de Wason
En '.a tarea de selección que porta su apellido, Peter \'(,/a.son presencó a los participar1tes un conjunto de
cuatro tarjetas, a partir de las cuales los participantes tenía;'\ que probar la validez de una propos1ci6n. Esta
rabia ilustra cómo quien razot\a podría pt<)bar la proposición condicional (p � q), '1Si una tarj eta tiene una
consonante en uno de los lados (p), entonces tiene un número par en el otro lado (q)".

Pl:OPOSICIÓN BASA!)A m LO QUE MUESTRA


UN LADO DE LA TAIUUA 1 TIPO DE RAZONAMtmfO

p ... q
Una tarjeta determinada muestra una ¿La tarje;:a tiene un número par en el otro Basado en
consonante er, uno de los lados. ("S", "F", lado? rnodus por¡eru Inferencias
"V" o "P"),
deducrivamente
válidas
�q
Una tarjeta determmada no tiene un ru'..­ / ¿La tarjeta i10 tiérte ur..a conoorun1te en el
mero pa1 en uno de ios lados. Esto es, una
' :.�, p

ot�o lado? E:
n o es, ¿La tarjeta muestra una 1
m-Odm
·
B4'sado er.
rollcru
tarjeta pan:icular muescra un nómero non vocal ert el otro lado? 1
.
en uno de los lados ("3"', "'5", "7." o "9").

�p . . . l �·�q
Una tar¡era dererrrunada n<> ti.ene una con�. ¿La tl;!.rjeta uo nene un nihnero par en el.
Basado en negar
/ el antecedente

sonante e:n. uno de l.� lados. furo es, unt.i otro hdo?Es:o es, ¿!a tarjeta rnues::ta u11 '
i:arjetá particular muestra una vocai en uno ú.."Uero non en '
n
de lo� lados ("i\", "E", "l", t: "O").
el otro lado? Falacias
deductiva;

q
Una tatjer.a determinada t:ene un ni:irnero 1·
.·. p
¡La tarjeu:; tiet.e una cor.witante en el o::m · Basado en afirmar
paren uno ¿e los lados ("2", "4", "6" u "8"). lado? el i:onseruente

de lógica fl:acasa al demostrar el razonamiento deducti,ro en diversas sítuacion\:$ \Cheng


v cclaboradores, 1986). ,'\un cuando la capacitación apt:ntó directamente a la mejora
del razonami!f'nto, conde.jo a resultados mixtos. Despt:és del entrenamiento dirigido t1
autnentar el razonamiento, se susci ta an lncreme1\to significativo en el uso de model-os
y reg:as mentales (Letghron, 2006). Sin embargo, después de este entrenamienco puede ·
i1aber sólo u11 au1nento moderado en el uso del razonamíent::,; deductivo (Leightcr,,
2006). La mayoría de las persónáS demuestra taronamiento condicional bajo dos tipos
de circunsuu.1.<:ias. La primera son las condí..:.íones que minimizan las posib es arnhigüe­ l
dade.s lingülsticas; la segunda son cor1diciones que acciva::1 los esquemas que proporcio­
nan 11n contex:o significativo para el raionamiento.
¿Por qué tanto niños como adultos podtían ati.nnar el consecuente o negar el ar1te­
cedente de manera engañosa? Quizás lo ha(.en debido a las inferencias qi_;e siguen a la
comprensión del discurso noru:.al de la expresión condicional { Rumain, f' ..onnell y
Braine, 198,3 ) . Por ejemplo, suponga que mi ed\tor anuncia, '"Si usted compra este libro,
le haremos un descuento". c:onsidere las situaciones cotidianas. Tal vez usted infiera de
manera correcta que si no compra el 1ibro, el editor no le aplicará ei descuento. SL;
embargo, el razonamiento ded\1ctivo formal podría considerar esta negación del aritE:Ce­
dente corno falaz. El enunctado no señala nada sobre qué pasa si no compra el libro, .':
De igual manera, usted puede Lníerir que debe hab e r comprado el libro {afmnar el con· ._,;�
. ,Ji
, :_ :::1il
__
Razonamiento deductivo 503

- secuente) si recibió el descuento. Pero la afirmación no ind ica sobre la variedad de cir­
cunstancias que lo llevarían a recibir el descuento. Debe haber otras formas de recibirlo.

Ambas inferencias son engañosas de acuerdo con el razonamiento deductivo formal,


pero ambas son inferencias bastante razonables en las situaciones cotidianas. Ayuda
cuando la expresión de problemas de razonamiento condicional, explícita o implícita­
mente no apoyan estas inferencias. Es mucho menos probable que tanto los adultos como
los niños se involucren con estas falacias lógicas
.

La demostración del razonamiento condicional también está influida por la presen ­

cia de información contextual que convierte el problema de un razonamiento deductivo


abstracto a uno que se aplica a cualquier situac ión cotidiana. Por ejemplo, los partici­
pantes recibieron tanto la tarea de selección de Wason como su versión modificada
(Griggs y Cox, 1982). En esta última, se pidió a los participantes que supusieran que
eran oficiales de policía. Como tales, intentaban hacer respetar las leyes relativas a la
edad legal para ingerir bebidas alcohólicas. La regla particular a respetar era "Si una
persona está bebiendo cerveza, entonces debe tener más de 19 años". A cada partici ­

pante se le presentó cuatro tarjetas: 1 ) "Tomando cerveza", 2) "Tomando Coca-cola",


3) "16 años de edad" y 4) "22 años de edad". Las instrucciones fueron "Selecciona la o
las tarjetas que necesites voltear para determinar si las personas están violando o no la
regla" (p. 414 ) . Por un lado, ninguno de los participantes de Griggs y Cox respondió
correctamente en la versión resumida de la tarea de selecciór. de Wason. Por otro lado,
72% de los participantes contestó de manera acertada a la versión modificada de la
tarea.
Una modificación más reciente de esta tarea ha mostrado que las creencias verosí­ '

j:
miles influyen en que las personas elijan o no el argumento modus tollens. Ésta es la ne­
gación del consecuente de verificar que una persona que no es mayor de 19 años no está
bebiendo cerveza. En part icular, las personas tienen más probabilidad de tratar de negar
el consecuente cuando la prueba implic a asegurarse si una persona de 1 8 años está be­
biendo cerveza, que checar si un niño de cuatro años lo está haciendo. No obstante, el ;
'
'

argumento lógico es el mismo en ambos casos (Kirby, 1994). ¿Por qué la gente usa
el razonamiento deductivo en situaciones realistas? Dos investigadores han sugerido que
más que utilizar reglas formales de inferencia, las personas a menudo emplean esquemas
de razonamiento pragmático (Cheng y Holyoak, 1985). Éstos son principios o reglas de
organización general relacionados con clases de metas particulares, como permisos, obli�
. gaciones o causas. Escas esquemas a menudo son referidos· como reglas pragmáticas. Éstas
no son tan abstractas como las reglas lógicas formales. Son lo suficientemente genera -

, les y amplias para poder aplicarse a una gran variedad de situaciones específicas En otras
.

palabras, las creencias previas se relacionan con el razonamiento (Evans y Feeney,


2C04). : : .

. .
l ,i
De forma alternativa, el desempeño de alguien puede verse afectado por los efectos
de perspectiva, esto es, si se toma el punto de vista del oficial de policía o el de la gente
i
·!
· que ingiere bebidas alcohólicas (Almor y Sloman, 1996; Staller, Sloman y Ben-Zeev,
. 2000). Por lo tanto, no son los permisos per se lo que importa. Más bien lo relevante son
._ l:is perspectivas que uno adopta cuando soluciona tales problemas .

Así, considere las situaciones en las cuales su experiencia o su conocimiento previos


no nos puedan indicar todo lo que queremos saber. Los esquemas de razonamiento prag­
mático nos ayudan a deducir lo que podría ser razonablemente cierto. Las situaciones o
, contextos particulares activan los esquemas particulares. Por ejemplo, suponga que va ) '
-

caminando por el campus, y mira a alguien muy joven. Luego ve que esta persona camina
hacia un auto, lo abre, se introduce y lo arranca. Esta observación activaría su esquema
¡;
u.
de permiso o autorización para conducir. "Si se le permite manejar, entonces debe tener

l
k
504 Capículó 12 • Toma de de-.:::istones y razonam\e�to

por lo menos 1 6 años de edad". Podr'."a entonces deducir que la persona que ·vio tiene por
lo menos esa edad. En un ex_perimento, 62% de �os parttcipantes eligieron cor;ectamer.re
los argume ntos modus ponem y modus toi!ens pero no las dos falacias lógicas cuando se
preser. tó la carea de razonamiento condicional en el contex-co de las afirmacionetJ de
au:toriraciótt. Sólo 1 1 % lo hi;,o cuando la tarea se presentó en el contexto de aiirn1acic­
nes arbitrarias no relacionadas con los esquemas de razonamientv pragmático (Cheng r
Holyoak, 1985).
h1ves:igadores lle'V;)ron a cabo un extenso análisis comparando la tarea de selecciór:
abstracta estándar de Wason con :a forma abs:rac:a de un problema de permiso o auto- ·
rizacién para cond ucir (Griggs y Cox, 1993). La forma abstracta estándar podría ser "Si ·
ta tarjeta tiene ¡\ en uno ele los ladw, e ntonces debe tener 4 en el otro lado" . La for1:-1a
abstracta de permiso podría ser "Si alguien va a realizar la acciórt A, entonces primero
debe satisfacer la prec:or1d1ción 'P' ", EJ des.empeño en la tarea absi::ra.cta de permiso fue
superior { 49% total correcto) que en !a ej ecución de la estándar (sólo 9% total correcto),
Esto fue as( aun cuando los autores afi adieron a la tarea abstracta estánd ar una afum.-:i.ción
que enc1Jadró la ui:rea en Ui.i. conrex:o de ''erificación. U11 ejemplo pl)dría ser "Suponga que
usted es una autoridad que verifica si �e siguen o ne ciertas reglas", La forma de prnniso
continuó siendo n1ejor si se ai\adla una afirmación de clarificación de la regla. Un ejem­
plo podría ser "En o:ras palabrasj con el fir. de tener un A en un lado, la tarjeta debe
tener primero un 4 en el orco lado». La fmma de petm�.;o fue mejor inc.lt1so con negacte­
nes explícitas. Par ejem¡:·lo. "NO A" y "NO 4" podrían usarse en lugar de las negaciones
implíc ita$ de "'An !' "4", digamos "B" y '"7'i. Por lo tanto, aunque las tareas de se1ecci6n
estándar y de permiso implican el razonamiento deductivo, las dos apacentan en i:ealidad
plantear diferentes problemas (Grlggs y Cox, 1993; Manktelow y Over, 1990, 1992). Pcr
lo tanto, :.Js esquemas de m2onami enro pragmático no exp lican totalmente todos los
asr<ctos del razonamiento condicional (Braine y O'Brier" 1991; Braine, Reiser y
Rumain, 1984; Rips, 1983, 1988, 1994). A;f, la gente no sier11pre utiliza las reglas de
razonamiento {GarciarMadruga y colaboradores, 2000; J;:;hnso:l·Laird y Savary, 1999;
Smíth, Langston y Nisb.tt, :992).
Un enfoque diferente del razonamie1ltO condicional presenta t:n puI'.to de vist<'! ·
evolucionista de la cognición (Cummins, 2004). De acuerdo con esta pO/itt:ra, debÍal:M.s ·
considerar qué tipos de habilidades de pen._�miento proporcionarían una ·ve11taja narJr
ralmente selectiva para los bum anos en l a adaptación a su ambiente a travé� deI tiempo -· ·.
(Co&mides, 1989¡ Cosmides y Too-by, 1996), Para obtener irisight en la cogn1ci6'1 hu·
mana. deberíamos buscar qué tipv de adapta ciones pudieran haber sido más útiles en el
pasado y asf establecer la hipótesis sobre cómo los cazadores y los recolectores pensaron
dtirante millones de años del tiempo de e.., olución que precediero11 al desarrollo re�ativa­
met1te recien te de la agricultura y al surgimiento muy reciente de las sociedades :lídus- , (

trializadas,
¿C61no inriuyó la evolución en la cognición humana? Los humar.os pueden poseer 5
algo como un disposii::ivo de adquisición de esquemas (Cosmides) 1 989) . De acuerdo con ·J
esta aurora, el disp.1Sitivo fac:lira nuestra capacidad para obtener con rapidez infortna- · �
ci6n importante a partir de nuestra experienci.a, .A.simismoi nos ayuda a orgari::ar esa
'
infornJ.aci6n en marcos de referencia sigr::ificativos. Desd.:. su .PUL1to de vis.ro, estos esque· :
mas son altamente flexibles, ¡;:,ero tamb ién está..'1 especializadcs en la selección y organi·
. .

>
zación de la informactón que contribuya de forma más eúcaz: para la adaptacióa a la.t>
situaciones que enfrentamos. De acuerdo con Cosmides, una de las adapt aciones di$tin- · :1
.::
tivas rri.0srrada por los cazadores y recolecr-0res ha ten:do lugar en el área del intercambio
;:ocíal. Por lo tanto, el desarro1'..o evolutivo de la cognición humana debía facil itar ía -1
adq<..:tsición de esquemas re:acionad os con el intercam!:-io social. t
"
-.

l
Raionamtento deductivo 505

Según lo sugiere Ccsmides, exi.sten dos clases de inferencia que fscili tan los esque·
mas de intercambio social, Una se refiere a las inferencias asociadas a las relaciones
costo-beneficio, La otra clase son las inferencias que ayudan a las personas a detectar
cuando alguien engaña en un intercambio social particular. '.\,(ediante nueve experimen·
tos, los particip4mtes demostraron razonam iento deductivo qué confirmó las predicciones
de la teoría del �niercamblo social, en vez de aquel'as basadas en esquemas de permiso o
r:n les principios de razonamiento deductivo abstracto {C'.osmides, 1 989),

11.amnamlento silogí$tko
Además del razonamiento condicional, el f)tro tlpo de razonan:1 ien ro deductivo es por si�
logismos, el cual se basa en el uso de éstos. Los silogismos son argumentos deductivos que
tmplican sacar conclusiones a partir de dos premisas (Maxwel!, 2005; Rips, 1994, 1999).
Todos los silogismos comprenden una pren1isa mayor, una rt1enor y cna conclusíón. Por
:lesgracia, algunas veces puede ser que se llegue a una cor.clusión absuxda con ba&<:: en las
:los pre misas dadas.

Silogismos lineales
3n ur. sílvgisn10, cada uaa de las dos preu1i.sas describe una relación particular eni::re dos
·rems -Y {.-"\Ot lo n1enos uno de ellos es común en ambas prem:sas. Los ítems pueden ser
)hjetos, categorías, arributos o casi cualquier cosa qtie pueda re:acion.arse con algo. Los
�tudiosos de la lógica, denominan sujeto al primer térn1ino de la premfsa mayor. El ítem
:omún es e l término medio (el cual se usa u_na \tez en cada pre:I1isa). El segundo término
le la premisa menor es el predicado.
En un silogismo lineal, la relación entre los términos es lrt1eaL Implica una campa�
oción cuan:itativa o cualitativa. Cada térmi:to muestra ya sea más o menos un atributo
mrticular o cantidad, Sup()nga, por ejemplo, que a usted se le plantea el problema del
tcuadro "Investigación de la psicología cognoscitiva''.

j · 1>.e 1A · · •·
f 1N\IES'l'l�A� 1
Eres más inteligente que tu mejor amigo. . ..
ru mejor amigo es rriás inteligente que tu compa:t:1ero d� cuarto_

L/�··�_::;��
1
¡

. ... •..

¿Quién es ei más inteligente de 1<JS tres'. / t


__
_

Cada u,na de las dos premisas describe tL'1.a re lación Ilneal entre d,,_;s término.:'; Ia tabla ¡
.4 muestra los té.rrn.inos v su relación en cada premisa. La tarea de razonamiento <le­ f
J.
ctivo para e l silooismo lhieal cortSiste en determinar una relación entre dos ftems qu: '

i
0
aparecen e n la misma ptemisa. F..n , el silogismo lineal anterior, quien soluciona e:
iblema necesita inferir que usted es más lLSto que su compañero para darse cuenta que
ed es el más- listo de los tres.
Cuando el silogismo lineal es cieductivarnente vá!ido, su conclusión surge lógica�
nre de las premisas. Podemos deducir con absoiuta seguridad que usted es e l más ltsro ¡
.'
ios eres. Sti corr1pañero de cuarto o s:.i mejor amigo p ueden, si.< embargo, señalar u11
a de debilidad en su conclusión. lncluso, una conclusión deductivamente válida
:de no ser cierta de maneta objetiva. Por supuesto� es cJerta en este ejemplo.
506 Capitulo 12 • Tona de de<ision� y ra:ov.arniento

Silogismos lineales

¿A qué deducción lógica puede l legar basado en las preruisas de esre s ilogismo :ineal? ¿Es la validez deduc­
ti·va lo mismo que la verdad !

PRIMER Tf:RMINO lbt.ActóN UNW SEGUNDO TútMtNO


(lTEM} (ÍltM)

Premisa A Usted es más inteligente que su mejor amigo.


Pren:ií�a B Su mejor amigo es más inteligente que su compa!iero de cuarto.
C:inclusíón: ¡quCén es el más eo/son ef(los) más inteHg_-ente(.s-)
:nteiigenrel de los tres.

¿Cótno resuelve la gente silogistnos lin�alesf Se han propuesto varias tet•rías diferen­
tes. Algunos investigadores afirman que los silogismos l�neales se resuelven espacial�
men:e med!ar,te tépresentaciones m�ntales del continuo li:-i.eal (DeSoto, London
y
Handel, 1965; Huttenloche::, _968). I-a id.ea es que la gente imagine una representa.::óa - _
vfo;ual trazar.do los térnúnos en un continuo lir.eaL Por ejemplo, la premisa "Usted es má�
lis::o que su compafieró de cuarto'' p od:ia representarse mentalmerite como una iraa_gen
de un contin uo vertical. Su nombre está arriba del de su compañero de cuarto. Por l o
general, el cor1tinuo lineal se visualiza de manera vertical, aunque también puede ser
visualizado de forma horizontal. Cuando se responde a la pregunta, las personas consu),
tan este continuo y eligen el ftem que se encuentra en el lugar c:orrec:ro dentro del con­
tinuo.
Otros -in•"estigadotes han p:::opuesto que la gente resuel\'e silogismos lineales_-_
usando un modele semántico que implica represer.tacione-j; propos lcionale; (CA.ark,
1969). Por ejemplo, la premisa "Usted es más listo <."¿Ue su compañero de cuarrct1 podrla
representarse como [más listo (usted, s:u com:_pa.fiero de cuarto)] . De acuerdo con este: -­

punto de vista, la gente no 'Jttliza intáger,es síno más bien combir.a las propcsicionei :,
semánticas. i
J
Un tercer punto de vista consiste en que la gente emplea una conibínación de re:pre- f:
sentaciones espacíal y proposicional cuando soluciona silogismos (Sternberg:j 1980). Dt _'<­
acuerdo con este enfoque, las perso11as al principio usan proposicJones para repteS<:ntar �-:
cada llll2. de las premisas. Luego, forman imágenes mentales basadas en los contenldosdc · _:'.
estas proposiciones. La prueba del modelo ha tendido a respaldar la con1binaci6n {-0 -_::y
mezcla} del modelo sobre las representaciones proposicionales de manera exclusiva ode-<>'
forma parrícularmente espacial ( Stew.berg, 198-0).
, :::
Sin embargo, ninguno de estos tres modelos parece correcto por completo. Todos--�
representan la ejecución promedio de varios individuos. Por el contrarioj paree-e haber·
diferencias individuales en las estrategias en las que algunas personas tienden a usar 1.1na­
estrategia más imaginativa y otras una más proposiciona.l (Stemberg y Weíl , 1980). Este.
resultado señala una lirr.itación importal".te en muchos hall22gos psicológicos: a meno¡_
que consideremos a cada it•d;viduo de manera separada, corrernos el riesgo de brincar a ,
conclusiones basadas en un promedio grupal que no necesariamente apli<;a a cada per,
sona de manera indi..,..-ufual (véase Siegler, 1988). La mayaría de las personas- puede utili.:;?�
zar ana estrategia co:;nbinada, I,">efO no codas lo l1acen. La fullca forma de encontrar q,¡tt��
persona la utiliza es analizando a cada tndividuo, {' .
1"
- Silogismos categéricos
- Quizás la clase de silogismo más conocida es el categórico. Al igual que orras clases
cie s:lcgismos, los categóricos comprenden dos premisas y una con.:.lusió:L. En el caso del
-'fi· : -_ 'silogismo categórico, las premisas esrablecen algo sobre las caregorías de los términos.
;":!; ;- De hecho, cada término representa a todos, ninguno o alguno de los miembros de una
-,�
21
- ':: clase o categoría particular. Como con otros silogismos , cada premisa contiene dos tér-
--"
- minos. Uno de ellos debe ser el término medio, c.omúr. ¡:ara ambas premisas. El ;irimero
'!el segundo términos de cada premis.a están unidos por la atego:ia de los términ<1s . Esto
e:s1 un término es miembro de la clase i:idicada por el otro término, Sin embargo, las

� premisas expresadas, establecen que algunos {o todos o nJ:i.gt1no) de los miembros de la


- Qltegoría del primer térmi:t:> son (o no) miembros de la ::ategor(a del segundo término.
Pars determinar si la c-oncJusi6n surge de manera lógica de ias premisas, qu ier: lo razoria
'.--;;
debe determ inar 1-as categorías de los términos. lJn ejernp[o d-e silogismo categórico po-
,-, <lría ser el siguiente:
<:
Todos los psi-c6logw cogrio:Sciti·vos son piariistas.
Todos los plani.;;ras ron atleta&.
Por lo tanto, todos los psicólogos cognoscitivos son atletas.

Los estudiosos de la l{Sgica, a menudo emplea n diagramas circulares para ilustrar


-::: :a pertenencia a una clasej lo que facilita imaginarse si una conclusión partic:.tlar es sólida
:!
'i ée manera lógica. La conclusión de este silog isc.10 de hecl-10 se sigue de raanera lógica de
__·:; -,, 1as premisas. Esto se muestra en el di-agran1a de círculos de la figura 12.1. Sin embargo1 la.
.

conch1Sió11 es falsa porque las premisas también lo son, Para el silogismo categórico
_
.-:¡ s-. a:aterior, el sujeto son los psicólogc>s cog11oscitivos, el térmínt1 medio son los pian istas
-
-.r V el predicado son les 1tletas. En ambas premisas, afirn1.ainos que todos �os rr.ie:nbros de
:;�� ,,,. la categoría del primer rémtino eran m iembros de la categoría del segundo término.

Las declaraciones de la forma ''Todos los A son B" algunas veces so11 referidas cotno
. ,,,
·:- alimuui't-vs uniR<>rsales porq11e hacen una deciaraL:ión po.Sitiva {afirmativa ) sobre todos
100 miembros de una clase (universal) . Ademá�, existen otras tres -c::lases <Íe posibl�s
;';; ,: Ceclaraciones en un silogismo categórico. Una de ellas cco;rende las declara.:iones ne�
::. �a:; universales (p. e., "Ningún ps icól ogo cogn0scit1vo es flautista" ). Una segunda
,,_, - - clase s011 las declaraci011es afirmativas particulares (p. e., "Algunos psicólogos cognosciti•
.
- ,, :_ vos son z1.1rdosn). La última clase corresponde a las declaracio11es nega..tivas particulares
:¡ :,_- {p. e.1 "Algunos psicólogos cognoscitivos no son m.t:dicos") . Esto se resume en la rabl;i
,, ' 12.5,
En rodas las clases de silogismos, algunas combinaciortes de premisas conducen a uM ,
:,:; ·,, conclusión que no es válida de forma lógíca. En los silogismos car:egóricos, en particular.
'�
no podernos sacar conclusfoi-1.es lógicamente válidas de loo; s ilogismos categóricos ct•n dos

premisas parricula:-e;: o con dos premisas :iegati�. Por ejemplo, ",4.lgunos psicó�ogos
- ·cognoscitivos sor-. zurdes. Algunas personas zurdas son inteligentes". Con base en estas
, premisas, no se puede concluir que algunos psicólogos cognoJcitivos sean inteligentes.
.-:;
.'. Uro persor1as zurdas inteligentes podrían no ser las mismas que sean zurdas y que son
�· �-- psicólogos cognoscitivos. No lo sabemos. Considere un ejemp:o negativo: ''Ningún estu�

-.� ; diante es estúp:do-, :\inguna rersona est·Jpida come pizza". No podemos concluir, par�

y- ut!ldo de estas. dos prerr:L<;as negat ivas si Jos estudiantes comen o no pizzas. Como puede
- - imaginarse, parece ser que la gente tiene más dificultad (trabaja más despacio y comete
",- más errores) cuando intenta deducir conclusiones basadas en una o más premisas particu�­
, lares o premisas negatl\.'3.S.
508 Capítvlo 12 � Toma de decisioru:s. y nnonaml<:r:to

;¡, l'l�ORA"t"2. l ·;;.·


••• • • •'. h

' '

· ·
-- �·-·--·-·--·-·�·�·-- --
----·

Los diagramas de círculo pueden usarse pc.ra represer.rar silogisn.OC$ caug&icos como el,� aqu.{ se mues�: �Todos los pia;1ísw sonatfe.. ,:\
Las Todos los psi{:6logos cognosc1'iivos son pionistas_ Por lo �rliX!, ti>Jos los psicólogos cognosdrn.os son atletas". 1')e Jn ,Search uf the
Human Mind de Robert J. Stemberg. D2rec/x;; resertJa.'1os � l 995 pcr Harcourt Br.ue & CD17'.pa.t). Reproducido ron autonmcfon del ·
editor.

' (
Se han propuesto va:ias teorías para estudiar cón10 resuelve la genre silogismos ca·
tegóricos. Una .:.ie las primeras fue la de sesgc1 de atrnésfera (Begg y Denn.y, 1969; Woo:J­
v1orth y Sells; 1935), Existen dos ideas básicas en esta teoría. La primera es que sí existe
¡;or lo rrtenos una premisa negativa, la gente preferirá ur:a solución r.egattva. La segunda · :
es q11e si hay pcr lo menos una premisa particular la gente preferirá u1ta $Oluci6n e::.pecí·
iica, Por ejemplo, si una de las premisas es "Ningún piloto es niñc-'1, la gente preferirá una
solución '¡ue tenga la palabro no. Sin embargó, esto no �xplica un grar. número de res· ·
pcestas. _·!

Otros investigadores cer.traron su atención en la conversión de las premisas (Chap.--'


man y Chapman, 1959). Aq11í, se invierten los términos de una premisa determinada. A :;{
n1e11udo la gente cree que la tOrn:-ia invertida de la premi.sa es tan válida como la f.?tma­
otiglnal. l.a idea es q11e la gente tiende a convettir declaraciones como "Si ,!\_, entonces
B" en "Si B, en:.onces A". No se percatar: que las declaraciones no son <:q\li'.'Slentes. .
Estos errores los cometer1 por igual ni1los y adultos (l\..1:arkovits, 2004).
R<==mi<nto ded�tivo 509

s;logismos categóricos: tipos de premisos

Las prercisas de sitogismf}S categóricos pueden ser affrms::.1vas universales, negatÍ\'as universales, afinnativ91s
particulares o negati•1as particulares.

FORMA DI 1.AS
DICl.ARAOONH DE i
!-�������-
lA PREMISA
i�
·· -�-+ D!�
SCRJPaóN ' EJlMPlOS REVER$llJIJOAO"'
�-·����-�-�.-����+-�����������
!

j
La premisa. establece de fortT.a Todcs loo hocnbres TOOcs los de sexo masculino S<:<TI.
1

positiva (afinnaciva) q\\e todori $00 de sexo imiscu� hombres, .:;'::


! loo miembros de la p1 lnie:ta cls< lino.
'
No reversible
; Todas las A ron E.

___¡
'. se (universal} lo s.on tarcbi.tn
de la segunda clase. I
Todas las 8 sor. A.

,
l
---- -�
·­
Ninguna A es -La premisa afirrr,a que n.ir,gur,cf Ntngún hombre es Ningún hombre "'s de , =o
_B'··· ···
(altemat!va: todas la.s � de los miembros de [;i prime-ra1 de sexo femenino. ! fen1en:no, =
__

1
A :to ron B), clase es integrar,te de la e bien 1
: N::ulie de: $eXO femenino et hombre.
�:
:;egu::ida cla>e, ! Todcs los hombres HReversibte+-+ · j
! D_o sen de sexo fe� 1 Ninguna A es B. �
menino. ,
! N ingma B es. .A..
'
,!,.lgunas .!.\ son 8. 1 Aig.1.ien de S('XO ¡' r\lgaien
1,
1 La premh;a ;¡severa cue sólo
3\gunoo de los miembros de la 1
primera clase le son también '
femenino es mujer.
i
es mujer. F
de sexo femenino

Alguna$ mujeres son de sexo


de �a segunda clase. ' femenino.
j No
,1.
!
reversible

¡ j Algunas A son 13. 4"

i i Algunas. B son A.
! Algunas /\ no son B. ; La premisa ín<l:ca que algur.04; Alg'.illa mujer no es: Alguie'.1 de sexo femenino ::10 es
'
�'1egati'va
de sexo femeni110. mujer. '!'-

I No
particular míembros de lo ptlmeta clase

¡' M sen
d a clase.
integrantes de la segun-
! ,�Igunas
reversíble
A no S..'in B. :F

· · '----�-'--���-���L 1 ' -���--��---'----�---� :_


A lgc
_� �'-
""
-'_B
_ n_c_,_nA
o_ __. �----'
.. 'hi,h �ógk:a fornai, lrt palabra algi.<M> significa "�nos y posibltme."'1.te todo:¡'" En el. lengu.a;e común, y wruo �e usa en pGKOlogfa wgnoscitl\'a,
""�""""" " "'" �n "'; Mitm"tivn n;ir .¡,-,,¡,,.,. r<>mhil"n ...,,,,.,¡,. ,,,..,. l'l'"V"""'ihlP_ Pt.rtl nnP<lrt'!.� Mnntí<i""-' · n ()

.&,,1\ffi tit>nífii·<> tr.irt1", A�i. i<> l;<,.,,;r"' f<mTl<>i

-
;;

Lna teoría rná& ame nte acertada se fJnd:amenta en la noci611 de que la gente
ampl i
.,, resuelve silogismos tir ilizando ur� proceso semántico \con base en el sig:::i.íftcado) basado
._, ;__ er, modelos mentales (Espino y colaboradores, 2005; Johnso11rLaird 1997; Johnsonr
" · ·LUrd y co!alxiradores, 1999; John�onr[,aird1 Byrr.e y Schaeken, 1 992; Johnsonrl�aird y
- - _ Sav;uy, 1999; Johnson 1..aird y Stee<lman1 1978). Este purl.to de vista de que el razona#
-

_ tlloonto involucra procesos semá."'1.ricos basados en. inodelos mentales puede corr.pardJse
,

: _ ron procesos basados en la regia ("síntácrícos"}, como los caracterizados por la lógío;¡
: !ocmal. lJn modelo mental es tm-a represenración interna de información que corres�
) pende de manera análoga con cualquier cosa que esté sier.clo representada {véase John�
·: �on"Latrd, 1983 ) Es más probable que algunos modelos mentales conduzcan a una
.

- � C0nclusi611 deductiva1nente vál:da que otros. En particular, algunos de ellos podrían no


_, eficace> e11 no confirmar una conclusión inválida.
ser

Por ej emplo, en el e�tudio de JohnsonrLaird, se pidió a lo$ participarttes que descr'.�


.- bierar, sus conclus iones y sus mode\os m entales para el silogismo "Todus los artistas son
. - apicultores. Algunos de los apicu:totes son intelíger.tes". llno de los p articipantes señaló
-· _�Pensé er1 todos los pe(1ueños artistas en este cuarto y me imaginé que todos teriían
:
5 1O Capítulo 1 2 • Toma de decisiones y razonamiento

puesto un sombrero de apicultor" (Johnson-Laird y Steedman, 1978, p. 77). La figura :..:


12.2 muestra dos modelos mentales para este silogismo. Como lo exhibe la ilustracó i n;· ·:· :
la elección de un modelo mental puede afectar la capacidad de quien razona para alean- ···
zar una conclusión deductiva válida. Debido a que algunos modelos son mejores que · ;'
otros para resolver algunos silogismos, es más probable que una persona logre una con­
clusión deductivamente válida sirviéndose de más de un modelo mental.
En la figura, el modelo mental mostrado en la parte a) conduce a una conclusión
deductivamenre inválida de que algunos artistas son inteligentes. Observando el modelo
alternativo en la parte b), podemos adoptar un punto de vista alternativo del silogismo.
P"liilip Johnscn-Laird es Éste muestra que la conclusión de que algunos artistas sean inteligentes puede no ser
profesor de psicología en la deducida con base en esca información por sí sola. En concreto, quizás los apicultores que .. ._

Universidad de Princeton. son inteligentes no sean los mismos que quienes son artistas. ,. . .
Es conocido por su rrabajo Con frecuencia, los estudiosos de la lógica utilizan dos tipos de representaciones de . .··
sobre modelos mentales,
silogismos. Como se mencionó antes, los diagramas de círculos se usan con frecuencia
razonamiento deductivo 'J . .
creatividad. En particular,
para representar silogismos categóricos. En estos esquemas, pueden emplearse círculos · ·.::
]ohnson-Laird ha mosrrado sobrepuestos, concéntricos o no sobrepuestos para representar a los miembros de diferen- .
cómo puede aplicarse el tes categorías (véase figuras 12.1 y 12.2). Una representación alternativa a menudo ·.
concepw de modelo mental utilizada por los estudiosos de la Lógica es la tabla de la verdad. Ésta puede servir para. ·
para la comprensión de
representar el valor verdadero de diversas combinaciones de propo.siciones, con base en. :"<
una amplia variedad de
procesos psicológicos.
el valor v�rdadero de cada una de las proposiciones componentes. La gente puede aprende�.· ..�:�
cómo mejorar su razonamiento si se le enseña los diagramas de círculos o las tablas de la : .;i
. :�
verdad (N ickerson, 2004). .;:
De acuerdo con este enfoque, la dificultad de incontables problemas de razona; :;_�
miento deductivo se relaciona con el número de modelos mentales necesarios para re: :;ij
presentar adecuadamente las premisas del argumento deductivo (Johnson�Laird, Byme y H{
Schaeken, 1992). Los argumentos que implican sólo un modelo mental pueden ser re; \r�4
sueltos con rapidez y precisión. Sin embargo, inferir conclusiones precisas basadas en ·:}�
argumentos que pueden ser representados por modelos alternativos múltiples es mucho\{
más complejo. Tales inferencias exigen una gran demanda de la memoria de trabajo.·;;�
(Gilhooly, 2004). En estos casos, el individuo debe mantener de forma simultánea en .lá}
memoria de trabajo cada uno de los diversos modelos. Sólo así puede alcanzar o evaluar '.;
una conclusión. Por lo tanto, las limitaciones en la capacidad de la memoria de trabajQ/
pueden ocultar por lo menos algunos de los errores observados en el razonamiento de;.\
ductivo (Johnson-Laird, Byrne y Schaeken, 1992). · ' '.
·En dos experimentos, se estudió el papel de la memoria de trabajo en el razona:.:� '
miento silogístico (G ilhooly y colaboradores, 1993). En el primero, simplement� se
presentaron los silogismos de formas oral o visual. La presentación oral demandó ·una;
,
carga mucho mayor en la memoria de trabajo porque los participantes tenían que r .
dar las premisas. En la condición de presentación visual, los participantes podían vei �;(
premisas. Como se predijo, la ejecución fue más lenta en la condición de presentad��
oral. En un segundo experimento, los participantes necesitaban resolver silogismos· . '"'
mismo tiempo que realizaban otra tarea. Ya fuera que ésta utilizara o no recursos de:á'
memoria de trabajo. Los investigadores encontraron que la tarea que demanda recutSri}
de la memoria de trabajo interfirió con el razonamiento silogístico. La tarea que no ocuri,r
estos recursos no lo hizo. .,,;
Conforme los niños crecen, el uso eficaz de su memoria de trabajo aumenta. También'%
se incrementa su capacidad para usar modelos mentales que utilizan recursos de la mf
moria de trabajo. Investigadores pidieron a niños de diferentes edades que vieran tarj�f
con objetos impresos, como camisetas y pantalones de diferentes colores (Barrouille'::
Lecas, 1998). Luego, se les dieron premisas como "Si vistes una camiseta blanca, u1·
-
-
-J&mson-Lmd y Mfl'fk Steedrn(tr; ofírmaron que la. ¿<1rr;u 4S$ dit'ersos modelos mentak-:. de '1".wt?Ta análogu para repre>erttar los
i:e;m dentra de un si!ogismo. Algunos modelos mcntale! son más eficaces qu.e OtfOE, y para lograr -cm.:r conclusión ded1.u:ti1u t.úfü:la puede
_'lto."tsii.1rse: más de un 1ncdeio , corno aquí se muestra (t;éa!;e texro J.¿ exp!i;;ación).

_Jlílútalone.5 verdes", Se les pidió que indicarat1 qué cvtnbinaciones de tarjetas eran con�
tiottntE:$ cc_)n las premisas. Por ejemplo, las tarjetas con c2misetas blancas y pantalones
-_ \'tfdes debfun ser consisrentes con esta premísa, pero rambiér1_ las camisetas y pantalones de
-o!roscolores :porque la Ceclaración también implica q\1e si no v:ste pantalones ·verdes no
·lk-a camiseta blanca . Los niños de maycr edad, con capaci:iad para m-anrener más corn­
iones en la memoria de trabajo, eligieron más combtnac1ones diferentes de tarjetas
representar las premisas.
Otros factores también pueGen oonrribuir a la formación 3propiada de model0& menta�
" Parece ser que la gente resuelve problemas lógico� de manera más precisa y con r:iayor

ilid2d cuaru:lo los ténn1nos tienen un gran \'aior Ce ímagmerfa (Clement y Falmagne,
). Esm situación quizás fucilita su representación mentai. De manera '.'imitar, cuando
_its proposiciones mostraban alta afin�dad en tém,inos de las imágerte; n1enrale-s, los parti�
clpantes podían resolver los problemas con más facilidad y precisión y juzgar la exactitud. de
-m conclusiones. Un ejemplo sería una pren1isa sobre perros )' otra. sobre gatos, en vez
de un.a sobre perros y otra sobre mesa.<:.. Por ejemplo, sería relatiV<arnente fácil resolver 00
silogisoo de al[a imaginería y gF dfl afinidad corr10 "Algunos artistas son pintmes. ,A,JgunoS· :
pintores usar. pinrura negra''. Sería relarivamente difícil resolver un silogismo co!l escasa
in1aginería y poca afinidad corr,o "Algunos textos esl'.án en prosa. Algunas prosas están hier,
escritas". El valor de alta imaginería y de gran afinidad puede facilitar llegar a contraejem•
plos que reveler1. un argumento deductivamente inválido (Clerne11t y Falmagne, 1986).
Algunos problemas de razonamiento ¿eductívo comprenden más de <los premisas.
Por ejemp:o, los problemas de infere:ncia transitiva, e:n los cua:es los solucion.adores de,
ben ordenar n:últiples rérminos, pueden tener cualquier núme::o de pretnísas conectar.de
un gran número de términos. Las pruebas matemáticas y lógicas son deductivas y puerlen
tener varios pasos.

Méls ayudas y obstó«Jlos para el ra:zonomiento deductivo


En el razo11ar11ienro deductivo, como en muchos otros procesos cognoscitivos, n°'5 invo­
lucrnmos en mucl-,os ataj os heurísticos. ,A.lgunas veces éstos nos llevan a conclusiones
imprl'!cisas. ,A.demás de estos atajos nos vemos ínt1uidos por sesgos que disto-ruicnan l::is
resultados de nuestro razonamiento,
En el raronamienro silogíscico la heurísti<.:a inc:luye los errores de sobreestimaci6n, En
estos errores, sobre estimamos el uso de estrategias que funcionan con algunos silogism.os.
a otros en los que ta.les estrategias fallan. Por ejemplo, aun cuando revertir func:ona bien
con los nega:i·vos universales1 no lo hace con otras clases Ce p:emisas. Asimismoi expe�
rimenramos efectos de eje.cuci6n cu.ando no consideramos todas las posibilidades ames �
llegar a una conclusíón. Ilor ejemplo, podernos fallar al pensar ejen1plos contra..io.i
cuando infer imos conclusiones a parti r de premisas particulares o negativas. Además, los ·
, resión de las premisas pueden influir en nuestro razonamiento deductiVQ, - �1'
efectos de e;,,p
Serían ejemplos la seci.:encia de términc.s o el uso de cualificaciones particulares o de
expresión negativa. Los efectos de expresión de premisas pueden llevamos a S3ltar a tM
conclusión sin reftexiortar de f9rma adecuada en la validez deductiva del silogismo,
l.os sesgos que afec:an el raz0namiento deductivo pot lo general, se relac ionan con . --r,¡.,
el contenido de las premisas y la credibilidad Ce la conclusión, Ta:nbién reflejan la ten- -��
dencia hacia el �esgo de cor.�'11".ación. En éste buscamos confirmar en vez de no atimmr lo ::\�
que ya creemos. Suponga que el cor.tenido de las premisafl y de una conclusi611 aparerna : ��1
.

ser verdadero. En est:os casos, quienes razonan tienden a creer en la validez de la conc\u, ··'}%
. ;��.
��
si6n, aun cuand o la lógica sea impert€cta (Evans, Ba:rston y Pollard, 1983 ) .
El sesgo de confl:rrn.ación puede ser perjudicial e inclt:so peltgroso en algunas cir'.:uns�.- ·.'
rancias. Por ejemplo, er. una sala de e:merger:cia, si un n1é:dlco S\1pone que w1 pacier1� : �t
1
tiene una wndición X, el galeno puede interpretar un conjunto de síntomas par.a respaidai,.:,\�
el diagnóstico sin considerar totalmente todas las interpretaciones alternativas (Pinés, : ,
2005). Este atajo ruede da: como re�uli:ado un diagnóstico y t:atarniento ec¡uivoca/':1:;
dos, lo qJe puede ser mu-v religroso, Ot:-as c:rcunstancias donCe pueden obser.�arse !;if\�
efectos del sesgo de corlfirmación son en la investigación policiaca, las creencias ;>'.u--á: ·.; �
normales y la conducta estereotipada (Ask y Granhag, 2005; Biemat y Mai 2005;·<:�
'
Lav.1ence y Peters, 2004 ) . En menor grado, la ger.r.e muestra la tendencia opuesta a la rJ{.;':c '
confi.::mación de :a validez de la conc'.lli'ión cuando éstB o el contenido de las premisái::::
contradice las creencias de qt1ien razona (Ev·ans, Barston y Pollard, 1983; Janis y Fr:ck,':�
1 943), Esto no significa que la gente falle al co1widetar íos principios lógicos cuando'.'.',
razona de manera deductiva. En general, parece más probable que la atención exp1ícit$.'>
a las premisas conduzca a inferencias válidas, L;;i atención explícita a información inele>f·'
Razonamiento inductivo 513
l
1¡ vante lleva con ntás fre-cuencia a inferencias basadas en creencias previas respecto a la
eteCibi lidad de la conclusión (EvarL'>, Barstort y Pc-l:ard, 1'1.'..�3 ).

Para mejorar r.uesrrc razor1amienro deducri·vo, debemos tr.J.tar de evitar la heurística
y los sesgos que distorsionan nuestro razonamiento. Del misrr,o modo, debemo� con1prom
metemos con prácticas que facilitan el razonamiento. Por ejemplo, podemos tardar más
e.."'l llegar e evaluar cor.clusiones. Quienes razonan eficazmente consideran tatnbién
más concluslc·nes ah:emativas que quienes lo hacen deficien;:emente (Galotti, Ba.ron 'l
Sabini, 1986). Además1 la capacitación y la práctica ¡."la.recen rn.ejorar el desempeño en
tareas de razonamiento. Los bene6.ci0$ de la capacitación tienden a ser mayores cuando
ésta se relaciona cor_ e.1:quemas de razonamiento pragmáticc- (Che:ng y oo�a0C'l'adores,
1986) o con campos como las le1'es o la med icina (Le1:1man., Lempert )' Ntsbett. 1987).
U1S beneócios son menores para los problemas lógicos abstractos apartados de nuestra
vida diaria (véase Holland y colab otadores, 1986; Holyoa_k y Nisbert, 1988)_
Un fJ.cror que afecta el razonamiento silogístico es el estado de ánimo. Cuando las
ptrSonas están tristes, tienden a prestar má:1 atención a 1°'1 detalles {Schwarz y Skumik,
2ClC3 ). Por lo tanto, tal ve:i de forma sorpresiva, tienden a realizar mejor las rareas de
tazona1niento silogísrico cu2ndo están m-elancólicos que cuando están alegres (Fiedler.
1988; Melton, 1995). La gente en un e.._�ado de ánimo neutro tie11de a rrtostrar tina ej�
C11ción entre los dos extremos.

-i' Aun sin entrena."úienro usted puede mejorar su propio razcnarniento deductivo me�
diante el desarrollo de estrategias para evitar cometer errores, .A,,segúrese de usar Ias es�
trategias a;prcpi?l.dw para l;;i_ scluclón de silogismos. Re.;uerde que las int'ersionf'.s sólu
funcionan cvn negativos universales. En ocasiones, traducir términos abstractos a con­
cretos (p. e., la letra B a bun:o) puede ser de ayuda. También, tómese el tiempo para
considerar ejernplOG contrarios y crear más modelos mencales. Entre más tnodelos men·
tales uti;ice para W1 co11j;into de pre11tisaS determinado, más seguro ptJede estar de <1ue
no se corlfirmará su conclusión si no es vállda. }\sí, el uso de modelos mentales múltiples
aun1enta la probabilidad de evitar errores. El uso de estos modelos también concrlliuye
á evitar la tendencia a core.eter el sesgo de confinnación. los diagramas de círculo tam­
bién pueden �er útiles en la resolución de problemas de razonamiento deducti''º·

Razonamiento inductivo
.:;� '
'.' C-On el razottamiento deductivo es posíble,al menos en teoría, lograr co:tch.L-.;lones que
�� '!,mm segu:as de manera lógica y, válidas de forma deducriva. En el razonamiento 1nduc�
-�· :. Tivoi el cual se basa en nuestras observaciones, lograr cualquier conclusión lógicam�ente
-' :.=segura no es posible. Lo tná..-ximo que podemos esforzamos por alcanzar es sólo una :hrt11e
f cmuy probable concltJslón (Jol)nson-Laird, 2000; Thagard, 1999),
Por ejetnplo, supon.,,aaque usted observa que todas lss personas ínscritas en su carso
:-de psicología cognoscitiva se encuentran en la lis-ta del decanc (o lista de honor). A
·

: oorrir de estas observaciones, usted podría razonar inductivamente que tod-Os los
estu�
'" '_ dianJ:es ínscritos en pslcolc·gía cogncsc1ti"\'<l enos
" \o por lo m
- son excelentes estudiantes
f<. --_con calití.caciones que dan esa impresión ). Sin embargo, a menos que -pueda consi erar d
, [o; promedios de calificaciones de rodas las personas que r1u11ca han cursado o incluso no
.� tcrnarán el curso de psicología cognoscitiva, será incapaz de probar su conclt1sión, Más
aún. un solo esh..:diante con bajo desempeño que se inscriba en el curso desmenr.iri'.a sa
cor:.clusi6n, De cualquier manera, después de un gran número de observaciones, podrfa ­
concluir ql1e ya ha cons�derado las suiicienres para razonar inductivarnente.
El principal enigma de la inducción consiste en cómo podemo:; hacer induccio11e$.
Como el futuro no ha llegado1 ¿cómo podemos predecir lo que vendrá? Existe tarrihién
un nuevo acertijo de la inducción (Goodman, 1983). D<idas las posibles alternativas f'.i­
turas, ¿c61no sabemos cuál prede-.:ir? Por ejemplo, en el problema de series de rüimeros 2,
4, 6, ? la mayoría de la gente r�mplazarla el sigrto de interrogación con un 8. Peto ne
podemos Sdber con seguridad que el número correcto e.s, el 8. Podría proponers€ '.ffia ­
fórmula raaremátíca que produjera cualqi.:.ier nún1ero que fuera el siguiente. Asi1 {por qué _
elegir el patrón ascendente de nú�eros pares? (2x, donde x es el entero ascendent.eJ, Er,. -
parre lo eleg'.mos porque nos parece simple. Es una fórmula menos compleja que otras
que podríamos escoger, ·y· en parte l-0 hacemos porque nos es familiar, Estamos acDS­
tumbrados a series ascendent:'.s de n!'.i.meros pares, Pero no estamos habituados a ottas
complejas secuencias en las que 2, 4, 61 puedan in.serrarse, por ejemplo, 2, 4, 61 10, lZ,
14, 18, 20, 22, eccétera.
En esta situació;;l y rr:1lCI'as otras que requicre11. razonamiento, no se proporcionaron
premisas obv·ías o claran1ente establecidas, :elaciones seguras entre los e1eme:1tos, Tal
información podrla condu.cirlo a ded11cir una conclusión i:1Jalible. En su ause11cia, usted
no peed e · ded'.lc:r una conclusión válida de manera lógica. En estas circunsta11cias se -
necesita una clase de razonamiento alternativo. El razonamiento :nd11ctiv-o in1plic:a re·
flexi6n donde no existe u..ta conclusión lógicamente seg-.1ra. A menudo implica rnronar
a pa:tir de hechos u -0l\ServacL()ne.s especíúcos para llegar a una ccnclusión general qllé
pueda explicar los hechos.
El razonamiento •nd-u.ctivo forma l-a base del roétudo -empfricu, En él, no podemQi
saltar de manera lógíca de señalar '"]Odas las instan cias observadas de X son Y'' a dectr,
"Por lo tanto, todas las X ;:on Y'', Siempre es posible que la siguiente X observada no sea
Y. Es más, sin importar e: rtúmer-o de ol�servaciones o la solide: del raz0namiento,
no pueden demostrarse corrclus.iones l:m..sadas de forma inductiva. Tales conclusiones $6ln
pueden apoyarse, en menor o n1ay·or grados, por la e•,-ider1cia disponible. Así1 volvem0-s -
a la necesidad de consíderar la probabilidad. Quien razocta induc.tivameate debe e.stabie- _ ·
cer cualesquier conclusiones sobre una hipótesis en térmir.os de probabilidad. Algunos
ejemplos "Hay tU1a posibilidad de 99% de lluvia para ma:C,ana" u bien, ""La probabilidad
e;; sólo de: 0.05 de qué la 11ip6te-sis nula sea correcta :al afirrr"ar que e&ros hallazgos son

resultado de 1a variación aleatoria".


Quizás tos psicólogos cognoscitivos estén de acuer.C.o en al menos dos de las ra1,01\es
de por qué las personas utilizan el razonamiento inductivo, Primera, :es a·yuda a ser cada
vez más capaces para entender la gran variabilidad de su medio. Segunda, también con- -
tribuye a predec:r eventos e11 su medio, redctclendo su incertidumbre, Así, los psicólogos
cognoscitivos buscan entender el cómo en vez del fA7t qué del razonamiento inductivo:
Podemos (o no) tei\er a:gw1 dispositivo de adquisíción de esquemas. Pero cíer:-amenre
no nacimos con codas las inferencias que mar_ejamos para inducir. Hemos dado a er.tender
que el razonamiento inductivo implica a menudo los procesos de. genecaclón y prueba
_

de hipótesis. Podemos además entender que logramos it\ferencias al generalizar algun.ao _ ,


comprensiones de un conjLnto de insta11cias específicas. Conforme ob servamos casos ..,.­
adicionales, p(:idemos ampliar nuestro ente".).dimiento. O podemos inferir excepc:'.Y
nes especializadas al entendimiento genera:. Por ejem.ple, después de observar algunas
pocas a\'es, podemos infe1ir q:..<e éstas vuelan. Pero después de observar pingüinos y aves�_
truces, podem<:>S añadir a nuestro CC.'nocimien:o generalizado las excepciones especíaliza­
dzs de av·es que no vuelan.
515

Duranre la generalizac[ór1, observamcs que 1as propied ades particulares \7arfan _iuntas
l- entre ::live:rsas instan<:: ias de U:cl concepto, o podemos t'Jhservar que los procedimientos
§ paniculares co·varían en'.:te d:;ferenres sucesos. Entor,ces, podem os inducir algunos prin·
cípios genetales para esas correlacione�, El gran er,igrn.a del razonamiento induc tivo es
! cómo
�- hacemos para infer ir principios generales útiles basados en un inmenso número de
f obsen,·aciones de e.o-variación a1 que t:ktamos constantemente e�,,:puestos. Los seres hurna­
¡_. nos no recunimos a la induccíón Ct)n capacidades cornpuracionales asombrosas para
§-_ ..:.alrular todas las posibles covariuciones. Ni poderr.os derivar inferencias de sólo las co�
�- varlaciones má$ frecuentes u más factible:s, Má$ bie11, parece que nos aproximamos a esta
ta:ea com-0 lo hacen1os cor: muchas otras actividades cognoscitivas. Buscamos atajos.

�t·. ---
Qiienes razonan inductivamente, al igual q:ie quienes lo hacen de forma probabi;ística,
J , •.isan la heurí.st:ica. Son ejemplos el heurístico de representativ!:dad, de disponibilidad, de
·!- la ley de los grandes r1úmeros y de excepcionalidad. Cua11do aplican1os el heurístic<)
de e:r:.cepcionalidad, prestarr.os parricular aten(.i611 a eventos inusuaies. Cuando dos su-
j: cesos extraordinarios ocurren juntos o próximos uno al útró, tendemos a suponer que los
dos ev·e11tos están conectados de alguna ro.anera. Por ejeulplo, podr íamos inferir que el
primer hecho inusual causó al segundo (H-olyoak lj Nisbert:, 1988).

Uegar a inferencias causales

, U11a aproximación para el estudio del razonamiento indttctivo consiste en analizar las
inferencias causales! esto es, cómo las personas hacen ju:cios sol:-re si algo causa al_go más
_

:_ ' _
íCheng, 1997, 1999; Cheng y Holyoak, 1995; Koslowsk i, 1996; Spellmtin, 1997L Uno
de los primeros lnvesrigadores �n prapo;ier una teoría sobre c:5mo la genre formula juicios
wusales fue John Stuart Mill (1837). El sugirió una serie de cánones, principios heurís�
tices arr1pliamente aceptados en los que la gente puede basar sus juicios. Por ej emplo.
uno de los cánones de Mill es el método de acl1.erdo. Éste imp!ica hacer listas separadas de
posibles cauSl1s preser1tes y ausentes cuando ocurre- un dooterm1nado resul tad(). De todas
la!; causas p:>Sibles, sí sólo una está present:e en rodas las ir..stancias del resu[:ado derermir
:i.ado, el observador puede concluir inductivatrtente que un motivo preser.te er: todas las
.,
:r ·
-
instancias es la causa verdadera. Esto es, a pesar de todas las dífurencias eritre las posft. les
, , cau53s, existe un acuerdo en términos de una causa y un efecto.
-'l
'.-> Por ejemplo, suponga que un número de personas de determinada comunidad con-
, - trajo hepatitis. Las autor idades locales Ce salud intenLarfan averiguar todos los medios
>, posib,es por los que cada infectado hubiera contraído la enfermedad. Ahora suponga que
:: tod0S viven en d iferentes vecindarios, comp:-an en diversas tiendas, consultan a diferen�
:-:� ·: tes tLéd.icos y dentistM y, llevan -vidas muy variadas, pero todos cenaror. la misma noche
" :': '.!fl el mismo restaurante. Tal vez las autorídades de ialud de forr.:ia inductiva concluirían

"{ti<' las personas contrajero:i. hepatitis mientras co1:r1Jan e..'1 ese restaurante.
-" ' , Otro de los cánones de i\1iil es el método de difererv.."i:;, En éste, usted observa que
' .
-, 'rodas las círcunstancias en !as que vcurre un fenómeno dado so11 íguales en las que no
·

,-.wcede, exceplo por una fonna en la que Cifieren. Por ejemplo, supon ga que un grupo
-; ''particular de estudlantes vive en el ffiÍ$ffiO dormitorio, comen los mismos alimentos en
,
··;; >IR mismos comedores, duermen en el mismo horarlo y toman [as m is:nas clases. Pero
: -algunos de los esrudiantes acuden a :Jn grupo de diGctisiór• y orros asisten a otro. Los es­
>, ·
, tudiante:; del grupo de discusi ón A obtienen 10, pero [os del grupo de d iscusión B obtier
;_r:en 7. Podrtamos concluir inducti.,·amente que algo sucede en los grupos de díscusi6n
--,:- �' ?.re lleva a esta diferencia, ¿El método st;enz familiar? Si el observador manipuló los
-�' diversos aspecto s de este i;nétod�), éste podría denominarse experimento empírico: man-
� ''rendr(a constantes tocias las variables
.
excepto una. Manipularía esta variable para obser�
)
't• '
, .
'
Observaciones de un anal ista de mercado en relación a fobriccrtes de cosméticos

Con base en la información dada, ¡cómo detenll inaría la causalidad?

Coinpsft{a l El personal de oficir,a de la comp:ai\ia organizó y se unió a un Hubo una carda drástica en el valor de lru
sindicato. El producto más importante de la con\pfli\[3 est3ba acciones de la compañfa.
bajo sospecha de set cancerígeno,
Compsfiía 2 El personal de oficina de la compañía no se organc:6 ní se Hubo una caída drástl.ca en el valor de las : -
unió a un sindicaro. El produ.::ro más i<nportante de la acciones ¿-eo la compaftía.
com¡::®La estaba tajo sospecha: de ser cancerígeno.

Ccmpañ(a 3 Se rastreMon contribv.cione:> ilegales a la cam¡:1lfia de lo.s Ne hube una calda dtá:>t1ca en el valor dt
gerentes de la compañía. El producto roát decisivo de ia las ac.::iones dE ia compañftL ',-;
cotnpañJa no escaba bajo sospecha de ser cancerigwo.

var si se .
encuentra distintivamente asociada con el resultado predicho De hecho, el , :) ·

razonamiento inductl'vo puede CQnslderarse como una prueba de hipótests (Bruner,


Goodnow y Austin , 1956 ),
Ln estudio investigó ínfe:encias causales dando a las personas escenarios como los :­
mostrados en la tabla 12.6 (Schustack y Stemberg, 1981). L,os parric:ipanteS tenían qué , t0'
usar la información que describía las e-0nsecuencias en cada Cürí'.paftía. Necesitaban -
pensar cómo caería el valor de las acciones $i el producto principal do;;: la empre,)3 estu­
viera bajo sospecha de ser cancerígeno. Las personas emplearon cuatro porciones de in·:
formación para formular juicios cau.)ales, corno se muestra en la tabla 12. 7. Ert concretoi _ ­
tendieron a con firmar que un evento era causal de una de dos m..'l.neras. La pritnera �e , ,,;
basó en la unión de la presencia del posible evento causal y el resultado, La �egur-Oa, 1 .:
se fundamentó en la unión de la ausencía del posible evento causal y e:l resultado. Ten�'_;_;:;]·
dieron a :to ratificar Ja causal :dad de un suceso antecedence particular tambib de do$- <'�
maneras. l}na se basó en la presencia del posible e"';ten:o causal pero ..:.on la ausencia dei
.
resultado La otra se basó ell la ausencia del posible eve:-ito causal pero con la preM:nct? ,
del resultado. De esta forma, las personas p11eden ser racionales al formular juicios cinr. �:�
sales. Sin embargo, caernos en diversos em.)res comnnes del razonamiento inductivo. Un'':
desatino común de la inducción se refiere a la ley de los grandes númerOJ.;, Bajo ciertil.S<·.>
circunstancias, reconocemos que un n1Jme_ro mayor de observaciones fortalece la proba:. .;;
,
bílidad de nuestras conclusiones. En otras ocasiones, siri. embargo fallamos al considera:·:.�
el ramaño de la n1uestra que hemos observado cuando evaluamos la fortaleza o f'.1"Vbab\; -.f
lidad de una lnfetencia vJ-rtit.'Ular. Además. la mayoría de nosotros tie11de a ignorar-/&'.;'%
,
lnfonnación de tasa base, Por el contrario no..� enfocamos en las vari aciones inusua:eiJ {}:-?
en las ar.écdotas destacadas. Estar COt)SCientes de ese.o& errores puede ay11damos a mejorar·-�\
nuestra toma de decisiones,
Quizás nuestra mayor falla es aque l la qt1e engloba a los psicólogos, otros científico.�.--��
y a quienes no lo son: demostramos el sesgo de confirmación, lo que nos lleva a errores: ·:;·:
como las correlaciones ilusorías (Chapma.n y Chapman, 1967, 1969, 1975). ;\demás1 con''.;:
frecuencia cometetnos errotes cuando inte11ta1nos deterrriinar la causalidad e.en base en, , ..
la evidencia de correlacióÍl por sí sota. Como se ha afirmado er1 va:ias ccasicne:;1 la evJ; ; )
.
dencia correlativa no puede indi car la dirección de la causa Suponga que observamot:::·
una correlación entre el Factor A y el Factor B. Podemos encontrar una de ::res cosa,(.�
Primera, puede ser que el Factor A cause el Factor B. Segunda, puede ser que el Fact� B-:j
cause el Facto:: ,A,,,. Te::'.'i:era, algunos Factores C de orden superior pueden causar la .xtt'.:."'
rrencia de los, Factores A y B.
fuaoru>mteruo inductivo 517

Cuatro bases para inferir causclidad

Aun las personas que n-:) son lógicas apHcan con frecuencia la información disponible de manera eficaz
cuando evalúan la -causalidad.

ilmRENCIA
CAUSAi. EXPLICACIÓN IEJW.PLO

Cont1rmaci6n La presencia del posible St tln evento y un resul­ Sí alguna otra compaftía tiene un prod.ucto impot�
evento-causal y el resul· tado tienden a ocurrir tan.te cort mspechade ser cancerígeno y sus acciones
tado. junt:Js, es más proY.ible cayeron, �e ?'ll" de hechos aumentarla la creencia
que la gente crea qc.e el de que rene: :;.n producto relevante considerado
suceso causa el '."esu:n:ido. como cancerígeno, deprime el valor de las a.::ci<r,te;.

La ausencia del pos;hle Si el resultado no OCl.lrn' Sí las acciones de ottas compstiías no han caído
evein.o causal y el resul­ en ausencia del po::.ible cuando no han tenido producoos cónsiders�
tado. evento atUS)\l, es más como cancerígenos, enronees la ausencia de can·
c..erígeoos entre los ptoducros rrM i.mzxntrintes y
1
probable que la gente
crea que el evento l1:i, cafda de las acciones es oor lo men05 consistente

i provoca ei resultado. con la noción de que tener un proch1cm cw."'.lSide·


cado cerno car.cerlgeno pcdrút provocar :a caída

.:-¡
del val-::ir de las ru:ciones.

1 l�o confirmación La presen;:ia &l posib;-e Si el postblé t:ventc cau� Si otras compaftías han tenido productos relevantes
. evento causal pero la au� sal está prf:.'Sent� pero no considerados como canCerígenos pero i¡u.; acciones
sen.:ia del resultado. el resultado, entonces se no han caído, sería más probable que la gente conc
considera como menos cluyo,ea que tener un producto importante coruide·
probable que el suceso rado como cancerígeno no conduce a la caída de k1&
conduica o:l resultado. preciOG de las- acciones.
1-���·���1--���· ····•
No conf.rmac:ón La ausencia del posible Si el resultado o<:.urre en 8i otras compañías }i_an tenido una caída en el pre­
evento causal pero la áuSencia del po�ible cio de las acc:íon� sin rener prodx.cros considerados
pr�encia del re.s'..LltaC.o. evento causal, en:or\ces cancerígenos, st.ría men();S prob;;.ble que la gente
se estima como menos infiera qt:e re:.er un ?reducto constderado cancerí·
probable que e: suceso geno conduce al ¿ecre:ner.to en les precios de las
condmca al resuh:ado. ar.clones.
(Esra regla es uno de loo
cánones de }.1¡1l )

Un error relacionado ocurre cuando fallarnos al reconocer qu.e n1uchos fenómenos


·>' ; :tenen múltiples causas. Por ejen1plo, un accidente automovilístico a m�nudo involucra
> : diversas raz()nes; puede haber sidc originado por [a negligencia de varios conductores, no
-¡ J ió)o de uno, lJna vez identificada una de ias causas sospecho.sas de un tenómeno, pode�
�, i' !»OS cometer lo que se conoce como el error de descuento. Detenernos la búsqueda de
:� '-alternativas adicionales o de <.:ausas contribuyentes.
·: . El sesgo de C()nfirmación puede tener un efecto más irr,portante en nuestra vída

. ·:·ÚitidÍana. Por e.jemploi podemos conocer a alguien, esperando que no ses simpácico.
- 7 ;: C-Ot:lO resultado, podemos tratarle de forma diferente de la que lo haríanios si esperáramos

---� �-fuera agradab le . Er-.tonces la persona puede respondemos de manera menos favorable.
-\. '.-Po� lo tanto, la persor1a "conhrma'• nues(ra creencia origin al de que no es simpática. Así.

�go de confirmación puede jugar un papel n1ás decisivc en !a escue la A ::nenudo lC* ,

; ¡llúfest.>res esperan poco de los estudiantes cuando piensan que tier1en escasa capacidad .
Entonces los alumnos rit1der1 poco. Las creencias originales de los profesores son por lo
:anro, "confumadas" (Sterri.berg, 1997). Este efecto se conoce como la profecia de auto·
cumpl.tmlento {Harber y Jussin, 2005 ).
Se ha investigado sobré la relación entre la inforr1ac16n <le cov·ari:ación (cortelac1ón)
y las inferencias causales (,A.hn y colaboradores) 1995; iüm y Bailenson, 1996). Para que
algur:a ittforrnación contribuya con las inferencias causale.s, debe estar necesru:iamcntt:
correlacíonada con el evenro. Pero esta ir,formación de co\·ariac.ión no es s1..r!lciente para
irr•plicar causalidad. Estos investigadores propusieron que la informac1ón de covar1oc16n
también debe brindar ciaros sobre un oos.ible mecanismo cawx.l para que la informaci6n
co11trlbuva con las inferencias causal�. Considere su ejemplo, Al mtentar determina:- la
causa deÍ acc idente autooovilístico de Jai1e la noche anterior, podría usarse sólo infor­

mación de covarlación. Üri ejemplo podría ser, "Es más probable que Jane sufra en acci­
dente" y "Era más probable que hubieran ocuriido accidente.�. la noche anterior". Sin
embargo, la gente prefiere informaciÓl\ especfficr sobre los mecanismos causales (Ahn y
colaboradores, :995). 'Cn ejemplo podría ser "Jane no traía los anteojos la noche- ar,re­
rior" y "f.,;; carretera estaba resbalosa'', al hacee atribuciones c,ausales sobre la información
que se relacione solamente con -el evento del accidente actomovilístico. Las últint1tS �
porciones de Información sobre el av::idente de J:me pueden considerarse información de
covariación, pero las descripciones proporcionan además datos del rnecanismo causal.
En el capitulo 8, revisamos el modelo de conceptos basado en la teoría. Las recrías
de la gente afectar, no sélo los conceptos que tienen, sino también las inferencias cau.ia­
les que hacer;. c::m estos conce.ptos, Considere un con1unto de esr:ldios que investigan
cómo los psicólogos clínicos ltucen infere:icías sobre los pacientes que llegan con dtver� ­
sas clases de trastornos. Po:r lo común, usan el Diagno5tic and .Si:atistical Manual oftv{entd
Disorder.s (cuarta edlc�ón; DS!vf�N, Asoci ación Psiquiátrica ...\mericana, 1994) para ha­
cer tales diagnóstícos. El DS�\.f�I\/ es ate6rico, En otras palabras, i10 se basa ea la teoría.

En cinco experimentos, se pidtó a los clír:.icos que diagnosticaran pa:cientes con trastor­
nos que fur:tan causalmente ce11trales ::¡ periféricos en relación con sus propias tecrías
sobre los trastornos. Fue más probable que los participantes diccarninaran a un pacien�
hipotér:co con 11n trastorno si éste era causalmente central para el sistema de creenci;f;
del clí:r,ico. En otras palabras, las teo:ías itnpllcitas propias de los cl:r,icc•s alteraron el - -
DSM-fV en su diagnósric<).
El modelo de categorí.zac!ón basado en la teoría ase,,.era que los conceptos estát\ re- ,
;iresentados como teorías, no como listas de características. i\sí, es interesante que ¡;: _ --­
DSM-IV holjla establecido l1nean1ientos no teóricos para el diagnóstico de trastonl.O>'
mentales. Ctnco experimen(os investigaron cómo mattejarcrc los ch'.n1cos una nosología
no teórica (Kim y Abr., 2002 ). Los in''estigadores emplearon una variedad de métodos
para deter1ninar las teorías implícitas. perwnales del trastvrno. De esta forma, es; p;.>sibie : --,
descubrir la.� teorías causales de los clínicos sobre los ttasromos. Luego se midieron taS
respuestas de lc'5 especialistas a tareas de diagnosis y memori2- Lo interesante aquí es
cómo decidieron si el paciente le aquejaba un trastorno particular. ¿Usa:ror: principal- - '_
merite ei D™-JV, el rnar:ual de referencia estár.dar par'ct el can:1po? ¿O utilizaron sus-':
propias teorías causales sobre trastornos? Fue más probable c111e lJs participantes diagnos­
ticaran a un paciente hipotético <:on un trastorno si el pacieP.te lnosr:raba síntomas cau- - ,__
salmente centrales en vez de periféricos a su teoría del trastorno. Er. otras pala�s1
conforme más q_usalmente cencral era el dlagnósr:ico para su propia te{1t(a implícita, m3s _­
probab:e era que dieran ese dictamen en respuesta -a un conjunto de síntomas. Su rt· , "'
cuerdo Je los síntomas causalmer,te centrales fue mejor que el de los síntomas causal�
mente periféricos. Así, les clíniccs aplicarort sus propia!! teorías causales implícitas aun
cuando ya tuvieran décadas de práctlca con el DSM no teórico. Este conjunto de estudies.
R:uonamic:t:ro tndu<:tivo 519

proporciona gran evidencia para la :ioc1ón de conceptos bas.ada en la t,eoría, revisad-a en


el capfruio 8. Pero también muestra que esas teorías no sólo están en la mente. Se usan
activamente cuando razonamos causalmente, Incluso les expertos prefieren sus teorías
causale::; que un trabajo de referencia estándar en su campo (DSM�IV).
L.TI punro de vista alternativo es que la gente actúa como los científicos novatos al
plantear entidades no observables de poder causal teórico para explicar covarlaciones
ob...��ables (Cheng, 1997}- ?or lo tanto, las persotlM son algo racionales al hacer aui�
buciones causales basadas en los tipos correctos de informac:ón de covariación,

lnferentias categóricas
¡Con base en qué infiere la gente? Por lo general, las petiionas usan est:ategias ascenden�
(Holyoak y Nisbett1 1983}. Esto es, utilizan infot111ació11
·:'
tes y d�ndenres pata hacerlo
de sus expecier1cias sensoriales
información basada en lo que ya saben o han inferido
e.
_ a.n.tes, Las estrategias ascendentes se b asan en la obsen·ac1ón de diversas instancias con�
-

si(erando el grado de variabilidad enrte ellas. A partir de es:as observaciones. abstraemos


ll!t prototipo (véanse capítulos 6 y 9). l.Jrta \•ez que se ha 1ri;.:l.t1cido uri. prototipo o una ca�

tegoría, el i11dividuo puede ern_plear una muestra objetivo para ag"eg:ar nuevas instancias
hi categoría, e11fo::: ándose prínci;>almente en las ptopiedades que han proporcicnado en
a
el pasado úríles distinciones. I�as e�ttateg!as de5eendentes incl11yen la �úsqueda selectiva
.
-� :
': .de cons:antes dentro de conceptcs y categorías variado:_¡ y select1vamente combinados.

' ltaxonamiento por analogía


:21. razonamienrv indttctl\�o pt1eJe aplicarse a 1.lna más amplia variedad de situaciones
:: ·

-_ ¡;: .
qLte lo que requieren las inferencias causales o categóricas Por ejemplo, el razonamiento
:. mductivo puede apli-cox-se al razonamiento por analogía, Considere Utl p:toblema de ana�
:Ogía: "El fuego es al asbe,---ro lo que el agua es al a) vinilo, b) aire, e) algodón, d) grifc1". En
: _clruonamfento por ar,alogfa, quien razvna debe observar ei primer par de ftems ("fuego"
: ; '.- 1 sasb ---to") )' debe ir,ducir de éstos una o más relacione::: (en este caso-, la resistencia de
::! -
� - !a superficie porque las superficies recubiertas con asbesto pueden resistir el fuego). El
·' que razona debe ento:tCes aplicar la relación dada en la segunda parte de la analogía. En
_ -

;\ ··-la 3Italogta ejet.:iplo1 quien razona elige que la solució n es "·,,·inilo" ¡::orque las superficies

:ecubiertas con ;•inilo pueden resistir: el agua.


·
Algunos investigadores han usado la metcdología de (iempo de reacción para enten�
--- i:der cómo la gente resuelve problenas de inducción.. Por e;emplo, utilizando modelos
(rtm.temáticos yo fui capaz de reducir el tiett1po que los participantes ínvirtiero11 en diverr
F·f,,1$ procesos de razonamiento analógico, Encontré que la rr,ayoría dei tierr.po utilizado en
\, roo!ver analogías trei;bales simples se dedica para codi6car 1os ::érmínos y para responder

;.,'<5temberg, !977). Sólo una pequeña parte realmen te invierte el tiempo en hacer ope�
-OCones de ra:zonarr,iento en estas codiiicaciones.
La dificultad para codificar puede ser mayor e:i. diversas an.atog(as mcon1prensibies. Por
lo, en la anaiogJa RATA , ATAR" RAMOo (a. !NDUSTR!A, b. FLORES, e, OMAR
,J .
d. INVEI\.SO), la diiicultad consiste en codificar la analogía con:-,o una que in1plíca 1a inver-
::sión de letras et1 vez de -contenido semántico para su soluci.>.-Sn. En una analogía problemática
w.no HERCÚLEO ' EKCLENQUE " PREVARICAR , (a, CON1RlSTAR, b. BA·
lL\L'NTAR, c. EX.'il'.lf\R, d, EVISCERAR), la d ifcultad está en reconocer los sj¡;·nifíca­
'-dre de las palabras. Si quienes razonan cor,oc:en los signiúca<l-os de los vocablos, quizás
', �naarán con relativa facilidad entender que la relación es c1e antónimos. (¿E$te- ejemplo
-. .: tx3.!ró de ffit)do hercúleo sus dificl11tMes para resolver problemas que ir:cluyen analogías?}
520 Capi�ulo lZ • Toma de decisiones y razCT1amiento

Una aplícaciDn de las analogías en el razonamiento puede notarse er. la política. Se_
ha observado que las analogfas pueden ayudar a los- órganos <le gobiem.() a llegar a con·
clusiones (Breuning, 2003 ). Asimismo, se ha argumentado que estas analogías pueden ser
11sadas con eficacia ?ara expresar al públicc la justificación de la decisión (Breunirig:,
2C.03). Sin embargo, el use de analogías no sien1pre es ex itoso. Por ejemplo, el error de
no haber logrado un resultado diplomático en Kosavo en 1999 pudo haberse debidó a la
selección y uso de una analogía inapropiada (Hehlr, 2006). Estos hallazgos resaltan
-
la utilidad y los posibtes escollos al servirse de analogíM en la reflexión política.
En 2007, les oponentes del presidente Bush apl icarot\ una analogía de \!ietnam p.axa_
discutir la retirada de Irak. Ellos afirmaron que el error de 1as políticas de Estados Unidos
que condl1jeran a una victoria fue análogo entre Vietnam e Irak. Bush rnodiiic6 las c�as
usando una analogía de \-'ietr1am paro d lscutir que la retirada de Irak conduciría a WIB
gran mas-acre, como afirmó que sucedió en \'ietnam cuando los estadounidenses sal1ero..1. - -
Asf, las ar.alogías pueden terminar según el ctísral con que se mire en vez de sobre Jos·.
elerr.entos reales que se comparan.

Desarrollo del raz@n;;¡miento inductivo


Los niños pequeños no poseen las mismas habilídades para el razonamiento inductivo que- .
los niños mayores. Por ej emplo, un pequeño de cuatro años parece no indtt1.."'.ir principlci. _..
biológicos generalizado;;; ;;obre los ar\in1ales .::uando se le ofrece ínfom1ación especí:lica
sobre animales individuales (Carey, 1987). Sin embargo, cerca de los 10 años es muc}tD '_.;-·
·­

tnás probable que le· hagan. Pot' ejemplo, si a niñ-0s de cuatn) años se les indica que loo -
perros y las abejas tienen ttn órgano parttcula.r, los infantes continúan suponiendo q;lé
sólo los animales que son mi..;y similares a los perros o a las abejas tienen este órganc y loS ·.,-.,
otros no, En contraste, :Os n:ños de 10 años inducirían que si los ariimales tato diferente> ··;
como los perros y las abejas tienen este: órgano, es r:l.Uy probable que muchos orros lo ce�,;.>';':
gan tan1biér1. Incluso los niños de lC años tienen más probabilidád que los de cuatro d'e· ,"t
mdticir principios 'oiológicos que unen a los seres l-ii.1rria:ios
. con otros anin1ales, "'l�
En la misma lfue.$., cua::ido los niños de cinco años aprer1clen nueva información ·::
sobre una clase especL"Í.ca de anlmal1 parece que la añaden a sus esquemas existentts_de ,�;
la clase particular de animal ;¡ero no n1odifican sus esquemas globales de los animales Q .::5.
de la biología como un todo (véase Keil, 1989. 1999 ) . Sin embargo, los niños de p�imero:_;¡;
y segundo grados han mos1:rado una capacidad para ele-gir e i nclusfJ generar de manerá,7;'.(
espontár1ea pruebas apropiadas para reur. ir evidencia indirecta para confirmar o no hip& ;��
tesis alternas (Sodian, Zaitc.t.,.ik y Carey, 1991). -::�·y,¡;
Incluso los niños de tres años part:cen inducir algunos prir1cipios generales a partirée--X ]
observaciones espe<:ílicas, en particular, aquellos que per:er\ecen a las categorías tax-vncY:i¡f
micas de animales {Gelman, 1984/1985; Ge lman y 1-·iarkman, 198?), Por ejempio1.I&i ;+
preescolares fueron capaces de inducir principios que atribuyen de fcrn1a correcta la Catlli·l::/{
·

de los fen6roenos (como el crecimiento) aprocesos naturales en lugar de a la ínrervení'.i&i:��:I


·

hcmana (Gelman y Kremer, 1991; Híclding y Gelrr,an.. 1995). En el ttabajo relaci=dó,


; los pi:eescolares fueron capaces de razonar correctamenr:e que era más probable que .
1 mirlo se comportara como Ull flamenco i:iue c.omo un murciélago porque los mitl05
.
yJ=" ·
�­

1 flamencos son ª'-'es (Gelman y Marlanan, 198-7). Observe que en este ejemplo, lospr�:f
1 colares '\'an en contra de su percepción de que los mirló$ se parec en n1ás a los m - ,,
que los flamencos, en -vez de esto, basan su juicio en el hecho de que ambos oon-_ -
·

(aunque el efecto es más nlarcado cuando el término c.'lJe también se usa tmto P'dní�,'-�-;�
flamenco cómo para el n1írlo). Sobel y Kir � m (2006) ampliaron estos hallazgo� aP��
de 24 meses de edad. Además, estos experimentadores demostraron el razonaffilerttQ,.�JI
. ;I
Llfla visiór. alternativa del raz.onmnientc. 521

, hasta de ocho meses- Los infantes de esce estudio fuero:i. capaces de predecir la
íón espacial de un evento futuro con base en la observación de sucesos previos.
',:,: l\.unque el propósito de las palabras es, en esencia, expresar sig11ificado {p, e,, señalar
-perro usandv la palabra perro o a un flamenco empleando la palabra flamenco), existe
,, · encia de que el proceso no es totalmente direccional. A veces los niños utilizan
e':
cuyo sig11ificado no entienden y sólo adquieren gradualmente el significado
trecto después de que har. comenzado a servirse de elles (Kes'ller Shaw, 1999). Nelson
_ 999) se refiere a este fenómeno como "uso sin sign1ficado".
, Otro trabajo apoya el punto de vista de que los pree scolares pueden to1nar decisiones
-l!!:lh bare en principios g-enera�es in<luci,:ios más que en la ap arienc ia percéptual. Por
_tiemplo, pueden inducir categorías taxonómicas basadas en funciones {como los medi<)S
pa¡a respirar) más que en apariencias perceptuales (como el peso aparenre}( Gelman y
'Markman, 1986}, Cuando se brinda información sobre las parres inremas de los objetos
,
'En una categoría los preéscolares también indujeron que es probable que orros obje�
'100 de la n1isma categorfa tengan las mismas paIW$ internas (Gelman y ó'Reilly, 1988;
;:viare también Gelrrra n y Wellman, 1991).

Sin embargo, cuando se inducen principios a part'.r de información puntual, los
iJtttescolares pequeños tuvieron más probabiliciad que los mayores de enfatizar caracterís�
·;;,tu:as superficiales externas de los anima les que de dar una portdera<:ión a los atributos
,
¿_:f;:v:ionales o estructurales 1n:emc-s-. Incluso. dada la misma Jr formacíón específica, los
-�niños mayores parecen inducir inferencias más fértiles respecto a l:m propiedades bioló�
;gkas
- que los niños más pequeños (Gelman, 1989).
r Es imporrante mantener ambas formas de conocimiento, basado en la apariencia y
,
,-:en los principios para el uso flexible entre difere11tes siruacior,es y dominios (Wellman
''1 Geltnat\, 1998). El conocimiento sobre las relaciones funcional es in ternas y profundas
-

.' es <:rucial para inducir las propiedades de los objetos . Pero la simili tud en apariencia
,; 'también es decisiva baje ciertas circunstancias. La adquisición del conocimienro se <lesa­
- :,rrolla mediante el uso de marcos de referencia de teorfas o modelos para obtener inferen.­
<cklssobre el medio en di\•ersos dominiw (come física, psicología y biolog(a} (Wellman y
_:'Gebnari, 1998). Numerosos estudios demuestran la adquisición rápida v te:npra-"l.a de la
,�pencia en los niños en 1s comprensl.Ón de los objetos fú:icos y las relaciones causales
'erttre eventos, las entidades psicológicas y el razonamiento explicativo causal y las enti­
dat;tes y fuerzas biológicas. Los cambios en el raronamier.to sobTe lrn;: factores de estos
-dominios parecen mostrar un mejor entendimiento del vínculo entre las apariencias y los
'"principil>s funcionales más profundos. i\sí., los niños usan el conocimiento fundamentado
;_de:1tro de diferéf\tes dóminios para consuuir un mateo d<: compreruión del mundo.

. Una visión clternativa del razonamiento


,'-- Para este momento usted habrá inferido razortablerr1ente que los psicólogos cognoscitivos
) menudo están en. desacuerde, a veces de forma acalor da, sobre c6mo y por qué la gente
a a

1_ _mona como lo hace. Se ha propuesto una perspectiva alterna sobre el razonamiento.


; Consiste en q-ue pueden distinguirse dos sistemas complementarios de razonamiento. El
: -pr!mero e5 un sistema asociativ·o, el cual involucra operac ion.::s mentales basadas en se­
, :nejaru:as observadas y contigüidad :emporal {es decir, tendencias de las cosas a ocurrir
,, 'ctrcanas en el tiempo). El segundo es un sistetna basado en 1 eglas, el cual implica mani�
__pulaciortes fundamentadas en las relaciones entre símbolos (Stoman, 1996).
522 Capítulo 12 • Toma de decisiones y razonamiento

El sistema asociativo puede llevar a respuestas más veloces que son muy sensibles :
patrones y tendencias generales. Mediante este sistema detectamos similitudes entn
pautas observadas y patrones almacenados en la memoria. Podemos prestar más atenciór
a características sobresalientes (p. e., muy comunes o muy inusuales) que a atributm
definitorios de un patrón. Este sistema impone limitaciones poco rígidas que pueden
inhibir la selección de patrones que son erróneas comparaciones con la pauta observada,
Esto favorece a los patrones recordados que se ajustan mejor al observado. Un ejemplo
del razonamiento asociativo es el uso del heurístico de representatividad. Otro ejem­
plo es el efecto del sesgo de creencia en el razonamiento silogístico. Este efecto ocurre
cuando estamos más de acuerdo con silogismos que afirman nuestras creencias, sean o no
válidos de manera lógica. Un ejemplo del funcionamiento del sistema asociativo puede
ser el efecto de falso consenso. En éste, la gente cree que su conducta y juicios propios son
más comunes y adecuados que los de los demás (Ross, Greene y House, 1977). Suponga
que las personas tienen una opinión sobre un asunto. Es posible que crean que porque es
su opinión, ésta sea compartida y considerada correcta con mayor probabilidad por los
demás. Por supuesto, existe un valor diagnóstico en nuestras propias opiniones. Es muy
posible que los demás crean lo mismo que uno (Dawes y Mulford, 1996; Krueger, 1998).
Sin embargo, en general, asociar los puntos de vista de los demás con el nuestro sólo
porque es nuestro es una práctica cuestionable.
El sistema basado eri reglas requiere procedimientos más deliberados, algunas veces
minuciosos, para llegar a conclusiones. Mediante este sistema, analizamos con deteni­
miento las características relevantes (p. e., características definitorias) de la información
disponible, con base en reglas almacenadas en la memoria. Este sistema impone restric­
ciones inflexibles que descartan las posibilidades que violan las reglas. La evidencia de[
razonamiento basado en reglas es profusa. Primero, podemos reconocer argumentos lógi­
cos cuando se nos explican. Segundo, somos capaces de reconocer la necesidad de hacer
categorizaciones basadas en características definitorias a pesar de las similitudes en
atributos comunes. Por ejemplo, podemos reconocer que una moneda de 7 cm de diáme·
tro, que se ve exactamente como un peso, debe ser falsa. Tercero, podemos descartar
imposibles, como gatos concibiendo y pariendo perros. Cuarta, podemos reconocer mu­
chas improbabilidades. Por ejemplo, es poco factible que el Congreso apruebe una ley.:
que proporcione salarios aauales a estudiantes universitarios de tiempo completo. De ·

acuerdo con Sloman, necesitamos ambos sistemas complementarios. Debemos responder ·


con prontitud y facilidad a las situaciones cotidianas, con base en similitudes observadas ·

y contigüidades temporales. Asimismo, necesitamos un medio para evaluar nuestras res- -


puestas de manera más deliberada. __
Los dos sistemas pueden conceptualizarse dentro de un marco de referencia conexiO:- :.
nista (Sloman, 1996). El sistema asociativo está representado en términos de activación''._·
e inhibición del patrón, que se ajusta de forma inmediata al modelo conexionista. EJ):
sistema basado en reglas puede ser representado como uno de producción de reglas (véast!�:
capítulo 1 1 ) . .:
.

Un punto de vista conexionista alterno sugiere que el razonamiento deductivo pued_e::;;,


ocurrir cuando un determinado patrón de activación en un conjunto de nodos (p. e., aque,·-.;�
llos asociados con una premisa particular o con un conjunto de premisas) implica o-':j;_.
produce un patrón pan::icular de activación en un segundo conjunto de nodos (Rips,'.;(:
1994 ) De forma similar,
. modelo conexionista de razonamiento inductivo puede im{f
ur1 'j_
plicar la repetida activación de una serie de patrones semejantes a través de dive� 0T
instancias. Esta activación reiterada puede entonces fortalecer las uniones entre los
_
nod���
activados. Por lo tanto, esto lleva a la generalización o abstracción del patrón en �:4

,!:�I
vaúedad de instancias.
Una visl.Ón <>ltemat\vadc'. r1nor,arr.iento 523

: i�.·._ Los odelos CJ)Ilexionistas de razonamiento '/ los diversc·s enfoques descritos en e&te
� :tcapí lo ofrecen diversos puntos de vista sobre la int0rwaci6n dispo ible respecto
n1
·
ru a

� ;2'tó1no razonamos y formulamos juicios. En el p:esente, ningún modelo teórico e plica


n

·:<-t:Ca la inforr:i.ación . Pero cada uno aclara por lo menos algún conocimiento de for­
-1- :+_:-fila �at1s.factoria, Jun�...s, las teorías nos ay1-1da:i a entender la inteligencia humana, el
¡ftern'.l del stguier�te y último capítulo,

.. IN�IGAC.6�
>r
. -------
"
---

DE µI .
Primera aparición: ¡Macbeth, 1v1acbeth! Cuidare de M.acd.{tf:f,- cuídate de i.os :hane de
'

l'SICOJ.OGIA.
.
·
COGNOSCITiVA.
- -
"- Fife . Despídete de m(: suficiente,, .

Segunda aparición: Sé sangrier:to, audaz y decidido; néte para destyrecic:r el poder det

' ,¡' �

;:;1
..

-{e
,;,1
>
hcntbre, ninguno nacido de mujer pcdrá daiiar a Macheth .
Macbeth; Entonces t·ive, !víacduff: ¿qué necesito terner de ti? Pero me aseguraré dobie�
me11t::, y asu;niré una obligación cori el destino: i-0s no ·ttivirJs;
pálido temor descansa y duerme a pesar del tr"..<ei-10.
eso u puedo decir qtt'2 el
¡
'

''.j En e;re p&aje, Macbeth de forma equívoca tomóla visión de la segunda apacici<ln
:: ·_ para_ :r.dicar que no ex�re hombre que pudiera matarlo, por lo que audazmente decidió

-�;-j confrontar a Ma-cd uff. Sin er11L")argo, como todos sabemos, fv1acduff nació por cesárea,
;; -:�- por lo que ne cayó en la categor[a de hombres qüe no pudieran herir a 1v1acbetl1. A la
.

l: \.¡
- 1 la.'g::i, Macduff mató a 1-1a;:beth porque éste llegó a una conclusión equivocada cor<
hase- en '.a pten1oníción de la segunda aparic16n. f_.a primera aparición es una adverten·
1
1
-

t ;.:l' ci;:, sobre !v1acduff que debió haber sido tomada en ct.:.enta. J-
;;:'
:-'
- Supo:lga que está intentando ¿ecidir enrre c0mprar un auto SLT\l o un auto subcon1- ¡ -· -
,_,¡ _ f'll.Cto. Le gJsmrfa el espacio del SUV: pero desearía Ia eficiencia del gasto de combusti-

�:¡'
>l ble del subcompact<J. Cualqtti-En que el�ja, ¿ht:o ra elección con:eCtz:l Ésra es una
i0 .. pregun.ta difícil de ponder porque ia mayo:ía de r.uesrras dcci.\'i�1nes se 1-lacen bajo
res

condiciones de incertidumbre, A.sí, permiranos imaginar que cornpró el SLTV. Puede �le­
?-


_:f var a varías personas, tiene el poder para jaiar un remolque en una subida, y al esrar
_'.:¡. stT.tado en 1.lna posición más alta, su visión "iel camino es tr\ucl10 :-nejor, Sin embargo,
1
1
l·} cada vez que llena el tanque de gasolina [e recuerda lo que gasta e>te vehículo, Por otro
:.1 lado, permi r:asenos suponer que corrtpró e[ auto subcompacto. Cuando recoge amig<JS en
·,·1-. él aercpuerto, tiene dif.cultad para mecerlos a :odos cc.n su equi-paje; no puede jalar re·
J.. :n::ilques en subidas (o por lo menos, no ton fácilmen:e) y se sienta en una poslción tan
< �'.j baja que si ruviera una camioneca enfrente, difíciltnente p:xlrta ver el camino. Sin em­
·•

!.
bargo, cada vez qi.;e '.lene el tanque de gasolina o escuche a alguien cor, una camioneta
-
-f .
quejarse de los costos pa!'a llen:; r su ranc¡ue se dará cuenta lo poco que usted l1a p0.gado.
-;. ; J � nuevo, ¿hizo la elección corree:?.? No exLSten respuestas l:uenas rti malas para ta
,
, . mayoría de las dt: cisiones que tornarnos. Usamos nuestro mejor j4icio al momenro de
:.j.m..-estras decisiones y pensarnos qt1e son n:iá-s correctas qlte incorrectas en vez de deflni­
I_ 1
' tivarr.ente acertadas o desafortunadas.
�·����-�
����- �
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Neurociencia del razonamiento

·
. ':-ar.to en la(Bsolución
Jrefrur.tal nge
de
u
problenias como en la toma de dec;siones, el proceso de razona:mien ro implica la oorte-¿a
20()4 ). Más aún, el razonamiento iaclu-ye las áteas cerebrales asociadas con
y colaboradore.s1 \
'h mernoria de trabajo, como los ganglios b8-Sales (l,.1elrose, Poul1n y Stem, 2007)_ Los gangl ios ta.sales esrán J
tl
' ·

involucrados en una variedad de funcicnes, abarcando la cc¡gnición y el aprendizaje, Esra región también c6tá

l
Capítclc 12 • 1i>ma de dectsi.or.es y mouamiento

asociada con la. U.'1rteza prefrontal mediante lll1a variedad de conexiones {Melrose, Poulin .
y Stem, 2007). Además, la ccri.tribuci6r1 de los sistemas de la memoria Je trabajo debe
esperarse, ya que el razonamiento implica la integrac·i6n de la información. La investi·
gación del razonamiento condi<:ional por medio de métodos de potenciales relacionados
a event0$ (ERP) reveló una aegatiVidad mayor en la corteza cingulada anterior cerCJ .
de 600 milisegundos y 2 000 milisegundos después de la presentación de la rare:;i (Qui y
colaboradores, 2007). Esta negatividad sugiere mayor control cognosciti'\'01 como es de
esperarse en una tarea de razonamiento.
En un estu<lio que investigó el razonamiente moral en personas que muestran con­
ductas antisociales indicando un deíiciente razor1amiento moral, se observó un malfun·
cionamlento de diversas áreas dentro de la cotreza. prefrontal, incluyendo las regiones
dorsal y ventral (Raine y 'faag, 2006). Además, se advirtieron problernas en la amígdala,
el hípocampo, el giro angular, ia corteza cingulada anterior y la corteza temporal. Re­
cuerde que la cingul:ada an;;erior participa en la to¡na de decisiones y el hipocampo en la
memor�a de trabajo. Por lo tan�o. es de espe-rarse que el malfuncion-arniento de estas áreas
resultase en deficiencia:> en el razonan1ientc.

Temas clave
Varios de los tópicos re....·isados en el capítulo 1 son relevante<> para este capítulo.
Un primer tenta es e! racionalismo versus etnpiris:no. Considere, por ejernplo, los
errort!S en el razonamiento silogístico, Una forn'\a de encender ta.les equívocos es en :&­
minos del error lógico particular cometido, sin considerar los procesos mentales que.
quien razona haya usado. Por ejemple, confirn1ar el consecuente es un error !ógico, No -
es necesaria la investigación empírica para entender en el nJvel de la lógica stmúólica las
f::i llas que se han cometido. i\demás, el raionaroiento deductivo está basado en sf mLqru:; ;·
en el racionalísmo. Un silogismo como 'jTodcis los juguetes son sillas. Todas las sillas.son
hor dogs. Por lo tanto, todoo 1os juguetes son hot dogs" es válido de manera lógica pero_ de
hecho, es incorrecto. .A.sí, la lógica deductiva puede entenderse a un nivel racional, sir.
importar su contenido en:pírico. Pero si querernos saber psicológicamente por qué la
gente co1nete desaci<)rtOS o qué es objetivamente cierto, entonces necesitamos utillzar �ai:-_ -
comb:naciones empíricas con la lógica racional.
Un segundo tema es la generalidad del dominio ;;e-rsu.s de� misu�::i:, --;
la especificidad
Las reglas de la lógica deductiva se aplican por igual en todos los dominios. Uno puede--::'_
utilizarlas, por ejemplo. para abstraer o para cotccretar el contenido. Perc la investigación _ ,,
ha mostrado que, psicol6g11:amente, el razonamiento de ductivo con contenido concrero·�:,.­
,
:; es más fácil que el razonarrtiento con contenido abst:racto. Así. aunque las regla� se al'll:,;·;
can exactamente de la n1.isma manera, por lo general er:tre dominios, la facilidad de la:;:
aplicación no e'> equivaier1te de nianera pslrológica entre esos dominios. -:'\}
Un tercer tema es la naturaleza tiersus la crianza. ¿Está la gente pro�amada para-sef �
pensadores lógicos? P1age:, el famoso psicólogo Sl!izo del desarrollo cognos citivo, as!��-�--�
creía. Opinaba que el desarrollo del pensamiento lógico sigue a una secuencia de etapai·:�
que se desarrollan en el tiempo. De acuerdo con Piaget, no existe mucho que unova�l-�
l1acer para alterar la secuenc1a o el lapso de estas etapas. Pero l::i i nves� igación ha sugml4�·
que la secuencia que propuso el psicólogo suito no se da como él lo sugirió. Por ejemp4\�:
muchas personas nu:-ica alcanzai1 su etapa más elevada y alguncJs niñ<Js ron capaa:s-Pe·-"
razonar de forma que él no había predicho que pudieran lograr hasi:a que fueran mayo�:i
De nue-vo, la naturaleza y ia crianza in-::eracn1an.. - - �:5 - . :_JJ
,' .
- >'.: :iliP
Resumen 525

;:Cuáles son algunas de las estrategias que guían y qué fac.tores lo facilitan o impiden! El razona�
· la toma de decisiones en los seres humanos? Las mier1to <led11ctivo implica lle¿-,-ar a conclusiones a
· primeras teorías se d LSeñaron para conseguir mo· partir de i..1n conjunr:o de proposiciones co:i.dic io­
Celos matemátícos práct leos de toma de decisió• r.ales o de un par siiogístico de premisas. Entre lo.�
nes, suponier:do que quienes roman decisiones
nealt.s y [os categóricos , Además, ei razonamiento
diversos tipos de silogismos se encuentran loo liw
· estáJ:1 totalmente informados, son muy densibles a

la información y son rac:onales por completo . Las dedu::tivo puede inlplicar problemas complejos de
teorías subsec\1entes comeruarot1 por reconocer inferenc ia transiti'"'ª o matemáticos o de prueba
i que los seres }.urnanos a w,enucio ap!ican criterios lógica que íncluren gran cantidad de términos. El
subjetivos para tomar decisiones, que los elemen� razonantie11to deductivo ram_bién puede abarcar
· tos probables a veces inG'Jyen en los resaltados de el uso de esquemas de razonamiento pragmático en
las decisiones¡ que en oc asiones Tas personas us-an situaciones cotidianas_
Al derivar conclusiones a pilrtir de proposi·
. no son ilimitadamt:t1;:e rac ionales al tomar de-ci­
estimaciones para considerar !os resultados ";' que
cic-nes condicionales, la gente aplica el arguntento
siones, En apariencia, los individuos utilizan es­ modus poncns, en particular respecto a propmiciones
· trategias de satisfacción, conformándose con la afi1¡na,ivas universale.�. Sin embargo, la mayoría
primera opción mínima aceptable y estrategias que de nosotros tiene rruás difrcuh:ad para emplear el
implican un proceso de eiiminación por a"Pectos argumento rnodus tolleru y para evitar -falacizs de�
para deshacerse de otras machas elecciones. ductivas como afumar el co:i.sect:enre o negar el
Ur,o de los he'..lrísticos más comunes que la antecedente, en particular, cuando t1os enfrentamos
mayor parre �ie nosotros emplea es el het1rístico de cort proposiciones que invollicran proposiciones
reprt>.sentatividad. Somos vfci:imas de la creencia particulares o negativas. ,<\l reool\'er silogismos,
fulai- de que la.i; muestras pequeñas de una pobla� enfrentamos obstáculos similares con preu1isas
c1ón se pare;;:e::t a la pobta<.ión rotal en todos los par�iculares y negari,�as )' con términos que no se
aspectos. Cuando se malenciendw, las tasas base y presentan en la_ secuencia acostumbrada, Con
otros aspecto.'> de probabilidad, nos lleva a otros frecuencia, cuando intentarrtos sacar-conclusiones,
atajüf 1nenrales, con10 la falacia de conj unción y sob:-eestinl2.n1os una esrrategia de una situación
la de inclusión. Otro heurístico común es el de que nos ron,;luce a :ma conclusión deductiva­

deductiva También podemcls evitar tina concl11-


dtsponibilidad, en el cual hacemos juicios basados mente válida a una que nos lleva a una falacia
en información que ya está en la memoria, evi�

rando buscar datos rnenos. disponibles. E l uso de sión dada antes de ct.>nSiderar el arr1rlio abanico
heuríst icos como el de anc!aje y aj uste, el de co� <ie posibilidades que plteden afectar la conclusión.
rre1ación ilusor•a y el de efec tos de enmarcar la Estm; atajos mentales pueden ser exacerbados por
información, a menudo dificu:tan nuestra capaci� las :>ituac.iortes en las que nos comprometemos
dad para tomar decisiones eficaces. con el sesgo de confirmación { tendíet1do a confir·
Una vez que tomatrlOS una decísió1\ (o mejor mar nuestras prc•pias creencias).
aún, que otra persona roma ima decisión) y se Podemos mejo;ar nuestra capacidad para sacar
conoce el resultado de ésta, podemos comprome­ conclusíones bien razonadas d-e di'versas manerast
temos con el sesgo de visión recrospectivaj ses- como, temamos el riempo para evaluar cuida�
<losa.mente las p remisas o proposiciones y formar
a la luz del eventual resultado. Quizá:; el más serio
> gando niiestr;;. percerci6:-i de la primera evidericia
modelos menta�es múltiples de las proposic iones y
de nuestros sesgos 1nenrales, sin embatgo, es la so­ sus telaciones. Del mismo modo, podemos benefi­

breconfianza, el cual parece ser para sorpresa, resis� ciar -el -razonamiento deduct ivo eficaz con la capa�
tente para evidenciai- nuestros propios errores. citación y la práctica. En particular, es probable
que l leguemos a co:tciusiones bien razonadas si
'·2. ¿Cuáles ron algunas de las formas d€' razona.. éstas parecen posibles y útiles en los ccntextos
mient o deductivo que pueden usar las personas rragmáticos, conio en Ios intercan1bios sociales.
526 Capitulo 12 • To.na de decisiones y razonanúer:to

3. ¿Cómo usan las personas el razonamiento in� natniento pcir a:-ialogía, la gente ir1vierte más
ductivo para lograr inferencias. causales y llegar tiempo coditicando los tér:ninos de un problema
a otros tipos de conclusiones? Aunque 110 po� que razonando de manera inductiva. Al parecer,
demos lograr conclusiones lógicamente verdade­ en ocasiones la gente puede usar el razonamiento
ras por medio del razonamiento inductivo, por basado en sistemas de reglas formales, como en la · ·

lo menos podemos lograr algunas t11uy probables aplicación de _leyes de la lógica formal, y a veces
mediante el razonamiento cuidadoso. Hace más usar el razonamiento fundamentado en asoc iacio­
de un siglo, John Sruart :V1il� re<::ornendó que �a nesi como al observar las se1uejruu:as y la conti­
gente aplica ra di\•ersas estrategias cao6nlcas para güidad temporales.
llegar a conclusíone:<:: inducti..,·a:s. Cuar1d<) se ha· 4� ¿Existen otros pu..'1tos de vista alternativos al razo­
cen inferencias categóricas, la gente tiende a namiento? Steven -Sloman afirmó que las pe�
emplear estrategias ascendentes y descendentes, nas tienen dos sistemas de razonamiento distintoo;
Por lo general, 10-s procesos de razonamiento itl· uno áSüC.iativo, el cual es sei1sible a la oltServación

ductivo furman el cimiento del estudio científtco de similitudes y de contigüidad temporales, y un


y de las pruebas de hipótesis co rno medios para sisterríá basado en reglas que incluye manipulacio·
detivar inferencias causales. Además, en el razo· ne:; basadas en relaciones entre símbolo.s.

Pensar acerca del pensamiento: preguntas factuales,


analíticas, creativas y prácticas
l. Describa algunos de los heurísticos y sesgos que 6. Diseñe un problema, como los usados por Kohneman v ·_, ;
aplica la gente para hacer juicios o romar deci, T·versky, que requiera que las perso11as estünen proba:­
slon.es. bilidades subjetivas de dos eventos diferente s. .
Indique las falacias que espera que ir.fluyan en sut ..
2. ¿Cuáles wn los dos argumentos lógicos y las dos
estimaciones o expre$e por qué riensa que la gente ' ,;;,:
falacias lógicas asociadas con el razonamiento cor:.dl· ·
l:ará estimaciones realistas de probabilidad,
cional, cor.io las de la tarea de selecclón de \Varon?
7. Suponga que necesita rentar un deparrazne::1to..
3. ¿Cuál de los dhrersos enfoques del razonamiento
¿Cómo hará para encontra:: uno que satisfaga con :
condicional parece ser el mejor para explicar la ln.­
mayor eficacia sus rtecesidades y Sti$ prefereacias:
formac1ón disponible? Detalle su respuesta,
¿Qué tan cercanamente su método se parece a tl:h '.,
,
4. Algunos psicólogos cognoscitivos cuestionan los .
métod06 descritos por la teoría de la utilidad subje. . '),
méritos de estudiar los formalismos lógicos como tiv-a esperada, por la satisfacción o por la elimlnacicin,
los silogis:uos categóricos o lineales, ¿Cuál cree por aspectos?
uc.ted que &ea el benef,cio al ir.vestigar por qué la
8� Cite dos ejem::ilos que muestren cómo usa e: t2··
gente razona de acuerdo con los silogism0$l ·
zonarr.iento ba�d<:: en reglas y el razonamienoo aso-
5. Ccn base en la información de este capftulo, disefie ciativu en sus exj;:eriencias cotidianas.
i.tna forma para ayudar a estudiantes untve'tslcarios a
aplicar de mar.era más eficaz el razonatnle11to deduc·
tivo a los problemas que er1frer1[an.
lecrutas sugeridas 5 27

Términos c lave
correlación ilusoria premisas satisfacción
eliminación por aspe<'.tos probabilid;:;d subjeti•;a sesgo de -visión retrospectiva
esq_t10::n1a de r�zonamiento proposición silogismo
pragmático racio11alidad l imitada silogismo categórico
falacia razo11an1iento sobreconíian:;:a
heurístico de disponibilidad razonamiento c(;<1dícional tasa base
inferencias causales razonamíento deductivo util1dad subjetiva
ju:cio y roma de decísi()Il€S razonamiento inducti\•o val idez deductiva
modelo mental representatividad

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(recursos dt>ponibles sólo en inglés).
Para aprender n1ás, analice los síg'Jientes experimenros:
Decisiones riesgosas Tsres de sele:.c-i<'.'ir. de \V'ason
Razonamiento tfpico

Lecturas sugeridas
i.e¡ghton, J. P. y Stemberg, R. J. (Eds.). (2004). The Sobe�, D. M. y Kirkham, N. Z. (2006). "Blickets and
narure of reasoning. Ne\v York: Cambridge Univ·er� ·babi:es; the developmer:.t of causal reasoning in
síty Press. Una revisión completa de las teorías to::l.dfers and 1nfo.nts". De'lteíopmenral Psycho!.ogy,
contemporáneas y de 1a investigaciót1 sobre el ra� 42(6), 1103-1115. Ur1 esrudio er.focado a ír,vesti­
\·¡. ionarniento. gar el I(lronamiento en infantes.

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