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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Camilo J. Sánchez Noriega

“La función del arte en La Nausée”

Profesora:

Dra. Estela Blarduni

Literatura Francesa 2013


Para iniciar una serie de reflexiones sobre el tema “La función del arte en La Nausée”

podríamos sentirnos tentados de proponer una hipótesis como la siguiente: El arte (o la obra

de arte) es el camino que descubre Antoine Roquentin para afrontar la crisis melancólico-

existencial en la que se halla inmerso.

Sería prácticamente imposible plantear la invalidez de esa forma de lectura, sin embargo

creemos que tomar la hipótesis propuesta como centro de nuestro trabajo sería una severa

equivocación no solamente por la simplificación excesiva que implicaría, sino también

porque la afirmación propuesta significaría seguir procedimentalmente una metodología

acercada al positivismo de la ciencia burguesa y a la razón instrumental (Sartre criticó

enfáticamente ambos conceptos tanto en la novela en cuestión como en el resto de su obra

filosófica, literaria y política). La necesidad de adoptar una metodología más coherente es

inevitable, una metodología que permita establecer relaciones dialécticas entre la novela y

varias nociones relevantes (filosóficas y morales) del pensamiento de Sartre.

Primeramente es necesario plantear un conjunto de ideas sobre la obra de arte (el objeto

estético) y otras particularizaciones que de este tema se desprenden. Partiremos de las

observaciones sobre el tipo existencial de la obra de arte que propone Sartre en las últimas

páginas de su libro “Lo imaginario”: “La obra de arte es un irreal” 1. Esta aseveración que

podría parecer excesivamente abstracta es complementada por la siguiente explicación:

“[El objeto estético] no se puede dar a una conciencia realizante. Aparecerá en el

momento en que la conciencia, al llevar a cabo una conversión radical que supone el

anonadamiento del mundo, se constituya a sí misma como imaginante” 2. Sin duda podemos

decir que dentro esta concepción, el arte no es un objeto material perceptible sino más bien
1
Sartre, J. P. “Lo imaginario: Psicología fenomenológica de la imaginación”. Pág. 260
2
Ibíd.
un proceso de aparición (φαινόμενoν) mediado y solo posibilitado por un viraje de la

conciencia direccionado hacia lo que Sartre denomina conciencia imaginante. Cuando

Sartre propone que el objeto estético aparecerá se refiere tanto a la creación como a la

contemplación estética: “…el objeto estético está constituido y aprehendido por una

conciencia imaginante que lo propone como irreal” 3. Es necesario citar una última

aseveración de índole metafísica: “Se puede concluir de estas observaciones que lo real

nunca es bello. La belleza es un valor que nunca se podría aplicar más que a lo imaginario

y que comporta el anonadamiento del mundo en su estructura esencial” 4. El conjunto de

citas textuales y en particular esta última parecerían estar encerradas en un sistema de

pensamiento fenomenológico, pero es necesario plantearse algunos cuestionamientos con el

objetivo de comprender los verdaderos alcances del pensamiento sartreano y también sus

determinadas intenciones: ¿Acaso es suficiente una visión fenomenológica para leer “La

Nausée”? ¿Es suficiente acaso una orientación netamente filosófica para leer obras

literarias en prosa?

Para ser fieles a la intención dialéctica que proponemos como metodología debemos añadir

a estas observaciones estéticas generales otras más específicas tomadas del ensayo “Qu'est-

ce que la littérature?” que se concentran en el valor de la prosa como forma de arte

predilecta en cuanto a su relación con el compromiso: “La prosa es utilitaria por esencia:

definiría muy a gusto al prosista como el hombre que se sirve de las palabras… El arte de

la prosa se ejerce sobre el discurso y su materia es naturalmente significativa” 5. Ahora nos

planteamos la siguiente interrogante: ¿En qué sentido la prosa es utilitaria? Podríamos

responder tajantemente que para Sartre la prosa y el prosista intervienen directamente sobre
3
Op. Cit. Pág. 263
4
Op. Cit. Pág. 266
5
Sartre, J. P. “¿Qué es la literatura?”. Pág.54
la realidad social, sobre la humanidad: “Hablar es actuar: toda cosa que se nombra ya no

es completamente la misma; ha perdido su inocencia” 6.Y continúa más enfáticamente

refiriéndose a la condición del escritor comprometido: “El escritor ‘comprometido’ sabe

que la palabra es acción; sabe que revelar es cambiar y que no es posible revelar sin

proponerse el cambio. Ha abandonado el sueño imposible de hacer una pintura imparcial

de la sociedad y la condición humana”7. Nos encontramos frente a un Sartre político y

moral que plantea muy claramente como interviene la obra literaria en la realidad social:

“…la esencia de la obra literaria es la libertad descubriéndose y entregándose totalmente

como llamamiento a la libertad de los demás hombres…” 8 Sartre habla de libertades en

tensión, en determinación mutua, libertades que se atraen y se llaman entre sí. Esta idea

tiene una vinculación directa con uno de los postulados existencialistas sobre la elección

planteado en la conferencia “El existencialismo es un humanismo”: “Cuando decimos que

el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero también queremos

decir con esto que al elegirse elige a todos los hombres”9. Nos encontramos de nuevo esta

idea de determinaciones recíprocas a través de la acción (elección): a través de la obra el

autor elige y construye su libertad mientras hace un llamamiento y ayuda a construir la

libertad de todos los hombres. Estamos frente a la solidaridad y al compromiso existencial.

Tomando en consideración todo lo propuesto hasta este punto, debemos cuidarnos de no

llegar a la conclusión errónea de que el Sartre fenomenólogo y el Sartre político-moral se

excluyen mutuamente. Al contrario el llamamiento a la libertad es consustancial a la

aparición del objeto estético a través de la conciencia imaginante. No se pueden establecer

6
Op. Cit. Pág.56
7
Op. Cit. Pág.57
8
Op. Cit. Pág.60
9
Sartre, J. P. “El existencialismo es un humanismo”. Pág.17. El subrayado es nuestro.
fronteras rígidas entre la fenomenología existencial y la moral existencial, las dos conviven

consustancialmente en el pensamiento de Sartre y particularmente en sus consideraciones

sobre la obra de arte. Solo comprendiendo este hecho podemos ahora plantear dos hipótesis

de lectura en relación con el tema “La función del arte en La Nausée”:

1. En La Nausée conviven y se tensionan dos búsquedas que avanzan paralelamente: la

búsqueda del ser a través de sentir la contingencia de la existencia y la búsqueda estética de

la conciencia imaginante. En otras palabras, la búsqueda filosófica del ser en sentido

existencial (que alcanza su clímax en la escena del jardín público y la raíz de castaña), esa

búsqueda que ha sido señalada muchas veces como el hilo conductor filosófico y formal de

la novela, no es el único centro. Creemos que trenzado a este hilo conductor y sin tener

menor jerarquía está la búsqueda estética que emprende Roquentin y que le permite

abandonar su concepción historiográfica positivista (fuertemente problematizada en toda la

novela) y proyectarse hacia el campo de creación y apreciación estética que (siguiendo

nuestras observaciones sobre la obra de arte) conlleva a comprometerse con su época y

(como dijimos antes) a realizar un llamamiento a la libertad. Nos concentraremos en el

análisis de la novela tomando como eje vertebral la búsqueda estética de Roquentin.

Al inicio de la novela nos encontramos con un Antoine Roquentin que ha comenzado a

problematizar su percepción, se encuentra en una suerte de crisis perceptiva que él

experimenta como un enrarecimiento que no alcanza a comprender: “Es preciso decir

cómo veo esta mesa, la calle, la gente, mi paquete de tabaco, ya que esto es lo que ha

cambiado”10 y más adelante manifiesta claramente la incomprensión del estado en el que

se encuentra su percepción: “Sé todo esto, pero sé que hay otra cosa. Casi nada. Pero ya

10
Sartre, J. P. “La Náusea”. Pág.1
no puedo explicar lo que veo. A nadie. Ahora me deslizo despacito al fondo del agua, hacia

el miedo”11. La incomprensión viene acompañada de temor y también una metáfora del

campo semántico de lo acuático, lo viscoso, lo fangoso. Estas metáforas van a ser una

constante al momento de caracterizar este estado de perturbación perceptual (la náusea), en

cambio una serie de metáforas del campo semántico de la dureza y lo metálico se van a

relacionar con los momentos de creación o percepción estética (conciencia imaginante).

Es lícito detenerse a analizar la primera aparición del ragtime “Some of these days” para

ejemplificar la utilización de las metáforas de dureza mencionadas antes y además para

constatar que en esta primera escena de contemplación estética Roquentin no puede

comprender a la contemplación estética, solo la percibe como un anulador de la náusea:

“Lo que acaba de suceder es que la Náusea ha desaparecido. Cuando la voz se elevó en el silencio,

sentí que mi cuerpo se endurecía; y la Náusea se desvaneció. De golpe; era casi penoso ponerse así

de duro; de rutilante. Al mismo tiempo la duración de la música se dilataba, se hinchaba como una

bomba. Llenaba la sala con su transparencia metálica aplastando contra las paredes nuestro tiempo

miserable”12.

Otra escena importante en esta línea de lectura es el paseo dominical por la calle

Tournebride, que supone una especie de pausa en la crisis perceptual, es una tregua con el

punto de vista burgués y eso se relaciona con la presencia de “Eugenie Grandet”: La

mirada de Antoine Roquentin en este punto es una mirada muy acercada a la de un narrador

realista (esta relación será retomada más adelante), evidentemente la naturaleza de esta

tregua es momentánea, y al día siguiente Roquentin retorna su estado de crisis y comprende

11
Op. Cit. Pág. 24
12
Op. Cit. Pág. 45
la evasión que significó la tregua del día anterior: “Ayer ni siquiera tenía la excusa de la

embriaguez. Me exalté como un imbécil”13.

La siguiente escena a considerar es de las más intensas de la novela porque está

mayoritariamente constituida por el enfrentamiento de Roquentin y los cuadros del museo

municipal de Bouville. No hay contemplación estética de los cuadros, se presenta la

problematización de la obra sin compromiso, la obra burguesa que no es más que ideología,

la obra que no llama a la liberación y que permanece dentro de lo real, por tanto

inhabilitada para aparecer como belleza. También es interesante está escena porque se

problematizan conceptos del pensamiento burgués como el derecho, el poder, el afán de

inmortalidad: “Pues habían tenido derecho a todo: a la vida, al trabajo, a la riqueza, al

mando, al respeto, y para terminar, a la inmortalidad” 14. Roquentin comienza a entender

en parte la gratuidad de la existencia: “Y era verdad, siempre lo había sabido: yo no tenía

derecho a existir”15. Si bien se plantea ya el tema de la gratuidad, aún no están presentes los

elementos del vocabulario filosófico que solo llegarán en la escena del jardín público,

podríamos pensar que “La Nausée” puede entenderse como la búsqueda lexicográfica de

los términos filosóficos adecuados para describir fenómenos, estados y procesos que están

presentes desde el inicio de la novela.

La aparición de Anny representa un nuevo enfrentamiento de Roquentin frente al problema

de la obra de arte, y presenta un cierto paralelismo con la escena del museo. Las preguntas

principales serían qué son los momentos perfectos, qué son las situaciones privilegiadas y

13
Op. Cit. Pág. 99
14
Op. Cit. Pág. 140
15
Op. Cit. Pág. 143
qué relación hay entre estos conceptos del discurso de Anny y la problematización de la

obra de arte.

Primeramente las situaciones privilegiadas: “Eran situaciones que tenían una calidad rara

y preciosa”16. Anny piensa que la realidad proporciona una especie de materia prima que

sirve para la conformación de objetos estéticos, las situaciones privilegiadas serían esa

materia prima. En cambio los momentos perfectos serían un producto del tratamiento

procedimental de esta materia prima: “En suma, la situación es la materia; ésta exige un

tratamiento… ante todo era preciso estar sumido en algo excepcional y sentir que uno

imponía orden allí. Si se hubieran realizado todas esas condiciones, el momento habría

sido perfecto”17. Un momento perfecto sería una especie de obra de arte que deviene de la

estetización de la realidad, es en esto que encontramos el paralelismo entre la escena del

museo y el encuentro con Anny: Roquentin en ambas circunstancias se estaba enfrentando

a la misma concepción del arte que tiene como base lo real, sin duda en estas concepciones

aparece la latencia de la tradición burguesa, la mímesis aristotélica, el realismo. Roquentin

está buscando el viraje hacia la conciencia imaginante, no la estetización de lo real. La

novela relata la búsqueda metafísica de la obra de arte como irreal.

La escena del jardín público es sin duda alguna la consumación de la búsqueda ontológica

existencial, sin embargo la novela no termina en ese punto. La búsqueda estética continúa y

se convierte en el centro dinámico del relato, esta búsqueda alcanza su culminación en la

parte final de la novela. El Rendez-vous des Cheminots es el escenario de la despedida

entre Roquentin y su vida en Bouville. Antes de volver a escuchar “Some of these days”

nuestro personaje se halla aún inmerso en una especie de obnubilación, pese a ser
16
Op. Cit. Pág. 241
17
Op. Cit. Pág. 243
consciente de existir, pese a haber experimentado la emergencia de la existencia. Sin

embargo al escuchar el viejo ragtime comienza a manifestarse la naturaleza de la obra de

arte a través de la melodía de jazz: “Hay que hacer como nosotros, padecer con ritmo”18.

Roquentin está experimentando la contemplación estética y se le manifiestan dos

“existencias irreales”, la de ‘la negra que canta’ y la del ‘judío compositor’. Roquentin llega

al final de su búsqueda, halla el compromiso, es decir halla la creación estética como forma

de compromiso:

“Tendría que ser un libro; no sé hacer otra cosa. Pero no un libro de historia; la historia habla de

lo que ha existido, un existente jamás puede justificar la existencia de otro existente. Mi error era

querer resucitar a M. de Rollebon. Otra clase de libro. No sé muy bien cuál, pero habría que

adivinar, detrás de las palabras impresas, detrás de las páginas, algo que no existiera, que estuviera

por encima de la existencia. Por ejemplo, una historia que no pueda suceder, una aventura. Tendría

que ser bella y dura como el acero, y que avergonzara a la gente de su existencia” 19.

Y cómo bien lo señala Leo Pollman: “No resulta difícil adivinar cuál es el libro que se le

ocurre a Roquentin como meta salvadora al final de la obra en cuestión: se trata de La

Nausée, precisamente el diario del fracaso, y que Roquentin acaba de escribir” 20. Esta

conclusión nos permite pensar a La Nausée como un texto meta-novelístico, y es

precisamente esa una de las ideas fundamentales que vertebran la segunda hipótesis que

vamos a proponer.

2. La novela de Sartre es un texto meta-referencial, pero no se detiene en eso. Es también

una novela que contiene crítica sobre la novela. Habría que aclarar que la crítica novelística

que plantea Sartre se refiere directamente a la novela realista del siglo XIX en

18
Op. Cit. Pág. 284
19
Op. Cit. Pág. 289
20
Pollmann, Leo. “Introducción a la problemática filosófica en la obra de Sartre”. Pág. 41
contraposición con la novela filosófica francesa del siglo XX. Pensemos en el inicio de la

novela. La hoja sin fecha nos propone a un Roquentin que ha elegido una práctica

metodológica: “Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un

diario para comprenderlos”21. El método del diario de observación además de pertenecer a

las ciencias experimentales también tuvo su auge entre los escritores realistas franceses del

siglo XIX. Roquentin aunque se plantea este método, también se muestra dubitativo y

crítico: “Pienso que éste es el peligro de llevar un diario: se exagera todo, uno está al

acecho, forzando continuamente la verdad”22.

Antes de iniciar la hoja sin fecha tenemos también otro elemento susceptible de analizarse,

es la “Advertencia de los editores” que hace sistema con la proliferación de notas al pie al

inicio de la novela, parecería que se trata de establecer un pacto de verosimilitud, pero éste

va a ser deliberadamente roto por Sartre a través de Roquentin: “El que vive solo ni

siquiera sabe lo que es contar; lo verosímil desaparece al mismo tiempo que los amigos” 23.

Se puede entender que la soledad existencialista, elemento propio de la novela filosófica de

la primera mitad XX anularía el concepto de verosimilitud que fue el elemento

característico de la novela del siglo XIX. Las notas al pie gradualmente desaparecen de la

novela.

Pensemos ahora en el sistema de referencias directas hacia el realismo francés del siglo

XIX. “Eugenie Grandet” es la referencia más recurrente y la que más se inserta en el

desarrollo de la novela, sin embargo encontramos otros ejemplos distintos: “… y debió

decirse como Rastignac: Manos a la obra. Ciencia humana”24. O también “Entré en la

21
Sartre, J. P. “La Náusea”. Pág.1
22
Ibíd.
23
Op. Cit. Pág. 22
24
Op. Cit. Pág. 58
sala de lectura y tomé de una mesa La Chartreuse de Parme. Trataba de absorberme en la

lectura, de encontrar un refugio en la clara Italia de Stendhal” 25. Todas estas referencias

están relacionadas con características que unen a Roquentin con el entendimiento burgués y

positivista de la historiografía, con la negación de la existencia (en sentido existencial), y

también (por utilizar una palabra recurrente en Sartre) con la aparición de ‘los cochinos’.

Dicho de otra forma, el libro que Roquentin está escribiendo sobre M. de Rollebon

funciona como analogía de las novelas realistas de Stendhal y Balzac, y el libro que al final

decide escribir (y que es meta-referencialmente “La Nausée”) es un análogo de la novela

filosófica existencialista francesa. En este sentido se puede entender a “La Nausée” como

la novela que narra el paso de la novela realista (por ende del ideal burgués) hacia la novela

filosófica francesa del siglo XX (con su consecuente compromiso con la transformación de

la realidad). Veamos que nos dice Sartre al respecto en “Qu'est-ce que la littérature?”: “El

realismo no es más que esta gran casa lúgubre. Se trata de tranquilizar ante todo. Allí por

donde pasa ya no crece la hierba. El determinismo de la novela naturalista aplasta la vida,

reemplaza la acción humana por mecanismos de sentido único”26. O también podemos

recordar una frase citada en la parte inicial de este trabajo: “El escritor ‘comprometido’

sabe que la palabra es acción; sabe que revelar es cambiar y que no es posible revelar sin

proponerse el cambio. Ha abandonado el sueño imposible de hacer una pintura imparcial

de la sociedad y la condición humana”27. Tenemos a un Sartre abiertamente posicionado

con respecto al realismo; estética y políticamente posicionado. Sin embargo habría que

señalar un matiz bastante interesante. Nos referimos particularmente a la relación Sartre-

Flaubert. Si bien dijimos que Jean Paul Sartre se opone claramente a los postulados

25
Op. Cit. Pág. 136
26
Sartre, J. P. “¿Qué es la literatura?”. Pág.136
27
Ver nota 7. El subrayado es nuestro.
estéticos de Balzac y Stendhal, no podríamos aseverar lo mismo en relación a Flaubert, aquí

la cuestión es más bien compleja. Si bien por una parte Sartre incluye a Flaubert entre los

naturalistas que tanto critica, por otro lado Sartre siente una especie de fascinación por los

procedimientos técnicos y las estrategias formales que caracterizan a “Madame Bovary”,

“L'éducation sentimentale”, y en general a toda la obra de Gustave Flaubert. Esta mixtura

de encanto y repudio (que recuerda la situación de Baudelaire frente a los fenómenos de la

modernidad) tiene consecuencias visibles en la obra de Sartre. En el caso de La Nausée esta

situación se puede ejemplificar con una hermosa y compleja escena que se enmarca en el

paseo dominical por la calle Tournebride, que inicia con la lectura de un fragmento

relativamente extenso de la novela “Eugenie Grandet”, y que se combina paulatinamente

con los diálogos entre personajes presentes en otros planos de la escena. La combinación

entre los fragmentos de lectura, las intervenciones dialógicas de los personajes y la voz del

narrador (Roquentin) se entrelazan formando una textura polifónica que claramente

recuerda a la polifonía de la famosa escena de seducción en los comicios agrícolas de

“Madame Bovary”. No citamos el texto completo del ejemplo por cuestión de economía de

espacio, y también porque pensamos que la relación Sartre- Flaubert es un tema muy

amplio merecedor de un trabajo aparte28. Hay que tomar en consideración que Jean Paul

Sartre dejó un libro inacabado enteramente centrado en la figura de Flaubert.

En definitiva La Nausée es meta-referencial desde diversos puntos de vista: En parte se

menciona a sí misma, pero también reflexiona sobre la situación de la novela francesa en

general, y propone una problematización estética de la novela que tiene consecuencias

morales, políticas y filosóficas.

28
En la edición de La Náusea que utilizamos la escena inicia en la página 84 y se extiende hasta la página 89.
Para concluir este breve trabajo, proponemos una revisión de la siguiente frase de Leo

Pollman:

“Todo el que lee a Sartre se da cuenta de que tal sentido existe, tiene que existir pero hay que ser

muy prudente en la determinación del mismo, pues se corre el riesgo de equivocarse. No se

encuentra precisamente al nivel de la expresión verbal, no se trata en absoluto de un sentido moral

práctico, es decir, practicable, sino de un sentido noseológico, filosófico”29.

Pollman propone esta frase para hacer una aclaración de la lectura en clave filosófica de La

Nausée y en general de la obra literaria de Sartre, y aunque estemos de acuerdo en muchas

cosas con los análisis de Pollman, tenemos que ser consecuentes con nuestra concepción

del pensamiento sartreano: el sentido noseológico no excluye al sentido moral. No vemos

una frontera rígida y esquemática, ni una relación mecánica entre la fenomenología

existencial y la moral existencial, y por tanto nos vemos en la obligación de decir que si

bien las consideraciones morales existenciales no están planteadas en el nivel verbal, si

están implícitamente propuestas a través de la búsqueda estética, a través del compromiso

que conlleva la creación o la contemplación estética, a través de la prosa que es acción,

transformación, revelación y elección no solo individual y sino también del género humano

por completo. La función del arte en “La Nausée” sería principalmente vehiculizar la

búsqueda estética-metafísica de la que se desprenden consecuencias morales y políticas.

Bibliografía:

- Espósito, Fabio. “Realismos” en La Teoría literaria hoy: conceptos, enfoques,

debates / dirigido por José Amícola y José Luis de Diego. La Plata, Ediciones Al

Margen, 2008.

29
Pollmann, Leo. “Introducción a la problemática filosófica en la obra de Sartre”. Pág. 12
- Kristeva, Julia. “Sartre o ‘Hay razones para la revuelta’” en Sentido y sinsentido de

la revuelta. Buenos Aires, Eudeba, 1998.

- Pollmann, Leo. “Introducción a la problemática filosófica en la obra de Sartre” en

Sartre y Camus: Literatura de la existencia. Madrid, Editorial Gredos, 1973.

- Sartre, Jean Paul. “El existencialismo es un humanismo”. Buenos Aires, Ediciones

del 80, 1982.

- ______________. “La Imaginación” 3ra edición. Buenos Aires, Sudamericana,

1980.

- ______________. “La Náusea” 1ra edición 1era reimpresión. Buenos Aires,

Editorial Losada, 2006.

- ______________. “Lo imaginario: Psicología fenomenológica de la imaginación”.

Buenos Aires, Editorial Losada, 2005.

- ______________. “¿Qué es la literatura?”. Buenos Aires, Editorial Losada, 1950.

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