Está en la página 1de 12

Análisis de diccionarios (Biblioteca FAHCE)

Carolina Cerda Téllez / Camilo Sánchez Noriega

1. Introducción:

El trabajo en cuestión consta de dos partes. La primera está formada por las reseñas de cada uno de
los diccionarios analizados. En la segunda constan las definiciones de dos términos seleccionados
(cielo y tierra), cabe aclarar que se han tomado dos términos y no uno porque el trabajo ha sido
desarrollado en pareja.

Otra aclaración que se debe tener en cuenta es que para la organización de ambas partes se ha
tomado un criterio cronológico; esto, con el objetivo de proporcionar una dimensión diacrónica (a la
sincrónica que ya está implícita) a la hora de observar las definiciones.

Por último se debe mencionar que por la naturaleza semántica de los términos seleccionados para la
búsqueda y transcripción de las definiciones (cielo y tierra), estos no constan dentro en dos de los
diccionarios analizados: El diccionario de términos filológicos de Fernando Lázaro Carreter, y el
diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje de Ducrot/Todorov. Aunque la razón de la
exclusión de estos términos es evidente, vale la pena enunciarla: ambas obras son diccionarios
especializados donde solo se incluye léxico técnico del área en cuestión, estando “cielo” y “tierra”
muy lejos de ser incluidos en estas propuestas. Las reseñas de estos dos diccionarios si se han
incluido en el trabajo.

2. Reseñas de los diccionarios:

Tesoro de la lengua castellana (1611) Ed. Martín Riquer, 1943:

El tesoro de la lengua castellana o española es un diccionario del español escrito por Sebastián de
Covarrubias y Orozco publicado en 1611. Es el primer diccionario monolingüe de la lengua
castellana, y el primero de este tipo publicado en Europa para una lengua vulgar.

Observando las entradas del diccionario y las fuentes, podemos determinar que la intención inicial
era elaborar un diccionario etimológico siguiendo los modelos de la tradición, principalmente Las
etimologías de San Isidoro de Sevilla, Las etimologías de Cicerón, etc.

La naturaleza de las entradas de este diccionario, oscilan entre lo lexicográfico (definiciones), lo


etimológico (origen lingüístico e histórico de la palabra) y lo enciclopédico. Por lo tanto se ve
desdibujada la primera intención de ser puramente etimológico. En este mismo sentido, hay que
mencionar que las entradas también incluyen manifestaciones personales del autor, escritas en
primera persona y muchas veces son anecdóticas.

Hay varias características de la organización del diccionario que llaman la atención, por ejemplo:
Incongruencias inexplicables en el orden alfabético, irregularidad en la extensión de las entradas,
variantes gráficas o fonéticas solucionadas con un sistema de reenvíos, varias entradas para una
misma palabra con acepciones distintas, etc.
Diccionario de autoridades (1726-1739). Ed. Facsimilar, 3 vols. Madrid, Gredos, 1969:

El diccionario en cuestión es una edición facsimilar del diccionario de autoridades de la Real


Academia Española escrito entre 1726 y 1739. Es el primer diccionario producido por la RAE, por
lo tanto sus características principales responden a un intento de institucionalización y
normativización de la lengua castellana. La obra obtiene su título “de autoridades” por utilizar como
base a autores que la RAE consideró como las autoridades en el uso de la lengua (la mayoría:
escritores del siglo de oro español, por considerar que a través de ellos, el castellano alcanzó su
perfección y demostró ser una lengua bien desarrollada y autónoma).

El prólogo menciona en numerosas ocasiones a la obra de Covarrubias “El tesoro de la lengua” por
considerarlo un antecesor fundamental. La obra de Covarrubias es por una parte aclamada por sus
numerosos aciertos, pero también atacada por sus falencias (también numerosas según la RAE).

Ortográfica, gramatical y morfológicamente el diccionario sigue (según sus autores) a los criterios
planteados por Antonio de Nebrija en su gramática de 1492. Hecho que revela aún una fuertísima
dependencia de los modelos latinos. El diccionario muestra también un claro intento de
homogenización de los tres aspectos fundamentales de la lengua (ortografía, gramática y
morfología).

Cada entrada del diccionario está estructurada de la siguiente manera: Caracterización gramatical de
la palabra, categorización de la palabra, definición, información sobre el origen o la equivalencia
clásica (greco-latina) de la palabra y por último una cita de la autoridad que justifica su uso.

Vale la pena destacar que todos los criterios utilizados en la confección de este diccionario
responden a factores e influencias profundamente ideológicos (los que corresponden a su época), y
que por tanto además de ser una obra lingüística de gran valor, también es un testimonio histórico-
ideológico que puede (y debe) ser sometido a análisis críticos que revelarán muchas facetas
interesantes.

Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana. (4 vols.) Madrid, 1954-1957 :

Este es un diccionario etimológico escrito por el filólogo español Juan Corominas, cuya primera
edición fue publicada en primera instancia en 1954 por la editorial Francke. La voluminosa obra
consta de cuatro volúmenes, y su organización es alfabética tradicional.

La razón de ser de este diccionario es proporcionar la información etimológica de las palabras de la


lengua castellana (labor lingüística-filológica que no se había realizado en esta lengua). Las
etimologías presentadas en la obra no solo se basan en el trabajo con las lenguas clásicas (latín y
griego) sino que se apoya en todo el conjunto de lenguas que han tenido alguna relación histórica
con la península ibérica (árabe, provenzal, lenguas germánicas, etc.).

Más que una voluminosa ampliación del lexicón, esta obra pretende combinar el carácter crítico con
los aspectos históricos y dialectológicos; poniendo también atención en la vida y el ambiente de las
palabras.
Al ser una obra crítica, más que un listado de palabras. El diccionario de Corominas resulta estar
dirigido a un público especializado.

Por último conviene citar la dedicatoria de la obra porque al tener dos apartados (el primero en
catalán y el segundo en griego clásico), en parte refleja las intenciones metodológicas que el autor
utiliza para la confección de su obra:

Diccionario ideológico de la lengua española. Barcelona, Gustavo Gili, 1959:

El diccionario ideológico de la lengua española es una voluminosa y compleja obra de Julio


Casares y su equipo de investigación. En la segunda edición (que es la consultada para este trabajo)
Casares declara haber modificado el formato con respecto a la primera edición; y haber recibido una
muy abundante contribución de expertos en distintos saberes en los cuales el léxico había sufrido un
fuertísimo aumento por los avatares del progreso científico, tecnológico y filosófico.

La innovación lexicográfica que presenta esta obra consiste en que proporciona la posibilidad de
encontrar una palabra partiendo de su significado (proceso exactamente inverso al propuesto por los
diccionarios corrientes), y obviamente también presenta la posibilidad de hacer lo inverso.

Para cumplir con el objetivo propuesto, el diccionario posee además de una parte alfabética, dos
partes adicionales que se le anteponen. La primera de éstas es la parte sinóptica que consiste en una
especie de grilla o esquema que propone la clasificación ideológica del diccionario. Esto es, la
división de las palabras en grupos, categorías y sub-categorías que develan los criterios de
clasificación. La misma parte sinóptica presenta 38 cuadros sinópticos (uno por cada gran categoría)
y agrupa en ellos palabras conceptualmente afines que comparten una misma base semántica
regidora.

La segunda parte es la parte analógica, en la cual las palabras agrupadas en los cuadros sinópticos
son llevadas a enunciados que se desarrollan en muchas más palabras y expresiones. Para la
aparición de las expresiones, el diccionario muestra siempre el mismo orden en aparición de
categorías gramaticales, y dentro de cada categoría también hay una lógica de ordenamiento. El
elemento central de esta parte consiste en el método denominado llamada de grupos que permite
relacionar y trasladarse de un grupo de palabras a otro siguiendo la lógica de las analogías.

La parte alfabética del diccionario muestra rasgos muy tradicionales (la parte más parecida a un
diccionario de la lengua convencional). Sin embargo hay que mencionar que el diccionario incluye
para cada entrada, las frases hechas, las locuciones, los proverbios y los modismos donde puedan
aparecer las palabras tratadas.

Diccionario de términos filológicos. Madrid, Gredos, 1968:

Esta obra es precisamente lo que su título manifiesta. Es un diccionario especializado en


terminología filológica y algunas inclusiones de términos de la lingüística formal en general. Su
autor es el filólogo Fernando Lázaro Carreter.

La limitada extensión de la obra y la poca especialización técnica que muestran sus entradas
manifiestan el público hacia el que va dirigida la obra: estudiantes de filología o ciencias afines,
además del público general que puede utilizar este diccionario como una obra de consulta en
general.

La estructura y organización del diccionario son típicas: orden alfabético y entradas sencillas
conformadas por una definición simple y esquemática (la longitud de cada entrada varía según las
acepciones múltiples de la palabra).

El autor señala en el prólogo que seguirá como modelo a la obra del francés Jules Marouzeau. Y
declara también (en el mismo sentido) que el imperativo de su obra no es para nada el de
originalidad, sino más bien el de independencia (hay que pensar que la originalidad prácticamente
no tiene cabida en una obra de esta naturaleza).

Se cita la dedicatoria del diccionario: “”A D. Julio Casares, testimonio de cariño y gratitud”.

Por último hay que mencionar que esta obra es la primera en su naturaleza escrita en lengua
castellana, y gran parte de su valor pedagógico radica en ese factor.

Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos, 1970:

Este diccionario es una larga obra creada por la lexicógrafa María Moliner cuyo interés primordial
es hacer justamente lo que manifiesta su título: un diccionario que muestre la muestre la mayor
cantidad de usos actuales de cada palabra ingresada en la obra.

Por una parte se podría pensar que esta obra es una suerte de continuación de la labor de Julio
Casares y su diccionario ideológico. Pero esta sin duda muestra entradas mucho más amplias que su
aparente antecesor, esto es consecuencia de las intenciones manifestadas por la autora: el propósito
era tomar la definición de las palabras incluidas en el diccionario de la RAE para refundirlas y
mostrarlas en un modo más actual y ágil. Por esto se toma muchísimas más acepciones que las que
toma Casares o la RAE en sus respectivos diccionarios.
A manera meramente informativa conviene mostrar la dedicatoria que tiene el diccionario: “A mi
marido y a nuestros hijos les dedico esta obra terminada en restitución de la atención que por ella
les he robado”

Un dato que conviene señalar y que se relaciona directamente con las intenciones del diccionario es
que el orden alfabético no es para nada estricto, sino que muchas ocasiones se hacen salvedades
justificadas (según el prólogo) por el interés de agrupar las palabras etimológicamente.

Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje. Buenos Aires, Siglo XXI, 1974:

Esta obra es el producto del trabajo intelectual de dos reconocidísimos autores que a lo largo de su
carrera se han caracterizado por trabajar a la par investigaciones lingüísticas y también literarias:
Oswald Ducrot y Tzevetan Todorov.

Evidentemente la obra no es un diccionario convencional. Es en realidad una selección de términos


especializados tanto de la lingüística formal como de la teoría literaria, que son explicados sin
recurrir a demasiada terminología técnica. De este hecho se puede inferir que la intención de la obra
es constituirse como una suerte de obra de consulta tanto para principiantes en el estudio de la
lengua como para un público no especializado.

De la estructura de la obra podemos decir que la organización no es alfabética, sino más bien
responde a un criterio metodológico de los autores. El libro está organizado en cuatro grandes
secciones: las escuelas, desde el siglo XVII hasta Noam Chomsky; los dominios, incluyendo la
psico y la sociolingüística; los conceptos metodológicos, desde el más fundamental -el signo- hasta
el más derivado -el de género literario-, y los conceptos descriptivos, desde el más simple -las
unidades no significativas- hasta uno de los más complejos -la teoría de los actos de habla-.

Por último, es necesario mencionar que los autores en los segmentos introductorios de la obra
aclaran varias veces que este diccionario es producto de decisiones que responden a criterios
completamente personales, es decir, que se han establecido jerarquizaciones, prioridades y criterios
organizativos muy propios. Este es un dato no menor, si pensamos en el imaginario que rodea a la
palabra “diccionario”. Sorprende mucho más el hecho de que (aún tomando en cuenta lo dicho
anteriormente) el resultado es un reflejo claro y conciso de la multiplicidad de terminologías de las
ciencias del lenguaje (hecho que también permite entrever la multiplicidad de enfoques
epistemológicos y metodológicos que existen en el campo de los estudios de lengua y la literatura).

3. Definiciones buscadas y transcritas:

· Definiciones de TIERRA:

Covarrubias, S. de. Tesoro de la lengua castellana. (1611) ed. De Martín Riquer, - 1954-1957.

TIERRA. Latine terra, elementum frigidum et siccum, cud cuoniam relicua omnia gravítate
exuperat infimum, sibi inter ea locum vindicavit. Dicta est terra, autore Varone, a terendo, quod
ab ómnibus teratur, eamque ob causam antiquitus per simplex, r, scribebatur. Diéronle a la tierra
diversos nombres: llamáronla Vesta, sive qui rebús ómnibus vestiatur, seu quia visu stet. Ovidio,
lib.6, Fastorum: Stat vi terra sua, vi stando vesta vocatur. Llámase Ceres, porque da el pan;
Proserpina por la virtud que está encerrada en sus entrañas, la cual alimenta las rayzes y vivifica las
semillas, y llamóse madre universal, por criar todas las cosas, y la gran madre, por otro nombre
Cebeles, la qual pintaban con una corona en la cabeça a modo de torre almenada, que significa las
poblaciones de la tierra, y en la mano un manojo de espigas, por ser fruto principal y universal
sustento de los hombres, y un atambor redondo, que significava la redondez del orbe y su sonido el
de los vientos, que nacen de las entrañas cavernosas de la tierra. Plinio, lib.2, entre otras cosas que
dize de la tierra, añade: Nos nascentes excipit natos alit, semel aeditos sustinet et Semper novissime
complexa gremio iam, arrelicua natura abdicatos, tum maxime ut mater operiens. Tierra, se toma
algunas vezes por la patria propia donde un hombre nace. Los oráculos de los gentiles siempre
entendían por este nombre madre la tierra. Fingen los poetas aver mandado el oráculo a Deucalión y
a Pyrra arrojassen hazia tras los huessos * de su gran madre. Junio bruto por esta razón de sol a
tierra saliendo del mar, entendiendo mejor el oráculo que los hijos de Tarquino. Julio César estando
en Cáliz, soñó que tenía debaxo de sí a su madre, y le interpretaron que avía de sujetar el orbe.
Poner tierra enmedio, ausentarse. Echar tierra a un negocio, encubrirle. Ir tierra a tierra es ir
costeando. Echar por tierra, derrocar. Pecho por tierra, humillarse. Besar la tierra que otro pisa,
reverenciarle. Mi tierra, mi patria. Ser tierra, ser mortal. De tierra en tierra, de lugar en lugar
peregrinando. No sentirlo la tierra, no saberlo nadie.

TIERRA. En la sagrada escritura significa el cielo y la bienaventurança, Psalmo 36: Iusti autem
haereditabunt terram, et inhabitabunt seculum seculi super eam.

RAE. Diccionario de autoridades (1739) ed. Facsimilar. 3 vols. Madrid, Gredos, 1969.

TIERRA. s. f. Uno de los quatro elementos, que por su natural gravedad ocupa el ínfimo lugar
entre los demás. Lat. Terra, que es de donde viene. FR. L. DE GRAN. Symb. part. 1. cap. 3. §. 1.
Primeramente miremos toda la tierra sólida, y redonda, y recogida con su natural movimiento
dentro de sí misma.

TIERRA. Vale tambien la patria propria de cada uno. Lat. Patria. Solum natale. CERV. Persil. lib.
4. cap. 5. Y ella querria, si fuesse possible, morir en su tierra, y entre los suyos.

TIERRA. Se llama assimismo qualquiera Región, ò Província, ò el distrito de algun domínio, ù


estado. Lat. Territorium, ij. FUENM. S. Pio V. f. 36. Puso penas à los Señores, que no limpiaban
sus tierras de Vandoleros.

TIERRA. Significa tambien el espacio de ella apropósito para el cultivo, labór, y siembra.
Lat. Ager. Arvum. RODRIG. Exerc. tom. 1. trat. 5. cap. 25. Es como el dexar holgar las tierras un
año, para que dén despues mas fruto.

TIERRA. En sentido moral se llaman todos los mortales, por haber sido criados de ella. Lat. Terra.
Homines terreni.

TIERRA. Se toma por la parte enjuta del globo Terraqueo: y por extensión se toma por todo el
globo. Lat. Terra. M. AGRED. tom. 1. num. 81. En el principio crió Dios el Cielo, y la tierra.
Corominas, J. Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana. (4 vols) Madrid, (1954-
1957).

TIERRA, del lat. TERRA íd. 1ª doc.: 2ª mitad S.X, Glosas Silenses; doc. De 978; etc. (Oelschl).
Desde los orígenes aparece con gran frecuencia y en todas las acs. Modernas, que ya era también
latinas. Común a todos los romances. Es notable que en el uso oral argentino (M. Fierro II, 285, y
en general aun en las ciudades), creo también en Andalucía y en otras partes de América y de
España, tierra invade el terreno semántico de polvo, voz que apenas se emplea allí si no es para las
materias pulverizadas artificialmente (se dice siempre el tren levanta mucha tierra, al caer se llenó
de tierra, etc.).

DERIV. Terrada. Terrado [princ. S. XVII, Aut.], desusado hoy, a no ser quizá provincialmente, y
sustituído por azotea; comp. cat. Terrat. Terraguero salm. y pal. ‘montón que en la era se forma con
las barreduras del solar de la parva’; almer. ‘acumulación de polvo o tierra’, ‘polvoreada’. Terral;
tierral arg. (Draghi, Canc. Cuyano, p. CXIX). Terrazgo [S. XIII, Aut.] o terraje; terrazguero o
terrajero. Terrazo ‘jarro de barro para beber agua, etc’ [Partidas II, xxiv, ed. Acad. II, 265; Gr.
Conq. De Ultr., 268; intent. Arag. De 1331, BRAE II, 554]; terrazulejo; comp. TARRO. Terrear.
Terregoso [“lleno de terrones, glebosus” Nebr.]; terregal dial. ‘acumulación de tierra’ (Malkiel,
Language XXV, 154-6). Terreno [Berceo, con variante terreño; éste, para ‘tierra, puerto’, se halla
también en las Leyes de Moros de los SS. XIV-XV, Memorial Hist. Esp. V, 427ss.; comp. cat
terreny], de TERRENUS ‘terrenal’; terrenidad; terrenal [h. 1250, Setenario, 291b54; Nebr.]. Térreo,
tomado de terreus íd. Terrero [1124, Oelschl.]; terrera. Terrestre, de terrestris íd. Terrezuela Terrino.
Territorio [Berceo; existió una variante terridorio semipopular, en docs. Del S. X, Oelschl.], tomado
de territorium íd; territorial; territorialidad. Terrizo. Terrón [J. Ruiz; “pedaço de tierra; gleba”
Nebr.; turrón en Cuba: Pichardo, p.258]; terronazo. Terroso. Terruño [“linage de tierra; terrenum”
Nebr.]. Terruzo. Aterrar [Berceo; Cuervo, Dicc. I, 745-6], primitivamente ‘derribar’, luego ‘abatir’,
‘consternar’; como indicó Cuervo, sólo secundariamente y por influjo tardío de terror, llegó a
significar ‘aterrorizar’ [fin S. XVI, Ercilla], y a conjugarse aterra [S. XIX, Hartzenbusch; con esta
ac. Dicen atierra los clásicos]; aterrador; atierre.

Conterráneo [h. 1490, Celestina], forma que todavía es usual, si bien está algo más difundido
coterráneo (por influjo de coetáneo). Desterrar [Berceo; Cuervo, Dicc. II, 1171-3]; en Juan Manuel
(Rivad. LI, 404) y las Consolaciones del A. Luna (íd. 563) vale ‘impedir, estorbar’; destierro
[Nebr.]. Enterrar [Berceo; cub. ‘hincar’: enterrarse uno una aguja, enterrar un clavo en una tabla,
Ca, 228]; enterrado [pollo enterrao ‘arroz con pollo’ cub., Ca., 258]; enterrador [Nebr.]. Soterrar
[Berceoo; es., meter so tierra: defodio; s. muerto…” Nebr.]; soterramiento; desoterrar ‘desenterrar’
ant. [Berceo; Gr. Conq. De Ultr., 544]. Subterráneo, antiguamente soterraño o soterrano.

CPT. Terracota [Acad. S.XIX], de lit. terra cotta, propiamente ‘tierra cocida’. Terraplén [Aut.], en
los SS. XVI-XVII, terrapleno [Aut.], tomados del fr.terr-plein [1561] y del it. terrapieno,
respectivamente, como términos de fortificación; terraplenar [Quevedo]. Terráqueo [Aut.], tomado
del lat. terraqueus, compuesto con aqua ‘agua’. Terrateniente [Acad. Ya 1817], probablemente
tomado del cat. Terratinent [S. XV, Jaume Roig, v 12502]. Terremoto [h. 1570, Zurita, Aut; Pz. De
Hita, ed. Blanchard II, 206; terramote, med. S. XV, Canc. De Stúñiga, 322], tomado del it.
terremoto, que viene del lat. TERRAE MOTUS ‘movimiento de la tierra’ ((lo castizo en cast. Es
temblor de tierra, única expresión empleada popularmente en la Arg., Chile y creo en toda
América). Terrícola, tomado del latín, donde es compuesto con colere ‘habitar’. Terrigeno.
Terromontero [S. XVII, Aut.], compuesto con monte. Parterre [Acad. 1936, no 1884], del fr.
porterre íd.
Casares, J. Diccionario ideológico de la lengua española. Barcelona, Gustavo Gili, 1959.

*tierra. f. Planeta que habitamos. / Parte superficial de este mismo globo no ocupada por el mar. /
Materia inorgánica, suelta o desmenuzable, de que principalmente se compone el suelo natural. /
Mantillo producido por los despojos del brezo y mezclado con arena. / *Suelo o piso. / Terreno
dedicado a cultivo a propio para ello. / *Patria. / *País, región. / *Territorio o distrito. / fig.
Conjunto de los *habitantes de un territorio. / abertal. La que con facilidad se abre y forma grietas.
/ blanca. Greda o tierra de Segovia. / Tierra campa. / bolar. Aquella de que se hace el bol. /
campa. La que carece de arbolado. / de batán. Greda muy limpia que se emplea para desengrasar
los *paños. / de Holanda. Ancorca. / del pipiripao. fam. Aquel lugar o casa donde hay *riqueza y
constante *diversión. / de miga. / La que es muy arcillosa. / de pan llevar. La destinada a la
siembra de cereales. / de Promisión. La que Dios prometió al pueblo de Israel. / fig. La muy fértil y
abundante. / de Segovia. Greda. / de sembradura. La que se destina para sembrar cereales. / de
Venecia. Ancora. / firme. Continente. / Terreno sólido y capaz por su consistencia y dureza de
admitir sobre sí un edificio. / japónica. Cato. / moriega. La que perteneció a los moriscos. / negra.
Mantillo. / prometida. Tierra de Promisión. / rara. Cualquiera de los óxidos de ciertos *metales
que ocupan lugares contiguos en la escala de los números atómicos desde el cerio al lutecio. /
Santa. Lugares de Palestina donde vivió *Jesucristo. / vegetal. La que tiene abundancia de
elementos orgánicos que la hacen apta para el cultico. / verde. Verdacho. / Besar la tierra. fig.
fam. *Caer de bruces. / Como tierra. loc. Adv. Fig. y fam. Con *abundancia. / Dan en tierra con
una cosa. Fr. Derribarla o hacer que *caiga. / De la tierra. Dícese de los frutos que produce el país
o la comarca. / Echar en tierra una cosa. Fr. Mar. Desembarcarla. / Echar por tierra una cosa. Fr.
Fig. *Destruirla, arruinarla. / Echarse uno a, en , o por, tierra. fr. Fig. Humillarse, *rendirse. / fig.
*Fingir modestia y *humildad. / Echar tierra a una cosa. Fr. Fig. *Ocultarla, hacer que se *olvide.
/ Estar uno comiendo, o mascando, tierra. fr. Venir, o venirse a tierra. / La tierra de María
Santísima. Fr. Fam. Con que se designa la Andalucía. / Morder la tierra. fr. Fig. Morder el
polvo. / Partir la tierra. fr. Lindar el término de un pueblo, ciudad o provincia con el de otra. /
Perder tierra uno. Fr. No poder sostenerse en ella y resbalar o caer el que va andando. / Poner por
tierra. fr. *Derribar un edificio o cosa semejante. / Poner uno tierra en, o por, medio.fr. fig.
Ausentarse, *huir. / Por debajo de la tierra. una cosa. Fr. fig. y fam. Con que se pondera la
dificulta de *buscarla o adquirirla. / Saltar uno en tierra. fr. Desembarcarse. / Sin sentirlo la
tierra. loc. adv. fig. y fam. Con mucho *silencio y cautela. / Tierra adentro. loc. adv. con que se
determina todo lugar distante de las costas o riberas. / Tierra a tierra. m, adv. Costeando o
*navegando siempre a la vista de tierra. / fig. Con cautela y sin arrojo en los negocios. / Tomar
tierra. fr. Mar. Aportar, arribar la nave. / Posarse una *aeronave. / Desembarcar las personas. /
Venir, o venirse, a tierra una cosa. Fr. Caer, arruinarse, *destruirse. / Ver tierras uno. Fr. fig. Ver
mundo. Tiesamente. adv. m. *Fuertemente, firmemente.

Moliner, M. Diccionario de usos del español. Madrid, Gredos, 1970.

TIERRA. (Del lat. “terra”; v.: “aterrar, aterrizar, con[co]terráneo, desterrar, parterre, enterrar,
sosterrar; terracota, terraplén, terráqueo, terrateniente, terremoto”.) 1. (escrito con mayúscula).
*Planeta en que habitamos. (Otras raíces, “geo-, telu-”: ‘geocéntrico, geodesia, geofísica, geogenia,
geognosia, geogonía, *geografía, *geología; telúrico, telurio’. / V.: “Esfera terráquea, GEOIDE,
GLOBO terráqueo, GLOBO terrestre, *MUNDO. / Neptunismo, PLUTONISMO. / CÍRCULO
polar, ECUADOR, EJE, MERIDIANO, PARALELO, POLO. / Aerosfera, *ATMÓSFERA,
ESTRATOSFERA, IONOSFERA, MESOSFERA, TROPOSFERA. / BARISFERA, CORTEZA
terrestre, HIDROSFERA, LITOSFERA, MAR, pirofilacio, pirosfera. / TECTÓNICA. /
CASQUETE polar, CLIMA, HEMISTERIO, TRÓPICO, ZONA. / ACCIDENTE *geográfico. /
Nutación, rotación. / Grado geotérmico. / Anfiscio, ANTECO, ANTÍPODA, ANTISCIO, ASCIO,
HETEROSCIO, PERIECO, PERISCIO. / GIROSCOPIO, GIRÓSCOPO, GIRÓSTATO. / *LUNA,
SATÉLITE. / CIBELES. / *GEOGRAFÍA”.) 2. Superficie dl planeta Tierra no cubierta por el mar.
Se usa sin artículo, o sea, como partitivo, cuando se nombra contraponiendo la tierra al mar o el
aire: ‘Ver tierra, tomar tierra’. º Esa materia, considerada como asiento donde crecen las plantas:
‘Los productos de la tierra’. (Otras raíces, “edaf-, geo-”: ‘edafología; geodesia, geófago, geología,
geótico, hipogeo’. Forma prefija de la raíz, “terr-”: ‘coterráneo, desenterrar, desterrar, enterrar,
terráqueo, terraza, terrizo, terruño’. / V.: “*ELEMENTO. / HUMUS, pece, TERRONES. /
*ARENA, *BARRO cancagua, *CIENO, COCÓ, *POLVO, SIENA, talque [tasconio], tertel,
trumao”. / V. al final del artículo las expresiones que empiezan por “*tierra”. / V.: “ARRASTRE,
caballero torrontera[-ro]. / *ARCILLA, *CAL, LÉGAMO, MANTILLO, MARGA, *SÍLICE. /
Calcímetro. / *TERRÓN. / ARCILLOSO, ARENOSO, arijo, au[ahu]rragado, BALDÍO, CALIZO
CANSADO, delgado, desavahado, desazonado, EMPOBRECIDO, ennatado, ESQUILMADO,
fariño, *FÉRTIL, graso MAGRO, noval, PANIEGO,POBRE, recioREFRACTARIO, robadizo,
SILÍCEO, uliginoso. / *BANCAL, *LINDE, *LOMO, pece, *SURCO, *TERRAZA. / Gallón,
HORMIGUERO, TERRAPLÉN. / Jorfe. / Sarteneja. / *ABONAR, *APORCAR, atetillar,
*CAVAR, *CULTIVAR, desaporcar, *ESCARDAR, *LABRAR, RASTRILLAR, *ROTURAR,
TABLEAR, TERRAPLENAR TRILLAR. / *ENTERRAR. / Destierre. / Descansar, empastarse,
enmontarse, enyerbarse, *SAZONARSE. / Sazón, TEMPERO. / *ABONO. *AGRICULTURA.
*CAMPO. *TERRENO”.) 4. Se aplicó el nombre “tierra” a ciertos óxidos metálicos, como la
“alúmina”, a los que se creyó elementos. ( V. “METAL alcanotérreo”.) 5. (muy usado en
expresiones sin artículo). *Suelo formado o no por tierra: ‘Caer en tierra. Dormir en tierra’. 6. (muy
frecuentemente en pl.) *Terreno cultivable: ‘Tiene tierras en Andalucía. Tierras comunales’. 7. Con
respecto a una persona, nación, país o región en donde ha nacido: ‘El que quiera ser feliz, que no
salga de su tierra…’. 8. (*electricidad). Cable de cualquier aparato o máquina eléctrica que la pone
en comunicación con el suelo.

TIERRA DE BATÁN. *Greda muy limpia, que se empleaba en los batanes para desengrasar los
paños. T. blanca. “Tierra de Segovia”. T. bolar. Tierra con que se hace el bol. T. DE BREZO. Tierra
vegetal formada por arena con detritus de brezo, hojas de pino, etc. , que se emplea en *jardinería
para ciertas plantas que necesitan tierra muy suelta. T. CAMPA. La dedicada al cultivo de cereales.
T. FIRME. (I) Terreno sólido donde se puede *edificar. (II) Tierra de extensión considerable, por
oposición a “isla”. (V. “*CONTINENTE”.)

· Definiciones de CIELO

Covarrubias, S. de. Tesoro de la lengua castellana. (1611) ed. De Martín Riquer, - 1954-1957.

CIELO. Latine coelum, uno nomine dicitur tota illa mundi pars, quae est supra elementum ignis,
quam philosophi aethera appellant, ita dictum a celando, hoc est ocultando, quod inferiora omnia
celet, et tegat, sive, a stellarum imagine, quae in eo quodammodo caelatae apparent. Varro coelum
quasi Χοιλον, hoc est cavum dictum putat, et sic per coe, diphtongum, scribendum videretur. Ya
tengo advertido que yo no estoy obligado a que los romancistas me perciban enteramente en todo, y
aviendo de cumplir con mi instituto de dar las etymologías de los vocablos para acudir a sus
fuentes, sería más que turbar el agua, porque la perdería; cada uno tome lo que pudiere. También
advierto que yo no me meteré en averiguar el número de los cielos, ni sus movimientos, ni si su
materia es corruptible o no; quédese para los filósofos, y principalmente para los teólogos que
corrigen los errores, tantos y tan grandes, que los gentiles tuvieron errantes toto coelo. Tómase cielo

unas vezes por el ayre, otras por los orbes celestes, y últimamente por el lugar de los
bienaventurados. Ay algunas frasis vulgares, como: Escupir al cielo, estar impaciente. De los
impíos dize el Psalmo 72: Posuerunt in coelum os suum. Y “el que escupe el cielo, a la cara se le
buelve”. Esso será como dar una puñada en el cielo, por un imposible. Como querer subir al cielo
sin escaleras. De los que intenta una cosa sin los medios necesarios y forçosos. Ver abiertos los
cielos, holgarse de aver hallado alguna ocasión que se desseava. Venido del cielo, lo que se recibe
de todos bien. Ni por el cielo, ni por la tierra, vale por ninguna cosa. Mudar cielo, irse a otra tierra
de diferente clima y temple. Cielo benigno. Cielo sereno. Cielo turbado. Cielo ceñudo. Cielo triste.
Cielo nubloso. Cielo raso. En todas estas maneras de hablar se toma por el ayre. Cielo benigno,
favorable, por las influencias de los astros. Hazed del cielo cebolla, quando nos dan a entender una
cosa por otra. Nació el proverbio de que los astrólogos, buscando algún exemplo casero y manual
para darnos a entender cómo los cielos y sus orbes están contiguos unos con otros, y como los
mayores contienen dentro de sí los menores, hasta el cielo de la luna, que es el postrero, ponen la
semejança de los cascos de la cebolla, que están unos dentro de otros, y da ocasión de reyr que una
cosa tan grande como los cielos, los comparemos a una cosa tan de poca consideración como una
cebolla; pero nuestro entendimiento es a vezes tan ratero en las cosas de las texas arriba, que buscan
los que enseñan símiles * acomodados a nuestra capacidad. Y no traygamos otro exemplo sino el de
nuestro Redentor, que no solo ese cielo material, pero el cielo do reside la Corte Celestial le
compara a un grano de mostaça: Simile est Regnum Coelorum grano sinapis. Y porque el cielo
cubre la tierra con los demás elementos, por semejança llamamos cielo le que cubre la cama o el
patio de la casa o la mesa, como se usava antiguamente, que llamavan aulae, orum. De cielo
celestial.

RAE. Diccionario de autoridades (1739) ed. Facsimilar. 3 vols. Madrid, Gredos, 1969.

CIELO. s. m. Region superior à los Elementos, simple, incorruptible, con diversas mansiones ù
Orbes, en que están colocados el Sol, la Luna, las Estrellas, y los demás Planétas. Viene del
Latino Caelum, que significa lo mismo. FR. L. DE GRAN. Symb. part. 1. cap. 4. Qué cosa más
hermosa, y que mäs descubra la Omnipotencia y hermosura del Criadór, que el Cielo estrellado?
ACOST. Hist. Ind. lib. 1. cap. 1. Porque aunque es verdad, que los mäs, y los mejores de los
Philosophos sintieron que el Cielo era todo redondo... con todo esso algunos... tuvieron diferente
opinión. VILLAMED. Son. Amor. 59. Que el Cielo es siempre Cielo, siempre puro, Y accidentes
no alteran su substancia.

CIELO. La Corte Celestial, donde está colocado el Throno ù solio de la Santissima Trinidad,
assistido de Maria Santissima, nuestra Señora, de los Espiritus Angélicos, segun el orden de sus
Gerarchias, y de todos los Santos, y Bienaventurados, à quienes comunica Dios su gloria. Llámase
comunmente Cielo Empyreo. Lat. Caelum, aeterna Beatorum sedes. SANT. TER. su Vida cap. 6.
Para darnos à entender, que assi como le fué sujéto en la tierra... ansi en el Cielo hace quanto le
pide. FR. L. DE GRAN. Symb. Prolog. Este conocimiento tienen los Bienaventurados en
el Cielo, por clara vision de la Essencia Divina. RIBAD. Fl. Sanct. Vid. de San Carlos Borroméo.
Como guirnalda gloriosa de sus virtudes y hechos heroicos, y prenda cierta de la Laureola, que le
estaba preparada en el Cielo.

CIELO. Por Metonymia se toma muchas veces por Dios. Lat. Deus. SOLD. PIND. fol. 120. En vez
de dár al Cielo las justas gracias, tomé el freno en la boca, y sin ninguna rienda me dexé despeñar
de mis inclinaciones y deseos. ESQUIL. Nap. Cant. 5. Oct. 29. El Cielo me llamó, y al Cielo creo,
El Cielo la coróna me assegura, Y dieronme el derecho en que me fundo, Mi brazo, el Cielo, la
razón, y el mundo.
CIELO. Se toma tambien por áire: y assi comunmente se dice Cielo benigno, Cielo seréno, Cielo
turbado, Cielo nublóso, Cielo raso, claro, y assi de otras manéras. Lat. Caelum. RIBAD. Vid. de S.
Ignacio, lib. 3. cap. 20. Es el Brasil una Provincia mui extendida, fértil y alegre, por tener
el Cielo, como le tiene mui saludable, y los áires templados. MARIAN. Hist. Esp. lib. 1. cap. 1. La
tierra y Provincia de España ... à ninguna reconóce ventája, ni en el saludable Cielo de que goza, ni
en la abundancia de toda suerte de frutos y mantenimientos. CERV. Persil. lib. 1. cap. 2. Las aguas
hermosissima vista hacían, el mar tranquilo, el Cielo seréno.

Corominas, J. Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana. (4 vols) Madrid, (1954-


1957).

Cielo, del lat. CAELUM íd. 1ª dos.: Cid. Deriv. Celaje [1535, Fz. De Oviedo]; celajería,
encelajarse. Celeste [celestre, Alfonso X; celeste, Canc. De Baena, Santillana], tomado del lat.
Caelestis íd.; celestial [celestrial, Auto de los Reyes Magos; celestial, Berceo]; celestialidad;
celestina ‘sulfato de estrocina’, por su color celeste; ‘alcahueta’ [Lope; Lazarillo de Luna, 1620],
por alusión al personaje de la tragicomedia de F. de Rojas, de donde celestinear, celestinesco.
Célico [Espinel, † 1625], tonada de los gauchos’, por la palabra cielo o cielito con que suele
empezar su letra. Entrecielo. Sobrecielo. Ciella, V. celda Ciempiés, cien, V. ciento Cien ‘retrete’,
ciénaga, ciénago, V. cieno.

Casares, J. Diccionario ideológico de la lengua española. Barcelona, Gustavo Gili, 1959.

*cielo. m. Espacio indefinido en que se mueven los *astros, y que, contemplado desde la Tierra
tiene, durante el día, el aspecto de una bóveda azul. / Atmósfera. / *Clima o temple. / Mansión en
que los bienaventurados gozan la presencia de Dios, Ú. en pl. / fig. Parte superior que *cubre
algunas cosas. / borreguero. Cielo aborregado. / de la boca. Paladar. / raso. *Techo de superficie
plana y lisa. / viejo. Mar, Color azul visible a través de los rompimientos del celaje. / Medio cielo.
*Astron. Parte del meridiano que está sobre el horizonte. / A cielo abierto. m. adv. Sin techo ni
cubierta alguna. / A cielo descubierto. m. adv. Al descubierto. / Bajado del cielo. expr. fig. y fam.
Perfecto, *excelente. / Cerrarse el cielo. fr. fig. Cubrirse de *nubes. / Coger uno el cielo con las
manos. fr. fig. y fam. Tomar el cielo con las manos. / Descargar el cielo. fr. Descargar el
nublado. / Desencapotarse el cielo. fr. fig. Despejarse de nubes. /Desgajarse el cielo. fr. fig. Ser
muy copiosa la *lluvia. / Despejarse el cielo. fr. Desencapotarse el cielo. / Entoldarse el cielo. fr.
fig. Cerrarse el cielo. / Escupir uno al cielo. fr. fig. Decir o hacer cosas que se vuelven en su
daño. / Estar hecho un cielo. fr. fig. y fam. Estar muy *alumbrado y adornado un templo u otro
sitio. / Ganar uno el cielo. fr. fig. Conseguir la bienaventuranza con virtudes y buenas obras. /
Llovido del cielo. loc. Fig, y fam. que se dice de la persona o cosa que llega con gran oportunidad. /
Mover uno cielo y tierra. fr. fig. y fam Solicitar con suma *diligencia la ayuda de cuantos pueden
cooperar al logro de una cosa. / Nublársele el cielo a uno. fr. fig *Afligirse. / Poner en el cielo, o
los cielos, a una persona o cosa. fr. fig. Poner en las nubes a una persona o cosa. / Tomar uno el
cielo con las manos. fr. fig. y fam. Hacer demostraciones vehementes de *enfado o de contrariedad.
/ ¡Vaya usted al cielo! expr. fig. y fam. con que uno *desprecia lo que otro dice. / Venido del cielo.
expr. fig. y fam. Bajado del cielo. / Venirse el cielo abajo. fr. fig. y fam. Desatarse una *tempestad
o *lluvia grande. / Ver uno el cielo abierto. fr. fig y fam. Presentársele *ocasión *favorable para
conseguir los que deseaba. / Ver uno el cielo por embudo. fr. fig. y fam. Ser muy *inexperto o
*ignorante.
Moliner, M. Diccionario de usos del español. Madrid, Gredos, 1970.

CIELO. 1. “Firmamento”. Espacio que vemos sobre nuestras cabezas, azul de día y poblado de
estrellas por la noche. (V.: “* AIRE, *AIRE LIBRE, lo ALTO, ALTURAS, *ATMÓSFERA,
BÓVEDA celeste, CAPA del cielo, CIELO descubierto, ESFERA celeste, CAPA del cielo, CIELO
descubierto, ESFERA celeste, *ESPACIO, ÉTER, FIERMAMENTO, INTEMPERIE, de TEJAS
arriba. / CLARO, CUBIERTO, DESCUBIERTO, *DESPEJADO, LIMPIO, NEBLINOSO,
NUBLADO, RASO, SERENO, TRANSPARENTE. / CELESTE, URANIO. / ROSICLER. /
ATACIR, CENIR, estrellamiento, figura celeste, NADIR, SIGNOS del Zodiaco, tema celeste,
ZENIT. / Entrecielo. / ASTRONOMÍA. *NUBE”.) 2. Cubierta superior de algunos espacios
cerrados o recintos, considerada desde el interior de ellos: ‘Cielo de la boca’. (V. “*TECHO”.) 3.
Mansión de *Dios, los ángeles y los justos, PARAÍSO, PATRIA celestial, REINO de los cielos,
SENO de Abrahán, de TEJAS arriba. / *NOVÍSIMOS. / CAMPOS Elíseos, chana, ELÍSEO,
EMPÍREO, glasor, NIRVANA, OLIMPO, PARAÍSO de Mahoma, VALHALA. / HURÍ. /
Accidental, CELESTE, CELESTIAL, DIVINO, GLORIOSO, PARADISIACO, SANTO,
sobrecelestial. / Aureola, BEATITUD, BIENAVENTURANZA, SALVACIÓN. VIDA eterna,
visión beatífica. / ÁNGEL, *BIENAVENTURADO, celícola, comprensor, cuerpo glorioso, JUSTO,
*SANTO. / CORTE celestial, IGLESIA triunfante. / Gozar de DIOS, SALVARSE”.) 4.
*Bienaventuranza: ‘Está gozando del cielo’. 5. “*Dios”. La Providencia divina: ‘Quiera el cielo…”.
6. Se emplea como “*apelativo cariñoso”, particularmente dirigido a un niño. (T., “CIELÍN,
CIELITO”.) CIELO DE LA BOCA. *Paladar. Medio cielo (*astronomía). Meridiano superior, o
sea parte de una meridiano que queda sobre el horizonte. CIELO SIN NUES. Situación de la
persona que no tiene motivo de padecimiento, tristeza o preocupación. (V. “*FELIZ”.) C. RASO.
*Techo en que no están las vigas a la vista. º Revestimiento con que se tapan éstas. (V.: “*TECHO.
/ Chillado, encañizado, enlatado. / *Cabio, CAÑIZO, FORJADO, listón, listón de enlatar, región,
teguillo, vigueta de enlatado, vigueta de techo. / *SUELO”.) A CIELO ABIERTO
[DESCUBIERTO]. “Al raso”. Sin techo encima: ‘Dormimos a cielo descubierto’. (V.
“*INTEMPERIE”.) AGARRAR EL CIELO CON LAS MANOS. “Coger el cielo con las manos”.
AL QUE AL CIELO ESCUPE A LA CARA LE CAE. Refrán que expresa que el que ataca a cosas
elevadas o superiores a él, se desacredita, se perjudica con ello o recibe el *castigo correspondiente.
(V. “*ATRVERSE”.) V. “muchos AMENES al cielo llegan, ÁNGEL echado del cielo a patatazos,
ÁRBOL del cielo”. BAJADO DEL CIELO. “Caído del cielo” CAÍDO DEL CIELO. (I) Llegado o
sucedido con mucha *oportunidad. (II) *Inesperado; ocurrido sin saber cómo. (III) Obetenido sin
esfuerzo. (V. “*GRATIS”.) V. “debajo de la CAPA del cielo”. ¡CIELO MÍO! Expresión de cariño.
CLAMAR AL CIELO una cosa. Ser merecedora de *condenación por ser muy injusta, cruel o
abusiva. (La R. A ha acordado su inclusión en el D. R. A. E.) COGER EL CIELO CON LAS
MANOS. Llegar al colmo de la *indignación, de la *cólera o de la *desesperación. COMO CAÍDO
[LLOVIDO] DEL CIELO. *Llover muy intensamente. EN EL CIELO (inf.). Muy *bien o muy a
gusto. GANAR alguien EL CIELO. (I) Hacerlo así con su *virtud. (II) (fig.). Hacer uso de mucha
*paciencia o *conformidad. V. “poner el GRITO en el cielo”. Llovido DEL CIELO. “Caído del
cielo”. REMOVER EL CIELO Y LA TIERRA para algo. *Buscar mucho, hacer muchas *gestiones
o agotar todos los *medios para conseguirlo. V. “irse el SANTO al cielo”. TOCAR EL CIELO
CON LAS MANOS. “Coger el cielo con las manos”. VENIRSE EL CIELO ABAJO. Ser muy
grande la violencia de una *tempestad. º (fig.). Ocurrir un *escándalo, *ruido, etc., muy grande.
VER EL CIELO ABIERTO. Ver,

con algún suceso o circunstancia, la *solución para conseguir una cosa o librarse de algo. V. “voz
del cielo”.

También podría gustarte