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EL CHINO, UN IDIOMA EMPRESARIAL

Aprender chino, puede parecernos una tarea imposible, sin embargo, su aprendizaje es mucho más fácil de lo que
podamos imaginar. Actualmente el chino se puede equiparar al inglés como lengua global, ya que está teniendo una
gran emergencia internacional. Son cada vez más los que estudian este idioma, debido sobre todo a su interés por
ser más competitivos en el mundo laboral. 

Existen tres dialectos chinos mayoritarios, el cantonés, el wu y el mandarín, pero es este último el que más se habla
en el mundo y el que estudian cientos de personas en la actualidad.

Es un idioma principalmente tonal, y para estudiar su fonética es primordial el estudio del Pin Yin, que es la
transcripción fonética del chino al alfabeto latino. Esta forma de representación señala los caracteres con sus
acentuaciones incluidas, siendo el sistema que se emplea en la gran mayoría de escuelas de idiomas, permitiendo
que en poco tiempo sean capaces de tener unas nociones básicas y ser capaz de pronunciarlo.

Su gramática es peculiar, no teniendo ni masculino ni femenino, lo que facilita su aprendizaje en comparación con
otras lenguas como el francés o el español.

Su vocabulario es bastante asequible, con tan solo 5.000 palabras se puede tener un lenguaje bastante fluido. En
cuanto a la escritura y comprensión del idioma, tendremos que tener mucha paciencia, perseverancia y un constante
esfuerzo, ya que cada palabra que aprendamos supondrá aprender nuevos caracteres.

Perder el miedo es primordial para aprender una lengua compleja, que cada vez interesa a más personas en el
mundo, sobre todo en el sector de los negocios y que se está revelando como un gran instrumento en el mundo de
la economía global. 

Lenguaje administrativo
“El llamado lenguaje administrativo es la lengua empleada por los órganos de la Administración
Pública en sus relaciones tanto internas como con los ciudadanos.
Entre los documentos administrativos más usados por los ciudadanos se encuentran la  instancia y
el contrato, pero también podemos encontrar otros escritos administrativos como las disposiciones,
normativas, órdenes y resoluciones, que nos sitúan en el lenguaje jur ídico: la lengua empleada por
los órganos de la Administración de Justicia en sus relaciones con la colectividad o con las
personas físicas y jurídicas.
La frontera entre lenguaje jurídico y administrativo no est á bien delimitada, y hasta cierto punto el
primero puede considerarse un lenguaje administrativo espec ífico. En consecuencia, ambos suelen
estudiarse de forma conjunta, puesto que comparten recursos lingüísticos y coinciden en factores
extralingüísticos.
El medio habitual de comunicación entre la Administraci ón P ública y los  ciudadanos, son los diarios o
boletines oficiales (En España, BOE, BOP, DOGC, y otros; en la Unión Europea, el DOUE;
en México, DOF; etc.).”

Características

El lenguaje de los textos jurídicos y administrativos utiliza la lengua en su nivel más culto, lo que implica riqueza
expresiva, concisión, claridad y precisión. Las principales características son las siguientes: 

Tiene una estructura rígida, es decir, un esquema invariable establecido de antemano para cada tipo de escrito
o documento. Por ejemplo, una instancia, o un contrato.

El emisor tiene limitada la creatividad, subjetividad y expresividad. Por ejemplo, no puede improvisar una
organización nueva para su mensaje.

Impersonalidad: El emisor real del texto muchas veces parece tener como única pretensión la de desaparecer de su
escrito. Por ejemplo, documentos escritos en tercera persona.

El idioma empresarial (Lid Editorial Empresarial), por Javier F. Aguado


El canal utilizado es el escrito. Pero no es un escrito cualquiera, sino debe ser en un  papel oficial, firmado y fechado
de una forma reglada.

La intención de los textos jurídicos y administrativos es informar y ordenar (función referencial y conativa). En el caso
de que el emisor sea el ciudadano, la intención es solicitar o reclamar (función conativa).

La tipología textual puede ser descriptiva, instructiva, argumentativa, expositiva o narrativa, dependiendo de la parte
del texto que se analice.

Uso de recursos tipográficos, como la cursiva, negrita, las comillas o la letra versal (mayúsculas).

Formas lingüísticas

Recopilación de códigos legales.

Léxicas

Se trata de un lenguaje muy estable, culto, ritual (por ejemplo en el derecho romano) y con escaso margen de
variación. El emisor debe conocer a la perfección el significado de las palabras, a fin de conseguir precisión léxica. Los
principales rasgos léxicos son los siguientes: 

Uso de un lenguaje denotativo y unívoco.


“Abundantes arcaísmos. Por ejemplo “otrosí” que quiere decir “además” en las peticiones de un
escrito o “proveído” en una resolución judicial o de trámite. Se deben a la invariabilidad del modelo
a lo largo del tiempo. Tecnicismos, principalmente t érminos y giros de la lengua com ún que en los
textos jurídicos y administrativos adquieren un significado distinto. Por ejemplo, el t érmino
“diligencia” es la actuación del secretario judicial en un procedimiento, mientras que en la lengua
común es “rapidez y cuidado con que se hace una actividad”.”

Uso muy frecuente de los adverbios acabados en “-mente”, a causa de la necesidad de matizar y


precisar verbos y adjetivos en busca de claridad. Ej. “Lo anteriormente inserto concuerda bien y fielmente con su
original al que me remito en caso necesario”.

En la formación de palabras, se forman adjetivos mediante las terminaciones “–al” y “-ario”. Ej. “educacional,
judicial, procedimental” y “arrendatario”.

No utilizan de ningún modo palabras tabú (a excepción que sean enunciados literales), y en contraposición abundan
los eufemismos. Presenta un alto grado de cortesía reglada, que se manifiesta, por ejemplo, en los tratamientos
protocolarios, aunque actualmente están en desuso.

Uso abundante de siglas para referirse a instituciones (MEC: Ministerio de Educación y Ciencia de


España), organismos (TSJC: Tribunal Superior de Justicia de Cataluña), leyes(LEC: Ley de Enjuiciamiento Criminal de
España) y conceptos (IRPF: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de España).

Uso de aforismos (sentencias breves que se proponen como una regla), que recogen la “sabiduría” del derecho
romano: “Ad impossibilia nemo tenetur” (nadie está obligado a lo imposible) o “Habeas corpus” (derecho del
detenido a comparecer ante el juez). En ocasiones también encontraríamos aquí latinismos como la locución
"Excusatio non petita, acusatio manifesta" (una disculpa no pedida suele indicar sentimiento de culpabilidad) o
"Dura lex, sed lex" (Lit. la ley es dura, pero es la ley; nos redirige a su vez a la norma básica del Derecho Romano de
que el no conocimiento de la ley, no exime de su cumplimiento, sea esta dura o no)

Se utilizan repeticiones de palabras, al no encontrar otra palabra que exprese la misma realidad. Ej. “El Fiscal General
del Estado estará asistido en sus funciones por el Consejo Fiscal, la Junta de Fiscales de la Sala, la Inspección Fiscal y
la Secretaría Técnica". En ningún caso se admiten metáforas, perífrasis o cualquier otro tipo de figuras retóricas,
puesto que pueden dar lugar a confusión.

Gramaticales

Comunicación organizacional, teorías y estudios. (Esp); Antonio Castillo.;2009. Ed. Clave.


Existe una preferencia por la construcción nominal (caracterizada por un abundante uso de sustantivos y adjetivos) a
las construcciones verbales. Por ejemplo, “en la tramitación de este juicio”, es equivalente a “al tramitar este
juicio”. [cita requerida]

Uso de perífrasis verbales con un verbo vacío de significado: “Presentar reclamación” por “reclamar”.

A causa de la impersonalidad y del texto, se utilizan abundantes formas no personales del verbo. El más utilizado es
el gerundio, llegando a ser muchos de ellos incorrectos (cuando desempeña una función adjetiva). Por ejemplo,
“Decreto disponiendo”.

Conserva el futuro de subjuntivo, desaparecido de la lengua estándar, que se utiliza en la redacción de leyes y por
arcaísmo. Por ejemplo, “si procediere”.

Abundan verbos que rigen subjuntivo, como los de ruego o permiso.

Uso frecuente del imperativo, por ejemplo “notifíquese”.

El presente atemporal es característico, ya que no sitúa la acción verbal en un periodo concreto de tiempo.

Utilización del futuro de indicativo en construcciones pasivas e impersonales. Por ejemplo: “se hará saber”.
“Los párrafos suelen ser largos, a causa de la excesiva subordinaci ón; el objetivo es recoger con
precisión todos los matices, posibilidades y excepciones. Por ejemplo: ”Sin embargo, no es esa mi
opinión, ya que, a mi juicio, lo que el legislador ha pretendido con esa norma final es, precisamente,
no dejar ningún resquicio a la posibilidad que se pueda admitir la reconvenci ón sin que conste
petición expresa”. Abundante uso de las construcciones en pasiva y pasiva refleja: “la solicitud fue
presentada por la Sra. Antonia López en este Juzgado”

Se utilizan “impersonales con se” en abundancia, buscando distanciamiento e impersonalidad. El sujeto que juzga
ordena, condena, certifica, está eclipsado y resguardado.

Se utiliza mucho la tercera persona de singular.

Los textos jurídicos y administrativos intentan buscar la máxima precisión y claridad, aunque en ocasiones el texto
resultante sea complejo e impreciso desde el punto de vista normativo.

Criterios de claridad en el lenguaje administrativo

En España, desde 1989 se están llevando a cabo una serie de actuaciones para la mejora de la inteligibilidad del
lenguaje administrativo. 

Se busca modernizar y simplificar el lenguaje administrativo para hacerlo más sencillo y comprensible. Se ha
elaborado un “Manual de estilo” (de 1993) sobre todo para la redacción de los documentos administrativos dirigidos
a los ciudadanos. Las principales recomendaciones para mejorar la compresión del lenguaje administrativo son las
siguientes:

Uso de un lenguaje apropiado al mensaje y a los destinatarios de tal modo que la información resulte accesible.

Uso de sintaxis simple y frases cortas.

Empleo de las formas verbales en voz activa.

Elección de formas de tratamiento de primera y segunda persona.

Evitar extranjerismos y tecnicismos.

Tendencia a eliminar el tratamiento protocolario y la sumisión del emisor al receptor.

Supresión de fórmulas de salutación y despedida en las comunicaciones de mero trámite entre órganos
administrativos.
Gerencia Integral de comunicaciones (Col); Jorge Aguilera. En colaboración con Natalia Camacho;Marzo 2008. Ed. Ecoe
Ediciones.
En cuanto al léxico se refiere (aunque no sea un criterio de claridad y precisión), hay una tendencia a utilizar
un lenguaje no sexista.

En 2009, en el mismo sentido, se creó una Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico.

Mini-diccionario de términos y frases

A efectos de, a efectos de que: Locuciones de uso muy frecuente en el lenguaje administrativo. En algunos casos,
como en el segundo caso, es preferible sustituirla por para qué1.

A la mayor brevedad: Giro propio del lenguaje administrativo. Es más correcto con la mayor brevedad.

A tenor de: Locución muy usada en frases como "a tenor de lo dispuesto", "a tenor del artículo". Puede ser sustituida
por "según", "conforme a", "de acuerdo con".

Correspondiente: Muletilla que, al igual que consiguiente, se repite hasta la saciedad: "el correspondiente trámite",
el atestado correspondiente", la correspondiente petición.

Cumplimentar: Sería aconsejable sustituir el término por el de rellenar, más utilizado en la lengua común.

En orden a: Anglicismo que debe sustituirse por una construcción castellana como: "para", "con vistas a", "a fin de
que", "con el propósito de".

En tanto que: En el lenguaje administrativo es frecuente el uso de esta locución conjuntiva equivalente a "siempre
que", "mientras" y "cuando".

En uso de: Expresión administrativa de estilo rebuscado que debe sustituirse por otras más sencillas como  "de
acuerdo con".

Lo que le comunico, lo que se le comunica: Frases hechas, utilizadas como muletillas en numerosos escritos
administrativos.

Oportuno: A los efectos oportunos. Su excesivo uso en el lenguaje administrativo lo ha convertido en muletilla.

Situación sociolingüística en España
“La situación de la lengua castellana en España en los textos jurídicos y administrativos, en lo que se
refiere al ámbito de las Comunidades Autónomas con lenguas distintas al castellano es bastante
dispar. Tal y como estableció la Ley de normalización ling üística de 1983, la lengua de la
administración (y por tanto de la justicia) es el vern áculo. En cuanto a la administraci ón, se ha
conseguido que la lengua oficial lo sea, hasta tal punto que, si se escribe una instancia a la
administración pública en castellano, deberá ser contestada en catal án, vasco o gallego, a no ser que
se exprese explícitamente lo contrario.” En la justicia, la situación es muy diferente. El castellano es la que
vehicula los conceptos jurídicos. La causa es que gran parte de los recursos y de la normativa se encuentran en
lengua castellana.

Comunicación organizacional, teorías y estudios. (Esp); Antonio Castillo.;2009. Ed. Clave.

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