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Roman Jakobson

Lzngüic.tica
9
Poética

TERCERA EDICION

CATEDRA
C m C A Y ESTUDIOS LITERARIOS
Índice
Título original de la obra:
Linguistics and Poetics

Traducción de Ana María Gutiérrez Cabello

La «Poética» de Roman Jakobsori, por Francisco


Abad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Lingüística y Poética. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

O The Massachusetts Institute of Technology


Ediciones Cátedra, S. A., 1985
Don Ramón de la Cmz, 67. 28001 Madrid
Depósito legal: M. 20447-1985
ISBN: 84-376-0296-3
Printed-in Span
Impreso en Anzos, S. A. Fuenlabfada (Madrid)
Papel: Torras Hostench, S. A.
L a «Poética» de Rorncln Jakobson
por Francisco Abad
1. En 1958 -como es ya hoy rriuy s a b i d o se reunió
en la Universidad de Indiana, c:oii (.1 ;iiispicio conjunto del
Social Science Research Council, i i r i c.otigrc.so para el estudio
del «estilo» cuyas actas fueroii cicli(;icl;is por 'Ihomas A.
Sebeok en 1960 con cl título (Ir bC!~ilr;TI I,clqqrun,gel. Tal
simposio deseaba una más cla.ríi ~)<.rc.c.l)cióri dc ((what
literature is and what the coiistitueiit elerrierits of style
are>>2,pero no paso tic. rc~stiltar.u11 f'rac:asado intento,
según le parece a 13cririisoii (;i,ay:'. Cori mayor acierto y
justicia, otros críticos creen sin cmbargo -como entre
nosotros Fernarido 1,azaro - - que con la concreta comuni-
cación d e Jakobson al congreso reaparecía la Poética en
el horizonte de la ciencia lingüística contemporánea4.
En realidad, los simposios lle\rados a cabo en indiana y

' Nueva York-Londres, 1960, 470 págs. Hay traducción cspañola


parcial en Ed. Cátedra: E ~ f i l odel lenguaje3 Madrid, 1974.
S'cvle ..., pág. V.. Son palabras de John W. Ashton.
' R. Gray, E l e.i.tilo, Madrid, 1974, pág. 19.
F. 1,ázaro Carreter, Estudios de poiticn. L a obra en sí, Madrid,
1976, p á 0. ~ Refiriéndosr al momento anterior del ncui criticisnz, pre-
cisa el propio profesor Lázaro: «El J e z o C'rit~cism,por su parte, que esta-
tuía vhemeiitcmente el hecho de que uri texto cs, antes quc nada, uri
objrto verbal; se distanciaba, sir1 embarzo, de la lingiiística cieritífica,
por cuyos métodos y log-ros manifestó constantemente desdén» (ibid.,
pigs. 10-1 1). Para el ticw critzcian~como movi~niento,cfr. K. Wellek,
Concepto.i. de crítica lituraria, Caracas, 1968; pág-s. 22.1 y SS; V. M. de
A ~ u i a re Silva, T ~ o r í ade la litera/ura, Madrid, 1972, págs. 413-433:
F. Günthner, «Le new critzci~rn)),Latigue f i a n f a i ~ e , 7 (1g70), pág-L 96-
I O I ; K. Cohen, «Le .Nuw Critici.tm aux Etats-Unis (1g35-1gf>o))),
que interesan para nuestras disciplinas son dos: la Confe- Todo hecho lingüístico implica .un mensaje y cuatro
rencia de Antropólogos y Lingüistas de 1952 y el Congreso elementos en conexión con él: el emisor, el receptor, el
sobre el estilo seis años posterior; de la primera de estas contenido del mensaje y el código empleado... La pre-
reuniones hay textos respectivos bien localizados de Claude ponderancia del contenido del mensaje dista mucho de '
Lévi-Strauss y de Jakobson que ahora importan" Lévi- ser la única posibilidad. Actualmente, la importancia de
10s demás factores del mensajc cmpieza a llamar más y
Strauss razonaba que al ser la lengua <<espejo»de la cul- más la atención de los lingüistasn.
tura, los lingüistas debían dar a su ciencia contenido empí-
rico, esto es, hacer uso de toda clase de materiales idiomá- Esto es, Jakobson pedía que se tiivichsen crecientemente
ticos diversificados. «El lenguaje -escribió- es suscepti- en cuenta (como ya empezaba a hacerse) las diversas *
ble d e ser tratado como un «producto» d e la cultura: una finalidades del mensaje, y por tanto la diversa conforma-
lengua, usada en una sociedad, refleja la cultura general ción o «textura» del mismo dcrivada d~ cllasg. Más en
de la población», para deducir en consecuencia y compro- particular, subrayaba el proccdimicrito cstktico de «pues- '
bar: «Los lingüistas ... se acercan a nosotros con la espe- ta de relieve del mensaje cn sí ~ r i i s r n ol o ,~ comcntando:
ranza de hacer más concretos sus estudios» 6 . Lévi-Strauss, «Me alegra que ... se tienda por firi i i r i ~ ~ i i c nc:ntrc
tc la lin-
pues, proponía a la ciencia idiomática de entonces no sólo güística y la crítica literaria d(: c:stc. l);tís» ' l .
la adopción de sistemas teóricos descriptivos adecuados, El Congreso de Indiana d(: 1958 c:rit(-~idíapor estilo el
sino la acogida de las reales variedades de lengua, esto es, uso de distintos modos elocutivos, por lo que piido incluir
la concreción acerca de la faz multidiversificada del en su programa un estudio como cl de Roger Brown y
idioma. U n a de esas variedades, la artística, iba a ser Albert Gilman «'Ihc Pronouns of Power and Solidarityn;
atendida por Jakobson 7 . Brown y Gilman, efectivamente, se expresaban así:
Roman Jakobson, en efecto, esbozaba ante un audi-
torio norteamericano nuevo para él viejas convicciones Different styles are different ways of «doing the same
de etapas anteriores d e su vida. El apunte d e lo que luego thing))1 2 .
diría en 1958 era ya nítido:
Este concepto de estilo como selección o elección
lingüística l 3 incluye a su vez -creemos- tanto lo que se
Poétzqi~e, 1 0 (1g72), p á g s 217-243. Aún uzd. textos como los recopilados
1)or LV. Scott, Principzos de critica literaria, Barcelona, 1974,los escritos de
'1'. S . Eliot, etc.
" C:. Levi-Strauss, Anlropoloyía estructural, Buenos Aires, rg6g2, Ensayos ..., pág. I 7.
1):~~s. 62-73;R. Jakobson, E n s q o s de lingüística genrral, Barcelona, 1975, Sobre la raigambre de esta concepción finalista del sistema
l'hgs. 13-33. véanse unas primeras indicaciones en José Pascua1 Buxó, Introducción
" Loc. cit., págs. 63 y 65. a la poética de Koman Jakobson, México, 1978,págs. 6 y 18.
Nos hemos referido tanto a u n o como a otro congreso de In- Loc. czt., pág. 19.
ili;iiia, rcseñaiido y valorando más en detalle lo allí dicho, en nuestros l1 Ibíd.
~i.:il);iios «I,iiigüistica y antropología en la lógica estructuralista de
l2
Style ..., págs. 253-276:pág. 269.
"
,Jiikol,soii y Lkvi-Strauss)), de E l signo literario, Madrid, 1977,pági- Comp. Nils Erik Enkvist, «Para definir el estilo. Ensayo de
i i ; i h "'1)-1.4.4, y .Sociolingüística~Poética, Zaragoza, Libros Pórtico, 1981, lingüística aplicada)), j o h n Spencer, ed., Lingziística _y estilo, Madrid,
1 ~ ; l ~ I sl . l y l 11, 1974. págs. 17-74:pág. 37.
ha llamado estilística de la lengua como la estilística del ocupa específicamente la aludida ciencia Poética? Trata
habla 14. de la estructura lingüística y en general de todo lo que hace
Jakobson, por su lado, elaboró entonces el escrito que un mensaje verbal sea una obra de artez0;asimismo,
señero ((Linguistics and P o e t i c ~ » ' ~La
. idea d e fondo de se ocupa de las relaciones entre la expresión y el contenido
la que arrancaba era la de la necesidad de estudio delb en el discurso literario, de las sustancias denotadas-con-
idioma en todas sus finalidades y, por tanto, en todas sus notadas por el texto: trata <<dela función poética en sus
manifestaciones; repitiendo a Voegelin, señalaba como relaciones con las demás funciones del lenguaje», pues la
tema de mayor importancia de la lingüística entonces el primacía de esa función poética «no climina la referencia,
de la revisión de <<lahipótesis monolítica del lenguaje», aunque la hace ambigua»z1. Naturalmente, caben los
investigándolo para ello en toda la variedad de sus fun- puntos de vista sincrónico y diacrónico:
c i o n e ~ ' Realmente
~. nuestro autor iba a hacer estructura-
lismo fenomenológico, pues -como ha notado Elmar - Los estudios literarios, y la pobtic:i como el que más,
Holenstein- el concepto mismo de «literariedad» re- consisten, como la linguistica, cn dos conjuntos de pro-
blemas: sincronía y diacronía. 1.a tl(.s(.ripc.iónsincrónica
sulta de una reducción eidética". En efecto, para refe- abarca no sólo la produ( (,ií)rilitcraria dr una fase dada,
rirse a la función poética como propiedad de los textos sino aquella parte dc la tríidición litcraria que ... se ha
artísticos se precisa ante todo una vivencia singular e in- revitalizado en la fase cn cuestión ... El c.nSoquc histórico,
tencional de lo inmanente de los mismos, y en segundo en poética como cn linguística, se intrrcsa no sólo por los
término su reducción hasta lo específico, hasta lo unitario factores del cambio, sino también por los factores conti-
o esencial. Nos hallamos, pues, ante los momentos res- nuos, permanentes, estáticos22.
pectivos del discurrir fenomenológico llamados «reducción
fenomenológica» y ((reducción eidética)). U n enunciado posee naturaleza representativa, meta-
lingüística, literaria, etc.; según esa naturaleza o finalidad,
Jakobson engloba la Poética en el cuadro d e una semió-
está construido de acuerdo con unos rasgos elocutivos
tica artística: <<Losproblemas del Barroco -escribe-
determinados. La estructura verbal del mensaje depende
o de otro estilo histórico desbordan el marco de un solo
de la función que sea en él predominantez3.Cuando ésta
arte»18, y así'poco después pide que se investiguen con-
es la poética, hallamos en el enunciado «la orientación
cretamente los posibles desarrollos históricos convergen-
hacia el mensaje como tal», el mensaje por el mensaje,
tes entre poesía y pinturalg. En este conjunto, ide qué se
aunque desde luego la función poética no es la única pre-
l4 V i d . Amado Alonso. Estudios lingüi~ticos. T e m a s e.cpañoles, Ma- sente en el arte verbal, sino sólo la determinante. Por eso,
drid, 1961', págs. 9, 125-236. El modelo de trabajo de Brown ha sido
glosado y ejernplificado por C. Weinerrnan: Sociolingüística de la forma
pronominal, México, I 976.
cfr., el capítulo final de E. Orozco, Manierismo y Barroco, Salamanca,
l5
Slyle ..., págs. 350-377; trad. cast., Ensayos ..., págs. 347-39.5.
11; Ensayos ..., págs. 351 y 352. 197;;
" E. Holenstein, Jakobson on le structuralisme phénoménologique, Ensayos ..., pág. 348.
I';ll'í~,1974, págs 7 Y 1 2 2 , Ibíd., págs. 363, 382-383, corrigiendo ligerametite la traducción.
"' En.\nyos ..., pág. 348. V i d . las ilustraciones de Holensteiri, págs. 101-106.
"' l i . -Jakobson, Questions de poétique, París, 1973, pág. 231. Sobre " Ensayor ..., págs. 350-35'
i.\ii. ii.iii;i tiay bibliografia seria o de escaso rigor; de entre la primera
Ibíd., pág. 353.
«la indagación lingüística de la poesía no puede limitarse creta respecto de una «lengua» potencial y extraperso-
a la función nal 29.
L a literariedad de un discurso consiste en una ordenación y Los escritos «El lenguaje común de antropólogos y
composición total del mismo mediante el principio de la recurrencia, lingüistas)) (1952) así como ~Linguística y poética))
a saber: « L a función poética proyecta el principio de la equiva- ( I 958), suponen (interpretamos) por parte de nuestro
lencia ['(de) semejanza'] del eje de selección al eje de combina- autor dos sucesivas respuestas a una necesidad enunciada
ción. L a equivalencia pasa a ser un recurso constitutivo de la el primero de esos años por Claudc Lévi-Strauss: la de
secuencia.» Este principio o art$cio compositivo da lugar al dotar de contenido empírico fucrtc a las descripciones
carácter «connotativo» de la obra, y provoca con ello la satisfac- lingüísticas, o sea, la de atendcr a los diversos registros
ción psicológico-estética «de lo inesperado que surge de lo espe- del seno de una comunidad idionihiica y a su configuración
rado» 25. elocutiva. Estas respuestas, y sus tlriiv;lcioncs, constituyen
La función poética -pues- se manifiesta en el texto -a su v e z una parte relrvantc ( ] t . lo (111t~vicne siendo la
literario por la proyección del principio ecuacional en la lingüística contemporánea "'.
secuencia, y así se reiteran la figura fónica, etc. 26.El texto
es también asiento de estupendas (en el sentido etimológico 11. El estilo -decíamos- sc pr-oducc por una particular
de esta palabra) figuras gramaticales2', y el objeto de modalidad de composicibn y elocutiva. Vamos a ver al-
experimentación del tiempo de la fluencia lingüística: gunos de esos artificios cn un texto dc Unamuno especial-
mente ilustrativo acerca de la naturaleza «formal» de la
Sólo en poesía, con su reiteración regular de unidades literatura, ya que parccc constar de materiales «poco
equivalentes, se experimenta el tiempo de la fluencia poéticos». Se trata dc los octosílabos Toponimia Hispánica:
lingüística
Ávila, Málaga, Cáceres,
De resultas de la propia naturaleza del discurso artís- Játiva, Mérida, Córdoba,
tico deriva su carácter acabado, su intangibilidad e inmu- Ciudad Rodrigo, Sepúlveda,
tabilidad. Jakobson insinúa que este rasgo diferencia a Úbeda, Arévalo, Frómista,
literatura y folklore, ya que en folklore cada realización u Zumárraga, Salamanca,
objetivüición de un texto supone el acto de «habla» con- Turégano, Zaragoza,
Lérida, Zamarramala,
Arramendiaga, Zamora.
24 Ibid., págs, 358-359. Sois nombres de cuerpo entero,
" I b i d . , ,págs. 360, 370, 382, 391. Comp. Lázaro, Estudios ...,
pá,q~.44-48 : 54-58; 63-73 : Holeiistriii; págs. I 92- 194: C. Guillén,
«Sobre el objeto del cambio literario)), Analvctn 1\4alacitana,I, 1978, 2 ~ u e s t z o n...,
s págs. 59-72. Cfr. Buxó, op. cit., págs. 49-67; F . Abad.
1);ígs. '55-291 : pág. 274: Enkvist, loc. cit. pág. 46: «El estilo de uii texto «Meiié~idezPida1 y la Geograíia folklórica», Castilla (Valladolid), I ,
c.s (111 conglemerado de las probabilidades contrxtuales de sus rlementos 1980, págs. I 1-14; F. Lázaro Carreter, Ertudios de L i n , ~ Ü i ~ t i cBarcelona,
a,
liiigüisticos.» 1980, págs. 149-171; 207-232.
Ihid., pág. 363. :3" Vid. R. Jakobson, Nuevos ensayos de lingüístzca general. ~Méxi-
27 Ihíd., págs. 389-390. co, 1976, págs. I 1-82: «Relaciones entre la ciencia del lenguaje y las
" Ihid., pág. 361. otras ciencias.»
libres, propios, los de nómina, La rima asonante en los versos pares configuratambién
el tuétano intraductible un esquema calculado :
de nuestra lengua española 31.

El principio de la repetitividad o recurrencia opera,


al menos, en varios de los componentes del tejido idiomáti-
co. Siendo el esquema acentual.

Sintácticamentc, todo cl texto s r rediice a un vcrbo


atributivo (sois) cuyo sujeto es rnúltiplc (Áuila, Málaga, ...
+mora), más do:, prt.clicadoa nominales cuyo núcleo son
las palabras nomhrpc (v. 9) y tuétano (v. I 1). Los topónimos
que hacen de sujcto oracional ocupan todo el primer blo-
que poemático de ocho versos; justamente el atributivo
se observa que sólo concurren repitiéndose- tres mo-
sois se halla en el gozne o eje con el segundo bloque del
delos d e periodo rítmico interior ('parte del verso compren-
poema, de la mitad (cuatro) de versos, dedicados a cada
dida desde la sílaba que recibe el primer apoyo hasta la
uno d e los predicados nominales dos a dos. A su vez, los
que precede al último'), a saber :
cuatro calificativos que acompañan al sustantivo nom-
bres se ordenan calculadamente según su carácter peri-
Entre la primera y la sexta sílabas ( V V . 1, 2 , 4 , 7,9, 10).
frástico / sintético / sintético / perifrástico (de cuerpo en-
Entre la segunda y la sexta sílabas (VV. 5, 6, I 1).
tero, libres, propios, los de nómina), y reciben en ellos mismos
Entre la cuarta y la sexta sílabas (VV.3, 8, 1 2 ) 32.
el realce del acento rítmico de sílaba impar, por hallarse
en sílaba impar el axis rítmico:
" Aparecen en M. de Unarnuno, Obras Completas, VI, Poesia,
Madrid, 1969, pág. 1036, publicados por Manuel García Blanco, y así p p p

i i i i s r r r o en la selección de este editor Poemas de los pueblos de España, Sa- de cuer po-en te ro
Iiiiri;liic:a, 1961, pág. I 28.
" V ( : o m p . :«El modelo de verso determina los rasgos invariantes de - - --
los ~:jviiil~los de verso y establece los límites de sus variaciones» (Ensayos...,
[ > f i ~ :. j 7 1 . ) .
li bres pro pios los de nó mina
Además, pues, d e varias distribuciones calculadas
(la distribución global d e la masa poemática, la acentua- H e aquí cómo se expresa, con variaciones, la idea d e
ción y el orden d e categorías en los versos 9 y 10) estamos intrahistoria :
ante distintas recurrencias : se repiten sucesivos elementos
categoriales hasta constituir el sujeto; el predicado no- Seguía en tanto la vida ordinaria, tejiendo en su lento telar
minal; el carácter perifrástico y sintético d e los califica- su infinita trama (pág. 199).
tivos del primero d e los predicados.
Por último, el texto posee u n a gran p~;c)~ccción y re- Bailaban unos y pululaban pobrrs dc puerta en puerta,
petición d e sonidos; algunas d e las recur~,c.riciasmás no- mientras la vida profunda tejía c r i su lento telar la in-
tables son estas ( q u e señalamos con mayúsculas o subra- finita trama de los sucesos quc c;ic.~ic.11 c1 olvido (pág. 201).
yado, escribiendo todo lo demás en minúsculas) :
Frente a la vida profunda, «cl sul~rrficialrnredo d e la
AvIlA, málaga, cácERes, guerra)) (pág. 205) :
jAtIvA, m E R I d A , córdoba,
ciudad rodrigo, sepUlVEDA, Todo lo de la prriisii rr;i riic*ro riotic,ic.risriio, fatigoso
UBEDA, arévalo, frómista, granel de noticias sucltas, pura liistoria cuando más
zuMARRAga, salamanca, (pág. 264).
turégano, ZAragoZA,
lérida, ZAMARRAMala,
U n a m u n o apuesta no por la guerra superficial que
ARRAMendiaga, ZAMora.
proviene d e la ignorancia humana, sino por la paz or-
S O I S nomBRES de C U E R P Oe n t E R O ,
dinaria matriz d e todo progreso. Estos motivos aparecen
liBRES, propIOS, 1 0 s d e nómina,
ya en el título d e la narración (que aboga por la guerra
el tuétano intraductible
contra las guerras salida d e la paz), la entretejen repitién-
de,nuestra lengua española.
dose isotópicamente a lo largo d e ella y cobran sentido
coherente en los últimos párrafos del texto:
111. El esbozo d e análisis d e u n segundo ejemplo d e
U n a m u n o (Paz en la guerra) 33 puede ser también ilustra-
tivo. El título viene a encerrar el contenido último deno- Levántase y empieza a escalar la montaña [...] En los
tado: paz en la guerra, esto es, brío, trabajo para luchar repliegues verdes, una muchedumbre dispersa vive en
contra la ignorancia h u m a n a y por el progreso, el bien y la serio, sin buscar a la vida quintaesencia, desinteresada-
verdad. El texto todo contrapone lo superficial d e las gue- mente; madréporas sociales que levantan el basamento
de la cultura humana [...] ¡Guerra a la guerra; mas
rras a lo más hondo d e la vida ordinaria, apostando por siempre guerra! [...] Allí arriba, la contemplación serena'
clla en cuanto fuente d c verdad y d e progreso. Así, rei- le da resignación trascendente y eterna, madre de la
icrada o isotópicamente, estos motivos entretejen toda la irresignación temporal, del no contentarse jamás aquí
iiarración, y la encabezan con el título. abajo, del pedir siempre mayor salario, y baja decidido a
provocar en los demás el descontento, primer motor de
"' Obra3 Completas, 11, Novelas, Madrid, 1967, págs. 87-30' todo progreso y de todo bien. En el seno de la paz verda-
dera y honda es donde sólo se comprende y justifica la
guerra; es donde se hacen sagrados votos de guerrear por cuya luz creemos se entenderían mejor algunos problemas
la verdad, único consuelo eterno; es donde se propone de poética.
reducir a santo trabajo la guerra (págs. 298-301)3 4 .
Jakobson, R., Ensayos de lingüística general, Barcelona,
Así, pues, la isotopía central de guerra en la paz en- 1975; Nuevos ensayos de lingüística general, México, 1976.
marca toda la narración -como aquí hemos visto en unos Conjunto necesario de escritos, de importancia muchas
pocos de los casos-, haciendo de ella un texto coherente y veces para entender la raigambr? y el significado exacto
trabado. del pensamiento jakobsoniano.
IV. Las Actas de la Conferencia de Indiana en las que
Jakobson, R., Questions depoétique, l'arís, 1973.
apareció el texto d e Jakobson que se imprime seguidamen-
Otro volumen imprescindiblc, capital tanto en la tra-
te ya han sido citadas. De la restante bibliografia, glosamos
yectoria de su autor como cn la marcha dc la Lingüística
estas entradas :
y de la ciencia literaria contemporárica.
Abad, F., Sociolingüística y Poética, Zaragoza, I 98 I .
Sus capítulos segundo y tercero recogen y enmarcan las Lázaro Carreter, F., E.stu~iioscle I'odict~,Madrid, 1976;
posturas de Jakobson respecto de la Poética y la Lingüística Estudios de Lingüística, Barcelona, 1980.
como saberes empíricamente motivados. Noticia, glosa y desarrollos propios a partir dc un dura- '
dero acercamiento a ,]akol.)son. Claridad expositiva no-
Buxó, J. P., Introducción a la poética de Roman Jakobson, toria.
México, I 978.
Conjunto de cuatro artículos en los que se exponen Lévi-Strauss, C., Antropología estructural, Buenos Aires,
y glosan algunas de las ideas teórico-lingüísticas y literarias 196g2.
de nuestro autor. El espíritu general del libro refleja bien los problemas
epistemológicos a los que toda la obra de madurez de
Holenstein, E., Jakobson, París, 1974. Jakobson ha ido tratando de dar respuesta.
Exposición y cronología interna de las ideas más
generales del pensamiento de Jakobson, e interpretación Levin, S. R., Estructuras lingüísticas en la poesía, Madrid,
de éste como ~~estructuralismofenomenológicon. Trabajo '974.
muy útil. Enunciado -en el marco de ideas de Jakobson- de
la ley estructural que caracteriza a la poesía: formas equi-
,Jakobson, R., Fundamentos del lenguaje, Madrid, 1967.
valentes aparecen en posiciones equivalentes.
Sus págs. 69-102 presentan y describen temas técnicos
acerca de la estructura del lenguaje y de sus trastornos a
Comp. R. Pérez de la Dehesa, Política y soclrdad eri el primer
linnrnuno. 18gp-r,goq, Madrid, 1966, pág. 173: ((En las últimas páginas
tli. c,slc libro está reflejado el proceso espiritual que llevó a su autor a la
1>1,01);1ganda política activa, como en el drama La esJi7zge están reflejadas
1;ij c.;iiisas dr su srparación del socialismo.»
Por fortuna, las conferencias eruditas y las políticas
no tienen nada en común. El éxito (le una convención
política depende del acuerdo gerieriil (le la mayoría o de
la totalidad de sus participantes. E1 rmpleo de votos y
vetos, sin embargo, es ajeno a la discusión erudita en la
que el desacuerdo suele resultar más productivo, porque
revela antinomias y tensiones dentro del campo que se
debate reclamando niirvas investigaciones. Las activi-
dades exploratorias en la Antártida, más que las confe-
rencias políticas, presentan una analogía con las reuniones
eruditas: expertos internacionales en diversas disciplinas
intentan trazar el mapa d e una región desconocida y des-
cubrir dónde se hallan los máximos obstáculos para el
explorador, los picos irremontables y los precipicios. Esta
planificación parece haber sido la primordial tarea de
nuestra conferencia y, a tal respecto, el trabajo ha teni-
nido bastante éxito. ;Es que no nos hemos dado cuenta
de cuáles son los problemas más cruciales y cuáles los de
mayor controversia? ;ES que no hemos aprendido tam-
bién a poner en marcha nuestros códigos, qué términos
exponer o incluso evitar para impedir malentendidos con
los que usan una jerga departamental diferente? Creo
que para la mayoría d e los miembros d e esta conferencia,
si no para todos, tales preguntas están algo más claras
hoy que hace tres días.
Se me ha pedido q u e haga unos comentarios resu-
miendo la relación que hay entre la poética y la lin-
güística. En primer lugar, aquélla se ocupa de responder
a la pregunta: ;Qué hace que un mensaje tlerbnl sea una obra laciones entre la palabra y el mundo no concierne en
de a r t P El objeto principal d e la poética es la diferencia exclusiva al arte verbal, sino, d e hecho, a todo tipo de
específica del arte verbal con respecto a otras artes y a otros discurso. Es probable q u e la lingüística explore todos los
tipos d e conducta verbal; por eso está destinada a ocupar posibles problemas q u e se produzcan en la relación
un puesto preeminente dentro de los estudios literarios. existente entre el discurso y el «universo del discurso)):
L a poética trata d e problemas de estructura verbal, q u é parte d e éste está verbalizada por una determi-
así como a la estructura pictórica lc coniic,rne el análisis nada oración y cómo lo está. Los valores d e verdad,
de la pintura. Puesto q u e la linguística es la ciencia q u e hasta el punto en q u e son -como dirían los lógicos-
engloba a toda la estructura verbal, sc pucdc considerar «entidades extralingüísticas», exceden, naturalmente, los
a la poética como parte integrante d e aqu6lla. límites de la poética y de la lingüística en general.
Los argumentos en coiiira d r tal afirrnaiióti deben A veces oímos decir q u e la poí.ii(.;i, ;t diferencia de
ser discutidos a fondo. Es evidente q u e tnuclios d e los la lingüística, tiene q u e ver con 1;t v;ilor;tc.ií)ii. Esta separa-
recursos estudiados por la poética no se liriiitari a l arte ción m u t u a d e los dos campos s ~ I);is;t
. t.11 iitia iiiterpreta-
verbal. Podemos referirnos a la posibilidad de trasladar ción, actual pero errónea, d<:l (ioii1i~;isicc,iitre la estruc-
Cumbres borrascosas a la pantalla; las leyendas medievales, tura d e la poesía y otros tipos dt: cisti-uctura verbal: se
a frescos y miniaturas, o L a Siesta de un Fauno, a la mú- dice q u e estos factores son opuestos, por su iiaturaleza
sica, al ballet y al arte gráfico. Por muy absurda q u e <<casual»y fortuita, al caráctrr «rio casiial)) c intcncio-
parezca la idea d e hacer la Iliada y la Odisrn en dibujos nal del lenguaje poético. En realidad, cualquicr conduc-
aniinados, ciertos rasgos estructurales del argumento se ta verbal tiene un propósito, pero los objetivos son di-
conservarán a pesar d e la desaparición de su forma ferentes y la conformidad d e los medios usados para ob-
verbal. L a cuestión d e q u e las ilustraciones d e Blake a tener el efecto deseado, es un problema q u e no dejará
la Diriina Comedia sean o no adecuadas es prueba d e q u e d e preocupar a los q u e intenten profundizar en las di-
las diferentes artes son susceptibles d e comparación. Los versas clases d e comunicación verbal. H a y una corres-
problemas del barroco o d e cualquier otro estilo histórico pondencia cercana, mucho más d e lo q u e los críticos
traspasan el marco de un solo arte. Cuando se maneja creen, entre la cuestión d e los fenómenos lingüísticos que
la metáfora surrealista, no podemos pasar por alto las se extienden en espacio y en tiempo y la extensión espa-
pinturas d e M a x Ernst o las películas U n perro andaluz cial y temporal d e modelos literarios. Incluso una ex-
y L a Edad de Oro, de Luis Buñuel. E n resumen, muchos pansión tan discontinua como la recuperación d e poetas
rasgos poéticos forman parte, n o sólo d e la ciencia del desdeñados u olvidados -por ejemplo, el descubrimien-
lenguaje, sino también d e toda la teoría de los signos; to póstumo y la subsiguiente canonización d e Gerald
es decir, d e la semiótica general. No obstante, esta afir- Manley Hopkins (m. 1889), la fama tardía d e Lautréa-
mación es válida para el arte verbal y para todas las mont (m. 1870) entre los poetas surrealistas y la sobre-
variantes d e la lengua, puesto q u e ésta comparte muchas saliente influencia del hasta ahora ignorado Cyprian
propiedades con cualquier otro sistema d e signos, e in- Norwid (m. 1883) en la poesía polaca moderna-- en-
cluso con todos ellos (rasgos pansemióticos). cuentra u n paralelo en la historia de las lenguas esta-
Del mismo modo, una segunda objeción no contiene blecidas q u e son propensas a revivir modelos anticuados,
nada específico p a r a la literatura: la cuestión d e las re- a veces olvidados hace mucho tiempo, como fue el caso
tática; cualquier fase discrimina entre las formas más
del checo literario que, hacia principios del siglo XIX,
conservadoras y las más innovadoras y cualquier etapa
tendía a modelos del siglo XVI. contemporánea es experimentada en su dinámica tem-
Por desgracia, la confusión del término ((estudios li- poral, y por otra parte, el acercamiento histórico, tanto
terarios~con el d e «crítica» tienta al estudioso de lite- en la poética como en la lingüística, se preocupa de cam-
ratura a reemplazar la descripción d e los valores intrín- bios y también de factores continuos, permanentes y es-
secos de una obra literaria, por un veredicto subjetivo táticos. Una amplísima poética histórica o historia del
y censor. La etiqueta «crítico literario» aplicada a un lenguaje es una superestructura susceptible de basarse en
investigador de la literatura, es tan errónea como lo sería una serie de descripciones sincrónicas sucesivas.
la de «crítico gramatical o léxico» aplicada a un lingüis- La insistencia en mantener la poetica separada de
ta. La investigación sintáctica y morfológica no puede la linguística está justificada sólo cuando el campo d e esta
ser suplantada por una gramática normativa, del mismo última aparece restringido de una li)rma abusiva; por
modo que ningún manifiesto puede actuar como sustitu- ejemplo, cuando la frase está considrrada por algunos
to d e un análisis objetivo y erudito del arte verbal, a base lingüistas como una construcción sumamente idónea para
de imponer clandestinamente los propios gustos y opinio- analizar, cuando el alcancc de la linguística está limitado
nes de un crítico sobre la literatura creativa. Esta afir-
a la gramática o, en excliisiva, a cuestiones no scmánti-
mación no debe confundirse con el principio quietista cas de forma externa, o bicri a la cxistericia de recursos
del laissez fuire: cualquier cultura verbal incluye esfuer- significativos que no hagan referencia o variaciones libres.
zos normativos, programación y planificación. Sin em- Voegelin ha señalado con toda claridad los dos proble-
bargo, ipor qué se hace una marcada distinción entre mas relacionados más importantes con los que se enfren-
la lingüística pura y la aplicada, o entre la fonética y la ta la lingüística estructural; a saber: una revisión de «la
ortología, y no entre los estudios literarios y la crítica? hipótesis monolítica del lenguaje» y una preocupación
Los estudios literarios, con la poética al frente, con- por «la interdependencia d e estructuras diversas dentro
sisten -al igual que la lingüística- en dos grupos d e de una lengua». Sin duda, para cualquier comunidad
problemas : sincrónicos y diacrónicos. La descripción hablante, para cualquier orador existe una unidad de
sincrónica considera, no sólo la producción literaria en lenguaje, pero este código total representa, a su vez, un
cualquiera de sus niveles, sino también aquella parte d e sistema d e subcódigos conectados entre sí; cada lengua
la tradición que ha viva o ha sido revivida
abarca varios patrones concurrentes, que se caracterisan
durante una determinada etapa:-';Así, por ejemplo, Sha- por desempeñar una función diferente cada uno.
kespeare por una parte y Donne, Marvell, Keats y Emily Es obvio que debemos estar d e acuerdo con Sapir
Dickinson por otra, tienen presencia viva en el actual en que, en general, «lo que predomina en el lenguaje es
mundo poético inglés, mientras que las obras d e James la formación d e las ideas...»', pero esta supremacía no
Thomson y de Longfellow, por ahora, no pertenecen a autoriza a Id lingüística a descuidar los ((factores secun-
valores artísticos viables. La selección de los clásicos y d a r i o s ~ .Los elementos emotivos del habla que -como
su reinterpretación por una tendencia nueva es un pro- Joos está dispuesto a creer, no pueden describirse <<con
blema fundamental que se plantea a los estudios li-
terarios sincrónicos. La poética sincrónica, al igual que ' Sapir, E., Language, Nueva Nork, I y 2 1.
la estilística sincrónica, no debe confundirse con la es-
un número finito de categorías absolutas»--, son clasi- Cada uno d e esos seis elementos determina una
ficados por él «como elementos no lingüísticos del mundo función diferente del lenguajel Aunque distinguimos seis
real». De ahí que ((para nosotros sean fenómenos vagos, de sus aspectos básicos, apenas podríamos encontrar men-
proteicos y fluctuantes», concluye Joos, «que rehusamos sajes verbales que realizasen un cometido único. La di-
tolerar en nuestra ciencia»2. Joos es un verdadero ex- versidad no se encuentra en el monopolio de una d e estas
perto en experimentos de reducción, y uno de ellos está funciones varias, sino en un orden jerárquico diferente.
representado por el énfasis que pone en exigir una «ex- BLa estructura verbal del mensaje depende, básicamente,
p u l s i ó n ~d e los elementos emotivos de «la ciencia del de la función predominante^ Pero, aun cuando una ten-
lenguaje» -reductio ad absurdum. dencia hacia el referente (Einstellun,~), una orientación
El lenguaje debe ser investigado eti toda la gama de hacia el CONTEXTO -en resumen, la función llamada
sus funciones. Antes de discutir la parte poética, debe- REFERENCIAL, «denotativa», «cognoscitiva»-- es la tarea
mos definir el lugar que ocupa dentro de las otras fun- primordial de numerosos mensajes, la participación acce-
ciones. U n esbozo de ellas requiere un examen conciso soria d e las demás funciones de tales mensajes debe ser
de los factores que entran a formar parte de cualquier tenida en cuenta por el lingüista obscrvador.
hecho del habla, de cualquier acto de comunicación X. La denominada funciOri ~:MO*L.IVA o «expresiva», en-
verbal. El HABLANTE envía un MENSAJE al OYENTE. Para focada hacia el HABLANTE:,
.
~ aspira a uria expresión direc-
que sea operativo, ese mensaje requiere un CONTEXTO al ta de la actitud de kstc liacia lo que cstá diciendo. Esto
q u e referirse («referente», según una nomenclatura más tiende a producir la irnprctsibri de una cierta emoción,
ambigua), susceptible de ser captado por el oyente y con ya sea verdadera o fingida; por tanto, el término «emo-
capacidad verbal o de ser verbalizado; un CÓDIGO común tivo» lanzado y defendido por Marty3, ha demostrado ser
a hablante y oyente, si no total, al menos parcialmente preferible al d e «emocional». El estrato puramente emotivo
(o lo que es lo mismo, un codificador y un descifrador de una lengua está representado por las interjecciones, que
del mensaje); y, por último, un CONTACTO, un canal de difieren de los medios d e un lenguaje referente por su patrón
transmisión y una conexión psicológica entre hablante sonoro (secuencias d e sonido peculiares o incluso de sonidos
y oyente, que permita a ambos entrar y permanecer en q u e en otra parte resultarían poco usuales) y por su papel
comunicación. Todos estos factores involucrados en la sintáctico (no son componentes, sino equivalentes d e ora-
comunicación verbal de una manera inalienable pueden ciones). <<;Bahl ;Bahl, dijo M c G u i n t y ~ :la expresión
ser esquematizados d e la siguiente forma: completa del personaje d e Conan Doyle consiste en dos
chasquidos. L a función emotiva, puesta de manifiesto
CONTEXTO en las interjecciones sazona, hasta cierto punto, todas
nuestras locuciones en su nivel fónico, gramatical y 1é-
HABLANTE MENSAJE . OYENTE xico. Si analizamos e l lenguaje desde el punto de vista
d e la información que contiene, no podemos restringir
CONTACTO la noción de información 'al aspecto cognoscitivo. U n
CÓDIGO
2 Joos, M., ~Descriptionof language designn, en Journal of the Marty, A., Untersuchungen ZUT Grundlegung der allgemeinen Gram-
Acoustical Society o f America, 2 2 , (1950), págs. 70 1-708. matik und Sprachphilosophie, vol. 1, Halle, I 908.

33
hombre que haga uso de rasgos expresivos para indicar cial y correctamente por oyentes moscovitas. Quisivia
su actitud irónica o colérica, transmite una información añadir que todas estas señales emotivas se prestan a aná-
ostensible, y es evidente q u e esta conducta verbal no lisis lingüísticos con gran facilidad.
puede ser equiparada a actitudes no semióticas o nutri- P Orientada hacia el OYENTE, la función ..-"
"
CONATIVA en-
.-.u .-..- .
tivas, como puede ser ((comerse un pomelo» (para seguir cuentra su más pura expresión gramatical en el vociitivo
el símil de Chatman). La difrrencia entre [big] 'grande' y el imperativo, q u e desde el punto de vista sintáctico,
y la prolongación enfática dc la vocal [bi:g] es conven- morfológico y, a menudo incluso, fonológico, se desvían
cional; supone un rasgo liiigiiístico cifrado, como la di- de otras categorías nominales y vcrt>alesl Las oraciones
ferencia entre las vocales brc-vcs y largas de los términos d e imperativo difieren, de manera luridamental, de las
checos [vi], 'tu', y [vi], 'sabc', pcbro en este par la infor- enunciativas en que éstas están <:x~>ucstzis a una prueba
mación diferencial es fonolOgica y cm cl anterior emotiva. de verdad. Cuando Nano (cri 1;t ol)r.;i t l v O'Neill titu-
Mientras estemos interesados cn invariantes fonológicas, lada La Fuente), «con un torio ilgi,c.sivo tlr iiiaiidanto)),
las vocales inglesas /i/ P /i:/ sc prc:scntüri como simples dice «jBebe!», en este in1pc:rativ.o no (.;iI)(:Ii~ic.c.rsila pre-
variantes dc urio \ - cl mismo fonema; pero si lo que nos gunta «jes cierto o no?», qiic, sin eiiil>;ti.go,sí c,s posihlc
preocupa sor1 las iiiiidades emotivas, la rclación entre en frases como «bebió)), «l>cbcsrá» y «I>cbi,c*rí;i)).Eii con-
invariante y \-:ii.iaiitc se revierte: la longitud y brevedad traste con las oracio~iescl(. iiriperalivo, las ciiunciativas
son invariantes e-jecutadas por foriemas variables. La con- se. pueden convertir cn iiitc,rrogativas: «ibcbió?>>,«jt>e-
jetura de Saporta de que la diferencia emotiva es un berá?)), «ibebería?»
rasgo no lingüístico ((atribuible a la transmisión del men- El modelo tradiciorial del lenguaje, tal y como Bühler
saje y no a él», reduce, d e un modo arbitrario, su capa- lo explicó4, se reducía a esas tres funciones (emotiva,
cidad informativa. conativa y referencial), y los tres ángulos de este modelo
Un antiguo actor del Teatro de Moscú de Stanis- (la primera persona del hablante, la segunda del oyente
lavski, me dijo cómo en una audición el famoso director y la ((tercera)), propiamente dicha, es decir, alguien o
le pidió que formara cuarenta mensajes diferentes de la algo ya mencionado). Hay muchas posibilidades d e que
frase Segodnja vecerom ('esta tarde'), a base de diversificar ciertas funciones verbales adicionales se puedan deducir
su matiz expresivo. Hizo .una lista de unas cuarenta si- de este ejemplo triádico. De esta forma, la función mágica
tuaciones emotivas, luego emitió esta frase, de acuerdo y de con-juto consta, en su mayor parte, de alguna con-
con cada una de esas situaciones que su auditorio tenía versación con una ((tercera persona)), ausente o inaninia-
que reconocer sólo a partir de los cambios sonoros d e da, con un oyente de un mensaje conativo. «iQiie se
dos palabras iguales. Se le pidió a este actor que repi- seque este orzuelo, tjiu, tjiu, tfu, tfu» (hechizo lituano);.
tiese la prueba de Stanislavski para nuestro trabajo d e «¡Agua, río majestuoso, amanecer! Enviad el dolor
investigación sobre la descripción y el análisis del ruso más allá del mar azul, al fondo del mar, como una piedra
clásico (ba-jo los auspicios de la Fundación Rockfeller).
Anotó unas cincuenta situaciones q u e encuadraban la Bühler, K., «Die Axiornatik der Sprachwissenscliaft», en k a n / -
misma frase elíptica, y sacó de ella los cincuenta mensa- Sludien, 38, Berlín, 1933, págs. 19-20.
jes correspondientes para grabarlos en cinta magnetofó- Mansikka, V. T., «Litauische Zaubersprüche>>,en Folklore
nica. La mayoría de ellos fueron descifrados circunstan- Fellows communications, 87, ( i g z g ) , pág. 69.
gris que nunca pudiese salir de allí; que el dolor no scn no sólo constituye un instrumento científico necesario para
nunca una carga en el ánimo de un siervo de Dios, que lógicos y lingüistas, sino que también juega un papel im-
sea expulsado y desaparezca0 (conjuro del Norte de portante en el lenguaje que utilizamos cada día. Al igual
Rusia6: «Sol, detente sobre Gabaón; y tú, luna, sobre que el Jourdain d e Moliere q u r utilizaba la prosa sin
el valle de Ayalón; y el sol se detuvo, y se paró la conocerla, nosotros practicamos el metalenguaje sin dar-
luna ...» Uosué 10.12 ) . NO obstante, observamos tres nos cuenta del carácter metalingüístico de nuestras ope-
nuevos factores constitutivos de la comunicacióri verbal raciones. Siempre que el hablantc y!o el oyente necesitan
y tres funciones del lenguaje corrrspondientes. comprobar si emplean el mismo cOdigo, el habla fija la
Existen mensajes cuya función primordial es estable- , atención en el CÓDIGO: reprcscnta iiria función METALIN-
b* ..
cer, prolongar o interrumpir la c.orniiriicación, para com- GUÍ'XICA (por ejemplo, la dc glosar). «No ie--co-m-
probar si el canal funcio~iíi («Oig'L, ,;mc oye?))), para quiere decir?)),interroga (.1 oyrntc, o en la dicción
atraer o confirmar la atención c,oritiritia del interlocu- de Shakespeare: ( ( ~ Q u Pfiir lo qut. tli,jistcis?» Y el ha-
tor («;Me escucha?», o según la dicción shakespeariana blante, anticipándose a t;il(:s c.iic'stiotic.s, 1)rcg~irita:
«;Sabes
«¡Préstame oídos!)) -y al otro lado del hilo «iAjá!»)-. lo que quiero decir?)) 1ma.gínc.iisc: i i i i tliálogo tan exas-
+.Este CONTACTO, O función FÁTICA -para utilizar el tér- perante como éstc: «l.(. dicroii ca1al)ai.a~al sophov~ore.))
mino d e Malinowski7-, se puede desplegar utilizando «Pero, ;qué quicrc drcir 'dar calabazas'?)) «Es lo mismo
un profuso intercambio de fórmulas ritualizadas por diá- que 'catear'.)) <<;Y ‘catear'?)) ((Significa 'suspender en
logos completos, con el simple propósito de prolongar un examen'.)) «Y ;qué es un 'sophomore7», persiste el
la comunicación. Dorothy Parker captó estos elocuentes que interroga, ajeno por co~npletoal vocabulario escolar.
ejemplos: «'Bueno', dijo el joven. 'Bueno', dijo ella. «Se les llama así a los estudiantes de segundo año.)) Todas
'Bueno, aquí estamos', dijo él. 'Aquí estamos, ;verdad?', estas oraciones ecuacionales sólo contienen iriformación
dijo ella. 'Yo diría que sí', dijo él, 'jsí señor! aquí esta- sobre el código léxico del español y su función es estric-
mos'. 'Bueno', dijo ella. 'Bueno, bueno', dijo él.)) El es- tamente metalingüística. Cualquier proceso del ~ p r e n d i -
fuerzo para empezar y mantener una comunicación es zaje de una lengua, en especial la adquisición del niño
típico d e las aves cantoras; así q u e la función fática del d e la lengua materna hace un amplio uso, de tales fun-
lenguaje es la única que comparten con los seres huma- ciones, y la afasia puede ser descrita como la pérdida de
nos. También es la primera función verbal que adquieren la capacidad para llevar a cabo operaciones metalin-
los niños; están dispuestos a comunicarse antes de estar güísticas.
capacitados para enviar y recibir información que se lo Hemos sacado a colación los seis factores involucra-
permita. dos en la comunicación verbal, excepto el propio men-
--. L a lógica moderna distingue entre dos niveles de len- saje. La tendencia hacia el MENSAJE como tal (Einstellung),
guaje: ((lenguaje de objetos» y «metalenguaje». Pero éste kes la función POÉTICA, . que no puede estudiarse con efec-
tividad si se la aparta de los problemas generales del
Rybnikov, P. N , ? Pesni, vol. 111, Moscú, rgr o, pág. 2 I 7 y s.
lenguaje o, por otra parte, el análisis de éste requiere una
' Malinowski, B., «The problem of meaning in primitive langua- consideración profunda de su función poética. Cualquier
ges)), en The meaning of meanin!, d e C . K . Ogden y 1. A. Richards, intento encaminado a reducirla a poesía o viceversa,
Nueva York y Londres, 9." ed., 1953, págs. 296-336 coristituiría una forma engañosa de simplificar las cosas
al máximo. Esta función no es la única que posee el arte talmente incluida en ésta (rima en eco), /layk/-/ayk/;
verbal, pero sí es la más sobresaliente y determinante, constituye la imagen paronomástica de una sensación
mientras que en el resto d e las actividades verbales que envuelve totalmente a su objeto. También presentan
actúa como constitutivo subsidiario y accesorio. También una aliteración, y /ay/ está incluida en las otras dos /ayk/;
sirve para profundizar la dicotomía fundamental de es la imagen paronomástica del sujeto amoroso envuelta
signos y objetos, a base de promover la cualidad evi- por el objeto amado. La función secundaria d e esta lla-
dente d e aquéllos. De aquí que, al tratar d e la función mativa frase electoral refuerza su impacto y eficacia.
poética, la lingüística no puede autolimitarse al campo Como hemos dicho, el estudio lirigüístico de la función
de la poesía. poética debe sobrepasar los límilcs de la poesía, y, por
.". ~ ~

«;Por q u é dices siempre Juano -y Mor*earita y no Mar- otra parte, el análisis lingüístico de Csta no puede limitar-
garita y Juana? ;Prefieres a J u a n a antchs que a su her- se a aquélla. Las características de los diversos géneros
mana gemela?» «En absoluto; lo quc pasa es que resulta poéticos implican una participación cscalonada diferente
más suave.» En uria secuencia d r dos nombres coordina- por parte de las otras funciorics verbales, junto con la
dos y mientras no interfieran problemas de categoría, función poética dominaritc. 1.a kpica, quc se concreta
el hecho d e que preceda el nombre más corto conviene a la tercera persona, invo1ut.r;~de niancra firme al as-
más al hablante, le resulta indiferente y constituye un pecto referencia1 dcl l c n g i ~ a j ~la; lírica, orientada hacia
mensaje mejor organizado. la primera persona, está íntimamente ligada a la función
Una chica tenía la costumbre d e hablar del «horrible emotiva. Sin embargo, la poesía d e la segunda persona
H a r r y ~ «;Por
. qué horrible?» «Porque le detesto.» «Pero, está imbuida d e la función conativa y es, o apelativa o
;por qué no desagradable, terrible, horroroso o repugnante?» exhortativa, según que la primera persona esté subordi-
«No sé por qué, pero horrible le cuadra mejor.» Sin darse nada a la segunda, o a la inversa.
cuenta, se estaba aferrando al recurso poético d e la Ahora que ya está más o menos completa nuestra
paronomasia. -
precipitada descripción d e las seis funciones básicas d e
El lema político « I like Ike» * [ay layk ayk], está la comunicación verbal, podemos acabar nuestro esquema
estructurado d e manera sucinta y consiste en tres mono- de factores fundamentales con el correspondiente com-
sílabos y tres diptongos /ay/, cada uno d e los cuales está pendio de las funciones:
seguido, d e forma simétrica, por un fonema consonánti-
co / . . l . .k . .k/. La composición d e las tres palabras pre- REFERENClAL
senta una variación: no existen fonemas consonánticos
en la primera palabra, hay dos en la segunda rodeando EMOTIVA CONATIVA
al diptongo, y una consonante final en la tercera. Hymes
percibió un núcleo dominante similar /ay/ en algunos
d e los sonetos de Keats. En esta fórmula trisilábica, «like»
v «Ike» riman, «Ike» rima con «like» y además está to-
;En qué consiste el criterio lingüístico empírico d e la
* «Me gusta Ike». 'Ike' es el diminutivo con que se conocía al función poética? En concreto, ;cuál es el rasgo inherente
presidente Eisenhower. [N. del T.]
indispensable d e cualquier fragmento poético? Para con-

BI EL1 OTECA
CIENCIAS SOCIALES Y HU IdAIdIDADE'S
JOSE REVUELTAS
testar a esta pregunta es preciso recordar los dos modelos mostraron .al principio poético de la gradación silábi-
básicos que se utilizan en una conducta verbal: la se- ca, el mismo que hacia el fin de la épica folklórica
lección y la combinación. Si el tema del mensaje es «child», servia se elevó a la categoría de ley obligatoria (cfr.
'niño', el hablante selecciona uno entre los nombres La combinación einnocent bystandern, 'espectador ino-
existentes, más o menos similares y, hasta cierto punto cente' no se habría convertido en una frase muy trillada
equivalentes, como niño, chico, jovencito o párvulo. si no hubiese sido por sus dos palabras dactílicas. En la
Después, al comentar el tema, puede seleccionar uno de frase «veni, uidi, uici», la simetría de los tres verbos
los verbos emparentados desde el punto de vista semán- bisilábicos con idéntica consonante inicial e idéntica
tico, tales como: duerme, cabecea, dormita, sestea. Ambos vocal final, añadieron esplendor al lacónico mensaje de
términos elegidos se combinan dentro d e la cadena de la César.
lengua. La selección tiene lugar a base de una equivalen- Medir las secuencias es un rccurso que, fuera de la
cia, similitud, desigualdad, sinonimia y antonimia, mien- función poética, no encuentra aplicación en el lenguaje.
tras que la combinación, el entramado d e la secuencia, Es exclusivamente en poesía con su habitual reiteración
se basa en la proximidad. La función poética proyecta el de unidades equivalentes, doiidr se experimenta el tiempo
principio de la equiualencia del eje de la selección sobre el de la fluidez del habla; por decirlo así, un tiempo musi-
eje de la combinación. La equivalencia se convierte en cal -para citar otro patrón semiótico --. Gerald Manley
recurso constitutivo de la secuencia. En poesía una sí- -~-tHopkins,notable investigador d e la ciencia del lenguaje
laba se equipara a cualquier otra de la misma secuen- poético, aefinió el verso como «un discurso que repite
cia; se supone que el acento de una palabra equivale -total o parcialmente- el mismo número de sonidos»
al de otra como las inacentuadas equivalen a las átonas. Pero a la pregunta que se formula Hopkins de «jse puede
La larga prosódica equivale a las largas y las breves llamar poesía a todo el verso?», es posible contestar d e un
a las breves. Lo mismo sucede con las fronteras de modo rotundo, tan pronto como la furición poética deja
palabras y las pausas sintácticas. Las sílabas se convier- de ser confinada con arbitrariedad al dominio de la poe-
ten en unidades de medición y también las moras o los sía. Los versos mnemotécnicos mencionados por Hopkins
acentos. (como «treinta días tiene septiembre»), los anuncios rima-
U n a objeción posible es que el metalengua-je también dos y cantados, las leyes medievales versificadas citadas
hace uso secuencia1 d e unidades equivalentes, a base de por Lotz o, por último, los tratados científicos en sáns-
combinar expresiones sinónimas dentro d e una frase crito, escritos en verso y que en la tradición hindú se di-
ecuacional : A = A («La yegua es la hembra del caballo»). ferencian de la auténtica poesía (kavya), -todos estos
Sin embargo, la poesía y el metalenguaje son diametral- textos métricos hacen uso de la función poética, aunque
mente opuestos entre sí; en éste la secuencia se usa para sin designarle el determinante y forzado papel que desem-
plantear una ecuación, mientras que en poesía la ecua- peña en poesía-. De esta forma, el verso llega a rebasar
ción sirve para formar una secuencia.
En poesía, y hasta cierto punto en las manifestaciones Maretik, T., «Metrika narodnih naiih pjesama)), en Rad Yugosla-
latentes de la función poética, las secuencias delimitadas uenske Akademije, 168, Zagreb, 1907, pág. 170.
por fronteras de palabras llegan a ser mensurables, ya Hopkins, G . M., The journals and papers, ed. H . House,
Londres, 1959.
sean isócronas o graduales. «Juana y Margarita» nos
los límites de la poesía, pero, a1 mismo tiempo, implica Dentro de una sílaba, la parte nuclear más sobre-
una función poética. Al parecer, ninguna cultura humana saliente, la que constituye su punto culminante se opone
ignora el arte de versificar; en cambio existen muchos a los fonemas no silábicos, marginales y menos prominen-
patrones culturales sin versos «aplicados)), e incluso en tes. Cualquier sílaba contiene un fonema silábico y el
esas culturas que los poseen puros y atribuidos, parecen intervalo entre dos sílabas consecutivas es realizado -en
ser un fenómeno secundario y, sin duda alguna, deriva- todas las lenguas y en algunas s i e m p r e - por fonemas
do. L a adaptación de medios poéticos para algún propó- marginales, no silábicos. En la llamada versificación si-
sito heterogéneo no oculta su rsencia primaria, al igual Iábica, el número d e sílabas que aparecen en una cade-
que los elementos del lenguaje emotivo, cuando se apli- na delimitada desde el punto de vista métrico, es una
can en poesía, todavía conservan su matiz emotivo. Un constante, mientras que la presencia de un fonema no
filibustero * puede recitar Hiawatha porque es largo; sin silábico o de un grupo entre cada dos sílabas de una ca-
embargo, su cualidad de poético sigue siendo el intento dena métrica también lo es, pero sólo en aquellas lenguas
primordial del propio texto. Es evidente que la existencia en las que se dé aparición indispensable de elementos
de anuncios versificados, musicales o pictóricos, no se- no silábicos entre los que sí lo son, incluso en aquellos
para al verso o a la forma musical y pictórica del estudio sistemas poéticos en los que el hiato está prohibido. Otra
d e la poesía, la música y las bellas artes. manifestación de la tendencia hacia un modelo silábico
En resumidas cuentas, el análisis del verso es d e la uniforme es la d e evitar sílabas cerradas al final del
absoluta competencia d e la poética, que puede defi- verso, como se observan, por ejemplo, en las canciones
nirse como aquella parte de la lingüística que trata épicas servias. El verso silábico italiano muestra tenden-
d e la función poética y la relación que tiene con las cia a tratar como una sola sílaba métrica a una secuencia
demás funciones del lenguaje. En su sentido más am- de vocales unidas por fonemas consonánticos (cfr. lo, sec-
plio, trata de la función poética y no sólo dentro ciones VIII-IX).
de la poesía, ya que esta facultad aparece superpuesta En algunos patrones de versificación, la sílaba es la
sobre otras funciones en el lenguaje, sino también fuera única constante para la medición d e un verso, y un 1í-
d e ella, donde se d a n algunas otras que están por mite gramatical es la única línea de demarcación fija
encima. entre secuencias medidas, mientras que en otros modelos,
La «figura fónica)) reiterativa q u e Hopkins señalaba las sílabas a su vez están divididas en otras más o menos
como principio constitutivo del verso, puede ser especi- destacadas, y10 se pueden distinguir dos niveles de lími-
ficada con más detalle. Esa figura siempre utiliza por lo tes gramaticales en su función métrica, fronteras d e pa-
menos un contraste binario con una prominencia relati- labras y pausas sintácticas.
vamente alta o baja, activada por las diferentes secciones Excepto por la variedad del llamado verso libre, que
de la secuencia fonológica. se basa sólo en entonaciones conjugadas y en pausas,
cualquier metro utiliza la sílaba como unidad d e medida,
al menos en ciertas secciones del verso. Así, en el verso
* Se llama así en Estados Unidos a los parlamentarios q u e para puramente acentual í ~ s p r u n grhythm>>según el vocahu-
obstruir una moción prolongan su intervención en la tribuna por lo Levi, A., «Della versificazione italiana*, en Archivum Romana-
mucho tiempo. Hiaujalha es el título d e un célebre poema d e Long-
fellow. [ N . del T.] cum, 14,( 1 9 3 0 )págs.
~ 449-526.
lario de Hopkiris * ) , el núriiero de sílabas en el tiempo china l 2 las sílabas que presentan modulaciones (en chino
débil (que Hopkins llama «perezoso») puede variar, tse, 'tonos desviados') se oponen a las no moduladas
pero el tiempo fuerte (ictus) contiene siempre una sola (p'ing, 'tonos d e nivelación'); pero, a simple vista, un
sílaba. principio cronémico es la base d e esta oposición, como
En cualquier verso acentual, el contraste entre una sospechaba Polivanovl" tfue interpretada con agudeza
prominencia más alta o más baja se consigue por medio por Wang Li 14; en la tradición métrica china, los tonos
de sílabas acentuadas frente a las átonas. 1,a mayor parte nivelados resultaron ser opuestos a los tonos desviados
de los patrones acentuales funcionan, con prioridad, como las cumbres tonales largas dc unas sílabas respecto
por el contraste entre sílabas con acento léxico o sin él, a las cortas; así que el verso se basa en la oposición entre
pero algunas variedades tienen que ver con acentos sin- la longitud y la brevedad.
tácticos, de frase, aquellos que Wimsatt y Beardsley citan Joseph Greenberg me descubrió otra variedad d e ver-
como ((los acentos más importantes d e las palabras prin- sificación tonémica -las adivinanzas del efik * basadas
cipales» y que se oponen por su prominencia a las síla- en los rasgos d e nivel-. En el íjemplo citado por Sim-
bas átonas. mons15 la interrogación y la rcspucsta forman dos oc-
En el verso cuatitativo («cronémico»), las sílabas tosílabos con una distrit~ucióri scmcjante d e tonos silá-
largas y breves contrastan mutuamente como más o menos bicos a(1tos) y b(ajos) ; en cada liemistiquio, d e las cuatro
destacables. Este contraste se debe a núcleos silábicos, sílabas las tres últimas presentan un patrón tonémico
largos o breves desde el punto d e vista fonológico. Pero idéntico: baab/aaah/banh/naah//. Mientras que la versifi-
en patrones métricos como los del griego antiguo y los cación china aparece como una variedad peculiar del
del árabe --que equiparan la longitud «por posición» verso cuantitativo, el d e los acertijos en efik está asociado
a la longitud «por naturaleza»-, la sílaba menor, que con el verso acentual acostumbrado, por medio d e una
consiste en un fonema consonántico y una mora, se oposición d e dos grados de prominencia (en fuerza o
oponen a sílabas con un superávit (una segunda mora altura) del tono vocal. De ese modo, un sistema métrico
o una consonante cerrada), como las simples y menos so- de versificación puede estar basado únicamente en la
bresalientes por contraposición a las complejas y pro- oposición d e cumbres y laderas silábicas (verso acentual),
minentes. y en la relativa longitud de aquéllas o de sílabas enteras
El debate aún permanece abierto, ya sea que, aparte (verso cuantitativo).
d e los versos cronémicos y acentuales, existe un tipo de
l2
versificación «tonémica» para aquellas lenguas en las que Bishop, J. L., «Prosodic elernents in T'ang poetryo, en Indiana
las diferencias d e entonación silábica se utilizan para dis- University conference on Oriental- Western literary relations, Chapel Hill, 1955.
Polivanov, E. D., «O metrlceskorn xaraktere kitajskogo stixos-
tinguir significados d e palabras". En la poesía clásica lozenija)), en Doklady Rossijskoj Akademii Nauk, serija V (1924), pá-
* Se mide a base de pies que constan de una a cuatro sílabas, ginas i 56- r 58.
l4
con un solo acento en la sílaba inicial. Se utiliza en el lenguaje común, Wang Li, Han-yü shih-lii-hsüeh (versificación en chino), Shan-
ghai, 1958.
en prosa y en múscia, pero sobre todo en las canciones infantiles.
[N. del T.] * Tribu nigeriana. Comunidad d e pescadores descubierta en
" Jakobson, R., O ?eiskom stixe preimu?i.estvenno v sopostavlenii s el siglo XVII. [ N . del T.]
l5 Simmons, D. C., ~Specimensof Efik folklore», en Folk-lore, 66,
russkim (=Sborniki po teorii poktiteskogo jazyka, 5), Berlín y Moscú,
(1955), pág. 228.
'923.
sin estar presentes de un modo constante. Además, las
En los manuales de literatura nos encontramos a veces
señales que se dan con absoluta seguridad («probabili-
con una prejuiciosa contraposición de silabismo, como
dad uno»), las que es posible que ocurran («probabilidad
un simple recucnto mecánico de sílabas, con la animada
menos de uno))) entran a formar parte del concepto de
pulsación dcl xrrrso arentual. Pero si examinamos los
métrica. Para utilizar la descripción que Cherry hace
inctros binarios de la versificación estrictamente silábica,
de la comunicación humana 17, podríamos decir que es
y al mismo tiempo acentual, observaremos dos sucesiones
natural que el lector d e poesía «sea incapaz de agregar
tiomogéncas d r picos y x:allrs ondulados. De esas dos
frecuencias numéricas)) a los componentes del metro, pero
curvas ondulatorias, la silibica llcva fonemas nucleares
hasta donde él concibe la forma del verso, vislumbra in-
en la cima, miintras que los drl fondo suelen ser margi-
conscientemente su ordenación.
nales. Por regla general, la (.\irva acentual superpuesta
Según los metros binarios rusos todas las sílabas im-
sobre la silátiica hace alternar sílabas acentuadas y
pares -contando hacia atrás a partir del último tiempo
átonas eri crestas y foridos respictivainente.
marcado; es decir, todos los no marcados-- suelen ser
Por comparacióii con los mctros ingleses, que ya hemos
átonos, cxcepto un porcentaje muy reducido de monosí-
discutido con h;istaiitr aiiiplitud, quiero llamar la aten-
labos acentuados. Todas las pares c o n t a n d o también
ción sobrt formas similares de los versos binarios rusos,
a partir del último tiempo marcado-, muestran una
que durantr los últiriios ci1ii:iicnta años Iian sido objeto
notable preferencia por sílabas que lleven acento 1é-
de investigaciones verdaderamente exhaustivas (de un
xico, pero las probabilidades que se den en estos casos,
modo concreto, v6ase ' 6 ) . La estructura del verso puede
se distribuyen de una forma desigual entre los suce-
I ser descrita coi1 todo detalle e interpretada en términos
I sivos tiempos marcados del verso. Cuanto más alta
de probabilidades encadenadas. Ademhs d e la ineludible
es la frecuencia relativa de acentos léxicos en un tiem-
frontera d e palabras entre cada verso (lo cual persiste
po marcado, será más baja la del tiempo no marcado
en toda la métrica rusa), en el patrón clásico del verso
I precedente.
1 silábico acentual ruso (ssilabo-tónico)) en la nomencla-
Puesto que el último permanece constantemente acen-
I tura indígena) obse;vamos las constantes siguientes: I ) que
tuado, el penúltimo arroja el más bajo porcentaje de
el número de sílabas que hay en el verso, desde el pri-
! mero hasta el último tiempo marcado es estable; 2) 'que acentos léxicos; en el que le precede, su cantidad es, d e
nuevo, más elevada, sin alcanzar el máximo conseguido
este último lleva acento léxico; 3 ) que una sílaba acen-
por el ictus final. Hacia el principio del verso, el núme-
tuada no puede caer en el tiempo no marcado si el mar-
ro de acentos decrece una vez más, sin llegar al mínimo
cado es ocupado por una no acentuada perteneciente
del penúltimo tiempo marcado y así sucesivamente. De
a la misma palabra (de forma que el acento léxico no
esta forma, la distribución d e acentos léxicos dentro de
coincide con un tiempo no marcado a no ser que per-
un verso, la separación entre tiempos marcados fuertes
tenezca a una palabra monosilábica).
y débiles, crea una curva ondulatoria de regresión, que se
Junto con estas características, obligatorias para cual-
superpone a la alternancia entre los tiempos marcados
quier verso compuesto en un metro dado, hay rasgos que
y los no marcados. De un modo accidental, se produce
muestran una enorme probabilidad de aparición, aunque
'7 Cherry, C., On human communication, Nueva York, 1957.
l6 Taranovski, K., Ruski duodelni ritmoui, Belgrado, 1955.

36
la fascinante cuestión de la relación entre los tiempos de poesía rusa está preparado, con un nivel de proba-
marcados fuertes y los acentos de frase. bilidad bastante elevado, a encontrarse con ellos en cual-
Los metros binarios rusos revelan una disposición es- quier sílaba par de versos yámbicos, pero muy al prin-
tratificada de las tres curvas ondulatorias: (1) alternancia cipio del cuarteto de Pasternak, en la primera y segunda
d e núcleo silábico y márgenes; (11) división de este líneas, las sílabas cuarta y -un pie más abajo- sexta
núcleo en tiempos marcados y no marcados alternativos; le obsequian con una expectativa frustrada. El grado de
y (111) alternancia d e tiempos marcados fuertes y débi- esa «frustración» es mayor cuando falta el acento en un
les. Por ejemplo, el tetrámetro yámbico ruso de los tiempo marcado fuerte, y sobresale especialmente cuando
siglos XIX y xx puede estar representado por la figura I , dos tiempos marcados consecutivos llevan sílabas átonas.
y un patrón triádico similar aparece en sus correspon- Este último caso es menos probable y más chocante al
dientes formas inglesas. abarcar toda un hemistiq-o, como en un verso siguien-
te del mismo poema: «Ctoby za gorodskjóu grán'ju
[stabyzagarackóju grán'ju] .» L a expectativa depende del
tratamiento q u e se le dé al mencionado tiempo marca-
do, tanto en el poema como en toda la tradición mé-
trica existente, en general. No obstante, el penúltimo
tiempo marcado puede encontrarse más veces sin acento
que con él. Por eso, en este poema, sólo I 7 d e los 41 versos
llevan acento léxico en la sexta sílaba. Sin embargo, en
un caso así, la inercia d e las sílabas pares acentuadas
que alternan con las impares átonas mueven a esperar
un acento también para la sexta sílaba del tetrámetro
yámbico.
Figura I Es bien cierto q u e fue Edgar Allan Poe -poeta y teó-
rico d e iniciativas frustradas- quien, métrica y psicoló-
Tres de los cinco tiempos marcados carecen d e acento gicamente, *valoró el sentido humano de la satisfacción
en el verso yámbico de Shelley «Laugh with an inex- por l o inesperado q u e surge d e una esperanza" (lo cual
tinguishable laughter)). Y siete d e los dieciséis son átonos es imposible sin su opuesto), así como «el mal n o puede
en el siguiente cuarteto del reciente tetrámetro yámbico existir sin el bien» la. Aquí se podría aplicar, sin más
d e Pasternak, titulado Gmlja, 'Tierra': problemas, la fórmula de Robert Frost en «The Figure
1 úlica za panibráta A Poem Makesn: «Es la misma figura que para el
S okónnicej podslepovátoj, amor 19.))

1 béloj nóki i zakátu Los llamados desplazamientos d e acentos léxicos en


Ne razminút'sja u rekí. las polisílabas desde el tiempo marcado hasta el no rnar-
ls Poe, E. A., (~Marginaliai,en The works, vol. 3, Nueva York,
Puesto que la inmensa mayoría de los tiempos marca-
1857.
dos aparecen con acentos léxicos, el oyente o el lector Frost, R., Collecbdpoems, Nueva York, 1939.
lencia contra el metro echa raíces, ella misma se con-
cado («pies invertidos»), desconocidos en las formas ge- vierte en regla métrica.
nerales del verso ruso, aparecen bastante a menudo en Lejos de ser un esquema abstracto y teórico, el metro
la poesía inglesa, después de una pausa métrica y/o sin- o en términos más explícitos, el modelo de verso- es la
táctica. Notable ejemplo lo constituye la variación rít- base estructural de cada uno de los versos, o en términos
mica del mismo adjetivo en «Infinite wrath and infinite
lógicos, d e cualquier ejvmplo poético. Modelo y ejemplo
d e s p a i r ~ ,de Milton. En el verso: «Nearer my God, to son conceptos correlativos. El primero determina los
Thee, nearer to Thee» *, la sílaba acentuada d e una y rasgos invariables de los ejemplos verbales y establece
d e la misma palabra, se d a dos veces en el tiempo no los límites d e esas variaciones. U n campesino servio que
marcado, primero al principio del verso y, en segundo se dedica a narrar la poesía épira, memoriza, representa
lugar, al principio de una frase. Esta licencia, discutida y, hasta cierto punto, improvisa miles y, a veces, decenas
por JespersenZ0 y frecuente en muchas lenguas, se ex- de miles de versos, y el esquema métrico está vivo en
plica muy bien por el significado específico de la relación su mente. Aunque es incapaz de abstraer la normativa,
que hay entre un tiempo no marcado y el inmediato an- no deja de darse ruenta y dc rerhazar incluso la más
anterior, que es marcado. Allí donde esa primacía con- leve infracción de esas reglas. Cualquier verso de la épica
tigua se ve dificultada por una pausa inserta, el tiempo servia contiene exactamcritc diez sílabas y va seguido de
no marcado se convierte en una especie de sílaba anceps. una pausa sintáctica. Y lo que es más, hay una frontera
Además d e las reglas subyacentes a las características de palabras obligatoria antes d e la quinta sílaba y una
obligatorias del verso, las normas q u e rigen sus rasgos ausencia entre la cuarta y la décima. El verso tiene,
optativos también atañen a la métrica. Nos inclinamos además, importantes características cuantitativas y acen-
a llamar desviaciones a tales fenómenos como la falta tuales (cfr. ").
d e acento en los tiempos marcados y al acento en los no Este intervalo de la épica servia, junto con muchos
marcados, pero es necesario recordar que constituyen os-
otros ejemplos similares presentados por la métrica com-
cilaciones permitidas, desviaciones que están dentro de los
parativa, es una advertencia convincente contra la iden-
límites de la ley. En la terminología parlamentaria bri-
tificación errónea d e una interrupción con una pausa
tánica, no es una oposición a su majestad el metro, sino
sintáctica. La frontera d e palabras obligatoria no debe
d e su majestad. Por lo q u e respecta a las infracciones
combinarse con la pausa, y se supone que ni siquiera ha
reales de las leyes métrica;, la discusión de tales viola-
de ser captada por el oído. El análisis de las canciones
ciones recuerdan a Osip Brick, quizá uno de los más
épicas servias grabadas en cinta magnetofónica, prueba
agudos formalistas rusos, que solía decir que los conspi-
que para ese intervalo no hay pistas obligatorias audi-
radores políticos son juzgados y condenados sólo por sus bles, y, sin embargo, cualquier intento d e abolir las
fracasados intentos de sublevación forzosa, porque en caso fronteras de palabras antes de la quinta sílaba, por medio
d e tener éxito en su golpe, serían los conspiradores los
que asumiesen el papel de jueces y acusadores. Si la vio-
21
-- Véanse ~ S t u d i e sin comparative Slavic metrics», en Oxford
* Slavonic papers, 3 ( 1952), págs. 2 r -66, y «Uber den Versbau der serbo-
«Más cerca, Dios mío, d e Ti, más cerca de Ti.» [N. del T.] kroatischen Volksepen>>,en Archives neerlandaises de phonétique expérimen-
Jespersen, O., «Cause psychologique de quelques phénomenes
20
tale, 7-9, 1 '933)>págs. 44-53.
de métrique germanique)), en Psychologte du langage, París, 1933.

50
de un simple cambio insignificante en el orden de los deliberado empeño por evitar encabalgamientos. Sin em-
términos, es condenado inmediatamente por el narrador. bargo, incluso una vehemente acumulación de éstos, nunca
El hecho gramatical de que la cuarta y quinta sílabas oculta su condición variable y desviada; siempre ponen
pertenezcan a dos unidades de vocabulario diferentes, es de relieve la coincidencia normal de la pausa sintáctica
suficiente para que se aprecie esa interrupción. De ese y la entonación de la misma con el límite métrico. Cual-
modo, el modelo del verso va más allá d e cuestiones d e quiera que sea la forma en que lea el recitador, la tra-
formas de sonido sin mezcla; se trata de un fenómeno bazón intencional del poema sigue siendo válida. El
lingüístico mucho más amplio que no se rinde ante un contorno de entonación inherente al verso, al poeta, a la
tratamiento fonético aislante. escuela poética es uno de los remas más importantes que
Y digo «fenómeno lingüístico» aún cuando Chatman los formalistas rusos sacan a colación 23.
establece que «el metro existe como un sistema que está El modelo de verso se incorpora a los ejemplos poéti-
fuera del lenguaje». Sí, el metro aparece también en cos. Normalmente la libre variación de esos ejemplos
otras artes y tiene que ver con la secuencia temporal. está indicada por la palabra «ritmo», una etiqueta un
Hay muchos problemas lingüísticos -la sintaxis, por tanto equívoca. Una variante de los ejemplos poéticos
ejemplo- que lo mismo traspasan los límites del lengua- dentro d e un determinado poema debe ser diferenciable
je que son comunes a diferentes sistemas semióticos. Po- con todo rigor de los inestables ejemplos de ejecución. La
demos incluso hablar de una gramática de señales de intención «al describir el verso poético tal y como de
tráfico. Existe un código en el que una luz amarilla, hecho se representa» es de una utilidad menor para el
cuando combina con la verde, indica que el paso libre análisis sincrónico y diacrónico d e la poesía, que lo es
está a punto de cerrarse, y con la roja anuncia que se para el estudio de su narración en el presente y en el
aproxima el cese de la detención. Esa señal amarilla ofrece pasado. Mientras tanto, la verdad es simple y clara: «Hay
una analogía próxima al aspecto completivo verbal. El muchas formas de representar el mismo poema - q u e
metro poético tiene, no obstante, tantas peculiaridades difieren entre sí en multitud de aspectos-. Una repre-
lingüísticas intrínsecas que lo más conveniente es descri- sentación es un acontecimiento, pero el poema en sí, si
birlas desde el punto d e vista puramente lingüístico. es que existe, debe ser un objeto perdurable.» Esta so-
Hemos de añadir que no hay propiedad lingüística lemne observación de Wimsatt y Beardsley pertenece a
del modelo de verso que deba descuidarse. Así, por la esencia de la métrica moderna.
ejemplo, sería un error lamentable negar el valor consti- En los versos de Shakespeare, la segunda sílaba acen-
tutivo d e la entonación de los metros ingleses. Ni siquiera tuada 'de la palabra «absurd» suele caer en el tiempo
al hablar del papel fundamental que desempeñan en el marcado; sólo una vez, en el tercer acto de Hamlet cae
verso libre de un maestro como Whitman, es imposible en el no marcado: «No, let the candied tongue lick absurd
ignorar el significado de la entonación de la pausa ( ~ j u n - pomp.» * El recitador puede escandir el término «absurd»
tura final»), ya se trate de «cadencia» o d e ~anticaden-
ciaZ2»,en poemas como «The Rape of the Lock» con su
Véase Eichenbaum, B., Melodika stixa, Leningrado, 1922, y
iirmunski, V . , Voprosky teorii literatury, Leningrado, ,928.
22 Karcevski, S., «Sur la phonologie de la phrasen, en Trauaux * «No, deja que la melosa lengua lama la pompa estí1pida.n
du cercle linguistique de Prague, 4 , (1931), págs. 188-223. [ N . del T.]
ambiguo para cualquiera q u e esté familiarizado con est.
en este verso con un acento inicial en la ~ r i m e r asílaba
lenguaje determinado y con el verso. Tanto las conver-
u observar el acento léxico final d e acuerdo con un sis- gencias como las divergencias q u e hay entre las dos fi-
tema d e acentuación establecido. Puede también subor- guras, y la expectativa frustrada o satisfecha producen esa
dinar el acento silábico del adjetivo en favor del fuerte sensación.
acento sintáctico, como sugirió Hill: «Nó, Iet thf candied
Del modelo d e ejecución del recitador depende el modo
tóngue lick Sl~surdpómp>>24, como en el concepto que en q u e un determinado ejemplo d e verso está incluido
Hopkins tiene del antispasto inglés -«regrét néver*)) 25-. en el modelo d e ejecución d a d o ; puede que el narrador
Por último, existe la posibilidad d e modificaciones enfá- se aferre a un estilo d e marcada escansión, o tienda hacia
ticas, ya sea a través d e una «acentuación fluctuante)) una prosodia más cercana a la prosa, o incluso oscile
(schwebende Betonungj q u e comprenda ambas sílabas, o con entera libertad entre esos dos polos. Debemos estar
por medio de un esfuerzo exclamativo d e la primera en guardia contra un binarismo simplista que reduce dos
sílaba [ab-súrd]. Pero cualquiera q u e sea la solución que parejas a una sola oposición, bien suprimiendo la distin-
el recitador elija, el desplazamiento del acento silábico ción fundamental entre el modelo de verso y ejemplo d e
del tiempo marcado al no marcado, sin una pausa que verso (así como la que hay entre modelo o ejemplo d e
preceda, es todavía impresionante, y el momento de frus- ejecución) o por una errónea identificación entre estos
trante expectativa aún tiene posibilidades d e éxito. cuatro elementos.
Donde quiera q u e ponga el acento, la discrepancia entre
el acento léxico inglés en la segunda sílaba de aabsurd., But tell rric.. cliilcl, your choice; wli'it sliall 1 buv
y el tiempo marcado unido a la primera, persiste como Yoii?» - -kqathcr, what you buy me 1 like best *.
un rasgo constitutivo de ejemplo d e verso. La tensión
entre el ictus y el acento léxico acostumbrado resulta Estos dos versos del poema de Hopkins titulado «The
inseparable en este verso, con independencia d e sus dis- Handsome Heartn contienen un encabalgamiento denso
tintas ejecuciones a cargo de varios lectores y actores. que coloca una frontera antes del monosílabo final de
Como Gerald Manley Hopkins observa en el prefacio una frase, d e una oración o de un enunciado. El recita-
a sus poemas, «dos ritmos fluyen, en cierto modo, a la d o d e esos pentámetros puede ser estrictamente métrico,
vez»z% La descripción que hace de esa carrera tan fun- con una pausa clara entre «buy» y «you» y otra su-
damental puede ser reinterpretada. El exceso d e repeti- primida detrás del pronombre. 0, por el contrario, se
ción de un principio d e equivalencia sobre la secuencia puede hacer un despliegue orientado hacia la prosa sin
discursiva o, en otras palabras, el montaje d e la forma una separación entre «buy, you» y con u n a marcada
métrica sobre la acostumbrada forma del habla, nece- entonación de pausa al final de la pregunta. Sin ernbar-
sariamente produce la experiencia d e un aspecto doble, go, ninguno d e esos modos de recitar puede esconder la
discrepancia deliberada entre la división sintáctica y mé-
trica. L a forma del verso de u n poema permanece to-
24 Hill, A. A,, Review in Language, 29, ( I ~ J S págs.
), 549-561.
* «Nunca lamentes.» [ N . del T.] * «Pero, dime, hijo, tu preferencia; ;qué quieres q u r tr c.omprd»
"' Hopkins, G. M., op. cit. -«Padre, lo q u e rne compres será 10 q u e más me guste.» [H. del T.]
26 Poems, ed. W . H . Gardner, Nueva York y Londres, 3.* ed., 1948.
talmente independiente de su ejecución variable, por lo que existe una proximidad semántica, un tipo de sírnil
que yo no pretendo invalidar la fascinante cuestión del entre grupos léxicos que riman, como en dove-love, light-
Autorenleser y del Selbstleser, lanzada por Sievers *. bright, place-space, name-fame? ES que los miembros
Sin duda alguna, el verso constituye una figura fó- desempeñan la misma función semántica? Se puede se-
nica recurrente. Siempre en primer lugar, pero nunca ñalar la diferencia que hay en la rima entre la clase
como algo único. Cualquier intento que se haga por con- morfológica y la aplicación sintáctica. Por eso en los versos
finar tales convenciones poéticas como metro, aliteración de Poe: «While 1 nodded, nearly napping, suddenly there
o rima en el nivel de sonido, constituyen razonamientos es- came a tapping, As of someone gently rappingn, las tres
peculativos sin justificación empírica. La proyección del palabras morfológicamente similares son, sin embargo,
principio ecuacional dentro de la secuencia, tiene un sig- diferentes desde el punto de vista sintáctico *. iEstán las
nificado mucho más amplio y profundo. La visión que rimas prohibidas, toleradas o favorecidas por completo
Valéry tiene de la poesía como «una vacilación entre el o sólo en parte? iY homónimos tales como son-sun, I - g e ,
sonido y el sentido)) (ch.") es mucho más realista y eve-eave, o rimas en eco como Duc~mbur-ember,injnite-nigth,
científica que cualquier polarización hacia un aislacio- swarm-warm, smiles-miles? iQuC pasa con rimas compues-
nismo fonético. tas (como hace Hopkins en enjymunt-to_y meant o began
Aunque por definición la rima se basa en una repeti- some-ransom), en las que un grupo de palabras rima con
ción regular de fonemas o grupos de fonemas equivalentes, una unidad ?
constituiría una simplificación errónea el tratar a la rima Un poeta o una escuela poética pueden estar orienta-
sólo desde el punto de vista del sonido, puesto que in- dos hacia una rima gramatical, o en contra de ella; ésta
cluye, por necesidad, la relación semántica que hay entre puede ser también agramatical. Una rima de este tipo,
las unidades de rima («colon», según la nom'enclatura indiferente a la relación que hay entre sonido y estruc-
de Hopkins). En el examen de una rima tenemos que tura, pertenecería c o m o cualquier forma agramatical-
hacer frente a la cuestión de si se trata o no de un ho- a la patología verbal. Si un poeta tiende a evitar rimas
meoteleuton el que confrorita sufijos derivativos similares gramaticales, para él s e g ú n H o p k i n s - ((existen dos
y/o de flexión (congrutulations-decorutions), o de si las pa- elementos en la belleza de la rima para la mente: la
labras que riman pertenecen a categorías gramaticales igualdad o semejanza de sonido y la desigualdad o di-
idénticas o diferentes. Así, por ejemplo, la rima cuádruple ferencia de sentido»Z9. Cualquiera que sea la relación
de Hopkins es una concordancia entre dos nombres: que hay entre sonido y sentido en las distintas técnicas
kind, 'clase', y mind, 'mente', que contrastan con el ob- rítmicas, ambas esferas están necesariamente involucra-
jetivo blznd, 'ciego', y con el verbo jnd, 'encontrar'. ES das. Después de 121s ilustrativas observaciones de Wimsatt
sobre la significación d e la rima30 y la agudeza de los
--
estudios modernos sobre los patrones rítmicos eslavos, un
m Sievers, E., z i e l e und Wege der Schallanalyse, Heidelberg, 1924.
* E. Stankiewicz, en su artículo «La lingüística y el estudio del
lenguaje poético», hace referencia a esta división en dos categorías * «Mientras cabeceaba, casi sesteando, sentí de repente unos
que Sievers hace del lector. [N. del T.] golpecitos, como si alguien tocase suavemente.» [N. del T.]
2Y
28 Valery, F., 7 h e art of- p o e t y , Bollirigen series, 45; Nueva Cf. Hopkins, G. M . , T h r j o u r n a l ~andpapers.
York, 1958.
30 Wimsatt, W. K., J r . , T h e uerbal icon, Lexington, 1954.
iiivestigador d e poesía no podría sostener q u e las rimas y a u n nivel lingüístico, cualquier constituyente d e u n a
sólo tienen u n significado muy vago. secuencia parecida, sugiere u n a d e las dos experiencias
L a rima representa u n caso especial y acumulativo d e correlativas q u e Hopkins hábilmente define como «com-
un problema poético 3 u e bien podemos llamar fun- paración en favor d e u n a igualdad)) y «comparación en
damental -- como es el paralelismo. D e nuevo despliega favor d e u n a disimilitud)).
Hopkins su prodigiosa penetracióri dentro d e la estructura El folklore ofrece las más delimitadas y estereotipadas
d c la poesía, e n los trabajos q u e realizó en 1865: formas d e poesía, q u e son apropiadas, en concreto, p a r a
u n análisis estructural (como Sebeok ilustró con ejemplos
La parte artificial de la poesía (quizá haríamos bien en sacados del carelio) . Esas tradiciones orales q u e emplean
considerarla toda ella artificio) se reduce al principio del el paralelismo gramatical p a r a conectar versos consecu-
paralelismo. Su estructura es la de un paralelismo con- tivos, por ejemplo, los patrones poéticos d e las lenguas
tinuo, que va desde lo que en técnica se conoce como f i n o - u g r i a ~ y,
~ ~ e n u n nivel más elevado, también la
paralelismos de la poesía hebrea y las antífonas de la poesía folklórica rusa, pueden ser analizadas con g r a n
música eclesiástica, a la complejidad del verso griego, aprovechamiento en todos los niveles lingüísticos -fono-
italiano o inglés. Pero ese paralelismo ha de ser de dos
lógico, morfológico, sintáctico y léxico: nos enteramos d e
clases -allí donde la oposición aparece claramente mar-
cada y donde es más bien transicional o cromática-. Sólo q u é elementos se consideran equivalentes y cómo la igual-
la primera l a del marcado paralelismo-- tiene que ver d a d en ciertos niveles aparece dominada con u n a notable
con la estructura del verso (en el ritmo, la repetición de diferencia respecto d e los demás-. Este tipo d e formas nos
una cierta secuencia de sílabas: en el metro, la de una permite verificar la sabia sugerencia d e Ransom d e q u e
determinada sucesión de ritmo; en la aliteración, asonan- «el proceso del metro y del significado constituye el acto
cia y rima). Ahora bien, la fuerza de esta repetición orgánico d e la poesía, e involucra a todos sus caracteres
consiste en engendrar otra o un paralelismo que responda principales» 33. Esas definidas estructuras tradicionales
con palabras o con el pensamiento, y entonces -para pueden desvanecer las d u d a s d e Wimsatt acerca d e la
decirlo brevemente y más bien por la tendencia que por posibilidad d e escribir u n a gramática d e la interacción
el resultado i n v a r i a b l e el paralelismo más marcado en
del metro con el significado, así como u n a gramática d e
la estructura (ya sea de elaboración o de énfasis) engen-
dra otro más delimitado en las palabras y en el sentido ... la distribución d e las metáforas. T a n pronto como el pa-
A este paralelismo más delineado o abrupto pertenecen ralelismo es promovido a canon. la interacción entre la
la metáfora, el símil, la parábola, etc., donde se busca métrica, el significado y la disposición d e tropos dejan
un efecto en la semejanza de las cosas, y por otra parte, d e ser «aquella p a r t e libre, individual e imprevisible d e
la antítesis, el contraste y demás, donde el efecto se busca
en la desigualdad 31. Vamos a traducir unos cuantos versos típicos d e unas
canciones d e boda rusas q u e hablan del momento en q u e
E n resumen, la equivalencia d e sonido, proyectada aparece el novio :
dentro d e l a secuencia como su principio constitutivo, en- 32
Véanse Austerlitz, R., «Ob-Ugric metrics», en Folklore Fellows
vuelve d e u n modo inevitable u n a equivalencia semántica, communications, 174 (1958)~ y Steinitz, W., «Der Parallelismus Volks-
dichtungn, en Folklore Fellows communications, I I 5 (1934).
:" Cfr. Hopkins, G. M., 7 h t joiri-nnls and papers. " Ransom, J. C., The new criticism, Norfolk, Conn., r(94r.
A brave feiiow was going to the porch, del otro lado d e las colinas. En el otro ejemplo, sin em-
Vasilij was walking to the manor *. bargo, hay una relación semántica ambigua. Se apunta
una comparación entre el novio que se acerca y el caballo
La traducción es literal; sin embargo, los verbos adoptan que galopa; pero, al mismo tiempo, la parada de éste en el
la posición final en ambas cláusulas rusas (Dobroj mólodec patio anticipa, d e hecho, la aproximación del héroe a la
k séniEkam privoráEiva1, / / Vasílij k téremu prixáiival). casa. De esta forma, antes de presentar al jinete y la casa
Los versos se corresponden por completo tanto desde el d e su prometida, la canción evoca las imágenes contiguas
punto de vista sintáctico como desde el morfológico. Los y metonimicas del caballo y del patio: la posesión en lugar
dos verbos predicativos tienen los mismos prefijos y su- del poseedor, y el aire libre en vez del interior. La pre-
fijos y la misma alternancia vocálica en la raíz; son iguales sentación del novio puede ser interrumpida en dos mo-
en aspecto, tiempo, número y género; y, lo que es más, mentos consecutivos, sin sustituir siquiera el caballo por
son sinónimos. Ambos sujetos -el nombre común y el el jinete: <<Abrave fellow was coming a t a gallop to the
nombre propio- se refieren a la misma persona y forman court, / / Vasilij was walking to the porch.)) Por consi-
un grupo yuxtapuesto. Los dos modificadores de lugar guiente, Jierce horse, que aparece en la línea precedente
están expresados por medio de construcciones preposicio- en una posición sintáctica y métrica similar a la del brave
1I nales idénticas, y la primera mantiene una relación dc fellow, figura simultáneamente como una semejanza y
sinécdoque respecto a la segunda. como una posesión representativa de este hombre y ha-
1
Esos versos aparecen precedidos por otro verbo de blando en términos precisos es pars pro toto para el ji-
una composición gramatical similar (sintáctica y mor- nete. La figura del caballo está en la demarcación entre
,%

fológica) : ((Not a bright falcon was flying beyond the metonimia y sinécdoque. De esas sugestivas connotacio-
hills)) o «Not a fierce horse was coming at gallop to the
1 8
(1
nes sobre jierce horse se sigue una sinécdoque metafórica :
! court **.» El bright falcon y eljerce horse de estas variantes en las canciones de boda y en otras variedades de la líri-
están puestos en relación metafórica con brave fellow. Se ca amorosa rusa, en masculino retiv kon se convierte en
trata d e un paralelismo negativo de la tradición eslava un símbolo fálico latente e incluso patente.
I -la refutación de la condición metafórica en favor de Hacia 1880, Potebnja, notable investigador de la poé-
31 una circunstancia basada en hechos-. La negación ne tica eslava, señaló que en la poesía folklórica un símbolo
puede, no obstante, ser omitida: (Jasjón sokol zá gory aparece materializado (ovékestvlen), convertido en un
zaljótyval)) ( A bright falcon was Jying beyond the hills) O accesorio. ((Aun siendo todavía símbolo, se le pone en
«Retív kon' kó dvoru priskákival)) ( A ,fierce horse was contacto con la acción. De esta forma, un símil es pre-
coming at a gallop to the court). En el primer ejemplo, se sentado bajo la apariencia d e una secuencia temporal » 34.
mantiene la relación rnetafórica: un hombre valiente apa- En los ejemplos que Potebnja saca del folklore eslavo,
reció en' el porche como un brillante halcón procedente el sauce bajo el que pasa una chica le sirve, al mismo
tiempo, de imagen; árbol y joven están copresentes en
* «Un hombre valiente caminaba hacia el porche, Vasilij se acer- el mismo simulacro verbal del sauce. Por lo mismo, el
caba a la mansión.)) [Si'. del T.]
** «Ni siquiera un brillante halcón volaba más allá de las CO-
34
linas.)) «Ni un fiero caballo se aproximaba galopando hacia el patio.)) Potebnja, A., Ob'jasnenija malorusskix i s r o d y x pesen, 1, 2 , Var-
[N. del T.] sovia, I 883-87.
Un mensaje con doble sentido encuentra correspondencia
caballo de las canciont.5 amorosas permanece como uri en u n hablante, un oyente o una referencia desdoblados,
símbolo de virilidad, no sólo cuando el muchacho pide como se cxponr de un modo convincente en los preámbulos
a la doncella que le dé de comer, sino al ser ensillado, de los cuentos de hadas de varios países; por ejemplo,
metido al establo o atado a un árbol. en el exordio de los historiadores mallorquines: .«Aixo
En poesía, no sólo la secuencia fonológica, sino tam- era y no eraD3% La reiteración llevada a cabo al impri-
bién cualquier sucesión de grupos semánticos tiende a mir el principio de equivalencia a la secuencia, hace que
plantear una ecuación en la misma forma. Una similitud no sólo las secuencias constitutivas del mensaje poético,
superpuesta a una contigüidad imprime a la poesía su sino también todo el mensaje sea reiterativo. Esta capa-
esencia múltiple, polisemántica, que va desde el princi- cidad de repetición --sea inmediata o diferida- de un
pio hasta el fin y que Goethe sugiere a la perfección: mensaje poético y de sus constituyentes, esta conversión
«Alles Vergangliche ist nur ein Gleichnis)) ('cualquier del mensaje en algo permanente representa una propie-
cosa que sucede no es sino una semejanza'), o para de- dad eficaz e inherente de la poesía.
cirlo de un modo más técnico: toda secuencia es un símil. En el orden de la frase, en que la similitud aparece
En poesía, donde la similitud se proyecta sobre la conti- superpuesta a la contiguidad, dos secuencias fonológicas
güidad, la metonimia es ligeramente metafórica y la me- similares, próximas la una a la otra, son propensas a asumir
táfora tiene un tinte metonímico. una función paronomástica. Las palabras semejantes en
La ambigüedad consiste en el carácter intrínseco e sonido están unidas en el significado. Es cierto que el
inalienable d e cualquier mensaje que fija la atención en primer verso de la estrofa final del poema de Edgar
sí mismo; es decir, es una consecuencia natural de la Allan Poe titulado «Raven», hace uso constante de alite-
poesía. Repitamos con Empson: «Las maquinaciones de raciones repetitivas, como observó Valéry 37,pero el «efecto
la ambigüedad se encuentran en las mismas raíces de la abrumador)) de este verso y de toda la estrofa se debe,
poesían35. Tanto el propio mensaje, como su hablante primordialmente, al poder de la etimología poética.
y oyente, se hacen ambiguos. Además del autor y del
lector, existe el «yo» del héroe lírico o del narrador fic- And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
ticio y el «tú» o el «vos» del mencionado oyente de mo- On the pallid bust of Palas just above my chamber door;
nólogos dramáticos, súplicas y epístolas. Por ejemplo, en And his eyes have al1 the seeming of a demon's that is
el poema titulado ~WrestlingJacob», el héroe se dirige [drearning,
Aiid the larnp-light o'er him streaming throws his shadow
al Salvador y la composición actúa simultáneamente como
mensaje subjetivo del poeta, Charles Wesley, a sus lec- [on the floor;
And rny soul from out that shadow that lies floating on
tores. De un modo implícito, cualquier mensaje poético [the floor
es un discurso de alusión con todos esos problemas intrin-
cados y característicos que el «discurso dentro del discur-
36
so» ofrece al lingüista. Ciirac, W., «Sind Marchen Lügen?», en Cahiers S. Puscariu, I,
La supremacía de la función poética sobre la referen- ('!)52), PAU, 137 Y 3.
7!k. Valbry, l'., op. cit.
cial no destruye tal referencia, sino que la hace ambigua. * <<Yel i ~ ~ r r vnunca
o, fugaz, aún está posado, todavía está posado/
sobic cl phlido t)iisio (le Palas justo encima de la puerta d e mi ha-
Empson, W., Seven types of ambiguity, Nueva York, 3.a ed., 1955.

62
La percha del cuervo, «el pálido busto de Palas», se va varl. Las aliteraciones que impresionan a Valéry forman
convirtiendo a través de la «sonora» paronomasia una cadena paronomástica : /stí .../ -/ sít .../ -/ stí.../
/pklad/- /pklas/ en un conjunto orgánico (similar al -1 sít .../-. La inmovilidad del grupo está especialmente
moldeado verso de Shelley «Sculptured on alabaster marcada por la variación de su orden. Los dos efectos
obelisk)), 'Esculpido en obelisco de alabastro', /sk.lp/ luminosos en el claroscuro -los ((fieros ojos» del negro
-/l.b.st/- /b.l.sk/). Las dos palabras cotejadas fueron pájaro y la luz proyectando «su sombra en el suelo»-
antes mezcladas en otro epíteto del inismo busto -placid, se evocan para añadirlos a la lobreguez d e toda la escena
'plácido' /pl k sId/- un «portmanteau» poético * y el y están otra vez vinculados por el «vívido efecto» de las
vínculo entre el que está «sentado» y el «asiento» fue es- pasonomasias : /5laa símin/ ... /dímanz/ ... /Iz drímlrj/
trechado, a su vez, por una paronomasia; «bird or beast -/arlm strírni~l.«That shadow that lies /láyz/» forma
upon the ... burt». El pájaro «está sentado// En el pálido pareja con los ojos del cuervo: «eyes» /áyz/ en una rima
busto de Palas, justo encima de la puerta de mi habi- en eco desplazada d e un modo impresionante.
tación», y el cuervo en su percha, a pesar del imperativo En poesía, cualquier similitud sobresaliente en el soni-
del amante atake thy form off my door», 'retira tu figura do es evaluada respecto a una disimilitud en el contenido.
d e mi puerta', está clavado al lugar por las palabras Pero el precepto aliterativo que Pope d a a los poetas
/jÁst abÁv/, que aparecen mezcladas en /bÁst/. -«el sonido debe parecer un eco del significado»- tiene
La presencia continua del horrible huésped se expre- una aplicación más amplia. En el lenguaje narrativo la
sa a base de una cadena de ingeniosas paronomasias, que relación entre signans y signatum está basada, de un modo
pueden invertirse en parte, como cabría esperar d e un abrumador, en una proximidad codificada, que errónea-
experimentador nato en cuestiones de modus operandi pre- mente se suele denominar ((arbitrariedad del signo ver-
vistas y regresivas, como lo es Edgar Allan Poe, maestro bal». La importancia del nexo sonido-contenido es un
de la «escritura inversa». En el verso que sirve de in- simple corolario de la superposición de la similitud sobre
troducción a esta estrofa final, el término raven - c o n t i g u o la contigüidad. El simbolismo del sonido constituye una
a la solitaria palabra del estribillo never- aparece, de evidente relación objetiva basada en una conexión d e
nuevo como una imagen reflejo de este never: /n.v.r/ fenómenos entre diferentes modos sensoriales, concreta-
-/r.v.n/. Las paronomasias sobresalientes conectan entre mente entre la experiencia visual y la auditiva. Si los
sí ambos símbolos de una desesperación constante, resultados de una investigación en este campo han sido,
primero «the Raven, never flitting)) al principio de la a veces, vagos o controvertidos, se debe, en primer lugar,
última estrofa, y en segundo lugar, los dos últimos versos a un cierto descuido por los métodos de investigación
«shadow that lies floating on the fioor» y «shall be lifted psicológicos y/o iingüísticos. Desde este último punto de
-nevermore» : /n&varflítí~l- / f l ó t í ~.../
/ fl5r/ .../líftad/nC- vista, sobre todo, la escena ha sido distorsionada a menu-
do por falta de atención al aspecto fonológico de los so-
bitación;/ y sus ojos tienen toda la apariencia de los de un demonio nidos del habla, o por operaciones inevitablemente vanas
que sueña,/ Y la luz de la lámpara (cayendo) sobre él como un torrente,
proyecta su sombra sobre el suelo;/ Y mi alma de entre esa sombra con grupos fonológicos complejos en lugar d e con sus
que anda flotando en el suelo/ Será elevada -nuncajamás.» [ N . del T.] componentes esenciales. Pero cuando, por ejemplo, se
* Vocablo formado por la combinación de dos o más palabras. ponen a prueba oposiciones fonológicas tales como las
[ N . del T.] graves frente a las agudas y nosotros preguntamos si /y/
o /u/ son más oscuras, algunos puede que respondan que vocálicos rodeando nuit yjour con fonemas graves y agudos
esta pregunta carece de sentido para ellos, pero casi nin- respectivamente, o recurre a un desplazamiento semán-
guno afirmará que /y/ es la más oscura de las dos. tico; entonces sus imágenes del día y de la noche reem-
La poesía no es el único campo en el que se'hace sentir plazan a las d e luz y oscutidad por medio de otros
un profundo simbolismo; más bien es una competen- correlatos sinestésicos de la oposición fonológica agudo/
cia en la que el nexo interno entre sonido y significado grave y, por ejemplo, pone un contraste entre un día
cambia de un estado latente a otro patente y se manifiesta pesado y bochornoso y una noche de brisa fresca; porque
de un modo mucho más palpable e intenso, como ha ob- «los seres humanos parecen asociar las experiencias de
servado Hymes en su estimulante trabajo. La superacu- brillante, afilado, duro, alto, ligero, rápido, agudo, es-
mulación d e una cierta clase de fonemas o de un mensaje trecho, en una larga serie; y, por el contrario, las de os-
contrastivo de dos tipos opuestos en la textura sonora de curo, cálido, dócil, suave, brusco, bajo, pesado, lento,
un verso, de una estrofa, o de un poema, actúa como grave, ancho, etc., en otra larga serie»39.
una ((subcorriente d e significado)) -según la pintoresca Por muy efectivo que sea el énfasis dado a la repeti-
expresión d e Poe-. En dos palabras polares, la relación ción en la poesía, la textura del sonido está aún lejos de
fonológica puede concordar con la oposición semántica, ser confinada a combinaciones numéricas, y un fone-
como en ruso /d,en,!, 'día', y /nóc/, 'noche', con la vocal ma que aparece sólo una vez, pero en una posición clave,
aguda y las consonantes fuertes para el primer término, pertinente, sobre un fondo contrastivo, puede adquirir
y la correspondiente vocal grave para el nocturno. U n un significado sorprendente. Como dirían los pinto-
refuerzo de este contraste r o d e a n d o la primera pa- res: «Un kilo de vert n'est pas ~ l u svert qu'un demi
labra con fonemas agudos y fuertes, por contraposi- kilo.»
ción a la proximidad fonológica grave de la segunda pa- Cualquier análisis de la textura del sonido poético
labra- transforma el sonido en un profundo eco del debe tener en cuenta, d e una forma consistente, la es-
significado. Pero en las palabras francesas jour, 'día', y tructura fonológica de un determinado lenguaje y, además
nuit, 'noche', la distribución d e vocales agudas y graves d e un código completo, también la jerarquía de las dis-
aparece invertida, de forma que Mallarmé en sus Diva- tinciones fonológicas dentro d e una tradición poética
gations acusa a su lengua materna de una engañosa concreta. De esa forma, las rimas asonantadas utilizadas
perversidad al asignarle al día un timbre oscuro y a la por los pueblos eslavos en algunas etapas d e la tradición
noche uno claro38. Whorf manifiesta que, cuando en su oral y escrita, admiten consonantes distintas en los miem-
forma sonora «una palabra tiene un parecido acústico bros que riman (por ejemplo, los vocablos checos boty,
con su propio significado, podemos darnos cuenta d e ello ... boky, stopy, kosy, sochy); pero, como observó Nitch, no se
pero, cuando ocurre lo contrario, nadie lo nota». Sin admite una correspondencia mutua entre consonantes
embargo, el lenguaje poético, y en especial la poesía fran- sonoras y sordas40, así es que estas palabras no pueden
cesa, en la colisión entre sonido y contenido apuntada
por Mallarmé, o busca una alternancia fonológica d e tal
discrepancia y ahoga la distribución «contraria» de rasgos
39
Whorf, B. L., Language, thougt and realily, edición de J. B. Carroll,
pág. 267 f., Nueva York, 1956.
Nitsch, K., «Z historii polskich rymów», en W y b ó r pism polonis-
38 Mallarmé, S., Diuagations, París, 1899. lyczych, 1, Wroclaw, 1954, págs. 33-77.

66
rimar con body, doby, koty, rohy. En las canciones de al- quier otra área lingüística d e transición. En este caso, esa
gunos pueblos indios de América, como los pima-papago transición está entre el lenguaje estrictamente poético y
y tepecano, -que, según Henog, sólo en parte se co- el referencial. L a primera monografia que existe sobre la
municaron por escrito41- la distinción fonológica entre estructura del cuento se debe a Propp 44,y muestra cómo
oclusivas sonoras y sordas, y entre ellas y las nasales, está un acercamiento sintáctico consistente puede ser una
reemplazada por una variación libre, mientras que la ayuda capital, incluso al clasificar los argumentos tradi-
distinción entre labiales, dentales, velares y palatales se cionales y al trazar las leyes enigmáticas que rigen su
mantiene rigurosamente. Por eso en la poesía de esas composición y selección. Los recientes estudios d e Lévi-
lenguas las consonantes pierden dos de los cuatro rasgos S t r a u ~ s presentan
~~, una aproximación mucho más pro-
característicos : sonoro/sordo y nasalloral, y conservan funda, pero en esencia similar al mismo problema de la
los otros dos: gravelagudo, densoldifuso. La selección y construcción del cuento.
estratificación jerárquica de categorías válidas es un No es pura coincidencia que las estructuras metoní-
factor d e importancia primordial para la poética, tanto micas estén menos exploradas que el campo de la metá-
en el nivel fonológico como en el gramatical. fora. Quisiera insistir en mi antigua teoría de que el es-
La teoría literaria del antiguo indio y delhlatín medie- tudio de los tropos poéticos ha sido dirigido hacia la me-
val distingue agudamente dos polos d e arte verbal, apo- táfora, en primer lugar, y la llamada literatura realista
dados Pañcali y Vaidarbhi en sánscrito y ornatus dijcilis -íntimamente ligada con el principio metonímico-
y ornatus facilis en latín42. Este último estilo es, por su- aún desafía a la interpretación, a pesar d e que la misma
puesto, mucho más dificil de analizar desde el punto metodología que la poética emplea al analizar el estilo
de vista lingüístico, porque en tales formas literarias los metafórico de la poesía romántica, se aplica, por entero,
recursos verbales carecen de elaboración y el lenguaje a la textura metonímica d e la prosa realista 46.
tiene casi la apariencia de una prenda transparente. Los libros d e texto creen en la aparición de poemas
Pero debemos afirmar con Charles Sanders Peirce: desprovistos d e imágenes; pero, de hecho, la escasez d e
«Jamás se puede uno despojar por completo de esta ropa; tropos léxicos está compensada por magníficas figuras y
lo más que se puede hacer es cambiarla por algo más tropos gramaticales. Los recursos poéticos escondidos en
ligero~43.La «composición desversificada~,como Hopkins la estructura morfológica y sintáctica del lenguaje, es
denomina a la variedad prosaica del arte verbal - d o n d e decir, la poesía d e la gramática y su producto literario,
los paralelismos no aparecen tan estrictamente marca- la gramática de la poesía, raras veces han sido conocidos
dos y regulares como el «paralelismo continuo» y donde por los críticos, y sí muy a menudo desdeñados por los
no existe una figura de sonido d o ~ i n a n t e - presenta unos
problemas tan confusos para la poética como para cual- 44 Cfr. Propp, V., Morphology of the folktale, Bloomington, 1958.
45
Véanse las siguientes obras de C. Lévi-Strauss: ((Analyse mor-
phologique des contes russesn, en International journal o f Slauic linguistics
41 Herzog, G., «Some linguistic aspects of American Indian ?nd poetics, 3, 1960; L a geste d'Asdzva1, École Pratique des Hautes
poetryu, en W o r d , 2, (1946), pág. 82. Etudes, París, 1958; y "The structural study of mythn, en la obra
42 Arbusow, L., Colores rhetorici, Gottingen, 1948. editada por T . Sebeok M y t h : a symposium, Filadelfia, 1955, págs. 50-66.
46
43 Peirce, C. S., Collected papers, vol. 1, Cambridge, Mass., 1931, Jakobson, R., «The m,etaphoric and metonymic peles», en
página r 7 1. Fundamentals o f language, 'S-Gravenhage, I 956, págs. 76-82.
lingüistas; sin embargo, los escritores creativos han hecho El siguiente políptoton -«I speak ... Bwtus spoke ... 1 am
un uso magistral de ellos. to speakn- presenta la repetida afirmación como si se
Shakespeare consigue la principal fuerza dramática tratase de un simple discurso, en lugar de informar sobre
del exordio de Marco Antonio a la oración fúnebre por los hechos. El efecto está, según la lógica modal, en el
César, jugando con categorías y construcciones grama- contexto oblicuo de los argumentos aducidos, que los
ticales. Marco Antonio desacredita el discurso d e Bruto convierte en frases d e creencia improbable:
cambiando las razones que se alegan en favor del ase-
sinato de César y las convierte en ficciones lingüísti- 1 speak not to disprove what Brutus spoke,
cas. La acusación que Bruto hace de César: ((como era But here 1 am to speak what 1 do know *.
ambicioso, lo maté», sufre una serie de transformaciones.
Primero, Marco Antonio la reduce a una mera cita, que El recurso más eficaz de la ironía de Antonio es el
hace recaer sobre el mencionado hablante la responsa- modus obliquus de los resúmencs de Bruto transformados
bilidad de la afirmación: «The noble Brutus//Hath told en un modus rectus para revelar que esos atributos no son
you ...» Cuando se repite, esta alusión a Bruto se opone sino ficciones lingüísticas. A la frase de Bruto «era ambi-
a las propias afirmaciones d e Marco Antonio con una cioso)), Marco Antonio replica primero transfiriendo el
conjunción adversativa but, 'pero', y más adelante dege- adjetivo del agente a la acción («¿Parecía esto ambición
nerará en un concesivo yet, 'no obstante'. Esta referencia en César?»), luego, omitiendo el nombre abstracto ((am-
al horior del que alega, no justifica tal alegación, cuando bición)) y convirtiéndolo en el sujeto de una coristrucción
se repite con unfor, 'pues', y cuando, por último, se pone pasiva, concreta: «Ambition should be made of sterner
en tela d e juicio a través d e la maliciosa inserción de stuff», 'la ambición debería ser d e una sustancia más dura';
sure, 'ciertamente' : y, por último, en el predicado de una frase interrogati-
va: «¿Era eso ambición?» La apelación de Bruto «oídme
The noble Brutus defcnder mi causan es contestada por el mismo sustantivo
Hath told you Caesar was ambitious ; in recto, el sujeto hipostático d e una construcción interro-
For Brutus is an honourable man, gativa activa: « i Q ~ érazón os detiene?» Mientras Bruto
But Brutus says he was ambitious, solicita «avivad vuestros sentidos para poder juzgar mejor»,
And Brutus is an honourable man.
Yet Brutus says he was ambitious, el sustantivo abstracto derivado d e «juzgar» se convierte
And Brutus is an honourable man. en un agente apostrofado en el informe de Marco Anto-
Yet Brutus says he was ambitious, nio: <<iOh,raciocinio!, has ido a buscar asilo en los irra-
And, sure, he is an honourable man * cionales ...» Accidentalmente, este apóstrofe con su san-
guinaria paronomasia ((Brutus-brutishp es una reminiscen-
cia de la exclamación d e despedida de César: «Et tu,
* «El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso;/ pues Brute!» Propiedades y actividades son exhibidas in recto,
Bruto es un hombre honrado,/ pero Bruto dice que era ambicioso./
Y Bruto es un hombre honrado./ No obstante, Bruto dice que era
ambicioso,/ y Bruto es un hombre honrado./ No obstante, Bruto dice * <(¡NOhablo para desaprobar lo que Bruto habló!/ ¡Pero estoy
que era anibicioso,/ y, ciertamente, es un hombre honrado.» (Tra- aquí para decir lo que sé!» (Traducción Luis Astrana Marín.)
ducción Luis Astrana Marín.) [,V. del T.] [N.del T.]

71
mientras q u e sus portadores aparecen o in obliquo («os semejanza con el plumaje. Sus colores parecen reaviva-
detiene», «a los irracionalesn, «torne a mí»), o como su- dos en los versos d e M a c H a m m o n d : «The ghost of a
jetos d e acciones negativas («los hombres han perdido», Bronx pink lady // With orange blossoms afloat in her
«he d e detenerme*) : hair», y la metáfora etimológica consigue realizarse:
« O , Bloody Mary, / / T h e cocktails have crowed not the
You al1 did love him once, not without cause; c o c k s ! ~ («At a n Old Fashion Bar in Manhattann).
What cause withholds you then to mourn for him? El poema d e Wallace Stevens, «An Ordinary Evening
O judgment, thou art fled to brutish beasts,
in New Haven» revive la palabra q u e sirve de encabeza-
And men have lost their reason!*
miento al poema y q u e es el nornhrr de la ciudad, pri-
mero a través de una discreta alusión al cielo, heaven,
Los dos últimos versos del exordio d e Marco Antonio y después, por medio d e un jurgo d e palabras similar a
muestrah la ostensible independencia d e esas metonimias la confrontación q u e haría Hopkiris: Heauen-Haven.
gramaticales. Las estereotipadas frases «guardo luto por
fulano» y la figurativa (pero todavía estereotipada) «fu- The dry eucalyptus seuk.s god in the rainy cloud.
lano está e n el féretro y m i corazón está con él» o «se Professor Eucalyptus of New Haven seeks him in New
va con él>>,en el discurso d e Antonio, d a n lugar a una The instinctfor h~aoenhad i ts countcrpart : [Ziav~n ...
atrevida metonimia; el tropo se hace parte d e la realidad The instinct for eartli, /or .New Haven, for his room ... *
poética :
El adjetivo new, 'riucvo', del nombre de la ciudad está
My heart is in the coffin there with Caesar, puesto al descubierto a través d e la concatenación de los
And 1 must pause ti11 it come back to me **. opuestos :
E n poesía, la forma interna de un nombre, es decir, The oldest-newest day is the newest alone.
la carga semántica de sus constituyentes, recobra su per- The oldest-newest night does not creak by ... * *
tinencia. Los ~Cocktailso* * * pueden reanudar su borrada
Cuando en 1g 1 g el Círculo Lingüístico de Moscú dis-
* «Todos le amasteis alguna vez y no sin causa;/ :Qué razón, cutía cómo definir y delimitar el alcance de los epitheta
entonces, os detiene ahora para no llevarle luto?/ iOh raciocinio! ornantia, el poeta Maiakovski nos replicó a todos diciendo
Has ido a buscar asilo en los irracionales,/ Pues los hombres han que, para él, cualquier adjetivo -mientras se diese en
perdido la razón ...N [N. del T.]
* * «Mi corazón está ahí, en ese féretro, con César,/ Y he de poesía- era un epíteto poético, incluso «mayor» en Osa
detenerme hasta que torne a mí.» (Traducción Luis Astrana Marín.) Mayor o «grande» y «pequeño» en los nombre de las
[ N .del T.]
*** El autor aprovecha aquí el juego d e palabras que le propor- * «El seco eucaliptus busca a Dios en la nube lluuiosa./ El pro-
cionan las dos referencias d e este vocablo a la bebida alcohólica y al ave: fesor Eucaliptus de New Haven le busca en New Hauen .../ El instinto
«El fantasma de una dama rosada del Bronx (barrio neoyorquino)/ por el cielo tiene su contrapartida:/ El instinto por la tierra, por New
con brotes d e naranjo flotando en sus cabellos./ iOh, Bloody Mary Haven, por su habitación ...» [ N . del T.]
(nombre q u e se le d a a un cóctel)/ Los 'cocktails' han cantado, no * * «El día más antiguo más reciente es el más reciente solo./
los gallos !» [ N . del T.] La noche más antigua más reciente no pasa rechinando.» [N. de. T.]
calles de Moscú como Bol'shaja Presnja y Malaja Presnja.
que estamos aquí nos damos cuenta, d e un modo total,
En otros términos, la poesía no consiste en añadir al dis-
d e que un lingüista ciego a los problemas d e la función
curso adornos retóricos, es una revaluación total de él
poética del lenguaje y un erudito de la literatura hdife-
y d e todos sus componentes sean los que fueren.
rente a los problemas que plantea la lengua y que no
Un misionero culpaba a sus fieles africanos d e andar
desnudos. «;Y tú?», le respondían señalando su rostro, esté al corriente de los métodos lingüísticos, son igual-
q e s qué no vas tú, también, desnudo?)) «Bueno, pero esto mente un caso de flagrante anacronismo.
es la cara)). «Y, sin embargo, en nosotros todo es cara»,
replicaban los nativos. De modo que, en poesía, cualquier
elemento poético y verbal se convierte en una figura del
lenguaje poético.
Mi intento de reivindicar el derecho y el deber que
la lingüística tiene de dirigir la investigación del arte
verbal en todo su ámbito y extensión, puede llegar a
una conclusión que resumía el informe que presenté
en 1953 en una conferencia celebrada en la Univer-
sidad de Indiana: ~Linguistasum; linguistici nihil a me
alienum Si e1 poeta Ransom tiene razón (y sí
la tiene) en que «la poesía es un tipo de lenguaje~48,el
lingüista, cuyo campo es cualquier tipo de lenguaje, puede
v debe incluir la poesía en su estudio. Esta conferencia
ha mostrado claramente que la época en que lingüistas
e historiadores de la literatura eludían cuestiones de es-
tructura poética ha quedado felizmente atrás. Verdade-
ramente, como afirmaba Hollander, «no hay razón apa-
rente para tratar de separar la literatura de la lingiiística
general)). Si quedan algunos críticos que aún dudan de
la competencia de la lingüística para incluir el campo
d e la poética, yo personalmente creo que la falta de in-
terés por la poética que demuestran algunos fanáticos
lingüistas, ha sido confundida con una incapacidad de
la ciencia de la lingüística en sí. Sin embargo, todos los

47 Cfr. Lévi-Strauss, C.; Jakobson, R.; Voegelin, C. F.; y Sebeok,


T. A., Results of the Conference of Anthropologists and Liyuists, Balti-
more, 1953.
48 Ransom, J. C., The world's body, Nueva York, 1938.

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