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Capítulo 1: El Discípulo de la Lich

Primera Parte

—¿Kanbara, corrento? ¿Kanbara Kanata…? Hmmm, sí.


Una extraña voz con un acento algo… ¿acentuado? Dijo mi nombre, así que abrí mis
ojos. Me encontraba flotando en un vacío blanco. Esa era la mejor forma en la que podía
describirlo. Había alguna clase de cosas de color negro flotando a mi alrededor, pero cuando
intentaba tocar alguna, mi mano simplemente las atravesaba.
[Uuuh… ¿esto es un sueño?]
El dueño de aquella misteriosa voz se había parado directamente frente a mí, vestido
por completo de negro y con un lustroso cabello de color verde, el cual caía como si fuera
una cascada alrededor de su rostro. A primera instancia, parecía algo masculino, pero su
voz era claramente andrógina. Con su nariz prominente y sus ojos azules, tenía un aspecto
de un noble europeo durante la época medieval.
—¿Debo presentarme?
Pregunté con respeto.
—Soy un dios, bueno, para ser más precisos, soy un dios inferior, un siervo creado por
los Dioses Superiores. Mi nombre oficial es demasiado largo como para que un humano lo
pueda entender, y tampoco podría traducirse a un idioma humano. Por comodidad, el
nombre de Naiarotep bastará por ahora.
[Espera… ¿un dios?]
—¿Qué estás…?
Intenté preguntar antes de que mi boca se cerrara.
—Bla, bla, bla, bla, tu parloteo es una molestia, así que permíteme cerrar tu boca por
ti, para que pueda seguir avanzando sin problemas. Te diré la información que necesitas
saber. Volveré a abrirte la boca… más tarde. Y si me haces alguna pregunta sin sentido, me
aseguraré de que tu próxima
experiencia sea mucho más desagradable.
Su charla sobre los dioses, combinada con su tono despreocupación y arrogante, me
hizo sospechar que Naiarotep era un verdadero artista de la mierda. Pero… por otro lado, yo
estaba flotando en este vacío infinito con la boca cerrada. Tal vez había algo de verdad en lo
que decía, aunque fuera un montón de cosas estúpidas y raras.
—¡De maravilla!
Naiarotep continuó hablando.
—Has sido elegido para mi espectáculo. Mi deber, y ahora el tuyo también, es
proporcionar entretenimiento a los Dios Superiores.
[Soy… ¿entretenimiento?]
—Kanbara Kanata, veinte años, sin ninguna profesión.
Comenzaron a describir algunos aspecto de vida.
—Sin aficiones, sin habilidades especiales, ni siquiera sueños para el futuro.
Sin amigos de verdad, sin alguna relación romántica y sin familia a la que sea cercana.
Fue doloroso, pero nada de eso era mentira. Era una descripción precisa y patética.
No tenía buenos amigos, pasiones o sueños. Ni siquiera tenía a mis padres; murieron
en un accidente cuando aún estaba en el instituto.
—De vez en cuando, selecciono a alguna basura como tú, algún inadaptado sin ninguna
utilidad en su mundo original, y lo traigo a una de mis producciones.
¿Has oído hablar de las novelas “isekai”? Claro que sí. Al fin y al cabo, provienen de tu
propia cultura. Ah, son algo especial. Las encuentro
increíblemente agradables. Tan emocionantes…
Asentí ligeramente con la cabeza. Había todo un género de novelas ligeras en las que el
protagonista era traslado a otro mundo por el capricho de un dios. Yo mismo había leído
algunas series. Los personajes de esos libros sobrevivían gracias a los poderes y habilidades
que les concedían los dioses o a los conocimientos que traían de su mundo original. Pero el
hecho de que Naiarotep hablara de una producción me preocupó.
—Los Dioses Superiores encuentran esas historias bastante fascinantes, pero son más
exigentes y extravagantes que ustedes, los humanos, en cuento a sus gustos de
entretenimiento. Por esa razón, hemos creado un mundo parecido al de los cuentos de
hadas con cierto toque de juego de fantasía medieval, Locklore. Posee unas reglas
ligeramente diferente a las de tu mundo, pero ¿qué te parece la idea? Hace que tu corazón
se acelere, ¿no?
[¿¡Hicieron un mundo!?]
—Locklore no se creó hasta después de que las novelas isekai se hicieran populares en
tu mundo, pero las cosas pequeñas como el tiempo son triviales para los Dioses Superiores.
Locklore ya tiene diez mil años de historia.
Increíble, pensar sobre la distorsión del tiempo a esa escala hizo que me doliera la
cabeza, así que la sujete entre mis manos. Una arruga de fastidio apareció en el ceño de
Naiarotep.
[No es bueno, es mejor que me deje llevar por la corriente y actúe como si entendiera.
No quería arriesgarme a ver el lado malo de Naiarotep]]
—Sí, eso es bueno. Mo me gustan los humanos que se pasan de listos.
Dijo, casi como si me leyera la mente.
—Ahora bien… ¡es hora de tu debut!
Chasqueando los dedos, Naiarotep comenzó a deformar el espacio que estaba a nuestro
alrededor. Aparecieron rostros de diferentes formas y tamaños, y un extraño escalofrío
recorrió mi columna vertebral. Algunos parecían máscaras, uno incluso parecía una extraña
copia de reloj, pero eran inquietantes independientemente de la forma que tuvieran. Para
terminar de empeorarlo, todos me miraban fijamente.
—¡¡Jajajajaja!!
Naiarotep se rio, presionando su mano sobre su boca antes de hablarme en voz baja.
—¡Los dioses quieren darte los códigos de trucos para que puedas correr por todo
Locklore como quieras! Dependerá de ti si te conviertes en un héroe o en un Rey Demonio,
o incluso si ocultas tus poderes y vives una vida fácil. ¿Qué te parece? La porquería de vida
que tenías antes no podrá compararse con esto, ¿cierto? Ah, ¡eres tan afortunado!
Volteándose hacia la multitud de rostros, habló en voz alta.
—¡Ahora bien! Dioses Superiores, con sus impecables gustos, ¡les proporcionó un
nuevo personaje principal! Sin su favor, este pedazo de basura de la Tierra seguramente
quedaría reducido a carne picada en Locklore, ¡un mundo
dominado por la magia, las espadas y los monstruos! ¿Qué debo de darle, aparte de las
habilidades estándar del lenguaje lockloriano y la evaluación de estado? ¿Y a dónde lo
envío?
Naiarotep extendió los brazos y comenzó a dirigirse a diferentes partes del público,
intentando presentarme como la nueva incorporación a su espectáculo. Los ojos de los
Dioses Superiores giraron y sus bocas comenzaron a murmurar. Unas palabras extrañas y
apresuradas en un idioma extraño llenaban el vacío que me rodeaba. No pude hacer mucho
más que sentarme allí, aturdido y abrumado por la experiencia.
—Hmmm… ¡usted da excelentes ideas! Sí, efectivamente, le preguntaré a Kanata lo que
desea.
En ese momento, el poder que ataba mi boca se desvaneció. Parecía que ahora
esperaba que hablara.
—¡Vamos, dime lo que te gustaría! Pero ten en cuenta que el juego sería aburrido si
fuera demasiado fácil; así que tendré que poner limitaciones.
Naiarotep me miró expectante a lo que diría. Se me ocurrió una idea. Sabía que
probablemente lo haría enfadar, pero tenía que intentarlo.
—Umm, ¿podría… ir a casa?
El frenético lenguaje de los Dioses Superiores cesó en cuanto dije esas palabras, y el
rostro de Naiarotep comenzó a retorcerse horriblemente.
—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?
Exigió, acercándome y susurrando.
—Mi investigación fue impecable. Eres un humano sin amigos, sin familia o con algún
futuro en la vida. ¿Tienes miedo? No te preocupes. Te daré los poderes que necesitas,
dentro de lo razonable. No desperdicies esta oportunidad de tener una vida cómoda.
—Mira… tengo un gato. Dijiste que estaba solo, pero en realidad, Kuromaru es como
una familia para mí. Es mi amigo, me ayudó a recomponerme después de perder a mis
padres.
Kuromaru era un gato callejero que había encontrado abandonado delante de mi casa.
Al principio, no quería recogerlo… sólo pensaba cuidarlo hasta que le encontrará un
nuevo hogar. Pero antes de darme cuenta, se había convertido en mi familia. Estaba
bastante seguro de que podría arreglárselas sin mí, pero… no podía irme de aventura a otro
mundo sin despedirme. Si alguien entendía lo triste que era quedarse atrás, era yo.
El rostro de Naiarotep comenzó a retorcerse aún más: sus ojos, su nariz y su boca se
arremolinaron y tallaron extrañas cavidades en su rostro. Algunos de sus cabellos se
fundían con su rostro de una forma realmente inquietante. Tragué saliva. Parecía que su
verdadero nombre no era lo único no humano de Naiarotep. Estaba viendo de cerca su
verdadera y aterradora forma.
—Esta… esta es exactamente la clase de actitud estúpida que me decepciona.
Métete esto en la cabeza: ¡aprende a leer el ambiente!
Me sujetó por los hombros e hizo un gesto a los dioses que nos rodeaban.
—Queremos verte regocijar y alardear de los rasgos codiciosos y de egoísmo de los
humanos. Me desviví por encontrar y elevar a un perdedor como tú, y ahora me has
avergonzado. ¿Puedes imaginarte el esfuerzo que supuso
convocarte? Los Dioses Superiores esperaban ansiosamente un nuevo
protagonista en el programa, no un estúpido petulante como tú, ¿y por qué un gato?
¿Me estás tomando el pelo?
Naiarotep parecía realmente molesto. Pero, es decir… mira, fue su culpa por asumir que
yo querría venir aquí en primer lugar. El rostro de Naiarotep continuó tomando una forma
extraña mientras giraba hacia adentro. El color de su rostro, su cabello y su ropa se
mezclaban mientras se transformaba en una extraña monstruosidad que se parecía más a
las raíces de una planta que a un humano.
—¡¡Aaaah!!
Exclamé mientras me rodeaba con uno de sus horribles brazos verdes. Intenté luchar,
pero mi cuerpo no se movía. Mi torso estaba atrapado entre las garras de su mano
inhumana, mientras que otras garras atravesaban mi espalda. Pensé que iba a morir.
El terror me hizo callar mientras Naiarotep me miraba con atención.
—En realidad… no. Es sencillo matar alimañas, pero los Dioses Superiores exigen
entretenimiento. Hagamos las cosas interesantes, te otorgaré una oportunidad en su lugar.
[¿Una oportunidad? ¿Estoy salvado…?]
—Había planeado darte algunas habilidades especiales, pero ya no. Te daré la habilidad
para que puedas comunicarte, y te concederé la capacidad de usar la comprobación de
estado. Y luego… te enviaré a Cocytus. ¡Vamos anímate!
Naiarotep continuó hablando.
—Cocytus es como un gran calabozo oculto en un videojuego. Dentro, tendrás la
oportunidad de adquirir los objetos más poderosos del Locklore. También tendrás la
afortunada oportunidad de encontrarte con los monstruos más poderosos de Locklore.
Un extraño circulo envuelto en caracteres brillantes de algún idioma desconocido
apareció, centrándose en mí.
—Fíjate bien, porque no creo que vayas a vivir lo suficientemente para ver muchos más
círculos mágicos.
Naiarotep dijo mientras acercaba su rostro cerca del mío. Los rasgos humanos habían
desaparecido casi por completo, y el vacío en el centro de la espiral me miraba fijamente
antes de volverse hacia la multitud.
—¡Mis maestros! Me disculpo profundamente por haber convocado esta ofrenda de baja
calidad, la cual no ha logrado cautivar sus intereses.
Mientras hablaba me levantó para que los Dioses Superiores me vieran.
—¡Por favor, disfruten viendo a Kanata y descubran cuanto tiempo sobrevivirá, y qué
tipo de muerte encontrará!
—¡Podrías haberlo tenido todo, pedazo de idiota! Diviértete en Cocytus, pues dudo que
nos volvamos a encontrar. Nivel 28 de Magia Espacio-Temporal: ¡¡Puerta Dimensional!!
El circulo mágico comenzó a brillar. La luz me inundó y el universo comenzó a
retorcerse y a deformarse. Parpadeé y, de repente, me encontré en un lugar que no
reconocía. Estaba en una sala de piedra con una decoración sombría.
[¿Tal vez sea una especie de iglesia?]
A lo largo de las paredes había tallados rostros de demonios con llamas ardiendo en la
boca. Los pilares también tenían esculpido rostros, pero estas parecían humanas.
Inquietantemente, la piedra estaba salpicada de manchas de color rojo oscuro, lo más
seguro es que se tratará de sangre.
—¿Dónde estoy…?
Murmuré, pero ya lo sabía. Estaba en Cocytus, el calabozo más peligroso del mundo de
Locklore.

Segunda Parte

Me senté en el piso del calabozo con una pared machada de sangre a mi espalda y traté
de darle sentido a la situación en la que me encontraba, ¿Qué demonios acababa de
suceder? Si las palabras de Naiarotep, ahora estaba en Cocytus, el calabozo más peligroso
en el mundo de Locklore. En lugar de matarme directamente, me había enviado aquí como
parte de una especie de espectáculo asquerosamente cruel que estaba organizando para el
disfrute de los Dioses Superiores.
—Bueno… no puedo permanecer sentado aquí para siempre.
Eso fue lo que me dije a mi mismo, pero por lo que Naiarotep había dicho, este lugar
estaba infestado de monstruos, así que probablemente no era buena idea quedarse aquí. No
sabía si tenía las habilidades para conseguir salir con vida, pero tenía que hacer todo lo
posible para poder huir de este calabozo.
Hablando de habilidades… Naiarotep dijo algo sobre las habilidades estándar. Parecía
que a todos los que transportaron aquí las tenían: “Locklorian” y “Análisis de Estado”.
No tenía ni idea de lo que hacían, pero parecían ser útiles.
Me pareció recordar que Naiarotep dijo que me otorgaría una habilidad para poder
comunicarme, así que debe ser la de Locklorian. Si transportar humanos desde la Tierra era
parte de un espectáculo, tenía sentido que quisieran que esas personas pudieran interactuar
con los lugareños. Naiarotep dijo que su programa se basaba en las novelas isekai, así que
tenía un extraño sentimiento de que yo podía hablar el idioma local.
La otra habilidad, Análisis de Estado, solía aparecer también en esas novelas. Una
habilidad que me permitiera comprobar información sobre mí o sobre otras personas podría
ser útil. Pero… ¿cómo la podía activar?
—Comprobación de estado…
Murmuré, como era la única persona alrededor, traté de concentrarme en mí mismo.
Mi mente se aferró a algo. Se sentía… como si fuera algo natural, tan fácil como mover
los brazos y las piernas. Una ventana de estado apareció en mi mente…
Nombre: Kanata Kanbara
Raza: Nivel: Humano 1
HP: MP: Speed: 3/3 2/2 1
Magia: Defensa: Ataque: 1 1 1
Habilidades: [Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)]

[¡¡Realmente funciono!!]
Me di cuenta de que esas eran mis estadísticas básicas, pero sin alguien con quien
pudiera compararlas, no sabía si eran buenas o pésimas. Naiarotep había dicho que este
mundo tenía reglas similares a las de un juego de rol, así que tal vez podría subir de nivel si
mataba a algunos monstruos.
Respiré profundamente varias veces para calmarme. Había pasado por una serie de
acontecimientos increíbles, pero tenía que adaptarme a todo lo que había sucedido.
Si esto era una clase de entretenimiento, no sería un gran espectáculo si no hubiera
alguna forma de jugar y seguir vivo. Claro, se suponía que aquí había monstruos poderosos,
pero Naiarotep también dio que había objetos de gran poder. Necesitaba encontrar algunos
de ellos antes de encontrarme con un monstruo. Entonces, con un poco de suerte, podría
encontrar cuidadosamente la forma de salir de aquí y aprender más sobre Locklore.
—Muy bien, tengo que ponerme en marcha.
Ya había jugado una gran cantidad de juegos de calabozos, adentrándome en los
diferentes calabozos generados aleatoriamente para matar a enemigos y conseguir algún
tesoro. Sin embargo, no me gustaba la idea de que me metieran en la parte más profunda
del calabozo más difícil cuando apenas tenía nivel uno. Si un monstruo fuera a atacarme,
probablemente no pudiera ni siquiera huir. Tenía que ser inteligente y tener un plan, o me
mataría de un solo golpe.
Puse una oreja contra la pared para escuchar si algo se movía y luego salía de la
habitación deslizando mis pies cuidadosamente por el suelo para que mis pasos no se
escucharan. De alguna forma tenía que encontrar una manera de escapar. De hecho,
empezaba a sentirme un poco confiado a pesar de la terrible situación.
Supongo que el optimismo es una de mis pocas virtudes.
—¿Hmm…? Un callejón sin salida…
Después de caminar un rato terminé encontrándome con un esqueleto derrumbado al
final de un pasillo. Olía a descomposición y era bastante asqueroso, pero no me asusté
demasiado. Había visto gente muerta en los funerales, pero pensándolo bien, era un poco
diferente cuando podías ver el escenario ensangrentado donde había muerto.
Al menos esta sorpresa vino acompañada de una buena noticia. Una espada dorada
brillaba en la huesuda mano del esqueleto. Tenía que ser uno de esos objetos raros y
poderosos. Con esa espada, probablemente podría manejar a cualquier monstruo con el que
me encontrara.
—Espero que no te importe que tome esto prestado.
Sujeté la espada y jalé de ella con todas mis fuerzas. No estoy seguro de lo que
esperaba que ocurriera, pero los huesos se rompieron y tuve que retroceder.
—Bueno, ahora me siento mal.
Consideré en usar Análisis de Estado en la espada, pero… me di cuenta de que no
tendría sentido. Parecía que tener una habilidad también significaba que yo sabía
instintivamente cómo podía usarse. Al parecer la habilidad de Análisis de Estado sólo
funcionaba con los seres vivos. Me pregunté si existía la habilidad para “Evaluar”.
Reflexioné sobre ello mientras agitaba la espada distraídamente. Entonces desapareció
en el muro junto con mi mano y mi muñeca.
—Espera, ¿qué?
Un momento después, un dolor insoportable me recorrió el brazo. Di un paso atrás.
Desde el codo hacia abajo, todo había desaparecido.
—Nom, nom, nom…
Ante mis ojos, una enorme boca apareció en la pared. Masticó ruidosamente hacia
arriba y hacia abajo, y luego escupió huesos manchados de sangre junto con la espada de
oro.
Ese era mi brazo… me di cuenta mientras el horror inundaba mi rostro. Al menos lo que
quedaba de él. Sin siquiera pensarlo, comprobé el estado del monstruo y me sorprendieron
los números que vi.

Nombre: Gluttony Mimic


Lv: 1381 HP: 9027/9027 MP: 5919/5919

—¡Aaah! ¡¡Aaaaah!! ¡¡Aaaaaaaaaaah!!


Gritando, me apreté el muñón del brazo y me di la vuelta para salir corriendo por el
pasillo. Detrás de mí, oí murmurar la voz inhumana del Gluttony Mimic.
—¡Gracias por la merienda!
Me di prisa para dar la vuelta en la esquina al final del pasillo y caía al suelo. Sabía que
tenía que seguir adelante, pero me temblaban las rodillas y no podía mantenerme en pie.
Sentía cómo se me escapaba la vida con cada chorro de sangre que brotaba de mi brazo
cercenado. El corazón me latía con la fuera en el pecho, intentando subir por la garganta.
Me había confiado demasiado. En lugar de tomármelo en serio, me había engañado a
mi mismo pensando que se trataba de un simple videojuego, pero la verdad era que no
había puntos de guardado en Cocytus. Si moría ahora, se acaba el juego.
Este maldito espectáculo estaba amañado; no había ninguna manera de que pudiera
sobrevivir a esto. Aunque encontrara un arma increíble, seguía estando en la cuerda floja.
—Me dieron un juego de cartas perdedora.
Consumido por la desesperación, solo espere por mi muerte.
—Lo siento, Kuromaru…
Mientras estaba tumbado en el suelo, oí un fuerte sonido que se acercaba y levanté la
cabeza. Vi una figura humanoide sin cabeza que se acercaba a mí. De complexión pesada y
piel gris, tenía la apariencia de un luchador de sumo de dos metros de altura.
En lugar de una cabeza, una enorme boca se extendía por su estómago.

Nombre: Predator
Lv: 1821 HP: 9418/9418 MP: 5081/6054
—Parece que este lugar está infestado de monstruos.
Estaba seguro de que este era el final. Intenté mantener la calma, pero el Predator se
detuvo en seco.
—Hazlo…
Dije, y vi que la boca del depredador se curveaba en las esquenas con una sonrisa
cruel. Me dio una ligera patada, haciéndome caer. Luego colocó su pie en mi espalda y
presionó hacia abajo.
—¿¡Qué es…!? ¡¡Aaah!!
Bajó para agarrar una de mis piernas y tiró de ellas. No se conformaba con matarme,
sino que quería jugar conmigo. Mientras intentaba romperme la pierna, cerré los ojos y
supliqué en silencio.
—Por favor, ¡¡si voy a morir, que sea rápido!!
Mi súplica fue en vano. Mi rodilla se dobló en un ángulo antinatural y sentí como algo
cedía. Grité con todas mis fuerzas mientras intentaba zafarme. Pero el pie de la criatura me
inmovilizó firmemente en el suelo.
—¡¡Ayuda!! ¡¡Alguien que me ayude!!
Grité sin poder evitarlo. El Predator presionó su peso sobre mí mientras yo agitaba los
brazos contra el suelo. Mi columna vertebral se dobló y mis costillas se rompieron.
Tosí sangre de color rojo oscuro sobre el suelo de piedra. Agarrado por el terror y la
agonía, grité sin palabras. De repente, una banda de luz negra pasó por delante de mí vista.
Pensé que era el Predator quien había hecho algo, pero levantó su pie de mi espalda y miró
a su alrededor en busca del origen de la luz oscura.
—Incluso después de todo este tiempo, Cocytus sigue estando lleno de monstruos
horribles.
Detrás del Predator flotaba una chica vestida completamente de blanco. Su capa,
cubierta de símbolos dorados, revoloteaba detrás de ella. Tenía una piel hermosa y suave
como la porcelana, y su cabello era completamente blanco, excepto por sus puntas rojas
como la sangre. Sus grandes ojos bicolores, el derecho de color esmeralda y el izquierdo de
color carmesí, mostraban una expresión fría. Con una nariz fuerte y una boca delicada, sus
rasgos eran tan perfectos que resultaba difícil creer que fuera real. Parecía más una estatua
del ideal platónico de cualquier hombre y no una persona viva. Contempló la escena por un
momento y luego habló…
—Magia Espacio-Temporal nivel 24: ¡¡Eliminación!!
Una extraña oscuridad brillante apareció y comenzó a devorar al Predator, como si
intentara tragarse a la bestia de un solo bocado. El monstruo agitó los brazos en un intento
desesperado de intentar escapar mientras sus miembros desvanecidos me atravesaban.
Cuando la luz negra desapareció junto con el monstruo, no quedó ni rastro de este.
La chica se puso justo frente de mí. Me miró fijamente con sus ojos dicromáticos y su
rostro sin emoción. Estaba claro que me había salvado, así que intenté darle las gracias.
—Theh-eh, ugh.
Fue todo lo que pude lograr.
—Magia Espacio-Temporal nivel 22: Retroceso.
Esta vez, una luz blanca en forma de círculo se tragó mi cuerpo. La sangre y los tejidos
que habían quedado esparcidos por el calabozo volvieron a mí. No, eso no es del todo
correcto… mi cuerpo se reformó como si cada músculo se estuviera tejiendo de poco a poco.
—Aaah…
Gemí mientras el dolor en mi abdomen y pierna se disipaba. Observe cómo mi brazo
derecho, que había sido arrancado y devorado, se reformaba y se cosía de nuevo.
[¿Puede ser esto real?]
La chica me miró fijamente y un escalofrío recorrió la espalda cuando nuestros ojos se
encontraron. Tenía un aura aterradora. Si hubiera querido matarme, podría haberlo hecho
fácilmente. Le debía la vida, pero no podía dejar de temblar.
—Gracias… no tengo ni idea de lo que está pasando, pero me has salvado.
Incline la cabeza a modo de agradecimiento. Ella siguió mirándome sin comprender.
—Un tonto ha encontrado un camino hacia Cocytus. Este no es un lugar que los
humanos puedan visitar.
Dijo finalmente con un tono burlón.
—Pero ¿no eres tú también un humano…?
—¡Claro que no! ¿Qué tan tonto eres para no ver lo que está enfrente de ti?
Soy una Lich, he abandonado la vida como humano para vivir eternamente.
Después de todo este tiempo, sigue siendo un disgusto que me sigan
confundiendo con un humilde animal como los humanos.
—Lo siento…
Volví a inclinar la cabeza. Debería haberlo sabido. Parecía difícil de creer, pero la
poderosa aura que desprendía no dejaba lugar a dudas de que era mucho más peligrosa
que el Predator o el Gluttony Mimic.
Esperé a que dijera algo, pero los minutos siguieron pasando y el silencio se apodero de
cada momento. Se estaba volviendo incómodo.
[¿Tal vez debería decir algo primero? Pero ¿y si la ofendo y decide matarme?]
Su expresión era imposible de leer. Quería preguntar más sobre ella, pero ¿cómo? A
medida que pasaban los minutos, la incomodidad aumentaba. Su abrumadora presencia
hacía que el aire se sintiera denso, y cada ve era más difícil de respirar.
—Uuum… sé que estoy pidiendo mucho, pero ¿podrías ayudarme, por favor?
Si sigo vagando por aquí abajo, no voy a sobrevivir por mucho tiempo.
Me estabilicé y me incliné hacia ella. Realmente no había otra forma de sobrevivir, y
ella me había ayudado antes, así que ¿qué tenía que perder?
—Permíteme aclarar un malentendido que parece tener.
—¿Eh…?
—La razón por la que vivo aquí es porque odio a los humanos.
Sus palabras cortantes aplastaron mi última esperanza.
—Me traicionaron vilmente, así que ahora vivo en el piso noventa de Cocytus, lo
suficientemente profundo como para que ningún humano pueda sobrevivir.
[¿¡Noventa pisos!? ¡¡No puede ser!!]
Con eso, supe que nunca saldría vivo de este calabozo. Si sólo fueran uno o dos pisos…
entonces tal vez encontraría la salida si me esforzaba mucho, pero en serio… ¿el piso
noventa? ¿Qué psicópata diseñó este lugar?
—De todos modos… no tengo ninguna obligación de ayudarte. Sólo he oído un grito
lejano y he venido a satisfacer mi curiosidad. A decir verdad, me encantaría verte sufrir
todo lo posible antes de morir.
Dijo desapasionadamente.
—¡Por favor! Te juro que, si hay alguna forma de pagarte, lo haré.
Me arrodillé en el suelo y presioné mi frente contra el suelo.
—Magia Espacio-Temporal nivel 8: Bolsillo Dimensional.
Extendió el brazo y se abrió un pliegue en el espacio. Metiendo la mano, sacó tres
botellas de líquido rojo puro antes de alinearlas en el suelo.
—Estos son… algo que solía usar, pero… oh, no importa.
Pareció indecisa durante un breve momento y luego volvió a meter la mano en el
pliegue. Esta vez sacó una extraña y brillante manzana de un color resplandeciente como un
arcoíris.
—Estas son pociones de salud que he hecho, y esta es una manzana eterna.
Nunca desaparece, aunque te la comas. Con ellas, cualquier humano que consiga bajar
hasta aquí debería poder volver a la superficie… no. Quise decir que debería de ser capaz de
aferrarse a la vida y sufrir. Hacer todo lo posible para luchar y sufrir de una muerte horrible.
—¿Me estás dando esto?
Señale los objetos.
—No me malinterpretes. Sólo estoy haciendo esto para prolongar tu sufrimiento en tu
travesía.
—Eh… ¿O-okay?
Su expresión era tan inexpresiva que no podía decir si estaba hablando en serio.
—Gracias…usaré esto y lo haré lo mejor que pueda.
Incliné la cabeza y recogí las pociones y la manzana, acomodándolas torpemente en mi
brazo.
[¿Cómo voy a llevar esto?]
—¿En serio…? ¿Ni siquiera tienes una bolsa mágica?
—¿Una qué?
Hizo una mueca mientras me miraba, luego volvió a meter la mano en el bolsillo
dimensional y sacó una pequeña bolsa azul.
—Sólo ponlos aquí.
—Uh, pero es tan…
—Confía en mí, es más grande por dentro, así que todo cabrá.
Sonaba absurdo, pero sinceramente no era lo más raro que había tratado hoy. Decidí
seguirle la corriente.
—¿Muchas gracias… Lich-san?
—Una lich es un usuario de magia que se ha convertido en muerto viviente, no mi
nombre real. Mi nombre es Lunaère.
—Gracias, Lunaère-san. No olvidaré lo que has hecho por mí. Volveré y te pagaré.
—Eso es innecesario. Esto es sólo para prolongar tu sufrimiento.
Tal vez lo dijera en serio, su cara era tan inexpresiva que era imposible saberlo, pero
me costaba creer que se esforzara tanto sólo para dejarme sufrir.
—Bien, entonces, haz lo mejor que puedas para sobrevivir. Durante mucho tiempo.
Luego muere.
Era como si se autocensurara…
—¿Gracias?
Una vez terminada aquella extraña conversación, Lunaère se alejó volando por el
pasillo. Intenté colocar las pociones y la manzana eterna en la bolsa azul. A pesar de su
pequeño tamaño, todo cabía fácilmente. No se llamaba bolsa mágica para nada, supongo.
Con un pequeño gruñido de admiración, até los cordones de la bolsa a mi cinturón.
Pero, aunque mi situación había mejorado un poco, seguía estando en el piso novela
del calabozo más peligroso de Locklore. Tal vez debería haberle rogado que me ayudara un
poco más, ya que parecía bastante simpática a pesar del aura que desprendía. Suplicar no
era tan descarado cuando mi vida estaba en juego, ¿verdad?
Pero Lunaère ya se había ido, así que ese barco había zarpado.
—Me olvidé de una cosa.
—¡Aaah!
Me erguí como un rayo al oír su voz detrás de mí y me di la vuelta. Lunaère estaba allí,
con una espada en sus manos.
—No sé si un monstruo robó tu arma, pero parece que estás desarmado.
Deberías tomar esto. Piensa que es un regalo de despedida para tu viaje a la tumba.
Lunaère tiró la espada al suelo, y la punta de la hoja se incrustó en el suelo. Era una
antigua espada larga, tallada en piedra con extrañas runas grabadas. No parecía
especialmente afilada, pero debía ser increíblemente poderosa para atravesar el suelo de
piedra con tanta facilidad.
—Gracias de nuevo…
—Luchas con todas tus fuerzas.
Lunaère voló hacia arriba y se alejó de nuevo.
[Realmente… ¿siquiera sé cómo usar una espada? Tal vez debería tirarme al suelo y
suplicar volviera]
No, ella curó mis heridas, me dio objetos y una bolsa útil. Incluso me dio una espada.
Tratar de obtener más de ella sería abusar de su amabilidad. Además, no quería que se
enfadara porque saba un poco de miedo.
La vi irse, luego agarré la empuñadura de la espada y tiré… no salía. Durante treinta
minutos estuve tirando de ella, pero no tuve éxito. Incluso acaricié suavemente la
empuñadura para ver si eso hacía que se soltara. Seguía sin moverse. La espada se quedó
allí, con la hoja hundida en el suelo. Me pregunté qué pensó ella que iba a hacer con ella.
[Con esto, cualquier humano que logre bajar hasta aquí debería ser capaz de volver a
la superficie, no. Quise decir que debería ser capaz de aferrarse a la vida y sufrir… creo que
eso fue lo que dijo]
—Oooh… ella piensa que llegué aquí por mi cuenta.
Me encogí de hombros y di un último tirón a la espada, confirmado que no se movía.
—Mejor dejemos esto.
Todavía necesitaba un plan para salir de aquí, así que decidí hacer un inventario. En
primer lugar, comprobé las cosas que podría llevar: la manzana eterna, las tres pociones
rojas y la bolsa mágica. La espada no era necesario, se quedaría aquí.
En segundo lugar, tenía mis habilidades básicas y ambas eran correctas. La habilidad
para hablar el lenguaje lockloriano había funcionado bien durante mi conversación con
Lunaère. La habilidad de Análisis de Estado era un poco más delicada. Me permitía ver todas
mis estadísticas, pero cuando la usaba con los monstruos, sólo podía ver su nivel, su HP y
su MP. Tal vez había una manera de obtener más información, pero no tuve la oportunidad
de jugar con ella cuando me estaban matando los monstruos. Al menos, me daría una
estimación aproximada de lo condenado que estaba. Esto me devolvió a la idea de que
Cocytus debería estar repleto de objetos poderosos, por lo que si pudiera evitar los ataques
de los enemigos el tiempo suficiente para encontrar unos cuantos... Si conseguía derrotar a
un solo monstruo, subiría de nivel y las cosas seguirían siendo más fáciles a partir de ahí.
No tenía otra opción que seguir vivo y ganar experiencia.
[Supongo que esto es con lo que estoy trabajando. Intentaré alejarme de los
monstruos y buscar objetos hasta que encuentre la forma de conseguir algunas muertes]
Cinco minutos más tarde, fui capturado por una rana de cinco metros. Bueno, más bien
no sé si a esto se le podía considerar una rana. Tenía ojos pegados por todo el cuerpo azul
translúcido y seis patas con tentáculos brotando de su cuerpo. Y la mitad superior de una
mujer humana de piel azul saliendo de su espalda.

Nombre: Heqet
Lv: 1821 HP: 10623/10623 MP: 11003/11003

El Heqet me elevó en el aire, colgándome de uno de sus muchos tentáculos.


—Son muchos más sabrosos si los aterrorizas primero…
Balbuceó para sí misma.
—Empezaré disolviendo tus diminutos dedos y luego te engulliré lentamente.
Deberías de estar contento, tú y yo nos convertiremos en uno.
La mujer se rio a medidas mientras que la rana se acercaba a mí con una gruesa
lengua cubierta de verrugas.
[Esto es todo. Yo… realmente voy a morir esta vez]
Cuando la lengua me envolvió, mis brazos y piernas empezaron a derretirse. No sólo
me dolía, sino que me quemaba, pero estaba demasiado agotado para siquiera gritar.
—Mmm, tan frágil. Pero no tienes que preocuparte, mi baba es un ácido poderoso, pro
también es un poderoso bálsamo curativo. Nunca te dejará caer por debajo de un 1 HP…
seguirás consciente incluso cuando tu cerebro se convierta en líquido. ¿No es eso
deliciosamente aterrador?
Justo antes de que mis globos oculares comenzaran a derretirse, vi a Lunaère volando
hacia nosotros mientras sostenía la espada que había abandonado.
—¿No sabes que es de mala educación molestar a las personas mientras están
comiendo? ¡¡Piérdete!! ¡¡Barrera mágica de nivel 16: Caribdis!!
La Heqet gritó, y apareció un círculo mágico junto con una cúpula de agua que nos
encerraba.
—Ahora, mi pequeño bocado, he bloqueado esta zona con un escudo de agua.
Consume mucha de mi magia, pero tal es el precio de la privacidad. Eres una comida
tan rara para mí, y voy a saborearte en paz…
A través de mi visión oscura, vi que una espada atravesaba la cortina de agua, y
entonces la barrera estalló en una lluvia de niebla. Caribdis estaba rota. Lunaère se cernía al
otro lado de la barrera que caía con la espada en su mano.
—¡¡Tus constante interrupciones son imperdonables, niña lich!!
El rostro de la mujer Heqet se torció en una máscara demoníaca mientras se giraba
para mirar a Lunaère.
—¿Qué significa esto? Me has quitado el apatito, y por esta transgresión, no puedo
perdonar…
—Creo que hemos terminado.
Lunaère dijo, y una línea vertical de energía abrió el cuerpo del Heqet. La baba se
desbordaba por el ancho corte.
—I-Imposible…
La Heqet se quejó mientras se desplomaba en el suelo cubierta de su propia baba.
—Caribdis es la defensa perfecta, ¿incluso has penetrado mi gruesa piel?
¿Cómo has podido… una pequeña migaja como tú… destruir a la Reina de las Heqets?
Cuando la vida del heqet se agotó, el tentáculo me soltó y caí. Mi cuerpo estaba sin
forma después de haber sido disuelto por los jugos digestivos, y estaba seguro de que
estaría muerto en cuanto salpicara contra el suelo. Por suerte, Lunaère se abalanzó sobre
mí y me atrapó. Atraparme significaba que ella también quedaba cubierta por el ácido
digestivo. Se quedó allí, rígida, sosteniéndome en silencio durante unos momentos. Mi
visión seguía siendo un desastre, pero en lugar de su habitual expresión inexpresiva, estaba
bastante seguro de que parecía molesta. Después de haber usado su magia nuevamente,
mi cuerpo se había reformado, permitiéndome escapar de la muerte por segunda vez ese
día.
—Gracias nuevamente.
Dije, inclinándome mientras me hundía en el suelo.
—Estaba en serios problemas allí.
—No tienes nada que agradecer. Sólo he vuelto para ver cómo estabas, para verte
sufrir. ¿En qué estabas pensando? Ahora estarías muerto si la Heqet no hubiera jugado
contigo.
Lunaère dijo rápidamente. Aunque su expresión era inexpresiva, me di cuenta de que
estaba enfadada.
—Yo… no pude sacar la espada del suelo…
—¿Qué quieres decir? Apenas la clavé.
[Rebanar a los monstruos como ese Heqet por la mitad de un solo golpe debe de
parecerle normal]
Me di cuenta de que Lunaère no tenía ni idea de lo ridículamente poderosa que era.
—¿Por qué no me llamas cuando no podías sacarla? ¿Qué clase de tonto cree que pude
luchar contra un Heqet desarmado?
—Bueno, para ser sincero, quería pedirte más ayuda, pero ya te habías ido. Y
me preocupaba un poco que me comieras o algo por el estilo si tentaba a la suerte.
—Los lich no comen humanos. Esa es una sugerencia ofensiva.
—N-no, es decir… argh. Lo siento mucho, ¡es que soy un idiota!
Me eché atrás, pero entonces los ojos de Lunaère brillaron y se puso la mano sobre la
boca.
—Bueno, hay algunos lich que comen humanos…
[¡Lo sabía!]
Cuando me aparté de ella, Lunaère sacudió los hombros y abrió muchos los ojos.
—¡No soy esa clase de lich!
Resopló, aunque trato de mantener una expresión neutral.
—Escucha, si has conseguido llegar tan lejos en el calabozo, deberías de ser capaz de
arrastrarte hasta la salida. Deja de hacer tonterías, toma la espada y eso objetos, y vuelve
a la superficie.
Lunaère me pasó la espada, que acepté con gratitud. Entonces, el peso de la espada
me hizo caer al suelo en el momento en que ella soltó la empuñadura, rompiéndome el
brazo y destrozándome la barbilla contra las losas del suelo. Cuando perdí el conocimiento
en un charco de sangre, dientes y ácido de Heqet, vi el rostro sin emoción de Lunaère, que
me miraba fijamente.
—Magia Espacio-Temporal nivel 22: Retroceso.
Una vez que mi rostro volvió a estar entero, me incliné frente a Lunaère.
—Probablemente debería haber explicado esto antes, pero… no luché para bajar hasta
aquí. Alguien me transportó directamente a este piso.
—¿Hablas enserio?
Ella parecía estar sorprendida, y me pareció ver una pequeña expresión en su rostro,
sólo por un momento.
—Imposible, no hay manera de saltar entre pisos con magia. Este lugar es un sitio de
contención para monstruos, sellado por una barrera impenetrable desde la Edad de los
Dioses.
Bueno, Nairotep era un Dios, aunque fuera uno inferior. Si había una Edad de los
Dioses, entonces ellos sería los que tendrían la magia para evadir la barrera.
—En realidad… fui enviado aquí desde otro mundo por alguien que decía ser un dios.
Sabía que sonaba como algo increíblemente ridículo y que probablemente pensaría que
estaba mintiendo. Pero de todo lo que había conocido en Locklore, esta lich temible que
odiaba a los humanos parecía la persona más agradable hasta el momento.
—Hmmmm, ¿un viajero de otro mundo? ¿Tal vez?
Murmuró mientras se frotaba la barbilla pensando.
Lunaère parecía estar considerándolo seriamente. Nairotep dijo que otras personas
fueron enviadas aquí como parte de su espectáculo. Si los lich realmente vivían por tanto
tiempo como decía Lunaère, podría haber oído hablar de este tipo de cosas antes.
—Eso explicaría tu extraño atuendo. Tampoco he visto un rostro como el tuyo.
Y… ni siquiera sabías lo que era una bolsa mágica.
[Quizá me crea…]
Pensé, pero necesitaba respaldar mi historia.
—¡Me arrojaron aquí! No sabía que estaba en el piso 90 del calabozo, ¡Diablos, ni
siquiera sabía que este lugar tenía noventa pisos! No hay manera de que pueda luchar
contra los monstruos. Sólo soy de nivel 1 con habilidades básicas y sin armas.
—¿Nivel 1?
El aire pareció congelarse alrededor de Lunaère. Su expresión seguía siendo
inexpresiva, pero percibí una intensa rabia tras sus ojos bicolores.
[Oh, mierda, ¿acabo de pisar una mina terrestre?]
—¡Mira, lo siento mucho! Pero, no entiendo nada, y yo…
Lunaère se acercó a mí, acercando su rostro a pocos centímetros de la mía.
[Está tan cerca]
—Si ese es el caso, ni siquiera esos artículos van a ayudarte a salir de Cocytus.
Entonces sus ojos se entrecerraron ligeramente.
—¿Por qué no me dijiste que sólo eras de nivel 1?
—Dijiste que odiabas a los humanos, ¡pensé que te haría enfadas si te pedía más
ayuda!
—¡Eso es…!
Retrocedió rápidamente antes de añadir…
—Eso es culpa mía, me disculpo.
Miró hacia abajo, jugueteando con el dobladillo de su manga por un momento, ¿se
escondía una buena persona detrás de ese inexpresivo rostro?
—Hmmm, si ese es el caso, ¿qué deberíamos de hacer?
Se preguntó con la mano en la barbilla mientras pensaba.
—No importa lo que te dé, no podrás escapar de este pido, si te quedas aquí para
siempre, sería un inconveniente para mí.
[Si soy un inconveniente, ¿por qué no dejar que un monstruo me coma?]
Parecía un razonamiento extraño para alguien que seguía insistiendo que odiaba a los
humanos.
—Quizás deba llevarte yo misma a la saluda. Si no, lo más probable es que mueras en
algún momento del camino. De hecho, es un milagro que no estés muerto ya.
No obtendría ninguna discusión de mi parte. Si tenía que subir noventa pisos, cada uno
infestados de monstruos, mis posibilidades no eran buenas. Lunaère inclinó la cabeza hacia
atrás, con un dedo en los labios.
Se me ocurrió una idea. Cuando jugaba a los MMORPG, las personas hacían algo
llamado “Power Leveling”. Un jugador de alto nivel se llevaba a un novato mientras
cazaban. El novato obtenía mucha experiencia sólo por estar en el grupo, ¿se aplicaría lo
mismo aquí en Locklore?
—Así que… sé que es pedir mucho, pero ¿serías capaz de entrenarme o algo así?
—¿Entrenarte…?
Lunaère preguntó con rigidez.
—¡No importa, es una idea tonta!
Lunaère me miró en silencio.
—De verdad, olvida lo que he dicho.
—Eso significaría que tendrías que pasar mucho tiempo junto a mí, ¿no me temes?
—Bueno, das un poco de miedo. Pero has sido una persona muy amable, uh, lich, así
que no tendría miedo. Incluso así, eso es pedir demasiado de ti.
Lunaère permaneció en silencio durante unos instantes. Me miró fijamente como si
buscara algo, y luego finalmente se decidió. Se aclaró la garganta y habló.
—No tengo otra opción. Te entrenaré hasta el nivel mínimo para que salgas de aquí y
nada más. Odio involucrarme con los humanos, pero hay que hacerlo.
¡¡Ella había aprobado el plan!!
—¿¡De verdad!?
—¿Prefieres no hacerlo?
—¡¡Si, es decir, no!! Er, quiero decir, ¡me gustaría mucho!
—Está decidido. No me gusta que los humanos anden por ahí, así que te voy a
entrenar. Es la única manera de sacarte de aquí.
—Lo entiendo completamente. Esa es la única opción, no hay otra manera.
No estaba dispuesto a hacer tambalear el barco.
—Al menos deberíamos concentrarnos en evitar que mueras por disparos perdidos o
accidentes. No necesitarás ganar ningún combate, ya que te acompañaré hasta la salida.
Así que el nivel 100 debería de estar bien, y tampoco te llevará tanto tiempo.
[Realmente es amable]
Pensé, pero me lo guardé para mí.
—¿Cuál es tu nombre? No es que me importe, pero entrenarte será más fácil si lo
sabes. Hay algunas criaturas que te lanzaran maldiciones al usar tu nombre, así que
siéntete libre de usar uno falso si eso te hace sentir mejor.
—Soy Kanbara Kanata.
Luego recordé que se había volteado cuando revisé mi estado.
—Aunque aquí sería Kanata Kanbara, ¿tal vez? De donde yo vengo, ponemos el nombre
de la familia por delante.
—Acabo de decir que puedes usar un nombre falso.
Creo que Lunaère casi puso los ojos en blanco.
—Tu total falta de preocupación es un desastre.
—Confió en ti, maestra Lunaère.
—Probablemente no deberías. Te dije que soy una lich y que sólo hago esto porque es
molesto tenerte merodeando por este piso… ¿eh, maestra Lunaère?
—¿Lunaère-san? ¿O es mejor “-sama”?
—Lo que sea… no me interesa como un humano me llame.
—Muy bien, lo tengo.
—Bien, sígueme. Regresaremos a mi campamento, vamos a cazar a cualquier monstruo
que se muestre en el camino.
Lunaère se dio la vuelta y comenzó a alejarse. Sus pasos eran alegres, como si tuviera
una razón para estar feliz por primera vez en años. Aunque intentaba ocultar la emoción de
su rostro, era evidente que sentía algo. Me pareció que le gustaba la idea de que le
llamaran “maestra”, así que decidí llamarla así a partir de ahora.
Tercera Parte

Seguí a Lunaère hacia la profundidad del calabozo. En poco tiempo, había matado a
cinco monstruos. Su última víctima estaba desplomada en el suelo frente a nosotros,
cubierta de sangre. Tenía dos cabezas de pájaro con plumas doradas y relucientes, y su
cuerpo parecía el de un físico culturista dorado. Bueno, así es como solía verse; ahora las
cabezas estaban a unos metros del resto del cuerpo. Sus extremidades estaban esparcidas
por el pasillo.
Al parecer era un tipo de monstruo llamada “Ra”. Me preguntaba si las personas de
Locklore sabía lo pretencioso que era eso. Esta Ra” se había abalanzado sobre nosotros a
una velocidad increíble, exhalando fuego de sus dos picos y quemando todo lo que tenía
delante con intensas llamas. Pensé que estaba acabado, pero Lunaèrese lanzó hacia
adelante y cortó a la criatura dorada en pedazos con su espada.
—Magia Espacio-Temporal nivel 8: Bolsillo Dimensional.
Lunaère abrió un círculo mágico y metió el cuerpo muerto del monstruo dentro. No
estaba seguro de por qué recogía los cuerpos de los monstruos muertos, pero tenía miedo
de preguntar. ¿Tal vez los usaba para hacer pociones?
—Ni hay nada como el pollo fresco para la cena.
—¿¡Cena!?
—¿Hay algún problema?
Preguntó sin mostrar ninguna expresión en su rostro, aunque la confusión se asomó en
su voz.
—Sólo creo que parece demasiado humano.
—Para mí, se parece más a un… pájaro crecido.
Ese fue un uso extraño de la palabra “crecido”.
—Está bien, de acuerdo, no puedo permitir que te mueras de hambre antes de que
salgas del calabozo. Si quieres puedes comer las partes que se parecen a un pájaro, como
la cabaza.
Las gigantescas cabezas no eran lo que tenía en mente cuando pensaba en pollo frito
dorado. No parecían ser comestibles en absoluto, por otra parte, se me ocurrió que
probablemente no había muchas opciones de comida apetitosa en el fondo de un calabozo.
—Bien, me comeré las cabezas.
Seguí a Lunaère a través de Cocytus un poco más lejos, y llegamos a lugar que era
más luminoso y cálido que cualquier otra parte del calabozo que había visto hasta ahora.
Curiosamente, había tierra bajo nuestros pies. Sin embargo, no parecía que la tierra fuera
realmente el suelo. Parecía más bien una gruesa capa de tierra que había sido colocada
sobre el suelo de piedra.
La hierba e incluso algunas hileras de bonitas flores crecían desde el suelo. También
había un árbol repleto de extraños frutos rojos con manchas blancas. De alguna manera,
estas plantas habían crecido bajo tierra. Más adentro del campo había una gran escultura de
un gato. Un brillante cristal en su boca brillaba con una luz roja.
—¿Ese cristal emite luz solar?
Lo pregunté sobre todo para mí, pero Lunaère debió haber oído.
—Buena suposición. Se trata de una piedra solar, vale mucho en el mundo exterior
porque es incluso mejor para las plantas que el sol real. Se han librado guerras por ellas en
la superficie, pero no es más que uno de los tantos objetos dispersos aquí abajo.
[Entonces Naiarotep no mentía, al menos en lo que respecta a los objetos poderosos]
—Quería una, así que bajé al piso noventa y cinco para buscarla. Se la quité a un
dragón amante de las gemas.
[¿No es eso un robo?]
—Me había atacado con toda la intención de matarme, después de todo.
Lunaère continuó.
—¡Jajaja! Ya veo…
[¿Defensa propia, entonces?]
—¿Qué pasa con la extraña estatua de gato? ¿Se supone que es un dios del sol o algo
así?
—Hice la estatua por diversión como soporte para la piedra…
[Maldición, no debía llamarla “extraña”, tal vez sólo le gustan las cosas lindas.
Sus ojos parecen tensos, espero no haberla hecho enfadar]
Lunaère se adelantó por su jardín, del que parecía disfrutar. Tenía que ser ella la que
había creado este espacio. Dudaba que cualquier otro monstruo hubiera puesto toda esta
tierra sólo para cultivar flores. Para ser alguien tan inquietante a primera vista, tenía unas
aficiones muy bonitas. ¿Tal vez el aura de miedo era sólo parte de ser una lich?
—Este es un bonito jardín, y las flores son realmente bonitas y tienen un buen aroma.
Podría acostumbrarme a estar aquí.
—No hay necesidad de halagos.
Ella dijo mientras sus pasos se volvían más ligeros, aunque mantuvo el rostro
inexpresivo de siempre. Esperaba que estuviera mejorando en leer su estado de ánimo.
Caminé tranquilamente entre sus plantas, disfrutando del momento, hasta que un
líquido frío salpicó mi mano.
—¡¡Aaaaah!!
Era claro y viscoso.
—¿Por qué haces tanto ruido?
Lunaère preguntí.
—Me cubrí de…
Empecé a hacerlo antes de mirar en la dirección de la que provenía el líquido. Al mirar
más de cerca, las flores tenían bocas metidas dentro de sus pétalos y rezumaban saliva.
Asqueroso, pero no quería arruinar el cumplido que acababa de hacerle a Lunaère.
—No fue nada.
—Entonces trata de mantener el ruido al mínimo. Pero dime si algo se ve mal, o de lo
contrario me molestaré cuando me entere después.
Eso parecía razonable, y por eso mismo quería mantenerla contenta. Asentí con la
cabeza y me limpié la mano en los pantalones.
—Y este es mi campamento.
Lunaère dijo mientras señalaba una gran cabaña blanca. Me recodaba a una yurta, una
especie de tienda de campaña utilizada por las tribus nómadas. Tenía un armazón
redondeado y un techo inclinado, todo bien cubierto con tela blanca. A su lado había un
campo de verduras.
[¿¡Es un pedacito de civilización!? ¡Quizás haya más en el mení de esta noche que esa
gran gallina!]
—Preferiría no invitar a un humano a entrar, pero no puedo permitir que andes por ahí
con el riesgo de que mueras a cada rato.
Lunaère dijo con un suspiro mientras se ponía de pie, con los brazos cruzados, frente a
su yurta.
—De verdad, muchas gracias, sensei.
—No te molestes en actuar con consideración. Los humanos son insectos para mí, así
que es como tener a una mosca de la fruta en casa.
Lunaère empezó a abrir la trampilla de la puerta para entrar y luego se congeló. Miró
en mi dirección con el ojo escarlata, pero aparto la mirada en cuanto nuestros ojos se
encontraron.
—¿Pasa algo?
Le pregunté, y ella se volteó hacia mí, colocando su cuerpo entre la entrada de la yurta
y yo.
—¿Te importaría esperar aquí un momento? No te muevas. En absoluto.
—¿Sensei?
Lunaère se metió en la cabaña, la cual comenzó a emitir sonidos fuertes y extraños.
Incluso escuché una pequeña explosión.
—Sensei… ¿está todo bien?
La llamé, pero no hubo ninguna respuesta. A pesar de que Lunaère estaba a pocos
metros, comencé a sentirme un poco solo y nervioso de pie en las profundidades de
Cocytus. Me acerqué un poco más, intentando echar un vistazo a través de la rendija de la
puerta de la tienda. Lunaère estaba metiendo libros, huesos y otros desperdicios en la boca
de un monstruo. Además, era un monstruo bastante elegante. Parecía un cofre del tesoro
adornado con oro, piedras preciosas y una boca llena de dientes de marfil.
—Déjalo, estoy lleno…
El cofre habló con un eructo.
—¡Bueno, apúrate y traga! No puedo hacerlo esperar eternamente.
Lunaère siseó, empujando otro objeto a pesar de la protesta del cofre del tesoro. Tal
vez utilizaba la misma magia que la habilidad dimensional de Lunaère. Hablando de eso,
¿por qué estaba alimentando el cofre a la fuerza en lugar de usar esa magia? El cofre del
tesoro estaba sufriendo una grave indigestión por lo que parecía. Además de Lunaère y el
cofre, dos estatuas de arcilla sin cabeza utilizaban trapos para desempolvar el interior de la
cabaña-
[¡Se está esforzando mucho! Parece un montón de trabajo doméstico a causa de una
mosca de la fruta humana]
Intenté echar un vistazo a los demás adornos de la habitación: había equipos de
investigación, cosas para sus aficiones y un montón de adornos hechos de hueso.
—Sólo tengo una cama, ¿qué debería de hacer? Será raro si duermo en el suelo y de
mala educación si él duerme allí, ¿qué es lo más natural que se puede hacer en ese tipo de
situación?
Lunaère preguntó, todavía metiendo frenéticamente objeto al azar en el cofre.
—No me pregunte, Señora, sólo soy un cofre del *burp* imitador.
—Entonces ya debías saber mucho sobre la psicología humana, ¿no es así?
[Qué argumento tan ridículo]
—No sé, ¿quizá puedas compartir la cama?
El imitador sugirió entre bocado y bocado.
—¡Idiota! ¿¡Cómo te atreves!?
El rostro de Lunaère se puso rojo, y movió sus brazos en un gesto, haciendo aparecer
un círculo mágico.
—¡¡H-Hey, ahora!! ¡Cálmate!
—Magia Espacio-Temporal nivel 18: Bomba de Gravedad.
Justo antes de que bajara el dedo para completar la magia, las dos estatuas de arcilla
dejaron caer sus trapos y la agarraron al suelo.
—¡Déjame ir!
—¡Vamos, Lady Lunaère! ¡Relájese! ¡Esa magia mandará a volar a la cabaña, a
nosotros y al tipo que tienes ahí esperando!
[¿Era realmente necesario ese poderoso hechizo?]
—Lo entiendo, lo entiendo, es nuestro primer invitado, pero eres una lich, así que no te
pongas nerviosa por… eh.
Los ojos del cofre del tesoro se encontraron con los míos. Bueno, para ser exactos, no
tenía ojos, pero sí unas piedras preciosas. Entendí la indirecta, asentí ligeramente y me
alejé rápidamente de la puerta.
[Actuaré de forma casual]
Diez minutos después de toda esa escena, Lunaère salió de la cabaña con su habitual
expresión inexpresiva.
—Había un gas peligroso dentro de mi cabaña. Peligroso para los humanos, no para mí.
Sólo lo estaba eliminando porque sería un inconveniente para mí si murieras. No es que
realmente me importe si mueres…
—Eso fue muy considerado de su parte, sensei.
No eres buena para mantener una actuación, pero podía fingir que no había oído el
frenesí de sonidos con bastante facilidad.
—Por favor, entra.
—Gracias, no te preocupes si lo hago…
Empecé a seguirla, pero se detuvo delante de la puerta, impidiéndome el paso.
—Ummm, ¿podrías esperar un momento? Estoy un poco nerviosa… es decir, no es que
me importe…
—Claro, creo que entiendo lo que dices, esperaré un poco.
Era obvio que no estaba emocionalmente preparada para que el primer humano con el
que se había encontrado después de tantos años entrará en su casa. No entendía porque
seguí fingiendo; sería más fácil para ambos si fuera sincera sobre lo que sentía. Pero le di
un minutos de todos modos.
La yurta estaba mucho más ordenada que cuando me asomé por primera vez, quizá
demasiado. Los huesos habían desaparecido, junto con la cama. Debió de decidir que la
solución a ese problema era arrojar la coma a otra dimensión y fingir que no había existido.
Podía sentir que el cofre del tesoro me miraba. Este y los dos golems estaban sentados en
un rincón, actuando como objetos inanimados.
—¿Te sorprende lo monótono que es? Perdí el gusto por la decoración cuando me
convertí en una lich.
—Aah…
Parecía olvidar que cultivaba flores y tallaba estatuas de gatos. Me hizo sentir un poco
mal. No quería que mi presencia la hiciera sentir consciente de las cosas que le gustaban.
Volví a mirar al cofre de tesoro por curiosidad, quien me dedico una pequeña sonrisa
que desapareció en el instante en que Lunaère miró en su dirección.
[Ese cofre del tesoro sí que tiene carisma]
—Por favor, siéntate.
Lunaère me dijo mientras señalaba la silla frente a su escritorio. También era la única
silla dentro de la yurta. Se había esforzado tanto por dejar presentable este lugar para mí…
no quería parecer desagradecido, pero también me parecía mal dejarla sin asiento en su
propia casa.
—Oh, no me importa estar de pie.
Traté de declinar su ofrecimiento con educación, pero sonó poco convincente.
—Está bien
Ella miró alrededor de la habitación por un momento.
—Me sentaré en el cofre.
Lunaère arrastró al cofre del tesoro hasta el escritorio. Por un momento, me sentí mal.
Parecía realmente indigno que un ser vivo fuera utilizado como silla. Al menos así me
sentí, hasta que lo miré y vi que sonreía estúpidamente ante la perspectiva.
[¡¡Aaah!! ¡¡Así que termino siendo un cofre pervertido!!]
—¡Me sentaré en el cofre! ¡Por favor, déjame sentarme ahí! Ya has hecho mucho por
mí, sensei.
—¿Eh? Bien, realmente no me importa de ninguna manera.
Me acerqué al otro lado del escritorio, el cofre me miró mal, así que le saqué la lengua
y me senté. Lunaère me pasó un vaso de agua, el cual acepté con gratitud.
—Así que, volviendo al entrenamiento. Como he explicado, si te subimos al nivel 100,
entonces deberíamos ser capaz de acompañarte con seguridad hasta la salida. No debería
tomar mucho tiempo, siempre cuando te apoye.
Bueno, eso confirmó mi sospecha de que subir de nivel con solo estar presente en una
batalla era posible en Locklore. Si trabajamos juntos, me será fácil salir de Cocytus.
—Antes de empezar, te enseñaré algunas habilidades básicas, porque sólo ganas
niveles si realmente contribuyes en la batalla. Necesitarás un arma ligera, pero también
tendrás que aprender a usarla.
Se habló sobre todo a ella misma.
—Empezaré a enseñarte algo de magia básica de inmediato, cosas sencillas que puedas
dominar con facilidad.
Asentí con la cabeza, pero me decepcionó en silencio que esto empezara a parecer un
trabajo real. Puede que Naiarotep y los Dioses Superiores hayan creado este mundo
basándose en juegos y novelas ligeras, pero la subida de nivel parecía mucho más
complicada que en cualquier MMORPG al que hubiera jugado. Tal vez fuera mejor no ir
demasiado rápido; meterse de lleno podría tener consecuencias fatales para mí.
Pero ¿Cuánto duraría la paciencia de Lunaère? Ahora parecía lo suficientemente
dispuesta para trabajar conmigo, pero eso podría cambiar si mi entrenamiento tardaba más
de lo esperado. Ni siquiera confiaba en que pudiéramos encontrar enemigos adecuados para
mí en un calabozo como Cocytus.
—No podrás contribuir a una batalla contra los monstruos de por aquí. Haré algunos
gólems de batalla de bajo nivel para tu entrenamiento inicial.
—Ooh…
[¿Puede leer la mente?]
Bueno, esa era una preocupación que había desaparecido. Si ella podía hacer los
oponentes perfectos para mí, entonces esto podría no ser tan malo.
—Todavía tienes la bolsa mágica que te di antes, ¿verdad? Bájate del cofre.
Me levanté y ella abrió la tapa. Comenzó a sacar libros pesados y objetos al azar.
—¿Qué es todo esto?
—Cosas que encontré o cosas que he hecho. Ya no las necesito, así que puedes
quedártelas. Ponlas en tu bolsa mágica. Toma, ten este grimorio.
Era un libro grueso y antiguo con una cubierta azul. Me di cuenta de que era mágico
porque había un círculo espeluznante dibujado en la cubierta. Miré a Lunaère para ver si
estaba bien abrirlo. Ella asintió ligeramente.
Mi habilidad para poder entender el lockloriano no me ayudó. Hojeé el libro, cuyas
páginas estaban llenas de un lenguaje alienígena, hasta que finalmente tropecé con la única
página que podía leer.

[Memorias de Acacia]
[Clase de valor: Divino]
[Un libro que contiene detalles sobre cada raza y cada objeto. Este texto dará
a su dueño el conocimiento que busca]

Me quedé asombrado. Me pregunté si había acabado en esta página porque quería


saber más sobre el libro. Tal vez así funcionaba su magia.
“Clase de valor: Divino” … no parecía algo que estuviera destinado a alguien de bajo
nivel. Si las personas eran capaces de entrar en una guerra por las piedras solares, este
libro podría cambiar el mundo. Sólo venderlo podría permitirme vivir una vida cómoda aquí
en Locklore.
—¿Está segura, sensei? Este libro parece demasiado valioso para regalarlo.
—Fuiste enviado a este mundo desarmado y sin conocimiento. Lo necesitas más que
yo. De todos modos, ya conozco la mayoría de los monstruos y
objetos.
Sus palabras me sorprendieron. No es tan raro encontrar a alguien dispuesto a ayudar
cuando no le costaba nada, pero no hay mucha personas que fueran capaces de dar algo
valioso y no pida nada a cambio. Esta lich era una chica complicada.
Para calmar la incomodidad, decidí buscar los objetos mientras ella los sacaba del cofre.
El primero fue un collar con un cristal rojo. Al consultarlo, las Memorias de Acacia se
abrieron inmediatamente en la página correspondiente.

[La Investigación del Rey Hechicero]


[Clase de valor: Divino]
[Este collar tiene el alma de un rey que utilizo la magia para unificar las
naciones guerreras. El Rey dedicó toda su vida al estudio de la magia. Dentro de
esta pieza de joyería, su espíritu eterno nunca se desvanece. Aumenta el
cocimiento y la compresión de la medicina por parte del usuario]

Miré de cerca el cristal del collar. Efectivamente, una especie de humo blanco se
arremolinaba dentro de la gema.
[No estoy de confiar en esto, ¿Cómo sé que no intentará controlarme o algo así]
Bueno, Lunaère me lo dio, así que estaba bastante seguro de que podía confiar en que
era seguro. Dijo que me enseñaría magia, y esto aceleraría el proceso. Me puse el collar. A
continuación, tomé el anillo de plata brillante que también resultaba ser realmente
espeluznante. Un diseño llamativo con una serpiente de dos cabezas que giraban a ambos
lados de la banda antes de comerse su propia cola. Pinché una de las cabezas con el dedo y
abrí las Memorias de Acacia.

[Anillo de Ouroboros]
[Clase de valor: Divino]
[Una mera sombra de la legendaria serpiente de dos cabezas que diezmó todo
un continente durante la antigüedad. La serpiente no podía ser asesinada, así que
fue derrotada con una maldición que hizo que se convirtiera en plata y se
encogiera en su forma actual. Incluso ahora, la voluntad malvada de la serpiente
inmortal duerme dentro del metal. En caso de muerte, el anillo consume parte del
poder mágico del portador y lo resucita]

—¡Ah! ¿Estás seguro de que no es un objeto maldito?


—Debería de estar bien. La cantidad de magia que utilizaba se adaptaba al nivel del
portador. Sin embargo, puede ser agotador si mueres varias veces seguidas.
No era eso lo que quería decir, ni la respuesta fue muy tranquilizadora. Deslice de mala
gana el anillo en mi dedo. Por último, levanté una espada de aspecto sencillo y la sujeté con
cuidado.
[Bien, no es pesada. Tampoco es demasiado larga ni corta. Parece bastante fácil de
usar]
Parecía una espada normal, pero había una gema púrpura en la empuñadura.
Nombre: Espada del tonto
Clase de valor: Divino
Ataque: Aumento de: +300
Magia: Aumento de: +300
Información sobre el arma:
Una espada mágica dada por los dioses a una persona destinada a convertirse
en un héroe. La piedra es de los Planos Superiores, lo que hace que el arma sea
increíblemente fuerte y poderosa, aunque pueda ser utilizada por los de bajo
nivel. El primer propietario fue asesinado seis meses después de ser convocado a
este mundo.

[A eso me refiero: un arma poderosa para un principiante. Una descripción ominosa,


pero algo que no cualquiera pueda obtener]
Basándome en el nombre del objeto, supuse que Naiarotep le dio a alguien esta
espada. Entonces se confiaron y bajaron la guardia: otra vida apagada por nada más que la
diversión de los dioses.
—Bien, no deberías tener ningún problema para usar esa espada.
Lunaère dijo, aliviada de que no me haya matado de solo sujetarla.
—¿Hay alguna forma de saber cuándo puedo usar un arma?
—Puedes usar cualquier arma que tenga un modificador menor que tus propias
estadísticas, normalmente.
Eso tiene sentido. Todas mis estadísticas aparecían como “1”. Tal vez Locklore tenía
algún tipo de mecánica similar a la de un juego que hacía que el peso de un arma se
escalara a su poder. Eso explicaría porque no pude ni siquiera levantar la espada de piedra
de Lunaère.
Con la Investigación del Rey Hechicero alrededor de mi cuello, el Anillo de Ouroboros
en mi dedo y la Espada Mágica del tonto en mi mano, usé Análisis de Estado para ver mis
estadísticas actualizadas.

Nombre: Kanata Kanbara


Raza: Nivel: Humano 1
HP: MP: Speed: 3/3 2/2 1
Magia: Defensa: Ataque: 1 +300 1 1 +300
Habilidades: [Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)]

Los modificadores confirmaron que mi nuevo equipo era lo único que me evitaba pasar
por una muerte segura y dolorosa. Pero con un poco de suerte, podría incluso hacer algo de
daño a un oponente de alto nivel.
—Suficiente preparación por ahora. Es hora de comenzar tu entrenamiento.
—¡Está bien!
Respondí, pero ella parecía un poco insatisfecha.
[¿Está esperando algo?]
—¡¡Gracias!!
Siguió mirándome fijamente, como si esperara más.
—Gracias, sensei…
Lunaère asintió con alegría y se dio la vuelta para salir de la cabaña.
[Sólo quería oírme llamara “sensei”, supongo]
Agarré la empuñadura de mi nueva espada y la seguí afuera.
—Magia de Tierra nivel 6: Pupa de Arena.
Lunaère dijo mientras levantaba el brazo. La suciedad del jardín se acumuló sobre el
círculo mágico que apareció, formando una estatua musculosa sin apenas cuello.
—¡¡Grah… graaaaaaah!!
La estatua comenzó a rugir y levantó sus gruesos brazos mientras cobraba vida.
—Esto es un golem
—Es lo mismo que las estatuas que limpiaban la cabaña, ¿verdad?
—¿Lo has visto…?
[Chale, ¿ya la cague verdad?]
Me mordí la lengua y Lunaère me miró con indignación. Luego traté de salirme con la
mía con una mentira piadosa.
—Sólo un poco, a través de la grieta de la puerta.
Mentí, solo una pequeña mentira piadosa.
—Fue sólo un vistazo. No estoy del todo seguro de lo que vi, en realidad.
Dejó escapar un suspiro de alivio y su rostro volvió a tener una expresión fría e
inexpresiva.
—Simplemente estaba guardando algunos objetos que tenía afuera para un
experimento. No era por tu bien; sólo me estorbaban.
—¡Lo entiendo perfectamente!
[Será mejor que deje de soltar cosas como un idiota…]
—Volvamos al entrenamiento. He ajustado la fuerza del golem. Incluso tú deberías de
ser capaz de derrotarlo.
Lunaère dijo mientras señalaba su cabeza. El nivel 10 estaba grabado en su frente. A
pesar de la etiqueta de consideración, decidí hacer una comprobación del estado del golem.

Nombre: Golem
Lv: HP: MP: 10 34/34 24/24

Eso me hizo sentir mucho más cómodo sobre su programa de entrenamiento. Aunque
fuera más poderoso que yo, sus estadísticas no eran del todo descabelladas como las de los
monstruos que había encontrado antes. Gracias a mi nueva espada, debería ser capaz de
derrotarlo siempre que pudiera asestarle unos cuantos golpes antes de que me golpeara.
—Magia de Tierra nivel 4: Atadura de Tierra.
El hechizo de Lunaère hizo brotar cuerdas de tierra de un círculo mágico, atrapando los
brazos y las piernas del golem.
—¡¡Aaaaaargh!!
Aulló, retorciéndose con rabia. Las ataduras aguantaron.
—Muy bien, vamos.
Lunaère dijo. Ella me empujo hacia el golem atado.
—Eh, claro.
[¿Podría ser realmente esto fácil?]
Me acerqué con vacilación y me lancé con un tajo horizontal. La fuerza del impacto hizo
que el golem saliera volando hacia atrás, destrozando a la criatura cuando chocó contra el
lado más lejano de la pared de la caverna. Pero no fue el único en sentir el impacto. No
estaba preparado para el retroceso de la espada: el impacto me hizo caer de rodillas. El
hombro me palpitaba con fuerza.
[Tanta potencia…]
Esto debe ser con lo que Naiarotep estaba tratando de tentarme. Puede que esta
espada no resista a la mayoría de los monstruos de Cocytus, pero seguro que causó una
gran impresión en ese gólem de entrenamiento. Mientras recuperaba el aliento, me di
cuenta de que me sentía... diferente, como si hubiera una fuente de calor dentro de mi
cuerpo. Utilicé la comprobación de estado y vi que mi nivel había subido a 3. No obtuve
toda la experiencia de la muerte porque Lunaère estaba usando magia para contenerlo,
pero el repentino progreso fue estimulante.
—¡¡Sensei, he subido de nivel!!
Me alegré, mirando en su dirección. Estaba ocupada haciendo círculos mágicos por todo
su jardín.
—Magia de Tierra nivel 6: Pupa de Arena.
Veinte goles aparecieron alrededor de Lunaère, cada uno de ellos con el “Nivel 10”
tallado en su frente.
—No hay tiempo para aflojar. Cuida tu postura y trata de mantener tu peso hacia
adelante mientras mueves la espada.
—¿Cuánto tiempo puede aguantar mi hombro?
Dejé caer los ojos hacia mi brazo, que aún me dolía un poco. Pero Lunaère estaba
haciendo estos goles sólo para mí. No podía ser un cobarde.
Me llevó casi una hora, pero conseguí acabar con todos los goles. Uno por uno, Lunaère
los ató y yo los reduje, hasta que al comprobar mi estado confirmé que era nivel 10. El
retroceso de la espada me afectó menos a medida que continuaba el entrenamiento. Sin
embargo, ganar niveles no impidió que la fatiga aumentara. Tras derrotar al último golem,
me temblaba tanto el brazo que se me cayó la espada. Me agaché para recogerla y me
cuando me di cuenta ya me encontraba tirado en el suelo.
—¿Estás bien? No me había dado cuenta de que estabas llegando a tu limite.
Lunaère dijo, y me pareció oír una pequeña preocupación en su voz.
—Los lich tienen una fuerte resistencia, y creo que no he tenido eso en cuenta.
Deberías avisarme cuando te cansas.
—Intentaré recordarlo…
Había terminado por hoy. Mi cuerpo e incluso mi mente se sentían pesados por el
agotamiento. Lunaère se arrodilló a mi lado, acercando su cara a la mía.
—¿Puedo tocarte un momento? Puedes decir que no.
—¿Eh? Adelante…
Me ofrecí, notando lo indecisa que estaba.
Lunaère suspiró aliviada cuando le di mi permiso de tocarme y trago saliva ligeramente.
Extendiendo cuidadosamente su mano hacia mí, me acarició tímidamente el brazo con uno
de sus dedos, como si estuviera probando el estado de mi piel.
[Es como si su aura se me metiera en la piel]
No me dolía exactamente, pero su tacto se sentía como algo eléctrico. Toleraba que me
tocara con la punta de un dedo, pero no estaba seguro de querer que me agarrara con toda
su mano. Estar tan cerca de ella también era incómodo en otros sentidos…
su belleza era muy evidente, y pude sentir cómo se formaba un rubor en mi rostro.
Esperaba que ella no lo hubiera notado.
—Lo siento, el examen me hace sentir un poco, eh, nervioso…
Dije, y los ojos bicolores de Lunaère se fijaron en los míos con sorpresa. Retiró la mano
y negó con la cabeza.
—Tu brazo está definitivamente rígido.
Habló con una voz aguda.
—No podrás seguir entrenando en esa condición.
[Bueno, parece que hoy he terminado de subir niveles]
Puede parecer una gota de agua en comparación con los monstruos de Cocytus, pero
había ganado diez niveles en poco más de una hora. Un progreso eficiente para un duro día
de trabajo.
—Magia Espacio-Temporal nivel 22: Retroceso.
Lunaère lanzó el hechizo y el conocido circulo mágico apareció, bañándome en luz
blanca. Cuando el dolor se disipó y mi cuerpo se regeneró, pude volver a moverme
libremente.
—Gracias…
—Magia de Tierra nivel 6: Pupa de Arena.
Veinte goles más aparecieron alrededor de Lunaère. Sólo que ahora, tenían el “Nivel
20” tallado en sus frentes.
—Continúa.
Parpadeé con incredulidad. Mi cuerpo podía estar curado, pero el cansancio mental
seguía pesando como el plomo. Entonces fue cuando recordé que Lunaère dijo que le
avisará cuando estuviera agotado. Parecía sincera al decir que no sabía lo duro que era esto
para mí; un lich de alto nivel como ella probablemente no tenía ni idea de lo agotador que
era este programa de entrenamiento desde el punto de vista mental.
Pero estaba poniendo tanto esfuerzo en esto… tanto esfuerzo en… mi… si me limitaba a
blandir mi espada un par de veces y luego me rendía… ¿Quién sabía cuánto tardaría en
llegar al nivel 100? Tenía que esforzarme al máximo.
—¿Necesitas parar por hoy…?
Lunaère preguntí.
—¡No, estoy bien! Mi cuerpo está curado y puedo seguir.
Respondía mientras pensaba: [¡La pura terquedad me hará salir adelante!]
Había aprendido a blandir la espada correctamente y mis estadísticas eran más altas,
pero, aun así, el cansancio dificultaba la fuerza de mis golpes. Además, los goles de nivel 20
provocaban un retroceso mucho mayor. Para cuando había atravesado la siguiente ronda de
objetivos de entrenamiento, me dolía todo el cuerpo, pero no había terminado conmigo.
Cuando el último cayó, me encontré rodeado por un nuevo grupo de golems de nivel 30. Me
abrí paso. En un momento dado, me descuidé y un golem estuvo a punto de acabar
conmigo antes de que pudiera defenderme.
Tras derrotar a oleadas de enemigos invocados, me encontré tumbado de espaldas,
rodeado de fragmentos de tierra y arcilla. Al usar Análisis de Estado confirmé que había
llegado al nivel 32.
—Pareces cansado, ¿dejamos el entrenamiento por ahora?
—Yo… yo lo apreciaría…
—Retroceso.
Otro viaje a través de la luz blanca, y mi cuerpo estaba curado, pero mi cabeza seguía
llena de niebla. Debería haber dicho algo antes.
—Lo has hecho bien, tu manejo de la espada ha mejorado bastante durante la segunda
mitad del entrenamiento. Pareces más seguro de ti mismo y tu cuerpo se está fortaleciendo.
Lunaère dijo mientras me curaba. Puede que haya llegado a mis limites, pero esas
palabras hicieron desaparecer el cansancio.
—¡Gracias, sensei!
—Todavía… no me acostumbro a que me llamen así. Lo que sea. Eres libre de llamarme
como gustes.
Eso es que dijo, pero pude ver que se le formaba un rubor en las mejillas. Se aclaró la
garganta y se dio la vuelta.
[Es tan linda. Me hace sentir que podría trabajar aún más]
No es que no estuviera preparado para terminar el entrenamiento del día, pero vi
obligado a preguntarme si me falta de motivación en Japón se debía a que nadie se
molestaba con felicitarme. Seguí a Lunaère de vuelta a la cabaña y pronto me encontré
rodeado de una pila de libros de magia.
—En pocas palabras, el poder usar magia consiste en la capacidad de canalizar el poder
y cambiar el mundo. Forma un círculo mágico en tu mente y luego aplicar el poder
necesario. Esa es probablemente la forma más fácil de entender la mágica.
Lunaère explicó mientras me sentaba en el cofre del tesoro con un libro en el regazo.
[Pensé que había terminado por hoy…]
Suspiré mientras pensaba, pero tenía que reponerme. Lunaère estaba siendo muy
generosa, y no podía permitirme desgatar su cortesía. Tenía que conseguir el nivel mínimo
y las habilidades que necesitaba lo antes posible.
—Los detalles del círculo mágico variarán en función de la naturaleza de tu habilidad
mágica y de la situación, lo que significa que no puedes limitarte a memorizarlos. Dicho
esto, ni siquiera yo entiendo completamente de magia a voluntad. Puedes empezar por
aprender los patrones de las fórmulas que componen los círculos mágicos.
Asentí, miré le libro y esperé que tuviera sentido.
Lunaère intentó explicar el contenido de los libros de magia en un lenguaje sencillo,
añadiendo información adicional a medida que avanzábamos. Me dio un pequeño bloc de
papel y me apresuré a garabatear sus palabras en mis notas. Gracias al collar de la
Investigación del Rey Hechicero, los estudios mágicos parecían alojarse en mi cerebro, y
absorbía conocimientos mientras ella me daba clases.
—No es por presumir, pero creo que soy una de las mejore profesoras de magia del
mundo.
Lunaère dijo con un evidente orgullo que brotaba de su expresión seria. Su pasión por
la magia era evidente. Se había relajado y comenzó a hablar un poco más rápido de
costumbre. Era difícil seguirle el ritmo.
—Ahora, te enseñaré las fórmulas mágicas fundamentales. Hay esta, esta, y estas… y
esta.
Lunaère continuó, moviendo rápidamente su mano en el aire para formar las fórmulas
mágicas correspondientes que aparecían como símbolos brillantes.
—Lo siento, ¿podrías ir más despacio?
Una pequeña risa se escapó del cofre (y/o de la silla).
[¡¡Ríete, imbécil!!]
Durante tres horas, la lección continuó. Sentí como la cabeza se me calentaba de tanto
pensar. Tal vez fuera causado por la Investigación del Rey Hechicero… había oído hablar de
computadoras que se sobrecalentaban cuando intentaban hacer demasiados cálculos. ¿El
collar había sobrecalentado mi cerebro?
—Urgh…
Me quejé, apoyando la cabeza en el escritorio. Realmente necesitaba un descanso.
—¿Debería usar “Retroceso”?
Lunaère preguntó. Ese hechizo hacía retroceder el tiempo para curar las heridas, por lo
que era ideal para luchar contras los golems, pero no ayudaba a la fatiga mental.
—Creo que estoy en mi limite mental, lo siento.
—Hmmmm, ¿hay un límite mental? Tengo algo que mejora el estado de ánimo y otra
cosas que aumenta la concentración…
Lunaère murmuró mientras buscaba entre las pociones de su Bolsillo Dimensional.
[Por favor, no. No puedo soportar más. Mi espíritu se va a romper]
—Toma estos elixires… harán más fácil sentir los diferentes atributos mágicos en cada
hechizo. Hoy cubriremos hasta el cuarto atributo primario.
[¡Me está dopando! ¡Cuando se trata de magia, esta lich no tiene límites!]
Cuando terminó la clase, Lunaère salió al huerto a recoger algunos ingredientes para la
cena. Yo me quedé dentro, desplomado en el escritorio.
—¿Sigues vivo, chico?
El cofre habló.
—Apenas.
[Comprobaré mis estadísticas]

Nombre: Kanata Kanbara


Raza: Nivel: Humano 32
HP: MP: Speed: 154/154 138/138 35
Magia: Defensa: Ataque: 38 +300 26 45 +300
Habilidades: [Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)] [Magia de Fuego
(Lv:2/10)] [Magia de agua (Lv:2/10)] [Magia de Tierra (Lv:2/10)] [Magia de
viento (Lv:2/10)]

Era una gran mejora, especialmente para mi primer día en Locklore. A este ritmo,
llegaría al nivel 100 en una semana, y entones podría salir de Cocytus. Si sobreviví al
entrenamiento…

Cuarta Parte

Lunaère seguía afuera mientras yo me encargaba de ojear los apuntes de la lección de


hoy cuando el cofre del tesoro empezó a hablarme.
—Así que… ¿cómo va todo? ¿Acostumbrándote a estar aquí, eh, Katana? O
como sea que te llames…
—Kanata
—Seguro, claro.
Para ser un cofre parlante lleno de objetos al azar, era sorprendentemente sociable.
Intenté mirar dentro de la oscura extensión de su boca mientras hablaba. ¿Dónde
estaba todo lo que se había tragado antes? No pude ver nada, así que algún tipo debía estar
actuando.
—Va bastante bien, gracias a la Sensei, Respondí, tratando de hablar con una caja
como si fuera perfectamente normal para las personas cuerdas de la mente.
—Es agradable no sentirse solo, pero no puedo quedarme mucho tiempo. Ya ha hecho
mucho por mí y no quiero abusar. Uh, ¿debería llamarte Cofre del Tesoro-san o…?
—Técnicamente, soy un imitador noble. Pero seguro, si eso te sirve.
[¿Un Imitador Noble? ¿Eso lo convertiría un Cofre-dono?]
Quizá lo de “noble” tenía más que ver con el oro y las piedras preciosas con las que
estaba decorado. Me dijo que podía llamarlo como quisiera, así que será Cofre-san.
Preferí ignorar la parte de “Imitador”, ya que me recordaba a la pared come brazos.
—Cofre-san, ¿deberíamos siquiera hablarnos?
Siempre estaba en silencio cuando Lunaère estaba cerca, así que supuse que ella debía
haberle dicho que actuara como un cofre normal frente a mí.
—Sería malo que Lunaère se enterara. Le preocupa que te asuste.
—Me parece bien…
—No, verás, es una pérdida si lo sabe. Tendríamos que decirle que te asomaste por el
agujero de la puerta ante, o tendríamos que fingir que me resbalé y simplemente comencé
a hablar.
Se estremeció. Parecía bastante infeliz con esa serie de opciones.
—Pero… sería bueno tener a alguien con quien hablar que no sea la pequeña señorita
deprimente.
Eso me ofendió. Lunaère había hecho tanto por mí, un simple desconocido, en el poco
tiempo que la había conocido, y el hecho de que la conociera no era excusa para actuar
como un completo imbécil.
[Tal vez tenga que hacerle saber que no lo toleraré…]
—¡¡Sensei!! Cofre-san está hablando mal de…
Grité intentando salir de la tienda acampar, tratando de asustarlo un poco. Pero una
fracción de segundo después estaba envuelto en su lengua extendida.
—¡¡Ah!! ¡¡Estoy bromeando, estoy bromeando!!
—¡¡Ya basta!! A nadie le gusta un soplón.
Me dijo entre dientes, mientras se metía la lengua en la boca. Me tumbé en el suelo,
aliviaba de no haberme convertido en un bocadillo. Se acercó demasiado a mí. Me arriesgué
a usar [Análisis de Estado].

Nombre: Cofre Noble


Lv: HP: MP: 3022 17225/17225 12390/12390

[¡¡Madre mía, es fuerte!!]


Sus estadísticas eran muy superiores a las del Predator o del Heqet, y comencé a
sospechar que había tomado una decisión muy equivocada. Mientras me preparaba para mi
muerte, el cofre habló lentamente y en voz baja.
—Nunca he visto a Lunaère tan animada. Trátala bien… o paga el precio.
—¡Seguro! No digas más…
Nos sentamos en silencio, mirándonos fijamente durante un rato.
—Entonces… ¿qué pasó con Lunaère-san?
Lunaère mencionó que se había convertido en una lich, un usuario de la magia que
tenía que abandonar la vida humana para siempre. Eso significa que ella fue una vez un
humano, ¿qué traición había sufrido para haber tomado esa decisión? Tal vez estaba mal
preguntarle a Cofre-san en lugar de preguntarle a ella directamente, pero tenía que
averiguarlo.
—Supongo que deberías de saberlo.
Su tono de voz era mucho más serio que antes.
—Fue hace ya unos mil años. Lunaère era una prodigio de la magia, así que la pusieron
en un equipo para acabar con un Rey Demonio.
—¿Qué es un Rey Demonio?
—Son los reyes entre los monstruos. Aparecen al azar, lideran hordas de monstruos y
tienen habilidades para sacar y potenciar los poderes latentes de los demás monstruos.
Pero, lo que los hace realmente peligrosos es que utilizan esas habilidades para hacerse
más poderosos ellos mismos… sin límites.
¿Podría ser eso posible? No parecía un monstruo, sino un fenómeno cósmico o un
desastre natural.
—De todos modos, el equipo de Lunaère fue derrotado. No lograron vencer al Rey
Demonio, y fue entonces cuando ella…
—Qué plática más interesante.
Una voz apareció interrumpiendo a Cofre-san… era Lunaère. Tanto él como yo saltamos
de sorpresa. Mi espalda se puso rígida, e incluso Cofre-san se estiró verticalmente por el
susto. No sabía que la madera y el metal pudieran hacer. Nos volteamos hacia la puerta y
vimos a Lunaère mirándonos con sus ojos fríos e inexpresivos.
—¡¡Me obligó a decírselo!!
Cofre-san dijo mientras doblaba con destreza su lengua en forma de dedo para poder
señalarme.
[¡¡Acaba de venderme!! ¡¡Qué hipócrita!!]
—Lo discutiremos más tare.
Lunaère le respondió.
—¿¡Qué!? ¿¡Por qué yo!?
Cofre-san le cuestionó, rebotando de indignación. Una mirada gélida de Lunaère se
clavó en él al instante.
[Tiene más de 3000 niveles, ¿¡Y aún le tiene miedo a Lunaère!?]
Deslizó su mirada desde el cofre hacia mí.
[¡Estoy muerto!]
—¡Lo siento! Sólo estaba…
—Me alegro de que hayas podido charlar con Noble. Tengo algunos… asuntos por los
que preocuparme, pero los trataré con él más tarde. Ahora tengo los ingredientes que
necesitaba del jardín. Por favor, espera aquí mientras preparo la cena.
—¡¡Gracias!!
—¡¡Eres muy injusta!! ¿Por qué sólo te portas bien con Kanata?
Cofre-san quejó mientras se colocaba de lado y se movía agitadamente en una rabieta
que terminó con otra mirada gélida y dicromática. Podía provocarla, pero no podía
soportarla.
Mientras Lunaère empezaba a preparar la cena, yo repasaba mis apuntes y charlaba
tranquilamente con Cofre-san.
—No te hagas ilusiones. Es malísima cocinando.
Él mencionó en voz baja. Para ser un tipo que le tenía miedo, seguro que decía muchas
cosas que la haría enojar. Miré hacia la cocina, pero no parecía que Lunaère estuviera
prestando atención a nuestra conversación. Me relajé un poco y él continuó.
—Recuerda mis palabras, será un asado quemado o elixires. A eso no se le puede
llamar cocinar.
Era algo mezquino, pero no lo dudaba ni por un momento. Lunaère parecía que prefería
estar investigando que pasando el tiempo cocinando. Una imagen de las dos cabezas de
pollo con sal servidas en una bandeja cruzó por mi mente. No importa lo que sirviera, decidí
que lo comería y lo disfrutaría.
—Mira, sé amable.
Noble1 mencionó, inclinándose ligeramente hacía mí, casi como si hiciera una
reverencia. No podía estar seguro de si hablaba en serio o si se burlaba de ella.
—Si te oyera decir eso, te daría una paliza. Además, aunque no sea una maestra en la
cocina, sigue siendo una persona amable y considerada.
Muéstrale algo de respeto.
—¡Oh! Así que ahora resulta que eres un experto en cuanto a Lunaère, ¿eh?
Puede que actúe con frialdad, como si todo fue una brisa invernal, pero créeme, apenas
1
Para aclarar y que no haya confusiones, el nombre ira variando de “Noble a Cofre-san”, así sale en el
material en inglés, entonces se traducirá respetando eso.
mantiene la calma.
—Estás diciendo tonterías.
—Mírame en la joya cuando digas algo.
Lo ignoré y seguí revisando mis apuntes. Eran sólo cosas básicas, pero incluso así
parecían cientos de volúmenes por aprender.
—¡¡Jajaja!! Ignorarme significa que sabes que tengo razón.
Noble se movió a mi alrededor, tratando de irritarme para que respondiera. Desde que
trató de comerme antes, consideré devolverle el favor… pero en lugar de eso, me conformé
con enfrentarme a su argumento de frente.
—Apuesto a que no tiene nada que ver con sus habilidades culinarias. Lleva casi mil
años comiendo sola, ¿por qué hacer algo más que lo mínimo? Es buena haciendo elixires y
pociones, lo cual significa que es buena con las manos y puede seguir una receta. Apuesto a
que puede cocinar bien si quisiera.
—Bien, niño. ¿Qué quieres apostar a que no sale con una comida, sino con un elixir?
—Incluso si lo hiciera, estaría bien. No hay razón para que ella haga algo elegante.
El sonido de una explosión llenó la cabaña, procedente de la dirección de la cocina.
—¿¡Ataque de monstruos!?
Cofre-san preguntó, rebotando de sorpresa. Inmediatamente agarré mi espada y me
apresuré a la zona de la cocina. Si fuera un monstruo, probablemente no tendría ninguna
oportunidad, pero le debía mi vida a Lunaère. Si ella estaba en problemas, arriesgaría todo
para salvarla.
Todo lo que había en la cocina había sido arrasado por una enorme bola de fuego.
Los restos de los utensilios de cocina yacían esparcidos entre trozos ennegrecidos de
carne de monstruos que salpicaban todas las paredes. En medio de todo ese desastre
estaba Lunaère, aturdida. Vi las cabezas doradas del pollo monstruoso a sus pies, pero el
resto de los ingredientes se habían convertido en cenizas. Mis ojos recorrieron el suelo y las
paredes que habían sido empujadas hacia fuera por la explosión.
—¿¡Ha sido un ataque!? ¿¡Estás bien!?
Grité.
—Yo… fallé en la cocina.
—¿Qué…?
Debo haberla escuchado mal. Creí que había dicho que había fracasado en la cocina,
pero esto sólo podía ser el resultado de un gran hechizo.
—Lo siento, no es algo que suela suceder. Soy una idiota por intentarlo siquiera
Lunaère agachó la cabeza con decepción. Estaba obviamente molesta, pero su tono de voz
fue plano y frío como siempre.
—Eso es lo que pasa cuando intentas presumir.
A pesar de que el comentario de Noble la estaba pateando mientras estaba en el suelo,
Lunaère no respondió. Estaba demasiado alterada para enfadarse con él.
[¿Qué debo hacer? Debo de buscar alguna manera de animarla… ¡Eso es!]
—¡Puedo cocinar! Déjame hacerlo.
—Pero no puedo hacer que mi invitado cocine…
—Ya has hecho mucho; ¡déjame hacer esto! A veces cocino para mí. Pero no sé cómo
usar estos utensilios de cocina, ¿podrías enseñarme?
Así que termine cocinando la cena, y no fue ni mucho menos tan peligroso como me
temía. Los utensilios de cocina se calentaban solos con una especie de piedra mágica, pero
por los demás, lo básico era más o menos lo mismo. Noble me dejó sacarle algunos objetos
que parecían ser ingredientes, y comprobé las Memorias de Acacia para ver cuál podría ser
su utilidad. Dado que todos los ingredientes procedían de Cocytus, eran ciertamente
valiosos, y me aseguré de pedir permiso a Lunaère para utilizarlos. Había leche y carne de
monstruos, junto con verduras y condimentos del jardín. Eran suficientes para hacer un
guiso, probablemente el más caro que he hecho nunca.
Cuando le entregué a Lunaère un cuenco, sus ojos se abrieron de par en par, como si
estuviera ante un raro tesoro. Tomó lentamente un poco con su cuchara.
—Pruébalo.
Le dije, y en el momento en que lo probó, todo su cuerpo se tensó y su rostro se puso
rojo. Me preguntaba qué había sucedido, cuando de repente comenzaron a brotas lágrimas
de sus ojos.
—¡Lo siento! ¡He hecho un trabajo horrible!
Me disculpe.
—En absoluto… hace tanto tiempo que no comía una comida casera, que…
Lunaère se limpió las lágrimas y tomó otro bocado.
—Gracias, es delicioso.
Vi la sonrisa de Lunaère por primera vez, y me sorprendió con su brillo. Puede que no
sepa lo que ha pasado en su pasado, pero puedo decir que se siente sola viviendo aquí en
las profundidades de Cocytus. Se me ocurrió una idea descabellada, así que decidí ir a por
ella.
—Si no es mucha molestia, sensei… ¿podría quedarme aquí?
—¿Qué?
Los ojos de Lunaère se abrieron de par en par brillando por un momento antes de que
su rostro se volviera rojo y sus labios comenzaran a temblar. Noble, quien había estado
tratando de beber a escondidas un poco de la sopa que había preparado, lo oyó y dio un
salto de sorpresa. Miró pensativamente a un lado y a otro entre nosotros.
Lunaère se quedó en completo silencio. Me quedé mirando, esperando una respuesta,
hasta que ella levantó el rostro. Su expresión se había vuelto totalmente neutro y serio.
—¿De qué estás hablando? He dicho que es un inconveniente tenerte viviendo aquí.
Completarás tu entrenamiento y luego te irás de Cocytus.
Noble se desplomó decepcionado.

Quinta Parte

Había pasado una semana desde que me convertí en discípulo de Lunaère, y estaba
comenzando a entender la magia. Los círculos y fórmulas mágicas eran como una clase de
circuitos eléctricos, y los hechizos eran como una clase de aparatos construidos a partir de
esos circuitos. Funcionaban cuando se canalizaba la magia a través de ellos como si fue
electricidad. Una vez que conseguí entender esa metáfora, fue mucho más sencillo entender
cómo funcionaba la magia en Locklore. Haberme equipado con el collar de la Investigación
del Rey Hechicero me había venido bien.
Mientras practicaba el corte y unión de fórmulas mágicas en el aire, mi mente se
remontó a la primera noche que pasé en este mundo. Recordé las palabras de Lunaère
cuando le pregunté si podía vivir con ella en Cocytus. Aunque su respuesta había sido dura,
las cosas habían sido amistosas entre nosotros desde entonces.
A la mañana siguiente de haber rechazado rotundamente mi petición, Lunaère me
regaló un abrigo negro. Parecía especial, pero dijo que sólo ocupaba espacio dentro de
Noble. Cuando lo busqué más tarde en las Memorias de Acacia, aparecía como “Abrigo de
Medianoche de Lunaère”. Debe haberla cosido en secreto mientras yo dormía. Para ser una
misteriosa lich milenaria, no se le daba muy bien el ocultarme cosas. Me sentí desgarrado:
quería expresarle mi gratitud por un regalo tan atento como este, pero era evidente que no
quería que le diera importancia. No ha cambiado mucho. Seguía tratándome con amabilidad
y Noble seguía hablándome sobre ella.
Pensé en la manera de decirle que quería quedarme, pero nunca encontré las palabras
adecuadas.
—¿Estás listo? Pongámonos en marcha.
Lunaère dijo, cerré los ojos y me senté en silencio durante un momento para despejar
la práctica de la magia de mi mente. Luego asentí y me puse de pie.
—Oye, Kanata, recuerda que el fracaso siempre es una opción.
Cofre-san habló y le devolví una débil sonrisa.
El día de hoy haría una prueba para ver si podía enfrentarme a un monstruo de verdad.
Durante la última semana, habíamos subido mi nivel al 100, así que este era
esencialmente mi examen de graduación. SI aprobaba, dejaría Cocytus para siempre.
Sinceramente, preferiría pasar más tiempo con Lunaère y Noble.
Salimos de la casa de Lunaère y caminamos en silencio lejos de su jardín subterráneo.
Parecía más distante que de costumbre desde que decidió que hoy sería mi última
prueba. Era el tipo de persona que se guardaba su propio consejo, pero en ese momento,
parecía tener aún más en su mente.
Lunaère levantó su brazo y se alejó de mí.
—Magia de Tierra nivel 11: Tirano de Arena.
Apareció un gran círculo mágico y de pronto la tierra que lo rodeaba comenzó a
acumularse en un enorme montículo. Pronto empezó a tomar la forma de una especie de
dragón de tierra, de unos veinte metros de largo. Abriendo sus enormes fauces repletas de
dientes tan filosos como una espada, lanzó un rugido que hizo temblar el suelo.
Si la Magia de Tierra nivel 6: Pupa de Tierra, le permitía a Lunaère crear golems de
tamaño normal, el nivel 11 de esta magia le permitía crear monstruos realmente
gigantescos. Me enteré de que podía variar el poder mágico que canalizaba en la Pupa de
Tierra, lo que le permitía crear golems de entre los niveles 1 y 100. El Tirano de Tierra, por
otro lado, puede utilizarse para crear criaturas de hasta nivel 200. Este dragón de tierra
tenía el nivel 150 tallado en su frente.
—Magia de Fuego nivel 7: Llamas Humeantes.
Dije mientras invocaba un muro de fuego entre el dragón de tierra y yo. El fuego se
extendió hacia el techo.
—¿Qué estás haciendo? La magia de fuego noe s eficaz contra los golems.
Lunaère me dijo.
Ella tenía razón. Me lo había enseñado durante nuestras clases de magia, pero el Tirano
de Tierra no podía ser derrotado fácilmente a distancia, al menos no con los hechizos que yo
había aprendido. Mis hechizos de largo alcance eran mucho más débiles que mis ataques a
corta distancia, y este golem no sólo tenía un gran poder de defensa, sino que también era
significativamente más rápido que yo. Me atraparía en el momento en que atacara
directamente, sin duda. Sin embargo, mi magia podría servir de distracción, y eso me
permitiría acercarme lo suficiente como para causar un daño real.
—Magia de Viento nivel 3: Fluegel El hechizo generó viento, elevándome en el aire.
Disipé una pequeña brecha en la cortina de llamas antes de deslizarme a través de ella y
volar hacia la espalda del Dragón de Tierra. No me había visto moverme, y sus garras
delanteras atravesaron el fuego para abrir el suelo donde había estado parado.
La Espada Mágica del Tonto brilló con la luz del fuego cuando la clavé en la espalda del
dragón. Me alivió comprobar que seguía siendo muy eficaz contra enemigos de este nivel.
La espada destrozó la armadura de tierra del dragón, creando un estallido de polvo mientras
una grieta recorría su espalda.
El retroceso de mi golpe me hizo volar de nuevo en el aire. Volví a lanzar un “Fluegel”
y volé hacia uno de los puntos ciegos del dragón.
—¿¡Grr…!?
El dragón dudó al perderme de vista. Aceleré mi velocidad para no perder ventaja y me
abalancé para cortarle la pata delantera con toda mi fuerza. El golem rugió ferozmente
mientras perdía el equilibrio y se tambaleaba hacia delante. Esperando poder acabar con él
rápidamente, comencé a formar un gran círculo mágico justo delante del Tirano de Tierra.
No hubo suerte. El dragón se fijó en mí.
Aunque estaba desequilibrado, se lanzó a por mí. Que esta criatura fuera un golem no
significaba que fuera estúpida. Un principio básico de la magia era que los hechizos
poderosos tardaban más en ser lanzados. Si podías interrumpir a un enemigo mientras
formaba su círculo mágicos, podías evitar que lanzara su hechizo. El dragón sabía que no
podía permitirme terminar.
Reaccioné, cambiando una de las fórmulas para alterar rápidamente el círculo mágico.
Se convirtió en otro hechizo de “Fluegel”, y el viento me hizo avanzar. Me escabullí
entre las garras del dragón y pasé por su garganta expuesta. Al pasar por delante, blandí la
espada y di un golpe profundo.
Su cuello de serpiente vaciló por un momento y luego su enorme estructura se estrelló
contra el suelo. Me subí a su espalda y le clavé la espada. El cuerpo del golem se
estremeció y luego comenzó a resquebrajarse y a convertirse en tierra.
Había sido increíble, logré derribar a un dragón de tierra de nivel 150 sin recibir ningún
daño. Miré a Lunaère, quien me miró impasible. Había esperado… una reacción más alegre.
—¡¡Lo hice, Sensei!! Misión cumplida.
—Ah… por supuesto, felicidades.
Era como si no se hubiera dado cuenta de que la pelea había terminado hasta ese
mismo momento.
Empezamos a caminar de vuelta a la yurta. Quería preguntarle sobre lo que haríamos
después: nuestro viaje a la superficie y mi salida de Cocytus. No puede encontrar las
palabras, así que en su lugar utilicé “Análisis de Estado” para ver mis estadísticas.

Nombre: Kanata Kanbara


Raza: Nivel: Humano 136
HP: MP: Speed: 547/547 274/585 1
Magia: Defensa: Ataque: 163 +400 109 +100 190 +300
Habilidades: [Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)] [Magia de Fuego
(Lv:8/10)] [Magia de agua (Lv:4/10)] [Magia de Tierra (Lv:4/10)] [Magia de
viento (Lv:5/10)] [Maestría con la Espada (Lv: 2/10)] [Alquimia (Lv:2/10)]
[Magia de Luz (Lv:2/10)] [Magia de Hielo (Lv:2/10)] [Magia Blanca (Lv:2/10)]
[Nigromancia (Lv:1/10)] [Barrera Mágica (Lv:1/10)] [Magia Espacio-Temporal
(Lv:2/10)]

[¡¡Woow!! Matar en solitario a un Tirano de Tierra de nivel 150 me ha dado una gran
subida de nivel]
Todo el estudio y la práctica que hice habían dado sus frutos, además de mi nivel
básico, el número y los niveles de mis habilidades también habían aumentado
considerablemente. El nivel más alto de magia que había alcanzado era mi magia de fuego
de nivel 8. En general, sólo podía utilizar hechizos hasta el nivel de magia que había
alcanzado. Es decir, podía lanzar con confianza hechizos de fuego de nivel 8 y conseguir el
resultado deseado. Podía incluso lanzar un hechizo de nivel 9, pero no había garantía de que
fuera a ser estable. Además, me llevaría más tiempo lanzar el hechizo y no tendría la
potencia suficiente porque no podría canalizar la cantidad adecuada de magia a través del
círculo.
Aunque me estaba acercando al límite de nivel en Magia de Fuego, eso no significaba
que mi habilidad se acercara a la de Lunaère. Después del nivel 10, había nuevas
habilidades separadas en diferentes ramas para la magia avanzada. Esos campos de magia
avanzada iban realmente al límite, ahondando en secretos que sólo conocían los magos
superiores que habían dedicado toda su vida al estudio arcano. Parecían cosas
inalcanzables, incluso con la ayuda de Lunaère y la Investigación del Rey Hechicero.
Me pregunté si alguna vez aprendería la Magia Espacio-Temporal nivel 22: Retroceso, o
el hechizo de nivel 24 que Lunaère utilizó para salvarme del Predator. Parecían tan
poderosos en comparación con mis hechizos actuales. Hace sólo unos días, utilizó
[Retroceso] para curar un pequeño rasguño que había sufrido al luchar contra uno de sus
golems. Parecía un desperdicio utilizar uno de los secretos ocultos de la magia como una
tirita. Me reí al recordarlo, pero al mismo tiempo me entristeció. Me hizo recordar que mi
tiempo con Lunaère estaba llegando a su fin.
—Sensei… ¿cuándo debo dejar Cocytus?
Pregunté con una mirada fugaz en su dirección. Esperaba que no fuera hoy, pero no
sabía que tenía pensando Lunaère, ¿mañana, tal vez? No, esperaba que al día siguiente. Sin
embargo, no podía adivinar como me respondería, pero… no lo hizo, parecía no haberme
escuchado en absoluto.
—¿Sensei Lunaère?
La llamé por su nombre y se dio la vuelta, sobresaltada por sus pensamientos.
—Estaba… pensando algo, ¿de qué estábamos hablando?
Ella mencionó.
—Me preguntaba cuándo debería de irme, ahora que he llegado al nivel objetivo —
Bueno, eso es… mmm.
Tartamudeó, y luego se quedó pensativa una vez más.
—¿Sensei?
Presioné, desesperado por conocer mi destino. Lunaère dio un pequeño salto de
sorpresa y sus ojos bicolores se movieron de un lado a otro, angustiados. Finalmente, se
decidió por una respuesta.
—Ummm… creo que tu nivel no es lo suficientemente alto todavía…
—¿¡De verdad!?
¡Esa respuesta fue totalmente inesperada!
—¿No dijiste que el nivel 100 sería lo suficientemente seguro?
Ahora que lo pienso, ayer había alcanzado el nivel 100, pero entonces Lunaère dijo que
me faltaban habilidades prácticas de lucha, así que organizó el examen final para hoy. Tal
vez no había enfrentado al Dragón de Tierra tan bien como debería.
—Sensei, siento que me he vuelto fuerte…
—¡No! Es decir… ¡es extremadamente peligroso fuera del calabozo!
El rostro de Lunaère se estaba poniendo roja, y gesticuló salvajemente.
—¿¡Es más peligroso que dentro de Cocytus!?
Eso sonaba ridículo. Se suponía que este era el calabozo más peligroso de Locklore.
—B-Bueno, Cocytus es más peligroso en promedio, pero… afuera hay gente malvada y
horriblemente poderosa y podrían notar tu presencia. No,
definitivamente se fijarán en ti porque eres de un mundo diferente.
—¿Realmente lo crees…?
Obviamente había subestimado el peligro en la superficie.
—Aunque no sean tan poderosos como aquí, los monstruos de nivel 1000 y superior
siguen estando en todas partes… ¿no es cierto? No durarías mucho, y no puedo garantizar
tu seguridad. Es mejor que te quedes aquí y sigas entrenando.
Ella tenía un punto, no sabía nada del mundo exterior después de todo. Había asumido
que sería seguro y fácil. Naiarotep había dicho que los monstruos del calabozo eran
peligrosos, pero nunca dijeron nada sobre los monstruos de la superficie. Mi única
experiencia en este mundo fue ser arrojado a Cocytus.
Lunaère me miró fijamente al rostro antes de sujetar la manga de mi abrigo.
—Pensé que no me preocuparía por ti después de que te hubieras ido, peor no soy una
completa desalmada. Puedo cuidar de ti un poco más.
Entramos en la cabaña y Noble se deslizó por el suelo hacia mí.
—Oye, chico, ¿cómo te fue?
—Me he enfrentado a un Dragón de Tierra de nivel 150 por mi cuenta.
—¡No está mal! Y más rápido de lo que esperaba.
Noble rebotó mientras me felicitaba antes de desplomarse de repente.
—Sin embargo, me voy a sentir muy solo sin ti.
—¿¡Qué!?
—Ella dijo que estaré en peligro fuera del calabozo… algo sobre personas que
intentaran matarme porque soy de otro mundo.
—Si puedes manejar un Tirano de Tierra, no deberías encontrarte con nadie en la
superficie que no puedas…
Cofre-san miró a Lunaère y cerró rápidamente la boca. Yo también miré en su
dirección, estableciendo contacto visual antes de que ella apartara rápidamente la mirada.
Volví a mirar a Noble.
—¿Qué estabas diciendo?
—Nada… nada, sólo agitando mi tapa…
[Algo se siente mal aquí]
Después de una ligera lección de teoría mágica, Lunaère me dio el resto del día libre.
También me dejó usar algunos ingredientes raros para hacer una cena más grande de
lo habitual, era para una celebración de que había alcanzado un nivel básico para
encaminarme a la superficie.
Al día siguiente, había que volver a la rutina. Espada en mano, seguí a Lunaère fuera
de la cabaña.
—¿Con cuántos golems de nivel 100 lucharé hoy?
Al subir de nivel, la eficiencia era la clave para seguir avanzando. Luchar contra
monstruos de nivel superior al mío era lo ideal, pero los tiranos de la arena eran enormes.
Debido al tamaño de las salas del calabozo, sólo era práctico invocar uno a la vez. Las
Pupas de Tierra podían estar limitadas al nivel 100, pero Lunaère podía convocar a toda una
horada de ellas a la vez.
—Creo que deberíamos dejar de lado los golems por el momento. Ahora que tu nivel es
suficiente, tengo un… método mejor.
Por alguna razón, parecía que Lunaère estaba dudando. ¿Ahora íbamos a cazar
monstruos en el calabozo?
—Umm… ¿los monstruos de este piso no son todavía demasiado poderosos para mí?
Incluso con tu ayuda, no estoy seguro de poder contribuir lo suficiente con el daño…
Un golpe o el más mínimo roce de esos monstruos podría matarme directamente.
Bueno, con el Anillo de Ouroboros no moriría, pero seguiría siendo doloroso.
—Bolsillo Dimensional.
Lunaère abrió un círculo mágico y sacó un espejo redondo. Su superficie estaba
cubierta con una tela que había sido bordada con símbolos mágicos.
—¿Qué es eso?
—Ooh… abre las Memorias de Acacia y comprueba.
Entendí la indirecta y miré en las Memorias de Acacia.
[Espejo Maldito del Reino Deformado]
[Clase de valor: Divino]
[Un antiguo espejo creado por el alquimista de un antiguo rey para convocar a
un demonio omnisciente. El ritual fracasó y el espejo se conectó a un espacio
entre dimensiones, permitiendo que otros poderosos demonios pudiera cruzar y
destruyeran el reino]
[Esto suena… peligroso, ¿cómo ha conseguido eso?]
Recordé que Cocytus era casi como un vertedero de materiales, armas y artículos
peligrosos. Sospeché que, en lugar de destruir los objetos problemáticos, los Dioses se
limitaban a simplemente arrojarlos aquí.
—Esto parece un artículo que debe ser manejado con mucho cuidado.
—No dejaremos salir a los demonios.
Lunaère respondió. Suspiré aliviado y luego continuó…
—Iremos al espejo y los cazaremos allí. Debería ser fácil. Los demonios de alto nivel
vendrán a por nosotros.
—Eh… ¿segura de que es una buena idea? ¿Qué nivel tienen esos demonios?
—Has vencido a un Tirano de Tierra tú solo. Lo harás bien, puede que sea difícil o algo
peligroso, pero el Espejo Maldito es la mejor manera de subir tu nivel con gran velocidad.
Lunaère colocó el espejo en el suelo.
—Vamos, vamos a ahora.
Me armé de valor antes de responderle…
—¡Sí, Sensei!
La expresión de Lunaère se volvió incómoda y apartó la mirada.
[¿De qué se trataba?]
Algo estaba sucediendo aquí, pero confiaba en ella. Me puse al lado de Lunaère. Ella
quitó la tela que cubría el espejo y se volteó hacia mí, con una mirada ligeramente insegura
por un momento. Luego alargó la mano para turar de mi abrigo. Tiró de mí hacia delante,
desapareciendo en el espejo, y me arrastró detrás de ella.
—¡Aaaah…! ¡Uugnf!
Por un momento la gravedad dejó de funcionar, y entonces impacté contra el suelo.
Conseguí aterrizar suavemente sobre mis rodillas antes de levantarme para mirar a mi
alrededor. Este lugar era… inquietante. Procedente de todas partes y de ninguna a la vez,
una luz incandescente iluminaba el cielo y el suelo. Detrás de mí había una gran distorsión
negra. Adiviné que debía ser nuestro portal de regreso a casa. Lunaère vino para ponerse a
mi lado.
—Sensei, ¿dónde están los demonios?
Le pregunte, pero en lugar de responder, levantó los ojos hacia el cielo.
Por encima había algunas nubes de niebla con bocas abiertas, estatuas talladas con
tentáculos y vacas sin cuello y de tres ojos, todas ellas volando a pesar de no tener alas.
Puede que Cocytus fuera peligroso, pero esto sí que era el infierno. Vi un ángel con sangre
fluyendo sin cesar de su rostro y un gigante cubierto de ojos. Hordas de criaturas malvadas
nos rodeaban.
[¿¡Estás bromeando!? Tal vez sean todos de nivel 80 o algo así…]

Nombre: &%#$#%%$
Lv: HP: MP: 3142 15082/15082 17595/17595

[¡No puede ser! ¡Estas cosas son más poderosas que los monstruos de Cocytus!]
Claro que podía enfrentarme en solitario a un Dragón de Tierra de nivel 150, pero ¿Qué
demonios estaba esperando Lunaère que hiciera contra estos monstruos? Un momento
después, los demonios comenzaron a correr hacia nosotros. Esto era una broma, ¿verdad?
Eran demasiados. Lunaère podía ser una poderosa lich, pero incluso ella debía tener sus
límites.
—¡Sensei! ¡Corre!
Lunaère levantó los brazos, invocando un círculo mágico de cinco metros de ancho.
—Barrera Mágica de nivel 21: Santuario de Amor.
Un muro rosa se elevó desde los bordes del círculo, rodeándonos y protegiéndonos de
los demonios. Suspiré de alivio, pero las formas grotescas seguían aferrándose y arañando
los bordes de la barrera.
—El Santuario de Amor impide que cualquier cosa entre desde el exterior, pero es
posible que salgan personas y objetos.
Lunaère dijo mientras abría su Bolsillo Dimensional, metiendo la mano para sacar una
espada.
—En otras palabras, puedes hacerlo.
Lanzó hábilmente su espada contra la jauría de monstruos. La hoja atravesó la barrera
y junto a esta a uno de los monstruos y lo hizo pedazos. La carne del demonio pareció
fundirse en la luz circundante.
¡Así que ese era su plan! De este modo, incluso yo podría subir de nivel sin peligro.
Entonces se me ocurrió que Lunaère acababa de matar a un demonio de nivel 3000
con un solo golpe. Ni siquiera parecía que hubiera puesto tanta fuerza en su
lanzamiento. ¿Cuál era su nivel? Nunca había usado mi habilidad con ella, pero ahora me
daba miedo intentarlo.
—Comienza a disparar magia de ataque, si puedes hacer, aunque sea un poco de daño
a una criatura, acabaré con ella.
—¡Sí, Sensei!
Una bola amarilla y esponjosa, el demonio de aspecto más débil de la horda, la cual se
mantenía alejada de las primeras líneas. Había aprendido un único hechizo de nivel 9 para
utilizarlo precisamente en esta situación. Llevaba tiempo prepararlo y no era muy preciso,
pero estaba a salvo de los ataques, y era el hechizo más poderoso que conocía. Comencé a
formar los dos círculos mágicos necesarios para lanzarlo.
—Magia de Fuego nivel 9: ¡¡Rayo de Dragón!!
Un rayo rojo atravesó los centros de los círculos mágicos alineados. Peor en lugar de
impactar con el objetivo, la bola de pelusa amarilla se transformó en una especie de dona y
mi disparo lo atravesó limpiamente.
[¿¡Cómo demonios ha fallado eso!?]
—Sigue disparando.
Lunaère me instruyó con calma, pero yo tenía mis dudas. ¿Podría golpear algo? Y lo
que era más importante, ¿podría causar algún daño si le diera a algo? Me asomé y vi que el
demonio amarillo tenía ahora un rostro humano lleno de rabia. Se dividió en cinco copias de
sí mismo, cada una de las cuales se hizo más grande y le salieron múltiples brazos
musculosos. Lo había subestimado; aquí no había monstruos débiles. Ahora, cinco bolas
amarillas se unieron a los otros demonios y comenzaron a golpear la barrera, la cual se
sacudía y brillaba con cada golpe.
—¿Segura de que estamos a salvo?
—Estamos a salvo, tienes el Anillo de Ouroboros y me tienes a mí.
Sólo tendría que creer en Lunaère. Probablemente no podría golpear con magia, así que
era el momento de actuar como un guerrero. Los demonios estaban presionados contra la
barrera, lo que me dio una idea. Mi mano bajó para sujetar a mi espada.
Sentado frente a la barrera, con la lengua fuera, había una bestia con cuerpo de perro y
cabeza de hombre. Curiosamente, también llevaba una corona. Me abalancé sobre la
grotesca criatura y golpeé con mi espada el borde de la barrera. Tal vez se trataba de un
suicidio, pero o te vas a lo grande o te vas a casa, si era mi momento de morir, por lo
menos lo daría todo. Mi espada se dirigió directamente a la cabeza del monstruo, pero en el
último momento, el demonio abrió la boca y se abalanzó sobre mi espada.
—¡Suéltalo maldito perro!
Grité mientras trataba de tirar de mi espada hacia atrás a través de la barrera. No
podía perder esta espada; era lo único que elevaba mis estadísticas a un nivel en el que
tenía alguna posibilidad. Y lo que es más importante, se la estaba tomando prestada a
Lunaère.
—¡Suéltala ahora mismo!
Lunaère gritó mientras el monstruo canino [¿el Rey Perro?] se retorcía el cuello,
levantándome y arrastrándome a través de la barrera, antes de estrellarme contra el suelo.
Gemí por el dolor.
Me arrastró hacia la monstruosa horda, y mi cuerpo se vio sacudido por un intenso
dolor. Agarrando desesperadamente la espada, mis dedos se dislocaron y se rompieron por
la gran fuerza del ataque del demonio. Levanté la vista y vi la cara del Rey Perro
inmediatamente delante de la mía, y sólo entonces me di cuenta de que estaba fuera del
Santuario del Amor. No es de extrañar que Lunaère haya arrojado su espada en lugar de
blandirla… realmente no había retorno una vez que algo salía de la barrera protectora.
—¡¡Woof, woof, woof!!
[Ah, así es como voy a morir]
Sentí un dolor punzante cuando mi cuerpo se partió por la mitad y perdí la sensibilidad
desde el abdomen hacia abajo. Después de eso, me desmayé.
Entonces, de repente, recuperé la conciencia. Estaba desplomado en el suelo, pero de
vuelta en una sola pieza. El Anillo de Ouroboros había hecho su trabaja y forzado una
resurrección al consumir parte de mi MP.
Regresar de estar al borde la muerte no era una sensación para nada agradable, pero
era mejor que haber muerto definitivamente. Me sentí mareado y aturdido. Aunque no tenía
prisa por volver a experimentar ese tipo de dolor, las musculosas bolas de pelusa amarilla
tenían otros planes. Levanté la vista y me encontré con tres de ellos rodeándome. Las
sonrisas de satisfacción habían sustituido a sus anteriores expresiones de enfado. Algo me
decía que no eran el comité de bienvenida.
Los puños se movían más rápido de lo que mis ojos podían seguirlos mientras me
golpeaban con sus brazos fornidos y peludos. Se movían tan rápido que sólo podía distinguir
las imágenes residuales de sus movimientos. Volví a perder el conocimiento.
En lugar de resucitar en medio de un páramo demoniaco, me desperté en el suelo de la
cabaña, ¿acaso había sido un sueño? Giré la cabeza y vi a Lunaère mirándome a la cara.
Nuestros ojos se encontraron y ella dejó escapar un pequeño suspiro de alivio.
—El Espejo Maldito es la única forma de subir rápidamente tu nivel hasta un punto
satisfactorio, pero parece que no será nada fácil de lograr.
Con lo que dijo, se confirmó que no había sido un sueño… aunque hubiera sido una
pesadilla…
—Dejémoslo hasta aquí y descansemos por el día de hoy. Debe haber sido duro para ti.
—No, vamos a intentarlo de nuevo. Esta vez estaré bien.
Le respondía, peor para ser sincero, no quería volver a experimentar ese infierno, sin
embargo, hoy no había conseguido nada. Miré a Lunaère y ella giró la cara.
—No tienes que forzarte. Puede que te haya sido demasiado pronto, así que todavía
podemos entrenarte lentamente con los golems.
Podría derrotar a miles de golems y aun así no tendría ninguna oportunidad contra esos
demonios. No podía quedarme aquí con Lunaère para siempre. Tarde o temprano, tendría
que salir del calabozo, y tenía que estar preparado para eso.
—La última vez, me entró el pánico y tomé algunas decisiones tontas, pero esta vez
pensaré con calma las cosas.
—¿De verdad…?
Lunaère parecía decepcionada por una razón que no podía entender. Noble se quedó
mirándome como si quisiera decir algo, pero no encontró las palabras. Durante los tres días
siguientes, seguimos superando niveles en el Espejo Maldito. No voy a mentirles, todavía
era difícil, especialmente el resto del primer día, pensé que moriría en múltiples ocasiones.
Pero Lunaère me apoyó y conseguí llegar al nivel 332 al final del tercer día. No fue
agradable, pero me acostumbré. Tenía menos miedo de las bestias retorcidas, e incluso
aprendí a tolerar el dolor de los ataques casi mortales.
—¡¡Rayo de Dragón!! ¡¡Rayo de Dragón!!
Utilicé mi magia de fuego más fuerte. El rayo atravesó la barrera y le di un golpe
directo a un hombre de seis cabezas y cuello largo, el cual había estado abrazando la
barrera tontamente. Estaba mejorando en la elección de mis objetivos y en la
sincronización.
El monstruo de seis cabezas se encogió de hombros ante el dolor de mi hechizo, sin
cambiar su expresión. Pero incluso esa pequeña cantidad de daño fue suficiente.
Había contribuido al combate, y así obtendría algo de experiencia. Sin perder el tiempo,
Lunaère señaló a la criatura de seis cabezas.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: Explosión Gravitacional.
La luz negra llenó el área alrededor de la bestia. Intentó huir, pero la atracción
gravitatoria del hechizo le impidió escapar. Otros demonios de la zona inmediata también
fueron absorbidos por la brillante oscuridad del hechizo. La luz se extendió y luego se
desplomó sobre sí misma antes de emitir una estruendosa explosión. Sacudí la cabeza; no
importaba cuántas veces escuchara ese sonido, nunca me
acostumbraría a él. Los demonios absorbidos por la [Explosión Gravitacional]
estallaron en una lluvia de miembros, que luego se desvanecieron en una niebla
iridiscente. Algunos que recibieron un golpe a quema ropa del hechizo simplemente se
desplomaron en el suelo, sin la mitad de sus cuerpos o extremidades. Era un hechizo
increíblemente poderoso.
Lunaère aprovechó el momento de calma para lanzarme un frasco, diciendo…
—Seguramente te estás quedando sin magia, bébete esto.
Dentro del frasco había un extraño liquido verde. Me había estado suministrando esto
desde nuestro primer día de entrenamiento dentro del Espejo Maldito. Como teníamos un
momento, usé las Memorias de Acacia.
[Éter de la Sangre de los Dioses]
[Clase de valor: Legendario]
[Un poderoso elixir con el ingrediente activo de: “materia cerebral
concentrada de demonios de alto nivel”. Se dice que tiene una composición similar a la
atmósfera del reino de los dioses, y se rumorea que un archimago descubrió una vez las
verdades ocultad de este mundo tras beberlo. Aquel que beba de este elixir tendrá una
recibirá una mayor eficacia en sus hechizos y recuperara su MP a gran velocidad]
No estaba seguro de si era bueno que bebiera pociones legendarias como si fueran
agua, pero saqué el corcho y me la bebí de un solo trago. En nuestro primer día en el
Espejo Maldito, tuve una sobredosis accidental de estas cosas y acabé con algunos efectos
secundarios de envenenamiento, tales que ni siquiera Lunaère había esperado. Sin
embargo, no era nada que uno de sus hechizos no pudiera curar.
El uso repetido de la poción también mejoró mi valor. Al principio tenía miedo de beber
el Éter de la Sangre de los Dioses, y lo tomaba sólo porque no tenía otra opción.
Últimamente, el zumbido me resultaba agradable2.
—¡¡Rayo de Dragón!! ¡¡Rayo de Dragón!!
Desencadené otra andanada de tayos hacia los demonios.
—No podré mantener el Santuario del Amor por mucho más tiempo. Tendré que
disiparlo por un momento mientras me recupero, no te alejes de mí.
—¡Sí, Sensei!
Regenerar el Santuario del Amor siempre fue arriesgado. Si fuera el primer día, me
habría petrificado del miedo al tener la idea de perder la barrera. A estas alturas, era un
ejercicio bien practicado. Una vez que estuviera de nuevo en pie, el hechizo impediría la
entrada de nuevos demonios, pero teníamos que encargarnos de cualquier monstruos que
pudiera entrar en el circulo antes de que Lunaère terminara de conjurar la magia.
Un momento después, la barrera de luz se apagó y los demonios se abalanzaron hacia
nosotros en una oleada.
—¡Woaf, Woaf!
Se escuchó un ladrido familiar. A la cabeza de la manada había un hombre-perro con
una corona.
2
Se refiere al sonido que se crea al sacar el corcho del frasco.
[¡Ahí está ese maldito perro!]
El Rey Perro ya me había matado casi unas diez veces. Era extrañamente resistente e
inteligente, habiendo escapado hasta ahora incluso de la magia de Lunaère. Ella lo había
cortado por la mitad con una espada de Mithril lanzada el primer día, pero a la mañana
siguiente, el perro había regresado como si nada hubiera pasado.
—He terminado de lanzar el Santuario del Amor.
Lunaère mencionó mientras se movía frente a mí y le cortaba la cabeza al perro con un
solo golpe de karate. A continuación, apartó de una patada a un monstruo floral de cientos
de patas en forma de raíces que se acercaban a mí por detrás. Cuando vi que la barrera
volvía a levantarse, un dolor punzante en mi costado hizo que mi visión se desvaneciera.
Miré hacia abajo y vi la cabeza del Rey Perro royendo alegremente un trozo de mi carne. Caí
al suelo y me metí la mano en el agujero que se había formado donde antes estaban mis
costillas.
[¡Ese maldito perro me atrapó de nuevo!]
A través de mi visión borrosa, vi como Lunaère lanzaba la cabeza del Rey Perro a la
distancia mientras los otros demonios se acercaban. Entonces, el Anillo de Ouroboros se
puso en marcha con una resurrección, pero unos segundo después fui decapitado por un
demonio que venía de otra dirección. Cuando me desperté, estaba nuevamente acostado en
el suelo de la cabaña de Lunaère con una manta cubriéndome. Mi mente estaba llena de
niebla post-resurrección.
[Parece que tuvimos que dejar el entrenamiento antes de tiempo otra vez.
Bueno, al menos hemos subido un poco más mi nivel]
— Lunaère, ¿no deberías decirle a Kanata la razón por la que sigues alargando su
entrenamiento?
Escuché a Noble murmurar en voz baja.
—No sé de qué estás hablando.
No estaba del todo consciente y las palabras no fueron registradas del todo, pero pude
escuchar a Noble y a Lunaère hablar en voz baja.
—Estás tratando e ignorar al enorme dragón en la habitación 3, Lady. Deberías decirle
que deseas que estén juntos porque lo quieres…
—¡Explosión Gravitacional!
Lunaère apuntó rápida y casualmente a Noble. Un círculo mágico aparecido a su
alrededor, y estiró su cuerpo hacia arriba.
—¡¡Era una broma, de verdad!! ¡¡Vamos, solo déjame!!
Lunaère dejó escapar un pequeño suspiro y deshizo la magia. Noble se recompuso,
volviendo a su forma normal.
—Sé que disfrutas de su compañía, Noble, pero es joven. Sería cruel mantener a un
humano vivo, que respira, enjaulado aquí abajo. No podemos hacerlo.
—Buen punto…
Noble se encovó con tristeza y luego se enderezó antes de insistir en su argumento.
—Pero… me parece que necesitas seguir tu propio consejo.
—¡Eso no es cierto!
3
No es literal, lo hace a modo de metáfora para referirse a algo que es tan evidente o fácil de percibir.
Lunaère le contestó, perdiendo la compostura y gesticulando salvajemente hacia Noble.
—¡Sólo hago lo que debo hacer!! Si dejara Cocytus en su estado actual, ¡simplemente
acabaría siendo asesinado!
—Lo siento… parece que me he vuelto a desmayar.
Le dije a Lunaère mientras me incorporaba y me sobaba la cabeza. Ella tembló por la
sorpresa y se volteó para mirarme.
—Te has despertado, no hay necesidad de disculparse; fue mi error por haber
subestimado la durabilidad de la cabeza de ese demonio. Suficiente leveo 4 por el día de hoy,
vamos a descansar.
—Puedo volver a ir, estoy comenzando a acostumbrarme.
—Las prisas te llevarán al fracaso, incluso con el Anillo de Ouroboros. Morirás si tu
poder mágico se agota por completo. Deberíamos de descansar.
Últimamente, parecía que Lunaère se apresuraba a terminar el entrenamiento diario,
¿realmente me estaba apresurando tanto? Noble había estado de cara a Lunaère, mirándola
fijamente, pero de repente se giró para mirarme a mí.
—Oye, Kanata…
Me giré hacia él para escuchar, pero Lunaère se echó encima de él y lo presionó para
que no pudiera abrir su boca… bueno su tapa. Noble luchó y se agitó en vano.
[¿Qué quería decirme?]

4
Subir de nivel rápidamente.
Cuatro días después, seguíamos luchando contra demonios en el Espejo Maldito.
Había superado ya el hito del nivel 1000 esa misma mañana, y ahora mi nivel era un
irreal 1058, y aún seguíamos luchando, obviamente lo hacíamos desde la seguridad del
Santuario del Amor, pero había una diferencia significativa entre ahora y hace una semana…
estaba usando magia avanzada.
—Magia de Fuego nivel 14: ¡Esfera del Infierno!
Creé el círculo mágico y levanté mi espada para convocar una enorme esfera de llamas
de color rojo intenso. A diferencia del [Rayo del Dragón], la [Esfera del Infierno]
era un hechizo de área de efecto que causaba una destrucción increíble, tanto que
nunca debía lanzarse por descuido. Podía alterar el paisaje y, si no tenía cuidado, me
encontraría dentro del radio de la explosión. Pero como estábamos luchando contra
demonios en el Reino del Espejo Maldito, nadie se iba a quejar si destruía lo que quisiera.
La bola de fuego de diez metros atravesó la barrera del Santuario del Amor e impacto
contra una manada de monstruos. En el momento en que tocó el suelo, se hizo aún más
grande. Las llamas de color rojo oscuro se hincharon hasta llenar un área enorme fuera de
la barrera, envolviendo a los demonios en fuego.
Por fin estaba causando un daño serio, aunque siguiera siendo de un nivel inferior al de
los demonios del otro lado.
Después de que estallara la [Esfera del Infierno], busqué un demonio que hubiera
estado en el centro de la explosión. Encontré uno que parecía vagamente humano, aparte
de sus tres ojos, dos narices y cuatro bocas. También parecía ligeramente chamuscado y
ennegrecido, así que utilicé [Análisis de Estado] para ver cómo me iba...

Nombre: $)Uj~L%
Lv: HP: MP: 3012 14478/15361 15578/15662

[¡Bien! Casi mil puntos de daño]


Muchos demonios tenían fuertes habilidades de recuperación, por lo que me sería casi
imposible vencer a uno en una pelea justa. Aun así, [Esfera del Infierno] era la forma
perfecta de contribuir al combate y conseguir experiencia.
Después de que mi nivel pasara de 500, la Espada Mágica del Tonto empezó a sentir un
poco ligera en mi mano. Era el momento de cambiarla por algo más potente. Ahora utilizaba
una espada larga más pesada con una hoja negra.

Nombre: Espada de la Desesperación


Clase de valor: Legendaria
Ataque: Aumento de: +1000
Magia: Aumento de: +1100
Información sobre el arma:
Una espada forjada para el Rey Demonio de la Desesperación. Quinientos años
después, reunió a los mejores herreros humanos y declaró que mataría a
cualquiera que no produjera una espada digna. Al final, se le presentó la Espada
de la Desesperación y se puso tan nervioso que mató accidentalmente a su
artesano con un golpe descuidado. La espada en sí era de una construcción
simple, pero escondía una poderosa magia.
Tras la derrota del Rey Demonio de la Desesperación, la espada cayó en las
manos humanas. Desgraciadamente, sus propietarios suelen morir poco después
de obtenerla, lo que hace que se rumoree que está maldita.

La historia era siniestra. Le pregunte a Lunaère sobre la maldición, pero ella respondió:
“Era bastante más débil que yo, estarás bien”. Esa respuesta no era del todo
tranquilizadora, pero supuse que este era otro caso en el que tendría que confiar en ella.
Maldita o no, la espada estaba bien adaptada a mi nivel actual. Se sentía un poco
pesada, pero eso no era un problema. Toda nuestra estrategia de batalla consistía en
situarnos dentro de una barrera y disparar mafia. De vuelta a la lucha…
Tomé una poción que me lanzó Lunaère, me la bebí de un solo tragó y tiré el frasco
vacío a un lado. Era otro Éter de la Sangre de los Dioses. Hoy ya había bebido casi treinta
elixires… después de todo [Esfera del Infierno] no era la magia más ahorrativa de MP. Me
froté el estómago ligeramente hinchado y preparé otro círculo mágico.
—¡Esfera del Infierno!
El fuego infernal volvió a engullir a los demonios fuera de la barrera. Lunaère siguió
lanzando la [Explosión Gravitacional], que eliminó a los demonios restantes y las llamas de
mi ataque al mismo tiempo.
Tras una dura jornada de leveo, regresamos a la cabaña. Aunque el entrenamiento era
agotador, la experiencia había mejorado mucho a lo largo de la semana. El anillo de
Ouroboros sólo me había resucitado una vez durante esta sesión.
—¿estás bien? Llevamos diez horas.
Lunaère me preguntó.
—Lo siento, Sensei. No me di cuenta de que era un problema.
—No, no es ninguna molestia. Sólo pensé que debía ser mentalmente agotador para ti…
—Me he acostumbrado al cansancio de trabajar constantemente. Incluso el dolor de ser
mutilado por los demonios no parece tan malo ahora, y el zumbido del Éter ayuda.
—Es así…
Parecía algo sorprendida. Para ser justos, yo tampoco pensé que llegaría tan lejos en
dos semanas.
—Esa forma de pensar es un poco más como… un “no muerto” de lo que se esperaría
de un humano vivo. Por favor, ten cuidado, puede ser difícil para ti adaptarte a la vida fuera
del calabozo si te relajadas demasiado aquí.
Me arriesgué a mirar de reojo a Lunaère. Tenía los ojos un poco más abiertos de lo
habitual y la comisura de la boca se le torció.
—Sensei, estás contenta, ¿no?
Le pregunté.
—¡Claro que no! Estoy enfadada.
Resopló mientras me respondía.
—¡Ah…! Lo siento.
[Qué reacción tan desconcertante…]
Cuando pensó que no estaba mirando, se dio una palmada en el rostro como si
intentara ajustar manualmente su expresión.

Sexta Parte

Me encontré intentando crear dos círculos mágicos a la vez, y pensé en las palabras de
Lunaère de unos días antes: “No puedes… es decir, no deberías irte hasta que hayas
dominado esto”
Ella me había animado a practicar una técnica llamada [Mentes Gemelas], pero después
de consultar un montón de textos mágicos que detallaban el método, seguía sin tener
mucha suerte al intentar hacerlo.
La esencia de la técnica era que un lanzador podía dividir mentalmente las dos mitades
de sus cerebro y crear [Mentes Gemelas]. Hipotéticamente, eso me permitiría lanzar dos
hechizos completamente diferentes al mismo tiempo. Aparte del beneficio obvio, los textos
indicaban que también aumentaría mi velocidad y precisión de lanzamiento.
La Investigación del Rey Hechicero y el Éter de la Sangre de los Dioses ayudaban, pero
esta era una teoría mágica muy avanzada. Lunaère sostenía que cualquier mago realmente
competente podía realizar dos hechizos diferentes al mismo tiempo, y en cualquier batalla
entre usuarios de magia se asumía que ambas partes lo harían.
Hasta que no aprendiera esta técnica, estaría en seria desventaja, lanzando lentamente
hechizos de uno en uno mientras el otro mago podeía desgastarme sin sudar. Pero parecía
que no tenía remedio. No importaba qué ayudas de estudio tuviera a mi disposición, el
Método de las [Mentes Gemelas] hacía que me doliera la cabeza, y empezaba a
desesperarme. Me preocupaba que el abuso al que estaba sometiendo a mi cerebro pudiera
estar alterando mi estructura mental. La depresión empezó a aparecer, y consideré que tal
vez el hecho de ser de un mundo diferente era una especie de desventaja mágica. Frustrado
y aburrido, comprobé mi estado.

Nombre: Kanata Kanbara


Raza: Nivel: Humano 1211
HP: MP: Speed: 5813/5813 1695/1695 1332 +500
Magia: Defensa: Ataque: 1453 +1100 969 +100 1695 +1100
Habilidades: [Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)] [Magia de Fuego
Avanzada (Lv:13/20)] [Magia de agua (Lv:9/10)] [Magia de Tierra Avanzada
(Lv:11/20)] [Magia de viento (Lv:10/10)] [Maestría con la Espada (Lv: 6/10)]
[Verdadera Alquimia (Lv:11/20)] [Magia de Luz (Lv:3/10)] [Magia de Hielo
(Lv:4/10)] [Magia Blanca (Lv:2/10)] [Nigromancia
(Lv:10/10)] [Barrera Mágica (Lv:7/10)] [Magia Espacio-Temporal
(Lv:10/10)] [Magia Espiritual (Lv:2/10)]
Al menos ya no era un novato con 3 de HP. Nunca soñé que después de estar en
Cocytus durante unas semanas, dominaría tantos campos de la magia. La mayor parte de
mi tiempo de estudio lo había dedicado a mejorar mi habilidad con la Magia de Fuego. La
[Esfera del Infierno] era lenta de lanzar, pero era muy útil para subir de nivel. También
pasé bastante tiempo dando prioridad a la Magia de Tierra, que podía ser un salvavidas en
una batalla complicada.
La Magia Espacio-Temporal era… complicada. Me costó mucho trabajo entenderla, pero
una vez que lo hice me resultó mucho más cómoda. [Bolsillo Dimensional] fue un cambio en
el tablero de juego; podía acceder rápidamente a cualquier cosa que quisiera, sin importar
dónde estuviera.
Lunaère insistió en enseñarme alquimia, ya que era una habilidad muy practica para
cualquiera que fuera la batalla. Siempre que tuviera los ingredientes adecuados, podría
hacer elixires esenciales para mantenerme vivo y seguir luchando. Incluso aprendía a
transmutar los metales.
—Kanata, me muero de hambre. Cocíname algo de tu gloriosa comida…
Noble dijo, saltando hacia el escritorio y rompiendo mí nube de pensamientos.
[¡Vaya! Que grosero, pero supongo que un cumplido de un glotón sigue siendo un
cumplido]
—De todos modos… eso es lo que está pensando.
La lengua de Noble tomó la forma de una flecha, apuntando a Lunaère. Ella, en silencio,
le devolvió el dedo, y un círculo mágico comenzó a formarse.
—últimamente tienes un carácter sensible.
—Eso no es… no te burles de mí.
Ella dijo, con el rostro teñido de rojo mientras me miraba. No estaba acostumbrada a
que se burlaran de ella con un invitado cerca. Independientemente de lo que sintiera por
comer, estaba seguro de que Noble tenía hambre. Había perdido la noción del tiempo
mientras estudiaba. Empecé a guardar mis libros antes de ir a la cocina, cuando un pasaje
me llamó la atención.
[El Método de [Mentes Gemelas] es una poderosa habilidad con aplicaciones
en una gran variedad de campos. Sin embargo, requiere un talento increíble,
grandes cantidades de tiempo y una gran agudeza mental para dominarlo. Un ser
humano no puede esperar de forma realista dominar este método]
[Desarrollado en la antigüedad por una raza de seres funcionalmente
inmortales, el método fue luego perfeccionado y simplificado por los dragones que
vivieron miles de años atrás. Se necesita un siglo de estudio para que un
estudiante aprenda la habilidad. A lo largo de la historia, el número de mortales
que han alcanzado a perfeccionar esta técnica se puede contar con una sola mano]
[¿Qué? Entonces, ¿cómo espera que aprenda esto? Algo está mal…]
—¡La cena no se cocina sola, jefe!
Noble dijo.
—Vale, vale.
Le respondí, poniéndome de pie mientras Noble me empujaba hacia la cocina. El propio
texto mágico parecía tener unos cuantos miles de años… ¿así que tal vez las cosas habían
cambiado? Reflexioné sobre ese pensamiento de camino a la cocina.
Cinco días después, tuve un gran avance. A mi derecha estaba la Magia de Fuego nivel
2: Fireball; y a mi izquierda la Magia de Agua de nivel 2: Gota de Agua.
—Bien, puedo seguir con esto…
Murmuré para mí mismo, logrando de alguna manera mantener los dos hechizos por
pura determinación. Sentí la mandíbula apretada por el estrés; esto era increíblemente
agotador.
—¡Oye! ¡Mira a este increíble archimago! No está mal, chico.
Noble dijo mientras se acercaba. No tenía la suficiente capacidad mental extra como
para responderle. Quería mantener el efecto de [Mentes Gemelas] durante el mayor tiempo
posible.
—¡Kanata, oye Kanata!
Noble seguía llamándome.
[Ignóralo. Sólo quiere llamar la atención, pero tengo que concentrarme]
—¡Oye, mira esto, un cordel de oveja con un nudo de clavo!
Estiró la lengua y la ató en un complicado nudo. Luego, con una gran rapidez la desató
y volvió a meter la lengua en su boca con chasquido peculiar. Perdía la concentración.
Tanto la magia de fuego como la de agua explotaron, quemando mi mano derecha y
empapando el lado izquierdo de mi cuerpo.
—Lo siento, campeón. Sólo quería molestarte un rato…
[¡Maldito cofre! Puede ser tan idiota…]
Bebí un elixir rápidamente y disipé el dolor de cabeza que me había dejado el Método
de las [Mentes Gemelas]. El éxito había estado muy cerca.
—¿Estás loco?
Noble preguntó.
—No, estoy enfadado, pero… a veces es frustrante.
Acaricié la cabeza de Noble.
—Ojalá Sensei hubiera estado aquí para verlo.
Lunaère había salido a buscar materiales para hacer elixires y comida.
—¡Ja! Eres un buen discípulo, chico… lo siguiente ahora… ¿qué sigue?
—Lo siguiente es decirle a Lunaère que ya casi lo tengo dominado.
—Eeh…
Dejé escapar un fuerte suspiro. Mi nivel era ya casi impensable, y estaba comenzando a
hacer verdaderos progresos. El día en que tendría que dejar Lunaère estaba cada vez más
cerca.
—Voy a dominar mejor el método… y luego subiré de nivel un poco más. Por fin estaré
en igualdad de condiciones con los usuarios de magia de la superficie.
—¿Eh?
Noble preguntó, claramente desconcertado.
—Es decir que, fortaleciéndome un poco, seré capaz de sobrevivir una vez que me
vaya, ¿cierto?
—Bueno… no sé mucho sobre el exterior, pero creo que lo harás bien.
Parecía que quería decir algo más, pero decidió callarse.
Volví a pensar en mis estudios. El Método [Mentes Gemelas] debería mejorar la
velocidad y la precisión de mis hechizos, lo que parecía casi más útil que la capacidad de
realizar un doble lanzamiento, después de todo un hechizo que acierte es mejor que dos
que no lo hagan. Sin duda, aceleraría la subida de nivel en el Espejo Maldito, y aceleraría mi
viaje para salir del calabozo.
—Noble-san, ¿nunca piensas en salir de aquí? ¿Ver el mundo exterior?
—No, ¿qué no puede gustarte de Cocytus? Puedo luchar contra todos los monstruos
que quiera, buscar comida, vagar sin rumbo por los pasillos húmedos. Disfruto de los
placeres simples de la vida.
Eso le hacía parecer más un perro que un cofre imitador.
—Eso, y que Lunaère está aquí. No encontrarás a una chica como ella fuera, eso es
seguro. No es hayas tenido mucha suerte con las mujeres antes de llegar aquí, ¿verdad?
Noble se rio, disfrutando de la oportunidad de ser innecesariamente cruel.
—Pero escucha, si crees que te sentirás solo, chico, no me importaría ser tu compañía
ahí afuera. Los demás humanos pueden irse a la mierda, ¿Pero, tú y yo, jefe? Tenemos una
conexión. Además, me gusta burlarme de ti…
Por su forma de hablar parecía que tenía más cosas que decir, así que esperé en
silencio a que continuara.
—Pero… me gusta aún más burlarme de Lunaère. Así que aquí me quedo. Lo siento
chico.
[Debe preocuparse mucho por ella. La conoce desde hace más tiempo que yo]
—¿Por qué no deja ella el calabozo?
Le pregunté, a estas alturas, estaba seguro de que se sentía sola antes de que yo
apareciera. Aunque ella seguía intentando negarlo, parecía sincera en su opinión de que yo
no debía quedarme en Cocytus por mucho tiempo.
Noble se quedó en completo silencio y por un momento me preocupe por que no me lo
contará. Quizás se trataba de un tema tabú.
—Eso estaba fuera de los límites. Olvida que te lo he pedido, ¿bien? Iré a buscar a la
Sensei y le contaré de cómo van mis estudios.
Le dije, levantándome del escritorio y recogiendo mi espada.
—Es su aura.
Noble finalmente dijo algo, justo antes de que empujara el picaporte de la puerta.
—¿Su aura?
—Sí, parte de ser una lich. Para devolverle la vida a su cuerpo, tuvo que apilar un
montón de hechizos prohibidos uno tras otro. El aura viene con ello.
[¿Usó magia prohibida para resucitar?]
—¿Eso es diferente de lo que hace el Anillo de Ouroboros?
—Totalmente, el Anillo de la Serpiente no devuelve a los muertos a la vida, sino que
sólo hace una especie de copia de una persona justo antes de morir.
Además, ella no tenía ese anillo entonces. De hecho, no tenía nada, ni objetos
increíbles, ni magia de nivel celestial ni nada parecido. Así que… hizo lo que tenía que hacer.
Cuando alguien muerte de verdad, su cuerpo se pudre y su sangre se convierte en veneno.
Con toda esa corrupción, no se puede volver a ser una persona viva.
—¿Y Lunaère es así?
—Sí, si abrazará a un humano… este se marchitaría con un dolor increíble. Los muertos
vivientes no sólo están muertos, sino que son la muerte misma.
Ahora que lo mencionaba, siempre dudaba en tocarme. En lugar de tomarme de la
mano para llevarme a algún sitio, me tiraba de la manga con cuidado. Pensé que le daba
vergüenza agarrarme de la mano. Bueno... eso también podría haber sido cierto, pero tal
vez ella estaba realmente tratando de evitar tocarme directamente.
—Por eso los humanos vivos le temen instintivamente. El aura de ella posee una
impureza tóxica para los humanos.
Recordé cuando conocía a Lunaère. Tenía más miedo de ella que de los monstruos que
casi me matan. Pero después de dedicarle mi vida y vivir en su casa, ese terror se
desvaneció.
—Habías mencionado que venías de otro mundo, ¿verdad?
Noble preguntó, pensando en voz alta.
—Tal vez porque no tienes conexión con Locklore, el aura no te afecta de la misma
manera que a los nativos. De todos modos, Lunaère está mucho más contenta con eso de lo
que admite.
Así que se había encerrado para evitar hacer daño a los demás. Tal vez por eso había
tenido tanta prisa por sacarme del calabozo. Traté de imaginar lo solitario que había sido su
tiempo aquí. ¿Era correcto que me fuera, ahora que sabía esto?
—Noble, por favor no comparta sus opiniones como si fueran hechos.
Lunaère estaba de pie en la cabaña, habiendo regresado en algún momento. Dio un
salto de sorpresa; él tampoco había notado su regreso.
—Hay varias formas en las que podría frenar la corrupción si lo deseara. No pretendas
saberlo todo sobre mí.
Noble trató de mezclarse con la decoración de la cabaña.
—Pero, entonces ¿por qué…?
Comencé a preguntar, pero las cejas de Lunaère se arrugaron con fastidio.
—Porque odio a los humanos, ¿Qué es lo que no hay que entender?
Contestó fríamente, así que no tuve una buena respuesta.

Séptima Parte

Volvimos a subir niveles dentro del Espejo Maldito. Casi había perdido la cuenta de las
veces que habíamos entrado en el Reino Demoníaco de la Guerra. Había pasado más de un
mes y medio desde que llegué a Cocytus.
Me apresuré a recorrer el mundo dentro del espejo, aumentando mi velocidad con
Magia de Viento nivel 3: Fluegel. El hechizo de bajo nivel seguía siendo útil para aumentar
mi movilidad cuando me aventurara fuera de la protección de la barrera de Lunaère. Detrás
de mí me perseguía una turba de criaturas deformes, la mayoría de las cuales no podían
seguir mi ritmo. Pero más adelante, un demonio se acercó a toda prisa, intentando
cortarme el paso. Era uno esos demonios verdaderamente extraños, una gran rueda
compuesta por cientos de pequeños rostros humanos. Aceleró, tirando hacia arriba para
rodar a mi lado. Luego soltó un cacareo enloquecido justo antes de que lanzara el volante al
aire y lo partiera en dos con un potente tajo horizontal. Las expresiones de los rostros
cambiaron por el shock, con los ojos en blanco mientras gritaban.
[Todavía está vivo… pero para cuando termine, el resto de la manada lo habrá
alcanzado. Lo dejaré por ahora]
Tranquilicé mi respiración y ajusté mi rumbo. A estas alturas, ya tenía un conocimiento
razonable del Método de las [Mentes Gemelas]. Podía hacer un doble lanzamiento con
facilidad y, dependiendo de los hechizos, incluso podía hacer un triple lanzamiento
ocasional. Utilicé [Fluegel] para girar en el aire y apunté con mi espada a la horda que me
perseguía. Algunos de ellos lanzaron ataques a distancia con tentáculos o destellos de luz.
—Magia de Fuego nivel 14: ¡Esfera del Infierno!
Mi fiel bola de diez metros de llamas carmesí salió disparada hacia los demonios.
—¡Atrás! ¡Estás dentro del área de daño!
Lunaère gritó desde el borde de la barrera. Lo tenía todo calculado. Disipando mi magia
de viento, comencé a crear un nuevo círculo mágico.
—Magia Espacio-Temporal nivel 4: Teletransportación Corta.
Como su nombre indica, es un hechizo de teletransporte de corto alcance. Tardaba más
en lanzarse que [Fleugel], pero me ponía al instante fuera del alcance del peligro.
Justo cuando la [Esfera del Infierno] aterrizó y las llamas escarlatas se expandieron
para envolver a los demonios, la luz del círculo mágico de [Teletransportación Corta]
me envolvió y me puso a salvo. Dadas mis estadísticas ampliamente mejoradas y las
mejoras de mi última espada mágica, había pocas posibilidades de supervivencia para
cualquiera de los demonios dentro del radio de la explosión. Junto con el Método de las
[Mentes Gemelas], la [Esfera del Infierno] y la [Teletransportación Corta] eran mi pan de
cada día para subir de nivel.
—¡Woof woof!
[¡¡Ese malnacido perro de nuevo!!]
El Rey Perro se precipitó hacia mí, cortando las llamas moribundas. Todavía no había
logrado derribarlo, pero eso iba a terminar aquí y ahora.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: ¡Explosión Gravitacional!
—¿Ruuff…?
La oscuridad brillante se expandió, atrapando al perro y a los demonios circundantes;
los arrastró hacia el pozo de gravedad del hechizo, hacia el horizonte de muertes.
Cuando bajé la espada, el hechizo comenzó a derrumbarse, seguido por el profundo
trueno de su explosión final y una lluvia de partes de demonios.
—Es la primera vez que usas ese hechizo en combate.
Lunaère mencionó. Me había enterado de que ese era su hechizo de combate favorito,
así que había estado esperando un buen momento para mostrarlo. Técnicamente, no era lo
suficientemente poderoso como para mantenerlo estable, no dudaba de que ella podía
lanzar una versión mucho más fuerte del hechizo, pero seguía siendo el ataque más
poderoso de mi repertorio.
Durante las dos últimas semanas, ella había asumido un papel más bien de apoyo
mientras que yo me dedicaba a atravesar un sinfín de demonios llenos de experiencia.
Por fin era lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a cualquier cosa del Espejo
Maldito.

Nombre: Kanata Kanbara


Raza: Nivel: Humano 4122
HP: MP: Speed: 17526/19786 6832/17725 4534 +2000
Magia: Defensa: Ataque: 4946 +3900 3298 +100 5771 +4300
Habilidades:
[Locklorian (Lv:1)] [Análisis de Estado (Lv:1)] [Magia de Fuego Celestial
(Lv:21/30)] [Magia de Agua Avanzada (Lv:12/20)] [Magia de Tierra Avanzada
(Lv:17/20)] [Magia de Viento Avanzada (Lv:13/20)] [Maestría con la Espada (Lv:
9/10)] [Verdadera Alquimia (Lv:16/20)] [Magia de Luz (Lv:7/10)] [Magia de
Hielo (Lv:7/10)] [Magia Blanca (Lv:2/10)] [Nigromancia Avanzada(Lv:12/20)]
[Barrera Mágica (Lv:7/10)] [Magia Espacio-Temporal Avanzada (Lv:18/20)]
[Magia Espiritual (Lv:10/10)]

Había progresado mucho. A medida que las enseñanzas mágicas de Lunaère


progresaban, comencé a aprender más hechizos de apoyo y bastante más alquimia.
Mi dominio del Método de las [Mentes Gemelas] se había perfeccionado hasta el punto
de que era práctico utilizarlo en la batalla. E incluso insistió en mi manejo con la espada.
—Magia Espacio-Temporal nivel 4: Teletransportación Corta.
Me teletransporte hacia Lunaère.
—Sensei, creo que he terminado por hoy, ¿debemos volver?
Desde que Noble me habló de la verdadera naturaleza de su aura, hubo una distancia
entre nosotros. Ella intentaba actuar como si no hubiera pasado nada, pero parecía que
pasaba más tiempo mirando al espacio. Así fue cuando me quedé a su lado, contemplando
la pila de cuerpos demoníacos. Me gustaría saber qué estaba pensando. Lunaère cerró los
ojos, perdida en sus pensamientos. Luego, abriendo los ojos lentamente, dijo en voz baja…
—Creo que tu nivel es… no… creo que ya no me necesitas, enhorabuena.

Octava Parte

Volvimos a la cabaña de Lunaère y traté de fingir que las cosas eran normales. Hice
algún repaso mágico, medité, preparé elixires… lo normal. Una vez que terminé todo lo que
había planeado por el día de hoy, comencé a preparar la cena.
—¡Mírate, campeón! Ahora eres incluso más fuerte que yo.
Noble dijo con admiración. Recordé lo asustado que estaba la primera vez que había
comprobado el nivel de este absurdo monstruo. ¿Había sido sólo hace unas pocas semanas?
—Estoy de acuerdo. Ha trabajado muy duro para llegar hasta este punto. KKana…
Lunaère habló con el rostro sonrojado.
—Tú, es decir….
Se aclaró la garganta.
[¿De qué se trata?]
—Déjala en paz, no está acostumbrada a usar los nombres de las personas.
Noble murmuró en voz baja.
—¡Eso no es cierto! Sólo estoy un poco distraída.
Lunaère respondió con enfado.
Ahora que lo mencionaba, me di cuenta de que nunca me había llamado por mi
nombre. No podía pensar en una sola vez.
—Me gustaría que me llamara por mi nombre sólo una vez, Sensei.
Le dije, y Lunaère me miró fijamente.
—¿¡Y ahora también te burlas de mí…!?
—¡No! Sólo quería oírte decir mi nombre, eso es todo.
—Lo he dicho muchas veces antes, bien. Lo diré de nuevo.
¿Realmente lo había dicho antes? Tal vez no lo recordaba. Cerró los ojos y estabilizó su
respiración. Se estaba esforzando mucho en esto; incluso me puse ansioso. Sus labios se
separaron, pero luego volvió a cerrar la boca.
[¿De verdad que se ha negado?]
Sentí que mis oídos se calentaban.
—K-Kanata… ¿Mister Kanata?
Ella dijo, volteándose para ocultar su rostro mientras hablaba. Era emocionante oírla
decirlo, pero su vergüenza era contagiosa. Me cubrí la cara con las manos para que no me
viera sonrojado.
—No hace falta que añadas el “Mister”.
Noble contemplo la escena, perplejo.
—¿Qué diablos acaba de pasar?
Como un resorte liberado, me dirigí a la cocina para preparar la cena. Me preocupaba
que tal vez estuviera sonriendo demasiado, así que me golpeaba el rostro para eliminar esa
expresión. El ambiente no duro mucho. Cuando Lunaère se levantó para ayudarme a poner
la mesa, Noble hizo la pregunta fatídica.
—Entonces, ¿qué la vas a enseñar ahora?
Le preguntó a Lunaère. Tragué saliva al escuchar sus palabras. No había estado en el
Espejo, así que era imposible que lo supiera. Cerró los ojos y se quedó en silencio.
Entendiendo la indirecta, Noble dejó de botar y esperó pensativamente. Finalmente,
abrió los ojos.
—No hay nada más que pueda enseñar. Incluso sin mí, deberías ser capaz de sobrevivir
en el mundo exterior. Tu entrenamiento ha llegado a su fin.
Sus palabras me dieron como si fuera un golpe bajo. Sabía que esto acabaría
ocurriendo, ella había dicho una y otra vez que tendría que marcharme cuando terminara mi
entrenamiento, pero aun así me sentí destrozado al oírlo. Simplemente agaché la cabeza en
silencio. Cuando me arrojaron a este mundo, mi único objetivo era escapar de Cocytus,
pero la amistad de Lunaère y Noble se había vuelto algo preciado para mí. Una vez que me
fuera, probablemente no los volvería a ver.
—¡H-Hey! ¡Te has graduado! ¡Enhorabuena, jefe! Planearé una fiesta de despedida
dentro de una semana, y…
—No, se va hoy.
Lunaère lo interrumpió, cortando sus palabras fríamente. El abatido Noble se desplomó
patéticamente junto a la mesa.
—Una montaña de cosas se ha quedado sin hacer mientras he dedicado mi tiempo a su
entrenamiento. No es que estos días no hayan significado nada para mí, pero no quiero que
te quedes aquí más tiempo.
—Sensei…
—No pienses en ello. Te entrené por capricho, sólo para matar el tiempo. Y el tiempo
no significa nada para una lich. Las últimas semanas son apenas un momento para mí, y las
emociones que siento son mucho más débiles que las tuyas. Sería mejor que no
malinterpretaras las cosas…
No tenía ni idea de qué responder, ¿Cuánto quería decir realmente? Obviamente, tenía
dificultades para expresar sus sentimientos… pero sus palabras parecían innecesariamente
hirientes… o tal vez ella tenía razón, y yo realmente había malinterpretado toda esta
situación.
—Lunaère, ¿es realmente lo quieres?
—¿Qué quieres decir, Noble?
Respondió ella en tono de prueba.
—N-nada…
Lunaère llevó los platos de comida a la mesa mientras yo la miraba con incredulidad.
—Hay un último lugar al que te llevaré. Iremos allí después de comer.
—¿Le importa si la acompaño, Lady?
Noble le preguntó, pero Lunaère le señaló con un dedo y lo dejó caer. Así que después
de una cena incómodamente silenciosa, caminé junto a Lunaère por Cocytus.
—Entonces… ¿a dónde vamos?
Le pregunté, pero Lunaère simplemente entrecerró los ojos y se limitó a decir…
—Llegaremos pronto.
Ni siquiera me miró cuando habló. Esa respuesta fue suficiente para darme una pista de
que no me iba a gustar lo que viniera después.
Caminamos en silencio. Aunque nos atacaron monstruos por el camino, Lunaère no
redujo su ritmo. Se limitó a utilizar magia para crear barreras y bloquear sus ataques, luego
usaba la Magia Espacio-Temporal para aplastarlos como si fueran simples insectos. A veces
ni siquiera se molestaba en voltearse hacia su atacante, ni siquiera mientras atacaba.
Probablemente podría derrotar a cualquier monstruo de esta zona, pero no así…
—Sensei, yo…
—Ya no soy tu maestra Lunaère me cortó con el paso intencionadamente, utilizando su
mal genio como escudo contra la conversación. Renuncié a intentar hablar con ella.
Finalmente, llegamos a una sala con grandes pilares blancos, cada uno con una estatua de
un monstruo desconocido. Una gran escalera conducía a otro piso. Lunaère dejó de caminar
y tuve la impresión de que había llegado a nuestro destino.
—¿Dónde estamos?
Lunaère metió la mano en su [Bolsillo Dimensional] y sacó una bolsa de tela azul. ¿Por
qué querría darme otra bolsa mágica? Parecía algo redundante, después de todo ya tenía
una, por no hablar de que ahora yo también podía utilizar la misma habilidad.
Me quedé allí, sin saber qué hacer, hasta que Lunaère me lanzó la bolsa. A duras penas
conseguí arrebatarlo del aire.
—He colocado allí elixires, equipo y algunos libros de magia. También te he dado el
Espejo Maldito, intenta no dejar salir a los demonios.
—¿¡Qué…!?
—Iba a llevarte a la superficie, pero sería más rápido que bajaras y usaras el circulo de
teletransporte. Deberías ser capaz de hacerlo ahora.
—¡Espera un segundo! ¿Estás diciendo que esto es una despedida?
—Lo estoy haciendo. Sabía que, si esperaba, Noble sería terco y trataría de detenerte.
Si no soy estricta con él, acabarás quedándote aquí para siempre.
Mientras caminábamos por aquí, tenía la sensación de que esto iba a suceder. Pero aún
no estaba preparado. La miré fijamente, esperando a ver si cambiaba de opinión.
—Muy bien, buena suerte. Dudo que nos volvamos a encontrar.
Lunaère dijo con brusquedad y se dio la vuelta para marcharse.
—¡Por favor, espera!
Lunaère se detuvo y se volteó hacia mí. Busqué desesperadamente en mi mente lo que
podría decir a continuación. Había sido tan generosa. No estaba preparada para decir adiós.
—Sensei, ¿no te sientes sola? Estando aquí en Cocytus sola… ¿no te interesa el mundo
exterior?
—Te lo dije, odio a los humanos, gastar más energía en ti sería un…
—¡Hasta yo sé que eso es mentira!
Los ojos de Lunaère se abrieron de par en par cuando grité. Se quedó callada un
momento y luego dejó escapar un fuerte suspiro.
—¿Quieres escuchar una larga historia de hace mucho tiempo?
Asentí con la cabeza. La expresión de Lunaère se suavizó ligeramente y comenzó a
hablarme lentamente de la época anterior a su condición de lich.
—Supongo que debería empezar hace mil años… con mi nacimiento.
Lunaère nació en el seno de una familia famosa por su destreza mágica. Ya de
pequeña, su padre le proporcionó una completa educación mágica. Sus rigurosos estudios,
junto con su talento innato, le permitieron ser una de las usuarias de magia más poderosas
de Locklore a los diez años.
Entonces murió su padre. Lunaère se entristeció, por supuesto, pero vio cómo su madre
se consumía lentamente por el dolor. Eso motivó a la joven a investigar los métodos
prohibidos de resurrección, una obsesión que ocultó a su entorno. Durante cuatro años,
estudió la magia de la muerte antes de aprender finalmente los hechizos que podían
resucitar a los muertos. Ahora, a los catorce años, comprendía que el acto de traer de
vuelta a su padre sería considerado una atrocidad. Mientras Lunaère había perseguido la
magia oscura, su madre se había recuperado de su dolor y había empezado a mirar hacia al
futuro. Por lo tanto, Lunaère eligió dejar el camino oscuro que había estado recorriendo.
Tres años más tarde, había aparecido un Rey Demonio.
Surgiendo de repente y sin previo aviso, el Rey Demonio levantó un ejército de
poderosos monstruos. Los asentamientos humanos fueron atacados, masacrando a todos
los que vivían allí. El destino de la nación estaba en peligro. La destreza mágica de Lunaère
no había pasado desapercibida, y fue reclutada como guerrera para cazar y derrotar al Rey
Demonio. A pesar de que este Rey Demonio en particular era increíblemente fuerte y
astuto, lograron localizar y enfrentarse a su enemigo en la batalla.
Mientras el ejército principal asaltaba las fuerzas del Rey Demonio, su pequeña unidad
de veinte guerreros se coló a su castillo. Pero el demonio fue más fuerte de lo que
esperaban. Más de la mitad de la fuerza de ataque murió en el intento de asesinarlo,
mientras que el resto huyó.
Las heridas de Lunaère le impidieron escapar, pero tenía un último as en la manga.
El Rey Demonio nunca sospechó que la chica herida y al borde de la muerte que tenía a
sus pies era también la mayor usuaria de magia de la muerte del reino. Utilizándose a sí
misma como señuelo, acercó al Rey Demonio antes de utilizar un hechizo para arrancarle el
corazón que aún latía. Mientras agonizaba acercándose lentamente a su muerte, se
preocupaba por su madre. Lunaère sabía que, tras la muerte de su padre, su madre se
había esforzado para vivir nuevamente. Si ella moría, su madre entraría en una espiral de
dolor y desesperación. A pesar de su preocupación, sabía que no se podía hacer nada: sólo
tenía un camino a seguir.
Para lanzar el hechizo prohibido de resurrección, un mago necesita el corazón aún
latente de un demonio. Así que ya sea por suerte o por obra del destino, tenía en sus manos
el corazón palpitante del Rey Demonio. En una bolsa dimensional estaban los demás
ingredientes que había reunido mientras intentaba resucitar a su padre. Dudó, pero el
miedo a la muerte la impulsó a actuar. No podía resucitarse a sí misma antes de morir, ni
podía lanzar el hechizo después de su propia muerte. En lugar de ello, tejió un hechizo en
un objeto que se activaría cuando saliera la luna esa noche.
Esa día, la vida de Lunaère como humana mortal terminó… y esa misma noche su
humanidad desapareció levantándose como una lich… una inmortal.
—Pero… ¿tu madre?
Le pregunté. Lunaère sacudió ligeramente la cabeza.
—Nunca pude acercarme a ella debido al aura. Incluso sin ella, no podría acercarme a
la ciudad por haber usado magia prohibida. Y sabía que… sabía que estaba dejando atrás mi
humanidad.
No entró en más detalles, no lo necesitaba. Las personas que la rodeaban, la gente que
la había querido, incluso su madre, la había rechazado.
—Por eso no miento cuando digo que odio a los humanos. No tengo ningún interés en
volver a la superficie. Es mejor así.
Cuando conocía a Lunaère, dijo que odiaba a los humanos porque la traicionaron, pero
eso era una verdad a medias. Ella sabía las consecuencias de haber usado una magia
prohibida. La verdadera lástima era que conservaba su sentido de la bondad.
Nunca tomó represalias contra las personas que la rechazaron. Simplemente se alejó.
Pero mil años después, esas heridas aún dolían. No era de extrañar que se negara a
abandonar Cocytus.
—Me alegró mucho que me trataras como a un humano normal a pesar de que sabías
que era una lich. Estas últimas semanas han pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero las
he disfrutado de verdad.
Dijo con una sonrisa que reflejaba tristeza; era la segunda vez que veía esa expresión
en su rostro.
—¡Sensei, entonces déjame quedarme! ¡Me quedaré aquí para siempre! Yo…
¡Me preocupo por ti!
Lunaère se mordió el labio con disgusto y negó con la cabeza.
—Me hace… me alegra mucho oírte decir eso, pero no estás destinado a
quedarte aquí, Y no puedes vivir una vida feliz si te quedas conmigo. Soy una lich…
estoy rodeada por el aura de la impureza mágica, un veneno que puede matar incluso con
un toque accidental.
Eso es lo que había dicho Noble… pero… me moví sin pensarlo dos veces. Si hubiera
dudado, el momento se habría perdido. Corrí hacia ella, rodeándola con mis brazos mientras
ella colgaba la cabeza con tristeza. Era absurdamente poderosa, pero su cuerpo era
pequeño y delgado. A pesar de todo el trauma y el poder, seguía siendo una niña frágil.
—¡Detente! ¿Qué estás haciendo? La impureza te matará.
Lunaère gritó. Sentí un dolor ardiente en la piel. Fue como una versión de alto voltaje
de su suave examen de semanas atrás. Mi respiración se volvió agitada. Pero después de
haber sido apaleado por gólems y desgarrado por demonios, esta era una incomodidad que
podía soportar. La abracé más fuerte.
—No es nada… porque tú me entrenaste.
Las pálidas mejillas de Lunaère se sonrojaron al mirarme sorprendida. Yo le devolví la
sonrisa. Quizá debería haber subido un poco más mi nivel. Me picó un poco, y unos cuantos
niveles más podrían haberme quitado esta sensación.
—¡¡Déjame quedarme contigo!!
—Gracias Kanata….
Ella dijo, devolviendo la sonrisa con dulzura. Cerró los ojos y se apoyó en mi hombro,
disfrutando… disfrutando del calor del abrazo. Entonces me lanzó al aire.
—¿¡Eh…!?
Me alejé de ella en un arco limpio dirigido hacia el descenso de la escalera. Mi única
opción era usar la [Teletransportación Corta] Empecé a dibujar el círculo mágico, pero
Lunaère fue más rápida.
—Magia Espacio-Temporal nivel 17: ¡Fractura!
Del centro de su círculo mágico comenzaron a brotar grietas negras en forma de raíz.
Se extendieron por la sala, perforando el suelo y los pilares antes de brillar con una luz
aterradora y destrozar todo lo que tocaban. Caí en picada a través de lo que había sido el
suelo hace un momento. Vi a Lunaère volar hacia arriba y alejarse.
—¿¡Sensei, por qué!?
—Kanara… yo también me preocupo por ti. Quiero que disfrutes todo lo que la vida
tiene que ofrecerte.
A través de los huecos entre los escombros que caían, pude ver las lágrimas en sus
ojos.
—Eso fue algo que nunca pude hacer.
Entonces la perdí de vista. Apreté los dientes y grité.
—¡¡Volveré a Cocytus!! ¡¡Veré el mundo y volveré a verte, Lunaère-san!!

Novena Parte

El hecho de que Lunaère me haya hecho caer al piso 91, junto con una tonelada de
piedras derrumbándose, hicieron que me convirtiera en un cadáver aplastado. El Anillo de
Ouroboros debió activarse, porque tan solo unos instantes después, me arrastré fuera de los
escombros. Saqué una poción curativa de mi [Bolsillo Dimensional], me la bebí y me senté
a descansar un rato. Los escombros bloqueaban cualquier camino de vuelta. Debió pensar
que volvería si no tapaba el agujero.
[Gracias por todo lo que hiciste, Lunaère. Me las arreglaré por mi cuenta a a partir de
aquí]
Decidí que algún día volvería con ella. Una vez me habló de una poderosa barrera que
impedía moverse libremente entre piso y piso en el calabozo, por lo que sería imposible usar
la teletransportación. Sabía que debía haber algún poder en el mundo exterior que me
permitiera sortear eso, pero por ahora, respetaría sus deseos.
Comencé a buscar el camino al siguiente cuarto de escaleras para seguir bajando por el
calabozo, decidido a llegar al teletransportador del piso 100. Después de caminar un rato,
me encontré con un callejón sin salida. Había un brillante escudo dorado incrustado en la
pared… algo me resultaba familiar. Me acerqué y tomé el escudo. Al hacerlo, la pared frente
a mí se abrió para revelar una enorme boca.
[Eso pensaba]
Me aparté de un salto para evitar el mordisco. Dio un par de chasquidos y luego su
boca se torció en un ceño fruncido.
—¿N-nada?
La pared murmuró con la boca abierta antes de cerrarse y desaparecer.
—Maldita sea…
Apreté el escudo de oro, aplastándolo. El revestimiento de oro era falso, así que una
vez destruido, el hierro oxidado que estaba por debajo se convirtió en tierra.
—¿El otro monstruo era realmente tan lento?
Me pregunté.
Al usar [Análisis de Estado] reveló que era un Gluttony Mimic, el mismo tipo de
monstruo que me había comido el brazo antes. Según las Memorias de Acacia, la fuerza de
un Gluttony Mimic residía en el hecho de que utilizaba las paredes como camuflaje para
evitar los ataques. Podían moverse por todo el calabozo a voluntad, ya que casi todas las
paredes estaban unidad en algún punto. Después de eso, sólo era cuestión de fabricar
equipo de oro falso para atraer a aventureros u otros monstruos codiciosos para un rápido
tentempié. Para matarlo, tuve que destruir el muro por completo antes de que pudiera huir.
Señalé la pared y formé un círculo mágico.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: Explosión Gravitacional.
La luz negra se extendió por la pared, antes de contraerse en una singularidad. Un
instante después, el muro se destruyó y fue arrastrado al centro del hechizo.
—¡Tengo hambre!
Fue el último grito del monstruo, justo antes de que sus pegajosos fluidos corporales
salpicaran todo el pasillo. Probablemente ya no tenía que preocuparme por los monstruos
en Cocytus… los había superado después de pasar tiempo luchando contra los demonios en
el Espejo Maldito. Recordé un demonio que parecía un estúpido duende. Intenté eliminarlo
rápidamente con mi espada, pero todo su cuerpo se partió como un estrella de mar y se
abrió en una sola boca, la cual me mordió por la mitad.
Ahora que lo pienso, Lunaère dijo que el Espejo estaba en la bolsa mágica que me
había dado como regalo de despedida. ¿Por qué me daría eso? Tal vez pensó que me
gustaría subir unos cuantos niveles más, pero era una especie de carga para uno solo. No
importa. Tal y como iban las cosas no esperaba tener ningún problema para bajar al piso
100, así que me puse en marcha.
Tardé tres días enteros en pasar del piso 96 al 99. Los monstruos eran un poco más
fuertes, pero el verdadero problema era que los pisos eran más grandes. Al parecer, cuanto
más te adentraras en Cocytus, más grandes se hacían los pisos. Así que, después de un
largo día buscando el siguiente tramo de escaleras, me senté a cenar y a ordenar mis
pensamientos.
[Sabe a pollo…]
Tragué un bocado de muslo asado. Parecía humano, pero el sabor era totalmente al de
pollo. Olía un poco a carne de caza, pero agradecía tener algo que supiera bien simplemente
asado, sin hierbas ni especies extravagantes. Mientras masticaba, recordé lo asqueado que
me sentí cuando Lunaère mató a un Ra en mi primer día aquí.
[Realmente me acostumbré a esto]
Unas horas más tarde, llegué a las escaleras que bajaban al siguiente piso. Eran únicas
entre las que ya había visto hasta el momento, hechas de una especie de cristal azul
traslúcido, y nada parecía sostenerlas. Simplemente se extendían hacia abajo, hacia un
vacío oscuro como la tinta. Bajé las escaleras y finalmente llegué a un pasillo largo y ancho.
—¡Bienvenido, humano codicioso! El valor y la tenacidad te han traído hasta aquí.
Una voz resonó desde lo más profundo. Camine hacia ella, y la voz continuo.
—¿Qué buscas en las profundidades del mundo? ¿Has oído hablar de una poción de la
eterna juventud escondida aquí? ¿Algún Dios Menor te dijo que la salvación estaba en esta
sala? O quizás eres un simple explorador…
Más adelante había un enorme trono dorado, ocupado por una bestia de al menos diez
metros de altura. Tenía una piel negra y nudosa, así como seis brazos. Tenía cuatro ojos en
la cara y grandes cuernos rizados que salían de su cabeza. Cuando su boca se abrió de par
en par, pude ver afiladas hileras de temibles dientes. Era aterrador, pero también tenía la
presencia regia de un rey. Lunaère se olvidó de mencionar algo como esto. Dejé de caminar
y me quedé mirando la impresionante figura.
—Cualquier razón que tengas para viajar hasta aquí es una estupidez. Soy Satán, un
poderoso demonio, esencialmente un dios, y gobernante de Cocytus.
Durante mis diez mil años de reinado, eres el único humano que ha logrado descender
a esta sala y disfrutar de mi magnifica gloria. Disfrútalo mientras puedas, porque ninguno
ha salido vivo.
La bestia extendió sus brazos.
—¡Ven, mi instrumento de poder!
Un gran bastón negro adornado con calaveras voló hasta las manos de Satán, quien
sonrió y se puso de pie.
[Esto no es bueno]
Estaba listo para luchar, así que desenfundé mi espada e hice un plan para retirarme
con una serie de [Teletransportación Corta].
—Permíteme recompensarte por haber llegado hasta aquí.
Satán mencionó, levantando el báculo con dos brazos. Los cuatro brazos restantes
comenzaron a trazar sellos mágicos en el aire. Los había visto antes dentro del Espejo.
Los sellos eran utilizados por ciertas escuelas de magia… y por los demonios.
Aumentaban la concentración del mago y su capacidad para canalizar el flujo de la
magia. Si un hechicero se tomaba la molestia de usar un sello, no iba a hacer ningún
esfuerzo mágico.
—¡Prepárate para recibir el regalo de la llama que quemará tu cuerpo y alma!
[Si se trata de un ataque de área, será mejor que esté preparado para
teletransportarme]
Después de que sus sellos estuvieran bloqueados, me concentré en su círculo mágico
para averiguar qué hechizo estaba lanzando… y me di cuenta de que era uno que Lunaère
me había enseñado.
[Tal vez simplemente interrumpirlo sería una apuesta más segura]
Pensé mientras creaba mi propio círculo mágico para reflejar el de Satán.
—¡Magia de Fuego nivel 20: Apocalipsis!
Satán rugió con un movimiento de su personal.
—¡Magia de Fuego nivel 20: Apocalipsis!
Grité simultáneamente apuntando mi espada en su dirección.
Dos dragones en llamas, uno de su enorme bastón y otro de mi espada, estallaron y
volaron directamente el uno contra el otro.
—¿¡Qué!? Un humano no puede usar magia de este nivel.
Los cuatro ojos de Satán se abrieron de par en par.
—¡No importa! Lo único que has hecho es darme la oportunidad de mostrar la
disparidad entre nuestros poderes… ¡Serás aplastado!
Los dragones chocaron frontalmente, enfrentándose en una batalla época.
—¡Contempla! Tu debilidad se ha revelado.
El demonio gritó, un momento antes de que mi dragón se tragara al suyo y se volteara
hacia él. Se quedó con la boca abierta en señal de incredulidad.
—Huh…
—Entonces eres un demonio bastante normal Le dije.
Me había sorprendido su uso de un hechizo de tan alto nivel, pero no era más duro que
los demonios del Espejo Maldito.
—¿¡Un demonio n-normal!?
Satán tartamudeó con incredulidad antes de levantar su bastón para defenderse.
—¡Protégeme!
Un círculo mágico apareció frente al dragón en llamas y mi hechizo golpeó contra su
barrera.
—Qué mala suerte para ti. Mientras yo posea este bastón, tus hechizos no tiene
sentido.
Ahora lo entiendo. Su capacidad de lanzar hechizos de alto nivel y su resistencia mágica
eran mejoras del bastón. Sin eso, probablemente no era nada del otro mundo.
Preparé mi espada y cargué hacia adelante, con la intención de acortar la distancia para
poder reducirlo.
El rostro de Satán se sorprendió.
—¡Imposible! ¿De dónde has salido? B-bien, dejaré el bastón, sólo… ¿¡qué!?
Había sobrestimado la resistencia mágica del bastón. La luz del círculo mágico que
protegía a Satán se atenuó y se hizo añicos cuando el poder de mi hechizo superó sus
defensas. Mi dragón de llamas descendió sobre Satán. Diez minutos después…
—Debo decir que lo hash hecho más difícil de lo necesario, Kanara… si hubiera sabido
que eras amigo de Lunaère, me habría rendido inmediatamente.
Satán se frotó las seis manos. Su poderosa presencia se había evaporado; ahora todo
su cuerpo estaba quemado en carne viva, y sus magníficos cuernos estaban rotos. El trono
y el cristal que lo rodeaba habían volado por completo.
—Tú eres el que me atacó…
Le respondí.
[Esto es realmente incómodo…]
A Satán apenas le quedaban puntos de vida. Si su dragón y su barrera protectora no
hubieran absorbido parte de la energía de mi hechizo, probablemente estaría muerto.
Había suplicado mi perdón tan desesperadamente que no me pareció bien matarlo.
Le entregué una de las pociones de salud que Lunaère me había dado.
—Ah, bueno. Ha estado muy cerca… todos los monstruos de Cocytus se
habrían desbordado si me hubieran matado, ¿no te habló Lunaère de mí?
—No…
Lo único que recordaba que Lunaère me había dicho sobre este piso era que tenía un
teletransportador a la superficie. Si ella sólo había estado aquí abajo una vez en los últimos
mil años, era probable que simplemente hubiera olvidado que Satán existía.
Me pregunté si fue aquí donde aprendió el hechizo Apocalipsis.
—¿Puedo preguntar qué asuntos tiene un amigo de Lunaère aquí abajo? No se trata del
bastón, ¿verdad?
Satán preguntó, apretando el bastón mientras me miraba con preocupación en los ojos.
—Um, no, no estoy realmente interesado en eso…
Satán lanzó un suspiro de alivio. En serio, ¿cómo podría llevar esa cosa? Pero eso me
despertó la curiosidad. Mientras abrazaba su precioso bastón, saqué las Memorias de Acacia
de mi bolsillo de la Dimensión de Bolsillo y hojeé las páginas.

Nombre: Báculo Negro del Apocalipsis


Clase de valor: Divino
Ataque: Aumento de: +0
Magia: Aumento de: +0

Información sobre el arma:


Un bastón que confirma a su portador como el legítimo Rey de Cocytus y le proporciona
el poder necesario para gobernar el calabozo. Todos los monstruos sellados en Cocytus se
someterán a la soberanía del portador. El báculo ayuda a lanzar hechizos de fuego por
encima del nivel 20 y crea una barrera antimateria alrededor del portador.
El tamaño del bastón se adapta al tamaño del portador.
Sinceramente, eso hacía que pareciera bastante útil. Había algo que decir para lanzar
hechizos de fuego de alto nivel con relativa facilidad, especialmente desde que me había
centrado en la habilidad de magia de fuego.
—Huh, es realmente poderoso… y también puede cambiar de tamaño.
Murmuré, a lo que Satán pareció asustado. Era muy extraño que algo tan grande me
tuviera tanto miedo. Sacudí la cabeza con desprecio.
—Relájate, todavía no me interesa.
—¿De verdad? ¿Lo dices en serio?
Preguntó Satán.
—Ah, claro… Lunaère sigue viviendo unos pisos más arriba, ¿no?
Ella debe haberle hecho trabajar en algún momento en el pasado. Recordé que me
había preguntado si era un explorador, que es más o menos lo que Lunaère hacía en su
tiempo libre. Era fácil creer que Lunaère había bajado aquí para dar un paseo casual, que se
había topado con Satán, lo habría golpeado y que se había ido a casa.
—Espera, ¿no has dicho que nadie ha pasado delante de ti con vida?
Le pregunté, Satán se quedó callado un momento, y luego me contestó.
—Lunaère no ha salido de Cocytus…
Eso sonó como una victoria por un tecnicismo. ¿Era Lunaère realmente la única persona
que rivalizaba con Satán en todos estos años? Era relativamente fuerte, comparado con los
otros monstruos, pero me costaba creer que hubiera podido gobernar sin oposición durante
un milenio.
—Entonces, ¿qué puedo hacer por ti…?
No pude resistirme a señalar en silencio el Báculo Negro del Apocalipsis. Su rostro se
retorció de miseria.
—¡Mentiroso! ¡Dijiste que no lo necesitabas! Por favor, ¡no podré contener a los
monstruos sin él! Eres tú… ¡tú eras el verdadero monstruo todo el tiempo!
—Lo siento, supongo que llevé la broma demasiado lejos.
—Entonces, ¿por qué has venido hasta el punto más profundo de Cocytus?
Debes tener algún objetivo importante.
—La Sensei, eh, es decir Lunaère dijo que sería más rápido salir del calabozo si bajaba
aquí en lugar de subir…
Parecía sorprendido por lo que había dicho, luego me dio la espalda y dejó escapar un
suspiro increíblemente pesado.
—Sígueme, hay un altar en la parte de atrás. El círculo de teletransportación te llevará
a la entrada del calabozo. Por favor… no vuelvas.
—Claro, gracias… yo, eh, lo apreció.

Décima Parte

Mientras Kanata salía del calabozo, Lunaère estaba cazando en el piso 95.
Habían empezado a aparecer nuevos monstruos en el calabozo, junto con objetos que
nunca antes había visto antes. Para una lich inmortal, un tesoro de Cocytus era muy
conveniente. Servía tanto para su afición a coleccionar como para su investigación mágica.
Ninguno de los nuevos monstruos tenía posibilidades contra Lunaère; ninguno de los
antiguos tampoco. Lunaère estaba realmente en su elemento en las profundidades del
calabozo. Al menos, normalmente lo era. Hoy, Lunaère deambulaba por los pasillos en un
aturdimiento.
Pensó que se había acostumbrado a los interminables días de soledad durante su
exploración. Había llegado a Cocytus desesperada, ya que era lo más parecido al suicidio
que podían conseguir los no muertos como ella. Durante siglos, vivió como una sombra sin
emociones. Realmente no había sido introspectiva al respecto, porque ¿qué sentido tenía
serlo? Pero durante el último mes y medio, había pasado tiempo con Kanata, un joven que
realmente la admiraba. Su mundo había dado una vuelta de ciento ochenta grados. Ahora la
desesperación y la timidez la atormentaban mientras intentaba volver a sus viejos hábitos.
El cuerpo de Lunaère tembló y se apoyó contra la pared para sostenerse.
—Kanata…
Dijo, murmurando su nombre con pesar, y luego dejó escapar un pequeño suspiro.
—No debería haber hecho que se marchara. Debería haberle ayudado a convertirse en
un lich.
Se dio cuenta de las terribles implicaciones de lo que ya acababa de decir y sacudió la
cabeza. Eso habría sido inaceptable. Ya no temía el juicio de los humanos, pero nunca
podría perdonarse un acto tan imprudente.
Se rodeó suavemente con los brazos y cerró los ojos, recordando el abrazo de Kanata y
cómo la sostenía a pesar del efecto de su impureza mágica. Finalmente, recuperó la
compostura y dejó caer los brazos a los lados.
[Noble parece preocupado por mí. Es innecesario… pero tal vez debería de volver
temprano el día de hoy]
Cuando Lunaère se dio la vuelta para irse, vio a Kanata a la distancia. Su expresión se
suavizó y un calor se extendió por su cuerpo. Devolvió su rostro a la neutralidad y comenzó
a correr hacia su antiguo discípulo.
—K-Kanata, ¿¡Qué estás haciendo aún aquí!? ¡He dejado más que claro que debes de
abandonar Cocytus! ¡Deja de hacerte el tonto!
Cuando Lunaère se acercó a un brazo de distancia, Kanata se volteó para mirarla.
Tenía una inquietante y extraña sonrisa en el rostro.
—¡Kanata!
Sus brazos la rodearon.
La fina tela de los hombros de Lunaère se desgarró cuando los brazos de Kanata se
hincharon. De sus manos brotaron garras y de su estómago brotaron una especie de raíces
que atravesaron el cuerpo de Lunaère. Levantaron su pequeño cuerpo en el aire mientras
sus brazos alargados agarraban sus hombros cada vez con más fuerza.
—¡Gah! ¡No eres Kanata! ¡Eres un Fantasma!
El inquietante disfraz de la criatura comenzó a desvanecerse en blanco, revelando una
aterradora figura humanoide envuelta en tela. También conocidos como Demonios
Fantasma, los fantasmas podían hacerse pasar por amigos y seres queridos para engañar a
los vivos. Ella debería haber sido inmune a esas artimañas, pero su estado emocional actual
la hacía vulnerable.
—¡Jejejeje!
El Fantasma se rio mientras sus zarcillos se clavaban en su abdomen.
Concentrando su poder, se liberó del asqueroso abrazo del fantasma y colocó una
palma sobre su redonda y blanca cabeza.
—Magia Espacio-Temporal nivel 18: Perforación.
La cabeza del fantasma desapareció en el éter mientras el hechizo transfería toda la
materia a su paso a otra dimensión. Un momento después, su cuerpo se desplomó en el
suelo. Una vez más, Lunaère utilizo [Perforación] para cortar lo que quedaba de las raíces
antes de retirarlos de su propio cuerpo. Se limpió las manchas de sangre azul que goteaba
de la comisura de su boca y miró su ropa dañada.
—Pensar que dejé que un monstruo me hiciera esto… Magia Espacio-Temporal nivel 22:
Retroceso.
Sus heridas y su ropa se arreglaron mientras ella miraba. La magia de [Retroceso] no
era magia curativa en el sentido convencional. Hacía retroceder literalmente el tiempo para
restablecer las cosas a un estado anterior, por lo que no se limitaba a su uso en los vivos.
Otros hechizos de la Magia Espacio-Temporal eran más eficaces para reparar los objetos
inanimados, pero el gasto mágico de un hechizo como [Retroceso]
era algo trivial para una maga tan poderosa como Lunaère.
—Noble se burlaría de mi si me viera en ese estado…
Lunaère murmuró para si misma mientras regresaba hacia su base.
—Tengo que recomponerme.
Más tarde, Lunaère se tumbó en la cama aturdida.
—Te has hecho mucho daño, ¿eh?
Noble preguntó, su pregunta casual ocultando su verdadera preocupación.
—No me siento muy bien.
Lunaère le respondió.
—Vamos, Lady. Ambos sabemos que no existe el “no me siento muy bien” para una
lich. Estaba diciendo el nombre de Kanata mientras dormías.
Su rostro se sonrojo.
—¡Mentiroso! ¡Debes haber escuchado mal! Yo nunca diría algo así.
—Claro, claro. Estaba mintiendo.
Sin palabras, Lunaère señaló a Noble. Él cerró la boca y se apartó de ella antes de
continuar.
—Si estás empeñada en ello, tal vez deberías haberle rogado que se quedara.
—No seas imbécil, sabes que no puedo hacer algo tan horrible como eso. De todos
modos, las cosas han vuelto a ser como antes. Me acostumbraré pronto, tengo todo el
tiempo del mundo.
—Podríamos haber ido con él…
Lunaère negó con la cabeza.
—No hay lugar para mí en la superficie. Ojalá pudiera viajar por el mundo con él, pero
el conocimiento de mi existencia sumaría a la superficie en el caos.
Sabía que tenía razón. A lo largo de la historia, los métodos para conseguir la
inmortalidad habían sido buscados por magos y reyes por igual. Países enteros podían ser
destruidos por gobernantes sin escrúpulos descubrían a Lunaère e intentaran apoderarse de
sus secretos. ¿Qué era su soledad comparada con millones de vida?
—No, no me gustan los humanos, y no me irá bien si salgo del calabozo.
Tampoco debería cargar con un monstruo como yo.
—Eso crees, ¿eh? ¿Así que esa es la única razón por la que estás siendo tan terca?
Lunaère agarró su manta con fuerza y la subió para ocultar su rostro.
—Y… lo prometió. Prometió que volvería…
—¿Sí…?
Noble deformó su párpado como una ceja levantada.
—Pero tú sabes que probablemente no volverá, ¿verdad?
—¿Qué quieres decir?
Dejó caer la manta para mirar a Noble con sus ojos dicromáticos.
—Los humanos cambian mucho de opinión. Aunque ahora sienta algo fuerte por ti, en
cinco años puede que sea diferente.
—Kanata… no es esa clase de persona.
—Está más allá de su control. ¿Qué tiene…? Ochenta, noventa años como máximo. Es
bastante egoísta esperar que se acuerde de ti toda la vida sólo porque le salvaste una vez.
No es que vayas a ser la única persona que lo ayude.
—P-Pero… Kanata dijo que se preocupaba por mí, y siguió abrazándome, aunque le
doliera…
El rostro de Lunaère se puso muy rojo y agitó los brazos en señal de agitación.
—Es cierto, pero Cocytus es un lugar escaso cuando se trata de chicas bonitas.
Eres la única aquí abajo, ¿ahí arriba? Hay montones de ellas. Y será humanas vivas,
que respiran como él. Se va a enamorar de otra persona.
—Pero, pero…
—Además, no puedes tener tu propio pastel y comerlo también. No te importa lo
suficiente como para irte, pero ¿esperas que a él le importe lo suficiente como para volver?
Noble preguntó mientras se balanceaba de lado a lado y dejaba escapar su suspiro de
frustración y tristeza.
—…….
—Cuando lo enviaste sin decirme nada, pensé que sólo estabas siendo frígida.
No pensé que estuvieras soñando una pequeña fantasía conveniente.
Lunaère se quedó en absoluto silencio. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos
mientras temblaba, agarrando con fuerza su manta.
—Eh, lo siento, tal vez, eh, tal vez dije demás.
Lunaère volvió a señalar a Noble. Apareció un círculo mágico y la conocida oscuridad
brillante lo rodeó. Intentó escapar desesperadamente, pero quedó atrapado en el pozo de la
gravedad.
—¡Oye! ¡Lo siento! ¡Enserio!
El hechizo comenzó a ceder y Lunaère estuvo a punto de soltar el brazo. Entonces
Noble se sintió obligado a decir algo más…
—Pero realmente no creo que Kanata vaya a volver.
—Explosión Gravitacional La luz negra deformó el espacio y explotó, llevándose la
mayor parte de la cabaña.
—Magia Espacio-Temporal nivel 14: Reparación.
Con unas pocas palabras, Lunaère devolvió la cabaña a su estado anterior.
—Pensé que iba a morir… no puedo creer que realmente… es decir, mi error.
Noble dijo.
—He decidido que voy a salir.
Lunaère mencionó.
—Buena idea, Lady. Un buen paseo por el calabozo despejará su me…
—Fuera de Cocytus-
—¿Eh…?
Noble dijo con incredulidad. Era un hecho inesperado después de todo.
—Pero ¿qué pasara con el aura? Y no eres buena con los humanos, ¿verdad?
—Te lo dije… puedo reducir el impacto de la impureza si quiero. Sólo hace falta algo de
preparación, eso es todo.
—Uuh, sí, yo también te oí decir eso, pero…
—En cuanto a los humanos… bueno, cuando era joven, mi padre decía que hay que
elegir cómo vivir en función de las cosas que se aman, no de las que se odian. Me las
arreglaré.
—Estás tomando esto un poco rápido, ¿no crees?
—No habrá problema mientras oculte mi verdadera forma.
—¡Lo haces sonar fácil! ¿No crees que deberías pensar acerca de eso un poco más?
—¡Tú eres el que me llevó a esto! Entonces, ¿qué debo hacer?
—En realidad no estaba diciendo que debías hacer nada… sólo decía.
—No puedo seguir viviendo así, voy a empezar a trabajar en un abrigo para disminuir
los efectos de la impureza, pero necesito trabajar rápido… Kanata podría encontrarse con
otra chica.
Lunaère murmuró mientras se levantaba de la cama y salía de la cabaña para recoger
materiales. Noble se quedó mirando tras de ella con asombro.
—Bueno, no es como si fuera a decirte a la cara, pero quizás deberías haber hecho ese
abrigo antes de echarlo a la calle.

Capítulo 2: La Maga Blanca Pomera

Primera Parte

El teletransportador me mando directo a una habitación bañada por la luz del sol,
donde los rayos solares podían filtrarse a través de las paredes agrietadas y el techo roto.
Había llegado al primer piso y a la salida… por fin había llegado a la superficie.
Los estragos del tiempo eran mucho más evidentes en la entrada del calabozo que lo
que había visto en las profundidades. Alrededor de la gran escalera que conducía a Cocytus
había hileras de columnas derrumbadas y estatuas rotas. La maleza crecía en el suelo,
habiendo echado raíces entre las piedras blancas fracturadas. Al atravesar la puerta oxidada
que marcaba la entrada oficial al calabozo, me encontré rodeado de un vasto bosque.
[Tienen que haber un pueblo por aquí… en alguna parte]
Dos días después, seguía perdido en el bosque sin saber dónde podía haber algún
asentamiento humano. Intenté seguir caminando en línea recta bajo el denso follaje del
bosque. Era imposible tener sentido de la orientación y me preocupaba que los giros o las
vueltas me llevaran a caminar en círculo.
No era físicamente difícil, pero mis pasos seguían sintiéndose pesados por la soledad.
Echaba de menos a Lunaère. Incluso echaba de menos el cofre del tesoro, Noble.
Después de dos días de caminata, todavía no tenía ganas de comer, pero su recuerdo
me lastimaba en el corazón. Oí un crujido en la distancia.
—¿¡Quién está ahí!?
Al girarme hacia el sonido, vi un oso de pie sobre sus patas traseras. Medía fácilmente
tres metros y me miraba con sus tres ojos mientras la baba goteaba de sus colmillos.
Algo me decía que no se trataba de un oso común y corriente, y una rápida revisión de
su estado lo hizo oficial. Me enfrentaba a un oso monstruoso.
—¡¡Groooooaaar!!
El oso cargó contra mí.
—Siéntate
—¿Grah…?
Lo miré con odio y repetí la orden. Se detuvo a mitad de camino, con la pata izquierda
temblando y tres ojos mirándome con incredulidad. Tal vez fuera más inteligente que un
normal… este monstruo parecía estar reevaluando su error de juicio.
—He dicho que te sientes.
Le repetí. El monstruo oso se dejó caer, sentado en el suelo como si fuera un perro.
—Whuuff, whuff, whuuf Gruñó a manera de disculpa.
Seguí adelante, escuchando sus sonidos desvanecerse en la distancia. No había sido el
primer monstruo que me atacaba en mi viaje. En comparación con el calabozo, nada de lo
que había encontrado en el bosque era una amenaza para mí hasta el momento.
La mayoría de los monstruos con los que me había encontrado eran de nivel 150 y no
daban suficiente experiencia como para que mereciera la pena luchar contra ellos.
Seguí caminando. Aunque vi nuevos árboles, el paisaje seguía siendo el mismo.
El bosque estaba realmente en medio de la nada. Entonces, mientras bordeaba la base
de un barranco, vi tres figuras humanas que me observaban desde lo alto del acantilado.
Por fin, otros humanos. Pero algo en este grupo no encajaba. En lugar de una cálida
bienvenida, tenían otros planes. Vi el resplandor de un círculo mágico y un trozo de tierra
del tamaño de mi puño vino volando hacia mí desde arriba. No me molesté en esquivar; la
túnica que Lunaère me había confeccionado desviaba los hechizos de bajo nivel. El proyectil
falló y se estrelló contra el suelo, levantando una nube de tierra.
[¿Fue un disparo de advertencia? Tal vez estoy invadiendo…]
Mientras reflexionaba, las tres figuras bajaron por el acantilado.
—Has fallado, Damia.
Dijo un joven de pelo largo y negro con los ojos oscuros.
—Eso no ocurre a menudo.
Era bastante guapo con una túnica negra y un collar con un colgante de una cruz, pero
irradiaba hostilidad.
—Lo siento, Lovis…
Un hombre regordete le respondió. Llevaba unas gafas de cuero desgastadas y movió la
cabeza en señal de disculpa.
—Está bien, ¿podemos acabar con esto?
Preguntó la tercera persona, una mujer que llevaba una prenda parecida a un kimono.
[No… eso es un kimono. También tiene una katana en la cadera]
—¿Qué es esto? ¿Son tres bandidos?
Pregunté. El que llevaba la túnica negra, posiblemente Lovis, se encogió de hombros
dramáticamente.
—A veces nos dedicamos al bandolerismo, pero prefiero otro nombre: ¡Los Segadores
Oscuros! Nuestros únicos amos son la libertad y la diversión. Somos menos bandidos, más…
mercenarios fuera de la ley.
Lovis dijo mientras se acariciaba la barbilla.
—Esperaba que fueras el Sacerdote Malvado Notts. Como mínimo, supuse que cualquier
que vagara solo por el Bosque Encantado sería un guerrero
formidable. Pero parece que nunca has oído hablar de nosotros, lo cual es
decepcionante. No es divertido matar a alguien como tú.
Lovis miró a su lado con fastidio. Realmente no me gustaba para nada cómo se estaba
desarrollando esta situación.
—Entonces… ¿me puedo ir?
—Bueno, ahora hagamos esto más interesante… ah, aquí vamos. Tengo una moneda.
Lovis dijo, mientras la lanzaba al aire antes de atraparla y pegarla en el dorso de su
muñeca.
—¿Cara o cruz? Si aciertas, te dejaré vivir. Si te equivocas, tendrás una muerte
dolorosa. Deberías pensarlo muy, muy cuidadosamente. Soy un hombre cruel, pero
paciente. Te daré… diez segundos para responder.
Lovis sonrió tras anunciar las reglas de su peligroso juego. Damia levantó una mano,
dispuesta a lanzar un hechizo. La espadachina con kimono bostezó como si no le importara
nada de lo que estaba sucediendo. Tragué saliva. Eran tres contra uno, y parecían bastante
acostumbrados a luchar contra otros humanos. Tuve que adivinar correctamente, pero...
¿qué clase de moneda usaban aquí? No sabría de qué lado estaba cada uno, aunque pudiera
ver la moneda. No me gustaban para nada esas probabilidades.
—¿Puedes darte prisa? El tiempo de espera no es divertido, y odiamos todo que no sea
divertido.
Lovis dijo mientras sus ojos se entrecerraban.
No, no era un buen momento para entablar una conversación sobre la moneda local.
Mi única opción era adivinar y estar preparado para correr si me equivocaba. Me
pregunté si podría liberar unos cuantos demonios del Espejo Maldito para retrasarlos.
—Ummm, ¿cara?
Lovis levantó la mano para mirar la moneda y asintió satisfecho. Volvió a meter la
moneda a su bolsillo y aplaudió.
—Enhorabuena, un dios debe estar sonriéndote…
—¡Genial! Bueno, me voy entonces…
—¡Un dios de la muerte! Damia, vuélale los miembros.
Lovis ordenó, levantando un brazo como señal.
Preparando mi espada, me puse en posición de combate. Puede que haya perdido el
juego, pero no iba a caer sin luchar.
—¡Las piernas primero!
Damia mencionó con una sonrisa mientras hacía un círculo mágico.
—Magia de Tierra nivel 4: ¡Misil de Tierra!
El proyectil salió volando hacia mí y, una vez más, se desvió para estrellarse a mis pies
con un estruendo. Cuando el polvo se asentó, vi a Damia mirándome con la boca abierta.
[¿Eso es todo?]
—¿No le dio?
—No, es más que eso; mira, su ropa ni siquiera se ha ensuciado con todo ese polvo.
Eso no pasaría si sólo fallaras.
Lovis intervino.
—¿Están jugando conmigo? Creí que me habían visto repeler ese hechizo de bajo nivel
hace unos minutos.
—¿¡Qué…!?
Damia perdió los nervios.
—Fascinante. Tiene algún tipo de resistencia, bueno… estaba vagando así de profundo
por el Bosque Encantado por sí mismo. Parece que esto podría ser divertido después de
todo.
Las comisuras de la boca de Lovis se curvaron en una sonrisa cruel.
—Damia no parece muy adecuada para este combate.
La otra mujer vestida de kimono dijo, con los ojos entrecerrados mientras ponía una
mano en la empuñadura de su espada y daba un paso adelante. Su aburrimiento fue
sustituido por una seriedad letal. Lovis levantó una mano para detenerla.
—Damia, Yozakura, retírense. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve un verdadero
desafío.
Lovis dio un paso adelante con elegancia.
—Magia Espacio-Temporal nivel 8: Bolsillo Dimensional.
Apareció un círculo mágico, y metió la mano dentro para sacar una enorme guadaña,
fácilmente tan alta como él.
—Me estaba volviendo un poco complaciente, ya que la gente me llamaba el Rey
Poscrito. Nunca pensé que alguien tendría el descaro de ponerse delante de mí y decir que
nunca había oído hablar de mí. Está bien, pero seguro has oído hablar de la guadaña
iluminada por la luna, la segadora de mil cabezas.
El filo de la media luna era realmente asombroso, con tonalidades negras y símbolos
grisáceos grabados a lo largo de la cara de la hoja.
—Es una guadaña muy bonita.
Tampoco había oído hablar de ella.
—Hace tanto tiempo que no lucho contra un oponente digno…primero, una prueba de
fuerza, ¡no te contengas!
Lovis se precipitó hacia mí.
—Veamos cómo es que manejas esto. Magia Espacio-Temporal nivel 4:
Teletransportación corta.
Parpadeó y reapareció detrás de mí para blandir su guadaña desde mi punto ciego.
Me defendí con mi espada.
[Huh… eso se sintió un poco débil]
—Bien, has pasado la primera etapa. Vamos a intentar otra, ¡Teletransportación corta!
Con una amplia sonrisa, atacó desde otra dirección. Volví a parar su ataque.
—Oooh, ¿así que puedes bloquear eso también?
[Tiene que estar conteniéndose, ¿no?]
—¡Teletransportación corta! ¡Teletransportación corta!
Lovis dijo, disfrutando mucho. En cuanto lo veía desaparecer, se movía a mi punto
ciego, se balanceaba y volvía a desaparecer. Ese parecía ser su único movimiento.
—¡Lo veo tan poco, pero el estilo de lucha de Lovis es un arte!
Damia mencionó con admiración.
—Aquí hay algo raro.
Yozakura dijo, con los ojos entrecerrados por la duda.
—No puedo creer que este tipo haya sobrevivido tanto tiempo en el bosque o que
nunca haya oído hablar de nosotros.
[Tarda tanto en hacer sus círculos mágicos, ¿está tan seguro de sí mismo que está
luchando casualmente? Tal vez está tratando de hacer que me confíe, y entonces acabará
conmigo, ¿y si intento darle un pequeño golpe…?]
—¡Todavía no he terminado contigo! ¡No te rindas! ¡Sólo estoy…!
Di un tajo horizontal con mi espada y repelí su guadaña. Salió volando de su agarre y
voló por los aires antes de aterrizar de punta en el suelo.
—¡Gaaah!
Lovis también salió volando hacia atrás, rodando por el suelo a una velocidad increíble
antes de estrellarse contra la base de un árbol con un impacto que partió el tronco. El árbol
crujió y se inclinó antes de caer finalmente sobre él.
[¡Ni siquiera puede ser de nivel 1000!]
Damia y Yozakura nos miraron a Lovis y a mí, con los rostros cubiertos de ceniza.
—¿Qué… qué acaba de pasar…? ¿Es esta mi sangre?
Lovis entró en pánico mientras yacía en el suelo, tratando de alejarse mientras yo
caminaba hacia él.
—¡Aléjate! Magia Espacio-Temporal nivel 7: ¡Gravedad!
Apareció un gran círculo mágico que empujaba el suelo a mi alrededor como si
estuviera bajo el peso de algún objeto masivo. Atravesé la hendidura sin romper el paso.
—Los hechizos de bajo nivel no funcionara.
—¡Pero este es un hechizo de nivel 7! De ninguna manera… ¡no hay ningún objeto que
pueda protegerte contra eso!
Lovis soltó un chillido agudo cuando me acerqué… utilicé [Análisis de Estado]

Nombre: Lovis Lordgrey


Raza: Nivel: Humano 181
HP: MP: Speed: 94/796 427/778 ¿?
Magia: Defensa: Ataque: ¿? ¿? ¿?

—Sólo tienes un nivel 181


Tartamudeé, nunca había tenía una oportunidad como esta. Con un nombre como
“Segadores Oscuros”, pensé que serían peligrosos. Ser mercenarios fuera de la ley los
hacías sonar como espadachines expertos, pero en ese mismo momento, estaba recibiendo
más de una sensación de insatisfacción.
—¿Acabas de decir “Sólo nivel 181”?
Dijo Lovis, mirándome con incredulidad. Dejó escapar un grito y se encogió aún más.
Damia y Yozakura aprovecharon el momento para saltar delante de él, cortándome el
paso.
—¡Corre, Lovis! Te ganaremos tiempo.
Damia gritó.
—¡Retírense, ustedes dos! No hagan ninguna estupidez.
Lovis fritó, bajando la cabeza avergonzado. Las otras dos saltaron sorprendidas, pero
se hicieron a un lado. Debió darse cuenta de que no era rival para mí, pero no iba a darle la
espalda. Tal vez eras demasiado orgulloso para utilizar a sus compañeras como escudos,
pero también podría tener un truco bajo la manga.
Luego se arrodilló e inclinó la cabeza con un suabe movimiento.
—Perdónanos, por favor, ¡te lo ruego! Mira, estoy de rodillas.
—Yo, eh…
Realmente se estaba haciendo la víctima. ¿Era el mismo tipo con el que acababa de
luchar? Miré a su equipo, pensando que uno de ellos podría intentar hacer algo mientras yo
estaba distraído, pero parecían tan sorprendido como yo. Este tipo de exhibición podría
haber sido razonable viniendo de una persona normal, pero una personaba que acababa de
hacer gala de tal villano, lo cual era molesto.
—Escucha, soy consciente de que te ataqué primero y dije cosas realmente arrogantes.
Si hay algo que yo… no, algo que podamos hacer para
compensarlo, lo haremos. Por favor, por favor déjanos vivir.
Lovis presionó su frente contra el suelo, cavando un agujero poco profundo.
—Jefe, me lo imaginaba… esta suplica es… simplemente vergonzoso.
—Una vez dijiste que anhelabas la muerte en batalla.
Yozakura añadió.
—No te culpo por rendirte. La discreción es la mejor parte del valor, pero esto es sólo…
—¡Silencio!
Lovis gritó, con saliva saliendo de su boca mientras golpeaba el suelo con los puños.
—¡Dije que sería feliz si moría en una lucha honorable hasta la muerte, no si me
aplastaban como a un insecto! Damia, Yozakura, escúchenme. Hay muchos monstruos en el
mundo más allá de nuestra compresión. Conocí a alguien así hace diez años, y fue una
arrogancia pensar que nos parecíamos en algo.
Cuando rezas a un dios, ¿dudas de que estás por debajo de él? ¡Ahora
inclínate! ¡Las dos, háganlo como yo!
Damia y Yozakura se miraron con incertidumbre antes de arrodillarse para inclinarse
también ante mí…
[Esto ya se ha vuelto incómodo…]
—Mira, no es la gran cosa. Sólo… vete ya de aquí.
No me apetecía mucho matar a los primeros humanos que había encontrado en
Locklore, aunque Lunaère me había dado la impresión de que las batallas a muerte eran
algo de cada día. Me apetecía entregarlos como criminales o algo así, pero no tenía ni idea
de dónde encontrar un pueblo. Tampoco quería verme envuelto en un drama local antes de
saber qué estaba pasando. Podrían causar problemas si los dejaba ir, pero a su nivel, serían
más molestos que peligrosos. Di un vistazo y vi que Yozakura había levantado ligeramente
la cabeza. Lovis tosio significativamente y ella volvió a inclinarse.
—En realidad… hay algo que podrías hacer por mí.
Les dije, considerando la situación en la que me encontraba antes de que nos
cruzáramos.
—¿Qué puede ser? Por favor, ¡pregunta, no te contengas!
Lovis respondió, murmurando en el suelo. Deseaba que dejara de hacer eso; era raro
hablarle así.
—¿Podrías mostrarme el camino a la ciudad?
Supuse que debían conocer el camino más rápido, y eso me ahorraría dar vueltas sin
rumbo. En este momento, me debían mucho, y si intentaba algo raro, podría encargarme de
ellos rápidamente.
—¡Por supuesto! Un poderoso guerrero como tú debe desconocer la zona porque has
venido de muy lejos, por favor, déjanos a nosotros… ¡¡seremos tus guías!!
Lovis se humilló, peor fue así que me encontré siendo conducido a través del bosque
por mis posibles atacantes.
—¡Si quieres descansar, sólo tienes que decírmelo! Estamos a su servicio.
—Gracias…
Lovis asintió exageradamente con una sonrisa forzada en su rostro, lo cual me pareció
espeluznante.
—Y si lo deseas, con gusto te daré un masaje.
—Gracias, pero voy a pasar.
—Podría llevarte en brazos. Caminar es tedioso, ¿Por qué no me lo dejas a mí?
—Estoy bien, de verdad.
Damia y Yozakura caminaban a poca distancia de nosotros, murmurando entre ellas y
pareciendo estar incomodas. La opinión que tenían de su jefe estaba cayendo en picada y
no las culpaba.
—Tiene mucho más sentido saber que fuiste convocado a este mundo. Las personas
como tú son material de leyendas. Yo mismo he tenido el honor de conocer a unos cuantos
viajeros de otro mundo. Todos tienen poderosos poderes y un increíble sentido de la
generosidad.
—¿Supongo que somos bastante comunes entonces?
Le pregunte, eso parecía encajar con lo que me había dicho Naiarotep. Estoy seguro de
que esa gente parecía alguien importante en comparación con un tipo como Lovis.
—Después de que me derrotaras con tanta facilidad, supe que debías ser uno de ellos.
Lovis mencionó, era una información útil, pero deseaba que dejara de actuar como
adulador.
—Pero, jefe, ¿no dijiste que eran un grupo de pusilánimes que no conocían su lugar?
Incluso te jactaste de matar…
—¡Silencio, Damia! Vuelve a abrir la boca y te la coseré.
Lovis gritos, escupiendo hacia la maga.
[Tal vez debería entregar a este tipo…]
—Ejem…
Lovis se aclaró la garganta y recuperó la compostura.
—No esperaríamos que un viajero supiera nada de esta zona. Permítame, le daré un
mapa de la región.
Mencionó mientras me entregaba un rollo de papel. Al verlo rápidamente, fue agradable
hacerse una idea de lo grande que era realmente el bosque, pero aún no tenía idea de
dónde estábamos.
—Ah, lo siento. Nos encontramos en esta zona, en esta dirección.
Lovis se inclinó incómodamente mientras señalaba un punto en el mapa. Parecía que
estábamos cerca del límite del bosque, pero aún quedaba una larga caminata hasta el
pueblo más cercano.
—Por favor, toma esto también. Es una brújula mágica. Será precisa en cualquier lugar,
independientemente de lo caóticas que sean las líneas mágicas subterráneas. Espero
sinceramente que te sea útil.
Lovis hizo un ademán para entregarme lo que parecía un collar de oro con una brújula.
—Jefe, ¿no es uno de tus objetos favoritos? ¡Ahora no podremos explorar los calabozos
de alto nivel! No es como su pudiéramos comprar otra nueva en el mercado…
Yozakura dijo con pánico.
—¿¡No les dije que se callen!? ¿Por qué no pueden entender que tenemos que
centrarnos en el ahora? Podemos preocuparnos por ello más tarde.
Justo después de gritar a Yozakura, Lovis se volteó hacia mí. La espeluznante sonrisa
volvió a aparecer en su rostro.
—Por favor, Kanata, sería un honor que aceptaras esto.
—Eh, claro, gracias…
¿Era realmente tan valioso? Lovis era una verdaderamente algo… peculiar, pero me
sentía un poco mal por Damia y Yozakura.
Tomando las Memorias de Acacia de mi bolsa mágica, hojeé las páginas.
[Imán de Oro del Rey Aventurero]
[Clase de valor: Rango A]
[Una brújula con una fuerte resistencia mágica debido a la potencial del
mineral especializado en la aguja y a las fórmulas mágicas grabadas en la caja.
El usuario nunca se perderá, ni siquiera cuando explore las profundidades de
los calabozos de alto nivel]
—Rango A, hmmm…
Murmuré, Lunaère había explicado que los objetos se dividían en nueve rangos: F, E, D,
C, B, A y S, seguidos de Legendario y, por último, Divino. Supongo que el rango A era
bastante poderoso. Por otra parte, mis estándares podrían estar un poco alejadas, ya que
los objetos de nivel Divino se encontraban a montones en Cocytus.
—Debería estar bien, si sólo es eso.
Murmuré, sin impresionarme. Lovis debió oírme, porque se encogió. Seguramente fue
un error decir eso delante de la persona que me acaba de hacer un regalo.
—Gracias, te lo agradezco mucho.
Me apresuré a añadir, metiéndola en mi bolsa mágica.
—Me duele ver que la traten tan casualmente… ah, pero no, no pienses en ello.
Lovis se quedó mirando mi bolsa mágica.
—Bueno, entonces… será, ah, más rápido que viajes al pueblo por su cuenta.
Nos encantaría acompañarte, por supuesto, pero… no somos realmente
bienvenidos en la ciudad.
—Hmmm…
El tenía un buen punto. Podía moverme mucho más rápido solo que arrastrándolos.
Entonces de nuevo…
—Bueno, todavía tengo más preguntas acerca de Locklore. ¿Te importaría quedarte
conmigo un rato más?
—Oh…
Lovis se hundió visiblemente, pero se recuperó rápidamente.
—Sí, ¡sí, por supuesto! Será todo un honor.

Segunda Parte

Me apoye bajo un árbol viendo a los mercenarios luchar contra un monstruo. Al usar mi
habilidad para comprobar su estado, se reveló que la bestia con cabeza de águila y cuerpo
de león era un grifo de nivel 200. Me estaba preparando para matarlo yo mismo cuando
Lovis arrastró a sus subordinadas a luchar contra el monstruo.
—Siéntase libres de descansar mientras esperan. Lo derrotaremos por ti.
Gritó mientras entraba en combate. Tal vez se sintió mal por haberme atacado.
[Tal vez no debería atacar a los viajeros al azar si sus sentimientos se hieren tan
fácilmente, y todavía está bastante golpeado por nuestra batalla, ¿está bien que luche en
esas condiciones?]
—¡Ca-caw!
El grifo gritó. Había estado volando cerca y se lanzó a atacar a Lovis.
—Magia Espacio-Temporal nivel 4: Teletransportación corta.
Lovis evadió el ataque. El otro punto al extremo de su teletransporte estaba justo
encima del grifo, y lanzó su guadaña para cortar una de sus alas. El grifo perdió el control y
se estrelló contra el suelo, donde se enderezó rápidamente y miró a Lovis.
—Magia de Tierra nivel 4: Misil de Tierra.
Damia atacó con un proyectil de tierra que voló directo hacia el grifo, el cual seguía
distraído. Surcó el aire y explotó frente a la bestia, lanzándole piedras. Parecía una buena
táctica: Lovis mantenía la atención del monstruo, mientras que Damia lo atacaba a la
distancia.
Mientras esos dos luchaban, Yozakura permanecía con una mano en su vaina y los ojos
cerrados.
—Magia Espiritual nivel 4: Tajo de Céfiro. Magia Espiritual nivel 5: Golpe de ogro.
Una luz rodeó su cuerpo. La magia de los espíritus toma prestado el poder mágico de
los espíritus locales de la naturaleza en lugar de canaliza la propia energía mágica del
lanzador. Al depender de esos espíritus, reducía la cantidad de consumo de energía mágica
y un lanzador podía utilizar hechizos de mayor nivel de lo que su propio nivel de habilidad le
permitiría normalmente.
Lunaère no era una fanática de ese tipo de magia, ya que decía que la magia espiritual
era difícil de controlar y, sobre todo que era inestable. Aunque me enseñó algunos de los
fundamentos, la mayor parte de sus instrucciones se centraban en cómo enfrentarse a un
oponente que utilizaba magia espiritual, en lugar de utilizarla yo mismo. La magia de los
espíritus solía centrarse en los potenciadores y otros hechizos de apoyo, pero tenía algunos
hechizos de ataque. Por su aspecto, Yozakura acababa de aumentar su velocidad y su
fuerza, y ahora estaba preparada. Lovis se teletransportó lejos del grifo y volvió a caer al
lado de Yozakura.
—Dejaré que lo termines.
Lovis mencionó levantando la mano hacia Yoakura. En un instante, ella desapareció y
volvió a aparecer detrás del grifo. Sacando su katana de la vaina y abriendo los ojos al
mismo tiempo, le cortó la cabeza al grifo de un solo ataque. La cabeza cayó al suelo y el
cuerpo se desplomó tras ella.
Bueno, eso lo había solucionado todo. Había estado un poco preocupado porque el grifo
era de un nivel superior al del grupo, pero consiguieron acabar con él con éxito.
Además, no parecían estar peor por el desgaste. Trabajaban muy bien en equipo, y
parecía que habían hecho este tipo de cosas antes. Al verlos así, realmente los respetaba un
poco.
—Siento la espera. Normalmente, me encargaría de este tipo de monstruos yo solo,
pero… ahora mismo no estoy en la mejor condición, así que he requerido de ayuda,
¿Continuamos?
Lovis dijo con su inquietante sonrisa, frotándose las manos mientras intentaba calibrar
mi estado de ánimo.
—Claro…
[Me retracto, este tipo es lo peor]
—No puedo soportarlo… este no es el Jefe que yo admiraba, el Jefe que yo seguía…
Damia se quejó, colgando la cabeza con abatimiento.
—Yo tampoco entiendo por qué actúa tan cobardemente. Pensé que era más bien un
espíritu libre.
Yozakura dijo, mirando a Lovis con decepción en los ojos.
—¿Qué es lo que no pueden entender? No soy un cobarde, pero tampoco soy un idiota.
Algunas personas son simplemente superiores a nosotros, y debemos tratarlas como tal. Si
no pueden comprender este hecho, es que son unas ignorantes irremediables.
Lovis dijo, con desesperación en su voz.
—Por sentido del deber, me quedaré con el grupo hasta que lleguemos a la ciudad.
Pero cuando lleguemos allí, habré terminado con los Segadores Oscuros.
Yozakura dijo con enojo en su voz.
—Bueno… no te voy a detener. Sin embargo, hay algo que debemos tener en claro. Más
que nadie, Yozakura, deberías saber que abandonar a los
Segadores Oscuros es una sentencia de muerte. Espero que disfrutes de una vida en la
que tiembles al ver nuestras sombras.
Lovis respondió.
—Creo que toda el grupo necesita tener urgentemente una plática acerca de tu
comportamiento. Damia y yo estamos decepcionadas contigo, pero ¿qué
pensarán ellos?
—¡Eh, espera! ¡Cálmate!
Damia gritó, tratando de poner paz mientras Lovis y Yazakura discutían.
—Discúlpame, Kanata, pero ¿puedo tener un momento? Necesito hablar de esto con
Yazakura.
Lovis me dijo.
—Lo que sea…
Le respondí sin ninguna emoción en mi voz.
—¡De verdad, eres demasiado amable!
Lovis se inclinó varias veces, y luego se giró rápidamente para mirar a la espadachina
de nuevo.
—Yozakura, me acuerdo de algo de hace seis años. Fue durante el incidente que te
llevó a unirte a los Segadores Oscuros.
—Una apelación a la nostalgia no funcionará, jefe.
—Ah… pero… Damia, ¡Damia, explícaselo tú!
—¿Yo? Pero yo…
Su inútil discusión continuo durante otros cinco minutos. Finalmente, Lovis pareció
quedarse sin fuerzas y Yozakura se ablandó un poco.
—Bien, puedes seguir dudando de mí, Yozakura. Mis acciones pueden parecer patéticas,
pero te aseguro que tengo buenas razones. Sólo pido que dejemos esto de lado por ahora.
—Bueno… si lo admites, supongo que podemos hablar de esto más tarde.
Parecía ser el final de su conversación, o al menos eso es lo que esperaba. Después de
escucharlos hablar, se me ocurrió que Lovis podría ser un mejor hombre que mercenario.
—Mientras sigas blandiendo tu espada, algún día lo entenderás. Valoro tu
compañerismo y no quiero perderte por un… pequeño malentendido como este.
Lovis dijo con diplomacia.
—Bien… pero si sigues actuando como una rata llorona, dejaré a los Segadores
Oscuros, sin importar las consecuencias. Por ahora, olvidaré que esto ha sucedido.
Yozakura mencionó.
—¡Por favor, perdónanos, Kanata!
Lovis interrumpió, girándose con una sonrisa falsa.
—Sólo será un momento más, sólo un momento más. Pronto habremos terminado.
Gracias por tu infinita paciencia y comprensión.
Lovis se inclinó muchas veces. Asentí ligeramente con la cabeza, y él pareció aliviado.
Volteándose rápidamente hacia Yozakura, dijo entre dientes apretados.
—Lo siento, ¿intentabas decir algo?
—Me voy después de todo.
—¿¡Por qué!?
Lovis se golpeó el muslo con frustración.
No veía que esto fuera a terminar pronto, así que decidí ponerme cómodo. Bostecé y
miré a mi alrededor sin ver nada interesante. Entonces alfo en el bosque me llamó la
atención…
[Espera, ¿es eso…?]
Era un goblin… piel verde y fea, de la altura de un niño, dientes caídos y puntiagudos.
Parecía increíblemente débil, pero recordé a cierta criatura dentro del Espejo Maldito
que tenía exactamente el mismo aspecto. Anteriormente, podía parecer un goblin débil,
pero cuando su presa bajaba la guardia, se abría y consumía a su victima por completo.
Imposible, ¿podría haberse escapado del Espejo Maldito mientras lo llevaba? Tal vez no
lo había cubierto adecuadamente. Liberar a un demonio de nivel 3000 en el Bosque
Encantado devastaría el ecosistema local.
[¡No puedes engañarme dos veces, demonio!]
—¡Lovis! ¡Toma a esas dos y usa Teletransportación Corta para huir! ¡Ahora!
Lovis se giró al oír mis palabras. Al ver al monstruos, su rostro se torció en confusión.
—¿Kanata…? Sólo es un goblin. Están por todo el bosque. Normalmente, los monstruos
más poderosos se los comen…
Tal vez se dejó engañar por la apariencia del demonio porque no parecía tener prisa por
huir. Eso limitaba mis opciones: necesitaba un hechizo que fuera lo suficientemente potente
como para matar al demonio al instante y lo suficientemente preciso como para limitar los
daños colaterales.
—¡Yo me encargaré de ello!
Grité, dirigiendo mi espada hacia el demonio.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: ¡Explosión Gravitacional!
La oscuridad brillante apareció, centrándose en el falso goblin.
—¿¡Nivel 19!? P-pero incluso los hechizos más poderosos de los altos elfos y de los
dragones apenas llegan a nivel 15…
Lovis dijo de manera conmocionada.
—¿Gwah?
El falso goblin jadeó por sorpresa. Movió los brazos y las piernas desesperadamente
mientras la luz oscura lo rodeaba y lo levantaba del suelo. Un segundo después, la
oscuridad que se extendía se colapso y el hechizo implosionó.
Hubo un fuerte estallido. La suciedad y la maleza fueron absorbidas por la singularidad.
Los árboles fueron arrancados y arrastrados hacia los lados. Junto con los restos del
bosque, el demonio fue aplastado hasta un punto infinitesimal.
Entonces, el hechizo explotó, haciendo que la sangre y la carne del demonio cayera
sobre la tierra que lo rodeaba. Los mercenarios fueron derribados por la explosión y rodaron
por el suelo cubiertos de la sangre del demonio.
[Hmmm…]
Un demonio con la apariencia de un goblin no habría muerto fácilmente, y no dejaban
vísceras de aspecto… tan normal. Aparentemente, Lovis tenía razón, era sólo un monstruo
de la zona.
—Lo siento, me he excedido un poco. Parecía un demonio que había matado antes.
Dije, volteándome hacia Lovis y las otras. Respiraba entrecortadamente, con las manos
en el suelo mientras intentaba levantarse.
—Esto es exactamente de lo que estaba hablando, Yozakura. No es una cuestión de
cobardía u orgullo. Intentar luchar contra una bestia como esta sería como luchar contra
una avalancha. No tengo miedo de morir con honor, pero no me interesa hacerlo en un
combate inútil.
—Lo siento mucho, jefe. Me equivoque.
Yozakura dijo. Al menos habían llegado a un acuerdo. Después de viajar con los
mercenarios durante un día, finalmente llegamos a los límites del bosque. Los niveles de los
monstruos que encontrábamos seguían bajando conforme avanzábamos. Las criaturas de
nivel 150 cerca de la entrada de Cocytus fueron sustituidas por las de nivel 40 en el límite
del bosque, y luego por las de nivel 20 en los campos y las campiñas de los alrededores.
—Ahí…
Lovis dijo con voz cansada.
—Por fin puedes verlo. Esa es la Ciudad de Arroburg.
Distinguí una gran ciudad, rodeada por un alto muro para mantener a los monstruos
fuera. La idea de dormir en un alojamiento civilizado era un cambio maravilloso. Me había
acostumbrado tanto a vivir en entornos peligrosos que una cama de verdad sonaba
decadente. Pero entonces recordé que no tenía dinero.
—Si vendo esta brújula, quizá pueda conseguir un poco de dinero.
Murmuré para mi mismo, pensando en voz alta. Entonces vi que Lovis me miraba con
los ojos muertos.
—¡Ah, lo siento! Es que no tengo nada dinero. No sé realmente cómo me las arreglaré
en la ciudad.
Sonreí torpemente y me rasqué la cabeza. Pensé en devolver la brújula como ofrenda
de paz. Lovis parecía atesora mucho este objeto, pero si intentaba devolvérselo,
probablemente se asustaría y me obligaría a quedármelo. Decidí conservarlo: honraría sus
sentimientos y podría ser útil.
—¿Dinero? ¡Dinero! ¿Tienen dinero encima?
Lovis gritó, con el rostro pálido mientras se dirigía a sus subordinadas.
—Sí, tengo un poco, jefe…
—Sólo cargo con lo que necesito, pero tengo algunas monedas…
Damia rebuscó en su bolsa mágica y sacó una bolsa algo más pequeña. Lovis subió sus
cejas y golpeó la bolsa de la mano extendida de Damia, provocando que las monedas se
esparcieran por el suelo.
—¿¡No entiendes lo que significa que te pidan dinero cuando estás a punto de
separarte!? ¡¡Es el precio de sus propias vidas!!
La sangre se drenó del rostro de Damia, y comenzó a temblar. Yozakura también
pareció sorprendida y dejó caer su bolsa mágica al suelo, justo a mis pies.
—¡Mira, esto no es un asalto ni nada! ¡Está bien! Además, tiene que haber una forma
de ganar dinero en la ciudad. Sólo me gustaría saber si hay alguna clase de ley o
reglamento particular que deba conocer.
—¿Ganar dinero? Bueno… ¿quieres ganarte la vida honradamente?
Lovis preguntó, a lo que me quedé mirándolo en silencio. Su rostro palideció y empezó
a agitar las manos.
—¡Finge que no te lo he pedido! Es que puede ser difícil para alguien sin prueba de
identidad ganar dinero de manera legitima. Los lugares de trabajo oficiales sólo aceptan a
personas con documentos de identidad. Así que sólo quedan los lugares que ofrecen
servicios ilícitos, trabajos por debajo de la mesa, ese tipo de cosas. No conozco muchas
otras opciones…
—Hmmmm, realmente preferiría algo legal.
—Uh, ciertamente, bueno, entonces…
Lovis se quedó pensando un buen rato, con la mano en la barbilla. Al parecer, esto iba
a ser más difícil de lo que esperaba.
—¿Y el gremio de aventureros?
Yozakura dijo, y Lovis levantó la cabeza.
—¿En qué estás pensando? No puedes esperar que Kanata trabaje en un lugar de tan
bajo nivel. ¿¡Puedes siquiera imaginarlo!? ¿¡Una bestia absoluta como esta recogiendo
hierbas medicinales y haciendo recados para el Gremio!?
[No es que sea un monstruo…]
—¡Perdón, jefe! Tienes toda la razón.
Yozakura se inclinó ante Lovis.
—¡No es a mí a quien tienes que disculparte! Por favor, disculpa su insolencia, Kanata.
Yozakura no es de este país. No entiende cómo son las cosas en realidad…
—Uh, está bien, no me molesta… en realidad, cuéntame más sobre este Gremio de
Aventureros.
Podría ser un lugar fácil para ganar algo de dinero rápido. El concepto era casi universal
en los juegos de rol y en las novelas ligeras japonesas. Si los dioses habían hecho Locklore
usándolos como guía, podría estar de suerte.
—El gremio de aventureros es una organización establecida de acuerdo con el mandato
del Rey y organizada por el Jefe de Ciudad o Región. Mientras no seas un delincuente
registrado, puedes aceptar solicitudes de trabajo remunerado presentadas por el Jefe de la
Ciudad, el propio Gremio o por las personas del pueblo. Los pedidos van desde la reducción
de la población de monstruos hasta el transporte de equipajes. Dependiendo de lo que
recojas en tus misiones, el Gremio también sirve como un mercado para vender tus objetos
o partes de los monstruos.
Lovis explicó… me gustaba como sonaba todo ese asunto del gremio. No estaba seguro
de hasta dónde podría llegar con la caza de monstruos con mi nivel actual.
Pensé que estaría bien… probablemente. Como mínimo, era más fuerte que los
mercenarios. Me preguntaba cuál era la razón.
—El Gremio se lleva una parte de todo, y sólo puedes aceptar trabajos que son
básicamente tareas hasta que te creas una reputación con ellos. El Gobernante local, Lord
Grand, también tiene una fama de ser tacaño e ineficaz. Creo que sería una perdida de
tiempo.
—Puedo lidiar con todo eso, sobre todo porque es la única opción legal. Me uniré al
Gremio e intentaré encontrar algún trabajo.
La verdad es que me alivió oír que había trabajos de nivel básico disponibles.
Probablemente podría ocuparme de ellos sin ningún problema.
—Eh… ¿a tu nivel?
Lovis preguntó, con una mirada de confusión en su rostro. Me dio la impresión de que
no había comprobado mis estadísticas, pero seguramente se había hecho una idea de ellas
cuando luchamos.
—¿Es demasiado bajo?
Le pregunté.
[Rayos, y yo que pensaba que estaría en una buena posición…]
Lovis pareció no saber qué decir por un momento, pero luego una sonrisa apareció en
su rostro.
—¡No, estarás bien! Sólo necesitas la cuota de inscripción, así que te daré algo de
dinero.
Buscó en su bolsa mágica y sacó un puñado de monedas-
—No es mucho, pero debería pagar la cuota y, unos días de alojamiento y comida.
Me entregó las monedas en una bolsa pequeña, y Damia, muy vacilante, le tocó el
hombro para llamar su atención.
—Jefe, ¿está seguro de esto? Si se une al Gremio… las cosas terminarán, ah,
complicadas…
Ella le susurró.
—No es mi problema, y no le he dicho ninguna mentira. No debería enfadarse con
nosotros. De todos modos, tenemos que irnos lo más rápido posible.
Lovis le respondió susurrando.
No podía saber lo que decían, pero estaba ansioso por entrar a la ciudad.
—¿Lovis?
Le pregunté, a lo cual saltó sorprendido.
—¡Ah, lo siento! Para ser sincero, Kanata, no somos muy queridos por el Señor de aquí,
ya ves. No podemos acercarnos a las puertas de la ciudad. Odio tener que dejarte, pero si
no te importa… lo entiendes, ¿verdad?
—Sí, gracias por todo, me cuidaré de aquí en adelante.
—¡Gracioso como siempre! ¡Entonces nos despedimos! Si el destino lo permite, nos
encontraremos de nuevo.
Lovis se apartó lentamente de mí, luego se dio la vuelta y empujó la espalda de sus
subordinadas.
—¡Corran, tontas! Corran para que no volvamos a cruzarnos en su camino.
Les susurró mientras se adentraban nuevamente al bosque. Los tres parecían estar en
mejores términos mientras desaparecían entre los árboles.

Tercera Parte

A medida que me acercaba a Arroburg, pasé junto a un grupo de personas con túnicas
negras. Estaban tallando e incrustando fórmulas mágicas en las murallas de la ciudad.
Me pregunté si se había construido algún tipo de barrera mágica en la mampostería,
dificultando el acercamiento de los monstruos.
Finalmente llegué a la puerta principal después de unos minutos, donde un hombre con
un carruaje discutía con un par de guardias del pueblo por poner un puesto sin la licencia
correspondiente. Entré y vi que la ciudad estaba formada por calles estrechas, llenas de
edificios y casas. Parecía incluso más concurrido que mi ciudad natal en Japón. Había mucha
gente aglomerada tras la seguridad de las murallas de la ciudad.
Era difícil caminar sin tropezar con nadie. Recorrí las calles buscando el Gremio de
Aventureros, pero no pude encontrarlo.
—¡Aah…!
Mientras miraba en otra dirección, un hombre corpulento cruzó de lado de la calle en
dirección a la colisión. Me giré para recibir el golpe con el hombro, inclinándome hacia atrás
para reducir el impacto. Era evidente que no había prestado atención a las personas que me
rodeaban, pero decidí que una disculpa sería la mejor manera de suavizar las cosas y seguir
con mi búsqueda.
—Lo siento, estaba tratando de encontrar…
Empecé a explicar con una inclinación de cabeza, pero me agarró del hombro.
—Tienes mucho valor, niño, ¿crees que puedes correr hacia mí y librarte con una
patética reverencia?
Levanté la cabeza y miré el rostro del hombre. Era un tipo corpulento de unos cuarenta
años, de más de dos metro de altura y con una enorme cicatriz en su rostro con arrugas.
Detrás de él había un tipo bajito y de aspecto andrajoso.
—¿Qué ha hecho, Octavio?
El hombrecillo preguntó.
—Este mocoso chocó conmigo y luego trató de huir. Eso me dolió niño.
[No nos golpeamos tan fuerte…]
—Es una bonita túnica la que tienes ahí, y mira esa bolsa mágica, ¿tu papá te los
compro? Los mocosos como tú, que nunca han visto un día de trabajo, realmente me
molesta. Me enojan lo suficiente como para matar, ¿sabes?
Octavio dijo con una sonrisa amenazante.
Finalmente lo entendí. Esto era un chantaje, Octavio chocó conmigo intencionalmente,
y ahora las otras personas de la zona estaban caminando alrededor de nosotros, actuando
como sino hubieran visto nada. Esto no era la forma en la que quería iniciar una nueva vida
en Locklore. De repente empecé a preguntarme qué pasaría si se produjera una pelea.
Octavio era enorme y musculoso, pero existía la posibilidad de que no fuera mucho más
fuerte que Lovis.
Aparté rápidamente ese pensamiento y decidí intentar evitar una pelea. No sabía nada
de este mundo, y mucho menos de esta ciudad. Si esto se convertía en un gran problema,
podría arruinar mis posibilidades de vivir y trabajar aquí. Tal vez podría sobornarlo y evitar
más problemas.
—Lo siento, no tengo mucho encima, pero ¿el dinero compraría su perdón?
—Me gusta un tipo que sabe lo que debe hacer, pero…
Octavio dijo, midiendo mi tamaño.
—Te diré una cosa, dame la bolsa mágica que llevas en la cadera, con todo lo que hay
dentro y quedamos en paz. Siempre he querido una de ellas.
Sentí que mi expresión se endurecía. Los objetos verdaderamente peligrosos, como el
Espejo Maldito, estaban en un bolsillo dimensional, pero guardaba cosas como las pociones
y las Memorias de Acacia en la bolsa para facilitar el acceso. Y lo que es más importante, la
bolsa mágica contenía cosas que había recibido de Lunaère. No iba a entregarle a este tipo
las cosas que me había dado, junto con los recuerdos.
[Tal vez debería correr…]
Di un paso atrás y estaba a punto de usar [Análisis de Estado] cuando oí la voz de una
chica gritando.
—¡Guardias! ¡Hay una pelea! ¡Alguien ha sido apuñalado!
La multitud que nos rodeaba murmuró y se detuvo cuando escuchó la noticia.
—¿¡Qué, un apuñalamiento!? ¿¡Dónde!? ¿¡Quién es el atacante!?
Vi a dos guardias corriendo rápidamente por la calle en nuestra dirección… los mismos
dos que habían cerrado el puesto de ante. Entonces me di cuenta de que la chica había
estado gritando cerca de Octavio y mí. Lo del apuñalamiento era sólo para crear un poco de
distancia entre nosotros.
—O-Octavio…
El pequeño hombre dijo con nervios.
—¡Las cosas se pondrán feas si esto se convierte en una escena! ¿No te amenazaron
con echarte del Gremio la próxima vez que causaras problemas?
—¡Si te encuentro de nuevo te mato!
Octavio apretó los dientes y miró a los guardias que se acercaban con ojos brillantes.
—¡Tuviste suerte, mocoso, pero esto no ha terminado!
—No te preocupes, Octavio. Conozco esa voz, era esa maga blanca, Pomera.
El hombrecillo dijo, sonriendo mientras miraba a la multitud. Octavio giró su brazo
derecho y me golpeó en el hombro, luego comenzó a correr.
Me miré el hombro, ¿ha hecho algo? No me dolió en absoluto. Pero mientras corría, me
di cuenta de Octavio llevaba un hacha de aspecto increíble. Era claramente alguien que se
ganaba la vida cazando monstruos. Tal vez incluso era un aventurero. También estaba
dispuesto a iniciar una pelea conmigo, y seguramente eso significaba que su nivel era lo
suficientemente alto como para sentirse cómodo buscando peleas con extraños. Antes de
que desapareciera de mi vista, utilicé mi habilidad para ver a qué me enfrentaba.

Nombre: Octavio Augrain


Raza: Nivel: Humano 28
HP: MP: 112/129 106/106

Parpadeé.
[Eso no puede estar bien. Tal vez me centré en una persona al azar de la multitud en
su lugar]
No, lo comprobé. Era ridículo; incluso Lovis era más fuerte. Mi evaluación de este tipo
hacía cambiado. Tal vez sólo era un leñador con una mala actitud, pero sino hubiera hecho
yo mismo la comprobación de estado, nunca habría imaginado que Octavio sólo era de nivel
28. Decidí empezar a comprobar en secreto los estados de más personas para intentar
conocer mejor el nivel medio de la zona.
—Oye, ¿eres el tipo que fue apuñalado? No veo que tengas sangre.
Uno de los guardias dijo. Parecía molesto porque no estaba herido.
—Creo que tal vez ha sido un error. Pero gracias por venir, me han ayudado mucho.
—¡Tsk! Dejamos que una persona con un puesto ilegal se salga con la suya.
Se quejó el otro guardia antes de que ambos me miraran y se alejaran.
Arroburg no parecía ser una ciudad de almas bondadosas. Mi mente se acordó de unos
de los recuerdos de Lunaère, rodeada de libros de magia mientras me daba una lección
sobre los fundamentos mágicos y Noble la observaba y añadía comentarios para molestarla.
—Echo de menos Cocytus.
Vi a una chica frágil que me miraba con ansiedad mientras la multitud se reducía.
Llevaba una boina azul recogida en la cabeza y tenía el pelo rubio algo corto y ondulado
asomando por debajo. Llevaba un gran bastón a su lado. Debía ser ella la que me había
ayudado. Cuando hicimos contacto visual, ella saltó y salió corriendo.

Cuarta Parte

Después de evitar una pelea con Octavio, seguía sin poder encontrar el Gremio de
Aventureros. Nadie parecía ser capaz de darme indicaciones claras. Mientras buscaba, vi
más figuras con túnicas, todas ocupadas en tallas fórmulas mágicas en los muros de la
ciudad. El proyecto debía ser más grande de lo que había pensado inicialmente. Parecían
estar coordinados con la guardia de la ciudad, así que supuse que eso no era motivo de
sospecha.
Al girar por otra calle en busca del Gremio, sentí un tímido pinchazo en la espalda. Me
giré para encontrarme con la chica rubia del bastón justo detrás de mí. Me miró con dudas.
—Por casualidad, ¿estás buscando el Gremio de Aventureros?
Ella preguntó sujetando su boina con timidez. Sus hombros temblaron un poco cuando
nuestras miradas se cruzaron, y apartó la mirada. Me atrapó desprevenido que me abordara
una chica tan bella y, tras un momento de silencio, empezó a retroceder mientras negaba
con la cabeza
—Siento haber metido en tus asuntos.
Dijo, parecía asustada, y me pregunté con qué frecuencia hablaba con extraños.
—Te agradecería que me mostrarás el camino hacia el Gremio de Aventureros.
Fuiste quien llamó a los guardias por mí, muchas gracias, señorita…
—P-Pomera. Lo siento, es mi culpa que te hayas metido con los guardias…
[Pomera… esos tipos la mencionaron antes]
—No, no, gracias a ti, realmente me ayudaste. Gracias, ¿me has… seguido desde
entonces.
Había estado caminando casi al azar, vagando por las calles. Era imposible que nos
encontráramos por casualidad.
—En realidad, estaba tratando de decidir si debía hablar contigo antes de eso también.
Terminé siguiéndote…
¿En serio? Dada mi experiencia hasta ahora en Arroburg, eso parecía un poco
sospechoso. Podía parecer dulce, pero tal vez estaba detrás de la túnica que Lunaère hizo
para mí, o de mi bolsa mágica, o de la Investigación del Rey Hechicero.
—Vale, pero… ¿había alguna razón para que me siguieras?
Le pregunté.
—Umm, es sólo que… parecías estar perdido durante mucho tiempo. Lo siento, debería
haber dicho algo antes. No soy muy bueno hablando con la gente.
[Tal vez sea una buena persona después de todo, solo es tímida]
Me sentí un poco avergonzado por haber sospechado lo contrario de ella. Había estado
observando todo este tiempo, esperando el momento indicado para poder hablarme. Si
estuviera tan nerviosa por hablar con extraños, probablemente habría desistido de
inmediato. Una vez roto el hielo de forma incómoda, Pomera se dirigió al Gremio de
Aventureros.
—Entonces, ¿has venido aquí solo, Kanata?
—Sí, bueno… se podría decir que estoy de viaje.
—Si ese es el caso… las cosas que puedes hacer serán realmente limitadas.
Últimamente han muerto muchos aventureros de bajo nivel, así que han
endurecido los requisitos. No es frecuente que un solo aventurero pueda incluso
aceptar un trabajo de Rango F aquí en Arroburg.
—Oh, ¿en serio…?
Mis hombros se desplomaron con decepción. Parecía que me iba a encargar de tareas
menores hasta que encontrara gente con la que formar un equipo.
—Te dejaría unirte a mi grupo, pero… no creo que eso vaya muy bien.
Pomera giró la cara, con aspecto triste. Me dio la impresión de que no era una persona
que tomara decisiones.
Después de caminar un rato, llegamos a un gran edificio con un escudo sobre la puerta
que llevaba una espada roja y otra blanca. Las personas que estaban allí tenían un aspecto
rudo, como si fueran luchadores. Por fin había llegado al Gremio. Entramos juntos, y
Pomera miró nerviosa a su alrededor antes de soltar un suspiro de alivio.
—¿Qué sucede?
Le pregunté.
—N-Nada, sólo que, bueno… tenía que reunirme con los miembros de mi grupo, y he
llegado un poco tarde. Parece que soy la primera en llegar, así que me siento un poco
aliviada.
—¿Llegas tarde? ¿Es mi culpa porque tuviste que rescatarme?
—¡No, no, no! Es mi culpa, yo soy el que se acercó a ti de todos modos.
Además, los demás suelen reunirse en otro sitio y luego vienen al Gremio… y suelen
llegar tarde.
Parecía que la estaban excluyendo. Pomera negó energéticamente con la cabeza, quizá
adivinando lo que pensaba por mi expresión.
—¡Está bien! Son muy amables conmigo a pesar de todo. Son buena gente.
Ella siguió insistiendo.
Eso era lo que decía, pero de todas formas no era asunto mío. La intervención de una
persona ajena a un grupo no suele ayudar cuando hay problemas, pero su tono me hizo
sentir incómodo. Pomera dijo que iba a esperar a sus compañeros junto a la entrada, así
que me di la vuelta para ir solo a la recepción. Ella me detuvo justo antes de ir.
—K-Kanata… ten cuidado, por favor. Ese hombre con el que estabas luchando, Octavio,
es un aventurero de Rango D. Ha recibido sanciones del Gremio por incidentes que
implicaban violencia… bastantes veces.
Así que realmente es un aventurero… Si el rango más bajo era el F, entonces Octavio
estaba tres rangos por encima con sólo el nivel 28. Eso no me parecía un sistema funcional.
Por otra parte, empezaba a dudar de la afirmación de Lunaère de que no estaría a salvo
fuera del calabozo a menos que fuera nivel 4000.
—Hay rumores de que está arremetiendo ahora porque no logró ser promovido a Rango
C. Es probable que cambiarse de atuendo sea una buena idea, y cubrirse el rostro con una
capa…
Pomera continuó.
—Huh, gracias por hacérmelo saber…
Sería una verdadera pena que acabara en un altercado con él, porque no quería causar
ningún problema. Al mismo tiempo, tampoco tenía ningún deseo de quitarme el abrigo y las
joyas que Lunaère me había regalado sólo para esconderme de un matón como Octavio.
—Pomera-san, gracias por todo.
Le dije con una reverencia.
—Fuiste una gran ayuda cuando lo necesitaba. Prometo que algún día te devolveré el
favor.
Pero ella se quedó parpadeando confundida.
—¿Pomera…?
—¡Perdón! ¡Nunca nadie me había dado las gracias sinceramente! Yo… yo no sé
realmente que decir… ¡lo siento!
Tuve una sensación de hundimiento.

Quinta Parte

—Raro…
Murmuré mientras esperaba en la fila de la recepción. Había estado comprobando
discretamente el estado de las personas a mi alrededor, y los resultados eran
desconcertantes. De las veinte personas que analice, todas estaban entre el nivel 5 y el 30.
Me estaba haciendo reconsiderar mi reacción a Lovis por ser de nivel 181.
Incluso el nivel 28 de Octavio parecía estar por encima de la media.
No es de extrañar que Lovis fuera un imbécil arrogante. En la mayoría de las
situaciones, realmente tenía el poder para respaldar su actitud. Entonces empecé a sudar
cuando me asaltó otro pensamiento incómodo. Si la gente de aquí se enterara de que estoy
en el nivel 4122, me tratarían como una especie de monstruo. Incluso podrían intentar
echarme. ¿Me mintió Lunaère? O tal vez había estado encerrada en Cocytus durante tanto
tiempo que sus ideas sobre los niveles razonables estaban completamente distorsionadas.
Dijo que había gente poderosa en Locklore y que sin duda se fijarían en mí, así que tal vez
sólo estaba intentando ser precavida, pero en serio, esta diferencia de nivel parecía
demasiado… extrema…
—¿Eh…?
Un cartel me llamó la atención. En la pared del Gremio había un cartel de búsqueda con
una cara conocida. El letrero decía: “Lovis de los Segadores Oscuros” y debajo,
“Recompensa: 80 millones de oro”. ¿Podría haber tanta diferencia entre un yen japonés y
un oro lockloriano?
[Eso es absurdo. Es imposible que ese tipo tenga una recompensa de 80
millones de yenes por su cabeza]
—Da miedo, ¿eh? Se le ha visto por la zona, así que hay carteles de “Se Busca”
por todas partes.
Una voz llegó desde atrás. Me giré para ver a un joven delgado de más o menos mi
edad, el cual cargaba con un arco y un carcaj a la espalda.
—¿Qué clase de persona es?
Pregunté, fingiendo ignorancia.
—No sé mucho sobre él…
—Oh, vaya…
—¿Nunca has oído hablar de Lovis? Recluta aventureros que son rechazados por el
gremio. Aceptan trabajos como asesinatos o interferir en el comercio. Ese tipo es una mala
noticia. Incluso hay rumores de que está aceptando tratos a escondidas de múltiples
señores. Sin embargo, no tiene un mal rostro. Y acaba con muchos otros criminales porque
es un matón obsesionado con la lucha.
Hay gente que lo apoya como si fuera una especie de héroe popular. Tiene un carisma
oscuro, ¿sabes?
—Carisma oscuro…
Recordé la espeluznante y extraña sonrisa de Lovis.
¿Oscuro carisma…? Eso no parecía correcto, ¿tal vez la persona que conocí era una
falsa usando el nombre de Lovis? Pero era imposible confundir el rostro que salía en el
cartel con el que vi.
Me fijé en otro cartel de "Se busca" de color rojo brillante que había al lado. Este cartel
tenía el dibujo de un joven de ojos estrechos con una túnica, pero extrañamente no tenía
una recompensa escrita. Todo lo que decía era "Sacerdote Malvado Notts". Me pregunté si
su colocación junto al cartel de Lovis significaba que también había habido avistamientos de
él.
—¿Y qué pasa con ese?
Le pregunté al tipo que estaba detrás de mí.
—¿Tampoco has oído hablar de los dragonites? Amigo, son humanos que también son
como… dragones. Son básicamente desastres andantes. No hay ninguna recompensa por él,
porque no hay forma de que un humano pueda hacer algo contra ellos. Si un monstruo así
estuviera en la ciudad, simplemente huiría.
[De acuerdo, eso suena como un serio peligro]
—De todos modos, creo que la advertencia sobre Notts es solo un rumor. Había un
montón de carteles en otros edificios, pero ayer vi a los guardias quitándolos.
Son sólo un montón de chismes. Ni siquiera sabemos si el tipo está vivo o muerto.
Finalmente, llamaron a mi número en la recepción. Me las arreglé para unirme al
gremio sin problemas usando el dinero que obtuve de Lovis. Me dieron un libro de registro
con información básica, pero... no había trabajos decentes disponibles para mí. Sólo había
un montón de tareas y trabajos mal pagados. Iban desde la búsqueda de familiares
perdidos hasta la investigación de magia de invocación de bajo nivel.
Los trabajos eran tan insignificantes que me preguntaba por qué los solicitantes no
podían hacerlos. Técnicamente, había algunos trabajos de rango F que implicaban la
recolección de hierbas medicinales en el bosque o la caza de duendes, pero no se me
permitía tomarlas.
—Sólo esperaba algo con un poco más de pelea…
Le dije a la recepcionista.
—Es una formalidad, pero no podemos permitir que los aventureros de Rango F
acepten trabajos relacionados con monstruos a menos que estén en un grupo de dos o más.
La recepcionista me contestó en un tono que implicaba que lo decían muy seguido.
Parecía que tendría que transportar equipaje o ayudar en la investigación de
invocaciones hasta que encontrara algunos miembros para el grupo. Estaba a punto de
tomar una tarea de la lista cuando oí una voz enfadada procedente de la puerta principal.
—¡Oye, Pomera! ¿Dónde diablos has estado? ¿Estás intentando jodernos?
—¡Pero si acabas de llegar…!
—¿Eres estúpida? No te presentaste, así que nos fuimos de compras. Supongo que eso
nos pasa por dejar entrar en el grupo a una basura como tú.
Pomera se encogió cuando un hombre de pelo azul le gritó. Otra mujer que estaba
cerca bostezó como si estuviera aburrida de la situación. Esos debían de ser los miembros
del grupo que Pomera mencionó. Ella había insistido en que sus compañeros eran buenas
personas, pero a mí no me lo pareció. De hecho, parecían muy malos por reprenderla por
esperar mientras ellos estaban en la tienda.
—Me pondré al final de la fila.
Le dije a la recepcionista mientras me inclinaba. Tomé mi libreta de inscripción y me
dirigí hacia Pomera. Era mi culpa que llegara tarde, y no iba a dejarla así.
—Tu patética magia blanca no sirve para nada. Lo único que tienes a tu favor es que no
respondes, pero ni si quiera puedes llegar a tiempo, ¡no vales para nada! ¿¡Entiendes lo que
digo, estúpida!?
El hombre de pelo azul se inclinó cerca de Pomera, invadiendo su espacio. Su boca se
abría y se cerraba, pero no emitía ningún sonido.
—¡Vamos, habla! ¿¡Entiendes lo que estoy diciendo!?
Me puse entre los dos, separándolos.
—Llega tarde porque me ayudó cuando estaba perdido. Si es por eso por lo que estás
enfadado, entonces te pido disculpas. Aunque pareces demasiado enfadado para que ese
sea el único problema, así que preguntó qué más está pasando aquí.
—¿K-Kanata?
Pomera dijo, sorprendida.
—¿Eh?
El hombre de cabello azul me miró molesto. Resopló y volvió a mirar a Pomera.
—¿Así que te desviviste por ayudar a este tipo? Supongo que los mestizos tratan de
arrimarse a cualquier humano que se encuentren.
—¿Mestizos…?
Pregunté.
—Oh, ¿no lo sabías? Bueno, pues echa un vistazo.
El hombre sonrió cruelmente y agarró la boina de Pomera.
—¡No! ¡Detente, Roy, por favor!
Pomera gritó e intentó resistirse, pero Roy la empujó hacia abajo mientras le robaba su
boina. Rápidamente me moví detrás de ella y detuve su caída.
—¿Estás bien?
—¿Qué…? ¿Acabas de teletranspórtate?
Roy me miró con los ojos entrecerrados antes de frotárselos con el dorso de su mano.
—Lo que sea. Échales un vistazo a sus orejas, mitad humanas y mitad del bosque.
El rostro de Pomera estaba pálido mientras se llevaba las manos a la cabeza, tratando
de ocultar algo. Debajo, podía ver unas orejas puntiagudas.
—¿Un elfo? No… un semielfo.
Dije en voz baja. Lunaère me había hablado de ellos, pero era la primera vez que vía
uno por mí mismo.
Probablemente podía adivinar porque Roy la había estado llamando “basura” y “del
bosque”. Los elfos eran una raza de personas con orejas largas que sobresalían en la magia
e invocaban el poder de los espíritus para evitar la vejes y las lesiones. Los altos elfos vivían
en un continente flotante en el cielo, pero los nacidos y criados en los bosques de la
superficie s llamaban simplemente “elfos”. Lunaère decía que los altos elfos podían vivir casi
mil años con la ayuda de los espíritus del cielo, mientras que los elfos del bosque vivían
cerca de quinientos. Un semielfo en una ciudad podría vivir hasta unos doscientos años.
Los elfos preferían la naturaleza y odiaban la expansión de las ciudades, por lo que a
menudo se enfrentaban a los humanos. Sabiendo que había una historia de conflictos, no
me sorprendió que hubiera cierto resentimiento y odio.
—Lo siento, no quería engañarte, Kanata, sólo… quería que fuéramos amigos.
Los ojos de Pomera se llenaron de lágrimas. Pensaba que era extrañamente tímida,
pero ahora entendía porque… no era bienvenida ni en la sociedad humana ni en la elfa.
—Lo entiendes, ¿verdad? Tienes que mantener a estos mestizos con una correa corta.
Soy un buen tipo sólo por dejarla unirse a nuestro grupo, ¿verdad?
Roy acercó su rostro al mío. Este tipo realmente me estaba molestando.
—A menos que seas una especie de idiota, deberías volver a ocuparte de tus propios
asuntos.
—Sí, lo entiendo… entiendo que hablar contigo no tiene sentido.
Esta conversación no iba a ninguna parte. No sabía demasiado sobre los detalles de la
diplomacia entre humanos y elfos, pero estaba tan molesto que no me podía importar
menos.
—Pomera-san, ¿podrías formar un grupo conmigo? Necesito a alguien que me enseñe
los sitios de esta ciudad, y yo solo no puedo aceptar ningún trabajo decente.
Entonces le extendí la mano a Pomer para que la estrechara.
—Huh… pero, soy una medioelfa… ¿estás seguro? Y no sé si seré útil…
Roy me miró fijamente antes de dirigirse a Pomera.
—¡Oye, tú no estás a cargo aquí! No puedo permitirme perder a ninguna mano de obra
barata.
—Esta es la decisión de Pomera-san. Tus beneficios no importan.
Le dije. Pomera parecía insegura al principio, pero finalmente se decidió. Temblando,
extendió la mano y me la estrechó suavemente.
—¡Estaría encantada de acompañarte, Kanata! No sirve de mucho, ¡pero haré lo que
pueda!
Cuando Pomera y yo nos dimos la vuelta para volver a la recepción, Roy me agarró del
hombro. Se inclinó y me susurró al oído.
—Escucha, Kanata o lo que sea, no necesitas fingir que eres un buen tipo. Lo entiendo.
Pensé que una mestiza del bosque también sería buena con la magia, pero su nivel es bajo,
es torpe y no sirve para nada. Bueno, tal vez sea buena para desahogarse un poco…
deberías darle…
Le di un ligero empujón a Roy para alejarlo de mí, y la fuerza lo hizo caer al suelo.
—Eres patético.
Le dije.
A mitad de camino hacia la recepción, Pomera se detuvo y miró hacia atrás por encima
del hombro.
—No deberías malgastar más energía con ese tipo.
—Es que… está actuando de forma extraña.
Miré hacia atrás para ver que Roy se retorcía en el suelo con los ojos bien abiertos y
babeando mientras pedía ayuda a su otro miembro del partido.
—¡Dios, me duele! ¡Ayúdame, Holly! Tengo el hombro dislocado.
Parecía que la brecha de nivel iba a ser un problema mayor de lo que había esperado.

Sexta Parte

Hicimos el papeleo necesario con el gremio para establecer que Pomera y yo éramos un
grupo. Ahora podíamos aceptar peticiones que implicaran luchar contra monstruos, y yo no
tendría que ocuparme de hacer tareas o misiones de búsqueda. El primer trabajo que
aceptamos no fue el más emocionante, pero parecía apropiado para un grupo recién
registrado. Se suponía que debíamos intentar reducir los enjambres de goblins de nivel 7 en
las afueras de Arroburg. Ni siquiera sería un reto, pero no había otra forma de aumentar mi
rango en el gremio. Y sin aumentar mi rango, no tendría acceso a peticiones de mayor
nivel. Esas eran las reglas, así que fuimos a cazar goblins.
—Umm… ¿estás realmente de que me quieres en tu grupo?
Pomera me preguntó con dudas después de aceptar el trabajo. Comprendí porque era
tímida, teniendo en cuenta lo mal que la habían tratado por Roy y su grupo… sin embargo,
su falta de confianza me hacía sentir incómodo.
—Soy yo quien debería darte las gracias. Eres la única persona de la ciudad que
conozco, aunque te haya conocido hace menos de un día. Siento que puedo confiar en ti.
El rostro de Pomera se enrojeció mientras jugueteaba con su boina.
— Estoy muy contenta porque yo también quería ser amiga tuya... y no me tratas
diferente ahora de que sabes que soy una medioelfa. Roy y Holly me trataban un poco mal
a veces, así que estoy muy agradecida de que me hayas invitado a unirme a tu grupo. Es
que no quiero ser una carga.
—¿Un poco mal a veces…?
Dije sin pensar. Me pareció que eso se quedaba corto.
—¡En el pasado fueron amables! Sabían que las personas del gremio me evitaban
porque era una mestiza. Eran los únicos que sonreían cuando
hablaban conmigo. No pude cumplir sus expectativas porque no valgo nada…
Sus hombros se desplomaron en señal de decepción.
—Tal vez si… si pudiera hacerlo mejor, entonces podría ser amiga de Roy y Holly…
Quería levantarle el ánimo, pero no sabía qué decir. Aunque Pomera tuviera el poder
mágico que Roy esperaba, dudaba que hubiera cambiado la dinámica de su grupo.
Recordé las groseras palabras de Roy sobre Pomera, eran vergonzosas. Debería
olvidarse de esos dos imbéciles. Se mirará como se mirará, Roy era un simple brabucón.
Tampoco pensaba mucho en Holly, ya que se había quedado parada y había dejado que Roy
abusara de Pomera.
—¡Soy de bajo nivel comparada con Roy, pero puedo usar Magia Blanca hasta el nivel
3! Mamá me enseño eso… mientras estaba viva. Así que puedes dejar que me encargue de
la curación.
Aunque la magia blanca era mi talón de Aquiles, podía utilizar hechizos de hasta nivel
4, pero eso me lo guardé para mí. Hasta ahora, había conseguido curarme con los elixires
de Lunaère y el Anillo de Ouroboros. En cuanto a los niveles de experiencia, ya lo había
comprobado. Roy era de nivel 14 y Pomera de nivel 7. Mientras que, para ellos, Roy podría
parecer el doble de fuerte que Pomera, para mí, eran más o menos lo mismo.
—¡Voy a hacer todo lo posible para no defraudarte! Prometo que seré útil.
Pomera dijo en voz alta mientras apretaba los puños. Se dio cuenta de lo fuerte que
hablaba cuando notó que otras personas miraban en su dirección. De nuevo, se puso roja
como un tomate y se bajó la boina como si quisiera esconderse en ella.
Si Pomera se enteraba de que estaba por encima del nivel 4000, probablemente
pensaría que sólo la había invitado a unirse a mí por lástima. En realidad, necesitaba un
miembro para el grupo, con la finalidad de poder hacer mejores trabajos, y tener a alguien
cerca que supiera de aventuras y de la ciudad. Pero me preguntaba si ella podría lidiar con
el hecho de saber la verdad o si simplemente dejaría el grupo pensando que era una carga.
Si se marchaba, tenía la sensación de que las cosas le irían mal. Sin embargo, fruncí el ceño
al considerar que involucrarla en mi extraña situación podría causarle muchos problemas.
—¡Lo siento, Kanata! Te estoy avergonzando…
Pomer dijo con unas pequeñas reverencias. Debió de ver mi expresión endurecida y
supuso que era porque estaba siendo ruidosa. Sonreí, lo que pareció calmarla, pero aún me
preocupaba lo que debía de hacer.
Nos cruzamos con un hombre de baja estatura al salir del Gremio. Al ver a Pomera
conmigo, sonrió ampliamente. Era el adulador de Octavio, el Rango D, así que me apresuré
a salir de ahí junto con Pomera. Mientras nos alejábamos, le pregunté a Pomera dónde
podríamos encontrar una tienda para comprar algunos artículos antes de partir a cumplir
nuestra misión.
—Recomiendo este almacén general.
Dijo mientras señalaba un cartel.
—Tienen una amplia selección de pieles aprueba de gua, cuchillos, artículos de
recuperación e incluso ramas secas para antorchas. Tengo un kit de costura, así que no te
preocupes por eso. Mi costura es… es la única cosa por la que Holly me ha felicitado.
Cuando dijo que tenía un kit de costura, tardé un momento en darme cuenta de por
qué sería útil. Entonces caí en la cuenta de que la ropa se estropea al luchar contra los
monstruos. Ser capaz de reparar tu equipo fuera de la ciudad debe ser realmente útil.
—Ya tengo algunos objetos de recuperación. También tengo una cantimplora y se me
da bien la magia de juego, así que no creo que necesitemos nada caro.
Le dije levantando mi bolsa mágica y dándole unas palmaditas.
—T-Tú tienes una bolsa mágica. Me pareció que estabas bien vestido… Ahora me siento
un poco tonta.
Pomera se encogió, apretando los hombros.
—No tienes que creer en mi palabra, pero Roy y Holly vienen a esta tienda a menudo.
De verdad, ¡es buena! Si confías en la mágica, puedes acabar
quedándote sin ella cuando más lo necesitas. Es mejor adquirir el hábito de comprar
pociones extra cuando puedas.
Odiaba escuchar el nombre de Roy, pero ella no parecía estar resentida en absoluto.
Era extraño que ella sugiriera este lugar, ya que obviamente le traía malos recuerdos.
Tal vez se preocupaba más por tratar de ser útil que por insistir en lo rudo que la
trataban.
—Para ser sincero, no creo que debamos preocuparnos tanto.
—¿Se trata de dinero? Si es así, puedo pagar… de todos modos, es probable que no lo
uses…
—¡No, yo pago! Tengo un poco de dinero de alguien que conocí mientras viajaba, así
que estoy bien, o creo que lo estoy, al menos…
—¡No tienes que ser tan generoso!
Pomera dijo.
—Está bien… cuando estaba en el grupo de Roy y Holly, me hacían pagar por cosas
pequeñas todo el tiempo.
[¡Esos malditos…!]
—¡Yo pagaré!
Insistí sin ceder.
—Sólo dime lo que necesitamos.
Seguimos yendo y viniendo durante un tiempo. Pomera tenía tantas ganas de ser útil
que acordamos dividir los gastos. Una vez hechas las compras, nos dirigimos a las puertas
de la ciudad para ir a cazar goblins.
—No creo que Roy-san y Holly-san sean muy buenas personas.
Dije de manera vacilante mientras caminábamos.
—Lo… siento si te duele hablar de ello, pero ¿no estás enfadada con ellos en absoluto?
—Creo que hay algunas cosas que no se pueden evitar.
—¿No se pueden evitar…?
—Los elfos que vivían en el bosque cercano solían atacar mucho a Arroburg.
Mi padre era un humano de este pueblo, y mi madre era una elfa. Ella solía odiar a los
humanos hace mucho tiempo, pero… a medida que mi madre y mi padre se fueron
acercando, el líder de los elfos trató de hacer que los demás elfos del pueblo se resintieran
de ella como lo hacían los humanos. Al final, la echaron del bosque.
—¿Por qué haría eso el líder?
—Los elfos pierden la protección de los espíritus y su poder si viven en asentamientos
humanos durante demasiado tiempo. Y cuando las ciudades crecen, destruyen los lugares
donde los elfos pueden vivir. Mamá dijo que las personas piensan que los elfos y los
humanos no deberían coexistir por eso.
Eso explicaría porque los medio elfos no eran bienvenidos en la ciudad. No diría que no
se podía evitar, pero sí que parecía un problema con raíces profundas.
—Y entonces papá dijo que Lord Grand trató de crear problemas contra los elfos.
Probablemente no le gustaba que otra raza reclamara una parte de sus tierras.
Especialmente en el bosque con buenos terrenos de caza. Finalmente, los elfos se alejaron
por el odio y la violencia. Yo era todavía joven, así que no lo recuerdo realmente.
Había sospechado que las cosas iban mal, pero me sorprendió saber que toda una
sociedad se había visto obligada a emigrar.
—Lord Grand es un extremista, pero la hostilidad contra los elfos está creciendo en
todo el reino. Eso es lo que me motiva… el hecho de que los humanos y los elfos se vean
como enemigos. Si trabajo muy duro y hago amigos, ¡podría hacer pequeños cambios en la
actitud de las personas aquí en la ciudad! Si pudiera… si pudiera ser útil, entonces
seguramente Roy tendría que tratarme con respeto. Eso es algo que sólo puede hacer una
semielfa como yo.
Pomera dijo, agarrando su bastón con fuerza mientras hablaba. Su rostro enrojeció de
repente al darse cuenta de que se había desviado del tema principal.
—Lo siento… no hace ni un día que te conozco y ya te estoy hablando de este tipo de
cosas. No muchas personas me escuchan. Es que… soy muy molesta, ¿no?
—En absoluto. Creo que es un objetivo admirable.
Sentí un nuevo respeto por Pomera. Era muy difícil tener que aguantar tanto odio, pero
de alguna manera, ella se las arreglaba para repudiar sólo al sistema y no a la gente de
este. Parecía tímida, pero asumía el peso sobre sus propios hombros en lugar de resentir a
los demás. Esta pequeña semielfa era en realidad muy previsora y tenía un corazón
fundamentalmente bueno.
—Me gustaría ayudar, si hay algo que pueda hacer.
Mi único objetivo desde que dejé Cocytus era crear muchos recuerdos que pudiera
compartir con Lunaère la próxima vez que la viera, para que pudiera experimentar la
superficie a mi lado. Ayudar a Pomera con su sueño me parecía una buena historia que
contar. Prefería seguir un sueño que aventurarme sin rumbo, aunque sea el sueño de otra
persona. Mi propio sueño no era muy realista. Tenía la fantasía de renegociar con Naiarotep
para poder volver a ver a mi gato, Kuromaru, pero siendo realista es que eso era muy poco
probable que ocurriera. Naiarotep me odiaba a muerte, y entablar un debate con el Dios
Inferior probablemente no acabaría bien. Además, no me gustaría dejar a Lunaère aquí sola
mientras regreso a Japón. Me preocupaba Kuromaru, pero era un hueso duro de roer.
Estaba seguro de que ya estaba viviendo de la tierra o de la caridad de algún otro extraño.
Pomera me miraba con los ojos muy abiertos y las lágrimas cayendo por sus mejillas.
—Lo siento, es que… estoy muy feliz. Nadie me había apoyado antes, y estoy tan
contenta, que me he puesto a llorar…
Pomera dijo mientras se limpiaba las lagrimas con sus mangas.
—P-pero, no creo que valga la pena. No tengo forma de pagarte.
[Me gustaría que tuviera un poco más de autoconfianza. Sería mucho más fácil hablar
con ella…]
Por fin llegamos a la puerta de la ciudad y nos dirigimos a cazar goblins.
[Así que… goblins, ¿eh? Voy a tener que contenerme, o las cosas podrían salir mal.
Tendré que ajustar mis tácticas a la situación]

Séptima Parte

El gremio pagana unos 2000 de oro por cada goblin que matáramos. Pomera dijo que
dos personas debían aspirar a matar unos ocho goblins al día. Sin embargo, nos rodearon
rápidamente cinco de ellos en cuanto salimos de las llanuras.
Pomera atacó sobre todo con su bastón, quizá intentando guardar su magia para más
adelante. Intenté hacer de saco de arena golpeándolos con la empuñadura de mi espada, ya
que matarlos demasiado rápido levantaría sospechas.
—Hay más de los que esperaba…
Dije, esquivando un golpe del garrote de uno de los goblins. Lo golpeé con mi espada y
salió volando hacia atrás.
—Probablemente haya una guarida de goblins cerca. Deberíamos informar al Gremio
para que algunos aventureros de Rango C investiguen la zona. Será una lucha difícil para
nosotros dos solos, así que deberíamos reducir su número y encontrar una forma de
escapar.
Pomer dijo, y yo asentí.
[Es más fácil decirlo que hacerlo]
Intenté golpear suavemente a un goblin con mi espada cuando comenzó el combate,
pero su HP era tan bajo que su cuerpo se convirtió en polvo y desapareció, lo que hizo que
Pomera sospechara al instante.

Nombre: Espada Heroica de Gilgamesh


Clase de valor: Divino
Ataque: Aumento de: +3500
Magia: Aumento de: +2500
Información sobre el arma:
La espada favorita de un príncipe nacido hace 3000 años, que además era el
hombre más fuerte del mundo. Su resplandor puede cortar directamente la fuerza
vital de monstruos y demonios. Las legendas cuentan que el “Golpe Dorado”, era
un ataque que contenía un tercio de la fuerza de todo el reino.
El príncipe utilizó esta espada para derrotar a los Nightmare Rites, un grupo
de cinco demonios. Su victoria puso fin a sus doscientos años de reinado y liberó a
su pueblo.
Después, el príncipe fue considerado como uno de los cuatro héroes de la Era
Oscura.
Tiempo después, el príncipe murió de una rara enfermedad, tanto su cuerpo
como esta espada desaparecieron. Se dice que ambos fueron llevados a descansar
con los dioses.

Era una espada asombrosa que había recibido de Lunaère. Podía lanzar ráfagas de luz a
modo de ataque, y la descripción era realmente inspiradora. Pero era demasiado poderosa
para luchar contra los goblins. Si accidentalmente utilizaba incluso una fracción del poder
que había obtenido al entrenar con Lunaère, alguien tan patológicamente amable como
Pomera podría ver eso como una razón para abandonar el grupo. No podía guardar mi
secreto para siempre, pero decidí que era una conversación para tener cuando no
estuviéramos siendo asaltados por monstruos de bajo nivel.
El primer goblin que maté desapareció en una nube de polvo. Había conseguido
convencer a Pomera de que, para empezar, nunca hubo un goblin allí, pero no podía
cometer ese error dos veces. Ahora intentaba luchar contra los monstruos esquivando sus
golpes de garrote con la empuñadura de mi espada. Desvié el ataque de un goblin y revisé
a Pomera justo a tiempo para ver cómo su bastón era desviado por la fuerza bruta del
ataque de un goblin.
[Maldita sea, no la estaba vigilando. Todo lo demás será inútil si ella se lastima
gravemente]
Empujé suavemente al goblin que tenía delante con el pie, y éste salió disparado.
Luego me volteé hacia el goblin que Pomera intentaba golpear con su bastón y utilicé la
empuñadura de mi espada para golpearlo en la frente. Su cabeza se rompió a la altura del
cuello y empezó a rodar rápidamente.
—¿¡Estás bien!?
Le grité, mientras tanto, el goblin que había pateado chocó con un árbol, que le
destrozó el cuerpo, y la cabeza del otro seguía rodando alegremente por el suelo.
—S-Sí, estoy bien…
Pomera me respondió, con la boca abierta de asombro al ver cómo la cabeza del goblin
se alejaba a la distancia.
[Los goblins son más débiles de lo que pensaba. Voy a tener que trabajar en algunos
movimientos para mantener esta farsa]
Los dos goblins que quedaban dejaron caer sus garrotes y huyeron.
—Bien, los dos últimos huyeron. Eso significa que hemos acabado con tres…
Dije mientras revisaba los restos de los goblins. El gremio me dijo que utilizaban la
oreja izquierda de los goblins como prueba de su muerte, así que teníamos que asegurarnos
de conseguirlas. No creí que pudiera convencer al gremio de que un puñado de arena era
una oreja, así que no hubo suerte con el que había recibido un buen tajo de la Espada
Heroica de Gilgamesh.
—Eh… dos. Acabamos con dos. Así que sólo tenemos que matar a seis más.
Entonces recordé que las orejas seguían unidas a la cabeza rodante.
—K-Kanata… sé que es descortés entrometerse, pero… ¿eres de alto nivel?
Pomera preguntó titubeantemente tras mirar en dirección a la cabeza del goblins
rodante.
—Bueno… quizás le di en el punto justo… o algo así…
—¿En el lugar correcto?
Pomera comenzó a preguntar, pero oímos el estruendo de unos pies a la distancia.
Me giré y vi a una turba de goblins, casi veinte, corriendo directamente hacia nosotros.
En este grupo no había sólo goblins del tipo normal: tres de ellos tenían manchas rojas.
Antes, Pomera había dicho que debíamos correr si veíamos algún goblin con manchas rojas.
Al parecer, si los goblins formaban una manada, teñían de rojo la piel de los miembros más
fuertes para indicar que eran los líderes.
—¡Un estampida de monstruos! ¡Esto no debería ocurrir tan cerca de la ciudad!
¡Aunque corramos, nos rodearán! Los goblins tienen miedo al fuego, así que usemos las
antorchas. ¡Es mejor que nada!
Pomera gritó.
Tanto si tenía un secreto como si no, ésta no parecía una buena situación para
contenerse. Preparé mi espada y vi, para mi sorpresa, que un humano corría muy por
delante de la manada de goblins. Era un hombre de baja estatura y nariz aguileña,
encorvado y tocando una extraña flauta de jade. Sonreía con rencor en los ojos mientras
corría hacia nosotros. Conocía a ese tipo... Nos habíamos cruzado con él al salir del Gremio.
Ahora corrió hacia nosotros unos instantes antes que los monstruos y se regodeó.
—Jajajaja… ¡deberías haberle dado a Octavio tu bolsa mágica cuando tuviste la
oportunidad! Al menos seguirían con vida.
Dijo el hombre, poniendo sus manos en su boca mientras se reía fuertemente.
Era el adulador de Octavio. No estaba exactamente seguro de cómo controlaba a los
goblins, pero al ver su extraña agitación, supuse que la flauta de jade tenía algún tipo de
poder para agitarlos. En cualquier caso, era evidente que no se trataba de un encuentro
casual. Puede que no sepa cómo nos encontró, pero era obvio que no era su primer rodeo.
—Odio limpiar después de un trabajo. De esta manera, sólo serán un par de estúpidos
que mordieron más goblins de lo que podían masticar. Incluso si alguien se entera, me haré
el tonto y diré que no tuvimos ningún problema. Los pequeños como tú deberían saber su
lugar, pero tuvieron que resistirse.
Octavio odia eso más que nada.
El hombre guardó la flauta y sacó lo que parecía ser una gyoza amarilla, que lanzó en
dirección a Pomera.
—Es un dumpling oloroso… relleno de jugo fermentado y carne podrida, ¿no te
encanta?
Había oído que el olor de la carne podrida atraía a los goblins, así que el dumpling
debía ser una especie de señuelo. Probablemente esperaba poder escabullirse cuando los
monstruos decidieran luchar contra nosotros por el asqueroso olor.
—¡Aaaaah!
Pomera gritó.
—¡Agáchate!
Grité mientras saltaba delante de ella y atrapaba la bola de masa. Se lo lancé a los
goblins para ganar un poco de tiempo; y efectivamente, el compañero de Octavio estaba
huyendo. Mientras corría, gritó…
—Así que lograste atraparlo, ¿eh? No hay problema. Sólo tengo que ser más rápido que
ustedes, los novatos. Un consejo: no es la fuerza ni la magia lo que diferencia los niveles,
sino la velocidad. Los goblins te mataran, y…
Se desplomó hacia el suelo cuando lo alcancé y lo hice tropezar suavemente.
—¡Agh! No es posible que seas tan rápido.
Se quejó mientras golpeaba el suelo.
—Tienes razón, la velocidad es donde está la diferencia de niveles.
Dije, cruzando miradas con el hombre, el cual levanto el rostro. El color se drenó de su
cara, quedando totalmente pálido con la boca abierta.
—¿Qué nivel tienes? ¿30? ¿40?
[Parece asumir que no puedo estar por encima del nivel 100]
No hubo más tiempo para hablar. La jauría de goblins llegó por fin para atacar. No
podía dejar que ni Pomera ni el compañero de Octavio vieran como desintegraba a los
monstruos, así que volví a enfundar mi espada.
—¡No te rindas, Kanata! Haré lo que pueda, ¡y ahora no tenemos más remdio que
ayudarnos también! Encontraremos una forma de salir de esto de alguna manera…
Dudo que tuviera miedo, incluso aunque nos atacaran cien duendes. Probablemente
usaría un hechizo para acabar con todos a la vez., pero en esta situación, di un paso
adelante y atrapé uno de los garrotes del líder goblin con mi mano desnuda antes de darle
una ligera patada en el pecho. Explotó… su caja torácica se hizo añicos y sus miembros
cayeron al suelo mientras su torso salía volando hacia el horizonte.
—¿Qué…?
Vi como el rostro del hombrecillo seguía palideciéndose.
Parecía que matarlos a patadas estaba descartado. Intenté golpear a otro goblin con la
palma de la mano. Mi golpe atravesó el abdomen del monstruo, y lo retiré rápidamente
antes de que la sangre o la mucosidad del goblin tuvieran oportunidad de llegar a mi mano.
Eso parecía funcionar. Si era rápido, podía matarlos sin mancharme de sangre el abrigo que
tenía puesto y, además, caían en el lugar donde estábamos en lugar de salir disparados
hacia la distancia. Después de menos de un minuto, el caos había terminado, y yo estaba
sobre una pila de cadáveres de goblins.
—Kanata…que… fuerte…
Pomera dijo, mientras se le caía la mandíbula. Parecía que mi secreto había quedado al
descubierto.
—¡Perdóname! O-Octavio me obligó a hacerlo.
El hombre dijo con el sudor cayendo por su rostro pálido como si fuera un fantasma.
Me agaché y arranqué la flauta de jade de su bolsillo antes de lanzarla al aire, donde la
golpeé. Se hizo añicos y los pedazos cayeron sobre él. Sus ojos se abrieron de par en par y
aspiró aire.
—¡Me iré de la ciudad! ¡Te juro que no volverás a verme! ¡Sólo ten piedad, por favor!
Cerré los ojos y reflexioné. Había intentado matarnos, y por la forma en que se había
jactado, estaba bastante seguro de que lo había hecho antes. Pero no me atrevía a matar a
alguien que rogaba por su vida.
—Dile a Octavio que no lo dejaré pasar otra vez.
—¡Sin duda! Definitivamente se lo diré.
El hombre se levantó y empezó a dirigirse hacia la ciudad tan rápido como pudo.
Arrastró la pierna que yo había cogido para hacerle tropezar, y luchó por respirar
mientras se alejaba cojeando.
[Me gustaría creer que este es el final de los problemas con Octavio…]

Octava Parte

Después de que el pequeño hombre corrió hacia la ciudad, nos ocupamos de cortas las
orejas de los goblins muertos. Como eran veinte, habíamos cumplido con creces nuestra
misión del día, aunque yo hubiera desintegrado a uno y mandado a otros a volar…
—Kanata… eres muy fuerte, ¿verdad?
Pomera dijo con tristeza. Me imaginé que esta conversación iba a ocurrir. Tener un
compañero mucho más fuerte obviamente la haría sentir incómoda, pero no pensé que la
haría tan infeliz.
—Siento no habértelo dicho cuando formamos el grupo. No quería que sintieras que no
eras los suficientemente buena.
—Está bien, entiendo completamente porque estarías preocupado.
—Es que… no creía que pudiera confiar en nadie más. Y tú me has enseñado mucho
sobre la ciudad y sobre el trabajo como aventurero. Realmente me has ayudado mucho.
—P-pero, te retendré a partir de ahora…
¿Era realmente eso lo que pensaba? Si las cosas salían mal y la gente se enteraba de
mi nivel o de mis artículos, podía acabar llamando la atención de forma equivocada.
Me pareció que no entendía realmente lo mucho que apreciaba su confianza y la
relación de trabajo que estábamos construyendo.
—Todavía hay mucho que no sé, y la mayoría de las personas de aquí no parecen ser
agradables. No sé si podré encontrar a alguien más en quien confiar, y además quiero
conocerte mejor. Me gustaría que te quedaras en mi grupo.
—….
Pomera miraba en silencio al suelo, sumida en sus pensamientos. En el fondo, sabía
que era una aventurera. Quería trabajar duro y al mismo tiempo ser útil a los demás y
establecer relaciones de igualdad. Si se quedaba conmigo, sólo ayudaría fuera de la batalla,
lo que no estaba en consonancia con sus objetivos. Aunque intentara pagarle más para
compensar eso, no creía que lo aceptara.
Levantando la cabeza, me respondió…
—Kanata… eres un usuario de magia, ¿no?
Miré mi abrigo. Aunque no había tenido muchas oportunidades de usar hechizos desde
que había llegado a la superficie, sin duda estaba vestido para ser un mago.
Incluso desarmado, podía matar goblins todo el día, pero los hechizos eran mi pan de
cada día si alguna vez luchaba contra algo cercano a mi nivel.
—Sí, soy un usuario de magia.
Pomera inclinó la cabeza hacia mí y me dijo…
—Si no es mucha molesta, ¿podrías entrenarme en magia?
—¿Quieres que te entrene?
—Entiendo que es pedir mucho, pero… no hay nadie más a quien pueda
pedírselo. Me he esforzado todo lo que he podido, pero siento que he llegado al límite
de lo que puedo hacer por mi propia cuenta. A menos que reciba una formación adecuada,
nunca seré más que una carga.
Conocía la sensación. Algunos aspectos de la magia eran imposibles de estudiar por
uno mismo. Sin los consejos de Lunaère, los libros de magia, los objetos mágicos y su
brutal programa de entrenamiento, no habría llegado tan lejos ni en mil años.
Pomera se centraba en la magia blanca, y el hecho de ser una semielfa significaba que
también tenía cierta afinidad a la magia espiritual. No sabía mucho sobre esas áreas, pero
tenía los libros de magia de Lunaère y una bolsa llena de elixires. Entrenar a Pomera parecía
algo que podía hacer.
—Si pudiera ser lo suficientemente fuerte, entonces… podría ser capaz de ser amiga de
Roy y Holly.
[Ugh… esos dos. Ojalá pudiera olvidarse de ellos]
Puede que no esté de acuerdo con su razonamiento, pero cuando formamos un grupo,
prometí que haría lo que pudiera para ayudarla a conseguir sus sueños. Al menos, de esta
manera, seguiríamos unidos como grupo.
—Bien, no estoy seguro de si seré un buen profesor, pero… estoy deseando trabajar
más contigo.
Le dije, ofreciendo mi mano.
Pomera miró a su alrededor de forma vacilante y luego se señaló a sí misma para
confirmar que esto estaba sucediendo realmente. Asentí con la cabeza. Ella sonrió
felizmente y me tomó la mano.
—¡Gracias, Kanata!
Me alegré de que nuestro grupo no se hubiera desmoronado, pero me sentí extraño.
No había pasado casi nada de tiempo desde que era un estudiante, y ahora de repente
era el maestro. Mis pensamientos se dirigieron a los recuerdos de Lunaère. Deseaba
desesperadamente volver a verla, ¿Cuánto tiempo tendría que estar lejos para que me
dejara volver a visitarla?

Novena Parte

Pomera y yo volvimos al Gremio de Aventureros para entregar las orejas de goblins.


—¿Todos estos…?
Los ojos de la recepcionista se abrieron de par en par mientras miraba de un lado a
otro entre Pomera y yo.
—No ha pasado ni medio día desde que aceptaron la petición. Ustedes dos son
aventureros de Rango F, ¿cierto?
Contó las orejas, a mitad de su conteo, sus manos se detuvieron y dio un salto.
—¿Un líder goblin? No… ¿¡Tres líderes goblins!? No es posible…
—¿Son realmente tan diferentes de los goblins normales?
Pregunté antes de poder detenerme. Aparte de sus manchas rojas, no había podido
distinguirlos de los demás goblins en el combate. La recepcionista me miró con
desconfianza.
—¿Realmente lucharon contra esos goblins, o están tratando de hacer alguna clase de
broma? Esto es… más de lo que esperaría de aventureros de Rango F.
—Eh, bueno, verás…
Dije, buscando las palabras, pero Pomera se acercó corriendo y me cortó.
—¡Sí! El asunto es que Kanata acaba de registrarse, y creo que puede ser un poco más
fuerte que su rango actual, ¡oh! Y la razón por la que regresamos tan rápido es porque
teníamos que informar que probablemente haya una guarida de goblins al sur de la ciudad.
Pomera extendió un mapa y explicó la situación a la recepcionista.
—Bueno, ha habido algunos otros informes de esa zona. Si ese es el caso, supongo que
su historia tiene sentido. Gracias por informarnos.
No creía que la recepcionista estuviera del todo convencida, pero si parecía estar
dispuesta a dejar atrás esta conversación.
[Eso estuvo cerca. Me alegro de que Pomera supiera qué hacer]
—Kanata, ¿has trabajado antes como guardaespaldas o alquimista?
Preguntó, cambiando de tema.
—Deberías ser capaz de llegar al rango D, o incluso al C, siempre que te pruebes un
poco.
El sistema de rangos y posiciones dentro del gremio no me interesaba más allá de los
nuevos trabajos que desbloquearía, pero sería bueno tener una meta. El rango C
sonaba como si pudiera tener algunos beneficios secundarios, así que decidía apuntar a
esp.
—¿Él? ¿¡Rango C!? ame un respiro…
Me di la vuelta y vi a Octavio mirándome desde el otro lado de la habitación, con
profundas arrugas talladas en su rostro. Su nariz se movía en un gruñido. No vi a su
compañero, así que me pregunté si el mensaje había sido entregado. Le devolví la mirada y
Octavio se dio la vuelta para marcharse. Esperaba que eso fuera el final.
—¡Esto es increíble! Ahora también podemos aceptar solicitudes de Rango E.
Pomera dijo mientras aceptaba nuestro pago. Dividido por la mitad, ascendía a 33000
de oro. Si trabajáramos veinte días al mes, serían 660000 oros. Teniendo en cuenta
nuestros gastos, era una cantidad decente si una pieza de oro equivalía aproximadamente a
un yen. Esperaba vivir frugalmente en la superficie por necesidad, pero ahora parecía que
podría permitirme un poco de lujo.
—Aquí tienes, Kanata Pomera dijo mientras me entregaba toda la bolsa de oro.
—¿Y tu parte? ¿No nos lo repartiremos?
—¡De ninguna manera! Ni siquiera he ayudado. En todo caso, ¡he empeorado las cosas!
Además, ¡no puedo esperar que me enseñes sin pagarte!
—Pero tú también me estás enseñando cosas, ¿cómo esperas ganarte la vida si no te
llevas algo de dinero?
—¡Estoy bien! Estoy acostumbrada a dormir fuera. Mamá me enseñó a cocinar gusanos
de goblins, ¡así que no me moriré de hambre!
—¿¡Te comes a los goblins!?
—Se comen comúnmente en las aldeas de los elfos. Sin embargo, no he oído hablar de
muchas personas que los coman en Arroburg…
No sabía lo que era un gusano goblin, sin embargo, sonaba nauseabundo. Pero, sobre
todo, me preocuparía constantemente por ella si no tomará al menos el dinero suficiente
para alquilar una habitación y alimentarse adecuadamente. Pomera y yo seguíamos
discutiendo cuando oímos una voz enloquecida procedente del otro mostrador de recepción.
Un hombre agitado gritaba y gesticulaba salvajemente a la señora que se sentaba detrás.
—¡Juro que lo he visto! Era un murciélago enorme con un solo ojo. Era un espíritu
invocado.
—Oh, eres tú otra vez…
La recepcionista parecía imperturbable, como si esto fuera algo habitual.
—Muy bien, ¿qué ha pasado está vez?
—¡Es un crimen convocar a un espíritu y dejarlo suelto! ¡Nadie va a hacer eso sin algún
tipo de plan! ¡Tiene que ser ese maldito de Notts, liberando a los espíritus para que lo
reconozcan porque sabe que no puede anda por ahí fuera él mismo! ¡Esa es la única
explicación! Y aún así ustedes dieron que mi avistamiento de Notts era información falsa y
comenzaron a quitar los carteles, ¿¡Qué significa esto!?
Miré, y efectivamente, los carteles de búsqueda del dragonite habían desaparecido.
—Esa fue la decisión de Lord Grand. Gritarnos no servirá de nada. Puede que te hayas
equivocado. Tampoco hay que descartar una broma. O quizás tengas algún tipo de fobia
que te haga ver dragonites por todas partes.
—¿¡Qué has dicho!?
Era obvio que este tipo no podía leer el ambiente. En ese momento, dos guardias
entraron en el edificio y se dirigieron a la recepción. Inmovilizaron al hombre que gritaba y
se lo llevaron.
—¿¡Qué demonios estás haciendo!?
—Este tipo otra vez…
Murmuró un guardia mientras luchaba por controlar el brazo izquierdo del hombre.
—¿Señor? ¡Señor! Por favor, deje de resistirse. No va a escuchar, ¿verdad?
Bien, ¡Venga con nosotros!
Los guardias arrastraron al hombre fuera del gremio a pesar de sus intentos para
liberarse. Todavía sacudiéndose y gritando mientras lo sacaban por la puerta, el hombre no
dejo de quejarse.
—¡Se van a arrepentir de esto! ¡Despierten, borregos! ¡Si Notts está aquí, toda la
ciudad será destruida antes de que se den cuenta! ¡Y ese imbécil, Lord Grand, no está
haciendo nada al respecto! ¡Todos aquí morirán!
—¡Silencio! ¿¡No te acabo de decir que dejes de resistirte!?
Uno de los guardias golpeó al hombre en la cabeza y este cayó desplomado hacia el
suelo. Lo agarraron por los hombros antes de que pudiera levantarse y lo arrastraron
fueron. El gremio estalló en abucheos y gritos de preocupación. Yo también estaba un poco
ansioso. Tal vez Notts realmente estaba apuntando a Arroburg. Pomera abrazó a su bastón
para ocultar su malestar.
—¿Es Notts realmente malo?
Le pregunté, parpadeó ante la inesperada pregunta. Debió pensar que yo ya sabía todo
lo que había que saber sobre Notts.
—No es para nada una exageración que toda la ciudad podría se destruida si él
apareciera. Dijo que deberíamos hacer algo al respecto, pero no hay nada que podamos
hacer. Los dragones humanoides no son sólo una amenaza para las ciudades; algunos han
destruido países enteros por si mismos. Hay historias de dragonites que han matado a
cientos de miles de personas.
Así que realmente eran tan malos. Si el nivel realmente lo fuera todo, incluso comparar
las diferencias de poder entre personas bastante normales podría ser como comparar a un
niño con un tanque.
[Tal vez no debería subestimar a estos dragonites]

Décima Parte

Al final de mi primer día en Arroburg, invité a Pomera a la habitación que había


alquilado. No estaba seguro de si eso era algo apropiado, pero no había ningún otro lugar lo
suficientemente aislado como para enseñarle magia.
—¡Muchas gracias por esto, Kanata! No soy muy buena recordando cosas, ¡pero voy a
esforzarme mucho!
Pomera dijo mientras flexionaba los brazos.
—No te preocupes, yo tampoco soy una persona especialmente inteligente.
Todavía no sé mucho sobre la magia blanca…
Dije mientras hacia un círculo mágico en el aire. Sólo había guardado lo esencial en mi
bolsa mágica ya que el espacio era limitado.
—Magia Espacio-Temporal nivel 8: Bolsillo Dimensional.
—¿¡Magia Espacio-Temporal… y puedes usar hasta el nivel 8!?
Pomera se quedó con la boca abierta por la sorpresa. No entendía cuál era el problema.
Es decir, hasta Lovis podía usar esta habilidad de nivel 8.
Metí la mano en el círculo mágico y saqué un libro mágico antes de entregárselo a
Pomera, que se hundió bajo el peso.
—Es muy grueso… este libro es probablemente muy valioso
—Fue un regalo de mi profesora, así que honestamente no sé cuánto vale en cuanto a
dinero. Sin embargo, tiene un gran valor sentimental, así que, por favor, trátalo
cuidadosamente.
—¡Claro! Sólo lo leeré después de haberme lavado las manos.
Lo prometió, dejando el libro con cuidado sobre la mesita. Luego miró detenidamente el
libro y murmuró.
—Esto parece muy técnico…
Saqué un libro tras otro del Bolsillo Dimensional.
—Hmmm… necesitaríamos este también, y este otro, oh y este otro también.
Necesitaba estudiar magia blanca y magia espiritual, así que elegí libros que fueran
inmediatamente relevantes para sus intereses. Enseñarle a ella probablemente también
profundizaría mis conocimientos sobre esos dos elementos de magia. Al final, elegí diez
libros y pensé que sería un buen comienzo. La expresión de Pomera se tensaba con cada
libro que añadía a la pila.
—Kanata… eh… me alegro mucho de que quieras hacer esto, pero no estoy segura de
que este plan de clases sea… realista.
Luego añadió suavemente para sí misma.
—Esto me llevaría unos cuantos años entenderlo.
—Creo que deberíamos ser capaces de hacer todo esto en dos días.
—¿¡Dos días!?
A mí también me pareció mucho tiempo. Pero el nivel de base de Pomera era bajo y
también lo eran sus habilidades mágicas. Aunque leyera todo lo que hay en los libros de
magia, no sería capaz de captar el significado completo. Teníamos que empezar con los
fundamentos y construir una base sólida partir de ahí. Así podríamos manejar el
entrenamiento mágico y la subida de nivel al mismo tiempo, como Lunaère me había
entrenado a mí. Empecé a sentirme un poco emocionada cuando me pregunté si yo sería
tan buen profesor como lo había sido Lunaère. Me hizo entender que la enseñanza podía ser
divertida para ella.
—Definitivamente podremos hacerlo. Tengo elixires que te obligan a seguir
concentrándote y aumentan temporalmente tu capacidad de memorización.
—¿¡Obligarte a concentrarte!?
Su rostro se volvía cada vez más blanco, ¿era realmente tan desalentador? Para ser
justos, hubo momentos en los que la enorme dificultad de mi entrenamiento me hizo dudar
de los métodos de Lunaère. A veces sospechaba que estaba siendo innecesariamente
rigurosa en un intento de que me rindiera y me quedara en Cocytus para siempre. Sin
embargo, esa teoría se desmoronó cuando me echó del calabozo.
Pero bueno, ahora me estaba acostumbrando a la vida como humano en la superficie.
Sin duda, hubo momentos difíciles, pero descubrí que pronto se convirtieron en buenos
recuerdos cuando los recordaba.
—Ahora que lo pienso, también tengo elixires que puedes tomar en lugar de dormir. No
deberías tomarlos varios días seguidos, así que tendremos que vigilar eso.
—¿¡En lugar de dormir!?
Me quité la Investigación del Rey Hechicero y se la entregué a Pomera mientras
intentaba decidir por qué lección empezar. El Método de las Mentes Gemelas era esencial,
pero lo mejor era guardarlo para el final. Seguí reflexionando mientras sacaba más pociones
del Bolsillo Dimensional y las ponía en fila.
—Uhh… Kanata, es que… sé que esto es incómodo porque soy yo quien lo
pidió en primer lugar, pero no estoy muy seguro de que… quiero decir, parece que la
diferencia de nuestra fuerza es demasiado grande. Lo siento, fue muy grosero de mi parte
pedirte que me enseñes.
—¿Hmmm…?
Me volteé hacia Pomera con el brazo lleno de pociones. Nuestros ojos se encontraron y
el sudor corría por su rostro.
[¿Acaba de decir que quería parar?]
—Lo siento, estaba ocupado organizando pociones, ¿podrías repetirlo?
Pregunté con dudas.
—Umm, bueno…
Pomera dijo. Se inquietó y rompió el contacto visual.
—Yo… no fue nada… sólo que me alegro mucho de que te estés preparando tanto. Yo…
yo haré lo mejor que pueda… a toda costa.
[Huh, supongo que la escuché mal]

Onceava Parte

Pasamos dos días completos con el entrenamiento mágico de Pomera. Con un uso
cuestionable de los elixires, había conseguido aprender todo lo que había en los libros de
magia. Incluso practicamos el lanzamiento de algunos hechizos de alto rango, pero de bajo
riesgo. Además de la magia blanca y la magia espiritual, le enseñé algo de magia de fuego
para que tuviera algunas formas adicionales de atacar en un combate.
Para sus propósitos, eso cubría lo básico.
Mientras estábamos en ello, Pomera me enseñó algunas cosas de conocimiento común
sobre Locklore y la ciudad. Había estado completamente perdido y confundido cuando llegué
por primera vez a Arroburg, pero al menos ahora no vagaba sin rumbo cada vez que iba a
caminar por la ciudad.
Después de haber repasado las lecciones de los libros, decidí que debíamos centrarnos
en subir el nivel de Pomera para aumentar su reserva de poder mágico.
Aceptamos una solicitud de trabajo de rango F del gremio, que requería que
recogiéramos hierbas medicinales, y nos dirigimos a un campo a las afueras de la ciudad.
Como ventaja, cabía la posibilidad de que nos encontráramos con monstruos cuya carne,
piel, órganos y dientes podían alcanzar un alto precio. Si nos encontrábamos con esos
enemigos y llevábamos sus valiosos trozos al gremio, podríamos ganar un poco de dinero
extra, aunque los monstruos no fueran explícitamente objetivos. Otra ventaja era que la
entrega de partes de monstruos contaba para avanzar en el sistema de puntuación del
gremio. Si seguíamos trabajando de forma constante y sacando provecho del mercado de
piezas de monstruos, alcanzaríamos el rango C en poco tiempo.
—¿Seguro que no es peligroso alejarnos tanto de la ciudad?
Preguntó Pomera tímidamente mientras miraba a su alrededor.
—¿Es realmente tan lejos?
—No es la distancia en sí… es una zona peligrosa. Tal vez deberíamos retroceder un
poco. Incluso los mejores aventureros no se acercan al Bosque Encantado. Los monstruos
que viven allí son realmente fuertes.
[Bueno, lo atravesé y estuve bien…]
En un sentido relativo, los monstruos del bosque eran peligrosos para alguien como
Pomera. La entrada a Cocytus también estaba allí. Existía la posibilidad también de que
haya monstruos realmente poderosos en el bosque, pero nunca me he topado con ellos.
—Muy bien, volvamos un poco…
Dije, justo entonces, escuché un animal a la distancia.
—¡Awoooooo!
Una manada de seis lobos negros vino corriendo hacia nosotros.
—¡Los lobos negros! Viven en el Bosque Encantado.
Pomera mencionó.
[Probablemente deberíamos haber regresado antes, sin embargo, es imposible que
sean más fuertes que los monstruos de Cocytus. Puedo hacerme cargo de ellos, aunque
tenga que vigilar a Pomera]
Desenfundé la Espada Heroica de Gilgamesh y usé el [Análisis de Estado] en los lobos.
Ninguno superaba el nivel 22, así que devolví mi espada a la funda.
[Ni siquiera superan el nivel de un aventurero de rango D. Bueno, supongo que esto es
lo normal en los monstruos de las afueras del bosque. Me pregunto por cuanto se venderán
en el Gremio]
—¡Ten cuidado, Kanata! Los lobos oscuros trabajan en grupo, y hasta tú podrías morir
si te equivocas…
Pomera dijo… y un pensamiento me asaltó.
—Podrían ser la forma perfecta para que ganes experiencia, Pomera.
—¿¡Qué!?
Los ojos de Pomera se abrieron de par en par con miedo mientras me miraba.
—K-Kanata… es una broma, ¿verdad? Me has enseñado mucha magia, ¡pero aún estoy
en el nivel 7!
Salté en diagonal detrás de Pomera.
—Magia de Tierra nivel 4: Escudo de Arcilla.
Formando un círculo mágico, lo coloqué en mi antebrazo. La tierra surgió del suelo y se
reunió en el círculo, convirtiéndolo en un gran escudo de arcilla.
—Increíble… ¡lo hiciste muy rápido!
—Alquimia Mágica nivel 15: Flujo Adamante.
Formé otro círculo mágico, y las llamas verdes ardieron por la cara del escudo, dejando
el material transformado al extinguirse. Ahora tenía un escudo de metal que brillaba con un
lustre verde iridiscente. El adamante era un tipo de piedra que se formaba en vetas
profundas de mineral metálico sometidas a altos niveles de magia de las líneas ley.
Normalmente, se necesitaba eones de exposición para crear adamante, pero el hechizo de
alquimia me permitió recrear el proceso en sólo unos momentos.
Pomera se quedó boquiabierta. Mirando mi brazo, tartamudeó…
—¿Qué…? De ninguna manera. ¿Cómo puede un escudo de arcilla convertirse en metal
de esa manera?
—No te preocupes por ahora. Me defenderé de sus ataques. Tú sigue lanzando hechizos
de ataque.
Fiel a mi palabra, utilicé el escudo de adamantino para desviar un lobo oscuro que
saltaba hacia nosotros. Incluso si varios lobos venían hacia mí a la vez, era capaz de
rechazarlos con facilidad.
—¡Aaaa, eek!
Gritó encogiéndose.
—¡Está bien, Pomera! ¡Yo te cubró!
—P-pero… pero…
—¡No ganarás ningún nivel si no atacas!
Puede que haya manejado la defensa, pero Pomera fue capaz de dar un paso adelante
y atacar una vez que su miedo empezó a desaparecer. Le costó mucho tiempo, pero acabó
eliminando a toda la manada de lobos oscuros, uno por uno. El bastón de Pomera cayó al
suelo y se cubrió la cara con las manos. Le había dado unos cuantos elixires durante la
batalla, pero su MP estaba casi agotado.
—Eso es todo lo que puedo manejar. He lanzado tantas bolas de fuego. Creo que voy a
vomitar…
Pomera dijo, hundiéndose en el suelo por el cansancio.
—Lo siento mucho, no creo que esté hecha para ser una aventurera… ni
siquiera tengo energía para disculparme.
Antes, le había hablado de mi habilidad para comprobar los estados, y me dio permiso
para usarla en ella con fines de entrenamiento. Lo que vi cuando la usé después del
combate fue una fantástica sorpresa.
—¡Lo hiciste excelente, Pomera-san! Puede que estés cansada, pero has subido seis
niveles en ese combate. Sigamos adelante.
Le dije, dándole una palmadita en el hombro. Ella levantó la cabeza y me miró.
—Yo… ¿realmente lo hice bien?
—¡Estuviste increíble! Cuando comencé mi entrenamiento, mi maestra tenía que hacer
golems y atacarlos para que no pudiera defenderse. Incluso eso me llevaba mucho tiempo.
Verte subir de nivel me enorgullece.
—Ah, hee, hee… estás haciendo que me sonrojé.
Ella apartó la mirada, cubriendo sus mejillas que se habían vuelto rosadas.
—Siento haberte interrumpido, es que me emocioné. ¿Qué estabas diciendo?
Cuando pregunté, la expresión de Pomera se endureció. Un momento después, sonrió
ligeramente, recogió el bastón que se le había caído y puso su boca en una línea firme.
—¡Nada! Quiero seguir adelante todo lo que pueda. Te agradezco mucho tu ayuda.
Dijo mientras se ponía de pie. Le di un gran asentimiento con la cabeza.
—Ah, oh…
Se tambaleó y estuvo a punto de desmayarse. Me moví rápidamente para atraparla
antes de que cayera al suelo.
—¡Oh… lo siento!
Aparté mis manos de ella.
—Está bien, parece que no me quedan muchas fuerzas…
A su favor, ciertamente estaba poniendo un rostro de valentía. Busqué en mi bolsa
mágica y saquí un elixir.
—Aquí tienes, Pomera-san.
—Gracias, Kanata…
—Bebe eso, y nos dirigiremos al bosque. Cazaremos algunos monstruos de mayor nivel
ahora que has ganado unos cuantos niveles.
Pomera parpadeó. Miró el elixir y el sudor comenzó a correr por su rostro.
—¿Hoy?
—¿Eh?
No sabía que decir.
—¡No importa! Vamos, ya he decidió que te voy a seguir de todos modos.
Dijo mientras se bebía todo el elixir.
—Bueno… si estás empezando a sentir algo de fatiga mental, entonces
podemos tomar un desanso…
Tal vez actuar como Lunaère se me había pegado un poco, y no podía saber cuándo mi
estudiante había terminado por el día.
—¡Estoy bien! Te demostraré que puedo hacerlo; ¡no traicionaré tu amabilidad!
Un rato después, nos encontramos en el bosque, luchando contra osos. Eran de nivel
30, por lo que normalmente caían bajo la jurisdicción de los aventureros de rango C.
El primero que encontramos tenía el pelaje blanco, extremidades enormes y un solo
ojo. Al igual que con los lobos, me defendí mientras Pomera atacaba. Pero el rugido del oso
atrajo a dos más de su especie a la batalla mientras luchábamos, y los dos nuevos osos
llamaron a su vez a más refuerzos. Antes de darnos cuenta, estábamos rodeados por siete
osos. Salté delante de Pomera, bloqueando los ataques de los osos con mi escudo
adamantino mientras ella intentaba lanzar hechizos ofensivos hacia nuestros enemigos.
—¡Magia Espiritual nivel 3: Espada Sílfide!
Pomera lanzó desesperadamente su magia con los ojos llenos de lágrimas. Una luz
verde recorrió por el aire y cortó a uno de los osos.
—La Magia Espiritual puede reducir la cantidad de magia que usas canalizando la
energía de la naturaleza, pero es difícil de controlar. No vas a hacer mucho daño a menos
que te calmes y te concentres.
Le dije…
—¡Pero, pero… eek!
Me moví para desviar el golpe de un oso que se abalanzó sobre ella. Su gran pata se
dobló hacia atrás en un ángulo asqueroso y todo su cuerpo rebotó detrás del resto de la
manada. Me anoté mentalmente que en el futuro trataría de ser más gentil con los osos.
—Por favor, confíen en mí, no pueden atravesar mi defensa.
—De acuerdo, lo entiendo, pero… pero…
Tres osos se acercaron a Pomera desde distintas direcciones mientras ella intentaba
formar un circulo mágico. Levanté mi escudo y los esquivé, tratando de ganar espacio para
su ataque mágico.
La batalla duró hasta el anochecer.
—¡Pormera-san, ya has alcanzado el nivel 22! ¡¡Lo conseguiste!!
Le dije mientras se desplomaba hacia el suelo, completamente inerte.
—P-Pomera-san, ¿estás bien?
—Kanata… ¿es todo el entrenamiento por hoy…?
—Hemos terminado por hoy. Deberíamos volver a la ciudad.
—Oh, realmente…
Su expresión sin vida cambió ligeramente para revelar una pequeña sonrisa Su color no
mejoró mucho.
—¡Toma, bebe este elixir!
—¡N-no! ¡No más! No quiero beber más elixires por hoy.
Pomera exclamó con los ojos bien abiertos mientras alargaba la mano para apartar el
elixir.
—Vale, vale, lo entiendo.
Volví a guardar el elixir mientras nos dirigíamos de vuelta a Arroburg.
—Para ser sincera… tu método de entrenamiento es muy intenso, tanto que llegue a
pensar que no sería capaz de seguir el ritmo. Pero hoy he conseguido salir adelante. Creo
que empiezo a sentirme un poco más segura.
Pomera dijo, sonriendo un poco mientras cojeaba a mi lado.
—¡Eso es genial! Una vez que ganes unos cuantos niveles más, podremos intentar
probar con el Espejo Maldito del Reino Deformado.
Dije, y la expresión de Pomera se congeló.
—¿Qué es eso? No suena para nada agradable.
—Es un poco… peligroso y difícil, pero es la forma más eficaz de subir de nivel.
Puede que el Espejo no sea la única razón por la que soy tan poderoso, ¡pero me ha
convertido en el hombre que soy hoy!
Pomera dejó de caminar, y sus rodillas comenzaron a ceder.
—¿¡Pomera-san!?
—Déjame…

Doceava Parte

Después de una semana de estudios mágicos y de haber cazado monstruos, Pomera


alcanzó el nivel 38. También se había convertido en una mejor Maga Blanca que yo, así que
planeaba en secreto que me entrenara después de haya aprendido un poco más.
Aun así, empezaba a dudar de mis métodos. El ritmo al que ganaba niveles se estaba
ralentizando. Seguíamos progresando, pero el entrenamiento no avanzaba al ritmo al que
yo estaba acostumbrado. Nunca imaginé que podría ser tan buen maestro como Lunaère,
pero Pomera seguía confiando en mí, y yo quería ayudarla a alcanzar sus sueños. Uno de
los principales problemas era que nuestros estilos de lucha eran completamente diferentes,
por lo que el entrenamiento de combate nunca funcionó como había planeado. Lunaère me
enseñó sobre todo a copiar sus técnicas, pero no pude aplicar ese mismo plan de estudios a
una Maga Blanca como Pomera.
Además, habíamos gastado todos los elixires. Aunque Lunaère me enseñó a hacer más,
me costaba reunir todos los materiales que necesitaría. Si tuviera tiempo para investigar,
estaba bastante seguro de que podría hacer pociones similares con partes de monstruos
locales. Sin embargo, no quería retrasarnos, así que seguimos estudiando libros y matando
monstruos. Así que, después de otra mañana de aventura en las profundidades del bosque
para cumplir con una misión del Gremio, logramos alcanzar nuestra objetivo antes de que el
día terminara. Recogimos nuestro botín y emprendimos la larga caminata de vuelta al
Gremio.
—Nunca pensé que vería el día en que consiguiera acercarme al nivel 40, ¿crees que
Roy y Holly serían amigos míos ahora?
Pomera siguió hablando alegremente mientras esperábamos en la fila de la recepción
del Gremio. No la escuché, en cambio, estaba concentrado en meditar sobre la situación del
nivel de poder que tenía.
—Lunaère subió mi nivel a 100 después de una semana de entrenamiento, pero no
estamos ni a la mitad de eso, y de hecho… estamos bajando el ritmo…
—K-Kanata, ¿estás bien…? Me pareció oírte decir algo sobre el nivel 10
después de una semana.
Pomera preguntó tímidamente. Forcé una sonrisa y la deseché, pero había decidido que
era el momento.
[Si no se arriesga, no se gana]
—¿Qué es lo que han hecho está vez?
La recepcionista preguntó mientras daba un gran suspiro cuando nos acercamos a su
escritorio.
Cuando salimos de caza, nos encontramos con lobos oscuros de nivel 20, conejos de
dientes de sable de nivel 20 y liebres de cuerno largo de nivel 30, así que abrí mi bolsa
mágica para sacar pieles de lobo, los colmillos de conejo y los cuernos de liebre.
Pomera me había advertido de que usar un hechizo de nivel 8 como Bolsillo
Dimensional levantaría algunas cejas en la ciudad. Fui un poco escéptico cuando me dijo
que había algunos aventureros de rango B que sólo podían usar hechizos de nivel 6 como
máximo. Los hechizos de nivel 8 se consideraban extremadamente poderosos, y la gente
intentaba evitar usarlos en la batalla, ya que tardaban mucho tiempo en lanzarse y solían
ser excesivos. Después de clasificar las partes de los monstruos y de rellenar los formularios
correspondientes, la recepcionista se detuvo mientras miraba nuestros papeles de registro.
—Ustedes dos han subido de a Rango E hace unos días, ¿cierto?
—Sí, así es.
—He oído el rumor de podrían hacer una excepción y ascenderlos directamente al
Rango C. Está claro que ya son más fuertes que eso. Sería una gran ayuda para el gremio
tener un par de aventureros más de Rango C para realizar trabajos importantes en los
alrededores. Probablemente no ocurra hasta dentro de unos días, pero piénselo.
—¿De verdad?
Eso sería un golpe de suerte increíble. Podríamos aceptar mejores peticiones, y éstas
serían mucho más eficientes para aumentar nuestro rango que vender partes de monstruos
al azar. Además, podría utilizar el registro del gremio como prueba de mi identidad una vez
que mi rango fuera lo suficientemente alto. Los señores locales solían conceder a los
aventureros de alto rango ventajas especiales en las instalaciones del gobierno, aunque
éstas variaban según la ciudad. En cualquier caso, un ascenso temprano al Rango C parecía
una verdadera bendición.
—¡Lo hiciste Kanata! Pero realmente siento que sólo soy una carga…
Pomera mencionó. Sentí que unos ojos se clavaban en mi espalda. Cuando me giré, vi
a Octavio mirando fijamente hacia nosotros.
—¿Cómo diablos? Esos dos mocosos tienen que estar tramando algo…
Murmuró en voz baja
[¿Otra vez él?]
Nuestras miradas se cruzaron, pero él se limitó a resoplar molesto y se alejó. Nuestro
rápido ascenso por la escalera parecía haberle molestado. No había ni rastro de su
compañero, así que el hombrecillo debió ser fiel a su palabra cuando dijo que se iría de la
ciudad.
—Oye, Kanata, todavía es temprano, ¿no? ¿Deberíamos estudiar magia esta tarde?
Pomera me preguntó. Últimamente tartamudeaba menos cuando hablaba conmigo.
Tal vez su entrenamiento la había ayudado a ganar confianza, o tal vez estábamos
pasando tanto tiempo juntos que simplemente se sentía más cómoda conmigo.
—Bueno… hay algo que me gustaría probar. Vamos a intentarlo una vez que volvamos.
—¿Algo que quieres probar?
Los ojos de Pomera se entrecerraron dudosamente.
[Si le doy el Anillo de Ouroboros, probablemente podamos evitar lo peor. Le quitará
algo de poder mágicos y la dejará herida, pero estaré allí para curarla]
Una vez que volvimos a mi habitación, saqué el Espejo Maldito del Reino Deformado de
mi Bolsillo Dimensional. Lo coloqué en el centro de la habitación y retiré la tela mágica que
cubría la superficie del espejo.
—¿Qué es esto? Definitivamente no es un objeto bueno… siento un intenso mal que
proviene de él.
Pomera mencioné mientras temblaba. Los elfos eran sensibles a los estados de ánimo
de los espíritus y al flujo de energía, y el espejo debía de ser abrumador para ella.
—Está bien. Aquí, toma… el Anillo de Ouroboros, tiene el poder de obligar a su portador
a permanecer vivió. Puede que mueras un poco, pero no morirás del todo.
—¿Qué quieres decir con “morir un poco”?
—Pomera-san, quiero ayudarte. Aparte mi sensei, eres la primera persona que me ha
ayudado por la bondad de su corazón.
—K-Kanata…
Sonrió un poco ante eso, pero luego sus ojos se abrieron de par en par mientras volvía
a la situación en cuestión.
—¡Pero! ¿De verdad puedo estar preparada para esto a mi nivel?
Evidentemente, su creciente confianza no se extendía a entrar en un espejo maldito y
luchar contra demonios increíblemente aterradores. No veía ninguna alternativa.
Entrenar dentro del Espejo Maldito era la menor manera de subir de nivel.
—Tenemos que seguir adelante, Pomera. Realmente creo en tu sueño de hacer amigos
a través de tus aventuras y convertirte en un puente entre los elfos y los humanos. Es
maravilloso, y quiero ayudarte a hacerte más fuerte para que podamos asegurarnos de que
se haga realidad.
El rostro de Pomera se enrojecio. Me miraba fijamente, aparentemente embelesada.
—Gracias, nadie me ha apoyado nunca así, excepto mi madre y mi padre…
Le sonreí y me volví hacia el Espejo Maldito.
—Muy bien, vamos. Pasaremos por la superficie del espejo y nos pondremos a trabajar.
—¿Qué…? ¿¡Quieres decir ahora mismo!?
A pesar de su miedo, se apresuró a seguirme cuando me deslicé a través del espejo.
El suelo y las paredes brillaban con la misma luz multicolor que recordaba. Entonces
Pomera apareció de la mancha oscura del portal y corrió tras de mí.
—K-Kanata… ¿qué es este extraño lugar?
Desenfundé la Espada Heroica de Gilgamesh y tomé un escudo de adamantita con la
otra mano.
—¿Vas a usar tu espada? Pensé… pensé que habías dicho que era demasiado poderosa.
—Todavía debo tener cuidado; ahora eres tú quien tiene el Anillo de Ouroboros.
Le dije con una sonrisa y un encogimiento de hombros. Pomera se puso blanco como la
lana de una oveja. Fue entonces cuando miré hacia arriba. Me di cuenta de que diez
monstruos humanoides con forma de vela y ojos carmesí estaban mirando fijamente hacía
nosotros. Sus bocas ardientes se abrían sin decir ninguna palabra, carbonizando las puntas
de sus cabellos negros mientras su piel blanca y pálida se derretía y goteaba en el suelo.
—¡Tenemos compañía!
Arrojé mi escudo antes de rodear a Pomera con el brazo y saltar hacia atrás.
—¡Eek! ¿¡Kanata!?
—¡GROAH!
Un par de demonios cayeron al suelo donde habíamos estado parados. Vi a uno de ellos
aterrizar en el escudo de adamantita, haciendo que se doblara. Corrigiendo mi postura
antes de abalanzarme sobre el par de monstruos, conseguí cortar a ambos limpiamente por
el medio.
—¡K-Kanata… Kanata! ¿¡Qué son esos monstruos!?
Pomera temblaba violentamente.
—Son demonios… yo, no sé mucho más sobre ellos que eso.
—¡Esto es una locura! P-ero ya mataste a dos de ellos, ¿verdad?
Las mitades superiores que había cortado comenzaron a derretirse y luego vinieron
juntos como si fueran una mancha. Su nueva forma se asemejaba a una gran cabeza
blanca.
—¡Kanata, mira!
—Sí… lo hacen a veces
Los otros demonios se tiraron al suelo y levantaron los brazos para apuntarnos. Sus
dedos se estiraron con una velocidad asombrosa, dirigiéndose directamente hacia nosotros.
Conseguí esquivar la mayoría de los apéndices atacantes mientras seguía sujetando a
Pomera. Los que no pude esquivar fueron cortados por mi espada.
—¡Pomera, atácalos con magia de fuego! Aquí no hay espíritus, ¡así que es tu única
opción para hacerles algo de daño!
—¡No puedo!
Dijo, aferrándose a mí.
—¡Está bien, sólo dispara hechizos! No nos vamos a quedar sin demonios pronto.
—¡Soy tan inútil! Lo siento, ¡no puedo estar a la altura de tus expectativas!
Lunaère pudo contener a los demonios con una barrera, pero yo no tenía la posibilidad
de tener ese lujo. Sabía que esto tenía que ser aterrador para Pomera. Esperaba que la
exposición a su miedo le permitiera construir una tolerancia mental contra los demonios,
pero para un mago blanco de nivel 38, estos demonios de tipo vela eran aparentemente
demasiado para ella… aún era demasiado pronto.
—Magia Espacio-Temporal de nivel 17: ¡Fractura!
Unas raíces negras se extendieron desde el centro del círculo mágico, destruyendo el
espacio a su alrededor. Incluso el robusto suelo del Reino Demoniaco de la Guerra fue
destrozado por la oscuridad que lo invadía. Cuando los demonios vela se precipitaron hacia
nosotros, quedaron atrapados en el hechizo y se rompieron en millones de pedazos.
—¡Cálmate! Me aseguraré de que no te hagan daño, y el Anillo de Ouroboros es un
seguro extra en caso de que ocurra lo peor. Incluso puedes cerrar los ojos y lanzar
hechizos; hay tantos enemigos que de seguro alguno aciertas.
—K-Kanata…
Al parecer, los fragmentos de los demonios tenían mente propia: se fusionaron y
formaron un nuevo monstruo con docenas de brazos de cera fundida. Como asquerosas
cuerdas, se extendieron para atacarnos desde múltiples ángulos.
—Eh, recuérdame no usar [Fractura] la próxima vez…
Corté frenéticamente con la Espada Heroica de Gilgamesh, cortando numerosos brazos.
Estaba tan concentrado en tratar de neutralizar la amenaza que casi le doy un tejazo a
Pomera en la cabeza. Tiré del brazo hacia atrás justo antes de romperle el cráneo. Esa
vacilación era la apertura que necesitaba un demonio. Un brazo blanco brotó del pecho de
Pomera, que había serpenteado para atacarla por detrás.
—¡Agh! Kana…ta…
La sangre goteaba de su boca y la vida se desvanecía de sus ojos.
—¡Pomera-san!
Era el momento de retirarse. El anillo de Ouroboros hizo su trabajo y la sacó de las
puertas de la muerte, pero todavía estaba inconsciente por el shock. Tras salir del espejo,
tumbé a Pomera en la cama y le eché con cuidado un elixir en la boca. Me preocupé por un
momento, pero pronto de despertó con una tos espasmódica.
—¿Estoy… estoy viva…?
Pomera dijo mientras se incorporaba.
—K-Kanata, acabo de tener la peor de las pesadillas… ¿puedes tomarme de la mano?
Su expresión se congeló cuando vio el Espejo Maldito. Tiró suavemente de la manta y
miró el gran agujero en su ropa. Me alegré de que aún tuviera el Anillo de Ouroboros
porque creo que podría haber muerto un poco por dentro.
—¡Está bien! Te acostumbrarás, lo hice yo igual. Aguantaremos un poco más la próxima
vez. Vamos, ¡volvamos al trabajo!
Dije mientras intentaba animarla. Pomera miró por la ventana, sus ojos se volvieron
hacia el cielo azul mientras decía…
—Mamá, papá… nos vemos pronto…

Treceava Parte

Cuatro días después llevaba a Pomera encima al mismo tiempo que una horda de
demonios nos perseguía. Era el habitual desfile de fenómenos: había un niño con una
cabeza hinchada cubierta de cien ojos, un esqueleto gigante con treinta y dos brazos y un
demonio que parecía un tumor rojo palpitante con gabardina. Era una absoluta locura, pero
Pomera parecía estar acostumbrándose a la locura. Cuanto más tiempo pasábamos dentro
del espejo, más demonios aparecían para acosarnos. De vez en cuando, adelgazaba la
horda con una [Esfera del Infierno] o me acercaba para darles unos cuantos golpes con mi
espada.
—Magia de Fuego nivel 7: ¡Luciérnagas!
Pomera se aferró a mí mientras formaba lentamente el círculo mágico. Cientos de
ascuas carmesí se dirigieron irregularmente hacia los monstruos que los perseguían y
explotaron al impactar.
El hechizo tenía una gran área de efecto, por lo que el daño se extendía a muchos
objetivos. Como ventaja adicional, el hechizo de bajo nivel no hizo que cambiaran su
agresión hacia ella. Los demonios seguían concentrándose en mí, y yo seguía
concentrándome en defenderme y huir.
—Muy bien, vamos a reducirlos…
Dije mientras alzaba mi espada hacia los monstruos.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: ¡Explosión Gravitacional!
Como u viejo amigo, la luz negra apareció, aplastando a todos los demonios de una
sola vez. Llevábamos dos días utilizando este método, que había resultado ser eficaz.
—¡Buen trabajo en equipo! Me siento bien sobre… ¡oh, mierda!
Desde el retorcido horizonte, cuatro estatuas de buda vinieron volando hacia nosotros
en fila. Cada estatua estaba pintada de un color vibrante que correspondía a un vicioso
hechizo de ataque en área. Estos tipos eran muy malos. Probablemente podríamos
manejarlos de uno en uno, pero un grupo de ellos podría arruinarnos el día si trabajan
juntos. Para empeorar las cosas, una vez que los veías, ya estabas al alcance. Ojalá hubiera
estudiado más magia de barreras, porque a la intemperie estábamos fritos.
—Lo siento, Pomera-san. Son las estatuas de Buda, y son de diferentes colores. Fue
una buena racha mientras duró.
—¡Nooooo…!
El mundo que nos rodeaba se llenó de rayos y llamas. Millones de dardos llenaron el
aire y luego otra ráfaga de llamas nos envolvió. El cuerpo de Pomera quedó carbonizado y
lleno de agujeros. Abracé sus andrajosos restos contra mí y di tres rápidos saltos con la
Teletransportación Corta hasta que estuve planeando sobre los budas.
—¡Me voy de aquí, pero no te vas a librar tan fácilmente!
Tomé un elixir y dejé caer el frasco vacío al suelo.
—Magia Espacio-Temporal nivel 17: ¡Fractura!
Las raíces negras los hicieron pedazos. Miré hacia atrás para ver sus cuerpos
desvaneciéndose en una luz multicolor mientras me precipitaba a través del portal de vuelta
a mi dormitorio.
—¡Ha sido genial! Estuvimos medio día, y sólo moriste cinco veces. No es tan malo
como antes, ¿cierto?
Le pregunté a Pomera, quien estaba tumbada en la cama después de que volviéramos
a mi habitación.
—Todavía está bastante mal…
Reparé su atuendo con Magia Espacio-Temporal de nivel 14.
—No te preocupes, al final te acostumbrarás.
—Kanata… no creo que nadie pueda acostumbrarse a esa sensación.
—Yo lo hice
—…
Ahora que la había curado y arreglado su ropa, era el momento de ver qué progresos
habíamos hecho. Usé el [Análisis de Estado]: había llegado al nivel 201. Dejé escapar un
suspiro de alivio. Aunque me pareció lento en comparación con mi propio entrenamiento,
habíamos conseguido que llegara al primer objetivo de 200. Ahora era más fuerte que Lovis,
lo cual era un hito importante.
[¡Carisma oscuro, mi trasero!]
—¡Pomera-san, hemos alcanzado el nivel 201!
—¿Nivel 201? Eres igual de fuerte que yo…
Dijo Pomera antes de sentarse como un rayo, todavía envuelta en una manta.
—¿¡¡ERES DE NIVEL 201!!?
—¡Yo no, tú!
Me alegré.
[Si los dos fuéramos de nivel 201, ambos estaríamos muertos en el Espejo Maldito]
Me acerqué y tomé la pizarra que habíamos comprado. Mi Análisis de estado me
indicaba su nivel y sus estadísticas básicas, pero para seguir el crecimiento de sus
habilidades mágicas, necesitábamos este dispositivo. Una persona podía canalizar un poco
de magia en él y mostraría todas sus estadísticas detalladas, igual que cuando usaba mi
habilidad en mí.
—Si no me crees, compruébalo tú mismo.
Dije, entregándole la pizarra. Ella miró con incredulidad.
—Sé que te he hablado de tus progresos de vez en cuando, pero ver es creer.
—Tal vez estaba en estado de shock y no entendía… pero esto es imposible…
—Llevamos un rato encerrados en el Espejo Maldito, ¿por qué no damos un paseo por
la ciudad y comprobamos cuanto has crecido?
—¿¡Quieres decir que puedo salir a fuerta!?
—Por supuesto… no necesitas mi permiso.
No habíamos hecho mucho trabajo de aventura en los últimos días, y el Gremio
probablemente no nos daría esa promoción especial a menos que volviéramos a hacerlo. Así
que decidimos que era hora de ir a cazar monstruos. Saliendo de mi habitación alquilada,
fue un viaje rápido al Gremio, donde aceptamos una solicitud de combate de rango D para
eliminar algunos monstruos.
Las solicitudes de combate solían estar situadas cerca de la ciudad. A nadie le
importaban mucho los monstruos en la naturaleza, pero el Gremio intentaba asegurarse de
que las zonas y los caminos circundantes se mantuvieran despejados en beneficio de la
seguridad pública. Para esta petición, nuestro objetivo era un rebaño de vacas de hierro. Se
parecían a las vacas normales, pero tenían máscaras metálicas de gran tamaño que cubrían
sus cabezas. Con fama de embestir agresivamente a la gente y con pieles gruesas que
podían rechazar la mayoría de los golpes de espada, eran peligrosas para cualquiera que
estuviera por debajo del nivel 25. Yo no tendría ningún problema con ellas, y ahora Pomera
tampoco debería. Sólo necesitábamos recoger sus máscaras como prueba de que habíamos
hecho nuestro trabajo.
Caminamos durante una hora antes de encontrar un pequeño grupo de tres vacas de
hierro. Tenían un aspecto bastante fornido, pero me recordaban a las versiones bovinas de
esos cabezudos de la Isla de Pascua. Nos habían dicho que bajo sus duras pieles había
algunos ingredientes culinarios de alta calidad, y yo tenía un poco de curiosidad por saber a
qué sabía la carne de una vaca de hierro.
Fieles a su reputación, nos envistieron en cuanto nos vieron.
—Hace tiempo que no luchábamos contra monstruos normales.
Dije mientras miraba a Pomera, haciéndole un gesto de que los monstruos eran todos
suyos. Ella asintió y dio un paso adelante mientras agarraba su bastón. Esperaba que viera
lo poderosa que se había vuelto.
Pomera cerró los ojos y respiró profundamente, y me di cuenta de que debía de estar
planeando utilizar la magia espiritual. Estaba conectándose con los espíritus de la tierra y
presándose para canalizar su poder.
—Sólo son vacas de hierro. Probablemente podrías darles un golpe con…
Dije antes de que sus ojos se abrieran de par en par y apuntara con su bastón a los
monstruos.
—Magia Espiritual nivel 8: ¡Garra de Salamandra!
Unas garras de llamas brillantes salieron disparadas y se precipitaron por el suelo para
partir en dos las vacas de hierro con una gran explosión. Sus mitades delanteras fueron
lanzadas hacia el cielo, haciéndose más pequeñas a medida que ascendían.
Sus mitades traseras simplemente se derrumbaron, ardiendo. Pomera se quedó con la
boca abierta mientras miraba a las vacas y luego se volvió hacia mí felizmente.
—¡¡Realmente soy más fuerte!!
Se oyó un fuerte estruendo cuando sus máscaras se estrellaron contra la tierra. El
sonido hizo saltar a Pomera, que miró en silencio la carnicería. Las máscaras estaban
completamente destruidas. El calor de las llamas las había debilitado y dividido, y el impacto
final borró lo que quedaba. La carne de las vacas estaba negra y quemada.
Recogí algunos trozos para ver si se podía salvar algo y los volví a colocar con cuidado
en el suelo.
—Bueno… vamos a encontrar algunas vacas de hierro diferentes.
—Lo siento. Sólo pensé que, si estaba probando mi fuerza, debería usar mi hechizo más
poderoso…
Seguimos caminando en busca de más objetivos. Eran escasos, así que hacia el
mediodía hicimos una pausa para descansar y comer las raciones que habíamos comprado
en el almacén general.
—¿Crees que Roy y Holly me tratarán con justicia ahora?
Pomera murmuró…
—Creo que no deberías preocuparte por esos dos…
Sin embargo, tal vez tenía razón. Pomera tenía una visión única de la vida. Podía odiar
las cosas sin odiar a la gente. Decidí apoyarla más, sobre todo porque su nuevo poder le
permitía defenderse en la mayoría de las situaciones. No estoy seguro de que hubiera
sentido lo mismo si todavía fuera de nivel 7.
—No es posible que sigan siendo fríos conmigo ahora.
Recordé que Roy sólo era de nivel 14.
—Creo que la diferencia de niveles podría complicar las cosas.
—Lo sé, ¿verdad?
—Puede que te respeten, pero no estoy seguro de que ser su amigo esté entre sus
opciones. De todos modos, deberíamos subir tu nivel un poco más, para que puedas estar
segura mientras hace tu trabajo de aventurera.
—Espera, ¿estás diciendo que el nivel 201 no es suficiente? ¿Qué crees que pueda
pasar exactamente?
—Bueno, mi maestra, Lunaère, dijo que el mundo puede ser muy peligroso…
—Eso parece una perspectiva muy extrema. No sé cómo decir esto… pero ¿es posible
que Lunaère no estuviera siendo totalmente honesta contigo?
Me atraganté con el pequeño panecillo que estaba comiendo. Eso era imposible:
Lunaère no ganaba nada mintiendo. Además, sabía lo pura y amable que era. Pomera no
sabía lo peligrosas que eran las cosas en realidad. Estaba lavando el pan de mi garganta
con un poco de agua cuando Pomera se levantó de repente.
—Alguien viene hacia aquí, ¿quizá hayan tomado la misma petición que nosotros?
Me puse de pie y miré hacia el camino. Efectivamente, había un hombre caminando
hacia nosotros. Era corpulento y llevaba un hacha llamativa. Incluso a larga distancia, supe
quién era por su fanfarronería. Era Octavio, el aventurero de rango D
permanente. Nuestras miradas se cruzaron cuando se acercó y sonrió con odio.
—Oh, mira, es el niño mago rico y su mascota del bosque.
Pomera preparó su bastó y se enfrento a Octavio.
—¡Puedes decir cosas malas de mí, pero no dejaré que insultes a Kanata!
¡¡Retira lo que has dicho!!
—¿Quién te crees maldita mestiza? ¿Te das cuenta de que apuntarme con ese bastón
significa que vas a morir?
Octavio amenazó, pero Pomera se negó a retroceder. Se mantuvo firme y le devolvió la
mirada. Su rostro se torció de rabia.
—¿Oh? ¡Así que tienes ganas de morir! ¿Crees que eres mejor que yo?
Me puse delante de Pomera.
—Vamos… esta no es una forma muy amigable de saludar a los compañeros de
aventura.
—¿Estás bromeando? ¿Realmente eres tan tonto, muchacho elegante?
Respondió Octavio mientras resoplaba por la nariz y tomaba el hacha de su espalda.
—No tienes idea de cuanto tiempo he estado esperando para esto. Cuando Offe
desapareció de repente, lo dejé pasar, pero entonces empezaste a molestarme de verdad,
así que acepté el mismo trabajo, y aquí estamos…
juntos por fin.
[Offe debe de ser su antiguo compañero, el tipo que hizo que una manada de goblins
intentará matarnos]
—¿Qué hemos hecho para molestarte?
—¡No te hagas al idiota!
Los ojos de Octavio se abrieron de par en par, y una vena comenzó a palpitar en su
sien.
—Es obvio para todos. Estás comprando restos de monstruos en el mercado negro y los
entregas al Gremio para obtener el crédito. El Gemino no hace nada porque se lucran como
bandidos.
—Los aspirantes ricos como tú, que se abren paso en los escalones con dinero son lo
peor. Los aventureros que trabajan como yo acaban siendo los más perjudicados. No eres
más que un mocoso, el cual se abre paso en la vida tirando dinero a todos sus problemas.
En cierto modo tenía razón. Probablemente parecía sospechoso que un extraño viajero
se presentara, formara un grupo con una medio-elfa de nivel 7, y luego hiciera un recorrido
rápido por el sistema del Gremio. Pero ese no era el verdadero problema.
Antes de que Pomera y yo empezáramos a escalar posiciones, Octavio había intentado
que Offe nos matara. Sus excusas parecían plausibles, pero desde el principio nos tenía en
la mira.
—Le pedí a Offe-san que te diera una advertencia, pero parce que se fue de la ciudad
antes de entregarla.
—Oh, ¿eso? Sé que debes haberle comprando también. Me ha contado una historia muy
poco convincente: “Oh, no, Octavio, no es sólo un niño rico con una bolsa mágica, es
realmente de alto nivel” ¡Pah!
—Así que te lo dijo, en ese caso, has venido aquí preparado para enfrentarnos.
¿Estás seguro de que quieres hacerlo?
Definitivamente le había dicho a Offe que se asegurara de que Octavio supiera que no
iba a dejar pasar la siguiente ofensa que hiciera. Nunca había matado a una persona y no
quería matar a nadie ahora, pero no podía dejar que este tipo se fuera sin consecuencias.
—¿Preparado? Ustedes son los que deberían estar preparados. No soy un idiota, y no
hay ninguna posibilidad de que me atrapen por matarlos. Además, ustedes solo son una
idiotas inútiles. Sólo un pedazo de basura mestiza y un niño rico debilucho. Con gusto
mataré a ambos, al amo y a su mascota.
Octavio también me estaba haciendo enfadar ahora. Sus insultos hacia mí eran
simplemente estúpidos, pero su actitud racista e intolerante hacia Pomera era repugnante.
Puede que lo hiciera enfadar por no entregar mi bolsa mágica, pero mi opinión era que el
hecho de que Pomera tuviera el rango C era lo que realmente le sacaba de quicio. Se
mordió el labio en señal de incomodidad mientras escuchaba a Octavio despotricar, y yo me
enfadé aún más. Llamarla inútil estaba completamente fuera de lugar. Ni siquiera Roy se
alegró cuando Pomera lo dejó para unirse a mí. A pesar de toda su palabrería, sabía que
ella era útil. Pomera trabajaba mucho, tenía un buen corazón, era valiente y estaba
dispuesta a todo. Octavio estaba a punto de llevarse una gran sorpresa.
—¿Eh?
Octavio frunció el ceño, confundido.
—Puedes luchar contra Pomera-san uno a uno. Si pierdes, no volverás a molestarnos.
Si ella pierde, tendrás mi bolsa mágica y mi vida.
—¿Yo? ¿Por qué yo?
Pomera preguntó.
—¿No estabas molesta por lo que dijo?
—B-bueno, si…
Pomera se volvió hacia Octavio con dudas. Sabía que su nivel estaba muy lejos de
compararse al de ella, pero incluso así seguía estando nerviosa. Aunque había luchado
contra monstruos y demonios, Octavio era la primera persona con la que lucharía.
—Derrótalo, Pomera-san, sé que puedes.
Le dije, dándole una palmadita en el hombro.
—¡Bien, lo intentaré!
Pomera apretó su bastón y se acercó a Octavio.
—¿Vas a hacer que mate a la chica primero? Bueno, eso está bien para mí…
al final los voy a matar a los dos. La cortaré en pedazos mientras miras chico.
Octavio levantó su hacha y amenazó a Pomera, quien comenzó a hacer un círculo
mágico. Para mi temor, reconocí el hechizo que estaba a punto de lanzar.
—¡Jaja! ¡Inútil maga blanca!
Octavio se burló. Pomera le apuntó con su bastó y gritó.
—¡Magia de Fuego nivel 5: ¡Luciérnagas!
El circulo mágico lanzó una lluvia de ascuas rojas. Entré en pánico.
—¡P-Pomera-san, no tienes que usar la magia!
Su nivel era casi un monumento comparado al de Octavio, y un simple golpe de su
bastón debería ser suficiente para liquidarlo. Uno de sus hechizos de fuego podría reducirlo
a simples cenizas sin mero esfuerzo.
—¡Oh, tienes razón! Sólo estaba nerviosa…
Pomera dejó caer la punta de su bastón, y las chispas salieron volando directo a los
pies de Octavio.
—¿¡Puedes usar magia de nivel 5!? Sorprendente, pero parece que tu puntería necesita
un poco de trabajo.
Octavio sonrió, pero estaba equivocado. El daño de las Luciérnagas no provenía de las
bolas de fuego en sí mismas, sino de las explosiones cuando impactaban con su objetivo.
Pomera no falló.
—¿¡Qué!?
El suelo a los pies de Octavio detonó.
—¡Aaaah! ¡Ay, que calor!
Octavio fue lanzado por los aires por la explosión, y cayó al suelo con un golpe seco.
Comenzó a rodar por el suelo abrazándose la pierna. El pantalón se había quemado,
dejando la piel carbonizada debajo y profundos cortes en la pantorrilla por la grava
levantada por la explosión. Un golpe directo del hechizo seguramente lo habría matado.
—Eso es imposible… ¡No puedo perder contra una mestiza!
Una buena parte del músculo de su pierna estaba desgarrado. Necesitaría magia blanca
de alto nivel o un poderoso elixir si esperaba recuperarse del todo.
—¿Lo entiendes ahora? No vuelvas a meterte con nosotros.
—¡Pedazos de basura!
Octavio trató de levantarse apoyándose con su hacha, pero Pomera le apuntó con su
bastón. Él la dejo caer para decir que se rendía.
—Me equivoqué… perdóname… cambiaré mi forma de actuar, lo prometo…
Sin embargo, en lugar de arrepentimiento, había rabia en la voz de Octavio. Una
mirada demoníaca se apoderó de su rostro.
—¿Eh?
Pomera se retiró confundida al cambiar su expresión. Usando su pierna buena, Octavio
saltó en el aire y bajó su hacha hacia la cabeza de Pomera.
—¡Ya te tengo, mestiza! Morirás aquí.
Octavio sonrió mientras se balanceaba, pero su sonrisa no duró mucho. En el momento
en que saltó, me coloqué detrás de él y le arranqué el hacha de las manos.
Sus manos vacías se perdieron en el aire.
—¿¡Qué…!?
No estoy orgulloso de lo que hice después. Estaba furioso y defendía a mi amiga, pero
aun así me sentía incómodo atacando a otro humano. Por desgracia, no me había dejado
otra opción. Y para empeorar las cosas, ahora sabía que no se podía confiar en que se
rindiera pacíficamente. No sabía si el señor de la ciudad o la guardia se involucrarían en
disputas entre aventureros. Pero yo era un vagabundo y Pomera era un ciudadano de
segunda clase. Si Octavio volvía ahora a Arroburg, seguiría tramando la venganza, y las
autoridades probablemente no harían nada para ayudarnos.
Octavio sólo entendía el lenguaje de la violencia.
—Ese fue un movimiento bastante rápido para un tipo con una pierna mala.
Le dije mientras giraba su hacha para cortarle su brazo derecho.
—¡¡Aaaaah!!
Octavio gritó mientras caí al suelo, agarrándose la herida donde antes estaba su brazo.
—¡¡Mi brazó!! ¿¡Qué has hecho!? ¡No puedo, no puedo ser aventurero con un solo
brazó! ¡¡Me has arruinado…!!
Octavio comenzó a retorcerse mientras sostenía su herida.
—El brazo es sólo el principio.
Tiré el hacha al suelo y desenfundé mi Espada Heroica de Gilgamesh. Octavio chilló y
abandonó su brazo amputado antes de alejarse cojeando, arrastrando su pierna mala tras
de sí.
Mientras desaparecía por un recodo del camino, esperaba que por fin hubiera captado
el mensaje. Volví a enfundar mi espada. Después de limpiar nuestro encuentro con Octavio,
Pomera y yo volvimos a cazar vacas de hierro. Conseguimos abatir cinco sin problemas
antes del anochecer. Llevamos las máscaras al gremio y también vendimos la mayor parte
de la carne. Fue suficiente para ascender al rango C; ahora se nos reconocía como
aventureros expertos. La noticia causó un gran revuelo en el gremio.
Vi a Roy al otro lado de la sala del gremio, con la boca abierta mientras me miraba
fijamente.
Pomera y yo decidimos celebrarlo esa noche. Ella sugirió que nos diéramos el lujo de
cenar en La Cocina del Cazador. El interior de la taberna estaba decorado con pieles de
monstruos y cabezas montadas. El ambiente era agradable, pero el verdadero truco de la
taberna era que sólo te cocinaban la cena si la cazabas primero. Trajimos una vaca de
hierro de carne con nosotros. Sentí una verdadera sensación de logro cuando llegó el plato.
El filete era tan grande que colgaba por los bordes.
—Jee, jee, Roy y Holly venían aquí sin mí. Siempre quise probar la comida de este
lugar.
Pomera dijo alegremente. En silencio, deseé no volver a escuchar eso nombres.
—Aunque no pensé que la comida viniera con las bebidas.
En la mesa había dos jarras llenas de cerveza. Esta taberna daba a los clientes la
primera cerveza gratis, con la expectativa de que la mayoría de la gente no dejaría de beber
después de una sola ronda. En Japón no me gustaba mucho el alcohol. Estar borracho me
hacía sentir mal, así que no era especialmente agradable. Pero tenía que admitir que sentía
curiosidad por las cosas que la gente comía y bebía en Locklore, y ésta era una oportunidad
perfecta para probarlo.
—Es la primera vez que estoy en una taberna y la primera vez que bebo alcohol.
Pomera mencionó. No creía que tuviera veinte años todavía, pero tampoco creía que
hubiera ningún tipo de edad legal para beber aquí. Desde luego, el camarero no le pidió el
carnet de identidad.
—Tómatelo con calma, no pasa nada por dejar el resto si decides que no te gusta.
Le dije con una sonrisa incómoda mientras ella daba un trago a su cerveza.

Capítulo 3: El malvado sacerdote Notts

Primera Parte

La mansión del Gobernador, ocupada actualmente por Lord Grand, se encontraba en el


centro de Arroburg. Era el edificio más grande de la ciudad y estaba rodeado por un alto
muro exterior para garantizar que ninguna mirada indiscreta entrara a violar la intimidad
del señor. Los guardias patrullaban el perímetro día y noche. Flanqueado por dos de sus
subordinados, Grand estaba frente a un joven en una habitación del sótano. El joven tenía
el cabello negro azulado, los ojos estrechos y era bastante guapo a simple vista. Pero
exudaba un aura que hacía que la mayoría de los humanos que se encontraban a su
alrededor se sintieran incómodos.
—N-Notts, ¿has terminado los preparativos para el ritual?
Preguntó Grand, y el dragón humanoide asintió. Notts se detuvo un momento antes de
hablar.
— Las estrellas se han alineado y el hilo de plata que nos une al plano astral se hace
más fino. Los corderos se reúnen y sus espíritus serán convocados antes del amanecer. La
niña que tragó arena sostiene una rama marchita. Volverá a abrir los ojos para dormir. Las
ideas han heredado el óxido de una corona antiestética, pero ¿el rostro de quién se refleja
en la hoja que regresa? Nuestros deseos más profundos...
Notts tejió las palabras con su hermosa voz como si una especie de poema se tratase,
pero Gran no tenía idea de lo que significaban dichas palabras.
Notts se volvió hacia Grand y sus hombres, abriendo sus ojos estrechos y tomando
nota de su confusión. Los tres se estremecieron cuando su mirada pasó por encima de ellos,
cada uno de los cuales rompió un sudor frío que les heló el cuerpo hasta los huesos.
Uno de ellos se armó de valor y susurró…
—Lord Grand, tal vez debería reconsiderar…
—¡¡Ya no hay vuelta atrás!! ¡Este hombre me convertirá en Rey!
El aura de Nott era poderosa, pero la codicia de Grand era más fuerte. Su cara redonda
y fea palideció mientras sonreía.
— No tema mis metáforas, mi señor, me olvido de mí mismo cuando hay humanos
comunes. En pocas palabras, quiero decir que los preparativos están completos. Debo
expresar mi gratitud por su permiso para usar la ciudad de Arroburgo como altar. Durante
mucho tiempo, he anhelado invocar a mi señor y destruir a los cerdos insensatos y
sedientos de poder que han abandonado la verdadera fe. No tengo ningún deseo de
autoridad. Sólo deseo que el Dios del Terror devuelva al mundo el orden que le
corresponde. Te aseguro que
ascenderás al trono, como prometiste
—¡En ese caso, todo está bien! Sí, que así sea… ¡Ho ho, seré Rey!
Gran se rio en voz baja para si mismo, y sus hombre lo miraron con inquietud.
—Mi señor, hay algo que deseo que escuche antes de que mi maestro regrese.
En un pasado lejano, hace unos cinco mil años, el caos provocado por los reyes
demonios fue tan horrible que el estado actual del mundo parece idílico en comparación. En
su debilidad, la humanidad rogó por la salvación, y tras generaciones de oraciones
maullantes, un gigante surgió del mar como
respuesta. Las imágenes de su horrible máscara y sus brazos retorcidos están grabadas
en murales y lápidas de piedra. Era Zolophilia, el Dios del Terror.
Zolophilia derrotó a los reyes demonios y trajo la paz al pueblo. Pero también sabía
que, sin un enemigo común, la humanidad se volvería inevitablemente contra sí misma. Así
que Zolophilia utilizó su horrible máscara para infundir miedo en los corazones de los
hombres, una correa aterradora para contener los bajos instintos de la humanidad.
Grand sonrió amablemente, desinteresado por la lección de historia. Soñaba con el
poder que pronto ejercería. Notts continuó.
— Sin embargo... en su necedad, la humanidad comenzó a resentirse con Zolophilia.
Mis antepasados, los sacerdotes que se consagraron al Dios del Terror, fueron aniquilados
en un ataque sorpresa, y Zolophilia fue sellada por los gobernantes de las mismas naciones
que había salvado.
La voz carente de emoción de Notts comenzó a resquebrajarse por la ira. Grand se
sobresaltó de sus fantasías de poder cuando el aura del sacerdote se intensificó. El sudor
goteaba por la cara de Grand.
— Pero eso no fue suficiente para ellos. No, no lo fue… distorsionaron la historia;
mancharon el nombre de mi familia. Zolophilia, el dios que salvó al mundo, ahora se
llama... ¡maldad! Incluso ahora, los que lo adoran son perseguidos y torturados cruelmente
hasta la muerte.
La fuerza del agarre de Notts hizo crujir el bastón en sus manos, y en su rostro
aparecieron profundos surcos de rabia. Lágrimas de rabia brotaron de las comisuras de sus
estrechos ojos.
— "¡Sus pecados no serán ignorados! ¡La historia no se repetirá! ¡En eones pasados,
nos equivocamos al ser tan bondadosos! Los humanos no son más que cerdos codiciosos,
ignorantes de su propia deuda. Sólo concederemos autoridad a unos pocos elegidos, ¡y el
resto será tratado como ganado! ¡Esa es la única manera de guiar a este mundo de vuelta a
la iluminación eterna! Una vez que Zolophilia despierte, ¡el verdadero terror gobernará!
Grand se quedó helado, con la boca abierta. Sabía que Notts pretendía convocar a una
entidad horrible. También sabía que probablemente costaría la vida a muchos de sus
súbditos. Pero ahora se enfrentaba a la abyecta depravación de su decisión de trabajar con
el dragón humanoide. Notts arrojó su bastón roto al suelo, se limpió las lágrimas con la
manga de su túnica y sonrió con calidez.
—Mi señor, usted entiende, ¿no?
Grand respondió a la pregunta de Notts con una mirada vidriosa y dos asentimientos
mecánicos, como una marioneta a la que se le estuvieran moviendo los hilos.

Segunda Parte

Pomera y yo nos reunimos en el gremio a la mañana siguiente para ver el tablón de


peticiones y escuchar los últimos rumores. Parecía que Octavio había dejado la ciudad... por
alguna razón desconocida. No éramos los únicos que se alegraban de su marcha. Se decía
que otro grupo de personas había intentado emboscarlo en su salida y que apenas había
escapado con vida. No estábamos implicados en ninguno de los rumores que circulaban, lo
cual era un alivio.
—¡Los pedidos de Rango C parecen realmente rentables, Kanata!
Pomera menciono con una rápida mirada hacia mí.
—S-Sí…
No pude evitar apartar la mirada de ellas.
—¿Por qué no me miras a la cara? No recuerdo mucho de la cena de anoche, sólo que
me desperté en mi cama esta mañana. ¿He hecho algo grosero?
—¿No te acuerdas?
Pomera dio un pequeño salto ante mis palabras y apretó su bastón avergonzada.
—Así que hice algo…
—Olvidémonos de ellos…
—¿Qué he hecho?
Pomera no podía aguantar el alcohol. En absoluto. Podría haber sido la peor borracha
que había conocido. Después de probar un poco de la cerveza gratuita que nos dieron en la
taberna, decidí que era demasiado fuerte para mi gusto, pero Pomera no mostró ninguna
contención. Tendría que haberla detenido después de que se bebiera su tercera cerveza
consecutiva. Incluso cogió lo que quedaba de mi cerveza y se la bebió mientras me decía
entrecortadamente que no iba a dejar que se desperdiciara.
Entonces acabé recibiendo un acoso de borrachos mientras ella se colgaba de mi
espalda y me acariciaba la cabeza mientras decía que quería verme borracho. Una cosa
llevó a la otra, y ella sacó su bastón y empezó a lanzar un hechizo. Me asusté y la dormí con
magia.
—…No te preocupes por ellos, ¿bien?
Lo intenté en vano.
—¡Por favor, dime! ¿Qué he hecho?
Forcé una sonrisa y me encogí de hombros sin compromiso, pero su cara palideció aún
más. Tomé nota mentalmente de que en el futuro la cortaría después de su segunda
cerveza
Entonces oímos un grito desde fuera y un hombre entró corriendo en el Gremio.
—¡El cielo se ha vuelto de un color extraño! Es como uh, rosado… tal vez magenta…
¡pero es realmente extraño!
El caos estalló en el gremio mientras todos trataban de llegar a una ventana o puerta
para mirar.
—¿Esto es algo que ocurre a menudo?
Le pregunté a Pomera, pero ella negó con la cabeza. Salimos del Gremio para
comprobarlo por nosotros mismos. El cuelo se había vuelto de un color magenta. No era el
bello tipo de púrpura que se puede ver al atardecer, sino que parecía artificial.
Todo el mundo el la calle se había detenido para mirar con asombro. Vi un gran halcón
volando en la distancia, y el extraño color parecía teñir al pájaro como si se tratara de una
superposición.
—Tal vez… ¿no es el cielo? ¿Algún tipo de luz alrededor de la ciudad…?
Mientras estaba allí confundido, pronto me di cuenta de que el ruido de la multitud se
iba haciendo cada vez más silencioso. La gente que me rodeaba empezaba a apoyarse en
las paredes y a desplomarse en el suelo.
[¿Qué demonios está pasando?]
Ahora me resultaba obvio que no se trataba de un fenómeno natural. Mientras miraba,
empecé a oír los gritos de los sufridos habitantes del pueblo.
—Me duele… no puedo levantar los brazos…
—Tengo tanto frío…
—¿Qué es esto…?
Pregunté, volteándome hacia Pomera.
—K-Kanata, ¿no sientes nada en absoluto? Se siente como si mi salud fuera absorbida.
[No puede ser]
Pensé pensé mientras comprobaba mi propio estado. Tanto mi HP como mi MP se
estaban agotando lentamente. Era una fracción tan pequeña de mi total que no podía
sentirla, pero no había duda de que estaba bajando. Tragué saliva. Fuera lo que fuera esa
magia, era lo suficientemente poderosa como para atravesar la protección de la túnica de
Lunaère.
Volví a mirar al cielo y finalmente me di cuenta.
—Es magia de barrera…
Había una barrera gigante que rodeaba toda la ciudad, drenando la vida y la magia de
todos los habitantes de Arroburg. Ni siquiera Lunaère podría realizar un hechizo tan grande
sin preparación. El lanzador tenía que estar cerca. También tenía que ser increíblemente
fuerte si tenía la confianza suficiente para atacar una ciudad entera.
No se trataba de un farsante como Lovis, sino de un verdadero usuario de magia de
alto nivel. Intenté recordar el nombre que había visto en ese cartel rojo brillante de
búsqueda.
—Tenemos que evacuar…
Entonces vi a un niño apoyado en la pared. Cojeaba por el dolor y su madre, que
lloraba, intentaba levantarlo para que se pusiera en pie. A este ritmo, la gente común de
Arroburg iba a consumirse y morir antes de llegar a las puertas de la ciudad. No
sobrevivirían si no poníamos fin a esto pronto. Podríamos intentar eliminar la barrera, pero
lo más probable es que haya objetos por toda la ciudad que apoyen el hechizo.
Destruirlos podría debilitarla un poco, pero no la anularía por completo. No, necesitaba
derrotar al lanzador. Esa era la única manera.
—No pasa nada. Puedo manejar esto.
Dije mientras respiraba profundamente para tranquilizarme a mi mismo y a todos los
que me rodeaban. Lunaère esperaba que me encontrara con amenazas serias. Me entrenó
para luchar contra otros usuarios de la magia, especialmente los legítimamente peligrosos.
Incluso si se trataba de ese dragón humanoide, debería ser capaz de manejar la lucha. Al
menos, yo era sin duda la persona más fuerte del Gremio de Aventureros. Nunca me
perdonaría si abandonara a esta gente. Tenía que actuar, pero no confiaba en poder hacerlo
a tiempo para salvar a todos.
—Pomera-san, ¿hay algún lugar donde la gente puede reunirse durante una
emergencia?
—¿Eh? ¿Un algún lugar donde las personas puedan reunirse?
—Como si hubiera un desastre natural o un ataque de monstruos. ¿Hay un punto de
reunión?
—Ummm… ¿la iglesia?
Saqué mi mapa de mi bolsa mágica y lo desplegué. La iglesia estaba bastante cerca del
centro de Arroburg. Parecía un lugar tan bueno como cualquier otro. Saqué otra bolsa
mágica de mi bolsa mágica principal. No podía usar Bolsillo Dimensional en público, y en
una sola bolsa mágica no cabía tanto, así que mi inventario era de bolsas mágicas hasta el
final. Ésta contenía pociones curativas y elixires. Le entregué la bolsa a Pomera.
—¿K-Kanata…?
—Pomera-san, necesito tu ayuda. Necesito que vayas a la iglesia y destruyas lo que sea
que esté sosteniendo la barrera allí. Cura a los heridos y llévalos contigo mientras vas.
En el fondo, Pomera era una maga blanca. Podía lanzar Lágrimas de Rafael, un hechizo
de nivel 11 que podía curar casi cualquier herida o enfermedad. También podía lanzar Lluvia
de Curación y restablecer la salud de todos los habitantes de una zona amplia. Después de
la última semana de entrenamiento, la magia blanca que podía utilizar superaba con creces
cualquier curación que yo pudiera hacer. Me preocupaba que la barrera le restara PM, así
que la cargué con unos cuantos elixires más para mantenerse a tope.
—¿Quieres decir que debo reunir a la gente…? No estoy segura de poder hacerlo…
Podía parecer una chica tímida, pero Pomera podía ser valiente si creía que iba a
ayudar a los demás. Había llamado valientemente a los guardias cuando Octavio me
acosaba y me había enseñado la ciudad, aunque se arriesgara a hacer enfadar a Roy.
Incluso se había enfrentado a los horrores demoníacos dentro del Espejo Maldito.
Creía que tenía la fuerza para ser una verdadera líder, pero primero tenía que creer en
sí misma.
—Pomera-san, si hay alguien que puede hacer esto, eres tú.
Estaba indecisa, pero mis palabras parecieron darle determinación. Pomera tomó aire y
respondió.
—De acuerdo… ¡lo haré!
Sus nudillos se blanquearon mientras apretaba el bastón con fuerza. Asentí con la
cabeza en señal de ánimo.
—Voy a encontrar a quien haya lanzado este hechizo y a detenerlo.
Había dicho eso, pero no tenía ni idea de dónde se escondía. Ni una sola pista. Tal vez
podría reducir su ubicación si conocía su motivo, pero incluso eso era un misterio.
—Umm… ¿C-cómo puedo destruir parte de la barrera? No sé nada sobre magia de
barrera…
— Para un hechizo tan grande, debe haber elementos que lo estabilicen.
Probablemente muchos de ellos, colocados en intervalos regulares alrededor de la
ciudad. No deberían ser difíciles de encontrar si tuviéramos tiempo. Si no puedo
encontrarlos... bueno, haz lo que puedas. Guía a la gente y cura a todos los que puedas..."
—Debe haber muchos… ¿cómo puede alguien hacer toda esa preparación sin que los
guardias se den cuenta?
Ese era un buen punto. Seguramente habría rumores si alguien hubiera estado
merodeando por la ciudad haciendo preparativos como ese. No es que pudieran haberlo
hecho bajo las narices de todos…
—Oh…
Había alguien, o más bien algunos, que podrían haberlo hecho: la gente de las túnicas
negras. Pensé que estaban trabajando en algún tipo de barrera para mantener a los
monstruos a raya.
— ¡Esos usuarios mágicos vestidos de negro estaban haciendo algo en las murallas de
la ciudad! ¡Destruyan los lugares donde se reunían! ¡Dile a todos los demás también!
—¡Pero si trabajan para Lord Grand nadie me va a creer si se lo digo!
Pomera dijo asustada.
Eso probablemente cambiaría si ella los curara. Aun así, no teníamos tiempo para
perder el tiempo, y esas eran las pistas con las que teníamos que trabajar. Los usuarios de
la magia que trabajan para Lord Grand prepararon la barrera. Los guardias claramente no
sospechaban de su trabajo. Si ese era el caso, era obvio que Grand estaba involucrado. Eso
significaba que era probable que el lanzador se escondiera en la mansión de Grand. Y los
volantes rojos para el dragón humanoide fueron retirados por orden de Lord Grand... Todo
estaba encajando. Extendí el mapa y miré el centro de la ciudad.
—¡Lo siento, pero tengo que ir! Creo que sé dónde está el mago de la barrera.

Tercera Parte

Subí solo a la mansión de Lord Grand, saltando el muro exterior y derribando la puerta
principal. Parece que mi corazonada era correcta.
Un aura maligna irradiaba desde algún lugar bajo el suelo, y el efecto era tan fuerte
aquí que incluso yo podía sentirlo. Esta era la fuerza total del hechizo, no la zona de efecto
más débil que se había ampliado con la ayuda de objetos y rituales.
Inesperadamente, no había nada que impidiera que la barrera afectara a la gente
dentro de la mansión. Las habitaciones estaban llenas de cuerpos caídos de guardias,
ennegrecidos y secos. Ya estaban muertos, con su fuerza vital completamente drenada por
el hechizo. También vi cuerpos con las conocidas túnicas negras.
[¿Qué paso aquí? Incluso sacrificaron a su propia gente…]
Busqué por toda la mansión y encontré una puerta entreabierta que daba a unas
escaleras que conducían al subsuelo. Sabía que la persona que estaba detrás de esto debía
estar esperando en la parte inferior. Bajé los escalones tan silenciosamente como pude
antes de abrir de golpe la puerta inferior; esperaba pillarlos por sorpresa.
Dentro había una gran sala con fórmulas mágicas talladas en cada centímetro de las
paredes, el techo y el suelo. También había dos hombres en la habitación. No, sólo uno. El
otro ya estaba muerto. En el suelo yacía el cadáver de un hombre gordo vestido con ropas
opulentas. Se le caía el pelo, al igual que los ojos, y su piel había adquirido el aspecto de la
goma negra. Una mirada de terror se congeló en su rostro.
—Veo que ha conocido a Lord Grand.
Dijo el otro hombre con indiferencia.
[Notts, el sacerdote malvado… ¡este es el dragón humanoide de ese cartel!]
Efectivamente, tenía el mismo rostro apuesto que había visto en el folleto rojo brillante.
En la vida real, su pelo era en realidad negro azulado y llevaba una túnica de colores
brillantes, roja y verde. Llevaba un cristal con forma de calavera en la mano.
—No había pensado que un humano pudiera sobrevivir el viaje al centro de mi hechizo
de Sacrificio.
Desenfundando la Espada Heroica de Gilgamesh, apunté la hoja hacia Notts.
—¿Pensé que tú y Grand estaban juntos?
— Su contribución fue apreciada. Sin él, no habría podido reunir la ofrenda adecuada,
en las coordenadas adecuadas, bajo las constelaciones adecuadas.
Notts abrió ligeramente los ojos y miró fríamente a Grand.
—¿Pero un hombre que traicionaría a sus propios súbditos es realmente apto para ser
Rey?
Notts sonrió ligeramente mientras hacía crujir su pie en la caja torácica de Grand. Me di
cuenta de que parte del rojo de su túnica era sangre salpicada.
— Bastante patético, realmente. No tuvo ni idea hasta el amargo final. Pero así es el
destino de los cerdos: una vida de codicia y excesos que termina con una rápida y
misericordiosa matanza.
Me estremecí. No estaba seguro de lo que había sucedido, pero esta reunión no iba a
terminar con una charla y un apretón de manos. Era importante saber a qué me enfrentaba.
Me centré en Notts, con la esperanza de poder usar [Análisis de Estado]
mientras él hacía su gran discurso sobre el cadáver de Grand. En cambio, Notts levantó
el cristal con forma de calavera en mi dirección.
—Sea lo que sea que ibas a intentar, habría sido inútil. Deberías de dormir…
para siempre. Magia de la Muerte nivel 8: Devorador de Corazones.
La niebla negra se reunió para formar un monstruo con una boca abierta. Voló hacia
mí, pero no lo esquivé. La niebla negra me golpeó y se disipó. Los ojos estrechos de Notts
se abrieron de par en par al verme allí de pie, ileso.
—¿Te defendiste contra el Devorador de Corazones? No importa. No puedes bloquear
contra todos mis hechizos.
—Mi túnica tienen el poder de desviar todos los hechizos de ataque de bajo nivel. Por
favor, basta con que te detengas.
—Bah, no hay ningún objeto en el mundo que pueda defenderse de todos los hechizos
de nivel 8 o inferior. ¡Espera! Algo está mal… oh, ya veo. La razón por la que Sacrificio
alcanzó su máximo potencial tan rápidamente es porque entraste en la mansión. ¡serás el
instrumento de tu propia perdición! Magia Espacio-Temporal nivel 8: Bolsillo Dimensional.
Dejando caer la calavera de cristal al suelo, metió la mano y sacó un brillante bastón de
jade.
—Parece que debo usar toda mi fuerza por primera vez en siglos. Esperaba evitar la
mirada de los de arriba, ¡pero me enfrento a una prueba antes de la ceremonia! Magia de la
Muerte Nivel 10: ¡Muerte!
Un gran círculo mágico apareció en el centro de la sala, rodeado de calaveras flotantes
de luz púrpura. Lo que quedaba del cuerpo de Grand se pudrió, y todas las superficies de la
sala comenzaron a envejecer rápidamente.
—¡Una vez maté a cien soldados con un solo lanzamiento de este hechizo!
Notts gritó, su respiración se volvió pesada y se formaron profundo surcos en su frente.
—Pero… ¿cómo… cómo te has quedado ahí parado?
— Mi túnica tiene el poder de desviar todos los hechizos de ataque de bajo nivel.
Dije de nuevo, repitiendo cada palabra lentamente. Si no era magia avanzada, no iba a
atravesar la Túnica de Lunaère. El hechizo de Sacrificio de Notts debía encajar en esa
descripción. Aunque podría ser capaz de lanzar un hechizo de nivel 11 o 12
después de un largo ritual, no podría lanzarlo en el fragor de la batalla. Preparando mi
espada, me abalancé hacia el malvado sacerdote mientras usaba Análisis de Estado.

Nombre: Notts Nigrade


Raza: Nivel: Humano 375
HP: MP: 1613/1613 944/1800

¡Notts ni siquiera estaba en el nivel 400!


—¡Esto es imposible! ¡No se me puede detener! Mi deber con Zolophilia exige que guíe
al mundo.
Al blandir mi espada, rompí la calavera de cristal que se había caído y creé una telaraña
de grietas en el suelo. La calavera de cristal era el corazón de lo que mantenía unido el
hechizo de Sacrificio; sin ella, los ciudadanos de Arroburg no deberían perder más salud.
—¡No! Estamos en el umbral de un nuevo mundo, y yo soy el último de la línea
Nigrade…
Notts cayó y golpeó el suelo con los puños antes de mirarme, con la respiración
agitada.
—No hay manera de que esta gente sea capaz de mantenerte contenido. No sé por qué
haces esto, pero eres demasiado peligroso para dejarte ir... Tendré que matarte
Le dije mientras levantaba la Espada Heroica de Gilgamesh.
—¿No sabes por qué he hecho esto? ¡¡Jajajajaja!!
—¿Qué es tan gracioso?
—Es lamentable que no pueda cumplir con mis deberes como sacerdote, pero mi vida
tiene poca importancia ahora. El sacrificio no fue más que un recipiente para reunir la magia
necesaria para lanzar un hechizo aún más fuerte...
[Se está haciendo el duro? No, creo que tiene algo bajo la manga]
—Antes de que llegaras, usé ese poder concentrado para lanzar el Nirvana.
¡Incluso donaste una buena parte de tu propio poder mágico! Incluso ahora, Zolophilia,
una vez sellada por la estupidez y los pecados de la humanidad, está emergiendo en este
mundo.
Sus ojos enloquecidos se abrieron de par en par, y su boca se curvó en una sonrisa
maliciosa a medida que su locura continuaba.
—¡Nadie puede detenerlo ahora! Zolophilia no tendrá piedad. ¡Él llenará este mundo de
terror! ¡Ja, ja, ja! ¡Despierta! Liberado de su prisión, ¡acabará con el mundo tal y como lo
conoces! ¡Por fin se cumplirá el deseo más profundo de mi pueblo! ¡Mi muerte no es nada
comparada con eso!
La habitación empezó a temblar y el aura maligna se hizo más intensa. Ahora me daba
cuenta de que no venía de Notts.
—¡Aaah! ¡Está aquí, está aquí, está aquí! ¡¡Aquí, aquí, aquí!! ¡¡Zolophilia!!
Notts cantó, y luego se dejó llevar por la risa frenética.
—Jugaremos…
Llegó una voz ominosamente etérea, resonando desde las profundidades de la tierra.
—Vamos a… jugar.
Por el rabillo del ojo, vi aparecer algo detrás de mí. Era una máscara gigante de color
carmesí y jade. De casi tres metros de altura, parecía estar hecha de un material en capas
parecido a la corteza. Unos patrones en espiral se arremolinaban alrededor de unos ojos
huecos que se abrían de par en par. Detrás de la máscara había un asqueroso bulto de
carne, del mismo verde jade que la máscara. No podría decir si era de origen vegetal o
animal, pero de la masa salían innumerables tentáculos.
También parecían plantas, pero algo en su forma sugería la forma de brazos y piernas
humanas.
—¿Qué demonios…?
Jadeé.
—¡Zolophilia! ¡Nuestro hermoso dios! ¡Pensar que tengo la bendición de verla con mis
propios ojos! ¡Es tan...! Oh, madre, padre, mis humillados
antepasados... ¡¡lo he hecho!!
Notts se puso de pie, con los brazos envueltos en sí mismo mientras lloraba y rezaba a
la criatura.
[¿Este tipo es real?]
Me quedé boquiabierto por la extraña excitación de Notts, pero más aún por la extraña
aparición de Zolophilia. Fue entonces cuando sus tentáculos se estiraron para atacarme. Fui
demasiado lento. Al blandir la Espada Heroica de Gilgamesh, logré cortar algunos de los
tentáculos mientras saltaba hacia atrás. Pero como un relámpago, otros se lanzaron hacia
adelante para envolver mis piernas.
—Vamos… a jugar, vamos… a jugar…
—¡Uuf!
Zolophilia me hizo girar y mi espalda se estrelló contra una pared, doblando la piedra.
Siguió avanzando, haciéndome rebotar en cada una de las cuatro paredes. Al girar,
intenté cortar los tentáculos y Zolophilia me soltó a mitad de camino. Salí volando contra
una pared, que se derrumbó con el impacto. Casi me aplastan los escombros que caen.
—¡¡Jajajaja!! ¡¡Zolophilia me ha librado de la muerte!! ¡Mi amado Dios del Terror! ¡Hoy
cumplo el propósito de mi nacimiento! Zolophilia, ¡devuelve a este mundo deformado por
los humanos a su estado adecuado!
Notts seguía riendo y despotricando cuando aparté los escombros y salí a rastras.
—Vamos a… jugar…
La máscara gigante de Zolophilia estaba de repente delante de mí.
—Debes de estar en torno al nivel 2000.
Murmuré. Entonces di un tajo horizontal con toda mi fuerza. La hoja atravesó la
máscara, creando una profunda hendidura. La superficie se partió y decenas de tentáculos
de Zolophilia cayeron como hojas cortadas.
—¡¡AAAAAAH!!
Zolophilia chilló al ser lanzada por los aires por el impacto de mi golpe. Se estrelló
contra el techo, abriendo un enorme agujero y dejando el suelo lleno de fragmentos de sus
apéndices destrozados.
—Ah, jajaja… ¿qué?
Los ojos de Notts siguieron a Zolophilia por el techo, y luego volvió para mirarme con
asombro. Su primer ataque me atrapó por sorpresa, pero ahora sabía la verdad: Zolophilia
era un oponente débil. A pesar de su inquietante aspecto, no era más raro ni más duro que
los demonios del Espejo Maldito.
—He luchado contra monstruos más fuertes en Cocytus. No haces honor a tu nombre,
Dios del Terror.
Zolophilia se retorcía en agonía en el suelo sobre nosotros.
—Vamos, vamos… a jugar…
Podía ser débil para mí, pero sabía que era impensablemente fuerte en comparación
con los ciudadanos de Arroburg. A menos que termine esto rápidamente, podría destruir
toda la ciudad.

Nombre: Zolophilia Raza: Nivel: Corazón de los sueños 1800


HP: MP: 3211/8100 8100/8100

Resulta que tenía razón, estaba a punto de alcanzar el nivel 2000, pero nunca había
oído hablar de una raza llamada Corazón de los Sueños. Me preguntaba de qué se trataba.
—¡Impresionante!
Mencionó Notts mientras cojeaba por los bordes de los escombros, observando el
desarrollo de la batalla.
—¡Pensar que Zolophilia necesitaría quitarse los grilletes y elegir otra forma!
Esto no ocurría desde hace 5000 años.
—Oh, ooh, oooh…
Llegó su inquietante gemido desde arriba. A través del techo roto, pude ver que
Zolophilia estaba creciendo.
—Es absurdo que Zolophilia reconozca a un solo humano no como o incluso algo para
ser destruido ociosamente, sino como una amenaza real. Ya no está jugando... ¡Ja, ja! El
hecho de que tenga un mínimo de fuerza significa que conocerá realmente el terror.5
[¿Qué diablos es Zolophilia? No es un demonio, tal vez algún tipo de dios, pero no es
nada como Naiarotop]
Salté desde el suelo del sótano, por el agujero del techo. Parecía que estábamos en un
salón de baile. Una lámpara de araña brillaba en lo alto, y en la pared más alejada había
una tarima elevada destinada a las actuaciones musicales. La máscara de Zolophilia se
encogió y su cuerpo se alargó hasta casi llenar la habitación. Antes había sido una
asquerosa masa de órganos y carne, pero ahora adoptó la forma de un dragón. Unas
enormes alas se desplegaron desde su espalda, y unas malvadas garras cavaron surcos en
el suelo del salón de baile. El techo tenía más de cinco metros de altura, pero su espalda
rozaba con él en algunos puntos.
5
Se que suena rara la traducción de los párrafos cuando habla Notts, pero créanme, así lo hace, hasta a
mi me dio dolor de cabeza traducir sus diálogos.
[Si su forma cambio… ¿también cambiaron sus estadísticas?]

Nombre: Zolophilia Raza: Nivel: Corazón de los sueños 2141


HP: MP: 4746/9635 6952/9635

[¿¡Su nivel subió!?]


Mientras lo comprobaba, su nivel subía sin cesar a medida que su nuevo cuerpo se
hacía más grueso y resistente. Parecía imposible. Nada podía ganar niveles sin ganar
experiencia primero. Excepto... Lunaère me había explicado una vez la naturaleza de los
niveles y la experiencia. Cuando mataba a otro ser vivo en este mundo, absorbía una parte
de su alma en la mía y eso me hacía un poco más poderoso. Pero si algo pudiera manipular
el poder de su propia alma, podría ser capaz de aumentar su propio nivel a voluntad. No
sabía hasta dónde podía llegar la Zolophilia, pero era obvio que tenía que acabar con esto lo
antes posible.
—¡Oooh!
Retrocedí de un salto cuando Zolophilia lanzó un tajo con sus garras, esquivando a
duras penas el ataque. Las tablas del suelo se astillaron donde yo acababa de estar, y todo
la habitación se sacudió, tirando los cuadros de las paredes y dejando caer la lámpara de
araña.
Sus garras llegaron a mí desde todas las direcciones, y los ataques crecieron
constantemente en fuerza. Me abalancé hacia delante y lancé un tajo con mi espada,
haciendo que uno de los miembros de Zolophilia saliera volando. Se regeneró; pero al
hacerlo, el brazo cortado se arrugó y se disolvió en un montón de arena multicolor.
Zolophilia levantó su nuevo brazo en alto y lo hizo caer con un vil golpe. Me mantuve
firme y contra ataqué, abriendo una herida la cual se curó mientras hacía una finta para
evitar otro golpe. Era difícil asestar golpes efectivos a un oponente con habilidades
regenerativas y un alcance tan largo. No sabía dónde estaban los puntos débiles de
Zolophilia, así que intenté poner algo de espacio entre nosotros para lanzar un hechizo.
Entonces, Zolophilia blandió su gigantesca cola bifurcada. Me tomó por sorpresa, pero
logré levantar mi espada para defenderme del golpe. Reescribí mi círculo mágico sobre la
marcha para hacer frente a la situación.
—Magia Espacio-Temporal nivel 12: ¡Mundo Lento!
Me rodeó una esfera de luz púrpura de unos tres metros de diámetro. El tiempo dentro
de la esfera se ralentizó, suavizando el impacto de su golpe contra mi espada y
permitiéndome aterrizar con los pies por delante en la pared opuesta. Dejé que el hechizo
terminara mientras me deslizaba hasta detenerme. Notts entró
tambaleándose en la habitación. Miró a Zolophilia con la boca abierta.
—Esa forma... ¿Es el Primer Dragón Drigvesha? Zolophilia, ¿debes ir tan lejos por la
victoria? ¿Por qué, por qué... por qué? ¿Cómo es que este humano sigue en pie? ¡Se dice
que Drigvesha ha sido la criatura más poderosa que existe!
[Por dios…]
Incluso en medio de una furiosa batalla, Notts encontró tiempo para dar lecciones de
historia. Me pregunté si realmente sabía lo peligroso que era Zolophilia cuando lo convocó.
[¡¡Grooooooooooo!!]
Zolophilia se precipitó hacia mí, pero tuve tiempo suficiente para lanzar un hechizo.
Desde que llegué a Arroburg, había luchado principalmente en cuerpo a cuerpo para
ocultar mi verdadero poder, pero en esta pelea, no podía permitirme dar más golpes.
Era el momento de un golpe mágico.
—Magia de Fuego nivel 20: ¡Apocalipsis!
Apunté con mi espada y un dragón carmesí salió del círculo mágico, bañando toda la
sala en llamas. El dragón rojo arrasó las paredes y el suelo mientras se dirigía a toda
velocidad hacia el Dios del Terror.
—¡¡Oooo-aaaaagh!!
Zolophilia quedó envuelta en llamas. Cayó de rodillas y utilicé el método de las mentes
gemelas para lanzar mi segundo hechizo.
—Magia Espacio-Temporal nivel 19: ¡¡Explosión Gravitacional!!
La oscuridad brillante llenó el espacio. Levantó el enorme bulto de Zolophilia, que aún
ardía, y la atrajo hacia el centro de la singularidad antes de aplastar su torso cuando se
derrumbó. Me acerqué y golpeé con dos tajos diagonales para que no faltara nada.
El cuerpo destrozado de Zolophilia cayó al suelo en pedazos que empezaron a
desvanecerse y desaparecer, llenando la habitación de arena multicolor. Su máscara flotó
en el aire, encogiéndose.
—¡Eso… eso era Drigvesha! ¿¡Cómo!? ¡No queda nada! Mi gente… el nuevo mundo…
¡Aaaah! ¡Esto no puede ser!
Notts acunó su cabeza y lloró mientras se agachaba en el suelo. Algo raro estaba
pasando. Bueno, ya era bastante raro, pero se estaba volviendo aún más raro. ¿Qué era
exactamente Zolophilia? Recogí un puñado de la arena multicolor que llenaba la habitación y
saqué las Memorias de Acacia de mi bolsa mágica.
[Arena de los Sueños]
[Clase de valor: Divino]
[Creada hace cinco mil años por una familia de alquimistas reales. Se dice que
fundieron un escudo creado por Dios, propiedad de un viajero de otro mundo, y lo
infundieron con otros ingredientes clave para hacer la arena. Compuesto por los
materiales que construyeron el universo, fue el último catalizador alquímico.
La Arena de los Sueños responde al deseo y tiene el poder de hacer realidad
cualquier deseo. Sin embargo, la arena es voluble y no se puede controlar. Un
mercader que deseaba riquezas se convirtió en una estatua de oro. Un héroe que
deseaba poder se transformó en una bestia horrible. Utilízala con precaución.]
[¿¡Esto es lo que hace Zolophilia!?]
Si ese fuera el caso, entonces el hecho de que pudiera cambiar de forma significaba
que la arena deseaba por sí misma. Pero las Memorias de Acacia no mencionaban nada
sobre la autoconciencia... De repente me di cuenta. La raza de Zolophilia figuraba como
Corazón de los Sueños, no Arena de los Sueños. Eso me llevó a una hipótesis escalofriante,
y sentí que la sangre se me escurría de la cara.
—¡No me digas que le dieron de comer a la Arena de los Sueños una persona!
Mencioné.
—Para ser más precisos, Zolophilia es un homúnculo: una criatura nacida de la alquimia
usando un humano como catalizador base. Usaron una maldición para sellarlo para que
pudiera vivir eternamente como el Dios del Terror.
Notts dijo mientras se agachaba en un rincón.
—¿Cómo pudieron hacer algo tan horrible?
—¡Mis antepasados sólo hicieron lo necesario y fuimos traicionados! Han pasado miles
de años, y he encendido la luz de una nueva era, sólo para que ocurra esto...
Notts señaló con rabia las ruinas del salón de baile mientras las venas le palpitaban en
las sienes. Justo en ese momento, sentí que la presencia maligna comenzaba a surgir de
nuevo.
—¡Oh, dame un respiro!
Me quejé. Había bajado la guardia, asumiendo que había ganado. ¿Acaso no bastaba
con matar a un dios dragón para poner fin a esta lucha? Me quedé mirando la nueva forma
de Zolophilia que tomaba forma en el centro de la habitación. Era… yo…
Miré a una copia de mí mismo, perfecto en casi todos los detalles, excepto por la
máscara característica de Zolophilia que cubría mi... no, su cara. El doble levantó el brazo y
vi la Espada Heroica de Gilgamesh en su mano.
—Zolophilia… ¿¡Crees que un humano es la forma más poderosa para derrotar a tus
enemigos!?
Se lanzó hacia mí, lanzando una ráfaga de golpes. Yo esquivé cada uno de ellos con mi
espada, y al quinto golpe, conseguí destrozar su espada. Cuando se retiró, aproveché la
oportunidad para cortarle las dos manos por las muñecas. Supongo que, después de todo,
era la mejor versión de mí. La copia de mi espada no podía hacer frente a la verdadera
Espada Heroica de Gilgamesh, y mis estadísticas seguían siendo más altas, aunque él
pudiera potenciar las suyas. Al final, sólo era una copia barata del artículo genuino.
—Aaaah…
Zolophilia gimió mientras miraba sus muñones.
—Por favor, vuelve al lugar de donde viniste. No quiero luchar contra ti.
—¡Aaaaa!
Las manos de Zolophilia volvieron a crecer, y me apuntó con un dedo, graznando: —…
G-gravedad… E-e-explosi…
Esto era una novedad; no esperaba que empezara a usar mis propios hechizos contra
mí. Pero la Explosión Gravitacional era un hechizo difícil de lanzar. El círculo mágico era
muy complicado y lo dejaba expuesto a los ataques de cualquier cosa que estuviera al
alcance del cuerpo a cuerpo. Golpeé a Zolophilia sin dudarlo, separando por completo la
parte superior de su cuerpo de la cintura y las piernas. Fue inquietante ver cómo ambas
mitades se desplomaban en el suelo.
—Espero no tener que volver a cortarme por la mitad.
Hablé demasiado pronto. Disolviéndose de nuevo en la multicolor Arena de los Sueños,
Zolophilia formó otras cuatro copias enmascaradas de mí.
—¡Oh, vamos!
Tres de ellos se abalanzaron para atacar con sus espadas. Me defendí, esquivé y me
desplacé por las paredes y el suelo mientras corría, buscando desesperadamente un hueco
para contraatacar. Fuera como fuera, no podía dejar que me inmovilizaran porque el cuarto
doble me señalaba con el dedo desde lejos, esperando su momento para lanzar la Explosión
Gravitacional.
Calmé mi respiración y contra ataque con saña con mi espada mientras creaba un
círculo mágico. Fue en momentos como este cuando estaba muy contento de que Lunaère
hubiera insistido en enseñarme el Método de las Mentes Gemelas. Poder dividir mi
concentración no se limitaba a la magia; también podía concentrarme en algo físico
mientras lanzaba hechizos con la mano libre. Al final, conseguí maniobrar entre los tres
Zolophilias cuerpo a cuerpo en un punto mientras mi hechizo estaba a punto de
completarse. Desde el otro lado de la habitación, parecía que el lanzador también estaba a
punto de terminar su hechizo.
La explosión Gravitacional estaba llegando. Esperaba que mi tiempo fuera perfecto.
—Magia Espacio-Temporal nivel 12: Mundo Lento.
Encerré a los tres doppelgangers cuerpo a cuerpo dentro de la burbuja púrpura de
Mundo Lento mientras me alejaba de la esfera. Entonces la luz negra de la Exploción
Gravitacional de Zolophilia empezó a llenar la zona.
—Magia Espacio-Temporal nivel 4: Teletransportación corta Me teletransporté justo
antes de ser atrapado por el hechizo. Las tres copias no tuvieron tanta suerte, ya que
fueron aplastadas. Mientras él otro estaba distraído, hice una rápida comprobación de su
estado para ver qué clase de tonterías me quedaban por hacer.

Nombre: Zolophilia Raza: Nivel: Corazón de los sueños 3122


HP: MP: 2746/14049 952/14049

Incluso Zolophilia tenía sus límites, al parecer. Las copias debían compartir sus reservas
de HP y MP, y la Explosión Gravitacional autoinfligida le quitó el aliento.
Levantó la espada, con los hombros agitados por la respiración entrecortada, pero yo
tenía un hechizo preparado.
—Magia Espacio-Temporal nivel 20: Karma Breaker.
Apunté con la Espada Heroica Gilgamesh a Zolophilia, y una luz blanca y pura envolvió
al último doppelganger. Karma Breaker atacó con luz sagrada, pero su mayor efecto fue que
eliminó cualquier efecto de estado o maldición en el objetivo.
Hace mucho tiempo, la personalidad de Zolophilia le había sido arrebatado con una
maldición para convertirlo en el Dios del Terror. Debe haber pasado cada momento desde
entonces perdido en el miedo y la confusión. Miles de años, si Notts decía la verdad. No
podía convertirlo de nuevo en humano, pero esperaba poder darle al menos algo de paz
durante sus últimos momentos. Dentro de la luz, los brazos y las piernas de Zolophilia
comenzaron a desvanecerse y a desaparecer. Su máscara se rompió y vi un rostro debajo
que se parecía al mío, pero con una expresión inocente e infantil.
—Juega…
Murmuró mientras sus ojos se cerraban lentamente en un sueño tranquilo. Cuando la
luz se desvanecía, Zolofilia lo hizo con ella. La mansión de Grand había alcanzado
finalmente el límite de su integridad estructural. Las paredes y el techo empezaron a
desmoronarse, dejando caer vigas y otros restos sobre los jirones del suelo del salón de
baile.
—Aaaah… ¡Zolophilia! ¡Zolophiliaaaa! ¡Mi amado Dios del Terror!
Notts gritó, arrojándose al suelo donde el había desaparecido.
—¡Hora de irse!
Me dije mientras saltaba por una ventana. Una vez fuera, miré hacia atrás para ver a
Notts todavía tendido en el suelo del salón de baile. No estaba segura de si no se había
dado cuenta de que el edificio se derrumbaba a su alrededor o si simplemente no le
importaba.
—A ti también te vendría bien un poco de paz.
Me di la vuelta y lo dejé en la mansión condenada mientras yo escapaba.

Cuarta Parte

A la mañana siguiente, Arroburg todavía se estaba recuperando del completo caos del
día anterior.
Buscando en las ruinas de la mansión de Grand después de la pelea, me las arreglé
para recoger un... una niña perdida. La niña era mi sombra caminaba por la ciudad en
busca de Pomera. No había vuelto a su habitación la noche anterior después del caos, y me
estaba preocupando. Me dirigí al ayuntamiento para ver si estaba allí.
—El Gremio no está laborando hoy…
Dijo un aventurero calvo y musculoso cuando me acerqué a la entrada.
—Si, gracias. Es que me separé de mi compañera y pensé que podría estar aquí.
Hice una pequeña reverencia. La niña trató de imitar mis movimientos con una pequeña
reverencia propia.
—¡Gracias!
Ella dijo, haciendo que incluso el tipo musculoso esbozó una sonrisa ante su simpático
agradecimiento.
—Oye, hermano, sé que el Gremio está básicamente cerrado, pero aún así no es el tipo
de lugar para traer a una niña.
—Lo siento… creo que se perdió en todo el problema de ayer. No puedo dejarla sola.
Dije, forzando una sonrisa mientras entraba en la sala del gremio. Pomera estaba
desplomada sobre una mesa en el salón principal.
[Se ve cansada y lastimada]
—¿K-Kanata?
La luz volvió a sus ojos.
—Debes de estar agotada.
Le dije, tomando asiento frente a ella. Parecía que no había dormido. Empecé a
sentirme culpable por haber vuelto a mi habitación en lugar de buscarla.
—Y… ¿qué pasó después de que te fueras ayer?
—Los rumores eran ciertos. El malvado sacerdote Notts estaba trabajando con Lord
Grand.
Pomera se estremeció al escuchar el nombre de Notts.
—¿De verdad? ¿Notts estaba en la ciudad…? Eso es, eso es…
—Sí, pero lo derroté… más o menos. La pelea destruyó la mansión, y él todavía estaba
dentro.
Los ojos de Pomera se abrieron de par en par por la sorpresa. Los signos de fatiga
desaparecieron de su rostro.
—¡Pero si apenas tienes un rasguño!
Cuando usé la comprobación de estado de Notts, me di cuenta de que su raza aparecía
como humana. Eso me hizo sospechar que el dragón humanoide podría ser más una
descripción de trabajo que una raza real, así que revisé algunos de los libros de Lunaère
antes de quedarme dormido. Aprendí que los dragones humanoides obtenían su título en
función de su nivel o de la destrucción causada por sus planes.
Notts debía ser del tipo de planes peligrosos, no del tipo de alto nivel.
Antes de anoche, me preocupaba que mi nivel fuera excesivamente alto. Todos los
demás parecían tan bajos en comparación, incluso Notts. Pero después de luchar contra
Zolophilia, supe que Lunaère tenía razón: había algunos peligros de alto nivel merodeando
por Locklore. No podía bajar la guardia.
—Actúas como si no fuera nada…
Pomera dijo, mirándome con la bica abierta de asombro. Luego miró.
—Y… ¿quién es ella?
La niña había subido al banco para sentarse a mi lado mientras hablábamos. Parecía
tener unos diez años y llevaba el pelo recogido en dos moños a ambos lados de la cabeza,
uno verde pálido y el otro rosa claro.
—¡Juguemos!
Parloteó, aferrándose a mi brazo mientras miraba el salón de la guilda con una sonrisa
inocente. Incluso los aventureros más curtidos de la sala no pudieron evitar sonreírle.
—Bueno, es complicado…
Comencé, y luego hice una mueca mientras dejaba escapar un suspiro. ¿Cómo podría
explicar que ella era el Corazón de los Sueños, maldecida hace cinco mil años por los
antepasados de Notts para crear el Dios del Terror? La niña era Zolophilia. Cuando salí de la
mansión en ruinas de Grand la noche anterior, me di cuenta de que estaba de pie detrás de
mí. Esperaba que sólo estuviera viendo cosas, pero [Análisis de Estado] confirmó que era
ella y que seguía siendo de nivel 1800. Zolophilia había utilizado la Arena de los Sueños
para recrear su cuerpo original.
Pensé que Karma Breaker la había matado, pero supongo que aún me costaba lanzar
un hechizo de nivel 20 y mantenerlo estable. Había vuelto a su personalidad anterior y era
tan dulce que no tuve el valor de intentar matarla de nuevo, aunque fuera la persona más
poderosa con la que me había topado en la superficie. Acaricié la cabeza de Zolophilia y
pareció disfrutar de ello. Apoyó la cabeza en la mesa y cerró los ojos.
—¿Cuidas de una niña perdida?
Pomera preguntó con dudas.
—¿Por qué no dejas que la iglesia se encargue de ella cuando las cosas se hayan
calmado un poco? Ellos cuidan de los huérfanos de todo este caos.
Ojalá fuera así de fácil, pero ¿qué pasaría si hiciera un berrinche y destruyera la ciudad
en el proceso? O tal vez Zolophilia acabara masacrando a la gente sólo por intentar jugar a
un juego con ellos. ¿Y si fuera secuestrada? Alguien podría intentar utilizarla para fines
malvados.
—Los sacerdotes no serán de nivel 3000 o así, ¿verdad?
Le pregunté.
—¿¡Qué!? Kanata, ¿estás bien? No te habrán golpeado con algún extraño hechizo por
Notts, ¿verdad?
—No lo pensé…
Sabía que la iglesia no era una opción, pero aun así estaba decepcionado. Hasta que no
encontrara una persona de alto nivel en la que también pudiera confiar para actuar como un
padre, yo tendría que cuidarla. Nivel 1800 o no, seguía siendo una niña de corazón. Acaricié
la cabeza de Philia para calmarla mientras escuchaba a Pomera; había decidido que
Zolophilia era un nombre demasiado largo.
—Ayer fue un día bastante caótico…
Pomera mencionó mientras resoplaba.
Se había agotado curando y guiando a la gente del pueblo. Incluso después de que el
hechizo de sacrificio de Notts se derrumbara, siguió actuando como líder hasta que casi se
derrumbó ella misma. Todavía quedaba mucha limpieza por hacer, pero finalmente llegó a
su límite. Sospecho que se disculpó con todos los que pudo antes de abandonar la iglesia.
—Al final, el hechizo de la barrera simplemente… se detuvo. Hubo rumores sobre Notts,
pero nadie lo vio realmente. Excepto tú.
Eso sonaba bien. Aparte de los rumores, nadie en la ciudad tenía idea de que Notts y
Grand estaban trabajando juntos. Entre el hechizo de Sacrificio que había matado a todos
sus seguidores en la mansión y el derrumbe de la propia mansión, no quedaban muchas
pruebas ni testigos. Y como el gremio era administrado por el señor local, estaba
prácticamente cerrado por el momento. Un pariente lejano de Grand iba a entrar como
sustituto, pero nadie sabía cuánto tiempo podría tardar. Hasta entonces, la sala seguía
abierta para que los aventureros pasaran el rato, pero no se publicaban peticiones. Oí a
algunos aventureros ociosos hablar de irse a otras ciudades.
—Apenas dormí anoche… nunca pensé que acabaría bebiendo un elixir sustitutivo del
sueño, a no ser que me lo hicieras tomar tú.
Pomera se quejó.
—Pero has trabajado mucho y has hecho mucho bien. La gente tenía que notarlo, ¿no?
—Sí…
Pomera dijo, con una expresión que mostraba sentimiento encontrados.
—Quizás estoy esperando demasiado, pero realmente siento que las cosas han
cambiado. Sería bueno que pudiera hacer algunos amigos iguales, pero…
—¿Pero?
—Bueno… todo el mundo me trata como un héroe ahora, lo que me hace sentir
incomoda. Lo siento, no debería de quejarme.
—¡Pero tú eres una heroína!
—Sí…estuve recorriendo la ciudad en busca de gente debilitada, lanzando Lluvia de
Curación y usando elixires para aumentar mi magia. La gente que me veía pensaba que
tenía magia ilimitada. Entonces empezaron a animarme. Y
cuando la barrera fue destruida, la gente actuó como si fuera yo quien lo hizo.
No dejaban de llamarme santa...
Los hombros de Pomera cayeron antes de continuar.
—Es todo lo contrario que antes, pero siguen sin ver a la verdadera yo… no sé que
hacer.
Pomera se arrugó más.
—Eso parece complicado, parece que te has hecho famosa, te guste o no.
Asegúrate de conocer a las personas antes de acercarte a ellas.
—Acercarme a la gente que conozco… tal vez tengas razón…
Pomera murmuró mientras asentí un poco.
—Quiero decir, ten cuidado. No todos los que te reconocen tendrán tu mejor interés en
el corazón. Algunos tratarán de aprovechar las malas actitudes sobre los elfos para forzar
sus agendas. Otras personas podrían actuar
amistosamente para tratar de obtener algo de ti. Pueden parecer encantadores, pero
son malas noticias.
Dije y luego tomé un trago de agua. Pomera tenía una expresión preocupada.
—Tal vez deberíamos intentar ir a otro lugar por un tiempo. Sé que querías reducir los
prejuicios contra los elfos aquí, pero creo que la forma en que ayudaste ayer puede haber
hecho mucho para que eso suceda. Y Lord Grand ya está muerto, así que no estará por aquí
para suscitar más odio. Podríamos empezar de nuevo en otro lugar. Un lugar donde puedas
hacer amigos desde el comienzo.
—Lo pensaré…
Pomera asintió ligeramente.
No quería desanimarla. Fue increíble que Pomera encontrara el valor y la fuerza para
salvar a Arroburg en su momento de necesidad, pero debíamos tener una discusión franca
sobre lo que podría pasar después. Algún imbécil egocéntrico como Roy iba a intentar
aprovecharse de ella. Es mejor tenerla un poco decepcionada ahora que dejar que se vea
envuelta en los planes de alguien por su ingenuidad.
—¡P-Pomera! No… ¡Santa Pomera! ¡Sabía que te encontraría aquí!
[Hablando del diablo]
Sentí que mi expresión se oscurecía.
—R-Roy, ha pasado mucho tiempo.
Pomera dijo con una pequeña reverencia.
—¡Siento mucho haber sido tan idiota! ¡Por favor, perdónanos! Cuando me enteré de
cómo corrías por la ciudad protegiendo a la gente, me di cuenta de lo mal que te tratamos.
Dijo entre lágrimas de cocodrilo mientras se inclinaba. Pomera le miró la nuca con los
ojos entrecerrados. Tampoco me impresionó su actuación. Pomera siempre trataba de
encontrar razones para defender a Roy, pero era un verdadero instrumento.
—Está bien… realmente no me importa.
—¡Oh! ¡qué amable! ¡especialmente después de haber sido tan horrible contigo!
Permíteme expiarlo. Únete a mí como una verdadera compañera, ¡y aventurémonos juntos!
—No, gracias.
Fue todo lo que dijo Pomera como respuesta.
—"¿Qué...? ¿Todavía estás enfadada, no? ¡Por favor, Pomera! ¡Te ruego que me
perdones! No puedo seguir adelante si no te compenso.
Su tratamiento silencioso hizo que se formaran grietas en la fachada de Roy.
—Pensé que te gustaba, Pomera. ¿No esa era la razón por lo que eras tan obediente?
¿Verdad?
Pomera miró a su alrededor angustiada y, tras un momento de vacilación, me agarró
de la mano.
—¡Estoy en el grupo de Kanata ahora! Así que no, gracias. ¡Y nunca pensé mucho en ti
Roy!
—¿¡Qué!?
El rostro de Roy se torció de ira.
—Vamos Kanata. No necesitamos quedarnos aquí por más tiempo, ahora que nos henos
reunido.
Pomera dijo mientras tiraba de mi brazo. Sacudí suavemente el hombro de Philia para
despertarla antes de que Pomera nos arrastrara a los dos fuera de la recepción del gremio.
Roy se quedó mirando tras nosotros, con la cara muy roja.

Quinta Parte

Mientras Kanata se enfrentaba al malvado sacerdote Notts, Lunaère estaba sentada


rodeada de una pila de libros. Delante de ella había un trozo de tela oscura, y estaba
pintando cuidadosamente símbolos mágicos en la tela con pigmento rojo. Noble se despertó
de una siesta y estiró suavemente sus bisagras.
—¿No deberías tomarte un descanso?
Habían pasado dos semanas desde que Noble planteó la posibilidad de que Kanata
encontrara el amor en la superficie. Desde entonces, Lunaère pasó noches sin dormir
buscando una forma de reducir los efectos de su aura impía. Leyó todos los libros de magia
que tenía y recorrió los pisos de Cocytus, matando monstruos y recogiendo objetos para su
investigación. Había matado tantos monstruos que a Noble le preocupaba que pudiera estar
alterando el ecosistema de la mazmorra.
Todos los días se obligaba a concentrarse en continuar su trabajo, bebiendo suficiente
elixir como para hacer flotar un barco. Pero incluso una lich tenía sus límites: se le habían
formado bolsas bajo los ojos, y su fatiga mental le hacía llamar a Kanata en las raras
ocasiones en que se quedaba dormida.
Noble estaba un poco sorprendido. Le había costado menos de lo que esperaba
convencerla de que dejara Cocytus. Incluso empezó a arrepentirse de haberle metido la
idea en la cabeza: su obsesión empezaba a dar miedo. Y aún más aterrador era pensar en
lo que haría si Kanata lograba conseguir una novia antes de que Lunaère lo alcanzara.
Quería que ella encontrara la felicidad, pero no quería ser el cofre del tesoro que se
interpusiera entre Lunaère y un ataque de celos.
—No hay necesidad de apresurarse.
Noble dijo, imaginando la carnicería que podría suceder.
Años atrás, Lunaère había desarrollado la base teórica de un proceso para amortiguar
la impureza, pero nunca lo puso en práctica. Era la investigación por la investigación, algo
para pasar el tiempo hasta que otra investigación fuera más interesante. En realidad, nunca
pensó en salir al exterior hasta que conoció a Kanata. Después de buscar todas sus viejas
notas, intentando retomar lo que había dejado, a Noble le preocupaba que estuviera
tratando de meter un siglo de trabajo en unas pocas semanas.
—Eres una chica inteligente. No te preocupes, al final lo conseguirás. Hasta entonces…
Lunaère miró a Noble y asintió ligeramente.
—¡Oh, gracias a los dioses! Por fin estás siendo...
Noble comenzó a hablar…
—Está terminado.
—¿Eh?
—Si hago una Túnica de Sellado de Impurezas con esta tela, debería ser capaz de
reducir los efectos del aura en un 80%. También sellará mi magia, así que puede que no
sea tan fuerte, pero... ¡puedo ir a ver a Kanata!
Su voz estaba llena de emoción e incertidumbre. Incluso ella parecía sorprendida de
haber terminado el proyecto tan rápidamente.
—¿Qué hago ahora? Ya está hecho, pero ¿no estaré molestando a Kanata si voy
corriendo tras él?
Miró con inquietud a Noble.
Parecía pedirle permiso, pero Noble estaba bastante seguro de que iba a hacer lo que
quisiera sin importarle su opinión. Pensó que esta era su mejor oportunidad de ser feliz,
pero también era un gran riesgo de desamor. Consiguió tragarse esas palabras antes de
que salieran.
—No creo que le moleste…
Dijo en su lugar.
—¿Realmente lo crees? Pero no he eliminado completamente los efectos del aura…
Noble dejó escapar un resoplido, cada vez más molesto con sus vacilaciones.
—Bien, de acuerdo. Entonces ríndete, ¿por qué no?
Las lágrimas brotaron de sus ojos.
—C-cómo has podido decir algo tan ¿horrible? He trabajado tan duro para hacer esto...
¡No! ¡Está bien! Una reducción del 80% significa que la persona promedio sólo se sentirá un
poco incómoda. Podría ser capaz de mejorar su eficacia si sigo investigando, pero eso
podría llevar años. Para entonces...
¡Kanata se habrá olvidado de mí!
El rostro blanco de Lunaère se enrojeció al tiempo que se agitaba y gesticulaba
salvajemente.
—¡Oye, oye! ¡Cálmate! Rendirse no es una opción. Ya lo sé. Ya lo sabes. Así que...
vete.
Los ojos de Lunaère se abrieron de par en par.
—N-Noble…
Noble sintió una oleada de alivio; la indecisión había terminado. Lunaère apretó el paño
de la fórmula mágica y encogió los hombros.
—Pero… ¿qué digo cuando lo encuentre? Tal vez sea mejor que no vaya.
Noble cayó de costado, exasperado. Lunaère continuó hablando con vacilación de sus
preocupaciones.
—Y si Kanata ha encontrado una novia, ¿qué hago entonces? ¡No creo que pueda
soportarlo! Realmente debería quedarme en Cocytus...
Lunaère comenzó a inquietarse, haciendo una bola con la tela mágica en sus manos y
arrugándola.
—¡Suéltala!
Noble dijo, apresurándose a arrancar la tela de su agarre con la boca.
—¡Podría romperse! Mira, dije que podría encontrar una novia algún día.
Kanata no es el tipo de hombre que se olvidaría de ti en unas semanas.
—¿De verdad?
—Sí, ¿no confías en él?
—Sí, pero…
—¡Pero si sigues perdiendo el tiempo siendo una inútil, entonces de verdad puedes
despedirte de él!
Esas palabras resultaron ser el incentivo que Lunaère necesitaba. Se apresuró a coser
la túnica de sellado de impurezas. Aproximadamente una hora más tarde, colocó la prenda
terminada en su bolsillo de dimensión y salió de la cabaña. Noble se apresuró a alcanzarla.
—¡Espera! ¿Y el resto de las cosas en la cabaña?
—No tengo tiempo para limpiar. Otra chica podría robarlo en el tiempo que paso
revisando las cosas.
Lunaère gritó, alejándose con su rostro enrojecido.
—¡Cálmate! Sólo tardaremos un día en hacer las maletas…
—¿Y si hoy es el día que lo cambia todo?
Preguntó Lunaère, con una expresión totalmente seria. Noble conocía esa cara.
Discutir era inútil.
—…De acuerdo, bien. Dame diez minutos.
Suspiró, luego entró en la yurta y se metió en la boca cualquier objeto de valor que
pudiera encontrar.
Partieron hacia el piso 100. Lunaère convirtió casualmente a todos los monstruos que
encontraban en una sustancia viscosa que salpicaba las paredes de la mazmorra.
Finalmente, se corrió la voz y los monstruos dejaron de venir. Tardaron menos de doce
horas en llegar al fondo de Cocytus. Ante ellos se extendía un camino de cristal que flotaba
sobre un vacío bostezante. El legítimo gobernante de Cocytus se encontraba en el extremo
más alejado.
—Soy Satán, un poderoso demonio, esencialmente un dios, y gobernante de Cocytus.
Durante mis diez mil años de reinado, eres el sexto humano que ha llegado a esta sala y
disfrutar de mi gloria. Sólo una persona ha salido viva de Cocytus.
A pesar de la invitación a disfrutar de su gloria, el ritmo de Lunaère no vaciló.
—H-Hey, para, ¡para! ¿No me has oído? Soy Satán, un demonio tan poderos como los
dioses…
—¡Quítate de en medio, imbécil! ¡Te matará!
Noble gritó, luchando por mantenerse a la par con Lunaère.
— ¡Oh! ¡¿Señorita Lunaère?! ¡P-por favor, sea mi invitado! Puede, por supuesto, pasar.
Satán se apresuró a llegar al borde de la pasarela para dejarla pasar. Fue demasiado
lento.
—Explosión Gravitacional.
Lunaère lanzó el hechizo mientras pasaba corriendo. Una esfera de luz negra apareció
cerca de Satán, y los trozos de cristal rotos de su batalla con Kanata empezaron a ser
absorbidos por el pozo de gravedad.
—¿¡Qué!?
Satán saltó lejos del efecto del hechizo justo cuando éste implosionó. Un momento más
lento y habría sido aplastado. Desgraciadamente, su salto le llevó al borde de la pasarela.
Satanás se encontró precipitándose al abismo.
—¡¡Aaaaaaah!!
Su grito resonó en la cámara. Noble se detuvo un momento para ver a Satán
desaparecer en las profundidades.
— Buena suerte arrastrándote hacia arriba, tonto.
—Date prisa Noble, ¡El círculo de teletransportación al exterior debería estar justo
delante!

Sexta Parte

Naiarotop flotaba en el espacio blanco de los Reinos Superiores, observando su trabajo


manual. Aparecieron círculos mágicos a su alrededor, abriendo portales que le permitían
asomarse a otras dimensiones.
—Están trabajando muy duro, mis queridos viajeros. Ho ho, algunos de ustedes están
llegando muy bien. Ijuin, ese ego es puro carisma. Otogi, antes eras tan aburrido, pero tu
marca está en alza ahora que he movido algunos hilos...
Una serie de dioses como Naiarotop trabajaban entre bastidores para mantener el
funcionamiento de Locklore. Cada uno tenía sus propias funciones; había quienes llevaban
un registro divertido de los acontecimientos del mundo, otros que organizaban grupos de
discusión con los dioses superiores y enviaban esos resultados a los dioses encargados del
marketing, e incluso dioses gestores de nivel medio para supervisar las operaciones diarias.
Entre otras cosas, los deberes de Naiarotop incluían enviar a la gente a Locklore, crear
reyes demonio y dar revelaciones divinas a personajes importantes. A veces dirigían una
línea argumental en la que un poderoso guerrero sucumbía a un destino ruinoso, o a veces
dirigían a un "dragón humanoide" hacia un nuevo plan para que un viajero tuviera un
némesis adecuado. Esencialmente, mantenían el drama en movimiento.
Incluso habían estado detrás de la historia que selló la Zolophilia, hace cinco mil años.
Un dios creado por el hombre que destruyera tanto a los reyes demonios como a los
dragones humanoides habría sido malo para la continuidad. A Naiarotop le gustaba
asegurarse de que sus historias no desarrollaran agujeros argumentales.
—Takanashi, tú… eres un aburrido. Supongo que tiene sus fans, pero yo no soy uno de
ellos. Me he esforzado mucho por empujarla en la dirección correcta, pero es incapaz de
captar una indirecta. ¿De qué sirve dejarla vivir una vida cómoda si nunca se arriesga? Lo
que sea. Puede quedarse por ahora.
Tengo planeado un evento de final de temporada para ella pronto, si puedo convencer a
este dragón humanoide de que siga el juego. ¡Ja! Me pregunto si ella puede hacer una
escena de muerte interesante.
Naiarotop continuó vigilando a sus viajeros hasta que la voz de un Dios Superior llamó
desde el éter.
—¡¡Mi subordinado!!
—¿Mi señor? ¿En qué puedo ayudarlo? Si esto es para discutir mi desempeño laboral y
mi inminente ascenso, entonces humildemente…
—Mi súbdito, algo desafortunado ha ocurrido, ¿recuerdas a Kanata Kanbara?
—Hmmm, Kanata Kanbara… ¿Quién era ese?
Naiarotop dijo, luchando por ponerle un rostro al nombre.
—Es el humano al que enviaste a Cocytus. El que quería volver a la Tierra por su gato.
—¡Oh! ¡Él! Lo envié a Cocytus para hacer un corto de comedia de terror en el que los
monstruos se lo comían, pieza por pieza. ¿Se acabó demasiado rápido, o no fue bien
recibido? Era bastante oscuro…
—¿No estabas prestando atención? Apuesto a que dejaste de mirar después de que su
brazo fuera comido por un Mimic. Kanata Kanbara vive, fue salvado por una chica lich.
—¿Perdón, mi señor? No debe haber monstruos en ese calabozo que salven a un
humano…
La sonrisa de Naiarotop se desvaneció.
—Has descuidado tus deberes en la vigilancia de Cocytus. Parece que una chica lich ha
vivido allí durante siglos, y ha alcanzado un nivel que supera incluso al del guardián del
calabozo.
—¡Espera! Debe haber un error. La chica lich detesta a los humanos. Ella nunca salvaría
a uno.
Naiarotop tenía una vaga idea de quién era Lunaère. La habían oído hablar muchas
veces de su odio hacia los humanos, y nunca salía del calabozo. ¿Qué sentido tenía
vigilarla?
—¿Cómo pudiste ser engañado por una fachada tan obvia? Te escabulliste y dejaste a
una peligrosa lich a su suerte durante cientos de años.
La cara de Naiarotop se volvió cada vez más pálida.
—¡Pero no puede ser un problema tan grande! Ella nunca dejará Cocytus. Se me
ocurrirá algo para Kanata Kanbara y ataré ese cabo suelto. Si no hay otros problemas…
—Oh, pero los hay. ¿Eres consciente de que ese dragón humanoide, Notts, intentó
despertar a Zolophilia sin tu permiso?
—Ese bastardo…
Naiarotop murmuró para sí mismo.
—¡Debe haber encontrado una oportunidad para engañarme sin llamar mi atención! Si
resucita a esa bestia, destruirá el equilibrio de poder en Locklore.
Dejé vivir a un descendiente de esa familia porque a todo el mundo le gusta una buena
llamada de atención, ¡pero eso fue obviamente un error!
No hay nada más irritante que alguien que pasa desapercibido. El mundo de Locklore se
mantenía con una cuidadosa supervisión para que los viajeros de otros mundos pudieran
vivir sus historias con la menor interferencia posible. Una vena palpitaba en la sien de
Naiarotop.
—Espero que estés sentado, mi súbdito. Porque Zolophilia ya ha sido convocado por
Notts y derrotado por Kanata Kanbara. Después de dejar
Cocytus.
—¿¡Qué!? Pero el nivel más bajo de Zolophilia es de casi 2000, ¿cómo podría Kanata…?
—Otro de mis súbditos ya ha registrado la historia de Kanata Kanbara en la Esfera de
las Memorias. Revísala tú mismo. Además, Lunaère, la chica lich, también ha abandonado
Cocytus. ¿Entiendes lo que esto significa?
—…Que mi mala gestión haya creado una situación anormal…
—En efecto. Te has convertido en el hazmerreír de los Dioses Superiores, y tu
incompetencia se refleja muy mal en mí.
Naiarotop acunó su cabeza mientras escuchaba las palabras de su maestro.
Decepcionar a un Dios Superior era la perspectiva más aterradora que podían imaginar.
—Y-Yo arreglaré esto, incluso si tengo que ir a Locklore y corregir los errores por mí
mismo, ¡Los mataré…!
—¡Claro que no! ¿Sabes por qué? El punto de venta de Locklore es que es la forma más
extrema de entretenimiento de realidad que existe. La interferencia excesiva está
explícitamente prohibida porque si rompes la inmersión, los otros dioses perderán el interés.
Y si pierden el interés, tu papel se reducirá.
—U-urgh…
—Encárgate de esos dos lo más rápido posible, dejando el menor rastro posible. Utiliza
todos los medios a tu alcance dentro de las normas. Hazlo...
¿entiendes?
—S-sí, mi señor. Acabaré con esos dos inmediatamente y reanudaré la vigilancia de
Cocytus como es debido. Esto no volverá a ocurrir. Por favor, ¡muestra misericordia!
Naiarotop se inclinó de rodillas, con el sudor corriendo por su cara.
—Eso dependerá de cómo manejes esto. Si fallas… bueno… sería mejor que no falles…
—¡Entendido!
Con eso, la voz del Dios Superior se cortó. Naiarotop apretó su puños y gruñó con
resentimiento en su voz:
—Kanata Kanbara, no eres nada. ¡Eres un juguete roto que no me ha traído más que
vergüenza! ¡La muerte no es suficiente para ti!

Palabras del Autor


Hola, soy Nekoko, la autora de esta novela. ¡Muchas gracias por comprar el primer
volumen de “Disciple of the lich”!
En la portada aparecen Kanata, Pomera, Lunaère y Noble, ¿verdad? Pensé en poner
sólo a Kanata y Lunaère en la portada, pero quería mostrar el ambiente bullicioso de la
historia en el primer volumen, así que me decidí por esta imagen.
Hablemos un poco de lo que hay entre bastidores. A la hora de elegir qué ilustrar, por
lo general hay que dar una exposición homogénea a los personajes principales y elegir
escenas fundamentales o que tipifiquen la vida cotidiana de los personajes. Luego hay que
pensar en el impacto emocional que tienen las ilustraciones y tratar de espaciarlas
regularmente a lo largo del libro. Hay que pensar mucho. Los lectores podrían molestarse si
la primera mitad del libro está llena de grandes ilustraciones y la segunda mitad está vacía,
¿verdad? No creo que haya que planificarlo demasiado, pero, aunque sea, hay que
esforzarse para que sea uniforme.
Dicho esto, este volumen contiene algunas ilustraciones poco convencionales. Sí, me
refiero a las de Lovis. Sólo aparece en un par de capítulos y ni siquiera es un personaje
principal, pero tiene dos ilustraciones enteras para él. Quería dos ilustraciones de él, si era
posible: una seria y otra en la que rogara desesperadamente a Kanata que tuviera piedad. Y
conseguí mi deseo. Tengo previsto que Lovis y su tripulación aparezcan también de vez en
cuando en futuros volúmenes. Todavía no estoy del todo seguro de lo que van a hacer...
Otra cosa sobre “Disciple of the Lich”: Esta obra se va a convertir oficialmente en un
manga para el sitio web de Overlap, Inc. Kasei-sama es especialmente buena dibujando
chicas guapas y se encargará de las ilustraciones. ¡Me hace mucha ilusión!
Disciple of the Lich fue escrito para poner a Lunaère en primer plano, así que creo que
todo el mundo disfrutará también de ese aspecto en el manga. El lanzamiento en línea de la
versión del manga está previsto para el otoño de 2020.

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