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Personajes:
PRIMER ACTO.
Kara: Karen…
[Silencio.]
Kara: No.
¡Hay reglas! Hay un orden, una moral, un civismo. ¡Los hay! Mirá
chiquita, te voy a decir algo de mujer a mujer: hay un tiempo
para parir, y hay otro tiempo para cagar.
Kara: No.
[Kara acerca la mesa. Sobre ella hay unos vasos con agua y un
candelabro con una vela encendida.]
[Se apagan las luces. Sólo queda la luz de la vela sobre la mesa.
Se escuchan pasos que se acercan.]
Kara: ¡Karen!
Kara: ¡Karen!
Karen: ¡Seriedad!
SEGUNDO ACTO.
Kara: Karen, estás muy contenta. Algo pasa, Karen, estás más
contenta de lo común.
Kara: Contame.
Karen: No, ¡Está vivo, está vivo! ¡El zapallo está vivo! ¿Y la
remolacha? Mirá que es mucha la gente que va a venir…
Kara: …Cuchá-Cuchá…
Karen: … Malraux…
Karen: Pero ojo, eh, que hay comentarios que hieren. Por
ejemplo, ¿cómo una gran cantante con el Do de pecho va a
quebrar el iceberg? El paquebote gigante se hunde, y se mueren
todos menos ella. La gente es hija de puta.
Karen: Con qqkkg, no es con ggg. [Se ríen.] Estoy como una
concha en su propia tinta.
Kara [mezclando las cartas]: Ahí está, yo corto. Vos sos pie.
Karen: Yo soy luz.
Karen: Che, los jocker yo te los regalo. No los soporto, son de una
mala suerte espantosa. Bueno, mirá, algo dels ueño te voy a
contar…
Karen: …
Karen: …
Kara: No, no, no, no. No estoy dispuesta a tolerar esto. Tachame
la Generala.
Kara: Pensalo.
Kara: Envido.
Karen: Ah, sos un lince para ganar. Me quedé con una carta.
Karen: mmmmm….
Karen: No sé.
Kara: Diez. Más dos que le pido al vecino, son doce. Más tres
tuyas, son quince [apoyando las cartas sobre la mesa]: Escoba de
Quince. Yo con todo, Karen, cierro Canasta.
Karen: Hablando de amor, te canto flor.
Kara: Disculpame que te pare así, pero ¿qué estás haciendo con
la cara? No te entiendo.
Karen:¿Cómo sabés?
Kara: No lo sé, no tengo la menor idea. Estoy tan nerviosa…
Quería decir algo, siete menos cuarto…
Karen: Mirá, hagamos una cosa. Porhoy, eh, sólo por hoy te lo
voy a permitir: agarrá la radio, manipulá la papa, sintonizá las
coordenadas, el sistema de husos horarios… la hora, Karita.
Andá, Karita. Andá a saber con lo que me encuentro.
Karen:¡Agarrá la papa!
Karen: ¡Apagá esa radio! Está… es, como una enorme pila de
carne picada con ojitos, y boquita, y piecitos, y…Igual balbuceó, y
mandó a decir que aunque ninguno de todos sus admiradores
fue siquiera capaz de enviar una esquelita de salutación para el
día de su honomástico, dice que igual ella va a tocar el piano, y
va a cantar. Entonces agarré esa albóndiga gigante, y la até con
los arneses en la banqueta de la pianola de arriba. Lo que no sé
es cómo va a tocar: no hay muñón, no hay mano, no hay nada.
Kara:…
Karen: Por eso, creo que me he agarrado una difteria, una tos
convulsa, como un dengue bárbaro… Por eso me puse el trapo
sostenedor este, porque la mandíbula, el maxilar inferior cae, yla
lengua se ha agrandado. Por eso hablo como boluda, pero no soy
boluda.
Kara: Mirá que íbamos por la playa y todos decían “Mirá a esa
boluda“. Yo lo escuché.
Karen: Mirá qué lindos, tienen como una sonrisa… son mejores
que nosotras.
Kara: Mirá lo que traje, Karen, para que nos divirtamos. Son tipo
variedades. Ponete crema.
Karen [canturrea]: Quetequeteque,teque tum, tequete tum.
Kara: ¿No ves que estás boluda, Karen? Ponete crema que el sol
está fuertísimo.
Kara: ¡Basta! ¡Pará! Es que no las puedo cortar más finitas las
papitas. ¡No, no! Estás arriba de la papa. Dejame disfrutar a mí
también. No puedo.
Karen: No sabés disfrutar vos. Digamos que viene cada una por
su lado. Se pone otra capa de Nivea Crem en lapalma de la mano,
y se extiende hacia la cara ya con el palmotazo… cortalas bien
finitas, pero finititas. Finitas cortalas, pero que sean finitas.
Kara: ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! ¿Querés que se pueda ver el mar a
través de la papa? No doy más, Karen.
Karen: Ah, no. Estás muy mal. Quería conversar de algo nomás…
Kara: Karen…
Karen:¿Qué?
Kara: Se está viniendo una ola para acá.
Kara: Karen, pero se está viniendo para acá la ola. Tené cuidado,
Karen. Karen te vas a mojar. ¡Cuidado con el agua, Karen!
¡Cuidado! [Se para y le tira un balde de agua encima.]
Karen:¿Ésa?
Kara: La caca puede ser mía, pero esto no. Yo no la pienso lavar.
Sos una asquerosa.
Kara: Pará, Karen, pará. ¿Qué está pasando? ¿Qué pasa Karen?
Kara: No, no puede ser. No se puede ser tan tarada. Has llegado
a un punto de taradez intolerable.
No, ¿y mi amor?
Fui la niña más feliz del mundo hasta los trece años. Hace
veintiún años que sufro sin parar y que estoy pendiente del
dolor, y no por eso soy fatalista. Yo tengo esperanza en que todo
va a cambiar, y ahí sí, dejaremos los apósitos y nos iremos las
tres a buscar Hipólitos. Pero pará un poco, te volvés tarada
porque no encontrás razones cerebrales para el amor.
Reconocelo.
Karen: Se murió.
Fin.