Está en la página 1de 5

Por varios años atrás los interrogantes anteriores han intranquilizado la

mente de los vallecaucano y de los investigadores isaacsianos, Varios de


ellos entre los más eminentes como el doctor Mario Carvajal Borrero y don
Luis CarIos Velasco Madriñan se han ocupado del asunto, e inclusive don
Luciano Rivera y Garrido notable escritor metió baza en el asunto, sin
olvidar al historiador doctor Camilo Molina Ossa, cuyo aporte al
conocimiento de Ia obra de Jorge Isaacs ha sido muy importante.
Pero quizás el mayor acopio de datos los suministra el distinguido
arquitecto y escritor doctor Raúl Silva Holguín, persona de onda disciplina
en el campo histórico, en relación con los hombres y episodios del Valle del
Cauca.

Para llegar a descubrir si María existió realmente y si su hermoso cuerpo


yace en el fondo de la fosa del cementerio de Santa Helena, un poblado
ubicado en las estribaciones de la cordillera central, al pie de la colina de la
Hacienda de "El Paraíso", Silva Holguín averigua lógicamente a cerca de la
autenticidad deI retrato pintado por el artista Alejandro Dorronsoro en la
ciudad de Buga.
Dorronsoro nació en dicha ciudad en 1839, hijo del coronel Pedro José
Dorronsoro y doña María Jesús, Plaza. Su taller en la Ciudad Señora era
humilde, casi desconocido debido sin duda lo modesto e incoloro de su vida.
Dominaba en cambio la técnica del óleo, aprendida en forma autodidacta
en su nativa ciudad. Un día cuando el pintor andaba por los 25 años se
apareció en su taller su amigo don Jorge Isaacs con los manuscritos de su
novela "La María" antes de ser publicada.
Era deseo vehemente del escritor que el artista los leyera detenidamente y
de ellos sacara la Imagen ideal de María", en un lienzo. Púsose a cavilar don
Alejandro sobre el tremendo encargo de su amigo, se leyó de un tirón la
novela y quedó embelesado con ella. Sin embargo, no lograba plasmar en
el lienzo Ia imagen de la doncella. Y cuenta la leyenda que cuando más
desesperado se hallaba tuvo un sueño a través del cual coligió las formas
del bello rostro de la amada de Efrain, Sin detenerse un momento saltó al
caballete y allí copió fielmente Ia imagen del sueño… Era según se afirma,
la expresión fiel de María.
Parce que el primer cuadro del pintor Dorronsoro fue enviado a Bogotá y no
entregado a don Jorge Isaacs, y que en la capital fue vendido a un a un
señor Fonseca Plazas quien pidió una fuerte suma por él, a don Jorge,
quien deseaba adquirirlo.
Pero el escritor vallecaucano apenas pudo ofrecer cien pesos por la obra
pictórica, pues como de costumbre, hallaba muy corto de recursos, siendo
por lo tanto vendido al mejor postor.
Don Jorge Isaacs se quejaba posteriormente de lo sucedido en carta a
Dorronsoro en la cual también le manifiesta: "Ia obra de usted habría sido
perfecta, según mi humilde dictamen, si Ia nariz, que es de tipo español en
su retrato, hubiera sido recta, pero dulce, si me permite usted la expresión,
y judía no recargada en la extremidad así como inflable aunque casta, a
impulsos de ciertas emociones; la mano más visible también es más
pequeña, la base del rostro pudo dejarse un poquito meno carnada. Si
usted me hiciera un cuadro con todos los primores de ese, complaciéndome
en corregir, los defecto que indique y si me lo enviara pronto le debería gran
suma de consuelo, casi de felicidad y yo le correspondería con algunas
estrofas que vivieran mucho, que alabaran el talento de usted, si algo de
lo que yo sueño o cante ha de vivir.
No parece impresionado mucho a Dorronsoro lo oferta de don Jorge de
"pagarle con estrofas inmortales su trabajo". Lo cierto es que la carta
anterior de fecha 22 de jonio de 1.880, no fue contestada por el pintor
bugueño el cual además era muy displicente, en el arte epistolar.
¿Pero don Jorge no ceja en sus propósitos y cuatro años después se le
viene con una nueva misiva, fechada en Bogotá, el 22 de agosto de 1884
en la cual le pregunta “Tiene concluido el retrato de María ...? Está usted
plenamente satisfecho.? Le quedaron de mano maestra como es de
esperarse, las modificaciones muy ¿Ligeras que Indiqué ...? ¿Están aquellos
ojos, tan bellos, dulces y castos, radiantes de inocencia y amor en el otro
cuadro? ... ¿Si Ud. está contento con la obra, necesito que me diga lo que
pide por ella y la recibiré a mi pasada por Buga en septiembre próximo ...
¿SI no es posible eso, tomaré aquí el cuadro que quise y no pude comprar
en 1880, pues ahora ya lo dan por un precio menos exagerado?
Doña Angelita Riascos a los 80 años.
DESPERTAR VALLECAUCANO, Edición 3,4 de octubre y noviembre de 1972

Pero quiso la fatalidad que este cuadro no llegara a poder de don Jorge,
pues el pintor Dorronsoro, sin contestar su segunda carta, lo obsequio a la
linajuda dama caleña Doña María Angelita Riascos, de quien estaba muy
enamorado y cuyas bellísimas facciones fueron las que sirvieron para
plasmar el retrato de María que hoy se conserva en el museo del convento
de San Joaquín de Cali.
Doña María Angelita Riascos había nacido en Cali en 1850, dedicándose
desde muy joven a la enseñanza. Tenía especial predilección por la pintura,
especialmente óleo y acuarela y por las artes manuales, campo en el cual
realizaba bellas confesiones. Era matrona de grandes cualidades
espirituales que cautivo arrebatadoramente al artista Dorronsoro, pero el
noviazgo de la pareja fue un deliquio platónico, lleno de conmovedoras
misivas por parte del artista, pero sin resultados prácticos. En carta desde
Buga al hacerla destinataria del cuadro tan anhelosamente deseado por
don Jorge Isaacs, el pintor Dorronsoro manifiesta a doña María Angelita en
1884 “que sus facciones y su gran personalidad le sirvieron de inspiración
y fundamento para la ejecución de María”.

¿De quién es esta tumba?


¿Quién es entonces la María enterrada en el Cementerio de Santa
Helena…?
¿Existió realmente la heroína de la novela…?
Todo parece indicarlo. Primero las detalladas informaciones de don Jorge al
pintor Dorronsoro no puede ser de una persona imaginaria, si no de una
persona a quien el escritor conoció en su juventud a la cual amo
intensamente. Por eso rechaza la primera creación del artista, la cual le
dolió al parecer mucho que don Jorge hiciera críticas a su retrato inicial.
“Se ha fijado usted en algún retrato mío…?” le dice, “la expresión judía en
la formación de la nariz es la de mi familia”.
De lo anterior se colige que María existió muy claramente en la mente de
don Jorge y que era parte de la familia Isaacs, lo cual quedo confirmado en
1950 a través de la última descendiente directa de don Jorge, la Señorita
Clementina Isaacs, hija del poeta, la que en declaraciones al intelectual
Enrique Martínez delgado manifiesta:
“María si existió, en verdad. Esther fue su verdadero nombre. Nación en
Jamaica en el hogar de don Salomón Isaacs, Hermano de don Jorge Enrique,
padre del poeta y de doña y de doña Sara de Isaacs Esther solo tenía 5 años
cuando murió su madre”. Don Salomón en esas horas de duelo le escribió
a don Jorge Enrique dándole cuanta de su desgracia y manifestándole su
deseo de que Esther fuera traída a Colombia, a su hacienda de “El Paraíso”
para que se educara al lado de sus hijos. La propuesta de don salomón fue
aceptada inmediatamente por su hermano. DESPERTAR VALLECAUCANO, De quien
es esa tumba? Edición 3,4 de octubre y noviembre de 1972 páginas 7 y 22.

También podría gustarte