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DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL.

El Título III, del Libro II del Código Penal, prevé los delitos contra la integridad sexual, dentro de los cuales
podemos diferenciar los distintos grupos:

 El primer grupo tipifica el abuso sexual y sus figuras derivadas:


 Art. 119 1° párrafo: abuso sexual simple.
 Art. 119 2° párrafo: abuso sexual gravemente ultrajante.
 Art. 119 3° párrafo: abuso sexual con acceso carnal.
 Art. 119 4° párrafo: son “hiperagravantes” para los supuestos contemplados en los párrafos 2° y
3°.
 Art. 119 5° párrafo: agrupa un conjunto de agravantes para el abuso sexual simple (1° párrafo).
 Art. 120: contenía el viejo delito de estupro, recoge en su párrafo 1° un tipo de abuso de la
inmadurez sexual de la víctima.

 El segundo grupo tipifica la promoción y la facilitación de la corrupción de menores, y sus agravantes en el


artículo125.

 El tercer grupo tipifica la promoción o facilitación de la prostitución, dentro del cual se comprenden los
tipos de trata de personas:
 Art. 125 bis: tipifica la promoción y facilitación de la prostitución de menores y sus agravantes.
 Art. 126: tipifica la promoción o facilitación de la prostitución de mayores.
 Art. 127: explotación económica de quien ejerce la prostitución (delito de rufianería).
 Art. 127 bis: tipifica la trata de menores de 18 años.
 Art.127 ter: trata de mayores de 18 años.

 El cuarto grupo tipifica los delitos referentes a la pornografía, a las exhibiciones obscenas y al rapto:
 Art. 128: pornografía y la participación de menores de 18 años.
 Art. 129: delito de exhibiciones obscenas.
 Art. 130: delito de rapto.

 Finalmente se regula la acción procesal penal, el avenimiento y la participación de sujetos calificados, en


los artículos 132 y 133.

BIENES JURÍDICOS PROTEGIDOS EN EL TÍTULO.

Éste título se denominaba “Delitos contra la honestidad”, pero ha sido modificado por la ley 25.087 que lo
denominó “Delitos contra la integridad sexual”.

El legislador fundó el cambio sosteniendo que se ha redefinido el bien jurídicamente protegido, que pasa a ser la
integridad sexual de la persona y no un concepto público de honestidad o la honra de los varones allegados a la
víctima. La idea de honestidad, entendida como un sentimiento de recato, de pudor, o como la expresión de cierta
moral sexual dominante en un contexto social determinado, contrastaba con un estado de derecho fundado en
valores plurales y democráticos.

El único punto que une a todos los delitos que trata el Título III, es lo sexual. Y esto es así, porque no hay un bien
jurídico que aglutine a todas las figuras, por más que se lo intente buscar.

Autores sostenían que:

- la fidelidad se refería al adulterio,


- la reserva sexual: a la violación, al estupro, al abuso deshonesto y al rapto;
- la normalidad sexual, a todo lo referente a la conducta sexual obscena.

Intentando definir el concepto de “integridad sexual”:

Creus: es el normal ejercicio de la sexualidad, básicamente asentado sobre la libertad del individuo, cuya vigencia
se prepara mediante la normalidad del desarrollo de la sexualidad en el mismo que, según este autor, depende de
circunstancias individuales en cuanto del entorno social.

Pareciera que la idea de integridad sexual importa un segmento de un bien jurídico más general: la libertad
personal, entendida como el derecho de todo individuo a ejercer libremente su sexualidad o no verse involucrado
sin su consentimiento en una relación sexual.

Así, la libertad sexual, se manifiesta como el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación,
en el ámbito de su sexualidad.

Donna: el bien jurídico “integridad sexual” no es otra cosa que la libertad sexual de la persona mayor de 18 años, y
el libre desarrollo sexual de los menores de esa edad, teniendo en cuenta que nadie puede introducirse en la
esfera sexual ajena, sin la voluntad de la otra persona, con capacidad para consentir, y menos aún en quien no lo
puede hacer.

El bien jurídico es la libertad sexual, vista desde una doble perspectiva:

- Positivo- dinámica:
Hace referencia a la facultad del individuo de ejercer o de disponer libremente de su sexualidad, sea en
sus formas como en las personas con quienes desea mantener la relación sexual.

- Negativa:
Se concreta en el derecho a rechazar o repeler la relación sexual que no desea soportar.

Además tiene tres acepciones:

I. La libertad de toda persona de decidir cuándo y con quién tener relaciones sexuales (Ej.: abuso
sexual).
II. La libertad de toda persona de tener un sano desarrollo sexual (Ej.: a la corrupción).
III. La libertad de toda persona de no tener que soportar manifestaciones torpes de lo sexual (Ej.: a las
exhibiciones obscenas).

En cuanto a los menores de 13 años, o personas privadas de sentido o que padecen un trastorno mental, el bien
jurídico es la intangibilidad o indemnidad sexual de la persona. Hay interés del Derecho en evitar que terceras
personas, ajenas a la vida del menor, tengan injerencia en su personalidad a través de su sexualidad.

- Indemnidad sexual: las personas menores de cierta edad tienen el derecho a estar exentos o libres de
cualquier daño de orden sexual.

- Intangibilidad sexual: considerar a los menores e incapaces personas intocables, es decir, que tienen el
derecho que no se los toque sexualmente.

No obstante, tanto la indemnidad como la intangibilidad sexual han sido objeto de críticas por la doctrina, por
cuanto no sólo pueden propugnarse tales bienes jurídicos a los menores e incapaces, sino también de las personas
mayores, quienes tienen igual derecho a no ser molestados ni tocados sexualmente por terceros.

Atentado sexual: es el que afecta el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación en el


ámbito de la sexualidad, entre los adultos, un obstáculo a la libre opción sexual, y entre los menores que todavía
carecen de capacidad de análisis para decidir responsablemente en el ámbito sexual, un abuso de esa capacidad
aún desarrollada.

LOS ABUSOS SEXUALES

EL DELITO DE ABUSO SEXUAL (ARTÍCULO 119, 1° PÁRR. C.P.): CONCEPTO. FORMAS. TOCAMIENTOS A UN
TERCERO, TOCAMIENTOS AL AUTOR.

Artículo 119: Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de
persona de uno u otro sexo cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso
coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la
víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción.

Antecedes:

La denominación jurídica “abuso sexual simple” viene a reemplazar a la de “abuso deshonesto”, prevista en el
derogado artículo 127.

Aquella figura había sido introducida por el proyecto de 1891, en su artículo 152, castigando al que abusare
deshonestamente de persona de uno u otro sexo, concurriendo alguna circunstancia de la violación sin que haya
cópula, agravándolo por la calidad del sujeto activo.

Aquel delito era distinto al de la violación y al estupro.

Los proyectos de 1906, de 1917 y el Código Penal, posteriormente, sustituyen sólo la frase “sin que haya cópula”
por la de “sin que haya acceso carnal”, siendo mantenida la estructura en los proyectos de 1951 y 1960.

La reforma introducida por la ley 25.087 modifica la denominación jurídica del tipo penal y amplía los factores que
anulan el consentimiento de la persona.

Tuvo varias denominaciones en los proyectos:


- Coll- Gómez: denominó a esta figura “ultraje al pudor” y el delito se llamó “actos sexuales distintos del
acceso carnal”.
- Peco: “actos libidinosos violentos”.

Bien jurídico protegido:

Es la reserva sexual de la víctima, entendida como el respeto a su incolumidad física y dignidad en tanto persona,
especialmente desde la óptica de su pudicia personal-sexual.

S/ la doctrina:

- Núñez: la ley tutela la reserva sexual, entendida como el derecho del individuo a la incolumidad del
consciente y voluntario trato sexual. Es un ultraje al pudor privado.

- Creus: se protege la libertad, que constituye la esfera de reserva sexual de la víctima, que el autor viola
atacando su pudor individual. Teniendo en cuenta la integridad física y psíquica de la persona, lo que
tutela es la voluntad o el consentimiento del sujeto.

Se protege la libertad de la persona de consentir actos sexuales.

El tipo objetivo:

Acción típica:

Abusar sexualmente de otra persona. Ésta es la acción material prohibida.

Abusa sexualmente la persona que realiza actos corporales de tocamiento o acercamiento de carácter sexual, con
persona de uno u otro sexo, menor de 13 años, o cuando mediare violencia, abuso coactivo o intimidatorio de una
relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no
haya podido consentir libremente la acción.

La ley no sólo exige un acto abusivo, que es aquel por medio del cual se usa (o mal usa) excesivamente el cuerpo
de la otra persona, sino que requiere al mismo tiempo, que sea sexual, es decir, que tenga un contenido sexual.

¿Cuándo el abuso tiene un contenido sexual?

Cuando afecta las partes sexuales de la víctima, cualquiera haya sido la intención del autor.

Una conducta es sexualmente abusiva cuando el autor no sólo tiene conocimiento de la situación de incapacidad
del sujeto pasivo, sino cuando, además, se aprovecha de ella, instrumentalizando a la víctima a los efectos de un
trato sexual que no se hubiera producido en condiciones normales.

Quedan excluídos:

Actos que importen el intento o la consumación del acceso carnal, los que están regulados en el 3° párrafo del
mismo artículo.

- Soler: los actos que la víctima es obligada a efectuar en su propio cuerpo no encuadran en este delito.
- Núñez: estos actos de tocamiento en el propio cuerpo, o en el de un tercero, encuadran en la figura típica.

No hay razón alguna para limitar la norma, lo prohibido es el abuso sexual sin acceso carnal, y no hay lugar a dudas
que si el autor realiza tocamientos o se hace tocar por un tercer, o si obliga a la víctima a hacerlo, está atacando la
libertad sexual protegida.

No se tipifica el abuso por:

- Palabras que pronuncie el autor a la víctima;


- Ni por la simple contemplación del autor a la víctima;
- Ni por la contemplación de ésta de actos obscenos por parte del sujeto activo sobre su propio cuerpo.

Si tipifica el abuso:

- El acto de lesbianismo, en él no puede haber acceso carnal;


- Y el acto libidinoso, el cual tiene un significado impúdico.

Respecto a la fellatio in ore:

Queda excluida dicha conducta del abuso sexual simple, pasando a integrar la del tipo penal del art. 116, 2° párr.

Queda excluida dicha conducta del tipo penal abuso sexual con acceso carnal porque para que quede incluido
dentro del mismo se necesitaría que el tipo contemple específicamente la vía oral, y como no lo hace, englobar
esta conducta en este tipo penal, implica violar el principio de legalidad, pudiendo traer como consecuencia la
ampliación del tipo de manera descomunal (así podría llegar a agregar como vía de acceso a una oreja o a una
herida).

Creus sostiene que queda comprendida en la violación, debido a que el 3° párrafo del art. 119 alude al acceso
carnal por cualquier vía, incluyendo también la vía oral.

Las tesis existentes en la doctrina sobre los actos que constituyen abuso sexual:

 Doctrina subjetivista:
Esta teoría sostiene que el delito únicamente se tipifica cuando el autor se propone con su acto desahogar
un apetito de lujuria, pero sin ánimo de llegar al coito.
Así afirman que son dos los elementos que lo caracterizan:
o Material-objetivo: que consiste en la comisión de actos libidinosos, no tendientes al acceso carnal.
o Subjetivo: que se establece por la voluntad y conciencia de cometer un abuso, con propósito
libidinoso, sin llegar a la conjunción carnal.

Cuando falta el fin de satisfacer un impulso erótico, libidinoso, no surge este delito, a pesar de la ofensa
que se comete contra la libertad sexual, ya que éste se caracteriza por una acción que tiende a desahogar
un apetito de lujuria. Sin ello, la acción sería atípica.

La jurisprudencia sostenido que en sí mismo el beso no es conceptualmente impúdico, pero puede llegar a
convertirse en tal cuando responde al móvil de la apetencia sexual. Claro que el beso debe ser no
consentido.

 Doctrina objetivista:
Consideran que se restringe indebidamente el delito al exigir que los actos de claro sentido sexual tengan
que poseer el elemento subjetivo, consistente en la finalidad libidinosa o sexual del autor.

Núñez dice que el Código no tiene como requisito del tipo que el autor tenga un fin libidinoso, sino que lo
que en verdad se protege es el derecho a la libertad corporal contra el ultraje que implica la intromisión
indebida de un tercero.

Por supuesto que los actos libidinosos son siempre abusivos si se cometen en contra de la voluntad de la
víctima, teniendo el dolo del autor, y poseen actitud para constituir el delito.

Pero también son típicos otros actos que no tengan esa finalidad, pero que objetivamente son impúdicos,
por afectar las partes pudendas de la víctima.

Lo que interesa es que el acto sea objetivamente abusivo, con prescindencia del elemento subjetivo, lo
que la ley protege es la libertad corporal, en pos de la integridad sexual y la dignidad de la persona contra
el ultraje de un tercero.

Son actos libidinosos los que son objetivamente impúdicos por afectar las partes pudendas de la víctima,
aunque el autor no tenga la finalidad en obtener una satisfacción sexual, sino por ejemplo, hacer una
broma, humillar a la víctima.

Ejemplo de Núñez y Creus: el que se aferra a la pierna de una mujer para no caerse no incurre en la figura
legal; pero si se toma de aquella porque es de una mujer en especial, su acto es ofensivo para el decoro
sexual de la víctima.

Se le critica a esta doctrina que no puede definirse en forma absoluta el concepto de acto impúdico, éste
ha de variar conforme al tiempo y a la sociedad en la que haya que analizar la acción prohibida.

 Opinión de Donna:
No ha quedado claro para la doctrina el tipo subjetivo del delito.
Hay que distinguir el dolo del autor y el elemento subjetivo del tipo, consistente en el dolo y en el ánimo
libidinoso.

En todos los casos se exige el dolo o la intención del autor del tocamiento de una de las partes pudendas
de la víctima. Se tratan de actos que objetivamente tienen una connotación sexual y que con ese sentido
deben ser abarcados por el dolo del autor. Además se exige un plus, en el sentido de querer involucrar
sexualmente a la víctima en los deseos del autor.

Concepto:

El abuso sexual es una agresión sexual violenta, distinta del acceso carnal; ejecutada contra una persona contra su
propio querer consciente.
Sujetos:

 Sujeto activo:
Puede ser tanto el hombre como la mujer.

 Sujeto pasivo:
Puede ser tanto el hombre como la mujer. Puede ser cualquier persona física, hombre o mujer, cuyo
cuerpo sufra el abuso sexual por parte del autor.
La prostituta puede ser sujeto pasivo del delito.

En cuanto al consentimiento de la víctima, éste no debe existir.

MODALIDADES DEL ABUSO SEXUAL:

 Víctima menor:
o de 12 años (Tenca):
El límite de edad fue fijado en concordancia con la ley de matrimonio civil 2393.
El Proyecto de 1937 elevó el límite de edad a los 14 años.
Los Proyectos de 1941 y de 1960 retomaron la edad de doce años.

o de 13 años (Donna):
La edad de la víctima ha sido elevada por ley 25. 078, de 12 a 13 años.
Si desde la versión del Código Penal argentino de 1921 se mantuvo la edad de 12 años, en la
actualidad, cuando las relaciones sexuales entre menores son más hábiles, dado que es más
frecuente que la vida sexual se inicie en edades más tempranas, no existen motivos para
fundamentar esta modificación.

Señala Tenca que por debajo de ese límite los individuos no han alcanzado la madurez o desarrollo
psíquico e intelectual necesario como para comprender los actos de contenido sexual.

Entonces habrá abuso sexual si la víctima fuere menor de 13 años, aún con su consentimiento. La
criminalidad reside en la falta de inmadurez mental del menor para entender el significado
fisiológico del acto sexual, en el sentido cultural, situación de la que el sujeto activo se aprovecha
y abusa para lograrlo.

La ley presume juris et de jure la falta de conocimiento por la edad y voluntad de la víctima, y por
ende, la imposibilidad de prestar consentimiento para el acto.
La edad de la víctima debe ser probada legalmente.

 Uso de violencia:
O fuerza física, según Tenca.
Debe entenderse como tal el empleo de violencia material, esto es, energía física aplicada por el autor
sobre la víctima o en su contra con el fin de anular o vencer su resistencia, y con ello abusar sexualmente.

El abuso sexual se logra violentamente cuando su realización pone la resistencia física consciente de la
víctima y su vencimiento por parte del autor del hecho.

La violencia material consiste en una energía física, animal, mecánica o de otra naturaleza, ejercida por el
autor o un partícipe sobre la víctima, con el propósito de lograr la ejecución de los actos libidinosos.

La resistencia constituye un elemento fundamental para estimar la existencia de violencia física, bastando
que el autor sea capaz de sujetar e inutilizar la resistencia de una persona común.

Quedan comprendidos dentro del concepto de violencia, todos los casos en que se han utilizado medios
hipnóticos o narcóticos.
Puede darse la situación en que el autor haga ingerir a la víctima estupefacientes con el fin de disminuir o
anular la resistencia que ésta pudiere oponer. El ofrecimiento o aceptación de la droga no quita el carácter
delictivo del delito, el autor se valió de la debilidad de la víctima o sabía que la oposición a sus actos iría
desapareciendo suministrado el estupefaciente. Ésa fue la finalidad buscada por el autor para abusar
sexualmente del sujeto pasivo, haciéndole perder a este último su capacidad de poder, lo cual le permitió
obtener ventajas que, de otro modo, no hubiese logrado.

Tenca sostiene que la violencia debe operar directamente sobre la persona; la que se lleva a cabo sobre
las cosas (puertas y defensas para llegar al sujeto pasivo) no constituye violencia física, si el acto es
consentido por aquella.
La doctrina fue muy estricta en cuanto a los requisitos exigidos para tener en cuenta la violencia:
 Que hubiere ofrecido una oposición constante y siempre igual, sin posibilidad de declinar en
momento alguno, por cuanto esa declinación era interpretada como consentimiento;
 Que la lucha defensiva hubiera ido acompañada de exteriorizaciones receptables por terceros,
como ser que hubiere gritado;
 Que de esa lucha hubieren quedado rastros característicos de la finalidad perseguida por el actor,
y
 Que las fuerzas y condiciones físicas del agredido sexualmente fueren inferiores a las del agresor.

Otra posición, (a la que denominaremos amplia) sostuvo que no se requiere violencia grave, ni es
suficiente grave, ni es suficiente una violencia leve; sólo es necesario que ella haya sido idónea para
vencer en el caso concreto la resistencia de la víctima. La resistencia desplegada mide la idoneidad de la
violencia.
En consecuencia, se acepta que la víctima decline finalmente su libertad sexual con el fin de conservar su
integridad física y, en tales circunstancias, soporte que un hombre la posea de hecho.
 La resistencia:
Existe efectivamente resistencia cuando la víctima se opone y exterioriza tal oposición, sin que sea
necesario que la misma sea desesperada y que haya vencido todos los esfuerzos.

La resistencia deberá ser seria, esto es, verdadera, no fingida, que es en última instancia expresión
de una voluntad manifiestamente contraria al acto.

Debe ser constante, que se refiere al tiempo de dicha resistencia, con igual grado e intensidad
opuesta, no adoptada al principio y luego abandonada.
La constancia en el grado e intensidad debe surgir de la voluntad y no de la fuerza de la víctima,
que lógicamente irá disminuyendo por el cansancio a medida que se la ejerce.

No es resistencia la vergüenza o el pudor que constituye la coquetería.

 La sorpresa:
La sorpresa ha sido asimilada a la violencia. Puede ser que la víctima se vea sorprendida por los
actos abusivos del autor, no contando con los elementos suficientes para “resistir”, nada hasta el
momento, podía hacerle suponer que se hallaba en peligro.
En este caso, el ataque se consuma contra la voluntad del sujeto pasivo, cuando no se halla en
condiciones para impedir el ataque, debido a la menor defensa contra la agresión, que no pudo
ser prevista.

Respecto del abuso, la sorpresa es una circunstancia que respecto de determinados actos
abusivos, como son los manoseos, los besos y los abrazos impúdicos, ya es suficiente para evitar la
resistencia de la persona ofendida y afirmar la no aceptación del acto por su víctima.

No escapa al reproche penal la conducta del autor, si no medió consentimiento por parte de la
víctima, quien, dada la agresión sexual sorpresiva, no pudo ofrecer resistencia al comportamiento
del agresor.

 Uso de amenazas:
El uso de amenazas equivale a la intimidación del antiguo texto.

La intimidación es todo acto de violencia moral, idóneo para producir el temor en el ánimo del sujeto
pasivo, en forma tal que éste se encuentre obligado a soportar o ejecutar la acción que el agente propone.

Se trata de la violencia moral o vis compulsiva, que consiste en la amenaza de un mal futuro que el autor
profiere a la víctima. El temor debe ser razonable y tener un fundamento, ya que esto es requisito básico
en la amenaza.

Representa la amenaza de sufrir un mal grave, injusto, determinado, posible, futuro y dependiente de la
voluntad del autor, el cual podrá recaer sobre cualquier bien, persona o interés del sujeto pasivo. El
anuncio del mal debe ser de tal magnitud que intimide a la víctima y que le infunda un miedo que
doblegue la resistencia, y la obliga a aceptar compulsivamente el abuso.

La amenaza debe ser:


- Para algunos autores, inmediata o inminente con relación a la situación de peligro para la víctima, de
modo que no se dará el delito si dicha circunstancia temporal no ocurre.
- Otro grupo de autores admite que el mal amenazado sea futuro, teniendo en cuenta las circunstancias del
caso.
- Núñez, afirma que el mal a producir sea de inmediato o luego, bastando con que haya producido efecto en
la víctima.
- Tenca sostiene que el mal amenazado debe ser inminente.

En cuanto a la gravedad de las amenazas:


- Criterio objetivo (Gimbernat), sostiene el sentido de que mal que se obliga a la víctima a soportar debe ser
también muy grave.
- Núñez, la amenaza de un mal para algunas personas puede ser grave, en cambio para otras no. Y esto
tiene que ver con la psiquis de cada persona.

La amenaza de un mal puede dirigirse a terceros, tanto como a la propia víctima. La doctrina alemana ha
limitado a la existencia de un vínculo, ya sea familiar o de otro tipo. Sin embargo, no es impensable el caso
de que ponga a una mujer en alternativa de aceptar la relación sexual, de lo contrario se mata a otra
persona.

Un fallo de la Cámara Criminal de Formosa ha hecho referencia de que el simple ejercicio abusivo de la
autoridad paterna tiene por sí sólo efectos atemorizantes e inhibitorios en los niños, causando un estado
de permanente intimidación, en el cual desaparece la voluntad de aquellos, y por lo tanto, el
consentimiento válido para la realización de dichos actos.

 Mediante abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder:


Esta modalidad de abuso sexual fue introducida por la ley 25.087 y engloba relaciones de autoridad y
jerarquía en las que el autor se encuentra con la víctima en relación de preeminencia, la cual puede forzar
su libre consentimiento.

Tenca señala que la referencia a una relación de dependencia, autoridad o poder no tiene las
características de lo que en otros derechos se conoce como “delitos de prevalimiento”. Mediante éstos
últimos se reprimen conductas sexuales aun mediando consentimiento de la víctima mayor de edad,
señalando que en éstos, la represión de estas conductas genera un grado extremo de inseguridad jurídica,
si la víctima pudiera esgrimir sin haber sido violentada, coaccionada, amenazada o intimidada, accedió al
contacto sexual por una suerte de temor reverencial o algo similar, la pena aplicable al autor no estaría
sustentada sobre bases sólidas, la aplicación de una pena sólo se justifica en la medida en que el individuo
sepa con absoluta claridad qué es lo prohibido y qué es lo permitido; en nuestra legislación sólo habrá
delito sexual allí donde el consentimiento esté ausente.

Donna: estas formas de comisión ya eran típicas, por lo que su especificación resulta redundante, porque
a siempre debe existir a raíz de la dependencia de la autoridad o del poder, una forma de violencia o
amenaza por la cual la víctima accede a la pretensión del autor.

Relación de dependencia: puede darse en materia laboral, educativa, religiosa o análoga, siempre que no
recaiga en la agravante prevista en el 4° párrafo del mismo artículo. Comprende también aquellos casos
de dependencia económica, social, etc.

Relación de autoridad: incluiría aquellos casos en los que el abuso es ejecutado por un superior jerárquico,
en estructuras, organismos o instituciones que operan en base a códigos o pautas de autoridad o
disciplina, e imponen un tipo de obediencia o sometimiento a reglas de carácter rígido.

Relación de poder: Creus entiende que son todas aquellas que colocan a la persona del sujeto pasivo en la
precisión de obedecer las decisiones del autor, no derivadas ni de la dependencia ni de la autoridad en
sentido funcional. Se trataría de aquellas personas unidas a la víctima por un vínculo de poder particular,
del que se aprovechan para llevar a cabo el abuso. Ejemplo: podrían incluirse a quien tienen una posición
de garantes y condicionan su auxilio a la concesión de favores sexuales (guardavidas, guía de montaña,
etc.).

 Acoso sexual:
Aquellas formas de presión sexual que se dan en determinados ámbitos, en los que se desarrollan
relaciones de preeminencia implícitas (trabajo, colegio, universidad, etc.), y que genera que el
sujeto pasivo se vea compelido a tolerar las presiones para permanecer o progresar en dichos
ámbitos.
El sujeto activo coacciona a la víctima a que se someta sexualmente, abusando de la autoridad
que le confiere su función.

El bien jurídico es la libertad sexual, de modo que la aceptación de la relación sexual debe haber
sido condicionada en su decisión y en su motivación.
No debe confundirse con la situación en que la víctima acepta el trato sexual con el fin de escalar
en posiciones en su ámbito.

 O aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción:
o Víctima sin consentimiento libre:
La fórmula vendría a ser análoga a la empleada por el legislador en el delito de estafa, en el
sentido de que se enumera una serie de situaciones en las cuales la víctima no ha tenido la
libertad de decidir.
En esta fórmula se englobarían todas las situaciones que estaban tratadas por la doctrina y la
jurisprudencia y que el propio Código había receptado. Resultan de relevancia las siguientes:
 Víctima privada de razón:
Es aquella que no posee la capacidad de comprender el significado del acto sexual.
Dicha situación se refiere al supuesto del menor de 13 años, porque en éste, a los efectos
de apreciar la capacidad de la víctima, deberá determinarse su edad sin examen de su
capacidad real de comprensión, en tanto que la falta de razón exige que ello se averigüe.

Se podrían incluir todas las anomalías o deficiencias idóneas para perturbar las
capacidades cognoscitivas, valorativas y ejecutivas del sujeto afectado, tales como la
psicosis y oligofrenias graves.

Distinto trato deberá darse en esta hipótesis al “consentimiento”, nunca estuvo en


condiciones de consentir válidamente tal acto; en cambio, en los casos en que se
compruebe que durante un intervalo lúcido el sujeto pasivo prestó el consentimiento para
que se consumara la conducta típica y luego perdió la razón, se considera que el incapaz
consintió en plena capacidad.
Para que dichos actos se entiendan consentidos, deben concordar sustancialmente con el
asentimiento otorgado.

Requisitos:
- Persona privada de razón;
- Que el autor abuse de la situación.
- Además el autor, debe tener el conocimiento sobre el estado de la víctima
(denominado principio de notoriedad) y querer realizar el acto sexual
aprovechándose de tal situación.
Tenca sostiene que el dolo eventual es perfectamente aceptable.

 Víctima privada de sentido:


El autor también se aprovecha del estado de la víctima, la que se encuentra privada de
sentido para comprender el acto.
Esto supone la carencia o grave perturbación de las facultades cognoscitivas y volitivas de
la víctima, por razones no patológicas.

Según Tenca, padece de un estado de inconsciencia o una alteración importante en la


psiquis.

Son los casos que la doctrina y la jurisprudencia han conceptualizado como formas de
pérdida o trastorno de la conciencia, que le impiden a la víctima comprender la
significación de su acto.
Se puede ejemplificar: sueño, ebriedad letárgica, desmayo, sonambulismo, etc.

También este estado debe ser aprovechado por el autor.

Carrara se refería a la mujer ebria o dormida, diciendo que siempre se exige la voluntad
contraria de la mujer, constituyendo una mera presunción de violencia, que debe ser
completada con la prueba. Cuando se comprueba que la mujer de quien se abusó
mientras se encontraba en ese estado, habría consentido al encontrarse en el libre
ejercicio de su entendimiento o voluntad, no hay delito punible.

El tipo penal no requiere que el autor haya puesto a la víctima en estado de inconsciencia,
por el uso de medios hipnóticos o narcóticos, ya que en este caso se desplazaría a la
primera hipótesis de dicho artículo.

Diferente es el caso de aquel que cree contar con el consentimiento de la víctima privada
de sentido (ejemplo: el novio que considera que puede manosear a su prometida estando
ebria, cuando ello no era así). Debe resolverse conforme a las reglas del error de
prohibición. Si se trata de un error invencible, no habrá delito; si es vencible, la pena
podrá ser disminuida hasta el mínimo legal del delito doloso de que se trate.

Tenca admite también el dolo eventual.

 Víctima imposibilitada de resistir el acto:


Es aquel en el cual la víctima puede comprender el sentido del acto, pero no puede
oponerse materialmente a su ejecución en virtud de un impedimento material que la
imposibilita, cuya base se encuentra en una ineptitud física.

Tal imposibilidad física para repeler el acto sexual debe ser total, toda vez que ante la
mínima fuerza que practique la víctima para resistir la acción del autor, que incite al sujeto
activo a la utilización de fuerza para vencer tal resistencia, estaremos frente a una
hipótesis de violencia.

El estado de vulnerabilidad debe provenir de un estado físico o de salud, entendido como


cualquier proceso patológico orgánico funcional que impida al sujeto pasivo oponer
resistencia al acto sexual de acuerdo con su voluntad (ejemplo: parálisis, hemiplejia,
estado febril, etc.).

Un impedimento que excluya la reacción física adecuada de la víctima por incomprensión


del acto cae en hipótesis de falta de razón o de sentido.

Requisitos:
- Víctima que carezca del poder de resistencia del acto;
- Que dicha imposibilidad sea ajena al autor;
- Que el autor se aproveche de dicha imposibilidad abusando sexualmente

Se exigen el dolo del autor y el aprovechamiento de la situación de la víctima.

Consentimiento y exclusión de tipicidad:

La existencia del consentimiento puede traer aparejadas diferentes consecuencias.

En los casos en que las víctimas fueran menores de 13 años, se incurre siempre en abuso sexual, sea que la víctima
preste consentimiento o no. La razón es que la ley considera que dicho consentimiento, en caso de existir, es
irrelevante por la falta de madurez necesaria de la víctima para discernir el significado y alcance del acto.

Respecto a la víctima privada de razón, que presta su consentimiento, éste en principio es irrelevante, el sujeto
carecía de las facultades mentales, circunstancia que le impedía elegir con total libertad y lucidez. Si no ha existido
el aprovechamiento de este estado, la conducta es atípica.

Es distinto el caso en que la víctima presta su consentimiento para que se efectivice el acto durante un intervalo
lúcido de ella, y luego pierda la razón. Se considera que el incapaz consintió, por lo tanto la conducta es atípica.

En el supuesto en que la víctima se hallare privada de sentido, mal puede otorgar en ese estado de inconsciencia
consentimiento válido alguno, razón por la cual estaremos en la presencia del tipo penal de abuso sexual simple.

Si el autor comienza a realizar los actos impúdicos a la mujer que se encuentra profundamente dormida y ésta
despierta inmediatamente y consiente el acto, no habrá abuso sexual.

En cuanto a la violencia y a las amenazas, para que se configure la conducta típica la víctima deberá oponer
resistencia a la acción del autor, lo que será demostrativo de su falta de consentimiento. Si luego de ofrecer
resistencia la víctima desiste por agotamiento o por miedo, no debe entenderse como consentimiento.

Diferente es el caso en el que no existe resistencia del sujeto pasivo respecto de la violencia ejercida por el autor,
entonces, no quedará encuadrado dentro del inciso en estudio por carecer de uno de los elementos necesarios: la
resistencia que significa la falta de consentimiento al accionar del sujeto activo.

El tipo subjetivo:

 La opinión doctrinaria:
El delito de abuso sexual es doloso. El elemento subjetivo consiste en el reconocimiento por parte del
autor de que se realiza un acto de carácter sexual sin el consentimiento de la víctima y sin penetración.
Gómez, refiriéndose al abuso sexual deshonesto, afirmaba que integran el tipo penal las acciones llevadas
a cabo para humillar, burlarse o para excitar o satisfacer la propia lascivia, y sólo quedan excluidas las que
tienden a l logro del acceso carnal o su tentativa.

Núñez: la distinta naturaleza de los actos constitutivos de un abuso tiene influencia en la conformación del
dolo del autor. Así si el acto es libidinoso, éste lleva inherente un dolo especial, que él llama dolo
específico, consistente en la finalidad del autor.
Basta con el dolo común cuando el corpus del abuso está constituido por una conducta material cuya
significación impúdica es evidente (el dolo puede ser directo, indirecto o eventual).

Molinario y Aguirre Obarrio opinan que se requiere un ánimo libidinoso y que no haya existido dolo de
acceso carnal.

 Opinión de Donna:
Es necesario realizar un análisis subjetivo desde una perspectiva dogmática. No hay dudas de que el tipo
penal requiere dolo, y es dolo directo, habida cuenta de que además de que el autor del hecho debe tener
la intención de tocamiento impúdico, debe serlo en contra de la voluntad de la víctima. Con lo cual se
descarta cualquier forma culposa o imprudente en el hecho.
El ejemplo del autor que realiza tocamientos sólo por causar una afectación sobre el honor y no para
afectar la integridad sexual de la víctima, no es ni real ni lógico. Porque el autor sabe que aun cuando su
fin último sea el daño del honor, está afectando la libertad sexual de la persona, y que además su acto
tiene un claro contenido sexual.

Diez Ripollés, exige un elemento subjetivo del injusto, que no se identifica con el dolo. Tal elemento
subjetivo existe en todos los supuestos de abuso sexual, y consiste en involucrar sexualmente a la víctima.
Una vez constatado esto, es preciso que exista el dolo respecto a la realización de los elementos objetivos
del tipo.

No hay dolo en el autor en los casos de error o si el acto es realizado por otro motivo totalmente distinto
al sexual.

Consumación y tentativa:

El delito se consuma cuando el autor produce actos de tocamiento, ya sea sobre el cuerpo de la víctima, ya
logrando que lo sean sobre el autor o tercero, o que el propio sujeto pasivo realice tocamientos en su cuerpo.

En cuanto a la tentativa, la doctrina se ha dividido:

- Soler: es sumamente difícil concebir la tentativa en los casos de violencia presunta, ya que el hecho, no
mediando resistencia, consiste en el contacto; antes de él no hay nada, y después del primer contacto el delito ya
está consumado.

- Núñez: es posible que el autor intente cometer un abuso sin lograrlo. Ello se daría cuando la víctima ofreciera
resistencia al autor, y éste, tomándola de sus brazos o luchando, demostrara por sus actos la intención de abusar
de su cuerpo, y no lo lograra.

Donna, sigue la postura de Núñez.

Concurso de delitos:

Cuando el autor actúe con la intención de acceder carnalmente a la víctima, lo logre o no, los actos de abuso son
absorbidos por el delito de violación consumado o tentado, de acuerdo por lo dispuesto en el artículo 119 3°
párrafo.

Deben distinguirse los actos de abuso sexual simple de los que constituyen una tentativa de violación. La
diferencia está en el dolo del autor.

- Si se comprueba que el propósito es el consumar el acceso carnal, entonces habrá


tentativa de violación;
- Si en cambio, existe un genérico fin sexual, habrá abuso.
- Se requiere además objetivamente, dentro de los actos abusivos, los que
practique el autor importen un comienzo de ejecución.

Respecto de los delitos de corrupción y prostitución, se consuman mediante actos que implican un abuso de la
víctima. En este caso el tipo de corrupción absorbe al de abuso sexual, aunque en algunos casos ambos tipos
podrán concurrir idealmente.

En los casos de lesiones leves producidas al realizar actos que configuren un abuso sexual, éstas quedan
absorbidas por la figura; pero en caso de lesiones graves, concurren material o realmente.
Acción penal:

Artículo 72:Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes delitos:

1º) Los previstos en los artículos 119, 120 y 130 del Código Penal cuando no resultare la muerte de la persona
ofendida o lesiones de las mencionadas en el artículo 91 (graves).

Sin embargo, se procederá de oficio cuando el delito fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor ni
guardador, o que lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador.

En el caso de existir intereses contrapuestos entre aquéllos y el menor, el fiscal podrá actuar de oficio, si así
resultare más conveniente para el interés superior del menor.

Se contemplan en este caso situaciones en las que el incapaz y su representante tengan intereses contrarios, que
sin embargo no provengan de un actuar delictuoso por parte de éste último (ejemplo: el caso de la madre que no
pueda, no quiera, o tenga miedo, o si el representante no puede denunciar, por su relación de parentesco con el
autor).

Artículo 132:En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1° párrafo, y 130 la víctima podrá
instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o
privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas.

Entendemos que deberá intervenir el fiscal en virtud de la existencia de intereses gravemente contrapuestos.

Otra vez el legislador se ha inmiscuido en un ámbito que le es ajeno y donde sólo por excepción debe entrar.

Pena:

Reclusión o prisión de 6 meses a 4 años.

ABUSO SEXUAL GRAVEMENTE ULTRAJANTE PARA LA VÍCTIMA (ART. 119, 2° PÁRR. C.P.): CONCEPTO.

Disposición legal:

La ley 25.087 introdujo reformas al segundo párrafo del artículo 119, una modalidad agravada del abuso sexual:

“La pena será de cuatro a diez años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias de su
realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima”.

Fundamento:

La fórmula castiga con mayor severidad las conductas que resultan más dañosas para la víctima, sin llegar a la
penetración, pero que por la forma en que fue realizada y teniendo en cuenta que el legislador insistió en la
fórmula del acceso carnal, por una parte y por otra el mayor desvalor de la conducta realizada, que debe tenerse
en cuenta respecto al dolo que rige en este tipo de acciones.

Dice Tenca, que sería una figura intermedia entre el abuso sexual simple y el delito de violación (abuso sexual con
acceso carnal).

Tipo objetivo:

Acción típica:

Consiste en abusar sexualmente de otro, al igual que en el abuso sexual simple, solo que además:

 El abuso por su duración (en el tiempo),


 Por las circunstancias en su realización (especiales),
 Que tienen como fin un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima.

 Duración en el tiempo:
Se exige que el abuso se prolongue temporalmente. Dicha prolongación puede deberse:
- A que el acto dure más tiempo del normal requerido para la realización de la
conducta abusiva:
La excesiva prolongación temporal implica para algunos autores un peligro para la
integridad física y un innecesario vejamen para la dignidad de la víctima.
Explica Tenca que no es lo mismo un beso en la boca debido a la cercanía
circunstancial entre el actor y la víctima, debido a una aglomeración, por ejemplo,
a que la víctima sea tomada por sus brazos, debiendo soportar ser besada
lascivamente durante horas.
- O que se trate de una modalidad reiterada o continuada a través del tiempo:
Lejos de ser ocasional o circunstancial, adquieren características de permanencia.
Ejemplo: el jefe que contra la voluntad manifiesta de la secretaria, la manosea en
la oficina de un modo regular.
Según Tenca los actos deben ser objetivamente similares, de lo contrario no se
aplica el tipo analizado, concurriendo materialmente entre sí cada una de las
acciones prohibidas.
Se aplica así al caso de quien efectuó tocamientos impúdicos a su hijastra menor,
durante más de un año, metiéndose en su dormitorio cuando su madre no estaba,
al no poder impedir dichos actos llevados a cabo por el impúdico, que agravian su
integridad sexual, excede el mero abuso sexual.

Pandolfi: se trata de:


- Los mismos sujetos activos,
- La misma víctima,
- El mismo tipo de actos abusivos o de la misma naturaleza sexual, probablemente
influidos por una situación familiar o laboral, que los hagan más o menos
permanentes.

En conclusión, no cualquier duración en el tiempo agrava, sino aquella que es de tal forma que
aumenta el sometimiento de la víctima y lo hace gravemente ultrajante.

 Por las circunstancias de su realización:


Prevé la realización de un acto único que resulte altamente dañoso para el sujeto pasivo, ya sea
por el carácter degradante de la conducta o por el peligro que ella trae aparejada para la víctima.
Gravier los define como actos que en sí mismos son intrínsecamente escandalosos, humillantes,
peligrosos y de un alto contenido vejatorio para la víctima.
Tenca señala que por circunstancias de su realización, la ley se refiere a las diversas modalidades
que puede asumir el acto impúdico, en la medida en que éste aparezca como un verdadero
sometimiento sexual gravemente ultrajante.
Las circunstancias pueden referirse al acto en sí mismo (objetivamente entendido) o bien a lo que
rodea al acto.
No es lo mismo que el abuso sexual se realice en la intimidad, a que el sujeto pasivo deba soportar
ser observado por su cónyuge o sus hijos. Este segundo supuesto conlleva un mayor ataque a la
dignidad de la víctima.

 Sometimiento gravemente ultrajante:


Existe “sometimiento” cuando se pone a otra persona, generalmente por la fuerza o la violencia,
bajo la autoridad o el dominio de la otra.
Este elemento implica reducir al sujeto pasivo al estado de cosa, sobre la que se ejerce dominio o
disponibilidad, de modo tal que anula la libertad o autodeterminación sexual, y reduce a la
mínima expresión su dignidad personal. Creus entiende por “sometimiento” la ausencia de
voluntad de la víctima, que es reemplazada por la del autor.
La cualidad gravemente ultrajante del sometimiento requerido por el tipo penal está discutido en
la doctrina por la vaguedad e imprecisión de ambos términos.
Entendemos que gravemente ultrajante son los actos sexuales que objetiva y subjetivamente
tienen una desproporción con el propio tipo básico, y que producen en la víctima una humillación
más allá de lo que normalmente se verifica en el abuso en sí.
No se puede tomar en cuenta la sensibilidad extrema de la víctima, o a una víctima “poco
sensible” como en el caso de una prostituta acostumbrada a ser sometida, ya que el hecho es
objetivo.
Queda abarcado por este inciso la fellatio in ore, porque provoca una humillación y sometimiento
en la víctima y es sexualmente degradante cuando se hace en contra de su voluntad. También, la
introducción de objetos, tanto anal como por vía vaginal.
No queda al arbitrio del juez lo que para él es ultrajante, sino lo que para la normalidad excede el
límite de desahogo sexual, y se le agrega un contenido “más sádico del autor”.
Gravier entiende que quedan comprendidos: el empalamiento, la introducción de dedos, lengua u
otros objetos o elementos ortopédicos, un implante no consentido, etc., toda vez que es
indudable que hechos de tamaña gravedad no podían estar reprimidos con la misma pena que un
tocamiento de nalgas o senos.
Se subsumen en la figura el cunnilingus (succión vaginal lésbica).
Otros sostienen que los objetos deben ser corpóreos e inanimados, debiendo actuar como
sucedáneos del pene, que deben tener una significación sexual.
Sujetos:

 Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona física (hombre como mujer) con capacidad de culpabilidad.

 Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona que padezca el abuso sobre su propio cuerpo, cualquiera sea su
edad, condición física o mental.

Tipo subjetivo:

El delito es doloso. El elemento subjetivo consiste en el conocimiento de que se realiza un acto de carácter sexual,
sin el consentimiento de la víctima, sin llegar al coito.

A esto se le suma un elemento subjetivo del tipo, que es el animus del autor de someter a la víctima, degradarla,
por alguna de las modalidades. Por eso el dolo requerido por el tipo es el dolo directo, y no admite ninguna otra
especie de peste. El problema puede estar en que el autor no tenga éste ánimo, por lo que se volverá al tipo penal
básico.

Consumación y tentativa:

En el caso del abuso cometido en forma reiterada o continuada temporalmente, el delito se consuma en el
momento en que excede el tiempo normal, y cuando se produce el sometimiento sexual gravemente ultrajante.
Cuando el ultraje se realiza mediante un acto único, el delito se consuma en la realización misma.

Se admite la tentativa cuando el autor realice actos demostrativos de su intención de consumarlo, pero no lo logra
por razones ajenas a su voluntad.

SU COMPATIBILIDAD CON LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES.

¿Es un tipo penal abierto? Se pregunta Tenca.

El principio de legalidad requiere de la existencia de tipos penales cerrados, de modo que cada uno de nosotros
sepa a ciencia cierta cuáles son las conductas que se encuentran reprimidas con una pena.

“Sometimiento gravemente ultrajante” conlleva un mayor plus de humillación, de degradación de la víctima, tanto
en el plano físico, psíquico y moral, es importante destacar que la aplicación al caso concreto no deja de generar
series dificultades, en ello juega un rol protagónico el subjetivismo.

En un fallo, se dejó sentada esta problemática. En él dijo el doctor Juliano: no obstante el esfuerzo del legislador
por circunscribir el supuesto típico previsto por el segundo párrafo del art. 199 del C.P. (sometimiento gravemente
ultrajante) por su duración o por las circunstancias de su realización, el margen de discrecionalidad interpretativa
que queda abierto para la configuración del supuesto en cuestión debe ser reducido a sus mínimas expresiones
para no vulnerar los principios de legalidad, tipicidad y taxatividad.

Lo que seguramente sucederá es que algún planteo defensivo pretenda lograr la inconstitucionalidad del delito
analizado, interpretando que se trata de un tipo penal abierto, en tanto no resulta clara y concreta la conducta
prohibida.

También según la apreciación subjetiva del juez, podría llevar a fallos contradictorios.

Pena:

Reclusión o prisión de 4 a 10 años.

B) EL DELITO DE ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL POR CUALQUIER VÍA (ART.119, 3° PÁRR. C.P.).

“La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo
hubiere acceso carnal por cualquier vía”.

Esta nominación jurídica es equivalente a la de “violación”, utilizada con anterioridad a la reforma por la ley.

En la reforma al Código español, que quiso eliminar la palabra “violación”, en la última modificatoria de 1999
volvió a introducirla.

Los autores han proporcionado con pequeñas variantes, la definición de “violación”:

- Núñez: la define como el acceso carnal de un varón con otra persona, abusando de la inmadurez o estado mental
de ésta, o de su indefensión o mediante la violencia, y sin derecho a exigirlo”.

- Soler: consiste en el acceso carnal con persona de uno u otro sexo ejecutado mediante violencia real o presunta.
- Tenca: la violación es el acceso carnal obtenido contra la voluntad del sujeto pasivo.

- Donna: Acceso carnal logrado en los casos en que medie fuerza o intimidación para vencer resistencia u
oposición del sujeto pasivo, o con persona que se encuentre físicamente imposibilitada para expresar su disenso o
resistirse, o con quien, por ser menor de 13 años o carecer de discernimiento para ello, no posee la capacidad
jurídica necesaria para consentir la relación sexual.

Antecedentes:

El proyecto de Tejedor preveía la figura de violación.

El proyecto de Villegas, Ugarriza y García, también lo regulaba, y castigaba con mayor pena a la violación de la
prostituta.

El proyecto de Piñero, Rivarola y Matienzo de 1891, agregó al concepto normal de violación, la fórmula “la
persona que tuviera concúbito fuera del matrimonio, con persona de uno u otro sexo”.

El proyecto de Segovia de 1895 mantenía lo sostenido por el proyecto de 1891.

La Ley de Reformas de 1903, sustituyó la fórmula anterior por “tener concúbito”.

La fórmula “tener acceso carnal” apareció en el proyecto de 1906. Luego pasó al proyecto de 1917 y fue
incorporado posteriormente al Código de 1921.

Finalmente la ley 25.087, sancionada en 199, aumentó los factores que anulan el libre consentimiento.

El bien jurídico protegido:

Doctrinariamente está discutido:

- Carrara: ofensa a la pudicia individual.

- Soler: libertad sexual.

- Fontán Balestra: libre consentimiento de la víctima (voluntad sexual).

Donna:

Debemos distinguir dos supuestos:

I. Cuando se trata de las personas mayores de 13 años, con capacidad de conocer y valorar, cuando la
violación se comete mediante el empleo de fuerza o intimidación:

La ley tiene en cuenta la libertad individual, en cuanto hace a la integridad sexual de las personas.

Esta libertad puede ser entendida desde un doble aspecto:

Positivo- dinámico:

Capacidad de la libre disposición del propio cuerpo a los efectos sexuales, es decir el consentimiento
de mantener trato sexual con terceros con arreglo a su querer libre y consciente.

Negativo- pasivo:

Capacidad del sujeto para no realizar actos de naturaleza sexual que no desee.

Entonces el bien jurídico protegido es la libertad sexual.

II. En cuanto a los menores de 13 años:

El bien jurídico protegido es la indemnidad sexual, porque la libertad sexual en éstos no existe debido
a que el legislador los considera inmaduros sexualmente.

Tipo objetivo:

La acción típica:

Consiste en acceder carnalmente.

Donna: por acceso carnal se entiende la introducción del órgano genital masculino en el cuerpo de otra persona,
no siendo necesario para su consumación que la penetración sea total o que se produzca la eyaculación.
Tenca: significa penetración sexual. Esta se produce cuando el órgano genital entra en el cuerpo ya sea por vía
normal o anormal.

Buompadre: la penetración del miembro viril del actor en cavidad receptiva de naturaleza orgánico-funcional, en
el conducto rectal de la víctima, con el propósito de lograr el coito.

Soler: penetración del órgano sexual en el cuerpo de la víctima, por vía normal o anormal.

Núñez: introducción aunque imperfecta, del órgano sexual masculino en el cuerpo de la víctima. (Posición
mayoritaria de la doctrina argentina).

DISCUSIONES SOBRE EL CONCEPTO DE ACCESO CARNAL.

Hay dos criterios:

 Criterio biológico:

Busca dar una solución al problema desde un punto de vista puramente natural. Para ello acude a un
concepto de acceso carnal visto desde lo meramente fisiológico.

Entonces, es la penetración del órgano masculino, por vías normales o anormales, en el cuerpo de la
víctima.

 Criterio jurídico:

Toda actividad directa de la libido, natural o no, en la que existe penetración de órgano genital del actor
que puede representar el coito o una forma degenerada o equivalente de éste.

 Crítica:

Ambos merecen objeciones.

El primero resulta demasiado estricto frente al texto de nuestra ley, ya que al hacerse referencia en el
párrafo 1° del artículo 119 a “persona de uno u otro sexo”, se está admitiendo de manera expresa la
posibilidad del acceso carnal por vía anal, de donde se concluye que sujeto pasivo del delito también
puede ser un varón.

Respecto al segundo criterio, es excesivo. Su aceptación sin reservas llevaría a punir como abuso sexual
agravado conductas que no pueden encuadrarse en este título, de forma que implicaría una efectiva
lesión al principio de legalidad, que prohíbe la aplicación de la analogía in malam partem de la ley penal.

El acceso carnal es sin duda un concepto normativo del tipo.

En el proyecto de 1891, se equipara al acceso carnal con el acto de yacer; que intentaba diferenciarse del de
Tejedor en cuanto se castigaba solamente la aproximación sexual.

La doctrina española había discutido el problema antes de la última reforma:

- Una parte de los autores habían sostenido que el término yacer incluía solamente los accesos
heterosexuales vaginales.

- Otro sector, sostenía que se incluían los accesos heterosexuales no vaginales, especialmente el
coito anal heterosexual.

En primer lugar sería la penetración del órgano masculino en la vagina de la mujer. Si se busca un concepto más
amplio, se puede extender la idea a la penetración del órgano masculino vía anal.

Por cualquier vía, deja en claro que abarca tanto el coito vaginal como el anal.

No abarca otras partes del cuerpo, ni la boca, ni la oreja, ni heridas, etc.

SUJETO ACTIVO Y PASIVO DEL DELITO.

 Sujeto activo:

Autor material del hecho sólo puede ser el hombre, porque es el único que puede penetrar, como es
obvio es el que posee el miembro viril, que sirve para la penetración.

En el tema de la mujer el tema pasa por la imposibilidad de acceder carnalmente a otra persona, esto es,
la incapacidad de penetrarla.
Cuando el hombre es penetrado por objetos, el tipo se desplaza a un sometimiento gravemente ultrajante
para la víctima.

El problema se suscita en los casos en que la mujer actúe como autor mediato, esto es, valiéndose de un
inimputable o de alguien que actúe con error. En estos supuestos si la violación es un delito de propia
mano, no podrá tipificarse el art. 119 3° párrafo. Si por el contrario no se trata de este tipo de delitos la
cuestión cambiaría y tanto podría ser autor el que ejerce la violencia sobre la persona como quien realiza
el acceso carnal. De admitirse esta hipótesis, quien ejerce violencia sobre la víctima, como el autor detrás
del actuante, será considerado autor idóneo.

Núñez afirma que sólo el hombre puede ser autor del delito de violación, afirma que la mujer puede
cometer la violación de un menor de 13 años haciéndose acceder carnalmente por él mediante las
debidas excitaciones.

Soler afirma que el hombre es autor.

¿DELITO DE PROPIA MANO?

Se llaman delitos de propia mano a los que solo puede cometer el autor realizando personalmente la
conducta típica. El más claro de estos delitos es la violación: solo puede ser cometida por el que tiene
acceso carnal.

Donna: Son delitos de actividad y no de resultado, debido a que predomina el desvalor de acción frente al
desvalor de resultado. El desvalor se constituye porque al autor le está prohibida la acción.

Los terceros que no participan de ese círculo sólo podrán ser cómplices del autor principal, pero no
coautores o autores mediatos.

Para el Código Penal alemán no es un delito de propia mano, incluye la doctrina como violación el caso de
la madre celestina que presenta como remilgos la seria resistencia de la doncella, colaborando en vencer
esa resistencia. Desde esta posición, la mujer puede ser coautora de la violación de otra mujer, ya que “no
se trata de un delito de propia mano”.

Buompadre ha planteado que el tema se ha solucionado habida cuenta la forma verbal empleada por el
legislador en el texto, ya que actualmente se habla de “hubiere” acceso carnal, en contraposición a
“tuviere” que empleaba el antiguo artículo.

Con la nueva redacción ya no se requiere que el autor “tenga” acceso carnal, sino que en el abuso sexual
“hubiere” acceso carnal, o sea que en definitiva se exige que haya habido acceso carnal, esto es,
penetración del órgano sexual masculino en la cavidad vaginal o anal de otra persona.

De forma que serán típicos tanto la penetración de un hombre contra una mujer u otro hombre, como
cuando el hombre o la mujer se hacen penetrar por el otro sujeto. En definitiva, pueden ser autores del
delito tanto el hombre como la mujer.

Tenca expresa que con la nueva redacción, la mujer puede ser autora del delito de violación en el caso en
que ésta obliga a un hombre a penetrarla anal o vaginalmente.

Y aclara lo que el caso de la mujer que tiene el clítoris hipertrofiado, tampoco genera ninguna
problemática, que de todos modos sigue siendo un clítoris.

Sin embargo, algunos sostienen de todos modos que sólo puede ser el hombre, porque es el único que
puede penetrar. La mujer está imposibilitada por no poseer el miembro viril, y por más que ella lo obligue,
siempre será la accedida.

 Sujeto pasivo:

Pueden serlo tanto el hombre como la mujer, bastando con que se trate de una persona con vida.

Debe descartarse el acceso carnal sobre un cadáver (necrofilia) o sobre animales (bestialidad).

- Parte de la doctrina se inclinaba por sostener que en la medida en que el sujeto activo tenga derecho a
exigir el acto sexual no podría darse el tipo de violación, debido a que el sujeto estaría obligado o habría
prestado su consentimiento para ser accedido carnalmente. Lo expuesto ocurre tanto en el caso de la
esposa, quien dentro de las obligaciones matrimoniales tiene las del debido conyugal, como la concubina,
ya que la cohabitación implica la realización del acto sexual; también la prostituta, debido a que al aceptar
dinero o encontrarse en un prostíbulo importa el ofrecimiento de su cuerpo po un determinado precio y
más aún si recibió la suma estipulada.
- La corriente doctrinaria opuesta sostiene que al ser el bien jurídico la libertad, la negativa de la mujer en
estos casos lleva a que se tipifique el delito de violación.

 El matrimonio:

“Los esposos se deben mutuamente fidelidad, asistencia y alimentos”. Hay una existencia del
débito conyugal. A raíz de esto hay distintas posiciones en la doctrina:

- Algunos sostienen que “el marido tiene derecho a exigirle a la esposa el acceso carnal natural
(vaginal), y su violencia o abuso para poseerla no lo vuelven reo de violación aunque lo
responsabilicen por los delitos que pueda consumar (lesiones).

- Otros sostienen que el marido tiene derecho a exigirle acceso carnal por vía normal, pero no por
vía anormal.

- Otros expresan que responde por violación si la esposa se opone basándose en razones
profilácticas (en caso de sida) o fisiológicas.

Donna: los actos sexuales violentos o abusivos seguidos de acceso carnal, en el ámbito del
matrimonio, configuran abuso sexual agravado por el acceso carnal.

El fundamento está en la prevalencia de la libertad individual de la víctima en el campo sexual, en


cuanto a su consentimiento de mantener trato sexual de acuerdo a su querer libre y consciente.

Además el débito conyugal tiene influencia solamente en el ámbito civil.

A la misma conclusión debe llegarse en aquellos casos en que el cónyuge ha prestado el


consentimiento para una especie de actividad sexual y el consorte le impone mediante violencia o
amenaza un trato sexual diferente.

El consentimiento debe mantenerse en todo momento: si el titular manifiesta su oposición, a


partir de ese momento la conducta adquiere relevancia para el derecho penal.

 El concubinato:

La falta de voluntad de realizar el acto sexual y su consumación mediante violencia colocan al


concubino dentro del tipo penal de violación, toda vez que el bien jurídico lesionado es la libertad
sexual.

 La prostituta:

Lo que está en juego no es la condición moral de la víctima, sino la libertad individual de practicar
el acto sexual con quien desee y en la forma y condiciones bajo las cuales ha sido consentido.

La prostituta puede ser accedida carnalmente como cualquier otra mujer.

Ahora bien, pone en duda el caso del hombre que cumplió el pago exigido y luego ante la negativa
de la mujer la accede violentamente, si bien el tipo objetivo se habrá cumplido, la discusión puede
residir en si el autor no habrá podido actuar en base a un error, de tipo o de prohibición. (Núñez-
Jiménez de Asúa).

A ninguno se les hubiera ocurrido pensar que hubiera existido como mínimo privación ilegal de la
libertad. Por ende no se entiende el desplazamiento de la cuestión solo porque esté en juego la
libertad sexual de la persona.

Modalidades de la violación:

 Menor de trece años;

 o cuando mediare violencia, amenaza,

 abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder;

 o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la
acción.

DISCUSIÓN SOBRE EL TEMA DE LA “FELATIO IN ORE”.

El tema había sido discutido en la anterior redacción. La doctrina y la jurisprudencia no se ponían de acuerdo
sobre tal punto.
- Una primera posición afirmaba que la introducción del miembro viril masculino por vía bucal no
encuadraba dentro de la figura de violación, sino en la de abuso deshonesto.

El acceso carnal, fórmula empleada por nuestra ley, no puede ser tan distinto que admita a través de una
interpretación jurídica confundir cavidad receptiva natural orgánico- funcional o en el conducto rectal de
la víctima, pero nunca por la bucal.

Núñez es defensor de esta postura, aclarando que si bien el ano no es el órgano destinado por la
naturaleza para ser el vaso receptor de la penetración copular natural, por poseer lo mismo que la vagina,
glándulas de evolución y proyección erógenas, en su contacto con el órgano masculino cumple, aunque
antinaturalmente, una función semejante a la que realiza la vagina.

Dice que esto no ocurre con la boca, la cual careciendo de este tipo de glándulas no resulta apta, aunque
por resortes psicológicos y mecánicos sirva para el desfogue libidinoso del actor y del paciente. La boca
como los senos, o cualquier otra parte del cuerpo humano que no sea la vagina o el ano, resultan así
incapaces de generar el coito, aunque sea anormal.

- La posición contraria, admitía la violación consumada por la fellatio in ore, no encontraba diferencia entre
el coito oral de cualquier otra penetración contra natura; debido a que el criterio jurídico entendía por
acceso carnal por vía natural o no, que puede representar el coito o cualquier forma degenerada de éste.

- Donna: la fellatio in ore, no queda abarcada por el acceso carnal, aunque el legislador quiso solucionar
esto al agregar “por cualquier vía”, ya que de tomarse la expresión así se ampliaría el tipo legal; y si
querían agregar al texto, lo hubieran hecho enumerando de manera taxativa sus intenciones.

- Tenca: destaca que es inconcebible que tras la presentación de treinta proyectos, los legisladores no
hayan sabido plasmar en un texto el objetivo que perseguían, aun cuando ello era extremadamente
sencillo: que el sexo oral fuera equiparado jurídicamente a la violación. Posición a la que se adhiere
Donna.

- Aguirre Obarrio: la referencia por cualquier vía no puede alterar lo que significa tener acceso carnal.
Porque primero debe haber acceso carnal y después veremos cuáles son las vías posibles.

Tipo subjetivo:

El delito es doloso, entendiéndose por tal el querer dominado por la voluntad de realización del tipo objetivo. Es la
voluntad de actuar referida al resultado que sustenta la acción.

El delito de violación es en todas sus modalidades doloso, se exige el dolo directo; por ende, es incompatible otro
tipo de dolo.

Diez Ripollés, exige un elemento subjetivo del injusto, que no se identifica con el dolo. Tal elemento subjetivo
existe en todos los supuestos de abuso sexual, y consiste en involucrar sexualmente a la víctima. Una vez
constatado esto, es preciso que exista el dolo respecto a la realización de los elementos objetivos del tipo.

No se admite la forma culposa.

Núñez: la posibilidad del dolo eventual se admite sólo en lo que atañe al conocimiento de la situación de la que el
autor abusa o de la resistencia que se le opone.

Problemas referidos al error:

Cuando Roxin trata el tema de prohibición da como ejemplo el del sujeto que mantiene relaciones sexuales con
una mujer enferma mental y no sabe en absoluto de esa prohibición.

“Si no tuvieron dudas en modo alguno, si además tuvieron el asentimiento de la mujer, y tampoco tenían la
conciencia de perjudicar, no existió para ellos ningún motivo para reflexionar sobre una posible antijuricidad de su
conducta”.

También está el supuesto de que un sujeto mantenga acceso carnal con una mujer menor de 13 años, en la
creencia de que se trata de una mujer mayor de esa edad y menor de 16 e inmadura sexualmente.

Falta el dolo, y tampoco se hubiera dado el delito de estupro (derogado), porque se trataba de una mujer mayor
de 12 y menor de 15 años.

La conducta es atípica, porque falta el elemento subjetivo, que es el dolo del autor.

En cambio si el autor tiene dudas respecto a la edad de la víctima, es admisible el dolo eventual.

Consumación y tentativa:
Se perfecciona con el acceso carnal, cualquiera sea el grado de la penetración, de modo que no se requiere la
penetración completa ni la eyaculación.

La tentativa y su problemática:

En cuanto al fundamento de la punición, existen dos posiciones:

I. Postura objetiva:

Carrara, sostenía que la razón de ampliar la punibilidad en la tentativa radicaba en el peligro corrido
por el bien jurídico.

No permite castigar la tentativa inidónea, o delito imposible.

II. Postura subjetiva:

Más al hecho objetivo del delito consumado, la tentativa no lo contiene, ya que precisamente la
esencia de ella está en la falta de alguno de los elementos objetivos del delito consumado.
Objetivamente no va a existir una lesión jurídica.

Zaffaroni sostiene que esto se dio en una Alemania Nazi, donde la punición de la tentativa debía
equipararse al delito consumado, la pena no puede ser disminuida por razones aleatorias (no
producción del resultado por razones ajenas al agente).

III. Teoría de la impresión:

La punibilidad de la tentativa se admite cuando el acto tentado conmueve la confianza en la vigencia


del orden normativo y el sentimiento de seguridad jurídica de la sociedad.

En cuanto al Código argentino resuelve la problemática:

- Conforme al artículo 42, habrá tentativa cuando el autor, con el fin de cometer un delito determinado, comienza
su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad.

- Artículo 44:Si el delito fuera imposible, la pena se disminuirá en la mitad y podrá reducírsela al mínimo legal o
eximirse de ella, según el grado de peligrosidad revelada por el delincuente.

El término peligrosidad debe entenderse como “mayor o menor posibilidades de resocialización”, de acuerdo a la
teoría resocializadora de la pena.

Por ende, la violación admite la tentativa, al ser un delito de resultado, por tal motivo, antes de la penetración
serán admisibles actos de ejecución que, guiados por el dolo de violación, se conduzcan hacia el fin propuesto, y
que no se consuman por razones ajenas a la voluntad del agente.

La tentativa es un déficit en el tipo objetivo; existe un tipo objetivo incompleto.

El Tribunal Supremo de España, siguiendo la tesis del delito frustrado, ha sostenido que habrá tentativa de
violación cuando falta la penetración, por razones ajenas al autor, acción que debe encuadrar en el comienzo de
ejecución.

Hemos tomado partida por una teoría intermedia, basada en la teoría subjetiva, habida cuenta de la voluntad
criminal revelada, pero complementada por la teoría de la impresión, teniendo en cuenta el peligro corrido por el
bien jurídico.

Serán actos preparatorios aquellos que requieren otros actos, incluso de terceros, para que se comience a lesionar
el bien jurídico, en este caso la libertad sexual. El estadio de la tentativa es alcanzado por una acción, que si bien
no es propiamente la acción típica, no está separada de ella por actos parciales (teoría de los actos parciales). En
consecuencia habrá tentativa cuando el autor comience con los tocamientos impúdicos, pero no cuando el autor
cite a su víctima en el lugar de los hechos.

¿Cuál es el límite que diferencia el abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa del abuso sexual simple o
gravemente ultrajante?

La respuesta está en la finalidad del agente, que resulta clave para la tipificación del hecho, debiendo establecerse
que el propósito del agente era el acceso carnal y no simplemente la búsqueda de un torpe desahogo sexual.

Desistimiento de la tentativa:

El valor exculpante del desistimiento de una tentativa de violación no excluye que el autor pueda ser
responsabilizado por los actos cometidos durante el proceso ejecutivo del delito incompleto y que a su turno sean
constitutivos de abuso sexual.
Como toda tentativa, la de violación puede ser desistida: el autor puede, pero ya no quiere. En tal caso la tentativa
será impune pero deja vigente la pena aplicable por otras figuras penales que se hubieran consumado en el
transcurso del procedimiento encaminado al acceso carnal.

El desistimiento no es posible si el hecho ha sido detenido por un tercero, ya que a partir de ese momento no
puede ser voluntario.

O sea que la decisión tiene que ser:

- tomada por el autor,

- para irrumpir el proceso ilícito, que ya había tenido principio de ejecución,

- por su exclusiva decisión,

- de manera voluntaria, oportuna e idónea.

Concurso con otros delitos:

Las lesiones leves producidas por la violencia ejercida para lograr el acceso carnal y las propias originadas del
mismo acceso (rotura del himen) quedan absorbidas por la figura de violación, en virtud del principio de
consunción. (Carmona Salgado).

Otros sostienen que las lesiones constituyen un delito independiente que concurre con el de violación.

Núñez: las lesiones y la muerte de la persona resultantes del acceso no concurren ni ideal ni materialmente con
ella, afirmando que de ser así, cuando el resultado ha sido buscado, es decir intencional, el mínimo de la pena que
corresponda sería más benigno que cuando el resultado ha sido preterintencional.

Respecto a las amenazas, la coacción y la privación de la libertad, son tipos absorbidos por el artículo 119, 3°
párrafo, siempre que ellas se empleen con el único fin de reducir a la víctima para consumar el acto violatorio, en
virtud de que no se concibe la violación de la libertad sexual sin vulnerar al mismo tiempo la libertad personal.

Sin embargo, sostiene la postura dominante que cuando la privación de la libertad se prolonga en el tiempo se
computará como un hecho independiente que concurrirá con el delito de violación.

En lo referente al abuso sexual simple, todo tocamiento queda absorbido por la figura de violación.

En cuanto a la corrupción, Donna sostiene que ambos delitos se excluyen.

Acción penal:

Artículo 72:Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes delitos:

1º) Los previstos en los artículos 119, 120 y 130 del Código Penal cuando no resultare la muerte de la persona
ofendida o lesiones de las mencionadas en el artículo 91 (graves).

Sin embargo, se procederá de oficio cuando el delito fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor ni
guardador, o que lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador.

En el caso de existir intereses contrapuestos entre aquéllos y el menor, el fiscal podrá actuar de oficio, si así
resultare más conveniente para el interés superior del menor.

Se contemplan en este caso situaciones en las que el incapaz y su representante tengan intereses contrarios, que
sin embargo no provengan de un actuar delictuoso por parte de éste último (ejemplo: el caso de la madre que no
pueda, no quiera, o tenga miedo, o si el representante no puede denunciar, por su relación de parentesco con el
autor).

Artículo 132:En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1° párrafo, y 130 la víctima podrá
instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o
privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas.

Entendemos que deberá intervenir el fiscal en virtud de la existencia de intereses gravemente contrapuestos.

Otra vez el legislador se ha inmiscuido en un ámbito que le es ajeno y donde sólo por excepción debe entrar.

Pena:

Reclusión o prisión de 6 a 15 años.

ABUSO SEXUAL CON APROVECHAMIENTO DE LA INMADUREZ SEXUAL DE LA VÍCTIMA (ART. 120 C.P.).
CONCEPTO Y ELEMENTOS.
Artículo 120: Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones
previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años,
aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia
respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente
penado.

Dicho artículo, fue modificado sustancialmente por la ley 25.087, reemplaza al que, en los textos anteriores, la
doctrina denominaba “estupro”.

Concepto:

La nueva redacción del tipo comprende conductas que giran sobre dos ejes: primero, la seducción de la víctima
menor de 16 años, que debido a su inmadurez sexual presta consentimiento para el acto. Y en segundo lugar, la
mayoría de edad del autor, 18 años, y no la mayoría de edad respecto a la víctima.

Puede notarse la desaparición del elemento honestidad como esencial cualidad del sujeto pasivo, apareciendo un
nuevo concepto: inmadurez sexual, y el elemento cronológico de la edad, que anteriormente hacía referencia a
una mujer honesta mayor de 12 años y menor de 15, pasando a ser en el nuevo texto una persona menor de 16
años.

El antiguo estupro requería como conducta típica el acceso carnal en la víctima, en la nueva redacción se
incriminan modalidades típicas diferentes: una que exige la concurrencia de los elementos objetivos y subjetivos
descriptos en el artículo 119 párrafo 2°, y otra que requiere los elementos típicos del artículo 119 párrafo 3°.

Antecedentes nacionales:

A partir del proyecto de Tejedor que preveía pena cuando la violación recayera sobre mujer honrada.

El código de 1886, hablaba del que estuprare a una mujer virgen mayor de 12 años y menor de 15, empleando
seducción.

El proyecto de Piñero, Rivarola y Matienzo fue el que estableció la fórmula que estaba vigente en el Código,
sacando la palabra seducción; estableciendo que la virginidad era difícil de comprobar, por lo tanto debía ser
sustituida por la voz honestidad. La pérdida de la virginidad puede ocurrir por cualquier accidente. Segundo,
suprimir la cláusula “empleando seducción” que implica el medio de cometer el delito. Ésta cláusula es vaga y
susceptible de originar dudas.

El artículo tal como se encuentra actualmente, es producto de la reforma de la ley 25.087.

Bien jurídico protegido:

Con la supresión del elemento “mujer honesta” del tipo penal del estupro, queda claro que la ilicitud que se
castiga es que el consentimiento que se ha dado resulta ineficaz, debido a que la víctima, por su estado de
inmadurez sexual, falta de experiencia sexual y seducción real del autor, no ha podido consentir de manera válida,
porque no ha podido comprender la significación del acto.

Surge una especie de escándalo respecto a la expresión “mujer honesta”.

- Aguirre Obarrio afirma que la castiza su voz “honestidad” pasó a la lista de palabras prohibidas. Mientras
se discutió si eso de “la honestidad” se refería, en los caballeros, al manejo del dinero y en las demás, al
del cuerpo que más o menos los autores se habían puesto de acuerdo en algunas cosas, hablaban de
libertad sexual, de normal desarrollo, de buenas costumbres, no faltó alguna mente fascista a la que le
disgustara la expresión “libertad sexual”. Se pensó que sonaba a libertinaje. Y así nació la expresión
intangibilidad sexual.

Se protege ya no a la mujer, sino a cualquier persona entre 13 y 16 años, que por su inmadurez sexual y la
seducción del autor no puede comprender la real significación del acto.

Se tiende a una protección esencialmente “individualista” del derecho penal, que entiende que la protección de
menores es también protección de la libertad individual; y tal individuo, por ser inmaduro no puede decidir
todavía por sí mismo.

No hay dudas que se protege la libertad, la autonomía del sujeto, especializada a la conformación sexual de la
víctima, ya que el consentimiento en este caso, es una demostración de autonomía de la persona, aparece
oscurecido, y de esta falta de claridad, tanto mental como emocional, que sigue estando en la inexperiencia
sexual, el autor se aprovecha.

Síntesis: la libertad sexual.

El tipo penal:
Elementos:

 Conductas típicas:
El tipo penal remite directamente a los conceptos de abuso sexual gravemente ultrajante o mediante
acceso carnal, que son la base del tipo penal cuando se cometan mediante la seducción con un mayor de
13 años y menor de 16.

Tenca expresa que el legislador amplió el marco punitivo en este sentido, ya que ahora no sólo castiga el
acceso carnal consentido, sino también otras prácticas consentidas, lo que no es fácil de comprender, se
condice con el objetivo de la reforma en cuanto a priorizar la libertad del individuo, en la práctica importa
una mayor intervención del Estado en la vida sexual de las personas (en este caso, de los jóvenes).

Dichas conductas no deben haberse producido bajo ninguna de las modalidades comisivas enumeradas en
el inciso 1° del artículo 119, su presencia convertiría las conductas en abuso sexual agravado o violación.

 Elemento cronológico:

Está configurado por la edad máxima requerida por la ley para el sujeto pasivo. Debe tratare de una
persona menor de 16 años.

El límite mínimo surge del artículo 119 1° párrafo, que hace referencia a un menor de trece años. De modo
que la escala mínima está dada por una persona de 13 años cumplidos, pero menor de 16.

La edad a la que hace referencia el tipo legal es la edad cronológica de la víctima y no la edad mental.

 Sujetos:

o Sujeto activo:
Puede ser tanto el hombre como la mujer. Sin embargo en el caso de acceso carnal sólo puede ser
el hombre.
En ambos casos el sujeto activo deberá ser mayor de 18 años.

Otros entienden según una interpretación que da pie a que sea mayor de edad respecto a la
víctima.

o Sujeto pasivo:
Se exigen tres requisitos:
I. que sea mayor de 13 años y menor de 16;
II. que sea sexualmente “inmaduro”;
III. y que existe seducción, basada en ese carácter del sujeto pasivo.

Podrán ser sujeto pasivo, tanto el hombre como la mujer.

Si el menor no cumplió los 13 años, encuadra dentro de las figuras del artículo 119, 3° párrafo.

Si la víctima fuese mayor de 16 y no se dieran los extremos del artículo 119, el hecho sería atípico.

 La seducción:

“Seducir” proviene del latín “seducere”, entre cuyas varias acepciones figura la de atraerse, llevarse, llevar
consigo o con uno.

En nuestro idioma, es el engañar con maña y viveza, o como el conjunto de artificios y halagos
desplegados por el seductor que hacen que la víctima, a raíz de su propia inexperiencia, ceda al acto
sexual.

La otra acepción puede ser “conseguir sexualmente a una persona mediante engaños o mañas”.

Clasificación:

 Seducción presunta:

La ley presume juris et de jure que la víctima, por su inexperiencia, cede seducida por la
propia naturaleza del acto.

 Seducción real:

El autor debe lograr el acceso engañando o persuadiendo a la víctima, debiendo probarse


el engaño o la persuasión.
En el artículo anterior, se exigía la seducción presunta; era de suponer que de la
honestidad de una mujer que accedía al trato sexual, a una determinada edad, podía
presumirse la seducción.

El sistema actual:

Exige la seducción real, prevé que el autor realice las conductas típicas aprovechándose de la inmadurez
sexual de la víctima”. Exige además, que el juez, para verificar si existió aprovechamiento o no, investigue
los medios de que se valió el autor en la realización de la conducta típica (por ejemplo, promesa de
matrimonio, engaños, etc.).

Recobra validez el consentimiento de la víctima, aunque sea “inmadura sexualmente”, si el autor no se


aprovecha de ella. En el sistema anterior se le imponía un deber de abstención total a la víctima.

 El aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima:

Aprovecharse, es sacar partido o utilizar ventajas propias de una situación de hecho, que en el caso
concreto del ilícito es la inmadurez sexual de la víctima, sumada a la mayoría de edad del autor.

El aprovechamiento debe manifestarse a través de conductas tendientes a lograr el consentimiento de la


víctima (fraude, engaño, etc.).

Inmadurez significa inexperiencia, y si le añadimos el calificativo sexual debe entenderse como


inexperiencia, desconocimiento, falta de hábito en las relaciones sexuales.

Villada sostiene que el sujeto pasivo debe carecer de conocimiento y práctica de carácter sexual; por
ende, si hay soltura es decir, experiencia, quedaría la situación fuera del tipo.

Advierten Gavier y Buompadre que el término “inmadurez sexual” es una expresión impropiamente
utilizada por la ley, teniendo en cuenta que el término inmadurez, en su acepción jurídico-penal, alude a la
falta de desarrollo de las facultades intelectuales como para comprender la naturaleza de los actos
realizados por el autor, y que el límite entre la madurez y la inmadurez sexual fue fijado por la propia ley a
los 13 años: a partir de esa edad podría hablarse de ingenuidad o inexperiencia sexual pero no de
inmadurez.

Como es un elemento del tipo, la inmadurez no se presume, deberá ser probada por la acusación, y de
acuerdo a la sana crítica.

La jurisprudencia, violando el principio de legalidad sostuvo que si la víctima es mayor de trece, pero
menor de 16 y además es inmadura sexualmente, la conducta es típica. Sin embargo si dicha víctima, es
madura sexualmente, la conducta es atípica.

Medios para aprovechar la inmadurez sexual:

o Mayoría de edad del autor:

Tenca sostiene que tal requisito típico deviene en consecuencias absurdas. Así por ejemplo: si una
chica de 15 años sin experiencia sexual tiene relaciones carnales con un compañero de colegio de
17 años, no comete delito alguno. Por el contrario, si el hombre tiene 19 años, se consumaría el
tipo analizado.

¿Puede el Estado imponerle a un adolescente con quién tener su primera relación sexual o, mejor
dicho, con quien no tenerla? ¿Puede digitar la conducta sexual de los jóvenes?

Más allá de la respuesta negativa, parece ser que ésa no fue la finalidad de este artículo.

En primer lugar, existe una contradicción entre manifestar que en la actualidad la vida sexual de
los adolescentes comienza a edades más tempranas, y no obstante ello, elevaron la edad de 15 a
16 años.

o Relación de preeminencia respecto de la víctima u otra circunstancia equivalente:

Tenca dice que dichas relaciones son, ser ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano,
tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda.

Sin embargo, la jurisprudencia entiende que el art.120 remite a aquellos ámbitos de relación en
donde no existe una situación de prevalencia del autor como los señalados en la norma, y puede
darse por un especial afecto o un temor que un menor sienta por una persona a la que no está
subordinada jerárquicamente en el ámbito laboral, escolar u otro, pero que le otorga ventajas.

Consentimiento:
La víctima tuvo que haber prestado su consentimiento, porque de lo contrario se desplaza al artículo 119.

Tipo subjetivo:

El dolo del autor consistirá en el conocimiento que posea de los elementos que conforman el tipo objetivo:
inmadurez sexual, mayor de 13 pero menor de 16, y la voluntad de realizar tal conducta.

El dolo del autor consiste en querer acceder sexualmente a la víctima, sabiendo la edad y agregando un elemento
subjetivo que consiste en hacerlo mediante la seducción, o como dice la ley, el aprovechamiento de la inmadurez
sexual del sujeto pasivo.

No se admite otro dolo que no sea el directo.

Casos de error:

Puede ser que el autor actúe con error respecto a la edad de la víctima, creyendo que era mayor de 16, o de su
inmadurez sexual. En tal caso, habrá un error de tipo, situación que aunque sea vencible, excluirá el dolo al no
existir la figura imprudente.

Consumación y tentativa:

El estupro se consuma con alguna de las formas de comisión previstas en el tipo penal.

- En el gravemente ultrajante: la consumación coincide con el contacto corporal;

- en el acceso carnal: el delito se consuma con el acceso carnal.

El coito interruptus (retiro del pene antes de la eyaculación) supone ya la consumación delictiva.

La fellatio in ore y el cunnilingus, se encuadran en el artículo 119, 2 párr.

El coito inter femora (cuando el miembro viril permanece entre los muslos en contacto con los labios mayores
externos, pero sin penetrar en el interior de la vulva) encuadra en el artículo 119 3° párrafo, como una tentativa
punible.

Así habrá tentativa cuando el autor comienza a realizar actos inequívocos de ejecución, pero no los consuma por
circunstancias ajenas a su voluntad.

Admite la tentativa.

Concurso de delitos:

Esta figura, puede concursar con otros delitos. Las lesiones leves, son absorbidas por el tipo mayor, en cuanto sean
la derivación propia del abuso sexual.

Si dicho abuso es precedido por el rapto de la menor, ambos delitos que representan dos hechos distintos e
independientes, concurrirán realmente.

Acción penal:

Es un delito de acción pública, dependiente de instancia privada.

Sin embargo, se procederá de oficio cuando el delito fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor ni
guardador, o que lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador.

En el caso de existir intereses contrapuestos entre aquéllos y el menor, el fiscal podrá actuar de oficio, si así
resultare más conveniente para el interés superior del menor.

Se contemplan en este caso situaciones en las que el incapaz y su representante tengan intereses contrarios, que
sin embargo no provengan de un actuar delictuoso por parte de éste último (ejemplo: el caso de la madre que no
pueda, no quiera, o tenga miedo, o si el representante no puede denunciar, por su relación de parentesco con el
autor).

Artículo 132:En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1° párrafo, y 130 la víctima podrá
instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o
privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas.

Entendemos que deberá intervenir el fiscal en virtud de la existencia de intereses gravemente contrapuestos.

Pena:

Reclusión o prisión de 3 a 6 años.


Agravantes:

La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias previstas en los
incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.

También es aplicable la agravante del artículo 124 cuando resultare la muerte de la persona ofendida.

Dado que la base del delito es el aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima, lo injusto del hecho es
más grave cuando alguna de las personas que se nombran en los incisos respectivos realiza el acto, ya que se
vale de la posición o la condición que tiene frente a la víctima.

En la agravante por muerte o lesiones, está claro que se exige dolo, había cuenta que la situación no se puede
lograr por medio de la violencia. La muerte será siempre un homicidio que concurrirá realmente con este delito de
“estupro”.

C) AGRAVANTES DEL ABUSO SEXUAL.

AGRAVANTES DEL 2° Y 3° PÁRRAFOS DEL ART. 119 (ART. 119, 4° PÁRR.).

En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho a veinte años de reclusión o prisión si:

a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;

b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de
algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;

c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere
existido peligro de contagio;

d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;

e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus
funciones;

f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia
preexistente con el mismo.

AGRAVANTES
Por el resultado producido a) Grave daño en la salud de la víctima.
  b) Muerte de la persona ofendida (art.124)
   
Por el parentesco con la víctima a) Ascendiente.
  b) Descendiente.
  c) Afín en línea recta.
  d) Hermano
   
Por la calidad del autor a) Ministro de algún culto reconocido o no.
  b) Personal perteneciente a las fuerzas
  policiales o de seguridad.
   
Por la existencia de ciertos deberes a) Tutor.
Especiales b) Curador.
  c) Encargado de la educación.
  d) Encargado de la guarda.
   
Por la patología del autor Portador de una enfermedad de transmisión
  sexual.
   
Por el número de autores Dos o más personas.
   
Por el medio empleado Con armas
   
Por la edad y situación de la víctima Convivencia con un menor de 18 años.
Por el resultado producido:

a) Grave daño en la salud de la víctima:


Para Núñez el daño se refiere al tipo penal de los artículos 90 y 91, esto es, a las lesiones graves y
gravísimas, debiendo ser un perjuicio de serias consecuencias.
Para Creus únicamente quedan excluidos de la agravante y absorbidos por el tipo penal los daños
estructurales que carezcan de influencia fisiológica, aunque sea temporal, o los que tienen escasa
importancia.

Es necesario que el daño en la salud no forme parte de los designios del agente, la voluntad dirigida a ese
evento cambiaría el título de la figura.

La ley 25.087 ha incorporado como agravante el grave daño a la salud mental de la víctima, lo que deberá
ser entendido como un plus mayor al normal daño que se ocasiona habitualmente al sujeto pasivo.
Es el trauma inmediato que tiene el sujeto pasivo, que se traduce en problemas graves de conducta.

b) Muerte de la persona ofendida (art. 124):


Se agravan los tres tipos de abusos contenidos en el artículo 119 y en el 120, en los casos en que resultare
la muerte de la persona ofendida.

La agravante que conlleva la muerte sólo contempla los casos en que haya existido en el autor dolo
indirecto o eventual.

En cambio, cuando el autor seleccionó el abuso sexual como medio para matar a la víctima, no habrá
agravante, sino ambos delitos (abuso sexual en cualquiera de sus formas en concurso real con el
homicidio).

Cuando la muerte es el medio para conseguir la consumación del hecho típico del modo que lo quiere el
autor, aquél concurrirá con el homicidio calificado en el artículo 80 inc.7, siempre que la violación se
produjera por ejemplo cuando la víctima estuviere agonizando.

Si se mata a la víctima para preparar, facilitar o consumar el abuso, en realidad éste no se consumará
(sería un caso de necrofilia) (art. 80 inc.7).

La ley modificó el artículo 124 del C.P. quedando redactado de la siguiente forma:
“Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los casos de los artículos 119 y 120 resultare la
muerte de la persona ofendida”.

Para que se dé la agravante es necesario que exista una relación de causalidad entre la conducta del autor
y el resultado muerte, de modo que se pueda imputar a la acción del autor el resultado de la muerte,
desde un punto de vista objetivo. En síntesis, debe ser una consecuencia del abuso sexual.

Por el parentesco con la víctima:

Se agravan cuando el hecho es cometido por un ascendiente, descendiente, afín en línea recta, o hermano de la
víctima.

El vínculo de consanguinidad no tiene límite de grado, quedan abarcados el hijo legítimo extramatrimonial, hijo
adoptado legalmente.

En cuanto a los hermanos, no se distinguen entre bilaterales o unilaterales.

Soler y Creus sostienen que la agravante proviene del carácter incestuoso de la relación.

Núñez: lo motiva en la infracción a una obligación de resguardo sexual proveniente del vínculo parental.

El hecho de que el autor no conozca el vínculo que lo unía a la víctima, lo hace encontrarse ante un error de tipo
que elimina el dolo de la figura agravada, sin perjuicio que queden subsistentes los tipos penales del primero,
segundo y tercer párrafo.

Por la calidad del autor:

c) Ministro de culto reconocido o no:


La ley ha tenido en cuenta no sólo la inobservancia de atender a la asistencia espiritual o al cuidado de la
víctima, sino también la particular situación en que ésta pueda encontrarse respecto del autor, lo cual
puede favorecer su actividad tornándola por ello más peligrosa para el bien jurídico protegido.
La nueva legislación ha reemplazado la vieja expresión “sacerdote” por la de “ministro de algún culto
reconocido o no”; queda comprendida en la agravante cualquier actividad ministerial religiosa, de
cualquier jerarquía, careciendo de importancia el que haya sido o no reconocida por el Estado.
El fundamento:
- Soler-Ure: debía buscarse en la relación de confianza y respeto que deriva de la calidad de sacerdote,
que genera un vínculo de índole espiritual o religiosa entre el autor y la víctima.
- Núñez-Gavier: reside en la violación del deber de moralidad y honestidad que le imponía al autor su
calidad de sacerdote en sus relaciones con cualquier persona.

Debe tratarse de una conducta abusiva, vale decir, que el autor se prevalezca o aproveche de su condición
de sacerdote.

d) Personal pertenecientes a las fuerzas policiales o de seguridad:


Es una calificante novedosa.
Son fuerzas policiales la Policía Federal Argentina y las policías provinciales.
Son fuerzas de seguridad: Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina y la Policía de Seguridad
Aeroportuaria.

Para la configuración de la agravante, sus miembros deben haber abusado sexualmente del sujeto pasivo
“en ocasión de sus funciones”, mientras se encontraban cumpliendo algún acto o procedimiento dentro
de su competencia funcional y territorial.

Tenca encuentra dos razones para esta agravante:


o La mayor indefensión de la víctima cuando el autor opera como miembro de alguna de esas
fuerzas.
o Desde el punto de vista institucional, la mayor gravedad que significa que aquellas personas a
quienes el Estado les confiere la tarea de brindar protección y seguridad a los ciudadanos, se
aprovechen de ella para cometer esta clase de delitos.

Entendemos que la agravante tiene su motivo en la situación de preeminencia en que se encuentra el


agente de seguridad respecto al simple ciudadano.

Por la existencia de ciertos deberes especiales:

La nueva fórmula ha incluido expresamente al tutor y al curador.

En todos los casos el fundamento de la agravante buscarse en la violación de los deberes particulares inherentes al
cargo o a las obligaciones asumidas voluntariamente por el autor.

e) Tutor:
Es aquel a quien la ley confiere el derecho para gobernar la persona y bienes del menor de edad, que no
está sujeto a la patria potestad, y para representarlo en todos los actos de la vida civil.

f) Curador:
Es quien administra los bienes al mayor de edad, declarado incapaz.

g) Encargado de la educación:
Es la particular relación del agente con la víctima la que la ley ha tenido en cuenta para fundar la mayor
punibilidad. El especial fundamento es por las obligaciones que éste asumió voluntariamente.

Núñez: no es indispensable que el autor cometa el delito abusando de la función, pero sí que exista una
concreta vinculación con el sujeto pasivo en virtud de la función que respecto de él cumple el agente: así
el maestro caerá en la agravante si viola a una alumna del colegio en que enseña, y no de cualquier otro
colegio.

Es quien tiene a su cargo la tarea de instruir o corregir al sujeto pasivo, formando su personalidad en un
ambiente de estudio, aunque no tenga como tarea específica enseñar una materia (preceptores).

Quedan excluidas las relaciones de enseñanzas ocasionales, como las conferencias o cursos breves.
Por tanto si quedan incluidos, los maestros de escuela primaria, secundaria y universitaria; institutrices,
preceptores, maestro particular.

h) Encargado de la guarda:
Es aquel que de modo regular (el simple encargo momentáneo de vigilancia no está comprendido), debe
cuidar a una persona por convención u oficio (director del hospital de enfermos mentales) o por una
situación de hecho, atendiendo sus necesidades, aunque no viva con ella, y se trate de un encargo que no
se desempeñe con continuidad (acompañar a un menor a un largo viaje).
La relación de la guarda también puede proceder por una vía no directa, mediando la relación del autor
con un tercero. Así la jurisprudencia ha reconocido la calidad del concubino que asume funciones de jefe
de hogar, respecto de los hijos de la concubina.
Tampoco la ley pone como requisitos la permanencia o temporalidad de la guarda.

Por la patología del autor:

Se agrava el delito cuando el autor sabiéndose portador de una enfermedad de transmisión sexual (sífilis, herpes
genital, sida, etc.) lleva a cabo la acción típica, poniendo en peligro la salud de la víctima.

La agravante contempla dos circunstancias que deben concurrir en una única conducta. Esto es: que el autor lleve
a cabo el abuso sexual contemplado en el segundo y tercer párrafo, conociendo que es portador de una
enfermedad grave, y que , por el modo en que lleva a cabo el acceso carnal, pueda producir el contagio sin
necesidad de que este resultado se produzca.

Se trata de un delito de peligro concreto, de modo que el bien jurídico salud debe haber corrido realmente el
riesgo. Se deduce que la sola portación de la enfermedad no alcanza para agravar los tipos.

El motivo de la agravante se da porque además del atentado a la integridad sexual de la víctima, el autor,
despreciando la salud del sujeto pasivo, actúa de igual forma.

Señala Tenca que al ser esta figura de peligro concreto mal puede concurrir con el artículo 202 del Código Penal, y
el artículo 18 de la ley 12.331, al ser estos delitos de resultado.

Pandolfi se manifiesta contrariamente, quien considera que en principio habrá concurso aparente de leyes con la
normativa citada.

Por el número de autores:

Se prevé la agravante cuando el hecho fuere cometido por dos o más personas.

La razón de la agravante radica, en el estado de indefensión de la víctima, ya que no es lo mismo defenderse de un


agresor que de varios.

No es necesario que todos los partícipes tengan acceso carnal, basa con que otros concurran a la ejecución
material del evento, no solamente a su auxilio o preparación, no siendo necesario que todos sean plenamente
responsables, ya que la incapacidad de alguno no hace variar el hecho.

Una ayuda remota o distante que sólo facilite la comisión del acto por una sola persona, como prestar una
habitación, y participaciones similares no importan verdaderos actos de ejecución y no pueden ser causales de
agravamiento, por la ausencia de dos o más personas en esa ejecución.

En cuanto al número de personas que deben intervenir, con anterioridad a la reforma de la ley 27.087 existían
diferentes posturas toda vez que el texto utilizaba la expresión “concurso de dos o más personas”.

- Soler y Fontán Balestra: sostenían que bastaba con que el autor fuera ayudado por otra persona, el verbo
“concurrir” comprendía tanto al autor como a los cómplices, cuando el delito fuera cometido por varias personas.

- Núñez: decía que eran tres personas en total, el sujeto que accede carnalmente, más dos personas más.

La posición de Soler y Fontán Balestra ha sido la escogida por el legislador. Entonces, se agrava el abuso si por lo
menos dos personas lo llevan a cabo, ya sea ambos en calidad de autores, ya sea como autor y cómplice.

Por el medio empleado:

Se agravan las figuras del 119, si el autor utilizó armas para su ejecución. El fundamento reside en la mayor
penalidad para la vida de la víctima.

El legislador entendió que la incorporación de armas, así como el caso de la pluralidad de autores, también tiene
relación con un aumento de la violencia por parte de los sujetos activos y el peligro adicional para la víctima que
de ese uso se deriva.

No es lo mismo una violación cometida con armas, en la cual el peligro para la vida de la víctima es evidente y
manifiesto, a la cometida sin armas.

Armas: todo objeto o instrumento, medios o máquinas destinados a ofender o a defenderse. Por lo tanto arma es
todo elemento capaz de aumentar el poder ofensivo del autor.

Esto incluye a las armas propias e impropias. Pero no será arma el arma de fuego descargada que no funcione, que
sea de juguete, ya que no existe un real peligro para la víctima.
Como el legislador modificó este punto en cuanto a las armas, agregando el artículo 166 del C.P., qué se entiende
por armas, aunque carezca de capacidad para el disparo, al no modificarse esta parte de la ley es más que claro
que sólo el arma apta para el disparo o para ser usada como tal agrava el tipo penal.

Deberá exigirse un uso efectivo del arma como tal, como amenaza directa a la víctima por lo que no basta para
configurar la agravante el llevar un arma, o su mera exhibición, en la cintura, el bolsillo o adentro de una bolsa, sin
perjuicio de que la conducta se adecue a las figuras básicas de abuso.

Por la edad y situación de la víctima:

La agravante requiere dos condiciones, que sea contra un menor de 18 años y que se aproveche de la situación de
convivencia preexistente.

Debe hacerse notal el mal español usado por nuestros legisladores, ya que han utilizado “mismo” como
sustantivo, cuando no es exacta esta utilización. Parecería decir la norma que este “mismo” es el menor de 18
años.

Quedan comprendidos en esta agravante aquellas personas que, si bien mantienen una convivencia estable con el
grupo familiar, no cumplen funciones de guarda o cuidado de la víctima: por ejemplo: hijastros, parientes que
viven bajo el mismo techo, el personal doméstico, etc.

El sujeto activo debe ser mayor de 18 años, debe conocer la edad de la víctima y debe convivir con ella, de modo
efectivo, al momento del hecho.

En este caso se prevé el aprovechamiento de la situación de cercanía y las consecuentes facilidades que le otorgan
al sujeto activo esta proximidad y la relación de confianza con el menor de 18 años.

AGRAVANTES DEL ABUSO SEXUAL DEL 1° PÁRRAFO (ART. 119, 5° PÁRR.).

“En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión si concurren las
circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f)."

a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;

b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de
algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;

d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;

e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus
funciones;

f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia
preexistente con el mismo.

ABUSO SEXUAL DE LOS ARTS. 119 Y 120 SEGUIDO DE LA MUERTE DE LA VÍCTIMA (ART. 124 DEL C.P.). ELEMENTO
SUBJETIVO.

“Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los casos de los artículos 119 y 120 resultare la muerte de la
persona ofendida”.

Donna sostiene que la agravante que conlleva la muerte sólo contempla los casos en que haya existido en el autor
dolo indirecto o eventual.

Para que se dé la agravante es necesario que exista una relación de causalidad entre la conducta del autor y el
resultado muerte, de modo que se pueda imputar a la acción del autor el resultado de la muerte, desde un punto
de vista objetivo. En síntesis, debe ser una consecuencia del abuso sexual.

Algunos sostienen que se trata de un resultado preterintencional no conectado subjetivamente al autor. La


muerte de la víctima es un acontecer culposo que no estuvo previsto en los designios del agente, ni siquiera como
resultado probable.

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