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Psicología en línea

Trabajo Social en línea


Alfabetización Informacional

Profesor Autor:

Kepler Ribadeneira Aroca

Titulaciones Semestre

 Psicología Primero
 Trabajo Social Segundo

Tutorías: El profesor asignado se publicará en el entorno virtual de aprendizaje


online.utm.edu.ec), y sus horarios de conferencias se indicarán en la sección CAFETERÍA
VIRTUAL.

PERÍODO MAYO 2020/ AGOSTO 2020


Índice

Unidad 1. LAS NECESIDADES DE INFORMACIÓN ..................................................... 2


Tema 1: Alfabetización informacional .................................................................... 2
ALFIN para escribir en la universidad .................................................................... 2
Competencias más allá de googlear ...................................................................... 4
Tema 2: Las necesidades de información ............................................................... 7
Concepto de necesidades de información ............................................................ 7
Caracterización de las necesidades de información .............................................. 9
Tema 3: Los recursos de información ................................................................... 13
Recursos para la búsqueda de información ........................................................ 14
Tema 4: Las fuentes de información .................................................................... 16
Tipologías de las fuentes de información ............................................................ 16
Fuentes primarias ............................................................................................... 16
Fuentes secundarias ........................................................................................... 18
Fuentes híbridas o mixtas ................................................................................... 18

Este compendio recoge textualmente documentos e información de varias


fuentes debidamente citadas, así como referencias elaboradas por los autores
para conectar los diferentes temas.
Se lo utiliza únicamente con fines educativos.
Elaborado por: Jeovanny Benavides Bailón, Kepler Ribadeneira Aroca
Alfabetización Informacional
Resultado de aprendizaje de la materia: Contribuir a la formación personal
y académica con propósitos profesionales, poniendo énfasis en la
importancia de la materia en desarrollo de la ciencia y la academia para
beneficio de la sociedad del siglo XXI.

Unidad 1. Las necesidades de información


Resultado de aprendizaje de la unidad: Identificar la necesidad informativa,
así como las fuentes y tipos de servicios para dar respuesta a la misma.
Tema 1: Alfabetización informacional
El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación supone
un incremento constante, exponencial en la cantidad de información que circula en
internet, el principal y, en algunos casos, tal vez el único medio usado para satisfacer una
necesidad informativa. Día a día, una diversidad de personas sin importar su estatus,
ideología, edad, sexo, ubicación geográfica, sube en conjunto un caudal abrumador de
datos que pondría de cabeza a cualquier investigador que desconozca los fundamentos
de la Alfabetización Informacional.

La disciplina Alfabetización Informacional, también conocida como ALFIN o


Information Literacy, cobra año a año mayor importancia en los colegios y universidades
del mundo debido a que prepara a los estudiantes en los procesos de búsqueda,
recuperación, evaluación y uso ético de la información que requieren para argumentar sus
trabajos académicos o sus investigaciones. Es una disciplina necesaria entre las
sociedades de la información, de camino a la sociedad del conocimiento.

ALFIN para escribir en la universidad


Escribir en la universidad puede representar un verdadero desafío para un
estudiante de nuevo ingreso. Por un lado se encuentra con una diversidad de géneros
discursivos que son propios del ámbito académico (sobre estos nos ocuparemos más
adelante, en la cuarta unidad) y por lo tanto ajenos, desconocidos, insondables debido a
la complejidad de sus lógicas discursivas. Por otro, se les exige unas habilidades
específicas para encontrar en entornos infopolucionados la información precisa con la cual
darán autoridad a sus trabajos académicos.

En la universidad del Siglo XXI estar alfabetizado informacionalmente es un


requisito sine qua non para desenvolverse en cualquiera de las comunidades discursivas
propias de la academia. Va más allá de las competencias culturales de saber leer y escribir
(alfabetización), para consolidar habilidades informáticas y cognitivas que le permitan al

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investigador delimitar su necesidad informativa, pero además realizar búsquedas precisas
de datos con su posterior recuperación, evaluación y uso ético de estos.

Aunque suene peyorativo, el analfabetismo digital podría suponer una serie de


barreras que impida a las personas insertarse en la sociedad de la información, o por el
contrario ser arrastrada por el caudal de datos que circula en la web o ceder a un poder
fáctico (control de la memoria) su autonomía en la toma de decisiones con graves efectos
para sí misma y su comunidad. Por ejemplo, el rumor sobre una protesta en su localidad
va a afectar de manera distinta a una persona que no confronta la información que a otra
que acude a canales acreditados y que tiene contexto referencial sobre lo que pasa en su
área geográfica. Para dimensionar lo expresado, Area y Guarro (2012) señalan que “la
gran paradoja del tiempo actual es que a mayor cantidad de producción y difusión de
información se incrementa la confusión o si se prefiere la ignorancia”, por tanto es
indispensable que las personas sepan diferenciar la información útil de la que no lo es.

Una investigación en progreso realizada a estudiantes de nuevo ingreso de esta


universidad permite ver, entre otras cosas, que las principales fuentes de información de
los estudiantes son las sugerencias que proponen los algoritmos del motor de búsqueda
de Google, la mayoría de las cuales son descartables porque no acreditan la calidad y
objetividad del contenido. Fuentes como Wikipedia, Yahoo respuestas, Slide Share,
Prezzy, Monografías.com, Rincón del Vago, entre otras fábricas de ensayos y sitios de
edición colaborativa son recurrentes en los trabajos. En la educación superior, los textos
que se basan en información de estos sitios por lo general reciben evaluaciones negativas
de los profesores.

Los procesos de alfabetización informacional conciernen a los estudiantes que


están en la obligación de aprender a comunicarse en su área disciplinar. Implican también
a los profesores que deben guiar a sus estudiantes por los complejos contextos de la
difusión de la información científica y a las autoridades que deben establecer como política
la necesidad de alfabetizar informacionalmente a los integrantes de la comunidad
universitaria.

ALFIN, como lo plantea José Gómez Hernández, no pretende que los usuarios se
adapten a las normas de las bibliotecas, archivos, museos u otra unidades de información.
Más bien aspira a que las personas adquieran una serie de habilidades de trabajo

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autónomo como parte de unos procesos con tiempos articulados, continuos, indefinidos
encaminados a la “evaluación de los recursos, comprensión, utilización y comunicación
de la información. Es decir, para usar la información en la toma de decisiones o generar
conocimiento hay que entrar en habilidades cognitivas, e incluso en aspectos éticos”
Gómez Hernández (2007). La Alfabetización Informacional es voluntaria, los progresos
dependen del interés que tenga cada persona para avanzar.

Una de las quejas frecuentes de los profesores universitarios alude a que los
estudiantes no saben encontrar información y si la encuentran no saben qué hacer con
ella. El lamento, en parte, puede deberse a que el profesor no ha asumido compromisos
pedagógicos con base en la Alfabetización Académica o que en realidad en el nivel
educativo medio no lo hayan motivado a investigar en sitios acreditados, además de que
en la educación media la información viene en unos textos sobre los cuales no hay
muchas posibilidades para cuestionarlos. Aunque los progresos de un estudiante
dependen del empeño, la motivación y la voluntad de cada quien para aprender, ALFIN
promueve la cooperación en la construcción de nuevo conocimiento y el cuestionamiento
a ese conocimiento, es decir un estudiante escasamente alfabetizado se verá obligado a
insertarse en la comunidad discursiva motivado por un grupo que empieza a generar unos
textos, orales o escritos, atravesados por el pensamiento crítico.

Escribir en la universidad es un reto que pronto, a medida que el estudiante se


alfabetiza (informacional y académicamente) se convierte en una oportunidad para
comunicar los principales hallazgos de sus investigaciones o reflexiones argumentadas
con fundamento en la ética y el ejercicio de su libertad de expresión. Aspectos como el
estilo de citación de los textos, o el dónde buscar y con qué recursos buscar o procesar
la información pasan a un segundo plano porque el estudiante ya los ha interiorizado y
ahora su prioridad será encontrar las ideas, propuestas, teorías, contribuciones,
resultados de investigaciones que por su fuerza le den autoridad a su discurso en ciernes.

Competencias más allá de googlear


La mayoría de personas expertas o no en encontrar información en internet utiliza
los servicios “gratuitos” que ofrece el potente motor de búsqueda de la compañía Google,
perteneciente al gigante tecnológico Alphabet. Tan extendido está el uso del buscador

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que se ha acuñado el verbo googlear como sinónimo de investigar. Googlear no es
sinónimo de investigar, ni siquiera lo es de buscar. Colocar una frase o una palabra en el
motor de búsqueda y conformarse con los resultados que le entregan sus algoritmos está
muy distante de un proceso con objetivos definidos y metodología que implique hallar
contenido acreditado para luego procesarlo y usarlo en un discurso académico. Saavedra
y Alamillas (2017) lamentan que todavía haya estudiantes que confíen plenamente en los
primeros resultados (el top de google) y que utilicen esos contenidos para distintos
trabajos incluso tesis.

La búsqueda de información es parte de un proceso que requiere afinar algunas


destrezas informacionales y cognitivas. Por un lado está el manejo de la tecnología que
obliga al uso de buscadores especializados y la utilización de un lenguaje de interrogación
(palabras, signos o frases, órdenes, operadores y estructuras) que reduzca el ruido y el
silencio documental. Por otro, la capacidad del estudiante para evaluar la pertinencia de
la información encontrada y elaborar nuevo conocimiento.

Desde la Alfabetización Informacional se multiplican las experiencias para generar


aprendizajes significativos entre los estudiantes quienes hacen de la información la
materia prima con la que tratan solucionar los problemas que les plantean sus maestros.
Al respecto, Area y Guarro (2012) proponen cinco fases de un proceso de aprendizaje
competente en información sobre lo cual, de manera implícita y explícita, hemos propuesto
en este recorrido por los principios de ALFIN.

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Tabla 1

Fases del proceso de elaboración y desarrollo del aprendizaje competente en información

1. Detectar la necesidad Ante una situación problemática ¿qué


de información información o datos son necesarios?

2. Acceder a la ¿Dónde está la información? ¿Cómo se accede


información a ella?

3. Analizar, seleccionar e ¿Es útil y pertinente la información encontrada?


interpretar la información ¿Qué aporta de interés para resolver las necesidades
planteadas? ¿Qué significado y valor tiene?

4. Reelaborar y ¿Qué conclusiones se pueden extraer? ¿Cómo


representar el conocimiento representar lo aprendido? ¿Con qué formato y/o
lenguaje se pueden expresar?

5. Difundir y compartir el ¿Dónde y con qué medios y recursos se puede


conocimiento a través de publicar y difundir el conocimiento elaborado? ¿Cómo
múltiples fuentes y tecnologías interaccionar e intercambiar ese nuevo conocimiento o
información con otras personas?

Tomado de Area y Guarro, 2012

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Tema 2: Las necesidades de
información
Esta temática constituye uno de los fundamentos de la Alfabetización Informacional
por cuanto se considera que una necesidad de información es una brecha en el
conocimiento del ser humano y se constituye a partir de otras necesidades originadas en
los diferentes contextos de la experiencia y la acción. Estas necesidades de información
representan lagunas en el conocimiento actual del usuario y que deben ser suplidas de
alguna forma.

Concepto de necesidades de información


Hablar de necesidad implica tratar de explicar la complejidad de la ausencia o la
carencia de algo que puede ser sustancial para el bienestar de alguien o de algún grupo
pequeño o extendido. El diccionario de la Real Academia Española la define como la
“carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida” (RAE, 2020).
Una necesidad puede ir desde un asunto tan trivial como la ingesta de azúcar mediante
un caramelo para darle energía al cerebro o la visita a un templo o un psicólogo con el
propósito de aliviar un pesar. Una necesidad puede estar matizada por una serie de
situaciones de diversa índole que pueden implicar hasta la supervivencia. La carencia de
información o una brecha informativa se convierte en una necesidad con implicaciones en
la toma de decisiones o en la construcción de conocimiento.

Necesidad de información es un concepto más amplio que aquello que demandan


los usuarios. Una persona puede necesitar información que no sabe que existe e incluso
que no sabe que necesita. Line (1974) define necesidad de información como aquello que
un individuo debe poseer para la realización de su trabajo, su investigación, su realización
personal. Los estudios de necesidades de información se aplican a todas las áreas de la
ciencia, la tecnología y también en el entorno de las organizaciones. Los estudios de
necesidades de información se incluyen con frecuencia bajo la denominación genérica de
estudios de usuarios, entendidos como la investigación sistemática de las características,

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necesidades y conducta de los usuarios (reales y potenciales) y de los sistemas de
información.

Juan Calva González (2004), una autoridad en los estudios de los usuarios de la
información, reconoció el carácter peculiar de la necesidad de información, así como a la
actividad y las características socio-psicológicas como factores determinantes, al declarar
que las necesidades de información del usuario "...varían entre unos y otros, es decir, que
dependen del nivel de estudios, actividad que realiza y la propia motivación interna del
usuario". Sin embargo, en esta declaración, Calva González (2004) limita las
características del usuario a sus motivaciones internas y al nivel de estudios, pero excluye
muchas otras características de la personalidad mencionadas; tampoco, se refiere a las
condiciones objetivas y subjetivas para la realización de la actividad sino sólo a la
actividad.

Hernández Salazar (1993) estableció que las necesidades de información de un


individuo son aquellos conjuntos de datos que este necesita para cubrir un objetivo
determinado. Además de la estructura cognoscitiva del usuario, las necesidades de
información están influidas por:
 El nivel de experiencia sobre la disciplina de interés.
 El tiempo de experiencia en la disciplina.
 La actividad individual o grupal del usuario.
 Su persistencia.
 Su motivación.
 Su manejo del lenguaje.
 Su capacidad de análisis de la información.
 La disponibilidad de los recursos de información.
 El medio en el que se desarrolla el usuario: situación social, política y
económica de su entorno.

En esta definición, en primer lugar, se identifica a la necesidad con el objeto que la


satisface, más que con el estado interior de necesidad, con lo que se le puede clasificar
dentro del grupo de autores analizados, que no presentan a las necesidades como un
fenómeno interno sino en términos de aquellas acciones y recursos o cualidades de la
información necesitada. En cuanto a los determinantes, puede observarse la presencia de
algunas características socio-psicológicas entre las que resulta interesante que la autora

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apunta la actividad individual o grupal y la capacidad de análisis. También, reconoce a las
condiciones para la actividad, donde correctamente se ubica la disponibilidad de los
recursos de información y otras, de carácter más general, de orden social, político y
económico en el entorno. Se siente la ausencia, en esta definición, de la importancia de
las características de la propia actividad que realiza el usuario y de su estructura.

Caracterización de las necesidades de información


Jeckie, Pettigrew y Sylvain (1996) aseguran que la necesidad de información
emerge de situaciones pertenecientes a una tarea específica que está asociada con una
o varias funciones de trabajo desempeñadas por el profesional. Por tanto, una necesidad
de información no es constante y puede verse influenciada por una serie de factores. La
naturaleza de la profesión específica y aspectos como la edad, área de especialización,
ubicación geográfica y nivel profesional pueden influenciar la formación de la necesidad
de información.

Esta es también la forma en que Hernández Salazar (1993) interpretó el carácter


de las necesidades de información, lo que se evidencia en su definición: "... la necesidad
de información es una condición en la que cierta información contribuye al logro de un
propósito genuino. La necesidad de información es una relación que se establece entre la
información y el propósito de la información".

Calva González (2004) enunció que necesidades de información surgen en las


personas cuando se encuentran en una situación en la que requieren determinado
conocimiento. Es entonces, cuando el sujeto recibe un estímulo, que resulta en la
necesidad de información, la que el sujeto trata de satisfacer. De esta forma, las
necesidades de información son el resultado de los problemas que se le presentan al
individuo en una situación específica.

Por otra parte, es común el reconocimiento del carácter dinámico de las


necesidades. No puede hablarse de consenso en estos aspectos, porque existen
posiciones de autores significativos, cuyas definiciones enfatizan en el carácter subjetivo
e individual de las necesidades, es decir, que colocan en un primer plano muy fuerte, o
en único plano, a las características socio psicológicas del usuario como determinantes
de su necesidad de información y eliminan o reducen el alcance de la influencia de las

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acciones del usuario y de las condiciones objetivas, materiales y sociales en las que se
desarrolla su actividad. Las posiciones que asumen los diferentes autores, en relación con
el carácter de las necesidades y de sus determinantes, tienen su consecuencia y
evidencia, en la selección o identificación de los métodos y de las fuentes de información
que proponen para la investigación de las necesidades.

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Tema 3: Los recursos de información
Recursos de información son todos aquellos instrumentos o medios de cualquier
clase que maneja el profesional de la información para satisfacer las demandas y
necesidades informativas de los usuarios. Aunque se suelen confundir con las fuentes de
información, aquellos las engloban además de ser muy versátiles, cambiantes, se adaptan
con rapidez a las transformaciones tecnológicas.

Purificación Moscoso, de la Universidad de Alcalá, desarrolla el sintagma recurso


de información con la siguiente definición: “medios y bienes que permiten adquirir, ampliar,
precisar o comunicar conocimientos, con el fin de resolver una necesidad o llevar a cabo
una empresa” (Moscoso, 1998). Al distanciarlo de las acepciones inherentes a fuentes de
información, añade que entre sus principales características es que concibe a la
información como un bien; que depende de una tecnología que hace que la información
sea rastreable, accesible y recuperable, de hecho es la tecnología detrás del software y
de la interfaz que se le presenta al usuario la que hace eficientes sus procesos. Agrega
además que forma parte de un sistema como puede ser una biblioteca; que abarca
distintos tipos de fuentes, y que finalmente gestiona la información para ponerla a
disposición del usuario.

En los últimos años, como consecuencia del acceso generalizado a internet y la


forma como las personas reorganizan su cultura para insertarse en lo que la UNESCO
llama sociedad de la información, han proliferado los recursos y se han multiplicado sus
formatos con el objeto de evitar que las personas se pierdan en estos entornos
infoxicados.

Internet, con aproximadamente 4 500 millones de usuarios, genera escenarios de


incertidumbre debido al crecimiento exponencial de la información. Todos aportamos con
una gran cantidad de datos de manera directa cuando subimos un artículo, una foto, un
post en una red social, o de manera indirecta con el solo hecho de estar en el cyberespacio
leyendo, viendo videos o fotos, dando un clic, moviendo el cursor en todas las direcciones.
Hay tanta información que se necesita recursos informacionales para acceder con

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precisión a ella, frente a lo cual es fundamental que el estudiante universitario se plantee
las siguientes preguntas.
 ¿Cómo estamos gestionando la avalancha de recursos de
información?
 ¿Deberíamos conocerlos y tener acceso a todos?
 ¿Se trata de los mismos recursos con formatos o apariencias
diferentes?
 Recursos gratuitos frente a recursos de pago.

 En cuanto a las nuevas herramientas de la web social, ¿las estamos


usando como recursos de información?

En internet los recursos de información pueden gestionarse como catálogos


electrónicos, bases de datos, páginas web de organismos privados, gubernamentales o
del tercer sector que publican abundante información de interés colectivo. También están
en aplicaciones para teléfonos inteligentes en el propósito de facilitar el acceso del
investigador a sus fuentes. Por ello, es importante formar a los estudiantes y a los
docentes en los nuevos recursos, muchos de ellos de calidad y con contenido de gran
interés.

Recursos para la búsqueda de información


Hemos de considerar a la fuente de información como un instrumento o recurso
que sirve para suministrar un mensaje. La información constituye un flujo de mensajes
que se representan a través de muy diversas fuentes desde las de carácter informal,
orales, cibernéticas, pasando por las convencionales en papel. El problema que se plantea
es no sólo conocer esas fuentes sino aprender a valorarlas.

Identificar las fuentes especializadas es el paso inicial para elegir la de mayor


pertinencia al tema, tanto de acceso libre como los servicios de información y las bases
de datos a las que se tiene acceso a través de los servicios de las bibliotecas, permitirá
conocer qué tipo de fuentes están disponibles y será un orientador muy eficaz en cuanto
a los acceso gratuitos y de pago a través de la institución, en el caso de los estudiantes y
profesores es necesario insistir en el conocimiento y uso de estos servicios por la gran
cantidad de opciones disponibles en internet, en cuanto a las preguntas clínicas

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específicamente es común que las fuentes más completas sean adquiridas o suscritas por
la biblioteca, y en el caso de los diferentes servicios como son: colecciones electrónicas
en texto completo, bases de datos especializadas, guías de referencia, catálogos
electrónicos (Moncada, 2014).

Existe una gama de recursos y herramientas que posee Internet para realizar
búsquedas de información, entre las cuales se encuentran las siguientes:

 Motores de búsqueda: son sistemas que permiten la búsqueda de información en


la web. Cuentan con su propio índice de sitios o páginas registradas y tienen sus
propias políticas de organización y presentación de resultados. Ejemplo: Google.
 Metabuscadores: pueden considerarse "buscadores en buscadores". Son
herramientas que permiten realizar una consulta de información en diferentes
motores de búsqueda simultáneamente. No cuentan con una base de datos propia,
por lo que los resultados indicarán el buscador en que fue localizada la información.
 Directorios temáticos: son conjuntos organizados temáticamente de sitios y
páginas web. Algunos están respaldados por una asociación de educación, de
investigación o biblioteca.
 Catálogos en línea: son sistemas informáticos de acceso público que permiten la
búsqueda, consulta y visualización de los registros bibliográficos de una biblioteca.
 Bases de datos académicas: son sistemas integradores de grandes cantidades
de información científica, mucha de ella arbitrada. Hay bases de datos que ofrecen
el contenido de manera gratuita o mediante el pago por suscripción.

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Tema 4: Las fuentes de información
Las fuentes de información constituyen un concepto muy amplio. Se considera
fuentes de información a los materiales o productos, originales o elaborados, que aportan
información o testimonios a través de los cuales se accede al conocimiento. Todo aquello
que suministre una noticia, una información o un dato, que en definitiva, pueda transmitir
conocimiento, se considera una fuente de información. (jeroglífico, cerámica, cuadro,
partitura, fotografía, discurso, libro, tesis, etc.) También incluye los servicios, como las
bases de datos, instituciones y personas.

La información puede encontrarse en una gran diversidad de soportes. La escritura,


ha sido históricamente, el testimonio si no único sí fundamental sobre el que se ha
levantado nuestro conocimiento del pasado. Actualmente los soportes se han multiplicado
y junto con textos manuscritos o impresos encontramos también microfilms, microfichas,
cintas de audio y de video, soportes magnéticos, etc.

Las diferentes fuentes de consultan se relacionan su formato: un formato tradicional


impreso, un micro formato, un formato distribuido electrónicamente, como el CD ROM, o
suministrado electrónicamente en línea.

Tipologías de las fuentes de información


Hay diversas tipologías de las fuentes de información. Para este trabajo se
analizarán las fuentes de acuerdo con el nivel de información que proporcionan de
acuerdo con Line (1974).

Fuentes primarias
Contienen información nueva u original. Son la información resultante de forma
inmediata de la investigación a la práctica profesional. Son fuentes primarias: Patentes,
normas, tesis, actas de congresos, proyectos de investigación, publicaciones oficiales,

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publicaciones periódicas, monografías. No todos los autores consideran los libros
(manuales, monografías) como fuente primaria.

Calva González (2004) señala que el problema se deriva de establecer si la


información es nueva y original (y por lo tanto primaria) o procede de aportaciones
procedentes de otras fuentes, en cuyo caso debería considerarse secundaria. Unos
consideran que el libro es documento primario en base a que en él se encuentran junto
con información básica, nuevos puntos de vista sobre un tema o materia. Otros consideran
que el libro puede ser fuente primaria o secundaria según la vertiente del libro: - El libro
se puede considerar fuente primaria en el campo de las Humanidades, ya que en este
ámbito científico frecuentemente es el vehículo elegido por los investigadores para
comunicar sus avances. - El libro es fuente secundaria en el campo de la Ciencia y la
Tecnología, ya que sólo reestructuran conocimientos anteriores, y la información nueva y
original aparece en otros medios de comunicación científica.

Las fuentes primarias incluyen principalmente al libro (monografías) y a las revistas


convencionales (en cuanto a materiales documentales impresos se refiere). Como bien
se sabe, este tipo de documentos editados se constituye en el material bibliográfico de
mayor uso en los medios académicos.

Estos documentos registran la información que desarrolla contenidos científico –


técnicos, aunque no exclusivamente. Los libros generalmente cubren un tema en
particular (específico), el cual es abordado por el autor de una manera relativamente
completa. La obra en cuestión nos permite estudiar el tema o una parte de él sin tener que
esperar una publicación posterior y constituye la principal herramienta con que se cuenta
para poder aprender sobre un tema cualquiera, incluyendo los principios, teorías,
métodos, técnicas, normas, etc.

Los libros no se caracterizan por presentar información muy reciente, pues su


proceso de edición es demorado. La ventaja de estos medios, reside en que, aunque no
dicen todo lo referente a un tema, sí lo desarrollan con amplitud, estructura de contenido
y análisis.- Los principales ejemplos de estos documentos, además de los libros, son las
obras literarias, las tesis y los reportes de investigación.

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En cuanto a las revistas (publicaciones periódicas o seriadas), este medio de
difusión del conocimiento es el más reconocido de los documentos con finalidades
profesionales, académicas o científicas.

Las revistas se caracterizan por la intencionalidad de prolongarse en el tiempo. El


tratamiento que le dan a los temas tratados es más breve que el de las monografías, pero
en cambio su actualidad y novedad son mucho más acentuadas.

Fuentes secundarias
Son el resultado del análisis de las fuentes primarias. Son la información resultante
del proceso analítico-sintético de la información contenida en los documentos primarios.
Contienen datos e información organizada según esquemas determinados.

Cumplen dos funciones esenciales: 1.-como repertorios que facilitan la búsqueda y


recuperación retrospectiva de la información y 2.- como difusión selectiva de la
información. Ejemplos de documentos secundarios: Bibliografías, boletines de sumarios,
resúmenes, boletines de índices, catálogos de bibliotecas, bases de datos bibliográficas
referenciales.

Tienen como principal característica, las de informar sobre temas de interés en


diferentes contextos o conducir al usuario a la recuperación de información de su
preferencia. Ejemplo clásico de estas fuentes son los diccionarios, las enciclopedias, los
directorios, las bibliografías, los catálogos, los índices, los abstracts, etc.

A las fuentes de información secundaria también se les conoce como “Obras de


Referencia”, pues su intención no es la de ser leídas de tapa a tapa, sino proporcionar
datos puntuales de consulta rápida.

Fuentes híbridas o mixtas


Proceden del tratamiento de la información secundaria y a veces primaria. Sería el
caso de las bibliografías de bibliografías, las listas de encabezamientos de materias e
incluso los tesauros. Jeckie, Pettigrew y Sylvain (1996) señalan que tampoco hay
unanimidad en este apartado. Algunos autores las adscriben bien como secundarias

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(bibliografías de bibliografías) o bien como obras de referencia (tesauros,
encabezamientos de materias) y no reconocen la existencia de fuentes terciarias. Tienen
características bien específicas, como las siguientes:

a) Son consecuencia de las fuentes secundarias. Nacen para hacer frente a la


proliferación de los documentos secundarios. Ejemplos: bibliografía de
bibliografías, guías de obras de referencia, etc.

b) Reproducciones de documentos primarios. Ejemplos: fotocopias.

c) Contienen información original estructurada, de forma que el usuario pueda


utilizarla como un nuevo documento. No referencian la fuente de
información. Es como si fuesen documentos primarios en sí. Ejemplos:
diccionarios, tesauros.

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Referencias bibliográficas
Area, M., & Guarro, A. (2012). La alfabetización informacional y digital: fundamentos
pedagógicos para la enseñanza y el aprendizaje competente. Revista española de
Documentación Científica, 35, 46-74.
doi:http://dx.doi.org/10.3989/redc.2012.mono.977

Calva González, J. (2004). Las necesidades de información: fundamentos teóricos y


métodos. Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas de la UNAM.

Gómez Hernández, J.A. (2007). Alfabetización informacional: cuestiones básicas. Anuario


ThinkEPI, 43-50. http://eprints.rclis.org/8743/1/Anuario-ThinkEPI-2007-Gomez-
Hernandez-Alfin.pdf

Jeckie G, Pettigrew K, y Sylvain C. (1996). Modeling the Information seeking of


professionals: A general model derived from research on engineers, health care
professionals and lawyers. Libr Quart, 1(2):161-84.

Line, M. (1974). Draft definitions: information needs, wants, demands and use. Aslib
Proceedings nº 26.

Moncada, S. (2014). Cómo realizar una búsqueda de información eficiente: Foco en


estudiantes, profesores e investigadores en el área educativa. Investigación en
educación médica. 3. 106-115. 10.1016/S2007-5057(14)72734-6.

Moscoso, P. (1998). Reflexiones en torno al concepto recursos de información. Revista


General de Información y Documentación, 8(1), 327-342.

Real Academia Española [RAE] (2016) Necesidad. rae.es. https://dle.rae.es/necesidad

Saavedra Alamillas, C. (2017). Estrategias de búsqueda experta en Google. Práctica


Docente, 2(3), 133-136. https://bit.ly/2WhKPWj

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