ENTRE VALLES: CORRREDOR DEL TÚNEL ABURRÁ-ORIENTE

Fabián Hoyos Patiño. Profesor Asociado. Instituto de Estudios de Infraestructura. Programa de Maestría en
Ingeniería, Área Geotecnia, Facultad de Minas.
Universidad Nacional de Colombia, Sede de Medellín. fhoyos@unalmed.edu.co

RESUMEN
La evaluación hidrogeológica de los corredores de túneles es una actividad que frecuentemente es pasada por
alto en la etapa de diseño a pesar de que se conoce los serios efectos que puede tener la construcción de este
tipo de obras. En el caso del túnel Aburrá-Oriente ha sido preparado un estudio hidrogeológico completo
para la gestión de la licencia ambiental que, al mismo tiempo ha permitido refinar el programa de
construcción.
El corredor del túnel Aburrá-Oriente cruza un macizo de anfibolita fracturadas cuya permeabilidad estimada
al nivel de la excavación, con base en la densidad y orientación de las diaclasas y el espesor del techo, es del
orden de 10-6ms-1. Entre la superficie y el túnel mismo se encuentra una secuencia de ceniza volcánica, suelo
residual y roca fracturada, con acuíferos libres, parte de los cuales son salobres. El examen de conjunto del
sistema hidrogeológico da lugar a concluir que por encima del túnel se presentan dos sistemas de flujo
subterráneo: un sistema somero que depende directamente de la infiltración en el corredor y que alimenta los
acuíferos libres, y un sistema profundo en el que una parte importante del agua infiltrada en los Valles de
San Nicolás fluye hacia el Valle de Aburrá. La conclusión más relevante de este trabajo es que el efecto de la
construcción del túnel sobre el nivel freático y los caudales es menor que el efecto de las variaciones
estacionales de precipitación. El flujo esperado de agua hacia el túnel ocurrirá en su mayor parte a través de
un conjunto de fallas ya identificadas lo que permite proponer un sistema constructivo que minimice el flujo
y sus efectos negativos sobre las corrientes superficiales y en las actividades de la construcción.

ABSTRACT
Tunnel construction have usually serious consequences in the hydrogeological system of the corridor along
which are constructed. Nevertheless the hydrogeological evaluation prior to the construction of tunneling
schemes is usually bypassed. In the case of the Aburrá-Oriente Tunnel a complete hydrogeological
investigation has been done for sake of the environmental license; the conclusions of which allowed the
refinement of the construction schedule.
The corridor of the Aburra-Oriente Tunnel crosses a fractured amphibolite massif, with a estimated
permeability of 10-6ms-1. Over the tunnel itself, and above the massive amphibolite there is a sequence of
fractured rock, residual soil, and volcanic ash deposits. Unconfined aquifers, some of them with high salt
content occur in the residual soil and the fractured rock. The overall examination of the hydrogeological
system.

I. INTRODUCCIÓN superficial fueron agotadas en amplias áreas durante

La construcción de túneles puede tener serias
incidencias, temporales o definitivas, en el sistema
hidrogeológico del corredor a lo largo del cual se
excava. Las experiencias negativas en este campo
son frecuentes aunque no necesariamente sea así,
puesto que tales efectos dependen en gran medida
de la litología y estructura del macizo rocoso y del
espesor del techo de roca entre el túnel y la
superficie que varían de un proyecto a otro. Son
conocidos casos en los que las fuentes de agua
el período de construcción, así como casos en los
que el efecto fue imperceptible A pesar de ello no es
frecuente que en los proyectos de diseño y
construcción de túneles se incluya una evaluación
previa de las condiciones hidrogeológicas del
corredor y de los efectos que puede tener su
construcción sobre la existencia y flujo de las aguas
superficiales y subterráneas. De hecho, en los textos
de diseño y construcción de túneles las referencias a
las condiciones hidrogeológicas del corredor
generalmente son planteadas sólo en términos de los
efectos del agua subterránea sobre las condiciones
de construcción.
El proyecto del Túnel Aburrá Oriente comunicará
los Valles de Aburrá y San Nicolás, en la zona
central de Antioquia, incluyó una evaluación
hidrogeológica de su corredor con el objeto de
identificar los efectos que su construcción puede
tener sobre las aguas superficiales y subterráneas en
su área de influencia entre los portales oriental y
occidental. En este trabajo presentamos un resumen
del informe del estudio ordenado por la Concesión
Túnel Aburrá-Oriente y presentado a las autoridades
ambientales como elemento para la gestión y
aprobación de la correspondiente licencia ambiental.
En él presentamos el modelo hidrogeológico en el
área de influencia directa del proyecto, y en
particular en el corredor del túnel, conjuntamente
con los fundamentos teóricos y metodológicos de la
investigación y la información generada y
recopilada en desarrollo de la misma. Agradecemos
el apoyo prestado por los funcionarios de la
Concesión Túnel Aburrá Oriente, en particular a los
ingenieros Gonzalo Echeverri, Fernando Echeverri y
Mauricio Peláez y de los estudiantes del programa
de Maestría en Recursos Hidráulicos, Camilo
Municipio de
Medellín
10 0 10 Km
Municipio de
La Ceja
Figura 1. Localización del área del proyecto.
II. METODOLOGÍA
La metodología de trabajo comprendió
 la revisión sistemática de la literatura geológica,
hidrológica e hidrogeológica disponible sobre la
región.
 el reconocimiento geomorfológico del corredor
del túnel y de su entorno.
Múnera y del Programa de Maestría en Ingeniería,
Área Geotecnia, Daniel Arias en la ejecución del
estudio.
El área investigada comprende las cuencas de las
quebradas Santa Elena, Honda, Salazar (Sajonia),
Yarumal, hasta la cota 2200, de la quebrada
Espíritu Santo hasta su cruce con la vía Las Palmas -
Aeropuerto, en una extensión total de 42 km 2, y de
la Quebrada Santa Elena hasta la cota 2000. El área
de investigación fue definida con base en dos
criterios independientes: cubre las cuencas de las
quebradas que atraviesa el túnel, hasta la cota 2200
en la cuenca del Río Negro y hasta la cota 2000 en
la cuenca del Río Medellín, y se extiende a una
distancia de 2 km a ambos lados de su eje más allá
de donde se consideró, en una primera
aproximación, que puede alcanzar el efecto de la
construcción del túnel sobre las aguas superficiales;
estos criterios son en gran medida coincidentes y
han sido utilizados conjuntamente para definir el
cubrimiento de la generación de información y el
área donde se aplicarán los modelos numéricos. En
la Figura 1 se encuentra la localización general del
tramo proyecto que corresponde al túnel.
Municipio de
Marinilla
Municipio de
Rionegro Municipio de
Santuario
 el muestreo sistemático de los sistemas de
diaclasas en los afloramientos rocosos y la
localización georreferenciada de los
manantiales, pozos y humedales en el área
considerada relevante para el análisis
hidrogeológico, y la ejecución de sondeos
geoeléctricos a lo largo del eje del túnel.
 la elaboración de un modelo conceptual del
sistema hidrogeológico regional en su condición
 actual y de las modificaciones que puede
introducir la construcción del túnel.
 la elaboración de un modelo matemático del
flujo del agua subterránea en el macizo rocoso
entre los portales occidental y oriental del túnel
que considere diferentes condiciones de
revestimiento y diferentes programas de
construcción.
La información utilizada comprendió la cartografía
básica digitalizada a partir de las planchas del IGAC
a escala 1:10000, con curvas de nivel cada 20 m, la
información geológica y geotécnica recopilada y
generada en este mismo proyecto por Consultoría
Colombiana (1984) e Integral (2000), la localización
georreferenciada de 157 manantiales, pozos y
amagamientos, complementada con la información
de corrientes permanentes de agua de la cartografía
del IGAC, el levantamiento de información sobre la
orientación, y características de densidad, abertura y
relleno de 1830 diaclasas en 7 afloramientos
rocosos, 4 sondeos eléctricos verticales, con
configuración Schlumberger, a lo largo del eje del
túnel, 8 sondeos eléctricos verticales en el área
estudiada o cercanos a ella, y 38 registros de
composición isotópica del agua lluvia y de agua de
manantiales y quebradas en el área estudiada o
cercanos a ella. La información generada en los
sondeos eléctricos verticales fue modelada e
interpretada con ayuda del Software WINSEV 5.
Toda la información utilizada fue georreferenciada y
almacenada en archivos magnéticos.
La información recopilada y generada en esta
investigación ha sido evaluada en su conjunto para
preparar un modelo hidrogeológico regional que
sirve de fundamento a los modelos conceptuales y
numéricos utilizados en la evaluación de los efectos
de la construcción del túnel sobre el sistema
hidrogeológico. Con base en ella se ha construido un
mapa de isopiezas, mediante el programa SURFER
en su modo krigging, que representa la posición
generalizada de la superficie freática en la zona de
interés para el proyecto, y que sirve de nivel de
referencia para la evaluación dichos efectos de la
construcción del túnel.
En el balance hidrológico en superficie necesario
para evaluar el efecto de la construcción del túnel
sobre las aguas superficiales se consideró, por una
parte, la infiltración efectiva y, por otra, la descarga
a través del túnel en diferentes condiciones de
revestimiento y en diferentes etapas de la
construcción. El sistema hidrogeológico será
afectado localmente donde el balance entre la
infiltración efectiva del agua lluvia y la descarga a
través del túnel sea negativa. Puede aceptarse como
supuesto básico para el análisis que el régimen de
circulación de las aguas subterráneas puede ser
tomado como un flujo estacionario, dadas las
condiciones climáticas de la zona estudiada,
clasificada como bosque muy húmedo montano
bajo, las condiciones topográficas que facilitan los
procesos de infiltración en el terreno, la posición y
las características geométricas del túnel y de las
rocas en la que será excavado. La zona de influencia
de la construcción del túnel comprende la zona
donde la infiltración media efectiva equilibra el
caudal drenado por el túnel.
El análisis del flujo subterráneo y de la interacción
entre el túnel y las aguas superficiales y someras se
simplifica en gran medida por la existencia de un
basamento rocoso poco fracturado, a través del cual
se construirá el túnel, y que hace las veces de base
impermeable del acuífero libre. La conexión entre el
acuífero libre en el regolito y en las rocas
fracturadas que se manifiesta superficialmente en
los pozos, manantiales y corrientes superficiales, y
el túnel se dará principalmente a través de las fallas
que cortan el túnel.
Para efectos de la elaboración del modelo numérico,
el sistema macizo/túnel cumple las condiciones
necesarias para que el flujo del agua en él pueda ser
asimilado a un flujo en medio poroso: de una parte,
las dimensiones de la sección del túnel son pequeñas
en comparación con las dimensiones del macizo
rocoso suprayacente y, de otra, la distancia media
entre diaclasas es pequeña en comparación con las
dimensiones de la sección del túnel. Adicionalmente
el flujo en el sistema macizo túnel puede ser
considerado como un flujo estacionario en el que
hay un equilibrio entre el caudal drenado por el
túnel y el caudal aportado desde el exterior por
infiltración.
El túnel es considerado para efectos del análisis
como una galería de drenaje que define una nueva
condición de borde en el sistema hidrogeológico
entre los puntos extremos del mismo. La
modificación más importante consistirá en que el
túnel generará en el interior del macizo rocoso una
zona en la que la presión será esencialmente igual a
la presión atmosférica y dará lugar a cambios
locales en los gradientes hidráulicos que
reorientarán el flujo del agua subterránea hacia el
túnel. La magnitud de estos cambios locales pueden
hacer que aumente la infiltración del agua en el
terreno y descienda el nivel freático si el caudal
drenado por el túnel es mayor que el aporte por
infiltración. Los efectos sobre el sistema
hidrogeológico se reflejarán en la magnitud de
dichos cambios en el nivel freático.
La evaluación de los cambios en el nivel freático
regional ha sido preparada mediante el uso del
programa MODFLOW en su paquete DRAIN. Este
software ha sido diseñado para simular el flujo del
agua desde un acuífero a través de una abertura
longitudinal a una velocidad proporcional entre la
cabeza en el acuífero y la cabeza del túnel mientras
la cabeza del acuífero sea mayor que la elevación de
túnel Se supone que la cabeza en el túnel es igual a
su elevación media y la cabeza calculada en cada
celda o elemento de cálculo en el macizo rocoso es
un valor medio que prevalece a una distancia dada
medida desde el eje del túnel y la cabeza que
prevalece en él es sólo local y no caracteriza ningún
elemento como un todo. Entre el túnel y un
elemento del macizo rocoso caracterizado por una
cabeza dada hijk, tiene lugar un flujo semiradial en el
plano vertical caracterizado por gradientes
hidráulicos progresivamente más empinados a
medida que se aproxima al túnel. Los cambios de
presión o pérdidas de cabeza en este esquema de
flujo convergente están definidos por las
características hidráulicas del macizo rocoso que
pueden ser evaluadas a partir de sus condiciones de
fracturamiento con base en la ecuación propuesta
por Louis (1967) para flujo laminar a través de una
masa de roca fracturada en la que las fracturas están
vacías y sus paredes son lisas:
k=ge3/12b II.1
En esta expresión
g: aceleración de la gravedad (cm/s2)
e: abertura de las discontinuidades
b: espaciamiento entre discontinuidades
: viscosidad cinemática del agua (10 -2
cm2/s a 20o C)
En la Figura 2 se presenta la solución gráfica de esta
ecuación. En caso de que las paredes de las fracturas
sean rugosas o que se encuentren llenas de algún
material la permeabilidad puede ser sustancialmente
menor. Louis (1967) presenta más de 8 expresiones
para describir el flujo del agua subterránea en un
medio fracturado en diferentes condiciones pero la
ecuación presentada da el mayor coeficiente de
conductividad hidráulica equivalente.
El cambio de presión, o las pérdidas de cabeza a
través del revestimiento del túnel, si existe, es
una función del número y tamaño de las
aberturas a través del mismo. El flujo
convergente hacia el túnel y el flujo a través de
su revestimiento generan cambios en la cabeza
hidráulica que pueden suponerse que ocurren en
serie y que son proporcionales al caudal a través
del sistema, es decir a la descarga desde un
elemento dado del macizo. Y puesto que las
pérdidas de cabeza ocurren en serie, la
diferencia de cabezas entre un elemento dado
del macizo rocoso y el túnel puede tomarse
como proporcional al caudal en el elemento de
túnel que se esté considerando.
o
etr
Coeficiente de permeabilidad (cm/ s)
as / m
las
d iac t ro
100 s/ me
a
las
d iac etr
o
10 a/ m
las
d iac
1
Tamaño de abertura (cm)
Figura 2. Influencia del espaciamiento, b, y de la
abertura de discontinuidades, e, en la conductividad
hidráulica de un macizo rocoso.
Debe tenerse en cuenta además que el problema de
flujo en el macizo rocoso puede tratarse como un
problema bidimensional en un amplio trayecto del
túnel, debido a la relación entre su longitud y la
distancia hasta la superficie.
Los resultados de la evaluación de los efectos de la
construcción del túnel sobre el sistema
hidrogeológico regional serán utilizados más
adelante como elementos en el diseño final del
revestimiento del túnel y en la definición del
programa de construcción.
III. GEOLOGÍA REGIONAL
La información geológica e hidrogeológica
relevante examinada comprende las siguientes
referencias: Botero (1963); Carrillo (1973),
Feininger & Botero (1982), Hermelin (1978, 1980,
1992), Hoyos et al (1984), Hoyos & Arnason
(1998a), Hoyos et al (1998b), Integral (1999) Page
(1980), Page & James (1981), Universidad Nacional
(1997, 2000), Villegas (1981).
No existen discrepancias fundamentales en los
aportes de los autores citados en cuanto a la
geología y geomorfología de la zona que ha sido
presentada en los informes de Consultoría
Colombiana (1984) e Integral (2000). El basamento
rocoso está formado por rocas cristalinas
fracturadas: granitoides del Batolito Antioqueño,
serpentinitas, metasedimentos y anfibolitas del
Grupo Ayurá – Montebello, de acuerdo con la
terminología propuesta por Botero (1963), a partir
de las cuales se ha desarrollado un grueso regolito,
cuyo espesor medio es 80 m y en algunos sitios
supera los 200 m en la zona del Valle de San
Nicolás. En el corredor del túnel el espesor medio
del regolito llega sólo a 20 m, incluida una cubierta
de ceniza volcánica entre 0.5 y 1 m.
La meteorización de las rocas del Batolito
Antioqueño, de las cuales puede considerarse que
forma parte el Stock de Samarcanda, ha dado lugar a
un perfil de meteorización descrito por Carrillo
(1973), Hoyos et al (1984) y Villegas (1981). En el
perfil de meteorización típico se distinguen tres
niveles u horizontes: un suelo residual maduro
compuesto de limos de baja permeabilidad, k=10 -6 a
10-8ms-1, que normalmente tiene varios metros de
espesor; una zona saprolítica de espesor variable que
puede alcanzar varias decenas de metros de limos
arenosos y arenas limosas oxidadas con
permeabilidad del orden de 10 -5 a 10-6 ms-1, y una
zona de gruss que puede tener hasta varias decenas
de metros de espesor y una permeabilidad del orden
de 10-5 ms-1. La meteorización de las anfibolitas
produce perfiles de meteorización similares en
cuanto a su composición y características de
permeabilidad, pero los espesores de los horizontes
de saprolito y de gruss normalmente son menores en
esta formación y, frecuentemente, el gruss no se
encuentra. Las estructuras heredadas y los
macroporos y canales formados por raíces
descompuestas y por la actividad de insectos y
roedores pueden modificar sustancialmente la
permeabilidad de la masa del suelo residual que
localmente puede ser uno o dos órdenes de
magnitud mayor que la permeabilidad del material
en sí.
En toda la extensión del área estudiada se encuentra
un manto de ceniza volcánica con un espesor medio
de 0.8 m; la capacidad de infiltración de este
material varía entre unos cuantos centímetros por
hora hasta 0.5 m/h (Toro, 2000, comunicación
verbal). La porosidad de este material y su elevada
permeabilidad secundaria, su posición en superficie,
su espesor y su capacidad de campo hacen de él un
elemento clave en el proceso de infiltración.
IV. TECTONICA
La posición actual del Altiplano de Rionegro resultó
de la elevación de la Cordillera Central durante la
Orogenia Andina, movimiento que tuvo lugar a lo
largo de unas cuantas fallas maestras en los bordes
del Valle de Aburrá y del valle de Rionegro. Estas
fallas y sus satélites y el fracturamiento de las rocas,
a consecuencia de los movimientos tectónicos,
tienen interés en este proyecto como conexiones
hidráulicas y como elementos que definen la
permeabilidad secundaria de las rocas y de los
suelos residuales derivados de ellas.
La orientación de las diaclasas presenta una
extraordinaria regularidad en el conjunto de los
afloramientos inspeccionados. En cada afloramiento
pueden identificarse entre cuatro y seis conjuntos
principales de diaclasas de los cuales tres son
dominantes. Los conjuntos dominantes tienen las
direcciones presentadas en la Tabla 1, dadas en
términos de dirección y valor del buzamiento. En
esta Tabla se encuentran discriminados los valores
de las concentraciones principales registrados en
cada afloramiento rocoso y los valores de las
concentraciones en la totalidad del macizo. El
espaciamiento medio entre diaclasas es bastante
regular, del orden de 0.3 m; la variación de este
valor es menor de un afloramiento a otro que en el
interior de cada afloramiento. Los menores valores
de distancia entre diaclasas se encuentran en la
proximidad a las zonas de falla. La abertura de las
diaclasas también presenta grandes variaciones
desde diaclasas cerradas o con abertura de 0.05 mm
hasta aberturas de varios milímetros. El valor medio
de la abertura de las diaclasas es relativamente
elevado, y diferente en un orden de magnitud con la
respectiva moda, debido a la influencia que en este
valor tienen aberturas superficiales grandes. En el
cálculo del coeficiente de conductividad hidráulica
equivalente hemos utilizado la moda como valor
representativo de la abertura de las diaclasas.
En la literatura geológica se han reportado sólo unas
pocas fallas en esta región, la mayoría de ellas como
contactos fallados entre las rocas metamórficas y el
Batolito Antioqueño, pero los alineamientos
identificables en la cartografía y en las imágenes de
sensores remotos permiten postular la existencia de
algunas fallas de interés desde el punto de vista de
este trabajo. El patrón de alineamiento en el
corredor del túnel presenta una tendencia marcada
en dirección NW que, aparentemente, sigue el
mismo patrón de fallamiento en el borde oriental del
Batolito Antioqueño, combinado con un conjunto de
alineamientos en dirección SN y NNE. Sólo cuatro
de las fallas identificadas cruzan el eje del túnel.
Todas ellas son fallas cortas con menos de 5 km de
longitud, que pueden ser identificadas y localizadas
con base en su expresión geomorfológica; las trazas
de falla en superficie muestran los característicos
espejos de falla en los suelos residuales y un
fracturamiento más alto con espejos de falla en los
afloramientos rocosos. En todos los casos las zonas
de falla tienen un espesor es inferior a 10 m.
Tabla 1. Orientaciones dominantes en las diaclasas del sector Sajonia - La Cascada
Localización Densidad Azimut de Buzamiento
porcentual buzamiento
K 11 Medellín Santa Elena 4.0 225 68
4.0 243 70
4.0 225 70
4.5 280 90
4.0 348 55
K 13 Medellín Santa Elena 4.5 47 90
4.5 183 45
6.0 232 60
Base de Cerro Verde 2.7 165 75
3.8 243 80
3.0 340 80
Cerro Verde Sur 6.0 12 62
5.0 125 85
4.0 180 5
.50 225 70
4.5 265 78
Yarumal 1.8 31 42
2.2 165 85
2.0 180 85
2.0 270 67
Portal Oriental 3.5 205 70
3.5 220 67
6.5 297 67
Palmas Aeropuerto 2 60 85
13 175 80
3 255 75
2 280 20
Totalidad del macizo 1 40 43
1.5 163 87
1.7 177 80
1.7 227 75
1.5 270 65
1.1 343 90

Las fallas que cruzará el eje del túnel, identificadas
con nombres informales, son:
 Falla de San Pedro, con dirección NNE y 4 km
de longitud, cuya expresión geomorfológica es
el alineamiento recto del curso superior de las
quebradas San Pedro y Gallinazo. Este
alineamiento converge con el alineamiento de la
Santa Elena cerca de la confluencia de ambas
quebradas.
 Falla de Santa Elena, con dirección NNW y 2
km de longitud, cuya expresión geomorfológica
es el alineamiento recto del curso superior de la
Quebrada Santa Elena. En el cauce de esta
quebrada, un poco antes de su confluencia con
la Quebrada San Pedro se aprecian los espejos
de falla característicos de la zona de falla que en
este punto tiene menos de 5 m de ancho.
 Falla de Cerro Verde, con dirección EW y 7 km
de longitud. Identificada a partir del
alineamiento de un conjunto de pequeñas
corrientes de agua y de hombreras o
contrafuertes desde el sector de Paisandú hasta
la Cuchilla Alto de las Luces que marca el
límite occidental del valle de la Quebrada La
Mosca en la vereda Los Salados. En el
afloramiento que se encuentran en la parte
inferior del lado norte del Cerro Verde se puede
observar la traza de la falla con roca triturada y
espejos de falla en la superficie de las
discontinuidades. La zona de falla
aparentemente tiene en este punto menos de 5
m de ancho.
 Falla de La Honda. Con orientación NNE y 15
km de longitud, se extiende desde la cuenca de
la quebrada Yarumal, donde define una serie de
hombreras hasta el sur del casco urbano del
municipio de Guarne donde converge con la
falla Canoas; en su porción mas septentrional
 controla el cauce de la quebrada La Honda La
zona de falla se manifiesta en los suelos
residuales del talud de la via Medellín Rionegro
como un conjunto de espejos de falla bien
definidos en una extensión de 30 m.
 Falla de La Quiebra, definida por el
alineamiento de rupturas de pendiente en las
laderas que forman la transición entre el
Planalto de Santa Elena y el Valle de San
Nicolás y la depresión en la divisoria de aguas
entre las cuencas de las quebradas Honda y
Yarumal. Justo en esta depresión, en el talud de
una carretera vecinal pueden apreciarse los
espejos de falla en suelo residual en una
extensión de 8 m.
V. GEOMORFOLOGÍA
La larga historia tectónica y morfogenética de la
región ha dado lugar a la formación de dos niveles
de superficies de erosión que en esta zona
corresponden al Altiplano de Rionegro, que coincide
con la superficie de erosión SII, y al Planalto de
Santa Elena que corresponde a la superficie de
erosión SI de Page & James (1981).
El portal occidental del túnel se encuentra
estrictamente por fuera del Altiplano de Rionegro.
Sin embargo éste debe ser considerado como un
elemento del análisis hidrogeológico regional. El
Altiplano de Rionegro, que corresponde de manera
laxa a lo que se ha llamado Valle de San Nicolás, es
una penillanura cuya característica más destacada
son las colinas saprolíticas con un relieve local de
50 m, que se destacan sobre una amplia terraza de
abrasión y las vegas aluviales y terrazas bajas del
Río Negro y de las quebradas La Honda, Pereira,
Marinilla y Cimarrona. Para efectos de análisis
regional puede tomarse como cota de las vegas
aluviales y terrazas bajas 2100 m, como cota de la
terraza de abrasión 2130 m, y como cota de las
cimas de las colinas 2180 m.
La superficie de erosión SI del Planalto de Santa
Elena se aprecia de manera más clara en la parte
occidental del macizo que atraviesa el túnel donde
nacen las quebradas que drenan hacia el Río
Medellín y las que forman la cuenca alta de la
quebrada Las Palmas que drena hacia el Río Negro.
Para efectos de este trabajo consideraremos el
Planalto de Santa Elena toda la zona entre el Valle
de Aburrá y el Valle de San Nicolás que se
encuentra entre las cotas 2550 y 2600 cuyo límite
occidental esta definido por el escarpe que marca el
borde oriental del Valle de Aburrá. El límite oriental
de este planalto es una sierra en dirección NS cuyas
mayores elevaciones son el Cerro Verde y el Cerro
de La Palma. Al oriente de esta sierra se encuentra
una transición de terrenos con una topografía
abrupta modelada por la erosión fluvial hacia el
Valle de San Nicolás.
En el Planalto de Santa Elena, entre la carretera
Medellín Rionegro y el Alto de las Palmas se
encuentra una unidad geomorfológica especial, con
una extensión aproximada de 8 km 2, caracterizada
por una topografía suave y la escasez de drenajes
superficiales y de corrientes de agua permanente;
2.5 km2 de esta unidad se encuentran en el corredor
del túnel que es objeto de este estudio. Para efectos
de este informe llamaremos esta unidad el Campo
de Dolinas de Santa Elena.
En esta unidad son comunes las dolinas, depresiones
cerradas por donde fluyen al subsuelo las corrientes
de agua, permanentes o efímeras, llamadas
localmente ollones, organales y troneras. Algunas
de estas depresiones tienen mas de 100 m de
longitud, 30 m de ancho, y 10 de profundidad con
varios sumideros; las más comunes tienen entre 1 y
5 m de diámetro, y entre 0.5 y 3 m de profundidad
con un solo sumidero. Al menos tres de las
corrientes permanentes en la vereda El Plan, las
quebradas La Tolva, Bizarro y Espadera, llegan
hasta una de estas dolinas y siguen su curso
subterráneo. La totalidad de las quebradas al
occidente de la Santa Elena hasta la quebrada La
Presidenta nacen en el escarpe oriental del Valle de
Aburrá entre las cotas 2500 y 2600 en condiciones
topográficas que permiten suponer que el flujo
subterráneo del agua infiltrada en esta unidad se
dirige parcialmente hacia el Valle de Aburrá y
parcialmente hacia el Valle de San Nicolás, a través
de la cuenca de la quebrada Espíritu Santo.
VI. HIDROLOGÍA
La evaluación hidrológica del área investigada tiene
como objeto de una parte definir el nivel base contra
el cual se comparará los efectos de la construcción
del túnel y, de otra, obtener el valor de la infiltración
en el terreno, una de las variables básicas de la
evaluación de dichos efectos.
Para la evaluación hidrológica se cuenta con la
estación pluviométrica Vasconia en el centro del
corredor del túnel con 52 años de registro, la
estación limnimetrica La Honda y los estudios
Estimación de caudales medios máximos y mínimos
de 162 cuencas del Oriente Antioqueño (Angel et al,
1988) y Regionalización de caudales mínimos en el
departamento de Antioquia (Bolaños, 1995). De las
cuencas en consideración, sólo la quebrada Santa
Elena drena hacia el Río Medellín y las cuatro
restantes drenan hacia el Río Negro.
Estimación de caudales medios y mínimos Precipitación

Para estimar la media de los caudales medios y
mínimos en las cuencas de interés se aplicó la
técnica de regionalización para cuencas con
información escasa que se basa en correlacionar los
momentos de las distribuciones de probabilidad con
información geomorfoclimática de las cuencas; los
modelos propuestos en los estudios citados utilizan
parámetros de escala de las cuencas que incluyen
área, longitud y perímetro y altura media; por su
parte los parámetros climáticos incluyen
precipitación anual media multianual, temperatura
media y evaporación potencial.
La precipitación total anual promedio multianual en
el Altiplano de Rionegro fue estimada para toda la
cuenca utilizando el mapa de isoyetas, a partir de
información de las estaciones pluviográficas y
pluviométricas de toda la zona, ponderando la
precipitación con la superficie entre isoyetas; la
precipitación promedio obtenida para la cuenca del
Río Negro hasta la estación Rioabajo es 2150 mm.
Para el corredor del túnel se tomó como valor de
precipitación promedio multianual el
correspondiente a la estación Vasconia: 2200 mm.
En la Tabla 2 se encuentran los valores de las
variables utilizadas en la estimación de los caudales
medios y mínimos en las cuencas cruzadas por el
corredor del túnel, los resultados de dicha
estimación por diferentes métodos y el promedio de
éstos.

Tabla 2. Caudales mínimos y medios en las cuencas atravesadas del corredor del Túnel Aburrá - Oriente

CUENCA AREA LONG PERIM PRECIP ALTURA TEMP Qmed1 Qmed2 Qmed Qmin1 Qmin2 Qmin3 Qmin4 Qmin

Km2 Km Km mm m.s.n.m. °C m3/s m3/s m3/s m3/s m3/s m3/s m3/s m3/s
Santa 11.5 5.8 15.9 2200 2400 14.8 0.524 0.676 0.600 0.170 0.147 0.165 0.186 0.167
Helena
La Honda 14.6 6 15.8 2200 2500 14.2 0.599 0.691 0.645 0.149 0.188 0.208 0.233 0.195
Sajonia 3.1 2.2 6.9 2200 2300 15.4 0.160 0.146 0.153 0.042 0.037 0.047 0.054 0.045
Espiritu 6 2.73 10.9 2200 2600 13.6 0.226 0.264 0.245 0.067 0.075 0.088 0.101 0.083
Santo
Yarumal 6.9 3.35 11 2200 2450 14.5 0.303 0.313 0.308 0.082 0.086 0.101 0.115 0.096

VII. MODELO HIDROGEOLÓGICO

Con base en la información disponible puede
presentarse un modelo hidrogeológico regional que
explica la recarga y circulación del agua subterránea
en el corredor del túnel. El modelo hidrogeológico
que presentamos en este capítulo explica y
cuantifica la recarga de agua subterránea a partir de
la información geológica, hidrometeoerológica e
hidrogeológica y de los resultados de los sondeos
eléctricos verticales.
En la preparación del modelo hidrogeológico es de
importancia básica contar con los valores de
conductividad hidráulica del terreno tanto en
superficie como en el subsuelo. La distribución
vertical de la permeabilidad del regolito y del
macizo rocoso comprende de manera general:
 una capa de ceniza volcánica de 0.5 a 1.5 de
espesor con una conductividad hidráulica de 10-6
ms-1.
 un suelo residual maduro compuesto de limos
de baja permeabilidad, que normalmente tiene
varios metros de espesor y una permeabilidad
de 10-7 a 10-8ms-1.
 una zona saprolítica de espesor variable que
puede alcanzar varias decenas de metros de
limos arenosos y arenas limosas oxidadas con
permeabilidad del orden de 10-5 a 10-6 ms-1.
 En los granitoides del Stock de Samarcanda por
debajo del saprolito se encuentra una zona de
gruss que puede tener hasta varias decenas de
metros de espesor y una permeabilidad del
orden de 10-5 ms-1. En el macizo rocoso la
permeabilidad secundaria está controlada por la
densidad del fracturamiento y la abertura modal
de las discontinuidades, de acuerdo con la
expresión propuesta por Louis ilustrada en la
Figura 2. La abertura de diaclasas medida en
superficie debe considerarse como un valor
máximo para efecto de los cálculos de
permeabilidad secundaria del macizo rocoso.
Las aberturas de las diaclasas en profundidad
 son menores a las que se observa en superficie
debido a la presión litostática que da lugar a una
disminución de la abertura de las diaclasas; por
otra parte el agua cargada de iones deposita
sales en ellas y forma rellenos que disminuyen
sustancialmente la permeabilidad del macizo
rocoso. A guisa de ilustración puede compararse
la permeabilidad resultante de un espaciamiento
entre diaclasas igual a 0.3 m con una abertura
modal de 0.1 mm, que corresponde a las
condiciones de permeabilidad cerca de la
superficie del terreno en el corredor del túnel, y
la permeabilidad resultante si la abertura de las
diaclasas se reduce a la mitad. La permeabilidad
del macizo rocoso en el primer caso es del orden
de 3*10-6 ms-1, y en el segundo de 10 -6 ms-1.
Esta conductividad hidráulica es similar a la
conductividad hidráulica media calculada para
el Túnel de Occidente y para el Túnel de la
Quiebra después de terminada su construcción.
Si se tiene en cuenta que la conductividad de las
zonas de falla atravesadas en ambos proyectos
es mayor que la media, puede aceptarse que la
conductividad hidraúlica del basamento es del
orden de 10-7 ms-1.
 Los valores de resistividad obtenidos en los
sondeos eléctricos verticales indican que
Figura 3. Modelo hidrogeológico; corte a lo largo del eje del túnel.
efectivamente existe un fuerte contraste en la
permeabilidad del macizo rocoso en superficie,
o inmediatamente por debajo del regolito, y a la
profundidad a la que será excavado el túnel. El
valor de la resistividad del orden de 1500 a 3000
m, medido por debajo del regolito fue
interpretado como correspondiente a roca
fracturada y saturada, en tanto que el valor de la
resistividad en la roca sana del basamento es
mayor de 50 000 m. En Figura 3 se muestra un
corte del macizo a lo largo del eje del túnel
donde se ha incluido la interpretación
regionalizada de los sondeos mecánicos y
geoeléctricos disponibles y la posición de las
fallas que cortan el túnel.
 Las zonas de falla pueden atravesar la totalidad
de las zonas de permeabilidad descritas en los
párrafos anteriores y constituyen conductos
hidráulicos entre los acuíferos libres, sea que
éstos se encuentren en regolito o en roca
fracturada, y los acuíferos confinados en el
basamento rocoso, y serán un conducto entre los
acuíferos y el túnel. Las condiciones de
fracturamiento de las zonas de falla dan lugar a
una permeabilidad en ellas de 10-5 ms-1.
 Esta distribución general está modificada
localmente por las características propias del
terreno donde puede faltar uno o más de los
elementos superiores, por la presencia de
canales subterráneos por efecto de tubificación
o, en el caso del Campo de Dolinas de Santa
Elena, por las características especiales de
circulación del agua en un terreno cruzado de
canales subterráneos comunicados con el
exterior por sumideros a través de los cuales
puede fluir la totalidad de la escorrentía.
El esquema general que resulta de la caracterización
geomorfológica y de la investigación del subsuelo es
el de un macizo rocoso con en el que se pueden
identificar tres categorías de permeabilidad y dos
discontinuidades mayores en la conductividad
hidráulica, a más del campo de dolinas y de las
zonas de falla que ameritan un tratamiento especial:
la cubierta de ceniza volcánica, el regolito y la roca
fracturada y el basamento rocoso en el que se
excavará el túnel.
 La ceniza volcánica por su ubicuidad y
capacidad de campo tiene un particular interés y
debe ser diferenciada del suelo residual con
fines de manejo y conservación.
 El regolito, por debajo de la cubierta de ceniza
volcánica, y la roca fracturada presentan valores
de conductividad hidráulica similares del orden
de 10-6 ms-1.
 El basamento rocoso que será perforado por el
túnel cuya conductividad hidráulica puede ser
estimada en menos de 10-7ms-1.
Zonas de recarga.
A partir de la información obtenida de la
localización de los manantiales, aljibes y pozos y de
las líneas de las corrientes de agua permite fue
preparado un mapa de isopiezas o equipotenciales,
al que corresponde la Figura 4, que permite definir
las direcciones de flujo del agua subterránea en el
área de interés en esta investigación y reconocer las
zonas de recarga. La información obtenida sobre
manantiales, pozos y humedales se encuentra en el
Anexo 2. La totalidad de la información sobre los
manantiales fue generada en el mes de septiembre
de 2000 después de un largo período de lluvia de
manera que los niveles y los caudales registrados
deben considerarse como máximos. Durante el año
siguiente al inventario inicial de puntos de agua
fueron registrados dos veces por semana los
caudales de 12 manantiales y tres pequeñas
quebradas, y el nivel freático de los amagamientos.
A partir de los datos obtenidos en estas
observaciones puede afirmarse que la respuesta de
los manantiales a las variaciones estacionales de la
precipitación puede ser expresada con la siguiente
ecuación:
Q = Qoe0.05t VII.1
Esta ecuación provisional permite estimar en una
primera aproximación la variación temporal
esperada del caudal de los manatiales. De acuerdo
con ella una temporada de 15 días sin lluvia reduce
los caudales de los manantiales a la mitad, en tanto
que una temporada de 45 días sin lluvia los reduce a
una décima parte. Esta generalización es provisional
y debe ser validad con un mayor número de datos.
La infiltración del agua en el suelo y la circulación
posterior en el subsuelo es un proceso complejo que
depende al menos de tres conjuntos de factores:
 Las características topográficas, estructurales y
texturales del terreno. El relieve local bajo de
los parajes donde predomina la topografía plana
u ondulada facilita la acumulación de materiales
relativamente sueltos con una permeabilidad
elevada. Ambos factores, topografía suave y alta
permeabilidad de la parte superior del regolito
aseguran una alta tasa de infiltración. En
contraste en laderas de alta pendiente
predominan los escarpes rocosos o los suelos
cohesivos de baja permeabilidad donde la tasa
de infiltración es muy baja y está limitada sólo a
la parte más superficial del terreno.
Por debajo del primer horizonte permeable el
flujo del agua procede en el regolito y en la
masa rocosa a lo largo de todo tipo de
discontinuidades (macroporos, diaclasas, planos
de estratificación, zonas de falla). Tales
discontinuidades, particularmente las zonas de
fracturamiento asociadas a las fallas funcionan
como verdaderos conductos hidráulicos, y el
macizo rocoso llega a ser un acuífero en el
sentido estricto del término. Donde el
fracturamiento y la ocurrencia de amplias
aberturas son muy altos el flujo subterráneo del
agua puede ser dominante como ocurre en el
Campo de Dolinas de Santa Elena
 Las condiciones ambientales: temperatura,
humedad relativa, régimen de vientos y
cobertura vegetal. Estas condiciones controlan,
en conjunto, el proceso de evapotranspiración
cuyo efecto neto consiste en la intercepción
evaporación, y transpiración a través de la
vegetación, del agua tanto de la atmósfera como
del suelo. Este proceso puede afectar hasta un
varios metros del suelo, particularmente donde
existe vegetación freatófita.
 Precipitación acumulada y duración e intensidad
de cada evento de lluvia. En la evaluación de los
sistemas hidrogeológicos no son los sistemas
aislados los que determinan las variaciones de
 interés, sino la distribución de la precipitación
acumulada durante períodos relativamente
extensos y sobre áreas amplias
A escala regional es preciso discriminar el papel de
la topografía en el flujo del agua subterránea. El
flujo del agua subterránea está controlado en gran
medida por los gradientes locales y regionales y
cada unos de estas categorías determina la escala del
flujo del agua subterránea (Tóth, 1963, Freeze &
Cherry, 1979). En las regiones donde son comunes
los valles pequeños y medianos puede definirse un
sistema de flujo local cuyo nivel de base está dado
por las vaguadas de los valles; es el caso de las
Figura 4. Mapa de isopiezas o equipotenciales del corredor del túnel
Las características y la posición de las unidades
geomorfológicas mayores permiten postular que la
recarga de la precipitación en el corredor del Túnel
ocurre en su totalidad en el Planalto de Santa Elena.
La existencia de depresiones cerradas o dolinas
contribuye de manera significativa a la infiltración
en este planalto, en tanto que la infiltración en las
laderas de las montañas que lo bordean puede
considerarse prácticamente nula. La eficiencia de la
infiltración en el Planalto de Santa Elena, y en
particular en el Campo de Dolinas de Santa Elena,
es tal que la escasez de agua superficial allí es
crítica cuando pasa más de una semana sin lluvia, y
los manantiales disminuyen drásticamente su
caudal.
Investigaciones previas a ésta (Hoyos y Arnason,
1998, Hoyos et al, 1998) muestran cómo la
cuencas de la quebrada Santa Elena, Honda y
Yarumal en el corredor del Túnel. A su vez las
divisiones fisiográficas mayores dan lugar a un flujo
a escala regional que circula por debajo de las celdas
locales que en este caso corresponde al flujo que se
establece entre el Altiplano de Rionegro y el Valle
de Aburrá. Este sistema complejo de flujos
subterráneos locales y regional tiene interés en la
medida en que permite introducir un criterio de
discriminación en el flujo de agua subterránea en el
túnel donde una parte de ella procederá de aguas
infiltradas en el corredor y otra parte procederá de
la infiltración en el Altiplano de Rionegro.
composición isotópica del agua de los manantiales y
las corrientes de agua superficiales presentan una
variación mínima entre el planalto de Santa Elena y
el fondo del Valle de Aburrá en tanto que la
composición isotópica del agua lluvia presenta una
variación significativa en función de la altitud. La
variación mínima de la composición isotópica del
agua subterránea en los manantiales y corrientes
superficiales de agua puede ser interpretada en el
sentido de que la mayor parte de la infiltración y de
la recarga regional de los acuíferos en el corredor
del túnel tiene lugar en el Planalto de Santa Elena.
El contenido de isótopos estables de hidrógeno y
oxígeno en el agua lluvia en las laderas del Valle de
Aburrá se ajustan a las regresiones siguientes en las
que la cota, H, está dada en metros y el contenido de
Deuterio y Oxígeno 18 esta dado en tantos por mil:
D = -0.036H +3.28 (n=30 r2=0.84) VII.2
18O = -0.005H - 0.45 (n=30 r2=0.84) VII.3
El contenido de isótopos estables de hidrógeno y
oxígeno en el agua de los manantiales y de las
corrientes superficiales en las laderas del Valle de
Aburrá se ajustan a las regresiones siguientes
D = -0.007 H– 62.6 (n=8 r2=0.25) VII.4
18O = -0.0007H - 9.03 (n=8 r2=0.16). VII.5
De las expresiones anteriores puede destacarse la
diferencia significativa en los coeficientes del
término H, y el valor alto del coeficiente de
regresión para la primera pareja de ecuaciones en
contraste con el bajo valor del mismo coeficiente en
la segunda pareja de valores. Los valores de los
coeficientes del término H no son más que los
gradientes orográficos que para el agua lluvia tienen
valores de 3.6 D/100m y 0.5 18O/100m, en tanto
que para el agua subterránea el gradiente es
sumamente bajo, de sólo 0.7 D/100m y 0.07
18O/100m. El valor extremadamente bajo del
coeficiente de correlación no indica otra cosa que el
hecho de que la variación del contenido de isótopos
estables no presenta una variación significativa con
la altura y que para cualquier valor de la altitud el
contenido isotópico del agua subterránea es
prácticamente el mismo con un valor intermedio
entre los valores de las composiciones isotópicas en
el Altiplano de Rionegro y el Planalto de Santa
Elena lo que implica que existe un importante flujo
regional entre el Altiplano de Rionegro y el Valle de
Aburrá. El contenido de Deuterio y de Oxígeno de
masa 18 en las aguas subterráneas de las laderas del
valle de Aburrá corresponde a una mezcla de aguas
que equivale a la precipitación a 2250 m.
Las correlaciones y regresiones presentadas en el
párrafo anterior permiten proponer una interesante
interpretación: las aguas subterráneas en el Valle de
Aburrá proceden en su mayor parte del planalto
vecino, lo que, a su vez significa que la infiltración
efectiva en las laderas es muy baja y que existe una
conexión hidráulica entre el Altiplano de Rionegro,
el Planalto de Santa Elena y el Valle de Aburrá a
través del macizo rocoso a lo largo de las fracturas
de la roca. Las observaciones hechas hasta ahora
sobre el campo de dolinas de Santa Elena
constituyen una evidencia de lo que originalmente
fue calificado como una conexión hidráulica
inferida a partir de información isotópica.
La parte de la recarga regional que corresponde al
Planalto de Santa Elena alimenta los acuíferos en
rocas fracturadas en el planalto, en las laderas de la
vertiente sur del Valle de Aburrá y en las laderas de
la transición hacia el Altiplano de Rionegro y
parcialmente los acuíferos en aluviones de la parte
norte del Altiplano de Rionegro, así como parte de
los acuíferos en aluviones del Valle de Aburrá.
Evaluación de la recarga
Para evaluar la recarga en los acuíferos se deben
tener en cuenta una serie de consideraciones
teóricas; en primer lugar se debe establecer la
cantidad de agua que puede recibir cada acuífero a
partir de la cual se llena y las cantidades adicionales
de agua deben salir como escorrentía; también se
debe considerar la capacidad que tiene la zona
vadosa o zona no saturada del subsuelo para
transmitir agua; la magnitud de la recarga real se
obtiene de un balance hídrico en la cuenca de
acuerdo a estos planteamientos. El balance hídrico
es la aplicación del principio de conservación de la
masa a un volumen de control (en este caso la
cuenca de las corrientes que se encuentran en el
corredor del túnel y, en particular de la Quebrada
Santa Elena; en un período de tiempo dado se
establece que la diferencia entre las entradas y
salidas del sistema debe ser igual al cambio en la
cantidad de agua almacenada. En promedios de
largo plazo se puede suponer que el cambio en el
almacenamiento es insignificante y la ecuación de
balance contiene las siguientes variables:
P - Q – ETR  T= I VII.6
donde
P: Precipitación promedio multianual
(mm)
Q: Escorrentía directa promedio
multianual (mm)
ETR: Evapotranspiración total promedio
multianual
I: Infiltración total
T: Transferencias desde o hacia otras
cuencas
En la evaluación de la recarga relevante para el túnel
consideraremos sólo la que tiene lugar en el
Planalto de Santa Elena debido a las condiciones
topográficas de esta cuenca respecto a las cuencas
inmediatamente vecinas y de todas ellas respecto al
alineamiento del túnel. Para efectos de la
verificación de la validez del modelo propuesto
confrontaremos los resultados con el balance hídrico
de la quebrada Santa Elena.
Precipitación
Para el corredor del túnel se tomó como valor de
precipitación promedio multianual el
correspondiente a la estación Vasconia localizada en
el centro del corredor del túnel: 2200 mm.
Escorrentía
El procedimiento utilizado para determinar la
escorrentía promedio multianual consiste en
descontar al caudal medio multianual el caudal
base supuesto como el caudal mínimo promedio
multianual. En la evaluación de la escorrentía
en el Planalto de Santa Elena se utilizó los
resultados de la evaluación de caudales medios
y mínimos presentados en un aparte anterior de
este informe dada la falta de información
instrumental sobre esta cuenca. Por vía de
comparación presentamos en la Tabla 4 la
escorrentía calculada con el mismo
procedimiento para la cuenca de la quebrada
Santa Elena y tres cuencas aledañas. En este
cuadro la escorrentía en la cuenca de la
quebrada Santa Elena ha sido estimada
mediante procedimientos convencionales que
no toman en cuenta que una parte de su cuenca
y de las cuencas aledañas se encuentra en un
campo de dolinas en el que la infiltración es
mucho mayor y no es susceptible de ser
calculada mediante los métodos
convencionales.

Tabla 4. Escorrentía calculada para cuatro cuencas en el corredor del Túnel

Aburrá - Oriente
VARIABLE Santa Elena Yarumal Sajonia Puente Real
Caudal medio Multianual (m3/seg) 0.600 0.308 0.153 7.4
Volumen (Hm3) 18.9 9.7 4.8 233.4
Area (km2) 11.5 6.9 3.1 194
Caudal base (m3/seg) 0.170 0.082 0.042 3.02
Lámina base (mm) 465 375 430 490
Lámina total (mm) 1645 1410 1560 1200
Lámina escorrentía directa (mm) 1180 1035 1130 710

Evaporación ETR = P para (P / L) < 0.316 VII.8

Para estimar la evaporación puede aplicarse las

metodologías de Turc y Coutagne (Universidad
Nacional, 1999), que se basan en datos
meteorológicos sencillos de medir, y el método de
tanque evaporímetro con un coeficiente de uso
consecutivo de agua en las plantas K= 0.7 aplicado a
los datos de la estación La Selva ubicada en
Llanogrande.
L = 300 + 25 T + 0.05 T3 VII.9
ETR es la evaporación real en mm/año, P es la
precipitación anual en mm y T es la temperatura
media anual en grados centígrados. (Remenieras,
1974).

Ecuación de Coutagne.
Ecuación de Turc
Esta ecuación se basa en las características
Se utiliza para estimar la evaporación real basándose meteorológicas de la cuenca y da una estimación de
en un balance de masas, en función de elementos la evaporación real en función de la precipitación y
meteorológicos simples como son la temperatura y la temperatura así, :
la precipitación de la cuenca, aplicadas a medidas de
largo plazo. ETR = P -P2 VII.10

P Donde ETR es la evaporación real en m / año, P es

ETR  para (P / L)  0.316 la precipitación en m, y
P2
0.9 
L2 1
VII.7  , VII.11
0.8  0.14T

donde T es la temperatura media anual en °C. Esta
ecuación sólo es aplicable para P comprendido entre
(8)-1 y (2)-1, si las precipitaciones son inferiores a
(8)-1 entonces ETR=P, Si P  (2)-1, entonces
ETP   4 
1
 0.20  0.035T VII.12
(Remenieras, 1974).
Ecuación de Cenicafé
Fue obtenida por el Centro Nacional de Estudios del
Café a partir de una regresión a los valores
obtenidos de aplicar el método de Penman a los
Tabla 5. Evaporación real anual (mm) estimada por diferentes
métodos
Método Rionegro
Turc 860
Coutagne 775
Cenicafé 1095
Tanque K=0.7 840
Promedio 825
Transferencias a otras cuencas.
La posición topográfica del Planalto de Santa Elena
y del Altiplano de Rionegro da lugar a una
importante transferencia de agua subterránea a la
cuenca del Valle de Aburrá y a la cuenca de las
quebradas Yarumal, Espíritu Santo y la Honda. La
estimación de la transferencia a otras cuencas puede
hacerse con base en la relación de las áreas a través
de las cuales ocurre la transferencia respecto al área
de la cuenca y relación entre la diferencia de cotas
entre la cuenca aportante y la recipiente y la
distancia al centroide de la cuenca aportante. La
infiltración total se puede dividir entre la infiltración
efectiva a la cuenca propia y el aporte a otras
cuencas. En este caso, dado que la evaluación de
caudales medios y mínimos ha sido hecha con base
en cotas por debajo de la zona de recarga estas
transferencias han sido ya incluidas implícitamente
en los caudales mínimos y no debe introducirse este
término de la ecuación.
Infiltración efectiva estimada
Con base en la información presentada en los
apartes anteriores fue calculada la infiltración
efectiva en la cuenca de la Quebrada Santa Elena
con los resultados siguientes:
datos de las estaciones climáticas en Colombia
(Jaramillo, 1989). Su cálculo es sencillo, ya que
sólo depende de la altura sobre el nivel del mar
E TR  4.658 exp   0.0002 h 
VII.13
donde ETR es la evaporación potencial en mm/día y
h es la cota sobre el nivel del mar en m.
En la Tabla 5 se encuentran los resultados del
cálculo de la evaporación media anual en el
altiplano de Rionegro, en el corredor del túnel y en
el planalto de Santa Elena, obtenidos con los
métodos mencionados descartando el método de
Cenicafé que aparentemente la sobreestima.
Santa Elena Corredor del Túnel
660 775
460 705
1020 1040
- -
560 740
It = P – Q – ETR VII.14
I = 2200mm – 1180 mm – 560 mm
I = 460 mm
l valor calculado para la infiltración efectiva en el
Planalto de Santa Elena es sensiblemente igual al
valor del caudal base de la quebrada Santa Elena en
la cota 2100.
Los valores de infiltración calculados de esta misma
manera para las cuencas de las quebradas Sajonia y
Yarumal son mayores que sus valores del caudal
base en 80 y 130 mm. Este resultado tiene una
explicación lógica si se considera que la evaluación
para estas cuencas fue hecha en la cota 2200, desde
donde hay un importante flujo hacia el altiplano de
Rionegro cuya cota media se encuentra 100 metros
por debajo de la cota de evaluación de las cuencas
mencionadas. Vale decir que las transferencias a
otras cuencas representa una fracción entre 1/6 y 1/3
de la infiltración efectiva.
Acuíferos.
Los acuíferos del corredor pueden clasificarse en
cuatro grandes categorías:
 Acuíferos libres en suelos residuales
 Acuíferos libres en rocas fracturadas
 Acuíferos confinados en rocas fracturadas
Acuíferos libres en suelos residuales.
Puede considerarse que en la totalidad de la
extensión del Planalto de Santa Elena existen
acuíferos libres en los suelos residuales cuya recarga
tiene lugar por infiltración de la precipitación local.
Es posible establecer algunas diferencias locales
entre acuíferos propiamente dichos y acuitardos
dependiendo de la textura y permeabilidad de los
diferentes horizontes. En los suelos residuales es
posible encontrar acuíferos y fuentes saladas. La
resistividad real igual o inferior a 10 m en estos
suelos puede ser interpretada como indicador de la
presencia de acuíferos salados. Estos acuíferos
constituyen las celdas de circulación local de Toth
(1963) y su descarga tiene lugar en gran medida a lo
largo de los humedales en las vaguadas y de las
corrientes permanentes de agua.
Acuíferos libres en rocas fracturadas.
En el macizo rocoso entre las superficies de erosión
SI y SII, y en el escarpe occidental de la zona del
proyecto, donde el regolito es muy somero o
inexistente, puede encontrarse acuíferos cuya
ocurrencia depende principalmente de la intensidad
y del patrón de fracturación de la roca. El área de
recarga de estos acuíferos se encuentra entre las
cotas 2550 – 2650 en el Planalto de Santa Elena y,
en el extremo oriental del proyecto a la recarga
desde los acuíferos libres en regolito del Altiplano
de Rionegro. La combinación de intensidad de
fracturamiento de la roca y la abertura media de las
discontinuidades permiten estimar la permeabilidad
media de este macizo en 3*10 -6 ms-1 en su parte
superior y del orden de 10-6 a 10-7 ms-1 al nivel del
eje del túnel. En las zonas de falla este valor puede
ser mayor, pero debe ser verificado previamente así
como el volumen en el que se utilizaría dichos
valores. El flujo en estos acuíferos libres en rocas
fracturadas corresponde a la que Toth (1963) llama
circulación intermedia
Acuíferos confinados en rocas fracturadas.
Cuando la variación de resistividad en la parte
superior del basamento permitan interpretarla como
roca fracturada con agua en las diaclasas, hemos
tomado éste como un acuífero confinado cuyo
acuicludo corresponde al sello de limo en las
Tabla 6. Posición de señales de baja resistividad en el Túnel Aburrá – Oriente.
fracturas de la roca y la roca misma con una
permeabilidad menor de 10-7 ms-1. Estos acuíferos
pueden ser de agua dulce en intervalos de
resistividad del orden de 1000 m, y de agua salada
en intervalos de resistividad inferiores a 100 m. La
recarga de los acuíferos confinados puede ocurrir a
través de las fallas que los ponen en comunicación
con los acuíferos libre en regolito y en toca
fracturada.
Acuíferos salobres.
Un rasgo frecuente en los registros geoeléctricos en
amplias zonas del Oriente Antioqueño, es la
ocurrencia de zonas de muy baja resistividad que, en
ocasiones, disminuye a valores menores que 10 m
en el regolito y que 100 m en el basamento
geoeléctrico. Estos valores mínimos pueden ser
interpretados como indicadores de la existencia de
acuíferos salobres. La existencia de fuentes saladas
en la región, algunas de las cuales fueron objeto de
explotación industrial hasta bien entrado el siglo
XX. Si bien es cierto que los valores inferiores a 10
m en el regolito puede ser interpretado como
indicadores de la existencia de arcillas saturadas, la
interpretación de estos valores como indicadores de
la existencia de acuíferos salobres es más plausible
dada la escasez de arcillas en los regolitos
tropicales, la existencia de manifestaciones de aguas
saladas en superficie (Vélez & Restrepo, 1997) y
topónimos que coinciden espacialmente con los
registros geoeléctricos que han sido interpretados de
esta manera.
A lo largo del eje del túnel fueron ejecutados e
interpretados cuatro sondeos eléctricos verticales en
las abscisas K11+900,. K14+000, K15+500 y
K17+000. En todos sondeos se encuentran señales
de resistividad real baja que pueden ser interpretada
como indicio de la ocurrencia de acuíferos salados.
En la Tabla 6 se encuentra la posición de estas
señales de baja resistividad interpretadas en
términos de la existencia de acuíferos salados
Los acuíferos salobres pueden ser comunes en esta
zona y existen numerosas manifestaciones de ellos
en el área de Piedras Blancas. Existen al menos 5
topónimos en el corredor del túnel o en su vecindad
que llevan el término salado y que bien pueden
indicar la existencia de fuentes saladas y, por lo
tanto, la existencia de uno o más acuíferos salobres
que deben ser tenidos en cuenta en la programación
de la construcción.
 Abscisa Intervalo de cotas Resistividad real m Interpretación
m
K11+900 2500 -2540 2 Limo residual con agua salada
2540 - 2570 40 Acuífero salado en el basamento
K13+400 2220 - 2270 100 Acuífero salado en el basamento
2380 - 2415 100 Acuífero salado en el basamento
2490 - 2545 80 Acuífero salobre en roca fracturada
K15+600 2210 - 2275 200 Acuífero salobre en el basamento
K17+000 2230 - 2260 100 Acuífero salado en el basamento
2330 - 2370 120 Acuífero salado en el basamento

En la tabla anterior debe destacarse la continuidad
de la señal de baja resistividad alrededor de la cota
2250, en los intervalos destacados con color verde
en ella y que, si bien se encuentra por encima del
túnel y, aparentemente no es interceptada por éste,
debe tenerse en cuenta al programar la construcción
dada las nuevas condiciones de frontera que se
generarán al excavarlo y que bien pueden dar lugar a
flujo de agua salada al interior del mismo.
Efectos de la Construcción del Túnel sobre el
Sistema Hidrogeológico
La construcción de un túnel modifica las
condiciones locales de circulación del agua
subterránea por efecto del cambio de presiones en el
interior del macizo rocoso. En este caso el cambio
puede no ser significativo dado el espesor de la
cubierta y la posición del techo del basamento
rocoso de alta resistividad que corresponde con el
piso de los acuíferos libres.
El caudal medio drenado por el túnel puede ser
estimado a partir de la expresión propuesta por
Goodman et al (1965)
Qo = 2kHo /ln(2Ho/r) VII.16
En esta expresión H corresponde a la altura del
macizo rocoso sobre el túnel, y r al radio del túnel
que, en este caso, corresponde al radio hidráulico
correspondiente al perímetro del túnel excluido el
invert.
La condición más crítica es la que corresponde al
túnel construido totalmente sin revestimiento de
modo que funciona como una galería de drenaje en
toda su extensión. En estas condiciones el caudal
que puede captar dicha galería de drenaje es del
orden de 0.8 m³/s si se considera una permeabilidad
media de 3*10-6 ms-1 y un gradiente hidráulico igual
a 1, con un área de drenaje de 24 m 2/m,
correspondiente al perímetro de la sección del túnel,
excluido el invert. Si todo el caudal captado por el
túnel corresponde a agua drenada de los acuíferos
libres, la condición hipotética descrita en este
párrafo puede dar lugar a un abatimiento medio del
nivel freático en el corredor del túnel en el sector del
Planalto de Santa Elena del orden de 0.5 m. La
distribución espacial del abatimiento hará este
efecto más serio a lo largo del eje del túnel, donde
puede alcanzar hasta 1.2 m, e inapreciable a
distancias variables entre 0.5 km y 2 km. Sin
embargo este escenario no es realista dado que en la
naturaleza no es factible la existencia de un
gradiente hidráulico unitario.
Si se considera una permeabilidad de 10-6 ms-1,el
caudal estimado en el párrafo anterior baja a 0.25
m³/s lo que minimiza el efecto de la construcción
sobre los manantiales y las corrientes superficiales
de agua. Una permeabilidad tal corresponde a una
abertura modal de 0.05 mm, la mitad de la
observada en superficie. Si se considera que la
abertura de las diaclasas disminuye en profundidad
por efecto de la presión litostática, con un gradiente
de 27 kPam-1, es plausible aceptar un valor de la
conductividad de esta magnitud e incluso menor. El
examen de los resultados de los sondeos eléctricos
verticales indica así mismo una variación sustancial
de la resistividad entre la roca fracturada cercana a
la superficie y la roca del basamento cerca de la cota
del techo del túnel. En Tabla 7 se encuentran las
cotas por debajo de las cuales la señal de
resistividad puede ser interpretada como
correspondiente a roca sana con una permeabilidad
del macizo sustancialmente menor que la de la roca
fracturada cerca de superficie.

Tabla 7. Posición del techo del basamento de alta resistividad en el Túnel Aburrá – Oriente .
Abscisa Cota de Cota de Resistividad real Interpretación
basamento Túnel m
K11+900 2505 2050 50000 Basamento
K13+400 2390 2080 50000 Basamento con acuífero hasta la
 Abscisa Cota de Cota de Resistividad real
basamento Túnel m
K15+600 2410 2125 50000
K17+000 2330 2160 50000
Los caudales captados por los túneles de Occidente
y de la Quiebra, en condiciones geológicas análogas,
presentan rendimientos coherentes con una
permeabilidad del orden de 6*10-7ms-1. Una
permeabilidad de esta magnitud daría lugar a un
abatimiento medio de 5 cm, con un máximo en la
proyección del eje del túnel de 12 cm. En apoyo de
esta estimación puede aducirse la experiencia de
construcción de otros túneles en rocas cristalinas en
la Cordillera Central donde las infiltraciones han
correspondido normalmente a permeabilidades
inferiores a 10-6ms-1, con valores mayores, del orden
de 10-5 a 10-6ms-1 en las zonas de falla.
Las condiciones más realistas son las que consideran
la permeabilidad media del túnel de 5*10 -7ms-1 y la
ocurrencia de 8 zonas de falla que cruzan el túnel en
una longitud acumulada de 140 m, estimada con
base en las observaciones de la extensión de las
zonas de falla en superficie. Las infiltraciones por
goteo alcanzarán un caudal de 135 l/s en tanto que
las infiltraciones en las zonas de falla generarán un
caudal de 65 l/s para un total de 200 l/s. Las
infiltraciones a través de las zonas de falla
probablemente tendrán contenidos anómalos de
sales procedentes de los acuíferos salobres del
basamento.
La información presentada hasta ahora es suficiente
para elaborar un modelo físico del terreno del
corredor del túnel que pueda ser utilizado en la
evaluación de sus efectos sobre el sistema
hidrogeológico regional. El terreno en el corredor
del túnel presenta como característica general un
basamento de baja permeabilidad cuyo techo se
encuentra entre las cotas 2200 en el portal oriental
hasta 2500 en la parte más alta del escarpe oriental
del Valle de Aburrá, y probablemente por encima de
2600 en el sector de Cerro Verde. Por encima de
este techo se encuentra la roca fracturada y el
regolito que, en la mayor parte del corredor, está
formado por suelos residuales de anfibolita y
cuarzodiorita y, en menor medida de depósitos de
ladera derivados de anfibolita, con una cubierta de
cenizas volcánicas que puede tomarse como un
manto continuo.
Dada la existencia de un manto de suelo cuya
permeabilidad es del mismo orden de magnitud que
la de la roca fracturada ambos pueden considerarse
en la misma categoría para el análisis y
Interpretación
cota 2270
Basamento con acuíferos hasta la
cota 2275
Basamento con acuíferos hasta la
cota 2260
corresponden a los acuíferos libres. La roca
infrayacente es el basamento o límite inferior de los
acuíferos libres y alberga los acuíferos confinados,
sean ellos salobres o corrientes. Los acuíferos libres
y los confinados están comunicados por las zonas
de falla que, a su vez, pueden conectar unos y otros
con la cavidad del túnel.
Para la evaluación del efecto de la construcción del
túnel se considerará varias condiciones hipotéticas:
el túnel construido sin ninguna protección o
revestimiento, el túnel parcialmente construido sin
revestimiento, y el túnel en proceso de construcción
y parcialmente revestido.
El abatimiento medio del nivel freático es de una
magnitud tal que no tendrá un efecto apreciable
sobre los manantiales pero puede dar lugar a la
desaparición de la mayor parte de los humedales en
un corredor de 1 kilómetro de ancho definido por el
eje del túnel. El efecto neto será positivo en las
zonas que hoy se encuentran inutilizadas por estar
ocupadas por humedales, en su mayor parte
descubiertos, que serán recuperadas.
Un examen más detallado de los efectos sobre el
sistema hidrogeológico lleva a analizar el efecto de
la construcción del túnel sobre el sistema
hidrogeológico tomando en consideración las
particularidades geomorfológicas e hidrogeológicas
que han sido identificadas en el corredor del túnel.
Para ello puede tomarse la sectorización
geomorfológica ya presentada en el aparte
correspondiente.
 Escarpe oriental del Valle de Aburrá. El efecto
del túnel sobre el sistema hidrogeológico será
menos intenso entre el portal occidental y la
abscisa K11+200, En este sector es probable que
el túnel cruce una falla de poca longitud cuya
existencia no ha sido verificada. Las
condiciones topográficas limitan severamente la
infiltración en este sector que debe considerarse
como una zona de descarga hidrogeológica. El
caudal que drenará este sector está estimado en
20 l/s.
 Campo de Dolinas de Santa Elena. Las
condiciones geomorfológicas e hidrogeológicas
de esta unidad hacen que el efecto de la
construcción del túnel sobre ella sean nulas. El
agua de escorrentía escurre por los sumideros de
las dolinas y la infiltración tiene lugar en su
 totalidad a través de los canales subterráneos
que alimentan las quebradas que nacen en la
parte superior del escarpe. Una parte menor de
la infiltración puede ocurrir a través de las
diaclasas por debajo de la zona de canales
subterráneos alrededor de la cota 2500. De todas
maneras la ausencia de corrientes permanentes
de agua en este sector no permite contar con un
nivel de referencia para monitorear el efecto del
túnel en esta unidad geomorfológica.
 Planalto de Santa Elena. El eje del túnel avanza
en esta unidad entre las abscisas K 11+200 y K
14+000 y cruza las fallas de Santa Elena y Cerro
Verde cerca de las abscisas K12+650 y K
13+800. La zona de falla de Santa Elena cruza
ortogonalmente el eje del túnel, no así la de
Cerro Verde que lo cruza con un ángulo de 37 º.
La longitud de la zona de falla en el túnel puede
ser de 15 a 20 m con aportes de 20 l/s. La
infiltración total en este sector puede alcanzar
los 55 l/s. La magnitud del abatimiento por
efecto de la construcción no alcanza a tener una
magnitud que permita discriminarlo de las
variaciones estacionales; teóricamente puede
esperarse un abatimiento del nivel freático a lo
largo del eje túnel de 0.35 m en este sector. El
abatimiento esperado tendrá una distribución
particular en este sector con sus valores
máximos concentrados a lo largo de las fallas
Santa Elena y Cerro Verde.
 Transición del Planalto de Santa Elena al
Altiplano de Rionegro. Entre el K 14+000 y el
portal oriental, el túnel cruzara las fallas de La
Honda, La Quiebra y Piamonte en las abscisas
K16+300, K16+700 y 17+500 respectivamente.
La mayor zona de falla corresponde a la falla La
Honda que puede tener más de 30 m, y la menor
de ellas la falla Piamonte. La longitud de las
zonas de falla cruzadas por el túnel puede ser
mayor que 50 m con infiltraciones de 30 a 60
l/s. La infiltración por goteo en este sector es
menor que 70 l/s. La infiltración a través de las
zonas de falla puede estar cargada de sales.
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