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Eutanasia
Objetivo
Introducción
Desarrollo de proyecto
Marco de referencia
Marciano Vidal (citado en Vargas, n.d.), establece que el derecho del hombre a
morir dignamente tiene un contenido real que presupone una serie de exigencias que
han de ser realizadas mayormente por parte de la Sociedad:
Dichas situaciones se relacionan por lo general, con la posición del paciente que
considera preferible acortar su vida, adelantando la muerte por diversos motivos, tales
como: evitar una agonía prolongada, liberación de grandes sufrimientos, deshacerse de
"vidas inútiles", hacer del morir una "elección libre", etc.
necesita, para conservarla aunque sea en forma precaria o por corto tiempo, de
tratamientos por encima de lo normal.
El problema ético planteado es: ¿el respeto por la vida humana supone aceptar
una terapia distanásica o el derecho a morir dignamente apoya la tesis de la
antidistanasia?
Se debe considerar entonces ante estas situaciones que la diferencia entre "dejar
morir" y "hacer morir" marca una clara línea entre lo moral y lo inmoral.
Rechazo ante toda forma de eutanasia que resulte impuesta, esto es,
contra la voluntad del enfermo terminal. Por ejemplo, en la actualidad consideramos un
asesinato la matanza de supuestas "vidas sin valor", como la de los enfermos mentales.
Estos son actos crueles e inaceptables desde cualquier punto de vista.
Cada vez es son más extensos los movimientos que defienden la eutanasia. En
los últimos siglos, especialmente en los Estados Unidos, ha existido una fuerte
tendencia hacia ello, donde se busca brindar la máxima libertad al individuo. Algunos de
esos argumentos son:
Sobre este tema, hay un hecho muy claro: no existe unanimidad de criterios al
respecto; las posiciones son totalmente adversas; por un lado, los que se pronuncian a
favor de la misma, aduciendo básicamente el principio de autonomía sobre la propia
persona y de derecho a "morir con dignidad" y por otro lado, los que la rechazan de
manera tajante, dentro de los cuales se encuentra fundamentalmente, la Iglesia
Católica, en base a que la vida es un don divino y debe ser Dios el único que podrá
determinar el momento de la muerte.
- Existen vidas humanas que han perdido la calidad del bien jurídico, por
quedar desprovistas de valor, la continuidad de su existencia, tanto para la
misma persona como para la comunidad en que se encuentran.
- El dolor que sufre una persona es tan intolerable que sólo lo puede acabar la
muerte, y es tan espantosa su agonía, que se impone su aceleramiento. El
móvil es exclusivamente de carácter piadoso.
- El mal que está aquejando al paciente es incurable, el diagnóstico médico
indica que actualmente se desconoce el método para curar al enfermo.
Proyecto Final
Por su parte, Rodríguez (2006), señala que en los últimos años ha habido un
considerable debate ético acerca de permitir la eutanasia activa voluntaria y el
suicidio asistido para enfermos terminales. Existe una tendencia a escribir en las
revistas científicas en favor de aceptar la moralidad de la eutanasia en un esfuerzo de
conquistar el consenso público para su legalización. De hecho, en países como
Holanda la eutanasia ha sido despenalizada desde hace tiempo; se han presentado
leyes para su despenalización en Australia y en los Estados Unidos, en el estado de
Oregon, y es motivo de debate en varios parlamentos a nivel mundial. El suicidio
asistido significa que el médico provee los medios necesarios para que el paciente de
fin a su vida. La eutanasia activa significa que el médico, de manera personal,
administra una droga letal. La muerte se busca para finalizar una vida que ha llegado a
ser intolerable por el sufrimiento causado al paciente o porque la vida ha adquirido tal
condición que no merece ser considerada digna.
Aun considerando que la vida pueda llegar a ser irresistible, la tesis final es que
la vida no puede ser tomada y el suicidio no es ético. La cuestión que surge es si
los creyentes tienen el derecho de extender sus propias creencias personales a toda la
población, incluyendo ateos, agnósticos y aquellos que se rigen por lo secular. En este
caso los creyentes sí tienen este derecho porque se trata de algo que compete a la vida
misma, independientemente de la religión y, por tanto, es posible encontrar una
solución racional. Tanto los creyentes como los que no lo son, han de estar de acuerdo
en que la vida y la muerte no les pertenecen por completo, les han sido dadas. No todo
es autónomo en el ser humano. El ser humano no se da la vida a sí mismo, la recibe de
sus padres y se debe a ellos y a la sociedad a la que pertenece. Por lo tanto, no se
tiene un dominio absoluto sobre la vida y no se puede tomar. Este argumento refuerza
todos los argumentos críticos en contra de la eutanasia, ya que la calidad de la vida no
puede tener mayor valor que la vida misma, la autonomía del enfermo no puede ser
absoluta en cuanto se refiere a su vida misma, la verdadera compasión no puede
consistir en eliminar al que sufre, el sufrir no puede ser razón suficiente para aceptar el
suicidio, el dejar morir está en el contexto de aceptar la muerte como un proceso de la
vida misma, y aliviar el dolor y el sufrimiento es ayudar a la vida. Tratar el cuerpo
como si fuera un objeto que puede ser destruido, viola la dignidad intrínseca de la
persona. El ser humano tiene la responsabilidad y el deber de cuidarse los unos a los
otros hasta el final de la vida. Debe distinguir entre poseer algo como la vida y el hecho
de poder asumirla. La vida la ha recibido, no es un objeto que pueda poseer, más bien
es responsable de lo que hace con su vida, es capaz de tomar opciones y esta
posibilidad lo hace capaz de asumir su vida. Es un ser personal viviente pero no posee
su vida como si fuera un objeto.
Los médicos holandeses dejan morir por lo menos a 300 bebés minusválidos
recién nacidos; deniegan operaciones de enfermedades congénitas de corazón a niños
con síndrome de Down, negándose a anestesiarlos; y se niegan también a Implantar
marcapasos a pacientes mayores de 75 años o a tratar de edema pulmonar a pacientes
Proyecto Final
Todos los preceptos anteriores sirven de marco teórico para que el gobierno
pueda fundamentar y defender la vida ante los detractores de la misma. La eutanasia
es contraria a la ética y debe ser condenada por la profesión médica. Cuando el médico
ayuda intencional y deliberadamente a la persona a poner fin a su vida, entonces el
médico actúa contra la ética. Sin embargo, el derecho de rechazar tratamiento médico
es un derecho básico del paciente y el médico actúa de forma ética, incluso si al
respetar ese deseo, el paciente muere.
Por otra parte, en el Código Penal Federal, en cuanto a ese mismo respecto, se
observan los siguientes artículos:
Artículo 312: El que prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será
castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de
ejecutar el mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años.
Artículo 127: Al que prive de la vida a otro, por la petición expresa, libre,
reiterada, seria e inequívoca de éste, siempre que medien razones humanitarias y la
víctima padeciera una enfermedad incurable en fase terminal, se le impondrá prisión de
dos a cinco años.
Artículo 310: El que prestare auxilio o indujera a otro para que se suicide, será
sancionado con prisión de uno a cinco años, si se lo prestare hasta el punto de ejecutar
él mismo el homicidio, la prisión será de cuatro a doce años.
De acuerdo a García (2011), los fines del derecho son claros y directos y se
sintetizan en los ideales de justicia, seguridad y el bien común. Por ello, las
prescripciones del derecho a través de los tiempos, se han caracterizado por tender
hacia la realización de un conjunto de fines o valores ético-sociales, de interés general
para la comunidad.
Pregunta de investigación
¿Qué argumentos pueden influir en la opinión pública con la finalidad de que ésta
comprenda que la vida es un derecho del ser humano?
Hipótesis
Resultados
Por su parte, Rodríguez (2006), señala que aun considerando que la vida sea
insoportable, no se puede disponer de ella y el suicidio no tiene cabida dentro de los
parámetros éticos. De manera muy interesante, señala que sin importar las creencias
religiosas (o la falta de ellas) pueden razonablemente estar de acuerdo en que la vida y
la muerte no son de su pertenencia, sino que les ha sido concedida. No necesariamente
la vida del ser humano gira en torno al principio de Autonomía.
Otro punto que conmina a la reflexión, es aquel donde señala que el ser humano
no se otorga la vida a sí mismo, la recibe a través de sus padres, por lo que tiene una
obligación de vida recíproca hacia sus padres y, por ende, hacia la sociedad, ya que en
ella convivirá el resto de su vida con sus congéneres. De lo anterior se desprende que
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Por otra parte, también debe considerarse que dentro del actuar moral, la
verdadera compasión no consiste en la eliminación de aquellos que sufren. El
sufrimiento no es una razón de peso para aceptar el suicidio. El hecho de tratar el
cuerpo como si fuera un objeto que puede ser desechado, viola la dignidad intrínseca
del ser humano.
En cuanto a este respecto, las opiniones sobre la eutanasia están divididas, sin
embargo, existen antecedentes de que su despenalización resultaría seriamente nociva
para la sociedad y derivaría en detrimento de la defensa de los más desprotegidos, lo
cual, atenta contra los principios éticos y morales a que se han venido haciendo
referencia. Por lo tanto, resultará muy elocuente poner en antecedentes al lector sobre
los resultados que arroja la investigación en este rubro, de tal forma, que al conocer los
daños que puede causar inclinarse a favor de esta postura.
Entre los holandeses crece cada vez más la aceptación de la eutanasia activa
"voluntaria". Ha pasado de un 70% a un 76% en tan sólo un año. Lo realmente
alarmante es que cada vez más gente acepta que se debe negar el tratamiento a
personas minusválidas, adultos mayores e incluso a individuos que no tengan familia.
Incluso, según encuestas realizadas en ese país, la mayoría de las personas que
defienden la eutanasia voluntaria, la libertad de elección y el derecho a morir, también
aceptan la eutanasia activa involuntaria, es decir, que se niegue la libertad de elección y
del derecho a la vida" (...)
Esta es la parte interna de los problemas sociales que puede acarrear fomentar
la aplicación de la eutanasia en un país. Pareciera que todo se reduce a autorizar o no
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una ley, pero hay que detenerse a pensar en otro tipo de factores como la forma en que
puede afectar a las familias en cuanto tuvieran que afrontar de manera real este tipo de
situaciones.
Ahora bien, por otra parte, también se debe tomar en cuenta el aspecto ético y
moral del derecho, por lo que el Estado puede apoyarse en la justicia, el bien común, la
paz y la seguridad para mantener el orden social. Los anteriores elementos, son
esencialmente los fines del derecho. Por ello, de acuerdo a Trejo (2007), el gobierno
puede poner en marcha iniciativas que promuevan campañas en favor de la defensa de
la vida. En dichas campañas se puede informar al público sobre importantes postulados
relativos a este respecto, tales como: Declaraciones de la Asociación Médica Mundial
sobre la Eutanasia, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, o
la Recomendación 1418 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en
cuanto a la protección de los enfermos en etapa terminal, por citar algunos ejemplos.
Se esperaría que con mayor información, cambie la perspectiva de las personas.
traduce como prestar auxilio o inducir a otro para que se suicide, por lo que se castiga
con 5 años de cárcel; mientras que la persona que apoya a morir a otro, matándolo,
tiene de 4 a 12 años de prisión”.
De acuerdo a García (2011), los fines del derecho son claros y directos y pueden
sintetizarse de acuerdo a los ideales de justicia, seguridad y el bien común. Es así que
las prescripciones del derecho con el paso del tiempo, se caracterizan porque tienden
hacia la realización de un conjunto de fines o valores ético-sociales, de interés general
para toda la comunidad.
La eutanasia se contrapone a los fines del derecho porque falta a los valores
más elementales que son la justicia y seguridad. No puede existir justicia cuando se
está despojando de la vida a un ser humano. La vida es un derecho inalienable de todo
ser humano, ésta no puede ser arrebatada por otra persona porque se consideraría
entonces homicidio; por lo tanto, se convertiría en un acto inmoral, y lo inmoral, no tiene
cabida en el derecho. Tampoco se cumple con el precepto de seguridad para los más
desprotegidos, los enfermos terminales, los ancianos, los minusválidos, aquellos que no
tienen familia, etc. Estos dejan de tener seguridad jurídica al conceder a otros derecho
sobre su vida; si se les otorga la calidad de objeto, ni siquiera son considerados ya
como personas, y, como sabemos, la persona es la figura jurídica más importante en el
derecho, Si un ser humano no es considerado siquiera como persona, entonces pierde
todo derecho a que pudiera ser acreedor, por lo tanto, no puede aspirar a seguridad
alguna, ni siquiera a la familiar, puesto que se supone que son sus parientes cercanos
quienes debieran velar por su bienestar y brindarle los cuidados necesarios hasta que
llegue el momento de su fallecimiento, en lugar de adelantar su muerte cuando ellos lo
determinen.
Conclusión
Adoptar una actitud positiva ante la vida resultaría más benéfico que ir en contra
de ella; no se puede nadar contra corriente. No se trata de hacer algo porque todos los
demás lo hagan, se trata de hacer lo que es correcto porque así lo dicta el deber moral
y, por supuesto, el derecho. Los beneficios de abogar por la vida son luchar por los
valores de igualdad, justicia, libertad; todo aquello que nos hace ser orgullosos de
nosotros mismos, por lo que nos hacemos llamar “seres humanos”.
Como principiante del estudio del derecho, este trabajo me ha servido para
darme cuenta que no se pueden emitir opiniones sin antes haber fundamentado
cualquier juicio, incluso cuando ya se ha formado alguno previo. Como futuros
abogados, los estudiantes debemos darnos a la tarea de informarnos para poder
realizar adecuadamente nuestros constructos; sería una total falta de ética establecer
puntos de vista a priori sin haber otorgado a estos la importancia debida a través de la
fundamentación legal, moral y ética que por la trascendencia del tema se requería.
La vida es un valor universal que no puede serle arrebatado al ser humano como
si fuera una cosa, un objeto; es lo más valioso que poseemos hasta el momento de
nuestra muerte y lo debemos cuidar con el mayor de los celos. El morir también es
parte de la vida al igual que el sufrimiento. Si bien es cierto que todo ser humano anhela
morir con dignidad, también lo es que la vida dura más que la muerte, por lo que
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deberíamos considerar que es más importante entonces vivir con dignidad, puesto que
los actos que realizamos nos definen durante toda la vida y nos identifican después de
ella. ¿Cómo queremos ser recordados? Que el legado para nuestros hijos sea el valor
de haber vivido con dignidad y entereza ante las dificultades, puesto que eso será
precisamente lo que les infundirá la fortaleza que necesiten para salir adelante el día
que no estemos para darles nuestro apoyo. Defendamos la vida y sobre todo,
aquilatémosla como el más valioso tesoro, pues ya lo dijo Gandhi: “vive como si fueras
a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre”.
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Referencias
07.pdf&ei=qx4BUu2WIeOayAGlk4EQ&usg=AFQjCNFSUALUNlSSaSkzqgF0BN8
09TAhUQ
Vargas, T. (n.d.). La eutanasia. Recuperado agosto 05, 2013. [Documento WWW].
http://tatianavg211.galeon.com/