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Clase: Historia del derecho Hondureño

Catedrático: Carlos Mendoza Alvarado

Estudiante: Irma Sarahy Gómez Zepeda

Cuenta: 200861010209

Asignación: ensayo sobre La Historia del Derecho


Administrativo en Honduras.

Tegucigalpa MDC, 10 de agosto de 2021


El Derecho Administrativo en Honduras.

Introducción

En el presente ensayo damos a conocer la historia del derecho administrativo en


honduras donde podemos ver los diferentes trayectos de la administración pública
hondureña bajo la vigencia de la constitución de la república, El derecho
administrativo estudia la normativa que regula la administración pública en todas sus
manifestaciones; en su organización, en sus funciones, en sus procedimientos, en
sus relaciones con los sujetos de derecho y en la revisión de sus actos en sede
judicial. Aquí abordaremos, pues, el sistema jurídico hondureño que contiene la
normativa reguladora de la administración pública.
Evolución normativa

A) Antecedentes

[ CITATION Jos93 \l 3082 ] Durante la dominación española la administración pública


hondureña estuvo regulada por las normas que dictaban la Corona, el Virreinato de
México y la Capitanía General de Guatemala. La Constitución de Bayona y la
Constitución de Cádiz también estuvieron vigentes en Honduras, aunque no
incidieron notablemente en la organización y el funcionamiento de su administración
pública. Luego de la independencia, su primera regulación republicana se encontró
en la primera Constitución de 1825, emitida bajo la vigencia de la Constitución
Federal del Estado Centroamericano de 1821. Inicialmente el Poder Ejecutivo,
según la primera Constitución, estaba integrado por el jefe supremo del Estado, y el
vicejefe, electos por cuatro años. Para el despacho de los asuntos públicos había un
ministro general, de libre nombramiento por el jefe supremo, pero para removerlo se
necesitaban dos terceras partes del Consejo Representativo, presidido por el
vicejefe e integrado por representantes de todos los departamentos. La hacienda
pública estaba a cargo de un intendente general, y el ejército, del comandante
general.

En la Constitución de 1839 el Poder Ejecutivo estaba a cargo del presidente, electo


directamente por el pueblo. La duración de su cargo era de dos años. En caso de
impedimento de éste, eran elegidos tres suplentes por la Cámara de
Representantes, la cual, vía sorteo, seleccionaba al que lo sustituiría. Los ministros
eran tres, propuestos por el presidente y nombrados por la Cámara de
Representantes, en los ramos de Relaciones, Guerra y Hacienda. El jefe político del
departamento e intendente de Hacienda era nombrado por el presidente. Había
municipalidades cuando en la comarca las personas eran más de 500 o tenía 100
casas, cuyas autoridades eran electas. Se reconoce la responsabilidad de los
empleados públicos en todos los niveles y se establecen las formas de hacerla
efectiva. En la Constitución de 1848 el periodo presidencial era de cuatro años y
señalaba el 1° de febrero como día de inicio y finalización del mismo, indicando que
por ninguna circunstancia podía durar un día más. Había un vicepresidente electo
por la Asamblea General. No podía nombrar más de dos ministros. Se creó un
Consejo de Estado para determinar si había lugar a la formación de causa en caso
de los altos funcionarios del Estado, integrado por un senador, un magistrado de la
Corte, el ministro o los ministros, el director de Hacienda Pública y hasta dos
funcionarios electos por la Asamblea General, en atención a su ilustración y a sus
servicios. En lo demás, se seguía el esquema de la Constitución anterior. En la de
1865 se incluyó como requisito para ser presidente “no haber hecho la guerra a ésta
[a la República] en calidad de caudillo simplemente, o en la de jefe militar, desde la
emisión de esta Carta en adelante” (lo que revela el espíritu levantisco de los
políticos de la época), y se prohibió la reelección. El número de los ministros lo
determinaba el presidente, pero no podía ser menos de dos. En cada departamento
había un gobernador nombrado por el presidente para un lapso de dos años. En
materia de responsabilidad se disponía que el presidente no podía ser acusado ni
sometido a juicio sino hasta después de terminado su periodo. Se establecía que la
policía de seguridad sólo podía ser confiada a autoridades civiles. En lo demás,
seguía igual que las anteriores. En la de 1873 se sigue el modelo de la anterior, con
la única diferencia de que en materia de responsabilidad no se permitía la
aprobación de la conducta oficial del presidente mientras estuviere en el ejercicio del
cargo. En la de 1880 la denominación de ministros fue sustituida por la de
secretarios de Estado, en número de uno o más, nombrados por el presidente. En la
de 1894, además de al vicepresidente, los designados electos anualmente por el
Congreso podían sustituir al presidente. Había de tres a seis secretarios de Estado,
que podían asistir, sin voto, a las deliberaciones del Congreso. Para la fiscalización
de la administración del tesoro nacional se creó el Tribunal Superior de Cuentas, y
para representar los intereses de la hacienda pública, un fiscal general, nombrados
por el Congreso. El presidente podía ser acusado durante su ejercicio. La de 1906,
que sólo estuvo vigente un año, pues en 1908 se decretó que estaba vigente
nuevamente la de 1894, el sustituto del presidente era el Consejo de Secretarios de
Estado. Los secretarios de Estado no podían exceder de seis ni ser menos de tres.
El fiscal general pasó a ser nombrado por el presidente.

La de 1936 ordenaba la sustitución del presidente; a falta del vicepresidente,


comienza con el presidente del Congreso y sigue con el presidente de la Corte
Suprema. El periodo presidencial era de seis años y comenzaba el 1° de enero. No
estaba previsto voto de censura para los secretarios de Estado. Esta Constitución se
reformó para eliminar la prohibición de reelección, asegurando un total de 16 años
en el poder al presidente Tiburcio Carías Andino. La Constitución de 1957 previó
tres designados para sustituir al presidente de la República, electos con éste
directamente por el pueblo. El periodo presidencial era de seis años y comenzaba el
21 de diciembre. Se requería permiso del Congreso para las ausencias del territorio
nacional por más de 30 días. La sustitución del presidente, a falta de los
designados, recaía en el Consejo de Ministros, pero éste debía convocar a
elecciones de manera inmediata. Estaban previstos no menos de nueve secretarios
de Estado. Entonces surgió la figura de jefe de las Fuerzas Armadas, que
garantizaba la autonomía a éstas, al grado de disponer que las diferencias entre el
presidente y el jefe de las Fuerzas Armadas correspondiera resolverlas al Congreso
Nacional. Y se le otorgaba el privilegio de prestar un juramento cuya fórmula era
especial para él, diferente del que debían prestar los demás, incluidos el propio
presidente. Se creó la Contraloría General de la República para fiscalizar a posteriori
la hacienda pública y para representar los intereses del Estado. Se creó también la
Procuraduría General de la República, a la que se atribuyó la función de ejercer las
acciones penales y civiles derivadas de las intervenciones de la Contraloría. Se
regularon las “instituciones autónomas”, entre las que ya existían el Banco Central y
el Banco Nacional de Fomento. Se instituyó el Servicio Civil para regular la relación
de servicio entre los servidores públicos y el Estado. Se estableció la presunción de
enriquecimiento ilícito de los servidores públicos cuando el aumento de su capital,
desde la toma de posesión hasta el cese de sus funciones, fuere notablemente
superior al que normalmente podía tener por sueldos o ingresos legales de cualquier
tipo, incluyendo los de su cónyuge e hijos. La Constitución de 1965 establecía que
no podía haber menos de 10 secretarías de Estado y reconocía que la capital de la
República la constituían las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela,
conjuntamente. En lo demás seguía a la anterior.

B) Regulación en la Constitución vigente La Constitución actual está vigente


desde 1982. En ella se contienen las bases fundamentales de la administración
pública.

C) Poder Ejecutivo El capítulo relativo al Poder Ejecutivo regula tres órganos; a


saber: Presidencia de la República, Consejo de Ministros o Consejo de Secretarios
de Estado, y secretarías de Estado. Éstos constituyen la administración centralizada
D) Instituciones autónomas y municipalidades Las instituciones autónomas y las
municipalidades están reguladas por la Constitución de la República. Las primeras
están reglamentadas especialmente por la Ley General de la Administración
Pública, y las segundas por la Ley de Municipalidades.

Características de la administración pública hondureña

“La administración pública tendrá por objeto promover las condiciones que sean
más favorables para el desarrollo nacional sobre una base de justicia social,
procurando el equilibrio entre su actuación y los derechos e intereses legítimos de
los particulares.”3 Esta disposición ilustra el tipo de administración pública que crea
el legislador hondureño. Por ello, establece la planificación como principio rector de
la administración pública para fijar sus objetivos y sus metas, racionalizar sus
decisiones, hacer un aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles, asegurar
la acción coordinada de sus órganos o entidades, la evaluación periódica de lo
realizado y el control de sus actividades; en consecuencia, se postula la sujeción de
la administración pública a los planes nacionales de desarrollo aprobados por el
gobierno.4 Manda, además, que la creación, modificación o supresión de cualquier
órgano o entidad administrativa procederá únicamente previa definición del fin
público a satisfacer cuando se acredite su factibilidad económico-administrativa,
considerando el costo de su funcionamiento, el rendimiento especializado o, en su
caso, el ahorro previsto; y prohíbe que se creen nuevos órganos o entidades que
supongan duplicación de otros ya existentes, si al propio tiempo no se suprime o
restringe debidamente la competencia de éstos.

Organización

La administración pública hondureña es centralizada y descentralizada.7 La primera


está integrada por los órganos del Poder Ejecutivo8 y la segunda por las
instituciones autónomas y las municipalidades.9 La regulación de la administración
pública se encuentra en la Ley General de la Administración Pública, elaborada
como consecuencia de un diagnóstico que de la década de los setenta a la década
de los ochenta, en el siglo pasado, dirigió la Secretaría Técnica del Consejo
Superior de Planificación Económica .De este estudio resultaron los proyectos que
luego se transformaron en ley: Ley General de la Administración Pública, Ley de
Planificación (derogada en la década de los noventa), Ley de Procedimiento
Administrativo y Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo.10 También
sirvió, posteriormente, para elaborar la Ley de Contratación del Estado y la Ley de
Municipalidades.

2. La administración pública central

Los órganos del Poder Ejecutivo son los siguientes: presidente de la República,
Consejo de Ministros y secretarías de Estado. A) Presidente de la República El
órgano superior de la administración pública es el presidente de la República, electo
directamente por el pueblo, por mayoría simple para un periodo de cuatro años que
empieza el día 27 de enero siguiente a la fecha en que se realiza la elección.11 Los
requisitos para ser presidente de la República son los siguientes: ser hondureño de
nacimiento, mayor de 30 años, estar en el goce de sus derechos políticos y ser del
Estado seglar.

B) Consejo de Ministros

El Consejo de Ministros, o Consejo de Secretarios de Estado, está integrado por los


“secretarios de Estado, convocados y reunidos en la forma prevista por la ley”. Su
presidencia corresponde al presidente de la República y, en su defecto, con
instrucciones de éste, al secretario de Estado del Interior, y actuará como secretario
del mismo, el secretario de Estado en el despacho de la Presidencia. Sus decisiones
se adoptan por simple mayoría. En caso de empate el presidente tiene voto de
calidad. Cuando se reúna sin la conducción del secretario del Interior y en ausencia
del presidente, las decisiones adoptadas serán confirmadas por éste para adquirir
validez.

C) Las secretarías de Estado

Las secretarías de Estado son los órganos entre los que se distribuyen las
competencias que corresponden al Poder Ejecutivo. Están a cargo de secretarios de
Estado nombrados y removidos libremente por el presidente de la República; sin
embargo, se reconocen secretarios de Estado sin despacho determinado. Entre las
secretarías de Estado no existe rango jerárquico ni preeminencia alguna; sin
embargo, se establece una precedencia para indicar el orden en que deben ser
consignadas en los documentos oficiales. Los suplentes legales de los secretarios
de Estado son los subsecretarios, que en algunas secretarías son los titulares de
subsecretarías creadas por ley. Los sustituyen en casos de ausencia o impedimento
legal. En caso de ausencia o impedimento legal de los sustitutos, el presidente
podrá asumir temporalmente la titularidad de la secretaría de Estado o confiársela a
otro secretario de Estado. Bajo la dependencia jerárquica inmediata de los
secretarios de Estado se encuentran los secretarios generales, la gerencia
administrativa y las direcciones generales.

La administración pública descentralizada

A) Las instituciones autónomas


Las instituciones autónomas tienen las siguientes características: son
creadas por ley, tienen patrimonio y personalidad jurídica propia, son titulares
de competencias exclusivas, gozan de autonomía y autarquía, se rigen por
sus propias leyes y participan en la formación de la política del Estado a la
que quedan sometidas en su actuación Se clasifican en institutos públicos y
empresas públicas. Los primeros “son los que se establecen para atender
funciones administrativas y prestación de servicios públicos de orden social,
tales como la educación y la seguridad social”. Las segundas se crean para
desarrollar actividades económicas de financiero, industrial o comercial, al
servicio de diversos fines y que no adoptan la forma de sociedad mercantil.
Su modificación o extinción requiere una ley aprobada por los dos tercios de
votos de los miembros del Congreso Nacional, y antes de su emisión debe
contarse con la opinión del Poder Ejecutivo, la cual no es vinculante. Su
organización la componen dos órganos; a saber: el que asume la dirección y
el que ejecuta lo que decide éste. El primero es la junta directiva; el segundo
puede ser el presidente, el gerente o el director, según la denominación que
adopte en la ley respectiva. Con excepción de la unah, todas las demás
entidades autónomas tienen en sus juntas directivas a secretarios de Estado.
En la mayoría también están representados los sectores involucrados en el
sector en que se inserta la institución autónoma. Así pueden encontrarse
empresarios, obreros, dirigentes gremiales, etcétera.
B) Las municipalidades o corporaciones municipales
“Los departamentos, dispone la Constitución, se dividirán en municipios
autónomos administrados por corporaciones electas por el pueblo, de
conformidad con la ley.” Las municipalidades se rigen por la Ley de
Municipalidades y por la Ley de Policía y de Convivencia Social. Los
municipios son creados por ley, independientes de los poderes del Estado;
gozan de autonomía política, porque sus autoridades son electas y pueden
formular su política de conformidad con la visión que proclame el partido
político que se imponga en las elecciones. El municipio consta de tres
elementos; a saber: territorio, población y organización. El territorio se
denomina término municipal, definido como “el espacio geográfico hasta
donde se extiende la jurisdicción y competencia de un municipio”. No podrá
ser inferior de 40 kilómetros cuadrados y debe ser continuo. Siempre estará
ubicado dentro de un departamento y sometido a una sola jurisdicción
departamental, por lo que ninguna modificación o cambio en el término
municipal tendrá el efecto de modificar la extensión del departamento al que
pertenece. La población está integrada por los habitantes, que pueden ser
nacionales o extranjeros. Éstos pueden ser vecinos o transeúntes La
municipalidad es una persona jurídica cuyo órgano supremo está integrado
por las siguientes autoridades electas: un alcalde, a quien corresponde la
representación legal, un vicealcalde y regidores. Son electos para un periodo
de cuatro años, por mayoría simple y en aplicación al sistema de
proporcionalidad que se determina por cocientes y residuos electorales, de
modo que en la integración resultan representados todos los que alcancen el
mínimo de votos para considerarlos dentro de los cocientes o los residuos
electorales municipales. Para ser munícipe se requiere lo siguiente: ser
mayor de 18 años, hondureño de nacimiento, nacido en el municipio o residir
consecutivamente por más de cinco años, estar en el pleno ejercicio de sus
derechos civiles y políticos, y saber leer y escribir.

Jerarquía normativa
El ordenamiento jurídico administrativo está sometido a una jerarquía
reconocida en la lgap. En su artículo 7 dispone que los actos de la
administración pública se ajustan a la siguiente jerarquía normativa: la
Constitución de la República, los tratados internacionales ratificados por
Honduras, la presente ley, las leyes administrativas especiales, las leyes
especiales y generales vigentes en la República, los reglamentos que se
emitan para la aplicación de las leyes, los demás reglamentos generales o
especiales, la jurisprudencia administrativa y los principios generales del
derecho público. La Constitución de la República se coloca al vértice de esta
jerarquía y provee legitimidad al ordenamiento jurídico secundario. La
“supremacía constitucional” rige en relación con la legislación secundaria.
Ninguna ley puede contradecir a la Constitución. Por consiguiente, si una ley
contradice la organización, las competencias o los procedimientos que ésta
reconoce, o reduce, tergiversa o niega los derechos que en la misma se
contienen, puede ser impugnada mediante la “garantía de
inconstitucionalidad” ante la Sala de lo Constitucional, por razones de forma o
de contenido, y declarada inconstitucional e inaplicable, y la sentencia que
profieran estas declaraciones tiene efectos derogatorios. En estos casos,
quien presente la inconstitucionalidad debe acreditar que la ley le afecta en
su interés personal, directo y legítimo,18 salvo en el caso de que la presente
el juez o el tribunal que conozca de la causa.19 Los tratados internacionales
pueden ser aprobados aun cuando afecten disposiciones constitucionales,
siempre que su aprobación siga el procedimiento de reforma a la
Constitución.20 Sin embargo, no podrán aprobarse tratados que “lesionen la
integridad territorial, la soberanía e independencia de la República”.21 En
caso de conflicto entre un tratado y una ley secundaria, prevalece el tratado.
En la jurisdicción de lo contencioso-administrativo nunca se logró esa
uniformidad requerida por la ley, por lo que no hay jurisprudencia
administrativa. En general, los fallos de la Corte Suprema de Justicia, antes, y
los de las salas, ahora, exhiben muy poca calidad científica y una notoria
incongruencia entre sí, lo que hace difícil encontrar en los mismos un orden
lógico que permita extraer principios o ideas fundamentales que impriman
orden y certeza para la producción de doctrina legal vía la casación. Por esta
razón hay muy poca doctrina legal en materia civil, laboral, penal, etcétera.
Jerarquía de los actos administrativos
Los actos de la administración pública son los siguientes: decretos,
acuerdos, resoluciones y providencias.26Todos estos actos deben ser
firmados por el titular del órgano emisor y, con funciones de validación, por el
funcionario que la norma indique. Los decretos ocupan el primer lugar de la
jerarquía.28 Son emitidos en Consejo de Ministros e, individualmente, por el
presidente de la República, sobre materias que sean competencia exclusiva
de éste. Los acuerdos ocupan el segundo lugar. Son emitidos por el
presidente o por los secretarios de Estado en los siguientes supuestos:
cuando se decidiere fuera de los procedimientos en que los particulares
intervengan como parte interesada y cuando se tratare de actos de carácter
general dictados en el ejercicio de la potestad reglamentaria.29Las
resoluciones ocupan el tercer lugar y son los actos por los cuales se concluye
un procedimiento en el que es parte un interesado.30 Las providencias
ocupan el último lugar de la jerarquía y son las que se emiten para darle
curso al procedimiento administrativo.31 Los que emita el presidente serán
refrendados por el secretario de Estado respectivo. Los que emita el
secretario de Estado los autorizará el secretario general. Los demás serán
autorizados por el funcionario que indique las normas aplicables.
Conclusiones
 Un Estado constitucional de derecho no se limita a la conformación de
un sistema jurídico, implica una cultura, el ejercicio efectivo del poder,
en beneficio del pueblo y el adecuado servicio a la comunidad por
medio de las instituciones. Ante realidades tan complejas, el Derecho
administrativo de corte tradicional, se hace notoriamente insuficiente
para responder a las nuevas realidades. .

 Un Derecho administrativo actualizado y una gestión transparente y


eficiente, aparecen como una premisa básica, que puede contribuir a
despejar las incertidumbres que los nuevos retos ofrecen, como un
nuevo esfuerzo de conceptualización, incluyendo las nuevas
problemáticas, introduciendo nuevas metodologías y participando de
los debates y reflexiones.
Bibliografía
Moreno, J. (05 de 05 de 1993). https://www.inej.net/publicaciones. Obtenido de
https://www.inej.net/publicaciones: https://www.inej.net/publicaciones/derecho-administrativo-
centroamericano.pdf

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