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HORMONAS Y LA CONDUCTA AGRESIVA

Por el Dr. David R. De Rungs Brown

Las hormonas juegan un papel fundamental en el comportamiento humano, ya que éstas


regulan las funciones del cuerpo humano, así como la forma en la que reacciona el ser
humano ante distintas situaciones.

Para entender como las hormonas influyen en la conducta es necesario revisar cómo
y dónde son originadas, asimismo los efectos que tienen sobre el organismo.

La secreción hormonal es regulada por el ciclo endocrino, que consiste en una


glándula principal llamada hipófisis o pituitaria, ésta se divide en una parte anterior o
adenohipófisis y una posterior o neurohipófisis.

Cada una de estas porciones secreta diferentes hormonas, la primera se encarga de


producir oxitocina y vasopresina, las cuales son liberadas gracias a impulsos nerviosos
generados por el cerebro.

Por otro lado, la neurohipófisis secreta seis diferentes tipos de hormonas, que son la
luteinizante (LH) y foliculoestimiulante (FSH), las cuales a diferencia de las hormonas
adenohipofisiarias son liberadas al sistema circulatorio por medio del sistema porta
adenohipofisiario.

La relación entre la secreción hormonal y el comportamiento humano tiene una base


fisiológica, la cual se explica de la siguiente manera: Los impulsos nerviosos generados
por el cerebro viajan a través del Sistema Nervioso Central hasta llegar a su lugar de
acción, éstos pueden ser músculos o glándulas; lo anterior genera que el ser humano se
comporte de cierta manera.

Asimismo, estas conductas generan que los patrones de conducta del cerebro sean
modificados. Las hormonas causan cambios en el comportamiento, ya sea por su acción
central en el sistema nervioso, o por sus acciones colaterales en la piel, músculos y
glándulas.

Las hormonas también juegan un papel importante en la etapa embrionaria y postnatal; ya


que en este momento las hormonas determinan como una persona responderá ante
estímulos endocrinos en la adultez.

Existen diversas teorías acerca de la agresividad, cada una de las cuales contribuye a
explicar una dimensión del fenómeno. En 1983, Mackal efectuó una clasificación según
el elemento que considera determinante para su formulación y las englobó en 6 epígrafes;
una de éstas es la clasificación bioquímica, que consiste en lo siguiente:

El comportamiento agresivo se desencadena como consecuencia de una serie de


procesos bioquímicos que tienen lugar en el interior del organismo y en los
que desempeñan un papel decisivo las hormonas.
Se ha demostrado que la vasopresina, al igual que los andrógenos son agentes causales
de la agresión.

Lo que parece quedar claro de todo lo anterior es que, aunque la agresividad


está constitucionalmente determinada y aunque hay aspectos evolutivos ligados a la
violencia, los factores biológicos no son suficientes para poder explicarla, puesto que la
agresión es una forma de interacción aprendida.

Andrógenos:
Los andrógenos , entre otros la testosterona, influyen en la adquisición de la identidad
de género y en la aparición de rasgos de conducta típicamente ligados al dimorfismo
sexual, los cuales son el dispendio energético, la agresividad, la imitación temprana de
pautas masculinas o femeninas y las peculiaridades de la interacción en grupo de chicos
o chicas.

La testosterona fomenta la agresividad a través de distintos mecanismos diferentes:

a) Una vía sensitiva a los andrógenos, la cual se ve reflejada en las conductas agresivas
de los varones.

b) Una vía sensitiva a los estrógenos, que producen un aumento en el enfado y en la


tendencia hacia la agresividad en mujeres.

c) Una combinación de ambas, donde la vía funcional estará determinada por el genotipo.

Asimismo las niñas también se ven alteradas por los andrógenos, ya que si éstas se ven
afectadas prenatalmente por exceso de andrógenos tienden a comportarse más al estilo
masculino, el cual está caracterizado por practicar deportes que exigen gran esfuerzo
físico, son más agresivas, comparten gustos "propios" de los chicos, son menos
aficionadas a los "juegos de niñas", etc; sin embargo nada de esto les impide
reconocerse como mujeres, ser madres y adoptar roles femeninos.

Vasopresina:

La vasopresina estimula el hipotálamo, área conocida por regular la agresividad, por lo


tanto ésta se encuentra ligada a conductas de éste tipo.

Otras sustancias llamadas neurotransmisores, como el cortisol, están siendo investigadas


por su relación con las conductas agresivas, y se ha comprobado que los niveles salivares
bajos de cortisol pueden encontrarse inversamente relacionados con una conducta
agresiva. Pues en situaciones de miedo o de alto estrés aumentan las tasas de cortisol en
el organismo y su bajo nivel indicaría ausencia de miedo, lo que incrementaría la
posibilidad de una respuesta agresiva en una situación de castigo.

De igual manera, los niveles de serotonina en el organismo tienen una influencia directa
sobre los estados de ánimo.

Agotando los niveles de este neurotransmisor aumenta el comportamiento violento,


mientras que al incrementar los niveles de serotonina se reduce la agresión favoreciendo
las interacciones pacíficas con otros individuos.
En humanos con conductas de agresión impulsiva se ha comprobado lo mismo e incluso
se han detectado niveles bajos de serotonina en el líquido espinal cerebral de individuos
que se suicidaron de una manera violenta.
Características generales de la conducta agresiva:

La agresividad en una persona puede expresarse de diferentes modos.

Puede ser física, verbal, deliberada o impulsiva, puede desplazarse o permanecer


inhibida, puede verterse al exterior o estar dirigida contra la misma persona.

Pueden expresarse en distintos niveles y formas, por ejemplo, cólera, hostilidad y enojo.

En algunos casos la agresividad puede ser producto de lesiones cerebrales que afectan la
corteza orbitaria del lóbulo frontal y la parte anterior del hipotálamo.
Generalmente los impulsos agresivos son contenido de las ideas obsesivas compulsivas
y en actos compulsivos.

Efectos de la agresividad sobre el organismo:

Se ha establecido que personas que viven bajo situaciones frustrantes y no pueden


expresar su hostilidad por obstáculos ya sean externas o internas sufren de
alteraciones fisiológicas en el organismo.

Se dice que algunos hipertensos son personas que han acumulado rencores y
pensamientos agresivos por muchos años sin manifestarlos.

Otra enfermedad relacionada es la artritis que se produce por la activación persistente del
aumento del tono muscular, produciéndose así un daño en las articulaciones a largo
plazo.

La jaqueca hemicraneana se desencadena generalmente por la supresión de


hostilidad generada en exceso. Esta crisis se desencadena cuando la persona se
encoleriza y no lo exterioriza.

En todos estos casos la agresividad puede ser inconsciente y no se expresa


ante provocaciones externas. La importancia patogénica es el bloqueo involuntario
mediante la represión y el uso de mecanismos auxiliares.

Una característica de estas personas es la alexitimia, es decir la incapacidad de sentir


emociones. Un factor muy importante que puede desencadenar la agresividad es
la angustia y el miedo. Estas personas también pueden ser propensas a agresiones
violentas.

La agresividad como rasgo de la personalidad:

Muchas veces la agresividad de las personas esta generada en su carácter.


Al exterior pueden parecer personas suaves, cuya prioridad es siempre ayudar a los
demás, sin embargo esa aparente bondad es solo una forma de compensar los impulsos
agresivos.

Publicado 23rd October 2012 por Revista Homeostasis

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