Está en la página 1de 4

Conductas reproductoras.

Xavier Emma Mendoza Bonilla.

18-SPSS-1-216.

SEC: 830B.

Psychophysiology.

Prof. Isis Deyanira Vargas Arias.


Desarrollo y activación sexuales.
La pubertad es el proceso por el cual el organismo infantil se convierte en el organismo de
adolescente. Un cuerpo de niño/niña se convierte en un cuerpo de hombre/mujer. La
adolescencia es más extensa: es un proceso de desarrollo corporal, endocrino, psicológico y
social que va más allá del cambio físico. En estos cambios físicos y cómo lo viven los chicos y las
chicas me voy a centrar

En el cuerpo infantil se produce una revolución total y única en la vida del sujeto. Las hormonas
sexuales son las protagonistas del desarrollo y crecimiento corporal, marcando las diferencias
entre chicos y chicas. Estas hormonas hacen que se desarrollen los caracteres sexuales
secundarios y que los órganos genitales alcancen su maduración total. La edad media del inicio
de la pubertad se sitúa sobre los 10,5 años en las chicas y los 11,5 años en los chicos. Este
proceso dura entre 3 y 4 años.

El inicio de la pubertad es lento, el hipotálamo hace que la hipófisis empiece a segregar


gonadotropinas (LH, hormona luteinizante y FSH, hormona foliculoestimulante), estas
hormonas estimulan el crecimiento de las gónadas masculinas y femeninas (testículos y
ovarios), preparándolas para la fabricación y regulación de hormonas sexuales (testosterona el
testículo y estrógenos el ovario). Los aumentos hormonales son la principal causa de los
cambios físicos:

 El crecimiento se dispara: “estirón” (talla, peso, musculatura,)


 Los genitales aumentan de tamaño y adquieren el aspecto y las funciones adultas.
 Primera regla o menarquia y primera eyaculación
 Cambio de la voz…

La pubertad es la confirmación corporal de la identidad sexual. El niño/a ya sabía que lo era,


pero ahora el cuerpo se lo asegura con estos cambios. Cambia la forma de vivir su realidad
como hombre o mujer.

Los chicos generalmente reciben mensajes positivos respecto a la madurez (mayor fuerza,
mayor virilidad, mayor destreza...) mientras que las chicas reciben mensajes más ambiguos
(“tienes que ser más femenina”, “ya eres una mujer, a partir de ahora debes tener más cuidado
con los chicos” …)

Los chicos que maduran antes tienen una imagen corporal más positiva, un mejor
autoconcepto, mayor popularidad. Los que maduran más tarde pueden tener peor
autoconcepto, más pobre imagen corporal.

Las chicas que maduran antes de la media tienden a estar más descontentas con su imagen
corporal y tener peor autoconcepto, que las que maduran en el momento de la media de edad,
aunque también hay que destacar que esto está cambiando, pues cada vez es más habitual
encontrar a chicas que están encantadas con su madurez temprana, ganando en autoestima y
liderazgo, pues se acercan, antes que otras chicas de su misma edad a lo socialmente deseable.

El adolescente debe adaptarse a un cuerpo nuevo con unas funciones nuevas (eyaculación,
menstruación), que afecta no sólo a su biología, sino a la vivencia y procesos asociados,
individual y socialmente, a esos cambios biológicos.

Control neuroquímico de la conducta sexual.


En los seres humanos, el control de la respuesta sexual proviene en parte de la corteza cerebral,
pero es la médula espinal la encargada de coordinar esta actividad cerebral con la información
sensorial que proviene de los genitales, generando una actividad crítica que mediatiza la
respuesta sexual de las estructuras genitales.
Conducta sexual masculina
Algunas hormonas, como los esteroides gonadales y las hormonas peptídicas neurohipofíticas,
pueden actuar sobre receptores de células nerviosas, alterando los patrones de la conducta
sexual.
Esteroides gonadales
Las hormonas gonadales tienen efectos organizadores y activadores sobre el cerebro y la
conducta sexual. Concretamente, los andrógenos tienen efectos activadores de la conducta
sexual masculina con su actuación sobre receptores de las neuronas del área preóptica medial.
Así, por ejemplo, si a una rata macho se le extraen los testículos, su conducta sexual quedará
inhibida; sin embargo, mediante la administración intracerebral de testosterona en el área
preóptica medial se pueden reinstaurar los patrones normales de respuesta sexual.
Oxitocina
La oxitocina tiene un papel regulador sobre la conducta sexual de los mamíferos: la
administración intracerebral de oxitocina genera una conducta sexual más vigorosa y
persistente, en ambos sexos. La oxitocina puede actuar en el cerebro potenciando la inducción
de deseo sexual: concretamente, sus efectos neurales se concentran en el núcleo del lecho de
la estría terminal, en el área preóptica medial y el núcleo ventromedial del hipotálamo. Esta
hormona también interviene en los mecanismos de erección peneana y eyaculación. Como
ejemplo se cita la disminución de la latencia de eyaculación y un aumento de la probabilidad de
erección peneana, tras la administración cerebral de oxitocina.
Vasopresina
Otra hormona peptídica neurohipofítica, la vasopresina, es secretada por neuronas de la
amígdala medial y del núcleo de la cama de la estría terminal. La administración intracerebral
de antagonistas de esta hormona inhibe la conducta sexual masculina en ratas. Se ha podido
comprobar que la administración de testosterona induce la recuperación de los niveles de
vasopresina encefálica, minimizados tras una extirpación testicular. Este efecto coincide con la
recuperación de la actividad sexual.
Además del control neural de las hormonas, algunos neurotransmisores clásicos resultan
esenciales para la conducta sexual masculina.
Dopamina
En 1995, Hull y colaboradores encontraron que las neuronas del área preóptica medial
liberaban dopamina durante la actividad sexual.
Por ejemplo, la administración de agonistas dopaminérgicos en el área preóptica medial facilita
los mecanismos de erección y aumenta la conducta de cópula.
Tanto los esteroides gonadales como la dopamina, la oxitocina y la vasopresina parece que
tienen un papel muy importante en la conducta sexual masculina.

Conducta maternal.
La conducta materna (CM) consiste en la expresión coordinada de una serie de patrones
motores que la hembra despliega dese el final de la gestación hasta la lactancia; con la finalidad
de proveer de alimentación, protección y estimulación sensorial a la progenie, lo cual es
esencial para el desarrollo fisiológico y cognitivo de las crías. A su vez, la progenie provee a la
madre de los estímulos sensoriales y sociales indispensables para el establecimiento y
mantenimiento de la CM después del parto.

También podría gustarte