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Águila o

gallina 

 
Un guerrero indio se encontró un huevo de águila, el cual recogió del suelo y colocó más
tarde en el nido de una gallina. El resultado fue que el aguilucho se crió junto a los polluelos.

Así, creyéndose ella misma gallina, el águila se pasó la vida actuando como éstas. Rascaba
latierra en busca de semillas e insectos con los cuales alimentarse. Cacareaba y cloqueaba.
Al volar, batía levemente las alas y agitaba escasamente su plumaje, de modo que apenas
se elevaba un metro sobre el suelo. No le parecía anormal; así era como volaban las demás
gallinas.

Un día vio que un ave majestuosa planeaba por el cielo despejado.

Volaba sin casi batir sus resplandecientes alas dejándose llevar gallardamente por
lascorrientes de aire.

-¡Qué hermosa ave! -le dijo a la gallina que se hallaba a su lado. ¿Cuál es su nombre?

-Aguila, la reina de las aves - le contesto ésta. Pero no te hagas ilusiones: nunca serás como
ella.

El águila vieja dejó, en efecto, de prestarle atención.

Murió creyendo que era gallina.

Diferencia entre la gallina y el águila


¿Nuestra vida es más parecida a la de un águila o una gallina?

Gallina:
No vuela;
Es caza;
Ojos laterales;
Es alimento;
Come restos;
Domesticable;
Miedosa;
Se sujeta a quedarse presa;
Hace su nido a nivel del suelo;
Varias especies;
Sólo  ve durante el día;
Nido – Pluma y hierba;
Acepta más de un gallo;
Muere cabizbaja.

Águila:
Vuela alto, muy alto;
Es cazadora;
Ojos frontales;
Es  devoradora;
No se alimenta de nada en descomposición;
Salvaje;
Valiente;
No acepta quedar presa;
Construye su nido en los precipicios;
Especie rara;
Ve durante el día y durante la noche;
Nido – Plumas,  hierba y espinas;
Sólo acepta un macho para toda la vida;
Muere volando.

Nacemos  en Cristo para volar. Y volar alto.


A medida que las crías van creciendo, la madre águila va retirando primero las
plumas, después la hierva, para que las espinas les generen un cierto malestar  y
ellas alcen vuelo.

Dios actúa de la misma forma con nosotros. Cuando estamos bien acomodados en


nuestro nido, el, como el águila, retira las plumas, las pieles, la hierba, las astillas,
y permite que las espinas nos incomoden, para que alcemos vuelo.
Cuando llega el momento que la cría aprende a volar, la madre la pone sobre el
ala, sube bien alto, el entonces se inclina, dejándolo resbalar. Y la cría va
descendiendo  todo desordenado. De repente, la madre baja como una bala y se
posiciona debajo de él para qué pose en sus alas. Y repite ese ritual hasta que la
cría aprenda a volar.
“Como el águila que despierta a  su nidada y aletea sobre las crías, extiende sus
alas, y tomándolas, las lleva sobre ellas”, así el Señor nos sustenta, y en caso de 
titubearnos, nos abriga sobre sus potentes alas. El está siempre cerca para
socorrernos. Sus alas son siempre el mejor y más seguro abrigo.
“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro…” (Salmos. 91:4).

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