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Morfogénesis.

El hueso vivo
Arquitectura del hueso
¿Qué es la morfogénesis?
La morfogénesis se define como la formación o la génesis de órganos y comprende el
crecimiento y la diferenciación celular.
Formación ósea
Cuando somos apenas unos embriones dentro del útero materno los cartílagos se
encargan de sostener a nuestro cuerpo. Posteriormente, sobre este se va depositando
calcio y otras sales que le dan consistencia, transformando el cartílago en hueso. Este
proceso se llama osificación.
Crecimiento óseo
El crecimiento es un proceso complejo. La mayoría de las veces se debe a un aumento
de la longitud del hueso. Esto ocurre cuando ciertas sustancias (por ejemplo,
las hormonas) estimulan los huesos del cuerpo, provocando que se alarguen. En este
apartado explicaremos cómo y cuándo sucede esto.
Desarrollo de los huesos

Cuando un niño nace, la mayor parte de sus huesos son cartílago, que no es más que un
hueso blando y flexible. En los adultos el cartílago sigue presente en la nariz y las
orejas, mientras que en el resto del cuerpo se ha convertido en hueso.
Al crecer, los huesos se alargan y el cartílago se convierte en hueso propiamente dicho,
mucho más resistente y duradero. El crecimiento del hueso se produce desde el extremo
del mismo, en un lugar llamado placa epifisaria.
Las placas epifisarias se encuentran en los huesos largos, como el fémur o la tibia. Se
trata de trozos de cartílago en forma de disco que, a medida que van madurando,
estimulan el desarrollo de unas células denominadas osteoblastos. Los osteoblastos
contribuyen a la producción de hueso nuevo, lo que alarga el hueso.
Una vez finalizada la fase de crecimiento (por lo general, en los últimos años de la
adolescencia), la placa epifisaria se calcifica, con lo cual se va haciendo más delgada y
acaba por cerrarse. A partir de entonces el crecimiento del hueso de forma natural es
imposible.
Factores que inciden en el crecimiento
Los factores de crecimiento son sustancias que se producen de forma natural. En
concreto, el hígado es un gran productor de factores de crecimiento que se transportan a
través del flujo sanguíneo hasta donde son necesarios.
Los factores de crecimiento contribuyen al crecimiento y la maduración de las células,
procesos denominados proliferación y diferenciación celular. Los tejidos conjuntivos y
los huesos los liberan allí donde son necesarios para el crecimiento de los huesos.
Hormonas
Las hormonas son mensajeros químicos cuyos efectos sobre el cuerpo se producen
generalmente de manera lenta y gradual. Las hormonas están producidas por los
órganos denominados glándulas y controlan muchos procesos corporales diferentes,
como por ejemplo el crecimiento.
Algunas hormonas actúan directamente sobre la misma placa epifisaria, mientras que
otras estimulan la producción de factores de crecimiento, que a su vez actúan sobre la
placa epifisaria. Algunos ejemplos de hormonas son:
 Tiroxina: producida por la glándula tiroides, esta hormona  regula
el metabolismo de las proteínas, la grasa y los carbohidratos, así como la
actividad de la hormona del crecimiento. Cuanta menos tiroxina presente en la
sangre, más lento será el proceso de crecimiento.
 Hormona del crecimiento (o somatotropina): esta hormona es fundamental para
el crecimiento. A partir del sexto mes de edad y hasta la pubertad, la hormona
del crecimiento tiene un papel fundamental en éste. La produce una glándula del
cerebro denominada hipófisis, y su función es estimular las células que producen
factores de crecimiento, de manera que las células del cartílago se multiplican y
el cartílago más antiguo se convierte en hueso. Asimismo contribuye a
quemar grasas, estimular el desarrollo de los músculos y fortalecer la función
cardíaca, y puede tener incidencia en el bienestar emocional.
 Hormonas sexuales: estas hormonas tienen un papel fundamental durante la
pubertad, y pueden producir los llamados “estirones". Las hormonas sexuales
estimulan la producción de más hormona del crecimiento aumentando así la
actividad en las placas epifisarias, y también ayudan a que el cartílago se
convierta en hueso y estimulan la maduración ósea.
El crecimiento es un proceso complejo que implica la interacción de distintos factores
de crecimiento y hormonas. Éstos actúan juntos, estimulando al principio el crecimiento
de los huesos y más tarde la maduración de los mismos y el posterior cierre de las
placas epifisarias una vez finalizada la fase de crecimiento.

Las células madre y la regeneración ósea.


Células madre Se sabe que las células madre son aquellas que pueden dar origen a diferentes
tejidos y tipos celulares durante el desarrollo y crecimiento de un individuo. Pueden
permanecer inactivas por largos períodos, pero poseen un potencial ilimitado de división
celular. Esta característica les permite repoblar aquellos órganos que requieren reparación
debido a un daño y, en determinadas circunstancias, diferenciarse hacia células maduras de
distintos linajes, a través de procesos regulados por la interacción de sus genes con señales
provenientes del microambiente celular. Además de estar presentes en la vida embrionaria,
también las podemos encontrar en el individuo adulto. En este último caso podemos citar,
entre otras, las células madre hematopoyéticas, neuronales, de bulbo olfatorio, de piel, y las
células madre mesenquimales. También llamadas células estromales multipotentes
(multipotent stromal cells) fueron aisladas a partir de la médula ósea de organismos adultos, e
inicialmente caracterizadas como células fibroblastoides con capacidad de adhesión al plástico,
que tenían la particularidad de diferenciarse hacia células del linaje osteoblástico cuando eran
trasplantadas en un animal. Sabemos que estas células residen en los tejidos conectivos de casi
todos los órganos y se ha descripto que, además de dar origen a músculo, hueso, cartílago y
tejido adiposo, podrían diferenciarse en otros tejidos mediante mecanismos de
transdiferenciación. Recientemente se describió una fuente mucho más accesible de células
madre mesenquimales adultas, la pulpa dental.

http://osteologia.org.ar/files/pdf/rid48_bagu.pdf

El crecimiento no detiene las modificaciones de la forma del hueso vivo. El hueso es


asiento de constantes transformaciones. Los fenómenos de destrucción y formación
ósea ocurren durante toda la vida y tienden a equilibrarse en el adulto En la vejez
predominan los procesos de destrucción. El tejido óseo se enrarece y el esqueleto se
vuelve más frágil. Así, el esqueleto vivo funciona como un verdadero órgano,
ricamente vascularizado, en el que se producen modificaciones fisicoquimicas de
enorme repercusión y estrechamente relacionadas con la nutrición

Dato interesante:
Se ha demostrado clínicamente que en casos severos de daño óseo, se puede usar
células madre dentales en su reconstrucción.

http://bct.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2018/08/tejido_oseo_2010.pdf

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