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Los Padres de la Iglesia

Hombres de la Palabra de Dios

Agradezco la invitación para poder compartir con ustedes este


momento en este mes de septiembre mes de la Biblia.

Me han pedido que reflexionemos juntos acerca de cómo la escritura


sagrada animó la vida espiritual, intelectual y ministerial de los Padres
de la Iglesia, cómo la Escritura fue para ellos y debería también ser
para nosotros la fuente siempre nueva que nutra nuestra oración,
nuestra meditación, el ejercicio teológico y nuestra misión.

El despertar de los estudios bíblicos y arqueológicos en el siglo


pasado, primero en ámbito protestante y después en ámbito católico
han ayudado a muchos a entrar en contacto con la Sagrada Escritura,
conocer sus características, géneros literarios, la retórica del texto e
historia de la redacción del mismo, la exégesis histórico-crítica se ha
especializado y a casi monopolizado los ateneos y seminarios, esto es
sin duda un avance en muchos aspectos, pero al mismo tiempo
caemos en el riesgo siempre latente de olvidarnos que el texto que
estamos estudiando antes de ser un problema que resolver es un
misterio al que hay que entrar, que la Escritura es obra principaliter
de Dios y que cada obra tiene en si misma rasgos de su autor, el
Regreso a las Fuentes entendido como un regreso a la Fuente nos
ilumina a entender que la Biblia es un texto cerrado si en su
materialidad literaria, pero infinitamente abierto en sus posibilidades
espirituales para la vida de las comunidades. Los Padres nos ayudarán
a entender estos.

1. Carta de Dios a los hombres

En una ocasión Gregorio Magno escribió al médico del emperador


llamado Teodoro que argumentaba que no tenía tiempo para leer la
Escritura:
Mas ¿qué es la Sagrada Escritura, sino una carta del Dios
omnipotente a su criatura? Está claro que si vuestra excelencia
residiera en otro lugar y recibiera un escrito del emperador
terreno, no cesaría, no descansaría, no daría sueño a sus ojos
hasta conocer lo que le había escrito el emperador terreno. Pues
el Emperador del cielo, Señor de los hombres y de los ángeles,
te ha enviado su carta para que tú vivas, y resulta, ilustre hijo,
que descuidas leer con ardor esa carta. Pon todo tu cuidado, te
ruego, y medita cada día las palabras de tu Creador; aprende el
corazón de Dios en las palabras de Dios, para que así suspires
con mayor ardor a las cosas eternas, para que tu mente se
encienda en mayores deseos de los gozos celestes. Pues tanto
mayor será entonces el descanso, cuanto ahora no se conceda
uno ningún descanso en amar a su Creador. Pero, para llevar a
cabo esto, que el Dios omnipotente te infunda el Espíritu
consolador; él llene tu mente con su presencia y, al llenarla, la
eleve. (Ep. V, 46)

La frase que pudiera parecer piadosa, Dios te escribió una carta de


amor en la Biblia, tiene una profundidad teológica enorme. Dios tiene
deseos de comunicarse con nosotros, lo hace a través de la Creación,
de nuestra conciencia, lo hace a través de la historia y de las personas
que nos rodean. Dios se las ingenia para que su mensaje su revelación
sea entendible, los Padres afirman que Dios cuando habla con
nosotros lo hace a la manera de un papá que se dirige a su niño
pequeño, no le habla con su tono normal de voz, sino que utiliza un
lenguaje que los especialistas llaman “infantilizado” para hacerse
cercanos y empáticos. En la Escritura Dios, nos habla a la manera de
los hombres para que nosotros podamos entrar en el misterio inefable
de Dios.

Para los Padres de la Iglesia en la Escritura, Dios hace una kenosis,


la sabiduria eterna e inconmisurable se abaja en palabras que el
hombre puede entender, es más el hecho de la participación de los
agiografos es una muestra mas de cómo Dios se abaja hasta pedir
prestada la escritura, el estilo y el lenguaje humanos.

La Escritura es una carta dirigida a la humanidad, pero mas bien es


una carta dirigida a cada hombre y mujer, su lenguaje corporalmente
estable, es espiritualmente único para cada hombre que se acerque a
ella, se acopla a tus necesidades espirituales, a tu camino de fe. Esta
dimensión individual de acercamiento a la Escritura no estaba
presente en los primeros dos siglos de la historia de la Iglesia, en
donde la lectura era más que nada eclesial, esto también se entiende
por la dificultad de tener un libro y el gran número de analfabetismo
presente en el mundo. Fue gracias a un personaje, mejor conocido por
un desafortunado acontecimiento de su vida, que la experiencia de
encuentro con la Escritura pasa de ser eclesial a personal, este
personaje es conocido por ser un maestro de mística y de oración. Me
refiero al gran Orígenes, que vivío a finales del siglo II hasta la mitad
del siglo III.

Tres veces debe golpear la escritura el corazón de los fieles, debe


golpear el cuerpo con el sentido literal, el alma con el sentido
espiritual y el espiritu con el sentido místico. El alegorismo
exagerado de Origenes, responde al hecho que para él la Escritura no
se agota, y siempre habrá un sentido más profundo, místico en las
palabras que estan escritas. Se requiere del esfuerzo, la studiositas, y
la ascesis para poder sacar provecho a la lectura de la Escritura. Por
ejemplo si el texto bíblico propone un número no es extraño que un
alegorista comience a preguntarse porque ese número y no otro,
empiece a dividirlo, sumarlo con otro, etc. porque el texto es
inagotable y siempre tiene mensajes ocultos que debo entender.

2. Los Padres, maestros de una espiritualidad bíblica

¿Podríamos preguntarnos hasta este momento, yo cuanto me acerco a


la Escritura como alimento? A veces los sacerdotes recurrimos a ella
para la preparación de un tema, una homilía o las clases y no nos
damos el tiempo y el espacio para una lectura orante de la Escritura,
para que ella me confronte y me corrija, para que anime mi celo
apostólico. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar,
para reprender, para corregir, para instruir en justicia.” (2 Tim. 3,
16)

¿Cómo se puede vivir sin la Escritura, por medio de la cuál se


aprende a conocer a Cristo mismo, que es la vida de los creyentes?
(Ep. 30,7), escribía San Jerónimo a uno de sus discípulos, si quieres
conocer a Jesús acércate a la Escritura donde él esta, a la pregunta de
los discípulos, maestro ¿donde vives? una respuesta posible es lee y
lo verás. Si oras tú hablas con el Esposo, si lees el Esposo te habla a
ti (Ep. 22, 25), esta realidad que sólo la fe nos permite entender.

Para San Jerónimo, no hay otra manera de poder sacar provecho de la


Biblia, que la lectura asidua, constante e ininterrumpida de la
Escritura. Lee con mucha frecuencia las divinas escrituras; es más
que el Libro no se separe de tus manos. (Ep. 52, 7). El conocimiento
de la escritura es una necesidad para el discípulo de Cristo, la
familiarización con ella, en ella encontramos el rostro humano de
Dios que se hizo pobre para enriquecernos, la misericordia del Buen
Pastor que busca a la oveja perdida, el amor oblativo de Cristo que
muere en la cruz para que tengamos vida eterna. Por esto Jerónimo en
el prólogo del comentario a Isaias afirma la celebre frase Desconocer
las Escrituras es desconocer a Jesucristo. La ignorancia de la
Escritura me hace ignorar el inmenso plan de Dios para la humanidad
y para mi vida. La lectura de fe me pone en sintonía con el diseño de
Dios y me hace ser también colaboradores de este proyecto. Repito la
lectura de fe, la lectura científica esta en función de esta lectura de fe.

3. La Escritura, fuente de celo pastoral.

En su gran mayoría, los Padres de la Iglesia eran obispos y se


acercaban a su pueblo a través de la celebración de los misterios, de
la ayuda a los más necesitados, abogando ante las autoridades por los
más pobres y desde Constantino siendo ellos también jueces civiles
en algunos casos menores. Pero el ministerio en el que más empeño
ponían era la predicación, gracias a Dios, llegaron a nosotros un
número considerable de homilías, en donde podemos notar dos
aspectos importantes:

• La homilía siempre será de un texto bíblico, el predicador no


evade jamás el texto propuesto para esa celebración, sea el que
sea, esta consiente de la capacidad actualizante de la Escritura,
y que el texto propuesto por la liturgia es el adecuado para ese
momento concreto de la comunidad, esto lo hace en muchas
veces de modo magistral en otras ocasiones de modo muy
forzado, pero la intención de fondo es esta. Actualmente nos
pasa que ante un texto “difícil” por la falta de meditación o
preparación de la predicación, eludimos el texto empezando a
contar la vida de la santita. Un Padre de la Iglesia, ante la fiesta
de un mártir, por ejemplo, vería el modo de poder sacar una
enseñanza sacada de la Escritura, aunque de
buenas a primeras el texto no me dijera nada.

• El contexto de la comunidad es iluminado por la Sagrada


Escritura, tenemos ejemplos del texto bíblico propuesto el
obispo analizaba el incendio del mercado de ayer en la tarde, o
la muerte de algunos jóvenes o la invasión de los barbaros en
algunas regiones del imperio, el Padre creía en la fuerza
iluminadora del texto en la vida concreta de la comunidad,
Palabra que da consuelo a las situaciones oscuras que la
comunidad esta pasando.

Para poder llegar a esto, los Santos Padres reconocen la necesidad del
contacto cotidiano y serio con la Escritura, la lectura asidua y orante
de la misma, ellos están convencidos que entre más pongo ante mis
ojos el texto bíblico más podre ayudar a que mi comunidad tenga una
palabra adecuada en el momento adecuado, en este sentido podríamos
entender aquellas palabras de Jesús que dice el Espíritu se los
recodará todo.

Antes de terminar quisiera hacer una anotación muy personal acerca


de lo que significa Animación Bíblica de la Pastoral (ABP), la ABP
según el proyecto de pastoral diocesano debe impregnar cada etapa,
cada objetivo, el método, etc. porque sólo escuchando primero lo que
Dios quiere de nosotros podremos ponernos manos a la obra, esto lo
digo porque pareciera que animo bíblicamente algo al poner una cita
bíblica que “justifique” o que “tiene algo que ver” con el objetivo,
misión o se usa como frase fuerza. Animar bíblicamente nuestra vida
y por ende nuestra acción pastoral significa que la Escritura sea
modelo, norma, línea que ella nos diga lo que tenemos que hacer y no
nosotros a ella que es lo que tiene que decir. Los padres nos enseñan
que una verdadera pastoral bíblica nace del conocimiento,
familiaridad que tengo con la Escritura. Algunos teólogos
Latinoamericanos, afirman que al esquema pastoral Ver, Juzgar,
Actuar, falta un momento importante que el Escuchar. Porque el
trabajo pastoral es en primer lugar continuación de las misiones
trinitarias en el mundo, hacer que todos vivan en plenitud su ser hijos
en el Hijo y hacer que animados por el Espíritu lleguemos a entrar en
comunión con Dios y con el Hermano, esto sólo será posible cuando
además de ver la realidad, empecemos a Escuchar a Dios y
preguntarle como ve él la realidad, respuestas que encontramos en el
texto bíblico cuando es leído con fe.

Agradezco mucho el espacio ofrecido y deseo que este mes sea la


oportunidad para re-enamorarnos de la Escritura que es lámpara para
mis pasos y luz en mi camino. Muchas gracias.

P. Jorge Tong Wong

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