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García Villegas M. (2000). Estado, derecho y crisis en Colombia. Estudios Políticos, (17), 11-44.
Recuperado a partir de:
https://revistas.udea.edu.co/index.php/estudiospoliticos/article/view/17399

Estado, derecho y crisis en Colombia*


MAURICO GARCÍA VILLEGAS
A. Desarraigo social de la política, Clientelismo y exclusión social. El
clientelismo es una práctica legendaria en la historia política nacional (9)
muy ligada al carácter elitista del sistema político y a la debilidad del
Estado. Su manifestación actual encuentra raíces en las viejas relaciones
feudales impuestas desde la Colonia y aún persistentes en ciertas áreas
rurales del país. El desarraigo social de los partidos tradicionales y la
c1ientelización de sus dirigentes se acentuó durante el período del Frente
Nacional(1959-1978).La repartición temporal y burocrática del poder –por
mandato constitucional(10) - entre los dos partidos desvaneció las pasiones
partidistas al eliminar la competencia electoral y redujo la participación
política a sus expresiones burocráticas y clientelistas " (Leal Buitrago,1984:
134).El clientelismo se convirtió de esta manera en el principal mecanismo
de articulación de prácticas políticas entre los grupos sociales ( 12).

La creación de una burocracia estatal moderna en la segunda mitad del


presente siglo ha producido una adaptación de esta práctica en una especie
de c1ientelismo corporativo (13), asentado en la capacidad del Estado
para distribuir recursos -a través de los auxilios parlamentarios, entre
otros mecanismos- en las localidades, bajo la intermediación de los
caciques políticos, a su turno ligados a los miembros del Congreso
Nacional. La nota característica de esta nueva forma de clientelismo se
encuentra en la importancia del rol jugado, de una parte, por las
entidades del Estado en perjuicio de las actuaciones sectario-partidistas
y, de otra parte, por las personalidades políticas y sus movimientos
políticos locales, en detrimento de la organización y dirección central del
partido (14). Los líderes regionales desplazaron de este modo a los jefes
nacionales. De manera concomitante, la actividad política se ha
degradado en una serie de prácticas de negociación y compromiso cada
vez más específicos, más efímeros y más dependientes del favor de
pequeños grupos de electores (15)
Opinión destacada de Canadá

El autor John D. Martz hace un estudio masivo del dominio de la política y


la sociedad por parte de las élites políticas en Colombia. Martz descarta el
rumor y el escándalo, utilizando una investigación honesta para reconstruir
un examen flagrante del gobierno político en Colombia. El resultado final ...
Martz claramente se preocupa por el pueblo colombiano y muestra cómo la
práctica egoísta del "clientelismo" en el sistema político elude la mejora del
nivel de vida dentro de las fronteras de la nación.
Martz explica que "el clientelismo involucra conjuntos de patrocinadores y
clientes que cooperan entre sí para retener el máximo beneficio para ellos
de todos los activos que cualquiera de ellos maneja al intercambiar
personalmente estos activos entre ellos". En esencia, Martz demuestra que
gran parte del sistema político en Colombia está construido para servir a los
que están en el poder. El autor hace un exhaustivo estudio que muestra
cómo la mayoría de los políticos son leales al partido y no al pueblo al que
representan y que los eligieron para el cargo.
El autor también se centra en las reformas constitucionales de 1991 que
"rehabilitaron el estado de derecho". Las reformas democráticas prohibieron
el "clientelismo" y la legislación tonta. Además, el fortalecimiento del
gobierno democrático impidió que los representantes del Congreso
colombiano ocuparan otros cargos públicos mientras estaban en el cargo.
Aún así, el sistema político no estaba completamente saneado, según
Martz. Este es un libro excelente con un estudio detallado de todos los
presidentes colombianos desde 1958 hasta 1997. Este libro es fácil de leer
y está lleno de conocimientos tremendos. Martz es un erudito sobresaliente
con un firme entendimiento de lo que hace funcionar a Colombia.

En América Latina, el estado es el principal regulador, coordinador y pionero de


todo el sistema nacional, la cúspide de la pirámide de la que fluyen el clientelismo,
la riqueza, el poder y los programas. El estado es responsable de la realización de
las necesidades cívicas, proporcionando bienes y servicios a cada ciudadano.
Hacerlo requiere el ejercicio y mantenimiento del control social y político. John
Martz sostiene que el clientelismo subraya el carácter fundamental de la vida
social y política latinoamericana. A medida que el estado burocrático modernizador
se ha desarrollado en América Latina, ha habido un cambio simultáneo de las
relaciones clientelistas. Sin embargo, de una forma u otra, el clientelismo político
sigue siendo fundamental. El clientelismo ocurre cuando un gran número de
individuos de bajo estatus, como los que viven en los tugurios de las zonas rurales
y subdesarrolladas, están protegidos por un patrón poderoso que defiende sus
intereses a cambio de deferencia o recompensa material. En Colombia, el patrón
rural se ha convertido también en miembro del sistema clientelista superior;
depende de un patrón que opera a nivel nacional. Esto permite a las élites urbanas
movilizar a clientes de bajo estatus para actos tales como demostraciones
masivas de lealtad política al régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha
modificado a través del proceso de modernización. La política del clientelismo
proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el régimen y el proceso
gubernamental con la formulación y el desempeño de las políticas en Colombia.
Será una lectura apasionante para economistas, sociólogos, politólogos y otros
investigadores interesados en América Latina. están protegidos por un patrón
poderoso que defiende sus intereses a cambio de deferencia o recompensa
material. En Colombia, el patrón rural se ha convertido también en miembro del
sistema clientelista superior; depende de un patrón que opera a nivel nacional.
Esto permite a las élites urbanas movilizar a clientes de bajo estatus para actos
tales como demostraciones masivas de lealtad política al régimen. Así, el
clientelismo tradicional se ha modificado a través del proceso de modernización.
La política del clientelismo proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el
régimen y el proceso gubernamental con la formulación y el desempeño de las
políticas en Colombia. Será una lectura apasionante para economistas,
sociólogos, politólogos y otros investigadores interesados en América Latina.
están protegidos por un patrón poderoso que defiende sus intereses a cambio de
deferencia o recompensa material. En Colombia, el patrón rural se ha convertido
también en miembro del sistema clientelista superior; depende de un patrón que
opera a nivel nacional. Esto permite a las élites urbanas movilizar a clientes de
bajo estatus para actos tales como demostraciones masivas de lealtad política al
régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha modificado a través del proceso de
modernización. La política del clientelismo proporciona una teoría bien
desarrollada que vincula el régimen y el proceso gubernamental con la formulación
y el desempeño de las políticas en Colombia. Será una lectura apasionante para
economistas, sociólogos, politólogos y otros investigadores interesados en
América Latina. En Colombia, el patrón rural se ha convertido también en miembro
del sistema clientelista superior; depende de un patrón que opera a nivel nacional.
Esto permite a las élites urbanas movilizar a clientes de bajo estatus para actos
tales como demostraciones masivas de lealtad política al régimen. Así, el
clientelismo tradicional se ha modificado a través del proceso de modernización.
La política del clientelismo proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el
régimen y el proceso gubernamental con la formulación y el desempeño de las
políticas en Colombia. Será una lectura apasionante para economistas,
sociólogos, politólogos y otros investigadores interesados en América Latina. En
Colombia, el patrón rural se ha convertido también en miembro del sistema
clientelista superior; depende de un patrón que opera a nivel nacional. Esto
permite a las élites urbanas movilizar a clientes de bajo estatus para actos tales
como demostraciones masivas de lealtad política al régimen. Así, el clientelismo
tradicional se ha modificado a través del proceso de modernización. La política del
clientelismo proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el régimen y el
proceso gubernamental con la formulación y el desempeño de las políticas en
Colombia. Será una lectura apasionante para economistas, sociólogos, politólogos
y otros investigadores interesados en América Latina. Esto permite a las élites
urbanas movilizar a clientes de bajo estatus para actos tales como demostraciones
masivas de lealtad política al régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha
modificado a través del proceso de modernización. La política del clientelismo
proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el régimen y el proceso
gubernamental con la formulación y el desempeño de las políticas en Colombia.
Será una lectura apasionante para economistas, sociólogos, politólogos y otros
investigadores interesados en América Latina. Esto permite a las élites urbanas
movilizar a clientes de bajo estatus para actos tales como demostraciones
masivas de lealtad política al régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha
modificado a través del proceso de modernización. La política del clientelismo
proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el régimen y el proceso
gubernamental con la formulación y el desempeño de las políticas en Colombia.
Será una lectura apasionante para economistas, sociólogos, politólogos y otros
investigadores interesados en América Latina.

Sobre el Autor

John D. Martz es profesor distinguido de ciencias políticas en la Universidad


Estatal de Pensilvania. Autor de numerosos trabajos sobre política
latinoamericana, ha sido editor de Studies in Comparative International
Development desde 1988, y antes de ello editor de Latin American Research
Review.

En América Latina, el estado es el principal regulador, coordinador y pionero de


todo el sistema nacional, la cúspide de la pirámide de la que fluyen el clientelismo,
la riqueza, el poder y los programas. El estado es responsable de la realización de
las necesidades cívicas, proporcionando bienes y servicios a cada ciudadano.
Hacerlo requiere el ejercicio y mantenimiento del control social y político. John
Martz sostiene que el clientelismo subraya el carácter fundamental de la vida
social y política latinoamericana. A medida que el estado burocrático modernizador
se ha desarrollado en América Latina, ha habido un cambio simultáneo de las
relaciones clientelistas. Sin embargo, de una forma u otra, el clientelismo político
sigue siendo fundamental.

El clientelismo se produce cuando un gran número de individuos de bajo estatus,


como los que viven en los tugurios de las zonas rurales y subdesarrolladas, están
protegidos por un patrón poderoso que defiende sus intereses a cambio de
deferencia o recompensa material. En Colombia, el patrón rural se ha convertido
también en miembro del sistema clientelista superior; depende de un patrón que
opera a nivel nacional. Esto permite a las élites urbanas movilizar a clientes de
bajo estatus para actos tales como demostraciones masivas de lealtad política al
régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha modificado a través del proceso de
modernización.

La primera parte de La política del clientelismo examina la política colombiana,


centrándose en la encarnación y las formas tradicionales del clientelismo. La
segunda parte explora las políticas de gobierno colombiano, desde las
administraciones de Lleras Camargo hasta Julio Cesar Turbay Ayala. La tercera
parte analiza la modernización y reestructuración de Colombia en las últimas
décadas bajo Belisario Betancur, Virgilio Barco y Cesar Gaviria.

A medida que se desarrolló el estado burocrático modernizador, ha habido un


cambio similar en muchas relaciones clientelistas. Martz sostiene que, ya sea que
el clientelismo empresarial se mantenga o se desarrolle una organización más
democrática, es poco probable que Colombia se deshaga de sus impulsos
clientelistas básicos. Las reformas determinarán si el Estado puede construir un
sistema en el que la ciudadanía incida en el curso de la política nacional. La
política del clientelismo proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el
régimen y el proceso gubernamental con la formulación y el desempeño de las
políticas en Colombia. Será una lectura apasionante para economistas,
sociólogos, politólogos y otros investigadores.

En América Latina, el estado es el principal regulador, coordinador y pionero de


todo el sistema nacional, la cúspide de la pirámide de la que fluyen el clientelismo,
la riqueza, el poder y los programas. El estado es responsable de la realización de
las necesidades cívicas, proporcionando bienes y servicios a cada ciudadano.
Hacerlo requiere el ejercicio y mantenimiento del control social y político. JohnMart
sostiene que el clientelismo subraya el carácter fundamental de la vida social y
política latinoamericana. A medida que el estado burocrático moderno se ha
desarrollado en América Latina, ha habido un cambio simultáneo de las relaciones
clientelistas. Sin embargo, de una forma u otra, el clientelismo político sigue
siendo fundamental. El clientelismo se produce cuando un gran número de
individuos de bajo estatus, como los de los barrios marginales de las zonas rurales
y subdesarrolladas, están protegidos por un patrón poderoso que defiende sus
intereses a cambio de deferencia o recompensa material. En Colombia, el patrón
rural se ha convertido también en miembro del sistema de clientelismo superior;
depende de un patrón que opera a nivel nacional. Esto permite a las élites urbanas
movilizar a clientes de bajo estatus para actos tales como demostraciones
masivas de lealtad política al régimen. Así, el clientelismo tradicional se ha
modificado a través del proceso de modernización. La primera parte de La política
del clientelismo examina la política colombiana, centrándose en la encarnación y
las formas tradicionales del clientelismo. La segunda parte explora las políticas de
gobierno colombiano, desde las administraciones de LlerasCamargo hasta Julio
César Turbay Ayala. La tercera parte analiza la modernización y reestructuración
de Colombia en las últimas décadas bajo Belisario Betancur, Virgilio Barco y
CesarGaviria. A medida que se desarrolló el estado burocrático modernizador, ha
habido un cambio similar en muchas relaciones clientelistas. Mart sostiene que, ya
sea que el clientelismo empresarial se mantenga o se desarrolle una organización
más democrática, es poco probable que Colombia se deshaga de sus impulsos
clientelistas básicos. Las reformas determinarán si el Estado puede o no construir
un sistema en el que la ciudadanía afecte el curso de la política nacional. La
Política del clientelismo proporciona una teoría bien desarrollada que vincula el
régimen y el proceso gubernamental con la formulación y el desempeño de las
políticas en Colombia. Será una lectura fascinante para los economistas,
sociólogos, politólogos y otros investigadores interesados en América Latina. John
D. Mart es profesor distinguido de ciencias políticas en la Universidad Estatal de
Pensilvania.

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