Está en la página 1de 39

1.

LOS CANTORES Y SUS EPOPEYAS

De las muchas epopeyas heroicas de la Grecia primitiva:ólgj:t' la llíaday


t^ O¿¡rri,i"n llegadt Érr," .rororros. Pese " ru gt"., longitud -15.000 y 12.000
hexámetros, respéctivamente- ambos poemas son sólo parte de,un
conJunto
más amplio, el'ciclo rroyano. El ciclo' completo consistió en ocho epoPeyas.
;;;;,I;J;r.r,r..nr-énre enrre sí. Cinco.pop.y"t. de las que la Ilíadaesla
;.g"";;, .;;,"U"" t" guerra troyana desde su Lo-iet ro hasta la conquista de la
.iídrd. La sexta, Nosíoi,.rrrr"Ú, el regreso al hogar de-los que fueron aTroya'
d. Ulir., y su muerte-. r7 I^ od;t'a evidentemente
;;;;.ñió" ry.'aqy .eran
libros era
ñr;;.;Jf.i".ip"t.r de Ia serie. Sólo la llíada'con sus veinticuatrojuntas (veintidós
;;r'r-plá o;.i", orr", cuatro ePopeyas de la.guerra troyana
que
libros), y l^ bd;tro, también con veinticuatro libros, era cinco Yeces mayor
(cinco libros)- Además del
;iñá ;". ""rr"u, .r regreso de los otros héroes
.i.io t.oy"to hubo otros ciclos, sobre todo el tebano'
S.eú., la tradición, la llíaday la Odisea fueron compuestas Por un
cantor
fueron
iri".rr"*. fir;;J; H"-.ro que iroc.día d.eleste iónico.. Ot.rs..popeyas
atribuidas a otros poetas, aunque a menudo Ias atribuciones dtvergen'
El nombre de Homero aparece con más frecuencia que cualquier otro, y
también se usó colectivamen.. prm designar al conjunto de poetas ¿pigo_t. .
Esto es todo lo que la ,rrái.iót' ptl*iti'" ,,oi ditt de Homero'
No hay
si la personali+d y.la autoría de Homero son
d*or-."t.rrros que déterminen
htrr5,i-.;r. Er páriUf. que la tradición,,simplificando como acostumbraban a
nombre de Homero para cubrir una época literaria
hacer los gri.gor, usase'el
entera.
Ahora bien, uHomero» parece un genuino nombre personal I no ln
relacionado
símbolo artificioso. Prob"bl.á.nte, un hámbre ilamado Homero,
modo con Ia composición de epopeyas, dio ocasión a que su nombre
á.
"lsún ,rl.r ábirt. Sin embargo, H.omero no puede
;;áil;^;á4" ó"á'i.-i...on y.la Odisea +--
l;;f;;;;;-d. i.: á;' texios épicos principaler, po'q,r. la llíadap*tt^ se atri-
difiere demasiado en lenguaje, .stilo y peniamiento como Para
r.rrtiáá, la tradición es mera leyenda. Además,
buidas a un mismo
"rr,or,"..r'.ra.
en condiciones gn l1s 9Ie no puede hablarse.propia-
u epi." homérica surgió
*.á,. en sentido act;l auroría literaria. Cualquier ó".tto. épico autoría
de utilizaba a
su deseo la obra de sus predecesores. Por ello 1á cuestión de la
de
compo-
Homero se convierte .n l" pr.g,.r.rra por la parte que pudo tener en la
sición de las obras. H"1"üi.ñr. dos posiÉilidades. Ó bi.., un cantor de tal
;;;;.;;;nJ ." f" flíida tradición con particular energía imprimiendo con
t^l furrra.i r.llo d. ,., individual q,r. po.."t port.tiot.t, en memoria de
"r,.
25
;ontribución, designaron y transcribieron como de Homero la ob_ra que ellos
r.ciraban y.u.n,,rál-ente escribieron. O bien. que la llíadayla ,Odisea enra'
ron en la hisroria bajo el nombre de Homero porque Homero dio a uno o a
ambos poemas ,., fo.-" final y versión definitivá. En tal caso sigue abierta para
,i.-p.é otra cuestión, ¿.rmbió Homero mucho 9 P9:o las epopeyas. a las que
Jio .'l irl,irno toque? ¿F.r. u., espiritu creador, un hebll revisor, un recitador vir-
ruoso, un .opirta aplicado, o quizá solamente el último editor a quien ningún
--
sucesor privó de tal título de honor?
Co,r'ü po.a i.rfo.-ación disponible, la críticamás sobria se detiene ante las
cuestiones ielativas a la persona'de Homero y su contribución a la llíada
y la
odisea. De ninguna línea de la épica de uHomero» podemos.attrmar con segu-
ridad que es de"¿l. No sabemos nada de su idiosincrasia, y si usamos su nom-
U.., otra cosa que la noción de esa poesía épica que enla llíaday la
".',ig"ifica
Odisea se presenta ante nuestros oios. .ndividualidad
Pero ello no implica que no teconozcamos en esas epopeyas n
alguna. No sólo la primitiva épica griega en cuanto tal posee un carácter acusa-
á;, ;i;-q". hry d.ntro d. l^ .po"p.yá, p"r,.r q*. poi sus peculiaridades dan
(como, por ejemplo' la
;; il*'qrr. [od"-os atribuii Éi.i,ot^ conjuntoJ
'Tehkaquü) ,r.r po.," individualizado. No hay duda de.que la poesía épica.se
"
á. la párticipación de numerosos ináividuos. El[o condujo a variadas
"prá".Jfro
disigualdades d" elecuéian, porque es imposible que una pieza nueva_ encaje con
.r..."i.ión en una vieia, y lori"pt'odrt no estaban sometidos a una regla de estric-
i" .onr..u.^cia que ligase su Éspíriru creador. Por. o¡ra parte. las incongruencias
nos proporciorr".t p.?rp.ctiras ocasionales tl b co.mplicada prehistoria de
po.*"r, y.m .r*rr.r atenro revela señales de adiciones, omisiones y.alte-
"-bá,
rr.io".i. Sobrá .rt" base, los eruditos han intentado explorar la prehistoria de
esas epopeyas, estraro por.rtrrto.Algunas de.r", ,..ottittucciones -sobre
todo
las más instintivas,.orra^ de pedanieríay tic'o en ideas- nos ayudan a enten-
J;, .i;é".r" y los textos, d -ártr".rros con ejemplos concretos cómo han podi-
áo ,orrí", forÁ, etapa aetapa, pero en ningún 9"to -h'¡ seguridad de que el desa-
rrollo real coincida con.l *p,r.rto. Una piobabilidad se esfuma ante una mejor
--
conietura, y las posibilidades equivalentes son innumerables'
§¿i;-;;oi"l-.nt..ror.i dado hacer el seguimiento de cada una de las
.pof.yrr, pero las miradas pueden mostrar diveriidad y movimiento' Algunas
p'"rar'ro" avidentement. -át modernas y, en consecuencia, más recientes que
Ltras. Así, la Odisea en su conjunro es decididamente más moderna que la
Itíad¿,toá"d" también .., ,,, .oí;,r.rto. Los cambios chocantes de actitud entre
Ia épica más antigua y la más ,rr.r.í" .ro, introducen en el torbellino de los
cam-
bios históricos. Aun i.rrrrdo la prehistoria de las epopeyas se nos sustrae en deta-
lle. las rensiones contradictoriás interiores a los poá-rt nos fuerzan a conside-
rar Ia ampiitud de los acontecimientos históricos'
Inclu'so la práctica artística que impregna nuestras epopeyas está animada
po. ,r., -oürrii..rro característico. Si Üieñ la literatura ie configrrra normal-
menre con vlsras a una plenitud y permanencia de la forma, la poesía épica per-
marece f-luida en la intánción d. rir creadores. Es un tipo de poesía que oscila,
frase a fiase. r,erso a verso, entre la tradición duradera y la improvisación
momentánea. Esto Ie otorga un encanto especialmente fascinante que se man-

)6
tiene fres_co y efrcaz aun en el caso en que el libro queda finalmente escrito. para
apreciar la_singularidad de la épica homérica tenemos, por ranto, que hacernos
una idea del tipo de arte del que surge y al que se adipta. En se[undo lugar,
tenemos que preguntarnos por los cambios que se producen al reducir una tra-
dición fluida a un texto fijo. La traslación defarte a un medio distinto no puede
darse sin determinadas consecuencias.
Las co¡diciones generales en las que surgió la antigua épica pueden ser acla-
_
radas desde tres perspectivas. En primer luga¡ las miimas-epopeyas contienen
cierta información sobre los canrores y los recitados épicos. En segundo lugar,
la tradición griega posterior cuenta muchas cosas de los antiguor poátrt
épicos. Y, en tercer lugar, la llamada épica popular".eria
de orros pueblos proporcio-
na determinadas analogías. Lo que la épica homérica misma ,o. t.irrr-it. .t
especialmente valioso por su autenticidad, pero ofrece muchas lagunas. lJn cua-
dro más rico aparece en biografias tardías áe Homero y en la divertida Disputa
e_ntre Homero y Haiodo. Pero tales escritos son más novela que historia. El iua-
dro más completo lo proporcionan los estudios comparadós del folklore, pero
ignoramos la medida en que pueden aplicarse al arte homérico. En todo éaso,
es mejor atenernos a una sola analogía que mezclar rasgos de culturas diferen-
tes. Para_nuestro propósito, la mejor adaptada es la épica servo-croata, por su
proximidad cultural, por llegar hasta nuestro presenre y por haber sido iñvesti-
gada exhaustivamente por un erudito que era él mismo .rlavo, Matias Murko'.
Naturalmente, no podemos pasar por alto las grandes diferencias exisrenres.
3",9 por el contenido como por la forma, Ia calidad literaria de la epopeya de
los eslavos del sur dista mucho de la de los griegos. Sin embargo, ..ri* analo-
gías de gran valor. La confrontación con ,rn", .álid"d t".rgiblJproporciona un
cuadro más preciso que la especulación puramenre librescá.
En tanto que los libros escritos deben buscar a sus lectores de modo indi-
vidual y privado, la antigua épica griega se dirigía a amplios círculos que la
seguían con apasionado y activo interés. Se configuró entre las clases soiiales
superiores y floreció de modo dominante, si no exclusivo, enrre ellas (ver
Murko, 173,25). Era poesía de entretenimiento, arre «puro»; no cumplía fun-
ción ritual alguna ni pretendía otro objetivo. Su lugar en la vida Io dabi el ocio.
En los banquetes, y especialmente después de los banquetes, los hombres se
sentaban, con postres y bebidas, y escuchaban los recitidos durante horas y a
lo largo de toda la ¡oche. Recitaba sólo una persona y la audiencia la seguía
cautiyada, encantada, absorta en la audición. Así lo describen los cantorei de

-- ' Los trabajos de M. Murko han sido publicados enlos Sitzungsberichten derVienerAkademie,
phlil. - hist,Klasse, tomo 173, tt." 3 (1913); t76, n: 2 (t9t5); t19, n." I (1915) (en lo sucesivo
se cita sólo e1 número del tomo), y hay un resumen en Neue Jahrbücher 1919,273 s. El tabajo
de Murko fue continuado por H. Geseman, Milman Parry y A. B. Lord (Trans. amer. Philot. A;.,
67' 69,70), y. las investigaciones continúan. Del mismo modo se investiga la épica popular grie-
ga actual y se 1a compara con la homérica. Así, por ejemplo, se ha recogidó en disco ia ianció-n de
un bardo cretense que narra el ataque de los paracaidistás alemanes e.r Cr.t, en 7941 y ensalza a
los defenso¡es que murieron. Para nuestros oídos no habituados, el relato p.r...
-o.rótono y sin
alma, pero el cantor está tan emocionado por e1 recuerdo de los amigos q,re, en mediá del
""ídor,
canto, su voz enmudece. Fenómenos paralelos de otros lugares han sido investigados por C. M.
Bowra, Heroic Poetry (Londres, 1952). Este instructivo libro pone de relieve los iasgosiípicos del
género, que son recurrentes, así como la variabilidad de esta poesía en las diferentei naciones.

27
nuesrra Odisea (17, 51.8-21)'. El canto de las sirenas que atrajo a los viajeros y
los arrastró a la destrucción es un recitado épico, una narración de la guerra de
Tior.a y de ucuanto sucede sobre la tierra fecunda (Od.,12,189 ss.). Thl poder
tiene la canción épica sobre los corazones de los oyentes. Los modernos resti-
gos dan el mismo informe en los recitados entre los eslavos del sur3.
Predominan las palabras en un «canro» que es más bien un recitado melódico.
El cantor se acompaña con un instrumento de cuerda. Todos los versos tienen
la misma estructura: diez sílabas entre los eslavos, seis unidades de dos o tres
sílabas en los griegos. Hay cantores profesionales, pero muchas personas'están
familiarizadas con tal arte. Posteriormente, se acentúa la profesion alización de
los rapsodas y crecen las diferencias sociales y de otro tipo entre el cantor que
vive de su arte y el público que recibe el entretenimiento. Sin embargo, en el
período primitivo no había más que un círculo homogéneo que procedía a su
propia diversión mediante la voz de sus miembros mejor dotados. Enla llíada
no se mencionan nunca los cantores épicos. Sólo una vez se cantan canciones
heroicas, y es Aquiles quien Io hace. Canta para disipar su aburrimienro y
resentimiento después de haber rehusado participar en combare. Canta para su
propia diversióna y su único oyenre es su amigo y camarada Patroclo, quien
toma el relevo cuando se cansa. En ningún otro lugar de la llíada hay cantos,
pero ocasionalmente los héroes cuenran historias sobre sus propias vidas y las
de sus parientes. En cierta medida consrituye un estadio preliminar al canto
heroico. En aquellos días los propios héroes narraban sus hazañas. De ese
modo, Ios poetas dela llíadatrazaban el cuadro de los antiguos riempos, cuan-
do su propia clase todavía no había aparecido.
Las cosas son diferentes en la Odisea, poema más nuevo y más inclinado a
reflejar la vida actual más que a dibujar un pasado remoro. Mientras los hom-
bres beben, cantantes profesionales los entretienen. Y mientras que, en la llíada,
el viejo Nestor y el viejo Fenix hablan ocasionalmente de los aniig.ro. tiempos,
en la Odisea el héroe principal es un gran narrador y hace amplio uso de sus
habilidades en la narración épica, ya sea en la corte del rey feacio, donde sedu-
ce ala nobleza, o en la humilde cabaña del amable pastor de cerdos. Cuando el
cantor épico aborda tales pasajes y canta la larga narración dela Odisea, en el
verso y estilo épicos, la situación representada se identifica con la presente. El
autor se convierte en Ulises, cuyo papel asume y los oyentes son los feacios o los
udivinos pastores de cerdosr, pobres y humildes, pero nobles de ánimo. Algunos
pueden incluso soñar que, como Eumeo, tuvieron un nacimiento regio, pero un
iado adverso es el responsable de la pobreza y sometimiento de sus vidas.
Pero la semejanza va mucho más allá. Ulises no es sólo hábil contando his-
rorias. ufamoso como cantor» (1 1, 368; ver también 17 , 5lB). Viajero sin recur-

Durante el recital se podía discutir sobre cuestiones confidenciales sin ser observado, porque
..: ¿:¿rción seneral estaba centrada en el canror: Od.,8,83-95; 17,358; 1,156-327.
Los o'enres están extraordinariamente atentos ("como en 1a mezquita") y siguen la acción con
.
::r:.-:- :. o.rcibe una excitación en su rostro, los ojos se iluminan, hay sonrisas..., (Murko, 1,fu,27),
T.n¡ien esto lo confirman los eslavos del su¡. Por ejemplo, un hombre va recitando cantos
::i;..s ::-lis¡r:as cabalqa o en un largo viaje, para acortar e1 tiempo.

la
,o
osy sos, va a depender, al igual que los canrores,.de la caridad de los que lo reciben.
rde No es un milagro que los cantores dela Oatseasrmpanzasen especialmenre con
»der su héroe, se idenrificasen con é1, rransfiriendo a Ia narración.1.-..rro, d. ru
)sri- propia experiencia que no encajan en la f.íbula. Gracias a esro, tenemos indi-
ur'r. rectamente una visión íntima de la vida y carácter de los cantores erranres, en
ico. particular de sus aspectos más oscuros. Pues cuando los cantores describen
nen directamente su propia clase, desracan el lado más brillante como un ideal. se
tres describe a Demódoco y a Femio como cantores fijos en una corte. Debe de
;tán haber sido el sueño de cualquier canror errante llegár a asenrarse de modo per-
rde manente entre los cortesanos y gozar del respeto cómo ellos.
que con seguridad la realidad .." -,ry diferente. El cantor iba de lugar
,Pero
rel en lugar. Acudía a muchas puertas extrañas sin saber si se le abrirían5. Si éra
tsu admitido, probablemente pé.m"necería en el umbral, en el lugar de los men-
ada digos, esperando la invitación para senrarse en el salón. Así ,.áo, largo tiem-
nes po la mesa de sesiones en el palacio real de Itaca por los ojos de uliseJy desde
oy Ia perspectiva del umbral. Eñ gratitud por la hospitalidad, el .rrrtor d.úi" pl.-
tsu garse a cualquier indicación del amó y sus hléspedes para divertir a^ los
ien comensalesu.
:os, Este trato humillante lo debieron de experimentar los cantores con acritud,
las pues se consideraban superiores , sus .onti"tantes temporales tanto en educa-
ilto ción como en maneras. Habiendo viajado mucho, .o.rro uli..r, habían apren-
ese
dido ude la mente de muchos hombres, (1, 3).cada página d,ela odisános
ln- muestra sus sutiles distinciones. En particular tenían oi"rió., de estudiar y for-
mar juicio moral acerca de la actitud de la gente con los viaieros. Este iÁterés
queda proyectado en la acción de la odisea-harm el punro dá d"r lugar a con-
oa
tradicciones.
m-
da, . según la narración de \a odisea, todos los pretendientes fueron matados
sin excepción porque pretendían a Ia mujer cuyo marido podía esrar vivo y
OS,
porque forzaron la posesión de una casa ajena.-gasrando sus bienes como si
su§
fueran sus dueños. Ese es el senrido claro de lá historia y penelope debió
lu-
entenderlo así. Pero cuando se enrera de Ia muerte de loi p.....rái.n,", y
,el
todavía no cree en la vuelta de su esposo, piensa que algún dios ha m"t"do
el
E1
los.pretendi.."r.r p9. su arrogancia il no honrar ,rájeros que habían lle-"
gado (23,62).También ulises se expresa en una "^losocasión en el mismo sentido
los
(22,413). En un episodio anreriorl.emos' uArenea incitó a l]lises a mendi-
tos
gar pan para conocer quiénes eran recros y quiénes injustos, (17, 360); pero
un
el poeta continúa: «aunque no se iba a librar ninguío de la muert.r, i.rdi-
cando que la distinción enrre buenos y malos pr.tádi..r,es no contaba en el
ls-
sentido de lahistoria (ver también 18, 155). Lós canrores itinerantes también
tr- podían sentirse expertos examinadores de los hombres a los que conocían en
su profesión. En un momenro un inteligente pretendient. hai. esta significa-
lue tiva observación sobre ulises: u¿Quién iabe ri el forastero no es un dfo, q,r.
DN
lat- significativo que en Ia Odisea con frecuencia se habla de lo que sucede detrás de la pared
-). , I ^Et
(1,328;10,221;17,492-506,54t s.;20,92, tO5,3B7-89;23, t4Siren una ocasión unos recién
tos llegados oyen y huelen una gran comida que está teniendo lugar dentro (17, 269-71).
u
Ver la lucha de Ulises con Iro para diverti¡ a los pretendlentes.

29
la soberbia de los hombres o su rec-
recorre las ciudades disfrazado para vigilar
titud, (17, 483)'.
Porelmodoenqueen|aod,iseasenosinformaacefcadeloscantosylas
J-o ,.rrí"r, lugar las acruaciones del cantor. Lo
narraciones podemos ;;i;;i;
d. [a relación .irr. n"r.rdor y oyentes podemos
oue leemos .n l" épi., ,..r.,
:;;i;;;,.1.ittra,¿o a[ cantor de apopevas v su audiroriod'
en tanto que la
Las actuaciones del cantor no seguían,,t' p'og'"-aflo'y'
epopeya no se convirt;;;^;; it"o ñ;"ao' "
áo'ít"'ó el carácrer social de una
de modo continuado y sin
conversación libre. Suponemos que no- cantaba
pausa lo que corresPo,,it t'no dl los libros de la epopeya"'
'
llesn,és de un tragmento'0, el cantor s. int.r.,.rmpía, y en
la pausa los oyen-
)., a. asl hablando con el Cantor y entre sí". Durante
*, ;.'"1;;ü;; ; ;i";ló de gratitud y elogio, y
;.;];r"p"ár, a .""á, .r.".nrU" palabras amables de un regalo (ver
q_J.r"r"'ul "ig. a. ..;.;;;;;,br; ,1, "dorno o latip.omera
t""to (od" 8' 87 -9 1)" :
od., l l, ;o,'"tl t;; ;i ;";g" .'l^e continua'
384 rr.¡,
upor favor, ..rér,"rro, .I.;'ü;.ii;; (Od.,ll,37O). O bien, los-oyentes plan-
Agamenón?. ¿Dónde estaba
teaban preguntas como: uDinos, ¿cómo murió
Egis"to.{t T?do innoble?' ¿no
it4.;t; ;;. no f..t. a ayudarlo?, ¿i to*po"ó (Od''"3'-247)' N comienzo de un
había vuelto todavía Menelao a su hogar?'
nuevo recital.l."rr.o, fodía dirigirse I.í
mismo tal tipo de preguntat",(P-..',
Il., 16,692 ss.), bi;;;;r";i;f;ittt a la.Musa' d' quien' ségún la tradición'
" n""t]ón continuaba po'F"tt en tanto los oyentes
recibía el conocimiento' La
obtenían diversión (;;.:;,--;ol.
'Otd', ii
,. h".i, demasiado tarde,.la sesión conti-
nuaba al día siguien.. i;;t tt' ?zs ss')' De esta manera' el mismo contex-
de Eolo' Ie contó' durante
to podía d,.,rrr r.*"ri"l'¿";;á" Úlistt fue huésped de
un mes, detalladame; ;;.;. Troyr, 1", ,r"*, de los argivos y el regreso
espe-
l"; ;;- iió, r¿1.'it Jttit, t"p"t o la épica troyana' en la que destaca

especie de conseiero de almas para


7 Según 3,265, Agamenón contrata a un cantot como una

" Tts'j,TllÍ:, ji,1,'ájx'::l; tra¡sferencia. E[ poera épico describe. narradores


mismo
v ovenres idea-
eierce..En segundo lugar' las
les, y el arre ideal de h J;;;;;;pár"-ei
iae",iJ. J. SrL et

historias que narran ,", ;;;;ü.;.iün ." forma épicá, de manera que coinciden con su proPlo
en'rabos casos, la forma es la misma'
-""::ilñó.
.rn,o.
de ambas epoPeyas en 24 libros es nosterior' (-:::]i-.?l
,'De Od.,8, B7-9i' se deduce que durante t"t"it"i¿n de una escena dt t":'i
pausas que corresponoen
h"Ui"r"ri^ p",rirr. Err.iii¡- if d,él^ ilíadat señalan en el textos dos

a 80 versos (217118 y 298199)'En general


l"t P;;;^;; ttgi't"" á" tl ttito; el cantor las
"
t'oi:{i::?i 3, 201-52,.v en' 11, 333-84' Lo
,"terludio en medio de una rarga narración en od.,
rr,t ¿t5' ensalzaban a Ibs cantores como los
mismo se informa d. 1",';i;;; dti"'' "r'""i" 1""'*
qu. rri i"." haBían deiado, para násar a las cancio-
meiores de Krajina. r. rd-irrb, a los héroes
¡es: algo ou. no o.u,,.l'J;'i;;ñ;;;h"*ü;.,
i; h;;;i;...t;.J,:..n'1o,..'"fé, populares,los
hombres hablan en ro, ¿.r.rnror'¿e las canciones
y lo rálacionado con ellas" 073,27 s')'
de comida' En
, En ocasiones el hambriento canror ofrece su arte, prsaje Pot PTli^., a cambio
sufrimienroi (21 J s.) con la observación: su
od:.. -. )l3-21, i^,.rrrr"r. Ürlr.r-ü nrrr".i¿n de sus
i'i-er'1i'"' que comer' E'l pasaie no encaia en el
e.tóm¿so no le deia o.*f;::'i;:#ü;;; rípica ton una franqueza no habirual' ver
conre\Io en el que ahora esrá, pero ilumina lr ri,rrr.ón
r¿mbién la indicación de Od', 14, 457 s' ,
p".áá.r*ui"r de relato si lo desea (petcrBfivcn)' Yer od''
B' 492'
,, \aruralment., .l'.;;;

30
o su fec_
-_:ajmenre eI
Iros y las de los navíor (11"
-¡a Parre .i.flrtá1"go zl' y también
fitor. Lo .-r .iruación Üi,r"rl,'"; p'i'u'ü"li
l.^' *o"o'(dei sue sólo
.bio.co"nocer
)odemos SUftrai ,d..r-^l:" "-';;;];i;1':1' ';'iZ'
)
I
que Ia
de una ü[* :: t'*i liry}ii**ffi *#ilt[#:'*'*
din"l¡,-,;:;;'"'"'"''
.on.ir;i;;;11'*"'
En casa de
oysin cuando 'in
.:.i::,i**:t,:",1ry,.",x{í},ii:"i:*+í;i,_,,;*"T;
",0::'-^
s oyen- ..,"fi
)urante
ogio, y :I*rff #r.i,i'íf ;t::"Tff Tii1+:;x,'li:::1""n';nr"*i'ál
'; ;ü'l'it"Portante
o
q'" nt
'"
.lo (ver definiriur.lf-'Íb" "--di;"iil1ii"'i'
s,ón
su" no;i;#;:"
en Jas inrerrup-
6

'-97¡"' menre con er


.l:','''or.,rr'o'olrt'6;i1': p,,.* a'tti lr:rase como tontlu- f
;plan- r.ano buscamo, lT'"n'o ,i","r.r*r.'.i11: 'l' rápida Eícil-
r t
a lil-1o"'l"iirT.lit'r,'5::' '¿'"'-ü;;l'rn''1^' "#;;
4
;f+i ;ffi |;
desarrorro
estaba
i, ino p o. u.r,",
n u; ;
ji,l,::#Iln {i H y rambidn
ractlcas
q
il.
nuar, sin buscar : n,
de un
Exis¡e, pu"r,1T
tontl"¡¿n'á#r?:t' "tit'it" t']¡'§s f * .:'
lP. ..,
ición,
entes
u n, n r",.iup, ;;
garia o himno (v
;i,,;,,"f, :,,:*
#t§ i F.l+::l{ 1 Jl, ::,#,
t"t;ti^'
:'
ulnrenzo después :,
de
ff
m.uchos .j.-ptoi'rl1: iu';t ol;ir,'"11-"'0"
onri-
nrex- l,l:,;,*á'J,.ffi
tóny los demás "::;,t*.frif i,;"'#"Ji,i"#;Ii:J¡Tíü&Í:?iifJ:
:ante
;o de
]sPe- ,i'üT1.H'*.i[:",-"i:::##i;,,i{..i1];f,,,fi;;ifi}il;;,,'i,i:if
d' u i d
:."i :::$i
::i jlr:,j:'^j:HlTÍ;';l "l l"- :.r" *a;
-
""'í' de
ffi fl:' nombre n

canror. (c) cuando l.::'*: Lrrr.J.


r"ti'"i"r .tn'en
Para
te sabe It';;t;;r"r:Ji"'Tl tt" bi"'-pt"ovoD'etrvos propios
"r'1.,,1it";o'
describir, ,nl'lno
idea-
¡. las
rpio

82)
den
**firyf#fi,-***pHiffi
las ,0,V".,
, Io, pasajes cira,

Lo i:::9: 'r^*¿'rÉ"'[l¡i*r,+:,i:k;r?* :i:';:;n:';r:;"rx,.,,1:*,qr.,esi.nares


los
io- :J"','ffi Í; lljifi í* i:*ffi it .,,,,,,' Ll1 * i;' "l ",," l
eh s ¿

f.ji;,ffi
e re za d e
,T 1n
los "

:n
su

##ffffiffiffi-ffiffi
el

31
proemios, ranro en la llíada como en la odiseaesrán consrruidos
con arreglo a
este plan, con la excepción de que en el texto escrito
omitido la referencia
se ha
a los oyentes y a Ia mesa hospiálaria.
Fste. esquema contiene ér, ,.,t..... eremento (c) una indicación y reco-
mendación acercade la belleza de la historia que va a seguir.
vrri"r, los detalles, di
pero tal indicación incluye siempre la idea d._ qu. l, .,".?*i¿.r
irr.l,ry. ;;;;; de
doloresr. En primer térÁino, sá da noticia d.'qrr. J *"r..ar^rerá
abundante; es(
así, al comienzo de la lliada se habra d. u,rr1ilor,., J;
:;¡.;-ientos, y de tie
:TTi-1,:1ry',,; r,l" Odiseaempieza hablando d. h;;b;
)*uy ajrtrrado,, m1
de «rqs¡fuq¡ crudades y mentes de hombres)>,
I de""omuchos sufrimientos en el est
mar''.E'n segu¡do luga¡ al comienzo y d.rpúé, raravez,
dr.i .r".."dor a su
material un calificativo neurro, t"l .o-t, .roti.i", fama, h.chor.
de

habla de aflicciones, punzanres dorores y.t.-.",á, ,.,i;i",r*;.


Nor-d-.rr,. ya
Hablando de ra col
de Tioya' el contenido de Ias cuarro epopeyas béÍicas. de
F".jri. Nésror utiliza en
la.udtsea expresiones rales como
"miserable,.'"dblárora,. y continúa aludiendo los
ala abundancia de acontecimientos, n¿quién d. i"; ;;;rlJ,
p"a¡" contar todas oíc
aquellas cosas? Nadie, por--más q.r. p.i-r.recieran no
a su lado cinco o seis años
para preguntarle con,detalle Ios m,al"^, sufrieron, d. ,rol".. ;i h;;;;, qui
ahíto, sin haberlo oído todo, (od.,3, 91. "rrt.,
ioz-tg). rg"áiÁ.",.,-se elr
describe así el
contenido de la Odisea (Od., 23, 306): Yer
Par
Entonces lJlises, del linaje de z,eús,le contó los dolores ord
/ infligidos a los hom_
bres y lo que él sufrió con fatiga. r gozaba.r.u.t,rnJo".u sel
.Era historia, y er
sueño no cayó / sobre sus párpados hasta que no se cumplió reci
todo er relrtá.
ejer
Y, antes de que ulises cuente ra historia de su vida, re can
dice Eumeo (15, 398):
dif€
cocemos con nuestras,tristes penas, recordándoras, / mientras bebemos y sel
comemos en casa, pues los dolores recordados / dan placer (B.
sufrido y trajinado mucho.
al hombre q". tá
(B.
d.€
Lo que.pretende el canror homérico es suscirar sentimientos voct
de piedad y
temor mediante la participación imaginada en tadc
trágicos,6,
temor eminenrementl en^I1 piezas más ántiguas, y en ".or,..1Ái..rtos
la llíada,y compasión en
y en la,. Odisiy En la épica ,iá, nu.ur, hay una í.nd.n.i,
l:rat hacra
lt:::t:l"rre.s g.r.- el c¿
e[ senrimentalismo. Se llora. aun en Ia mayor alegria (Od.,
10,41í: ú, arte
«goza» alrn con lamentos funerarios
)rl
Luando l?),!,,:e 1'il.,23,'lo,iá, O¿., tl,'212)'.
Ulises oye que el cantor celebra su propia gloria, su rosrro
1B).
no se irumi- 25a
y felicidad, sino que llora, .f-o ttár" h'"r;j*;;yo esposo ha ba e:
_li^..:,:^:glllo
srdo muerto anre sus ojos antes ra mano enemiga."íg. roúr. rü, ho--
bros para llevarla a la esclavitud {e^que
tú.,8,52r;rr., trmbTé., B,"s¡ ,r. y 577-80). t7

-{sí pues, sólo los sucesos dolorosos merecen ser preservados en ,r,^no la par
8. i79). Enla lliada, Helena dice acerca de sí misma y @á., l8
paris (6,357):
de
En el
mism,
-\lás interesante' (que Io que precede) significa, en consecuencia, «más canci(
apro para suscirar
*-bién 1-2, 258. v.."Murko, 176, 21: ñ;j;; Rybni
::"-11'l:,::':Í:,L:?!^,,
ü- -_'. '. i.¡os musulmanes, que lloraban por sus héroesr. "L". tág.i;, ;fr"á;; segunr
teenl

3l
a quienes Zeus impuso un pesado destino / para que sean materia de canto
en el futuro.

La característica más importante de la épica no escrita es la fluidez de la tra- i'


dición. En cada presentación el cantor disponía de libertad para alterar el texto,,
de cualquier r.roáo, incluso recitando un texto totalmente nuerro. En los textos ' ,-
escritos Áela llíadayla Odiseatal característica no puede darse. Thnto más valorrl
tienen para nosotros las observaciones hechas en la épica viva. Según el testi- Ii
monio de Murko, los cantores son capaces de improvisar un canto nuevo en el
estilo tradicional. Para ellos, el canto es como el lenguaje, en el que son caPaces
de hablar libremente. Normalmente, sin embargo, recitan cantos o materiales
ya existentes y conocidos (ver Od., 1,337 ss.; B, 74). Pero aun así se mueven
con libertad en las configuraciones individualizadas. olos cantores no disponen
de un texto fijo, modelan siempre de nuevo sus cantos, aunque afirman que son
los mismos o que los presentan como "los han recibido" y "como los han
oído"... Huseinberg Staroselaó exigía del cantor: adorna al héroe y a su caballo,
no tienes que comprarlo con tu dinero... El equipo de grabación pedía que cual-
quier texto fuese escrito antes de grabar el sonido. Así se descubrió que incluso
el mismo cantor dictaba pequeños fragmentos de un canto épico (unos veinte
versos), después de unos minutos dictaba otra versión, y luego otra, al cantar
para la grabación. Como disponía en mi segundo viaje de taquígrafos, pude
ordenar tres, y hasta cuatro en ocasiones, textos paralelos. Las desviaciones no
se limitaban a cambiar palabras o alterar su orden. Versos textos completos apa-
recían completamente cambiados, o bien eran omitidos, de manera que, por
ejemplo, q,rince versos dictados se correspondían con ocho grabados. Un buen
cantor del noroeste de Bosnia fue capaz de recitar el primer verso de manera
diferente tres veces. Dictaba "Beg Osmanbeg rano podranio" (Beg Osmanbeg
se levantó temprano), cantaba al ensayar "Beg Osmanbeg na bedjem izigje"
(B. O. salió dé la muralla) y grababa: "Beg Osmanbeg gleda niz Posavlje"
(B. O. miró hacia el país de Sava)". De mi experiencia directa en este trabajo
de grabación saqué la conclusión terminante de que todos los cantos épicos ser-
vocioatas, tal como han sido impresos, sólo han sido realmente cantados o dic-
tados una sola vez, (Murko, 1919, 285 ss.).
Por ello el tamaño de la umisma, canción puede ser muy diferente, Porque
n
el cantor ula alarga o acorta a voluntad: simplemente se guía por los oyentes, el
arte pretende el pan, y de hecho está subordinado al humor del artista, (173,
18). -Así el Matica Hrvatska (archivo croata) registró el canto de un preso de
25 años, con más de 4.400 versos, mientras que la versión de su maestro esta-
ba en torno a los 1.500, (1919, 285)".

'7 ¿Es casualidad que las tres versiones representen tres momentos temporales
(levantarse, ir a
la pared, mirar al valle), y que se aplace el comienzo mientras duran las repeticiones?
'8 Evidentemente el preso intentaba romper con todas sus fuerzas la monotonía de la prisión.
En el área de la bylina rusa hay dos versiones del mismo poema en los labios del mismo cantor. E1
mismo campesino dictó en 1871 a Hilferding (Onéshshija hlLing, tomol, n." 63, zbornik 59) la
canción del héroe Suchman, sus hazañas, prisión y muerte, la isma que había recibado en 1860 a
tar Rybnikov (2." ed., Moscú, 1910, tomo II, n.' 148). Las diferencias son notables. En conjunto, la
ios segunda versión es peor: está llena de lagunas y de episodios extraños, y es más monótona e iner-
t.in sr., ienguaje y exposición; pero es mejor y más completa en los detalles'

33
En la épica de los.eslavos der su¡.por ranto, cada
nueva recitación significa
materiatjr n9 razones para suponer que Jaser
;:1."::':,::t'^*_1r-r:,o",del
ruera 5n.J"os
oe otra manera en ros cantores homéricos,". proc
Nada se repetía lit.rrlmei.,r.
porque el recitador no repetía el texto mecánicamerr", siste
.i.ro {Je reconstruía la
historia cada vez'o. cada recitación épica era una tir d
reinterpretación activa del
material tradicional. na. l
En el proceso de esta conrinua transformación los objer
poemas ganaban en lon-
gitud tanto como en profundidad. La tendenc;" i; sand
catácter del arte épico. Los mismos sucesos
i";;i;"dt., inherente ar
son reelaborados constantemente el tr¿
tft:it":e y adornados con ricos detailes,,. AJemás de ros héroes inno
::i la hrsrorra, precisión
oe cada poera podía introducir nuevos personaies vas d
rrollar más los personajes y, d"do, en Ia tradició;;: -""-'""
- -'menores o desa-
I
De modo semejante, nuevosepisodios.podían ingresar f reat
en er marco general,
puesro que la épica tiene natural t.nd.n.ia a añadir"epir"aior. se, d¿
todo se iban elaborando simurtáneamenre, i"fr;té"d*;,ii,ir"-."re,3.
L", p"r-,., y .i delic¿
en todas las creaciones.griegas, también áq"r ní*rrr;.;;;;r"ción como los p<
estricta las qr
compensan bellamente la teñdencia a la expansión.
cada J; r", .i.r", g.i.-
gos posee una idea sencilla y básica ,d,.r.9i.. impregna ""; pretel
amorfo y carenre de plan como en el ¡4ihd-bhdrr;t7:
l^ prrá. No hay írd, e incl
inconexas, oblisadas a una secuencia por motivos
ilr';;;;es de hisrorias
A
p,.rr"...,í..*r.rno, como en
las Millt ,ra ñrhrr. menti
A la extensión añadió la profundización. La erapa en la que los
.se
te dar
héroes se tiemp
diferenciaban sólo por sus no-tr., y h..hos no
d*;;r;r.
aparecro dotado de un especial carácter en correspondencia
]rrr," cada uno el iml
con sus realizacio_
nes' De modo semejrnt.i. añadieron subsecueniemente .luvenl
a los hechos y;;i;
lTri
*yr9 y morivos, siendo así que antes bastó er enunciado desnudá d. ros Aquilr
nechos". lales alteraciones imprimieron a las historias una qué lil
más fi.-. .rar,r.rr_ que y
ra' pero también pudo f,ícilménte ocurrir que los
,.,orrro, rr.rf*rro, no enca- Atrida
Tempr
pacífic
, ', L'palabra.urapsoda' significa «inventor de cancionesr. Los recitadores posteriores debieron
heredar esre rirulo de hono¡-de sus anrecesores de eso
Ios Doeras (ver: Hesiodo, Fr.,265, iv vropor6 (!)
ó¡rvorg p'árycrvteg rior8riv). yer Glota, tS, ha adq
¡,, M;o,-níein. Mus,74, 399.
'?. Reco¡dar la tradición y componer de nuevo ;"; i;;;r,",
rePresenta ambos aspectos. Por la-misma razón ^.rjí¡áíápara
el canror. La «Musa, Puesta
los cantores creen en la ,r'erdad de sus poemas. De
':' Las epopeyas fr-reron creciendo en exrensión, in.orpor*do
-r,.rirr", ,[,ios y, hasra enron-
por eiemplo. .l ,r,.ntu,.ro Úlir., tu. ;"li-J.'", .ii,r.ulo doder
il':,,:1':-'Tl*l'j: ,A.rí'
rrull,ñco,n,er que ongrnanamenre no tenía nada que ver,
d. héroes de
nal? ¿B
- f 'oclfla paratraseerse en la épica LemDrana.
así, con cier¡o énfasis, el pasaje de od..'r,
95, .t' también podría así can_ pleto?
tarse una canción con las experiencias de
Telémacá,. increíb
'' No hav razones nara irpon.. qr. lor..n,ores reruviesen en
su memo¡ia sóro parres de Ia cidad
hisroria de úlises, ,.,J fr.."r, ."pacei de recitar s
el relato .r,.;.. ¿;;;rio-r'.?r".io,r" ra teoría,
según Ia cual Homero compuso sus epopeyas númer<
a partir de rragmenros épicos. Nuesrr a odisea
precedida por orra odisea (ier.p. uo, d..'Mtihil. 'RE rue
na nue'aJ¡enre diversos enisodios del ciclo
S,;i ;-ir;:';. ;íój;; ;;'..,., ilíada ord,e_
rroyano, pero no por primera vez, dentro de un
seneral. según v. s.l.,"aá*rrái, .iilr,r,,¡.*. i.,{irit.. marco
.i", ,,i.*r,
})¿)i'ri.'-"*ui¿o según ,5
Por
el modeto de la pieza der cicro-trovan.1".
muene (Von Homers\vebundWerk, 195i, pp.
rrrlu á.'r;;i.;";;il;;ffiffi; Memnon y su dad de ir
:'una adición evidente 155 s.). más un a
aros sufrimieniás'd. úiro en el mar y araiade ros '6 Co
¡ra¡sfb¡mación del cegado porifemo ." hi,i;;; p;;iJár,, erementos, es la
p.opo."ránando así un motivo personal. las c¡eaci<
testar quc
34
a iasen en todos los puntos con el material existente. Por eso,
como en cualquier
producción fluida,'la épica contradictoria en algunos.aspectos. Nuevas incon-
es
e srsrencras emergreron á partir de los cambios de creencias y_costumbres
y a par-
a rir del cambio i. ..p..i.r,tación que se iban haciendo de la naturaleza huma-
t na. por eso lo que ireviamente parecia simple | )usto se hacía improbable y
objetable. P"." lr, ,rrr.rm creenciai se hicieron nuevos esfuerzos revi-
t- ,r.rdá .., 1o
""o-odu
posible los caracteres y motivaciones' Pero en la medida en-que en
il .l ,.rrr..rrrJ del tiempo cambiabán las historias, Ios cantores consideraban sus
:e innovacioner.ro .o*á ha[azgos arbitrarios, sino como interpretaciones intuiti-
]S vas de la tradición.
1- Por último, la etapa final de configuración llevó a fenómenos de cansancio
,. r.r..1¿". El poderoso impulso haciJadelante de la narrativa.pareció detener-
ü, se, dando l,rg"i ,r","rrii"rrto de afinación de la sustancia de 1a historia con
".r.r
delicados matices25. En esta etapa final la fantasía descriptiva no se ocupa
ya de
el
subsidiarias. se esbozan escenas en
IO los personajes principales, sino^de las.figuras
ta i;; ;". .f J".r."o lo i.,rp" el hijo del ñéroe o su. padre anciano, la familia, los
e- pretlndientes o el pueblo de Itaca desgarrado y sin apoyo entre preocupaciones
Ca e inclinaciones contraPuestas.
ias Además, reacciones retroactivas-' Después de que la idea funda-
"p"r...ri
mental de la historia se ha desarrollado sin adicionés, parece que es redundan-
en
;; d- ; -"yo. Iuz y que una nueva excitación_ .r "lgo ya sabido. Llega el
se tiempo de aliviar la rigidé, inflexible y restaurar al menos momentáneamente
no J#;"k". Áquiles.á. "n,. Tioya éomo valiente-guerrero.en la flormismo de la
el cantor saben, incluso el
ro- i;;il¿, la l.ye.rda lo sabe, lo. oy.nt.s.y 1o

io- [q;ii;; i. ,"bá porq.r. su madre'se 1o Éa ,nunciado..¡Qué. eficaz es elcon gesto,


ira
q,iJ tlU.r"a", d.'1" éo.rd.n, del destino aparece cuando el héroe grita
los
que ya no qulere arriesgar su.vida-única e irrecuperable por causa de los
ru-
ca- Átrii"r, y" no quier. prá, noches sin dormir ni díis en sangrientas batallas!
il;;;J" po, ü mañarr" irá al mar, aviajar al hogat desea,unanovida larga.y
pr.ífi.r, ,-ro ,rr" muerte temPrana... (il.,9,307 ss')' De hecho hará nada
h. ..o, y el poeta no ne."sitr^hablar de ral posibilidad. Pero es una verdad que
:ron
ha sido una vez
. (!) [" "aq,íiriaL
furrr^y frescura por el hecho de que seriamente
en cuestión.
uSa» 'puesta
D. los dos factores que intervienen en el recitado épico nos-hemos ocuPa-
ton- do de uno, la remodelació". ¿Q"é hay de la preservación de la forma tradicio-
nal? ;Basta la memoria d. un'himb,. p"" retener una epoPeya'
un ciclo com-
sde
;i;;ri ü;;rii*r¿"r citado, de la épica de los eslavot del iur, nos habla de la
de dudar de su vera-
can-
I".r.lUf. ,.,.rrdí, de hombres iletradts. Surge la tentación
hablar a los
ie la cidad si el informe no esruviera libre de toá" rorp..ha. Dejemos
oría, números con sobriedad'6'
¿fue
rrde-
rarco ,5 Por ejemplo, el encantador idilio de ulises con Eumeo; o la Ti:lemaquia
con su gran canti-
por la acción. La-Tblemaquia ofrece ade-
egún dad de interesa.r,., ,i,,r".ior.r, no erigidas en absoluto
ysu más un aleccionador modelo de refinada conducta'
-"*,;¿;;;
l" .*t.rpo1r.io., de los problemas de la épica eslava a la griega, podría objetarse que
es la las creaciones refi.radá, .*"..¿*
,. tan fácilmente iomo l"s más groseras' A el]o se podría con-
onal. ,"ro. qrr. una nación "o
. ;; ¡; ;rili;^r un producto mejor, también-seria capaz de mantenerlo'

35
Ha comprobado Murko que los canrores de los bosnios musulmanes domi-
0
nan como término medio más de 30 ó 40 canros, algunos más de g0 ó
100, e d
incluso más de 140. Algunos canros tienenr'r.r" dtrrr".ión de dos y rr., lrorr,
otros más. Algunos.pueden llegar a siete y ocho horas, con pr,rr"i, y requier.nI
(
una o más noches hasta el alba para su ejecución (L73, rc; 176, 1'B r.;'t9t9,
284). Cuatenta- y tres horas de ianto significa un reperro.io d. ciento veinre d
horas de recitado, incluyendo lar pa.rraslEn Agram, del 10 de enero al 17
de d
febrero de 1887, salko voinikovié dictó 90 canás con más de g0.000 versos
de e:
diez sílabas.
rC
. Ello ocupó s,rte manuscritos en folio equivalenres a más de dos mil páginas
impresas, equivalentes a ochenta horas de^recitado sin incluir t". p"rrl"i
f., p(
conjunto, 80.000 versos de diez sílabas equivalen a 52.000 exámetrts homéri-
cos, es decir, al doblede la llíadayla_odiea junras, o bien a l5libros más
que m
el ciclotroyano completo con sus 77 libros.,jure
Jurió de Gromiljat .".rrJrii.
elbajá Banja-Luka dur"nte tres meses, desd. la tárd. la mediaíoche, sin que
" 19). fe
se le permitiera ciertamente repetir muchas cosas» (176,
la
"- . .Esta.moderna analogía puede servirnos para plantear la cuestión de la trans-
Y i misión m
I del arte y sus materiales a la g.rr.r"áiór, siguienterr.
as
cuando Murko preguntó a qué edad comerizaba la enseñanza, se enreró
de
con asombro.que en laniñez, e'edad muy remprana: ula edad en la que los
an
cantores_empiezan a asimilar sus canros era de ocho años en 1913;
ci<
comenzaban a tocar el guslett y a cantar estando todavía en brazos"ig,rro, j. ,,r, ne
padres u.otros parientes. En otros tiempos, tocar el gusley cantar era casi
una mr
ocupación escolar... un miembro de la-Iglesia ortoáoxa áecía qu. a los ocho
ler
años dominabael gusle
junto a un canror musulmán,T.j.rr que el "p"áre nuestro". En un.rfé., Konjié, la'
se sentatan sus hijos de nueve y diez .i Ia
primero de los cuales tenía fama de conocer,oáor r,rr.".r.oi. En 1913, "¡or, la
edad normal paraello era de diez a doce años, hasra quince, los años dorados
der
e1.lo¡ "que no se ha empezrdo.a pensar". Algunos pá.r.r, .i lí-ir. ala capa-
du
cidad de recordar en loi veinticuitro o veinlicincá años... on l" ;rr.rriirá, par
(r)
'' El único pasaie de la Odisea.que habla del aprendizaje de los poemas es e122, 347 s. En él el Me
,
¿edo lemio alardea de ser «¿¡¡6did¿6¡a»: un dios le ha insuflado en el cof
espíritu todo tipo de cancio-
nes. Esto significa que no sólo puede repetir los canros que ha aprendidá (e.J. las
oído) áe otros, sino
que tam.bién puede nproducir pór sí_mismo, (e.d. com-pon".) c".rios ,ob." .,,Jq,r1..
i.-". Ur, .;.-- cid
plo de ello lo ofrece el primer fibro de la Odisea (325_i7;350_52): Femio cantalna «novísima»
can-
c.ión que t¡ata de los sucesos de la última década. Evidentemente los canro¡es
Jpicos habían elabora-
do una teoría qy: P".$g ¡esumirse así: (1) La forma ardstica de las canciones
épi.as ., obra del poeá,
pero su contenido es histórico' (2) La<anción épica es la forma narural y única cos
de Ia ¡radición his-
rórica (J) Cada tradición histórica se deriva, .n úl,i-o rérmino, de la épáca.n I. qr" ruvieron
lugar cap
los sucesos. De estas tres premisas se sigue que la tradición
iorma épica a la hisroria áe su propio iiempo; .., 1, épica d'e fp,.á p-|.i. á. i.r rr.i"¡*, q". ái..?" los
Ufir.. t"rá q". L"b., .r.r,o..r,
Femio, que no aprendieron rr, "o_o
dÉ otror, siná que ras .orrrprr,i.roi, Jrc,s mismos. La misma
:¡o¡ía encontramos en Z, 2,485 ""'r.io.r.,
s.; las Musas, e.d., en'esre_co.rt.ito, lo, poetas original.s, .rperi-
frenraron los sucesos y
:?To «resdg.o§ visuales, ( iore, ver Bruno snell, it ¡tot. urio., zó, p) zs)
::rrsmitieron a la posteridad su unoticia, (x)"éoq). En Od.,12, l}9-91,las sirenas se precian a" p.a".
:¿¡¡¿¡ rodos los sucesos de la guerm t¡oyana en general, todo lo que o"rr...r, va es
¡ el'mu.do.
. "- El guslc es ¡n instrumettto de cuárda ion el"que el canror aámpaña su recitado, y equivale
.; ia rorminge del aedo griego.
oída

en la

36
ulmanes domi- qusta escuchar para retener un canto... Se asimila un canto incluso
de 80 ó 100, e cuando se
duermer.
s v rres horas y Todos hablan de una presión irresistible en la «penerración» de los canros
as, I reQuieren i merak, srce zaiskdb, hru mi steie za pjesmom)re itz6, tz s.). Si los canrores
6, 18 s.; 1919, .t'olja,
detectan un alumno bien dotado lo cuidan'celosamente. Algunos se entregan a la
e ciento veinte
tarea con irresistible ardor. fuí se expresabg Muharem Hosié en Bihaé: uDlsde los
enero al l,/ de diez a los doce años iba con la genté a h carsija (mercado, bazar) y en los cafes y
).000 versos de escuchaba-alegre los canros toda la noche. En casa, no podía dormir hasta no haber
repetido el canto, y cuando me dormía el canto estabi ya escrito en mi cerebror.
los mil páginas Para muchos canrores era suficiente la simple audición de un canto; a veces,
las pausas. En por el había que escucharlo dos veces; én una ocasión otro aprend,ió un
reuos homéri- .ruido
canto imperfectamenre porque el cantor estaba bebido y Io escuchó medio dor-
libros más que mído (773,17),0.
liak cantó ante temprano de la edad en el aprendizaje de los cantores aficionados y pro-
roche, sin que fesionales cons.druye un rasgo que_permite .omp"r". la antigua épica griefa'con
la moderna eslava. Las epopeyas hablan de heihos de ,rn
ón de la trans- irsadt remoro y en
muchos asp^e_cr:s. reproducen las circunstancias de lo, antiguo, tiempos con
asombrosa fidelidad. Por ejemplo, ranro los canrores griegoi como loi eslavos
nza, se enteró describen objetos de un tipo y forma que ya .ro ,. ,rr"á dáde hace siglos, y en
en Ia que los ambos casos Ia investigación arqueológ1ca'confirma la precisión d. laí desérip-
913; algunos ciones. Los poetas épicos pueden preservar la memorii de antiguas civilizacio-
brazos de sus nes porque desde una edad temprana cada nueva generación cráce en un doble
¡ era casi una mundo, el real y el de la poesía. Así ocurre que Juando los cantores hablan el
ue a los ocho lenguaje de la poesía en lugar del ordinario, ie sumergen automáticamente en
fé en Konjié, la antigüedad remo.ta y se mueven con total seguridad Jn un medio que sólo por
diez años, el la poesía conocen (ver pp. 49 s. y 58 s. más abajo).
En 1913, la Incluso cuando el cantor es_lavo es ya dueño de su arte no desprecia el apren-
años dorados der nuevo material de sus colegas de oficio. nA menudo los .antor.s ,ri";..t
ite a la capa- durante horas para oír a un famoso camarada no para compararse con él síno
Ia juventud, para aprender "buenas" canciones, (176, 14). Thmbién se intercambian cantos
(173, 17 176, 14). Probablemenre, los canrores griegos hicieron lo mismo.
j47 s. En él el Mediante el intercambio se manrenían al corrientJcoÁp".ando regularmente
'-.
r dpo de cancio- con otros sus nuevos trabajos y composiciones. Sólo en detalles puéden variar
o) de otros, sino las.Ilíadasylas Odiseas de canrores diversos, porque los rapsodas están conven-
tema. Un ejem- cidos de conrar la verdadera historia.
.no\'ísima» can-
Este arte social no requiere especiales instalaciones.
habían elabora-
s^i9mpr.e que había
s obra del poeta,
la uadición his-
{..*po y ocasión se recitaban y escuchaban cantos épi-
cos. Si no había disponible un cantor profesional, vaiios de los presentes eran
ie rur'ieron lugar capaces de entretener al grupo3'. En ocásiones especiales, como btdas o fiestas,
rbres que dieron
qlntores, como
los cantores se presentaban esponráneamente o eran invitados (173, 4B). Lo
smos. La misma
iginales, experi- 2e
«Deseo, posesión,_exigencia del corazót, impulso de la sangre hacia el canto.,
rtc'rc., 29, p. 25) 30
En una región en la que está extendida ia coitumb¡e de reciia¡ leyendo libros, Murko obser-
rrecian de poder
va este dato interesante: ulos hay qu.e no pueden "aprender" canciones leídasJ porque una canción
nundo.
oída-es_más fácil de aprender (unodijo: rl"t..,,.".r-*,i, f,ícil) que por medioáe la ]."t,r.a,.
ado, y equivale
,'' pn aligo me contó que en la primera guerra_ mundial los üldados croaras, en sus puesros
en las largas horas de angustiosa esp"i", oc,rpÁan el tiempo recitando cantos épicos.

37
mismo leemos en la Odisea.' se buscaba de fuera un adivino, un curador de
dolencias, un carpintero, al igual que un cantor (17 , 385). Los príncipes, como
el rey de los feacios o los señores de los palacios enla Odisea tenían cantores a
su servicio. ulncluso en 1913 un Begllevó consigo a un cantor a los baños de
Rohitsch-sauerbrunn, (1919, 270). uDegada Cengii fue uno de los últimos y
grandes aficionados a los cantos heroicos, que cada tarde, después de levantar la
mesa, debía escuchar con el cafe, con otros oyentes graciosamente invitados. No
conocía diversión que no fuera la de los cantos y narraciones; le eran tan nece-
sarios antes de dormir como el masaje de los pies por un sirviente, (17 6, 46 , y
1919,295). Los cantores cortesanos también cumplían otros servicios y así
debió ocurrir también entre los griegos3'.
Las razones por las que algunos hacen del canto una profesión pueden ser
varias. Una puede ser un especial talento o una poderosa inclinación hacia el
arte. En otros casos, lafuerza de la necesidad. Demódoco en la Odiseay el can-
tor del himno de Apolo eran ciegos; también entre los eslavos del sur hay can-
tores ciegos (173,6 s.). Algunos se hicieron cantores itinerantes por haber per-
dido sus propiedades, o tuvieron que dejar su casa por un homicidio o por
razones políticas, como le ocurrió a Jenófanes de Colofón.
En el período posthomérico, tenemos noticias de concursos de cantores en
festivales religiosos y en celebraciones fúnebres. Cuando la épica dejó de pro-
ducirse, la buena sociedad griega continuó gustando de los recitados cantados,
si bien los nuevos tiempos preferían los cantos líricos a los épicos. Los rapsodas
homéricos se convirtieron en nuevos recitadores que declamaban e interpreta-
ban un texto fijo. Después fueron maestros y gramáticos.
La épica hablada pasó a libros escritos cuando se debilitó el deseo de las
transformaciones constantes, y a su vez la escritura encadenó las energías
creadoras que hasta entonces se habían desenvuelto en la composición libre33.
Por otra parte, la obra escrita ofrece Ia posibilidad de reelaboraciones y mejo-
ras cuidadosas. Quizá las primeras copias no estaban destinadas al público,
sino para su uso de los cantores que ya no se fiaban a la memoria y la impro-
visación. En todo caso, la lliada y Ia Odisea, tal como hoy las leemos, han lle-
gado a la posteridad por ediciones normalizadas y no en forma de manuscri-
to para cantores'4.
No obstante, los textos escritos guardan la huella de la antigua fluidez. Los
libros nos han transmitido el comienzo dela llíadade dos formas, como inicio
de un nuevo poema y como continuación de la epoPeya precedente". El cantor

3'Yer Od.,23, 133 11.,24,720; Od.,3,265 s.; y la observación de Telémaco en Od., 19,27 s.
, No nos es fácil hacernos una idea del proceso de fijación del texto. En este caso no vale la
analogía con la épica eslava, pues ésta fue esc¡ita e impresa bajo el influjo externo de la Europa
occidental.
t' Una comparación con 1a transmisión de los Nibelungos aclara Ia diferencia. Los antiguos
manuscriros delos Nibelungos difieren en centenares de estrofas, porque cada uno representa una
r-ersión individual. Sin embargo, sólo se ha transmitido unaversión dela llíadayla Odisea;las
r-acilaciones de la tradición, aunque numerosas, se limitan a unos giros, unos versos o, a lo m:ís, a
una pequeña secuencia de versos. Parece que fue más frecuente la ampliación del texto por inter-
-alación que su abreviatura.
i' Har- un tercer tipo de comienzo, cuando un himno a Apolo o a las Musas (ver p. 238) ini-
;ia la narración épica.

38
rador de rodía e.legir una u otra fo.T3 según -interprerase la llíada sorao como parte de
es, como :-rn conjunto. Los primeros libros dela odiseamuesrran
un compromisá: son el
antores a -rarerial de una odisea independiente, o de una epopeya q". h"y que recitar en
baños de -onerión con otra anrerior. Así, la primera .r..rá dL la od;sea.. ,.I".io.," .o¡
iltimos y ¡l último libro de los Nostoi; re d.scribe lavenganzade Orestes contra Egisto de
:r'antar la irna manera dificil de entender si ¡o Ia precedJel recitado delos Nostofi y ,on-
ados. No ¡inuamente l,ray en los primeros libros paralelos entre Telémaco y orestés. por
:an nece- otra parte, el_autor dela Telemaqula
-6, 46, y 9ip!r.gó los Nostoi, incorporando algunas
:arres a.los libros rercero y.rarró dela'odlea. Ello constiruye una grnrniir.n
:ios y así ¡na odisea independienre, pero a conrinuación de los Noitoi las iepeticiones
serían intolerables ¡ en tal caso, el cantor las omitiría.
reden ser Debió ser narural que los cantores dispusiesen el material de uno u orro
, hacia el modo según la ocasiónlo exigiese. Las nariaciones de sus viajes por ulises no
v el can- requieren necesariamente la audiencia de los feacios. De hechrr, en nuesrra
kru .".r- odisea, leemos cómo ulises.presenra a Penélop_e Ia misma narración enriqueci-
aber per- Ja.por las úlrimas experienciás. En ese pasaje, él t.*to da sólo un breve resLrmen
lo o por del contenido (od., 23, 310-41) como susrirución, por así decir, de un relato
completo del cantor que comenzase con la llegada dÉl h¿ro. artaca37.
ntores en La libertad de elección explica Ia debilidá de la estructura de la segund,a
i de pro- parte de la odisea. varias ,r..ei...corrstruye una situación con el obj.tivo".onr-
:antados, ciente de que ha de seguir enseguida la muerte de los pretendientes, pero ello se
rapsodas pospone. por la aparición de nuevo material. No se aprovechan deierminados
rterPreta- preparativos, no se resuelven_algunas crisis, y la proliferición de episodios seme-
iantes perjudica el efecto. Thles trastornos desaparecerían si el cantor no utiliza-
eo de las se siempre todos los episodios3'.
energías En la lliada, enconrramos resultados incluso más interesantes. un canror
,n iibre3r. debía naturalmente incluir los episodios más arracrivos posibles dentro del
; r'mejo- marco elegido. En el contexto de L nira de Aquiles, ,.r.rr.á llíada inchye par-
público, :..t
qy. pertenecen al comienzo de la guerra (cómo la gran marcha hacia Ía bata-
a lmpro- lla' el catálogo del segundo libro y lás acontecimienios de los libros rercero y
. han lle- c]'arto) y parres del final de la g^uerra (como la muerre de Héctor). Igualmente,
lanuscri- algunos libros están llenos de h.r.o, recuerdos de la prehisto.iá de" i, g,r.rr",
mrentras que en otros gravita la sombra de la inminenté caída de T¡oya. §. trrt"
idez. Los de un procedimiento incorrecto desde un punro de vista realista, pero artística-
no inicio mente apropiado si se lee o se oye la lliadaieparadamente. En el ságmento ofre-
El cantor cido, se refleja la guerra enrera. Pero en reiación al ciclo completo aparecen
inconvenientes. En la epopeya que precede a la llíada, frlta., part., q,,. d.b.-
/,, 19,27 s.
rían, estar pero. que ya han encontrado su lugar .r, .rt" ..grnda obr".
¡ no vale 1a Evidentemenre, la llíada se convirtió en libro anre's que las otras Epopeya, del
: la Europa

:s antiguos ,..'-od...1,29-4.7. ver especialmenre el ahora, de 43 (que no se corresponde con el "ahora, de


resenta una J))..ts evrdente el compromiso en la recapitulación inadecuada d,e 29 s. y 36-43.
r7
Odisea: las En este caso se necesitaban naturalménte más alteraciones; pero inclúso los cantores
que dis-
a 1o más, a ponían de un texto eran capaces.al principio de improvisar las necesarias adaptaciones. En Od.,
9J. un antiguo_ manuscrito añade dos ueisos según Ios cuales Telémaco debia viajar
l,
r por inter- --' a la corte de
Idomeneo en_ C¡eta, lo que supone una notablámpliación d, la Trlr*a)u;a.
:.238) ini- .te de
,"j"puedeverquenuestra
Odiseapresentaunaieriedepreparativosairernariuosparalamuer-
los pretendientes, de los que algunos suponían una .,.isió-n diferente de esa muerre.

39
ciclo de la guerra de ,ooyar', de manera que
los aurores siguientes podían con-
sultarlo. Así oodemos explicar r, d.rpropJr.ii;.;;;;;#Ji. r^ epopeyas (la
I t ía da había a bsorbi do É ;;;;;ii' ii',,..i,ii y ;il,..h ;
e h r tía da ileve
un título al que no tiene más d.eqe.cho, que cuaÍquiera "'d".
de Ias Jtrr, .pop.y", d.
la guerra-de n]lionr. La comperición de'ros
aurores por poner en sus ribros los
meiores fragmentos es parre ie la raron
por ra que r"'r;"G;;: pensaron que er
ualor p'.oético de las otirr .pop.yas der áclo
.ri q"".
-.r.,o, Ii ¿. ra ilíada y ra
Los otros autores llegaron demasiado tarde.
Sólo temas con un sitio inalte-
rable en la historia. .o-ó, por ejempro, i,
a.rr*..1;#T;;;:
de su utilización. La sel.c.ión írtui"r proau...fé;;r;
estaban a saryo
con i¡,i_
::, ::q:-,
mejores escenas y episodios, dieron"a su marerial
oü l; ji:;;r:":;'J ij;
los mej ores can ro res el igierin .t *"..o _.j "."-"íüa..es.
l, fbr-; É*,i., más acabada,
acogida y así sus obras.se erigieron'en norma
porque el
públrco deseaba T.¡"1
::i?,1rj1r^""1^,¡ que la narración se recitase así, y no?. o,i,
de esta selección v sracias al talento d. los -rn.rr. c'o, Jyua,
arregior, ,i."."-"".r" a lríaday nues_
tra odisea ur'' é'ír.,uración general buena, si
no. perfecraoo. Respecro a la
semejanza enrre las y ras"odiseas anteriores , tá, ,,r.rir^ y la
dad.del arreglo finallliady
es ,lgá q,r. p".d., .n .r m.;o,
originari-
detalles dispérsosn,.
;; i;r;;r;r, rasrrearse en
Por último, podemos entender por qué, ras transiciones
de un episodio a
orro en ambas eDopeyas no r.sirt"r, .on rr..u..,;l;
como los,episodiori.nían qu. .rmbirr áe sido con
;;;;rr,lca pragmática.
frecuencia, Ias conexiones
eran_muy laxas o había alegremente que adivinarlas.
Las epopeyas proporciánaban sólá una.unidad
,lo con¡rario elementós gene.rar, por suerre, pues de
variosos habrían ,ido ,upri"i-iá;;'J;.r"arurarizados,
como en ocasiones ocurrió. se superponírn ertraros d.
omisiones evidentes, y el tarento de Io, diuerro,
ép;;; drr,¡n,ri.án
indiviáuoíqr. .on,ribuyeron
a la confección de la áaravilosa obra se
..rrr..r.rrr. Ni siquieri ras tragedias clá-
sicas griegas son uniform? a que fueron escritas por un hombre en un
pese.
corto espacio de tiempo. En-toda ctmposición
experiencias: cada escena, cada motivo, cada
p"é;i;":;rJ" i".,. riene sus
c"rácr.r. una cohelencia pedanre
que hubiera eliminado cuidadosam..r,.lo,
.o.,flictos hrúi" d;.;;uido o empo_
brecido el producto. por eso l"r .p"p.y"r-no están
exentas de contradicciones
pero, en .o"'¡ui-,,á, hay
una unidad do_l,,r.,t., porque
l:::,*::^q1"^O^1,:':
caoa.poema y.cada parre poseen un pensamiento básico
sencillo.
Ademas' runro a la unidad aproximada de acción
hay una unidad firme y
de forma artísrica qu. ,.
::iÍ::'""", -r"in.ro .^ .i'ií;r;J, .t ,"rro y
"t

'" La época en la que la llíadayla odiseaseconvirtieron


en libros no es fácil de precisar. Debió
ser en¡re los siglos oclavo y séptiÁo.
' Nosotroi podemos í.. l'r, prrr", en el conrexro de la acción
incierto' Los modernos in'estigadores *,Jr."."-..ir"ror., globar, pero ésra tiene un perfir
iadas
.sp."ífi.as enrre ve¡sos de partes ale-
la epopeya, pero
el púElico
- {¡ -igi""ri;ró1"üo."b" lo que oía en su inmediato conrexro.
\o se puede probar con seguridaá l" a. "uo,.,,..r, ;;;;i;,..r.nción per_
so:i nos ar-uda a comprender niejor lo qr."orr,.ib,,.iór,
,..r.Áo;.n nuesúas manos.

+0
odían con-
popeyas (la
Ilíadalleve
ropeyas de
s libros los
uon que el
Ilíada y la
2. LENGUAJE, VERSO Y ESTILO
;itio inalte-
ban a salvo
s. Con jui- Todas las creaciones griegas llevan no sólo el sello general del espíritu grie-
-on con las :o. sino también un esdlo que corresponde a su género propio. Además dé uii
ís acabada, ;srilo característico, la-épica homérica tiene un lenguaje propio, un lenguaje
. porque el a¡uficial que n9 existe fuera de la épica y que sólo a ella perienete. Este len[uaje
Con ayuda :special pasó después por herencia de la épica a la elegíá; ambién la lírica usa a
tday nues- menudo términos y formas épicas para dar a su lenguaje cierto colorido épico y
;pecto a la e\-ocar asociaciones épicas. En la formación del lenguaje épico han intervénido,
r originali- además de las leyes inrernas del arte, los accident.Jd. l" ñistoria.
strearse en En Grecia misma, Ia tierra madre, la épica pasó sólo su fase inicial. El testi-
monio del lenguaje épico revela que el florecimiento y desarrollo de esa poesía
episodio a tuvo lugar en el área colonial del este, en Ia costa oeste del Asia menor y sus islas
,ragmática. próximas. Las tribus griegas se instalaron allí hacia el final del segundo milenio,
conexl0nes los eolios al norte, los jonios al sur y los dorios más al sur. El dialecto épico es
básicamente eólico. En consecuencia, la épica se cultivó primero en el nolte, no
te, pues de lejos de las ruinas de la antiguaTroya. De los eolios la recibieron los jonios;
uralizados, Homero mismo fue considerado un jonio. Los rasgos lingüísticos jonios fueron
dntas, con rrasvasados al dialecto épico, pero sin desplazar completamente las formas y
tribuyeron palabras eólicas. Los cantores jonios no pensaron en traducir sistemáticamente
rgedias clá- 1os cantos que habían oído y aprendido del dialecto eolio al suyo propio.
rbre en un Para ello habrían tenido que neutralizar y destruir muchas expresiones úti-
3 tiene sus 1es puesto que los jonios no disponían de equivalentes o las qle tenían no
ia pedante encajaban en el verso. Así fue surgiendo un ienguaje mixto. En el rranscurso
1o o empo- del tiempo el ingrediente jónico se fortaleció, pero hasta el fin los canrores
:adicciones jónicos utilizaron términos y formas eólicas e incluso giros enteros unidos al
re, porque .jónico en sus propias composiciones. IJna ruprura radical con la tradición no
respondía al espíritu griego, y enconrraron venrajas prácticas en Ia posibilidad
.ad firme y de elección.
verso y el La épica griega alcanzó la madurez, por ranro, no en el área limitada de
una patria autosuficiente, sino fuera, en el área colonial del este. De entre
todas las tribus griegas, Ios jonios fueron los más avanzados de su tiempo, y
du¡ante todo el período arcaico Jonia mantuvo un frente de desarrolló por
:ecisar. Debió
delante de todo el mundo helénico. Sensibles, receprivos y emprendedoies,
los descendientes de los antiguos emigrantes evoluciánaron más rápidrme.rte
iene un perfil que los que quedaron en casa. En el nuevo país mantuvieron continuo inter-
de partes ale- cambio con razas extranjeras, y los mercaderes fenicios que tocaban sus puer-
ato contexto.
tos e islas los familiarizaron con mercancías, gentes e ideas de todas las tierras
n'ención per-
del Mediterráneo. Las rutas comerciales entre el continente asiárico al este y

41
Egip.to,^l los países del norte' c'ruzaban todas
las resiones del oeste' entre -f¿"¿ épica'los
'y'y *i"no' griegos del este tomaron
e[ ili á;
por Jánia. Hacia
;;; ¿;;;i ", . n t
",*uJllffi: ;*a ;;:
f 1%"',**f ::i';1?liJJ?Tt:
menor
;i;r". Pronto los griegos de Asia -'il1':1i::,: ;::; ;;;
nueva ;la de'.olo-
i"tii*o' A partir del-sislo octavo' una
Il1rr."r^i.r'rt,dt" u'i'-'iJ'¿ iónica' Milero controla-Se
nización griega se P';:";;;;i;i;;';' t;;;;; át áttotí"t^comerciales'
ba la costa del Mar Negro mediante
""'
nuevos intereses puede oírse
ocasionalmenre en la
cree que un eco dt e'tós este' Pero el
sacudieron tntoLl'l Io' g'itgot'd'el
odisea'.Nuevos '-p'i'o'
.,f i,i,,,-g,i.so*,1,Sii+#r:',,tTImir'.ih'#^t:iilffi il3i
aienas. Lo que Proce
cultural tiene p'opill l;;' it;
iiR'i"'' exrernos lo
El desarrollo "'
fomentan más que lo impugnan' r -r^r L-l--icñ^ constantes
col lnter-
avanzado del helenismo' en
Aunque surgida tlrt'á p"""o bárbaras' la épica
cambios pacíficos y ;;t;t;"'
ton t'lt"" t*t'"á" y hasta
En am plio
i;a"'lúrt' v f""á'"t" helenica'
oermaneció .,, i; ¿i;;
Para los ionios el
"tnti"*)';;;;; i' s'ies''s
lrado avudó 'i"'"'''J'L':^:;;; "i¿"loiv to*Ut.t tt"plt['U"n tranquilamente
írte épico significó i;';;r;;;i.n.ir, y tntot"rar reFugio en las
la miiada desde el Presente p""
*;;;;'no "l
anres de las migractones'
;.ü;;;;i.".' atl"'"1igiltd"d
jlíil:!;tffi;" 'á*ot'' errantes a donde
La poesía éPit"
ai""¿i¿' Por cantores
en el sépti-
quiera que hubiese s'L's"'
q"i'":: :1i:*il;;i"""1': f::*ar una marcha que
ui.roriosi por tierras griegas-
mo. la épica comeni¿ ,í .,.,rrih,
; ; .; .: ve r e n ",1 ^:'' ;iI ;i! :: :" :*.{t*¡* T;,U :: t'il'T i: t.;
fpop.y,'" Y aí la.épica' cuvo P':T::'?'jl';#;;;;;;;;;" d. la'.,^.ión grie-
":;

Árár'., y perfección,lonia se "." :' :il'^'l; tilr,'iütl f, on-,¿.i.a se convir-


ra nación v l*dadera ruer-
?ft 3"i:*i:t;::r5:i'.:""T[];T:.:¡" tras otra' "' """
za educativa para una generación de griegos 1 ' ^^ ^"aestán ellas mis-
'" 'i?.ir"r..,in creacron.es§u(
¿t""4ás sólo los pueden ejercerconvierten en cámaras que len-
mas en constante ¿|"""ff"'
dt *""t'" que se
o;"
ut'
m e n re re so ra n,li',lJ"'"t
ra a
:ü ::: [' :'" H:["i
i:':*; H];:
;i::r ill;. :'H[i;ffi"'#ff i ffü ;;;
i,i; ;; pe rrec'lo,'o- o o es I a ép i ca
homéricas'
t

y el vetso de las epopeyas


homérica. t*'*"'tilJ'*á tttil" de arcaísmos obsri-
Er mareriar lingüísrico del
verso épi.;;;;lñ*".rd.
t*t'""¡t'i'"nte' Lt a-ntiguo. y solemne se mez-
v d. o"li'*31ü t;;tát se distri-
nados
.1. con lo moderno y despreocup'd" t;';;;iá"iontt ü"lt': o bien
ionrenido y tl tono de la escena'
bu.'e en,.ti"bltt tJnttnt'"tiont"tgún'el

q 106-4 l)'
Lli'csexaminaelpaísdelosciclopet'conloso]o'de'unhombreacosrumbradoasopetarlas
¡o.ibilid¿de' tton¿rn;tl' it
in-nutuo'país \Od ' que
tultt"" g'itg"-lt i*""
íirt"át-tí l" to"t' de Asia menor' hasta
d"'"']tt
' L,r '"* de 1922'
en la catástrofe
¿:¡oniió un final U'"1- i-it"lUle ,ln¡i' ii Elti Átittl el e[ecro vi:ible de las epopeyas
\i: Z"hict¿'¡h'^^"Á' Auh' Jahrbuch' en la época de la
U'u*o' tn"-no-al 570-60' Por tanto' en e\as fiesra\'
r¿rde' t'lt n'odo b"t'ntt
-..:'.i::./i nti' i;' "tiot"'homéricos
:..':ir.-.iún ¿' r" l"l""lJ' v la introd''icci;;;;
'ior"

+-
,das Z:nas de sombría g.randeza, como Ia aparición de la deidad vengadora en el
ron ::irner libro de la llíada mantiene .o., iigide, la dificultad del leñguaje tradi-
rdo ::onal' en ranro que partes vivas y -orid"r como las recrimináciánes del
rel :::ismo primer libro de la llíada están más cerca del lenguaje vernáculoa. En
rlo- :o:riunro, e1 lenguaje épico es f,ícilmente inteligible p"r".l qi. lo ha oído aten-
:la- :-irrrenre una vez. Pero, en su detalle, palabras y expresiones arcaicas pueden
Se --:'ultar meros sonidos, y epítetos dirigidos a'dioses pueden parecer meros
rla :ombres o títulos a los_ que no se asocia una significación precisa. Hay también
rel :raslación de significados que generan incomp-rensión, y hay construáciones de
:ias ¡a1.abras nuevas según el modelo de las viejis formas'supervivienres y en un
lo'. estilo supuestamente antiguot.
lo otro elemento del estilo épico es la utilización de formulas. parres de ver-
sos..\'ersos o grupos de versos aparecen una y otra vez en idéntica forma. El can-
ter-
:or improvisa con mayor facilidad si tiene a su disposición un repertorio per-
rica
rlanente de acuñadas. Pero estas venüas prácticas ion más una
^expresiones,
rlio
-\cusa superficial que una explicación de la existencia de fórmulas. y las excu-
sas aquí no tienen lugar porque sólo en etapas posteriores del desarrollo del arte
sel
la reperición encuenrra ob¡.iioner. El anriguo poeta épico no ve razones para
nte
ser original si el cambio estropea la expresión, ñi quiere diferenciar artifici,osa-
Ias
ment: situaciones que esencialmenre son idénticas. Por el contrario, junto a Io
cambiante e individualizado desea expresar lo permanente y típico, ránto .n el
ia. fbndo como en la forma.
)ti-
En la forma de los versos, la esencia de los actos a los que los versos se refie-
lue ren queda sellada convenienremenre de una vez parasiempre. Están trabajados
Ias
de modo tan delicado y perfecto que vale la p.na analizai un ejemplo .or.r.-
su
'ie-
to: un dístico que sirve de introducción a ,r., banquete. se inicia án los pre-
parativos del anfitrión y su familia, y después se di.. literalmente (p. ,., bd.,
'ir.
17, 98 ss.):
er-
Echaron mano de los manjares que estaban listos;
r15- y cuando calmaron el deseo de comer y beber
tn- así habló...".
res
Sá, En primer término, sorprende que no se diga nada de la comida misma;
ica tiene lugar, sin nombrarlo, entre los dos versos. La actividad animal de mas-
ticar y.tragar se pasa por alto pudorosamente-. Nada se dice de la materia que
ti- pasa_de la mesa al estómago, sólo de las manos que la toman con libertaá y
del deseo que libremente queda gratificado'. La comida se describe desde él
ri-
1
la. Il., 1,88, con dos conrracciones, es más moderna en su forma que Od., 16,439.
I verl p. e., ,,Antidoron,', Feaschrtfi fiir J. wachernagel (1924),274 s. Lahipótesis de las malin-
terpretaciones productivas es exagerada por Manu Leumann, HomerischeWóiter,Basilea, 1950.
6
las Oi 6' dr' óveícxO' árol¡rcr npoaeí¡revtx letpcr4 ícrlJ,ov.
Artdp e:rei rcóorog xoi á64rúo9 é( üpov Évro,...
lue
El alimento no e5 nombrado directamenre. sino por medio del circunloquio.placeres,., y se
sus.riLuyen los nombres de . bebida y comida,, por los verbos correspondienr... Sobr. el rérmino
ias artificioso norfrrog ver J. §Tackern agel, Kl. Schr., p. 7137 .
,la e1 segundo ve¡so la expresión i[ (üpov)_ ávto (que reaparece veinte veces enla llíaday la
^ ,.t l. no significa ueliminar e1 deseo,, una traducción-recháble
Odisea) porque no sólo ignora 1o. p1r_

43
de vista del placer que proporciona a los huéspedes. En esre
fu.nro senrido, la
Íll.l * también poesía social. C"d, for*.rl" .,r*pi. su función especiar
de
Tod? apro-piado. La que introduce una alocución proporciona, con una uni-
formidad fácil, el conrrenienre conrraste para la dt-'¿.i* irrt.rvención
que
sigue.
La mayoría de las formulas no ocupan un verso completo, sino sólo una
y -hay hexámetros compuesros por dos, .r.. o ..,"iro á.*,rr",
parte;.
estando las formulas dispuestas de man..a que encajan enrre sí con ;""i"r,
precisióne.
obedecen a las leyes generales de la estruct,rá i.rt.rrr" del hexámetro,'de
las que
Yamos a hablar.
El verso épico es una de las mayores_realizaciones del genio artístico
griego.
Y aunque en general es imposibie valorar pl.rr"m..rt."una forma
mediante un análisis teórico, ál rirt.-" formal'del hexámetro p.r.d. "iir,L"
entenderse
enteramente por medios racionales. vale la pena pues .rar",
d.talles técnicos,
".,
al estar estilo y contenido inexricablem.rrt. tr.riáo, en la estrucrura
d.el verso'..
Al igual que en todas las- formas poéticas de la antigu" G...i", el ritmo se
produce en el hexámetro mediante un patrón regular ¿. íir"u^ ureves
y largas',.
En este sentido el verso. antiguo .r" Áá, mecáiico que el moderno,'q,r."d.r-
cansa en un ritmo producido por sílabas acentuadas=y no acentuad"r. pr.r,o
que mientras el acento ejercido en una palabra guarda cierta relación
con el con-
tenido del texto, la longitud de las sílatas nada'tiene que ver.o, .l significado
de palabras y frases. Pero, en el hexámetro'', este inctnveniente se compensa
mediante un peculiar
lanej9 de la relación enrre el sentido de las palabrr', y .l
ritmo del verso. Para aclarar,los principios básicos de este procedimien,o
cemos formulando los problemis que^intenra resolver.
.-p.-

ceres de Ia fiesra' sino que los niega. Cuando los héroes se sienran
en una mesa con buenos man-
¡ares y buen vino no se ocupan del sentimienro desagradable de
"eliminar". Más bien ..,
sión significa calmar los deseos en el senrido de
"daries libre curso" qr..o",ir,i,uy.,rn "*p*-
if. p1"..,
positivo), en conrrasre con .,rerenerros.en-e1 p.echo,, (negarivo). v*,
(h1m-bre acuciante) époxo,xéeLv, I/., 4,430, 'éxovr,'(",,'""r,t..,i..do,,i¿,
:..- o¿..,
t ll,l05.
Ou¡róv
9 *lár-,
a 3, 217' rx¡")'' óre 6i¡ bnu te ¡reyá).¡v Éx orfieeoi eír¡. La expresio" ,,á.rdrág;,-
cxü6ijv frente
buena analogía. El se¡tido. de á( ápov sivol en it., tz, e¡a',.,
l" ir", ofi... ,r.,"
;"j";;, ,:ó?;;;o ,. sacia final_
mente el hombre, incluso de las cosas_ cuyo deseo es más apetácible
sería contradicto¡io si el deseo se dirigiese simplemente á
q". i" g,r.-r, r"l p.;;;i;
en tal caso no valdría la pena constaát d.rpré, de un tiempo "e[minai l, teíri¿n d.l i-Fi;;;; ;;.,
que uno ,. rr" riu*al ¿.1 dá,i; t
que ntiene suficienter.
'1,E, una ocasión el poeta juega
explícitamenre con ras formulas épicas. En Il., 1, 230, drce
.
.aqulres a Agamenón: (" r ú no eres un€uerrero,,) no).u )"óróv
i
3óp' cxroorper-oOtrr 6ong cxvtíov,eirn. És una parodia de una
ion nat« orporóv sr)püv' Axuróv
héroe, que se presenra ante. el ancho. f..r,t. d.l ejército enemigá
descripctJ; ;p,;;. un verdadero

*T""r.", frente a los propios


1y
".i ..-o en este caso
para xcrrn orpcrtóv eüpiri'aicnov (r, 484; 2, 439; ri,
196) ou¡róv_ir<pcnpeio.oor (ver 20,"9y9gr,
4Zqa"i,"S
¡oI ovtív é),erl (5,301; í7,A1.' '
' \Ier Frühgriech. Denhen, 100-156.
pronunciaban y escuchaban con precisión ras sírabas largas y breves.
- rrclt¿r
¿ _--,!o',*''"tos
los versos antiguos' acostumbramos a acenruar las
Nosorros,
sílabas la,grr.".on lo que se falsea la
::¿ruraleza de los versos. (

' Ln hexámetro es una serie de seis_ medidas (o npies,). cada pie es o bien un dáctilo (e.d. d
,;:sa-bier.e-bre\-ej como la articulació¡ de los dedos) Jrri." 3
::e :s siempre bisílabo (larga-corta o largaJarga). úr;;;-r".ga). El úrtimo
"".rpJ"á; ¡¡
b

++
;entido, la :n el lenguaje natural.diario las palabras flu¡en en un curso articulado. Los
special de rÉ:oüos se separan unos de otros, y, dentro de los períodos, grupos de palabras
r una uni- ::, -i o menos largos se distinguen entre sí. En determinadas circunstancias, en
nción que -. :l'.'isión v subdivisión del conjunto, una sola palabra puede considerarse
;.:
=o un miembro del todo. La articulación se escucha con claridad, especial-
r só1o una :-nre en ei habla lenta y enfática, mediante interrupciones más o menos gran-
las juntas, :.s de la melodía vocal'3 en los extremos de los miembros componentes. En los
precisióne. -cafteS Írás importantes, y sólo en ellos, hay una pausa del flujo. EI problema de
de las que .. :omposición poética del hexámetro'a es éste: cómo la articulación natural del
s¡ntido del texto encqa con la forma prescrita de sílabas breves y largas del
','.rso. El verso discurre rítmicamente en seis elementos pequeños (umetrar) de
ico griego.
jos o tres sílabas cada uno, mientras que el significado contenido en los versos
ra artística
entenderse ie quince a diecisiete sílabas cada uno) tiene divisiones allí y allá, cuya distan-
s técnicos, ;ia no está determinada rítmicamente. EIlo produce un conflicto que busca un
lel verso'.. compromiso. Pues, o bien los versos fluyen uno tras otro en uniforme secuen-
:l ritmo se
.ia de sonido sin consideración del significado, o bien cada verso debe recitar-
s r'largast'. ie con separaciones marcadas según el sentido, rompiéndolo aquí y allá en sec-
ciones no rítmicamente determinadas'5.
r, que des-
Ahora bien, el hexámetro griego hace frente a la exigencia de articular el
[as. Puesto
sentido en el verso por el hecho de que cada verso se divide en cuatro segmen-
:on el con-
ros (ussl¿») calculados para articular el texto de acuerdo con su significado. El
significado
primer ucolon, comienza con el mismo verso, y los tres ocola, sucesivos se ini-
compensa
cian a partir de una «cesura» perceptible'6. Las condiciones de Ia cesura son tales
rlabras y el
que el verso se subdivide según relaciones de armonía: para la primera inte-
:nto empe-
rrupción se dispone de cuatro posibilidades (A, a fu) y para las otras dos inte-
rrupciones, dos posibilidades cada una (B,, B, I C,, Cr)''. Gracias a esta liber-

buenos man- '3 Por umelodía vocal, entendemos e1 complejo de modulaciones que incluyen altura de los
en esa exPre- ronos, intensidad de la voz, color tímbrico, «tempo», etc.
-n'e un placer 'a El problema se presenta en todos los versos construidos con igual norma lingüística; el ¡ri-
. 105, Oupóv metro griego tenía una regulación parecida a la desc¡ita para el hexárnet¡o. Se trata de una cues-
aü6f,v lrente tión aún no tratada en mis publicaciones.
a" ofrece una 15
lJna te¡cera posibilidad sería que las pausas significativas siempre coinciden con los lugares
se sacia final- en que un verso termina y empieza el siguiente, como ocurre ampliamente en la épica de los esla-
pensamiento vos del sur y en la épica popular moderna griega. Es una solución primitiva e insatisfactoria. Pues,
npulso,, pues en tal caso, ia secuencia del verso es monótona 1. la expresión lingüística debe ser hinchada artifi-
o del deseo y cialmente para llenar el espacio hasta el final del verso. La épica eslava, probablemente por esta
razón, trabaja sólo con diez sílabas.
1, 230, dice 'o Si designamos 1as tres cesuras por A, B y C, y 1os puntos en que son admisibles por A,, A,
ipiv'AXoróv etc., e1 esquema regulador sería éste:
un verdadero
en este caso 1l u u 2l uu3 \r o4 ,_, ,_, 5,116ú
t: 2, 439; 79,
2 34 12
A B
;es. Nosotros, '7 Están previstas legítimas excepciones. Palabras especialmente largas y muy importantes
ue se lalsea la (upalabras densas,) pueden suprimir la cesura que vendría al final de la palabra y hacer que se pro-
duzca después de lo exigido por 1as reglas. Lo haremos notar como A! y C! Ejemplo de.\!: Il., 1,
r dáctilo (e.d. 356: "(Así fue: el Atrida, el poderoso Agamenón) / me ha ultrajado (A!): me arrebató y guarda mi
ra). El último recompensa». En griego, nme ha ultrajado» es una sola palabra, y su peso es el má-ximo imagina-
ble, pues la acción entera de la lliada se basa en la afrenta a Aquiles. Ejemplo de Cl: Il., 1, 7:

45
no está
indebidamenre coaccionado en la configuración
::Oj:.:5:,:"_.]
oe su rexro y no |o.o
hay monotonía como ocurriría si todos los versos ,lguieran
Por orra parre, aunque la esrructura de ros versos
1ryi1r""a".
srstema permanece simple y uniforme. cuando varios
puede variar,r, el
versos ,ir.rr.,r.r.,
de acúerdo con tas cesuras, el oyenre p.r.tU" enseguida
., ,,
3:::,::,,::*9:
regularclad l:l
y la armonía que se da enrre el rirm-o del verso y el ritmo
la
aEl ,igri_
ficado. No se necesita una a.raración teórica J. r;r;;;ñü; por eso
los viejos canrores no elaboraron un sistema teórico "pli.r.,.
ír .rri..g"ron a sus herede-
ros un paquete de reglas abstractas.
Más bien, el sistema estaba implícito en el recitado
tradicional del verso: los
errores se detectabar,lT"S,llda po.qu. un verso
d.fi.'."i. ,o
fodí" ,., recita_
do de la manera tradicionil. Centro de la recitación, la
articulación del hexá-
metro fue mantenida por los griegos durante dos mii
lr.rüo refinamiento
en el curso del tiempo, pero .irisáma permaneció. "nor;
cada hexámerro es así una .ra.of, en miniatur a, y ra superposición
ritmo mecánico de sílabas largas y co*as con ,itmá'1..*j,ñr. del
del sentido,
sintonizado con el mecánico, á" ál h.*¿metro "l griego ,lio q,r'. u"
-á, allá de la
pura satisfacción estética. El arte obtiene ,."1-JrrrJ.r""?uÁrr-¿r-ensión:
verso
y contenido no discurren paralelos en dos series, sino
qr. r. .ombin"., int"r_
y el resuttado es un poder ,r.,'.uo n*iU,f. á. .rpr.-
:T:T:j:qT" se T:1:tltu,ico, I
quler€.comunicar. La fusión de verso y sentido o.,rrr. con
:.T'? natura-
tr', compulsión ni artificio, porque en su esencia rar arricuración
'i9¡o' del ,rmo obrrgado de Ias
qr,ere no
cosas caurivadas en.la palabra y el verso. Lo
que
la poesía hexamétrici griega gana cuando se aprende
a recitarra correcramenre,
como. se pretendía, es algo que no puede déscribirse
,rerbarm.nt., sino sólo
experimentarse en el trato íntimo con el texto original,e.

uCanta' oh Musa, la cólera de1


Pélida (CI) Aquiles". En tales casos, la armonía de la articulación
se.rompe, pero de modo significativo: el verso se
pliega .o.r,..rido.¡|Lr. a. la versificación
.pi.. hr::.:l uro. amplio y.-expresivo de esros ,n.dLr.'Un,"l ,"grnd, .*;;; llgirima. más rara.
es la posibilidad de llenar dos'.,cora- con una,ola
oarabra, j;;;;;r;;;'.;;;. renga sólo rres
'i:"1"'gllugar de cuarro. Por l)emt1t. la cesura B'..,á pt,.n,""da (,Bx,) en er verso nsem¡la de
dioses / hijo de Laerres / ingenioso Ulises,. (A. B. C.).
' De la liberrad de eleciión en cada ,n" á. ü, ,'r", ..r.,rm rcon 4, 2y 2
ran 1 6 posibles estructuras del verso. Tál número crece posibiridades) resul_
con ia permisividad de1 desplazamiento de
las cesuras. Támbién puede variar en cada p"rri.
l" fr.rzu absoluta y relativa de ra división.
'Para concrerar el sisrema.
propongo rn inrento r;rrr,irir..*ti l.'r.p-ir.;,. en unos ver_
¡?;!:,1,,1!:!,"il:lÍ_1r1"':,,'ri.ul,ció"n
original. 1,,..,,,n, se indican po',1, p,n,,,.ión o por
ha romado una muchacha como concubin* ei pad re de ra mucha-
i l''-l^'l^ri]l}lf;ás¡-rnon
con ras rnsrgnias de su sacerdocio, viene ar rey para rescatar
'na' a su hija cori .i.o, dor.r, p"ro
{.amenón le contesta:)
l6 .,Guárdare, anciano: quiero que ce¡ca de las naves /
ni ahora / permanezcin más7 ni más tarde / vuelvas aquí.
l a Pues si no / no te valdrán / el cetro / y las infulas del
dios. /
\unca.a elJa / delaré libre. sino que / envejecerá sirviéndome
/
r.r,o mr recho / en mipalacio / deArgos. lejos de su
parria, /
-r', :¡;:¡ndo / día ¡¡as día I y mi lecho / pleparando. /
P¡:o ..'e ¡e. no me irritesi pero que p".a", I irte salvo,
\o:.i::óndelascesuras:v.26:A,s,Cjzl,4f,ó.;zs,ArB,C,;29,A,B,C,;30,ArB,C,;31,
.i B C : ,rl. ,{. B. C..

+o
cuatro ucola' del hexámetro no trenen
ión Las tres divisiones internas entre las
darse' aunque no necesariamente'
ran iar en intervalos iili;t' i;;tiÁtt".p"tae en uno de los
t, €l .-.-'' pron,o después del'verso: i"tg"td' aParece
a.il"-ii"'o
Jel (una división exacta
lsu .... r,i*r..r.-i.¡nJ¿irr.-t"tt "rrittic,tts a la mitad opcionalmente
'erso
Para la ter-
previstos
ala :,:lrrperra el verso en dos); y los dos lugares un esPacio
manera que, después d.l .ort., quede
gni- -.:¿ dir isión están siruados de At"'q"t verso puede empe-
:..:ti'amente grande,;;; ;il;Ú"' *t"o':o' el
eso "i
en su cuarto «colon» t"'' ttrrto continuo' ininte-
:de- -:: de modo inquietante, tiene t"-t tt"lo o más de la longitud total delverso'
---,npido, que comPr;;át
Es precisam.".. ffiJr,.-á""i
-1"' ¿a r.rro, .rp.tLtT:i::,;l:ltimo tercio'
: Ios de las fór-
:. l:,rsar tavorito p"'" dat-ulas épicas; y.t'^ "át""ncia uniforme
cita- por eiemplo, en los 32 ver'
exá- :,.ijs da al estilo épi;;;;..á.i" y áienidad.
que el vérso concluye con
. s Je 1/., 6,254'85:;"to"*"*o'veces 15 caso"s en los
ento Ilía.daYla Odis-11'
: -.ri eu€ encontramos una o más tn oi'o' lug'¡t1 de'la
onl. ll.,r"n el úlrimo tercio de la línea. Suenan aProxr-
1. J;; i;;;;;i;;. «todos los dioses'' nmadre
del
'rido, «mueve *
::adamente así: nhijos de Aquea'' "i-"''
uniños. inge'nuos1" uTioya sagra-
de Ia : ¿menter, uvino briliaitt']"ti'ot ardientes''uabaio' al Hades'' Las otras cuatro
i¿',. ucausa a..,p""tJ';'ü;tt lo llamo''
ierso
.iDarecen un poco "r-ra., .r, .Í ,.rro, ""
,á*"t Supremo'' uel bien armado
nter- ^i
udt 'frt^t" boiit-'"s'' La palabra con
que
rPre- Hé.,o.,, «Gorrión d;;;";;t'Ut"' á; un o t,'t hétot para dar
:oncluye el verso t' ;;E;;t"tl"
ti dios
tura- pero."";;;;
como la mayoría de los nombres son
nno ¡l r.erso una termlnación enérgica. se hace preceder
.lemasiado breves Para ocuPar-iolos
el tilti*o ttttio átl ""o'
) que Po' tittnplo: 'alada l¡i5"' "ágil Aquiles"'
.ente, .rl nombre Por un tp;"'" i'aicional'
en la parte del verso'
dador de truenos ;;';;;' óot tllo' " "'it" "tu "'ptt""
sólo
;';''*'*'':^' t:l;';:J.*#"*"::,
üo r. . n .1,,"n ""';" nuevo n'H: ::
i, senal definida de comlenzo'
un
el verso táttlt'yt sin que moles-
anuncia anticipadamente al nuevo-perso""i; t
re la sorpresa. Este
á.t .it,iÁ. tercio del verso da al hexáme-
ffi;;ó1";á
¡1ación
áii..."li¿"¿olo del hexámetro de la
icación rro épico l.rn .r.¿.,1r'rotrio'y solemne..
is rara, noesía helenística' lf p.,tt' fttf*i"ito qut t'ivió 'medio milenio
Jl'*"*
des-
que de
de sus versos
5lo ¡res
rilla de B:::':$:."-,p;ü";il;i" rti,Lbt'd"j y1" i".á"sidad final del
en introducir nue'as ideas al
ia dignidad *",-'q"iü';;;;;TJ'ba
t re-sul- verso. El
se enriquecían con su alianza'
ento de De este y otros modos' verso y palabra no discurría de modo
hexámetro, .o*o t'o"-t*'oi' ttt -itti"t'ápt,o 'ati"bit' en Ia forma deseada'
t.
-tos ver-
tl to'-"t'iiáo p"ttndido
nopor neutro v uni[orme para aPortar
.u.iro *i.*btJ'dt"'"oll'b^n ;iJ;í";ia: el poderoso comienzo del
mucha- S,r, "' of'¡i'iíá"'1 t"'áo enfá-
es. pero
principio d.l,.,'o,?;;;;;á;;;lo"' 'o".frecuencia
,.ron"n,t;;?; ñ;"t' g"t es el*oui,.i.rr,o
esquema corrientei hay otros' pero
tico. y.l y configuración"'
.i,r.rJo tiene su propio
en todos ros casos

sl¡-o:3edio de articulacio-
::§XtS:i:H::f .1f¿1,1.,po,.,d..,.i" significariva eltre
tl
'l'.1 3í95t"p"'do'porampliointervalo):obien
ne\paralela5oron;ao'''"n]li';;;'t;nl;'t" pr.d.:J.;i;t:[t-'lt;;.;tt' toto tn [a cesura A de
C.;31, en un¿ secuencia de rerso,. su organización
il., L,52, con un gran efecto' etc'

47
como las ucola, del verso difieren enrre sí, y como cada una de ellas posee,
o puede fácilmente hacerlo, un carácrer propio, la colocación de una palabra o
f.á.. .., una línea de verso no es un ,r,r.rio iirelevante, dado que una cierta uni-
formidad esrá asegurada. Así, por eiemplo, el tercer miembro del verso que
ptr.d. tener sólo d"os sílabas y q,,. ptop.nde a llevar un fuerte acento., es el lugar
'frro.i,o para el nombre ¿.1 r",i"i."t dios (lróg, etc.)", o para las palabras udios,,
udioses, 1eróq, erí, etc.). Fórmulas fijas que recurren con frecuencia tienen sitio
normal en el-lugar del verso en el que mejor.encajan materialmente, según_su
tamaño. y.o-á las expresion.. r.i;,r.t"n a las leyes generales.del verso, nin-
sún miembro interfiere con otro; toáos encajan como bloques de construcción
;;; ;. unen y completanr3. El encaje ocurre sin constricción alguna ni reglas
p.ío .o.r'b.ren estilo y .o, r"grridad sin esfuerzo. El estilo del len-
,'b*1.r,"r, ^..rt.r"-.rrt.
guaie está p..t.trráo pot .|.*t'tos típicos, y toda la estructura
-' tiene sus afinidades y relaciones.
iípica
Era, persistente tipicidad,n se muesrra, enrre otros ejemplos, en el hecho de
de su
que los -ir*o, .pít.tos se aplican a personas o cosas independientemente
eventual situación.
Ái .r poeta habla de umarineros, barcos, aun cuando estén varados en la
.orá y de'Aquiles nde los pies ligerosr, aun cuando esté sentado. E11o puede
..r.rli", cuestiánable p"rr.ig,rrto moderno, y se ha dicho que constituyó una
pra.,il" para facilitar'la impávis_ación. Pero ial explicación es. inadecuada. por-
tiene iasgos semejantes. Más bien,
i". .a"'el arte griego d. ádor los tiempos
It. .".rtor., épiás á-pl.rro., regular y coherentemente epítetos persistentes
para significar'la inalteáble naturáleza de las cosas y las propiedades caracterís-
ii.m ¿3 las personas. Esencialmente, los barcos son vehíiulos para viajar por el
mar sin caminosrt y, por naturaleza, Aquiles era rápido e impetuoso. El estilo de
la narración épica'e>rpresa lo perman.nt. sobre ló momentáneo y atempera lo
accidental con lo esencial.
D..prré, de haber examinado las propiedades del estilo épico en el lengua-
je y el ,,árso, examinemos el estilo en iu más iTplr: sentido: las tendencias que
org"rrirrb"tt decisivamente la configuración del relato'
" E., I" épica homérica, domina una específica voluntad de estilo, tan riguro-
sa que será mejor hablar de estilizaciór qü. d. estilo. En el núcleo
más antiguo
J. l'"".pop.y"r, l, estilización es especiimente fuerte_y exclusiva; en las partes
a suavizar la antigua rigidez. Es^esto
-á, ,r.rár"r, iendencias conrrarias empiezan conocemos en su fase final,
l. q". podemos esperar en un tipo de poesía que sólo
.,.r"rr¿á la desintegración ya ,. ir" i.tiii"do. Por eso, si queremos trazar el perfil

frecuencia está Zeóq en nominativo al principio o al final del verso'


",: Con de la
Así las formulas qrr. -"..".r el fina1 de ,rr-, áir"rrio se adaptan a las cuatro. posiciones
.-.,,r",\. Prr" A, ,ir.,. ñ; pr." A
ñ io, o, antes de vocal, 6q tpai'; para 6S 4q"to o íog átpot" y
:.-.::-,-\. cir; op'áCo,l.
'- i;iii" está tipificado, por ejemplo, el color del pelo. Todas.las mujeres son rubias
(como
.: :i.turas de ,r"sás), y ,"-üiér, io, jóu."tt, como Aquiles y Ap.olo'.y.el hermoso Menelao' Los
:s
:-_-::¡::, maduros, como Ulises y Zeui tienen pelo negio. Así se invalida toda conclusión acerca
:¡ épicos (ver Deutschi,Literaturzeitung, \.924' 2369)'
-- ,,l' :::: ie los personaies alude a la lunción de los barcos como receptáculos
J-.,'.oi,.io prr" Ío, b'"r.or,'u.órrcavor,
.'. :'--..'trr.dlliiJ\.

+S
iee, .::¡icto,
de la antigua estilización épica deberemos referirnos principalmente a la
'ao -,:-4, la obra más representativa én general de la fase más antigua.
mi- Una característica significativa de la estilización homéricaés la antigüedad
lue :.liberada de los sucesos narrados y las condiciones descritas (ver más"arriba
gar ??. 37 s.). El canto que retrorrae al rapsoda y a sus oyenres a edades pasadas
)S)), rreserya cuidadosamente Ia distinción entre el entonces y el ahora. Erto ,.
itio :::mple incluso en los aspectos más exrremos de la civilización (ver más abajo
rSU lp. i8 s.)- Los héroes de la guerra deTloya vivieron en la Edad de Bronce,'y
ün- =: cantor los hace luchar con armas de bronce, aunque en su vida diaria utili-
ión -¿ instrumentos de hierro'u. Ante una audiencia acosiumbrada a viajar y luchar
¡las : caballo, el cantor hace que los héroes se batan en carros de guera. Ádemás,
en- -r.linque los poemas tienen rras sí un largo período de madurez-dela Grecia del
ura : ste, ignoran la_ migración ultramarina y Ia
colonización del Este. La épica sólo
:onoce.el.mundo griego de la metrópolis con sus antiguas residencias y sus vie-
,de ¿s ciudades'7.
lsu Los cantores manrienen_la pintura de las antiguas formas de vida con gran
;:delidad porque creen que la édad de la que hab-lan, pese a su arraso técñico,
"r la - ¡e más grande que la suya. Una uez y otri, cuando rror irrfo.*"n acerca de las

ede r¿zañas de los héroes, se nos dice que ulos hombres acruales, no podrían reali-
[na ¡¿r tales hech_os. La perspectiva histórica es la de una degeneración creciente. Y
)or- -i. como las figuras épicas sobrepasan a los hombr.r moáernor, también, según
ien, .l libro primero de la lliada, eran ellos inferiores a sus predecesores. AI miino
Ites iiempo, ese pasaje (1,2,47 ss.) muestra que se cree.n el mayor valor de las
:rís- Seneraciones.primitivas. EI viejo Néstor dice a los reyes guerreros, ninguno de
,f el -os cuales cede: nljna vez ruve que vérmelas con hombres q,.r. eran mejóres que
¡de ;osotros, contra_los que ninguno de los hombres de hoy seríacapaz de luchar.
alo Ellos me respetaban y me escuchaban; así podéis también rorot.ó, oírme a mí.
Tú, Aquiles, eres bueno, y sin embargo debes aceptar mi consejo»rs. ¿Qué sig-
nifica en ese contexro ubueno, y umejór,? La leyenda describe a los lapitai com-o
lua-
r-igorosos, indomables, arroganres; y Néstor dice de ellos: ueran los más pode-
que
iosos que nuestra tierra ha alimentado; eran los más potentes y luchaban con
lro- los más potentes, conrra las bestias del bosque, y Turiosos ias marabanr'".
Brutalidad, dureza, alegría en el combate y el conflicto: eso consrituía la gran-
guo
deza de la humanidad primitiva. En ese sentido, al comienzo de la llíaia, se
rtes
35tO
ad'ierte que su.gran rema fueron el funesto (oü2"o¡rér'qr') odio y disputa en los
que innumerables vidas de griegos cayeron como r.íctimas.
nal,
La admiración por la animalidad salvaje, el orgullo impertérrito, la matan-
erfil
za masiva no es en la llíacla algo ingenuo, sino romántico, pues los canrores y
en general ulos hombres que viven hoy, son de diferente ráza. Néstor, con su

de la
t:,y '" De ahí, por ejemplo, el notable conrrasre de que, mientras que Aquiles da muerte a Héctor
;on su uaguz¿da lanza de bronce, recibe el reproche de su víctimi comó uhomb¡e de corazón de
omo :ierro, (1/., 22, 328; 357). N metal en cuantoiimple símbolo no se aplican 1as reglas del arcaísmo.
. l.os I Incluso el pasaje de 11.,4,51-56, con su oculta alusión a la próxima destrrr.iiór, de Micenas,
- erca pe¡manece dentro de ese marco temporal, pues Micenas cayó a principios del siglo doce (quizá es
iisrinto en Il., 20, 302-8).
:ulos " Para e1 verso 275, ver Glotta, 14, B.
r" éxroyl"oq (268) no significa uque despierta terror, (activa),
sino (pasir.a) «demenre, furioso,.

49
consejo de una reconciliación amistosa, representa la racionalidad moderna;
pero si los príncipes belicosos hubieran escuchado la voz de la razón, como
incluso r,rptr.tt"-..tte los lapitas hicieron, no habría habido ni cólera de
Aquiles ni llíada. El arte maduro yla épica tardía de la llíada, que debe su per-
feóción a la humanización y a la purificación espiritual, glorifican un tipo de
humanidad salvaje y cruel que ya se ha superado. Y, sin embargo, no pt'ede evi-
tar la atribución a sus personajes de muchos de esos rasgos. Ahí se revela la esci-
sión característica de lo romántico. Después, enla Odisea, como Yeremos (cap.
II, g), el espíritu moderno se impone, y la er^épica en su conjunto toca a su fin.
1l -trrrdo en el que tienenlugar los sucesos dela lliada está, pues, ideali-
zado,y sus leyes ron áif.t..ttes de las de la realidad ordinaria. Dioses y grandes
héroes viven en una esfera propia que sólo comparten con sus iguales. Todo 1o
que amenaza su soberanía es borrado y extinguido. Sus actos no están sujetos a
limitaciones de espacio y de tiempo, y la naturaleza no se entromete. No hay
verano ni invierno, ni mal tiempo ni frío. El campo troyano es sólo la arena para
la guerra de Tioya, no un paisaje. Siempre presente está la costa con el campa-
-áto de los aqueos y la alta ciudad de Ilion. Ocasionalmente, osegún la conve-
niencia, hay urraccidente del terreno) una colina, una higuera una tumba, y
si el héroe necesita una roca, ahí está para reclinarse sobre ella. En el primer
libro de la llíada, una plaga azota al ejército, y se supone evidentemente que
sólo Ia tropa es afectadi. Nidie se imagina que Lrno de los príncipes pudiera ser
aracado; i dior casriga al rey haciendo que sus súbditos mueran. Una vez los
ríos del campo ttoy"ro, concebidos como dioses, entran en batalla,- y Aquiles
corre peligrode ahogarse. Se queja de tener que morir como un muchacho que
gu"rdé ..idor, e inmediatamenre dos dioses del Olimpo se acercan y_ Ie asegu-
Ian, uNo dispone el hado que el río te ahogue,, (11.,21,279 ss'). Só1o fuerzas
respetables y nobles pueden ejercer sus efectos sobre los grandes personajes. por-
que nos movemos en un mundo poético en el que nada es mecánico' burdo y
ásu"l. En un duelo entre dos guérreros, la suerte sigue normalmente el valor
relativo de los contendientes, y en la mano de un gran héroe el arma ocasiona
una destrucción instantánea sólo con tocar superficialmente a la víctimarn. Otra
regla de las escenas de batalla es que no hay muertes lentas ni heridas graves. T,os
hé"roes principales sufren ocasionálmente leves heridas que, todo lo más, les ale-
jan temporalm.nte del combate. En general quedan ilesos o mueren en el sitio.
Lor p.rionaje menores sufren esra segunda y simple alternativa. El poeta que
quieie utilizar una sola vez la figura de un guerrero, decide su destino unívoca
u d.fi,riti.r"rrente. Las medias tintas rebajarían la monumentalidad de la escena
de batalla.
Que es la tendencia hacia las soluciones extremas una voluntad de estilo y
no 1a barbarie sin sentimientos, lo muestra la persistente actitud de \a llíacla
h¿cia la batalla «rica en lágrimas,. La seriedad temible de la guerra está siempre

L'no de los héroes épicos enuncia esre principio. Diomedes ha sido alcanzado por una fle-
::.: i¡ f¿ris. r'le dice: uTé álabas sin motivo, pues sólo me has hecho un rasguño en el talón. Tanto
::. .::::¡Lr::.i I¿ herida como si r-r-re la hubiera producido una mujer o un niño inconsciente, pues el
..:::-.-. i- .l:. hi¡ml¡re r.il v cobarde es ror)a. Distinto es el filo del arma en mi mano, pues por Poco
---- .--.r-. eriquiia de r-r-rodo instantáneo, (.11., 11,388-92).

(tl
I moderna; :-:r:i[i' \- sobre cualquier guerrero que sucumbe,
zón, como - -:-e 'ela el .rt.,r..ráo de-las armai qr. ..r.i.rranla su
terrible grandeza de ra
i cólera de ' -: *st-' a los guerreros innominador,
.,r.rpo moribundo.
lebe su per- ."y" misión es sólo l" á. ,rr.,r-bir ante
.n
un tipo de =':iores. el poe11 ofrece palabras en el'canro que a"r, p.rro.rrlidad a su sacri_
- :r: '.- hacen sensible la tragedia. uEra un gran.cazad,or
,puede evi- -: :- ¡ero no le ar',daron nila y un discípulo de Á¡te-
diosa ni.r ait" d.1", fl..írr-- (ii.,
vela la esci- :;::e lo.eng.ndió fu"r". d.i ;;;il;rrlo, p.ro la s,51-54). *su
:emos (cap. madrastra lo trató como a sus
::.:ios hijos para agradar a s.u esposo» (il,
¡ca a su fin. -=. *.r:!g, amigos, S, Z0;.r. ,,E;;ri".o, horpir"lario, y
,ues, ideali- : p.ro ninguno .r,rro ánr pr* ilU*il'ir Ia
6. t4_17). destrucción,,
s v grandes
Tr¡dos estos comentarios tienen
una
es. Todo lo : :-:_el lenguaje no es emorivo, sí lo es .l expresión
.f..to
calmad.a y objetiva, pero, si
rr sujetos a
Esro nos lleva a orra caracrerística ;;.;;;.J".
te. No hay del .sdlo hámé'.i..]" .üi.rividad conre_
i
: :-r el despego aristocrático. Er cantor i"fb.r-;,-;;';il;;.
arena para
:=:.:-i compleramenre detrás del ¿'""ro persona se
el campa- asunro ,r*"d;.i;l;;;;,; ,;;
-' irdica sus opiniones propias acerca d. ,u c"rácter.
personajes,,. y
n la conve- '-:':llos sólo por sus acciones Hace que ros compren-
r tumba, y y palabras. Ño ,. ,.rr.itan en la narración
cuestio-
: el primer -=s problemáticas. La épica.r prr., en Jescripciones de estados
Sin embargo, la poÉsía .rri ll.r' d. ."rr.i.r.s
de ánimo.
mente que diferenciaJor, d" probl._",
:':'::mo'edores y de situaciones rensas.
rudiera ser L" épi." ¡;r";r"il;;;. d. ,rdi.", oo.
lna vez los '::t-r: medios lo que. según ras reglas del.r,iro,
l'1¡chos de los dátrlles que se cuentan f,rJ.áI.]il
"o ilustración directamenre.
i'Aquiles no son una de la acción, sino
hacho que -:: procedimienro para iluminar la escena con una luz indirecta.
i- le asegu- . t'n el pasaje de l,a lliada. en eJ que.aparece por primera vez Herena perso-
::imenre (3, r25), er poera inrroduce er
ilo firerzas motivo qu. |", ao,,¡n", ra escena que
najes, por- ':rue (130-38' r5G-60, 164-65):.r.r, n,rf..
por cuya posesión puebros enreros
¡--haron una suerra sangrienta y elra
r. burdo y es;;;I;;'á.?;;:i_rande y rerri_
:l'=' pero pasivo. Pero, erilugr, á. r.n"rrrl,
re el valor .on.l dedo
:os dice: ulris la en.ont.ó."ñ.palacio, r."i"ar,',.1t;;; y án'^l¡rirsu siruación,
r ocasiona ffi,ü,.,"; tera purpúrea
¡a"'. Otra --: la que se dibujaban Ia, Iu.has d. rotiroy"nos
áomrdor., d'. .rurilos y de los
rqueos. de broncíneas corazas. sufrimienrá
;raves. Los
i-rano deAres»' En un ejemplo dera
ql. qid:._i..r;, ;;;;, causa por la
ás, les ale- odisea(2, 15-23),pod"mo. ver cómo se
:ipresenra indirectamenre la- compricada
:n el sitio. y .onfurá ;;;i;;';;r raca. Habían
¡undido entre los habitantes la ansiedad
Poera que
.obre los hombres o
y rt"-"1g"., p".'L?r* de noticias
o unívoca
: la escena ,.; ni ;:, ;; :"j :h: ;;, TJ : : :.1;"
poeta " es capazde dar breve
*:,#.T:::. : fi. :Í lu ;, :ru;É;
cuenraáe todo.il";;á;^"" p.r.""";e
personalmente, implicado en ran contradicrorios que está
le estilo y intereses,' uÁ continuación
\a llíada comenzó a hablar en la asamblea el héroe
Egiptio,.enc.;iá;p.;tl"
vejez y sabe-
á siempre dor de muchas cosas. uno de sus rrrrbr
hrÁr" embarcaáo .ón er divino ulises
hacia Tioya de buenos porros...
De los orro, ,r.. hijos, uno, Eurinomo,
de.los prerendienres y ros orros d"r era uno
ror una fle-
;;;l;n
Egiptio no se había orvidado d. urir.r,
de las posesiones paternas. pero
¡lón. Tanto Ir-.r,ara"r.'f;fi;;é;;lr. por ér,,.
nte. pues el
rs por poco
ra rocura es una cuaiidad obieriva.
.quiu,fl5 r,::13::fl ffi:"',;;,X:Tl,;:,'ff:;,3;:o pues

51
AI igual qu: h.' acciones,v P"'9"'r,-t::,0"'T.:: T:'l5tt,:: :'iliii+j
."*.,"i?r.i¿,i inditttt"'. El,lengualt-1t:il Si el poera se demora
un tiempo
i?;.".1 0'. :; ;;;,'
ras armas de un
lXf fi .il;"§'
L* *tru: t"il:Jp'o"-ro realizarán g"'dt'' ñ;'o"' ru comienzodedelsulibro
héroe, significa qt"
vic-
úl armas en premonición las armas
once de la llíada'Ag';"t;;"'';;;i;tt i:" d;ü';;t;'n'i' d' Ponerse
d"t'iptlo,.,
roria. El cantor i"t";;;;;1"
e r pen sa m i e n..
r-1',Tl"d.q
^o' s
fl más.gloriosa
l á A;; ;'I; : I ii.:;X] :: ?l' ;: i;oi!
;.;;;;r' el iefe,de la :::Li"A;;.^¿n' ¿i.. el poeta'
con'n"t1';t¿n*t.i i. t,uía
se Pone

I*Ft*rt tt mundo entero sigue "'"]ll


enviado como
r';;;'\ ;"'ricia-de que I's aqueos

;iis*;¿::T:ütxT;':iiJ?:
t'I/'l
i'i""
E:¡' y po' !'i1it"
le Para gozo
suvo' la arma-
"enuió'
t'otn"' áe los diver-
ton ,r, barcos ¡'"
" ó'Jp"ás'se desc¡'ibe
dura (11' I 19 l' "'l'
¿i" 'i::t;il;;t'Jt
p"onado' doce de oro
fil;;;á'
sos mareriales de Ia
';;dt;;:"*'i' 'l"o
se erguían hacia el
v veinte de estaño' y';;;á' lado tres
"'P*;;t'";;"lt'b"
Frla en las nubes
como stgno
d't'ó'on"t
'..r.llo, semeiante q';"ti t'iit de los
p"" 'l/ar1;ili
roi'nl-Ü'J' p"l"n"t"' i;;;tg';''ió"'t?1"^:ncional
armadura' como
maravilloso
t0' l2' i"t'ño"iblt t'n"tto"'""ittión de la
números
'ul ; i i ;'
a i n r e n a do- P"o
e h -, r
t e: ;: ;'' l; :Tii*;H
T1'üi:T i*t;: l'3,- [!
*:
s

il ..#, I § : *H il:,.'ii ""#;',i :'ii: :. 5:i; t Í,1r.: jj, ii |; l: I


;il'::o:,'1l"1[ft;;; ;az'. sino
un
""ibl'
la
presenrimienl'
descripción de la at '''g"ln-
t;;";;
nente (ver 1t" 17 ' i+i-Sil' [nterpretada
y los terribles sucesos
ít" r' "ri'it ""1";;;áá'Á""'
ca: Agamenó'-t
;e
" '11'l
seuo a la narración
t* ;:ilX.:f,?:kil*#d' ,,Tp,iI.: su caracrerísrico
I"5 1"i::":::3;fi
homérica' ,N"' "''':";'; "'il'*';;'*i'
d. i;,';;io, fá.,"'i e"f¿]::"ilTt,IX'.Ti;;'oad e inge-
i" ...,...i¿"
;;;, ; distancia' con la m1yo.r I^t']ili;'l.ir,r.'r.ot.t."rar Ia vida de otro
era imposible rePresenr
nuidad.on l' qu'io;;;i';;;' óizáles
Hi:i:;",l'ülr;fi :u,,l:'l:ülTlili^-
attlsttcar
mlno;il:,ilffi ]';
,""t .t cualquier cosa menos'
sólo en ': 'l o:1"';'i;;i'j 'l'':o'i;J:l'"Íil:i'i'?
.l l.ng.,'¡'l 'i*á i'-ui¿.
o,*r.' ; r::l::*;,::inx:t:.H :':HHJ'J." un:
res. Los cantores Pourtd
:
imnone se deia a
La contenciol q"'
,'^,^^ "^
el poeta epito 'Ji'ip'one
obr"'' Só1o en tanto que
i::l*tff'"t:ffil;
t'-t ia
sos parlamentt' ;":j;;á"1"
de H"'?I':
L.r epopeva der escudo ILll,j',iill;i.]'.-::'];n[] il:.1¡tiÉ"',*.tiÉ
con trecuencur'lJi*.i* slr\ \ rc-
.., . ", i l..uáo, reales e:raban pre.a precipirándose 'obre
r.:i'"d "y v.i;i1il:'f'¿. Ji:li?f;I
;"';;;i;*
-.,, i.;' i...b..n ñ;,
- " ' t" lt' tá'tpt"ciones homéric"tt '";;;;';n inquieto.tie'' t¿i* J[]:*' l:
i'! palabras como en la' figuras
ros
"t; de
: '-- 'Ltli''tq. r.'ní.r l'' figuta m1rdebdt
'"'l'::::":l;;:T;;';';"
uesl
, . .l l8..y ]t' il4
a.''at' t"tt'oolizabarr I¿defunción' de luctdrd
'es constituye un paralelo'
: - :' '1'D((lo la hi'roria
s para la "ri:= SUCesos, perman€ce como mera sombra, discreto y neutral. Pero, tan
las cosas ::-::o como personaliza sus personajes y pronuncia sus palabras con sus pro-
n tiempo :.:. i.ibios, absorbe la vida y Ia sangre ajenas y se convierte en orra persona. En
ras de un .,- de personaje épico, el canror puede y debe reflexionar, puede observar
;:pel
del libro : -1:..rpretar lo que ocurre, puede describir gxqfical una situación, e incluso
¡
le su vic- r :ce caracterizary valorar magistralmente la individualidad de los hombres,'.
las armas : - Seneral, tales parlamentos son libres y ricos; su esdlo, pensamiento y dis-
acciones - -:r,r es más moderno que su narración, y a menudo encontramos ideas, refle-
bre cuyas L::res v consideraciones que contradicen a las que sustentan la acción y la
r, se Pone -.::.ición. Ocurre como si fuerzas reprimidas se abriesen paso libremenre con
rdo como r:ulso elemental.
)s allueos -\í como los parlamentos de la llíada, en conrraste con Ia narración, mues-
. la arma- :::: la diferencia entre libertad relativa y estilización tradicional, así también
los diver- : i numerosos símiles nos proporcionan una visión de la imagen mundana del
¡ce de oro :.:.era épico, que se separa notablemente de la artificiosidad de la narración. En
n hacia el :.::Jelo al tema heroico, renemos aquí la contrafigura complementaria de la
rmo signo '':i¿ diaria; frente al suceso único y extraño, el contraste de lo acostumbrado y
ral de los :-.:-riliar. En los símiles no se aplica la regla de selección que gobiernala narra-
Jra, como ::'.'¿. .{hora el escritorno aÍcaíza ni mantiene su dignidad, y no ignora las fuer-
iteral: hay :-. de su entorno. Hay en él hombres sencillos con su trabajo y su cuidado;
rs inquie- :--ir- querellas pequeñas y rencorosas por un escaso terruño; hay animales que
l, v el arco ;c'n r-erdaderos seres vivos y que critican y sienten como un hombre o un dios;
tror lnml- ::\- un árbol florido roto por una ruda tormenta; hay tiempo, estaciones y
Lra signifi-
=:ltermedad. Como las comparaciones no revisten con palabras hechos del
.es sucesos
f,¿sado, sino que iluminan e ilustran los sucesos, el poeta ya no es un mero
-rtormador. Añade algo de sí mismo y se coloca en una relación de tú a tú con
narración
estilo? ¿Es =r ovente. Entra en el dominio de su propio tiempo y de la experiencia ordi-
raria para, desde sí mismo, poder mostrar con mayor claridad y precisión las
ucesos del
-osas antiguas.
ad e inge-
Las numerosas comparaciones constituyen uno de los más sorprendentes
ida de otro
:ecursos de estilo de la épica, sobre todo de la llíada. Su naturaleza y función
lan sido con frecuencia malinterpretadas. Concluiremos nuesrro examen del
e dispone-
estilo épico con algunas observaciones acerca de los símiles homéricos.
caísmo no
En mitad de la narración, interrumpiendo bruscamente su despliegue y en
épica hay
rn momento culminante, un «como cuando, introduce un símil. Se construye
otros luga-
Llna escena, con frecuencia con muchos detalles, de manera que algunos símiles

n numero-
r' Compárese la finura de la caracte¡ización de 11.,3,210-241 (discurso) con la grosera cari-
or informa
:atura de 2,212-23 (narración). E¡ 11.,3,60-66, dice Paris a Héctor: nTú eres hábil y yo tengo
.ncanto; ambas cosas son regalos magníficos de los dioses; yo no he buscado el mío, pero tampo-
as armas más :o puedo renunciar a é1. (Sin embargo, si tú lo deseas, intentaré luchar como tú...)r. Más exacta-
s: los puñales :¡ente, la energía de Héctor se describe con ayuda de una comparación (frente a naturalezas como
sobre sus víc- ¿ de Paris que, tras un breve impulso, renuncian a1 primer obstáculo, v. 30 s.), Héctor tiene un
i1), que suje- espíritu indomable, (v. 63) y su ucorazón es inflexible, como el hacha (de un carpintero de
o dice en las :avios) que, manejada por una mano (el ncorazón, es un instrumento del que se sirve Héctor)
Ias frguras los riende la madera, dando forma adecuada al travesaño del barco (e. d. 1a fuerzay e1 filo no ab¡en
.implemente, sino que dan forma correcta al material), de manera que el hacha (el corazón) poten-
:ian la luerza del hombre.

53
ul, 11.g1 serie de versos, hasra que, al final, cuando el cuadro ha que_
:.^qrT:l.i
ciado redondeado, la narración continúa con un nasí...».
La antigua épica sólo conoce una representación lienal, y el símil
.
ciona una segunda línea, paralela a Ia narración. Este dobláte
propor-
d" lá, ár*
" estimu-
3'{"1 peso, y se-exige que el lector combine dos imágenes diferentes,
lándole para profun di.^i ,n las situaciones. La semej d.l;; á", cuadros no
se limita a. rasgos singulares; hay más bien una ,.-é;rn, ^ír en la esrrucrura de ra
escena o el curso de la acción en su conjunto35. trl
Esta doble visión esrereoscópica produce una nueva plasticidad. i- = -
cuanto
más elaborado está el símil, ,".rtó es la luz que ilumina a todos lor. q";
-"yor
participan en la situación. En la interacció.r d. ,.rrbo, cuad,ros, el ánimá
y
carácter de los actores pasa a primer.plano con mayo r fuerzaque
en la desnuda
y reticente narración. Esperanza, déseo, voruntaá, preocupáción, inquietud,
temot desilusión, desesperación: dificilmenre. esros ,f..ro, pasa.ían d. io,
p..-
sona.ies_de la historia al simpatizanre. oyenre de otro *odo
qr. no fuera pJ, .l
uprocedimienro arrístico, indirecto d. i" comparación.
Los símiles sólo sugieren el paralelismo, ,i^., pro."der punto por
punto. Lo go \- ¿c
que falta en uno de los cuadros [o suple la reflexün d. la ántr"fig,rr". y
lo que
aquí y allí se dice con palabras, se ilumina mucho más desde el"trasfondo
áel
símil. Pues la mayoría de los símiles son típicos y el oyente está familiarizado
con los tipos. Así como cada elemenro de la narración nos dice más
en su con- i
texto que aislado, así el símil enriquece st' por el hecho d. qrr. .l !
.contenido
oyente recuerda las conexiones familiares del cuadro. (

. . ur1*plia familia de símiles rienen como tema los pasrores y sus vivencias
rípicas. En su forma más breve, la comparación enrre el héroe
i
¿
y .l párto. se sugiere
cuando, como ocuffe con frecuencia, se llama al héroe npastor del a

)'ur»v)
ir.blo, (^JuriP
.porque prorege a sus hombres del enemigo,.o-t.r prrrolro hace con los La_.
anrmales que riene confiados frente a las besrias áe presa... En
las guerras del perío- f-ieras ,re
j.o.tromericl, los papeles del jefe y.los subordi.,"do, esrabrn .n p?opor.iones muy rica har
drferenres a las hoy vigentes. sólo el líder, el noble rico esrá bien
.qrip"do .on .or- ..:
l¿r. -{il.
tosas armas gF:ri"ll y a.¡u disposición un carro de guerra q"Jt.
¡ie,ne p-p"r.i._ lobos o
na gran movilidad. En la batalla ..r.ipo a cuerpo el hombíe .orrient.
está virtual- caza, et(
mente sin defensa frente a los campeónes del énemigo, como la oveja frente
lo. indicaci
leones. Por eso las masas se qu.dan casi siempre T" ,.r"gu"rdia, a distancia" del lidad de
".r
enemigo, mientras que entre los dos frentes se basten lo, .rrip.ones como pares. A suceso s
menudo, un campeón intenta en un brusco salto h".., urrJ irrcursión
en la línea e inrrod
enemlga y perperrar una carnicería. El campeón opuesto tiene
que proreger a su Un
pueblo como el pastgr a su rebaño frente a L, l.or.r. si fallase, Jr."ii*
plrdidos. zas de i
Aparece el símil. Diómedes.,
_ {jo.d. Tideo, es herido ligeramente por una
t-le;f1; yn_c^oppañero Ie exrrae la flecha y de nuevo está DióLed.,
r-oluntai
,"rá y fuer- r-ada col
re (11., 5, 134):
que se ¿
i xopúoo
R¡gos individu¿les se uriliza¡ para pasar.de Ia narración a Ia comparación. y viceversa, p. e..
:.; :¿nidamenre,. Pero *,: r:g:ii.i q:: comparación ilur,r..íJur;ur, o'prin.iprl*fnr..
-: .o,o. r¿sso (la rapidez). ver i? h
H. Fiankel . bi, ho*rrirh* ck¡rh.;r;róó";"g*. l92lt. pp. 3 s. 'L¿:
' \'quien n-o es guerrero, rampoco debe ser pasror». salo d.rprer, b"1o .i1"a";. á;u p;-
¡ión. E:: :
s:= :r'¡oiii r- el Nuevo tstamenro ie convi¡tió el pastor en símbol'o d.:t"d.rt" p""ifi"o.
' \..:
Lin a io:.t.

Í+
cuadro ha que- volvió Diómedes a primera línea de la lucha. / Y si antes ardía en deseos de
guerrear con los troyr.ror, / sintió ahora.su brío triplicado. como cuando en
I símil propor- Él ."-po / un pastor, a un león, que asalta un redil de lanudas orrejas, / hiere
'da a las cosas -r. ,rá Io -"á y con ello lo ercita, a/ monrones,
desiste de la lucha y_vuelve a su refu-
/ y salta el león furioso po_r
gio, / dispersas lás ovejas, sucumben
lrentes, estimu-
dos cuadros no i, .le,r"dá cerca, I con tal furia Diómedes, el héroe, se arrojó a los troyanos3T.
estructura de la
El triunfo de la persecución victoriosa y el horror de la huida en desbanda-
da se describe.t en .1 siguiente símil (1/., ll,l72):
icidad. Cuanto
a rodos los que Huían los troyanos por el campo' Como las vacas / que persigue el. león
:os, el ánimo y .,rr.rdo ll.ga ír.ro.h. y lacaza'lrodas, pero con una..procede a inevitable
.e en la desnuda destruccióñru; / rompiendo su cerviz con él filo de sus dientes, / bebe su san-
ión, inquietud, gre y devora sus ent;añas, / así el Atrida, poderoso señor Agamenón, / mata
Lrian de los per- á los rezagados. Los demás abandonan con espanto'
no fuera por el
A veces, la masa de los soldados es capaz de rechazar a un campeón enemi-
r por punto. Lo go y acorralarle. Así fue forzado Ajax a retirarse (Il',1'1,546):
rfigura. Y lo que
Ajax retrocedió mirando como una fiera a la tropa enemiga, / se volvía y vol-
el trasfondo del
,rí" ¡ pr.o a paso, se retiraba. / Como cuando a un dorado león, los canes y
;tá familiarizado pr.ior'., / de un rebaño de bueyes, rechazan, / no quieren soPortar sea botín
: más en su con- I,, !r"rr, / vigiian toda la .ro.hé; ávido de caroe, I ".o-.t. furioso pero nada
hecho de que el .oñ.igrr. poiq,r. cientos / de lanzas, arrojadas por hábiles-brazos' vuelan /
.orrrrá él y teas encendidas, cede anre Ia defensa, I y ala maiana se retira con
r v sLls vivencias ánimo rfligido, / asÍ Aiax volvió de los_rroyanos con tristes pensamientos' /
, pastor se sugiere contrariadá, temeroso por la suerte de las naves aqueas'
I pueblo, (notpi¡v
¡r lo hace con los Las comparaciones de pastores y fieras son todas semejante.s, I los símiles de
guerras del perío- fieras se ,.l"iiorrrr, .on imág.nes dá crra. Para cada situación de la lucha homé-
,roporciones muy rica hay en la gran familia áe los símiles una imagen que encaja o puede enca-
compara con u,,a ;auría de
quipado con cos- ;rt- Áti, po, .i.-plo, una banda de. guerreros se
i;b;r ; lo, lá, p..ro, que el ,aradir (el jefe) azvza conrfa la fiera o en la
que le proporcio-
'iente está virtual- caza, etc. En cu"áro. d. Ést. círculo familiar de representaciones, bastan pocas
indicaciones para sugerir una situación completa. con ello se comPensa la debi-
oreia frente a los
lidad del estiio lineaj que normalmente sólo recoge un pequeño segmento del
ia, a distancia del
suceso global. Los símiies ensanchan el horizonte ai detener el curso de la acción
res como pares. A
unión en la línea e introáucir en ella una consideración detallada'
que Proteger a su ú;segundo sistema de símiles obtiene sus imágenes del juego de.las fuer-
esu¡ían perdidos. zas de la naturaleza. Viento y olas, rocas, montei y .t,rb.t son símbolos de
rarnente por una ;;l;rJ, impulso, resistencia o arrastre en Ia caída. Ei campeón s5 l¿ x¡ss¿' ele-
redes sano y fuer-
rrá, .otar" ü q.t. rompe la «tormenta' de los qu€ atacan' O la muchedumbre
que se acerca ,o, uol"r, que, revestidas con el yelmo de la corona de espumas
i'ropúooeto.r, 11.,4,424),io,,,p", furiosamente contra
los uarrecifes'' El nvien-

ión. r'viceversa, p. e.,


ra. o principalmente, ,, La comparación lleva la acción hasta la retirada del león, y así el paralelo se_ anticipa a la narra-
ción. En consecuencia, la t¡ansición desde el final de la comparación a la narración no es muy
suave'
ineen, 1921), pp.3 s'
.,t Airr¡a significa nescarpado,, y el giro crinú; ó).repoq.o-prt" la muerte no con 1a caída desde
o el influjo de la poe-
rre pacífico. una roca, sino-con un golpe contra un muro. Ver Il ' \3'317'

55
to» que empuja las nubes conrra la costa es la voluntad determinante de las
masas o del jefe que las impulsa- La imagen de la masa del ejército puede tras-
ladarse.a la. masa del pueblo en la asamb[ea. Agamenón ha hecho una sugeren-
cia al ejército reunido y la masa acepta goror", nagitada como las grandá olas
del mar que el viento del sudeste impulsa en la tórmenta, (11., z]t44). poco
después el tono se invierte; Agamenón hace una propuesra conrraria y también
es aceptada con enrusiasmo (11,,2, 394):

Así habló y sonó estruendoso aplauso: como las olas / golpean la erguida
costa cuando el viento del sur las impulsa /contra el acañtifado; la
roca el oleqe I aunque de izquierda a derecha gire el viento. "guañta
ier
Cr
, Aquí el lazo uroca,
.
evidente entre el símil y la narración es el surgido de las olas y en
de las masas. La es el mismo jefe. Esta vez la comparacián acab" con ,rna
de
notable afirmación. A la vista del cambio radical en la vóluntad popula¡ el len-
CUi
B.u4e.at las imágenes lo.explica: sople el viento como quierarr, siempre el impe- zd(
rioso jefe (la roc_a erguida) es rodeado por aclamación (las olas siguienter). ún"
I¿\-,
i
vez encontrada la imagen apropiada, como la «tormenta en el riar, para sim-
bolizar el poder de una voluntad definida, puede aplicarse de varias maneras. Tir
no
Asi (11., 14, 16),la vacilación de un liombre que espera el impulso para r.l ,
moverse en una u otra dirección se compara con la sorda iesaca que en un mar
- ca
inseguro espera la tormenta para romar una dirección decidida.
sin
La odiseaes mucho más pobre en comparaciones. Las utiliza menos porque
aol
su acción se mueve en_gran parte en un mundo más libre y abierto en el que 1os
símiles dela llíada sólo_podrían iluminar un insrante. Por otra part., much^
comparaciones de Ia Odisea son originales y poco sistematizadas. ne¡
1*g
.
un ejemplo. ulises, alojado en su propiJcasa como mendigo desconocido,
AP¿
se ha echado a dormir en la antecámaia. Ahí es testigo de hechos que ofenden
profundamente su dignidad de señor. Pero reprime sú creciente ira. Si empren- cril
diese la acción todo estaría perdido. Debe plr.r.". una esrraregia inteligente Po5
(od., 20, 25): ucomo cuando-un hombre revüelve sobre ardien,."f*.go víieras
llenas de sangre y grasa, para que ardan deprisa, así se resolvía d. ,-rn Édo , ot.o mo
meditand.o cómo pondría sus manos sobie los desvergonzados pretendienres, cor
siendo sólo él contra muchosr. Aquí el lazo sensible ent-re el símil y la narración ma
es la agitación inquieta sobre el lecho que se asemeja al movimieáto de las vís- un:
ceras sobre el fuego. Io que se preiende sugerir es el ir y venir de posibili- cul
-Pero brc
dades en la menre de Ulises y la impaciencia con Ia que érp.r" el miomento
apropiado de venganza, como el hambriento que prepara su ámida. EI cuadro prir
e.s expresivo, pero peculiar, y constituye un ejemplo exrremo de la ocasional abr
decadencia del estilo homérico enla odisea. Como los símiles dela llíadabi;an
d^esde el plano heroico a la vida diaria, en la comparación con el asado dé la
Odiseo,la situación antiheroica desciende a lo vulgar. -\_ta§
gfa.
ba¡:
sido
mu(
el d<

¡-¿;¿i.
f-.l-§:". dela-popularis
\ er I. \1. Linforth,
aura(Horacio, Carm.,3,2, 20) sobrevive a 1o largo de la anti- sir-ar
Solon the Athenian (Berke).ey, 191»,215.

56
e las
tras-
:ren-
olas
Poco
bién
3. EL MAIERIAL
sida
rta la ;De dónde derivan en última instancia los materiales que constituyen el
:ema de nuestras epopeyas? Ya en el siglo vt antes de la era cristiana hubo en
Grecia escépticos que sostenían que el contenido de la épica era pura ficción, y
,las y en el siglo xx el mundo académico pensaba, de modo unánime, que la guerra
r una Ce Tioya y todo lo con ella relacionado no podía ser más que f,íbula poética. La
,len- ;uestión volvió a abrirse gracias al saludable fanatismo de un lego que, ridiculi-
mPe- zado por los especialistas, pero creyendo imperturbable en la verdad literal de
Una ias palabras poéticas, empuñó la pala en 1870. Heinrich Schliemann encontró
sim- Tio1,a y la vieja ciudad de Micenas. Encontró incluso más de lo que buscaba:
ras. no una Troya, sino los restos de siete, nueve y más ciudades, una sobre otra. Y
para el r- sus seguidores encontraron también menos de lo que buscaban: la homéri-
r mar ca Itaca, como se describe enla Odisea, no existió. La pregunta, en su forma más
simple, sería ésta: ¿es verídica la narración de Homero? Tál pregunta no tiene
)rque contestación sencilla.
¡e los En primer lugar, hay que hacer una distinción entre la verdad de las condicio-
rchas nes generales y la de sucesos y personas particulares, la acción de las epopeyas tienen
lugar en una época remota anterior a los asentamientos griegos en el Este, donde
,cido, apareció la épica. ¿Es correcto el cuadro de la época y su civilización tal como lo des-
:nden criben y suponen los poetas? ¿O es sólo invención basada en el sueño de unos tiem-
Pren- pos buenos y antiguos que no han existido en la dura realidad de las cosas?
gente En general, en la medida en que la historia puede ser iluminada sin testi-
sceras
monios escritos', las investigaciones que continuaron las de Schliemann han
I OtrO
confirmado en gran medida la precisión del cuadro homérico. Aproxi-
entes,
madamente desde el aí.o 1570 hasta el 1200 antes de la era' floreció, en Grecia,
'ación
una cultura unificada, avanzada y altamente individualizada. Es esta era de la
s vís- cultura del bronce la que se refleja en Ia época homérica. En los poemas, el
sibili-
bronce ocupa el lugar del hierro de la vida diaria del poeta. EI centro de esa
nento
primitiva civilización griega fue Micenas, ,,rica en oro». Cuando Schliemann
uadro
abrió los seis pozos de las tumbas de Ia antigua ciudadela real de Micenas en
sional
bajan
de la ' No puedo juzgar en qué medida los testimonios escritos del segundo milenio, de
\{esopotamia, Egipto y los Hititas pueden arrolar fuz sobre el mundo griego. Pero, desde 1953,
gracias sobre todo a las extraordinarias ¡ealizaciones de Michael Ventris, numerosas tabletas de
ba¡ro con inscripciones de los siglos xv a1 x, pertenecientes a la cultura cretense-micénic¿, han
sido leídas y comprendidas. Son, con mucho, los más antiguos registros escritos de Grecia. Es
mucho el trabajo hecho y por hacer en estos temas, aunque hay todavía algunos que piensan que
el desciframiento e interpretación helénicas de tales escritos es iluso¡ia. El mate¡ial consiste exclu-
la anti- sivamente en listas de objetos físicos, asignamiento de trabajos, etc., en las mansiones reales.
'? Según G. Karon, RE Supl. 6,584 s.

57
1876, el_peso de los adornos y utensilios de oro del siglo xvr ascendieron a
pués de
catorce kilos. Táles resoros guardó el suelo histórico durante tres milenios y
so total
medio, conservándolos para el hombre cuya ingenua conftanza en Homero, tál
era mic
como él Io entendía, le dio el valor para investigar, recibiendo la confirmación
memori
de su fe en la forma de masas densas de oro r".ádas de la tierra.
épica qr
schliemann estaba convencido de que Homero fue contemporáneo de los
a la poe
sucesos que narraba. No podemos compartir tal idea. Para nosolros las epope-
que per
yas no son crónicas versificadas que fijan recienres experiencias para tiámpos
las conj
futuros, sino el prodtrcto final de siglos de desarrollo. Acomienzoi d.l riglo xr, f.
ftlStOflC,
la cultura micénica fue destruida. Su caída se debió a la irrupción de nuelas tri-
agrandá
bus, todavía no civilizadas, de griegos; es la llamada invasión doria. Bajo la pre-
dades. 5
sión de estos inmigranres que bajaron desde el norte al territorio de Grecia y el
los licio
Peloponeso en varias oleadas, durante un considerable espacio de tiempo,
isla de I
muchos griegos abandonaron la metrópoli y se instalaron en [as islas del Eget y
gos que
en la costa asiática. Lleva¡on consigo sus tradiciones narrativa. ¡ pr.tlr d.
"
ellas, se formó el ciclo de los poemas épicos. En las epopeyas, la descripción
deIah
de
menor.
la época micénica se conserva con gran fidelidad ..r
-trihor detalles (vir arriba rior, me
pp.37 y 49). Las excavaciones de los lugares y tumbas micénicas han sacado a
la luz nuevos objetos y restos de edificaóiones cuyas pinturas pueden servir de ponible
En
ilustración a los poemas homéricos.
signific:
. Por otra parte, la tradición épica ha borrado completamenre un importan- son de r
te hecho histórico. La cultura micénica no fue origináriamente griega, rirro ,r,
retoño de la cretense. Desarrollada en suelo de Crera, fue lleváda por inmi- la Odise
grantes griegos desde la isla a los palacios señoriales de tierra firmer. D. esto no toria nc
habla Ia épica, de manera que las excavaciones de Evans en creta (a partir de pretend
1900) crearon una nueva sensación, esta vez en sentido opuesto. Esia vez el los epis
resultado del trabajo de las palas aportó una información no prevista del cuadro inmedi¿
de la antigüedad-ofrecido en la épica. La tradición épica no dába indicios de que mismo
la edad heroica hubiese estado tan fuertemente influenciada por el extranjáo. aliados.
Había borrado todo rasgo exrraño de la antigua cultura y reténido sólo lo'que En
estaba en consonancia con el modo griego de vidat. Retrospectivamente, .1 trión a I
pasado nacional fue limpiado de elementos no griegos, del mismo modo en que digo. U
la epopeya se mantenía incontaminada de todó lo asiático en la tierra colonial acciden
en la que había llegado_a su plenitud y madurez, con excepción de lo que por vechan-
su asimilación se había hecho indistinguible de lo griego. privada
Si nos preguntamos ahora acerca de la verdad histórica de los sucesos y per- Ela
sonas, el núcleo de la épica troyana es probablemente histórico. Poco después gos pror
del año 1200, una de las ciudades de toya5 fue quemada y destruid, por inr"-
sores extranjeros. Es éste precisamente el período en el que se supone tuvo lugar 6
Ver
1a guerra de Tioya según la cronología giiega. No hay razones iuficient.r pár" Arch.,52
duda¡ d_e que una expedición griega de casiigo conquisrase, saquease y destru- 7 Pod
r-ese la floreciente ciudad de la costa este de Asia y volviese a la metrópoli des- po1íticas,
están de ¿
que entre
j Es¡as tesis no están todavía confirmadas.
corresPor
-\?r G. Ka¡o, RE Sup. 6, 601 s. el pueblo
' Tior-a. \'ii a, según Blegas, Amer tiones pri
Journ. Arch., 39 (1935),550 s. y 43 (1939), 204 s. (La asuntos d
invesdsación r discusión del hallazgo continúa.)
24,413 s

i8
lieron a
pués de graves pérdidasu. Esto ocurrió al final de la era micénica, antes del
ienios y colap-
so total de la cultura. Así es f,icil entender que, como últimagranacción
nero, tal deja
era micénica, Ia expedición conrra Ti-oya quedase indeleble*".rr," fijada en
rmación la
memoria de las generaciones que siguiero, y q,r. el brillo del heroísmo de la
épica quedase ensombrecido por el iire de tiágic" decadencia que proporciona
o de los
a la poesía de Thoya su sombiía grandeza. se
i.ePope- iuede cuestionar'la medida en Ia
que personajes individualizados la épica son históricos, y la probabilidad de
nempos _de
las conjeturas es variable en cada ."ro. con seguridad ,. al núcleo
;iglo )üI,
histórico algunas invenciones y en general el lonjunto de "ñrd'i.ro.,
Ia expedición fue
evas tri-
agrandándose.y magnificándose .oril paso del tiempo. Muchas son semiver-
r la pre-
ecia y el 9rd:r, Según.la Ilíada (5, 6.! ss.), Tlepólemo y Sarpádon, jefes de los rodios y
los licios, lucharon entre sí frente a Tháyr. Licia es ü regióá situada fr.nt. a I"
riempo,
isla de Rodas, y Tlepolemo e¡, en l.a leyenda griega, el
I Egeo y ;áfe de lo. .olo.ro, gri"-
artir de qor.qt. ocuparon Roda¡. Así, ese duelo que narrá I" Iiiadapuede ser el reilejo
de la histórica batalla de los griegos d.'Rodas conrra los 'habitantes de Asia
'ción de menor. sólo después se transfirió la batalla hacia el norre y a un período ante-
:r arriba
rior,.mediante el poder magnético de la épica que ,.umuló todo ei material dis-
acado a
ponible a la gran expedición contra toya.
en.ir de
Er tercero y último lugar, la cuestión de la historicidad no tiene Ia misma
significación enla odisea qlre.el la llíada. Las narraciones de las dos epopeyas
Portan- son de naturaleza totalmenie diferente. Aun en el caso en que todo lo qir.'.rrir"
slno un
r inmi- la o¿lisea fuera verdadero, esos sucesos son irrelevanr., p"rá la historia. A la his-
esto no
toria no le afecta si ulises llegó a su casa o no, o si fuÉ Gl¿maco o uno de los
a¡dr de pretendiente su sucesor..Por otra.parte, una atmósfera histórica impregna todos
r vez el los episodios de la lliada; todo lá que en ella se dice o hace tiene silnificado
cuadro inmediato para el destino de las naciones. Los personajes tratan entre sí del
de.que mismo modo que se comunican y relacionrn lor príncipes, los generales y los
:arrjero. aliados.
lo que Enla odisea,las relaciones son de padre a hijo, de marido a muje¡ de anfi-
3nte, el uión a huésped, de caminante y p"rtor, de dueñá a esclavo, d. ,...ráigo a men-
digo. un_hombre se relaciona.o., ot.o con_arreglo a circunsrancias
en que irivadas y
:olonial accidentales. Aun cuando. hay ocasió L p,ta formllaciones políticas, no se apro-
vechan'. Evidentemente, los aurores no deseaban la esfera de la vida
Iue Por "bandonar
privada.
s y per- El argumento de la odiseaes, en esencia, el de una novela, pero algunos ras-
lespués gos proceden del ámbito de los mitos y los cuentos. El cuento-del prácipe que
)r lnva-
o lugar r ver M. P Nilsson,
Homer and Mycenae (Londres, 1933),249 s., y J. L. Caske¡ Amer.
es para Journ.
Arch.,52 (t948), t21 s.
destru- . -7.
Podríamos
-esperar
entre los pretendientes envidias e intrigas influidas por consideraciones
rli des- políticas, especialmente porque algunos residen en Itaca y otror-rri..r.r, de fuÉra. Er, 1ugr.
de .ilo
están de acue¡do como socioi de una empresa. Hay más áonflictos entre ios aliados
fre¡ite ,Tri,y^
que entre los rivales en Itaca. Telémacoiechazala tdea de.desear quedarse .or, .l ,.lrro (qr.i"
sóIo le importa el dominio de.su propia casa (1, 386-98). Convoca rrn" rr"*ti.", y
13]e13¡nde);
el puebio. espera.que se discutan asuntos públicos, pero él explica que sólo desea hablar
de sus cues'-
tiones privadas (2,30-45). Los poetas deicriben cón detalle'la viva pamicipación del
I-l s. (La pueblo en los
de la casa real, pero no hay intentos de intervención actiá (.r"ápto .n .1 á¿bi1 epílogo,
1tl":9t^
24,413 s.).

59
viaja lejos y vuelve como un mendigo envejecido, solo y, con constancia y astu- ses
cia, recupera su anterior situación; el del marido no reconocido que encuentra rec
a su esposa a punto de contraer nuevas nupcias; el de la mujer desesperada y fiel
lar
rad
v el hijo que quiere ayudar y no sabe cómo; el de los sirvientes fieles e infieles...,
na(
son temas novelescos que no necesitan análisis ni interpretación. Pero el mito y
cor
el cuento sí exigen una aclaración.
per
A diferencia de la saga con base histórica, una novela no está ligada por rec
naturaleza a un lugar determinado. No es por ello de extrañar que los excava-
ñer
dores no .rl.orrtr"r.r, el palacio de Ulises .., Ítr." como lo hicieron con la ciu-
Oc
dadela de Agamenón y la fortaleza del rey Priamos. La historia de Ulises se loca-
f^g
liza en una isla insignificante, alejada de los centros de Ia cultura micénica. SLI
Presumiblemente, se trata de una historia que ha adoptado elementos del mito las
solar'. El lejano oeste se considera el lugar del sol, y según la Odisea (9,25), pr(
Ítaca está situada «en el extremo del oester'.. co
Hay una serie de rasgos enla Odisea que apuntan a la naturaleza solar ori- p.
ginaria del héroe", y muchos pasajes pueden entenderse mejor a pardr de esta hij
relación. Pero, en la epopeya que nosotros leemos, el elemento religioso. exceP- qu
to en ligeros vestigios, está secularizado y humanizado. Hay en la Odisea mucho col
más espacio para Io maravilloso y fantástico en comparación con la lliada, que los
sólo raramente admite lo primero y en modo alguno 1o segundo. En sus aven- m¿
turados viajes, que lo conducen a lugares muy lejanos, Ulises experimenta suce- inr
sos maravillosos y fantásticos que no sólo son ahistóricos, sino que tienen poco reI
que ver con Ia geografía y la etnografia. EI poeta no tiene interés en señalar al el ,

lector la situación en el mapa'', sólo quiere entretener, sorprendeE asombrar. Ca


Son historias que incluso no están bien conectadas con el material novelesco de inr
la Odisea. de,
Casi todas las aventuras del viaje provienen de la libre fantasía de los pue- en
blos marineros. Se dan sueños llenos de ansiedad en los que el pescador juega el ga)
papel del pez. Como el pescador saca su presa del mar así el inquietante Escila br.
amenaza la nave para engullirla. En la costa de los lestrigonios, los compañeros 7aa
de Ulises quedan encerrados como en una trampa en una bahía con una estre-
cha entrada. Los gigantes deshacen los barcos y cazan a los hombres que nadan C¿
con lanzas «como si fueran peces» (Od., 10, 124) paru devorarlos. otl
Otro grupo de motivos no procede de la esfera de los hombres que surcan co
el ma¡ sino de la de sus parientes. Muchos marineros salen al mar y nada más de
yL
br,
' Ver M. P Nilsson en Einleitung in die Altertum-u.,issenschaJi,II, 3." ed. (Leipzig, 1922), 279 .
ral
' Durante mucho tiempo se ha hecho tan mal uso de los supuestos mitos solares y astrales, que
ra1 ripo de interpretación ha estado bajo sospecha. Es hora de romper esa tendencia. UI
' Esto no encaja con los hechos, pero los griegos del este jónico sabían poco de la lejana Grecia
d¿i oesre. incluso la topografía de la isla en la Odisea no se corresponde con la realidad.
Heiios no .stá.rrfrirdo en la Odisea con Ulises, sino con otros habitantes de Ítaca que dero-
:.l:r sus buer.es, de la misma manera que Ulises se enoja con 1os pretendientes (que originariamente YE
est
::- ¡odos'de Ítaca) porque matan iu g"r"do. Las éscenas de-milagros, 12,t94-96:y20,34 s.,
ir-r- nú\'parecidas. Pe¡o un análisis sobre estos pasajes nos llevarían demasiado lejos.
l:e
' Con pocas excepciones, como la difícil historia de los Lestrígones, 10, 82 s. Po¡ el contra- sro
::¡. -: hi.¡oria de los Argonautas proporciona un informe directo del viaje, por fantásticos que sean
tie
':¡ J¡¡Jl¡s.

60
lstancla y astu-
,: ":.: . ::i ove de ellos. Pueden haber perecido o esrar caurivos o haber desapa-
-: - : - -, oiuntariamente. Para los que esperan en vano el regreso no queda sino
que encuentra
§esperada y fiel
.- ,::.--,rlación en el vacío. Su imaginación llena el vacío doloroso y desespe-
',:. r- i¿ ausencia con imágener.o.r.r.t", que, al menos enparte) están
lles e infieles..., ",, : ,. ie colores optimistas. nNo ha vuelto, en griego primitivo se expresaba"dt.-
. Pero el mito y
- - - : rerminos uHa olvidado yolver a casa». Es parcialmente una metáfora.
está ligada por
: :: -: parte también un cuento según el cual los parientes dicen del desapa-
': - : -, que ha comido de la planta del uolvido del hogar,. Ulises y sus compa-
que los excava-
rron con Ia ciu-
':: : -ieqan a un país en el que crece esa planta, el país de los latófagos. La
- :;": no atribuye al loto poderes mágicos ni propósitos malignos a los lotó-
e Ljlises se loca- '.¡.. 9. 92). El alimento, dulce como flores y miel, era tan delicioso que por
.ltura micénica.
nentos del mito
- : : is a los hombres udeseaban olvidarse del regreso, (9 , 97) . En la historia de
r :.:.1as (12, 39 ss., 158 ss.) el encanto que mantiene a los viajeros para siem-
Odisea (9, 25), :': -: orillas lejanas es el canto de las mujeres: originariamente, el canto líri-
- :rrel, pero en la epopeya, naturalmente, la recitación épica (ver arriba
Lraleza solar ori- : -: . E1 efecto que produce el canto de las sirenas es que uni Ia mujer ni los
a partir de esta - ,. rodean al que regresa y se alegranr, desde la perspectiva de los que han
religioso, exceP- :*:r:do en el lugar. El destino final de las víctimas se describe con alegres
a Odiseamucho - - . - :.s ll2, 45 f)'r. Circe posee poder mágico efectivo, es mala y transforma a
nla llíada, que . ::ombres que tiene en su poder en bestias. Pero cuando Ulises rompe su
lo. En sus aYen- -'..-i¿ se convierte en su amante. Calipso la ninfa es sólo amante y desea hacer
:perimenta suce- .=orta1 a Ulises para vivir siempre .oi é1. Las ninfas son espíritui de un lugar;
que tienen poco ::rieSeflt?fl la naturaleza viva de un país, la frescura de sus arroyos y praderas,
:rés en señalar al - .recimiento de sus bosques, la soledad de sus colinas. EI paisaje dela isla de
:nder, asombrar. -..ipso se describe con gran atractivo enla Odisea (5,62-74): ulncluso un
riel novelesco de .:.::'rortal que allí llegara se admiraría y alegraría., En la leyenda de Calipso la
:.'conocida lelanía que mantiene consigo al desaparecido para siempre, se
ra.ía de los pue- ::-.arna en Ia amorosa ninfa de un paraíso terrestre que proporciona al nave-
pescador juega el .::nre eterna felicidad. Y, en tal leyenda, el mismo poder divino tiene el nom-
rquretanre E.scila .re de udesaparición», ya que el nombre de uCalipso, deriva claramente de
. Ios compañeros ztyírterv, «mantener escondido»'a.
ia con una estre- Según esto, nadie volvería del país de los lotófagos ni de las islas de Circe y
mbres que nadan -alipso. Y, sin embargo, uno al menos debió de ser capaz de volr,er, porque en
-los. :,iro caso no tendríamos conocimiento de tales temas. Debe de haber sido,
nbres que surcan ,omo Ulises, alguien más valiente y determinado que los hombres corrientes,
I mar y nada más :i manera que pudo incluso zafarse de Calipso. Tüvo que ser más listo que otros
', haber gozado de ayuda divina para no sucumbir a la magia de Circe. Tál hom-
rre es capaz de descender al reino de los muertos y volver. Pertenece a la natu-
Leipzig, 1922), 279 .
:¿leza de las cosas que muchas aventuras se atribuyan a Ia misma persona. Así,
.olares y astrales, que
ndencia. - Iises se apropia de un material que perteneció previamente a la saga de los
ro de la lejana Grecia
r ia realidad. I Otras tradiciones literarias y pictóricas presentan a las sirenas como seres mixtos de mujeres
.res de Ítaca que devo-
:ájaros, pues los griegos asociaban el canto de las mujeres al de los pájaros. La Odisea suprime
que originariamente
.!:os rasgos primitivos.
. 394-96. v 2O, 34 s.,
ado lejos. '' El libro de Hesmann Gunter (Kalyp¡a, Halle, 192) identifica a Calipso y a otras figuras
..gendarias con la muerte. La tesis ha tenido bastante aceptación, pero tal interpretación distor-
i. 82 s. Por el contra-
;:ona la agudeza, pues Calipso y las figuras con eila relacionadas son hallazgos de gentes que no
¡r i-antásticos que sean
::.nen a los desaparecidos por muerros, sino como vivos.

6t
Argonautas'5. Como el héroe dela odiseafue considerado el modelo de la habi-
lidad ,v la tenacidad jonias, y como estuyo mucho tiempo ausenre, es natural
que se le atribuyesen aventuras de viajes. Además, es típico de los informes de
maravillosos, antiguos y modernos, que el viajero mismo informa acerca
'iajes
de sus viajes en primera persona; así ocurre también en los apólogos de Ia
Odisea.
Además de un material desarrollado gradualmente fuera del núcleo históri-
co, o lejos de los temas de novelas y leyendas populares, las epopeyás incluyen
también un material de simple invención recogido en las etapas más recientes.
Esta nueva edad dio curso a nuevas ideas y tendencias, como, por ejemplo, en
los libros de viajes dela Telemaqaia (Od., 3 y 4), en el idilio de Eumeo (0d., 14
y 15) y en Ia conclusión de la lliada (libro 24), que puede compararse con un
pasaje del penúltimo libro dela Odisea.
La Telemaquia, asi como el idilio de Eumeo, perrenecen a esas parres en las
que la corriente de la acción épica se detiene y se remansa (ver mái arriba). La
Telemaquia presenta a un joven que emprende viaje para buscar información,
para educarse, para visitar a los héroes de la guerra troyana. Si el modesto he-
roísmo del Telémaco está todavía en el futuro, Nésto¡ Menelao y Helena tie-
nen sus grandes hechos tras ellos; a través de los ojoi aforrun"Á, del joven,
observamos la vida diaria de la princesa en sus sitios reales, que todos disfrutan
con alta dignidad, uno con piedad y prudencia y la otra pareja con riqueza y
brillo'u. Vemos a los grandes héroes desde el punro de vista del humilde: el poeta
de la Telemaquia puede haber mirado las gloriosas figuras de la llíada con el
mismo horror que el propio Telémaco. Por otra parre, penetramos en la cabaña
de Eumeo con paso firme y confiado. Incluso en su nueva presentación el
medio tan diferente, con su calor sencillo y su humanidad sin adornos, nos
impresiona más que la elegancia de los grandes. Y cuando Eumeo y el viajero
hablan entre sí de su pasado, sus historias son en verdad caurivadoras, pero no
patéticas ni heroicas; las vidas de ambos hombres han sido arruinadas por los
engaños de otros. Así como en la Telemaquia se mira hacia atrás, a los reyes :s
orgullosos de la llíada, desde el nivel de la Odisea, así también las escenas de ile
Eumeo aclaran la vida diaria que quedó abierta en la épica por la Odisea',. io
El tono ha cambiado. La actitud romántica de la admiración aterro rízada o
ante los hombres y los sucesos que inspiraban temor, también se desvanece. lJn tOl

sentimiento más suave del ánimo se impone, y al final acaba afectando a ambas co
epopeyas, transformándolas y reconfigurándolas: el odio acerbo ante el cadá-
ver del enemigo muerto se tranquiliza y un código caballeresco tiene la última
palabra.
Enla llíada,lo viejo y lo bueno coexisten contradictoriamenre. No se aho-
rra la horrorosa deshonra del cuerpo de Héctor por la cual Aquiles venga Ia
muerte de un querido compañero incluso en el enemigo caído,u, ;enganza tanro
cu
otl
'' Ver K. Menl| Odyssee undArgonautiha (Berlín, 1921). an
'6Ver P von der Mühll, RE S]u{.]1.7,707. res
'' Sobre esto y lo que sigue ver p.945.
'' Aunque el cantor suaviza el horror por la divina intervención y expresa por labios divinos su
rechazo ante tal espanto (11.,23, 184 s., y 24, 18-54).

62
¡odeio de la habi_
.ujente. es natUral .. :';;:Xrü,u.]-.*rnro que él mismo.se,sienre cuJpabJe. sigue después
lr los informes de
r ro .,,.J ;:,';;li hom icida il- *'f; Ia
lo informa acerca
_ 1r
t,"o#::""r, ü:
,s apólogos de -- :rcngüe el remple heroico tntl,n..lirlr';f"..1, ;:,;":;:r";fj
ia
-: -..-o de los
d.
hechos. Ior"'"
grandes héroes ni
iir-,nuya el sombrío
:i núcleo históri_ l,¿¡a mosrrar Ia
correspondiente ra
rope]-as incluyen
q\ ITI?S feclentes.
lor ejemplo, en
'lll.Iliii',Hfr:*i.::*ffi ,iauTii'##ts,í;i;
t-umeo (Od..14 ', o' ;,- ; ;] ili;
n'[es'

-.,áo, t ;;;; i.iJilTfll',1'.0.',',lli"?I {d.f r" ;,1;.;:;;:',ril'Üfi íffit;


ie

nPararse con un ; J":'J.'ili


J L' ffi :: f.1 ;:T ]
,
marido. con su
:_ias
Partes en las
':':.;ü;:,:".ffi ,üt[ti:,#"#.*,ff :.1i,?ff
más arriba). La
,-:r. !t1T,";.y]-,::.-.:iI
no tomado
;r infbrmación. Esre hecho riende,
' '' ironía. ., ;";;;;;.;i9,8o .n .onríd..r.*"";;
el modesto he_ Esra escena;;Ja",ri]TJit]i'1']", conclusión ,rrnu;¿"
a."p"ÍJl
o l Helena tie-
:dos del joven, H:ffi r1;#,iljki':Tre-:i;ry;¡:,x,i.r:
.i*,:;l;n:iffi .jrrrJn
..,. de ras,danzas.n rimpiado. R.ruena
r;;;5.r';,.i
rodos disfrutan
'..::::,d ;;i.;,;i,recren
9" en,elpario conriguo
con riqueza y del pars yace en su lá r")á1¿.
L
-' ru'ieron sansre.
qu! pr[r, p...
r.T
lfsa.la genre cuyos- hijos y há;;;:
:riide:, el poeta i, c"r,r":';"'.:::'
;us vrdas (23,
i uttldd con el
14g ss.):
¡s en la cabaña Y los que oía¡ Ia
música se decían enrre
"atguno ha conseguid" ; i;;;;rltendida sí:
'resenración el Exrraña muier reina.
adornos, nos
el gran ¡u"e
,.,h, ;;üa Ljlr,
a. guardar
¡o l el viajero or,r.,;^lT: .t fi".-hH,.1.,.r..ro".
Así dijeron. .Vras
loras, pero no no conocían Io ocurrido.
inadas por los
Es una impresir
is. a los reyes ..,. ..pináár:ti.'#"",t conclusíón 0., qfn d.?-1, pero
las escenas'de en nuesrra odisea
,;;{fi r;#:
ffii# tt'fi *},'.campaña deiu: ;:*Í ::
Odisear,-.
l a¡errorizada
esvanece. I-Jn
;i ü¡H*: : t:T
no r. rol..a qr.lr
/c':'¡€a
rr.il;;;Ji::perada
¿
En
1
venganza.
:
Ia
que.las la sangre.
rndo a ambas ]33do
- 'nriene
mu¡eres acosrumbran
advirriéndola e2.4il"rrli,'" '"
l:Í'_'"t 1r"* 9r g.i,"l."i
rellces ocasiones (ó).o¡ryn).
anre el cadá_ "n UIises la
:ne la última Alégrate ancian
N'U;;;;:i"1' P"o suPrime el iubilo'
. \o se aho- j.,i:.,j,::fl
iles venga Ia
Aé,,o,.iil:ilf 51 j:[:.§:ll::[::,,.,
rganza tanto En la lliada, fierot
- rsrpo d.l ;r;;g;? *t'::t de victoria son proferidos consranremenre
sobre el
.',i;',Ttütti,Xxi[1,,'[jT,*+,iry+',,:Ui!,:f;ffi ' j:::;:
"arrgrenr? y ha creado
,_,.r-,. de Héc"rái.- en la tliad) i;g]í;i.;a nueya del
rios divinos su

Que originariamente Io e¡a, lo


confirman los ve¡sos
21, 428_30,que remiten
a 23,143_45.

63

También podría gustarte