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Dos diarios

malagua
Dos diarios

Teresa de la Parra
Prólogo de David Gálvez Casellas

medusa
Todo es prestado

Dos diarios
Teresa de la Parra

© Del prólogo: David Gálvez Casellas


Sabemos que Teresa de la Parra fue muy
© De la presente edición: afecta a la escritura de diarios y a su utili-
Medusa Books, sl, junio de 2022
Edición: David Gálvez Casellas
zación y manipulación con usos literarios.
Diseño y maquetación: Oliver Vergés Pons En 1920, por ejemplo, publica en la re-
www.editorialmedusa.com · info@editorialmedusa.com vista Actualidades (Caracas) que dirigía
Ilustración del colofón: grabado de Francesco Rómulo Gallegos el primero de los dia-
Cepparuli (1720-1795) de la serie «Antigüedades de rios que les ofrecemos en este volumen.
Herculano». Lo tituló El Diario de una Caraqueña
dl l 422-2022 (Por el Lejano Oriente) y era en realidad
isbn 978-84-19202-07-9 el producto de la refundición de las cartas
enviadas por su hermana María durante
Impreso en GoPrinters (la Seu d’Urgell)
su viaje por el Japón, China y Manchuria.
Todos los derechos reservados. Sin la autorización escrita de Estamos, como hemos apuntado, ante
los titulares del copyright, quedan prohibidas las reproduc-
ciones totales o parciales de esta obra a través de cualquier
un falso diario en el que la protagonista
procedimiento. Pueden dirigirse al cedro <www.cedro. no es la propia autora. La mujer casada
org> si necesitan fotocopiar, escanear, hacer copias digitales
o cualquier uso similar para algun fragmento de esta obra.
con Marc —de origen ruso y apellido

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David Gálvez Casellas todo es prestado

Bunimowitch—, no es De la Parra aunque diario y que esta forma, aquí usada con
se le parezca o comparta con ella estatus finalidad puramente narrativa, es seña-
social, prejuicios —sobre los empleados lada ya desde el mismísimo subtítulo
domésticos, sobre la higiene de ciertos ja- general de la obra: Diario de una seño-
poneses…—, nacionalidad o formación. rita que escribió porque se fastidiaba. De
La Sra. Bunimowitch comparte a menu- hecho, el subtítulo de la novela deriva
do otros elementos autobiográficos me- de una serie de escritos que, serializa-
nos de clase y más individuales con De dos, Teresa de la Parra había publicado
la Parra: hace referencias a Caracas y sus a lo largo de 1922 en la revista La Lec-
haciendas o compara las frutas tropicales tura Semanal —dirigida por José Rafael
de los sitios por donde pasa con las de su Pocaterra— bajo el título Diario de una
tierra. Durante un viaje en tren cruzan- señorita que se fastidia.
do los Estados Unidos, se menciona el El interés ya mencionado de Teresa
internado del Sagrado Corazón de Gode- de la Parra por el dietario se extiende
lla —Valencia, España— donde la autora también a otras formas de literatura ín-
estudiara. tima, como es la correspondencia priva-
da. En ambos casos, Teresa de la Parra
supo manipular y adaptar esas formas
literarias privadas para usarlas en su
Aprovechemos para recordar aquí que la narrativa.
segunda parte de Ifigenia (1924)—la pri-
mera y popularísima novela de Teresa
de la Parra— sigue la estructura de un

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David Gálvez Casellas todo es prestado

Se sabe que, además de los dos que pu- «destacar aquellas frases o párrafos que
blicamos aquí —uno falso, como se ha nos conducen al conocimiento de [la]
dicho, y otro íntimo en el sentido estric- personalidad» de De la Parra.
to, como se verá a continuación—, existió En la versión que el lector encontrará
como mínimo otro diario escrito por De a continuación se ha editado lo mínimo,
la Parra que desapareció junto con su bi- respetando, por ejemplo, tanto la falta de
blioteca de París. elaboración o corrección sintáctica pun-
tual como la puntuación peculiar asocia-
da a esta modalidad de escritura íntima
que la autora no pudo revisar por razones
Centrémonos por un momento en el obvias. Se ha corregido apenas lo ininte-
segundo de los diarios recogidos en el ligible o claramente erróneo en cuanto a
presente volumen y que comprende la es- ortografía, intentando que no se perdiera
tadía de Teresa de la Parra en Bellevue, la espontaneidad de lo registrado.
Fuenfría y Madrid entre 1931 y 1936. Ya en 1954, en su libro Teresa de la
Este diario permaneció en las arcas Parra: Clave para una interpretación, el
familiares, inédito, hasta principios de la escritor Ramón Díaz Sánchez conoció
década de los 1980, a raíz de la publica- ese diario y lo comentó, señalando en re-
ción de la excelente selección que reali- ferencia al estilo: «Nótese el ritmo entre-
zara Velia Bosch de la obra de la autora. cortado y cada vez más impaciente de la
Se trata, de hecho, de una selección frag- escritura, lo que la lleva al final a una casi
mentaria del corpus del dietario que la ininteligible manía de condensación y de
editora realizara con el afán explícito de abreviatura».

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David Gálvez Casellas todo es prestado

A lo largo de las entradas escritas poseer nada? Cuando gozamos con la po-
durante los últimos años de vida, aflo- sesión de algo, somos iguales a los niños
ran frecuentes ejemplos de reflexión ín- cuando reciben un juguete: jugamos «con
tima, pues es esta una obra en relación lo mío» creyéndonos inmortales. Todo es
estrecha con la mengua de calidad de prestado, todo es juguete un rato».
vida padecida por la escritora, con ese
acercamiento lento de la muerte que su- David Gálvez Casellas
pusiera su larga convalecencia. Bosch
se refiere a un «trenzarse de su dolencia
con la obra postergada, en espera siem-
pre de una recuperación que nunca fue
y que puso la nota más trágica» en la li-
teratura venezolana.
En su diario agónico y con fecha sá-
bado 18 de enero de 1936 —es decir, tres
meses antes de su muerte—, De la Pa-
rra escribió una reflexión que ilustra de
manera clara su desprendimiento final y
su modo de hacer un balance en el que
se mezcla crudamente lo espiritual y
lo terrenal: «Cada vez que veo la verda-
dera desgracia me pregunto, ¿para qué
emprender nada y sobre todo para qué

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Dos diarios

Teresa de la Parra
Por el lejano oriente
El diario de una caraqueña

Nueva York, abril de 1919

Al fin nuestro viaje al Japón y la China es


cosa ya decidida.
El 1º de mayo debemos encontrarnos
en San Francisco de California, para
tomar allí el vapor que nos conducirá
a Yokohama, luego de hacer escala en
Honolulú.
¡Pero qué días de ansiedad, de espera
nerviosa, de desesperación, en fin!
Mi viaje a Caracas, mi querido viaje a
Caracas que desde hace tiempo planeaba
y preparaba con una precisión de días y de
horas, digna de un general en campaña,
¡ha fracasado!

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Teresa de la Parra dos diarios

Todo estaba previsto, dispuesto. Marc, dades. De ningún modo quisieron acep-
mi marido, en vista de sus ocupaciones, tar mis pasaportes de venezolana, consi-
y considerándome persona competente derándome rusa a todo trance.
para el caso, me daba su venia, a fin de Fue inútil que con la más amable de
realizar el viaje yo sola, de mi cuenta y mis sonrisas les explicara en todos los
riesgo. Una semana para ir, dos de esta- tonos que yo había nacido en Caracas,
día, una de vuelta, y luego lejos, lejos, el capital de la República de Venezuela, lu-
viaje divino al Oriente, al país de las le- gar situado en plenos trópicos, donde no
yendas, a la tierra pintoresca de los mika- se conocen más rusas que las ensaladas
dos y de las geishas. o las montañas del mismo nombre. No
¡Qué de alegres proyectos! En los pocos pude convencerlos. Hube de capitular y
días pasados en Venezuela, me habría resignarme a disponer mis asuntos desde
llevado conmigo la visión de la tierra el punto de vista ruso.
querida como un perfume evocador que Pero, ¡ah! es que el ser ruso en Norte-
me acompañase luego allá, en las tierras américa y por los tiempos que corren no
desconocidas y lejanas… Pero desgracia- es tontería, no, sino cosa difícil, ¡compli-
damente todo fracasó, debido al celo que cadísima!
por mi nacionalidad tienen los señores Mis nuevos compatriotas los bolche-
americanos. Y es este, asunto que merece viques, tienen, entre otras originalida-
explicación y capítulo aparte por tratarse des, la de repartir a derecha e izquierda
de cuestiones de actualidad algo curiosas. cónsules inverosímiles. El nuestro en
Como decía, los americanos tienen Nueva York, debe pertenecer a la fami-
gran escrúpulo en esto de las nacionali- lia de los fantasmas: nunca está visible.

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Teresa de la Parra dos diarios

¡Qué de veces, sola, o acompañada de Y así fueron transcurriendo días y


Marc, con una perseverancia a toda días, hasta que el «Philadelphia», vapor
prueba, luego de recorrer una distancia fijado en mis planes para realizar mi via-
kilométrica, me he lanzado a la conquis- je a Venezuela, zarpó al cabo, rumbo a La
ta del susodicho fantasma! El resultado Guaira, dejándome en tierra con todas
era siempre el mismo. Nuestra calle de mis ilusiones y proyectos burlados. Lo vi
la amargura terminaba invariablemen- marcharse con la tristeza del caso, hasta
te ante una puerta cerrada e inexorable: que reaccionando al fin, me resigné a ex-
¡era la puerta de nuestro cónsul eterna- clamar filosóficamente como el galán del
mente ausente! En ella no había más sig- cuento:
no de vida, que una placa con un letrero «Puesto que Leonor renuncia a mi
en ruso el cual para mí tenía un notabi- mano: ¡renuncio a la mano de Leonor!»
lísimo parecido con los letreros vistos en Y aquí estoy; habiendo renunciado a
un espejo. Ante tanto enigma y tanto si- la mano de Leonor, es decir, a mi viaje a
lencio yo me desesperaba. Al pensar que Caracas; repuesta ya de tantas esperas y
allí, detrás de aquella puerta, a media rabietas y dedicando todas mis energías
vara de distancia, se encontraba en ace- y actividades hacia otro nuevo norte: el
cho mi viaje a Caracas, llorando casi de Japón.
impotencia, daba con los pies en el suelo No fracasará este viaje como el prime-
llamando a los bolcheviques asesinos y ro, no, ya todo está arreglado y previsto,
sans-culottes, sin que por ello saliese a porque un día, ante mis asombradísimos
tomarme cuentas del agravio el fantas- ojos, se abrió la puerta enigmática y tras
ma de mi cónsul. ella apareció un personaje muy fino y

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Teresa de la Parra dos diarios

distinguido, quien, luego de deshacerse del Japón y la China; cuando no me sor-


en excusas, se puso incondicionalmente prende la noche en algún museo de arte
a nuestras órdenes para cuanto pudiese nipón, me sorprende la madrugada ha-
servirnos, con lo cual, pude constatar, que ciendo una interminable lista de compras,
diga lo que quiera la trompeta de la fama, y hasta en los subways mientras me dirijo
los bolcheviques, a fuer de buenos rusos, a los almacenes, a fin de aprovechar más
saben también ser galantes y gentiles. tiempo, voy leyendo con la ansiedad del
Como decía, pues, dedico ahora todo caso, cómo ocurrió todo aquello de Puer-
mi tiempo y mis energías a prepararme con to Arturo y la guerra Ruso-Japonesa que
gran entusiasmo para mi anhelado viaje al allá, entre sueños, recuerdo…
Oriente. Y las horas del día son pocas para Y así va el tiempo corriendo, corrien-
ello; porque a la vez que deseo enterarme do, desgranando los días uno tras otro,
de los asuntos asiáticos, me esmero al mis- mientras espero yo, no sin cierta tristeza,
mo tiempo en tener bonitas toilettes para el instante siempre temido de la partida y
asistir a las comidas y recepciones con que de los adioses…
seremos obsequiados en Yokohama, Sha-
ngai y Harbin. Es, pues, asombrosa la fa-
cilidad con que paso de baúles y maletas San Francisco de California, mayo 2
al origen del Yedo y a las costumbres de de 1919
los mikados. Cuando no estoy extasiada
ante algún maniquí de los almacenes de Fue el domingo de Pascua a las 10:30 de
Broadway, estoy de codos encima de una la mañana, después de haber comulgado,
mesa describiendo zigzags sobre el mapa y en un radiante día de Primavera que

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Teresa de la Parra dos diarios

salimos de Nueva York. La temperatura a su hijo, niño de 6 a 7 años, rubio y lin-


había amanecido deliciosa, todos los ár- do como un querubín, cuya presencia da
boles estaban verdes, floridos y cubiertos una nota de alegría familiar a nuestra ex-
de sol; todo parecía despedirnos en una cursión y cuya risa y entusiasmo nos une
última sonrisa llena de promesas. No y nos contagia continuamente a todos.
pude menos de sentir en mi alma la in- La primera sorpresa de mi viaje la
fluencia de aquella alegría de la Natura- recibí en la estación y fue el confort de
leza, y fue sin pesar que dije adiós a mi nuestro tren. Viajábamos en pullman y
querido apartamento de Broadway, don- tanto los Goldman como nosotros tenía-
de había pasado casi dos años de felicidad mos vagón especial. No habiendo reali-
completa. zado aún sino pequeñas excursiones, no
En la estación encontramos reuni- conocía yo bien el fausto de los trenes
dos todos nuestros compañeros de viaje. americanos. Cuál sería, pues, mi sorpre-
Juntos, formamos una pequeña Colonia sa al ver que teníamos por vagón un sa-
o Caravana compuesta en parte por los loncito monísimo, con espejos, mesitas y
empleados del Banco, objeto de nuestro dos grandes sofás que al llegar la noche
viaje y del cual es Marc gerente y funda- se transformaban en camas. Al lado se
dor. Son ellos: el subgerente, el estenógra- encontraba nuestro cuarto de toilette con
fo, un apoderado del mismo banco que baño y grandes espejos; y dos vagones
va a Manila, y los Goldman, matrimonio adelante, el comedor.
americano, muy ricos, y muy simpáticos, Encantada al sentirme tan agrada-
que llegarán solo hasta Yokohama, don- blemente acogida, quise hacer de aquel
de tienen sus negocios. Llevan con ellos saloncito un amable chez moi familiar y

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Teresa de la Parra dos diarios

sonriente. Puse flores, retratos y libros con esencia de máquinas. ¡Qué prisa,
sobre las mesas; y al ver correr el paisaje Dios mío! ¡Qué movimiento! ¡Qué polvo
por la ventana abierta, entusiasmada le de carbón por todas partes! ¡Qué afán de
decía a Marc: rascacielos y de industrias, y de eterno
«¡Mira, mira, es nuestro apartamento rodar y meter ruido!
de Broadway que nos lleva de paseo!» . Sentí la nostalgia de las ciudades ar-
¡Y qué delicioso paseo era aquel! No caicas y silenciosas y fue con gran bien-
necesito describir la magnificencia de estar que me vi de nuevo en el tren, im-
estos paisajes americanos tan conocidos y pulsada hacia el Sur, hacia el calor, donde
ponderados por todo el mundo: montañas son escasas las máquinas y la incansable
inmensas, lagos azules y románticos, fiebre de la industria.
cascadas, ríos, árboles gigantescos, todo se La travesía de New México fue en
sucedía con una exuberancia de vida y un cambio un delicioso film variado y cu-
lujo de detalles realmente inagotable. Así riosísimo; la naturaleza había cambiado
llegamos a Chicago, donde pasamos dos ya; el clima era templado y el suelo esta-
días alojados en el «Auditorium Hotel» , y ba cubierto de cereales verdes y crecidos,
así seguimos cuatro días y cuatro noches que ondulaban al viento como un lago de
de un correr incesante, hasta que atrave- esmeralda cercado de montañas; traspo-
sando el desierto y todo el departamento níamos estas y en sus picachos era el frío
de New México llegamos a Los Angeles. y los paisajes de nieve. Bajábamos enton-
Chicago me aturdió. Es la más neo- ces, y a través del aire tibio mirábamos
yorkina de todas las ciudades america- cómo allá a lo lejos, confundida entre las
nas. Parece que toda ella estuviese hecha brumas, íbamos dejando la cresta de un

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volcán que se apagó. Y otra vez entrába- abandonado y derruido, y luego el cam-
mos en las llanuras y eran entonces las panario morisco de una iglesia y más allá
áridas mesetas del «Llano Estacado» y unas ruinas que fueron fortaleza… Los
corríamos sobre aquel desierto con mon- nombres eran todos dulcemente evoca-
tañas de roca que eran las islas de aquel dores: «Playa del Rey», «Alburquerque»,
mar de arena. «Santa Fe»… Parecía el hálito de la Es-
El niño Goldman y yo de codos en la paña heroica y conquistadora de Hernán
ventanilla no cesábamos de dar gritos de Cortés, que se hubiese llegado hasta allí
admiración ante los personajes que po- para morir, al cabo, olvidada y prisionera
blaban tan desolados parajes. Eran indios en tierra extraña.
tan clásicos y primitivos como no creo Al fin de tanto correr llegamos a Los
que se encuentren en la misma Goajira Angeles.
de Venezuela. ¡Qué pintorescos con sus Es esta una ciudad semi-tropical,
escasos vestidos de todos colores, llenos donde abundan las más deliciosas frutas
de abalorios y de pendientes! ¡Parecían de los Estados Unidos. Sus alrededores,
estampas! Los niños sobre todo estaban poblados de quintas, son especialmen-
graciosísimos y eran ellos los que princi- te encantadores. Entre ellos se destaca
palmente exaltaban el entusiasmo de mi Pasadena, lugar donde parecen haberse
amiguito Goldman. dado cita todos los millonarios ameri-
Vino luego un incesante pasar de po- canos. Es una especie de inmenso jar-
blaciones de origen español con casas dín poblado de magníficos palacios que
grandes y coloniales como las de Caracas. se yerguen espléndidos entre flores y
Y era primero un convento de frailes ya naranjales. Es célebre entre todos el de

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Teresa de la Parra dos diarios

Busch, el «rey de la cerveza». El parque comedor, mientras que en el primero te-


que lo rodea tiene puentes, lagos, esta- nía lugar el invariable desfile de las millo-
tuas y jardín zoológico, todo tan esplén- narias llenas de lujo y de prendas costo-
dido y magnífico que ya lo quisiera para sísimas, muy dignas de admiración y de
sí cualquier ciudad de primer orden. Tu- aplauso.
vimos nosotros ocasión de visitarlo. Los De Los Angeles fuimos a San Fran-
naranjos dispuestos en avenidas, peque- cisco. Mucho nos habían ponderado la
ñitos y podados, empezaban a florecer, y belleza del camino y para contemplarlo a
envueltos en su aroma me trajeron todo nuestro gusto decidimos hacerlo de día.
el recuerdo de los años pasados en Espa- Por segunda vez no pude menos de re-
ña. Cerré por un momento los ojos y creí vivir tiempos pasados, y de sentir, cómo
encontrarme de nuevo en nuestro con- una ola de melancolía dulcísima, iba
vento del Sagrado Corazón, allá en Go- poco a poco inundándome el alma. Sube
della; y otra vez me sentí pequeñita, con el tren una montaña altísima, siempre
mi uniforme de colegiala, corriendo bajo sobre el abismo y siempre frente al mar
la lluvia de azahares que caían, caían, de y son zigzags y serpentear continuo, pri-
los naranjos en flor. mero a la derecha, después a la izquierda,
En Los Angeles nos detuvimos en el luego otra vez a la derecha, bordeando
Hotel Alexandria, y allí tuve que pasar siempre, siempre la montaña. Aquel mar
por el suplicio de Tántalo. No había teni- azul a lo lejos… aquel abismo verde a los
do esta vez la precaución de llevar al hotel pies… me parecía subir a Caracas vinien-
mis trajes de soirée y hube de resignarme do de La Guaira y recordaba con ternura
a comer burguesamente en el segundo los versos tan inspirados de Marquina:

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Teresa de la Parra dos diarios

En lo más alto de vuestros montes Desde hace ya dos días vengo a escri-
A vuestras casas les dais asiento… bir aquí junto a mi balcón, en los ratos
que me deja libre mi incesante corretear
y pensaba con tristeza y con lágrimas de viajera. Frente a mí, como si quisiese
en todo lo que iba dejando atrás, ya tan interrogarlo de continuo, no ceso de mi-
lejos, tan lejos… rar este inmenso Océano Pacífico, azul
Nos encontramos actualmente en San y desconocido, que tantas sorpresas me
Francisco, alojados en un hotel que tiene reserva allá, detrás de su horizonte.
espléndidas vistas sobre el mar. Desde mi Por una extraña coincidencia nuestro
balcón diviso allá en lontananza el paseo vapor, anclado ya en el puerto, se llama
de «Golden-Gate» que se extiende a ori- el «Venezuela». Es muy hermoso y tiene
llas de la playa y más lejos aún, cerran- gran tonelaje. En él nos embarcaremos
do la bahía, el famoso presidio español esta tarde. Me parece verlo desde aquí,
de San Francisco, que dio su nombre a creo que son unos mástiles que se des-
la ciudad y está hoy transformado en es- tacan entre los de otros vapores y pienso
cuela militar. con orgullo pueril: «Siendo el más her-
Al contemplar este conjunto de edifi- moso de todos se llama ‘Venezuela’». Y es
cios colosales y grandiosos, no puedo me- que el amor de la tierra es un sentimiento
nos de sentir admiración por el genio del que por dormido que se halle se despierta
pueblo americano, que supo levantar tan y se exalta con las largas ausencias y las
de prisa este bosque de cúpulas y torres largas distancias…
que después de la catástrofe de 1906 era
solo un enorme montón de escombros.

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Teresa de la Parra dos diarios

A bordo del «Venezuela», mayo 24 zada con música, baile todas las noches,
de 1919 y un pool donde nadar, el cual hizo mis
delicias, no bien la temperatura me per-
¡Qué deliciosos! ¡Qué divertidos han mitió entrar en match decididísimo con
sido para mí los días pasados a bordo todos los patos más tenaces que pueblan
de este gran buque que sabe deslizarse los estanques de tierra adentro.
tan majestuosamente sobre las olas, no Mis compañeros de viaje constituyen
siempre pacíficas, del Gran Océano! el conjunto más babilónico que darse
Pensando que era el mareo enfermedad pueda: americanos, ingleses, suecos, ja-
ya caída en desuso, no me he ocupado poneses, belgas, chinos, y sobre todo,
sino de divertirme entre los numerosos rusos que acuden a guarecerse en los lu-
amigos que pueblan y animan el vapor gares próximos a la frontera de la Rusia
por todos lados. Antes de hablar de ellos oriental. Por afinidad de razas nos hemos
me parece de rigor hacer primero la unido mucho a los rusos y belgas; hay en-
presentación del «Venezuela». tre ellos intelectuales y artistas de nota, y
Pertenece dicho buque a la «Pacific entre los rusos personas de mucha signi-
Mail Co.» Tiene 20.000 toneladas y jun- ficación social.
to con «El Ecuador» y «El Colombia», El séptimo día de viaje llegamos a Ho-
sus sister ships, hace la travesía entre nolulú, capital de las islas Hawai. Qui-
San Francisco, Honolulú, Hong-Kong, se escribir para dejar allí mi carta, pero
Yokohama, Kobe, Shangai y Manila. Tie- habiéndolo pensado demasiado tarde no
ne todo el confort de los más modernos me fue posible hacerlo. Resultó empre-
trasatlánticos, magnífica comida ameni- sa superior a mis fuerzas. Mientras yo

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garabateaba palabras a toda prisa sobre muerta antes de nacer, me lancé llena de
el escritorio, sentía a mi alrededor todo curiosidad a conocer nuevas tierras. De
el movimiento llegado de tierra, que me las islas Hawai tenía formada una idea
atraía de un modo irresistible: chirriar de llena de sentimentalismo y poesía. Re-
poleas y de cadenas, personas con indu- cordaba aquella música coral tan dulce-
mentaria de desembarco, los pasos y las mente sugestiva, medio religiosa y me-
voces de los vendedores ambulantes que dio salvaje que tantas veces había oído
se llegaban a bordo a ofrecer su mercan- en nuestro gramófono de casa. Me decía
cía, y para colmo de todo, los amigos y que muy lindo debía ser el país que a sus
amigas que de continuo me descubrían naturales inspiraba aquellos cantos.
y venían a tentarme con una insistencia En efecto, es aquel, un encantador país
desesperante. Y eran unos: tropical, de clima tan templado y suave
—Why, don’t you intend to go on shore, como el clima de Caracas. La agricultu-
Mrs. Bunimowitch? ra y las frutas son las mismas; tablones
Y luego otros: de caña, cafetales sombreados de bucares
—Mais, Madame Bunimowitch, est- que se alzaban, inmensos y enrojecidos
ce que vous allez rester tout bêtement a por sus flores de coral, y por todos lados,
écrire quand tout le monde se proméne? piñas, mangos, lechozas, parchas, todas
Est-ce possible! las dulcísimas frutas del trópico. No pude
Me di por vencida. Mandé al diablo el menos de recordar el terruño; la vida de
papel y la pluma y acompañada de Marc, hacienda; los días felices pasados en fa-
que sonriendo me esperaba, habiendo milia allá en nuestro hogar, los tiempos
ya profetizado el destino de mi carta, alegres de Güeregüere y Juan Díaz…

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Son los indios que pueblan estos paí- a comer frutas de todo género; desde las
ses de color cobrizo y regulares faccio- piñas que figuran entre las más distin-
nes. Según pude averiguar, entre la aris- guidas, hasta aquellas que por conside-
tocracia de los aborígenes se destacaban rarlas algo chabacanas no son admitidas
los hombres de gran corpulencia física. generalmente en sociedad, como son por
Una mujer se tenía por más o menos ejemplo los pobres mangos, tan descono-
bella según fuese su tamaño y robustez, cidos y poco tomados en consideración.
considerando la cara un detalle baladí de Sin reparos de categorías sociales, a todas
poquísima importancia. Dicha corpulen- les hice por igual y en cuanto me fue po-
ta aristocracia, practicaba en secreto el sible, una amable acogida, como era de
lomi-lomi, masaje complicadísimo y efi- rigor después de tanto tiempo de no ha-
caz al cual debían su colosal desarrollo; y, bernos encontrado.
designábanse ellos mismos con el nom- Luego de esta interesante excursión
bre de kanakas, palabra que en su idioma tropical, volvimos a bordo y continuó la
significa «los hombres», lo cual, dicho sea travesía.
entre paréntesis, era muy poco amable De entonces acá hemos tenido varias
para con los mismos de la democracia. fiestas dignas de mención. Una de ellas
Corrimos por la ciudad y sus alrede- fue en celebración de haber pasado el me-
dores poblados de preciosísimas quintas, ridiano 180°; hubo baile y brindis, entre
propiedad de los ricos americanos que los que se destacó uno de Marc, que fue
allí se dirigen durante los meses del ve- muy aplaudido. Hemos tenido también
rano; subimos a un elevadísimo volcán; varios conciertos, y una magnífica con-
corrimos en auto los caminos, y yo me di ferencia dada por un señor belga, noble

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orador de Bruselas, la cual versó sobre la expectación, como es de rigor en dichos


literatura moderna francesa. bailes… Las sorpresas se sucedían en
Pero el clou de la travesía, el non plus progresión creciente y cada disfraz era re-
ultra de la diversión, fue un baile de dis- cibido por nosotros con los más ruidosos
fraces que para mí será de inolvidable aplausos y prolongadas risas. Parece que
memoria. Nosotros solo tomamos parte el programa hubiera sido: aligerarse de
como espectadores junto con nuestros ropa lo más posible, y sacar a colación el
amigos Goldman, dos matrimonios bel- mayor número de indumentaria interior.
gas, dos suecos, tres señores rusos y al- Una, estaba en piyama con pantuflas y
gunos más. Todos los demás pasajeros, gorro de dormir; otra había utilizado un
americanos en su mayoría, formaban la monísimo traje de baño para disfrazarse
parte activa de la fiesta. Yo no cesaba de de muchacho; varias vestían de hombre;
preguntarme, llena de estupor, cómo era otras estaban de babys, con zapatos y me-
posible que el espíritu de previsión llega- diecitas cortas, talle largo, banda y fal-
ra entre ciertas razas hasta el punto de da, muy por encima de la rodilla. Todas
viajar con un disfraz en el baúl del cama- entraban con gran soltura y se ponían
rote. En mi candidez no sospechaba todo a bailar con una naturalidad pasmosa.
lo atrevido e inesperado de la imagina- Pero el número uno de la sorpresa, lo que
ción americana. produjo un ¡¡Oh!! general, y una carca-
Vino la noche, y se dio principio a la jada interminable, fue un personaje del
fiesta. Comenzó el desfile. Las personas sexo masculino, el cual se llevó el premio
se hacían anunciar y entraban en el re- de los shocking disfrazándose de salvaje.
cinto una a una, con gran prosopopeya y Para ello decidió ponerse la menor ropa

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posible, es decir, un minúsculo pantalón las lunas nos detiene horas enteras sobre
de baño y un fleco de cuentas que de la cubierta, donde se fuma, se juega y cada
cintura le caía hasta las rodillas; los pies uno va contando anécdotas de su vida o
descalzos, una peluca desgreñada y todo historias de la guerra, en pintoresca va-
el cuerpo hecho un laberinto de arabes- riedad de idiomas.
cos imitando tatuajes. Estaba horrible.
Yo me reía, me reía con mis demás com-
pañeros espectadores como en mi vida lo Yokohama (Japón) Mayo de 1919
había hecho. Cada movimiento, cada ac-
titud del salvaje era un nuevo tema para Hace ya dos días que, dando un último
desarrollar nosotros todo aquel caudal adiós al «Venezuela» y a nuestros compa-
inagotable de hilaridad. ñeros de travesía, pusimos pie en el Japón.
El baile duró hasta avanzadas horas Estamos alojados en el «Grand Hotel»
de la madrugada, y yo me retiré satisfe- de Yokohama, el cual por su confort, lim-
cha, pensando que pocas veces en la vida pieza y demás requisitos, no se le queda
volvería a presenciar fiesta tan curiosa y atrás a los mejores de Nueva York. En
original. él pagamos el precio algo subido de 30
Pasado mañana probablemente lle- dólares diarios, circunstancia esta que
garemos Yokohama, luego de 25 días de demuestra de un modo algo elocuente
viaje. Preparan a bordo fiesta de despedi- cómo los japoneses no se dejan quitar la
da. Mientras tanto, esperando la llegada, delantera en lo de vivir por las nubes y
disfrutamos de una temperatura agrada- cómo hasta la fecha baten ellos el record
ble, y en las noches, la más romántica de de las alturas.

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Teresa de la Parra dos diarios

Me desquito de sus abusos económi- arrastrado por un hombre, y en él pasa,


cos, saboreando en cambio a manos lle- con su sombrilla eternamente abierta,
nas todo lo pintoresco de sus ciudades y la japonesita distinguida que no quiere
costumbres. Desde mi hotel domino el confundirse con el público de a pie. Y
paisaje: a lo lejos el mar entrándose en hay en todo ello tal armonía de conjun-
la bahía; más cerca, un pintoresco jardín to, tanta gracia de actitudes, que al con-
de flores que rodea el hotel, y luego, del siderar un momento aquel ir y venir de
lado allá del jardín, miro cómo se van ex- figuritas, cree uno moverse dentro de un
tendiendo en hilera las lindas casitas de minúsculo paisaje de abanico.
Yokohama. Cosa rara; en nuestros medios se ven
Porque es esta encantadora ciudad, los japoneses entecos y ridículos con
pequeñita y graciosa como una ciudad sus pasitos cortos y sus movimientos de
de muñecas. Todo está admirablemente ratón; aquí es lo contrario, somos noso-
proporcionado: desde la japonesita que tros quienes aparecemos ahora pesados,
con su kimono ajustado y su sombrilla lentos, de movimientos poco graciosos.
abierta pasa en un ágil corretear de pá- Tan cierto es que en esta vida todo es re-
jaro, haciendo sonar sus pantuflas de lativo y todo depende del punto de com-
madera, hasta las callecitas regulares y paración.
limpias, pobladas de pinos, mandarinas Los hombres japoneses me han llama-
y naranjos, tan altos como mi cabeza. do mucho la atención por varias cosas.
Por el centro del arroyo corre el riksha1 Una de ellas es su absoluta inmodestia.
Se diría que han resuelto entrar en fran-
1. Cochecito de una sola persona, que en lugar de
caballo arrastra un hombre.
ca competencia sobre el particular con la

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mujer occidental; y en ese caso, es a todas viene a resumirse toda su psicología ex-
luces indiscutible que nos llevan la venta- traña. Los japoneses nos admiran y nos
ja. Porque, es cierto que nosotras usamos odian a nosotros la raza blanca, y saben
la falda algo corta y el descote un poco contener su odio y superarnos las más
largo; pero ellos… ¡Dios mío!, ellos hacen de las veces. Es la raza más heroica que
mil veces peor. existe por lo paciente y por lo sufrida.
La indumentaria de un japonés se re- Después de trabajar y observar durante
duce casi a una fórmula. Usan tan solo un años y años el progreso europeo, mostra-
kimono, el cual debe parecerles todavía ron al mundo en la guerra contra Rusia
algo caluroso e incómodo porque lo dejan todo su poder y toda la grandeza de su ci-
abierto de arriba abajo, que a su antojo on- vilización hecha a fuerza de detalles. No
dule como una bandera a los cuatro vien- quisieron sin embargo, admitirlos en el
tos. Además del kimono, solo existe un Consejo de las Naciones, y los humillan
pequeño pantalón o pañuelo de seda, pero de continuo, rechazando su inmigra-
tan pequeño, tan breve y reducido como ción de casi todos los puertos civilizados.
son los pantaloncitos de nuestros moder- Ellos continúan, no obstante, sonrientes
nos babys. Y esto en cuanto a las clases y estoicos, esperando.
más elevadas, porque el pueblo, conside- Según he oído decir, la resistencia del
rando el kimono un lujo excesivo, propio samurai, soldado japonés, se dio a cono-
tan solo de dandys, decide suprimirlo por cer en todo su heroísmo durante la gue-
completo y quedarse en pantalones. rra con Rusia. El hambre, el frío, el can-
Otra cosa me intriga de los japoneses, sancio, los sufrimientos más horribles,
y es su eterna sonrisa de desdén, donde los dejaban impasibles y serenos.

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El espíritu de paciencia y observación los niños se comprometen de 5 a 7 años,


de este pueblo está encerrado en el jiu-jit- a pesar de lo cual, la mujer japonesa es
su, lucha japonesa, con la cual pueden la más fiel y honrada de cuantas existen.
vencerse los más grandes y poderosos Como sus compañeros de otras razas,
campeones del boxeo. Es un estudio tan bien pueden a su antojo los hombres,
minucioso del cuerpo humano, que con divertirse impunemente entre geishas y
solo la fuerza de dos dedos, un luchador artistas de todos los géneros; sus mujeres
de jiu-jitsu puede dejar muerto instantá- no tomarán jamás la revancha por con-
neamente a su adversario. siderarlo innoble y antiestético. Y así, es
Tienen los japoneses gran control muy frecuente en el Japón el caso de dos
sobre ellos mismos, y consideran humi- enamorados que al verse distanciados
llante dejar traslucir sus pasiones o senti- por un matrimonio o compromiso in-
mientos. Si una madre está llorando des- franqueable, deciden ambos suicidarse
esperada por la muerte de un hijo, cesará para reunirse allá en la otra vida, en los
inmediatamente de hacerlo al entrar un jardines de Buda.
extraño; si es este por añadidura extran- A la más acrisolada virtud, unen las
jero debe entonces sonreír demostrando japonesas la más exquisita delicadeza, el
así que no le arredra la muerte. más refinado amor a la estética, y una
Los matrimonios en el Japón no se abnegación resignada y constante. Por lo
hacen nunca por elección de contrayen- cual, es un cuadro vivo y continuo de la
tes, no. Como en los felices tiempos de tierra japonesa, el drama de la dulce Bu-
nuestra Edad Media, este pequeño de- tterfly, abandonada y triste, esperando
talle se deja al cuidado de los padres, y eternamente la llegada del infiel que en

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tiempos pasados marchó a lo lejos, y no Tokio, como Yokohama, me interesó


volverá ya nunca… muchísimo. Visitamos el palacio impe-
rial y el palacio del Mikado; conocimos
el más grande Buda del Japón a los pies
Yokohama, Junio de 1919 del cual hicimos fotografías, y luego en-
tramos en los restaurantes y tiendas de
Ayer, regresamos de nuestra visita a To- la ciudad. Son estas últimas, tan bien te-
kio, capital y corte del Imperio Nipón, la nidas, y se cuida tan estrictamente de la
cual muy alegremente realizamos en au- limpieza, que nadie puede entrar en ellas,
tos. Dejan los caminos mucho que desear sin antes ponerse sandalias de madera
en esta tierra, por lo cual llegamos ren- sobre los zapatos a fin de no ensuciar las
didos de cansancio y asfixiados de calor, alfombras que las cubren. Los restauran-
después de las consabidas pannes. tes o tea houses, como dicen los america-
Es Tokio la antigua y legendaria Ye nos, son también muy curiosos. No exis-
Yedo, que supo crecerse en importancia ten en ellos asientos ni mesas de ninguna
hasta conquistar a no sé cuál de los sho- clase; solo se ven cojines, colocados en el
guns quien, al enamorarse perdidamente suelo con gran simetría, sobre los cuales
de ella, la erigió en reina y señora del Im- se sientan los comensales a esperar el té.
perio. Se extiende a orillas del Sumida, el Lo preceden mesitas tan minúsculas que
Río Sagrado partido mil y mil veces por solo levantan una cuarta del suelo, y so-
históricos puentes que desde tiempo in- bre ellas se dispone la comida o refrigerio.
memorial se miran coquetamente en sus En Tokio, como en Yokohama, la ci-
clarísimas aguas. vilización occidental, intrusa y soberbia,

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se ha metido por todas partes. Se apro- En nuestra visita a Tokio nos acompa-
pió barrios enteros; tendió hilos y plan- ñó una muchacha rusa que se ha agrega-
tó postes en la calle, levantó las casas de do a nuestra expedición e irá con noso-
varios metros; y hasta se atrevió a mor- tros hasta Harbin. Es de tan interesante
der en un costado al histórico palacio del especie que no puedo dejarla pasar en si-
Imperio. Los tranvías eléctricos se han lencio sin hacer mención de ella: pertene-
cogido para ellos toda la calle, y los au- ce a la juventud feminista de Rusia. Viaja
tomóviles acorralan a los pobres rikshas sola. Siendo muy joven y de aspecto muy
que asustados y tímidos les van cediendo femenino es una conferencista notabilí-
el puesto. sima. Tiene gran erudición y un conoci-
Ante tanta insolencia dan ganas de miento muy sólido de la política rusa y
detenerse, de subirse muy en alto, y con en general de todos los asuntos europeos
los brazos extendidos como los policemen y esto todo, aderezado naturalmente con
neoyorkinos hacer señas de que todo mo- una cantidad de idiomas increíble como
vimiento cese para gritar a los de abajo: es de rigor entre los rusos.
—¡Atrás los automóviles! ¡Fuera los La conocí en el hotel y ahora nos
tranvías eléctricos! ¡Abajo los invasores! acompaña, nos distrae y nos sirve de ci-
¡Que circulen los rikshas, que pasen los cerone, porque todo lo sabe.
de a pie, que corran las diminutas som- Es una de las muchas amistades agra-
brillas, sin temor de ser ahogadas, y alto, dables que tengo hechas en lo que lleva-
alto, a quien vuelva a turbar el buen or- mos de viaje. Porque es inmensa la dis-
den y concierto de las tres veces capital posición que tengo yo para hacer amigos
del Imperio! a diestra y siniestra cuando voy viajando.

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Estos amigos de ocasión son muy útiles dónde van, y demás cosas por el estilo?
y muy amables, y tienen además la ven- ¡Nada más inocente! Los procedimientos
taja de no tomar demasiada confianza, usados para entrar en materia son algo
ni mezclarse nunca en lo que no les im- variados. Algunas veces dejo caer un li-
porta, circunstancia esta muy frecuente bro o revista que vienen a recoger y yo
entre los amigos de otra especie. Marc, recibo con la más encantadora de mis
a quien desesperan estas teorías, con sus sonrisas. Otras veces, paseando de arri-
aires de aristócrata ruso, no consiente en ba abajo digo en el idioma ad hoc y en
hacer amistad sino con aquellas perso- monólogo conmigo misma:
nas que les son presentadas con todos los —¡¡Qué insoportable calor!!
requisitos del caso. Yo, en cambio, detes- Lo cual es tema para una contesta-
to las presentaciones; encuentro que es ción, o para venir gentilmente a ofrecer
una manera muy brusca de «romper el un abanico.
hielo» y de acabar con todo el encanto de Cuando entra Marc, me encuentro
lo imprevisto. departiendo con mis nuevos amigos que
Si por ejemplo se va Marc a sus que- suelen ser personas de mucha considera-
haceres, y yo cansada de visitar calles he ción. Yo entonces hago las presentaciones:
decidido quedarme en el hotel, empiezo a —La generala y el general X., conde-
aburrirme como deben aburrirse las os- corado con las cruces de C. y B. Ha he-
tras dentro de su concha. Si estoy en el cho la campaña de Oriente y nos llevará
salón y hay en él personas de aspecto sim- a visitar, si tú lo deseas, unas fortificacio-
pático: ¿por qué no distraerme hablando nes a las cuales no tienen libre acceso los
con ellas para saber de dónde vienen, a extranjeros.

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O bien: con muchas letras más, las cuales como


—Madame de E., pintora premiada es natural no corresponden con ninguna
en varias exposiciones; viaja en busca de de las nuestras. La gramática rusa, por
emociones artísticas y desea hacer mi re- otro lado, no consiente de ningún modo
trato al pastel, si tú lo permites. en andarle a la zaga a la gramática latina,
Marc, naturalmente, se encanta con y ha impuesto también ella el intrincado
mi retrato, y se interesa mil veces más sistema de declinaciones, el cual, para
que yo en la visita a las fortificaciones, summum de complicación, no consta de
cosas todas a las cuales no habría llegado cinco sino de siete casos.
nunca con su sistema de protocolo. Cuando considero todo esto conjunto
Así hice amistad con nuestra nueva de dificultades tengo momentos de ver-
amiga la conferencista, quien de conti- dadero desaliento y entonces no dudo en
nuo discute política y bolcheviquismo confesar, escandalícese el que quiera, que
con Marc. En cuanto a mí, comienzo a a los siete casos rusos prefiero un millón
iniciarme en las intrincadas dificultades de veces los siete pecados capitales o las
de su complicadísimo idioma. He empe- siete Plagas de Egipto.
zado naturalmente por el principio: paso
las horas muertas ante el alfabeto ruso; y
me doy a compadecer a los pobres niños, Shangay (China)
quienes no bien salen de la cuna, cuando
entran de lleno en esta inmensa dificultad Julio de 1919 A mediados de junio, luego
de conocer las letras. Para mayor contra- de decir adiós a los Goldman y algunos
tiempo, viene el alfabeto ruso recargado otros de nuestros compañeros de viaje,

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salimos de Yokohama tomando el pull- perfumados polvos. No cesaba yo de es-


man japonés, que en menos de 20 horas piar sus movimientos, aquellos complica-
nos condujo a Kioto, la ciudad más en- dísimos peinados, aquel abanicarse con-
cantadora que darse puede, el más de- tinuo, aquellos ojitos casi cerrados que se
licioso de los legendarios rincones del fijaban con cariñosa admiración sobre
Oriente; el home place del Japón como la nuestras personas. Cuando llegábamos
llaman los americanos. al restaurante, manifestaban ellas el más
No hicimos esta vez el viaje en com- terrible pánico al sol; se cubrían, se es-
partimiento privado, por lo cual pude condían, o se levantaban a cada dos por
durante el trayecto, observar muy de cer- tres, a cerrar completamente las entorna-
ca a las aristocráticas japonesitas que ha- das persianas. (Ni más ni menos todos
cían nuestro mismo viaje, y a las que de nuestros tics, y todo lo que era inveterada
continuo subían y bajaban al tren, trasla- costumbre nuestra allá en las asoleadas
dándose de una a otra de sus monísimas casas de Caracas). Esta coincidencia de
ciudades. gusto me unió extraordinariamente con
Lo primero que advertimos al entrar mis simpáticas compañeras de viaje, y
en el vagón, fue un fortísimo olor a per- no cesaba de manifestarles con una ama-
fume, mezclado con brillantina y polvos ble sonrisa, lo sabías que encontraba yo
de arroz; porque la más chic, la más bo- cuantas medidas se tomasen contra hués-
nita de las japonesas, es la de pelo más ped tan caluroso como indiscreto. Cuan-
brillante, y la que con más frecuencia do volvían al tren, tomaban entonces las
saca de su bolsillo la polvera para poner- posiciones más inverosímiles y graciosas;
se sobre las mejillas una nueva capa de desdeñaban la comida de las estaciones,

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y al dar las doce, hora de su almuerzo, pero de unas aguas tan puras, tan trans-
sacando unas cajitas de madera muy lim- parentes y cristalinas, que en ellas se re-
pias, donde había un arroz muy blanco, flejan con limpidez de espejo, los árboles
armadas de los correspondientes palillos, que crecen a sus bordes, los puentes que
palillos que hacían las veces de cubier- las cruzan, y aquellas lindas casitas que
tos, daban comienzo a la comida sin de- parecen trepar por todas partes como
jar caer al suelo el más pequeño granito. rebaño de ovejas y que son pulidas y
En todas las estaciones había ocho o diez blanquísimas como objetos de cerámi-
grandes palanganas, y eran entonces los ca. En Kioto, las flores se derraman por
hombres quienes de continuo bajaban a todos lados; los preciosos parques de ar-
lavarse cara y manos. Acompañada por bolitos enanos con kioskos pintorescos
tan interesantes personajes, minutos se parece que crecieron y se formaron allí
me hicieron las veinte horas del trayec- para idilio de muñecas; y entre ellos, ale-
to; y fue con verdadero disgusto y muy a gre y juguetona, corre siempre el agua,
pesar mío, que hubimos de abandonar el regando los jardines de crisantemos y
tren, el cual, muy resueltamente se detu- parpadeando de blancura entre el verde
vo en Kioto, la estación final. de aquellas sabanas de musgo, que como
Es Kioto un refinamiento de Yokoha- esmeraldas muy grandes, van cortando,
ma y Tokio. Su nombre significa «la ca- cortando, la monotonía de los tejados y
pital» o «la ciudad de la paz»; porque fue haciendo de la ciudad, un lindo país de
en siglos ya muy lejanos, asiento de los cuento.
shoguns y capital del Imperio. La cruzan Cruzan el paisaje las japonesitas con
por todas partes riachuelos juguetones, sus sombrillas abiertas y el sugestivo tic-

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tac de sus pantuflas, asomando a veces amable Yokohama. De nuevo tomamos el


por encima de sus hombros la sonriente tren, y de Kioto nos fuimos a Kobe.
carita del niño que llevan guardado sobre Es este uno de los más importantes
la espalda. Van unas de visita, van otras puertos del Japón; pero a mi manera de
de paseo, van muchas, a las famosas y an- ver, ciudad poco interesante, y de esca-
tiguas fábricas de Kioto, a tejer sedas; a so carácter japonés. Permanecimos allí
pintar jarrones; a pulir marfiles; a cons- diez días y pude ver de cerca la vida del
truir con sus diminutas manecitas de lar- puerto.
gos y afilados dedos, todas las maravillas Son los habitantes de este puerto ho-
que adornarán un día salones y vitrinas rriblemente desaseados; porque según
allá en el orgulloso Occidente… veo, los amarillos no saben ser sucios sin
Kioto es La Meca del Japón, la ciudad serlo de veras y hasta un grado inverosí-
mística y creyente, el relicario que guarda mil. Tal vez obedece esta circunstancia al
todos los sagrados recuerdos en sus mil mal olor natural propio de la raza.
templos antiguos. De ellos solo pudimos No obstante la poca amistad de los
visitar dos, luego de descalzarnos muy habitantes de Kobe con el agua y el ja-
piadosamente, requisito necesario y sine bón, los días transcurridos en él, fueron
qua non para penetrar en los dominios agradabilísimos para mí. Había frecuen-
de Buda. tes bailes en el hotel, y realizamos varias
Al cabo de unos días, tuvimos que excursiones interesantes. Celebramos en-
despedirnos de nuestra amable y lindísi- tre otras, una comida o fiesta de carácter
ma Kioto, no sin gran tristeza, como lo absolutamente japonés, la cual tuvo lugar
habíamos hecho antes con la no menos en una tea-house muy distinguida, sitio

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predilecto de la Emperatriz y la corte todas sus maravillas estaban resumidas


cuando se hospedan en Kobe. en los riquísimos tapices y alfombras que
Y fue ello, que luego de encargar una decoraban paredes y pisos. Nos sentamos
nutrida orquesta sin olvidar el consabido al cabo sobre el suelo, del cual, apenas nos
cuerpo de baile, nos vestimos todos nues- separaba el espesor de unos lujosos y mu-
tras floreadas kimonas de seda, con lar- llidos cojines; y en aquella posición, que a
gas bandas y anchísimas mangas. Ador- pesar de lo distinguida y comme il faut,
namos las señoras nuestras más o menos no dejaba de tener cierto parecido con
ondulantes cabelleras con vistosos cri- la que suelen tomar las ranas, seguimos
santemos, y allá nos fuimos todos luego contemplando a distancia tantas maravi-
de calzarnos las indispensables pantuflas llas, sin hacer aspavientos ni cruzar im-
de madera que conducidas por nuestros presiones, como es de absoluto rigor entre
pies hacían un ruido ensordecedor. Íba- personas bien educadas. No se hicieron
mos todos muy serios y muy metidos esperar gran cosa los otros invitados y
dentro de las circunstancias. Entramos comenzó la fiesta. Por todos lados apa-
en el imperial salón seguidos de aquel es- recieron camareras provistas de las mi-
pecie de prolongado trueno que surgía de núsculas mesitas que fueron esparciendo
nuestros pies, y luego de saludar a algu- ante cada comensal, y se dio principio a
nos de nuestros invitados japoneses que la comida mientras lloraba una música
ya se encontraban en él, comenzamos quejumbrosa y ligadísima, y las geishas o
a solazarnos con todas las bellezas que bailarinas con movimientos muy lentos
adornaban aquel recinto, tan escaso de iban poco a poco desarrollando su baile.
muebles como habitación desalquilada; Empezamos nosotros entonces a hacer

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juegos malabares con los clásicos palillos, y bebe luego la otra tomándose el residuo
y pronto me convencí yo que aquello iba de la primera; si queda licor en la copa,
tomando el mismo sesgo del suplicio de pasa esta a manos de la segunda pareja
Tántalo, porque el menú no estaba des- que hace lo mismo y así sucesivamente.
provisto de interés, y decididamente no Para evitarme complicaciones tuve la
había esperanzas de llegar hasta él, pro- precaución de beber siempre en primer
vistos de armas tan insignificantes como término; y con brindis tan original se dio
inútiles. Me resigné a manifestar gran por terminada la fiesta.
desdén por cosa tan trivial y baladí como También en Kobe tuve ocasión de
es la de alimentarse, mientras que allá en asistir a una representación teatral. La
mi yo interno, echaba muy de menos los monotonía de la música, la incomodidad
tiempos felices, de infantil inconsciencia, de la postura siempre en el suelo; el poco
en que se coge la comida con la mano. interés del argumento, que para nosotros
Terminamos el banquete bebiendo el té casi no existía, puesto que nada com-
verde y saboreando el aristocrático sake, prendíamos, no nos divirtió gran cosa.
que hace las veces de nuestro champagne No pude menos que recordar aquella re-
y se bebe tan caliente que lengua, gargan- presentación de «La Túnica Amarilla»
ta y estómago quedan maltrechos de tan por los Guerrero-Mendoza, tan admira-
ardiente bebida. blemente encajada en su carácter chino
Brindamos luego por parejas a la moda y la cual suscitó numerosas discusiones
japonesa, la cual consiste en un procedi- entre los dilettantes caraqueños.
miento tan desagradable como sencillo: En fin, después de permanecer diez
bebe una de las dos personas en la copa días en Kobe, dijimos un último adiós al

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Imperio y a bordo de un vapor japonés, ño. Bajamos a lunchar. Es aquella una


nos embarcamos rumbo al continente isla de pescadores, pero tan sucios, tan
luego de hacer escala en Chimanaki, Na- miserables y harapientos que el aire pare-
gasaki y Mogy. ce envenenado por los malos olores. Tan
Atravesamos para ello el Canal de terribles eran las ráfagas mal olientes que
Bungo, que es el mar de los japoneses, hasta nosotros llegaban, que hubimos de
porque entrándose en su tierra corta y di- usar todo el tiempo nuestros pañuelos a
vide el Imperio en las tres grandes islas de guisa de máscara contra gases asfixiantes.
Kiuschu, Shikoku y Hondo, y en mil otras Con gran placer y bienestar volvimos
islitas de todas formas y tamaños. La tra- al vapor, y continuó la travesía. El mar
vesía de Bungo Canal nos proporcionó iba ahora cambiando, cambiando, hasta
pues, la ocasión de admirar uno de los que al fin, el azul turquesa se fue perdien-
más hermosos paisajes marinos del mun- do lejos, allá en el horizonte, y entramos
do. Aquel millar de islitas y rocas se reú- en un agua tranquila de color cenagoso,
nen y se agrupan formando centenares de como río enturbiado y crecido: era el Mar
archipiélagos, y son las aguas tan trans- Amarillo. Navegamos en aquella inmen-
parentes y tienen un color azul tan extra- sa charca con dirección al Oeste hasta
ño, que al cruzarlas, cree uno navegar en poner pie en el continente asiático, des-
un mar de leyendas, sobre un palacio de embarcando en el puerto chino de Sha-
cristal azul en que habitan las hadas, y las ngay luego de haber tocado en Nagasaki
ondinas y las ninfas mitológicas. y Mogi.
Al tocar en Chimanasaqui se rompió Es Shangai una ciudad absolutamente
todo el encanto de aquel viaje de ensue- europea, donde predominan los ingleses

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y franceses a pesar de ser importante el de peregrinos! Desde Shangai hemos co-


elemento americano. El barrio inglés rrido tanto, tanto, que guardo confusas
especialmente, es tan bueno con sus an- en la memoria la imagen y las emociones
chas avenidas y magníficas casas, como suscitadas por ciudades, y pueblos, y pai-
puede serlo el mejor de Nueva York. No sajes, todos diversos, todos ya olvidados y
hay aquí sabor local, ni se oyen lenguas lejanos!… Desde Shangai, ciudad china,
incomprensibles; todo está al alcance de donde tuve el placer de permanecer algu-
mi inteligencia, y tengo cierta satisfac- nos días entre ingleses y franceses; asis-
ción al encontrarme de nuevo entre mis tiendo a comidas y representaciones tea-
semejantes, aunque solo sea de paso y por trales; oyendo devotamente la misa del
cortísimos días. domingo seguida de un sermón pronun-
ciado en la teológica lengua de Bossuet;
de Shangai, volvimos de nuevo a bordo y
Harbin (Manchuria), Setiembre de de nuevo nos internamos en el charco ro-
1919 jizo y cenagoso, llamado Mar Amarillo,
siguiendo esta vez la dirección noreste
Al fin hemos llegado a Harbin, punto y hasta llegar a la península de Liao-Tung
término final de nuestro viaje. Fue con en el golfo de Corea.
gran bienestar que sacudiendo de mis Desembarcamos en dicha península y
sandalias el polvo del camino, volví a la nos dirigimos a Dairen, ciudad histórica
vida de hogar, dulce y apacible… ¡Tenía el por haber desempeñado gran papel du-
espíritu tan cansado de errar por mares rante la guerra ruso-japonesa. Ya en ca-
y tierras extrañas, en un andar incesante mino para Dairen decidimos visita antes

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a Chang-sing-tao o Tsingtao, por abre- Puedo decir que pasé en ellas uno de los
viación, ciudad no menos célebre que la momentos de mi vida de más aguda y do-
primera, llena de un interés más vivo y lorosa emoción, tan viva se apareció ante
palpitante por tratarse esta vez de asun- mis ojos la imagen horrible de la muerte.
tos de mayor actualidad. Como decía, dichas fortificaciones están
Era Tsingtao antes de 1914 una flore- abandonadas y a obscuras, porque sien-
ciente ciudad alemana, limpia y sonrien- do subterráneas y no funcionando los
te, poblada de quintas que se extendían a aparatos eléctricos, no llega hasta ellas la
uno y otro lado de largas y hermosísimas luz del día. Como en los tiempos de los
avenidas. Vivían felices y patriarcales los primeros cristianos, íbamos pues, uno
habitantes de Tsingtao hasta que estalló tras otro por los largos y estrechos co-
la guerra en la lejana y belicosa Europa rredores, siguiendo la lámpara de acei-
y los japoneses pusieron sitio a la ciudad te de nuestro guía, cuya luz incierta, al
conocida y célebre por sus fortificaciones. menor movimiento de su brazo, cesaba
Cayeron estas al cabo, luego de tenaz re- de alumbrarnos, dejándonos en las más
sistencia y abandonadas ahora por los ja- profundas tinieblas. Despedían tal hu-
poneses, quienes se contentan con sacar medad las paredes que el agua en algunos
de ellas un buen rédito, van a visitarlas lugares nos llegaba a los tobillos. A una
en constante romería viajeros y turistas. y otra parte, veíanse las indicaciones que
Allá nos fuimos nosotros, muy curio- en otro tiempo sirvieron para orientarse
sos por ver de cerca uno de los lugares en aquel dédalo de corredores; decían en
que fue teatro de luchas y sufrimientos alemán y en grandes letras rojas: Hospi-
durante los años sangrientos de la guerra. tal, Sala de vendajes, Sala de operaciones

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y luego, por todas partes, arriba, abajo, de la tierra, la misma sangre, el mismo
sembrada la pared, como epitafios en un sacrificio de miles y miles de inocentes…
cementerio; eran desesperadas inscrip- Cuando salimos de allí volviendo a la
ciones de despedida, gritos de dolor ante luz del día, el sol ardiente y generoso cal-
la muerte que se acercaba. Marc, provisto deaba la tierra; yo, con el alma oprimi-
de un fósforo iba traduciendo del alemán da aún por el dolor, no cesaba de pensar:
y yo le oía con el alma oprimida de an- ¿Por qué destruirse así? ¿Por qué odiarse
gustia. Una de las inscripciones que pude tanto, cuando la vida es tan linda, y la na-
a toda prisa copiar en mi carnet decía así: turaleza nos enseña a todos el amor y la
«Al que leyere: Hemos sido sorpren- alegría?
didos por traición. Somos apenas 300 De Tsingtao fuimos a Dairen, y una
alemanes en lucha desesperada contra vez allí distando solo cuatro horas de
200.000 japoneses. Moriremos con valor Puerto Arturo, nos llegamos a conocer
y sin rendirnos. Viva nuestro honor; viva la histórica ciudad donde se asestó el
la Patria». primer golpe al entonces invencible Im-
Había allí la inmensa desolación de perio Moscovita. Marc, y demás rusos,
los recintos donde la muerte ha revolo- contemplaron con curiosidad y con re-
teado angustiosa y terrible. Parecíanos ligiosa tristeza, todos los trofeos que en
revivir todo el drama sombrío de las ca- recuerdo de su victoria conservan allí los
tacumbas. Eran las mismas tinieblas, las japoneses.
mismas inscripciones de muerte, la mis- Volvimos a Dairen y en Dairen toma-
ma tragedia subterránea, el mismo afán mos el tren japonés que luego de largo
de dominar el mundo desde las entrañas viaje nos condujo al fin a Harbin. Durante

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el trayecto visitamos aldeas y ciudades extasié yo, por consiguiente, como chi-
absolutamente chinas donde resultába- quillo de la calle, mirando la paciencia
mos nosotros elementos del todo exóti- con que aquellos horribles personajes se
cos. Las vimos grandes y pobladísimas, hacían tejer una trenza larga y apretadí-
donde pululaban a millares aquellas ca- sima, circunstancia que es de rigor en un
bezas uniformes, de un parecido deses- chino elegante y de buen gusto.
perante. Las vimos silenciosas y dormi- Al fin, luego de tanto correr y tanto
das; todas iguales y monótonas, todas andar, hemos llegado a Harbin, donde
eternamente chinas. permaneceremos mientras Marc termi-
A veces tuve ocasión de divertirme na sus trabajos de instalación y funda-
contemplando espectáculos de la vida ción del Banco. Es esta una ciudad for-
chinesca, algunos de los cuales me resul- mada casi toda por elementos rusos. La
taron interesantes y risibles. Mucho me vida en ella es escandalosamente cara.
llamó la atención entre otras cosas, la cos- Con gran trabajo hemos encontrado una
tumbre que tienen los peluqueros chinos quinta muy mona y pequeñita, rodeada
de ejercer su oficio en las plazas públicas de árboles y flores. En ella hemos colga-
y al aire libre. Porque es preciso saber do nuestro nido, mientras llega la hora de
que un chino distinguido y bien educa- emprender de nuevo el regreso hacia el
do, se hace peinar cada tres o cuatro días Occidente familiar y lejano. ¿Para llegar
por su peluquero; la clase media se peina a él volveremos a desandar lo andado?
cada ocho o quince, mientras que el pue- ¿Atravesaremos la Siberia y las desoladas
blo, menos cuidadoso de su cabellera, lo estepas de Rusia hasta llegar a Petrogra-
hace todos los meses. Más de una vez me do? ¿O navegando por el mar de la China

76 77
Teresa de la Parra dos diarios

y el Océano Indico remontaremos el Mar Mi vida de ménage no puede ser me-


Rojo hasta desembocar por el canal de nos complicada y poco laboriosa. Gra-
Suez en el Mediterráneo? Nada sabemos cias al inmenso abismo que por cuestión
aún y todo depende del rumbo que tome de idiomas me separa de mis feísimos
el «caos ruso». cuanto ladronísimos sirvientes, no tengo
Nuestra vida social es alegre y ani- con ellos el menor contacto. Siguiendo la
mada. La revolución ha arrojado hacia costumbre del país, mis fámulos perte-
estos lados un inmenso contingente de necen todos al sexo masculino y los de-
rusos que vienen a esperar pacientemen- signo con números en lugar de nombre.
te el final de la borrasca. Son muchos de Hay uno, el principal entre ellos, que
ellos grandes señores que tuvieron tierras hace el papel de maître d’hotel o mejor
y siervos y grandes riquezas. Todos son dicho de Ministro de Hacienda, dadas
fastuosos, y todos gastan y se divierten las facultades omnímodas de que suele
sin que la revolución les haya hecho me- estar investido. Dicho personaje, desig-
lla. Ellos han encarecido la vida de esta nado con el título de Boy N° 1, acos-
ciudad en otro tiempo apacible y tran- tumbra saber inglés o francés y es en la
quila, y tras ellos se han venido músicos casa Señor de Horca y Cuchilla. Vienen
y bailarínes y artistas de todo género. Los luego ascendiendo en número y descen-
teatros y cabarets se abren a las dos de la diendo en categoría simultánea y suce-
madrugada y en ellos he asistido a espec- sivamente: Boy N° 2 o sirviente de mesa,
táculos y conciertos de un arte tan refi- Boy N° 3 o cocinero y Boy N° 4 o culi, el
nado y exquisito, como hasta la fecha no cual hace el humildísimo papel de fre-
había oído ni visto. gona. Boy N° 1 se encarga absolutamente

78 79
Teresa de la Parra dos diarios

de todo; no hay sino proveerlo de fondos He sido presentada a muchos ami-


y nada más. El hace por su cuenta toda gos de Marc que vivieron en Moscú, re-
clase de combinaciones matemáticas con trogrado y Vilna. Todos hablan de él en
los otros tres números: los regaña, los los términos más halagüeños; todos se
cambia, los despide, toma otros nuevos, asombran de verle trabajar por cuenta de
dispone el menú, despacha el cocinero, un banco extraño, cuando ellos, los Bu-
y en sus días de humor negro, llega has- nimowitch tienen sus grandes bancos en
ta a pegarle al culi sin que tenga yo que Petrogrado y Vilna.
intervenir ni mezclarme absolutamente Y es que Marc no espera como ellos a
en nada. Esta vida, lejos de toda prosa, que pase la borrasca cruzado de brazos,
sería deliciosa y encantadora, si no fuera no, él pertenece a la Rusia enérgica y viril,
porque a los cuatro días de haber entre- que sabrá al cabo salir a flote de tantos
gado al Ministro de Hacienda Boy N° 1 descalabros.
la suma necesaria para vivir feliz y tran- Algunas veces hablando con los ru-
quila durante un mes, se presenta dicho sos, comienzan ellos a describir la heca-
señor Ministro a interrumpir mis aristo- tombe de su tierra; y es una caravana de
cráticos ocios para decirme con una cara dolores y de muertes la que va surgien-
alegre y sonriente como unas pascuas do en sus relatos; la descripción del ho-
que ya se ha acabado todo el dinero dis- rrible martirio de Rusia, aislada por su
puesto para el mes. Luego con un pro- posición geográfica, acorralada por sus
fundo suspiro lleno de conmiseración, contrarios, sin municiones con qué de-
exclama: fenderse, minada por la revolución, ca-
— ¡La vida está tan cara! lumniada de inteligencia con el enemigo

80 81
Teresa de la Parra

y por fin abandonada y sola en medio de


una de las revoluciones más horribles de Diario de bellevue - fuenfría –
la historia. madrid 1931 – 1936
Marc oye todo en silencio, mientras (Fragmento)
yo voy leyendo en sus ojos el dolor que
durante meses y meses le tortura. El do-
lor inmenso de sentirse errante con la
patria ensangrentada, el hogar destruido Junio 6 [1931]
y dispersos a los cuatro vientos cuantos
lo formaban, sin saber a punto fijo ni su Me encuentro, lo quiero creer para que
paradero, ni la suerte que el destino les me sirva de esperanza, en un período de
prepara. crisis moral. Siento en mí una inmensa
Al verle tan preocupado quiero dis- miseria de iniciativa, de deseos, solo ten-
traerle de su tristeza y poner algo de op- go ojos para mirar esa pobreza que me
timismo en sus ideas; entonces con tono paraliza. ¿De dónde puede venir el reme-
teatral y profético, y en un lenguaje in- dio? ¿De dentro? ¿De fuera? Adentro no
cipiente, lleno de tropezones, exclamo, hay más que el espectáculo deprimente
haciéndome la rusa: y siempre alrededor de él, ahogándolo el
—¡¡Pasarán los días de prueba y de no saber qué quiero, qué quisiera querer.
desolación, volverá a alzarse el sol en el Es la ruina por falta de nervio, de fe. ¿Si
horizonte y seremos de nuevo el inmenso buscara la reacción de afuera? Solo una
todopoderoso e invencible Imperio mos- amistad de las que tan rara vez se encuen-
covita!! tran en la vida, amistad, no amor, podría

82 83
Teresa de la Parra dos diarios

dármela por contagio de entusiasmo de contando solo con el azar! ¡la lluvia in-
generosidad. Me parece vivir desde hace esperada! La vida interior es un mundo
algún tiempo en un clima espiritual que maravilloso, a condición de que en ella
no es el de mi espíritu. No llevo en mí la nazcan y se muevan las cosas, o se re-
suficiente fuerza de concentración para flejen las de afuera. ¿A qué profundidad
hacerme mi clima dentro de otro opuesto misteriosa se encuentra esta mía que solo
y me siento decaer sin elementos ningu- pasa por instantes, tan caprichosa, tan
nos para aislarme y defenderme. Tal vez opaca, y tan rápida que ni siquiera pueda
un viaje. ¿Este deseo continuo de viaje, exprimirla yo misma en palabras?
de «salir», no será la señal de mi inuti-
lidad en el mundo como ser colabora-
dor de la vida por haber equivocado mi Beaulieu 1931
vocación, cualquier «estado» definido y
humilde, que evité siempre por egoísmo: Septiembre 2
temor de perder libertad y adquirir res-
ponsabilidad y trabajo? El trabajo físico, Trabajando en Bellevue, por la mañana.
gimnasia de la energía, habría sido mi Historia de la Filosofía: estudio los es-
salvación, me habría salvado de la abulia toicos y los epicúreos. Lectura viaje de
que confunden con la bondad. Yo sé que Miranda en Rusia. Almuerzo en el tea-
no es bondad. Dice Rilke (acabo de leer- room. Salida en automóvil con Lydia y
lo) que todo comienzo es bello. Yo quiero Mlle. Morlay a visitar villas y alrededo-
comenzar hoy. Pero ¡qué gran humildad res. Visito varias. Una especialmente me
se necesita! ¡Sembrar en campo estéril, ha parecido encantadora, absolutamente

84 85
Teresa de la Parra dos diarios

adaptada a la que deseo: pequeña, muy enteramente mi deseo. Al entrar haré


mona, jardín rústico con rocas y pinos cuentas. Pensé un momento proyecto
sobre el mar directamente. Se compone nuevo libro antes de emprender la bio-
de dos grandes cuartos, con dos salas de grafía que tanto me desanima a ratos.
baño, salón y comedor unidos, cocina re- La Historia de Pedro el Grande de
fectorio, cave, con cuartos y baño sirvien- Kluschewsky. Hablando con Lydia sobre
tes, abajo (a ras del piso) con hall como Eugenio d’Ors y su tesis del barroco por
para estudio y otro gran cuarto como la discusión de que hablan en Nouvelles
para huésped. Precio exagerado, 600 mil Littéraires. Comida mala y con apetito en
francos con muebles y 525 sin ellos. Tiene el tea-room.
garage y un cuarto de chauffeur. Si se ob-
tuviera en 400 mil francos reflexionaría
hacer algún arreglo para adquirirla, buen Septiembre 3
negocio por facilidad alquiler, dos veces
al año a precio elevado que sabré maña- En la mañana escrito diversas cartas.
na. 150 mil invierno (10 mil por verano). Buen almuerzo en el restaurant mejor. Al
No creo, sin embargo, conseguir tanta re- regreso hablado con la Agencia que corre
baja. Tomo también por otro lado la res- con la casa Roca Mare. No cree en reba-
ponsabilidad de una compra a plazos, los ja a menos de 500 mil francos. Entrada
impuestos, los gastos y falta de indepen- temprano al hotel y conversando con Ly-
dencia que quizás me ocasionara; pero dia diversos temas. En suma tarde perdi-
por otro lado la situación, tamaño, lu- da, sin lectura, sin paseo.
gar, construcción y hasta muebles llenan

86 87
Teresa de la Parra dos diarios

Septiembre 11 El método con que trabajaba Víctor


Hugo quien no creía en la inspiración
Desayuno a las ocho. Lectura periódico sino en la costumbre que evita el terrible
y terminado el 2° tomo viaje de Miranda esfuerzo del impulso o mecanismo que
en Rusia. Detalles muy interesantes sobre interrumpe la falta de ejercicio físico o
la carta y vida del siglo xviii. Describe la moral. Toda la vida trabajó todas las ma-
pena del Knaut en forma impresionante. ñanas desde el amanecer hasta la hora de
No deja entrever la leyenda de sus amores almuerzo: nunca las tardes. Observación
con la emperatriz, invención sin duda por sobre Courteline quien confesaba el tra-
ciertos biógrafospara darle importancia. bajo penoso, inaudito, que representaba
para él escribir. Leído de nuevo la confe-
Hasta ahora me da la impresión Miranda de arri- rencia contradictoria de Ors sobre el ba-
bista con don de mando que hace valer ciertas rroco. La tesis de Ors sostiene que es ba-
cualidades exteriores: en el fondo poca vida inte- rroca toda época de transición entre dos
rior y poca fuerza de espíritu. períodos clásicos. Lo barroco imita la ac-
titud de la naturaleza mientras lo clásico
Estudiando historia de la filosofía, los imita la actitud del espíritu. Las dos son
eclécticos con Cicerón y Felón y los neo- constantes y debe considerarse el barroco
platónicos con Plotino. No pued[o] rea- como simple desviación del buen gusto.
nudar los baños de mar por el mal tiem-
po y [voy] a almorzar tarde al tea-room. Releída la 2a. Claudine de Colette que no recor-
Regreso temprano al hotel. Leído algunas daba en absoluto. Creo debió tener influencia en
notas sobre ensayos biográficos de Fleury. mí: le leí creo en 1920.

88 89
Teresa de la Parra dos diarios

Me puso de buen humor en cuanto Septiembre 5


que desperté, tal vez por recuerdo asocia-
ción ideas el deseo de escribir acompaña- Mal día. Mistral. Baño muy frío. Maña-
do de la agradable facilidad que pres ta na aprovechada repasando Historia. Fi-
al espíritu el plan ya trazado y el trabajo losofía antigua. Tarde desagradable por
diario (años 921 y 22 en Caracas). Escri- el tiempo. Alguna lectura. Me preocupa
bí luego a Berta la sirvienta para decirle idea quedarme enteramente sola cuando
que habíamos cambiado de proyectos, se vaya Lydia quien también me inquieta
que Lydia se va a Cuba y que yo no tenía por su brazo enfermo.
fecha fija para regresar a París. Me quedó
luego una sensación de independencia.
Nunca me gustó Berta. Muy alborotada, Septiembre 6
familiar, en el fondo no simpatizaba en
nada conmigo. Su voz me hacía daño y Amaneció el día espléndido y pasamos
me impedía trabajar en paz. Salí con Ly- la mañana en el jardín. Escribí a mamá
dia a las 6. Sentadas en una bonita playa y contesté las cartas de Isabelita y María
frente a una casa vieja y con ciprés viendo recibidas la mañana misma. A Isabelita
caer la noche y escuchando estudios en animándola a venir a pasar aquí unos
un piano de una de las casas del vecin- días y animándola en su proyecto de
dario (recuerdos de juventud de otras ge- cambiar la propiedad de Suiza con algu-
neraciones v. gr. mamá) conversamos de na otra de la Côte d’Azur.
acuerdo y agradablemente mucho rato. Comprobado gran mejoría en mi cutis
Estoy contenta del día bien aprovechado. y en general toda fisonomía, muy mal en la

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Teresa de la Parra dos diarios

Baule. Aspecto de rejuvenecimiento no sé si muy bien. Encuentro de Lydia con Afro-


debido a la Delbiasse, el nuevo tratamiento dita. Almuerzo en el tea-room. Es día de
del cutis, o al clima y aire libre. Me halaga fiesta y todas las tiendas cerradas.
y da buen humor el tener buen aspecto sin
haber engordado. Peso 61 kilos desde París.
La temperatura en el jardín de la Reserve Martes 8
durante la comida era deliciosa. Tocaron
música cubana y bailamos. Salvador, el Mañana leyendo biografía Pedro el
maître d’Hotel de la Reserve (familiar y Grande. Estudio Filosofía Escolástica
conversador) me dijo podría obtener por hasta Abelardo. Tarde lluviosa, aburri-
su intervención la villa Cantarella, por 300 miento completo. Depresión moral. Co-
mil francos, con muebles. La había visto ya menzado a leer «Un voyage a Lhasa», de
con M. Morlay. Es un magnífico negocio Mme David.
pero no tiene el encanto de la Roca-Mare.
Volveré a verla. Regresado como de toda
reunión mundana cansada y aburrida a Jueves 10
pesar agrado y amabilidad concurrencia.
Anoche a las diez estuve con Lydia en
«La Reserve». Había una comida al alcal-
Lunes 7 de de N. Y. y gente de Cannes invitada,
«los elegantes» del momento con Dolly
Leído Filosofía. Principios de la Edad Sisters, millonarios…
Media. Baño en el mar, delicioso. Nadé

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Teresa de la Parra dos diarios

Ambiente de vulgaridad exterior e interior, gasto Sensación desagradable de ausencia, de desco-


fantástico, moeurs imposibles, cosas que recon- nexión. Veo que me hago de día en día menos
cilian a uno con el comunismo. sociable, no tengo engranaje espiritual con casi
nadie. Me aburro con la gente. Me siento mise-
Entré tarde con mucho sueño. Hoy por rable de soledad.
la mañana me levanté tarde. Estudié Fi-
losofía (Sto. Tomas) leí algunas cosa, sin Evelyn Duffant con su enfermedad y
mucho interés y fui con Lydia a comer al continuos sufrimientos que cuenta o se
café des Beaux Arts. Estaban M. Morlay, entrevén me da lástima pero me hace
M. Adamson. Hablamos de la fiesta de daño. Lydia la quiere, comprende su
anoche y les dije que nada podía resolver sentimiento pero yo no sé si llego a sen-
en firme sobre la villa Roca-Mare. Escribí tir verdadera amistad por ella, hay mu-
en la tarde carta a Caracciolo y respuesta cho de egoísmo que me lo impide y me
de Berta, sentida a lo que parece por la lo reprocho sin lograr vencerlo de veras.
despedida con cuenta larga… Volvimos a ver las villas. La Roca-Mare,
inabordable. La he descartado. En cam-
bio Cantarella me gustó mucho (gran
Sábado 12 hall, comedor, dos buenos cuartos, sala
de baño y un cuarto de servicio utiliza-
Anoche me acosté cansada y deprimi- ble, garage y muy monamente amuebla-
da. No anoté nada. Vinieron de Cannes da). Precio, 350, pero la dejarían en 300.
a comer con nosotras Evelyn Duffant y Puede añadírsele dos salas de baño y un
M. Iver. atelier lo que le daría tres habitaciones

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Teresa de la Parra dos diarios

completas. Parece que puede alquilarse un trabajo asiduo. ¿Pero podré resistir la
en 30.000 francos. Voy a reflexionar. ¿Se- soledad completa? Si me fuera posible iré
ría en realidad más agradable vivir aquí tal vez a Italia. No sé qué será de mí este
en París? Esta mañana ayudé a Lydia a invierno. Necesito reflexionar y tomar
hacer su equipaje. Pasé el día sin leer. A una dirección seria hacia algún trabajo.
las seis fui a dejarla a la estación

y me dejó su partida una impresión de soledad Domingo 13


absoluta, algo como la muerte. Al regresar sola
mirando las hojas secas que volaban en un ven- Trabajado esta mañana traduciendo los
daval de otoño y un mar bravo tenía el alma llena cuentos de Miomandre. Pierden mucho
de angustia. Pensaba en la soledad de la muerte, traducidos. Después del baño vino M.
soledad del que se va en pleno elemento desco- Morlay, la invité a tomar cocktail en «La
nocido y del que se queda. Estoy triste. Lydia me Reserve». Sin comprender por qué (solo
hace más falta de lo que creía. tomé un cocktail y medio) tuve una cui-
te formidable. No almorcé. Fui a casa de
He resuelto con ella traducir «Les con- M. Adamson y M. Morlay me cuidó muy
tes de cristal» de Miomandre. Mañana bien. Me sentía morir, la 2a. vez ya con el
comenzaré continuando mi estudio de día en casa de María. Debía haber algún
la Filosofía. Quiero ver si realizo algo en alcohol malo o una mezcla endiablada.
estos días que pasaré en Beaulieu. Me Perdí la tarde totalmente y estoy todavía
servirá de disciplina. Trataré de no per- cansada.
der el tiempo y ver cuánto puede rendir

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Teresa de la Parra dos diarios

Jueves 17 Miércoles 23

Antier viajé a Jean-les-Pins: mala im- A partir de hoy me siento tranquila con
presión, tarde aburrida y perdida. Ayer serenidad de espíritu y sobrellevando
con día agradable y bien aprovechado, bien la soledad. Ayer, antier y casi toda la
por la tarde fui a pie hasta St. Jean: la semana anterior he estado inquieta, ator-
villa Cantarella queda cerca, fui a visi- mentada por ideas fijas. He seguido el
tarla de nuevo y conversé con la criada. estudio de la Ha. de la Filosofía, hoy, es-
Hoy jueves escribí cartas en la mañana y pecialmente con mucho gusto retenien-
por la tarde fui a Cannes a ver a Evelyn do y ordenando bien. Leo la psicoanálisis
Duffant con quien visité algunas villas. de Freud con gran interés especialmente
No me gustaron nada, Cannes tampoco. ahora que he ido aceptando ciertas cosas
Evelyn me pareció demasiado intran- que juzgaba arbitrarias al principio.
quila, demasiado traits d’esprit delante
del enamorado. Me cansó. Sentí gran Antenoche hice una experiencia muy interesan-
alivio cuando arrancó el tren y me que- te. Traté de recoger el sueño y analizarlo según el
dé por fin sola en el vagón con mi libro. método que indica Freud. El sueño correspondía
¡Qué razón tenía Emilia! ¡Qué fastidiosa a preocupaciones de la víspera, a opiniones oídas
es la gente! en conversaciones anteriores, todo en una forma
simbólica que se podía analizar fácilmente gra-
cias a coincidencias muy curiosas. Se lo escribí a
Lydia pues ella tomaba parte en el sueño.

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Teresa de la Parra dos diarios

Esta noche trataré de repetir el expe- valis, su necesidad no solo de misticismo


rimento. Ha hecho mal día, lluvia y frío sino de religión como fuerza moral para
que no me ha afectado moralmente. En dirigir la propia conducta en oposición
la tarde recibí una carta de un polaco pi- a los abusos producidos por la mala in-
diendo datos sobre mis libros, creo que terpretación de la autonomía de Kant.
para una obra de literatura hispanoame- La necesidad de intensa vida interior, el
ricana. culto del yo con preferencia a toda ma-
Comida con M. Morlay. Conversa- nifestación que exprese la vida interior
ción sobre su situación angustiosa y un «el alma bella» de que habla Shafterbury
negocio para el que necesitaba diez mil y Goethe. Regresé muy cansada y estoy
francos. De estar en mejor situación se rendida de sueño.
los hubiera ofrecido. Creo que ella me lo
insinuaba. Yo me adelanté a decirle cuál
era mi actual situación y mis temores. Domingo 27

El viernes después de escribir y dormir-


Viernes 25 me profundamente sentí algo raro como
si me despertaran. Encendí, me levanté
He trabajado hoy bien aun cuando en a beber agua y volví a acostarme y apa-
la mañana me sentí muy nerviosa y con gué, sintiendo siempre la sensación de ese
ideas tristes. Leído sobre la Filosofía de algo raro. Cerré los ojos para dormir y al
la Ilustración en Alemania y la reacción abrirlos en la media oscuridad (había mu-
romántica, especialmente Schiller y No- cha luna y tenía la ventana abierta) vi un

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Teresa de la Parra dos diarios

reflejo muy grande sobre la cómoda. Pen- muchos detalles aunque le hablé de esta
sé: es la luna que se refleja en el espejo de resolución de ir regularmente a misa. Al
plata que está sobre la cómoda. Un mo- llegar a París haré decir 30 en algún lugar
mento después la luz (grande y muy clara) cercano e iré a oírlas.
se apagó encima de la cómoda y se fue a
encender en un rincón de la pared donde
no parecía posible que pudiera ser reflejo Martes 29
venido del exterior. Estuvo así como diez
minutos. Eran las doce de la noche. No Hoy comencé bien el día pero lo he aca-
tenía miedo y dije mentalmente: Emilia, bado mal: larga y aburrida visita a M.
si eres tú, demuéstramelo de algún modo: Morley que me ha dejado rendida de sue-
que se apague la luz por ejemplo. Y la luz ño. Y no me dejó terminar mi trabajo. En
se fue. Creo que era esto una contestación la tarde fui sola en coche a Villefranche
a lo que había reflexionado en la tarde que me sorprendió. Es preciosa. Pienso
acerca de mis lecturas sobre la inmortali- regresar a pie en estos días. Hablé por te-
dad del alma y mis dudas de siempre pre- léfono con Lydia en la tarde y hasta las
sentes a pesar de tantas pruebas. Fui ayer cinco leí y trabajé bien.
a la iglesia y recé pero hoy domingo me he
ido a misa. Tomo hoy la resolución de ha-
cerlo con fe en obsequio del alma de Emi- Lunes 5 octubre (Mi cumpleaños)
lia que por sí misma me ha hecho decir
«recen» con una imploración tan honda En la terraza del hotel pensando de nuevo
y tan triste. Escribí esto a Lydia ayer con que es la mejor solución de la vida, vivir

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Teresa de la Parra dos diarios

aquí en el midi por lo menos seis meses presente como un panorama los grandes
al año: rasgos, las distintas tendencias, oposicio-
nes y reacciones: la lucha entre intuición
París es la dispersión, por todos lados influen- y positivismo; el yo infinito y lo objeti-
cias que me estorban cuando no me perjudican vo. Creo que he dejado completamente
en el sentido más serio, el de la fe y en la unión de lado la fe en los dogmas positivistas
de mi espíritu con ciertas cosas determinadas y naturalistas, como en otro tiempo los
que le convienen y que al desaparecer no siento católicos. Creo en la superioridad abso-
reemplazar por otras. Si se reemplazaran sería luta de las fuerzas inconscientes sobre las
evolución siempre provechosa. ¿Habrá evolución intelectuales. Dios es todo lo misterio-
latente que yo no alcance a sentir? so que deseamos conocer y que solo es
perceptible al sentimiento que es mucho
He terminado hoy la historia de la Fi- más poderoso que la inteligencia y sus
losofía. A pesar de saber que estoy muy conceptos limitados al testimonio de los
lejos de haberla estudiado plenamente, el sentidos. He comprendido bien la teoría
esfuerzo realizado aunque solo fragmen- intuicionista de Bergson y el reflejo que la
tario y superficial me deja mucha satis- reacción contra el positivismo dogmático
facción. He ordenado bien aunque su- y el naturalismo, produce actualmente en
perficialmente. El tiempo tampoco daba el arte.
para más, y muchos estados de ánimo
contrarios, desconcertaron mi interés y Me ha impresionado la admonición de Niet-
atención a menudo. Creo sin embargo zsche: «Trata de ser tú mismo». Este, unido a
haber logrado algo importante: es el tener su principio de que solo es cierto lo que puede

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Teresa de la Parra dos diarios

sernos de provecho espiritual me decide a recha- momentánea: alguna discusión con los
zar como inciertas las influencias contrarias que Peláez. Anoche tenía ganas de hablarle;
me impidan ser yo misma. pienso más y mejor en ella desde hace
tres días.
Lo hago sin esfuerzo. Me es fácil el
pragmatismo puesto que por intento he
creído siempre que todas las verdades son Octubre 18. En Neuilly
relativas, y respetables desde el punto de
vista del que las aprecia. El viernes 9 salí de Beaulieu, llegué a la
He sido siempre escéptica no tanto en una a Marsella donde hice dos cosas in-
el sentido de negar como en el de recono- teresantes: visitar los barrios populares
cer todas las posibilidades. Esta tenden- de Vieux Port (sumamente interesantes,
cia me ha dado reputación de bondad (no dignos de una larga excursión) e ir por la
lo es) a menudo de falta de sinceridad o tarde a casa del vizconde de Triobrinand
de valor para dar mis opiniones (que no casado con una brasilera, por invitación
tengo) porque todas me parecen equiva- de ellos y con objeto de recoger algunos
lentes. Solo el extremismo en cualquier datos relativos a Fany de Villars. Estuvie-
sentido es capaz de producirme una opi- ron muy amables y a mi regreso al Hotel
nión que es la respuesta a lo que juzgo fal- apunté lo que pude recoger en el torren-
ta de medida, excentricidad e injusticia. te de cosas que me dijeron (hablaban los
He hablado con Lydia hace una hora. dos a la vez y no me dejaban anotar nada).
Me pareció triste y muy abandonada Además de los datos me regalaron la co-
de todo, me dio lástima. Debe ser cosa pia de una miniatura auténtica de Fany

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Teresa de la Parra dos diarios

de Villars. Tengo de ella una opinión bas- He comenzado a poner orden en pa-
tante distinta de la que me había informa- peles viejos (desde 1924) que quería re-
do por sus cartas últimamente publica- leer, ordenar y romper. He comenzado
das y lo que dicen de ella C… y Cía. Creo por mi correspondencia con G. He pasa-
haberla visto bien (tipo de mujer a lo Pau- do hoy domingo el día enteramente sola,
lina Bonaparte con innumerables aman- releyendo mis cartas y las suyas, he roto
tes y varios hijos naturales). Llegué a Pa- muchas, he guardado y clasificado otras.
rís el sábado en la noche y vine a Neuilly Son cuatro años intensos de mi vida los
donde no había aún nadie. Isabelita llegó que he visto pasar. A pesar de alguna mo-
tarde. Pasé la mañana del domingo arre- notonía, cuántas cosas olvidadas, de va-
glando mi equipaje, haciendo un poco lor documentario para mi vida interior,
de orden en mis papeles, etc. Durante la y qué melancolía ver cómo nos vamos
semana he comenzado a ocuparme de la muriendo en lo que dejamos atrás que lo
ropa, sombreros, etc. Dos viajes a Sures- fue todo en un momento dado y está ya
nes. Visita a los Parra Picón y comida tres marchito a pesar de recordarlo con cari-
veces con Lydia. Estoy bien de espíritu. ño y ternura.

Tanto la lectura de Proust como el ensayo de Or-


tega y Gasset: la «Deshumanización del arte» y Enero 1°, 1936 Fuenfría (Madrid)
«Sobre la novela» me han hecho bien en el senti- Temp. 38,5
do de que he hallado muchos puntos de coinci-
dencia entre opiniones y lo que yo naturalmente Empezado mal el año. Comida de gala
pienso y siento. con cupletista, baile. Desolador como

108 109
Teresa de la Parra dos diarios

toda fiesta de sanatorio. Se piensa en los explotadores como el Soulas de París. En


condenados que ha de liquidar el año. vista de mi estado y del estado de la co-
No podía quitar la vista de Margarita mida que nos hace vivir en ayuno com-
que tiene tan buena cara a pesar de su pleto decidimos Lydia y yo activar la
estado (pulmones deshechos). Miran- instalación en Madrid. Yo no creo en la
do me pareció de los condenados. Tuve necesidad del clima de montaña. Si voy a
que subir a mi cuarto antes de las doce Madrid haré reposo integral sin salir a la
por sentir los dolores que me martirizan calle hasta aclimatarme. Creo indispen-
desde hace dos meses y que ha agravado sable para mi restablecimiento comida de
mi mal «nervioso», no me dan régimen régimen con buena cocinera y buena di-
ni tratamiento. Tomo el atropol de C… rección. Telegramas felicitación Paulette
que me produce una intoxicación com- e Isabelita. Pasé el día sin hacer nada de
pleta con fiebre y paralización de todas provecho, ni notas ni lecturas. Termino,
las funciones vegetativas, ¡una verdade- sin embargo, primer tomo ha. rev. que no
ra barbaridad de pretender que enferma me gusta. Prefiero Michelet. Comienzo la
como estoy me trate con drogas! Paso un Sta. Teresa de B… y C…
día de un malestar horrible, no obstante,
él, no quiere convenir en que debo pres-
cindir del atropol por pique de amor pro- 2 de enero. Temp. 37,2
pio. ¿Cómo poder fiarse en general de los
médicos? El punto de vista personal que Después de malísimo día de año nue-
sostienen pasa antes que la salud del en- vo me despierto temprano sintiéndome
fermo. Cuando no son unos fripoouilles bien y alegre. Aprovecho bien la mañana.

110 111
Teresa de la Parra dos diarios

Como de costumbre: cama y lecturas. nuestro medio-ambiente. El descastado carga en


Luego notas. Viene Colanje. Le cuento de sí una especie de maldición. Hay, es cierto este
su remedio. Tiene que convenir en que: drama de la inferioridad del ambiente, pero ¿no
«siga solo con el bismuto» lo que toma- puede uno acogerse siempre a la parte noble y
ba al llegar aquí y me prohibieron como- bella que hay en todo país cuando se mira con
perjudicial! Observando a los médicos tolerancia?
como hago desde hace cuatro años se
llega al convencimiento de que hay que Quiero renunciar cada día más y más
cuidarse uno mismo según las propias a la intolerancia, fobias, ideas fijas. Tener
observaciones, ellos no deben ser sino es- la indulgencia del sabio que ve en ciertos
pecies de consejeros cuyas prescripciones defectos que nosotros hallamos odiosos
deben seguirse o no según vaya dicien- simples fenómenos de evolución. Hay que
do la propia experiencia. Como de cos- mirar de alto para mirar lejos… Conver-
tumbre, mal almuerzo. Comemos poco. sación con Lydia sobre su viaje a Cuba.
Siesta sin sueño. Continúo la Sta. Teresa, Veo está sentida por lo que le dije el día
empiezo el libro de los Ferrero, «Espoirs» 31. Pero creo que no tiene razón. No quie-
que me gusta y voy a buscar. 2° Tomo Ha. re claudicar de lo que yo creo un derecho
Venez. Gil Fortoul. Pienso leerla con cal- sentimental para seguir sus antipatías ca-
ma, más como estudio que como lectura. prichosas. Sería una cobardía de mi parte
Espero quizás mucho de su influencia. y no sacaría de ello, como en otras oca-
siones de mi vida, sino una disminución
Creo como dice Barrés que para poder realizar de mi personalidad, horrible sensación
algo en el orden espiritual debemos acercarnos a de andar desorientada, de haber perdido

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Teresa de la Parra dos diarios

mi yo y con él toda mi dignidad. Hay comida de Fuenfría y mi adelgazamiento:


que hacer concesiones para mantener el pero no tenemos todavía autorización de
cariño, pero ninguna que represente una Tapia. Decidimos Lydia irá a Madrid el
claudicación porque entonces es sentirse sábado. Después de almorzar, siesta, algo
en estado de dependencia con la consi- de lectura pero no escribo muchas cartas
guiente disolución moral. urgentes tenía planeadas. Larga conver-
sación con Lydia a propósito incidente
día 31. Es una aclaratoria que me alegro
Viernes 3 enero. Temp. 36,7 haber tenido: tiene que convenir en que
tengo razón y lo dice aunque para con-
Amanezco bien de salud. Coué. Lectu- tradecirme luego. Bajamos a comer muy
ra. Nouvelles Litteraires artículo M. du mal como de costumbre. Me acuesto
Gard que me choca por malevolente. E… muy temprano. Lydia viene a conversar
de Bourget como necrología, es bajo y conmigo y se extiende en la cama. Me
de mal gusto. Empiezo temprano, repa- duermo para despertarme poco después
so notas Ha. Lit. Esp. que me interesan con desvelo. Leo Journal y vuelvo a que-
mucho. Viene Lydia y me llaman para el darme dormida. En la tarde lectura 1er.
reconocimiento con Colanje. Encuentra capítulo. Tomo 2. Ha. Venez. G. F. Se tra-
notable diferencia, a la auscultación no ta presidencia Páez y luego período Dr.
hay ruidos bronquiales. Llama Luz, nos Vargas. Personalidad de este. Todo hon-
da noticias piso de Velázquez y decidi- radez pero sin combatividad, apolítico,
mos ponemos en campaña para trasla- precipita el tiempo de los demagogos.
do a Madrid. Causa principal es la mala

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Teresa de la Parra dos diarios

4 enero. Temp. 36,9 tal, principalmente Aristóteles y panteís-


mo, escuela filosófica de París… Deseo
Curiosa mentalidad la de Carujo. Contraste con inmenso regresar Toledo unos días este
Vargas, tenían que ser los tipos como Carujo y invierno si posible. Pero, ¿cómo andaré
viejo Guzmán los más fuertes en aquella época de situación económica? Sigue Lydia ha-
en que se vivía aún bajo la influencia de la con- ciendo viaje a Cuba y recibe cartas, Seida
moción terrible que fue la independencia, en que y Habana la apremian. Hablé con P. Seu-
se imponían los audaces. garia respecto piso Madrid y quedé en
llamarla lunes. Lydia irá de todos modos
Continúa mejoría estómago debido a martes con el inglés, no creo nos conven-
bismuto hidratado. Estoy normal. Ter- ga, apartamento calefacción dudosa. En
quedad médicos quitándome bismuto al la tarde después leer numeroso correo
llegar Fuenfría me ha perjudicado ha- Lydia y mío me reposo y escribo varias
ciéndome sufrir y adelgazar durante más cartas, entre [ellas] a A. Smith felicitán-
de dos meses. Experiencia que debo rete- dolo regreso a Caracas (se va el 25). Me
ner para lo sucesivo. alegro por él (y quizás también por Ma-
Después de desayuno comienzo estu- ría) va llamado ocupar sin duda situación
dio notas que hago con gran gusto. Pe- política. Es de todos modos interesante
ríodo interesantísimo cultura toledana, hasta punto de vista sentimental tener
donde convergen después conquista por un amigo como él allá. ¿Escribo D. para
Alfonso VI, la judía, árabe y cristiana que saber a qué atenerme respecto pensión?
al traducir anteriores introducirá en Eu- Es curioso el desprendimiento con que
ropa con averroísmo cultura greco-orien- tomo una cosa de interés tan vital para

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Teresa de la Parra dos diarios

mí. En épocas en que necesitaba menos cuenta enfermedad hermana. Llamó Pa-
la disyuntiva de ahora me habría tenido quita y me dice Lydia encontré casa al-
nerviosa y sin duda actuando y proyec- quilada. Esta llega en efecto diciéndome
tando maneras de detener el golpe. no ha conseguido nada. Pero se le ocurre
llamar a Mario Roso y damos allá con
un piso desalquilado. Llamo enseguida
Martes 7 enero. Temp. 36,8. neumo 500 Carmen Pérez de acuerdo con P. Lougria
vaya mañana ver piso, caso convenirnos
Me despierto tarde. Voy cuarto Lydia tomarlo. Me gusta la idea regresar casa y
avisarle para que esté lista a las 9 ir a barrio del año pasado. Me duermo alegre
Madrid. Me preparo bajar pero no llega con esa perspectiva. Deseo ya estar alqui-
Tapia sino después de las 10. Me hace el lada. Continúa la fatiga la que me desvela
neumo a 500 lo cual es demasiado. Im- pero vuelvo a dormirme no muy tarde.
posible continuar notas. Fuerte crisis de Lydia trae folleto José Ma. Chacón a pro-
tos y ahogo. Se comprende fuerte presión pósito conquista y leyenda negra.
sobre bronquios impiden expectoración.
Bajo sin embargo a almorzar con apetito. Es un tema que me aburre a fuerza de tanta po-
Siesta reposo. Trato con dificultad con- lémica y de tanto oír tratarlo en forma simplista
tinuar lectura Ha. Venez. Me es difícil y con odio. Cada vez siento mayor necesidad de
por agobio y pesa libro en la cama. Me acercarme a las cosas con curiosidad y el amor
sigo interesando (personalidad Monagas, natural que esta despierta cuando indagamos
Alzamiento del viejo Guzmán). Viene sobre algo.
Tapia. Luego Sylvia, después Amalia me

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Teresa de la Parra dos diarios

El parti pris, o prejuicio, es decir, el Viernes 10. Temp. 36,8. (Villa Los Ci-
apasionarse o pronunciarse antes de co- preses)
nocer, todo lo enreda y hace que no se lle-
gue nunca a ver con serenidad. Se queda Me despierto temprano después de noche
uno siempre en la discusión desagrada- molesta por bronquios oprimidos como
ble. Choque de opiniones y amor propio: me ocurre desde martes, día último neu-
el eterno «yo» brutal y feo que trata de mo. Me levanto terminar preparativos de
imponer y de ganar. viaje. Me siento fatigadísima ante menor
esfuerzo e impresión desagradable perso-
na que no puede valerse. Viene a despe-
Miércoles 8 de enero. Temp. 36,8 dirme el padre. Frase: «si en algo he es-
tado deficiente o he hecho mal, le ruego
Notas sobre enfermedad. me perdone». Viene Dr. González. Ve ra-
diografía y afirma no puede pedirse más
como progreso.
Jueves 9. Temp. 36,9

Notas sobre cambio de residencia. Sábado 11. Temp. 37,2

Noche con tos. Expectoración al desper-


tar. Temo reacción bronquios cambio
clima. Lectura Rev. A las 11 salimos a vi-
sitar ático M. Buenos informes de I., lo

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habitó, nos gusta mucho, cariño porteras rece querer dejar la casa en donde está.
etc. Hace que nos decidamos a tomarlo Vuelvo a quedarme mala después que se
por 210 ptas. Todo queda arreglado para va, criadas también se han ido. Momento
mudarnos martes 14 o lunes. Vamos con de profunda paz.
Fernando a comprar flores a un kiosko,
plaza Sta. Bárbara. Nos dan tal cantidad
por 3 pesetas que tenemos impresión ha-
ber saqueado florista. Alegría especial ca- Comienzo a leer un libro tomado al azar
lles de Madrid, bullanguera y popular me en el estante de Luz, es de Paul Morand:
da buen humor. Almorzamos muy bien «Ouvert la nuit». Comienza [en] el Quai
pavo riquísimo, como con una alegría y de Lausanne, despedida en un tren que
apetito de 18 años. Conversamos largo en sale hacia París… Hay un ambiente crea-
el salón Lydía y yo. Subo tarde a la siesta. do por mis propios recuerdos. ¡Cuántas
Visita francesa nos buscó Luz, me intere- llegadas y salidas sola de Lausanne, con
sa conversación: marido violinista murió aquella sensación única que me daba mi
tuberculoso, relato muerte fosa común independencia y tantos sueños imposi-
etc. Está toda envuelta en velos negros y bles no realizados! Verdadera plenitud
a medida que avanza la conversación la de vida, de juventud… Lo que dice P. M.
penumbra la va haciendo desaparecer, se me interesa menos: en el hilo del rela-
pierden los rasgos, el blanco mate de la to me voy siguiendo a mí misma: viajes
cara, por fin, es un túmulo que llora… del 25; el del 27 con mi libro terminado
Como criada no nos conviene: demasia- y después en tres meses de reclusión, la
do señora, demasiado cara, y ella no pa- recompensa de París, el proyecto de viaje

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Teresa de la Parra dos diarios

a Cuba del 28, tan brillante tan réussi. Me Domingo 12 de enero. Temp. 37,3
siento acompañada, confortable como en
una buena casa caliente con todos estos Me despierto temprano. Buen humor.
recuerdos, mientras un silencio y una Leo Morand un rato y luego voy a desa-
soledad completa (la de una casa vacía) yunarme con Lydia. Hacia las once des-
me rodea… De pronto oigo ruido. No pués de hojear Vida de Jesús por Renán
son ladrones, es Fernando L. que llega. me voy a dar un paseo con Fernando
Se rompe el encanto de la evocación pero López. Día bellísimo de sol. Vuelvo con
me trae buenas noticias. Lydia ha escogi- el mismo apetito y alegría días anterio-
do los muebles lo mejor posible. res. Almuerzo con Lydia y Luz. Después
Todo está listo para el lunes en la tar- cometo tontería quedarme de tertulia.
de. Me habla de política española: exal- Discusión sobre mi régimen de vida, lu-
taciones, posibles disturbios próximas gar donde debo no debo vivir, errores de
elecciones. Lo escucho con interés, luego este verano, etc. Toda la serie de observa-
con atención forzada me adormece. Se va ciones que con razón (creo) me dan sobre
y sigo en la penumbra escuchando cómo los nervios. Deducciones… Resultado:
pasa el tiempo. Hasta las nueve y media soledad desagradable, evocaciones, re-
no llegan Luz, Lydia y Pepe. Como con cuerdos y comprobación de cosas que me
menos apetito que almorzamos antier, dejan estado desapacible toda la tarde, o
vuelvo a la cama con un cansancio de sea durante 6 horas. Trato de leer, Renán,
sueño profundo y delicioso. Maraud, Cervantes (La Gitanilla) y no
sigo la lectura. Viene a vernos la criadita
que me hace buen efecto y la tomo por

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Teresa de la Parra dos diarios

diez duros. Se llama Vicenta. Termino que me exaltan y enturbian la paz. Insis-
tarde aburrida. Conversación Reyes por to en ejercicios Coué forma destruir esos
teléfono sobre noticias de Venezuela me malos estados de alma. Pienso me son
da muy buen humor. perjudiciales en todos sentidos.

Hay que constatar, ponerme en guardia contra


Lunes 13 influencias que me perjudiquen, trazar un plan
y observarlo con firmeza para olvidar; que no
Si el gobierno de Venezuela llegara a constituirse venga nada, ni un ápice de rencor a enturbiar mi
en una forma legal y decente me sentiría encan- soledad y mi vida interior como ocurrió ayer. Te-
tada aunque me perjudicara personalmente al ner la mente limpia para leer, soñar, proyectar,
perder la pensión. escribir, toda función activa interior tan impor-
tante para no aburrirme en la inmovilidad. Ayer
De los bronquios estoy mejor, desde ayer tarde me aburrí mortalmente…
y muy bien del estómago. Estado de vi-
talidad por buen estado general me hace Almuerzo con Pepe, después paseo
aburrida la cama, además tiempo esplén- al sol. Conversación en la mesa vuelve a
dido de sol me llama a la vida activa: molestarme. Chistes groserotes celebra
pienso en viajes y con un deseo infinito Luz a carcajadas, me dan sobre los ner-
regreso a Venezuela. Creo que son estas vios. Me gusta actitud Pepe, le tengo de-
circunstancias que me hacen recordar en cididamente mucha simpatía. Subo a la
forma irritante (casi fobia) lo que se me siesta al acabar viene Pepe a mi cuarto y
dice de desagradable y sacar deducciones le hablo del negocio con la tabacalera. Se

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Teresa de la Parra dos diarios

van Lydia y Luz y me quedo sola. Viene Martes 14 (Madrid - Mario Roso de
Dolores, luego Fernando me cuenta su Luna 28)
infancia en Cuba, tiempo de la guerra,
muerto su padre se queda a los 8 años con Me despierto a las seis. Coué y repaso no-
su madre tuberculosa, sin dinero porque tas antes desayuno: ha. lit. esp. Arcipreste
gobierno no paga pensiones por crisis. de Hita, Ayala, D. Juan Manuel, etc. Me
Tiene que asistir a su madre y trabajar parece tengo memoria y facultades men-
para ella de mandadero y como puede, tales más aguzadas a esta hora de desper-
cocina, lava la ropa, arregla la casa, va en tar. Desayuno y descanso toda la mañana
la madrugada a buscar la leche para la hasta la hora del almuerzo. Preparativos
enferma. Vida de los hatos en Cuba, la partida. Dejo Luz 20 ptas. en un sobre
madrugada a caballo, operación, muer- por días alojamiento que no acepta. Lle-
te de la madre una noche abrazada a él gada a casa. Aún revuelta pero todo lo
en la misma cama. Su vida de grumete a principal en su sitio, la criadita muy lista
bordo de un buque velero, cómo lo ator- nos hace una comida muy buena que to-
mentaban y cómo por fin reacciona un mamos con apetito.
día… Me he dulcificado con el relato que
él hace muy bien. Es tierno y dramático Siento melancolía por viaje de Lydia. Pienso en
como una novela de Daudet o Dickens. nuestras mutuas relaciones que deseo cada vez
Acabo de pasar día bajo esta impresión y de amistad más profunda y tierna: pequeños des-
duermo muy bien. acuerdos vienen no ponerse cada una punto vista
de la otra.

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Teresa de la Parra dos diarios

Me duermo pensando en lo que so- a Lydia cuando llega de la calle. A todas


bre el particular tengo que reprocharme estas continúa el gasto tonto. Después de
y corre Recibido carta banco. Dividendo comer siento que me invade el sueño. Mi
sigue rebajado a 260 bolívares. cama que he arreglado sacando almoha-
das y fundas limpias, me da un poco de
bienestar, lo mismo que el cuarto relati-
Jueves 16 Temp. 37 vamente en orden. En la tarde visita de la
Carmen y su amiga, la mujer del torero
Comienzo lectura del Mazarino de Bai- Pacerro, me hace gracia y como de cos-
lly que me mandó T. Repaso notas antes tumbre no le digo nada por sus embustes
desayuno. Día triste, continúa el desor- y enredos. Me duermo pensando com-
den de la mudanza, pues no acaban de prar parte de los muebles devolviendo a
traer los muebles ni instalar los que ya Carmen lo más feo y tener así un interior
están, lo que contribuye a aumentar mal agradable donde pasar los meses de sole-
humor. Vicenta, la criada, no parece des- dad y encierro que me faltan.
envolverse con la cocina y nos da tarde y
mal de almorzar. Estoy con ella algo dura
y llora. Pero el desorden y los detalles de Sábado 18 de enero, 37,5
la casa invadiendo mi vida interior, sin
resultados prácticos ninguno, me hace Después despertarme, Coué, desayuno
daño. Traen el resto de los horribles mue- etc. como de costumbre empiezo notas y
bles, lo que acaba de implantar en mi es tanto lo que me interrumpe la criada
espíritu un caffard negro que comunico con sus cuentas, y lo que me impacienta

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Teresa de la Parra dos diarios

la idea del desorden ambiente y de que no Sé que morirá pronto y con grandes sufrimientos
vienen como ofreció la Carmen a acabar por no haber podido dejar de trabajar. Me siento
de arreglar los muebles, que me siento avergonzada por mi mal humor de la mañana.
indignada. Escribo carta Carmen dicién-
dole prescindo de la mitad de sus muebles Cada vez que veo de cerca la verdadera desgra-
que compraré a plazos. Llega el empleado cia me pregunto ¿para qué que sigo con interés
y le digo de palabra todo lo que siento. En me deja desvelada, emprender nada y sobre todo
realidad me siento en ridículo cada vez para qué poseer nada? En el fondo cuando goza-
que tengo estos estallidos de impaciencia, mos con la posesión de algo somos iguales a los
pero creo que en la práctica tiene magní- niños cuando reciben un juguete: jugamos con
ficos resultados, de otro modo lo toman «lo mío» creyéndonos inmortales. Todo es pres-
a uno por tonto, le quitan el dinero y le tado, todo es juguete un rato.
dan lo peor. Muchacho viene a trabajar a
mi cuarto y poco a poco su conversación Lydia se va al té de Luz y me quedo
me desarma. sola toda la tarde con Vicente. Acabo de
vaciar los equipajes y pongo algo de or-
Es un tuberculoso de los riñones: tiene los dos en- den en la casa lo que me hace esperar en
fermos, ha estado en Fuenfría, hace varios años, cama la llegada de Lydia con cierto bien-
siente dolores continuos pero tiene que trabajar estar. No escribo a pesar urgencia cartas.
para una madre un padre ciego y 6 hermanos pe- Tampoco puedo leer y tengo dos libros
queños, uno de ellos tuberculoso del pulmón. Se le interesantísimos. «La vida de Jesús» y el
ve en los ojos hundidos y el color de la cara que es «Mazarino» de Bailly. La radio (que no
un tuberculoso. Me invade una compasión infinita. tenía nada) me sirve de distracción luego

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Teresa de la Parra dos diarios

de comer. Viene Lydia y oímos a Mme. Lunes 20. Temp. 37,3


Butterfly, como me ocurre a veces la ópe-
ra que sigo con interés me deja desvela- Sigo sintiendo trastornos digestivos y
da. Solo me duermo a las dos, a fuerza de dolores en el colon. Como de costumbre
Nuvinase y sin leer, apenas unas páginas. mis ejercicios y luego repaso notas. Me
Siento que me embrutezco… desagrada el gasto y el desorden. Lydia ha
querido tomar la dirección de la casa y a
las once ha gastado 40 pesetas y hecho al-
Domingo 19. Temp. 37,5 muerzo pesado. Llega F. a almorzar. Car-
ta de María ya mejor gripe, me anuncia
Mañana igual a las anteriores. Mal tiem- viaje de ella y mamá, al estar las dos ente-
po. Día aburrido. Viene Fernando L. a ramente bien. Después de la siesta llega L.
almorzar, habla de las excelencias de la Q. Quiere disponerlo todo, habla con la
masonería, de algunas de sus actuaciones criada y por exceso de celo la hace llorar,
como miembro, etc. Mientras más le co- falta además de tacto y queriendo dispo-
nozco más me recuerda a Müller, pero es ner el hospedaje de mamá y María, y por
español, es decir, es más miseria y menos segunda vez como allá en su casa deja
sentido de la realidad. Lydia se va a casa traslucir sentimientos de Luz. La deja mal
de los Miró y me quedo escribiendo car- a mis ojos. Me parece oír cuanto esta le
tas más urgentes. Me siento mal del es- ha dicho… Aunque me interesa compro-
tómago y con fiebre, lo atribuyo a haber bar por punto de vista psicológico, sien-
comido como en Fuenfría algún pescado to cierto malestar por entorpecimiento y
que no estaba fresco. siento no haber contestado algo en que se

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Teresa de la Parra dos diarios

tradujera que yo había comprendido. Me entretanto carta esta anunciando partida


vengo a mi cama. Llega Pepe por el que para Cuba en febrero.
sigo sintiendo mucho aprecio y simpatía.
Me fastidia el desorden en que me en-
cuentro y la conversación general estilo Martes 21. Temp. 36,9
«bromita» sembrada de cuentos verdes y
las palabras sin ton ni son me enervan. Me levanto a bañarme y me distraigo en
la cocina mirando hacer el almuerzo que
Pienso como de costumbre en lo chocante del queda excelente. Sigue la lluvia y el ven-
tono humorista sostenido a la fuerza cuando daval. Me acuerdo al terminar almuerzo
no lo anima la gracia. ¡Cuánto más agradable la y leo Nouvelles Litteraires. Con receptivi-
conversación que no pretende ser graciosa! Casi dad, especialmente la poesía cosa que me
me alegro de no tener gracia o esprit natural, así hace gran bien espiritual. Hasta ahora he
no me expongo a caer en estos simulacros tan leído mal sin fijar atención, con el espíri-
contrarios al verdadero ingenio. (Pedir librería tu lleno de pensamientos y preocupacio-
«Les Allongés» de Jeanne Galzy prix fémina 1923) nes que lo hundían en la más lamentable
realidad. Comprendo hasta qué punto se
Escribo carta Suresnes al despertar- atrofia la parte alada del alma cuando es
me. Digo a mamá y María pueden ve- menester luchar con el ménage; si a las
nir, arreglaremos alojamiento aceptan- preocupaciones de la comida y la compra
do Lydia hospitalidad Luz. Comienzo se añade la de los hijos, no se diga enton-
notas. Vino Lydia y luego conversar un ces nada!…
rato decide ella poner cable a Seida. Llega

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Teresa de la Parra dos diarios

Pienso durante un rato en la felicidad del hedo- Lydia se va a almorzar José Ma. Chacón,
nismo y del ideal epicúreo del que puedo gozar Fernando va conmigo Tapia, este me
en lo que me queda de vida sobre todo si las cir- encuentra muy bien y con precauciones
cunstancias me lo permiten: yo me siento mal requeridas. Olvido cheque. Vuelvo a la
entre la gente y encuentro bienestar con la inde- cama y llega manicura. Luego Lydia. Vi-
pendencia y soledad. centa me hace una comida muy decente
con un buen pollo asado. Escape de gas
Paso el resto de la tarde conversando nos alarma. Viene L. a mi cuarto y habla-
con Lydia y me duermo profundamente mos separación, viaje suyo. Preveemos lo
al terminar de comer. He pasado la siesta que puede pasar, planes, gran cariño.
y las horas después con asma que atribu-
yo al dulce de leche. Vicenta tiene la casa
arreglada, empieza ya a se débrouiller lo Jueves 23. Temp. 37,3
que me da bienestar. También la mejoría
del estómago. Sigo creyendo malestar es Cansancio y somnolencia me invaden
debido a sucesivas indigestiones produci- después de almuerzo y caigo en la cama
das por pescado no fresco. pensando qué sería de mí si las circuns-
tancias me obligaran a llevar vida nor-
mal. Estas crisis de fatiga infinita en la
Miércoles 22 Temp. 36,9. Neumo 400 que no puedo cargar con mi propia per-
sona, ni levantar los brazos me parecen
Día como los anteriores: nada especial. alarmantes. No pueden prevenir del neu-
Mañana bien aprovechada estudio notas. mo ni de la inmovilidad porque serían

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Teresa de la Parra dos diarios

entonces permanentes y esporádicos. pedir enérgicamente vengan a arreglar


Puede que sean trastornos glandulares. goteras. Comienzo notas, pero llega L. y
Temo por los riñones la tub. tan traido- conversamos hasta que me voy a poner
ra en estos órganos. Decido hacer análi- orden en los libros, no logro arreglar por
sis completo saber a qué atenerme. En la mal clavada repisa biblioteca.
tarde vienen Luz y Fernando. Los recibo Comprendo la informalidad y negli-
en mi cuarto, este se queda a comer y se gencia con que trabajan aquí obreros, me
va tarde. Inapetencia, malestar, mala co- recuerdan los de Caracas. Salimos Lydia
mida, oportunamente duermo pronto y y yo hasta la farmacia y al regreso almor-
profundamente. Día sin lectura, apenas zamos con apetito y buen humor. Des-
los periódicos. Me parece desesperante pués de la siesta doy impulso arreglo casa
teniendo todo para poder leer con gus- terminando por poner orden libros, col-
to y sin molestia, no llegar a hacerlo por gando espejo, etc. Hago vestir a Vicenta
no saber el tiempo o por dejarme invadir con su uniforme negro. Lydia trabaja con
por mil tonterías que nada me dejan. interés toda la tarde en las notas de su li-
bro de etnología. Llegan después de las
siete los Ballesteros. Siento que los recibo
Viernes 24. Temp. 47. Peso 57,400 con cierta frialdad y siento que es por in-
fluencia de Lydia. Es sin embargo, la cla-
Me despierto 6:30. Me dispongo a traba- se de gente que me conviene tratar, creo
jar notas, pero me empieza crisis bronq. que pueden hacerme espiritualmente un
asmática, me dura hasta las 8. Pienso si bien infinito porque además de la gran
será frío o humedad del cuarto y decido cultura histórica que tienen, sobre todo

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Teresa de la Parra dos diarios

la de él, y la correspondiente serenidad de gos representan para mí este mundo de


juicio, son espíritus afines. Hace tiempo influencias negativas y de tiempo gastado
que vivo sin la influencia tan saludable y vano. Cuando se van los Ballesteros,
del espíritu afín más avanzado que sirve Lydia me enseña cable de Seida acaba de
de iniciador. Es esta la flor de la amistad, llegar: le dice que sale para Cuba y que
la única manera de que sea agradable la de allá se ocupará de arreglarle el viaje.
vida «social». Con Ballesteros hablamos del príncipe
de Asturias, de quien fue profesor de
El andar eternamente con gente frívola o de ten- historia (era, dice, poco engreído, dábase
dencias sectarias opuestas deja no solo la impre- cuenta de sus pocos alcances) y hablamos
sión de haber perdido lamentablemente el tiem- de Azaña, aunque opuesto en política, lo
po, sino la de una especie de extenuación que juzga honrado, enérgico, verdadero hom-
mata a la larga la personalidad. Si no se quie- bre de estado, sectario y negativo, pero
re discutir hay que hacer creer que se está de organizador y capaz de hacer justicia aun
acuerdo, reír, sonreír sin ganas y es este remon- en contra de los suyos.
tar de corriente lo que a la larga extenúa. A ve-
ces también despierta en la soledad por reacción
el espíritu de agresión y de contradicción, todo Sábado 25. Temp.
refoulé agria el carácter. Son suma de influen-
cias negativas, como las de las fuerzas «negras». Me despierto más tarde que de costum-
bre. Repaso con atención y gusto mis
Tanto Luz como Fernando siendo ale- notas, copio bibliografía de lo leído en
gres, amables, simpáticos y buenos ami- estos últimos meses, todo lo cual me da

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Teresa de la Parra dos diarios

impresión de mañana bien aprovechada. el estómago e intestinos como no había


Tomo el sol en mi cama, pero cuando me sentido desde Fuenfría día de año nue-
visto para salir se ha nublado de nuevo vo. Me duermo ya tarde con Neurinasa
y hay un vendaval helado por lo que re- y habiendo tomado Bismuto. Escribo en
gresamos en seguida. Llega Fernando la mañana a mamá y María diciéndoles
a almorzar. Llamo a los Reyes para que retardo viaje de Lydia.
vengan a verme, me dicen siguen des-
órdenes en Venezuela y agresiones con-
tra ministros Gómez; no vendrán por Domingo 26. Temp. 37
enfermedad hijos. Siesta durante la cual
leo periódicos. Llegan Clemencia Miró Me despierto tarde con impresión de tristeza y
y Mercedes y se quedan conmigo mien- desaliento. Todas las cosas que me rodean en esta
tras Lydia se va al té de los Ballesteros. casa me parecen extrañas, despegadas de mí. Me
Hablamos agradablemente sobre distin- gusta sentir la compañía de los muebles y de los
tos temas. Mercedes es simpática e inte- objetos; siento no haber traído de París los bibe-
ligente sin pretensiones izquierdistas, sin lots, me gusta mirar los que fueron de Emilia,
fanatismo me cuenta cosas interesantes que conocía en. su casa donde me eran familiares
sobre los partidos políticos. Llega Lydia como los míos, y que me han acompañado luego
de su té con buen humor. Comemos ho- en estos doce años que han seguido a su muerte,
rriblemente mal, sopa con gusto a sebo y pero los pocos objetos que he traído están coloca-
un conejo con tomate que me hace daño; dos de modo que no los veo de mi cama; tampo-
sabe la carne a inmundicias, es el caso co los libros. En Leysin me acompañaban ellos.
que al acostarme siento dolores en todo

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Teresa de la Parra dos diarios

También me acompañaba la radio: la María Valero y que la hija del Presiden-


de aquí solo me deja oír la voz del horrible te López Contreras quiere a toda costa
speaker de Madrid, ¡banalidades de todo conocerme, cosa que me alegra, no solo
orden y parásitos infernales! Llega Fer- por tener influencias, sino porque deseo
nando hacia las doce, después del baño. saber de Venezuela. Carta de María dete-
Vamos a Rosales y nos instalamos en un nida en Neuilly, según me cuenta mamá,
café. Día de sol espléndido. Divertido ver me dice también siguen mal de los bron-
pasar la gente endomingada, alegría de quios cosa que me preocupa. Cuando se
ciudad meridional, limpiabotas, mendi- van todos escribo a Pepe mandándole
gos, soldados, niñeras. Tomamos aperiti- informe Ma. y larga carta a Q. envián-
vos y nos retratamos, recuerdo temporada dole recomendación para Waleffe. Tam-
Jean Les Pins, viajes a Cannes en auto con bién este me escribe postal romanticismo
María, etc. Me invade toda aquella época exaltado diciendo que nunca me olvida.
mientras Lydia y Fernando conversan… Es ya la tercera vez que me escribe en ese
Pienso que hace ya diez años de los tono; ¿sería cierta su pasión del 28 y este
cuales cuatro de enfermedad o sea de vi- renacer de ahora a qué obedecerá? Lectu-
vir fuera del mundo. Al regreso almuer- ras, periódicos y el Mazarino.
zo con apetito un estupendo hervido de
gallina. Siesta. En la tarde vienen Luz y
Paquita, luego la hermana de Aurora Lunes 27. Temp. 37,3.
Márquez (no sé cómo se llama) que me
parece muy simpática. Se ocupa de perio- Tiempo desapacible. Observo este pedazo
dismo y obras sociales, me dice conoce a de calle tanto si se va a una esquina como

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a otra tiene una corriente aire que llega Martes 28


a los huesos muy peligrosa. Almorzamos
muy bien: hago yo misma el roastbeef que Duermo hasta la tarde (las ocho) y me
está riquísimo. Empiezo a interesarme en desayuno sin apetito. Después notas
la cocina y me divierte —como ganar un siento terrible crisis neurastenia, aburri-
juego—, acertar un plato. Cartas de Ma- miento de todo cuanto me rodea, además
ría de Caracas. Liquidación. Me repite las cansancio de la vista. Me voy al cuarto
casas se «están cayendo». Cada día me de Lydia y me quedo conversando con
confirmo más y más maestros de obras ella hasta que llega Fernando. Este hace
engañaron a la pobre Emilia, ella se dio el «picadillo criollo». Almorzamos bas-
cuenta gasto excesivo mayor que lo que tante mal. Siesta. Casi no leo. Llega Luz.
hubiera costado un arquitecto caro, pero Mucho más tarde muy amable y cariño-
murió creyendo que me dejaba casas y sa, pero sin ningún carácter. Tipo de la
renta sólida para el resto de mi vida… pseudo intelectual hisp. americana. Fun-
Siesta. Lydia sale con Fernando y regre- dadora de revistas, clubes, etc., llena de
so con mis libros: «Antología gallega» iniciativas cursis que no tienen nada que
(hojeo y me encanta la grácil y armónica ver con la cultura. Sin embargo, cordia-
lengua); «Crónica de Pedro el Cruel», del lidad, deseo de servir, ser amable, etc. Es
Canciller L. de Ayala; «Oráculo Manual» lo cursi exuberante y bondadoso muy de
de Gracián, y una obra crítica sobre poesía América. Invitación a Gabriela. Después
moderna española. Sigo sin embargo, sin- de comer sigo con impresión neuraste-
tiendo dolor de cabeza y como temo gripe, nia; todo me agobia, el mal tiempo, la
tomo colifedrina y demás precauciones. casa y los muebles feos; la falta de libertad

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diaria, presencia F. para lo que nos res- tóricos, etc. Leo algo. Facilidad de estilo,
ta de vida en Madrid, conflicto venida pero incultura inconsciente. No duda en
mamá y María, cabrán en la casa, etc., trabucar Pont Neuf por Port Royal. Ha-
etc. Vuelvo impresión neurastenia de la blando Pascal y jansenismo. Acumula-
mañana. Decido hacer en ese sentido y ción errores burdos por atropellos como
tratar de ocuparme en cosas más manua- en el Bolívar: excesiva juventud quizás y
les que en simples lecturas: revisión car- daños del éxito fácil. En todo caso dema-
tas, por ejemplo. Hace mucho tiempo que siado aplomo para hablar de cosas que en
impulsada inconscientemente quizás por realidad no conoce como los malos pe-
autosugestión, siento necesidad ejercer riodistas. Me salgo por mal tiempo. Es-
iniciativas y emotividad seguidas. cribo a mamá y María. Siesta agradable.
Leo cuento Kipling y algo de Nouvelles
Litteraires. No viene Fernando ni ningu-
Miércoles 29. Temp. 37,1 na visita. Hacia mitad tarde, cable Seida
indicando se ocupará ella y amiga asunto
Mañana mejor que la de ayer. Lydia, que no embarque. Esta me habla
Me levanto y leo revistas «Nuestra hacer colaboraciones prensa y escribe ar-
raza», me la ha traído M. E. V. Vienen co- tículo sobre fotografías de Terwagne con
sas interesantes respecto a Maimónides y consideraciones sobre vida Leysin, etc.,
Sefarditas. Aparecen en todos los núme- que encuentro muy bien. Me asombra
ros elogios a O. B., veo está en vedette: rapidez con que escribe. Creo podrá ha-
retratos, cordón Isabel La Católica, Presi- cer periodismo con facilidad. Pasado día
dencia de honor, interviús, estudios his- con algo de cama. Decido hacer sacudir

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mantas, almohadas y doblar piel. Creo es Paso el fin de la tarde conversando


cuerpo extraño en los bronquios lo que con Lydia que no ha salido. Lo mismo
me fastidia. Después cena viene L. y con- después de comer. Cuento del Journal:
versamos hasta tarde. espera de una cita en pleno París de Pri-
mavera me ha traído la evocación y la
nostalgia de mi vida activa, del encanto
Viernes 31. Temp. 37. especial de París en los lindos días y de la
juventud de la que me voy alejando más
Lectura periódicos Caracas durante los y más como un mar que atravesara esta
días y después muerte Gral Gómez. enfermedad. En mi conversación con
Lydia continúa la evocación de los años
Me dan una triste impresión de prensa mala y de pasados, hablamos en gran recuerdo sin-
falso civismo. Solo iniciativa escritores —espíri- tiendo las mismas cosas. Se va ella de mi
tu de asociación en todas las carreras y gremios cuarto ya tarde.
para formar una opinión pública que contrarres-
te cualquier tiranía, me interesa—. Aún dura el
tono de lisonja al hablar de López Contreras. 1° febrero.
Personas que figuran en la iniciativa tampoco
me gustan mucho «individuos» de vida poco Me despierto y leo el artículo que ha es-
limpia de los que no podrán ser nunca «liberales crito Lydia sobre Teruagnepa. Social de
a la inglesa» como eran los primeros gobernan- la Habana. Su exordio sobre Leysin me
tes de la República. Serían o aduladores serviles o hace gran impresión.
instrumentos de tiranía. Lo de siempre.

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Siento pasar aquellos dos años sobre todo los me- lentos y ordenados como el mío. Salgo
ses del Grand Hotel como un ensueño lleno de otra vez con Lydia a las tiendas y al cine
encanto y de posibilidades poéticas. Pienso en el «Actualidades». Muerte Jorge V., etc. Al-
libro posible que tanto deseo y lo siento de pron- morzamos tardísimo una paella que está
to como si viviera en mí, sensación que me inun- bien buena. Siesta tarde, llega Luz. Crisis
da del placer que sentía cuando vivía en medio bronquial-asmática, logro detenerla con
de los personajes de Ifigenia y de las M. de mamá inmovilidad. Quizás por haber hablado
Blanca. ¡Qué felicidad sería volver a ese ambiente demasiado. Termino el día con sensación
del alma retoñando de creación como un árbol de malestar por el arreglo de la casa, Ly-
en primavera!… dia quiere mudarse, pero me parece un
disparate antes de abril. Es lo cierto que
Llegan los libros encargados a libre- con este frío el único lugar posible es el
ría. Pienso bibliografía quiero hacer so- comedor, allí trasladamos los muebles lo
bre cronistas y demás obras americanis- que aumenta el desorden. Entre los mue-
tas. Buscar en Baudini y notas Lib. esp. bles feos, el mosaico manchado, el pipí
e informes Ballesteros y Chacón. Creo de la Raty que todo lo ensucia, el olor de
que es menester orientar la lectura hacia cocina, etc., esta casa es todo lo contra-
fin determinado, especializarme en algo, rio de lo que me gusta, de lo que hubiera
poseerlo de veras y desarrollar entonces necesitado mi espíritu tan sensible al or-
iniciativa, actividad, perseverancia. To- den, al confort, a lo arreglado y bonito.
das estas condiciones se anulan cuando Noche de desvelo. La aprovecho para ob-
no se fija un plan. Este desorden es di- servar la radio y ver si me conviene o no
solvente sobre todo para los espíritus conservarla.

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Domingo 2 Brentano e Isabel la C. de M. También el


folleto «Criticismo» de Chacón que me
Día con sol y aire. Por desvelo me des- interesa mucho. Lo único agradable del
pierto tarde y comienzo reglamento de día ha sido marcar y catalogar los libros
todos los días. Imposible salir por viento recibidos de París.
y mal tiempo. Almuerzo, somnolencia y
estado de efecto droga producida por efe-
drina tomé en la mañana. Tarde aburri- Martes 4
dísima, cansancio, neurastenia. Voy un
rato donde está Luz de visita. Me siento Mañana como de costumbre Coué. No-
aún aburrida, alejada de lo que hablan, tas, etc. Escribo a Comptair, Bendelac,
hostil. Analizo luego (psicoanálisis) esta banco Madrid, pongo orden papeles.
sensación y encuentro las causas. Noto que trabajar sentada delante escri-
torio en vez cama me da cierto bienestar
Quisiera no sentir nunca esta sensación de des- espiritual. Almuerzo bueno. Siesta: lec-
adaptación que agria a la larga el carácter. Sufro tura periódicos. Tarde larga aburrida.
además de encierro, de claustrofobia. Creo que Neurastenia. Viene Carmen Pérez y me
si viviera en una casa agradable sin nada que me distrae rentas cocina. Llega Lydia. Pa-
molestara acabaría por tener la impresión de Ley- seo sintiéndome mejor. En cambio tengo
sin: serenidad y don de escribir fuera del tiempo. impresión debilidad extrema (sensación
tengo a menudo). No sé a qué atribuir-
Desvelo hasta las dos que duermo con lo: es como si estuviera extenuada por
Neurinase. Lecturas: Lutero de Funck. una gran enfermedad. Creo llevo vida

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Teresa de la Parra

anti-higiénica por encierro y falta aire:


quizás cocina tenga emanaciones ácido
de carbono, pues todas en la tarde senti-
mos dolor de cabeza. Tendría gracia me
repitiera lo del Atelier Avenue Junot, ori-
gen de mi enfermedad.

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Índice

Todo es prestado 7
Dos diarios 15
Por el lejano oriente. El diario
de una caraqueña 17
Nueva York, abril de 1919 17
San Francisco de California,
mayo 2 de 1919 23
A bordo del «Venezuela», mayo
24 de 1919 34
Yokohama (Japón) Mayo de 1919 43
Yokohama, Junio de 1919 50
Shangay (China) 57
Harbin (Manchuria), Setiembre
de 1919 70
Diario de bellevue - fuenfría –
madrid 1931-1936 (fragmento) 83
Junio 6 [1931] 83 Viernes 3 enero. Temp. 36,7 114
Beaulieu 1931 85 4 enero. Temp. 36,9 116
Septiembre 2 85 Martes 7 enero. Temp. 36,8.
Septiembre 3 87 neumo 500 118
Septiembre 11 88 Miércoles 8 de enero. Temp.
Septiembre 5 91 36,8 120
Septiembre 6 91 Jueves 9. Temp. 36,9 120
Lunes 7 92 Viernes 10. Temp. 36,8. (Villa
Martes 8 92 Los Cipreses) 121
Jueves 10 92 Sábado 11. Temp. 37,2 121
Sábado 12 94 Domingo 12 de enero. Temp.
Domingo 13 97 37,3 125
Jueves 17 98 Lunes 13 126
Miércoles 23 99 Martes 14 (Madrid - Mario Roso
Viernes 25 100 de Luna 28) 129
Domingo 27 101 Jueves 16 Temp. 37 130
Martes 29 103 Sábado 18 de enero, 37,5 131
Lunes 5 octubre (Mi Domingo 19. Temp. 37,5 134
cumpleaños) 103 Lunes 20. Temp. 37,3 135
Octubre 18. En Neuilly 107 Martes 21. Temp. 36,9 137
Enero 1°, 1936 Fuenfría Miércoles 22 Temp. 36,9.
(Madrid) Temp. 38,5 109 Neumo 400 138
2 de enero. Temp. 37,2 111 Jueves 23. Temp. 37,3 139
Viernes 24. Temp. 47. Peso
57,400 140
Sábado 25. Temp. 143
Domingo 26. Temp. 37 145
Lunes 27. Temp. 37,3 147
Martes 28 149
Miércoles 29. Temp. 37,1 150
Viernes 31. Temp. 37 152
1° febrero. 153
Domingo 2 156
Martes 4 157
Este libro se ha editado e impreso en los Pirineos
el mes de mayo de 2023,
con una tirada de 500 ejemplares.

En Hawai, la Sra. Bunimowitch compara las fru-


tas del lugar con las de su originaria Caracas:
«por todos lados, piñas, mangos, lechozas, par-
chas, todas las dulcísimas frutas del trópico». El
paladar la retrotrae al terruño, a la vida de ha-
cienda, a los días felices pasados en familia allá
en su hogar, a los tiempos alegres.

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