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UNIDAD 1

- Configuración de lo socio-asistencial. Sus principales características.


- Cristianismo y gestión de la pobreza. El surgimiento de la cuestión social.
- La acción social en Europa y Estados Unidad en los siglos XVII y XVIII.

Bibliografía.
- Castel Robert - “Las metamorfosis de la cuestión social”. Prologo y Cap. I.
- Campana Melisa y Zampani Roberto - “Elementos para una historia del presente de lo social-asistencial”.

Castel Robert - “Las metamorfosis de la cuestión social”. Prologo y Cap. I.


Castel realiza su trabajo a través de un soporte de inscripción en la estructura social. Dice que existe, una
fuerte correlación entre el lugar que se ocupa en la división social del trabajo y la participación en las redes
de sociabilidad y en los sistemas de protección que “cubren” a un individuo ante los riesgos de la
existencia.
De ahí que existen “zonas” de cohesión social. La que se asocia a “trabajo estable/inserción relacional
sólida” caracteriza una zona de integración. A la inversa, la ausencia de participación en alguna
actividad productiva y el aislamiento relación conjugan producen la exclusión, o la desafiliación. Existe
otra, la vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que conjuga la precariedad del trabajo y la
fragilidad de los soportes de proximidad.
Estas asociaciones no actúan de forma mecánica.
La cuestión social es una aporía (dificultad lógica insuperable) fundamental en la cual una sociedad
experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el riesgo de su fractura. Es un desafío que
interroga, pone de nuevo en cuestión la capacidad de una sociedad para existir como un conjunto
vinculado por relaciones de interdependencia.
Se bautizó en la década de 1830. Se planteó a partir de la toma de conciencia de las condiciones de vida
de poblaciones que eran a la vez agentes y víctimas de la revolución industrial. Era la cuestión del
pauperismo, aprecio un divorcio casi total entre un orden jurídico-político fundado sobre el reconocimiento
de los derechos del ciudadano, y un orden económico que suponía miseria y desmoralización masivas. Se
difundió entonces la convicción de que había allí “una amenaza al orden político y moral”, y que era
necesario encontrar un remedio eficaz para la plaga del pauperismo o prepararse para una conmoción.
Este hiato entre la organización política y el sistema económico permitió dar lugar a lo social.
Lo “social” consiste en sistemas de regulación que no son los del mercado instituido para tratar de llenar
esta brecha.
En este contexto, la cuestión social se convertía en la cuestión del lugar que podían ocupar en la sociedad
industrial las franjas más desocializadas de los trabajadores.
La cuestión social se plantea explícitamente en los márgenes de la vida social, pero, “pone en
cuestión” al conjunto de la sociedad. Los problemas planteados por las poblaciones que encallan
en los bordes de una formación social retornan hacia su centro.
La “cuestión social” puede caracterizarse por la inquietud acerca de la capacidad para mantener la
cohesión de una sociedad. Amenazan con la ruptura ciertos grupos cuya existencia hace vacilar la
cohesión del conjunto.
Las poblaciones que son objeto de intervenciones sociales difieren fundamentalmente según sean
capaces o no de trabajar, y en función de este criterio de las trata de maneras totalmente distintas.
Un primer perfil de estas poblaciones podrían ser, ancianos indigentes, niños sin padres, lisiados de
todo tipo, ciegos, paralíticos, escrupulosos, idiotas. Todos estos individuos tienen en común el no poder
subvenir a sus necesidades básicas porque no están en condiciones de trabajar.
Estas poblaciones incapacitadas para trabajar son los clientes potenciales de lo social-asistencial.
Totalmente distinta es la condición de los asistidos que siendo capaces de trabajar, no lo hacen.
“Indigente válido”. Este desprovisto de medios, y por lo tanto también dependiente de un auxilio. En falta
con relación al imperativo del trabajo, es a menudo rechazado de la zona de asistencia.
A fines del siglo XVIII, desembocó en el umbral de la modernidad liberal, la mayoría de quienes vivían del
trabajo de sus manos no estaba protegido por las disposiciones vinculadas al trabajo regulado. Se
caracteriza por una vulnerabilidad de las masas, engendrada por el hecho de que el trabajo no se puede
regular según el modelo del mercado.

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Capítulo 1.

La sociabilidad primaria.

Lo social-asistencial puede caracterizarse por oposición a los modos de organización colectiva


que evitan este tipo de recursos.
Una sociedad sin lo social estará totalmente regida por las regulaciones de la sociabilidad primaria.
Entendiendo por esto los sistemas de reglas que vinculan directamente a los miembros de un grupo,
sobre la base de su pertenencia familiar, de vecindario, de trabajo, y tejen redes de interdependencias sin
la intervención de instituciones específicas. Sociedades de permanencia. Se reproduce en lo esencial con
los mandatos de la tradición y de la costumbre.
Por ejemplo: esta tipo de estructura cerrada ha sido la organización social dominante en la época
feudal del Occidente Cristiano, marcada por la sacralización del pasado, la preponderancia del linaje y
de los lazos de sangre, el apego a relaciones permanentes de dependencia e interdependencia
enraizadas en comunidades territoriales restringidas.
La desafiliación es, en un primer sentido, una ruptura en las redes de integración primaria.
Hay riesgos de desafiliación cuando el conjunto de las relaciones de proximidad que mantiene un individuo
sobre la base de su inscripción territorial, que es también su inscripción familiar y social, tiene una falla
que le impide reproducir su existencia y asegurar su protección. Las comunidades muy estructuradas re
afilian a los individuos desestabilizados. La familia extensa se hará cargo del huérfano, el inválido o el
indigente encontrara un mínimo de solidaridades “naturales” en la comunidad aldeana.
Estas comunidades tendían así a funcionar como los sistemas autorregulados, que recomponen su
equilibrio moviendo sus propios recursos. Se realizaba la re afiliación sin cambiar el marco de referencia.
Cuando se relaja el vínculo de la sociabilidad primaria, o la estructura de la sociedad se complejiza al
punto de hacer imposible este tipo de respuesta global y poco diferenciada, la asistencia a los carecientes
es objeto de prácticas especializadas. Así, el hospital, el orfanato, la distribución organizada de limosnas,
son instituciones “sociales”.
Proceden al tratamiento particular (especial y especializado) de problemas que en sociedades
menos diferenciadas eran asumidos sin mediación por la comunidad.

Características de lo social-asistencial:

- En primer lugar, es una construcción de conjunto, de prácticas de función protectora o integrativa, y más
tarde preventiva. Lo socio-asistencial resulta de una intervención de la sociedad sobre ella misma, a
diferencia de las instituciones que existen por tradición y costumbre.
En tal sentido, se puede hablar de sociabilidad secundaria, puesto que se trata de sistemas
relacionales independientes de los grupos, familiares, de vecindario, de trabajo.
- En segundo lugar, estas prácticas presentan siempre aunque sea un bosquejo de especialización.
Alguien se hace cargo, se trata de individuos o grupos que tienen por lo menos un mandato parcial y son
identificados como tales.
- En tercer término, se bosqueja también una tecnificación mínima. El mandatario está obligado a
diferenciar entre los que se va a intervenir y entre los que no, a seleccionar a quienes merecen el auxilio, a
construir categorías, entre otras cosas.
- Cuarto, de entrada se plantea la cuestión de localización de estas prácticas, y de inmediato introduce
una escisión entre las prácticas institucionales y las extrainstitucionales.
- Quinto lugar, se ven dos criterios para rechazar o aceptar a los necesitados: el de la pertenencia
comunitaria y el de la ineptitud para el trabajo.

La leyenda evangélica.

La preocupación por la gestión o el manejo de la pobreza no surgió bruscamente, sino que subtendía ya
las prácticas asistenciales inspiradas por el cristianismo. El cambio profundo de la problemática de la
asistencia se planteó con la nueva relación con el trabajo (o con el no-trabajo), más bien que una
relación con el auxilio. Esto se produjo a mediados del siglo XIV.
La caridad es virtud cristiana por excelencia, y la pobreza se valoriza con la referencia a Cristo y a los
modelos de la vida apostólica. No obstante es una pobreza voluntaria.
La caridad cristiana no se moviliza automáticamente para auxiliar a todas las formas de pobreza. Se valora

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la pobreza elegida, de algún modo sublimada en el plano espiritual, como una componente de la santidad.
Pero la condición social del pobre suscita una gama de actitudes que van desde la conmiseración hasta el
desprecio.
Esta contradicción que habita la representación cristiana, es superada en el plano de las prácticas por dos
modos de gestión específica de la pobreza: la asistencia se inscribe en una economía de la salvación, y la
actitud cristiana funda una clasificación discriminante de las formas de pobreza.
La obra cristiana de la caridad “borra el pecado”. De este modo es un medio para que el rico ejerza
la virtud cristiana suprema, la caridad, y así también llegue a salvarse. El pobre también se salvaba
si aceptaba ésta.
Esta economía de la salvación fundaba al mismo tiempo una percepción discriminatoria de los pobres que
merecían la ayuda. Por empezar, se excluía a los desdichados que se revelaban contra este orden del
mundo querido por Dios.
El cristianismo medieval elaboró de tal modo una versión fascinante y única de la exaltación de la
pobreza, basada en la conciencia exacerbada de la mieseria del mundo. No fue la única doctrina que se
basaba el desamparo de los cuerpos para acceder a la ayuda. Esta referencia Castel la denomino
“handicapología”, constituye una línea de fuerza de toda política de asistencia. Pero lleva la contracara, de
la elección preferencial de la incapacidad física oculta otras formas de indigencia, y las excluye de la
posibilidad de recibir ayuda.

Mi prójimo es mi próximo.

La incapacidad física no era sin embargo el único requisito que abría las puertas de la asistencia.
Su sumaba al de la pertenencia comunitaria para delimitar el campo de lo socio-asistencial, es decir
la domiciliación, el cristianismo contribuyo a esta puesta.
La matrícula data del siglo VI: lista de pobres que la iglesia local se “debía” hacer cargo.
Desde antes del siglo XVI la asistencia se organiza sobre una base territorial, y su gestión deja de ser un
monopolio clerical, si alguna vez lo fue.
Desde fines del siglo XIII la caridad se convierte en una especie de servicio social local en el que
colaboran todas las instancias que comparten la responsabilidad del “buen gobierno” de la ciudad.
Esa responsabilidad de los poderes locales se acentúa en los siglos XIV y XV.
A comienzos del siglo XVI se interpreta un advenimiento de una “nueva política social”, en una coyuntura
económica y social desfavorable: crisis de subsistencia, aumento de precio de los productos
alimentarios, subempleo ligado a una fuerte recuperación demográfica después de las hecatombes
debidas a las pestes, reestructuraciones agrarias, crecimiento anárquico de las ciudades.
Se acentuaron los factores de disociación social. La pobreza se convirtió en objeto de gran debate público
alimentado por las controversias del Renacimiento y la Reforma.
Entre 1522 y mediadas varias ciudades tomaron medidas: exclusión de los extranjeros, prohibición estricta
de la mendicidad, empadronamiento y clasificación de los necesitados, despliegue de socorro diferenciado
a diversas categorías de beneficiarios.

Campana Melisa y Zampani Roberto - “Elementos para una historia del presente de lo social-
asistencial”.

La cuestión de la cuestión social.

Castel se refiere a la “nueva cuestión social” vinculándola con el derrumbe de la condición salarial, asevera
que se trata de la cuestión del estatuto del sector asalariado. Sostiene que el desempleo es la
manifestación más visible de la transformación de la coyuntura del empleo, pero que la precarización es la
característica más importante, porque permite comprender los procesos que nutren la vulnerabilidad social
y la desafiliación.
Propone una hipótesis general para demostrar y explicar la complementariedad de lo que ocurre entre un
eje de integración por el trabajo y otro de inscripción relacional, definiendo tres zonas:
- Zona de integración.
- Zona de vulnerabilidad.
- Zona de desafiliación.
Para Castel, la situación actual está marcada por la conmoción que se produce con respecto a la condición
salarial.

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La Política Social -como conjunto de formas de intervención de la sociedad sobre sí misma- ha seguido,
según Soldano y Andrenacci, un doble patrón: una intervención en el centro, que define los principales
mecanismos del proceso de integración social; y una intervención en los márgenes, sobre los
mecanismos que fallan, o sobre los sujetos que no pueden acceder a la integración a través de esos
mecanismos principales.

El surgimiento de los socio-asistencial.

Castel hace referencia a “sociedades sin lo social” entendiéndolas como una configuración específica de
prácticas que no se encuentran en todas las sociedades, porque “lo social” aparece como sistemas de
regulación instituidos para salvar la brecha entre el sistema político y el sistema económico, un conjunto de
dispositivos tendientes a promover la integración de las franjas desocializadas.
Una “sociedad sin lo social” es totalmente regida por las regulaciones de la sociabilidad primaria. En
relación a esto Durkheim señala que en todas las sociedades hay dos grandes tipos sociales
discernibles. El primer tipo son las sociedades amorfas que carecen de una organización política; e
segunda tipo se caracterizan por su organización política o Estado. Cada tipo forma diferentes tipos de
solidaridad social: la una se debe a la similitud espiritual, a la comunidad de ideas y de sentimientos, en
tanto que la otra surge por la diferenciación de funciones y la división del trabajo social. Durkheim llamo
mecánica a la primera y orgánica a la segunda.
Como radica la cuestión social a partir de comprender a la sociedad industrial como el momento
inaugural de un nuevo modo de relación entre los sujetos sociales.
Castel manifiesta que cuando los vínculos de sociabilidad primaria ya no pueden dar respuesta, la
asistencia se transforma en objeto de prácticas especializadas. Así, lo social-asistencial aparece como
primera respuesta a la cuestión social en las sociedades pre-industriales de Europa Occidental, y
se caracteriza por:

1- Ser una construcción de conjunto, de prácticas de función protectora; resulta de una intervención de
la sociedad sobre sí misma. Podría hablarse de una sociabilidad secundaria, pues se trata de sistemas
relacionales de los grupos de pertenencia familiar, de vecindario, de trabajo.
2- Presentar un bosquejo de especialización; la delimitación de una esfera de intervención social suscita
de un personal específico para instrumentalizarla.
3- Bosquejar una tecnificación mínima; la práctica debe basarse en un mínimo de saberes, pericias
y tecnicidad.
4- Plantear la cuestión de la localización de estas prácticas; se introduce una escisión entre las prácticas
intra y extra institucionales.
5- Dibujar dos criterios de acceso, la pertenencia comunitaria y la ineptitud para el trabajo.
El modelo ideal de socio-asistencial está dominado en su esencia por dos vectores: la relación de
proximidad que debe existir entre el beneficiario del socorro y la instancia que lo dispersa; y la
ineptitud para el trabajo.

Según Castel, dos tipos de pobreza que intentan saturar algunos de estos vectores.

De un lado, la simulación de invalidez: el sufrimiento puesto en escena, es decir, hecho cuerpo que
indica ineptitud para el trabajo. Del otro lado, el equilibrio de la sociedad medieval se ve afectado por los
progresos de diferenciación social, como la movilidad descendiente, darán lugar a la figura del pobre
vergonzante, grupos que antes estaban más acomodados y que por dejar de ser útiles a la sociedad
esconden con vergüenza su nueva condición.
Por último, el desajuste entre oferta y demanda de empleo dará origen a la del mendigo válido. A pesar de
su condena moral y religiosa, se empieza a pensar que no todos son culpables. Pero esta categoría
revela una contradicción: por un lado apunta a la asistencia, pues el mendigo carece de todo, por el otro
invita a la represión pues es apto para el trabajo.

El cristianismo había estructurado dos modos de gestión de la pobreza:

a. Una economía de la salvación, según la cual el pobre aparece como un medio para que el rico ejerza la
caridad y eso le permite alcanzar la salvación, mientras que el pobre se salva si acepta su condición de
tal. En este sentido, se justifica su existencia y se actúa sobre sus manifestaciones extremas.
b. Una clasificación discriminante de las formas de pobreza, mediante la cual quedan excluidos, en primer

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lugar quienes se rebelan contra el orden dispuesto por la Providencia y, en segundo lugar, se marca una
división al interior de quienes no se revelan.

Lo socio-asistencial y el mundo del trabajo.

Según Castel, la indigencia fue concebida hasta fines del siglo XVII como inherente a las
formaciones sociales y pasibles de ser abordada con las diferentes formas de asistencia.
Por lo tanto lo novedoso fue el proceso mediante el cual se conformó otra zona: la de vulnerabilidad, ya
que no se refería a sujetos marginales sino que incluía a la mayoría de los trabajadores. Parecía que la
solución era el libre acceso al mercado de trabajo, esa fe en el siglo XIX ya no era posible. El propia
trabajo creaba todas las formas de pobreza.
Hay una diferencia entre pobreza y pauperismo: el pauperismo es la pobreza intensificada al nivel de
peligro social, un fenómeno colectivo, esencialmente urbano. Distinción que permite comprender que
el objetivo no es la eliminación de la desigualdad sino de la diferencia. El pauperismo planteó la
reformulación de la cuestión social.
Presentaba dos características:
En primer lugar esta indigencia no era producto de la falta de trabajo, sino de la propia industrialización
creada en torno al trabajo liberado. Se comenzó a hablar de la precariedad del empleo, del desempleo y
de la ausencia de calificación.
En segundo lugar, el pauperismo se erigía como una nueva condición antropológica. Anteriormente, el
vagabundo se relacionaba con una posición periférica, opr fuera del orden productivo. En cambio el
pauperismo amenazaba con una desafiliación de masas que se ubicaban en el núcleo del proceso de
producción.

La noción de solidaridad y la técnica del derecho social.

El conflicto acerca del significado de los derechos sociales y la sociedad civil implica también el conflicto
sobre el rol del Estado: el meollo de la lucha civil de 1848 era, precisamente, la agenda y no agenda del
Estado.
La teoría de la solidaridad “ permitía afirmar que la sociedad vivía y evolucionaba según leyes propias y
que, en consecuencia, no se trataba ni de mantenerla en su estado arcaico ni de decretar sus formas
en función de una voluntad política.
De este modo, “bajo el signo de la solidaridad se desarrolló, a fines del siglo XIX, todo un movimiento
legislativo que echó las bases del derecho social. En nombre de ese derecho social, se asistía a una
creciente intervención del poder público en la esfera de las relaciones civiles y privadas. El derecho
social se presentaba como la aplicación práctica de la teoría de la solidaridad. De acuerdo con la doctrina
de la solidaridad, el derecho social pretendía tan solo reparar las carencias de la sociedad, compensar
los efectos de la miseria, reducir los de la opresión. Ese derecho se orientaba a corregir la sociedad, no a
reorganizarla”.
Castel señala que se estaba produciendo el pasaje de contrato-tutela al contrato-estatuto, y la cuestión
social no se planteaba en relación a la indigencia sino a la vulnerabilidad de masas que, representaba por
la inseguridad obrera.
A principios del siglo XX se establecieron nuevas relaciones entre el trabajo, la seguridad y la propiedad.
Se jugaba una nueva función del Estado, una nueva forma de derecho y una nueva concepción de la
propiedad.

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UNIDAD 2.
- La cuestión social en el proceso de consolidación del capitalismo.
- La Charity Organización Society y el Settlement Movement. Su papel en la institucionalización de
prácticas asistenciales.
- Contexto de emergencia y proceso de profesionalización del Trabajo Social en Estados Unidos y Europa.
- Primeras sistematizaciones del Servicio Social profesional y creación de las primeras escuelas.
- El papel de Mary Richmond y Jane Adams en la historia de la profesión.
- Caso Social Individual y Servicio Social de Grupo.

Bibliografía:

- Trinidad Banda Gallego - “El nacimiento de una nueva profesión: El Trabajo Social”.
- Bibiana Travi - “La dimensión técnico- instrumental en Trabajo Social”.
- Miguel Mirando Aranda - “De la caridad a la ciencia”.
- Lucía Martinelli - “Servicio Social: Identidad y alienación”.
- Mary Richmond - “Caso Social Individual”.
- Mary Richmond - Diagnostico Social.

Trinidad Banda Gallego - “El nacimiento de una nueva profesión: El Trabajo Social”.

1. Introducción.

El surgimiento del Trabajo Social de manera organizada surge en Inglaterra, a partir de la actividad de
grupos y organizaciones que pretenden dar respuesta a los graves problemas sociales que aparecen a
finales del siglo XIX como consecuencia de las transformaciones que se iban produciendo en la sociedad
derivados del proceso de industrialización. Estos problemas incitaron a la compasión de algunos
sectores de las clases altas, que por su instrucción, cultura, medios económicos y espacios de ocio,
tomaron conciencia del problema e intentaron buscar soluciones.
Las dos experiencias más significativas que surgen entre finales del siglo XIX y principios del XX, y que
son las que dan origen al Trabajo Social son: Las Organizaciones Sociales de Caridad y los Settlements.
Ambas nacen en Inglaterra pero cuajan en Estados Unidos donde tienen su mayor desarrollo.

2. Orígenes y contexto donde hace su aparición el Trabajo Social.

El trabajo Social nace como práctica social, como ocupación primero y como profesión después. En
Inglaterra, a lo largo del siglo XIX, se produce un aumento espectacular de la población. La consecuencia
más inmediata fue el hacinamiento de la población en los barrios periféricos de las ciudades, la suciedad,
la falta de hábitos de higiene, la mala alimentación, etc., eran las fuentes de grandes enfermedades o
pestes.
Como cobertura “para hacer frente”, surgen en 1834 La Ley de Pobres, convirtiéndose en la referencia
central de un parte de los debates sobre la política social en Gran Bretaña.
El poder político seguía en manos de los terratenientes, cuyo interés, era evitar que recayeran sobre ellos
los costos de asistencia a los trabajadores del campo que habían emigrado a las ciudades o que se habían
quedado sin recursos en sus propias localidades.
La ley instauró un nuevo sistema de socorro público. La disposición capital de la Ley era la
obligatoriedad de la workhouse, donde se impone el trabajo obligatorio de los indigentes en
condiciones a menudo inhumanas. Pero era un sistema centralizado nacional, que se pretendía
homogéneo y financiado por fondos públicos.
Otra idea que se refleja en la Ley de los Pobres, es el principio de less eligibiliry, “la vida a expensas de la
beneficencia debía ser una opción menos elegible que la vida alcanzada por el trabajo”.

3. La influencia del pensamiento maltusiano en los primeros trabajadores sociales.

Malthus (1766-1834) identificaba la pobreza como falta de previsión, pero la justifica como instrumento
de progreso y laboriosidad. El pobre no puede culpar a nadie de su vida, sino sólo a sí mismo. Era pobre
por su culpa y no merecía ayuda. Es más, la ayuda podía desanimar a otros de tratar de redimirse por su
propio esfuerzo.
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De conformidad con estas ideas, se concentró la atención no sobre las causas de la pobreza, sino sobre
su más hiriente manifestación: la situación de los trabajadores y sus familias.
A fines del siglo XIX, algunas investigaciones sociales referidas a este tema desmienten que la pobreza
es siempre culpa del individuo y que el sufrimiento humano era producido por salarios insuficientes, falta
de espacios de ocio, medio ambiente deprimente, habitaciones insalubres, enfermedades, etc. Contribuyó
la idea de que la mejora moral de los pobres dependía de la mejora de sus condiciones económicas y de
vida.
El pensamiento social dominante era, de un individualismo extremo, por el que la causa de la pobreza
estaba, no tanto en la forma en que la sociedad estaba organizada, sino en los defectos individuales del
carácter: pobreza, ociosidad, negligencia, mala administración, alcoholismo, juegos de azar, etc.

4. ¿Cuáles fueron los factores que influyen en la aparición del Trabajo Social?

Los factores principales que, influyeron en la filosofía social y la aparición práctica de la


asistencia a los pobres y la aparición del Trabajo social como profesión fueron:
a) Los movimientos de investigación y reforma social.
b) El nacimiento de las ciencias sociales.
c) La acción interventora del Estado.
d) El movimiento de las Organizaciones Sociales de la Caridad (COS).
e) El movimiento de los Asentamientos (Settlements).

a) Los movimientos de investigación y reforma social: las conexiones entre el nacimiento de la


sociología, las reformas sociales y la incipiente profesión del Trabajo Social son muy profundas. Los
intereses de los sociólogos de Chicago confluían con los de los trabajadores sociales y con los de los
reformistas sociales al considerar la ciudad como objeto de observación o estudio.
En la escuela de Chicago triunfó la idea de que la conducta de los seres humanos no hunde
principalmente sus raíces en la herencia, sino más bien en el medio social, de modo que las conductas
individuales son inseparables de las condiciones de vida en las que los individuos se desenvuelven.
Con esta perspectiva interaccionista, nutrida por el pragmatismo se realizan múltiples investigaciones
sociales relacionadas a: las mujeres y el trabajo juvenil, la vivienda, bebida y causa de la pobreza.
De este modo surgió el Trabajo Social, un movimiento practico de estudio de la pobreza, desarrollado por
mujeres de clase media comprometidas con la reforma social a partir de su contacto cotidiano con los
pobres.

b) El nacimiento de las ciencias sociales: desde finales del siglo XIX y principios del XX es cuando
tienen nacimiento y posterior desarrollo las ciencias sociales. Casi todas ellas hunden sus raíces en el
esfuerzo por interpretar científicamente la condición humana. Sin embargo, este esfuerzo sólo dio lugar a
disciplinas sistemáticas, con pretensiones de dignidad académica.
Comenzaron a nacer la sociología, la antropología, la psicología social, rodeadas de marcos teóricos
particulares. Todas nacieron para entender los cambios que la revolución industrial y la revolución urbana
trajeron consigo, pero es más, nacieron como un objetivo, su aplicación.

c) La acción interventora del Estado: La explicación del fenómeno intervencionista universal y constante
hay que buscarlo en múltiples causas: aumento demográfico; progreso material y técnico; progresiva
responsabilidad de la administración pública en la satisfacción de necesidades colectivas de orden material
y social; decisiva influencia del movimiento obrero, crisis del dogma liberal de la autonomía de la voluntad
como única fuente de regulación de las condiciones de vida.
Estos factores conjugaron para dar lugar al origen del Trabajo Social profesionalizado, desde dos tipos de
organizaciones sociales: El movimiento de las Organizaciones Sociales de la Caridad (COS) y El
movimiento de los Asentamientos (Settlements).

5. Antecedentes inmediatos.
a) Tomas Chalmers: pretendía terminar con el socorro. Pensaba en dividir los barrios, donde un visitador
se encargaba de las cuestiones religiosa y otro de las sociales. Si el pobre necesitaba ayuda, primero se
veía si él podía autosatisfacerse, sino se recurría a familiares, sino a ricos que den donaciones, y de última
a la parroquia
b) Barón de Genaro: Investigación científica de las necesidades del solicitante y establecer con él una
relación personalizada.

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6. La Filantropía femenina.
Filantropía: hacer el bien por amor al hombre. Practica presente en todos los pueblos, expresión del
impulso generoso, de atención, respeto y servicio, que nace del ser humano, encaminado a promover
su desarrollo y proteger su entorno.
Entre fines del XIX y principios del XX surge la filantropía científica y podemos decir que ésta nace con el
movimiento de Organizaciones Sociales de la Caridad (COS).
Desde este movimiento se desarrollan criterios para determinar quién estaba realmente necesitado y qué
tipo de ayuda podría ser la más apropiada. La respuesta más eficaz era la necesidad de hacer una
investigación exhaustiva sobre cada individuo y sobre cada familia que pidiera ayuda y ayudar al receptor
para que encontrara camino de vuelta hacia la independencia, desarrollando estrategias para lograr un
cambio en los patrones de conducta, con el objeto de hacerlos autosuficientes.
La literatura filantrópica era “la mejor forma de caridad es dar trabajo a los hombres y pagarles salarios
decentes”
La filantropía ha sido siempre el reflejo de una sociedad de clases porque se ha basado en la
división entre dominantes ricos y receptores pobres.
Primero, eran mujeres de la burguesía urbana que realizaban recopilaciones de datos en los hogares. Su
instrumento era la observación y objetivación: la entrevista codificada, el cuestionario y la encuesta a
domicilio.
Las mujeres se empiezan a congregar para hacerse cargo de los más desprestigiados. Con el desarrollo
de estas prácticas surge el Trabajo Social como profesión primero, y como disciplina algo más tarde.

7. El Movimiento de las Organizaciones Sociales de la Caridad (COS).


La Asistencia social organizada fue una respuesta de la sociedad inglesa ante la avalancha de problemas
sociales provocados por la revolución industrial y el liberalismo político, cuyo central era la no intervención
del Estado.
La Primera COS fue fundaba en Londres en 1869.
Desde su nacimiento quedaron sometidas a una serie de principios y criterios que llevaron a someter la
ayuda a una organización y administración más eficiente y a una racionalidad científica.

El programa de las COS estaba basado en una serie de criterios y normas:


1- Distinguir entre pobres merecedores y no merecedores.
2- El asistido será el principal responsable de su propio restablecimiento, por lo que el plan
de ayuda había que hacerlo en colaboración con la persona afectada.
3- No se concederán socorros temporales. Se concederá una ayuda suficiente hasta situar a
la persona/familia en condiciones normales.
4- Cada demanda de asistencia tenía que ser investigada y sometida a un tribunal. Además
de hacer seguimiento del resultado.
5- Descubrir a los impostores.
6- Los agentes recibían instrucciones generales escritas, se formarán con lecturas y un periodo de
práctica.
7- Las Instituciones de Caridad comunicarán la lista de los protegidos.
8- Se constituirá un repertorio de obras, que permitirá eliminar las instituciones parásitas.

Estas organizaciones se desarrollaban con visitadores voluntarios, ellos tenían que ayudar con ropa, con
alimentos, a encontrar trabajo, que los niños fueran a la escuela, instruirlos en la higiene corporal y de la
casa, cómo comprar barato, enseñar a ahorrar, cuidar de la salud, pero el mayor interés se concentraba en
la influencia moral.
Además, de descubrir a los impostores y a los mendigos profesionales.
No obstante, el visiteo amistoso no era tan frecuente, por ellos, no tardó demasiado tiempo en que estas
actividades recayeran en personal pegado, con lo que se inicia en cierta medida, la profesionalización.
La difusión se materializo en la fundación de numerosas ramas de la Organización, tanto en Londres
como otras ciudades Inglesas y Europa, pero su mayor impacto fue en Estados Unidos. (Al igual que los
Settlements)
La primera Sociedad de Organización Caritativa en Estados Unidos se estableció en 1877 en la ciudad
de Búfalo. Nueva York. A partir de allí, se extendió de manera muy rápida a otras ciudades americanas.
Esta difusión desde Gran Bretaña a Estados Unidos fue posible porque eran países donde se combinaban
situaciones similares: 1- eran sociedades con grandes núcleos urbanos y con grandes dosis de confianza

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en el progreso. 2- fuerte tradición de la no intervención del Estado. 3- Respeto a la libertad religioso, 4- y
como consecuencia, una gran proliferación de asociaciones caritativas y filantrópicas.
Teniendo en cuenta los principios de actuación, la forma de actuar merece llamarse método de caso. Se
trataba de una mezcla de principios metodológicos producto de la experiencia acumulada por sus
voluntarios, que ponen el énfasis no en una aproximación deductiva, sino objetiva y fáctica, a los
problemas con los que se enfrentaban. Estaban convencidos de que la relación personal, e incluso
amistosa, era necesaria como condición para que el proceso de ayuda fuera exitoso, y también un cierto
grado de control sobre la vida de los sujetos que aceptaron este tipo de relación y los beneficios que de
ella se podían derivar.
Más tarde se desarrollaran otros dos métodos: el Trabajo Social de grupo y el Trabajo Social comunitario.
Mary Richmond (una de las primeras trabajadoras sociales y la primera que sistematizo conocimientos
propios del Trabajo Social), decide realizar una encuesta para conocer mejor a las familias asistidas por su
organización.
Se promueven seminarios para preparar un personal adecuado, hasta que en 1897 organiza en
Nueva York la Escuela de Instrucción para la Filantropía Aplicada (ella era docente de allí).
Ella fomenta y desarrolla el Trabajo Social de casos individuales se basa en unos procesos que
desarrollan la personalidad por medio de la adaptación conscientemente efectuada, individuo a
individuo, entre los hombres y su entorno social.

Los pasos del tratamiento son:


1- Comprensión de la individualidad y de las características personales.
2- Comprensión de los recursos, de los peligros y de las influencias del medio social.
3- Acción directa de la mentalidad de la asistente social sobre la de su cliente.
4- Acción indirecta ejercida por el medio social.

8. El movimiento de los asentamientos (Settlements).

El movimiento de los Asentamientos, al igual que el movimiento de las Organizaciones Sociedades de la


Caridad, fue una innovación británica, que fue copiada con rapidez y amplitud por Estados Unidos. El
primer asentamiento fue creado en Londre en 1884.
Tenía tres objetivos.
- La educación y el desarrollo cultural de los pobres.
- Información para los estudiantes y otros residentes de la casa sobre las condiciones de los pobres y la
necesidad urgente de hacer reformas sociales.
- El despertar el interés popular de los problemas sociales y sanitarios, y en la legislación social.
En estados Unidos, el Asentamiento fundado por Jane Addams en la ciudad de Chicago en 1889, algunos
autores dicen que nacen en oposición a la filosofía de las Organizaciones Sociales de la Caridad de
corriente individualizada, mientras que los establecimientos se enfocaban en los factores ambientales
como causante de la pobreza porque parten de que la misma deriva de las condiciones sociales adversas
sobre las que los individuos no tienen ningún o muy poco control.

La identidad de los establecimientos eran:

1- La perspectiva comunitaria y no individual de los problemas.


2- La consideración de los otros como vecinos y no como clientes.
3- La importancia del grupo y de la colectividad para producir cambios.
4- La necesidad de la acción política y reformas legislativas para producir cambios estructurales.
5- Que el sistema democrático era el adecuado para conseguir una sociedad más justa.

 La metodología del asentamiento parte de un principio que era: el intercambio de tiempo, cultura y
experiencias en la reciprocidad. Aportan un elemento básico al Trabajo Social que es la importancia de la
relación interpersonal como proceso de ayuda.
A partir de este principio, podemos establecer una serie de ítems por los que se guiaban en su
funcionamiento:
 En primer lugar, se instalaron en el vecindario de los grupos más necesitados o a los cuales querían
intervenir, vivían en el propio barrio.

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 En segundo lugar, era fundamental y básico el contacto personal con los habitantes del vecindario.
Recrear un sentimiento de buena vecindad en ciudades crecientemente masificadas y hacinadas. La
pluralidad enriquecía el trabajo con grupos.
 En tercer lugar, el ofrecimiento de una gran variedad de servicios que iban desde actividades
educativas y de tiempo libre hasta la disposición de salas de reunión para sindicatos obreros, conferencias,
foros de debate, dispensarios médicos, guarderías infantiles, baños, talleres de trabajo para desempleados,
etc.
 En cuarto lugar, hacen más hincapié en la reforma social que en la mejora individual debido a la
familiarización con las necesidades y problemas de la gente de sus barrios.
 El uso frecuente de los grupos; no es vano se ha situado en los establecimientos el origen del Trabajo
Social de grupo.
 Y en sexto lugar, la no moralización. Rehusaban aplicar las normas de la clase media, como la
fragilidad, la templanza, el ahorro o la moderación, por considerarlo imposible e irrelevante y porque partían
de que los problemas sociales se identifican mayoritariamente en el ambiente, no en la persona y sí
ayudarlos a que hicieran realidad sus propósitos y lo que fuera mejor para cada uno de ellos.

Diferencias.
Organizaciones sociales de la Caridad (COS). Settlements.
Énfasis en los procesos de ayuda. Autoayuda
Vienen desde afuera. Trabajan desde dentro.
No hacer, no hacer. Haz, haz.
Intervención individualizada con los sectores de Visión más general de los problemas.
población más vulnerables. Intervención grupal y comunitaria.
Individuo culpable de su situación, al menos en los Los factores del entorno son una causa de la
primeros momentos; esta forma de pensamiento conducta humana.
cambiará con el tiempo.
Conocer a través de la investigación, para Conocer, a través de la investigación, la realidad
promover mejores individuales. para transformarla.
Identidad profesional. Identidades profesionales pero construídas.
Son tres características: investigación, reforma y
residencia.
Usuarios eran considerados clientes con Los usuarios eran considerados vecinos. Se confía
necesidades que resolver en la vecindad para producir cambios y mejoras,
sin fijarse tanto en las patologías individuales.
Mejoras individuales: modificación del carácter. Mejoras sociales: educación, vivienda, salud,
urbanismo, cambios legislativos, ocio y cultura.
Uso de voluntarios. Visitadores amistosas. Uso de voluntarios residentes.
Estaban adscriptos al movimiento progresista
desde el principio, al menos en Estados Unidos.
Se hacían verdaderas pruebas de necesidades Se asentaban en los barrios pobres de las ciudades
para ver el merecimiento o no de un caso. industrializadas y yodo el vecindario era atendido a
través de sus acciones.
Estaban más centrados en la gente que en su
doctrina, en la acción, más que en la teoría.

Similitudes
a) Ambos movimientos fueron urbanos, implantados y desarrollados en las grandes ciudades.
b) La mayoría mujeres.
c) Confían en el uso de voluntarias, especialmente gente de clase privilegiadas, porque se
sentían impelidas por el problema de la división de clases.
d) Ambos movimientos son una innovación Británica que se expandió a Estados Unidos.
e) Ambos movimientos se desarrollaron como práctica social.
f) Emprendieron grandes batallas sociales de la época: racismo, xenofobia, reconocimiento de los
derechos de las mujeres, regulación del trabajo infantil, vivienda, atención sanitaria, desempleo, parques
y zonas de ocio y tiempo libre, etc.
g) Trabajar ricos y pobres para reducir la desigualdad social y la división de clases.
h) El acercamiento a los problemas no podían hacerse desde la buena voluntad, la caridad o la

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filantropía, sino desde una aproximación a los problemas sociales, investigando para luego actuar.
i) Confluyen, por lo tanto en que es necesario un proceso de formación.
j) Comparten motivaciones religiosas, pero confían en el avance científico.
k) La pobreza urbana es una consecuencia negativa de la urbanización, incluyendo la separación de las
clases sociales.
l) Enfatizan el sacrificio y las relaciones humanas, la necesidad de trabajar ricos y pobres para reducir la
desintegración y la lucha de clases.
m) Ambos movimientos dependían de la ideología y motivaciones de las personas que estaban al frente
de las mismas.
n) Comparten la necesidad de la formación de los ejercientes en las actividades propias de ambos
movimientos.
o) Reemplazan la caridad tradicional por la justicia social, por su implicación en el movimiento de
reformas sociales.
p) Ambos movimientos convergen en 1905 cuando Jane Addams es elegida presidenta de la Conferencia
de la Organización Social de la Caridad.

Bibiana Travi - “La dimensión técnico- instrumental en Trabajo Social”

Capítulo I - Algunas reflexiones acerca del proceso de profesionalización del Trabajo Social.

Para entender el proceso de profesionalización, consideramos a la profesionalización como el proceso


a través del cual una “ocupación” u “oficio” “se convierte” en profesión, es decir el momento en el que se
reconoce que para su ejercicio es necesario atravesar por un proceso de formación con el fin de adquirir
determinados conocimientos y el desarrollo de ciertas competencias, destrezas y habilidades. Los
orígenes nuestra disciplina arroja que se produce a fines del siglo XIX en EE. UU.
En tal sentido, existen aspectos o elementos de todo proceso de profesionalización:
- el desarrollo de un cuerpo de conocimientos disciplinares de carácter sistemático.
- la transmisión de dichos conocimientos a través de instancias formales de formación y
acreditación.
- la consolidación de la investigación.
- el establecimiento de principios éticos que rigen el accionar de la profesión.
- una organización interna que ejerce autoridad sobre el ejercicio y que desarrolla una cultura
profesional.
- el reconocimiento público de la actividad profesional.

Dicho proceso se produce en la última década del siglo XIX y principios del siglo XX en EE. UU. A pesar
que, como “ocupación” haya nacido en Europa.
Para comprender dicho proceso es ineludible considerar el contexto socio-económico y político en el
que se gesta, a la vez que indagar acerca de las profundas transformaciones en el campo de las ideas,
en el campo cultural y educacional, con la creación de centros de formación y universidades públicas y el
acceso de las mujeres a la educación superior.
En el aspecto económico, se pasó de una economía agraria a una economía industrial y a la
consolidación del modo de producción capitalista; socio-demográficas, con el acelerado aumento de la
población a partir de fundamentalmente de la inmigración masiva; culturales, que se manifiestan en los
cambios en las costumbres y estilos de vida como producto de este nuevo modelo de sociedad;
políticas, con la consolidación de un Estado capitalista monopólico, en simultáneo con el auge del
movimiento reformista-progresista, en el cual participaron principales figuras fundantes del Trabajo Social.
Así, con la instauración del capitalismo industrial quedan a la luz las enormes contradicciones de la
sociedad norteamericana y emerge la cuestión social, cuyas principales manifestaciones fueron, entre
otras:
- Pobreza y precarias condiciones de vida para amplios sectores de la población.
- Desempleo.
- Desfavorables condiciones de trabajo y bajos salarios.
- Migraciones internas e inmigraciones masivas.
- Problemas sociales vinculados al crecimiento acelerado de las ciudades, como la falta de
vivienda, hacinamiento, problemas de salubridad, segregación racial, delincuencia juvenil,
alcoholismo, desintegración familiar, entre otras.

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A partir de estas principales manifestaciones, nuestros antepasados colegas elaboraron diversas
estrategias para dar respuesta a estos problemas entre ellas:
- acciones de organización y administración de los servicios de asistencia social (como las
Sociedades de Organización de la Caridad, (COS),
- creación de servicios sociales en diversos ámbitos (educación, hospitales, etc.).
- creación de centros vecinales (Settlements Houses).
- participación activa en la modificación y creación de leyes de protección social.
- desarrollo de las primeras investigaciones y desarrollos teóricos-metodológicos vinculados con
la intervención profesional.

Otra cuestión, indispensable para la comprensión de estos movimientos y de sus protagonistas es


la participación activa de las mujeres y sus luchas por la emancipación.
Hacia fines del siglo XIX emerge una “nueva mujer”, que comienza a “invadir” el espacio
público cuestionando la desigualdad entre los sexos, y reclamando autonomía y libertad.
Sin dudas y en especial para las mujeres de clase media y alta, la participación en las diversas
asociaciones surgidas en la época significo un espacio de emancipación, con no pocos costos personales
y familiares.
Se producen cambios significativos en el mundo de las ideas, que según los expertos modificarían las
formas de ver y pensar la sociedad. Se trata del surgimiento de nuevas y originales perspectivas teóricas y
filosóficas, como el pragmatismo y el interaccionismo simbólico, desarrollados a través de las figuras de
Peirce, James, Dewey y Mead.
La construcción de una nueva concepción del abordaje de las “manifestaciones de la cuestión social”,
tendrán como figuras centrales a las visionarias y comprometidas pioneras Mary Richmond y Jane
Addams, quienes sentarán las bases para la profesionalización del Trabajo Social y la formación académica,
acudiendo a las más innovadoras teorías de su época en el campo de la filosofía, sociología, psicología,
medicina y antropología, en particular el pragmatismo y el interaccionismo simbólico.
Wright Mills (1968), considera que el pragmatismo fue una “filosofía de la protesta del intelectual” y
“el nervio del pensamiento norteamericano progresivo” durante las primeras décadas del siglo XX.
Las rupturas del Trabajo Social profesionalizado con las prácticas de beneficencia y su implicancia en
la dimensión técnico-instrumental.
El proceso de profesionalización y por consiguiente de ruptura con las viejas prácticas de caridad y
beneficencia se produce en EE. UU. En la última década del siglo XIX el Trabajo Social “nace formando
parte del mismo proyecto global de las ciencias sociales”. Estará inspirado y orientado por el pragmatismo
y el interaccionismo simbólico, que le aportarán tanto su base teórica como sus fundamentos filosóficos y
epistemológicos. Las dos figuras centrales serán, sin dudas, Dewey y Mead.
La influencia de la filosofía de Dewey y las tesis interaccionistas se observará claramente en la adopción
de un sistema teórico-filosófico y una visión no dicotómica de la relación individuo-sociedad, en particular
la influencia del medio mbiente y la perspectiva de un sujeto capaz de transformarse a sí mismo y a la vez
a su entorno, las dimensiones materiales y subjetivas y los complejos procesos de la construcción social
de la realidad.
La profesionalización constituye el punto de inflexión y ruptura del “ejercicio de ayudar”, comienza a
edificar los cimientos que le permitirán convertirse en una práctica profesional con reconocimiento
público y académico y en una nueva disciplina de las ciencias sociales.

Podemos señalar entonces como principales ejes de ruptura:


- sus fundamentos, valores, fines últimos y la filosofía que lo inspira;
- su interpretación acerca de los problemas sociales y la pobreza;
- su concepción de los sujetos;
- la incorporación de los marcos teóricos más avanzados desarrollados por las ciencias sociales de
la época.
- la presencia de agentes profesionales, con formación académica;
- cambio en las formas de ayuda, organización y prestación de servicios.

Con respecto a sus fundamentos y fines últimos, Richmond y Addams tienen un posicionamiento crítico
respecto de las precarias condiciones de vida de gran parte de la población, de la situación de los
inmigrantes, de lxs trabajadorxs, de las mujeres, niñxs y ancianxs desprotegidxs; de allí explicitan y
vinculan los fines últimos del TS con el mejoramiento de las condiciones de vida.
A su vez, ya no se considerará que los problemas sociales y la pobreza, en particular son causas

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exclusivas de las características personales, sino que incorporan como elemento decisivo el impacto del
medio ambiente, los vínculos y experiencias que un individuo atraviesa a lo largo de su vida.
En cuanto a la concepción de los sujetos, se pasa de una concepción de personas carenciales, “débiles de
espíritu” y objeto de asistencia y “corrección”, para ser considerados como sujetos de derecho, activos,
reflexivos, capaces de cambio y modificación de su entorno.
Este enfoque permite el desarrollo de una comprensión compleja” de los sujetos.
Acceder a abordarla al contexto en el que se desarrolla, permitió a su vez valorizar los esfuerzos que
sus miembros realizaban para sobrevivir, para educar a sus hijos en las más precarias condiciones de
existencia. Y ello no sólo implicó una fuerte ruptura con concepciones de tipo moralizantes o
culpabilizadoras acerca de su situación, sino que permitió tomar conciencia de sus capacidades, de sus
potencialidades y fortalezas.
Es a partir de este cambio de concepción que puede explicarse como el TS reorienta y renueva sus
objetivos de intervención, dirigiéndose entonces a brindar apoyo, sostén, acompañamiento, y a
desarrollar al máximo las potencialidades de los sujetos.
Es en este contexto que el desarrollo e innovación con relación a las técnicas e instrumentos, y a la pericia
en su aplicación, adquieren particular relevancia.
Como consecuencia de la crítica al paternalismo, las acciones moralizantes y el reconocimiento de las
enormes falencias en la formación de los voluntarios de las asociaciones de caridad, cobran auge las
primeras escuelas de formación de trabajadores sociales.
Desde sus inicios, la ética profesional estará asociada a la responsabilidad, la competencia, el
conocimiento, en síntesis, el “saber hacer”.
Este cambio de concepción deberá dar lugar a una nueva manera de comprender la dimensión técnico-
instrumental dando prioridad a los enfoques cualitativos, los procesos de comunicación, dialogo, escucha,
participación activa de los sujetos.

Miguel Mirando Aranda - “De la caridad a la ciencia”.


1. Trabajo Social y Ciencias Sociales. Cien años de historia conflictiva.
1. 1 - Disciplinas y profesiones.

Para entender el recorrido del Trabajo Social en los países occidentales se debe diferenciar disciplina
y profesión.
La disciplina, conjunto de conocimientos teóricos-practicos, el corpus sistemático de conocimientos
sobre un campo determinado sobre los que progresivamente se va a construir la profesión, se configuró
fundamentalmente en los Estados Unidos.
La definición sociológica del término “profesión”, implica estas características:
* Cuerpo de conocimientos sistemáticos, enseñados en la Universidad.
* Saber hacer práctico derivado de sus conocimientos.
* Código deontológico que regula las relaciones entre los profesionales y los usuarios.
* Organización que desarrolla una cultura profesional (congresos, revistas...)
* Reconocimiento público de la naturaleza profesional de la actividad producida.

1.2 - Los orígenes de las ciencias sociales.


Las Ciencias Sociales nacen para entender lo que está pasando en la sociedad a consecuencia de la
Revolución Industrial.
Las Ciencias Sociales van a aparecer como consecuencia de la necesidad de estudiar la sociedad para
modificar su funcionamiento. Se relaciona con la pervivencia de la pobreza en el momento en que las
fuerzas productivas son capaces de producir más riqueza.
Darán los primeros pasos en forma de economía política. Saint-Simón, Comte, Weber, Marx y Durkeim se
van a mostrar interesados en la industrialización y sus consecuencias. Estudiarán el crecimiento enorme
de la productividad pero también constatarán el aumento de la pobreza que va a afectar a la mayoría de la
población.

1.3 - Aplicar las ciencias sociales.


Durante la segunda mitad del siglo XIX comenzará un proceso de subdivisión de las Ciencias Sociales.
Greenwood ha explicado el proceso de escisión y el mundo de la reforma social y de la acción y crea dos
subgrupos:
* El primero, integrado por las ciencias más “prestigiosas”, como las Ciencias Políticas y Económicas, la
Sociología, la Antropología y la Psicología.

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* El segundo grupo, en el que incluye la Pedagogía, el Trabajo Social, las Ciencias de la Comunicación, la
sociología y la Psicología de las organizaciones y los estudios de la familia, sería el grupo de las ciencias
sociales “inferiores”.
El nivel de prestigio vendría dado por su vinculación con la realidad, cuanto más fuerte sea la voluntad de
ser ciencia aplicable menor será tu estatus, al menos en el mundo académico.

1.4 - La fundación del Trabajo Social como parte del mismo proyecto y con vocación de
disciplina “aplicada”.
El Trabajo Social nunca dejó de ser aplicado. La unión con el mundo de la acción, de la reforma social es
la que le deja en un punto de inferioridad respecto a otras disciplinas, ya que otras disciplinas se
reservaron para sí el monopolio de del pensamiento pero sin comprobar a través de la práctica, no se
puede separar las teorías de las interpretaciones, porque la mayoría se basan en el método experimental
para comprobar formulaciones.
Respecto a la sociología, Bryan Turner, explica que el término emergió en asociación con el intento de
Comte y Saint- Simon. Comte uso el término sociología para reemplazar a la expresión “physique sociale”.
Para Macionis y Plumer que la sociología es el producto de la inquietud de algunas personas que
reflexionan de un modo más riguroso y científico sobre la naturaleza de la sociedad y los cambios sociales
que se producen.
Jane Addms, “una asistente social de gran prestigio debido a su activismo a favor de los inmigrantes, la
verdadera fundadora de la Escuela de Chicago”, sumando a los intereses de los “reformadores sociales”
y de las “instituciones de caridad”, fueron un buen estímulo para la hacer estudios empíricos sobre
problemas sociales, formando parte en común Trabajo Social y Sociología.
Se separan porque los trabajadores sociales quieren valerse de la ciencia para cambiar la realidad,
para enfrentarse a los problemas sociales, para producir cambios.

1.5 - La Antropología social y cultural y el Trabajo Social.


Según Menéndez, la antropología social y todas las ramas principales de la antropología se constituyen a
partir de una división del trabajo intelectual que remite por una parte a las sociedades complejas,
civilizadas, desarrolladas respecto de las cueles se instituyo la sociología y en gran medida la historia.
Por otra parte, remite a las sociedades primitivas, no complejas, no desarrolladas para las cueles se
instituyó la antropología.
También una mención a la relación de la disciplina antropología con el Estado –nación moderno. Harris
afirma que el desarrollo de la teoría antropológica comenzó con la Ilustración. Para él, los filósofos sociales
definieron las cuestiones centrales de la antropología actual. También hay autores que unen el nacimiento
de la Antropología como ciencia a un proceso de interdependencia entre el modelo de sociedad propuesto
por el Estado-Nación y la propia elaboración teórica que desprende del análisis de esa misma sociedad.

1.6 - El mundo de lo “psi”: la psiquiatría, la psicología y la psicología social.


Comelles habla de la situación de la Psiquiatría como disciplina y profesión entre las ciencias biomédicas y
sociales.
La Psiquiatría, como las ciencias sociales, y la Antropología nacen con la Ilustración, el nacimiento de una
nueva disciplina va con la necesidad de la caracterización de aquello que es distinto (locos, criminales,
salvajes, marginados, los que son diferentes).
La ilustración convirtió al loco en enfermo, para llevarle a otra institución, antes estaban en la
cárcel, especial con médicos especiales, un nuevo modelo de gestión.
El desarrollo de un nuevo método de producción, el capitalismo, permitió la creación y transformación de
los mecanismos de control social y vigilancia sobre lo peligroso.
Castel desacredita y califica de dispar el “eslogan moderno” del psiquiatra-policía. Afirma que la medicina
mental se ha convertido en una pieza de un aparato centralizado de poder y que, al proponer soluciones a
un problema de gobierno se convirtió en una ciencia política. Castel señala el peligro de la
psiquiatrización de la sociedad.
El nacimiento de la psiquiatría y la gestión de la locura lejos de ser un fenómeno marginal y secundario,
supone una innovación decisiva desde el punto de vista político y social, así como el inicio de una
modalidad científica de tutela de las poblaciones que no ha cesado de agrandarse hasta nuestros días. La
medicina mental constituye el inicio de una experiencia socio-política que consiste en aplicar la ciencia a la
dirección de los hombres para evitar la guerra social.
Una novedad es la existencia de un grupo profesional, bien organizado, que reclama el monopolio de la
verdad psicológica frente a: los filósofos, médicos, economistas, políticos, historiadores y artistas.

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Danzinger llama la atención sobre el hecho de que el nacimiento de disciplinas nuevas depende de la
aparición de un nuevo rol, estos nuevos roles son inventados por individuos que pretenden mejorar las
oportunidades de su carrera profesional mediante un proceso llamado “hibridización de rol”.
Wundt utilizó su formación como fisiólogo para iniciar una carrera como filósofo, pero innovando en la
Filosofía utilizando el método experimental de laboratorio sobre problemas de Psicología, así nació según
Danzinger el rol de psicólogo experimental.
Esta propuesta implica el reconocimiento de que el motor de determinados cambios históricos no es otro
que la motivación individual.
Para la Sociología del conocimiento psicológico, dice Danzinger, fue una diferencia de contexto social muy
importante lo que determinó la naturaleza de la nueva disciplina. En Estados Unidos escaseaban los
filósofos profesionales y tenían poco poder, las escuelas médicas americanas estaban aún por desarrollar.
La ausencia de profesionalización en la educación superior durante el siglo XIX determinó que la
institucionalización de la Psicología tuviera lugar en un territorio prácticamente virgen.
Dentro de las escuelas psicológicas, una de las más cercanas al Trabajo Social es la Psicología Social.
John Turner mantiene que la psicología es la ciencia de la mente y la Psicología social es la ciencia de los
aspectos sociales de la vida mental.
Baron y Byrne, definen la psicología social como el campo científico que trata de entender la naturaleza
y las causas del comportamiento y del pensamiento del individuo en situaciones sociales.
Krech, Crutchfield y Ballachey definen el objeto de la Psicología social como oposición a la Economía, la
Política, la Sociología y la Antropología, que se ocuparía de estudiar grupos más amplios, las
clasificaciones humanas, índices de conducta, actividades específicas… Mientras que la psicología
social concierne a todos los aspectos de la conducta social del hombre, esto es, el “hombre social”
(Platón y La República).

1.7 - La enfermería.
Es un rol social subordinado y principalmente femenino, lo que lo sitúa cercano al Trabajo Social con
algunos procesos comunes en los orígenes. Con frecuencia el enfermeros/as y el trabajadores/as
sociales comparten equipo en el sistema sanitario.
Su objeto es “cuidar”. La enfermería se profesionalizó con los conflictos bélicos.
Florence Nightingale, nacida en Florencia (1820-1910), adquirió una formacion bastante extensa en
diferentes disciplinas y sus viajes por diferentes países le permitieron conocer y observar por ejemplo, los
procedimientos que utilizaban las Hermanas de la Caridad en el cuidado de los pobres y enfermos. En la
Escuela Nightingale de Formación de Enfermeras, se formaban tres tipos:
* Hospitalarias.
* Las “de distrito”.
* Las que se dedicarían a la docencia.
Existen elementos en común entre el Trabajo Social y la enfermería: por ejemplo, la cuestión de adjudicar
a las mujeres tareas que tienen que ver con los cuidados, con los procesos de ayuda, está clara en ambos
casos de ahí la evidencia feminización de ambas profesiones a lo largo de su historia. La vinculación a
confesiones religiosas enta también clara en ambas profesiones. Pero hay otra cuestión y es la figura de
Concepción Arenal (1890-1923).
El caso de Concepción Arenal en España, es otro de esos raros casos en esa época y hay que
contextualizarla en el marco de las iniciativas filantrópicas. Estudió diversas áreas: filosofía, derecho,
historia, cuestiones sociales… es citada como precursora en materias relacionadas con la acción social
(escribió La Beneficencia, La Filantropía y La Caridad obra premiada en 1860), y también Enfermería.
Sería reconocida como una precursora de la visitadora sanitaria gracias a su libro El visitador del pobre.

2. Sobre los orígenes del Trabajo Social.

La hipótesis inicial: “el Trabajo Social nace a la vez que las Ciencias Sociales y compartiendo el mismo
proyecto global”. Profesión primero, disciplina después, no es consecuencia de la caridad y la filantropía.

2.1 - De los orígenes de la “Cuestión Social”.


En Inglaterra de finales del siglo XVIII se produce la Revolución Industrial, un proceso “civilizatorio” y
es “multidimensional”, no fue solo una revolución tecnológica. Se producen importantes cambios
demográficos, económicos, urbanísticos y sociales.
DEMOGRÁFICOS: se produce un crecimiento demográfico provocado por la disminución de la mortalidad y el
mantenimiento de la natalidad. Los movimientos migratorios del campo a la ciudad, aparición de un

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tipo de ciudad y sus nuevos moradores van a ser víctimas de unas condiciones de vida lamentables,
degradación física y moral. La emigración a otros continentes en busca de mejores condiciones de vida
a Estados Unido o Canadá.
ECONÓMICOS: la mejora de los transportes, todo lo relevante a la productividad y al trabajo fue regido por
los conocimientos científicos, nuevas fuentes de energía (carbón), innovaciones técnicas como la caldera
de vapor y el maquinismo, la industria el nuevo sector dominante, un nuevo modo de producción: el
capitalismo, nuevos cultivos de origen americano, se aplicaron abonos y fertilizantes. La aparición del
ferrocarril activa la agricultura y la industria, favorece el desarrollo comercial, nuevos medios de
comunicación (teléfono, telégrafo, correo, prensa…)
SOCIALES: cambio de la sociedad de estamental a clasista, que implica movilidad social, nuevas clases
sociales (burguesía y proletariado), cambia la mentalidad.
POLÍTICOS: el liberalismo político con la forma de Estado de monarquía constitucional o de república en
otros países, influencia de la Revolución Francesa (libertad individual, igualdad (formal al menos) de
todos los hombres ante la ley, se va imponiendo el racionalismo.
También se produjeron crisis económicas provocadas por malas cosechas o la quiebra de empresas o el
aumento del paro, y crisis financieras al descender el precio de las acciones. Se crea y se destruye el
empleo rápidamente.
A finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX se producen huelgas, se incendian fábricas y se
destruyen máquinas por considerarlas la causa de los males que afectaban a los trabajadores. Un obrero
llamado Ned Ludd dio nombre a este movimiento: Ludismo. La lucha de los obreros da lugar a
organizaciones sindicales, las Trade Unions, que fueron perseguidas por el gobierno.
Grandes masas de población sufren unas duras condiciones de vida dentro y fuera del ámbito laboral, en
el trabajo y en el barrio, como trabajadores y ciudadanos. Los problemas sociales, los desajustes sociales,
las enfermedades físicas y mentales se multiplican.
En Inglaterra se crea la palabra Pauperismo, es una pobreza que afecta a clases enteras de población y
que se acrecienta cuanto más se extiende la producción industrial.
Comienzan a aparecer leyes y decretos que regulan las relaciones laborales: el Derecho laboral. En 1802
se promulgó un decreto que regulaba el trabajo de los aprendices, el 1822 se consideró legal la
formación de sindicatos, en 1833 se prohibió la jornada de 10 horas para mujeres y adolescentes, en
1834 se promulgó la Casa para obreros, destinada a los trabajadores sin empleo, enfermos, inválidos…
Las viejas formas de solidaridad, de la “ayuda social”, las antiguas instituciones inspiradas en la caridad
vinculada a las iglesias cristianas, o a otras religiones, y su versión secularizada, la filantropía, quedan
rápidamente obsoletas, insuficientes y la situación social obligó a desplegar nuevas estrategias de
intervención y también forzaron al Estado a asumir un papel más activo en la función de prestar asistencia
a las víctimas del primer capitalismo.
En Francia en el siglo XVIII los principales elementos organizativos de la política social eran los hospitales.
Durante la primera mitad del siglo XIX las respuestas generadas desde los poderes públicos son irrisorias.
Vives determina tipos de pobreza, los mendigos-ignorantes, condenados a la miseria y a recibir ayudas por
su falta de habilidades profesionales, propone enseñar un oficio a los mendigos para que abandonen la
pobreza.
En 1696, en Bristol, ser creó una work house y en los primeros años del siglo XVIII se crearon muchas.
Eran centros fabriles en las que los pobres podían aprender a ganarse por sí mismos el sustento, este era
otro modelo de gestión de pobreza y control social que perduró en Estados Unidos durante el siglo XIX.
En 1797, en Inglaterra, Bentham, propone otro modelo de pobres, la solución propuesta a las prisiones
planteaba aplicarla a la fábrica, pero los protagonistas serían los pobres y creó las Industry-Houses.
Proponía crear una sociedad de acciones denominada “Compañía Nacional de Caridad” que debería
velar por la construcción de al menos 200 Industry-Houses. Era imprescindible una respuesta positiva
para recibir ayuda, una buena conducta. La ayuda tenía que ser un instrumento de rehabilitación moral.
Este empleo de beneficencia iba a constituir un núcleo de pericia del que podría surgir el Trabajo Social
profesionalizado: evaluación de las necesidades, control del empleo del socorro, intercambio
personalizado con el cliente. En la Scientific Charity creada en los países anglosajones durante el siglo XIX
se desarrollará este enfoque de asistencia.
Barón de Gérando primer teórico: proceder a una investigación “científica” de las necesidades del cliente, y
establecer con él una relación personalizada.
La sintonía entre el modelo propuesto por Gérando y la metodología desarrollada por las COS. Las
bases del Trabajo Social fueron desarrolladas en las COS pero tuvo una gran influencia el psicoanálisis
en la década de los 20.

16
Y por último, Bismarck: “la inseguridad social del trabajador es la verdadera causa de que sea una
amenaza para el Estado”. Impuso su política dirigida a crear un sistema de seguridad social y entendió que
era el propio Estado el que estaba en peligro si no se creaba un sistema que asegurase los riesgos que
sufrían los trabajadores y lo construyó sobre las bases de las instituciones existentes, se vio influido por
las ideas de la Revolución de 1848.

2.2 - El nacimiento del Trabajo Social en Gran Bretaña.

El Trabajo Social se desarrolló como disciplina especializada desde la mitad del siglo XVIII y finales del
XX, a partir de las sociedades organizadas para la asistencia de pobres. Estas actividades eran
desarrolladas por voluntarios que adquirieron sus propias habilidades y conocimientos en un sistema de
autoaprendizaje. La profesión alcanzó la educación graduada y una estructura común práctica.
El Trabajo Social estaba desarrollando una profesión extraordinariamente diversa que luchaba por
incorporar la teoría y el desarrollo de la práctica necesaria para alcanzar su misión.
Los antecedentes inmediatos proceden de Reino Unido, tras las situaciones generadas con la
Revolución Industrial.
A partir de 1802 empiezan a aparecer normas que regulan algunas condiciones de trabajo y que durante
este siglo se planteen cuestiones como la mejora de la higiene pública y los primeros pasos de la
enfermería.
Los intentos de organizar la caridad con Sir Charles Loch hacen que mejoren las viviendas en algunos
barrios obreros, se crea el movimiento de los Settlement Houses con el Toynbee Hall instalado en el barrio
obrero de Londres y los inicios de hospitales con las Lady Almoners.
La política cambia, son tiempos de reforma, entre 1815 y 1820 hay una depresión económica y en 1832
se reforma el parlamento perdiendo poder la aristocracia.
A principios del siglo XIX, René Sand cuenta, que había en Londres 2.500 “obras caritativas” tanto
religiosas como laicas, estas organizaciones aplican las reglas del Trabajo Social individualizado y se
agrupan alrededor de las Sociètès d’Organisation de la Charité que son asociaciones filántropos que
tratan de perfeccionar la técnica de la asistencia y forman una federación nacional.
René Sand es el organizador de la conferencia internacional del servicio social, y una autoridad y
estudioso del tema. Es su exposición descriptiva se refiere a los organismos y medidas de protección
social que se ponen en marcha. Como por ejemplo: la legislación laboral, seguros sociales de vejez,
enfermedad, invalidez, desempleo, protección a la mujer y a la infancia, educación, lo que tiene que ver
con la higiene, la atención a la salud, la prevención de la enfermedad; todos estos puntos tienen que ver
con el programa de reformas sociales de ese momento.
Estas innovaciones también son extensibles en otros países como Escocia.
Octavia Hill es un punto de referencia para entender la concepción de la pobreza. Defendió que era
necesario desplegar el sistema que facilitase la pretendida reeducación moral de las masas. Para ello
ideó un proyecto tomando la vivienda como argumento. Con la ayuda de John Ruskin adquirió edificios en
Londres y convirtió a sus inquilinos en su objeto de intervención.
Las cobradoras de alquiler y visitadores se movían por aquellos barrios bajos, y de esta experiencia directa
sobre el terreno obtuvieron múltiples enseñanzas que las llevaron mucho más allá de los objetivos
marcados por Octavia Hill.
Su experiencia supuso una nueva forma de acercarse a la pobreza, más estructural, centrada en
el desempleo, el subempleo, y los salarios insuficientes.

3 - El desarrollo del Trabajo Social en los Estados Unidos. El contexto del proceso de
profesionalización.

Reichs es uno de los autores que mejor establece la relación entre el nacimiento del trabajo social y el
contexto sociopolítico norteamericano. Defiende que los métodos de práctica directa en Trabajo Social
surgieron como parte de un amplio esfuerzo para manejar los efectos de la urbanización dentro de una
economía que estaba industrializándose. Califica las transformaciones políticas y sociales de dramáticas
y fueron estos cambios los que influenciaron el desarrollo de la teoría y los métodos de la nueva
disciplina. La segunda mitad del XIX supuso para EE.UU. un desarrollo industrial impresionante. A pesar
de sucederse las crisis económicas los historiadores califican la edad de oro al periodo comprendido entre
el final de la guerra y el final del siglo. Las crisis afectan a los obreros industriales y a los colonos que se
movilizaron y se organizaron para defender su interés. Pero se produjo un proceso de acumulación de
capital y de concentración.

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Cuando los reformistas llegan al poder introdujeron algunos cambios, pero poco consiguieron en el
terreno de mejorar las condiciones económicas y sociales de los negros. Este despliegue del capitalismo
en condiciones de laissez faire produjo una evidente polarización de clases sociales y situó a los
trabajadores en un contexto nuevo y desconocido. La dureza de las condiciones de explotación
desencadenó movimientos de resistencia de la clase obrera que formularon sus reivindicaciones. Era
necesario poner orden en el caos y los líderes políticos y económicos se plantearon introducir reformas.
Desde el final de la guerra civil y el comienzo de la primera guerra mundial, la población de EEUU se
triplicó al tiempo que se incrementaba en cinco veces y medio el número de obreros fabriles. Además de
haber procedentes de países más dispares y de todos los continentes.
Al comienzo de los años veinte el congreso norteamericano dio luz verde a otra norma que ponía
restricciones al número de extranjeros que podían entrar en el país.
Por otro lado las clases dirigentes son cada vez más xenófobas y no ven con buenos ojos la llegada de
inmigrantes procedentes de Italia, Grecia o países asiáticos. El propósito de la ley era restringir seriamente
el acceso a esta población. Son portadores de otros valores culturales. Se fundó el Ku Klux Klan que no
sólo sirvió para martirizar a los negro sino que entre sus víctimas también estaban los judíos o los católicos
o cualquiera que fuera considerado peligroso o extraño para los americanos blancos protestantes.
Los trabajadores, blancos y negros, tenían en común una baja calidad de vida. Vivian en barrios mal
urbanizados en viviendas miserables, naturalmente con poco dinero y pocos bienes, un bajo nivel
educativo y escasa formación profesional. Los emigrantes se veían obligados a aceptar el trabajo que el
mercado les ofrecía y en las condiciones en que se les ofrecía. Las tasas de desempleo y las depresiones
económicas situaban a muchas familias al borde de la subsistencia.
Las sucesivas crisis económicas obligan a replantarse la cuestión social y el problema de la pobreza.
Los viejos estilos de la caridad, los procedimientos utilizados hasta ese momento se revelan como
ineficaces con una situación social que ya no es la misma. De la misma manera que se estaba aplicando
la tecnología a la industria había que aplicarla a los procesos sociales y políticos para enderezar y poner
orden en la sociedad.
Durante la era progresiva los reformadores sociales se empeñaron en tomar medidas relacionadas con la
mejora de la calidad de vida, de la salud pública de los barrios obreros y de sus viviendas y de la
educación. En este intento, no es sorprendente que en la definición de esta comunidad de intereses se
abarcara algunos de los valores de la cultura dominante o hegemónica.

3.1 - Hacia una nueva profesión.

El Trabajo social nace en Estados Unidos, si bien es cierto que heredando una serie de experiencias,
saberes, instituciones traídas y copiadas de Inglaterra. Es allí donde aparece como profesión y donde se
construye como disciplina.
El objeto fundamental del Trabajo Social es mostrar cómo es precisamente, acudiendo a la principal
escuela de pensamiento social del momento, y también la manera de intentar hacer su práctica
más científica de la mano de los profesores de Chicago, ésta escuela inspirada por el pragmatismo
y el interaccionismo simbólico.
Como afirmaba el informe anual de los comisionados de las Almshouses de Nueva York en 1848, los
EEUU era un país favorecido en donde el trabajo estaba bien considerado y bien pagado y donde los
medios de subsistencia eran muy fáciles de obtener y muy poco costosos y la pobreza no existía ni
debía existir.
El discurso de culpabilización de las víctimas se estructura durante la primera mitad del siglo XIX cuando
todavía no existen las COS ni los Settlements Houses, ni mucho menos el Trabajo Social, ni el
funcionalismo sociológico. Es un discurso político que responsabiliza a los pobres de su pobreza y niega
que existan factores estructurales de la organización social que genere y mantenga un número de
personas en situación de necesidad. Los pobres no son más que la suma de una masa indiferenciada de
individuos de los que cada uno es responsable de su desgracia por una u otra razón.
En las décadas siguientes las organizaciones que dan origen al Trabajo social van a suponer alguna
manera de búsqueda de nuevos caminos en el convencimiento de que las Almshouses no era la solución y
motivados por la insatisfacción del modelo de culpabilización de las víctimas.
Así pues, para muchos autores el nacimiento del Trabajo Social tiene que ver con la secularización de la
sociedad y con el abandono del modelo explicativo basado en la moral y en la religión.
La secularización implica volver la mirada a la ciencia. Las ciencias sociales incipientes, con la
construcción de su propia identidad y diseñaban sus intereses como “ciencias puras”.

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En Estados Unidos, los esfuerzos de los reformadores sociales para mejorar las condiciones de vida de las
masas contribuyeron al desarrollo de la sociología y a desarrollar un terreno de estudio común a los
sociólogos y trabajadores sociales.
La historia del trabajo social comienza cuando existe profesión y una ideología corporativa. Antes está la
historia del servicio social, de la política social o simplemente de la solidaridad humana.

3.2 - El movimiento de la racionalización de la asistencia: los “State Boards of Charities”.

Un movimiento que aparece en la segunda mitad del XIX y que también nos interesa resaltar es el de los
State Boards of Charities.
Su objetivo fue mejorar el funcionamiento de los establecimientos públicos tales como hospitales,
manicomios, reformatorios… con fines represivos y de control social bajo una cierta apariencia de
reeducación.
Así lo que el State Board se plateaba era mejorar el tipo de asistencia, humanizarla y racionalizarla
para actuar unitariamente.
Eran encargados de investigar y supervisar todas las instituciones de caridad y correccionales del estado y
recomendar cambios para conseguir instituciones más eficientes y mejor gestionadas económicamente.
Aunque los avances que se producían en este movimiento iban a ser oscurecidos por las agencias
privadas que dominaron la escena de la acción social al menos hasta la depresión de los años treinta.

3.3 - Las COS, un antecedente imprescindible.

Según Dun Huff, la primera COS americana fue fundada en Búfalo.


Los antecedentes organizados del moderno Trabajo Social comienzan con los visitadores amistosos a
mitad del XVIII. Son mujeres de clase media que visitan a las familias indigentes eventualmente
organizadas en las Charity Organization Societies (COS). Su entrenamiento estaba basado en el
autoaprendizaje.
Para algunos el nacimiento de la COS se explica por la búsqueda de la eficacia. Habían desaparecido
las redes de apoyos familiares, vecinales, mecanismos de afiliación a los que se refiere Castel
Las COS mantenía que las acciones benéficas desorganizadas y sin orden producían una clase de
mendigos dependientes cada vez más de los sistemas de caridad. La COS propone como necesaria
la coordinación y la aplicación a todo tipo de intervención de principios racionales y científicos.
Los fundadores y líderes de la COS procedían de clase media y alta y la organización tenía apoyos en
la aristocracia.

Se establecen 8 principios cardinales:


1. Cada caso será objeto de una encuesta cuyos resultados serán consignados en un informe escrito.
2. Este escrito será sometido a una comisión que se pronunciará sobre las medidas a tomar.
3. No se concederán socorros temporales.
4. El asistido será el agente de su restablecimiento y se interesará en este
objetivo a sus parientes, sus vecinos, sus amigos…
5. Se solicitará a favor del asistido la cooperación de las diversas instituciones susceptibles de intervenir.
6. Los agentes de las asociaciones recibirán instrucciones generales escritas.
7. Las instituciones de caridad comunicarán la listad e sus protegidos.
8. Se constituirá un repertorio de obras, que permitirá eliminar las instituciones parásitas.
Cuando las COS dan el salto a EE.UU., inician su propio camino e introducen novedades, se
declaran enemigos acérrimos de proporcionar ayudas directas.
Las vinculaciones religiosas, protestantes, calvinistas eran evidentes y sólo en la medida que aparecen
los trabajadores sociales profesionales dedicados a tiempo completo, se van marcando distancias y
configurando un Trabajo Social más secular, inspirado por otro tipo de valores, además de algunos de
carácter religioso.
La progresiva formalización de las actividades de formación y su posterior incorporación a la Universidad
abrió el abanico de las influencias ideológicas e inspiradas en las Ciencias Sociales incipientes.
Además de las COS, diferentes autores señalan también otras fuerzas que hicieron avanzar al Trabajo
Social, los socialistas fabianos que plantearon una serie de reformas sociales que pusieron las bases de lo
que sería el Trabajo social público.

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3.4 - Del voluntariado a la profesionalización: M. Richmond, la principal figura de las COS.
Si aceptamos la propuesta de Reisch, podemos decir que en la década de 1890 se produce la
transformación del Trabajo Social: de ser una empresa en su mayor parte mantenida por voluntarios,
a estar dominado por personal profesional asalariado y experto.
Como consecuencia a la crisis de 1893, los líderes del Trabajo Social, hicieron esfuerzos para crear
programas de entrenamiento, mejorar los salarios y establecer el objeto y los métodos de la práctica de
trabajo social.
A pesar de todo, algunos trabajadores sociales contribuyeron al desarrollo de los métodos desde dentro
de la COS.
Mary Richmond se concentró en la necesidad de especificar las bases del conocimiento y las técnicas que
distinguían a los Trabajadores Sociales.
Para desarrollar y promover el método de trabajo de caso, en 1904 Richmond empezó a redactar un
borrador que llego a ser un clásico: Social Diagnosis. Más allá de todas las influencias, es ella misma la
que, con toda claridad, declara que cuando intenta definir el Trabajo Social de casos individuales lo hace
por el camino de la ciencia social más bien que por los de la Pedagogía, de la psicología o de la teología.
Mary Richmond va a ser una mujer innovadora. Como dice Siporin, es una fundadora del moderno Trabajo
Social. Hay que entender su figura en el contexto de la COS pero no se limita a mantener los dogmas y
las perspectivas clásicas de esta organización sino que aporta una visión diferente.
El acercamiento a los pobres estaba inspirado en las COS por la ética protestante. La pobreza era el
resultado de defectos morales. Es verdad que este tipo de agencias contribuyeron mucho a secularizar
la caridad.
Trataban de proporcionar ayuda para mejorar y rehabilitar a los desamparados intentando contener es
descontento de las clases bajas favoreciendo la integración social.
Lo que se trata es de conseguir entender los mecanismos por los cuales se produce la pobreza, para estar
en mejores condiciones de cambiar esa realidad. La consecuencia inmediata de este cambio de
perspectiva es que comienzan a descubrir la importancia de la legislación para producir reformas sociales
y reclaman cambios legislativos.
Y se involucran en problemas como la calidad de la vivienda de los trabajadores, la mejora de la calidad de
vida de los barrios obreros, la atención a la infancia, la formación de los adolescentes, la delincuencia
infantil, la regulación del trabajo…
Las primeras generaciones de trabajadoras sociales van a estar involucradas en las batallas más
importantes e incluso “políticamente incorrectas”: la lucha contra el racismo, la acogida de los
inmigrantes, la lucha por la paz…
El desarrollo del Trabajo Social tiene sus raíces en la tradición de la caridad y de la filantropía.
Teniendo en cuenta el contexto religioso norteamericano y el rechazo a considerar la pobreza un problema
social y político, esta herencia explica la preponderancia permanente de las conductas paternalistas y
moralizadoras. Sin embargo, a finales del siglo XIX y en los primeros años del XX aparece una nueva
doble tendencia, a la profesionalización y a la politización.
Almshouses, son asociaciones privadas de inspiración religiosa que gestionan la parte más importante
de la asistencia domiciliaria empiezan a reagruparse y a racionalizar sus procedimientos de intervención.
El case work es la técnica que corresponde a dicha exigencia: la atribución de las ayudas dependerá de
una cuidadosa investigación del “caso” asistido.
A partir del siglo XIX, el papel de los representantes del antiguo paternalismo caritativo declina o se limita a
posiciones honoríficas, para dejar lugar a nuevos especialistas del Trabajo Social.
Mary Richmond representa muy bien este cambio de perspectiva. Su esfuerzo va a ir dirigido a
sistematizar una serie de conocimientos científicos, describir una serie de habilidades especializadas,
una técnica propia. Propone un nuevo acercamiento al fenómeno de la pobreza esforzándose en marcar
distancias con las recomendaciones y exhortaciones.
Piensa que la pobreza requiere dos cosas: servicios personales y servicios sociales, o lo que ella
llama “venta al por menor” y “venta al por mayor” es decir, atención individualizada y también medidas
de reforma social.
Critica el paternalismo de épocas anteriores y reclama el protagonismo del sujeto y su derecho a tomar
sus propias decisiones. Había sido Charles Loch quien, había descrito la intervención desde los
presupuestos de la caridad a partir de la influencia personal de los visitadores amistosos y de los efectos
del amor. Fue Loch a principios de 1880 el que comenzó a utilizar el término case work como sinónimo
de “método de caso”, que consistía en individualizar el estudio y proporcionar ayuda.
En su última obra, sin embargo, serán las teorías de George H. Mead las que les sitúan, en el centro del
Trabajo Social calificándolas de piedra angular. Por tanto, cuando habla de personalidad, habrá que

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pensar que lo está haciendo desde una perspectiva más cercana al interaccionismo simbólico que ninguna
otra teoría.
Mary. R. puso en marcha cursos de formación en la llamada Summer School of Applied Philanthropy, en
Nueva York, que más tarde se convirtió en la escuela de Trabajo Social de la Universidad de Colombia.
Quería configurar una profesión, definir su terreno de intervención, proveerla de técnicas e instrumentos
científicos y conseguir un reconocimiento, un estatus social.
Mary. R aprende de la COS, hereda sus tradiciones, sus enfoques, su cultura organizativa, sus métodos
de intervención. Ello implica una orientación hacia la intervención individual y familiar, ella confiesa su
admiración por la obra de Jane Adams y la reconoce como una de sus inspiradoras.
Nunca se manifestó partidaria de la intervención individual y familiar como único nivel de intervención. Por
eso, ella hablaba del desarrollo del Trabajo Social en una espiral, mezcla de métodos para tratar
problemas individuales y familiares, por un lado, y, por otro, medidas de reforma social.
Siempre defendió es que la pobreza es el resultado de múltiples factores y que para acabar con la
desigualdad eran precisas medidas de políticas sociales y también servicios de ayuda y
asesoramiento individualizados y de apoyo a las familias.
En 1909 Mary. R asumió la dirección del Charity Organization Departament de la Russell Sage
Foundation, y desde ese puesto su figura se proyectó como una líder de la profesión del Trabajo Social.
Sus aplicaciones al Trabajo Social de conceptos interaccioncitas suponen una peculiar sensibilidad para
captar en el mundo de las Ciencias Sociales aquello elementos que podían ayudar a crear una nueva
identidad profesional.

3.5 - Los “Settlements Houses”: el otro movimiento imprescindible para entender el nacimiento del
Trabajo Social.
La acusación de centrarse en los individuos olvidando las causas de los problemas fue motivo de crítica
constante a la COS y sus métodos de actuación tanto en Inglaterra como en EEUU.
Los Settlements Houses tuvieron su origen en el Toynbee Hall fundado por el pastor Barnett. Este fue
destinado a un barrio obrero, llevando sus ideas a la práctica en 1884, abrió una casa a la que se fue a
vivir con su mujer.
La casa se convirtió además en una residencia de estudiantes universitarios, un lugar para los
servicios sociales.
Para Menan, la teoría de Barnett era una combinación de samaritanismo cristiano y del evangelio social de
críticos victorianos del industrialismo.
La teoría tenía dos implicaciones para la práctica:
- La primera era que el mayor beneficio de Toynbee Hall, dado que debía de ser el espiritual, se entendía
que era el conferido a los residentes.
- La segunda era la creencia en que un elemento crucial de la reforma social sería la exposición a la
literatura y el arte.
Barnett uso la palabra Settlements para describir un grupo de gente viviendo en un barrio e identificándose
ellos mismo con sus vidas como una manera de entender sus circunstancias.
Para Friedlander, Toynbee Hall tenía 3 objetivos:
1ª La educación y el desarrollo cultural de los pobres.
2ª Información para los estudiantes y otros residentes de la casa sobre las condiciones en que vivían los
pobres y la necesidad urgente de hacer reformas sociales.
3ª El despertar general del interés popular en los problemas sociales y sanitarios y en la legislación
social. El propósito básico de la casa de rehabilitación era poner a los hombres y mujeres educados en
contacto con los pobres, para beneficio mutuo, de modo que a través del trabajo y de los estudios
comunes pudieran ejercer una influencia cultural más allá de la enseñanza de materias especiales.
El primer Settlement americano fue abierto en 1889 en el Lower East Side de Nueva York con el liderazgo
de S. Coit y bautizado como el Neighborhood Guiad y, posteriormente, fue llamado el University
Settlement.
En Chicago la fundadora fue Jane Addams,
Friedlander señala que el interés de estas dos pioneras no era en absoluto crear una nueva institución de
caridad, sino un centro cultural, particularmente dirigida a los nuevos inmigrantes que procedían de los
lugares más diversos y tenían culturas diferentes, se trataba de ofrecerles posibilidades de “aprovechar
las oportunidades que el nuevo país les ofrecía”.
La adscripción de los Settlement Houses al movimiento progresista es evidente.
Su interés no era ayudar a la gente atrapada en las peores condiciones de vida de los barrios más pobres
sino también transformar el entorno y crear una ciudad mejor.

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Las diferencias en sus orígenes explican las diferencias en los planteamientos entre las COS y los
Settlements Houses, cuando estos últimos se plantean hacer un tipo de intervención más científica. Las
COS ponían énfasis en el proceso de ayuda, los Settlement trabajaban “desde dentro” de los barrios
mientras que los voluntarios y los profesionales de las COS venían “desde fuera”. En los Settlement
estaban más interesados en la gente que en la doctrina, en la acción más en la teoría. En la COS se
preocupaban de depurar los procedimientos de intervención individualizada con los sectores de
población más vulnerables, mientras que en los Settlements siempre tuvieron una visión más general de
los problemas, y suponen un punto de partida en el trabajo con grupos y en lo que luego se llamará la
intervención con grupos y la intervención comunitaria.
El trabajo de los Settlements combinó el énfasis del método científico en la explicación y la predicción con
el objetivo de conseguir eficiencia. Los trabajadores de los Settlements tenían la perspectiva del Trabajo
Social, el cual concebían en gran parte en términos de organizar clubs y clases para inmigrantes pero solo
como un aspecto parcial de sus esfuerzos.
La nueva actitud frente a los problemas sociales que representa el movimiento de los Settlements
se resume: investigación, reforma y residencia.
Jane Addams aconsejaba a los fundadores que en su trabajo deberían incluir a la familia y no limitarse a
los niños. Este movimiento era progresista. Eran defensores de las leyes que prohibiesen el trabajo de los
niños, la mejora de la educación…se ha argumentado que el Settlements Movement era una
manifestación del movimiento de liberación de las mujeres en los EEUU. En los Settlements defendían la
reforma social, proporcionaban servicios a diferentes grupos y clases de personas. Se trataba de
convertir a la gente en lugar de víctimas de fuerzas externas en participantes activos con
responsabilidades sobre sus propias vidas.
Este enfoque les acercó a las organizaciones sindicales y políticas y al movimiento de mujeres. El Hull
House apoyó a los trabajadores de la industria textil, en la sede de este movimiento coincidían
militares obreros, socialistas, anarquistas, cristianos reformistas, progresistas, trabajadores sociales…
Para algunos este movimiento, representa un antecedente del movimiento de los derechos civiles y la
guerra contra la pobreza, posterior a la segunda guerra mundial, para Reish, los líderes de los
Settlements House sembraron los fundamentos del limitado “estado de bienestar”, que aparecían luego en
los años sesenta. En Toynbee Hull, uno de los barrios más pobres trataban de trabajar con ellos codo a
codo, el objeto era todo el vecindario, afectado por las duras condiciones de vida que imponían el sistema
capitalista. Se trataba de conseguir mejoras en la educación, vivienda, urbanismo…
El movimiento de los Settlements trabajaba con la metodología propia del casework y del groupwork.
Addams, Kelley y Wald jugaron un papel importante creando el concepto de “la comunidad en la
sociedad”. La organización de la comunidad en el trabajo social y otros como Kelley y Addams
identificaron la organización de la comunidad como un aspecto de la reforma social.
Además de ser mayoritariamente mujeres contra el racismo, la xenofobia y el reconocimiento de los
derechos de las mujeres, comenzando por el derecho a voto. Los COS y los Settlements creían en el uso
de voluntarios, especialmente de clases privilegiadas para mejorar las consecuencias negativas de la
industrialización.
La fe que se tenía en la democracia para mejorar la sociedad, era una influencia de la filosofía
pragmática que la gente del movimiento tomara como una opción metodológica. Ambos movimientos
tenían un origen vinculado a la religión.
Lo que tenían claro ambos movimientos era la aproximación a los problemas sociales, orientación desde
la ciencia e intervenir.
Los Hull House de Chicago, según algunos investigadores afirman que también eran “misiones religiosas”,
intentando asimilar y “americanizar” a los inmigrantes lo antes posible, algunos otros como Jane Addams,
o el Chicago Commons dirigido por Taylor o el Henry Street Settlement eran progresistas, radicales
aceptando a los inmigrantes en sus propios términos y practicando algún grado de pluralismo cultural no
se podía actuar sin haber investigado la realidad en la que se quería. Los residentes de los Settlements
eran vistos como amigos y vecinos de los pobres, no como dispensadores de caridad, que su actitud era
más objetiva que critica mayoría. Los primeros trabajadores sociales trataban de transmitir que las
diferencias culturales eran importantes para su trabajo y para la nación, intentaban integrar lo más
rápidamente posible a las minorías inmigrantes. El trabajo social es una disciplina que se basa en la
ciencia, lo que importa son los hechos. Spencer y el empirismo llegan al trabajo social y también a la
Escuela de Chicago, pero no hay influencia del funcionalismo, ni del darwinismo.
Los Settlements, tenían que prepararse académicamente y profesionalmente, no eran partidarios de que
los voluntarios jugaran un papel relevante. Con la llegada del psicoanálisis se produjo “el diluvio
psiquiátrico” mezcla de psicoanálisis e higiene mental y proponía un énfasis en el individuo, más en los

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factores medioambientales, que en la personalidad (bajo salario…), la conclusión fue reemplazar
la caridad por la justicia social.
La necesidad de la acción política y de reforma legislativa que produjesen cambios estructurales. La
confianza de que el sistema democrático era para conseguir una sociedad justa, con la ayuda de la
educación.
La década de los 20 fue conservadora, parecía que las ansias de reforma social estaban agotadas, el
precio que pagaron fue la desconexión de los sectores populares, las asociaciones y otros portavoces
de los pobres. La evolución del Trabajo Social conecta mejor con los enfoques individualistas de los
COS, que con los esfuerzos de reforma social del movimiento de los Settlements. Los Settlements
Houses contribuyeron a construir la nueva profesión.

3.6 - Jane Addams: otra figura fundamental en la historia del Trabajo Social injustamente desconocida.

Addams, nació el 6 de septiembre de 1860. Recibió el Premio Nobel de la Paz, fue una de las pioneras
más importantes del Trabajo Social fue líder del movimiento de los Settlements y sobre todo con su
rebelión con la escuela de Chicago.
Fundó Hull House en Chicago y creó la Federación de Settlements de Chicago.
Escribe sobre las dificultades de las mujeres. Fue una de las mujeres educadas por la universidad, ella se
encargó de la intervención social, de la política social, del trabajo social donde las mujeres compitiendo
con los hombres, Jane, paso a la historia como gran reformadora social. El Hull House de Chicago es
importante por:
* Es el centro de referencia que más influencia consiguió.
* Fue dirigido por Jane Addams.
* A través de esta institución llega al trabajo social influencias que resulta fundamental para su
consolidación como profesión.
* No se puede entender el proceso de construcción de los sistemas de protección social y de lucha por la
justicia, sin contar con este movimiento.
El Trabajo Social estaba dominado por mujeres, pero la sociedad era un terreno de uso exclusivo para
los hombre. Difícilmente una mujer podía ser contratada como profesora de Sociología en una
universidad, lo que explicaría en parte la actitud de recelo de Jane Addams hacia las universidades.
Tanto las COS, como los Settlements Houses se unen en la idea de investigar para intervenir. Jane
considera que el problema lo tiene con los sociólogos no con los trabajadores sociales. Estos no dejaban a
las mujeres ejercer como tales, en cambio los hombres se elevan con halagos. Jane fue elegida presidenta
internacional de paz. Creía que los valores femeninos eran superiores a los masculinos y que una
sociedad dirigida por los valores femeninos sería más productiva, pacífica y justa.
Tras su muerte fue reconocida como una gran líder y representante del pensamiento americano.
Su contribución fue fundamental para el movimiento de reforma social del New Deal.

Lucía Martinelli - “Servicio Social: Identidad y alienación”.


Capítulo I: Servicio Social: la ilusión de servir.

1. 1 - Capitalismo industrial y polarización social.


La propia diversidad de acepciones que se le atribuyen al capitalismo revela que no hay acuerdo sobre
su significado. En la historiografía socioeconómica hay por lo menos tres grandes vertientes a examinar
cuando se pretende obtener una comprensión efectiva del capitalismo como categoría histórica.
La primera propuesta es del economista alemán Werner Sombart, que considera que el capitalismo, como
forma económica, es una creación del “espíritu capitalista”, que constituye una síntesis del espíritu
emprendedor y racional.
La segunda vertiente desciende históricamente de la Escuela Histórica Alemana, y acentúa el carácter de
sistema comercial del capitalismo, situándolo como una forma de organización de la producción que se
mueve entre el mercado y el lucro. El énfasis recae más sobre el uso de la moneda y el área del
mercado, visualizándose ahí el capitalismo, fundamentalmente en su dimensión de categoría económica.
La tercera vertiente, fundada sobre el pensamiento de Marx.
La esencia del capitalismo deja de ser buscada en la naturaleza de las transacciones monetarias o en sus
fines lucrativos, el capital no es más encarado como una cosa y la modalidad de propiedad de los medios
de producción ganan nuevo sentido. El capital es una relación social y el capitalismo un determinado modo
de producción, marcado no apenas por el intercambio monetario, sino esencialmente por la dominación del
proceso de producción por el capital.

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El modo de producción capitalista definía así una forma específica y peculiar de relaciones sociales entre
los hombres, y entre éstos y las fuerzas productivas, relaciones mediatizadas por la pose privada de los
medios de producción. Definía también una nueva estructura social, pues la concentración de la
propiedad de los medios de producción en las manos de una clase que representaba apenas una minoría
de la sociedad determinaba el surgimiento de otra clase, constituida por aquellos que nada tenían, a no
ser su propia fuerza de trabajo.
El capitalismo como modo de producción pasa a asentarse en relaciones sociales de producción
capitalista, marcadas fundamentalmente por la compra y venta de la fuerza de trabajo.
El inicio del capitalismo, puede ser localizado en Europa Occidental, en especial en Inglaterra, en
la segunda mitad del siglo XVI.
De campesino a tejedor agrícola y luego trabajador asalariado, esta clase empobrecida de pequeños
productores y artesanos asalariados, no tuvo como escapar de la redes de la oligarquía burguesa.
En el período que va del siglo XVII – XIX, se desarrolla el capitalismo competitivo, en su fase mercantil e
industrial creando condiciones favorables al crecimiento de una sociedad capitalista.
Es la Revolución Francesa la que realiza en el plano político el tránsito para el capitalismo. El impacto
por ella producido, en la búsqueda de su objetivo de derribar el Antiguo Régimen e instalar la sociedad
burguesa, llego a la demolición de la maquina estatal e hizo desmoronar la estructura social del
feudalismo.
Así, la Revolución Industrial, significa el momento crucial de surgimiento y ascensión del capitalismo
industrial, siendo la maquina vapor y el telar mecánico, según Engels, los inventos más importantes del
siglo XVIII.
El propio movimiento del capital desencadena el movimiento del proletariado.
Por lo tanto la Revolución Industrial llevaba en su interior una revolución económica y una revolución social
que cambiaron el siglo XIX.
La expresión material y concreta del antagonismo entre burguesía y proletariado será la lucha de clases.

1.2. Ascensión del capitalismo y manifestaciones obreras.


En el periodo que va desde 1775 a 1875 la fase mercantil del capitalismo había sido superada y surge una
nueva fase del capitalismo: el capitalismo industrial, que en realidad ya se insinuaba desde finales del
siglo XVIII acentúa la mercantilización de las relaciones, personas y cosas, provocando gravemente la
fractura que separa las clases sociales.
La protesta obrera puede ser encontrada desde el siglo XIX, en especial en Inglaterra, donde el
proletariado, a esa altura, ya era un segmento estable de la población. Por lo tanto, Inglaterra fue la
cuna del movimiento obrero y los trabajadores fabriles sus grandes héroes anónimos.
Las primeras formas de oposición de los trabajadores a la dura realidad en que vivían, se expresaron en la
resistencia, dirigiéndose no directamente al opresor, al explotador, sino a su instrumento de explotación: la
máquina. Las primeras insurrecciones contra las máquinas ocurrieron en Europa, al final del siglo XVIII. La
victoria de la máquina significaba la derrota del trabajador.
Lentamente los trabajadores comenzaron a percibir que sus reales opresores eran los dueños de los
medios de producción y no las maquinas; ellas eran apenas su instrumento. En este momento se
conformaron dos tendencias que orientaban la organización de los trabajadores: la cooperativista y la
sindical. En 1819, los obreros realizaron una manifestación de masas en Manchester, ciudad inglesa que
era un verdadero símbolo de la industrialización capitalista.
Las cuestiones sociales más amplias, al lado de las sindicales, volvieron a preocupar la clase
trabajadora, ya que en 1832, a través de la Carta de la Reforma, el Parlamento una vez más había
beneficiado a las clases altas, restringiendo los derechos políticos de los trabajadores.
El 23 de junio de 1848, la clase trabajadora salió impulsivamente a las calles en un movimiento al que
Marx le dio el nombre de “primera guerra civil de la historia entre el proletariado y la burguesía”. Los
trabajadores estaban constituyendo una clase, cuyo perfil aparecía de forma cada vez más nítida en el
escenario histórico, atemorizando a la burguesía.

1.3. La marcha del proletariado y la contramarcha de la burguesía: el surgimiento del Servicio Social.
En nombre de la expansión capitalista que el Estado burgués, atendiendo a la presión de la
burguesía, determino en las décadas iniciales del siglo XIX el abaratamiento general de las
mercancías y géneros alimenticios que entraban en la composición de la subsistencia del trabajador.
Su intención, a través de esa medida, era abaratar el costo de la fuerza de trabajo mediante la oferta de
alimentos básicos a precios bajos. Garantizar tal oferta de alimento, configuraba una estrategia que
llevaba a la burguesía a alcanzar tres grandes objetivos:

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1) Abaratar el costo de subsistencia del trabajador, conservando sus salarios siempre bajos
2) Garantizarle el acceso a los alimentos básicos, manteniendo bajo control su energía de trabajo
3) Proporcionar condiciones mínimas de subsistencia al ejército industrial de reserva.
La clase trabajadora creció visiblemente, introduciendo una nueva geografía en los centros urbanos: la de
la pobreza que se hacía acompañar de la geografía del hambre y de la generalización de la miseria.
La burguesía, apoyada en la experiencia de la sociedad pre-capitalista, cuando las relaciones sociales de
producción eran basadas en el trabajo servil, estructurándose a partir de la sujeción del esclavo al señor,
las prácticas asistenciales era una forma de ratificar esa sujeción, como una condición básica para
perpetuar el régimen servil.
La burguesía quería apropiarse de la práctica social para someterla a sus designios, ya que veía en ella
una “fuerza represora generada al interior de las fuerzas productivas”.
Dos eran las grandes tendencias producidas por los economistas de la época, bajo influencia de los
economistas clásicos, Adam Smith y David Ricardo, que podían constituir referencias básicas para
orientar los posicionamientos de la burguesía en cuanto a las formas de enfrentamiento de la cuestión
social: la Escuela Humanitaria y la Filantrópica.
La Escuela Humanitaria es aquella, la cual lastima el lado malo de las relaciones de producción actuales.
Se esfuerza en amenizar lo más posible los contrastes reales, deplora las penurias del proletariado y la
desenfrenada competencia entre los burgueses, aconseja a los obreros a que trabajen bien y que
tengan pocos hijos, recomienda a los burgueses que moderen su furor en la espera de la producción.
La Escuela Filantrópica es la escuela humanitaria perfeccionada. Niega la necesidad de los antagonismos,
quiere convertir a todos los hombres en burgueses. Esta teoría equivaldría a la realidad idealizada.
Burguesía, Iglesia y Estado se unieron en un compacto reaccionario bloque político, intentando cubrir las
manifestaciones de los trabajadores eurooccidentales, impedir sus prácticas de clase y ahogar su
expresión política y social. Surgían así, en el escenario histórico, los primeros asistentes sociales, como
agentes ejecutores de la práctica de la asistencia social, actividad que se profesionalizó bajo la
denominación “Servicio Social”, acentuando su carácter de práctica de prestación de servicios.
El origen del Servicio Social como profesión tiene la marca profunda del capitalismo y del conjunto
de variables: alienación, contradicción y antagonismo.
Es una profesión que nace articulada con un proyecto de hegemonía del poder burgués, gestada bajo el
manto de una gran contradicción, producida por el capitalismo industrial , busco afirmarse históricamente
como una práctica humanitaria, sancionada por el Estado y protegida por la Iglesia, como una
mistificada ilusión de servil.
Fetichizado místicamente como una práctica al servicio de la clase trabajadora, el Servicio Social era
un importante instrumento de la burguesía.
El Servicio Social se establece como una importante estrategia de control social.

Capítulo II: Las artimañas del Capitalismo


2.1. Retraimiento del capitalismo y avance del movimiento obrero.
A partir de 1860, la burguesía europea empezó a convivir con un período de crisis cíclicas, que cada
vez se le hacía más difícil de hacer frente. A esto se le sumaba la generalización de la pobreza y los
demás problemas sociales que acompañaban el crecimiento del proletariado. Controlar las crisis cíclicas
significaba también controlar el movimiento obrero, el cual cada vez más concretizaba su conciencia de
clase.
La década de 1870 se encuentra con un movimiento obrero combativo (incentivado por las experiencias
asociativas de 1842, cuando arrancó del parlamento el derecho a la libre asociación).
La industria (estrategia burguesa para concentrar mano de obra) es terreno fértil para la conformación de
la conciencia de clase. Los trabajadores entrelazan relaciones en base a intereses comunes, desarrollando
una identidad de clase.
Desde el momento en que el trabajador se da cuenta de que es él quien produce el capital, el
proletariado comienza a liberarse de la dominación burguesa.
Entre 1850 y 1860, etapa de prosperidad económica, los trabajadores se vieron incentivados a invertir
en su cualificación profesional, hecho que, sumado al avance en los procesos organizativos de los
trabajadores, preocupo mucho a los burgueses.
En 1863 se crea en Londres la Asociación Internacional de los Trabajadores, constituyendo como base
de esta organización la práctica sindical.
La Gran Depresión golpea fuertemente al capitalismo y al Estado burgués, y encontró a una clase
trabajadora bien organizada.

25
2.2. Acumulación de la pobreza y expansión del Servicio Social.
Europa convivió con grandes crisis durante el siglo XVI. La pobreza se generalizó durante esas épocas.
En Inglaterra se presentaba la “Plaga de los mendigos” y la “Plaga de los sin tierras”.
La legislación laboral y la legislación de los pobres presentaban medidas drásticas contra los pobres y el
proletariado.
La legislación laboral, la masacre del trabajador lo llevaba a la pobreza. Las grandes masas de
campesinos pobres derivaban en las ciudades, concentrándose así trabajadores en las industrias.
A medida que se demandaba más y más mano de obra (en especial durante 1850 y 1860) se
concentraba más pobreza. El ejército de reserva se concentraba cada vez más, sin poder entrar al campo
laboral y cayendo en la pauperización.
Ya en el siglo XIX la cuestión social estaba muy engrosada. A fines de ese siglo y a comienzos del XX, se
volvía imperioso para la burguesía crear nuevas formas de asistencia que se ganaran la aceptación de la
clase trabajadora. Era necesario crear la ilusión de que había un interés paternal de la clase dominante por
la clase trabajadora, ocultando las verdaderas intenciones de la práctica: consolidar el modo de producción
capitalista y garantizar la expansión del capital
En esta etapa, ya era preciso movilizar el propio estado, incorporando la práctica de la asistencia y su
estrategia operativa – el servicio social – a la estructura organizativa de la sociedad burguesa, constituida,
como un importante instrumento de control social.
La tarea de reorganizar la asistencia quedo en manos de la Sociedad de Organización de la Caridad. La
tarea de proponer políticas e implementar medidas legislativas quedó reservada al Estado Burgués.
Luego de la Gran Depresión, el Estado Burgués se veía fragilizado, y la SOC se sentía impotente ante
la situación. De esta manera, los dueños del capital asumieron el control de las prácticas. Orientándolas
al interés de la clase, la función económica sobrepaso a la función social de la práctica.
Al iniciarse el siglo XX, el Servicio Social se presentaba en casi toda Europa y EEUU, con innumerables
sedes de la SOC. Su identidad estaba llena de antagonismos, como el propio régimen que la creó.

Capítulo III: Servicio Social: rompiendo con la alienación.

3.1. El siglo XX y la cuestión social.


El fin de la Primera Guerra hizo estragos en la economía, que sufrió la Gran Depresión en la tercera
década del siglo XX. Aumentaba la pobreza y la desocupación.
Entre 1930 y 1940, el derecho de asociación vuelve a ser impugnado.
Se debía encontrar una nueva forma para abordar la cuestión social.

3.2. Racionalización de la práctica de asistencia:


En la primera mitad del XIX, surge la SOC.
De la función económica que la burguesía le imprimió a la asistencia, derivó la función ideológica,
expresándose a través de la tácita represión sobre la organización de las clases trabajadoras. También
surge la función de control, la cual debía controlar el proceso social y las condiciones de vida de la masa
pauperizadas.
La clase dominante se unió a la SOC, cobrándole medidas más globales y de mayor efectividad para
el tratamiento de la cuestión social.
La burguesía entendía que la regularidad del proceso social era fundamental para mantener y ampliarla
producción capitalista, y en el comando de tal proceso deseaba colocar a la SOC. Así se adoptó la idea
de asistencia social como una acción de reforma de carácter.
La visita era la práctica más usual que permitía conocer las condiciones de vivienda de la clase
trabajadora y de socializar el modo capitalista de pensar.
En la fase final del XIX empezó a preocupar la cualificación de los agentes profesionales, ya que
su número aumentaba considerablemente.
Mary Richmond fue la propulsora de la creación de la primera Escuela de Filantropía Aplicada en 1899.
La SOC empezó a dictar cursos de para la formación de agentes sociales voluntarios. Estos cursos se
desplazan por toda Europa y EEUU.
En 1908 se funda la primera Escuela de Servicio Social.
Desde inicios del siglo XX gracias a los esfuerzos de la SOC y de M Richmond, la práctica marchaba
hacia la profesionalización.
Darle la denominación de Trabajo Social era favorable para la burguesía, ya que ratificaba que era una
práctica para atender al trabajador, y que el profesional también es trabajador. La profesión empezó
un proceso por el cual llegó a diferentes campos de trabajo.

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Caso Social Individual – Mary Richmond

El servicio social de cosas individuales es el conjunto de métodos que desarrollan las


personalidades, reajustando consiente e individualmente al hombre a su medio social. La
personalidad no representa solamente a aquello que es innato, sino más bien a todo lo que el
hombre adquiere por su educación, experiencias y su relaciones con otros.
Año: 1922
Proceso de desarrollo: Diagnóstico, estudio y tratamiento.
Disciplinas que contribuyeron a su desarrollo: Psicología, pedagogía, sociología, medicina.
Influencias teóricas: Interaccionismo simbólico y pragmatismo

SERVICIO SOCIAL DE GRUPO O TRABAJO SOCIAL DE GRUPO – GRACE COYLE Y


GISELA KONPKA

Konopka define al SSG como un método del TS que ayuda a los individuos a mejorar su funcionamiento
social a través de experiencias intencionadas de grupo y enfrentando a sus problemas individuales de
grupo y comunidad. Este grupo se forma para un determinado fin: para la adaptación y desarrollo de
grupo.
EL SSG tiende a readaptar a aquellos individuos que se desvían, al medio, trabajando en
grupo. Año: 1930
Proceso de desarrollo: Diagnóstico en grupo, estudio en grupo y tratamiento en grupo.
Disciplinas que contribuyeron a su desarrollo: psicología, psicología social, pedagogía y psicoanálisis.
Influencias teóricas: estructural funcionalismo

ORGANIZACIÓN Y DESARROLLO DE LA COMUNIDAD – CAROLINE WARE

OyDC es el esfuerzo cooperativo y calculado para promover el bienestar total de la comunidad. Es el


proceso de ayudar a la gente a solucionar sus propios problemas con el objeto de conseguir una vida
amplia y responsable para todos. Se requiere respeto por el individuo o el grupo, confianza en él y la
ayuda para alcanzar sus propios fines por medio de sus propios esfuerzos. Año: 1940 – 1950

Proceso de desarrollo: estudio, diagnóstico, planificación ejecución evaluación.


Disciplinas que contribuyeron a su desarrollo: sociología, antropología, economía, estadísticas.
Influencias teóricas: estructural funcionalismo

Método: Desarrollo de la comunidad

Aplica los principios del Servicio Social a toda la Comunidad. Estos principios se basan en la dignidad
del ser humano y en su capacidad para hacerse responsable de sus propias decisiones y conductas,
hacer posible el desarrollo de la personalidad.
Los principios de Desarrollo de la comunidad son:
Proceso de cambio y adaptación, esto se da de forma integral afectando varios aspectos de la comunidad.
Se enfoca en el bienestar de todo el grupo y necesita la cooperación del mismo para el proceso.
Es necesario un líder, estos deben elegirse teniendo en cuenta su interés por el programa a aplicar no por
sus ambiciones o ventajas que pueda obtener.
Los ciudadanos deben ser los agentes activos y responsables de su propio progreso.
Es un proceso educacional, por eso es lento, para que la comunidad siempre este de acuerdo con
el desarrollo del cambio
Es necesario que los fines del programa sean definidos con claridad, para que los participantes
puedan entenderlo y seguir su desarrollo
Se necesita confianza en sí mismo y respeto mutuo, para poder cooperar entre todos y alcanzar el
fin deseado
El concepto de comunidad no es limitado, se aplica a cualquier grupo que tenga intereses comunes o
estén interrelacionados. Puede ser una comunidad rural, un pequeño pueblo, una gran ciudad o hasta el
mundo.
Es necesario realizar un estudio sistemático de la comunidad para su organización, para crear el programa
a aplicar y que este no sea un fracaso. Hay que tener en cuenta:

27
 Situación geográfica (clima, medios de transporte, cercanía a lugares principales)
 Factor histórico (si es nueva o antigua)
 Base económica de la comunidad, que es la base más importante
 La población (número de habitantes, si hay más o menos adultos y niños)
 Estructura social (tipo de clases sociales, movilidad social)
 Papel de la iglesia, los partidos políticos y otras organizaciones

 Descubrir los líderes, los principales pero también aquellos pequeños que tienen contacto con la gente

 El papel del asistente social en la organización de la comunidad es estratégico para la iniciación o


facilitación de mejoramiento, este debe encontrar sus satisfacciones personales en el éxito de su trabajo y
el desarrollo de las personas, debe utilizar todos sus conocimientos para contribuir al desarrollo social

Servicio social de casos individuales:

El Desarrollo de la personalidad es su campo de acción, la adaptación debe ser comprendida individuo por
individuo, no en masa.
Es el conjunto de métodos que desarrollan la personalidad, reajustando/readaptando consciente e
individualmente al hombre a su medio social
El trabajador social interviene comprendiendo la individualidad y características personales del cliente
como así también los recursos, peligros e influencias del medio social, para poder así descubrir cómo es
su personalidad y que ha influido para que sea como es
Realiza una acción directa sobre la mentalidad de su cliente, fortaleciendo así la relación entre
ambos Este método debe ser desarrollado por personas competentes que tengan un saber
especializado, se ocupada de casos difíciles que necesitan una intervención prolongada e intensiva
La personalidad no es solo aquello que es innato sino todo lo que el hombre adquiere por su
educación, experiencia y por sus relaciones con sus semejantes.
Las principales técnicas de intervención utilizadas son: la entrevista (con el fin de conocer o con el fin de
producir algún cambio en los sujetos), el registro y el informe social.

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UNIDAD 3
- Cuestión social y acción social no estatal durante el siglo XX en América Latina.
- Cuestión social y gestión social por parte del Estado a comienzos del siglo XX en América Latina.
- El surgimiento de las primeras Escuelas de Trabajo Social Latinoamericano.
- Los casos de Chile, Perú, Brasil y Uruguay.
- El caso argentino. Antecedentes del Trabajo Social en Argentina: Sociedad de Beneficencia y Asistencia
Social Pública.
- La primera Escuela de Trabajo Social. El intervencionismo estatal desde la década del ´30.
- La acción social durante el peronismo: la Fundación Eva perón y la Dirección Nacional de Asistencia
Social.
- El surgimiento del Trabajo Social en Rosario y Santa Fe.

Bibliografía.

- Manuel Manrique Castro - “De apóstoles a agentes de cambio”.


- Teresa Matus - “La reinvención de la memoria. Indagación sobre el proceso de profesionalización del
Trabajo Social chileno 1925-1965”.
- Lucía Martinelli - “Servicio Social: Identidad y alienación”. Capítulo III.
- Luis Acosta - “La mediación del higienismo en la génesis del Servicio Social en Uruguay”.
- Carmen Lera - “Intervenciones profesionales y dimensión asistencial”.
- Melisa Campana - “Medicalizar la asistencia. Asistencializar la salud”. Capítulo I.
- María Teresa Trachitte - “Trabajo Social: textos y política en clave histórica“. Capítulo I y II.
- Néstor Ferioli - “La Fundación Eva Perón”.
- Melisa Campana - “Medicalizar la asistencia. Asistencializar la salud”. Capítulo II.
- Gabriel Britos - “Asistencia Social en Rosario. Historia de su formación profesional” Capítulo IV y V.

Manuel Manrique Castro - “De apóstoles a agentes de cambio”.


Capítulo 1 - Surgimiento del Trabajo social: condiciones históricas e impulsos.

Manrique Castro comienza haciendo un análisis de dos autores: Ander Egg y Barreix.
El primero manifiesta que el Trabajo Social en nuestro continente, y en particular su enseñanza superior
dentro o fuera del ámbito universitario, parte de definiciones dadas o se habla de una simple prolongación
de los desarrollados que la profesión había logrado en Europa. A partir de 1940 dice Ander Egg pasó al
exclusivo sello norteamericano.
Barreix afirma que el servicio social en Latinoamérica surge como sub-profesión, subordinada a
la profesión médica, buscando elevar su eficiencia y rendimiento.
Por otro lado, intentando diferenciar etapas ambos autores distinguen a la Asistencia Social como
la primera, el Servicio Social como la segunda, y el Trabajo Social como tercera.
Barrix resume su idea de la etapa de la Asistencia Social como la forma de hacer el bien con el auxilio
de la técnica.
Servicio Social, sería aquella forma de acción social que pone énfasis en la prevención de los
desajustes antes que, en su atención.
Egg entiende la Asistencia Social, en su etapa benéfico asistencial, como la manera técnica de ejercer la
caridad, en tanto que el Servicio Social corresponde a la etapa en que lo fundamental son las
“preocupaciones técnico-científicas, de elevación del status profesional, de acentuación psicológica en el
marco teórico referencial y de tecnicismo pretendidamente neutro y aséptico”.
Manrique Castro dice que como consecuencia del encuadramiento del análisis dentro de esta
metodología, surgen otras limitaciones en la argumentación. Así, en el paquete de planteamientos
que comentamos, las verdades parciales se aglutinan y en algunos casos se niegan a sí mismas.
Estos autores ofrecen una explicación desprendida de la realidad latinoamericana y de su proceso
de desarrollo cuando refieren a las dos primeras etapas.
La creación de la Escuela no puede evaluarse como la apertura de un proceso sindicado como el inicio
de la profesión.
Chile en 1925, Brasil en 1936 o Perú en 1937, la creación de las Escuelas ponen de manifiesto momentos
específicos dentro de un proceso de maduración que llega a un punto cualitativamente diferente cuando la
profesión empieza a plantearse su propia reproducción de manera más sistemática.

29
Dinámica de clases y profesionalización del Servicio Social.

La respuesta a esta cuestión tiene que ser buscada en el cuadro de fuerzas entre las diversas clases
sociales y en el movimiento que tiene lugar cuando éstas ponen en juego sus propios intereses.
Para Chile los años 20 se presentan como una etapa histórica decisiva marcada por la emergencia de
nuevas clases sociales bajo el impulso de relaciones de producción basadas en la explotación de fuerza
de trabajo asalariado, el dinamismo de un temprano proceso de industrialización, y la penetración de los
capitales norteamericanos como parte de una estrategia general de sustitución de la hegemonía inglesa
y la cooperación de las economías latinoamericanas.
En este cuadro las expresiones de protesta y los avances en la organización de clase del proletariado, con
la influencia que dignifican en aquellos años las ideas socialistas fortalecidas por la triunfante experiencia
rusa en 1917, exigían que el Estado, y dentro de él la alianza de clases dominantes, como sostén de la
hegemonía, debiera articular formas de acción para atender las demandas de una realidad social nueva.
La asunción por parte del Estado de gastos destinados a mejorar las condiciones de reproducción de la
fuerza de trabajo y la aprobación de leyes laborales, ponía en evidencia una actitud distinta de parte de
las clases dominantes.
Los éxitos económicos del país se lograron a través de mecanismos que posibilitaron una intensificación
de la explotación de la clase obrera chilena y su propia ampliación numérica. La significación económica
que la exportación del cobre tenía para el país imponía una dinámica fluida a las negociaciones entre el
Estado, las grandes empresas norteamericanas y el proletariado minera chileno.
Este proceso, trajo toda su secuela de consecuencias y males derivados de la expansión de las relaciones
capitalistas de producción. Miseria crecimiento anárquico de las ciudades, migraciones de campesinos
despojados de sus tierras, etc.
De este manera, fueron campo fértil y propicio para el surgimiento y desarrollo de agentes encargados
de darles atención, entre los cuales se ubican los trabajadores sociales.
Que haya sido un médico quien organizara y tomara las primeras iniciativas para la fundación de la
escuela tiene cierta lógica, ya que en aquella época médicos, sacerdotes, abogados, ingenieros eran
profesiones implicadas al orden social.
Volviendo a la crítica de Manrique Castro a Egg y Barreix, dice que el esfuerzo texonomista (ciencia que
se ocupa de los principios, métodos y fines de la clasificación. Ej.: Biología) de este último resulta a-
histórica. No basta introducir acontecimientos, por más abundantes que estos sean, para que pueda
hablarse de una compresión historia de los fenómenos.
La ausencia del manejo activo del papel de las determinaciones y de las clases sociales en la
explicación del proceso histórico de la profesión y de las clases sociales en la explicación del proceso
histórica de la profesión, hace que el discurso se desenvuelva montado en el propio desarrollo de las
modalidades de acción empleadas por el Trabajo Social.

Capítulo 2 - Iglesia, relaciones de producción capitalista: el periodo formativo de la profesión.

Se ponen en discusión 2 aspectos: por un lado la función del Trabajo Social dentro de las relaciones
de clases, y por otro lado el papel de la Iglesia Católica.
En cuanto a lo primero, la profesión solo puede ser entendida al interior de las relaciones capitalistas de
producción, sobre la cual se organizan las funciones del Estado y las luchas de clases.
Las nuevas formas de organización popular y de la clase obrera. Se impone por tanto la necesidad por
parte del capital de organizar mecanismos preventivos y de control que, bajo la forma de
atención de las necesidades de los trabajadores, pudiera allanar el camino para su reproducción.
La aparición de Trabajo Social está ligada a los objetivos políticos de la Iglesia y las clases más vinculadas
a ella.
La Acción Católica y el Servicio Social están ligados a un proyecto de recuperación de la
hegemonía ideológica de la iglesia en lucha contra el materialismo liberal y la agitación social anarco-
comunista.
En América Latina, la Iglesia Católica jugó un papel importante en la época colonial, aportando
los intelectuales orgánicos y organizando formas de tratamiento a los problemas de la época.
En el tránsito de tránsito del Trabajo Social hacia su profesionalización, cuando accede a centros de
enseñanza, jugaron un papel muy importante dos Encíclicas Papales junto al respaldo de la Iglesia:
la Encíclica Rerum Novarum (1891) y la Encíclica Cuadragésimo Anno (1931).

30
La Cuestión Social y la Encíclica Rerum Novarum (1891)

La Encíclica apunta a tratar la cuestión social a fondo y avanza hacia una actitud crítica frente a los
capitalistas: pone en relieve la explotación de la fuerza asalariada y critica la insensibilidad de los
capitalistas.
Sin embargo, defiende la propiedad privada como un derecho natural que proviene de la generosidad
divina.
El recurso de la religión católica fue utilizado para justificar la injusticia y la desigualdad reinante sobre la
tierra. Reconoce esta desigualdad y la justifica apuntando a que es conveniente la variedad de talentos y
oficios. Aceptando que en la sociedad existe la división de clases, fundamenta que estás deben convivir
en armonía entre sí, y ambas deben acatar la fuerza de la religión ya que es la única que puede mediar los
conflictos entre ellas.
Esta Encíclica se postula en defensa del capital y le impone normas de conducta al asalariado.
Como está Encíclica defiende la idea de que el trabajo fue contratado libre y equivalente, tiene sentido que
imponga al trabajador a no hacer violencia ni defender sus derechos por la fuerza.
A los ricos había que incautarles un sentimiento de justicia y caridad y los pobres debían aceptar su
condición.
El Estado debe promover y defender el bienestar de los obreros, atendiendo las necesidades de estos y de
sus familias.

La Encíclica Cuadragésimo Anno y el nuevo llamado a los cristianos. (1931)

La Cuadragésimo Anno se distingue de las otras por “haber trazado normas segurísimas a todo el género
humano para resolver los problemas comprendidos bajo el problema de cuestión social”.
Ahora deberían ser los trabajadores sociales católicos los que, entre otros profesionales laicos quienes
asuman en la práctica el cuidado de la “cuestión social”.
EL propósito era enfatizar la necesidad y eficiencia del Servicio Social en el mundo, así como hacer el
progreso de las mismas, lo que en la práctica significo un impulso a la creación de Escuelas de
Trabajo Social de influencias católicas.

Capítulo 3 - La Iglesia Católica y la formación de las primeras Escuelas de Servicio Social


en América Latina.

Formación profesional e Iglesia en Chile: El caso de las primeras Escuelas

En los años 20 aparecen nuevos grupos sociales en la escena chilena.


Se produce el ascenso de las clases populares y la clase obrera conquista un lugar privilegiado.
Toda la década del 20 estuvo marcada por una crisis institucional y por diversas protestas.
En esta sociedad convulsionada se funda la primera escuela: la combatividad de las clases obreras
y populares obligaron a la institucionalización de varios reclamos obreros.
La fundación de la primera Escuela de Servicio Social en 1925 fundada por el Dr. Alejandro del Río
tiene un origen más ligado a la acción del Estado. Poco tiempo después, la Escuela Elvira Matte de
Cruchaga fundada en el año 1929.
Con respecto a las primeras Escuelas de Servicio Social se ponen en juego dos estrategias: la iniciativa
por parte del Estado y la que provenía por parte de la Iglesia.

La primera escuela católica chilena de Servicio Social

La organización de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga en 1929, respondió al interés de la Iglesia por
la formación de agentes sociales adecuados a los cambios que sufría la sociedad chilena.
La creación de esta escuela está situada dentro del contexto de los intereses de la Iglesia por colocarse
a la cabeza del movimiento intelectual para recuperar su lugar como conductora moral de la sociedad.
El proyecto de la nueva escuela representaba una respuesta (complementaria, no antagónica) a la
creación de la Escuela de Servicio Social de Alejandro Río.

Escuela de Servicio Social Dr. Alejandro


Escuela Elvira Matte de Cruchaga
Río.
Se sitúa en el contorno y los intereses de la Ocupó el amplio campo de la cuestión social,
31
profesión médica sin campo específico. Tenían un campo más
amplio de acción.
Actuaban miembros privilegiados de la
La dirección estaba en manos de médicos. burguesía.
Lazo muy estrecho entre la Escuela y la
Iglesia.
¿Qué ha significado la presencia de la Iglesia en los orígenes de la profesión?

La Iglesia le dio al Servicio Social una composición orgánica continental, permitiendo el fortalecimiento
de una ideología profesional en todo Latinoamérica.
Aunque algunas Escuelas, como la de Alejandro Río, respondían a exigencias estatales, nunca estaban
exentas de la filiación religiosa.

La formación de la Visitadora Social en la Escuela Elvira Matte de Cruchaga.

En las escuelas católicas se establecieron firmes requisitos para la admisión de las alumnas: tenían
una tendencia elitista, de modo que casi solo las “damas de sociedad” podrían mostrar las
calificaciones de buena conducta, salud, honorabilidad, de haber cursado humanidades, etc.; que les
eran requeridas. Se elaboró un plan de estudios de 3 años con cursos teóricos y actividades prácticas.
En la EEMC, la profesión fue dirigida mayoritariamente hacia los problemas de salud e higiene pública.
Ambas incidieron fuertemente en los primeros años de la profesión. Más adelante, la Escuela reconoció el
papel del Estado como mediador entre las relaciones de capital y trabajo, y proponiendo soluciones a los
problemas.
Por otra parte, se organizaron “semanas de estudios”, para al perfeccionamiento de las egresadas.

La influencia internacional de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga.

La EEMC fue escogida como centro principal de operaciones de la Unión Católica Internacional
de Servicio Social.
La finalidad de la UCISS fue la difusión del Servicio Social católico. Sus esfuerzos fueron indispensables
para la creación de las escuelas en Uruguay, Perú, Argentina, Venezuela, Cuba; y además desplegó
diferentes actividades de alcance internacional.
Está Escuela fue pionera en el desarrollo de la profesión.

La fundación de las Escuelas pioneras de Trabajo Social en Brasil.

Como en Chile, en los años 20 en Brasil la Iglesia se lanza en su acción por contrarrestar la pérdida de
hegemonía en la sociedad y en el Estado.
En 1930 se produce la “revolución” que deja a Vargas en el poder. Es en este periodo donde los acuerdos
entre Iglesia-Estado le ofrecen a la Iglesia grandes conquistas.
La Iglesia empezó a organizarse en la preparación del laicado que nuevamente se hacía sobre una
base de mujeres burguesas, con el apoyo de asistentes sociales belgas.

La influencia Católica y la Escuela Paulista de Servicio Social.

En 1936 se crea la Escuela de Servicio Social de Sao Pablo.


La demanda profesional hizo más rigurosos los requisitos de admisión.
En 1931, conmemorando los 40 años de la Encíclica Rerum Novarum, el papa Pío XI emitió la Encíclica
Cuadragésimo Anno, en la que aborda la complejidad de la cuestión social. La Encíclica marcaba sobre
todo dos cosas: la reforma de las instituciones y la enmienda de las costumbres. Estas disposiciones
influyeron fuertemente en la enseñanza de las Escuelas.

Emergencia de las Escuelas de Servicio de Social de Río de Janeiro.

Al igual que la anterior, esta escuela se situó en la idea de la Iglesia por liberar al pueblo de las
influencias nocivas y para ser la fuerza normativa de la sociedad.
En este país el origen de la profesión esta inseparablemente ligado a la estrategia de adecuación de
la Iglesia frente a los cambios económicos y políticos del momento.
32
Mientras que en Chile la primera Escuela surge impulsada desde la Beneficencia Pública por un médico,
desde el Estado y para auxiliar el ejercicio de la medicina; en Brasil surge de seno de la Iglesia Católica
y sin estar vinculada a ninguna profesión en particular. Sin embargo en ambos países el Servicio Social
surge como respuesta a la cuestión social y a la presencia del movimiento obrero y popular. Las
semejanzas son más notorias entre la primera escuela católica chilena y la escuela paulista.

Surgimiento de la Escuela de Servicio Social en el Perú.

La década del 20 transcurrió bajo el mandato de Leguía, quién mantuvo un gobierno de corte
populista. Los efectos de una gran crisis económica llevaron a su derrocamiento por Sánchez Cerro.
Este se vio obligado a llamar a elecciones en las cuales se proclamó vencedor, en octubre de 1931.
Esto agitó las manifestaciones y Sánchez Cerro fue asesinado en 1933.
Benavides toma el poder con un golpe y se mantiene en el poder ganando las elecciones del 36.
Benavides entendió que sólo la represión era insuficiente para controlar el movimiento social. Por ello
emprende iniciativas de políticas sociales con las que intentaba modernizar el Estado y atender
diversas necesidades insoslayables.
En el año 1937, por ley 8530 fue creada la Escuela de Servicio Social de Perú (ESSP). Esta Escuela, está
asociada a las peculiaridades de un bloque dominante aferrado a su estirpe señorial e incapaz de
responder ante las exigencias de un periodo de creciente emergencia de los sectores populares a la vida
política del país.
Por lo tanto, la Escuela no estuvo inserta al interior de un proceso de modernización capitalista
encabezado por la burguesía que establecieran alianzas con los sectores populares.
Ausente ese componente, el movimiento popular peruano pudo expresarse con autonomía al punto de
poner en riesgo las estructuras de la dominación, mientras que del otro lado las fuerzas más retardatarias
no hacían sino promover la inestabilidad reprimiendo y violentando a los sectores medios que ganaban en
iniciativa al proletariado y a otras capas populares.

Estado, Clases y la formación de la Escuela de Servicio Social Peruano.

La escuela reclutó mujeres de las “buenas familias”.


La creación de esta escuela se basó en tres proyectos: contar con personal especializado para cumplir con
estas funcione; intereses de la iglesia y su acción social, y la búsqueda de la salud a través de la
educación.
El proyectó contó con el respaldo oficial necesario. La fundación de esta escuela era parte de un proyecto
del gobierno de Benavides. Contaba con el respaldo estatal y era elemento fundamental de un proyecto de
expansión estatal, a diferencia de la primera.
En la experiencia peruana la cooptación desde el estado y la influencia religiosa son partes fundamentales.
El Estado asumió la organización y la administración de la ESSP, mientras que la iglesia asumió la
orientación ideológica y el diseño académico. Los nuevos profesionales debían ser funcionales a las
exigencias del Estado, y quién mejor que la Iglesia para emprender tal empresa. La ESSP se entregó a las
cooperadoras católicas. La fundación de la ESSP fue producto de las estrechas relaciones entre Iglesia y
Estado, en una política estatal de control del movimiento popular. Los primeros profesionales estaban
orientados a la acción médica.

Teresa Matus - “La reinvención de la memoria. Indagacion sobre el proceso de


profesionalización del Trabajo Social chileno 1925-1965”.
TESIS 1 - Rupturas y continuidades del Trabajo Social con los conceptos de caridad y filantropía.

1. El horizonte disminuido por la caridad.

El Trabajo Social emerge desde plataformas, pasa por precursores y llega a la etapa de
la profesionalización, en una secuencia de etapas que se perfeccionan.
Aquí, hay un principio básico de continuidad: el que la profesión surge de la caridad y la filantropía. Esta
forma de entender la historia del Trabajo Social se debe a que es funcional a dos grandes matrices
desde las que se pensó el Trabajo Social: el positivismo tecnológico y una determinada
interpretación estructural del marxismo.

33
2. El origen profesional como un proceso de diferenciación.

La profesión en Chile surge con escuelas mayoritariamente impulsadas por un espíritu secular y no
religioso que, en vez de constituirse como un proceso de continuidad con la noción tradicional de
caridad, buscan es un proceso de diferenciación y superación.
Si bien hay diferenciaciones entre caridad y filantropía, el Trabajo Social se diferenciaría superándolas a
ambas: este carácter distintivo es el carácter científico y no moral.
La caridad ha fracasado porque la limosna no remedia la condición negativa del afectado, estos quedan
en la misma situación.
Aparece una forma más organizada de ayuda al prójimo: la filantropía. Estas instituciones tienen la
continuidad que hacía falta a la caridad, sin embargo no logran llenar el espacio que tienen que abarcar ni
cuentan con las herramientas para hacerlo.
Precisamente es el Servicio Social, con forma científica y moderna, quién viene a ocupar ese lugar.
El concepto de caridad no entra en el vocabulario del Servicio Social ya que este lucha por lo contrario:
por una asistencia organizada y justa que devuelva a cada ser humano su propio valor.

3. Las raíces plurales de la filantropía en Chile.

La filantropía se desarrolla en Chile en el conflicto de dos corrientes: la responsabilidad social entendida


como ética de la caridad (de sectores dirigentes) y la responsabilidad social entendida como ética del
compromiso democrática (sectores populares). Estas darán lugar a dos perspectivas: la colonia y la
República. Esta representación antagónica se transferirá a otras dos instituciones: Iglesia y Estado.
Las obras de caridad como expresión de la Filantropía, fueron desarrolladas por la Iglesia Católica o la
elite criolla, y más tarde por la sociedad republicana.
Durante la Colonia, los esfuerzos de la Iglesia permitieron impulsar el desarrollo la filantropía. Así fue hasta
el siglo XIX, impulsada también por los sectores de la elite social y económica, pero con una intervención
más relevante del Estado. Durante este siglo encontramos la contraposición de dos vías de acción
filantrópica: la primera, acciones asistenciales y paternalistas a cargo de la Iglesia; la segunda a cargo de
sectores no confesionales, laicos, burguesía comercial y sectores populares, que impulsaron
organizaciones de autoayuda, gremios y entidades de beneficencia. Cabe destacar que fue la primera la
que dominó esta época.
Más allá de esto, empezó desarrollarse una línea de acciones filantrópicas basadas en valores laicos.
Aumentó la intervención estatal, dando unidad a aquellas fundaciones benéficas que se encontraban
desvinculadas. El conjunto de estos servicios en el país se denominó Beneficencia Pública. Esta
intervención estatal no refiere al principio de la caridad o la filantropía, sino que reviste un carácter
similar a otras intervenciones del Estado a favor de las clases pobres.
El Servicio Social se desarrolla vía diferenciaciones, como con la caridad y la filantropía, que se
convierten en oposiciones.

4. La asistencia como idea moderna.

El Servicio Social chileno de la época solo puede ser entendido en el horizonte de los valores positivistas y
en los esfuerzos por transformaciones sociales que respondieran a las causas de los problemas sociales.
El Servicio Social se distingue en la asistencia por su carácter científico y sistemático, por su cuidado en la
investigación de las causas, por la extensión de su campo de estudio y acción. Cada problema se estudia
como un caso médico, con una etapa de establecimiento del diagnóstico y una de tratamiento.
Al Servicio Social le interesa constituirse en una disciplina, perfeccionar sus métodos e investigar
científicamente sus problemas.
El criterio moderno, del cual se desprende el verdadero fin del Servicio Social, es realizar una buena
labor preventiva que supere con sus beneficios a una labor meramente curativa.

5. De apóstoles a agentes de cambio: una interpretación tautológica.

Manríquez Castro va a Chile en búsqueda de los orígenes religiosos de un Servicio Social ligado a la
caridad, va en búsqueda de los apóstoles.
Y los descubre personificados en la Escuela Elvira Matte.
Aunque ésta se creó después que la de Alejandro Río, concluye que es la gran escuela que marca el
origen de la profesión. Manríquez se equivoca, por un lado al no reconocer la tradición claramente secular

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del origen del Servicio Social en Chile y no dar importancia a la escuela de Alejandro Río; y por otro
al considerar la noción de caridad de la Escuela Elvira Matte como una continuidad, si percatarse que
la apertura de la escuela propone una re-significación.
De este modo, la interpretación de Manríquez y la matriz marxista del Trabajo Social coinciden en que el
origen del Servicio Social emerge bajo un fuerte sustrato religioso y no secular.
Manríquez no analiza que entre 1925 y 1956 el 80% de las escuelas chilenas de Servicio Social tienen
un origen secular y que la de Alejandro Río es la escuela madre.

6. La profesión como vocación o las figuras de virtud.

Algunos pensaban que las egresadas de la Escuela católica tenían más espíritu ya que hablaban de
“misión”.
Proponían el servicio como una vocación más que como una profesión.
Los principios de esta escuela proponían emerger diferenciadoramente en el espectro de Escuelas de
Servicio Social inspiradas en otros principios. Esto se ve reflejado en los principios de esta escuela, ya que
se propone la creación de otra escuela de tendencia católica, ya que la existente era “enteramente laica”.

Lucía Martinelli - “Servicio Social: Identidad y alienación”. Capítulo 3.

Servicio Social en Brasil.

El surgimiento del Servicio Social en Brasil remonta a los primeros años de la década del ´30
como iniciativa de varios sectores de la burguesía, respaldados por la Iglesia Católica, y teniendo
como referencia el Servicio Social europeo.
El panorama social venía exigiendo una revisión: la represión a través de la cual la burguesía deseaba
detener el avance del movimiento obrero.
La clase dominante necesitaba una nueva estrategia de disciplinamiento del movimiento obrero. La
identidad atribuida al SS por la clase dominante era una síntesis de funciones ideológicas y
económicas, lo que llevaba a la producción de una práctica que representaban un mecanismo de
reproducción de las relaciones sociales de producción capitalista, para garantizar la reproducción
del capital.
El Estado y la clase dominante procuraban naturalizar su política conservadora y represiva.
Las prácticas asistenciales y los beneficios a los trabajadores encubrían las verdaderas intenciones.
Procuraban sofocar los movimientos obreros y controlar el nivel de tensión social.
Con la instauración del Estado Nuevo en Brasil en 1937 se inició la trayectoria hacia la profesionalización.
Para la clase dominante la identidad de la práctica social consistía en las funciones ideológicas de control
social, a través de la cual desarrollaba la función económica de expansión capitalista.
La clase dominante brindaba la atención a las cuestiones más urgentes de los pobres y los
trabajadores, reduciendo la apariencia social del problema y fortaleciendo la imagen paternalista del
Estado. No obstante, el trabajador era humillado, explotado y vaciado de ciudadanía.
Con esta identidad atribuida por el capitalismo, el Servicio Social ancló en el territorio brasileño en 1932,
acogido por los sectores burgueses más ricos y por la Iglesia Católica.
Lo asistentes sociales imprimían a la práctica la acción inmediata y urgente, sin posibilidad de reflexión
y crítica. A través de los beneficios y concesiones, las clases dominantes tapaban la dominación y la
explotación.
La acción cristianizadora del capitalismo fue una de las principales banderas de lucha entre los años ´30 y
´40.
Cada vez más dominados por los intereses burgueses, los agentes profesionales eran aprisionados por la
alienación: habían dejado de construir la propia identidad, la conciencia colectiva en términos de proyectos
políticos y acción profesional. Sus acciones pretendían mantener la expansión del capital e insertar a los
trabajadores en este círculo.
A la vez, las clases dominantes ejercían un fuerte control sobre las prácticas.
Junto al Estado, la clase dominante fue abriendo camino para que el Servicio Social avanzara en la
institucionalización. }
A fines del 40, el Estado empieza a aparecer como principal empleador del asistente social.

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La complejización de su aparato burocrático demandaba la presencia de gran cantidad de agentes
para llevar a cabo las políticas, ampliándose el contingente profesional y diversificándolo.

Rompiendo con la alienación.

Las crisis capitalistas proporcionaron un salto en la estructura de la conciencia de clase, determinando una
nueva orientación: la ruptura con la alienación. Esto se vio favorecido con la ampliación y diversificación de los
agentes, con el proceso de institucionalización y con la retracción de los movimientos católicos legos.
Los agentes empiezan a negar lo aparente, lo instituido, y comienzan a interpretar de manera diferente la
realidad, desenmascarando las relaciones de explotación. En la medida que estos agentes críticos se
liberaron de la alienación, empezaron a reflexionar y a negar todo aquello que le habían impuesto como
válido.
Sin embargo este pensamiento no logró ser impuesto sobre todo el colectivo: al interior de este,
convivían alineación y crítica como términos opuestos de una relación. La frágil conciencia colectiva de la
categoría profesional impedía que la conciencia crítica se imponga.
Alienación y crítica se tornaban contradictorios y luchaban por permanecer en el mismo escenario:
la conciencia crítica impulsaba a luchar por la superación de la alienación y por un cambio de
nuevas alternativas prácticas; por su parte los tradicionales luchaban por no perecer.
A fines del 70 y principios del 80, los agentes se encontraron en condiciones de ingresar al universo de
“clase para sí” del movimiento obrero, superando la conciencia burguesa y participando en la práctica
política de la clase obrera.
La práctica social tuvo un gran avance, teniendo como nuevo punto de apoyo en las alianzas con la clase
trabajadora.

Luis Acosta - “La mediación del higienismo en la génesis del Servicio Social en Uruguay”.

La política sanitaria y el “higienismo” son claves en el proceso de constitución del Servicio Social en
Uruguay, ya que a partir de estos se estableció la demanda por Asistentes Sociales.
En esas prácticas secularizadas encontramos el predomino del espíritu científico-natural.
La substitución de la razón crítica por la positivista significó un viraje en la actitud de la burguesía que
paso a adoptar una actitud conservadora. Este pensamiento científico natural se materializará en las
instituciones médicas donde sería difundido en la práctica del higienismo.

“Higienismo” y “productivismo”.

El impulso al cuidado de la vida, en una sociedad con escasa fuerza de trabajo cualificada, fue parte del
proceso de proletarización activa de la fuerza de trabajo, en el proceso de implantación del patrón
productivista.
La relación entre orden productivista y orden médico-sanitario es que los trabajadores encontraban
los mismos parámetros científicos-técnicos en el trabajo que en el higienismo.

“Higienismo y poder disciplinar”.

Las doctrinas de Taylor no son más que una formulación tardía del poder disciplinario que acompañó
el ascenso de la gran industria. Se trata de la organización del espacio, así como de la serialización del
tiempo.

La medicalización de la sociedad.

La asistencia pública es producto de la laicalización de la caridad. Por lo tanto, la responsabilidad que


recaía en los sacerdotes pasa a los médicos.
En un primer periodo, a partir de 1855, los médicos ocupaban un lugar de subordinación: los
médicos (ciencia, razón) estaban subordinados por las Hermanas de la Caridad (fe).
Estas instituciones con finalidades caritativas serán medicalizadas en el siglo XIX: la asistencia pública
se medicaliza con la creación de hospitales.
Hospitales y sociedades de socorros mutuos fueron las dos caras de la medicalización de la sociedad,
impartiendo un cambio cultural.

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El desarrollo institucional de la Asistencia y la Beneficencia.

En 1889, los hospitales públicos pasaron a estar bajo la dirección de la Comisión de Caridad y
Beneficencia Pública, la cual mantenía un carácter moderno y científico en su gestión, y una
dirección médica y anticlerical. Es decir, amoldada al orden social burgués.
Se cambió el emblema religioso y se suprimieron prácticas religiosas.
Se asentó el derecho a la asistencia pública.
Las comisiones de vecinos y las Hermanas de la Caridad fueron sustituidas por médicos,
constituyéndose como el agente principal. Estos médicos necesitaban de un conjunto de auxiliares.

La policía sanitaria o inspectores de pobres.

Frente a las dos grandes enfermedades (tuberculosis y sífilis) que alarmaban a la sociedad en los primeros
años del siglo XX, la intervención medicalizadora tenía dos componentes: la internación o reclusión
forzada, y la inspección en el domicio. De éste forma, la inspección del sífilis quedo en manos de médicos-
inspectores, que junto a la policía controlaban a las prostitutas. Más adelante, se buscó cambiar los
medios coercitivos de tratamiento de la prostitución y reemplazarlos por un sometimiento a una obre moral
de profilaxis y educación.
Aquí vemos como la cuestión social debía ser tratada por los médicos-inspectores científicamente y sin
medios coercitivos.
Frente a la tuberculosis, contaba con una Liga Uruguaya contra la tuberculosis, donde
intervenían inspectores que no eran médicos.
Estos inspectores proporcionaban consejos, atención médica, medicamentos, alimentos y ropas; pagaban
alquileres y respondían a los gastos y controlaba los mismos. Este inspector estaba más interesado en
las condiciones sociales de los enfermos. El médico pasaba a visitar a su paciente de tuberculosis,
acompañado de una enfermera y una asistente social.

Las visitadoras sociales.

Entre 1925 y 1930 se empezó a desarrollar una idea de crear un cuerpo de visitadoras sociales que
concurrieran a los hogares a vigilar las medidas higiénicas más elementales. Ellas enseñarían como se
debería hacer, de un modo razonado y apropiado, la distribución del socorro por parte del Estado.

Los primeros cursos de Servicio Social.

Ya vimos como avanzó el pensamiento positivista; como el hospital dejó de ser un lugar para cuidar o
guardar y se transformó en un lugar para curar, estudiar y enseñar.
El Trabajo Social se institucionaliza y legitima en la medida en que el Estado centraliza la política
asistencial para enfrentar la Cuestión Social, más allá de la caridad y la represión, ampliando el
campo para los trabajadores sociales.
Una vez que la política queda en manos de la ciencia empieza el camino para su tecnificación.

Las visitadoras sociales de higiene.

Los primeros cursos se dictaron en la Facultad de Medicina, en 1927. La denominación de los títulos era
“visitadora social de higiene” y eran expedidos por la propia universidad.
En 1936 es creada en el Ministerio de Salud Pública la Escuela de Salud Pública y Servicio Social donde
funcionaban los cursos para visitadoras de higiene.
La visitadora social de higiene emerge en las instituciones de la Asistencia Pública como agente
subordinado a los médicos y no a las Hermanas de la Caridad.

Conclusiones.

El higienismo fue parte de un proyecto socio-cultural de gobernar por hegemonía a las “clases
peligrosas”, en el marco del “industrialismo” o de la implantación del “productivismo”, acostumbrándolas a
ser constantemente vigiladas y controladas en nombre de la salud.
Este papel del higienismo proyecto de hegemonía de las clases dominantes, fue la génesis del
Servicio Social. Se explica como parte del proyecto socio-político de las clases dominantes.

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La actitud científico-natural de la “ciencia” médica marcó fuertemente a las incipientes ciencias sociales.
El catolicismo reaccionó frente al avance de la secularización de la sociedad y también desarrolló sus
instituciones, incluyendo al Servicio Social. Pero en esta formación social su papel fue subordinado al
papel burgués de tono fuertemente anticlerical.
A través del cual se atendían las refracciones de la “cuestión social” y se difundía una nueva moral: el
higienismo, o la vieja moral, pero ahora laica.

Carmen Lera - “Intervenciones profesionales y dimensión asistencial”.


Capítulo I . Lo socio-asistencial.

Aproximación analítica a la configuración de lo socio-asistencial.

El recrudecimiento de la actual cuestión social encuentra alguna de sus razones en el proceso de


declive del Estado social, el crecimiento de la desocupación y la aparición de nuevas formas de pobreza,
acontecimientos que caracterizan fundamentalmente el recorrido de la segunda mitad del siglo XX El
proceso de protección social se sustenta sobre dos pilares:
- Uno, asegurador, que guarda relación con el mundo del trabajo en el que los que “tienen derecho” se
benefician de la seguridad social;
- Otro, asistencial, que fue elaborándose fuera del trabajo y se dirige en palabras de Robert Castel, a los
náufragos de la sociedad salarial.
La puesta en acto de intervenciones ligadas a lo asistencial por parte del Estado implican una suerte de
rupturas y continuidades con las formas anteriores (caridad, beneficencia); rupturas en tanto
paulatinamente comienza a instalarse la idea de derecho que debe entenderse en el marco de las
luchas que los sectores del trabajo venían realizando.

Acerca del espacio de lo asistencial.

En el contexto de configuración del espacio asistencial, está dirigida a desentrañar la conveniencia y


consecuencias que conllevan las “ayudas” cuando se tornan persistentes.
Castel dice, las poblaciones que son objetos de intervenciones sociales difieren fundamentalmente según
sean o no capaces de trabajar, y en función de este criterio se las trata de maneras totalmente distintas.
Un primer perfil de estas poblaciones remite a lo que podría llamarse handicapología. Ancianos indigentes,
niños sin padres, lisiados de todo tipo, ciegos, paralíticos, escrupulosos, idiotas.
Este conjunto tan heterogéneo de individuos tiene en común el no poder subvenir a sus
necesidades básicas porque no están en condiciones de trabajar.
Las poblaciones exentas de la obligación de trabajar son los potenciales sujetos de lo socio-
asistencial. Pero para Castel existe otro perfil, siendo capaces de trabajar, no lo hacen. Es el caso del
denominado indigente valido.
Éste desprovisto de medios, y por lo tanto dependiente de un auxilio, no puede sin embargo beneficiarse
directamente con los dispositivos concernientes a los eximidos de la obligación de bastarse a sí mismos. En
falta con relación al imperativo del trabajo, es también el más rechazado de la zona de asistencia.

El disloque de lo político y lo económico. La emergencia de lo social.

Asistencia: conjunto extraordinariamente diversificado de prácticas que se inscriben no obstante en una


estructura común, determinada por la existencia de ciertas categorías de poblaciones carecientes y por la
necesidad de hacerse cargo de ellas.
Para Castel existen sociedades sin lo social y son aquellas regidas por las regulaciones propias de la
sociabilidad primaria. Estos espacios en los que se tejen redes de interdependencia no están mediados por
instituciones específicas. Tampoco hay prácticas específicas de lo político, ni lo económico.
Se trata de sociedad que se caracterizan por reproducirse de manera idéntica, cerrada, rígida.
Frente a alguna presencia que rompa la trama de la protección de esta sociabilización primaria las
comunidades pueden sortear estas dificultades apelando a la movilización de recursos económicos y
relacionales, efecto obligado del lugar que se ocupaba en el sistema de interdependencias.
¿Cómo se construye “lo social” que Castel distingue de sociedad?
Donzelot dice, que la necesidad de “hacer lo social” surge en el momento en que el ideal republicano se
ve confrontado con la forma democrática cuando ésta es puesta en práctica hacia la mitad del siglo XIX.
Las ilusiones acerca de las promesas de la república se ven heridas de invalidez. Ello se debe a la

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irrupción de la cuestión social que pone de manifiesto el contraste entre la soberanía que
proclama igualdad para todos y la sujeción económica de la clase más numerosa.
Por ello “hacer lo social” es pensado como una invención a la que se apela para reducir esta
separación entre el nuevo fundamento del orden político y la realidad del orden económico.
La cuestión social, será el problema neurálgico para la república y no un asunto más o menos buena
voluntad o paciencia, porque lo que está en juego es el derecho al trabajo. Este resultado del derecho al
trabajo es el principal resultado de la revolución. El derecho al trabajo asume la centralidad de una
causa que se enfrenta con el derecho a la propiedad.
El planteo de Castel, lo socio-asistencial emerge cuando se debilitan los vínculos de la sociabilidad
primaria o la estructura de la sociedad se complejiza de manera tal que el tipo de respuesta global y poco
diferenciada comienza a ser insuficiente.

Criterios de demarcación de lo social asistencial.

Siguiendo a Castel, se inaugura el registro de lo socio-asistencial, presenta algunas características:


- Por un lado, se trata de una construcción en conjunto, con funciones de integración, protección y más
tarde prevención.
Este conjunto de prácticas que remiten a lo social-asistencial son el resultado de una intervención de la
sociedad sobre sí misma. Por lo tanto, esta construcción puede ser pensada como de sociabilidad
secundaria.
- Por otro lado, este registro implica algún tipo de especialización que dará lugar a la formación de
profesionalizaciones.
- Otro aspecto, es que se requiere de algún tipo de tecnificación para evaluar situaciones, seleccionar
quienes merecen ayuda, construir categorías, aunque sea de forma preliminar para guiar la acción. Es
decir, basarse en un mínimo de saberes.
- Otro elemento a considerar es el de la localización de estas prácticas. Se originan así practicas intra y
extra institucionales.
- En quinto lugar, no basta con carecer de todo para contar con asistencia. En el seno de las poblaciones
sin recursos, algunos son rechazados y otros tomados a cargo.
Estas dos últimas, circunscribe el campo de lo social-asistencial para aquellas personas carecientes que
no pueden sostener sus necesidades trabajando.
Las prácticas asistenciales no deben ser pensadas como aplicaciones mecánicas de criterios, sino
como una ponderación de los vectores. Muchas veces con indicadores subjetivos.
El Trabajo Social ha sofisticado los métodos de clasificación, medición de las distintas
respuestas estatales y la focalización es quizás la expresión más cercana.
La línea demarcatoria para la ayuda está centrada en la capacidad o no para trabajar.

Vagos y mal entretenidos.

Por aquella época la vagancia era concebida como un estado que el individuo elegía libremente como
forma de rechazo a la ocupación en oficios o al conchabo con señores. No se aducen interpretaciones
que puedan vincularlo con las condiciones del medio.
La categoría de vago y mal entretenido era equiparado en cuanto a la pena, a los desertores.
Apresamiento de vagos y mal entretenidos iba en aumento con los años de adjudicación de tierras a los
hacendados o cuando los gobiernos provinciales llaman al servicio de armas. El peso de la ley sólo
obligaba a los pobres a trabajar.
Moralizar las costumbres, brazos a disposición de los hacendados y reclutamiento con destino a las
fuerzas armadas fueron los principales fines de las leyes contra la vagancia.
Para esta misma época, la Sociedad de Beneficencia llevará a cabo acciones que tendrán como
objetivo lograr por parte de la población la sujeción al trabajo.

Las virtudes premiadas por la Sociedad de Beneficencia.

La Sociedad de Beneficencia monopolizo durante varias décadas la acción social, a partir de su


disolución comienza a cobrar centralidad los derechos sociales que cuestionan los fundamentos de la
caridad y la beneficencia.
La Sociedad de Beneficencia la crea Rivadavia en 1823 siendo Ministro de Gobierno y Relaciones
Exteriores de la provincia de Bs. As. Este encuentra en las ideas de orden y progreso los principios

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organizadores de la sociedad. Las damas a formar parte de esta institución pertenecían a la más fina
aristocracia porteña.
Todo el accionar de la Sociedad estaba inscripto en una lógica que ponía en claro los
lugares diferenciados entre el que da y el que recibe.
Asume la conducción de distintas instituciones dedicadas a niños huérfanos, asilos, hospitales, escuelas.
Durante el transcurso del siglo XIX la Sociedad de Beneficencia maneja casi el conjunto de instituciones
de asistencia, lo que la hace acreedora de un inmenso poder de decisión.
Se realza el esfuerzo individual como forma de sortear las dificultades provenientes del estado de
pobreza y miseria, estado cuyas causas son consideradas también de orden individual.
El tránsito del siglo XIX y los inicios del XX está marcado por una consolidación de sentimientos,
conductas y valores: trabajo, ahorro, disciplina, orden, salud, higiene.
Los principales destinatarios de estas medidas son las clases populares que requieren ser modeladas
acorde a los principios rectores de orden y progreso con los que se van forjando las instituciones del
estado. Es increíble como la clase dirigente internalizó estos valores.

Trabajo, ahorro y caridad: Tríada de la revista Billiken.

Fueron tres los sujetos que monopolizaron las páginas de la revista: el trabajo, el ahorro y la
caridad. Estos tres términos fueron considerados valores sustantivos para la consolidación de la
sociedad en relación al modelo de Estado-nación que iba cobrando institucionalidad.
En la revista, los relatos se anudan en relación a acciones caritativas pero éstas no son desinteresadas
sino que intentan transmitir modos de entender la caridad. Así denotan cuando el destinatario es una
persona que se encuentra imposibilitada de trabajar pero muy por el contrario, hacia la figura del
haragán. También se comunican modelos de familia.
Para los ricos es obligación moral practicar la caridad; para los pobres la indigencia que atraviesan
no debe avergonzarlos.
Las acciones que van configurando el espacio de lo social asistencial van siendo fabricadas con distintos
dispositivos legales, instituciones, culturales, que buscan asegurar los mecanismos de funcionamiento
de una sociedad que va experimentando mayor complejidad y donde las situaciones de conflictividad se
suceden más asiduamente.

Primera Conferencia Nacional de Asistencia Social (1933).

El escenario social mundial está marcado por la profunda crisis de 1929, cuyas consecuencias se
traducen en desempleo, pobreza y recesión.
En este contexto el Gobierno Nacional toma la decisión de realizar el mencionado evento. Para ese
entonces, las obras asistenciales eran realizadas por organizaciones sociales: religiosas, filantrópicas,
masónicas, sociales o de socorro mutuos. Entre ellas, la Sociedad de Beneficencia es la que mantenía un
vínculo privilegiado con el Estado.
La Sociedad de Beneficiencia tenía a su cargo la casi totalidad de instituciones existentes tales como
escuelas, hospitales, hospicios, asilos para huérfanos y ancianos.
El financiamiento de esta estructura básicamente se realizaba con subsidios del Estado.
Uno de los resultados de la Conferencia fue el cambio de paradigma hacia la asistencia, entendida como
aquel socorro gratuito al que tenía derecho un conjunto de habitantes desamparados, contemplaba no
sólo a viejos, huérfanos, inválidos, sino también a los desocupados, cuestión esta última que no aparecía
en forma explícita en momentos anteriores.
La crisis del ´30 no da tregua a la desocupación rural y urbana, quizás ello explique un poco la inclusión de
los desocupados entre los potenciales receptores de asistencia al que refería el frustrado proyecto de ley.
A pesar de no establecerse positivamente lo definido en la Conferencia, se establece un lugar como
albergue donde son concentrados los desocupados que reciben techo y comida.

Los problemas sociales en clave biologista de la medicina social. Su traducción en la asistencia.

La desocupación, la niñez abandonada, la prostitución, la mendicidad, el delito y otros problemas sociales


fueron convertidos en patologías sociales.
Poco a poco se incorporan al lenguaje de voces autorizadas, términos tales como degeneración,
venenos raciales o sociales, inmoralidad, para dar cuenta de las características y evolución de dichos
sectores populares.

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Para aquellos tiempos el descubrimiento del carácter social de la enfermedad produjo
modificaciones sustantivas en las concepciones y acciones.
Esta concepción de patología social explica los problemas sociales y se traslada a los tratamientos, de
esta manera las intervenciones propuestas giran en torno al saneamiento, la educación, el aislamiento,
la profilaxis.

Melisa Campana - “Medicalizar la asistencia. Asistencializar la salud”. Capítulo I.


Capítulo I. Higienismo y beneficencia en la fundación de la asistencia social.

El “descubrimiento” de la población. Biopolítica, seguridad y la amenaza de la pobreza.


En la segunda mitad del siglo XIX cobra importancia la noción de biopolítica, como administración de la
vida ua que como nuevo sujeto político, la población aparece tanto como objeto como sujeto.
El concepto de biopolítica, describe la manera como se ha procurado racionalizar los problemas
planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de una población.
A la biopolítica le conciernen los problemas de la vida y de la muerte, natalidad y reproducción, salud y
enfermedad; se interesa por las condiciones sociales, culturales, ambientales, económicas y geográficas
bajo las cuales la población vive, procrea, enferma o muere. Le atañen, las condiciones familiares,
habitacionales, laborales, los niveles de crecimiento económico y los estándares de vida.
La población es pensada como una construcción y es ese el sentido de las políticas migratorias,
de sanidad y de educación.
El desarrollo de la higiene pública o la medicina social se inscribió en el marco de la biopolítica. En efecto,
la medicina constituyó la estrategia biopolítica por excelencia. El postulado que vertebro ese movimiento
fue que la medicina era política aplicada al campo de la salud individual y que la política no era más que la
aplicación de la medicina en el ámbito social.
Como mecanismo de seguridad, la medicina se inscribió en el proceso de gubernamentalización del
Estado y operó de modo peculiar sobre la población.

Beneficencia e higiene social en la génesis de la asistencia social argentina.

Antes de la formación de la Argentina como república, las formas de intervención predominantes hacían
estado a cargo de las distintas instituciones del coloniaje y de las congregaciones religiosas de la
caridad cristiana en forma de misiones o hermandades.
Hacia el siglo XIX, la asistencia se constituyó como una estrategia de intervención basada en la
beneficencia, alrededor del imperativo de expansión del mercado de trabajo capitalista y de
homogeneización socio-cultural del Estado nación.
En efecto, la pobreza se asoció a una condición ético-moral con fuertes connotaciones biologicistas.
Las preocupaciones centrales de la época eran el hilo conductor de un modelo de sociedad: orden
y progreso.

Premiar la virtud: la Sociedad de Beneficencia.

En Argentina las primeras respuestas de tipo asistencial se organizaron bajo los sentimientos de
compasión, piedad, clemencia y adoptaron la modalidad de la caridad cristiana que, desde el periodo
colonial, había estado a cargo de la iglesia católico o de cofradías piadosas, como las Hermanas de la
Caridad.
Así se mantuvo hasta 1822 cuando se sanciona la Ley de Reforma del Clero, establecía la abolición del
fuero personal eclesiástico y de los diezmos y disponía la eliminación de las Casas Regulares Bethlemitas.
Además, que la administración de los hospitales pertenecía a la alta policía del gobierno.
Por decreto del 2 de enero de 1823 se creó la Sociedad de Beneficiencia, que tomó a su cargo las
instituciones expropiadas a las órdenes religiosas y se constituyó como una asociación filantrópica privada
con autonomía sobre las decisiones en la administración de los fondos, aunque sostenida principalmente
por aportes estatales.
Su personal estaba formado por mujeres de las clases acomodadas y su accionar se dirigió, sobre todo,
a mujeres de los sectores populares.
La misión de tutelar los hospitales de mujeres, asilos y escuelas pasó a la Sociedad de Beneficencia se le
encomendó la dirección e inspección de la Casa de Expósitos, la Casa de Partos Públicos y Ocultos, el
Hospital de Mujeres y el Colegio de Huérfanas.
En 1908 se incorporó como institución oficial al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

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La beneficencia pública constituyó la primera iniciativa de intervención estatal para dirimir los problemas
vinculados a la pobreza.
Durante su larga existencia, la concepción de la SB con respecto a la pobreza no cambió: la razón de la
posición económica de los pobres era consecuencia de alguna debilidad moral. Todas sus intervenciones
basaron en la idea de que existía una estrecha relación entre los estados de necesidad de los pobres y la
ausencia de virtud.
La SB fue tecnificando su intervención, se definieron dos categorías de pobres:
a) los pobres de solemnidad, cuya condición debía comprobarse mediante un certificado emitido por el
comisario de la seccional policial o del presidente de la Comisión Auxiliar de Higiene Parroquial.
b) los pobres de segunda categoría, que no estaban registrados y, por lo tanto, no eran reconocidos como
candidatos a la asistencia.
Hacia 1934, la SB administraba 25 instituciones de salud en Bs. As.

Profilaxis social, profilaxis moral: la medicina higienista.

Desde fines del siglo XVIII, funcionaba en Bs. As. el Protemedicato, institución que creó en 1804, la Junta
de Sanidad.
Se ocupaba, entre otras cosas, de controlar la entrada y salida de buques, supervisando especialmente
la calidad del agua, los granos y las carnes, así como también la limpieza de las calles.
En el devenir del higienismo en nuestro país, puede observarse el lento pero claro pasaje desde un
núcleo centrado en la prevención de epidemias hacia otro abocado a la construcción de dispositivos
estatales de asistencia social.
En 1880 se crea el Departamento Nacional de Higiene (DNH) dependiente de los Ministerios de Guerra y
Marina o del Interior, tendrá a su cargo todo cuanto se relacione con la salud en las diversas reparticiones
de la Administración Nacional, proyectar las medidas sanitarias para los puestas, tener bajo su jurisdicción
y superintendencia todos los servicios de carácter médico o sanitarios de la Administración y promover a
su mantenimiento y reforma, vigilar el ejercicio legal de la medicina, de la farmacia y demás ramas del arte
de curar, hacer indicaciones a la Municipalidad sobre la falta de higiene pública que se observe en la
ciudad o en los establecimientos de su dependencia.
Las propuestas del higienismo se basaban en un amplio programa de profilaxis sanitaria, social y moral, a
partir del “descubrimiento de la enfermedad como problema social”.
Las epidemias dejaron de pensarse como un acontecimiento inevitable y una tragedia natural e individual,
para convertirse en un asunto de política pública. Este cambio fue gracias al higienismo y su pensamiento
del cuerpo social, de la vida urbana y del bienestar de la población, que articuló intervenciones más o
menos coercitivas, policiales y preventivas.
A partir 1900 se priviligió el carácter preventivo de las acciones sanitarias, a través de profilaxis en torno
a la higiene industrial y las “plagas sociales”, como enfermedades de transmisión sexual, el alcoholismo y
la tuberculosis.

La pobreza como enfermedad social.

La inmigración y urbanización masiva colocaron al liberalismo ante uno doble amenaza:


a) el aumento del pauperismo urbano, que reclamaba del Estado una mayor intervención.
b) la visibilidad de las desigualdades sociales, que impedía organizar en forma disciplinada la inserción
social y laboral de las nuevas clases populares.
La respuesta, fue la delegación a instituciones filantrópicas financiadas total o parcialmente por el
Estado, cuya intervención se situó, entre la iniciativa privada y la estatal, con el objetivo de organizar los
servicios colectivos y difundir las técnicas de bienestar y de gestión social de la población indispensable
para la reproducción.
Las propuestas del higienismo argentino tuvieron influencia de ideas europeas y anglosajonas, exigiendo
al Estado intervenciones tanto dirigidas a la población en general como hacia los sectores pobres.
La intervención requería estrategias particulares para evitar su difusión. En este sentido, los problemas
sociales eran asociados con la erradicación de ciertas enfermedades endémicas o hábitos culturales
(el alcoholismo, las condiciones pobres de vida, la fatiga del trabajo, eran consideradas temáticas
eugenésicas porque eran causas y síntomas de enfermedades hereditarias).
Este ciclo podía ser interrumpido a través de acciones sociales, morales y médicas.
La cuestión social pasaba por desterrar las enfermedades contagiosas del cuerpo social, extensible a
los individuos indeseables que podían contagiar a la sociedad a través de sus malas conductas.

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Así, el discurso médico-científico se sobreimprime al discurso moral y lo refuerza, produciendo nuevas
técnicas que, basadas en un saber científico, perfeccionan las herramientas de comprobación,
clasificación, tipificación y demarcación de la pobreza. Técnicas soportadas en una estrategia de
racionalización de la asistencia, dirigidas a intervenir activamente sobre los factores determinantes de
la enfermedad social: miseria, ignorancia, relajación de costumbres.

El discurso médico higienista como condición de posibilidad para la emergencia del dispositivo asistencial.

Fueron los intelectuales de la medicina higienista quienes lucharon por imponer una organización de la
acción pública en materia de administración de la población y, de ese modo, fue desarrollándose un
dispositivo asistencial con funciones productivas más que represivas, en el sentido positivo de garantía de
reproducción de la fuerza de trabajo y de docilización de la población, lo cual abrió una fuerte disputa entre
los higienistas y la SB, que intentaba mantener bajo su órbita el manejo de la asistencia.
El discurso higienista coloca la necesidad de dejar atrás el conocimiento intuitivo de los problemas sociales
y contar, en cambio, con un conocimiento científico de las necesidades. Esta concepción apela a un
personal, tanto para producir la información necesaria como para ejecutar la asistencia y ese personal
estará conformado por las visitadoras y asistentes sociales. Se trata del reconocimiento del estado de
necesidad a partir del diagnóstico social, construido sobre la base de una estructura científica que incluye
técnicas y recursos humanos especializados.
En concordancia, en 1920 el médico Rodríguez creó el Servicio Social Familiar del Municipio de Bs. As.,
con la finalidad de asegurar la situación de las familias y proporcionarles los medios de asistencia pública y
social que los aleje de las consecuencias que su estado de indigencia o miseria pueda acarrearlas.
En 1924, se implementó el Curso de Visitadoras de Higiene Social, dependiente de la UBA. Abierto
para mujeres que debían constituirse en auxiliares.
Es así como siguiendo derrotero del higienismo se encuentra el proceso de profesionalización
del Trabajo Social en Argentina.
En concordancia con ello, el primer programa de estudios de Servicios Social colocaba como
primer núcleo la cuestión del pauperismo.
En 1933 la Cancillería convoco a la Primera Conferencia Nacional de Asistencia Social, una de cuyas
conclusiones fue reconocer a todo habitante que se encuentre en situación de desamparo ocasionado
por abandono en la menor edad, desocupación, enfermedad, invalidez y vejez, el derecho a solicitar y
recibir socorro gratuito y que la asistencia médica de los individuos no es más que una parte de la
asistencia social.
El discurso higienista reúne las características que Castel ubica como asistencia social.
En primer lugar, se presenta como un conjunto de prácticas de función protectora, que resulta de una
intervención sobre sí misma.
Segundo, implica la especialización de aquellos agentes encargados de adminístralo y brindar el servicio.
En tercer y cuarto lugar, supone que la práctica de esos agentes esté basada en un mínimo de saberes y
pericia y que, además, esta tarea esté localizada institucionalmente.
Por último, implica la definición de criterios de acceso al circuito asistencial, a partir de dos vectores
centrales: la relación de proximidad que debe existir entre el potencial beneficiario y la instancia que brinda
asistencia (criterio de domiciliación); y la ineptitud para trabajar (criterio de incapacidad).
Estos primeros esbozos del dispositivo de asistencia, materializados en las instituciones, reglamentaciones
y prácticas que el Estado da como respuesta a la cuestión social, son tributarios del discurso médico
higienista.

María Teresa Trachitte - “Trabajo Social: textos y política en clave histórica“.


Capítulo I: La etapa fundacional de la profesión de Trabajo Social.

I. 1. Algunas notas sobre las condiciones político institucionales en las que se crea la primera Escuela
de Asistentes Sociales.

No es un proceso de consolidación lineal, lxs autorxs toman como punto de partida de la profesión
la creación de centros de formación. Y es así porque la certificación de un título comienza a señalar
fronteras entre los idóneos y los profesionales.
En Argentina fue creada en 1911 y surgió dependiendo del Museo Social Argentino.

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La formación de Asistentes Sociales debe entenderse al interior de los diversos mecanismos de
intervención estatal que comienzan a consolidarse. Además esto se articula con la puesta en escena de
la cuestión social.
Explorando el contexto social, político y económico en donde emerge la necesidad de un
agente especializado en la asistencia social.
Nos encontramos, el problema de la cuestión social estaba ligado al proceso de modernización
iniciado hacia 1860, sus consecuencias más significativas se dan en el orden de lo social.
La cuestión social concentra todas las consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la
industrialización y urbanización naciente: referidas a vivienda obrera, atención médica y salubridad, la
constitución de organizaciones destinadas a defender los intereses de la nueva clase trabajadora,
huelgas y demostración callejeras, y ciertas popularidad de las ideas extremistas.
En primer momento las preocupaciones se remiten centralmente a lo urbano y la inmigración. Luego
será la cuestión obrera.
Paralelo al proceso de urbanización, sumado a la ola de inmigrantes, aumentan los problemas vinculados
a éste: como la atención médica, el hacinamiento, la salubridad, la criminalidad. Se incrementa la
pobreza en las ciudades.
La elite porteña comienza a perturbarse.
Los disturbios sociales se asocian a los extranjeros.
Las epidemias son un punto de inflexión que preocupa y provoca intervención de los poderes
políticos. De esta manera el Departamento Nacional de Higiene expande sus actividades, y realiza
obras de saneamiento, extensión de red de agua potable, etc.
Los conflictos emergen de la mano de procesos de conformación del movimiento obrero, con una
fuerte presencia de inmigrantes con ideologías socialistas y anarquistas.
El Estado responde con la Ley de Residencia de 1902 y con la Ley de Defensa Social en 1910, ambas
permiten la expulsión inmediata de cualquier extranjero que participara de conflictos o revueltas.
De este modo, la clase dirigente asocia los conflictos al orden policial, al delito y no a las condiciones
infrahumanas de las clases trabajadoras.
Los reclamos y los paros comienzan a adquirir centralidad.
Bajo la imposición del supuesto liberal, de la libertad al trabajo. Allí, es donde recorre las
intervenciones estatales que toman como punto de partida un impulso moralizante, lo que resulta
importante para la reflexión sobre los orígenes de la profesionalización de Trabajo Social, tanto como
por su papal en la intervención estatal como por la representación que genera.
La cuestión social para el liberalismo debía resolverse mediante políticas sin Estado o mediante
políticas de reglamentación y control.
En el plano social, pero especialmente relacionado a la salubridad, se registra la mayor intervención del
Estado y, en este aspecto es donde los higienistas tienen una destacada actuación.

I. 2. Primeras experiencias de intervención estatal en lo Social. La higiene y salubridad.

La higiene era definida como “todas las acciones que se ejercen sobre la salud” y en esta tarea influían una
gama amplia de agentes sociales, filántropos, políticos, químicos, farmacéuticos y médicos.
El descubrimiento de la enfermedad como problema social y el carácter social de la enfermedad
vino articulado con el accionar de los médicos higienistas.
La Medicina Preventiva y la Higiene Social surgen de la observación de que no sólo actúan causas
directas en la producción de las enfermedades, cuyo estudio y mediante el auxilio de la sociología de
la higiene y práctica médica y de la caridad o filantropía surge la Medicina Social.
Hacia fines del siglo XIX, la estructura sanitaria estaba asentada sobre instituciones de carácter privado,
como la Sociedad de Beneficencia.
El Estado comienza a proponer la conformación de instituciones municipales.
La crisis de 1890 afecta a la Asistencia Pública, por lo tanto hay recortes de recursos en las instituciones.
Se dispuso crear el Registro de Pobres, es decir una clasificación a todos aquellos que recibían servicios
sociales.
Esta clasificación ha recorrido la intervención social en general y la del Trabajo Social en particular.

I. 3. Antecedentes del Museo Social Argentino.

En este marco se funda el Museo Social Argentino.


Creado en 1911 por el Dr. Tomás Amadeo, reunía un amplio abanico de intelectuales, entre ellos

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liberales, socialistas y católicos socialistas que discutían de modo científico la cuestión social, ofrecían
información y propuestas prácticas. Es decir, no tenían un carácter de sanción legal, son relevantes, ya
que muchas de estas ideas o iniciativas se tornan relevantes en los años del peronismo.
Algunos temas que abordaron científicamente fueron: la asistencia social como deber público,
la criminalidad, la higiene, la inmigración, el cooperativismo, el mutualismo y el seguro social. El
MSA editaba su propio boletín y tenía una biblioteca importante.
Se manejaba con aportes del Estado, con donaciones y contribuciones de sus miembros.
La noción de solidaridad (positivismo) da un fundamento a la intervención del Estado, con la técnica
del derecho social como modalidad de intervención.
Poco a poco la idea de solidaridad desplazó a la de fraternidad y se impuso como valor, y sobre ella se
fueron fundando los sistemas de protección social.
La asistencia social era interpretada como un deber público, ya no más como una expresión de caridad.
En 1927 se incorpora transitoriamente a la UBA y en 1930 deja de ser parte de esa universidad y vuelva a
gestionar su personaría jurídica.
Ese mismo año (1930) se crea la Escuela de Servicio Social dependiente de dicho Museo, en 1935 pasa a
ser la primera Escuela Social reconocida por el Estado.
En ese marco ideológico, cultural y científico es que se inicia el proceso de profesionalización del
Trabajo Social.

Capítulo II. Los primeros escritos y experiencias de formación.

II. 1. Revista de Servicio Social.


A fin de consolidar y difundir la iniciativa institucional editaba una revista, denominada Revista de
Servicio Social.
Los primeros números datan de 1937.
En principio se pueden abordar tres vertientes en el abordaje del servicio social en esta primera mitad
del siglo XX: la vertiente religiosa, la jurídica y la sanitarista.

II. 1. a. La vertiente Religiosa.

Esta vertiente parte del supuesto que la vocación por esta profesión va unidad, a la religión. El ideal
cristiano está en la base de toda tarea como fundamento, trasfondo y origen del impulso hacia los demás y
también por el componente pastoral que impregna la práctica religiosa que pretende guiar y mostrar el
buen camino.
Concibe al Servicio Socia como la versión moderna de la caridad cristiana.
Los planteamientos de esta vertiente tienen que ver con: a- la familia como componente central del
tejido social. Su composición estable y duradera en el tiempo elude todo lo que puede perturbarla:
divorcios, hijos ilegítimos, concubinatos.
b- la mujer en su rol de madre y esposa fiel es lo distintivo de su determinación genética. El Servicio
Social se va consolidar como una profesión femenina justamente por esto.
c- la niñez, cuya condición de indefensión natural la torna un campo propicio para las tareas de redención.
d- hemos dicho que la vertiente religiosa propone un enfoque moderno de la caridad.
Esta expresión hace referencia al trabajo de profesionales preparados y dotados de un método que busca
restituir, mejorar o reconstruir los “cuadros” en los que están insertos los individuos o grupos.
Los cuadros catalogados como “normales” no dejan duda de la matriz disciplinaria en que se
inscriben prácticas.

II. 1. b. La vertiente Jurídica.

Uno de los temas de esta vertiente puede ser: la delincuencia juvenil, en la que convergen el derecho y
también la psiquiatría.
A través de concepciones positivistas de la época se explican por medios no científicos sino más
bien observaciones este tema.
Una de las observaciones de este tema se refiere al impacto de la herencia en la futura mente criminal.
Se propone una interpretación geopolítica de la vagancia. Este mal toma distintas proporciones según
su localización.
¿Cuál es el destino de estos niños? El asilo, la institución de encierro. También el Ejército será otro
organismo receptor de estos jóvenes sin porvenir. Para contribuir a la atención de la infancia se dictarán

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una serie de normativas que involucran al Servicio Social. Se buscará evitar el castigo y promover la
prevención y la reeducación.
La psiquiatría es el fundamento científico que permite distinguir entre aquellos a los cuales se reformarán
y aquellos que no tienen remedio. El Servicio Social, anexo al juzgado, colabora en esta tarea, haciéndose
cargo de los que son regenerables.
El diseño del dispositivo judicial con menores es estricto y demarca las relaciones entre el juez, el servicio
médico y el servicio social.
La tarea del Servicio Social es realizar entrevistas a los menores y a la familia, colabora con el servicio
médico cuando es necesario, visita los establecimientos de internación, realiza trámites legales y tramita la
colaboración de los menores en hogares.

II. 1. c. La vertiente Sanitarista.

Corresponde a la lucha contra las enfermedades y los vicios sociales.


La puericultura (estudio y práctica de la salud, los cuidados y la crianza que debe darse a los niños durante
los primeros años de vida para que tengan un desarrollo sano), los conocimientos sobre la nutrición y la
psiquiatría son las disciplinas más consultadas en el marco de la formación profesional. En relación a las
dos primeras, se apunta a consolidar un dispositivo de crianza que garantice un desenvolvimiento futuro
que está marcado por el ideal de la productividad.

II. 2. Algunos aportes del Dr. Francismo Martone.

La noción de Asistencia Social es un concepto moderno, cuyo problema es antiguo en tanto la


vida humana es fundamentalmente social, introduciendo el término de valor bio-económico social.
Sostiene que para corregir los males sociales se debe disponer de la previsión, prevención, tratamiento
y la ayuda médica.
Apunta a que las mejores condiciones de vida de los hombres hacen que éstos puedan cumplir con sus
obligaciones y aumentar su productividad. Así se pasa a la medicina social para prevenir las
enfermedades individuales y colectivas.
Medicina Social: arte de prevenir y curar, considerando, tanto en sus bases científicas como en sus
aplicaciones individuales y colectivas, el punto de vista de las relaciones recíprocas que unen la salud
de los hombres a su condición.
La medicina social, postula el diagnóstico precoz, la profilaxis por el tratamiento, el examen periódico y la
educación sanitaria, cuidando así, por medio del mantenimiento de los hombres, su salud. Se pasa de la
caridad y la filantropía a la medicina social. Ésta influye no sólo en los factores médicos sino también en
la actividad física, moral e intelectual de las personas.
Pone énfasis en la importancia de Hospitales públicos para el desarrollo de la salud. Haciendo énfasis en
el fichaje y el control de la salud de la población. Para realizar esta tarea se requiere de visitadoras y
asistentes sociales, de allí de un Servicio Social en el Hospital.
Servicio Social en el Hospital: función social dentro de un cuerpo selecto. Constituirá aquel organismos
que estudiando todas las causas indirectas: económicas, morales, psíquicas intelectuales, familiares,
jurídicas, etc. obran sobre la producción de un enfermedad, proporcionando todos los medios capaces de
evitarla.
Este grupo es el encargado de la educación popular, la reeducación y la rehabilitación, con el propósito
de traspasar la barrera de lo individual para adquirir un carácter de intervención colectiva.
A las enfermedades sociales se le unen los males sociales: mala vivienda, promiscuidad, hacinamiento,
ignorancia, vicios, calamidades colectivas como la superstición ignorancia, delincuencia, malos salarios,
fatiga industrial, pauperismo, etc.
La vida es entendida como un fenómeno social por eso requiere tratamiento.
Diferencia entre visitadora social y asistente social.
La primera es la que actúa cerca del médico, haciendo su trabajo básicamente educativo. En cambio, el
asistente social trabaja desde su oficina y su objetivo es el reajuste del hombre a su verdadero medio, por
lo tanto es un factor de bienestar social.
Ambos forman parte del tratamiento social

II. 2. a. Breves consideraciones acerca de la propuesta del Dr. Martone.

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En términos generales parece proponer una sociedad al estilo durkheimiano, en tanto son las reglas
jurídicas y la solidaridad social organizada la base y sostén social, e incluso la participación de grupos
secundarios como las instituciones intermedias para llevar adelante el programa de la salud. El
Estado tiene una función primordial.
Respecto de la propuesta del servicio social y sus encargados de realizarlos, las visitadoras médicas y las
asistentes sociales, se puede observar que para él es más importante el saber hacer, la práctica social a
través de una aplicación técnica de ese saber, que el conocimiento teórico.
Este surge como brazo de la medicina y en especial de la medicina sanitaria estatal.

II. 3. Reseña histórica de las Escuelas de Servicio Social.

En 1930 se funda en Bs. As. la Escuela de Servicio Social del Museo Social Argentino, reconocida por
el Estado en 1935. Comprende tres años de estudios: dos teóricos y el último práctico.
En 1940 se cran las clases de la Escuela de Asistencia Social del Instituto de Cultura Religiosa
Superior de Bs. As. Otorgaba títulos oficiales.
En 1942 se inauguraron los Cursos de Asistentes Sociales de la Asociación de ex alumnos del Liceo
Nacional de Señoritas en Rosario. Los estudios duraban dos años con presentación de tesis, y la
formación se dirige para trabajar en Tribunales y Policía de Menores.

Néstor Ferioli - “La Fundación Eva Perón”.

Primera Parte.

En la Secretaría.
Si el peronismo facilitó ampliamente la posesión de bienes fue también por una primera aproximación
doctrinaria que parte en 1946 y tiene su apogeo en la Constitución de 1949: los derechos del trabajador.
Por ejemplo: parte de que la vivienda y la salud son derechos y todo integrante de la sociedad
productiva tiene derecho al derecho.
Evita disponía en la Secretaría de tres salones:
1- un salón privado, con aire acondicionado, no muy amplio, donde Evita citaba a funcionarios y ministros
para casos específicos;
2- la Sala de Audiencias, era el recinto más grande que ocupaba, allí recibía a los particulares y era donde
más centralizaba el trabajo de ayuda social;
3- la Sala de Representantes, era un salón dispuesto en anfiteatro donde recibía a las
delegaciones gremiales colectividades, etc.
Evita recibía a su público en persona.
Al recinto se acercaban: comisiones de obreros, mandos sindicales, mujeres del pueblo desgreñadas con
niños, periodistas extranjeros, una familia gaucha con sus ponchos pampeanos y el paisano con sus
largos bigotes negros, refugiados del telón de acero, clérigos y monjas, estudiantes, empleados jóvenes,
futbolistas, artistas de teatros y circo.
Evita escuchaba todas las peticiones: desde un aumento de salario hasta un convenio colectivo, ropa,
puestos en escuelas, permisos para rodar un filme, subvenciones de toda índole, denuncias o entregas
de regalos o donativos.

Los recursos.

En 1948 por decreto se aprueba el Estatuto, contaba con 4 hojas y le otorgaba a Evita el poder total en
las decisiones y acciones de su Fundación. Este estatuto se modificará dos años después y una de esas
reformas por ejemplo fue el cambio de nombre, pasó a llamarse, “Fundación Eva Perón”.
Según los Estatuto, los fines de la Fundación eran: a- Prestar ayuda económica o en
especie, facilitar elementos de trabajo, otorgar becas para estudios universitarios y otorgar
recursos a toda persona carente que lo solicite. b- Construir viviendas.

c- Construir o crear establecimientos educativos, hospitalarios, recreativos o de descanso.


d- Construir establecimientos benéficos para ser transferidos a los gobiernos nacionales,
provinciales o municipales.
e- Propender, contribuir o colaborar por todos los medios a su alcance, a la realización de obras de

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interés general y que tiendan a satisfacer las necesidades esenciales para una vida digna de las
clases sociales menos favorecidas.
La Fundación se construyó por un patrimonio de 10 mil pesos donados por Evita,
Cuando el gobierno de facto en 1955 incautó los bienes de la Fundación tenía un activo
de $3.280.458.812.
Evita no había designado a ninguna persona u organismo para que continuara con la administración de
la Fundación después de su muerte. Por lo tanto, como indicaba el Estatuto, se formó una Consejo de
nueves miembros. Presidido por el mismo Presidente de la Nación. Este cargo luego Perón se lo da a
Bolaños (Presidente de la Lotería Nacional de Beneficencia y Casinos) a principios de 1953.
Los fondos de la Fundación provenían de las siguientes fuentes:
1- Aportes sindicales dictados por ley.
2- Donaciones de trabajadores agremiados o asociados.
3- Porcentajes deducidos de determinados convenios colectivos de trabajo.
4- Subsidios estatales, provinciales y municipales.
5- Donaciones y colaboraciones empresariales.
6- Donaciones de particulares.
7- Recursos eventuales.
Es importante remarcar que las donaciones de empresas o particulares eran importantes, el 70% de
los ingresos provenían de los trabajadores.
Si bien el Estado les brindó gran cantidad de recursos y terrenos fiscales no fue una ayuda tan
extraordinaria comparándola con la que le había brindado a la Sociedad de Beneficencia. La
Fundación no tuvo nunca un pasivo considerable, ni deudas.

La Fundación y la Sociedad de Beneficencia.

Los sectores sociales antiperonistas de la época pueden determinarse como los siguientes:
- la oligarquía y los partidos conservadores.
- las fuerzas Armadas (especialmente marina y aérea).
- la Iglesia Católica, especialmente después de 1952.
- los partidos comunistas y socialistas.
- los sectores medios representados por intelectuales, profesionales, técnicos especializados, estudiantes
y empleados.
Si bien el peronismo podía representar a la clase media, por ejemplo con leyes laborales. No escogió el
mejor método para hegemonizar a esta clase.
¿Qué hubiese pasado si los intelectuales de la época tenían mayor libertad de expresión o
acción? Evita desconfiaba de los intelectuales, ya que lo pensaba como oligarcas en potencia.
La relación que puede establecerse entre la Fundación y la oligarquía debe examinarse a través
de la antigua caridad y la nueva “justicia social”.
Evita nada tuvo que ver con el conflicto con la Sociedad de Beneficencia. Ya que el conflicto comenzó
en el año 1939, cuando Evita ni siquiera conocía a Perón.
Este año marca el antecedente con las empleadas de la Sociedad. Esta Sociedad manejada por
mujeres con cierto poder económica, paradójicamente, pagaban míseros sueldos o no remuneraban a la
gran mayoría del personal.
En 1946 empleadas de los hospitales dependientes de la Sociedad de beneficencia, se declararon en
huelga y el conflicto llego a la cámara de Senadores de la Nación.
El Estado en 1946 por decreto decidió la intervención de la Sociedad de Beneficencia. El interventor
designado fue el Dr. Méndez San Martín, intercediendo en gran parte de los bienes de la Sociedad de
Beneficencia que serían aprovechados para dar infraestructura al “Plan Sanitario Nacional”.
Evita tuvo un dialogo con las representantes de la Sociedad, seguramente para que intercediera a
Perón de la decisión tomada.
Evita no podía ponerse de acuerdo con ellas, ya que ella lo que quería era un cambio profundo en lo
social, era revolucionaria, enemiga de las viejas estructuras. La beneficencia no hace más que consolidar
el sistema dominante, ya que no ofrece soluciones sino paliativos.

Segunda Parte.

Los Hogares Escuela

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En estos Hogares Escuela la premisa era no funcionar como establecimiento de reclusión, sino como un
vínculo entre la sociedad y el niño marginado, para su inclusión en ella. Por eso lo contrario a un internado,
estos Hogares propiciaban una interacción constante de los niños y el mundo exterior.
Todos los niños del Hogar concurrían a la escuela pública cotidianamente, y la condición básica era la
mantención y profundización del lazo familiar, cuando existía.
La Fundación construyo un total de 20 Hogares Escuela en el transcurso de sus 7 años de vida activa.
En total, tenían una capacidad de albergue que oscilaba los 16.000 mil niños.
Existía según los Reglamentos, una escala de prioridades para el ingreso de un niño:
1- abandono material o moral.
2- enfermedades de los padres.
3- situación de extrema pobreza o indigencia.
4- orfandad.
5- situación irregular de los padres o desintegración del hogar por separación de los mismos.
6- causas ambientales (vivienda insalubre o inadecuada).
7- desequilibrio económico producido por desocupación del padre.
8- incapacidad de los padres, tutores o encargados por accidente, hará también que se solucione el
problema de invalidez.
9- edad avanzada de los padres o encargados.
10- reclusión de los padres o encargados por delito común.
A los establecimientos del interior del país podían ingresar niños de 4 a 10 años, mientras que al de Ezeiza
la admisión era a partir de los 6 años.
No podían ingresar niños con afecciones físicas de gravedad o deficiencias psíquicas. En estos casos se
lo derivaba a la Fundación y se encargaba de los gastos de internación o tratamiento.
El Servicio Social, debía realizar un trabajo de interacción constante con el personal docente y médico. El
trabajo del asistente no finalizaba con el ingreso del niño al Hogar sino, por el contrario allí comenzaba. La
primera era el pre-ingreso del aspirante y la segunda, la “atención del niño en lo moral, social, económico
y físico, extendiendo su proyección a la familia”.
Tanto el Jefe como sus subalternos debían poseer título de Asistente Social expedido por la Escuela
de Servicio Social dependiente del Museo Social Argentino o de instituciones similares.
La segunda etapa del asistente, en el caso de los niños huérfanos, era dotar al niño de un tutor. Con
el cual compartir los fines de semana y las etapas de receso escolar.
En los casos de las familiar detectadas el Servidor Social debía mantener un vínculo con la familia,
visitando las casas de las familias periódicamente. A ella la orientaba y facilitaba en trámites legales,
conseguir empleos, pasajes, ropas, atención médica, medicamentos y tramitar préstamos para
viviendas. Los Hogares Escuela funcionaban con dos modalidades: los niños internos y externos.
Todos los niños utilizaban ropa de calle diferentes entre sí, rasgo que la Fundación consideraba importante
para sacar a estos establecimientos la caracterización que los asilos habían hecho de ellos.

Plan Mil Escuelas.

Hacia 1951, la Fundación propuso la construcción de mil escuelas de tipo rural en las zonas más
necesitadas del país. Esta cantidad de edificaciones planificó construirlas en un periodo de 24 meses, que
no llegó a cumplir. A fines de 1953 sólo había construido 410 Escuelas.

Ciudades Universitarias.

Con la supervisión de la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, la Fundación
hacia 1953 estaba construyendo dos ciudades universitarias localizadas en las provincias de Córdoba y
Mendoza.
La Ciudad Infantil “Amanda Allen”.
La “Ciudad Infantil” se inauguró el 14 de Julio de 1949. Tal vez, la Ciudad Infantil fue la obra en el
periodo peronista más criticada. Por el “acento en el lujo” que tenía.
Era un establecimiento educacional que rompía con toda la formalidad y concepción
rígidamente conservadora de la educación.
Esta ruptura con la convencional se aprecia en primer término, por la estructura formal ya que la Ciudad
era verdaderamente una pequeña urbe al tamaño de los niños.
En segundo término, por la práctica que se aplicaba a la educación del preescolar para la concepción de la
Ciudad, nuestros hábitos de adultos convierten mentalmente en un juguete toda reducción de un volumen

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acostumbrado pero los niños tienen su propia proporción viva y la Ciudad Infantil les permite ejercerla,
aplicando íntegramente, los métodos pedagógicos de Montessori, por ejemplo. Porque así estimulan
la imaginación de los niños y facilitan la educación que, entre juegos, se les imparte.
La Ciudad infantil se ubicaba en el barrio de Belgrano de la Capital Federal. Ocupando dos manzanas:
una de las cueles se denominaba “planta urbana” de la Ciudad y la restante “campo de esparcimiento”.
En la “planta urbana” se encontraba el edificio principal donde estaban: dirección, administración, servicio,
aulas, comedores, dormitorios, servicios médicos, sala de espectáculos, sala de circo y un gran vestíbulo
central. Afuera estaba la pileta de natación y el solarios.
Alrededor de esta edificación tomaba forma la ciudad en miniatura, que era un conglomerado de
edificaciones construido al tamaño de un niño de cinco años promedio. Compuesta por: chalecitos, un
mercado, banco, comisaria, municipales, estación de servicio, plaza “Los Derechos del Trabajador”,
capilla.
La otra manzana era una gran extensión arbolada con cuadros de arena, toboganes, calesitas y un tren
eléctrico para el libre juego de los niños.
Todo esto libre de “guardianes adultos”.
La finalidad de esta Ciudad de y para los niños era que ellos “tomen contacto con el mundo y
se inicien en la vida de relación a través de sus juegos”. Se incentivaba a los niños en las
diversas actividades cotidianas de los adultos, enfocando las responsabilidades como juegos.
En el edificio principal, el comedor tenía capacidad para 450 niños.
Los niños estaban divididos en 3 grupos con diferentes dietas, según el criterio del control médico
periódico.
Al igual que los Hogares Escuelas, la Ciudad funcionaba con niños externos e
internos. Se hospedaban niños de ambos sexos en edad preescolar
En 1955 la dictadura militar desalojó a los niños del interior del país que residían y la convirtieron en
Jardín de Infantes para porteños privilegiados. Luego, fue totalmente destruida.

La Ciudad Estudiantil “Presidente Juan D. Perón”.

La Ciudad Estudiantil se encontraba junto a la Infantil.


Se inauguró el 27 de octubre de 1951.
Ocupaba una superficie de 4 manzanas.
El régimen escolar era idéntico al de los Hogares Escuela.
Los alumnos eran trasladados diariamente, en vehículos de la Fundación, a sus respectivos colegios o
institutos secundarios, al igual que en los Hogares contaban con apoyo dentro de la Ciudad.
Se agregaban clases de política que abarcaron desde las antiguas doctrinas, hasta los movimientos de la
época contemporánea. Se trataban temas históricos, aprendizaje en idiomas y el funcionamiento de la
Academia de estudios históricos, letras y ciencias.
Cuando el golpe de estado del 55 cerró la Ciudad, muchos alumnos del establecimiento fueron requeridos
por diversos países para becarlos en la prosecución de los estudios.
Uno de los puntos clave para afirmar que esta Ciudad fue un “símbolo” es sin duda lo original de su
organización: el co-gobierno docente-estudiantil.
La finalidad esta Ciudad no era sólo funcionar como Hogar Escuela para adolescentes, sino capacitar a
los hijos de obreros para llegar a ser futuros dirigentes o cuadros de la estructura peronista. Se asignaba
mucha importancia a la Educación Física y a los deportes.
En la Ciudad vivían muchachos del interior con porteños.
Pocos días después del golpe de 1955, la Ciudad fue desalojada y convertida transitoriamente en lugar
de detención de dirigentes militantes peronistas.

Los Hogares de Tránsito.

Méndez San Martín fue el hombre elegido por Perón para intervenir la vieja Sociedad de Beneficencia.
El 23 de mayo de 1947 Evita asiste al primer Hogar de Tránsito que por resolución fue intervenido de
la Sociedad de Beneficencia.
La intervención había modificado sustancialmente a la sociedad, entre otras cosas la había dotado de un
Departamento de Personal, había creado la Secretaría de Hospitales, De hogares y de Asistencia Social
y había implantado el escalafón para el personal administrativo auxiliar, de maestranza y obrero basado
en sueldo básico por categoría y función y beneficios por antigüedad

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3 eran los Hogares de este tipo que la Fundación mantenía en la Capital. Habían sido asilos
dependientes de la Sociedad de Beneficencia.
Tenían por finalidad “remediar la escasez de viviendas”, amparar al necesitado y al que
momentáneamente no tiene hogar. Lo acoge todo el tiempo que sea necesario hasta que la
ayuda social le encuentre trabajo y le proporcione vivienda para que pueda llevar una vida
tranquila y sentirse orgulloso de ser argentino.
El Hogar facilitaba alojamiento digno, excelente comida, eficaz asistencia espiritual, material y
moral; a los niños se les brindaba exhibiciones cinematográficas y recreos de distinta índole,
clases de labores, costura, dactilografía.
Las mujeres con hijos tenían prioridad, ya fuesen madres solteras, viudas o separadas.
El más grande contaba con 280 camas, otro 220 y el tercero 200.
Del 47 al 49 son los años que Evita trabaja pensando más exclusivamente en la mujer. En el 47 fue el año
que trabaja para la obtención del voto femenino y se preocupa en agilizar la nueva política carcelaria
femenina que consistía en proveer de guarderías infantiles para reclusas con hijos, entre otras cosas. En
octubre de 1955 los Hogares de Tránsito pasaron a depender del Ministerio de Acción Social.

El Hogar de la Empleada (General José de San Martín).

En 1949 Evita inaugura el “Hogar de la Empleada” que su Fundación había construido.


Era un edificio de once pisos.
Era un edificio lujoso, con mármoles e imponentes escaleras, sino la ambientación y decoración era lujosa.
Evita obsequio muchos regalos y presentes que le habían regalado a ella en Europa para la decoración.
Nueve pisos estaban destinados a dormitorios. En el último piso funcionaban los consultorios médicos y
odontológicos que atendían de forma gratuita a las pensionadas.
En la terraza había un solárium equipado con reposeras y sillas mecedoras para tomar sol.
En el primer piso funcionaba la biblioteca, sala de costura (donde se podía aprender a coser) y la sala
de música.
El Hogar se mantenía, en gran parte, con un restaurante que funcionaba en el entrepiso. Era público y
servía un menú fijo de cuatro platos a un precio muy económico. Convirtiéndose poco tiempo después
en un lugar de reuniones políticas y parlamentarios peronistas.
Funcionaba también periódicamente la “Peña Eva Perón”.
La capacidad de alojamiento era para 500 mujeres y las condiciones para la admisión eran acreditar un
sueldo inferior a los $500 (el mínimo era $300) y no tener parientes en Capital Federal. Cada
pensionaba abonaba acorde a su sueldo.
Este Hogar se convirtió en el lugar preferido de Evita para invitar a sus colaboradores o funcionarios o
visitantes extranjeros a cenar.
En 1956 se hizo un remate a puertas cerradas en la que participaron funcionarios del gobierno de facto, y
posiblemente, altas autoridades de la marina.

La Escuela de Enfermeras. Solidaridad Internacional.

En aquellos años las enfermeras que se formaban en nuestro país lo hacían a través de dos
instituciones. La Cruz Roja Argentina y en segundo lugar las escuelas dependientes de la sociedad de
beneficencia de la Capital Federal.
Cuando Méndez San Martín interviene dicha institución, uno de sus objetivos fue, transformar
estas Escuelas en Institutos más acordes con su proyección asistencial.
Se crean nuevos planes de estudios, el curso tenía dos años de duración y comprendía 12 materias.
Completada la formación había un posgrado que ocupaba dos años más de estudio.
La Escuela de Enfermería no se integró a la Fundación hasta 1950, es decir, la Fundación la
recibió completamente Organizada.
Las prácticas de área se realizaron en los policlínicos de la Fundación.
El único requisito para entrar a la escuela era el de la edad: las aspirantes debían tener entre 18 y 35
años.
La tarea desarrollada por las enfermeras no se limitó a los Policlínicos, sino que también participaron
en muchas oportunidades junto a la Fuerza Aérea en diferentes campañas.
También recorrieron buena parte de Latinoamérica llevando su solidaridad y atención especializada a
los pueblos hermanos junto a médicos y asistentes sociales.

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Los Policlínicos.

La Fundación se proponía una revisión de la medicina, basándose en los conceptos del doctor Ramón
Carrillo quien buscaba poner en práctica un trato diferente entre médico-paciente que el ya venía
desarrollando en materia hospitalaria.
El Policlínico más extenso estaba en la provincia de Bs. As. en la ciudad de Avellaneda. Tenía una
superficie de 4 hectáreas, con cinco cuerpos de cinco pisos cada uno.
El Policlínico empleaba a 1500 personas: cuerpo médico, asistentes técnicos, enfermeras y
nurses, personal de servicio administración y trabajadores manuales. La Fundación construyo en el
país 16 policlínicos regionales.

Declaración de los derechos de la ancianidad - Hogar de Ancianos “Coronel Perón”.

Evita se había propuesta jugar el rol de administrar la “justicia social”.


Tenía que saldar las deudas con los trabajadores.
Tenía con las mujeres otra deuda, ya que para ella, habían sido siempre las grandes explotadas.
Tenía una deuda con los niños.
Una cuarta deuda era con los ancianos, representaban para Evita los últimos olvidados.
Las cajas Jubilatorias de muchos gremios se habían creado en 1946, pero las primeras jubilaciones
saldrían recién en 1949; esto irritaba a Evita.
Por esta razón puso en marcha en 1948 su ayuda social directa para los ancianos, entregando
los primeros subsidios.
Estas eran inembargables y se otorgaban a los mayores de 60 años que no tuvieran beneficios jubilatorios
ni bienes.
El trámite una muy sencillo, al igual que cualquier trámite que se hacía en la Fundación.
Las asistentes sociales comenzaron a visitar los hogares comprobando que los solicitantes cumplieran con
los requisitos para ser beneficiados.
Antes de otorgar las primeras pensiones la Fundación había elaborado la “Declaración de los
Derechos de la Ancianidad”. Declaraba los derechos de los ancianos y las obligaciones de la sociedad
con ellos. Estos derechos fueron incluidos en la Constitución en 1949. Siendo admiración en las
Naciones Unidas y adoptado por muchos países.
A mediados de 1950 Evita recién pudo concretar las pensiones.
Luego de dos meses de la Declaración de los derechos de la Ancianidad, se inauguró el Hogar de
Ancianos “Coronel Perón” ubicado en la Provincia de Bs. As.
Ocupaba 32 hectáreas y se inauguró el 17 de octubre de 1948.
Muy distinto a los asilos de la Sociedad de Beneficencia que la Fundación veía como una prueba cabal de
la “falta de moral capitalista”, porque no proporcionaba a los ancianos nada que los hiciera sentir parte de
la sociedad.
La Fundación se disponía a otorgarles un hábitad digno, y también a emplear prácticas de terapia
ocupacional a fin de que el anciano se sintiera productivo de acuerdo a su capacidad. Los ancianos que lo
deseaban podían trabajar dentro del Hogar, era trabajo remunerado con el 75% de lo producido.
Había charlas a cargo de los asistentes sociales y se intentaba establecer el deber de ser útiles a sí
mismos y a la comunidad en la medida de sus propias fuerzas.
A fines de 1954 la Fundación tenía en construcción otros tres hogares de ancianos en las provincias
de Santa fe, Córdoba y Tucumán, que no llegaron a consolidarse por el golpe de estado de 1955.

Declaración de los Derechos de la Ancianidad.


1- DERECHO A LA ASISTENCIA.
2- DERECHO A LA VIVIENDA.
3- DERECHO A LA ALIMENTACION.
4- DERECHO AL VESTIDO.
5- DERECHO AL CIUDADO DE LA SALUD FISICA.
6- DERECHO AL CIUDADO DE LA SALUD MORAL.
7- DERECHO AL ESPARCIMIENTO.
8- DERECHO AL TRABAJO.
9- DERECHO A LA TRANQUILIDAD.
10- DERECHO AL RESPETO.

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El Plan Agrario “Eva Perón”.

El año 1952 en el año del lanzamiento del Segundo Plan Quinquenal del gobierno peronista. Se había
logrado ya la activación de la industria pequeña y mediana, uno de los objetivos del Primer Plan. Para la
concreción de este segundo plan económico la estrategia se dirigió a la incentivación de la producción
agrícola.
El año ´52 despunta con tres objetivos fundamentales del plan de gobierno:
- producción agrícola.
- ahorro.
- racionalización del consumo.
La fundación en Marzo de 1952, se puso en marcha para acompañar las medidas del nuevo plan.
El “Plan Agrario” de la Fundación se organizó en 30 días.
En un mes estaban operando en el interior del país 170 tractores que la Fundación había adquirido. El
Plan Agrario consistió en prestar ayuda a los pequeños propietarios y colonos, para el eficaz rendimiento
de sus tierras. Los equipos podían solicitarse a través de las regionales de la CGT, del Banco de la
Nación Argentina, o por carta a las oficinas de Fomento Agrario que la Fundación había abierto, para este
fin.
Como conclusión, esta reactivación agraria trajo como consecuencia un mayor bienestar para el pequeño
propietario de tierras.

Turismo Social.

El 16 de Enero de 1947 partió a Córdoba el primer contingente de niños que estuvieron quince días de
vacaciones como consecuencias de los trámites que había realizado Evita ante el Ministerio Obras
Públicas.
Sin embargo la Fundación comenzó a organizar el turismo social en octubre de 1951, cuando ésta se hizo
cargo de la administración también lo hizo de los hoteles localizados en Chapaldmalal, Embalse Río
Tercero.
Evita comenzó con los contingentes infantiles como experiencia inicial, para programar en el verano de
1952, las primeras vacaciones de los trabajadores y su grupo familiar. Se adjudicaba la cuota a cada
familia acorde a lo que podía pagar.
La Fundación había instalado en la colonia un matadero que procesaba 18 animales por días y
producía 3200litros de litros.
Trabajaba también una panificación.
Los hoteles de Córdoba y Bs. As. eran de igual arquitectura, con una capacidad total para 2008 personas.
El procedimiento era igual a otro trámite. Dirigirse a la Fundación y esperar turno.
Cada temporada veraniega se alojaba un promedio de 40.000 mil turistas en los hoteles de
la administración de la Fundación.

Los Campeonatos Infantiles “Evita” y juveniles “Juan Domingo Perón”.

Estos campeonatos nacieron como un apoyo que la Fundación brindó al plan deportivo que había lanzado
el gobierno peronista en 1947.
Desde enero de 1949 se organizaron los primeros campeonatos, año a año se montó una campaña
publicitaria para las inscripciones.
La Fundación había divido al país en siete zonas. La Final se realizaba en Bs. As. donde asistían todos los
funcionarios peronistas escoltando Evita y por Perón.
Además la Fundación tenía como objetivo con estos campeonatos un amplio control sanitario de la
población infantil a nivel nacional. Estos chequeos los realizaba el Departamento Médico de la
Fundación. Los campeonatos comenzaron en 1949 destinados a niños y adolescentes futbolistas.
En 1955 concluyeron en ellos 11 deportes: ajedrez, básquet, esgrima, fútbol, gimnasia, natación,
pelota paleta, saltos ornamentales, tiro deportivo y waterpolo. Ese mismo año se incluyó la
competencia femenina.
La Fundación cubría todos los gastos: desde los equipos completos hasta los traslados, albergues y
comidas.

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La Fundación Eva Perón: soberanía política y popular.

El 28 de septiembre de 1951 se produjo el primer intento contra el gobierno del General Perón.
Evita ordenó la compra de 5000 pistolas automáticas y 1500 ametralladoras destinadas a la formación
de milicias obreras. La compra se hizo con fondos de la Fundación.
El 29 de septiembre Evita reunió a José Espejo (Secretario general de la CGT) a Isaías Santín y Florencio
Molina (gremialistas) y al general Humberto Sosa Molina (Comandante en Jefe del Ejército).
El hecho de saber que las armas estaban ya en poder de la CGT actuó en Evita como un síntoma de
seguridad.

Tercera Parte.

El Golpe de Estado de 1955.

El golpe de estado de 1955, al igual que el de 1930 significó la restauración de la economía dependiente
razón por la cual apuntaban ambos a la reconstrucción de un estado manejado por la oligarquía nativa que
obedeciera a los dictámenes económicos de los centros hegemónicos del capitalismo.
El golpe apuntaba a la supresión de las conquistas sociales logradas por el peronismo, sobre todo
reduciendo el poder adquisitivo y el nivel de vida de los trabajadores.
El gobierno de facto aparte de las armas recurrió a otra arma: el fomento del odio que
rápidamente adhirieron los sectores civiles antiperonista.
Sin embargo la masa peronista resistió desde el comienzo; con el tiempo llegaría a organizarse en
la llamada “Resistencia Peronista”.
La primer orden emanada fue encarcelar a todos los dirigentes y destruir todos los símbolos partidarios.
Con decretos y disposiciones implantaron el terror de estado.
Entre las muchas propuestas económicas dictadas por los economistas liberales con los que se manejó el
gobierno de facto de Lonardi-Aramburu, no existió ninguna que no apuntara a la denigración del trabajo.
Volverán en pocos meses los bajos sueldos, los despidos alevosos, los aranceles hospitalarios y la
deserción escolar. Se apuntará a la destrucción de la industria nacional para que la Argentina vuelva a
ser el granero del mundo.
Para lograr estos propósitos se apuntó a la destrucción moral del trabajador. Comenzaron por destruir
la Fundación para volver a la beneficencia.
La Fundación no fue intervenida sino varios días después del golpe, los funcionarios del nuevo
gobierno, acompañados por tropas del Ejército, tomaron posesión del edificio volcándose directamente
a la documentación contable y a las jefaturas de cada departamento.
Por decreto el 8 de octubre de 1955 se creó el “Instituto Nacional de Acción Social”, en el mismo decreto
se aprovechó para deja constancia que la Fundación pasaba a integrar, con todo su patrimonio y personal,
el organismo creado. Dispuso la intervención particular de cada uno de los institutos, a la vez que
descentralizar otros en un plazo de 90 días.
Por otra parte, obligaron a las provincias a hacerse cargo de muchos institutos sin que las finanzas
provinciales pudieran cubrir su mantenimiento, razón por la cual el deterioro fue inminente.
Las repetidas alteraciones del orden constitucional que significó desde 1955 en adelante la represión
del pueblo, dejaron poco espacio para exigir la rendición de cuentas y devolución de los bienes de la
Fundación a sus legítimos dueños: los trabajadores.

Melisa Campana - “Medicalizar la asistencia. Asistencializar la salud”. Capítulo II.


Capítulo II. Justicia social y ayuda social. De cómo preservar el caudal biológico de la Nación.

Los peculiares regímenes de bienestar latinoamericano.

En un régimen de bienestar, la política social tiene por principal función ampliar los derechos sociales,
considerándolos en términos de su capacidad para la desmercantilización.
Las dos vías principales de satisfacción de necesidades por fuera del mercado serían las familias y las
intervenciones estatales.
Por la vía familiar se transfiere la responsabilidad de la satisfacción de las necesidades al grupo familiar.
Esta modalidad de satisfacción de necesidades es parcialmente desmercantilizada, dado que no
constituye derechos y en lugar de socializar la reproducción, la privatiza, reenviando a la esfera familiar e
individual las responsabilidades por el bienestar.

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Las intervenciones estatales generarían, en cambio, mayores niveles de desmercantilización, en
tanto suponen la prestación de servicios como asusto de derecho.
Andrenacci entiende los regímenes de bienestar latinoamericanos se han caracterizado por un
“doble juego” de inclusión problemática a través del mercado y de subordinación negativa a
través de la política social.
La inclusión problemática a través del mercado se refiere a que se genera una tendencia a la existencia
de altos niveles de precariedad, inestabilidad, bajos ingresos reales, informalidad e ilegalidad. Además, el
carácter segmentario y elitista de la seguridad social, la restringe a una franja de trabajadores formales
urbanos, generando un vacío de protección alternativa al ingreso por el empleo.
A ello se suma la subordinación negativa a través de la política social, es decir, que la modalidad
relativamente residual y de baja calidad de la protección social pública no contributiva, focalizada en las
personas en situación de extrema pobreza, contribuye a la ausencia de alternativas de protección frente a
la debilidad del empleo y la parcialidad de la seguridad social.

El régimen de bienestar argentino: construir al trabajador y redistribuir la riqueza.

El régimen de bienestar argentino se conformó como un “hibrido institucional” (Los regímenes


híbridos son aquellos que se caracterizan por una combinación de elementos democráticos y
autoritarios. Son regímenes que adoptan la forma de democracia popular, con instituciones políticas
formalmente democráticas que maquillan la realidad de la dominación autoritaria), cuya principal fuente
de inspiración provendría del modelo corporativo establecido alrededor de seguros sociales financiados
por el impuesto al salario: programas de pensiones, obras sociales y cargas familiares.
Dentro de la misma noción de “hibrido”, otro grupo de políticas sociales era financiado desde
rentas generales y ofrecido sobre bases universales, como educación y salud pública.
Finalmente, las políticas de vivienda y asistencia social habrían sigo organizadas como
políticas focalizadas hacia población carenciada.
La versión argentina del régimen de bienestar se fundó en dos “manos” combinadas: “la mano
derecha”, una economía política de sustitución de importaciones que implicaba transferencias del
sector exportador al sistema urbano-industrial, incluyendo cuasi-pleno empleo y niveles salariales altos
destinados a sostener la demanda efectiva a través del consumo; y la “mano izquierda”, su política
social.
Según Grassi la expansión de los derechos sociales estuvo ligada a la consolidación de la categoría de
trabajador formal, por lo que la universalización se derivó de la expansión de esta categoría más que de
la ampliación de los derechos de ciudadanía.
Esto vino de la mano de la ayuda social, cuyo rol se especulaba fuese residual, debido a la extensión sin
parangón de la categoría trabajador y a la expectativa de que el pleno empleo terminara por absorber
bajo las protecciones ligadas al trabajo al conjunto de la población. No quiere decir que la función que
cumplió haya sido residual.
La ayuda social se planteó en una relación de complementariedad respecto de la justicia social.

La asistencia social durante el peronismo. La Fundación Eva Perón.

En 1946, el Senado Nacional, alegando que la Sociedad de Beneficencia no respondía a las exigencias
sociales, solicitó al Gobierno nacional que interviniera la entidad, lo cual se formalizó por Decreto,
disolviéndola en 1948.
Para ésta época Evita ya había implementado un plan de turismo infantil; gestionado y entregado
subsidios para la construcción de policlínicos destinados a obreros curtidores, textiles y del
vidrio; distribuido subsidios otorgados por las autoridad estatales a familias sin recursos.
Los fondos y las especies provenían de donaciones, fundamentalmente de los sindicatos, aunque la ayuda
social también disponía de los fondos de una cuenta del Ministerio de Hacienda.
En 1948 se le otorga personería jurídica a la Fundación Ayuda Social María Eva Duarte de Perón.
En 1947 creó el Hogar de Tránsito para Madres Solteras y dos años más tarde (1949) el Hogar de
la Empleada.
Mantuvo también 4 Hogares para ancianos.
Construyo alrededor de 20 policlínicos en todo el país.
Organizó la Escuela de Enfermeras, el Hospital de Lactantes y epidemiología Infantil, la Clínica
de Recuperación Infantil de Terma de Reyes y el Tren Sarmiento. Construyó cerca de mil
escuelas y 18 hogares-escuela en el interior.

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En Capital Federal se levantaron la Ciudad Infantil y la Ciudad Estudiantil.
En 1950 se pusieron en marcha el Plan de Turismo Infantil, las colonias de vacaciones y los campamentos
infantiles y juveniles.
Finalmente construyo viviendas para obreros, como el barrio Presidente Perón y la Ciudad Evita.
Grassi distingue dos formas primordiales de acción de la FEP: 1) la ayuda social directa y 2)
las prestaciones a través de establecimientos asistenciales.
Además de la asistencia, las otras dos áreas básicas de acción fueron la educación y la salud: esta última
a través de tres formas: las campañas sanitarias; de la construcción de hospitales y centros de salud; y de
los campeonatos deportivos.
Álvarez Leguizamón sostiene que la ayuda social tenía, en la concepción de Eva Perón, algunas de las
características coincidentes con la estrategia de Beneficencia:
a) la aplicación del saber científico sistemático y racional a la pobreza válida, previo examen de las
condiciones de vida del/a recepto/a;
b) su base es la justicia social de quienes trabajaban hacia quienes no trabajaban.
c) se suprimía como destinatarios a los “pobres vergonzantes” o sectores de estatus empobrecidos.
d) se realizaba en pro de recuperar para el trabajo, de “curar”, de “reintegrar” a la sociedad.
Luego de la muerte de Evita, en 1952, la FEP continuó sus actividades, pero en 1954 se creó el Ministerios
de Salud y Asistencia Social y la asistencia social continuó desarrollándose en diversos ámbitos
institucionales.
En Octubre 1955 el gobierno de facto promulgó el Decreto 556, establecimiento el cierre y liquidación de
los bienes pertenecientes a la FEP, que pasaron a integrar el Patrimonio Nacional o de las Provincias.

La Dirección Nacional de Asistencia Social.

Por Decreto en 1943 se crea la Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social DNSPyAS),
dependiente del Ministerio del Interior, organismo que reunió entidades de beneficencia, hospitales
y asilos.
El director Dr. Galli tuvo como iniciativa centralizar la sanidad argentina, consiguió por Decreto que todos
los organismos médicos pasaran a integrar y depender de la DNSPyAS
En 1944 las funciones de asistencia social pasaron a depender de la Secretaria de Trabajo y Previsión con
la aparición de la Dirección General de Asistencia Social (DGAS), que tomó a su cargo todo lo referente a
beneficencia y hogares, mientras que lo atinente a hospitales, sanidad e higiene continuó dependiendo de
la DNSPyAS.
La Ley de crea la Dirección Nacional de Asistencia Social (DNAS) que reemplazo a la (DGAS), se
esperaba que la ayuda social jugara un rol eventual y transitorio.
La DNAS funcionó paralela a la FEP y estaba destinada a “ejercer en todo el territorio nacional el amparo
por el Estado de las personas que, por causas fortuitas o accidentales, se vieran privadas de los medios
indispensables de vida y de las que, careciendo de ellos, se encontraran incapacitadas en forma definitiva
para obtenerlos”.
Sus objetivos contemplaban asistencia del menor abandonado, huérfano o delincuente, protección de la
madre desamparada; amparo y socorro a la vejez desvalida; integración y consolidación del núcleo
familiar; resolución del problema de la vivienda de familias de escasos medios económicos; y
recuperación de toda persona caída en el infortunio.
Gabriel Britos - “Asistencia Social en Rosario. Historia de su formación profesional” Capítulo IV
y V.

Desde las primeras décadas del XX hasta los años 40 en Argentina, se vio como se reproducen
algunas de las características de la organización monopólica adoptada por el capitalismo.
Es en ese periodo donde se encuentran las condiciones sociales y políticas para el surgimiento de la
profesionalización del Trabajo Social.
Los diferentes conflictos sociales obligaron a las clases altas a buscar nuevas alternativas de abordaje.
Las prácticas benéficas no estaban dando resultado, respondiendo con la política de la represión.
Durante le década del 20, iniciativas de cambios se plasman en Leyes Laborales.
Es en esa coyuntura donde se ubican los reclamos de los médicos higienistas, centrándose en las
responsabilidades que el Estado debía asumir. De esta manera, la profesionalización del Trabajo Social
forma parte de un proceso por el cual se buscan cambiar las técnicas de abordaje de la cuestión social,
dejando de lado la represión y la beneficencia.

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Por otra parte se presentaban dudas acerca de la afirmación de Parra de que el Servicio Social
había surgido con un carácter “claramente anti-moderno y profundamente conservador”.
Britos refuta esta afirmación, planteando que no es anti-moderna porque la profesión reproduce aspectos
característicos de este proyecto socio-cultural, como el desenvolvimiento de los conocimientos científicos
y los mecanismos de control social.
Y además, no es profundamente conservadora, por la influencia de los médicos higienistas,
responsables de la creación de la primera escuela de Servicio Social. Si fuera como Parra afirma, no
tendría un contenido liberal, racionalista o laico.
En Rosario, el proceso de profesionalización empieza a delinearse bajo una crisis económica,
el resurgimiento de protestas laborales y el cuestionamiento del liberalismo.
Rosario experimenta un gran auge desde fines del XIX hasta la década del 1940, convirtiéndose en uno
de los centros urbanos industriales más importantes del país.
Además, como telón de fondo, aparecía le emergencia del comunismo liderando los principales gremios de
la ciudad. Frente a este avance se incrementaron las medidas represivas.
Con respecto a los Cursos de Asistentes Sociales, no cabe duda que Luisa Benítez jugó un
papel fundamental, organizando un grupo de trabajo dirigido por ella.
La creación de los cursos contó con el respaldo provincial y nacional.
En marzo del 1952, los Cursos fueron intervenidos por el gobierno peronista.
Esta se fundamentó desde el gobierno por una falta de los Cursos por no cumplir con una medida
referente a que en los establecimientos aparezcan las imágenes de Perón y su esposa.
La investigación refleja que fue solo por causas políticas: el desempeño de los egresados de los
cursos había despertado ideas de oposición desde el gobierno.
Además se produjeron diferentes problemas: uno de ellos, cuando desde el gobierno se incentivó a
darle el título a mujeres que no habían realizado el curso.
Otro, fue cuando desde la Fundación Eva se obligó a prestar servicios de asistencia a personas que los
profesionales no consideraban. Además quienes la intervinieron cantaban la marcha de Perón. Los Cursos
se reabrieron 4 años después.

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