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Esperanza Aguilar

Filosofía – 1º de Bachillerato
Unidad 3: La filosofía de la ciencia

UNIDAD 3 – LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

1. El papel de la filosofía de la ciencia


La importancia de la filosofía de la ciencia en el mundo contemporáneo es tal que todos los
filósofos son conscientes de la necesidad de conocer en alguna medida cuáles son las
cualidades del conocimiento científico, cómo se produce y cuáles son sus efectos en la
sociedad. Pero ¿qué interés puede tener la filosofía de la ciencia para un científico, el cual se
supone que conoce de primera mano estas cuestiones?
Es evidente que conocer la filosofía de la ciencia no es necesario para hacer buena ciencia, y
que, por tanto, los científicos no tienen necesidad de prestarle atención para desarrollar su
trabajo; sin embargo, la filosofía de la ciencia ha contribuido enormemente a mejorar nuestra
comprensión de la ciencia. Se ocupa de saber, entre otras cosas, cómo se desarrolla la ciencia,
cómo se evalúan y cambian las teorías científicas, así como de saber si la ciencia es capaz de
revelar la verdad de la naturaleza. Es decir, lo que intenta la filosofía de la ciencia es explicar
problemas tales como:
- Naturaleza y obtención de las ideas científicas (conceptos, hipótesis, modelos, teorías,
paradigma, etc.).
- Relación de estas ideas científicas con la realidad.
- Cómo la ciencia describe, explica y predice la naturaleza.
- Formulación y uso del método científico
- Tipos de razonamiento utilizados para llegar a conclusiones
- Peligros y beneficios de la ciencia y la tecnología

2. Características generales de la ciencia


2.1. La clasificación de las ciencias
Ya desde la época de Platón, se han hecho ensayos de clasificación de los distintos saberes.
Actualmente, la siguiente clasificación es la aceptada por la mayoría de autores:
➢ Ciencias formales: No se ocupan de los hechos o acontecimientos que ocurren en el
mundo, sino de relaciones entre símbolos. Es decir, no tienen contenido empírico, ni se
basan en la observación, sino en la coherencia interna del sistema.
- Lógica
- Matemáticas

➢ Ciencias empíricas: Se ocupan de la realidad, de los hechos que ocurren en el mundo


y de sus relaciones. Tienen contenido empírico que surge de la observación y la
experiencia. Además, sus afirmaciones han de ser comprobadas recurriendo a la
experiencia.
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- Naturales: Se ocupan de la realidad material, como la física, la química o la


biología.
- Sociales o humanas: Se ocupan de la realidad social y humana, como la
sociología, la antropología, la psicología…

2.2. Conceptos fundamentales de la ciencia


Frecuentemente, la ciencia nos produce un sentimiento de extrañeza por las cosas que dice o la
forma en la que lo dice. Esto sucede porque dentro de la ciencia se buscan explicaciones de
fenómenos observados y, para ello, se crea un lenguaje que garantice la precisión de dichas
explicaciones. Algunos de los conceptos fundamentales de la ciencia son los siguientes:
➢ Conceptos: Son los términos específicos de cada ciencia. Deben estar perfectamente
definidos y claramente demarcados.
➢ Hipótesis: Literalmente, significa “supuesto”. Es una propuesta o afirmación
contrastable empíricamente (es decir, que puede ser comprobado a través de la
experiencia), que se considera provisional y revisable a partir de nuevas experiencias.
Generalmente, se trata de un enunciado formulado de manera precisa, que trata de dar
cuenta de los fenómenos sometidos a investigación o de solucionar un problema. Si
dicho enunciado es verdadero, los problemas quedan solucionados.
➢ Leyes: Son enunciados que expresan de forma universal una regularidad de la
naturaleza. Es decir, algo que se repite siempre. La regularidad se afirma
universalmente y sin excepciones, esto es, se afirma su cumplimiento en todos los
casos. Las leyes usan los conceptos que han sido definidos de manera precisa, así como
las hipótesis que han sido comprobadas con la experiencia.
➢ Teorías: La ciencia pretende explicar ámbitos de la realidad de la manera más amplia
posible. Por esta razón, las leyes científicas se dan interconectadas unas con otras,
formando sistemas compactos, coherentes y sistemáticos, a los que llamamos teorías
científicas. Las teorías pueden ser imaginadas como redes que nos permiten “apresar”
la realidad.

2.3. El método científico


Lo que distingue a la ciencia de cualquier otra forma de saber es la posesión de un método de
investigación. El método científico es el procedimiento que siguen los científicos para alcanzar
el conocimiento. Sin embargo, no sólo hay una manera de proceder en la actividad científica,
sino que existen varias y a lo largo de la historia ha ido cambiando. El método que actualmente
define de forma más adecuada la actividad científica es el método hipotético-deductivo.
- El método inductivo: Trata de ir de lo particular a lo general. Es un razonamiento que
consiste en alcanzar una tesis general o universal a partir de un conjunto de casos
concretos. Cuenta con el problema de que no se puede universalizar. Por ejemplo:
“A lo largo de mi vida he visto que todos los flamencos que he visto son rosas, por lo
que podemos concluir que todos los flamencos del mundo son rosas”.
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- El método deductivo: Trata de ir de lo general a lo particular. Es un razonamiento que


permite derivar de una o varias proposiciones dadas (las llamadas “premisas”) otra
proposición (llamada “conclusión”). Si las premisas son ciertas, tenemos la seguridad
de que la conclusión tiene que ser verdadera. Por ejemplo:
Premisa 1: “Todos los gatos maúllan”
Premisa 2: “Félix es un gato”
------------
Conclusión: “Félix maúlla”
- El método hipotético-deductivo: Los pasos principales son los siguientes:
1. Descubrir un problema y plantearlo de manera precisa
2. Intentar solucionarlo mediante una hipótesis
3. Deducir todas las consecuencias de esa hipótesis (predicciones empíricas que
se puedan contratar)
4. Contrastarlas en la experiencia
5. Confirmar la hipótesis y convertirla en teoría

3. Fiabilidad y progreso científico


3.1. ¿Qué es la ciencia?
Aunque hemos dicho que la ciencia se caracteriza por el uso de un método concreto, ha sido
difícil concretar qué características debe tener éste para saber identificar si una disciplina es
científica o no. De hecho, existen ciertas disciplinas que se hacen pasar por científicas sin serlo
realmente. Éstas son las llamadas pseudociencias, las cuales se proclaman como capaces de
producir un conocimiento tan fiable como el de la ciencia, sin que esta pretensión encuentre
reconocimiento en la comunidad científica. Este es el caso de la homeopatía, la astrología o la
parapsicología. Es importante saber detectar estas pseudociencias, puesto que de ello depende
que tengan prestigio social, que obtengan financiación de fondos públicos, así como que sean
asimilados por los sistemas públicos de salud y educación.
Por eso mismo, necesitamos un método para saber distinguir entre disciplinas científicas de
disciplinas pseudocientíficas. Pero ¿cómo establecer el criterio que nos permita distinguir qué
teorías son científicas y cuáles no? Históricamente, se han propuesto dos formas de
contrastación o demarcación de qué es ciencia y qué no:
➢ La verificación del Círculo de Viena: Defendieron que una hipótesis se considera
“verdadera” si los hechos observados en el mundo están de acuerdo con los hechos
deducidos de las hipótesis. Sin embargo, no es posible realizar una verificación
concluyente o completa de un enunciado universal, puesto que no es posible comprobar
qué pasaría en todos los casos en los que una hipótesis se aplica. Algo parecido al
problema que encontrábamos con el método inductivo. Por ello, se dice que las
hipótesis están verificadas de manera “provisional”. Ciencia sería, entonces, aquello
que pueda ser verificado a través de la experiencia.
➢ El falsacionismo de Karl Popper: Este autor dijo que una hipótesis puede ser admitida
sólo mientras no resulte refutada por los hechos. Por lo tanto, no se trata tanto de buscar
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hechos que estén de acuerdo con la hipótesis, sino hechos que estén en contra de la
misma. Si no se encuentra ninguno, decimos que la hipótesis no ha sido falsada por el
momento y, por tanto, es aceptada. Ciencia sería, entonces, aquellas disciplinas que
desarrollen hipótesis que sean falsables. Lo que hace a un buen científico es el hecho
de que se arriesgue a que su tesis resulte como falsa y no tanto comprobar que es cierta.
Las teorías religiosas no son científicas, puesto que no existe ninguna posible
observación que las pueda refutar. No es que no sean científicas porque se demuestre
que es falso, sino porque no puede ser falsado.

3.2. El progreso científico


La ciencia progresa con una gran rapidez, esto es algo innegable. Este progreso se manifiesta
en el despliegue impresionante de la tecnología contemporánea. Una de las cuestiones más
interesantes relacionadas con esta cuestión es el cambio de teorías. Una cuestión que ha
interesado particularmente a los filósofos de la ciencia en este punto ha sido la de decidir si el
cambio de teorías en la ciencia se debe exclusivamente a factores racionales, como la
argumentación lógica o la evidencia experimental, o si, por el contrario, otros factores también
influyen, tales como los factores económicos, políticos, sociales o incluso personales. Dos
autores son los principales que han hecho hincapié en la importancia de estudiar estos otros
factores y su influencia en el “progreso” científico:
➢ Thomas Kuhn: Para él, la ciencia no evolucionaba de manera progresiva y constante.
Decía que en toda ciencia existen dos fases principales de desarrollo (un período de
ciencia inmadura y otro de ciencia madura). Pero, dentro de la ciencia madura, la
investigación se realiza bajo un paradigma científico ya aceptado, existen varias fases:
Período Período revolucionario Nuevo período
paradigmático (CIENCIA paradigmático
(CIENCIA NORMAL) EXTRAORDINARIA) (CIENCIA NORMAL)

➢ Paul Feyerabend: Durante la primera mitad del siglo XIX, la ciencia y la tecnología
habían tenido efectos importantes en la vida de las personas (iluminación eléctrica,
mejoras sanitarias, medios de transporte, industria química), pero estos cambios
dejaban todavía fuera a una gran parte de la población, que seguía viviendo como en
los siglos anteriores. A partir de la Segunda Guerra Mundial, se hizo evidente cómo la
supervivencia de la humanidad dependía del desarrollo científico y técnico, que
amenazaban la existencia humana con un enorme poder de destrucción. La
investigación científica se fue separando cada vez más del ideal de conocimiento
desinteresado y público que todavía permanece en la mente de muchos científicos. La
unión entre ciencia, industria y poder político se ha ido estrechando cada vez más: la
clase política necesita de la ciencia y la tecnología para el mantenimiento del poder
militar y económico, mientras que los científicos necesitan del apoyo estatal y
empresarial para financiar sus investigaciones. Feyerabend fue uno de los primeros
autores que criticó estos hechos, y se preocupó por el papel de la ciencia en la sociedad,
criticando esta unión entre poder militar, poder político y ciencia.
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3.3. El realismo científico


Esta es una cuestión que trasciende los despachos de los filósofos de la ciencia, y que ha
interesado e interesa a muchos científicos. Se trata de un debate de gran actualidad y para el
cual todavía no se tiene respuesta certera. El realismo científico es la visión filosófica de que
el universo descrito por la ciencia es real independientemente de nuestro pensamiento. Es decir,
sostiene:
a) Que existe una realidad objetiva,
b) Que el objetivo primordial de la ciencia es describir y explicar los hechos de la realidad,
c) Y que la ciencia consigue su objetivo gracias a la aplicación del método científico.
Entre los filósofos que han defendido diversas variedades de realismo científico pueden
mencionarse a Mario Bunge, Hilary Putnam o Ilkka Niiniluoto. Existen varios tipos de realismo
científico, en función del nivel de compromiso con la teoría:
- Realismo ontológico: Defiende que las entidades teóricas postuladas por las teorías
científicas bien establecidas existen. Se enciente por entidades teóricas aquellas
entidades inobservables que son postuladas por alguna teoría. En contra de esta teoría
está el instrumentalismo sobre entidades, que defiende que estas entidades se deben
entender como recursos predictivos y no tiene sentido preguntarse sobre su existencia
real.
- Realismo epistemológico: Defiende que las teorías científicas nos proporcionan un
conocimiento adecuado de la realidad tal como ésta es con independencia de nuestros
procesos cognitivos. Al este tipo de realismo se le oponen el idealismo epistemológico,
el cual defiende que las teorías y explicaciones científicas versan sobre una realidad
construida por la mente, debido a los filtros de nuestro propio sistema cognitivo.

4. La filosofía de la ciencia en la actualidad


Es evidente que la ciencia ha experimentado en su funcionamiento profundas transformaciones
en el último siglo. Transformaciones que la han convertido en una fuerza social, económica y
política de primera magnitud. Ya no es concebible imaginarse al investigador aislado que
realiza grandes descubrimientos en un laboratorio casero; o el científico que puede
despreocuparse de los recursos para su trabajo y de los posibles beneficios económicos
producidos por el mismo. Además de todas estas cuestiones, la tecnología se nos está
presentando como la solución a muchos (si no todos) de nuestros problemas. Desde hace ya un
tiempo, se utiliza la tecnología para suplir las “limitaciones” que tiene el ser humano como
especie. Pero todas estas aplicaciones de la tecnología pueden tener consecuencias que son
importantes de estudiar desde diversos puntos de vista.
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4.1. Transhumanismo
El transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual que tiene como objetivo final
transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías
ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como
psicológico e intelectual. Los pensadores transhumanistas estudian los posibles beneficios y
peligros de las nuevas tecnologías que podrían superar las limitaciones humanas
fundamentales, como también la tecnoética adecuada a la hora de desarrollar y usar esas
tecnologías. Estos especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de
transformarse en seres con extensas capacidades, que dejarían de pertenecer a la especie Homo
Sapiens Sapiens, y pasarían a ser conocidos como Homo Excelsior. Los críticos de este
movimiento cultural defienden que el ser humano tiene una esencia que hay que mantener y
dejar intacta. Estos autores defienden que la naturaleza humana es la que es y que, si se
modifica, dejaríamos de ser lo que somos, con terribles consecuencias en diversos sentidos.
Estas son algunas de las intenciones que poseen los investigadores que defienden la idea del
transhumanismo:
➢ Mejoramiento físico: Se basa en mejorar al ser humano a nivel físico o biológico.
Existen varias propuestas por los médicos, biólogos e investigadores que se centran en
este tipo de mejoramiento:
- Alargamiento de la vida: Defienden que es posible alargar la esperanza de vida
del ser humano a un nivel considerable. Hay investigaciones que apuntan a que
a través de la restricción calórica se podría conseguir un alargamiento de la vida
que podría hacer que el ser humano viviese hasta tres veces más de lo que vive
actualmente. Otros investigadores apuntan más alto y defienden que si se
encuentran las claves médicas para detener el proceso de envejecimiento, podría
ser posible hacer que el hombre fuese una especie inmortal. Los problemas de
este tipo de mejoramiento vienen por el hecho de que actualmente no está
demostrado científicamente que sea posible llegar a ello. Además, hay que
considerar y tener en cuenta los cambios a nivel de relaciones personales que
esto conllevaría. Si una persona vive 500 años, en lugar de 80, le resultaría más
difícil mantener relaciones a largo plazo, encontrar alguna vocación que le
mantenga con ilusión durante la mayor parte de su vida o incluso entender las
relaciones familiares del mismo modo.
- La posibilidad de que nos convirtamos en Cyborgs: Esta vertiente, algo más
modesta que la anterior, defiende que la tecnología puede ser nuestra aliada en
cuanto a suplir o mejorar dolencias físicas. Un cyborg es una criatura compuesta
de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos o tecnológicos. La intención
es la de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de la
tecnología. En medicina, ya se usa esto de alguna manera en el ámbito de la
restauración de órganos o extremidades perdidas con nuevos implantes o
prótesis.

➢ Mejoramiento cognitivo: Esta rama del transhumanismo se dedica a focalizar la


intención de mejora humana en las capacidades cognitivas del ser humano. Se intenta
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suplir los problemas o limitaciones que posee el ser humano a nivel cognitivo mediante
la tecnología (a través de implantes cerebrales, pastillas…), para así crear hombres y
mujeres superinteligentes. Se solucionarían así todos los problemas de memoria,
capacidad matemática, inteligencia, creatividad, etc. Las críticas a esta rama se centran
en señalar el peligro de que esto provoque diferencias sociales más fuertes que las que
hay ya en la actualidad. Estas mejoras sólo se las podrían permitir las personas de clase
socioeconómica alta, por lo que la pobreza no sólo representaría un problema a nivel
social, económico y cultural, sino que la brecha se trazaría con más fuerza, ya que las
personas con nivel socioeconómico bajo no podrían optar a contar con ese nivel de
inteligencia (con todas las consecuencias que esto conlleva). Además, las limitaciones
que tienen ciertas capacidades cognitivas del ser humano hacen que nuestras estructuras
sociales y personales sean como son. Habría que pensar entonces en los peligros de
realizar cambios en ellas.

➢ Mejoramiento emocional/psicológico: En este sentido, se propone mejorar al ser


humano a un nivel psicológico y emocional. Es decir, se trataría de acabar con nuestras
“debilidades” emocionales y poder así llevar una vida más feliz sin necesidad de ir a
terapeutas. Se ha propuesto ya la invención de la llamada “pastilla del amor”, con la
que se conseguiría un estado de enamoramiento parecido al que ocurre cuando una
relación comienza, pero mantenido a largo plazo. Es decir, una pastilla para el amor
eterno. Muchos psicólogos y filósofos han criticado esto, aludiendo a que esto sería una
manera de “limitar nuestra libertad”, ya que lo que estaría produciendo que siguiésemos
con una persona sería el producto químico, y no nuestro deseo subjetivo. También se
ha criticado cualquier tipo de mejoramiento emocional aludiendo a la idea de que, si el
ser humano no tuviese los problemas existenciales y emocionales que tiene hoy día, nos
convertiríamos en unas especies de máquinas autómatas.

➢ La inmortalidad cibernética o el volcado de la mente: El volcado de la mente o


“mind uploading” en inglés, consiste en el escaneo o copia del cerebro con la suficiente
precisión para crear una simulación o copia de la conciencia mental, para trasladarla a
un ordenador. El ordenador ejecutaría una simulación del procesamiento de la
información del cerebro, de modo que respondería esencialmente de la misma manera
que el cerebro original y experimentaría una mente consciente sensible igual a la
nuestra. Se está investigando hoy día en áreas relacionadas con el mapeo o simulación
del cerebro animal, con vistas a poder volcar o traspasar nuestras conciencias a
ordenadores en un futuro. Esto significaría el comienzo de la inmortalidad humana.
También funcionaría como una copia de seguridad permanente de nuestro archivo
mental, para permitir viajes espaciales interestelares. Hoy día, las investigaciones
científicas parecen apuntar a que se trata más de ciencia ficción que de una posibilidad
real, al menos por ahora.
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4.2. El problema de la conciencia y la inteligencia artificial


Con el desarrollo de la tecnología, también se intenta crear la famosa inteligencia artificial
(IA). Es decir, la inteligencia llevada a cabo por máquinas. En ciencias de la computación, una
máquina inteligente ideal es un agente flexible que perciba su entorno y lleve a cabo acciones
que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea. Lo que se intenta es imitar
el cerebro (no el cuerpo) de una persona en todas sus funciones. En relación a la conciencia y
las emociones, y aunque por el momento la mayoría de los investigadores en el ámbito de la
IA se centran sólo en el aspecto racional, hay expertos que consideran seriamente la posibilidad
de incorporar componentes emotivos o psicológicos a estas inteligencias robóticas. Esta
posibilidad es interesante porque los haría más parecido a los humanos, ya que nosotros
actuamos teniendo en cuenta nuestros sentimientos y motivaciones. Incluso se podría introducir
el dolor o el sufrimiento físico a fin de evitar las torpezas del funcionamiento como, por
ejemplo, saltar desde cierta altura, lo cual provocaría daños irreparables a la máquina.
Debido a todo esto, es inevitable hacerse la siguiente pregunta: ¿podrán entonces estás
máquinas adquirir consciencia? La posibilidad de crear máquinas conscientes es inquietante y,
aunque hoy día esté lejos de ser una realidad cercana, es importante reflexionar sobre las
consecuencias que podría tener esto.
➢ En primer lugar, cabría plantearse la posibilidad de que estas máquinas inteligentes sean
superiores al ser humano y que, una vez hayan alcanzado la conciencia, puedan decidir
imponerse sobre nosotros, dando lugar a guerras, conflictos, etc.
➢ En segundo lugar, si estas IA son emocional e intelectualmente igual que nosotros y
cuentan con conciencia propia, habrá que preguntarse sobre el estatus moral de ellos.
Es decir, tendríamos que proporcionarles derechos y considerarlos como personas,
evitando infligirles cualquier tipo de sufrimiento o dolor evitable.

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