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Allen v.

Farrow

La versión de Mia y Dylan

Los supuestos abusos sexuales de Woody Allen a Dylan, hija adoptiva y menor de edad cuando
ocurrieron los hechos en los años noventa, y la batalla judicial que mantuvo por este asunto
con Mia Farrow han hecho correr ríos de tinta en los medios de comunicación. El director de
Manhattan ha sido absuelto en las causas que ha sido procesado por estos hechos, mientras
que la protagonista de La semilla del diablo repite una y otra vez que todo ocurrió realmente,
respaldada por su vástago, ya adulta y felizmente casada.

VISION PARCIAL

Allen v. Farrow, la serie de televisión de cuatro capítulos, intenta recoger todo lo que ha
ocurrido al respecto en tres décadas. Quizá el gran problema de esta producción de HBO sea
su título. Los documentalistas Kirby Dick & Amy Ziering, responsables de la galardonada La
guerra invisible, y Amy Herdy (Contra el silencio: On The Record) pretenden realizar una crónica
del caso, pero cuentan con un gran escollo: el autor de Poderosa Afrodita y su esposa Soon-Yi
Previn, también hija adoptiva de Farrow, han declinado hablar con los autores de esta
producción. Los realizadores intentan solucionarlo incluyendo testimonios de Allen en diversos
medios de comunicación o fragmentos de la autobiografía del artista donde habla de los
sucesos, pero la versión de la pareja sobre los hechos queda un tanto desdibujada. Quizá lo
más acertado sería haber denominado el documental como La versión de Mia y Dylan.

Si tenemos en cuenta que nos encontramos ante un relato parcial, Allen v Farrow es un más
que estimable documento que nos desvela qué había detrás de aquella pareja artística
aparentemente perfecta que formaron el director neoyorquino y la famosa intérprete,
convertida en protagonista y musa de gran parte de su obra cinematográfica. Sin duda,
estamos ante una crónica de un paraíso perdido. Mia nos abre su casa de campo de
Connecticut, el lugar donde crío a su prole formada por vástagos propios y adoptados. A través
de las grabaciones caseras, somos testigos de unos niños que juegan despreocupados en la
naturaleza y un Woody Allen muy familiar, que no duda en hacer bromas con ellos. Sin
embargo, las imágenes reflejan también algunos elementos inquietantes, especialmente la
particular obsesión del realizador por la pequeña Dylan.

DEL PARAÍSO AL INFIERNO

No obstante, como muestra la serie, la primera grieta en la pareja surge cuando Mia descubre
la relación de su pareja con la niña, entonces ya joven, que adoptó junto al compositor André
Previn. Los realizadores se adentran en la difícil infancia de esta mujer de origen coreano, que
fue abandonada por su madre natural en plena calle, y sus problemas de adaptación social.
Sin embargo, la explicación sobre la búsqueda de una figura paternal de ella y el supuesto
gusto del director por las mujeres más jóvenes, reflejado en gran parte de sus largometrajes,
sea en exceso simple.

Por otra parte, Allen v. Farrow recupera gran parte de lo aparecido en medios de comunicación
de la época respecto a la batalla judicial que mantuvieron realizador e intérprete, aunque
aporta nuevas declaraciones de Mia, la grabación de sus incómodas conversaciones telefónicas
con Woody Allen, el habitual testimonio de personas relacionadas con los hechos, y películas
caseras de la pequeña Dylan describiendo en un vídeo los tocamientos de su padre en el ático.
De este pasaje quizá sea lo más interesante el testimonio de Dylan, ahora ya adulta, que
describe los múltiples exámenes de todo tipo a los que sometió para determinar la credibilidad
de sus palabras y la huella que este episodio ha dejado en su vida.

EL IMPACTO DEL #METOO

De manera tangencial, aunque muy interesante para el caso que se aborda, el documental
aborda el cambio de mentalidad de Hollywood respecto a los abusos sexuales a raíz del
movimiento #Metoo. Mientras que en los noventa Farrow era vista casi como una
manipuladora que había malmetido a su hija contra su padre por despecho, casi treinta años
después es Allen el que sufre el rechazo de la industria que no quiere sufragar sus películas y
unos actores que reniegan del trabajo en ellas.

Sin ninguna duda, Allen v. Farrow funciona como un buen complemento de A propósito de
nada, las memorias de Woody Allen, donde el director de Annie Hall cuenta su versión del
asunto. Viendo la serie y leyendo el libro podremos sacar nuestras propias conclusiones sobre
este particular culebrón familiar.

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