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Simplemente Callas

Por: Patricia Díaz Terés


“Los grandes talentos alarman e intimidan a los incapaces, y no tienen la docilidad que se requiere para
agradar a los hombres justos”.
Paul Henri Thiry
Valquiria, hechicera celta, princesa china, dama aragonesa, puritana y esclava… Pocas damas a lo
largo de la historia de la música han sido capaces de salir victoriosas en el magnífico reto que representa la
encarnación de tan distintos personajes, a quienes deben prestar no sólo su cuerpo a través de la actuación
sino también su voz cuando entonan las arias operísticas de las obras de maestros como Richard Wagner,
Vicenzo Bellini, Giacomo Puccini, Giuseppe Verdi o Luigi Cherubini.
Tan destacado triunfo se adjudica a la extraordinaria soprano María Callas, de origen griego y
nacionalidad estadounidense, quien cautivó los corazones de miles de personas durante la primera mitad
del siglo XX. De este modo, tan luminosa estrella llegó al mundo un 2 de diciembre de 1923 en la ciudad
de Nueva York, fruto del matrimonio entre Evangelina Dimitriadis y George Kalogeropoulos, quienes ya
tenían una pequeña de cinco años de nombre Yakinthi (Jackie) –se cuenta que la pareja tuvo una
desilusión con el nacimiento de María ya que esperaban un varón tras el fallecimiento de Vassili (1920)-.
En un tiempo cercano a la fecha del nacimiento de María, el Sr. Kalogeropoulos decidió cambiar el
apellido de la familia por Callas –transformación de la reducción Kalos-, con el objetivo de hacerlo más
corto; de esta manera la pequeña Cecilia Sofía Anna María Callas tardó pocos años en descubrir su
talento para el canto y el piano, comenzando desde temprana a edad a tomar lecciones.
Extraña se tornó entonces la situación cuando tras separarse de su marido, en 1937 Evangelina
decidió trasladarse junto con sus hijas a Grecia con la finalidad de que María hiciera estudios musicales
formales; esto se contrapone con la percepción que tenía la pequeña artista de su madre, ya que siempre
creyó ser el “patito feo” de la familia, debido a que contaba con un físico no demasiado agraciado, que en su
adolescencia se tradujo en una apariencia más bien gruesa, que contrastaba con la esbeltez y gracilidad de
Jackie.
Sin embargo, este complejo no afectó su inusual capacidad vocal –aunque muchas personas
opinaron a lo largo del tiempo que su voz era más bien fea-, de modo que la solitaria jovencita se dedicó en
cuerpo y alma a sus estudios –se cuenta una simpática anécdota según la cual un pajarillo que tenía ella
como mascota de nombre Elmina, se desmayaba o caía de su columpio cada vez que su dueña daba una
nota alta-, primero en el Conservatorio Nacional de Atenas –instruida por María Trivella- y
posteriormente en el Odeón de Atenas, donde recibió clases de la soprano Elvira de Hidalgo.
Así en 1940 dio su primera presentación a nivel profesional en el National Lyric Theater; no
obstante su carrera se vio obstaculizada por la Segunda Guerra Mundial de manera que tras la ocupación
de Grecia por los nazis en 1941 María y su familia tuvieron que concentrar toda su energía en sobrevivir,
viéndose la cantante obligada a hacer representaciones para el enemigo a cambio de comida y seguridad
para su madre, su hermana y ella misma.
Al concluir el bélico conflicto la maestra De Hidalgo le aconsejó que se trasladara a Italia para
afianzar su carrera. Testaruda como era, Callas decidió que lo mejor sería regresar a los Estados Unidos
para labrar un nombre y construir su carrera con sus propias herramientas; sin embargo rápidamente se dio
cuenta de que en América no podía encontrar los contactos y oportunidades que fácilmente podría ubicar
en Europa por lo que debutó finalmente en la Arena de Verona (Italia) el 3 de agosto de 1947 en la ópera
La Gioconda de Amilcare Ponchielli e interpretando por primera vez en Florencia (1948) el papel que la
catapultaría a la fama: Norma –mismo que personificó en 90 ocasiones, terminando agotada en cada una
de ellas por la exigencia emotiva que le imponía el rol-.
Llegamos entonces a 1949, año crucial en la existencia de la soprano ya que además de contraer
matrimonio con Giovanni Battista Meneghini “Titto” –un acaudalado industrial de Verona 20 años mayor-
en el mes de abril, en enero llegó a ella la oportunidad que transformaría su vida, cuando su mentor el
director Tullio Serafín –hombre exigente y profesional- con pocos días de anticipación le solicitó que
interpretara el papel de Elvira en la ópera I Puritani de Bellini, cuando la protagonista Margherita Carosio
cayó enferma.
Al año siguiente conquistó La Scala de Milán cuando encarnó a Aida supliendo a su eterna rival
Renata Tibaldi. Para entonces su estilo libre y espontáneo puso al público a sus pies –estos atributos se
debieron en parte a su miopía ya que no sentía presión al no poder ver al público y sólo escasamente al
director-.
En la década de los 50s sufrió una gran transformación tanto física como emocional al perder gran
cantidad de peso, gracias a una rigurosa dieta a la cual se sometió con gran tenacidad; de esta manera a la
vez que brillaba en el escenario, fuera de él se convirtió en el ícono de la diva musical que le valió el
sobrenombre de La Divina.
Asimismo realizó en este periodo una gira por México, Brasil y Argentina -teniendo en el primer
destino una gran pelea con su madre que provocó que se retiraran el habla por lo que les restó de vida-; por
otra parte se dio a la tarea de rescatar obras olvidadas como Medea (Cherubini), Macbeth (Verdi) y Anna
Bolena (Donizzetti), ensayando incansablemente para cada presentación pero sin que esto le restara
frescura en su forma de ser – por ejemplo, a diferencia de otras cantantes, amablemente accedía a realizar
interpretaciones en reuniones informales, en las cuales sin previo calentamiento entonaba hermosas arias-.
Habiendo ocasiones en las que su audiencia se conmovía a grado tal que arrojaba sin cesar flores
al escenario –en una presentación fue llamada 16 veces para recibir aplausos y en otra delicadamente tomó
una de las flores para dársela al director Arturo Toscaninni-, María pisó escenarios como el Metropolitan
Opera en Nueva York o la Royal Opera House en Londres.
Pero toda estrella que brilla espontáneamente termina por contemplar su declive. De esta manera
Callas comenzó a ver el paulatino descenso de su carrera cuando su voz se vio afectada tanto por su
“indisciplina” –acostumbraba una vida social demasiado agitada para la conservación de su voz- como por
su vida personal ya que tras haberse enamorado apasionadamente del millonario Aristóteles Onassis –se
separó de Titto en 1959 y se divorciaron en 1971- el caballero optó por casarse con la viuda de John F.
Kennedy, Jacqueline Kennedy, hecho que abatió definitivamente a la diva.
A partir de entonces su escaso ánimo y su voz prácticamente arruinada hicieron que el público que
la había adorado se pusiera en su contra, llegando a arrojar vegetales hacia el escenario al final de sus
presentaciones, ante lo cual ella, como la dama que era, permanecía impasible.
Finalmente, aquella que fuera amiga de directores como Franco Zeffirelli y Lucio Visconti se
recluyó en París y abandonó los teatros, regresando al ámbito musical tan solo para dar algunas lecciones
en la Juilliard School (Nueva York) para morir en completa soledad el 16 de septiembre de 1977, pero no
sin antes haber dejado tras de sí la leyenda de una de las mejores sopranos que ha escuchado el mundo, y
un fidedigno retrato de su personalidad indomable en su frase: “cuando mis enemigos dejen de murmurar
enfurecidos, sabré que estoy perdiendo facultades”.
**Agradezco especialmente a mi querido amigo el Dr. Peter Cooley por haberme acercado a La
Divina, María Callas.
Para conocer a María Callas:
Casta Diva (Norma): http://www.youtube.com/watch?v=TYl8GRJGnBY
Habanera (Carmen): http://www.youtube.com/watch?v=6fZRssq7UlM
Nel di della vittoria (Macbeth): http://www.youtube.com/watch?v=4fsOVCnE_WY
FUENTES:
“El ABC de la ópera”. Aut. Eckhardt van der Hoogen. Ed. Taurus. México, 2005
“La vida de María Callas”. www.pianomundo.com.ar
“María Callas”. Aut. Gemma Tamock. www.suite101.com
“María Callas”. Aut. José Félix Patino Restrepo. www.encolombia.com
“Maria Callas”. www.greeksongs-greekmusic.com.
“María Callas, biografía de una cantante lírica sin igual”. Aut. Magdalena Sgavetti. www.suite101.net
“María Callas: El mito de una vos””. Aut. Francisco Arvizu Hugues. www.weblaopera.com .
“María Callas, la mujer tras la leyenda”. Prol. Arianna Stassinopoulos. www.apocatastasis.com
http://mariacallas.org
“The woman who followed her dream”. Tatiana Sidorova. http://ExineArticles.com

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