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Música del Barroco

La música barroca o música del Barroco es el estilo musical


europeo, relacionado con la época cultural homónima, que abarca Historia de la música
aproximadamente desde el nacimiento de la ópera en torno a 1600
hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750. Es uno de los Música en la Historia antigua
estilos de la generalmente llamada música clásica o culta europea, (hace 50 000 años-500 d. C.)
antecedido por la música del Renacimiento y seguido por la música
del Clasicismo. Caracterizada por la aparición de la tonalidad y el uso Música en la Prehistoria
del bajo continuo, la barroca fue la época en la que se crearon formas Música en la Antigüedad
musicales como la sonata, el concierto y la ópera. Entre los músicos
del Barroco destacan Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Música antigua
(500-1600)
Händel, Antonio Vivaldi, Domenico Scarlatti, Georg Philipp
Telemann, Jean-Baptiste Lully, Arcangelo Corelli, Claudio Música de la Edad Media
Monteverdi, Henry Purcell. Música del Renacimiento
El término barroco se tomó de la arquitectura, donde designaba algo Período de la práctica común
«retorcido», una construcción «pesada, elaborada, envuelta» (siendo (1600-1910)
el término original, «barrueco» o «berrueco», un lusismo que
describía una perla deformada o joya falsa). En el siglo XVIII se usó Música del Barroco
en sentido peyorativo para describir las características del estilo Música del Clasicismo
musical del siglo anterior, que se consideraba «tosco, extraño, áspero Música del Romanticismo
y anticuado».1 Música del impresionismo

Período moderno y contemporáneo


(1910-presente)
Índice
Música modernista
Características generales Jazz
Estética y función de la música en el Barroco Música popular
La diversificación de estilos Música contemporánea

Periodización y evolución
Este artículo forma parte de la categoría:
El Barroco temprano (1580-1630) Historia de la música
El Barroco medio (1630-1680)
El Barroco tardío (1680-1730) Véase también: Portal:Música
La transición al Clasicismo (1730-1750)
Los géneros y las formas
La música vocal
La ópera Música barroca
El oratorio
Orígenes Música renacentista tardía (1550-
La cantata
musicales 1620)
El motete
Orígenes Barroco europeo
La música instrumental
culturales
Formas solísticas: preludios, tocatas, fantasías y
fugas Instrumentos Clave, órgano, violín, viola, viola
La sonata comunes da gamba, laúd, fagot, violonchelo,
flauta y oboe
El concerto grosso
La suite Popularidad siglo XVII y primera mitad del XVIII

Principales compositores Fusiones


Italia Neoclasicismo europeo del siglo XX
Alemania
Inglaterra
Francia
España
Obras representativas del Barroco
Intérpretes contemporáneos de música barroca
Bibliografía
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Características generales
Las principales características de la música de la época barroca son:

La polarización de la textura hacia las voces extremas (aguda y grave). Aunque se sigue
escribiendo música a cuatro y cinco voces, estas no son ya de similar importancia, sino que
se destacan la voz superior y el bajo, abreviándose la escritura de las intermedias en el
llamado bajo continuo; esta textura suele llamarse bipolar o de monodía acompañada.
La presencia obligatoria del bajo continuo: junto a la línea melódica más grave (el bajo) se
escriben unas cifras que resumen la armonía de las voces superiores. El bajo continuo era
interpretado habitualmente por uno o varios instrumentos melódicos graves (violonchelo, viola
da gamba, fagot...) más un instrumento armónico que improvisaba los acordes (clave,
archilaúd, órgano positivo, guitarra barroca, arpa, tiorba...).
El desarrollo de la armonía tonal, en la que el movimiento melódico de las voces queda
supeditado a la progresión de acordes funcionales, armados desde el bajo continuo. El ritmo
armónico es rápido (cambio frecuente de acorde).
El ritmo del propio bajo establece un compás claro y sencillo (sea binario o ternario), muy
uniforme, incluso mecánico.
El desarrollo de un lenguaje instrumental propio diferenciado del vocal, con adaptación de la
escritura musical a cada tipo de instrumento (escritura idiomática). En los teatros de ópera
aparece la orquesta, con predominio de instrumentos de cuerda frotada, base de la actual
orquesta sinfónica.
La aparición de nuevas formas vocales e instrumentales: la ópera, el oratorio y la cantata
entre las primeras, y el concierto, la sonata, la orquesta y la suite entre las segundas.
El gusto por los fuertes contrastes sonoros (entre coros, entre familias instrumentales o entre
solista y orquesta), materializado en la policoralidad y el «estilo concertante», por oposición a
la uniformidad de texturas y timbres habitual en el Renacimiento.
El amplio espacio dejado a la improvisación, tanto en obras libres como en las ya escritas, en
forma de ornamentación.

Estética y función de la música en el Barroco


Estilo surgido en plena lucha entre la Reforma luterana y la
Contrarreforma católica, la música fue utilizada en el Barroco como
medio de propaganda por las iglesias en competencia y por la alta
nobleza, únicas instituciones (junto a algunas ciudades libres)
capaces de mantener una capilla de músicos profesionales. La
música se vuelve indispensable para cualquier actividad, por lo que
el músico pasa a ser un sirviente más de los que acompañaban a los
nobles. Producto de estos fines es, como en otras artes de la época,
una estética expresiva y teatralizante: profusión en el uso de la
ornamentación, dramatismo, uso de recursos para la pompa y
esplendor en los espectáculos públicos, fuertes contrastes sonoros... Teatro Argentina (Pannini, 1747,
Museo del Louvre)
La transmisión de emociones se organizaba a través de la teoría de
los afectos y la retórica, que transfiere conceptos de la oratoria
tradicional a la composición del discurso musical. En los géneros vocales la música queda supeditada a la
poesía, pues su propósito es el refuerzo en la transmisión del sentido y los sentimientos ligados a la palabra;
el espectáculo de mayor éxito, y que mejor resume el gusto y la estética de la época, será la ópera, fusión de
poesía, música y teatro. La claridad en la dicción de los textos es por ello condición fundamental, impuesta
tanto en la música religiosa como en la teatral (aparición del estilo de recitativo).

La diversificación de estilos

En la época barroca se rompió la unidad de estilo musical de la Europa renacentista: convivieron diversos
estilos, utilizados con plena consciencia por los compositores según el lugar en el que trabajasen y el género
musical practicado.

Una primera diferenciación se daba entre el stile antico (stylus gravis), consistente en la permanencia de la
vieja polifonía renacentista (marginal pero vigente por ejemplo durante todo el siglo XVII en parte de la
música religiosa italiana y española), contra el stile moderno (stylus luxurians), ya plenamente barroco y
generalizado en la música teatral y de cámara. Así, Monteverdi escribió su Messa da capella como ejemplo
del stile antico, y Bach denominaba música concertada a sus cantatas de iglesia por contraposición a
motetes o corales más sencillos.

Dos estilos nacionales completamente diferenciados dominaron claramente la música europea del Barroco
medio y tardío:

El estilo francés. Con la corte de Luis XIV en Versalles como centro de irradiación y Jean-
Baptiste Lully como referente, es un estilo fuertemente conservador basado en formas de
danza: piezas breves (unidas en la suite) de forma fija bipartita, estructuradas en frases
cerradas y simétricas, con armonías muy restringidas (aunque usadas con sutil imaginación) y
una compleja ornamentación, estandarizada en figuras escritas.

El estilo italiano. Gracias a la constante innovación estilística generada en las ciudades


italianas (Venecia, Nápoles, Roma y, sobre todo, Bolonia), las invenciones de la música
italiana fueron imitadas en todos los centros musicales europeos, incluidos los franceses,
hasta el punto de que el estilo italiano se impuso en el siglo XVIII en todo el continente:
desembarco masivo de discípulos de Corelli en Londres, querella de los bufones en Francia,
italianización de la corte de Madrid tras la llegada de los borbones, etc. El estilo italiano,
ejemplificado en Vivaldi, se caracterizaba por una tonalidad fuertemente marcada mediante
escalas, cadencias y progresiones, la melodía al servicio de la armonía, las frecuentes
modulaciones, el rápido ritmo armónico, sus formas abiertas (de frases asimétricas) y el uso
libre de la improvisación.
El resto de naciones imitaba uno u otro de estos estilos: así, en Alemania los compositores se adaptaban
alternativamente a uno u otro, aplicando al tiempo la fuerte tradición polifónica local: por ejemplo Telemann
escribió cientos de oberturas y conciertos, mientras Bach ejemplificó sus versiones de uno y otro estilo en su
primera publicación, que incluía el Concierto italiano, BWV 971 y la Obertura francesa, BWV 831.

Periodización y evolución

El Barroco temprano (1580-1630)

Desde las últimas décadas del siglo XVI se inició la disolución del antiguo estilo polifónico renacentista,
caracterizado por una textura polifónica imitativa homogénea. Dos fueron las novedades principales:

La policoralidad, típica de la música religiosa de la escuela veneciana (Giovanni Gabrieli),


consistente en la alternancia entre diversos grupos vocales o instrumentales situados en
diversas ubicaciones (cori spezzati, típicos de la Basílica de San Marcos). Una evolución
natural de la policoralidad fue el estilo concertante, en el que se contrastan instrumentos
contra voces (como en los concerti ecclesiastici), o solistas contra el conjunto general.

La monodía acompañada, en la que una sola voz aguda concentra todo el interés musical. Su
acompañamiento instrumental se escribía de forma taquigráfica como bajo continuo. La
Camerata Florentina (llamada Camerata Bardi en honor a su promotor, el conde Giovanni de
Bardi) fue decisiva en la difusión de esta monodía acompañada, cuyo objetivo, poner a la
música como sierva de la palabra, finalmente cristalizó en la ópera; por ello les interesaba
imitar la antigua monodia helénica con acompañamiento de khitara: Vincenzo Galilei, padre
del astrónomo Galileo, escribió en 1581 un tratado contra el género musical polifónico
neerlandés bajo el título Dialogo della Musica Antica e della Moderna. Sus nuevos géneros
musicales recitativo, espressivo y representativo utilizaban además nuevas libertades en
disonancias y modulaciones (Seconda pratica).

En ese contexto artístico aparece la figura del cremonés Claudio Monteverdi. Maestro del stile antico
(aplicado al polifónico género madrigal) y del stile moderno (la monodia acompañada), daría forma a esa
recién creada ópera. En paralelo a ella se desarrolló el oratorio, religioso, gracias a la influencia de Felipe
Neri.

El Barroco medio (1630-1680)

El éxito internacional de la música italiana en general y de la ópera en particular expandió por toda Europa
(Alemania, Austria, Inglaterra, España...) los recursos de la monodía y del estilo concertante. Mientras tanto,
en Italia autores como Cesti, Francesco Cavalli y Luigi Rossi suavizaban la dureza del estilo monódico
original para desarrollar la ópera belcantista, en la que se separaban ya claramente recitativos y arias. La
nueva ópera pasó de ser un espectáculo aristocrático a entretenimiento de las capas altas de la clase media,
gracias a la libre compra de entradas en los teatros napolitanos y venecianos. La ópera francesa (bajo
diversos nombres) comenzó su despegue en la corte de Luis XIV, en el mismo tiempo y lugar en que la
familia Hotteterre desarrollaba los nuevos instrumentos de madera barrocos (oboe, fagot, flautas travesera y
de pico...) y en que se fijaba la suite instrumental francesa.

En el norte de Italia (Módena, Venecia y, sobre todo, la escuela boloñesa) la música instrumental sienta las
bases de la tonalidad y de las formas del Barroco tardío. Autores como Legrenzi, Cazzati, Alessandro
Stradella o Vitali convierten la vieja canzona en la nueva sonata en trío, de acusado carácter virtuoso y
contrapuntístico.
El Barroco tardío (1680-1730)

El Barroco tardío se sitúa aproximadamente entre 1680 y 1730. Una vez más es Italia el país que marcó las
tendencias innovadoras, entre cuyos rasgos más notables están:

La plena adopción de las fórmulas tonales, a partir de la escuela boloñesa (Torelli) y más
tarde Corelli: cadencias frecuentes y muy claras como marco formal, progresiones con
movimiento de quintas, cadenas de retardos, acordes paralelos de sexta...

La extensión del estilo de concierto, aplicado a la ópera y a la música instrumental: uso de


ritornelos, contrastes entre tutti y solo, bajos de gran empuje rítmico, pasajes en unísono,
homofonía gobernada por el bajo continuo...

La enorme influencia de Corelli llevó el estilo italiano a toda Europa. En Francia desplazó incluso a la
fortísima tradición musical local originada en Lully, no sin grandes resistencias (hasta la tardía querella de
los bufones), y en Inglaterra fueron directamente sus discípulos, como Francesco Geminiani, los autores más
influyentes. Autores alemanes de primer nivel como Bach, Telemann y Händel estudiaron e imitaron el
estilo italiano.

Los compositores barrocos cuya música está actualmente más difundida pertenecen a la generación nacida
en torno a 1685: Antonio Vivaldi en Italia, Georg Friedrich Händel, Johann Sebastian Bach y Georg Philipp
Telemann en Alemania, Jean Philippe Rameau en Francia y Domenico Scarlatti, español de adopción.

La transición al Clasicismo (1730-1750)

A finales del Barroco hay varias tendencias estéticas: el estilo galante francés desde 1730, el desarrollo en
Italia de la ópera buffa, la sonata y la sinfonía, y el estilo sentimental (Empfindsamer Stil) alemán; ellos
conforman una suerte de preclasicismo. Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788), uno de los hijos de Johann
Sebastian, es considerado el padre de la sonata clásica.

Los géneros y las formas


La emancipación de la música instrumental respecto de la vocal conduce a una clara separación entre
géneros instrumentales y géneros vocales. La música instrumental alcanzó pronto su madurez con la
creación de formas como la sonata, el concierto y la suite, de gran trascendencia posterior.

Los géneros vocales eran divididos ya en la época entre teatrales y religiosos: entre los primeros se cuenta la
gran creación del Barroco musical, la ópera, mientras a los religiosos se adscriben formas nuevas como el
oratorio y la cantata, junto a antiguas como el motete y la misa.

La música vocal

La ópera

Las corrientes humanistas, en particular la [Camerata Florentina], buscaban ya a finales del XVI una puesta
al día del antiguo teatro griego, basándose sin embargo en formas musicales recientes, como el drama
litúrgico, el drama pastoral, las comedias madrigalescas con figuras de la commedia dell'arte y los
intermezzi teatrales. Los sucesivos experimentos en los que la música vocal se combinaba con danzas y
escenas teatrales habladas forjaron finalmente un espectáculo musicalmente continuado, en que estas
escenas habladas eran sustituidas por recitativos: había nacido la ópera. Entre las primeras se cuentan la
Dafne de Jacopo Peri, de cuya música solo se conservan algunos fragmentos y cuyo tema fue
significativamente tomado de Las metamorfosis de Ovidio, y Eurídice, también de Jacopo Peri, esta sí
conservada completa en su edición de 1600. Pero fue Monteverdi con su Orfeo (1607) quien consolidó la
forma.

La evolución posterior y su fusión con otras formas músico-teatrales acabó convirtiendo a la ópera barroca
en una representación teatral íntegramente musicada en la que se suceden números de cuatro tipos:

Recitativos, en los que los cantantes hacen avanzar los diálogos de la obra dramática en un
canto silábico apenas acompañado por el bajo continuo.

Arias, verdadero núcleo musical de la ópera. Son números solísticos líricos y muy elaborados,
a menudo virtuosos, al servicio del lucimiento del cantante y del puro deleite musical (aun a
costa del decurso teatral, aquí suspendido). Hacia el final del periodo se impuso la forma A-B-
A, llamada aria da capo.

Números instrumentales ejecutados por la orquesta desde el foso, como la sinfonía inicial y,
sobre todo, las danzas bailadas en escena.

Coros, generalmente a cuatro voces, a imitación de los coros del teatro griego.

La ópera se impuso como el gran espectáculo de la época en toda Europa: además de en toda Italia, se
representaron regularmente en lugares como Viena, Londres, Hamburgo, Dresde, Hannover, Múnich y París.
Con la notable excepción de Francia, el italiano siguió siendo el idioma de los libretos, y la temática casi
siempre mitológica: era la llamada opera seria, arena del triunfo de los compositores con pretensiones de
éxito del Barroco.

Paralelamente aparecieron géneros músico-teatrales más populares, en lengua vernácula, con personajes
contemporáneos (a menudo de clase baja), tramas a veces humorísticas y pasajes hablados en lugar de
recitativos. Estos espectáculos se introducían bien a modo de intermedio entre los actos de la ópera seria o
bien como obras independientes; recibieron diversos nombres en cada país: singspiel (Alemania), zarzuela
(España), opera buffa e intermezzi (Italia), opéra-comique (Francia), etc.

El oratorio

Musicalmente casi idéntico a la ópera (aunque con más énfasis en los coros), solía tener una temática
religiosa y no era escenificado (esto es, era ejecutado al modo de las actuales "versiones de concierto"). A
diferencia de la ópera, casi siempre en italiano, los oratorios solían escribirse en lengua vernácula. El más
famoso ejemplo es El Mesías de Händel.

Un caso particular de oratorio, representado en las iglesias protestantes de la época, era la Pasión, obra de
larga duración que relataba, en recitativo, el texto evangélico de la Pasión de Jesucristo, con arias y corales
insertados. La Pasión según San Mateo de Bach es su más ilustre ejemplo.

La cantata

La asunción de la monodia, el recitativo y el estilo concertante por la música de iglesia dio lugar a una
nueva forma musical, la cantata, obra de uso litúrgico que intercalaba sinfonías instrumentales, recitativos,
arias y coros. La composición y ejecución de nuevas cantatas religiosas en lengua vernácula era parte de las
obligaciones cotidianas de los músicos de los países luteranos, caso de Bach en Leipzig: allí compuso más
de doscientas.
Se escribieron también cantatas profanas, especie de minióperas de cámara habitualmente formadas por la
secuencia Recitativo-Aria-Recitativo-Aria. Con frecuencia tienen un carácter vanguardista por estar
dirigidas a una audiencia selecta y culta. Aunque Alessandro Scarlatti fue el más prolífico autor del
género,2 son sin embargo más conocidas la Cantata del café de Bach o las compuestas por Händel, en
italiano, durante su estancia en Roma.

El motete

El motete es una forma musical ya marginal en el Barroco. La denominación se reserva para ciertas
composiciones religiosas corales escritas a varias voces iguales, frecuentemente en un estilo obsoleto. En el
siglo XVII mantuvo cierta vigencia en Alemania e Italia, y en el XVIII aún se usaba a veces la palabra para
designar algunas cantatas de estilo concertante.

La música instrumental
Véase también: Instrumentos musicales del Barroco

El Barroco conoció la transformación de los instrumentos


renacentistas hacia modelos dinámicamente más flexibles y vio
aparecer la orquesta en el sentido moderno del término. Nacida
durante el siglo XVI en ambientes populares, la familia del
violín (violines, violas, violonchelos) alcanzó su grado máximo
de perfección constructiva en el XVII, hasta el punto de que
entonces quedaron fijados los modelos que, en lo fundamental,
han sido reproducidos durante los trescientos años siguientes,
gracias a la labor de familias de artesanos como los Stradivari y
los Amati. Paralelamente a ella sobrevivió a pleno rendimiento Evaristo Baschenis, Instrumentos
la fabricación de violas da gamba, extinguidas sin embargo musicales, Siglo XVII.
hacia el final del periodo. Los instrumentos de madera fueron
radicalmente transformados por la familia Hotteterre en la corte
francesa de Versalles, apareciendo entonces el oboe, el fagot y la flauta travesera barroca. Por otra parte, se
siguen utilizando instrumentos de otras épocas como el sacabuche, la trompeta y la trompa, ambos sin
pistones.

La música instrumental, que en la época anterior dio el primer asomo en la música académica, tuvo un auge
sin precedentes en los siglos XVII y XVIII; por primera vez en la historia, la música vocal e instrumental
estaban en plena igualdad. Hubo un gran florecimiento en formas musicales, técnicas, intérpretes y
compositores, que poseían ya un profundo conocimiento de la técnica de los instrumentos, al servicio de una
fuerte expresión emocional: son típicos testimonios como el de François Raguenet sobre el violinista
Arcangelo Corelli quien, cuando tocaba en público, "perdía el dominio de sí mismo".

Formas solísticas: preludios, tocatas, fantasías y fugas

Los preludios, fantasías o tocatas son piezas para un instrumento solista (generalmente de teclado) de
carácter improvisatorio; como tales, suelen ser rapsódicas, cargadas de ornamentación, de forma y compás
poco definidos y de textura variable.3 Esas piezas improvisatorias solían ir seguidas de una fuga (a 2, 3, 4 ó
5 voces): forma derivada del antiguo ricercare, en ella una breve melodía llamada sujeto es presentada
inicialmente en cada una de las voces y desarrollada después en contrapunto imitativo.

La sonata
Al igual que la palabra cantata designa una composición para canto solista y bajo continuo, la palabra sonata
designa en el Barroco una composición para ser "sonada", esto es, para uno o dos instrumentos (sonata a
solo o sonata en trío, respectivamente) más el habitual bajo continuo. La combinación más habitual incluía
violín, flauta travesera u oboe para la o las voces superiores, más violoncello y un instrumento de acordes
(órgano, clave, arpa, laúd...) para el continuo: su textura muestra la polarización de voces típica del Barroco.
Derivada de la canzona del Barroco temprano, la sonata solía dividirse en tres o cuatro movimientos de
carácter y tempo contrastantes: típica es la secuencia Largo-Allegro-Adagio-Allegro.4

La sonatas destinadas a la iglesia (sonate da chiesa) solían consistir en movimientos de forma libre, que
incluían algún fugado entre los rápidos. Las destinadas a las salas civiles (sonate da camera) incluían
movimientos de danza bipartitos, al modo de la suite. Entre los más célebres autores de sonatas están
Corelli, Vivaldi y Bach. A mediados del siglo XVIII la palabra sonata designó también obras para tecla,
tales como las más de quinientas sonatas para clave de Domenico Scarlatti.

El concerto grosso

Fue sólo a finales del XVII cuando se consolidó el concepto de orquesta, como conjunto en el que varios
instrumentos de cuerda interpretan al unísono una misma línea melódica, de suerte que una música escrita a
tres o cuatro voces (esto es, en partitura de tres o cuatro pentagramas) podía ser interpretada por un conjunto
de hasta quince o veinte músicos. Nació así la posibilidad de alternar pasajes para la masa orquestal
completa (tutti o concerto grosso) con otros para los solistas del conjunto (concertino, habitualmente
formado por dos violines y un violoncello). A las obras así escritas se les llamó concerti grossi.

Tras su primera aparición en la escuela de Bolonia, los concerti grossi fueron difundidos por toda Europa
gracias a las publicaciones de Arcangelo Corelli; consistentes inicialmente en meras sonatas en trío en las
que cada pasaje era repetido por el tutti tras ser tocado por el concertino, las partes solísticas ganaron en
sofisticación y dificultad técnica hasta diferenciarse temática y musicalmente de las partes orquestales: nació
así el concierto solista virtuoso en tres movimientos (típicamente Allegro-Adagio-Presto), fijado por Vivaldi
y que traspasó épocas musicales al punto de estar aún vigente como forma musical. Importantes centros del
género instrumental concertante fueron Módena, Bolonia y Venecia.

La suite

Una suite es una sucesión de movimientos o piezas de danza que se interpretan seguidas (en francés, suite).
Su secuencia mínima clásica incluía:

Allemande: danza alemana de compás cuaternario y tempo moderado.


Courante: movimiento que generalmente es un poco más rápido que el anterior, de compás
ternario y frecuentes hemiolias.
Sarabande: danza lenta de compás ternario que acentúa característicamente su segundo
pulso, de origen español.
Giga: danza rápida en diversos compases de subdivisión ternaria, de origen irlandés.

A las que se podía añadir una obertura inicial más otras danzas tras la giga, elegidas libremente, como por
ejemplo:

Minueto: de compás ternario parecido al del vals. La suite suele contener dos minués
emparejados.
Rondó: pequeña pieza basada en la repetición de un tema (A), con intrusiones (B, C, D, etc.).
De carácter aristocrático, vigoroso rítmicamente y muy sofisticado en lo melódico, la suite se derivó de los
ballets de cour de la corte francesa de Versalles y acabó infiltrándose en toda la música instrumental
francesa, alemana e incluso italiana, tanto para instrumentos solistas (clavicémbalo, laúd, tiorba) como para
grupos de cámara o conjunto orquestal. Su transformación en música camerística estilizó sus pìezas a costa
de su original carácter danzable.5

Principales compositores
La inmensa mayoría de los compositores de la época barroca trabajaban al servicio de mecenas
pertenecientes a la alta aristocracia o al alto clero: reyes, príncipes alemanes, cardenales, arzobispos o
instituciones religiosas de posibles (como catedrales o conventos notables). Solían completar sus ingresos
con la edición y venta de sus propias obras impresas. En todos los casos eran intérpretes que tocaban y
dirigían sus propias obras, compuestas en general para las funciones indicadas por su patrón: liturgia, música
de cámara, música ceremonial, etc.

Italia

Giovanni Gabrieli (c. 1555-1612) es el principal exponente del Barroco temprano: su música contiene ya los
estilos esenciales de la nueva época estética. Claudio Monteverdi (1567-1643) es el primer gran compositor
del Barroco; inauguró el nuevo género operístico en Italia y Europa. Girolamo Frescobaldi (1578-1643) tuvo
gran importancia en el desarrollo de la música para teclado, en particular por sus toccate para clave y sus
canzone para órgano. A mediados de siglo sobresale Giovanni Legrenzi (1626-1690).

Del barroco temprano destacan Francesca Caccini (1587-1640), hija del también compositor Giulio Caccini
(1551-1618). Apodada "la Monteverdi de Florencia", Francesca Caccini fue la primera mujer en componer
una ópera, La liberazione di Ruggiero dall'isola d'Alcina, la cual a su vez fue la primera ópera italiana en ser
representada fuera de Italia. Maddalena Casulana (c.1544-1590) fue la primera mujer compositora que tuvo
música impresa y publicada en la historia de la música occidental.

Arcangelo Corelli (1658-1711), Giuseppe Torelli y Alessandro Scarlatti (1660-1725) dominan la escena
nacional de la segunda mitad del siglo XVII hasta principios del siglo XVIII. Ya en la primera mitad del
siglo XVIII, Antonio Vivaldi (1678-1741), Tomaso Albinoni (1671-1751), Domenico Scarlatti (1685-1757)
y Giuseppe Tartini (1692-1770) representan la cumbre y el ocaso barroco en su país.

Alemania

El nuevo estilo barroco fue aprendido en Venecia por un joven Heinrich Schütz (1585-1672), el más
influyente músico en la primera mitad del siglo XVII alemán. De notable importancia son también Johann
Hermann Schein (1586-1630), Samuel Scheidt (1587-1654) y Michael Praetorius (1571-1621), autor del
tratado Syntagma Musicum.

En la segunda mitad del siglo XVII el organista Dietrich Buxtehude (1637-1707), visitado en Lübeck en
1705 por un joven Bach, es junto al violinista de la corte imperial vienesa Heinrich Ignaz Franz von Biber el
más sobresaliente autor. Destacan asimismo los teclistas Johann Pachelbel (1653-1706) y Johann Jakob
Froberger (1616-67), junto a Georg Muffat (1653-1704), privilegiado testigo de los diversos estilos
musicales del momento. A caballo entre los siglos XVII y XVIII, Johann Kuhnau (1660-1722), predecesor
de Bach como Kantor en Leipzig, Johann Joseph Fux (1660-1741), Johann Caspar Ferdinand Fischer (c.
1665-1746) y Georg Böhm (1661-1733) son los más prominentes compositores.
El Barroco musical llegó a su máxima madurez y esplendor en la
primera mitad del siglo XVIII con uno de los compositores más
importantes de la música universal, Johann Sebastian Bach (1685-
1750), que agotó todas las posibilidades de la música barroca. Su
fallecimiento marca tradicionalmente el fin del periodo.

Entre los restantes autores del Barroco alemán tardío cabe destacar al
compositor operístico Reinhard Keiser (1674-1739), al tratadista
Johann Mattheson (1681-1764), a Johann Adolph Hasse (1699-1783),
Carl Heinrich Graun (1703-59) y un joven Georg Friedrich Händel
(1685-1759) -hasta que en 1712 se fue a Inglaterra- y, sobre todo, a
Georg Philipp Telemann (1681-1767), que marca igualmente el inicio
de la transición de la música barroca hacia la música clásica de la
segunda mitad del siglo XVIII en su país.

La obra de Bach está


Inglaterra considerada la cumbre de la
música barroca, y su "Pasión
Las peculiares condiciones históricas de la Inglaterra del XVII según San Mateo" y el "Clave
resultaron en una peculiar persistencia del estilo polifónico hasta bien bien temperado" son cimas de la
entrado el siglo. Tras la restauración de 1660, John Blow (1649-1708) y música occidental.
su alumno Henry Purcell (1659-95) fueron los más destacados e
influyentes autores.

En la primera mitad del siglo XVIII, Georg Friedrich Händel (1685-1759), desde su llegada en 1712 al país,
es el más destacado e influyente autor y es considerado aún, junto con su paisano y coetáneo Bach, el más
importante compositor del Barroco tardío. Después de Händel, la música inglesa vive un periodo de ocaso,
aunque a mediados del siglo XVIII destacan Thomas Augustine Arne (1710-78) y William Boyce (1711-79).

Francia

El estilo se consolida con Jean-Baptiste Lully (1632-87), un italiano de nacimiento que introduce la ópera en
Francia, siendo el verdadero dictador musical del siglo XVII en ese país gracias a su talento y a su posición
de influencia sobre Luis XIV. También sobresale en el mismo siglo Marc Antoine Charpentier (1640-1703),
máximo rival de Lully.

En torno al cambio de siglo François Couperin (1668-1733) es el más importante autor. Louis Marchand
(1669-1732) es hoy especialmente conocido por su duelo musical con Bach de 1717. Jean-Philippe Rameau
(1683-1764) es, junto con Couperin, la cumbre barroca nacional y el cénit de la ópera barroca francesa en la
primera mitad del siglo XVIII, siendo en los últimos años testigo del cambio del Barroco al Clasicismo en
su país.

España
Véase también: Anexo:Compositores del Barroco de España

En España sobresalieron Gaspar Sanz, Juan Cabanilles, Antonio de Literes, Antonio Soler, Juan Hidalgo,
Sebastián Durón, José Marín, José de Nebra, Francisco Corselli, José de Torres, Juan Francés de Iribarren,
Jaime Facco, Joaquín García de Antonio y Tomás de Torrejón y Velasco. Por entonces vivieron en España,
donde compusieron la mayor parte de sus obras, los italianos Domenico Scarlatti y Luigi Boccherini. Fue
muy importante la actividad musical durante el reinado de Fernando VI, un gran amante de este arte. Por
otro lado, la ópera no fue asimilada sino hasta el siglo XVIII. En su lugar se llevaron a cabo las zarzuelas.
En las colonias españolas en América también hubo actividad musical, principalmente en México, Perú y
Bolivia, con compositores, como el milanés Roque Ceruti, Juan de Araujo, José de Orejón y Aparicio, Juan
Gutiérrez de Padilla, Ignacio Jerusalem, Domenico Zipoli, Manuel de Sumaya, José de Torres, Antonio
Durán de la Motta y Manuel de Mesa y Carrizo, cantantes e instrumentistas. Mucha de esta música aún se
conserva y ejecuta.

Obras representativas del Barroco


Obras representativas del Barroco
Año Obra Compositor
1607 Orfeo (ópera) Claudio Monteverdi
1630 Fiori musicali Girolamo Frescobaldi
1640 Selva morale e spirituale Claudio Monteverdi
1676 Atys (ópera) Jean-Baptiste Lully
1689 Dido y Eneas Henry Purcell
1700 Sonatas para violín y bajo continuo op. 5 Arcangelo Corelli
1711 L'estro armonico Antonio Vivaldi
1717 Música acuática Georg Friedrich Händel
1722 Conciertos de Brandeburgo Johann Sebastian Bach
1722-44 El clave bien temperado Johann Sebastian Bach
1724 Giulio Cesare Georg Friedrich Händel
1725 Las cuatro estaciones Antonio Vivaldi
1727 Pasión según San Mateo Johann Sebastian Bach
1713-30 4 libros de órdenes François Couperin
1733 Tafelmusik Georg Philipp Telemann
1738 Ejercicios para clavicémbalo Domenico Scarlatti
1742 El Mesías Georg Friedrich Händel
1749 Música para los reales fuegos de artificio Georg Friedrich Händel
1749-50 El arte de la fuga Johann Sebastian Bach
1728-1750 Misa en si menor Johann Sebastian Bach

Intérpretes contemporáneos de música barroca


En la actualidad la música barroca es interpretada por un gran número de conjuntos musicales en todo el
mundo, incluyendo aquellas que ejecutan una amplia variedad de música clásica; existen, sin embargo,
conjuntos que se han especializado en música de este periodo.

Una de las principales características de estos grupos es que buscan rescatar estilos de interpretación e
instrumentos propios de la época barroca. Utilizan afinaciones distintas a las empleadas por las orquestas
sinfónicas actuales, así como tempos y ritmos poco ortodoxos respecto al canon que ha imperado desde
finales del siglo XIX en Occidente.
Bibliografía
Bianconi, Lorenzo (1986). Historia de la Música, 5. El siglo XVII. (Original en italiano ed. por
E.D.T. Edizioni, 1982). Madrid: Turner Música. ISBN 84-7506-182-6.
Bukofzer, Manfred F. (1986). La Música en la época Barroca: De Monteverdi a Bach. (Original
en inglés ed. por W.W. Norton, 1947). Madrid: Alianza Música. ISBN 84-206-8530-5.
Grout, D.J. et al. (1993). Historia de la música occidental. (Dos tomos). Madrid: Alianza
Música. ISBN 978-84-206-6492-7.
Hill, John W. (2008). La música barroca. Música en Europa occidental, 1580-1750.
(http://books.google.es/books?id=hqtG10rjQsEC - Google Libros). Madrid: Akal. ISBN 978-84-
460-2515-3.
Michels, Ulrich (1982). Atlas de Música. (Dos tomos). Madrid: Alianza Atlas. ISBN 84-206-6999-7.

Véase también
Véanse también: Arquitectura barroca, Escultura barroca, Literatura barroca y Pintura barroca.
Véanse también: Johann Sebastian Bach y Compositores del Barroco.

Referencias
1. Aullón de Haro, Pedro: Barroco. Verbum, 2013, p. 60 (http://books.google.es/books?id=vZL1A
QAAQBAJ&pg=PA60).
2. Bukofzer, pp. 255 y ss.
3. Grout I, pp. 451
4. Grout I, pp. 463-464
5. Grout I, pp. 458

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Música del Barroco.
Portal de Música Antigua en castellano (http://www.MusicaAntigua.com)

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