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Courrières
accidente minero en Francia
Los pozos de la compañía databan de la época del segundo imperio, y tenían importantes
túneles de hulla; el trabajo de extracción se efectuaba a una profundidad de entre 326 y 340
metros.
Una gran explosión -extremadamente violenta- se escuchó a las 6:34 de la mañana del sábado
10 de marzo de 1906. Una jaula del elevador subterráneo del túnel 3 salió proyectada por los
aires, dañando las obras de bocamina; ventanas y techos fueron derribados en superficie. Una
jaula del túnel 4 fue extraída conteniendo sólo muertos y víctimas inconscientes.
Contrariamente a lo que siempre se ha pensado, el incendio que se desató los días precedentes
no sería la causa directa que contribuyó a degradar las condiciones de trabajo al fondo (gases
tóxicos) y aumentaron la mortalidad; en efecto, se había descubierto fuego en uno de los
túneles de Méricourt. Los ingenieros y jefes decidieron edificar barreras para sofocarlo. Pierre
Simon, un delegado minero, solicitó que nadie descendiese hasta que el fuego se hubiera
extinguido, pero su advertencia no se tuvo en cuenta.
El accidente dio una cifra oficial de 1.099 víctimas, de los cerca de 1.800 mineros que se
encontraban ahí aquel día, pero el número real fue probablemente superior en razón de la
presencia de trabajadores "irregulares", cuyos decesos no fueron imputados a este accidente.
Además, la mayor parte de los obreros murieron asfixiados o quemados por las ráfagas
ardientes de gas tóxico. Solamente 576 mineros consiguieron escapar de la catástrofe. Al
informe debe añadirse aún la muerte de al menos 16 rescatistas que intervinieron bajo precarias
condiciones de higiene y seguridad.
La polémica quiso que el gran número de víctimas se debiese en gran parte a la obstinación de
la compañía minera, que continuó las labores de explotación aun cuando al fondo un incendio
no había sido apagado todavía, y a que los humos y gas tóxico aún ocupaban las galerías. Tal
vez el número de muertos habría sido menor si las búsquedas no se hubiesen detenido al tercer
día de ocurrido el incidente y si una parte de la mina no hubiese sido tapiada con un muro, para
sofocar el incendio y preservar el yacimiento. La gestión de la crisis por parte de la compañía
fue particularmente sufrida por los mineros y por sus familias. La compañía fue acusada de
haber ignorado la seguridad de los mineros, a costa de proteger la infraestructura, en particular
al tomar la decisión de amurallar las galerías y de invertir el flujo de ventilación de aire para
extraer el humo y sofocar el incendio en lugar de ayudar facilitando el trabajo de los rescatistas
enviándoles aire fresco. Además, los tres primeros días, los cuerpos extraídos de la mina no
fueron presentados a sus familias para ser identificados. Cuando fue posible no se abrió más
que un solo día: las familias debían así pasar un día delante de los mil cuerpos para identificar a
su familiar. Ningún responsable de la mina, ni funcionario alguno, dio información a los
familiares.
Supervivientes
«El último sobreviviente de los 14 "rescapés" se llamaba Honoré Couplet y falleció en 1977, a la
edad de 91 años. De entre los supervivientes, dos de ellos continuaron trabajando en la mina por
espacio de 42 y 45 años, ya que era su único modo de subsistencia».
Repercusión político-social
La conmoción que siguió a la polémica sobre la gestión del auxilio fue el origen de un gran
movimiento de huelga. El 13 de marzo, tras las exequias de las primeras víctimas, en la fosa
común de Billy-Montigny, bajo una tormenta de nieve, en presencia de 15.000 personas, el
director de la compañía fue recibido con abucheos y gritos de "¡asesino!" y tuvo que marcharse
rápidamente. La multitud gritó "¡Viva la revolución! ¡viva la huelga!". Al día siguiente, los mineros
rehusaron regresar al interior de la mina. Los sindicatos convocaron a una huelga. El
movimiento se extendió a todos los pozos mineros de Francia e incluso a Borinage (Bélgica). El
16 de marzo, 25.000 obreros se declararon en huelga, cifra que ascendió a 60.000. Los
incidentes se multiplicaron entre los huelguistas y quienes no lo eran, pero también se desató
una pugna entre los partidarios del "Sindicato Viejo", dirigido por Émile Basly, y el "Sindicato
Joven", afiliado a la CGT y dirigido por Benoît Brotchoux. Frente a los mineros encolerizados,
George Clemenceau, entonces ministro del interior, movilizó 30.000 oficiales y soldados y envió
trece trenes con militares. Hubo numerosas detenciones.
Conmemoración
Referencias
Bibliografía
Denis Varaschin, « 1906 : catastrophe dans les mines de Courrières », L'Histoire, n°306, février
2006, pages 60 à 65, ISSN 0182-2411 (https://portal.issn.org/resource/ISSN/0182-2411).
Collectif, « La Catastrophe des mines de Courrières », éditions L'Œil d'Or, 2006 (reprise des
témoignages des 14 rescapés), ISBN 2-913661-22-X.
Gérard Dumont (collectif), « 10 mars 1906, Compagnie de Courrières » éditeur : Centre
historique minier du Nord-Pas-de-Calais.
Jean-Daniel Baltassat : « Les roses noires », Editions XO sous le pseudonyme de A.B. Daniel.
Sorti le 26/02/2007
Le bassin minier du Nord-Pas-de-Calais est quadrillé par les militaires, soldats et gendarmes,
avec un rapport de force d'un soldat pour trois mineur (Denis Varachin, 2006)
Enlaces externos
Datos: Q1550228
Multimedia: Courrières mine disaster (https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Cou
rri%C3%A8res_mine_disaster)
Obtenido de
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title=Catástrofe_de_Courrières&oldid=133199590»