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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La Información Política y la Realidad


Latinoamericana en el Siglo XXI

La construcción del enemigo interior: los


“huachicoleros” y el discurso mediático ante la Ley de
Seguridad Interior

Laura V. Salgado Benítez

Junio, 2017
“Huachicol”, según testimonios de conductores de las pipas de combustible, es la palabra
que se utilizaba en algunas cantinas cuando el hombre detrás de la barra mezclaba alcohol
con bebidas de mala calidad, lo que le permitía ganar un poco de dinero extra 1. Hoy, la
palabra hace alusión a la práctica clandestina de perforar los ductos y tuberías por donde
atraviesan combustibles, con el objetivo de venderlo a un precio más bajo que el ofertado
en el mercado legal. Huachicolero, pues, es el nombre dado a quien se dedica a esta
actividad que, de acuerdo con el Informe Anual 2016 de Petróleos Mexicanos (remitido a la
Comisión Permanente del Congreso de la Unión), representa una pérdida de 24% anual para
la dependencia2.

El origen de esta práctica se remonta hasta casi 25 años atrás y, sin embargo, el
pronunciamiento estatal al respecto y la cobertura mediática alrededor de dicho negocio
empezaron a ser más constantes y determinantes desde mayo del 2017. La importancia
concedida durante mayo al huachicol y sus perpetradores, así como el énfasis constante
–desde Pemex y las autoridades– en la necesidad de erradicar la práctica requieren de un
análisis específico.

En ese sentido, el presente ensayo propone como posible fundamento ante el


posicionamiento tajante del Estado y la reproducción en los medios, un intento de
legitimación para el incremento de la presencia militar en el país, presentada como
“protectora del orden y la seguridad”, a fin de promover el avance de la iniciativa de Ley de
Seguridad Interior.

A fin de comprender cómo y por qué se construyó el discurso alrededor de los huachicoleros
para promover el pase de la iniciativa, el trabajo se estructurará a partir de tres capítulos que
den cuenta del conflicto. Primero, se abordará la problemática contextualizada de la
extracción y venta clandestina de combustibles, tomando en cuenta el desarrollo que ha
tenido hasta la actualidad; en segundo lugar, se tratará la propuesta de ley presentada en
2016, sus argumentos, así como los obstáculos a los cuales se ha enfrentado en su camino
hacia la aprobación; finalmente, se procederá a observar la postura estatal y la cobertura
dada a los eventos entre supuestos huachicoleros y militares desde mayo del 2017, para
vincularlos con el intento por materializar la Ley de Seguridad Interior y sus posibles
consecuencias.
1. Una práctica relegada

Una semana después de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, se anunció el primer
gasolinazo de su sexenio: nueve centavos más por litro de diésel, y de las gasolinas Magna y
Premium3. El 12 de agosto de 2013, el presidente presentó la iniciativa de reforma
energética que, en esencia, modificaba los artículos 25, 27 y 28 constitucionales para abrir
la puerta a la inversión privada en el sector energético; cabe señalar que dicha acción contó
con el apoyo inmediato de los grupos parlamentarios del Partido Acción Nacional, PAN, y
del Partido Revolucionario Institucional, PRI.

La propuesta de ley fue aprobada por el Senado de la República y la Cámara de Diputados


en diciembre de ese año, promulgada por el Ejecutivo el 20 de ese mismo mes. Así pues, al
día siguiente (21 de diciembre) se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto
por el cual la reforma energética se convertía en una realidad. Si bien es cierto que se
especificó que los hidrocarburos se mantendrían como propiedad de la nación, por lo cual
no se entregarían concesiones en ese rubro, se destaca que la modificación a la Constitución
implicaba: “[La Nación] llevará a cabo las actividades de exploración y extracción mediante
asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con
particulares”4, lo cual permitía que el sector privado interviniera en el aprovechamiento de
los recursos.

Con la promoción y posterior aprobación de la reforma se prometió a los ciudadanos


mexicanos que, de ser aprobada por el Congreso, la iniciativa traería consigo una reducción
en los precios de la luz, el gas y los combustibles, particularmente la gasolina. Sin embargo,
de acuerdo con un comparativo realizado por Proceso al comienzo del 2017, en los cuatro
años y medio de mandato peñista (de diciembre de 2012 a enero de 2017) la gasolina Magna
aumentó de $10.81 pesos por litro a $15.91, lo cual representa un incremento de más del
30%5; mientras que la Premium pasó de $11.37 a $17.79, con un aumento de casi 60%6.

La liberación de los precios de la gasolina estaba planeada para concretarse en 2018, no


obstante, desde 2016 se observaron los primeros pasos hacia ese objetivo. Previamente el
Gobierno Federal determinaba a modo discrecional el precio de la gasolina –basado en el
precio de referencia internacional y el apoyo del Impuesto Especial Sobre Producción y
Servicios, que funcionaba como subsidio–, razón por la cual los precios nacionales tenían
posibilidad de mantenerse por debajo de los del mercado 7. Pero en 2016 el método se
modificó: fueron establecidas bandas de precio máximo y mínimo, dentro de las cuales se
movería el costo de los combustibles de acuerdo con el mercado.

La situación entre los precios elevados de los combustibles y el incremento de incidentes


relacionados con la perforación y toma de ductos tuvieron después otro catalizador. El 12
de enero del 2017, el presidente Peña Nieto afirmó: “Se acabó la gallina de los huevos de
oro”8, al justificar que a partir de ese momento se retiraría el subsidio del Estado a la
gasolina. Dicha decisión se sumaría a las medidas mencionadas para abrir el sector
energético hacia la inversión privada.

El retiro del subsidio contribuyó también a la apertura gradual del mercado nacional de
diésel y gasolina, comenzada a partir del 30 de marzo del mismo año, que fue el paso
siguiente en la liberación de los precios. Además, después del recorte subsidiario, el costo
del combustible se elevó en un 20%9. El negocio clandestino de las gasolinas comenzó
entonces otro despunte.

El contexto presentado hasta este momento es necesario para entender el objeto de análisis
en el análisis, ya que la perforación y venta clandestina de combustibles cobró mayor fuerza
a partir del aumento exacerbado en los precios de las gasolinas. Los estados en donde más
se practica el huachicol son Puebla, Hidalgo, Tamaulipas, Veracruz y Estado de México,
regiones en las cuales el crecimiento del delito ha sido exponencial desde 2012.

Según datos del Informe Anual 2016 de Petróleos Mexicanos, “en 2016 se registraron 1,533
tomas clandestinas en Puebla, lo que convirtió a esta entidad en el primer lugar nacional con
más ordeña de ductos”10. Esta práctica se concentra en una zona conocida como Triángulo
Rojo, que abarca los municipios de Tecamachalco, Palmar de Bravo, Acatzingo, Acajete y
Tepeaca, área donde cruzan 154 kilómetros del poliducto Minatitlán-México.

Petróleos Mexicanos declaró que en el 2015 se localizaron 785 tomas clandestinas en


Puebla, 335 en 2014, 211 en 2013 y 110 en 2012. Así pues, en los últimos cuatro años y
medio ha habido un incremento de 1433% en los casos de huachicol dentro de la
demarcación poblana11; el aumento surgió a partir del año en el que se implementó la
reforma energética y, con ella, el crecimiento del costo a los combustibles, por lo cual es
imprescindible considerar el aspecto económico al intentar entender el fenóneno.

Si bien es cierto que la promulgación de la reforma energética en 2013 no es una causa


directa ni absoluta del desarrollo del huachicol, es de reconocerse que la oportunidad para
aprovechar la extracción y venta clandestina se ha multiplicado (al menos en una parte)
gracias a que los precios elevados otorgan la posibilidad de encontrar un mercado
clandestino donde el combustible se consigue a menor precio.

No obstante, debe tomarse en cuenta que en la práctica no solo intervienen quienes


perforan, extraen, transportan y venden las gasolinas: el negocio ha mantenido su relativa
estabilidad ya que encuentra un nicho al cual dirigirse. En este caso, gasolineras, empresas e
incluso refinerías participan. De hecho, a inicios de junio de 2017 Pemex rescindió los
contratos a siete gasolineras por presentar irregularidades en la comercialización de
combustibles, es decir, por estar vinculadas a la compra de huachicol.12

Asimismo, se ha descubierto que en la clandestinidad han estado involucrados funcionarios


públicos. El 31 de marzo de 2009, José Zertuche González –exlíder de la corriente Nueva
Izquierda– y Miguel Ángel Almaraz Maldonado –exdirigente del PRD en Tamaulipas–
fueron detenidos por la Policía Federal. La acusación en su contra fue por pertenecer a una
banda delictiva asociada Los Zetas, cuyas acciones principales eran el robo y tráfico de
combustible extraído desde la Cuenca de Burgos para llevarlo a Estados Unidos.

El 27 de junio de 2009, ambos políticos recibieron auto de formal prisión por un juez de
Tepic, Nayarit, luego de la investigación realizada por la Procuraduría General de la
República, PGR. Sin embargo, el 3 de enero de 2015 un tribunal federal absolvió a Almaraz
y Zertuche por considerar que “las pruebas [presentadas por la PGR] fueron insuficientes
para establecer que el hidrocarburo [comercializado por ambos funcionarios] era robado”.13

Frente al incremento del robo y venta ilegal de combustibles, a principios de 2017 la


Sedena reforzó los operativos en Puebla, específicamente en el área del Triángulo Rojo: 500
elementos de la Policía Militar fueron desplegados en la zona;. Sin embargo, los pobladores
de las localidades de esa región se han pronunciado en contra de estas medidas que, de
nuevo, sacan a los elementos militares de sus cuarteles.
2. Que salgan de los cuarteles

Una vez establecida la primera variable, es necesario abordar la segunda. En este caso, hay
que revisar las iniciativas de ley presentadas al Congreso en septiembre y noviembre del
2016, mediante las cuales se pretendía alcanzar una mayor intervención militar en la vida
civil. Dichas propuestas son importantes para el motivo de este análisis debido a que el
posicionamiento y efervescencia del conflicto huachicol en los medios se dio justo después
de que las iniciativas se estancaran en las sesiones de las Cámaras, lo cual enmarca la
situación y plantea la posibilidad de vincularlo con el aumento en la cobertura sobre los
huachicoleros.

La iniciativa presentada en la Cámara de Diputados por el funcionario César Octavio


Camacho Quiroz (y apoyada por la bancada de su partido, el PRI) promovía la obtención de
información mediante cualquier método; se proponía que las Fuerzas Armadas –y cualquier
elemento perteneciente a la seguridad pública federal– puedan hacer labores de vigilancia
por cualquier método. En la reforma planteada para el artículo 28 constitucional, se
estableció: “Al realizar tareas de inteligencia, las autoridades facultadas por esta Ley
[fuerzas federales y militares] podrán hacer uso de cualquier método de recolección de
información”14, esto permitía la tortura, el allanamiento, la amenaza contra implicados y
testigos, así como cualquier otra práctica considerada efectiva para la recolección de datos.

La segunda propuesta fue dirigida por el senador panista Roberto Gil Zuarth, quien defendía
una modificación al artículo 48: “Los concesionarios, permisionarios, operadores y
comercializadores de servicios de telecomunicaciones y, en su caso, los autorizados y
proveedores de servicios de aplicaciones y contenidos están obligados a colaborar
eficientemente con la autoridad competente para el desahogo de las medidas de intervención
de comunicaciones privadas, de localización geográfica en tiempo real o de entrega de datos
conservados de equipos de comunicación móvil”.15

Además de importantes faltas a los derechos humanos, no se explicitaban los controles y


plazos para la participación del ejército en tareas de seguridad pública; existían
imprecisiones sobre lo que se consideraban faltas o afectaciones a la seguridad interior y de
qué manera se podría comprobar que el actuar militar responde a una “verdadera amenaza”.

Es fundamental destacar que en 2016, se cumplieron diez años desde que el Ejército y la
Marina cuentan con la facultad de realizar tareas vinculadas a la seguridad pública, cuando
Felipe Calderón anunció la guerra contra el narcotráfico y posibilitó a los militares para
actuar en el combate al crimen organizado. Pese a esta incursión en tareas de un área
distinta a la que legalmente les corresponde, las iniciativas propuestas por la bancada del
PRI y del PAN pretendían otorgar más competencias a las fuerzas armadas en el área que
corresponde a la seguridad civil: realizar detenciones y cateos, recibir denuncias, hacer
aseguramientos, así como entrevistas a testigos o toma de declaraciones.

Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de Defensa Nacional, se pronunció sobre las


iniciativas de ley el viernes 9 de diciembre de 2016. La respuesta del general no fue
encaminada al contenido de la propuesta en concreto, sino a “la falta de un marco legal que
provoca que los soldados piensen si le entran a seguir enfrentando a estos grupos [del
crimen organizado] con el riesgo de ser procesados por delitos que tengan que ver con
derechos humanos”.16 Al respecto, Enrique Peña Nieto concordó con el secretario de
Sedena, al resaltar la importancia de un marco jurídico que respalde a los soldados en el
cumplimiento de su deber.17

Un día antes, el titular de la dependencia señaló también que él mismo ha insistido a los
legisladores para la regularización del actuar de las fuerzas armadas. Durante el desayuno de
fin de año con integrantes de los medios de comunicación que cubren la fuente oficial de la
secretaría, Cienfuegos declaró: “Quieren que estemos en los cuarteles, adelante, yo sería el
primero en levantar no una, sino las dos manos para que nos vayamos a hacer nuestras
tareas constitucionales, nosotros no pedimos estar aquí (…) Nuestra idea y nuestra posición
es otra, y ahora se está desnaturalizando, estamos haciendo funciones que no nos
corresponden, todo porque no hay quien las deba de hacer o no están capacitados”.18

Entre las notas más destacadas para 2017 sobre la situación, se encuentran las aseveraciones
que el secretario hizo en Puebla, en el marco de las celebraciones del Día del Ejército. Ahí,
el general aseguró que la Ley de Seguridad Interior no era una ley a modo para las fuerzas
armadas, sino que esperaba la multidimensionalidad por parte del Congreso; además, refirió
Cienfuegos, es la falta de información en las personas lo que las lleva a pensar que la
iniciativa conduce a la institucionalización de la milicia en seguridad pública, cuando eso
era falso, pues las fuerzas armadas “creen, respetan e impulsan el Estado de derecho”.19

El posicionamiento de Salvador Cienfuegos y el mandatario del Ejecutivo federal


presentaban una cara en la cual, pese a reconocer que las fuerzas armadas tienen
atribuciones fuera de su competencia, se justifica su actuar ya que no hay ninguna otra
manera de combatir a los criminales y miembros de organizaciones delictivas. La presión
del gobierno por la aprobación de la ley se hacía evidente a través de los discursos
pronunciados. No obstante, la aprobación de las iniciativas corresponde al Congreso.

La discusión alrededor de las propuestas comenzó desde el 2016, cuando Camacho Quiroz
y Gil Zuarth presentaron los dictámenes a sus respectivas dependencias (el Senado y la
Cámara de Diputados). Sin embargo, la discusión en forma comenzó el 1° de febrero de
2017, cuando inició el período ordinario de sesiones del Congreso General, que incluye a
senadores y diputados. Ante esto, surgió la presión de organizaciones civiles que se
pronunciaron en contra de la posible violación de derechos humanos frente a la
militarización20, y legisladores que no apoyaron unánimemente la propuesta, por lo cual la
Ley de Seguridad Interior no obtuvo aprobación en el período ordinario, concluido el 30 de
abril del mismo año.

El 18 de abril de 2017, César Camacho admitió frente a la Cámara de Diputados que la


iniciativa no pasaría en el período de sesión ordinario, pues aseguró que “aunque el
dictamen está prácticamente listo, las condiciones políticas se están dificultando en el
último tramo”.21 La estrategia de legitimación a la ley continuaría, no obstante, hasta el 1°
de mayo, cuando ocho militares fueron condenados a 26 años de prisión por colaborar con
el cártel de Los Zetas. El caso cobró relevancia debido a que el abogado defensor denunció
actos de tortura como método para hacer que los militares reconocieran la cooperación con
el crimen organizado22.

Así pues, parecía que el debilitamiento de la iniciativa para crear la Ley de Seguridad
Interior iba en aumento. El estancamiento en el Congreso y la fuerte protesta contra la
militarización del país se posicionaban como factores de gran peso para evitar el avance de
la ley, pero, a solo tres días de cerrado el período ordinario de sesiones, comenzó una nueva
ola de violencia que colocó a la Ley de Seguridad Interior de nuevo en el mapa político.

3. Vencer al enemigo

El 3 y 4 de mayo del 2017, apenas tres días después de haberse concluido el período
ordinario en el Congreso, se registró un acontecimiento que tuvo mucho eco en los diarios y
medios nacionales. Diez personas murieron –cuatro militares y seis civiles–, mientras que
12 resultaron heridas y 14 fueron detenidas (entre ellas dos menores de 12 años).

Los hechos tuvieron lugar en Palmar de Bravo, Puebla, donde la noche del 3 de mayo hubo
un enfrentamiento entre presuntos ladrones de combustible y militares. De acuerdo con la
Sedena, a las 20:15 horas una célula militar “efectuaba reconocimientos terrestres [ante una
alerta de toma clandestina a ductos de Pemex] en la zona cuando fue atacado con disparos
de arma de fuego”23 por un grupo de personas escudadas tras niños y mujeres.

En la versión de la secretaría, los soldados decidieron no responder, ya que los inocentes


podían resultar heridos, por lo cual decidieron retirarse. A las 22:00 horas, se registró otra
agresión, los disparos provenían de cinco camionetas. Ante la situación, más de mil
militares y dos helicópteros fueron desplegados en la zona de Palmarito para repeler a los
supuestos huachicoleros.

Los pobladores de la comunidad de Palmarito Tochapan se manifestaron por la acción


militar y bloquearon a modo de protesta la autopista Puebla-Orizaba. A la par, los
habitantes entregaron un pliego petitorio al secretario de Gobernación de Puebla Diódoro
Carrasco, en el que solicitaron la presentación de 13 personas reportadas como
desaparecidas (pues no se les había informado a familiares sobre su detención), así como el
cese total de los operativos militares en el Triángulo Rojo, junto con el retiro del Ejército y
la Policía Militar.

La PGR inició una investigación a raíz de los acontecimientos, y luego de los ataques,
fueron incautados tres fusiles automáticos, un arma corta, cargadores y cartuchos, así como
cuatro camionetas, dos de ellas con blindaje de fábrica.

El 4 de mayo, medios representativos en el país reportaron los hechos. La nota de Excélsior


al respecto señalaba que “criminales emboscaron a los uniformados y les dispararon en el
poblado Palmarito”, ante lo cual “la agresión fue repelida por los soldados para proteger su
integridad física”.24

En La Jornada, los acontecimientos se clasificaron como “dos enfrentamientos ocurridos la


noche del miércoles entre el Ejército Mexicano y bandas del crimen organizado dedicadas al
robo de combustible a Pemex” 25. En la nota, se afirmaba que de los diez muertos, cuatro
eran militares, mientras que el resto de las bajas fueron huachicoleros de la localidad. El
Universal, por su parte, enfatizó que los operativos militares de la noche del 3 de mayo
tuvieron que llevarse a cabo para “impedir el robo de combustible”.26

El 5 de mayo, por primera vez desde su toma de posesión en el 2012, el presidente Peña
Nieto instruyó a las Fuerzas Armadas, SHCP, PGR y Pemex para poner en marcha una
estrategia que acabara con el robo de combustible en el país. En un acto solemne con el
Servicio Militar Nacional, el mandatario expresó sus condolencias a las familias de los
militares fallecidos dos días antes en Puebla, y resaltó que se aplicaría “todo el peso de la
ley”27 para combatir a los responsables, miembros a la delincuencia organizada.

Resulta importante considerar que, previo a los sucesos del 3 y 4 de mayo, el tema de los
huachicoleros y su relación con la ola de violencia en el país ya comenzaba a abordarse. En
su columna en Excélsior, Jorge Fernández Menéndez escribió el 22 de marzo sobre las
pérdidas de mil 600 millones de pesos que el negocio clandestino representaba
mensualmente para el país, según “organismos de inteligencia federales”.28

El columnista afirmó que el huachicol mantenía a grupos del crimen organizado,


especialmente al que domina el Triángulo Rojo, Nueva Sangre Zeta; por tanto, la situación
era considerada por Fernández como “un caso paradigmático de un desafío a la seguridad
interior que obliga a la intervención militar y policial en circunstancias especiales” 29, ante lo
cual esperaba que el senador Roberto Gil –precursor de la iniciativa para establecer la Ley
de Seguridad Interior– lograra “que legisladores y partidos asuman, finalmente, por lo
menos, un debate abierto sobre la ley”.30
Mientras se llevaba a cabo la investigación emprendida por la PGR, un video apareció y dio
vuelta al caso. El 10 de mayo, justo una semana después de los eventos en Palmarito, el
Diario Cambio difundió una grabación: en ella se apreciaba a uniformados que disparaban a
un automóvil, a bordo del cual viajaban tres presuntos pobladores de Palmarito. Luego del
ataque, los ocupantes del vehículo descendían (sin mostrar posesión de ningún tipo de arma)
y, posteriormente, un uniformado disparaba en la cabeza a uno de los tripulantes qu se
encontraba bocabajo en el piso.31

En el fechero del audiovisual obtenido de una cámara de seguridad, se observaba “2017-05-


03, 8:28 PM”, hora alrededor de la cual –según la versión de Sedena– los militares habían
sido atacados por un grupo de huachicoleros que se escudaron con mujeres y niños, lo que
había tenido como resultado el asesinato de dos soldados; y posteriormente, desató un
enfrentamiento de más de tres horas con un saldo final de 10 decesos y 12 heridos, acorde
con la historia presentada en los medios.

Unas horas después de la publicación del video, la secretaría lanzó un comunicado en el que
solicitaba a la PGR verificar la autenticidad de la grabación a fin de “determinar con
precisión si corresponde al lugar y evento de referencia, así como si es auténtico o editado,
y en su caso, deslindar las responsabilidades que correspondan" 32. Además, reiteró que
colaboraría con la procuraduría en aras de esclarecer lo sucedido y, en caso de ser
acreditadas violaciones a los derechos humanos, sancionarlas con rigor.

Un día después de que Diario Cambio difundiera el video, el diputado priista por Puebla
Víctor Manuel Giorgana declaró en entrevista con Elia Castillo para Milenio que era
necesario realizar los peritajes correspondientes y si se encontraba responsabilidad,
sancionar al elemento que incumplió protocolos; pero que esto no era motivo para retirar al
Ejército del Triángulo Rojo, pues el video solo era “carnada” para presionar al gobierno y
evitar que las fuerzas armadas cumplieran su tarea. El funcionario, además, insistió en la
necesidad de erradicar a los huachicoleros: “Hay que combatir este cáncer que lacera mucho
a la sociedad poblana, debe ser una guerra sin cuartel”.33

Al mismo tiempo, Jorge Ramos –miembro del PAN y expresidente en la Comisión de


Seguridad Pública de la Cámara de Diputados– enfatizó la necesidad de investigar
minuciosamente la procedencia del video para garantizar su autenticidad, ya que el crimen
organizado se ve beneficiado con el desgaste de la imagen de las fuerzas armadas34.

Dos semanas después del supuesto enfrentamiento entre huachicoleros y militares en


Palmarito, miembros del PRI y el PAN –grupos de procedencia de la iniciativa de Ley de
Seguridad Interior– se unieron para señalar la urgencia de tratar la iniciativa debido al
conflicto en Puebla. El 15 de mayo, Emilio Gamboa Patrón y Fernando Herrera,
coordinadores del PRI y el PAN en el Senado respectivamente, plantearon la posibilidad de
un eventual período extraordinario en el Congreso, donde sería preciso incluir el robo de
hidrocarburos en la discusión35.

El 17 de mayo, las senadoras Marcela Guerra Castillo (PRI) y Mariana Gómez del Campo
(PAN) urgieron a sus homólogos en la Cámara Alta que se aprobara la Ley de Seguridad
Interior, pues tras los eventos en Palmarito no podía postergarse la necesidad del dictamen
de la Ley de Seguridad Interior.36 Asimismo, resaltaron que la iniciativa permitiría capacitar
al Ejército en derechos humanos, lo cual respondía a la investigación por la ejecución
extrajudicial presentada en el video difundido el 10 de mayo.

En el marco de la Plataforma Global Reducción del Riesgo de Desastre 2017, Miguel Ángel
Osorio Chong, secretario de Gobernación, declaró que el gobierno “va contra los
huachicoleros (…) queremos dar con las cabezas de estas organizaciones delictivas, que
incluso ponen a la población por enfrente de sus actos y que por supuesto los ponen en
riesgo".37

Para brindar una posible explicación ante el enfático tratamiento del huachicol en las
últimas semanas de junio de 2017, desde las autoridades y los medios de comunicación, es
necesario pensar en la fabricación del enemigo interno. Esto sucede cuando se posiciona a
un individuo o un grupo de personas como la célula que atenta contra la seguridad, el orden
y la paz en un Estado; así, se vuelve necesario que este último intervenga a través del
monopolio legítimo de la violencia pues, de lo contrario, el “enemigo” continuará
desestabilizando la Nación y dañará a sus miembros.

Tal como señala el escritor Carlos Fazio Varela, el proceso para la construcción de dichos
“enemigos” debe hacerse a partir de autoridades y medios, que transmitan la imagen
deseada a la población sobre el grupo o grupos desestabilizadores – normalmente señalados
como terroristas o miembros del crimen organizado–: “Mediante esos enemigos míticos,
elusivos e impredecibles –que actúan de distractores administrados y potenciados por los
medios de difusión masiva como propagandistas de la “razón de Estado”– el sistema busca
legitimar el uso de la fuerza y genera de facto un Estado de excepción provisto de nuevas
leyes de carácter represivo que recortan las garantías individuales y colectivas”.38

Con la construcción del enemigo, se pretende justificar la lucha militar amparada por el
deber de “proteger a la ciudadanía”. Como se mencionó previamente, Felipe Calderón
recurrió al narcotráfico para fundamentar la militarización; en el caso estudiado, el enemigo
se modifica, aunque sigue refiriéndose al crimen organizado, para retratar a los supuestos
huachicoleros del 3 y 4 de mayo como seres violentos, miembros de un grupo más grande y
complejo, que atentan contra el bienestar de la sociedad y representan pérdidas para el
Estado.

Así pues, se pretende legitimar que el Ejército intervenga en la persecución, captura,


detención, procesamiento e incluso valoración de los miembros del crimen organizado
dedicados al huachicol. Esto resulta un impulso conveniente ante el estancamiento de las
propuestas de ley presentadas por Gil Zuarth y Camacho Quiroz, ya que se convierte en
justificación de las atribuciones militares contenidas en la ley a fin de acabar con estos
brotes de violencia que lamentablemente han tenido como resultado la muerte de militares y
civiles.

Asimismo, la cobertura realizada y la importancia concedida al fenómeno descrito no tienen


una razón espontánea de ser. En este sentido, es necesario considerar que las imágenes y
escenarios presentados en las noticias, así como la forma de transmitirlos y los comentarios
de las autoridades sobre ellos, forman parte de una matriz de opinión: se pretende poner en
circulación una serie de ideas (los huachicoleros como enemigos, su peligrosidad, los
enfrentamientos con los militares, etcétera) para que la población soporte y confíe en dichas
ideas39, lo cual le otorgaría validez al discurso oficial de por qué el enemigo debe ser
detenido mediante las fuerzas del orden.

Si bien es cierto que la extracción y venta de combustible clandestinas constituyen delitos


federales que deben perseguirse y procesarse, el propósito del presente texto es mostrar que
su persecución y procesamiento ahora se posicionan como tareas que, ante la incapacidad
actual para resolverlas, debe realizar el Ejército, pues el enemigo es tan fuerte que es
imposible de detener por los medios actuales de seguridad pública.

Al englobar a los huachicoleros en la categoría de enemigos de la nación, se corre el riesgo


de que –como se ha visto en los ejemplos de ejecuciones extrajudiciales– no se les garantice
un proceso judicial de acuerdo con las normativas legales. El enemigo pierde su condición
de ciudadano, se convierte en una “vida desnuda que ese encuentra fuera de la ley y de la
humanidad, y con la cual no hay acuerdo posible, que se debe derrotar incluso mediante la
coacción física y la tortura”40.

Cabe mencionar que el martes 6 de junio de 2017 Pablo Escudero, expresidente de la Mesa
Directiva del Senado, presentó ante la Junta de Coordinación Política de la Cámara de
Diputados una solicitud para abrir un período extraordinario de sesiones en el Congreso. El
objetivo, según el senador del Partido Verde Ecologista de México, es abrir una agenda que
discuta los temas más urgentes para el país: el robo de combustible y la Ley de Seguridad
Interior, por lo cual pidió el apoyo de las bancadas parlamentarias ya que era necesario que
haya acuerdos para poder realizar el extraordinario.

En entrevista con Luis Cárdenas para la primera emisión de MVS Noticias, Escudero afirmó
que era indispensable poner sobre la mesa el robo de combustible y la Ley de Seguridad
Interior, por lo cual se debía establecer una fecha para el período extraordinario y así
resolver dichos problemas, pues su importancia era inmensa para la seguridad del país.41

A través del discurso emitido desde los medios y las autoridades para forzar la discusión del
robo de combustible, relacionándolo con la necesidad ya antes propuesta de la Ley de
Seguridad Interior, se observó un nuevo argumento construido para dar cabida a la
militarización y el otorgamiento de tareas ajenas a su rubro para las fuerzas armadas. La
caracterización del enemigo –otrora concedida al narcotráfico y en junio de 2017 atribuida
a los huachicoleros– se enmarcó en un discurso que desplazaba el fundamento de que, a
pesar de los delitos cometidos, toda persona merece un proceso justo en el que el respeto y
ejercicio libre de sus derechos sean garantizados.
Notas
1
El término comenzó a popularizarse entre los transportistas de combustible porque así se refieren a
los remanentes de hidrocarburos que se quedan en las pipas (ya sea diésel, chapopote u otro
derivado). Los restos se mezclan –lo que es llamado huachicol– y pueden venderse a gasolineras,
empresas e incluso refinerías. Héctor A. Camín, “Crónica y mecánica del ‘huachicol’. 1. El origen”,
Milenio, 11 de mayo de 2017.
2
Citado por Víctor Mayén, en “¿Quiénes son los huachicoleros?”, Capital México, 16 de mayo de
2017.
3
Roberto González, “Hoy, primer gasolinazo con Peña Nieto; descartan ‘salto súbito’”, La Jornada,
8 de diciembre de 2012.
4
Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales de Energía, y Estudios
Legislativos, Primera, con Proyecto de Decreto por el que se Reforman y Adicionan Diversas
Disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en Materia de Energía,
recuperado por Rafael Cabrera en “¿Qué dice la iniciativa de reforma energética?”, Animal
Político, 15 de diciembre de 2013.
5
“Los gasolinazos en los sexenios de Calderón y Peña”, Proceso, 30 de enero de 2017.
6
Al tomar como punto comparativo el sexenio inmediato anterior, el incremento a los precios de las
gasolinas fue de menos del 25% desde el inicio del período presidencial de Felipe Calderón
Hinojosa hasta su término (2006-2012). Ídem.
7
Adrián García y Alejandro Limón, Precio de la gasolina: determinantes históricos, Centro de
Investigación Económica y Presupuestaria, México, 2017.
8
Citado en “EPN: la gallina de los huevos de oro se acabó; Cantarell se secó”, El Economista, 12 de
enero de 2017.
9
“Gasolinazo sume al gobierno de Peña en su nivel más bajo de aprobación; Morena gana puntos”,
Animal Político, 18 de enero de 2017.
10
Citado por Víctor Mayén, op. cit.
11
Laura Islas, “Triángulo rojo, el terrible ‘reino del huachicol’ en Puebla”, Unión Puebla, 9 de mayo
de 2017.
12
En un comunicado lanzado el 1° de junio de este año, Pemex señaló que rescindiría los contratos a
siete gasolineras ubicadas en los municipios poblanos de Palmar de Bravo, Quecholac,
Tecamachalco, Huixcolotla y Cuyoaco. Petróleos Mexicanos informó que, a partir de un operativo
institucional, se encontraron irregularidades en las actividades de las gasolineras, presentaron
inconsistencias fiscales y la comercialización de combustibles se había asociado al huachicol.
“Pemex confirma rescisión de contrato a 7 gasolineras en zona de huachicol”, El Universal, 1° de
junio de 2017.
13
Rubén Mosso, “Exoneran a implicados en robo de hidrocarburo”, Milenio, 25 de enero de 2016.
14
La propuesta de ley fue suscrita por los diputados César Camacho y Martha Tamayo, y fue
presentada formalmente en octubre de 2016. “Iniciativa con proyecto de decreto por el que se expide
la Ley de Seguridad Interior”, Gaceta Parlamentaria, año XIX, núm. 4648-V, 27 de octubre de
2016.
15
Citado por Red en Defensa de los Derechos Digitales, en “Seguridad Interior: ¿México bajo
espionaje militar?”, Animal Político, 6 de febrero de 2017.
16
Citado por Tania Montalvo, en “Catear, detener y tomar declaraciones, nuevas tareas de los
militares si se aprueba la nueva ley”, Animal Político, 13 de diciembre de 2016.
17
Ídem.
18
Raúl Flores, “Sedena: no estudiamos para perseguir delincuentes”, Excélsior, 8 de diciembre de
2016.
19
Alonso Urrutia, “No quiere Cienfuegos Ley de Seguridad 'a modo' para fuerzas armadas”, La
Jornada, 19 de febrero de 2017.
20
El posicionamiento contra la posibilidad de la ley fue evidente desde que las iniciativas fueron
puestas en la mesa por los grupos parlamentarios del PRI y el PAN, en septiembre y noviembre del
2016. Varias organizaciones civiles hicieron explícito su desacuerdo con la iniciativa por
considerarla inconstitucional, ya que pone en riesgo los derechos humanos y ninguna ley puede
comprometer ningún derecho a fin de garantizar la seguridad ciudadana, escudada en las fuerzas
armadas como seguridad pública. Entre las organizaciones que hicieron pública la necesidad de
reevaluar y no permitir el avance de la ley, se encuentran: Centro de Derechos Humanos Miguel
Agustín Pro Juárez, México Unido Contra la Delincuencia, Amnistía Internacional, Instituto
Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Centro de Investigación y Docencia Económicas y
la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. Dennis A. García,
“Organizaciones civiles piden no aprobar ley de seguridad interior”, El Universal, 15 de febrero de
2017.
21
Jesusa Cervantes, “Se complica aprobación de Ley de Seguridad Interior, admite Camacho
Quiroz”, Proceso, 19 de abril de 2017.
22
“Condenan a 8 militares por colusión con 'Los Zetas'; denuncian tortura”, SDP Noticias, 1° de
mayo de 2017.
23
Citado en “PGR investiga enfrentamiento entre huachicoleros y militares en Puebla que dejó 10
muertos”, Animal Político, 4 de mayo de 2017.
24
Raúl Flores, “Ataque en Puebla deja 4 militares y 3 huachicoleros muertos”, Excélsior, 4 de mayo
de 2017.
25
Yadira Llaven, “Chocan ‘huachicoleros’ y militares en Puebla; 8 muertos”, La Jornada, 4 de mayo
de 2017.
26
Javier Garduño, “Operativo contra huachicoleros deja 7 muertos en Puebla; 4 son militares”, El
Universal, 4 de mayo de 2017.
27
Arturo Rodríguez, “Tras muerte de militares en Puebla, Peña ordena estrategia contra
“huachicoleros”, Proceso, 5 de mayo de 2017.
28
Jorge Fernández, “Triángulo Rojo en Puebla: 1,600 millones al mes”, Razones, Excélsior, 22 de
marzo de 2017.
29
Ídem.
30
Ídem.
31
En la publicación realizada por el diario, se afirma que la grabación fue obtenida desde una
cámara de vigilancia colocada en un domicilio particular cerca de donde ocurrió la agresión. Arturo
Rueda, “VIDEO: militares ejecutan con tiro de gracia en Palmarito”, Diario Cambio, 10 de mayo
de 2017.
32
Citado en “La Sedena pide autentificar el video de una presunta ejecución militar”, Expansión, 10
de mayo de 2017.
33
Elia Castillo, “No debe retirarse el Ejército por video de ejecución extrajudicial: PRI y PAN”,
Milenio, 11 de mayo de 2017.
34
Ídem.
35
Alberto Morales, “Que huachicoleros sean tema de extra: PRI”, El Universal, 15 de mayo de 2017.
36
Alberto Macías, “PRI y PAN se unen tras Palmarito; senadoras urgen Ley de Seguridad Interior”,
Diario Cambio, 17 de mayo de 2017.
37
Jahtziri Chong, “Asegura Osorio Chong que el gobierno va contra ‘huachicoleros’”, Noticias MVS,
24 de mayo de 2017.
38
Carlos Fazio, “Miedo y dominación”, La Jornada, 28 de enero de 2008.
39
Carlos Fazio, “Washington y la territorialidad de la dominación. El caso México”, Seminario
Paramilitarismo y Despojo, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 28 de agosto de
2012.
40
Carlos Fazio, Estado de Emergencia¸ Grijalbo, México, 2016.
41
Pablo Escudero, en entrevista con Luis Cárdenas en la primera emisión de Noticias MVS, 6 de
junio de 2017 a las 7:11 horas.

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