Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Música
La música de Violeta
El trabajo musical de Violeta Parra fue un camino progresivo hacia su consolidación como autora y creadora. Durante
años, Violeta cantó canciones de otros: tonadas, cuecas y composiciones aprendidas de la tradición, pero también
canciones populares, como rancheras y corridos mexicanos, valses peruanos y zarzuelas españolas. Desde niña, el canto
había sido para ella una distracción fascinante, pero también un modo de ganar algo de dinero. En espontánea sociedad
junto a sus hermanos Eduardo, Hilda y Roberto, Violeta cantó en mercados de Chillán y, más tarde, en restaurantes y
quintas de recreo de Santiago. En sus décimas autobiográficas, la autora da cuenta de aquel gusto por la música que
cultivó desde niña, heredado de la afición de sus padres y abuelos.
Las recopilaciones
Cuando Violeta recoge estos ritmos, ella en cierta forma los filtra y los
reinterpreta, sentando las bases de lo que luego se conocería como
proyección folclórica. Grupos como Cuncumén o Millaray nacerán al
amparo de este espíritu de Violeta, proyectando —como dice su
nombre— las formas y los sonidos que podría haber contenido el
folclor chileno antes de los registros discográficos.
Juan Pablo González, musicólogo
Fuentes de inspiración
1. Tonada
Es la canción más representativa del campo chileno, y fue allí donde Violeta Parra la buscó y la aprendió. La tonada es
una composición usualmente melancólica que se canta con guitarra y/o arpa, y que no se baila. Durante mucho tiempo
fue un género interpretado únicamente por mujeres, las llamadas “cantoras” que se presentan a solas o en dúo, y a las
que Violeta consideraba sus principales maestras.
2. Canto a lo poeta
El canto a lo poeta es una tradición del Valle Central chileno. Sus orígenes son antiguos —algunos investigadores lo
rastrean hasta su arribo junto a los conquistadores españoles—, y vinculan a dos ámbitos temáticos: el canto a lo
humano y el canto a lo divino (el primero sobre asuntos terrenales, el segundo basado en el Antiguo Testamento y los
Evangelios).
El canto a lo poeta es una tradición aún viva en el campo chileno, donde se mantiene gracias a cultores que lo
interpretan en vigilias religiosas y encuentros de payadores.
3. Cueca
La cueca es una danza tradicional que reúne una forma musical, una estructura lírica y una coreografía. Ampliamente
difundida por el territorio nacional, se le ha otorgado el status de “baile nacional”. La cueca es matizada según dónde se
baile, pudiéndose reconocer distintos sub-géneros como la chora,
campesina, porteña, chilota, brava, de salón, nortina, etc.
La cueca acompañó a Violeta Parra desde su infancia. La artista honró
la influencia que tuvo sobre ella reinterpretando campesinas que fue
recogiendo en sus viajes por el Valle Central, y también con cuecas de
su autoría, en las que abordó todo tipo de asuntos
Violeta visual
Violeta fue una artista múltiple. Su obra no se limita a la creación
musical y poética, sino que también recurre a diversos lenguajes
plásticos: pintura al óleo, pastel, cerámica, escultura, y bordado en
telas de gran tamaño. Su obra visual se caracteriza por su
originalidad, espontaneidad y fuerza expresiva. Empezó de manera sistemática a los 40 años, cuando ya era conocida
como cantautora. El inicio de sus trabajos con las arpilleras, o telas bordadas, tiene su origen en una hepatitis.
La obra y faceta de Violeta como artista visual es la menos conocida. Su legado en este campo incluye pinturas y
arpilleras, algunas obras en papel maché, así como esculturas en alambre y máscaras. Un aspecto clave a mencionar
sobre el trabajo creativo de Violeta refiere a que no se trata solo de una artista capaz de expresarse a través de la
pintura y el canto, la arpillera y la poesía, sino que ella hace dialogar estos lenguajes diversos: es una auténtica artista
integral.
Responde