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El Proceso Tanatológico Ante El Paciente en Fase Terminal
El Proceso Tanatológico Ante El Paciente en Fase Terminal
La muerte siempre ha sido un proceso doloroso para el ser humano pues implica
una ruptura en todas sus esferas de convivencia, de este modo dejando
consecuencias emocionales tanto en la persona quien recae la muerte como sus
familiares que son las personas que también recae este proceso de perdida.
Ahora bien, imagínate tener un aproximado de tiempo que te queda por vivir, eso
ocurre en las personas ya con una enfermedad terminal que poco a poco de
desarrolla un déficit en su calidad de vida. ¿Cómo te sentirías emocionalmente?
¿existe asesoría emocional para ese momento?
Este trabajo está enfocado en investigar los procesos que tiene el personal médico
y tanatológico ante un paciente en etapa terminal, para saber si se cuenta con
cuidados especiales ante este tipo de pacientes.
En la tanatología sin lugar a dudas, una de las medidas más importantes que
debemos elegir para lograr una mejor calidad de vida con pacientes en fase
terminal es la comunicación.
Los integrantes del equipo multi e interdisciplinario a cargo del enfermo en fase
terminal deberán ser buenos comunicadores y receptores capaces de percibir
cualquier señal de solicitud de ayuda por parte del enfermo; de lo contrario,
después de repetirla varias veces sin recibir respuesta, éste se aislará y será más
difícil establecer de nuevo la comunicación. Cuando tanto el equipo de salud como
los familiares eluden responder de manera directa y esquivan la mirada, el
contacto físico disminuye y el lenguaje se vuelve complicado o demasiado simple,
el paciente se da cuenta de que se le ha abandonado y cae en un aislamiento que
no se debe
confundir con aceptación.
Escuchar se considera un arte que se aprende como los demás, pero requiere
una gran inversión de energía, pues hay más ocasiones de escuchar que de
hablar, a un enfermo en fase terminal es muy importante escucharlo
adecuadamente, sentados al lado de él o en su cama, nunca de pie y mucho
menos con los brazos
cruzados. Si lo escuchamos con atención, sabremos cuáles son las respuestas
que necesita recibir y si está en condiciones de hacerlo. Por ello debemos
escuchar no sólo lo que dice, sino también la manera como lo dice.
Oír es distinto de escuchar; el primero es un acto pasivo y automático, en tanto
que el segundo es un acto de atención activa del cual podemos derivar preguntas
y respuestas. Al escuchar al paciente o a nuestro familiar nos enteraremos de lo
qué es importante para él, lo cual quizá no se relacione con lo que suponemos. Y
no sólo eso: escuchar es en sí un acto terapéutico y a veces suficiente para elevar
la autoestima y reducir la tensión del enfermo, ayudarle a liberar sus sentimientos
y enfrentar mejor el problema.
Míguez Burgos, A., & Muñoz Simarro, D.. (2009). Enfermería y el paciente en
situación terminal. Enfermería Global, (16) Recuperado en 07 de mayo de 2020,
de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-
61412009000200018&lng=es&tlng=es.