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Leonardo Ferná ndez. Ecó logo urbano y urbanista. Investigador-docente del Instituto del Conurbano.
Director de la Lic. en Ecología. Universidad Nacional de General Sarmiento
proyecto reformista de "civilizar" un espacio teorizado como "bá rbaro" mediante el impulso
de parques y lagos, y a la vez, edificios educativos. (2)
Fue durante el período de reformas sociales del primer peronismo (1944-1955) que tuvo
lugar expropiaciones de grandes extensiones de tierras que dieron paso a realizaciones de
envergadura material y simbó lica para el conurbano bonaerense como los Bosques de Ezeiza
y el Parque Pereyra Iraola. Entre ellas se destaca la "operació n Ezeiza" de seis mil hectá reas,
realizada en una zona suburbial de bañ ados y usos ganaderos, configurando una gran traza
vial de conexió n al nuevo aeropuerto internacional donde ubicaba la "puerta de entrada al
país en la pampa", desplazando anteriores propuestas (como la de Amancio Williams anexa al
Plan Director para Buenos Aires de Le Corbusier 1947), que anteponía al Río de la Plata como
lugar de radicació n del aeropuerto. Se completaba la operació n Ezeiza con extensos parques
pú blicos, balnearios populares y una inmensa reserva forestal para los trabajadores. A su vez,
la "vivienda popular", que se constituía en un á mbito privilegiado de la acció n estatal, plasma
el iconográ fico barrio jardín Ciudad Evita (La Matanza) con una trama urbana y rodeando un
"fuelle verde" que adquieren valor patrimonial con la imagen de Evita representada en el
pavimento. Agreguemos que el Bañ ado de Flores en la Capital Federal fue la pieza incompleta
de la operació n Ezeiza como corolario del golpe del 1955. (3)
A fines de la década de 1970 se impone manu militari el denominado Cinturó n Ecoló gico Á rea
Metropolitana (CEAMSE) con una empresa estatal que ejecutaría un plan ambicioso para
crear un green belt de 30.000 hectá reas en el conurbano, en forma de "muralla verde", de
"cortina forestal" que oxigenaría Buenos Aires, aprovechando las conexiones del ambiente
natural: la selva en galería del río de la Plata, el parque Pereyra Iraola, los Bosques de Ezeiza,
la presa Roggero, franja del Río de la Reconquista, que cursando Campo de Mayo conecta al
Delta del Paraná . Un camino parque, aunque luego adoptando forma de autopista,
denominada Camino del Buen Ayre uniría la costa rioplatense, la pampa y el delta a través de
una gran reserva verde. En rigor, el programa territorial se trató de una versió n de reserva
verde pú blica inspirada a imagen de los Bosques de Palermo de Sarmiento. Los imperativos
de seguridad interna de la década de 1970 le dotan a esos grandes espacios verdes ciertos
significantes del período histó rico que, segú n el primer equipo técnico del CEAMSE,
proponían "restablecer el equilibrio a fin de reducir la agresividad de la vida de la ciudad",
"encauzar a los jó venes a través del deporte" y recurrir a "una 'muralla verde' para controlar
la expansió n urbana sin límite". Si bien el cinturó n ecoló gico no llegó a completarse de forma
integral, sí llegó a plasmar durante el régimen militar y con la vuelta a la democracia, una
parte de la formulació n prevista como una obra-suma compuesta de rellenos sanitarios para
el tratamiento de la basura, grandes parques recreativos y un tramo de autopista de conexió n
metropolitana. (4)
Ahora bien, este repaso marca que no hay una línea histó rica en el tema de estudio, ni
continuidades de proyectos políticos en el territorio, pero sí hay rupturas de discursos, hay
problemas que persisten, hay condiciones del medio físico que atrapan. Ciertamente –y a
modo de discusió n– señ alemos que el imperativo epocal de la distancia física que evite
contagios de covid-19 y los argumentos ecoló gicos, sanitarios y formales reunidos permiten
colocar conceptualmente la importancia actual de la ampliació n del verde a escala del AMBA.
El planteamiento supone la creació n de una red de espacios interconectados por medio de
nodos, corredores y envolventes: infraestructura verde (jardines, espacios verdes pú blicos,
parques...), infraestructura azul (lagunas, costas y riberas, arroyos y ríos...) y infraestructura
gris (vías férreas, bordes de avenidas y autopistas, edificios...) (5).
Investigaciones demuestran relaciones positivas entre la presencia de vegetació n en
ámbitos hogareñ os y zonas urbanas en la salud de la població n. La exposició n de la piel al
sol (vitamina D) y el contacto de los pies desnudos con la tierra (vitamina "G") –
acompañ ado por una dieta saludable–metabolizan nutrientes esenciales y lograr bienestar
fundamentales.
Existen á reas y conjuntos de la regió n (reservas naturales urbanas, los parques urbanos,
las plazas barriales, incluso barrios de baja densidad y arboledas frondosas) que brindan
por sus características geográ ficas un efecto "cortavirus" ya que proporciona condiciones
favorables para la distancia física interpersonal.
La incorporació n de ciclovías, corredores aeró bicos y sendas peatonales sobre ejes
lineales abiertos, como las má rgenes de las trazas ferroviarias o viales ofrecen condiciones
de desplazamiento ciudadano, de la instalació n de equipamiento social. La Municipalidad
de Malvinas Argentinas, por ejemplo, viene impulsando el parque lineal Belgrano
recostado sobre el ferrocarril, que recorre 7 kiló metros (actualmente primer tramo de 3
kiló metros), atraviesa 6 arroyos y un gran espacio abierto y equipamiento municipal
multipropó sito.
Las grandes á reas libres proporciona condiciones para el restablecimiento del paisaje
nativo (pastizal, bosque y espinal), especialmente estratégicos frente al cambio climá tico:
medidas para la mitigació n/adaptació n de lluvias extraordinarias, manejo de la
inundació n en las cuencas superiores, y amortiguamiento de las temperaturas, entre
otras.
Ahora bien, la pandemia plantea el desafío de có mo lograr ciudades con menos
contaminació n, menos ruidos y má s espacios verdes. El apelativo gubernamental de una
"nueva normalidad" impone incorporar novedosos criterios sanitarios en relació n a los
espacios verdes. Pero es una deuda social que sean inclusivas en el acceso a espacios verdes
pú blicos. Por todo lo expuesto ¿qué actores e instrumentos tendrían un rol protagó nico para
movilizar esos espacios de la regió n?. Es una cuestió n que exhorta a renovar políticas de
inversió n pú blica en infraestructura verde. Porque el desafío de este tiempo no es só lo la
distancia física mientras dure la amenaza del covid-19, sino crear espacios má s democrá ticos
de contacto, intercambio y comunicació n de la ciudadanía de cara a la post-pandemia.