Está en la página 1de 16

 E – 26-011-A-10

Espasticidad muscular: situación


actual y perspectivas
P. Le Cavorzin

La espasticidad muscular forma parte de las manifestaciones clínicas del síndrome pirami-
dal. En el campo de las neurociencias, este trastorno constituye una buena introducción a
la plasticidad neuronal (a través de los conceptos de plasticidad espinal, reorganización
de redes funcionales [vicarianza o adaptación de la orden motora]) y a las estrategias
de selección de las dianas neurofarmacológicas. A pesar de la gran incidencia de este
trastorno, sobre todo en la enfermedad cerebrovascular, la dificultad clínica reside en
la elección del objetivo terapéutico, en particular si es funcional. En este sentido, no
hay una relación unívoca entre espasticidad y rendimiento motor o entre espasticidad
y calidad de vida. Además, la valoración analítica y funcional de este trastorno todavía
presenta numerosas deficiencias. Las perspectivas de investigación en esta área son, en
consecuencia, muy amplias y están dirigidas a los tratamientos, de los cuales los más
recientes son relativamente costosos, como la toxina botulínica y el baclofeno intratecal.
Así, la tecnología aplicada, propuesta para la evaluación de los trastornos motores en
algunas afecciones neurológicas crónicas como la enfermedad de Parkinson, tiene un
elevado potencial de desarrollo en la espasticidad muscular y efecto sobre el resultado
funcional en el entorno de la persona.
© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Espasticidad; Hipertonía muscular; Neurofarmacología; Tecnología aplicada;


Ámbito de vida

Plan  Fisiopatología. Definiciones


■ Fisiopatología. Definiciones 1 La espasticidad muscular es un trastorno motor com-
Definición clásica: exageración del reflejo de estiramiento plejo que se observa con frecuencia en las enfermedades
(rigidez refleja) 1 del sistema nervioso central. Entre los mecanismos
Rigidez no refleja 3 de esta variedad de hipertonía muscular, analizados en
■ Hacia un modelo neuroanatómico de la espasticidad 4 las publicaciones [1–4] , destacan sobre todo dos proce-
Introducción 4 sos: reacciones reflejas (rigidez «refleja») y anomalías
Anatomía funcional de la espasticidad 4 de las propiedades mecánicas del músculo (rigidez

«no refleja»). Ambos mecanismos están aparentemente
Espasticidad: modelo clínico 5
intrincados.
Circunstancias de aparición 5
Cuadros clínicos 5
Evolución temporal 6
Conclusión 6 Definición clásica: exageración
■ Evaluación 6 del reflejo de estiramiento (rigidez
Valoración clínica 7
Medidas instrumentales 7
refleja)
Conclusión 10 Según este modelo, la espasticidad es producto de una
■ Tratamiento 10 contracción refleja (es decir, involuntaria) de un grupo
Introducción 10 muscular frente a su propio estiramiento, lo que remite
Tratamientos físicos 10 a la etimología: en griego, spao (␴␲␣␻) significa «tirar» o
Tratamientos farmacológicos 10 «contraer».
Indicaciones 12 Esta exageración de la contracción refleja por el estira-
Tratamientos quirúrgicos 12 miento produce una rigidez (o hipertonía) muscular que
■ Conclusión 13 se manifiesta por un aumento de la resistencia a la movi-
lización articular. En dos definiciones, complementarias,

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 1


Volume 34 > n◦ 2 > abril 2013
http://dx.doi.org/10.1016/S1293-2965(13)64659-9
E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

se agrupan las características clínicas y neurofisiológi-


cas. Ambas incluyen una referencia a la exageración del Ib 1
reflejo de estiramiento como sustrato fisiológico de la
espasticidad. Ia/II
La definición de Lance [5] fue la primera y es la más
citada en las publicaciones. Introduce el concepto de
hiperactividad del reflejo de estiramiento y su carácter
+ 2
dependiente de la velocidad de estiramiento, propio de la
espasticidad: «La espasticidad es un trastorno motor carac- - 3
terizado por un aumento (que depende de la velocidad) - 4
de los reflejos tónicos de estiramiento (tono muscular),
acompañada por una exageración de los reflejos osteo-
5
tendinosos, resultante de la hiperexcitabilidad del reflejo
de estiramiento considerado como un componente del Figura 1. Arco reflejo miotático. Los receptores periféricos sen-
síndrome piramidal». sibles al estiramiento se encuentran en el cuerpo muscular (4)
La definición de Delwaide [6] es complementaria y añade (husos neuromusculares, 2) o en los tendones (receptores ten-
elementos clínicos (distribución preferencial de la hiper- dinosos, 1). Envían señales propioceptivas hacia la médula por
tonía en algunos grupos musculares) y fisiológicos, como diversas fibras nerviosas aferentes (fibras Ia, Ib y II). Estas fibras
el concepto de tratamiento anómalo (a nivel espinal) de se proyectan sobre las motoneuronas alfa (5) del asta anterior
la información sensitiva, que introduce el concepto de (motor) de la médula, de forma directa (contacto monosináp-
plasticidad espinal, desarrollado más recientemente: «La tico) o de forma indirecta por medio de una interneurona. Los
espasticidad es un trastorno motor que se caracteriza por husos neuromusculares reciben inervación motora de una moto-
contracciones tendinosas bruscas (a veces acompañadas neurona gamma (3), que modifica su sensibilidad al estiramiento
por clono) y una hipertonía muscular elástica (depen- (según [106] ).
diente de la velocidad) durante el estiramiento muscular,
que afecta a algunos grupos musculares de manera prefe- motoneuronas espinales tras haber seccionado las raí-
rencial. Es producto de la hiperexcitabilidad de la vía Ia ces posteriores, interrumpiendo entonces el arco reflejo,
hacia las motoneuronas, asociada al proceso anormal en la contracción muscular resultante es inestable; en con-
la médula espinal de otras aferencias periféricas (reflejo diciones fisiológicas, al contrario, la fuerza desarrollada
tónico de estiramiento)». se mantiene estable [13] . El reflejo de estiramiento podría
contribuir así a mantener constante la longitud muscu-
lar (servomecanismo), participando en la compensación
Papel funcional del reflejo de estiramiento
de las pequeñas irregularidades de trayectoria durante los
El reflejo de estiramiento es una de las bases de la inte- movimientos de los miembros. En la práctica, la ganan-
gración sensoriomotriz en la médula espinal. Se trata de cia del reflejo de estiramiento sería demasiado baja para
un reflejo propioceptivo, pues el estímulo que lo provoca es que pudiera compensar otros estiramientos que no fue-
el estiramiento muscular. De forma clásica, en este reflejo ran los de baja amplitud. Es probable entonces que los
se describe un componente fásico, más marcado en los ajustes producidos por este arco reflejo sólo sean sufi-
músculos flexores y que se produce ante estiramientos de cientes en caso de perturbaciones mínimas y rápidas
gran velocidad, y un componente tónico, más marcado como, por ejemplo, un estiramiento brusco del mús-
en los músculos extensores de los miembros inferiores (mús- culo tríceps sural durante la marcha sobre una superficie
culos posturales) y que se produce ante estiramientos de irregular [14] .
velocidad más lenta.
De manera más precisa, en el reflejo de estiramiento se Reseña de la fisiología del reflejo
describen, desde un punto de vista electromiográfico, tres
componentes (M1, M2 y M3) identificados por sus laten-
de estiramiento
cias respectivas con relación al estímulo. La latencia de Al igual que cualquier sistema reflejo, la respuesta mus-
M1 es corta (30-40 ms en la pierna), compatible con una cular al estiramiento se organiza como un circuito de
integración espinal, y depende principalmente de la vía retroacción (Fig. 1).
monosináptica [7] . Los elementos principales de este arco reflejo son [15] :
Las latencias de M2 y M3 son más largas y, en gene- • órganos receptores especializados, los husos neuromus-
ral, necesitan una contracción muscular subyacente de culares. Son sensibles a la velocidad de estiramiento del
baja intensidad para expresarse en la persona sana. M2 músculo y a la amplitud del estiramiento;
tiene mayor amplitud que M1. Su origen es controver- • aferencias sensitivas primarias (fibras Ia) y secundarias
tido: algunos autores defienden la activación de un arco (fibras II), originadas en los husos neuromusculares. Las
reflejo transcortical y otros, la acción de un arco espinal aferencias primarias responden de manera preponde-
con aferencias polisinápticas de conducción lenta [9, 10] . Por rante a la velocidad de estiramiento, mientras que las
último, M3 se caracteriza por una latencia más larga aún, secundarias son más sensibles a la amplitud del estira-
que permite clasificarla como una respuesta voluntaria. miento. Estos dos tipos de aferencias se proyectan en la
En cuanto a la expresión clínica, el componente fásico motoneuronas alfa;
del reflejo de estiramiento corresponde a la respuesta de • las motoneuronas alfa del asta anterior de la médula.
latencia corta (M1) activada, por ejemplo, por la percu- Reaccionan ante el estímulo propioceptivo aferente,
sión tendinosa (reflejo miotático). El componente tónico causando la contracción de las fibras musculares que
corresponde al conjunto de las respuestas y es activado de ellas dependen; esta contracción refleja se opone
durante los estiramientos prolongados, como los produ- al estiramiento inicial. La corrección producida es
cidos en la exploración física [11] . Desde un punto de vista proporcional a la variación (de longitud o de veloci-
fisiológico, las distintas latencias de estos componentes dad) provocada por el estiramiento, pero puede estar
del reflejo de estiramiento permitirían evitar las oscila- modulada por los centros nerviosos supraespinales,
ciones inherentes a un circuito cerrado con intervalo de controlando de este modo la amplitud del movimiento.
tiempo [12] . Esta modulación se produce a través de neuronas
El papel funcional del reflejo de estiramiento se conoce intermediarias (interneuronas), intercaladas en el arco
bastante mal. Según Creed [13] , podría contribuir a la reflejo;
atenuación de la contracción muscular voluntaria. Así • la motoneurona gamma espinal también participa en
pues, cuando con un tren de onda se estimulan las esta modulación. Gracias a su acción fusomotora

2 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

Receptores musculares Vías Vías monoaminérgicas


del estiramiento descendentes Fascículo reticuloespinal

Receptores Fascículo
articulares corticoespinal
Interneurona
inhibidora
Inhibición
presináptica
Receptores
cutáneos IN

IN
Órgano tendinoso
de Golgi

Motoneurona
Sinapsis Ia
excitador MN
Ib
Sinapsis II
inhibidora IN Inhibición
recurrente
Figura 2. Convergencia de diversas aferencias periféricas (Renshaw)
(cutáneas, articulares, propioceptivas) y de la orden central des-
cendente hacia las mismas interneuronas medulares, las cuales
se proyectan hacia las motoneuronas espinales alfa (según [107] ).

(contracción de las fibras intrafusales que modifica la Músculo


sensibilidad del receptor), puede modificar la ganancia
Acetilcolina Glutamato Ácido
de la respuesta del huso neuromuscular. También está gamma-aminobutírico
sometida a la regulación supraespinal. Glicina Noradrenalina,
Se añade otro reflejo propioceptivo: el reflejo «miotático serotonina
inverso», que se organiza con el mismo esquema que el Figura 3. Proyección de los fascículos descendentes que
reflejo miotático (Fig. 1), aunque su efecto sobre el tono ejercen un control supraespinal sobre los arcos reflejos pro-
muscular es de inhibición. Las fibras aferentes son de pioceptivos en el miembro inferior, por medio de algunas
tipo Ib. interneuronas (IN) (en el esquema están representadas las inter-
En realidad, hay muchas otras aferencias (propiocep- neuronas de la inhibición presináptica Ia y la célula de Renshaw).
tivas articulares, exteroceptivas cutáneas, nociceptivas, Esta célula es una interneurona inhibidora que, estimulada por
etc.) que participan en otros arcos reflejos (por ejem- una colateral de un axón motor, responde inhibiendo a este axón
plo, nociceptivos) y comparten una porción de la reserva (inhibición «recurrente»). MN: motoneurona.
de las interneuronas medulares implicadas en el arco
del reflejo de estiramiento, por lo que pueden influir
en él. Estas interneuronas reciben influencias de los Rigidez no refleja
centros nerviosos superiores (supraespinales) y, en la En el plano biomecánico, una parte de la tensión provo-
práctica, son relevos principales de la regulación supraes- cada por el estiramiento del músculo, incluso desnervado,
pinal. Hacia ellos convergen los impulsos periféricos y las es atribuible a dos componentes propiamente mecánicos:
señales de regulación supraespinales [16, 17] . Hay que con- un componente elástico, vinculado a la existencia de un
siderarlos como una especie de vía final común, capaz tejido conjuntivo de sostén, en el que la rigidez depende
de coordinar y controlar las actividades descendentes, de la amplitud del alargamiento, y un componente vis-
segmentarias o propioespinales, que funcionan como ver- coso, en el que la rigidez depende del índice de variación
daderos centros de integración premotores organizados en del alargamiento (dependiente de la velocidad). Este com-
red (Fig. 2). ponente viscoelástico (no reflejo) de la rigidez muscular
Estas interneuronas son mayormente inhibidoras también contribuiría a la atenuación de la cinemática del
como, por ejemplo, las interneuronas de la inhibición pre- movimiento voluntario, sobre todo en los movimientos
sináptica Ia, Ib y de la inhibición recurrente de Renshaw. lentos.
Producen una gama de neuromediadores que constituyen En varios estudios se ha hecho alusión a la modifi-
dianas farmacológicas de elección para los tratamientos cación de las propiedades mecánicas del músculo como
farmacológicos antiespásticos (Fig. 3). posible origen de una rigidez independiente de la acti-
vación nerviosa en la espasticidad muscular [14, 20, 21] . Así,
en el músculo espástico, la rigidez no refleja aumenta-
Fisiopatología de la exageración
ría por modificación del componente viscoelástico. Por
de la rigidez refleja ejemplo, Hufschmidt et al han señalado una mayor resis-
Desde el siglo XIX, se considera que la espasticidad se tencia elástica al estiramiento de los músculos de la pierna
produciría como consecuencia de la liberación o desregu- en personas espásticas, después de 1 año de evolución
lación de la actividad de los circuitos reflejos espinales, de la espasticidad [22] . Esta alteración de las propiedades
debido a una lesión de las vías descendentes que transmi- mecánicas del músculo, que parece instaurarse de forma
ten el control supraespinal. progresiva, podría seguir siendo, sin embargo, primaria-
Los mecanismos espinales desregulados, cuya implica- mente neurogénica, por medio de una modificación de las
ción en la espasticidad ha sido demostrada, son [2, 3] : la características histológicas del músculo cuando está some-
inhibición presináptica Ia, la inhibición de Renshaw, la tido a una descarga permanente de las motoneuronas alfa.
inhibición autogénica Ib y, más recientemente, el circuito Ésta es la hipótesis «transináptica» [23] . Se ha observado, en
de las fibras de tipo II, accesible desde el desarrollo de trabajos bastante antiguos, una modificación histológica
técnicas electrofisiológicas aptas para explorar específica- de las fibras musculares en el transcurso de enfermeda-
menteestas vías reflejas [1, 18, 19] . des del sistema nervioso central como la espasticidad o

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 3


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

la enfermedad de Parkinson. Estas modificaciones indi-


can una posible transformación de las fibras II en fibras I,
con propiedades contráctiles distintas, a su vez causa de
una modificación de la resistencia al estiramiento [24, 25] .

 Hacia un modelo
neuroanatómico
de la espasticidad
Introducción
Según Struppler [26] : «Nuestras relaciones conscientes
con el medio ambiente están condicionadas por la iner-
vación tónica de la musculatura estriada, es decir, el tono 1 4
de postura. Cualquier movimiento voluntario sólo puede
efectuarse armoniosamente si funcionan de forma auto-
mática y coordinada, por una parte, la inervación estática
y, en bipedestación, la inervación voluntaria que tiende 2
5
a neutralizar los efectos de la fuerza de gravedad, y, por 3
otra parte, el componente dinámico del proceso motor,
es decir, la adecuación de la posición del cuerpo a las
influencias variables del entorno». 6
Así pues, en todo momento deben estar estrechamente
coordinadas la motricidad de postura (holocinética) y la Figura 4. Trayecto capsular de las fibras de proyección de la
motricidad dirigida hacia un objetivo (idiocinética). En la corteza cerebral. En color, las zonas corticales sensitivas y moto-
persona sana, por tanto, un nivel adecuado de adaptación ras y sus proyecciones en la cápsula interna. El segmento anterior
de la motricidad postural es necesario para la expresión de (frontal) envía sus fibras de proyección al segmento anterior de
la motricidad de los miembros. En caso de lesión neuroló- la cápsula interna (2), mientras que el sector posterior (occipi-
gica central, los procesos de coordinación posturocinética toparietal) envía las propias a los segmentos lenticulares (6) y
están alterados y evolucionan, de manera esquemática, sublenticular (5) de la cápsula interna (según [108] ). 1. Núcleo
desde una inhibición diferenciada hasta una excitación caudado; 3. núcleo lenticular; 4. tálamo.
global, una de cuyas manifestaciones podría ser la espasti-
cidad muscular. Desde un punto de vista neuroanatómico,
las vías implicadas en estos fenómenos de adaptación o de
1 9
plasticidad espinal son, básicamente, las que desempeñan
2
un papel en la fisiología de la postura. Estas vías son tam-
bién las que participan en la recuperación poslesional, lo
cual explica la intrincación fundamental entre la reapa-
3
rición de una motricidad útil y de las manifestaciones
10
motoras adicionales como la espasticidad. 4
11
5 12
13
Anatomía funcional de la espasticidad 6

Al contrario de lo que comúnmente se sostiene, no 14


hay ninguna evidencia de que una lesión aislada de la 15
vía piramidal pueda causar por sí sola manifestaciones de 7 16
espasticidad muscular. En el animal, las lesiones de este 8
tipo se expresan más bien por signos deficitarios (disminu- 17
ción de la fuerza muscular, sobre todo en los movimientos Mecanismos inhibidores 18
finos de los dedos), hipotonía e hiporreflexia (en el mono) Mecanismos activadores 19
durante varios meses después de la aparición de la lesión Figura 5. Representación esquemática de las formacio-
causal. nes reticulares del bulbo y de la protuberancia y de su
En el aspecto neuroanatómico, las estructuras supraes- acción sobre el tono muscular (según [108] ). 1. Área 4s;
pinales que controlan los arcos reflejos espinales 2. área 8; 3. área 24; 4. núcleo caudado; 5. globo pálido;
comprenden algunas regiones encefálicas y del tronco 6. hipotálamo; 7. mecanismos activadores del tronco cerebral;
cerebral [2] . La corteza cerebral, en particular sus regiones 8. centro inhibidor bulbar; 9. área 2; 10. núcleo anteroexterno
anteriores, influye ampliamente sobre el tono muscular. del tálamo; 11. tálamo; 12. área 19; 13. lóbulo anterior del
Al parecer, se trataría más de las lesiones que afectan a cerebelo; 14. núcleos cerebelosos; 15. núcleos vestibulares;
las áreas premotoras (como el área 6) que de las que des- 16. lóbulo anterior paramedial del cerebelo; 17. fascículo ves-
truyen el área motora primaria (área 4). En este sentido, tibuloespinal externo; 18. fascículo reticuloespinal (segmento
se ha señalado una mayor incidencia de la espasticidad activador); 19. fascículo reticuloespinal (segmento inhibidor).
muscular en las lesiones circunscritas del brazo anterior
de la cápsula interna (vía de paso de las fibras proceden- estructuras con funciones opuestas, como han demos-
tes de las áreas premotoras o haz «parapiramidal») que en trado experimentos de estimulación eléctrica en el animal
las que afectan el brazo posterior (paso del haz piramidal) (Fig. 5):
(Fig. 4) o incluso la magnitud de la espasticidad en las • un sistema inhibidor, representado por la formación reti-
lesiones subcorticales difusas, como las que se observan, cular bulbar ventromedial (núcleo gigantocelular), cuya
por ejemplo, en la esclerosis múltiple. acción consiste en disminuir el tono muscular y que
La corteza cerebral ejerce un potente efecto inhibidor recibe un efecto facilitador de la corteza premotora;
sobre el tono muscular. Este efecto es relevado por la • un sistema excitador localizado en la formación reticular
formación reticular del tronco del encéfalo, que tiene dos de la parte dorsal del tronco cerebral (formación reticular

4 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

de la protuberancia: núcleos reticulares pontinos oral y «elástica» (pues el segmento de miembro que se moviliza
caudal, conectados a la sustancia negra), que aumenta tiende a volver a su posición de partida). La espasticidad
el tono muscular. Este sistema no estaría afectado por predomina en los músculos posturales (o antigravitato-
la actividad cortical, sino más bien por la de los núcleos rios, pues se oponen a la fuerza de gravedad), que en el
grises centrales. ser humano son los extensores en los miembros inferio-
En el gato, estos dos sistemas influyen en la vivacidad res y los flexores en los miembros superiores (distribución
de los reflejos osteotendinosos, el reflejo tónico vibratorio tónica de Wernicke-Mann).
y la hipertonía muscular en el animal convertido expe- Las otras características clínicas de la espasticidad son
rimentalmente en espástico mediante corticectomía. En las siguientes [3] :
el ser humano, la verificación experimental de los datos • ausencia de tono muscular en reposo: en reposo, el
obtenidos en el animal ha sido proporcionada por la cor- músculo espástico no presenta ninguna actividad con-
dotomía, efectuada por afecciones tan diversas como la tráctil, al igual que el músculo sano;
enfermedad de Parkinson (cordones dorsolaterales), los • dependencia de la velocidad: la resistencia al estiramiento
dolores crónicos (cordones laterales) y la espasticidad (cor- sólo se presenta con el desplazamiento y aumenta
dones anteriores). cuando la movilización se acelera. La actividad refleja
Así, la espasticidad que se observa en las lesiones encefáli- cede entonces en reposo (nula velocidad de estira-
cas frontales o capsulares internas puede explicarse por la miento), al contrario que otras categorías de hipertonía
disminución de la acción facilitadora de la corteza cerebral muscular (como la que produce la lesión de los núcleos
anterior sobre la formación reticular bulbar inhibidora. grises centrales, en la que se usa con más frecuencia el
Además, en las lesiones capsulares internas o corticales, las término «rigidez»);
frecuentes lesiones conjuntas de la vía piramidal son res- • dependencia negativa respecto a la longitud muscular.
ponsables de la aparición de una paresia, que constituye La espasticidad cede con el estiramiento prolongado:
el cuadro clásico de hemiplejía espástica. es el fenómeno en navaja; cuando la amplitud del esti-
A nivel espinal, las influencias inhibidoras procedentes ramiento crece, la contracción refleja se atenúa en el
de la formación reticular bulbar son conducidas por la músculo estirado. Primero este fenómeno fue atribuido
vía reticuloespinal en la mitad dorsolateral de la médula a la acción de los receptores tendinosos de Golgi y a la
(subsistema lateral, inhibidor). La proximidad anatómica activación de las aferencias fusales secundarias y, des-
de esta vía con el haz piramidal explica, al igual que en pués, al efecto inhibidor de las terminaciones nerviosas
las lesiones encefálicas, la asociación clínica usual entre el libres musculares [27] . Estaría ausente en el miembro
déficit de la fuerza muscular voluntaria y la espasticidad superior;
en las lesiones espinales incompletas. • fatigabilidad: la actividad refleja disminuye cuando el
Sin embargo, hay casos especiales, por ejemplo en el estiramiento muscular se repite a intervalos incompa-
contexto de las afecciones neurodegenerativas (ataxias y tibles con la activación de la inhibición presináptica.
paraplejías espásticas hereditarias) con lesiones más espe- Esto se interpretó como un agotamiento progresivo de
cíficas que afectan a las vías reticuloespinales inhibidoras, la hiperexcitabilidad miotática a raíz de una depleción
aunque en cierto grado respetan la vía piramidal, lo que sináptica del neuromediador [1] .
conduce al cuadro de paraparesia espástica.
Por último, en caso de lesiones espinales completas hay
una pérdida total de la influencia supraespinal sobre la
Definición clínica ampliada
médula. En general, la espasticidad no es tan marcada El cuadro clínico de la espasticidad puede enriquecerse
como en las lesiones espinales incompletas, ya que las vías con distintos elementos hasta alcanzar, de manera jerar-
reticuloespinales excitadoras también están interrumpi- quizada, una forma más acabada, que proporciona un
das. En cambio, en este caso se observan manifestaciones cuadro completo de síndrome piramidal:
considerables de respuestas en flexión (reflejos en flexión • hipertonía de reposo asociada, que puede conducir
y espasmos en flexión), donde a menudo intervienen a posturas anómalas de los miembros, identifi-
reflejos de origen cutáneo o visceral. Esto ya no forma cada por Denny-Brown con el término «distonía
parte del cuadro de la espasticidad en sentido estricto, sino espástica» [28] ;
del más general del automatismo medular. • exageración de los reflejos exteroceptivos cutáneos:
sólo para algunos autores, el término espasticidad
abarca también los fenómenos de respuesta en flexión
 Espasticidad: modelo o reflejos de defensa o de retirada (Cuadro 1). Se trata
de una respuesta en flexión de un miembro a una
clínico estimulación básicamente cutánea (exteroceptiva), por
ejemplo dolorosa (nociceptiva). Sus características fisio-
Circunstancias de aparición lógicas son totalmente distintas a las del reflejo de
estiramiento (esta respuesta sólo implica a los múscu-
En el plano clínico, la espasticidad es frecuente en los flexores, su integración es puramente espinal y el
diversas lesiones del sistema nervioso central que afec- circuito reflejo es puramente polisináptico). Estas mani-
tan al encéfalo o a la médula espinal. Las enfermedades festaciones podrían aproximarse al cuadro más vasto
más frecuentes son la esclerosis múltiple, la enferme- del automatismo medular, descrito en las lesiones espi-
dad motriz cerebral (parálisis cerebral), los traumatismos nales completas;
vertebromedulares, los accidentes cerebrovasculares y los • manifestaciones acompañantes:
traumatismos craneoencefálicos. En estos pacientes se ◦ sincinesias (indicios de la pérdida de sensibilidad del
asocian con frecuencia la espasticidad y una disminu- movimiento, por «desinhibición» de las proyeccio-
ción de la fuerza muscular voluntaria (parálisis), lo que nes heterónimas Ia),
se explica ampliamente por la proximidad (y no la iden- ◦ clono (actividad alternativa de los músculos agonis-
tidad) de las vías neurológicas implicadas [2] . tas y antagonistas),
◦ exageración de los reflejos osteotendinosos (que más
bien se debe considerar como un componente del
Cuadros clínicos síndrome piramidal);
• alteración de las capacidades motoras por déficit y
Definición clínica restringida (Lance) descoordinación de las activaciones musculares (por
En la exploración física, la espasticidad es responsa- ejemplo, perturbación de la inhibición recíproca, con
ble de una rigidez muscular que Charcot calificó como cocontracción agonista-antagonista).

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 5


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

Cuadro 1.
Oposición de las manifestaciones corrientemente agrupadas bajo
el término de espasticidad muscular. II
III
Espasticidad Respuestas en flexión IV -
Contractura Contractura V
tendinorrefleja [112] cutaneorrefleja [112] VI
Espasticidad PRR [99] Espasticidad GRR [99] 1 2
IX VII
« Trastorno motor
caracterizado por un VIII
aumento, dependiente de la IX
velocidad, del reflejo tónico IX
3 5
de estiramiento [...]» [5]
4
Rigidez «elástica»
Predomina en los músculos Músculos flexores Figura 6. Neuroanatomía del control del tono muscular en la
posturales (extensores de los (reacción de defensa)
médula espinal. A la izquierda: clasificación de las capas celulares
miembros inferiores)
en la sustancia gris de la médula según Rexed. Las interneuronas
Integración espinal y Integración puramente que participan en el control del reflejo de estiramiento se encuen-
supraespinal (reflejos de espinal tran en las capas VI-VII. A la derecha: proyección de diversos
arco largo) fascículos descendentes extrapiramidales en las mismas inter-
Arco reflejo miotático Vías polisinápticas neuronas espinales. 1. Interneuronas; 2. fascículo rubroespinal;
(monooligosináptico) 3. fascículo reticuloespinal pontino; 4. fascículo vestibuloespinal;
5. fascículo reticuloespinal bulbar (según [109] ).
Estímulo propioceptivo Estímulos
(estiramiento) exteroceptivos sería coherente con el modelo neuroanatómico antes des-
(nociceptivos) arrollado (proximidad anatómica del haz piramidal y de
Lesiones encefálicas o Lesiones espinales
las fibras parapiramidales en el encéfalo).
espinales incompletas completas En la fase de estado, sin embargo, la espasticidad mus-
(automatismo medular) cular sigue siendo un fenómeno clásicamente descrito
como relativamente variable en una misma persona, con el
Poco sensible al baclofeno, Sensible al baclofeno, al transcurso del tiempo y según diversos parámetros como
al enfriamiento y a los enfriamiento y a los la temperatura, el estado psíquico y el grado de vigilan-
bloqueos nerviosos bloqueos nerviosos cia, la posición, las aferencias vegetativas, la estimulación
(fibras de pequeño
cutánea, etc. Esto se explica por la distribución de las
diámetro)
vías anatómicas lesionadas y por la convergencia de múl-
En la práctica, la espasticidad en sentido estricto, fiel a la definición tiples aferencias periféricas y centrales hacia las mismas
de Lance, corresponde al contexto específico de la liberación de los interneuronas espinales (Fig. 2). Sin embargo, esta visión
reflejos propioceptivos (PRR, proprioceptive reflex release, Landau [99] , o clásica debe matizarse y quizá sea más adecuada para las
cuadro de contractura «tendinorrefleja» descrito por Babinski a prin- espasticidades de origen espinal que asocian respuestas en
cipios del siglo XX). Las manifestaciones de respuestas en flexión son
reacciones de retirada con punto de partida nociceptivo que forman flexión. Esta hipótesis concordaría con la variabilidad de
parte del contexto de la liberación global de los reflejos medulares que la reproducibilidad de la valoración clínica de la espasti-
se observan en las lesiones espinales completas y forman parte del cua- cidad en la población de pacientes con lesión medular, al
dro del automatismo medular (GRR, general reflex release [99] y cuadro contrario de lo señalado en las publicaciones respecto a la
de «contractura cutaneorrefleja» para Babinski, según [112] ). población de pacientes con lesión cerebral [32, 33] .
Es posible contraponer de forma exacta dos cuadros clí-
nicos de la espasticidad, uno relativo a la espasticidad en
sentido estricto (liberación de los reflejos propioceptivos)
Conclusión
y el otro a las respuestas en flexión, a menudo incluidas Es probable que, en la génesis de la espasticidad mus-
en las manifestaciones de automatismo medular (libera- cular, existan al mismo tiempo diversas anomalías de
ción global de los reflejos medulares). Esta oposición se funcionamiento de los arcos reflejos espinales y anoma-
justifica por una sensibilidad distinta a algunos agentes lías propiamente musculares. En la práctica clínica, poder
terapéuticos (Cuadro 1). identificar el mecanismo fisiopatológico predominante
podría ser fundamental, puesto que los tratamientos (en
especial farmacológicos) suelen ser específicos para un
Evolución temporal mecanismo de acción preciso [34] . En este sentido, una
En la fase aguda de una lesión neurológica central, la valoración adecuada de la hipertonía muscular debería
espasticidad suele estar ausente. Aparece de forma dife- orientar la elección terapéutica, es decir, identificar en
rida, clásicamente al cabo de algunas semanas. detalle los mecanismos fisiopatológicos causales. Esto es
Así, en el gato [29] pudo demostrarse que a las 2- muy infrecuente en la práctica, aun cuando los adelan-
3 semanas de una hemisección medular aparecía una tos recientes en la fisiopatología de la espasticidad han
facilitación de los reflejos segmentarios en el lado de la suministrado algunas precisiones útiles para la decisión
lesión. Confirmando la hipótesis de una plasticidad neu- terapéutica.
ronal en el sector espinal, la facilitación se asociaba a
un aumento homolateral de las proyecciones primarias
(fibras Ia) intraespinales, sobre todo dentro de las láminas  Evaluación
que tenían las interneuronas en las que se proyectaban las
vías descendentes lesionadas (láminas VI-VII) (Fig. 6). Para la evaluación de la espasticidad se dispone de
Estos datos se habrían confirmado en el ser humano. numerosos recursos. Por desgracia, a pesar de una supe-
Al respecto, en un accidente cerebrovascular, en la mayo- rioridad en términos de precisión en cuanto a medición,
ría de los casos la espasticidad aparece 1 mes después de a reproducibilidad e incluso con frecuencia a validez,
la lesión causal [30] . Además, en la población de pacientes las mediciones instrumentales de la hipertonía muscular,
hemipléjicos, la aparición de la espasticidad parece corre- que podrían revelarse más pertinentes, no han logrado
lacionar con la gravedad de la parálisis inicial [31] , lo que imponerse frente a las mediciones clínicas, mucho más

6 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

Cuadro 2. Cuadro 3.
Escala de Held-Tardieu. Escala de Ashworth modificada (según [38] ).
Con la movilización pasiva se aprecia: Espasticidad (valorada con la movilización pasiva en
un paciente relajado)
1. el ángulo de aparición del reflejo a partir de la posición
de referencia 0: Sin aumento del tono
2. la intensidad del reflejo: 1: Discreto aumento del tono, que provoca un
«enganche» durante el movimiento pasivo o una
– 0: sin contracción
resistencia mínima al final del movimiento
– 1: contracción visible
1+: Discreto aumento del tono, que se manifiesta por un
– 2: contracción con retención leve «enganche», seguido de una resistencia mínima durante
el resto del movimiento (menos de la mitad de la
– 3: contracción durante algunos segundos con clono
amplitud articular)
transitorio
2: Mayor aumento del tono, pero con el miembro
– 4: clono permanente
fácilmente movilizable
– 5: sin movilización pasiva posible
3: El tono aumenta de forma considerable y el
Estas medidas se establecen con tres velocidades de movimiento pasivo es difícil
movilización:
4: Miembro rígido en flexión o en extensión
– V1: velocidad lenta
– V2: velocidad equivalente a la gravedad la validez es difícil de precisar como, por ejemplo, en lo que
atañe a la escala de Ashworth, que evalúa efectivamente
– V3: velocidad rápida una resistencia al estiramiento pasivo y numerosos deter-
minantes posibles, uno de los cuales es la espasticidad [39] .
fáciles de aplicar. Una excepción podría ser la prueba del Los defectos de esta escala, aunque a pesar de ellos se inter-
péndulo, de fácil aplicación, modelizable y vastamente nacionalmente, explican la dificultad para la valoración
documentada en las publicaciones. Hoy en día se vis- clínica del trastorno [42] .
lumbra un horizonte para la valoración ambulatoria del
trastorno motor espástico, gracias al desarrollo de dispo- Escalas funcionales
sitivos de análisis del movimiento.
Son instrumentos clínicos que permiten apreciar
la repercusión funcional del trastorno motor, ya sea
Valoración clínica mediante una valoración clínica en un ámbito médico,
ya sea por el propio paciente (autoevaluación).
Desde un punto de vista global, las valoraciones clíni- Numerosas escalas se usan con la intención de evaluar el
cas de la espasticidad son muy simples y las que más se rendimiento funcional en el contexto de la paresia espás-
usan. Pueden ser analíticas, para valorar la espasticidad tica, la mayoría de las veces después de una hemiplejía
en sí misma, o funcionales, para evaluar la limitación fun- de origen vascular. Así, pueden aplicarse las escalas de
cional resultante. En general se trata de escalas clínicas Fugl-Meyer, de Orgogozo, de Rivermead, de Barthel, la
ordinales, que incluyen algunos niveles de puntuación. Su medida de independencia funcional, etc. Los límites de
enorme ventaja reside en la facilidad de aplicación. estas escalas, además de los relativos a su validez y repro-
ducibilidad [43] , residen en que no permiten evaluar de
Escalas analíticas manera específica la discapacidad motriz que deriva de la
espasticidad, puesto que los otros síntomas, en especial el
Se usan para evaluar la espasticidad de forma específica.
déficit motor y la pérdida de selectividad del movimiento,
Las más conocidas son la escala de Ashworth (en inglés) y
generalmente asociados, interfieren en concordancia con
la escala de Held-Tardieu (en francés).
la magnitud de la pérdida funcional [41, 44] .
La escala de Held-Tardieu [35] consiste en una aplica-
Sin embargo, algunos parámetros han sido identifica-
ción un poco más compleja de la escala de Ashworth,
dos como más especialmente vinculados a la espasticidad.
pero presenta la ventaja de integrar el concepto central
Así pues, los criterios de una sensibilidad al cambio en
de dependencia con la velocidad de estiramiento, lo que
la espasticidad podrían ser la rapidez del movimiento, el
le confiere cierto grado de validez. En cambio, su repro-
equilibrio en posición sentada y la posibilidad de mante-
ducibilidad es menor, sobre todo si la aplican operadores
ner una posición y la facilidad con que otra persona puede
poco entrenados [36] (Cuadro 2).
movilizar al paciente [45] .
En las publicaciones, la escala más citada y que sirve
Otro enfoque está representado por las escalas de cali-
de referencia actual (patrón oro) es la de Ashworth [37] .
dad de vida. La debilidad esencial de estos instrumentos
Fue ligeramente modificada en 1987, cuando se le añadió
es que, en general, no correlacionan con la magnitud del
un nivel complementario de puntuación con el fin de
trastorno motor subyacente y que la autovaloración por
aumentar su sensibilidad [38] . Se trata de una escala ordinal
el paciente puede estar sesgada, en particular en caso de
(Cuadro 3), de aplicación simple, rápida y con una gran
trastornos cognitivos [46] .
reproducibilidad interexaminador, al menos en el miem-
bro superior [37] . En cambio, sus rendimientos se revelan
claramente menores en el miembro inferior, sobre todo Medidas instrumentales
en las articulaciones de la rodilla y del tobillo [39] . Sin
embargo, la reproducibilidad dependería de la población Ante las insuficiencias de la valoración clínica, nume-
en estudio y sería menos convincente en la población rosos autores se han dedicado a perfeccionar técnicas
de pacientes con lesiones medulares que cerebrales [32, 33] , instrumentales de medición, de las cuales las más antiguas
aunque esto podría deberse a un sesgo determinado por se remontan a algunas décadas. Estas técnicas tienen la
la mayor variabilidad de la espasticidad en las lesiones ventaja de proporcionar medidas objetivas y ser más sensi-
medulares. bles que la valoración clínica.
De forma global, las cualidades metrológicas de estas Por desgracia, muy pocas de ellas han sido objeto de
escalas clínicas analíticas serían relativamente mediocres. estudios de validación indispensables para su aplicación en
Presentan las mismas limitaciones: en general son poco la clínica. En su mayoría, siguen siendo técnicas de inves-
sensibles y poco reproducibles [40, 41] . Asimismo, en ocasiones tigación para identificar los mecanismos fisiopatológicos

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 7


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

de los trastornos motores [47] . Además, son muy nume-


rosas y no existe un consenso real sobre una técnica de
referencia. Se pueden separar en dos grupos: las medidas
analíticas y las medidas funcionales.

Medidas instrumentales analíticas


Medidas mecanomiográficas
La mayoría de los procedimientos para la evaluación
de la espasticidad muscular recurren a la movilización
pasiva de un segmento de miembro, es decir, un estímulo
propioceptivo (estiramiento muscular). Históricamente,
las primeras en ser aplicadas fueron las técnicas mecano-
miográficas. En 1928, Mac Kinley y Berkwitz pusieron a
punto una máquina que, gracias a un sistema de pesos
y poleas, generaba un movimiento pasivo del antebrazo
y permitía medir la resistencia opuesta [48] . En los pro- Figura 7. Ejemplo de un banco de medida. Un goniómetro
cedimientos actuales, el estiramiento puede estar más eléctrico, fijado a la cara lateral de la rodilla, permite el registro del
o menos estandarizado [49, 50] : estiramiento manual, efec- movimiento pasivo de la pierna durante la prueba del péndulo
tuado por el operador, estiramiento electrogenerado a (según [110] ).
velocidad constante (lineal: estiramiento en rampa o sinu-
soidal), estiramiento por la caída libre de un segmento de
Primer máximo angular
miembro por acción de la gravedad (prueba del péndulo). 150

Flexión de las rodillas (grados)


En general, estos dispositivos miden el par de fuerza
desarrollado con el estiramiento pasivo o incluso con
Posición de relajación
la actividad eléctrica evocada. Por ejemplo, la espastici- 100
dad puede evaluarse mediante dinamometría isocinética,
a
sobre todo en el miembro inferior [51, 52] .
El interés principal de estas técnicas reside en su 50 b

reproducibilidad, que suele ser excelente, y en la buena
correlación con las pruebas clínicas, a las que se aseme-
jan por su naturaleza [50] . Por desgracia, casi ninguno de 0 Ángulo de partida
estos procedimientos ha sido validado en la clínica. Sin 0 2 4 6 8 10
embargo, uno de ellos escapa a esta limitación y ha sido
Tiempo (segundos)
ampliamente utilizado en ensayos terapéuticos: se trata
de la prueba del péndulo. Figura 8. Aspecto de la cinemática articular de la rodilla
Desde el punto de vista histórico, la prueba del pén- durante la prueba del péndulo en la persona sana. Ejemplos de
dulo era una herramienta diagnóstica de la enfermedad medidas: índice de relajación (IR) = a/b, área bajo la curva angular
de Parkinson para medir la hipertonía muscular [53] . Se (iÂ) (según [61] ).
aplicó por primera vez a pacientes espásticos en 1958 [54] . rodilla, la amortiguación subsiguiente se atenúa, la posi-
Su indicación se amplió 20 años después gracias al auge ción de relajación se obtiene más precozmente en el
de la microinformática, que también permitió desa- recorrido articular y, en ocasiones, con una posición
rrollar varios modelos matemáticos de este instrumento de menos flexionada que en la persona sana [59] . De forma
medida [55, 56] . De forma concomitante, surgieron medicio- concomitante, se observa un claro aumento de la activi-
nes empíricas derivadas de esta prueba, como el índice de dad mioeléctrica inducida por el estiramiento muscular
relajación (IR), muy utilizado en los últimos 30 años o, de (Fig. 9).
modo más reciente, el área bajo la curva angular [57] . La prueba del péndulo se ha aplicado ampliamente en
La realización práctica de la prueba del péndulo es estudios clínicos relativos a la espasticidad muscular [59] .
muy simple y sólo requiere una mínima cooperación del Nosotros hemos efectuado varios estudios de modeliza-
paciente, lo que permite aplicarla a muchos pacientes ción [59–61] en los que hemos analizado, por ejemplo, la
(adultos, niños, personas con gran discapacidad, etc.). Se validez de dos indicadores principales (IR y área bajo la
ajusta a la definición restrictiva de la espasticidad formali-
curva angular [iÂ]), comparándolos con los valores del par
zada por Lance. La prueba del péndulo aprovecha la fuerza
reflejo calculado (iRf), usado como estimador válido de la
de gravedad como modo de realización de un estiramiento
espasticidad muscular en simulaciones digitales [61] . Se ha
muscular estandarizado o una excitación propioceptiva
revelado que sólo el área bajo la curva angular presentaba
que permite la activación del reflejo de estiramiento. La
una variación lineal con el par reflejo calculado (Fig. 10).
forma clásica de la prueba despierta el reflejo de estira-
miento en el músculo cuádriceps. En trabajos más recientes Medidas electrofisiológicas
se ha estudiado su aplicación en el codo [58] . Las técnicas electrofisiológicas son, ante todo, instru-
En la práctica, con el paciente en posición sentada o mentos de investigación para explorar los mecanismos
en decúbito supino, la prueba se efectúa con el miembro fisiopatológicos de la espasticidad. Las insuficiencias prin-
inferior en extensión (Fig. 7). cipales de estas técnicas son, por una parte, el exceso de
La prueba del péndulo puede aplicarse con un movi- especificidad para un mecanismo determinado, frente a
miento pendular libre (con un potenciómetro o vídeo la índole a menudo multifactorial del trastorno motor
para el registro del recorrido articular) o en una máquina espástico y, por otra parte, el hecho de que no tienen en
isocinética. Sin prevenir al paciente, se deja caer la pierna. cuenta los cambios de las propiedades mecánicas del mús-
En la persona sana, se observa una fase de flexión rápida culo. Estos dos puntos explican su escasa correlación con
de la rodilla y luego, tras un primer ángulo de inversión la clínica. Además, a menudo carecen de reproducibili-
(PAI), una amortiguación armoniosa (movimiento pen- dad [62] , están validadas de forma insuficiente [3] y deben
dular, seudosinusoidal) hasta una posición de equilibrio realizarlas electrofisiólogos entrenados. En la espasticidad,
o posición de relajación, en la que el movimiento de la la exploración electrofisiológica se basa esencialmente en
pierna se detiene (Fig. 8). la medición del reflejo H, sólo o condicionado [63] , lo que
En la persona espástica, el primer ángulo de inversión resulta claramente insuficiente según estudios recientes
se produce más temprano en el recorrido articular de la que incluyen, por ejemplo, las fibras del grupo II.

8 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

Ashworth =1 Ashworth = 4 Figura 9. Trazados de la prueba del


Fase de Fase de Fase de Fase de péndulo en una persona de control
impulsión descanso impulsión descanso
(A), un paciente con espasticidad leve
Control (B) y otro con espasticidad grave (C).
Fase de impulsión Obsérvese la reducción progresiva del
«Fase
recorrido articular con la espasticidad
Flexión de la
rodilla (°)

estática» (arriba), en paralelo con el aumento


Actividad EMG Actividad
Actividad
«dinámica» EMG de la actividad mioeléctrica en el mús-
EMG
«dinámica» culo cuádriceps femoral (al medio)
y la coactivación en los isquiosurales
semimembranoso recto femoral
EMG ( µV)

(abajo) (según [60] ).


Coactivación
EMG coactivación
EMG ( µV)

Tiempo (s) Tiempo (s) Tiempo (s)

A B C

900
Y = 1,87° × + 718,06
F = 0,64
800

700
A
i (°.S)

600

500

400
B
300
Figura 11. Ejemplo de actividad motora en 24 horas regis-
0,00 40,00 80,00 120,00 160,00 200,00 trada por acelerometría ambulatoria, con ayuda de una
iRf/J (S–1) plataforma de medida colocada en la muñeca, en una persona
Figura 10. Correlación entre la integral del par reflejo calcu- sana de control (A) y en un paciente con espasticidad en el miem-
lado (iRf/J) y el área bajo la curva angular (iÂ), durante la prueba bro superior (B). El movimiento voluntario aparece en valores
del péndulo (según [61] ). positivos (en gris) y el componente espástico en valores negati-
vos (en rojo). Obsérvese, en el paciente espástico, la reducción
de la actividad motora voluntaria (en gris), la presencia de una
Medidas instrumentales en situación
espasticidad leve (en rojo), sobre todo durante el movimiento
funcional voluntario, y la persistencia de algunos artefactos de clasificación
La crítica principal que puede hacerse a todos los méto- en la persona sana.
dos precedentes es que evalúan al paciente en reposo, es
decir, fuera de la situación funcional en la que el trastorno Hoy en día empieza a vislumbrarse un campo de
motor puede provocar una discapacidad. Sin embargo, se experimentación relativo a una medida instrumental
dispone de algunos métodos para medición en situación ambulatoria y continua de los trastornos motores, más
funcional. representativa de la limitación funcional en situaciones
Estas mediciones están básicamente representadas en de la vida diaria (evaluación «ecológica») [67, 68] .
el miembro inferior por las pruebas de marcha. Puede Este campo de investigación ha sido desarrollado pri-
tratarse de pruebas globales, que se acercan mucho mero en la enfermedad de Parkinson, en la que las
a la clínica, como el tiempo empleado para recorrer fluctuaciones del estado motor perturban la evaluación
una distancia determinada, la velocidad de marcha en clínica [69] . En lo que se refiere a la espasticidad, sólo se han
10 m [64, 65] o pruebas más analíticas, por ejemplo, con estudiado los espasmos [70] , de un modo más general con
análisis tridimensional del movimiento a partir de sen- relación al síndrome piramidal, por lo que hay muy pocos
sores optoelectrónicos [66] . Estas medidas reflejarían mejor datos disponibles sobre la discapacidad del paciente en
la discapacidad, pero su dependencia de la espasticidad su domicilio [71] . Esta carencia de datos es especialmente
no es unívoca. Otras variables como la paresia, por ejem- crítica en lo que se refiere a la función del miembro supe-
plo, también contribuyen a la restricción funcional [52] . rior [72] .
Para medir la hipotonía muscular en el miembro supe- Los autores de este artículo han desarrollado un sistema
rior se recurre a la resistencia muscular provocada por de medida ambulatoria con acelerómetros colocados en
una interrupción aleatorizada durante el movimiento la muñeca, que tienen una autonomía prolongada (alre-
voluntario (medida del par de fuerza o de la actividad dedor de 1 semana). Se puede aplicar a la enfermedad de
electromiográfica correspondiente) [49] . Parkinson o al trastorno motor espástico, según el algo-
Más allá de las dificultades vinculadas a la técnica ritmo de clasificación de los datos que se escoja. Este
de análisis, en ocasiones determinante, estas técnicas se sistema permite, por ejemplo, separar la actividad que
caracterizan por la limitación necesaria de la adquisi- depende de la espasticidad de la vinculada a la actividad
ción de los datos experimentales a un número restringido motora voluntaria (Fig. 11). A partir de una modeliza-
de tareas funcionales. Por consiguiente, no son realmente ción informática de la actividad motora espástica se ha
representativas de la molestia funcional con relación a la desarrollado un algoritmo de clasificación específico, per-
vida diaria, que es hacia lo que debería tender la evalua- feccionado en nuestro laboratorio de investigación [73] . El
ción. Además, sólo ofrecen una instantánea del trastorno dispositivo se encuentra actualmente en curso de evalua-
motor. ción.

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 9


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

Conclusión CH3
OH O
La evaluación actual de la espasticidad muscular N
se revela en general como insuficiente. Hay muchos
O
instrumentos de medida clínicos, biomecánicos o electro-
fisiológicos, todos ellos con defectos similares en términos Cl N
de validez o de reproducibilidad [74] . Algunas técnicas ins-
trumentales aplicadas en condiciones pasivas son más NH2
Cl
eficaces, como la prueba del péndulo, pero no reflejan B
A
los rendimientos en situación de movimiento activo. Sin
embargo, los adelantos tecnológicos se van acercando a N
O2N
una técnica instrumental «ideal» de valoración de los tras- S
tornos motores, es decir, objetiva, continua y prolongada N O CH N
Cl
y de aplicación en el contexto de la vida diaria, a través
NH N O
de sistemas de medida ambulatoria del movimiento. N
NH
NH O
 Tratamiento C D
Figura 12. Estructura química de los principales medicamen-
Introducción tos antiespásticos que pueden usarse por vía oral.
A. Baclofeno.
El tratamiento de la espasticidad muscular sigue siendo B. Diazepam.
un asunto relativamente complejo. Al respecto, aun- C. Tizanidina.
que la espasticidad todavía es el síntoma más accesible D. Dantroleno.
al tratamiento del síndrome piramidal, esto no signi-
fica que cualquier tipo de espasticidad deba tratarse. la espasticidad evaluada mediante el reflejo H y también
Esta manifestación puede considerarse como una ano- mejora las amplitudes articulares pasivas en los miem-
malía motora indeseable que hay que suprimir o bien bros inferiores de pacientes con lesión medular [78] . El
como un modo natural de recuperación después de una mecanismo no se conoce con precisión: acción sobre la
lesión neurológica (plasticidad neuronal, mecanismos «fatigabilidad» del reflejo miotático o sobre las propieda-
de compensación, vicarianza), que desde ya resulta en des viscoelásticas musculares. Se han obtenido resultados
una función motora menos eficiente que en la persona idénticos con vibración muscular [79, 80] o con tratamiento
sana, pero aun así es aplicable y, por tanto, no debe por onda de choque a nivel muscular [81] . Además, cabe
menospreciarse. En este sentido, desde un punto de vista recordar que en kinesiterapia hay numerosas técnicas para
neuroanatómico y funcional, es interesante señalar que reducir la espasticidad (técnicas de Bobath, Kabat, Brunns-
las vías extrapiramidales (en especial reticuloespinales) trom, Perfetti, Rood, etc.). En la práctica, ningún estudio
implicadas en la aparición de la espasticidad muscular clínico permite demostrar la superioridad de alguna de
también participan en los mecanismos de la recupera- ellas. En el mismo sentido, podría señalarse la falta de
ción motora poslesional [75] . Por último, los mecanismos efecto perjudicial del fortalecimiento muscular sobre la
neurofisiológicos de la espasticidad en el ser humano son espasticidad, por ejemplo, en la persona hemipléjica [82] .
controvertidos y poco accesibles a una valoración clínica
de rutina, además de que pueden variar de un paciente a Estimulación eléctrica
otro. Puede tratarse de electroestimulación (del músculo
Un problema adicional es el hecho de que no se ha espástico o de su antagonista parésico) o de estimulación
demostrado una relación unívoca entre la espasticidad y cutánea a nivel del dermatoma correspondiente a los mús-
la discapacidad funcional [45] , ni entre espasticidad y cali- culos espásticos. La eficacia es igualmente poco duradera,
dad de vida [76] . A la inversa, algunos autores han sugerido en general no supera las 24 horas [83] . Aunque los meca-
un nexo entre espasticidad y gastos en salud, por ejem- nismos tampoco se conocen con precisión, la eficacia ha
plo en la persona hemipléjica [77] , lo que plantea, aunque podido documentarse, por ejemplo, en las personas con
estos datos sean controvertidos, el problema de la eva- lesiones medulares [84] . Al menos en el caso de la técnica de
luación del beneficio terapéutico en términos cruciales. electroestimulación cutánea, podría tratarse de un meca-
Sin embargo, en relación con los tratamientos farmacoló- nismo idéntico al de la neuroestimulación antálgica.
gicos existen referenciales de buenas prácticas con el fin
de facilitar la decisión terapéutica, como el publicado por
la Agence Française de Sécurité Sanitaire des Produits de Tratamientos farmacológicos
Santé (AFSSAPS) en 2009.
Los tratamientos farmacológicos antiespásticos son
Desde un punto de vista muy pragmático, los trata-
numerosos [34, 85, 86] . Hay cuatro medicamentos que pue-
mientos disponibles abarcan desde los menos agresivos
den indicarse por vía oral: baclofeno, diazepam, dantroleno
(terapéuticas adyuvantes, como los tratamientos físi-
y tizanidina (Fig. 12). De forma esquemática, en este grupo
cos) hasta los más agresivos (como los tratamientos
pueden distinguirse los medicamentos antiespásticos de
quirúrgicos, radicales), pasando por los tratamientos far-
acción central que, sobre todo en la médula espinal, inte-
macológicos por vía general o local. Muy a menudo, la
ractúan con algunos neurotransmisores como el ácido
eficacia clínica depende de la agresividad de la modali-
gamma-aminobutírico (GABA) y las monoaminas y los
dad terapéutica escogida, de modo que las técnicas menos
antiespásticos de acción periférica que actúan en el mús-
agresivas sólo se indican en las espasticidades leves o
culo, como el dantroleno. En el Cuadro 4 se resumen
moderadas.
las características farmacodinámicas y farmacocinéticas
de estos medicamentos.
Tratamientos físicos
Neurofarmacología de la espasticidad
Estiramientos musculares El modo de acción de los medicamentos antiespásti-
Ejercen una verdadera actividad antiespástica, aunque cos de acción central se basa en el conocimiento de los
poco duradera, razón por la cual se deben repetir con fre- neurotransmisores implicados en los mecanismos de la
cuencia. Por ejemplo, el pedaleo pasivo permite reducir espasticidad en la médula espinal (Cuadro 5).

10 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

Cuadro 4.
Características farmacodinámicas y farmacocinéticas de los principales medicamentos antiespásticos utilizables por vía general (según P.
Le Cavorzin. Pharmacologie de la spasticité musculaire, 1999, www.med.univ-rennes1.fr/etud/pharmaco/spasticite.htm).
Molécula Diana Dosis promedio Semivida de Biodisponibilidad Unión a las proteínas
farmacológica (mg/d) eliminación (h) (vía oral) (%) plasmáticas (%)
Baclofeno GABA-B 60-80 3-4 37-80 30
Dantroleno Ca2+ 100-300 8-10 80 80
Clonazepam GABA-A 1,5-4 20-40 82-98 86
Diazepam GABA-A 2-50 32 80-100 94-98
Clonidina ␣2 0,1-0,2 20-24 65-98 5-10
Tizanidina ␣2 12-14 3-5 70 30

Cuadro 5. neurotransmisor inhibidor más difundido en el sistema


Principales neurotransmisores implicados en la espasticidad a nervioso; reduce la excitabilidad neuronal. Hay dos cla-
nivel espinal (según [3] ). ses terapéuticas que supuestamente imitarían su efecto.
Nivel segmentario Neurotransmisor Se las distingue en función del subtipo de receptor del
GABA implicado.
Colateral de la MN alfa Acetilcolina Los GABA-B agonistas: están representados por el baclo-
Fibras Ia AE (glutamato, aspartato) feno. Se trata del primer medicamento antiespástico que
se comercializó como tal. Es un análogo estructural del
Interneurona inhibidora Ia Glicina
GABA, más adaptado a una difusión en el sistema nervioso
Inhibición de Renshaw Glicina central (SNC) por ser más lipófilo que el neurotransmisor
nativo. Ejerce su actividad farmacológica disminuyendo la
Inhibición presináptica GABA
permeabilidad de los canales de calcio (y de potasio), gra-
Vías polisinápticas AE, serotonina, sustancia P, cias a un receptor metabótropo acoplado a las proteínas G.
TRH, etc. El baclofeno reduciría la liberación de los AE a nivel pre-
sináptico, normalizando la actividad de las interneuronas
En esta región, los neuromediadores excitadores prin- inhibidoras, al parecer tanto en las vías monosinápticas
cipales son los aminoácidos excitadores (AE), la acetilcolina como en las polisinápticas. Además, al baclofeno se le
y la sustancia P. Las terminaciones de las fibras de gran atribuye un efecto antinociceptivo que derivaría de una
diámetro que conducen las aferencias sensitivas proce- menor liberación de sustancia P en las fibras sensitivas de
dentes de la piel y de las articulaciones, entre ellas las pequeño diámetro. Tiene una potente actividad terapéu-
fibras Ia, responsables del reflejo monosináptico, secretan tica. En cambio, se difunde de manera insuficiente en el
AE (probablemente glutamato). Las interneuronas excita- SNC (en el ser humano, su concentración en el líquido
doras liberarían aspartato. Las fibras de pequeño diámetro cefalorraquídeo [LCR] es 10 veces menor que en la san-
producirían péptidos. Los circuitos inhibidores mono- gre). Esto justifica el uso intratecal del baclofeno (cf infra
sinápticos y polisinápticos utilizan GABA y glicina. El «Tratamientos quirúrgicos»). La dosis media recomendada
GABA está implicado principalmente en los mecanismos es de 1,2 mg/kg/d por vía oral. El baclofeno tiene una semi-
de inhibición presináptica Ia. La glicina se liberaría por vida de unas 8 horas. Entre sus efectos adversos, aparte de
las interneuronas que median las inhibiciones postsi- la sedación común a todos los antiespásticos, el baclo-
nápticas recurrentes y recíprocas. Entre las grandes vías feno disminuiría el umbral epileptógeno. Así mismo, se
descendentes que modulan el tono muscular, hay una vía han comunicado trastornos mnésicos o confusionales y
extrapiramidal inhibidora noradrenérgica procedente del expone a un riesgo de síndrome de abstinencia tras fina-
locus coeruleus y una vía reticuloespinal probablemente lizar el tratamiento. En el aspecto funcional, aunque el
serotoninérgica. El haz piramidal utilizaría el glutamato efecto antiespástico del baclofeno por vía oral puede reve-
(Fig. 3). larse satisfactorio al evaluar a un paciente en condiciones
En la práctica, aunque los diversos mecanismos de pasivas (exploración física), en general suele ser menor
la espasticidad pueden asociarse de forma variable de con el movimiento voluntario [90, 91] . Esto ilustra la impor-
un paciente a otro, varios estudios clínicos señalan ten- tancia de la evaluación del beneficio terapéutico con el
dencias de grupo que permiten establecer algunas reglas movimiento voluntario y no sólo en reposo, como se
terapéuticas en función de la afección. Así, la reducción de señala en el concepto de trastorno motor espástico pro-
la inhibición presináptica Ia en el miembro inferior es un puesto por Dietz [92] .
mecanismo demostrado, sobre todo, en el paciente con Las benzodiazepinas (BZ): potencian el receptor ionó-
lesión medular [87] . Esto podría explicarse por un control tropo GABA-A. Ejerce su acción mediante un receptor
bilateral de la inhibición presináptica por las vías descen- específico de las BZ, aumentando la permeabilidad de los
dentes, en cuyo caso sería posible una compensación en canales de cloro (hiperpolarización de la membrana). Las
la persona hemipléjica (porque la lesión es unilateral). Al moléculas más utilizadas en el tratamiento de la espas-
contrario, la reducción de la inhibición presináptica Ib es ticidad han sido el diazepam (semivida de 32 horas) y el
un mecanismo demostrado sobre todo en la persona con tetrazepam (semivida de 15 horas). El uso del clonazepam
hemiplejía espástica [88] . Por último, la hiperactividad de (semivida de 35 horas) es más reciente. La actividad tera-
las fibras del grupo II parece estar implicada tanto en la péutica de estas moléculas es, de forma global, idéntica
espasticidad de origen espinal [89] como en la de origen a la del baclofeno (antiespástica y antinociceptiva), pero
encefálico [19] . su liposolubilidad es muy superior. Debido a su semivida
elevada, una sola toma diaria es suficiente. La dosis más
Medicamentos antiespásticos de acción alta se prescribe con preferencia en una toma por la noche
(aprovechamiento del efecto hipnótico y mejora de la cali-
central
dad del sueño por reducción de los espasmos). La sedación
Agonistas del GABA o GABAérgicos que suele observarse con el clonazepam sólo constituye
El GABA se indica desde hace mucho tiempo como un obstáculo si la dosis se aumenta muy rápido. Al res-
un mediador de la inhibición presináptica. Se trata del pecto, la forma bebible permite adaptaciones muy precisas

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 11


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

de la dosis. La interrupción del tratamiento debe ser muy moléculas hepatotóxicas (por ejemplo, estrógenos) y sin
progresiva, pues existe un riesgo de síndrome de abstinen- duda está sobrestimado. Sin embargo, impone una vigi-
cia. Como se ha observado con el baclofeno, con las BZ lancia regular de las transaminasas (antes del tratamiento
se han comunicado algunas reacciones paradójicas atri- y después cada 3-6 meses). La semivida del dantroleno es
buidas a fenómenos de desinhibición en pacientes con de 8-10 horas. Este medicamento tiene otras indicaciones
lesión cerebral, lo que puede limitar su utilidad en esta (por ejemplo, tratamiento de las hipertermias malignas).
indicación. Igual que con el baclofeno, con el diazepam La toxina botulínica A, de empleo muy flexible, per-
no estaría demostrada la influencia de la reducción de la mite una desnervación química selectiva y reversible de
espasticidad sobre el rendimiento funcional [93] . uno o más grupos musculares por inyección local. Es una
Agonistas ␣2-adrenérgicos centrales neurotoxina producida por Clostridium botulinum. Actúa
fijándose de forma directa a la placa motora. El efecto tera-
La tizanidina (semivida de 3-5 horas) se comercializa
péutico suele aparecer al cabo de algunas horas y dura
como antiespástico. En el aspecto estructural, es muy pare-
unos 3 meses. El coste elevado y la toxicidad que depende
cida a la clonidina (semivida de 20-24 horas), cuyo efecto
de la dosis limitan su uso a los grupos musculares de volu-
principal es antihipertensivo.
men moderado. Su indicación ampliamente creciente [96]
Estos dos medicamentos actúan en la médula espinal,
ha dado lugar a la publicación de consensos. Sería posible
restaurando la inhibición noradrenérgica normalmente
observar un efecto favorable en el aspecto funcional, por
ejercida por el haz reticuloespinal dorsal sobre la libe-
ejemplo sobre la marcha. Es un tratamiento especialmente
ración de los neuromediadores excitadores, al parecer
flexible y fácil de usar, que además tiene la ventaja de no
principalmente a nivel presináptico. Este efecto sería
sobrecargar la función motora residual en los músculos
predominante en las vías polisinápticas. Además, exis-
antagonistas de los músculos espásticos.
tiría una acción directa supraespinal sobre las neuronas
Las neurólisis por inyecciones de alcohol o de fenol des-
␣2-adrenérgicas del locus coeruleus. Estas sustancias
truyen los axones motores y sensitivos, interrumpiendo
muestran una afinidad por los receptores no adrenérgicos
por partida doble el arco reflejo. El efecto sería al menos
de las imidazolinas y tienen propiedades analgésicas gra-
tan duradero como el de las inyecciones de toxina botu-
cias a su acción sobre los ␣2-receptores del asta posterior
línica, incluso comparable [97] y a un coste menor, lo que
de la médula, inhibiendo la producción de sustancia P en
desde luego puede ser interesante para los países en vías
esta región. A título de ejemplo, se recuerda el empleo de la
de desarrollo. Sin embargo, se considera que son técnicas
clonidina en el síndrome de abstinencia a la heroína. Esta
agresivas por ser potencialmente dolorosas y parcialmente
actividad analgésica central también explicaría su eficacia
reversibles, además de que pueden causar lesiones dura-
sobre las respuestas y los espasmos en flexión.
deras de fibrosis muscular.
La clonidina puede usarse por vía intratecal, lo que per-
mite evitar el efecto antihipertensivo, pero no se la indica
de rutina por esta vía. Lo mismo sucede para la clase Indicaciones
de los GABA-agonistas: existen receptores encefálicos que
explican los efectos adversos sedantes o psíquicos, pero Aunque la elección de un medicamento antiespástico es
también receptores vesicales que pueden aprovecharse hoy menos empírica que en el pasado, todavía depende de
en el plano terapéutico. Se ha comunicado una interac- las afecciones acompañantes y los efectos adversos de la
ción con los ␣-bloqueantes periféricos, así como alguna molécula. De forma global, la eficacia de los tratamientos
toxicidad hepática de la tizanidina, hecho que justifica disponibles por vía oral es moderada [76] y comparable con
los controles analíticos. Su acción antihipertensiva no es cualquier molécula [98] . En teoría, algunas asociaciones
nula. farmacológicas estarían permitidas, como las de anties-
Por último, al contrario que las medicaciones GABAér- pásticos centrales o periféricos o antiespásticos centrales
gicas, en el aspecto metabólico los ␣2-adrenérgicos con diana farmacológica distinta en busca de una poten-
centrales actuarían con preferencia sobre los circuitos del ciación del efecto terapéutico, pero hay que señalar que
grupo II, al igual que la L-Dopa (precursora de la dopa- ningún estudio clínico ha explorado esta cuestión.
mina) [94] . Parecen influir de manera más bien positiva En la práctica, en una espasticidad localizada se justifica
sobre el rendimiento motor, por ejemplo respecto a la un tratamiento local, por ejemplo con toxina botulínica.
marcha, como se ha demostrado en caso de traumatismo Una espasticidad generalizada deberá hacer considerar
vertebromedular [91] o en el paciente hemipléjico vascu- un tratamiento por vía oral, privilegiando el dantroleno
lar [93] , aunque la evolución funcional es lenta. (incluso la tizanidina) en caso de lesión encefálica (puesto
que la inhibición presináptica, GABAérgica, en teoría está
Antiespásticos de acción periférica poco disminuida) y el baclofeno (incluso el clonazepam)
en las lesiones espinales (por la razón contraria).
Son tres: el dantroleno (utilizable por vía oral), la toxina
Como ya se ha visto, hay que ser prudente en cuanto
botulínica y las inyecciones de alcohol o de fenol, que
al beneficio funcional que puede esperarse de estos trata-
pueden administrarse localmente (por vía intramuscular
mientos [99] . Para el clínico, el tratamiento farmacológico
o perinerviosa en el caso de las últimas).
antiespástico está plenamente justificado en caso de
El dantroleno es un análogo de los antagonistas del
espasticidad invalidante o dolorosa en un paciente no
calcio. Inhibe la liberación del calcio del retículo sar-
ambulatorio o para facilitar la kinesiterapia. La búsqueda
coplasmático, provocando un desacoplamiento entre la
de la mejoría de una función como la marcha o el uso del
excitación y la contracción muscular. Ejerce su acción
miembro superior es mucho más aleatoria y patrimonio
sobre las fibras extrafusales (predominio en las fibras rápi-
del especialista (Fig. 13).
das) e intrafusales, sin que se conozca con precisión la
participación de las últimas en el efecto terapéutico. A
menudo se ha señalado una disminución de la fuerza mus- Tratamientos quirúrgicos
cular, pero este efecto indeseable también se observa con
los demás medicamentos antiespásticos. Existe un peligro Más agresivas, las técnicas quirúrgicas deben con-
de asociación del dantroleno con los otros representan- siderarse sólo en el contexto de enfermedades bien
tes de su clase farmacológica, y en especial un riesgo de estabilizadas, por regla no antes del primer año de evo-
accidente cardíaco con el verapamilo. La toxicidad de este lución de la espasticidad y siempre después de una
medicamento es esencialmente hepática y depende de la valoración rigurosa y de una entrevista con el paciente
dosis. Se han comunicado hepatitis mortales, aunque con a efectos de conocer qué beneficios espera obtener.
dosis siempre superiores a 300 mg/d, en el 0,1-0,2% de los Las neurotomías selectivas o supraselectivas permiten
pacientes [95] . El riesgo aumenta con la asociación a otras lesionar sólo las fibras sensitivas, sin comprometer la

12 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

Espasticidad debida a un traumatismo vertebromedular,


una esclerosis múltiple, un accidente cerebrovascular,
un traumatismo de cráneo, una enfermedad motriz cerebral,
una enfermedad neurodegenerativa

Invalidante/ Poco o nada


crónica invalidante/
transitoria

Definir un objetivo con el paciente : Evaluar los déficits asociados : Métodos


- disminuir los espasmos, el dolor - perceptivos, sensitivos adyuvantes :
- facilitar la higiene, la ayuda de - motores (calidad del control fisioterapia
otra persona, aumentar el bienestar motor) (estiramientos,
- prevenir las escaras, las - cognitivos ejercicios motores,
deformaciones ortopédicas - vesicoesfinterianos ortesis, frío,
- mejorar la función motora estimulación
eléctrica)

Espasticidad difusa : Espasticidad local :


tratamiento farmacológico tratamiento local

Vía general Químico (efecto transitorio) : Quirúrgico (efecto


- toxina botulínica prolongado) :
Valor de prueba
(músculos distales) - tenotomías
- alcohol, fenol (músculos funcional
- neurotomías
proximales) - radicotomías
Primera elección :
- baclofeno, diazepam (esclerosis - microcirugía de la zona de
múltiple, lesiones medulares) entrada en la médula de las
Segunda elección :
- dantroleno (accidentes raíces posteriores
- tizanidina
cerebrovasculares, - asociaciones
traumatismos de cráneo, - otros medicamentos
trastornos cognitivos) Buscar siempre y tratar los
factores agravantes (espinas
Si fracasa irritativas, medicamentos,
siringomielia, etc.)
Vía intratecal :
baclofeno

Figura 13. Elección e indicaciones de los tratamientos antiespásticos (según [111] ).

motricidad residual. Se indican en las espasticidades loca-


lizadas. El efecto tiene la reputación de ser temporal, pero
en la práctica depende de la técnica quirúrgica. Los estu-
dios clínicos sobre los efectos a largo plazo señalan un
efecto que se prolonga en al menos 2 años [100, 101] . La neu-
rotomía que más se realiza es la del nervio tibial, debido
a la espasticidad del pie en equinovaro [102] . Aunque los
resultados serían favorables en cuanto a la espasticidad,
a la velocidad de marcha y a las amplitudes articulares
pasivas del tobillo [100, 101] , los estudios efectuados son bási-
camente abiertos y sin comparación con un tratamiento
de referencia.
Las lesiones microquirúrgicas de la zona de entrada en la
médula de las raíces posteriores y las rizotomías dorsales Figura 14. Dos generaciones de bombas implantables de
selectivas son eficaces sobre las respuestas en flexión y los baclofeno (Synchromed y Synchromed II).
dolores, interrumpiendo de forma selectiva las pequeñas
fibras nociceptivas sin alterar de manera considerable la receptores encefálicos [104] , pero expone a diversos inci-
sensibilidad superficial. Se indican en las espasticidades dentes a causa de la técnica en sí (pérdidas, desconexión
regionales. Al igual que en la neurotomía, el efecto sería o plegadura del catéter, sepsis, error de programación
duradero. de la bomba). La infusión intratecal de baclofeno se ha
Por último, la infusión intratecal de baclofeno (Fig. 14) empleado mucho, en especial en las dos últimas déca-
permite tratar las espasticidades generalizadas graves y/o das [105] .
dolorosas, en caso de que fracasara el tratamiento por vía
oral. El coste elevado está vinculado al precio de las bom-
bas implantables (Fig. 14). Sin embargo, hay que tener en  Conclusión
cuenta la eficacia claramente superior de los tratamientos
antiespásticos por vía general, de modo que la relación La espasticidad es un trastorno motor complejo cuya
coste/beneficio sería finalmente favorable [103] . Esta téc- fisiopatología no es unívoca. Hoy en día, la valora-
nica consiste en una aplicación local (intratecal) con una ción de este trastorno sería en general insatisfactoria.
bomba implantada y programable, que permite una gran Esto plantea el problema crucial de la fiabilidad de la
reducción de las dosis en relación con la vía oral (unos evaluación del beneficio terapéutico, que se dirige a trata-
300-800 ␮g/d). Evita los efectos adversos vinculados a los mientos a menudo costosos, en especial cuando se busca

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 13


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

una mejoría funcional. En este sentido, la indicación [19] Marque P, Simonetta-Moreau M, Maupas E, Roques CF. Faci-
menos discutible de las medicaciones antiespásticas sigue litation of transmission in heteronymous group II pathways in
siendo una espasticidad incapacitante y/o dolorosa en spastic hemiplegic patients. J Neurol Neurosurg Psychiatry
un paciente no ambulatorio. Para el futuro parece haber 2001;70:36–42.
pocas innovaciones terapéuticas. Por el contrario, el per- [20] O’Dwyer NJ, Ada L, Neilson PD. Spasticity and muscle
feccionamiento de sistemas de medida ambulatoria de los contracture following stroke. Brain 1996;119:1737–49.
trastornos motores, aptos para evaluar la restricción fun- [21] Gao F, Grant TH, Roth EJ, Zhang LQ. Changes in passive
cional vinculada a la espasticidad, podría constituir un mechanical properties of the gastrocnemius muscle at the
campo de investigación con buenas perspectivas. muscle fascicle and joint levels in stroke survivors. Arch Phys
Med Rehabil 2009;90:819–26.
[22] Hufschmidt A, Mauritz KH. Chronic transformation of mus-
Agradecimientos: Queremos dedicar este artículo al profesor Hervé cle in spasticity: a peripheral contribution to increased tone.
Allain, ya fallecido, que fue nuestro maestro en el campo de la farma- J Neurol Neurosurg Psychiatry 1985;48:676–85.
cología clínica en el CHR de Rennes. [23] McComas AJ, Sica RE, Upton RM, Aguilera N. Functional
changes in motoneurones of hemiparetic patients. J Neurol
Neurosurg Psychiatry 1973;36:183–93.
[24] Dietz V, Ketelsen W, Berger W, Quintern J. Motor unit
 Bibliografía involvement in spastic paresis: relationship between leg mus-
cle activation and histochemistry. J Neurol Sci 1986;75:
[1] Pierrot-Deseilligny E, Pradat-Diehl P, Robain G. Phy- 89–103.
siopathologie de la spasticité. Ann Réadapt Méd Phys [25] Streichenberger N, Mertens P. Histologie du muscle spas-
1993;36:309–20. tique – A propos de 26 patients. Neurochirurgie 2003;49(2-
[2] Brown P. Pathophysiology of spasticity. J Neurol Neurosurg 3Pt2):185–9.
Psychiatry 1994;57:773–7. [26] Struppler A. Contribution à la physiologie et à la physio-
[3] Young RR. Spasticity, a review. Neurology 1994;44(Suppl. pathologie de la tonicité musculaire. En: Birkmayer M, editor.
9):S12–20. Aspects de la spasticité musculaire. Paris: Masson; 1971. p.
[4] Katz R. Réévaluation des mécanismes physiologiques qui 9–20.
génèrent le réflexe d’étirement : de nouvelles hypothèses sur [27] Cleland CL, Rymer WZ. Functional properties of spinal inter-
la physiopathologie de la spasticité. Ann Readapt Med Phys neurons activated by muscular free nerve endings and their
2001;44:268–73. potential contributions to the clasp-knife reflex. J Neurophy-
[5] Lance JW. Pathophysiology of spasticity and clinical expe- siol 1993;69:1181–91.
rience with baclofen. En: Feldmann RG, Young RR, Koella [28] Denny-Brown D. The cerebral control of movement. Liver-
WP, editores. Spasticity disordered motor control. Chicago: pool: Liverpool University Press; 1966. p. 170–84.
Year Book; 1980. p. 185–203. [29] Murray M, Goldberger ME. Restitution of function and colla-
[6] Delwaide PJ. Spasticity. Motor control course #145. Presen- teral sprouting in the cat spinal cord: the partially hemisected
ted at 1993 American Academy of Neurology Annual Meeting. animal. J Comp Neurol Sci 1974;158:19–36.
Minneapolis: American Academy of Neurology; 1993. [30] Lundström E, Smits A, Terént A, Borg J. Time-course
[7] Rothwell JC, Berardelli DA, Marsden CD. Habituation and and determinants of spasticity during the first six months
conditioning of the human long latency stretch reflex. Exp following first-ever stroke. J Rehabil Med 2010;42:
Brain Res 1986;63:197–204. 296–301.
[8] Lee RG, Murphy JT, Tatton WG. Long-latency myotatic refle- [31] Urban PP, Wolf T, Uebele M, Marx JJ, Vogt T, Stoeter P, et al.
xes in man: mechanisms, functional significance, and changes Occurence and clinical predictors of spasticity after ischemic
in patients with Parkinson’s disease or hemiplegia. Adv Neu- stroke. Stroke 2010;41:2016–20.
rol 1983;39:489–508. [32] Craven BC, Morris AR. Modified Ashworth scale reliability
[9] Hultborn H, Wigstrom H. Motor response with long latency for measurement of lower extremity spasticity among patients
and maintained duration evoked by activity in Ia afferents. with SCI. Spinal Cord 2010;48:207–13.
En: Desmedt JE, editor. Progress in clinical neurophysio- [33] Kaya T, Karatepe AG, Gunaydin R, Koc A, Altundal Ercan
logy, Vol 8. Spinal and supraspinal mechanisms of voluntary U. Inter-rater reliability of the Modified Ashworth Scale
motor control and locomotion. Basel: Karger; 1980. p. and modified Modified Ashworth Scale in assessing posts-
99–116. troke elbow flexor spasticity. Int J Rehabil Res 2011;34:
[10] Marsden CD, Rothwell JC, Day BL. Long latency automatic 59–64.
responses to muscle stretch in man: origin and function. Adv [34] Davidoff RA. Antispasticity drugs: mechanisms of action.
Neurol 1983;39:509–39. Ann Neurol 1985;17:107–16.
[11] Lee RG, Tatton WG. Long latency reflexes to imposed dis- [35] Mackey AH, Walt SE, Lobb G, Stott NS. Intraobser-
placements of the human wrist: dependence on duration of ver reliability of the modified Tardieu scale in the upper
movement. Exp Brain Res 1982;45:207–16. limb of children with hemiplegia. Dev Med Child Neurol
[12] Oguztöreli MN, Stein RB. The effects of multiple reflex path- 2004;46:267–72.
ways on the oscillations in neuromuscular systems. J Math [36] Ansari NN, Naghdi S, Hasson S, Azarsa MH, Azarnia S.
Biol 1976;3:87–101. The Modified Tardieu Scale for the measurement of elbow
[13] Creed RS. Reflex activity of the spinal cord. New York: Oxford flexor spasticity in adult patients with hemiplegia. Brain Inj
University Press; 1932. 2008;22:1007–12.
[14] Dietz V. Contribution of spinal stretch reflexes to the activity [37] Ashworth B. Preliminary trial of carisoprodol in multiple
of leg muscles in running. En: Taylor A, Prochazka A, edi- sclerosis. Practitionner 1964;192:540–2.
tores. Muscle receptors and movement. London: MacMillan; [38] Bohannon RW, Smith MB. Interrater reliability of a
1981. p. 339–46. modified Ashworth scale of muscle spasticity. Phys Ther
[15] Baillet J, Nortier E. Métamère médullaire : système réflexe 1987;67:206–7.
et programmation du mouvement. En: Précis de physiologie [39] Pandyan AD, Johnson GR, Price CI, Curless RH, Barnes
humaine. Paris: Ellipses; 1992. p. 599–607. MP, Rodgers H. A review of the properties and limitations
[16] Lundberg A, Voorhoeve P. Effects from the pyramidal of the Ashworth and modified Ashworth Scales as measures
tract on spinal reflex arcs. Acta Physiol Scand 1962;56: of spasticity. Clin Rehabil 1999;13:373–83.
201–19. [40] Mc Kenzie CR. Standarts for the use of ordinal scales in
[17] Lundberg A. Multisensory control of spinal reflex pathways. clinical trials. Br Med J 1986;292:40–3.
Prog Brain Res 1979;50:11–28. [41] Ben Smaïl D, Kiefer C, Bussel B. Évaluation clinique de la
[18] Marchand-Pauvert V, Simonetta-Moreau M, Pierrot- spasticité. Neurochirurgie 2003;49:190–8.
Deseilligny E. Cortical control of spinal pathways mediating [42] Sunnerhagen KS. Stop using the Ashworth scale for the
group II excitation to human thigh motoneurones. J Physiol assessment of spasticity. J Neurol Neurosurg Psychiatry
1999;517:301–13. 2010;81:2.

14 EMC - Kinesiterapia - Medicina física


Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas  E – 26-011-A-10

[43] Green J, Forster A, Young J. A test-retest reliability study of [69] Hoff JI, van der Meer V, van Hilten JJ. Accuracy of objective
the Barthel Index, the Rivermead Mobility Index, the Not- ambulatory accelerometry in detecting motor complications
tingham Extended Activities of Daily Living Scale and the in patients with Parkinson’s disease. Clin Neuropharmacol
Frenchay Activities Index in stroke patients. Disabil Rehabil 2004;27:53–7.
2001;23:670–6. [70] Granat MH, Edmond P. The application of air bag technology:
[44] Sommerfeld DK, Eek EU, Svensson AK, Holmqvist LW, von an objective clinical measure of involuntary muscle spasm.
Arbin MH. Spasticity after stroke: its occurrence and associa- Spinal Cord 1999;37:501–7.
tion with motor impairments and activity limitations. Stroke [71] Uswatte G, Foo WL, Olmstead H, Lopez K, Holand A,
2004;35:134–9. Simms LB. Ambulatory monitoring of arm movement using
[45] Hinderer SR, Gupta S. Functional outcome measures to accelerometry: an objective measure of upper-extremity reha-
assess interventions for spasticity. Arch Phys Med Rehabil bilitation in persons with chronic stroke. Arch Phys Med
1996;77:1083–9. Rehabil 2005;86:1498–501.
[46] Granger CV, Cotter AC, Hamilton BB, Fiedler RC, Hens [72] de Niet M, Bussmann JB, Ribbers GM, Stam HJ. The stroke
MM. Functional Assessment scales: a study of persons with upper-limb activity monitor: its sensitivity to measure hemi-
multiple sclerosis. Arch Phys Med Rehabil 1990;71:870–5. plegic upper-limb activity during daily life. Arch Phys Med
[47] Johnson GR. Outcome measures of spasticity. Eur J Neurol Rehabil 2007;88:1121–6.
2002;9(Suppl. 1):10–6. [73] Le Cavorzin P, Carrault G, Chagneau F, Rochcongar P, Allain
[48] Meyer M, Adorjani C. Quantification of the effects of muscle H. On the interest of computer modelling in the validation
relaxant drugs in man by tonic stretch reflex. Adv Neurol of ambulatory measurement of movement disorders in man.
1983;39:997–1011. Conf Proc IEEE Eng Med Biol Soc 2005;5:5443–4.
[49] Katz RT, Rymer Z. Spastic hypertonia: mechanisms and mea- [74] Malhotra S, Pandyan AD, Day CR, Jones PW, Hermens H.
surement. Arch Phys Med Rehabil 1989;70:144–55. Spasticity, an impairment that is poorly defined and poorly
[50] Katz RT, Rovrai GP, Brait C, Rymer WZ. Objective quantifi- measured. Clin Rehabil 2009;23:651–8.
cation of spastic hypertonia: correlation with clinical findings. [75] Jeannerod M. La récupération fonctionnelle en neurologie.
Arch Phys Med Rehabil 1992;73:339–47. Mécanismes et mode d’emploi. EMC Neurologie, 17-003-D-
[51] Franzoi AC, Castro C, Cardone C. Isokinetic assessment of 10, 1986 : 9p.
spasticity in subjects with traumatic spinal cord injury (ASIA [76] Montané E, Vallano A, Laporte JR. Oral antispastic drugs
A). Spinal Cord 1999;37:416–20. in nonprogressive neurologic diseases: a systematic review.
[52] Knutsson E, Martenson A. Activation patterns in spastic Neurology 2004;63:1357–63.
muscles stretched by passive and active movements. Elec- [77] Lundstrom E, Smits A, Borg J, Terent A. Four-fold increase
troencephalogr Clin Neurophysiol 1977;43:605. in direct costs of stroke survivors with spasticity compared
[53] Wartenberg R. Pendulousness of the legs as a diagnostic test. with stroke survivors without spasticity: the first year after
Neurology 1951;1:18–24. the event. Stroke 2010;41:319–24.
[54] Boczko M, Mumenthaler M. Modified pendulousness test [78] Rayegani SM, Shojaee H, Sedighipour L, Soroush MR, Bagh-
to assess tonus of thigh muscles in spasticity. Neurology bani M, Amirani OB. The effect of electrical passive cycling
1958;8:846–51. on spasticity in war veterans with spinal cord injury. Front
[55] Bajd T, Bowman B. Testing and modeling of spasticity. J Neurol 2011;2:39.
Biomed Eng 1982;4:90–6. [79] Noma T, Matsumoto S, Etoh S, Shimodozono M, Kawahira
[56] Bajd T, Vodovnik L. Pendulum testing of spasticity. J Biomed K. Anti-spastic effects of the direct application of vibratory
Eng 1984;6:9–16. stimuli to the spastic muscles of hemiplegic limbs in post-
[57] Stillman B, McMeeken J. A video-based version of the pen- stroke patients. Brain Inj 2009;23:623–31.
dulum test: Technique and normal response. Arch Phys Med [80] Murillo N, Kumru H, Vidal-Samso J, Benito J, Medina J,
Rehabil 1995;76:166–76. Navarro X, et al. Decrease of spasticity with muscle vibra-
[58] Lin CC, Ju MS, Lin CW. The pendulum test for evalua- tion in patients with spinal cord injury. Clin Neurophysiol
ting spasticity of the elbow joint. Arch Phys Med Rehabil 2011;122:1183–9.
2003;84:69–74. [81] Amelio E, Manganotti P. Effect of shock wave stimula-
[59] Le Cavorzin P. Le test pendulaire : sa place dans l’évaluation tion on hypertonic plantar flexor muscles in patients with
de la spasticité musculaire. [thèse pour l’obtention du Docto- cerebral palsy: a placebo-controlled study. J Rehabil Med
rat en Médecine]. Université de Rennes 1, 1996. 2010;42:339–43.
[60] Le Cavorzin P, Poudens A, Chagneau F, Carrault G, Allain [82] Ada L, Dorsch S, Canning CG. Strengthening interventions
H, Rochcongar P. A comprehensive model of muscle spasti- increase strength and improve activity after stroke: a syste-
city derived from the pendulum test of the leg. Muscle Nerve matic review. Aust J Physiother 2006;52:241–8.
2001;24:1612–21. [83] Robinson CJ, Kett NA, Bolam JM. Spasticity in spinal cord
[61] Le Cavorzin P, Hernot X, Bartier O, Carrault G, Chagneau F, injuried patients. 1- Short-term effects of surface electrical
Gallien P, et al. Évaluation de la mesure de la spasticité par stimulation. Arch Phys Med Rehabil 1988;69:598–604.
le pendulum test. Ann Readapt Med Phys 2002;45:510–6. [84] Ping Ho Chung B, Kam Kwan Cheng B. Immediate effect
[62] Levin MF, Hui-Chan C. Are H and stretch reflexes in hemi- of transcutaneous electrical nerve stimulation on spas-
paresis reproductible and correlated with spasticity? J Neurol ticity in patients with spinal cord injury. Clin Rehabil
1993;240:63–71. 2010;24:202–10.
[63] Lefaucheur JP. Évaluation électrophysiologique des boucles [85] Delwaide PJ, Olivier E, Fornarelli M. Les myorelaxants.
réflexes spinales potentiellement impliquées dans la spasti- Paris: Doin; 1989.
cité. Neurochirurgie 2003;49:205–14. [86] Lapeyre E, Kuks JB, Meijler WJ. Spasticity: revisiting the
[64] Ashby P, Mailis A, Hunter J. The evaluation of “spasticity”. role and the individual value of several pharmacological treat-
Can J Neurol Sci 1987;14:497–500. ments. Neurorehabilitation 2010;27:193–200.
[65] Bradstater ME, De Bruin H, Gowland C, Clarke BM. Hemi- [87] Faist M, Mazevet D, Dietz V, Pierrot-Deseilligny E. A quan-
plegic gait: analysis of temporal variables. Arch Phys Med titative assessment of presynaptic inhibition of Ia afferents in
Rehabil 1983;64:583–7. spastics. Differences in hemiplegics and paraplegics. Brain
[66] Remy-Neris O, Bouilland S, Bussel B. Analyse de la marche 1994;117(Pt6):1449–55.
spastique. Contribution du laboratoire d’analyse du mouve- [88] Delwaide PJ, Oliver E. Short-latency autogenic inhibition (IB
ment. Neurochirurgie 2003;49:215–25. inhibition) in human spasticity. J Neurol Neurosurg Psychia-
[67] Schasfoort FC, Bussmann JB, Stam HJ. Ambulatory measu- try 1988;51:1546–50.
rement of upper limb usage and mobility-related activities [89] Rémy-Néris O, Barbeau H, Daniel O, Boiteau F, Bussel B.
during normal daily life with an upper limb-activity monitor: Effects of intrathecal clonidine injection on spinal reflexes
a feasibility study. Med Biol Eng Comput 2002;40:173–82. and human locomotion in incomplete paraplegic subjects. Exp
[68] Uswatte G, Miltner WH, Foo B, Varma M, Moran S, Taub E. Brain Res 1999;129:433–40.
Objective measurement of functional upper-extremity move- [90] McLellan DL. Co-contraction and stretch reflexes in spas-
ment using accelerometer recordings transformed with a ticity during treatment with baclofen. J Neurol Neurosurg
threshold filter. Stroke 2000;31:662–7. Psychiatry 1977;40:30–8.

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 15


E – 26-011-A-10  Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas

[91] Norman KE, Pépin A, Barbeau H. Effects of drugs on walking [103] Bensmail D, Ward AB, Wissel J, Motta F, Saltuari L, Lissens
after spinal cord injury. Spinal Cord 1998;36:699–715. J, et al. Cost-effectiveness modeling of intrathecal baclofen
[92] Dietz V. Spastic movement disorder: what is the impact of therapy versus other interventions for disabling spasticity.
research on clinical practice? J Neurol Neurosurg Psychiatry Neurorehabil Neural Repair 2009;23:546–52.
2003;74:820–1. [104] Penn RD, Kroin JS. Intrathecal baclofen alleviates spinal cord
[93] Bes A, Eyssette M, Pierrot-Deseilligny E, Rohmer F, Warter spasticity. Lancet 1984;1:1078.
JM. A multi-centre, double-blind trial of tizanidine, a new [105] Lazorthes Y, Sallerin-Caute B, Verdie JC, Bastide R, Carillo
antispastic agent, in spasticity associated with hemiplegia. JP. Chronic intrathecal baclofen administration for control of
Curr Med Res Opin 1988;10:709–18. severe spasticity. J Neurosurg 1990;72:393–402.
[94] Eriksson J, Olausson B, Jankowska E. Antispastic effect of [106] Tendon reflexes, Washington University Neuroscience.
L-DOPA. Exp Brain Res 1996;11:296–304. http:/neuromuscular.wustl.edu/mother/reflex.html.
[95] Pinder RM, Brogden RN, Speight TM, Avery GS. Danro- [107] Van Der AJ. Physiologie humaine. New York: McGraw Hill,
lene sodium: A review of its pharmacological properties and Inc; 1989.
therapeutic efficacy in spasticity. Drugs 1977;13:3–23. [108] Peele TL. The neuroanatomic basis for clinical neurology.
[96] Dobkin BH, Landau WM, Sahrmann S, Thomas Thach W, New York: McGraw-Hill, Inc; 1961.
Simpson DM, Gracies JM, et al. Assessment: botulinum neu- [109] Kéravel Y, Sindou M. Vues anatomiques commentées de la
rotoxin for the treatment of spasticity (an evidence-based moelle. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Neurologie, 17-
review). Neurology 2009;73:736. 001-B-10, 1978.
[97] Kocabas H, Salli A, Demir AH, Ozerbil OM. Comparison [110] Fowler EG, Nwigwe AI, Ho TW. Sensitivity of the pendulum
of phenol and alcohol neurolysis of tibial nerve motor bran- test for assessing spasticity in persons with cerebral palsy.
ches to the gastrocnemius muscle for treatment of spastic foot Dev Med Child Neurol 2000;42(3):182–9.
after stroke: a randomized controlled pilot study. Eur J Phys [111] Gorley ME. A clinical overview of treatment decisions in the
Rehabil Med 2010;46:5–10. management of spasticity. Muscle Nerve 1997;6:S14–20.
[98] Groves L, Shellenberger MK, Davis CS. Tizanidine treatment [112] Babinski J. Contracture tendino-réflexe et contracture
of spasticity: a meta-analysis of controlled, double-blind, cutanéo-réflexe. Rev Neurol 1912;14:77–80.
comparative studies with baclofen and diazepam. Adv Ther
1998;15:241–51.
[99] Landau WM. Spasticity: The fable of a neurological demon Para saber más
and the emperor’s new therapy. Arch Neurol 1974;31:217–9.
[100] Rousseaux M, Buisset N, Daveluy W, Kozlowski O, Blond S. Spasticity: etiology, evaluation, management and the role of botu-
Long-term effect of tibial nerve neurotomy in stroke patients linum toxin type A. Muscle Nerve 1997;(Suppl. 6).
with lower limb spasticity. J Neurol Sci 2009;278:71–6. Pérennou D, Bussel B, Pélissier J. La spasticité – Problèmes en
[101] Deltombe T, Gustin T. Selective tibial neurotomy in the treat- médecine de rééducation no 40. Paris: Masson; 2001.
ment of spastic equinovarus foot in hemiplegic patients: a La neurochirurgie de la spasticité. Neurochirurgie 2003;(49).
2-year longitudinal follow-up of 30 cases. Arch Phys Med Didier JP. La plasticité de la fonction motrice. Paris: Springer; 2004.
Rehabil 2010;91:1025–30. Recommandations de bonnes pratiques – Traitements médicamen-
[102] Decq P. Les neurotomies périphériques dans le traitement teux de la spasticité. Afssaps; Juin 2009.
de la spasticité focalisée des membres. Neurochirurgie Le Cavorzin P. Introduction à la physiologie du contrôle moteur.
2003;49:293–305. Kinesither Scient 2007;474:7–21.

P. Le Cavorzin, Médecin chef de service, chercheur associé (philippe.lecavorzin@fsef.net).


Centre de rééducation fonctionnelle de Rennes-Beaulieu (Fondation santé des étudiants de France), 41, avenue des Buttes de Coesmes,
35700 Rennes, France.
Unité de recherche universitaire URU 425 « Noyaux gris centraux et comportements », CHU, Université de Rennes 1, 2, rue du Thabor, CS
46510, 35065 Rennes cedex, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Le Cavorzin P. Espasticidad muscular: situación actual y perspectivas.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física 2013;34(2):1-16 [Artículo E – 26-011-A-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

16 EMC - Kinesiterapia - Medicina física

También podría gustarte