Está en la página 1de 3

La dignidad como derecho

Los derechos para las personas han venido formándose desde que Ciro conquisto Babilonia. Desde
la declaración universal en el año 1948, esta permitió establecer 30 derechos fundamentales para
toda persona humana, los cuales permiten tener una mejor dignidad humana. Así mismo, todas las
personas tenemos los mismos derechos por esto no se puede discriminarse a nadie así sea,
católico, heterosexual, bisexual, etc. La dignidad supone que tenemos el derecho a ser nosotros
mismos y a sentirnos realizados, en donde manifiesta poder estudiar y ejercer cualquier profesión
sin importar el género o la raza.

Al convertirse la dignidad en un valor fundamental, no sólo para el individuo sino también para la
sociedad, los juristas la han consideran como el pilar principal de toda convivencia gregaria, siendo
en el ámbito de la doctrina donde se puede comprender lo que significa ser persona, portadora de
dignidad. Ello en virtud de que la dignidad humana “constituye una expresión del máximo respeto
y valor que debe otorgarse al ser humano en virtud de su condición humana”.

Por tal motivo, la dignidad humana se erige como principio de los valores de autonomía, de
seguridad, de igualdad y de libertad. Valores que fundamentan los distintos tipos de derechos
humanos. De ahí que “la dignidad humana sea el fundamento y la razón de la necesidad de esos
valores superiores, es la raíz última de toda su inclusión entre los valores superiores no es
metodológicamente correcta, puesto que éstos son los caminos para ser real y efectiva la dignidad
humana”.

En consecuencia, la dignidad se convierte en el atributo “de un ser racional que no obedece a


ninguna otra ley que la que él mismo se da”, como afirma (Kant, 1984, P 85). Por lo tanto, la
autonomía sirve como fundamento de la dignidad de la naturaleza humana o de toda naturaleza
racional. Así, “cuando algo tiene precio, en un lugar puede colocarse algo diferente como
equivalente; en cambio, aquello que está por encima de todo precio y, por tanto, no tiene ningún
equivalente, posee dignidad”, y la “persona no puede ser tratada como un medio, sino que tiene
que ser en todo momento utilizada al mismo tiempo como fin; en ello consiste la dignidad”.

En París, tras la segunda guerra mundial y al dar vida a uno de los que serían uno de los
documentos más importantes de la humanidad, como imaginaran, el gran triunfo de esta primera
declaración, es que se aceptó como universal y a partir de ella, han surgido todo tipos de
acuerdos, como el pacto internacional de derechos civiles y políticos (PIDCP), la Carta Social
Europea (CSE), o la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos (CAFDH).

Sin embargo, fuera de un marco legal importantísimo para la protección de todas las personas,
desde Ayuda en Acción somos muy conscientes del interés que una lista de derechos humanos
universales despierta y de la importancia de transmitir esa información de una forma cercana,
resumida y precisa.
Peces-Barba Martínez, Gregorio, Los Valores Superiores, Madrid, 1984

También podría gustarte