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ENSAYO SOBRE POBREZA, DESIGUALDAD SOCIAL Y

EMPRESAS EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE.

MARKETING INTERNACIONAL

YULLYS MARTELO NAVARRO

TUTOR:

ALBA LUCIA TORDECILLA ANAYA

FCULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, JURÍDICAS Y


ADMINITRATIVAS

ADMINISTRACIÓN EN FINANZAS Y NEGOCIOS


INTERNACIONALES

VI SEMESTRE (SEDE LORICA)

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

LORICA-CÓRDOBA

2021
POBREZA, DESIGUALDAD SOCIAL Y EMPRESAS EN AMERICA
LATINA Y EL CARIBE.

La pobreza extrema en América Latina alcanzará los mayores niveles en 20 años

por la crisis provocada por la pandemia.

En 2020, un 12,5% de la población de América Latina, 78 millones de personas,

sufrirán pobreza extrema. Son 8 millones más que en 2019.

La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la

región y, en la actualidad, “se vive un momento de elevada incertidumbre, en el

que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis”.

En total de personas pobres, ascendería a 209 millones a finales de 2020, 22 más

que el año anterior, situando la tasa de pobreza en el 33,7%, el mayor nivel en 12

años

La tasa de desocupación regional se ubicó en 10,7% al cierre de 2020, frente al

8,1% de 2019.

“En 2021, será necesario mantener las transferencias monetarias de emergencia

para continuar cubriendo las necesidades básicas y apoyar la recuperación”, dijo

Alicia Bárcenas, la secretaria ejecutiva de la CEPAL.

La desigualdad social se encuentra en el corazón de la Agenda 2030 para el

Desarrollo Sostenible. Para América Latina —la región más desigual del mundo—

la desigualdad social representa, además, un rasgo estructural y por tanto un

desafío fundamental. En respuesta al mandato conferido por los países

latinoamericanos y caribeños a la Comisión Económica para América Latina y el


Caribe durante la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina

y el Caribe celebrada en Lima en noviembre de 2015, el presente documento

profundiza en el análisis de la matriz de la desigualdad social en la región.

El análisis se centra en algunos de los principales ejes que estructuran la

desigualdad social (el género, la pertenencia étnico-racial, la edad o etapa del

ciclo de vida y el territorio), con el fin de ilustrar su peso en la magnitud de las

brechas de desigualdad, en su permanencia y en su reproducción. Con frecuencia,

las múltiples dimensiones de la desigualdad se encadenan, entrecruzan y

potencian entre sí, afectando particularmente a determinados grupos de población.

Para seguir avanzando en el desarrollo sostenible de los países, es necesario

reconocer y mejorar el diagnóstico de las múltiples dimensiones.

En este cuarto Informe Especial elaborado por la Comisión Económica para

América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la evolución y los efectos de la

pandemia de la COVID-19 en América Latina y el Caribe el análisis se centra en

los efectos de la pandemia en la estructura productiva y empresarial de los países

de la región cuyas debilidades se han originado a lo largo de décadas y que se ha

visto fuertemente golpeada por la actual coyuntura.

Antes de la pandemia, la estructura productiva de la región presentaba una gran

heterogeneidad estructural que limitaba seriamente las posibilidades de desarrollo

económico. La pandemia ha vuelto más evidente estas debilidades y ha

amplificado las tensiones económicas, sociales y ambientales. En el ámbito

productivo, la coyuntura plantea la urgencia de mitigar la destrucción de las

capacidades, sin olvidar la necesidad de aumentar de manera sostenida la


productividad, generar encadenamientos productivos e incrementar el aprendizaje

y la generación y difusión de innovaciones.

En este contexto, la industria adquiere una importancia estratégica y un rol

protagónico en el proceso de crecimiento y en el cambio de la matriz productiva.

Para ello, se requieren políticas para modificar la estructura productiva, es decir,

incentivos distintos de los que prevalecen en la actualidad para que las empresas

privadas, junto con el Estado, realicen las inversiones necesarias para diversificar

la estructura económica, garantizar un proceso continuo y estable de crecimiento y

evitar retrocesos sociales y ambientales.

En conclusión, El mercado de trabajo en América Latina presenta elevadas tasas

de desempleo entre los pobres, las mujeres y los jóvenes. Aunque los datos de

CEPAL (2008: 25) muestran que las tasas de desempleo en el decir más pobre de

los hogares bajaron del 30,2% al 23,8% en el periodo 2002-2006, la brecha con el

decir más rico aún supera los 20 puntos porcentuales. Esta reducción en el

desempleo urbano no ha modificado las diferencias entre hombres y mujeres,

manteniéndose elevadas en el caso de las mujeres. En el caso de los jóvenes, el

desempleo mostró una disminución pronunciada entre 2002 y 2006, pero aún

continúa siendo superior al de otros grupos etéreos. Asimismo, los datos ponen en

evidencia la existencia de situaciones de precariedad laboral extendidas: puestos

de trabajos insertos en sectores de baja productividad, mala calidad, bajas

remuneraciones y caracterizados por la inestabilidad laboral y la falta de acceso a

los sistemas de seguridad social. Los datos de la CEPAL nos acercan al

panorama de las carencias materiales que sufren muchos latinoamericanos. Sin


embargo, la pobreza es un problema social complejo que abarca otras

dimensiones que superan la dimensión material para la reproducción de la vida

cotidiana. A continuación, expondremos los enfoques que en la actualidad

contribuyen a la conceptualización, definición y medición de la pobreza (PNUD,

2000). Cada uno de ellos recupera diferentes dimensiones del fenómeno y

constituyen un buen punto de partida para dar cuenta de sus complejidades.

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