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Temas:

1. Ritmo y hamacado de Sacro.


2. Ritmo y hamacado de Lumbar.
3. Ritmo y hamacado de Dorsal.

Ritmo de la respiración con la persona a tratar, colocando ambas manos


sobre su espalda escuchamos su respiración el tiempo necesario hasta
sincronizar el ritmo de respiración.

Hamacado de Sacro, nos colocaremos en Seiza (o bien de una manera


cómoda para poder hamacar con todo nuestro cuerpo) de manera lateral
a la persona, colocaremos una mano en la parte dorsal alta y la otra en el
Sacro, comenzando el hamacado (el ritmo de hamacado debe estar
sincronizado entre ambas manos y no se debe cortar el flujo en ningún
momento).

Luego de este hamacado inicial de un par de minutos, procedemos a


sacar la mano que esta ubicada en el Sacro, llevándola y acompañando el
ritmo de hamacado de la otra mano, la colocaremos a la par de la mano
que esta ubicada en la parte alta dorsal, allí se continua con el hamacado
y poco a poco la mano que ubicamos se ira alejando siguiendo el ritmo
de hamacado de la mano fija en la parte dorsal alta. Hasta llegar
nuevamente al Sacro, una vez allí, esta tomara el rol principal de
hamacado y marcará el ritmo, mientras que la mano que esta ubicada en
la parte dorsal alta, comenzara a cercarse al Sacro paso a paso. Es
importante no perder el ritmo y simetría de la mano que en ese momento
dirige el hamacado. Una vez llegada al Sacro, la mano se ira alejando
poco a poco hasta llegar a la espalda media, una vez allí, esta tomara el
rol de hamacado esperando el acercamiento de la mano que estaba
ubicada en el Sacro. Cuando ambas manos se encuentren hamacando en
la parte media de la espalda, ambas manos se Irán alejando (aquí cabe
destacar que hasta este momento el hamacado a nivel tacto era mas
profundo en cuanto a tejido corporal, ahora se pasará al hamacado con
tacto menos profundo escuchando la piel y el tejido mas superficial), este
alejamiento se dirige al Sacro y al Cráneo respectivamente, a medida que
se van acercando, el contacto de las manos mediante el hamacado se ira
despegando de la profundidad de tacto hasta ir perdiéndose por sobre el
eje de la persona a tratar, como una manera de desvanecer el hamacado
de manera suave.

4. Ritmo y hamacado de piernas.

Mientras una mano marca el ritmo de hamacado ubicada en el Sacro, la


otra irá recorriendo a una pierna a la vez desde el glúteo hacia el tobillo
sin perder la sincronización de la mano ubicada en el Sacro, una vez
completadas ambas piernas, la mano que estaba ubicada en el Sacro,
pasara a acompañar el hamacado con ambas manos comenzando en el
glúteo hasta llegar a los tobillos y continuará mas allá de la línea de los
tobillos desvaneciéndose, cuando ambas manos van llegando al tobillo la
profundidad del tacto de las manos que se acercan al tobillo se ira
haciendo cada vez menos, escuchando el hamacado de la piel y tejidos
mas externos, hasta desvanecer en sentido lineal a la dirección de los
pies y mas allá de ellos.

5. Presión en pies con rodillas y manos.


Presión con manos. Ubicando los puños sobre las plantas de ambos pies,
desde tres puntos de presión primero metatarso luego un poco mas al
centro y luego justo debajo del talón casi en el centro de la planta del
pie. La presión se realiza con todo el cuerpo y se hacen tres entradas por
punto.

Presión con rodillas, ubicamos nuestras rodillas sobre los metatarsos, y


apoyamos los puños en el centro entre ambos pies y en el suelo, para no
descargar todo el peso, en el caso de que la persona a tratar no sea de
gran contextura física. La presión va de gradual menor a mayor
intensidad utilizando el cuerpo. Cuando salimos de la posición de presión,
para no descargar directamente el peso en los pies de la persona a tratar,
utilizamos los puños apoyados en el suelo para darle cada vez menos
peso a las rodillas y así no dañar a la persona a tratar.

6. Presión en piernas con palmas y


7. Presión en glúteos con palmas, rodillas o codos.
Presión en piernas con palmas abarcan tres lugares a presionar que son
pantorrillas, muslos y glúteos. Se realizan una mano en cada pierna al
mismo tiempo, mientras ejercemos presión con el cuerpo, si la contextura
física es mayor, se puede utilizar una presión mas intensa utilizando
codos o bien las rodillas.
No olvidar colocar un soporte debajo de los empeines de la persona a
tratar, puede ser almohada o bien una colchoneta doblada.
No olvidar que no se debe ejercer presión detrás de las rodillas donde
están comprometidos los ligamentos cruzados.

8. Flexión de piernas, rotación y estiramiento.


Nos colocaremos lateralmente y tomaremos un pie a la vez desde el
tobillo, flexionando levemente la pierna de la persona a tratar, realizamos
rotación de tobillos, puede ser tomando primero el tobillo luego la planta
del pie y luego los dedos, tres veces giramos para cada lado. Luego
tomamos con ambas manos desde el tobillo y sacudimos suavemente
para aflojar el mismo.
Luego tomaremos desde el tobillo y llevaremos el talón de manera lineal
hacia los glúteos (notar que sea de manera lineal, si denota una
desviación de la pierna cuando nos acercamos al glúteo, es evidencia de
un error en las rodillas, llevarlo de manera lineal corregirá gradualmente
ese error). “Aquí hay que llevar los talones de manera suave y
entendiendo la resistencia de elongación dependiendo a la persona a
tratar, no es lo que podemos hacer de técnica, si no mas bien lo que la
persona a tratar necesita.”
Una vez corregida la rodilla, procedemos a llevar, tomando desde el
empeine con una mano y la otra colocada en la parte de atrás de la
rodilla, la planta del pie hacia el glúteo, siempre suavemente hasta notar
la capacidad máxima de elongación de la persona a tratar. Se realiza tres
veces por cada pierna. Luego se repite el procedimiento pero esta vez, se
tomara desde la planta del pie y flexionando los dedos del pie hacia
fuera, llevando el talón hacia el glúteo, mientras la otra mano se ubica
detrás de la rodilla. Antes de este ultimo procedimiento, en el instante
que tomamos la planta del pie y doblamos los dedos del pie hacia fuera,
podemos tomar con ambas manos, llevando la mano libre y colocando en
el talón, para ayudar a abrir de adentro hacia fuera todo el pie a modo de
flor que se abre, también es recomendable tomar los dedos de los pies
con los dedos de las manos y estirarlos de manera que puedan hacer
ruido. Seguido de estas dos flexiones de pierna y dedos de los pies. Se
procede a realizar un tercer flexión colocándonos también lateralmente
con la parte omote de la mano tomar contacto con el empeine y llevarlo
hasta el glúteo, soltar y dejar que el efecto rebote estire la pierna de
manera inercial, atrapando con la otra mano la pierna, para volver a
repetir el movimiento, esto se realiza tres veces. Una vez terminado el
procedimiento tomamos con ambas manos del tobillo, ubicándonos en
los pies de la persona a tratar, y estiramos levemente notando solo el
leve movimiento de desprendimiento de cadera, no debemos arrastrar la
espalda en el suelo, eso ya es demasiado arrastre, solo notar
desprendimiento de cadera, utilizando nuestro kamae y peso para el
estiramiento. Luego flexionamos ambas piernas y llevamos las plantas de
los pies que toquen los glúteos o bien el estiramiento que permita la
elongación de la persona a tratar tres veces. La primera se mide hasta
donde puede llegar la elongación cuando tomamos ese lugar, volvemos y
repetimos tres veces hasta ese lugar. Seguimos cruzando amabas piernas
y llevando nuevamente la planta del pie hacia los glúteos, aquí se notará
que la canilla ejerce presión también sobre las pantorrillas, es bueno para
trabajar la tensión. Si las pantorrillas están tensionadas la espalda lo
estará igual. Se realiza tres veces y luego se cambia de cruzamiento, la
pierna que con la canilla ejercía presión sobre la pantorrilla pasará a
recibir presión intercambiando los roles. Luego de esta flexión, se pasa a
rotar en sentido horario tres veces y antihorario tres veces, siempre con
las piernas cruzadas, se puede también cambiar entrecruzamientos,
realizando la rotación completa.

9. Presión en espalda con palmas.


Nos posicionamos con un pie, como ejemplo: el pie izquierdo sobre el
lado izquierdo de la cabeza de la persona a tratar (este hasta aquí
siempre boca abajo). Mientras que colocamos nuestra rodilla derecha en
el suelo, con el centro del peso del cuerpo preparado para realizar la
presión en la espalda con palmas (la posición es la misma que utilizamos
para alongar al inicio). Aquí nos sincronizamos con la persona a tratar y
exhalamos cuando ejercemos presión. Se efectúa presión primero en la
parte dorsal alta luego en la parte media lumbar y en la parte baja
lumbar con ambas manos desde dos centímetros de la columna y hacia el
lado opuesto del lugar donde estamos posicionados. Es decir que, si
colocamos el pie izquierdo en el lado izquierdo de la cabeza de la persona
a tratar por sobre su hombro derecho, ejerceremos presión en el lado
izquierdo de la persona a tratar, y luego cambiaremos nuestro
posicionamiento para su lado izquierdo a tratar. Se presiona suavemente
de manera vertical, esta verticalidad nos va a sacar apenas hacia fuera, al
lateral como queriendo separar la espalda de la columna, lado dorsal.
También se hace presión con las palmas en el sacro o bien la zona del
sacro, sobre glúteos. El orden de la presión es primero, presión con las
palmas de manera doble (ambas manos), segundo cruzado, apoyando
una mano en la cadera y otra en el dorsal opuesto y por ultimo presión
palmar en los laterales sobre los glúteos (y cresta iliaca). Las manos
cuando realizamos la presión cruzada se dirigen hacia las diagonales
donde ejercemos presión en dirección del eje paralelo al piso mas allá del
lugar del punto de presión y nuestro cuerpo va con su peso hacia el
centro de la persona a tratar.
10. Presión en brazos con palmas.
11. Rotación de brazos y hombros.
Se ejerce presión con las palmas sobre los hombros con el peso del
cuerpo y suavemente y luego se rota hacia fuera tres veces.
12. Drenaje con aceite en espalda.
Primero debemos seleccionar el aceite indicado para masajes de espalda,
tener recaudos, colocar el aceite en la mano mientras esta, se encuentra
apoyada levemente (Nagare del brazo) en la espalda de la persona a
tratar mientras que con la otra mano vierten un poco de aceite, la
cantidad dependerá de la contextura física de la persona a tratar. Una
vez colocado, se cierra el recipiente y se coloca a un costado, siempre
debe tomarse el cuidado de dejar el recipiente cerrado por que es muy
común que lo tire de manera accidental el masajista o bien la persona a
tratar.

a. Se esparce el aceite en toda la espalda suavemente y de manera


ligera, colocados del lado de la cabeza de la persona a tratar, en
Seiza,
b. bajamos hasta la cintura y comenzamos a subir recorriendo la
columna dibujando el infinito con ambas manos
c. cuando llegamos al cuello, bajaremos nuevamente hasta la cintura
surcando con ambos pulgares, los laterales de la columna desde
ambos lados esto se realiza la cantidad de veces que sean
necesarias para circulación en la espalda
d. nos posicionamos de manera lateral con respecto a la persona a
tratar y con ambas manos se ejerce presión en toda la espalda del
lateral opuesto, pueden ir ambas manos a la par sincronizadas o
bien una tras otra paralelamente dirigiéndose hacia el costado y
hacia fuera.
e. Abriendo. Con ambas manos juntas y apoyadas separamos las
mismas ejerciendo presión suave y ligera, a modo de Shuto
produciendo un alejamiento entre ambas manos
f. Con ambas manos realizaremos la tracción de atraer el lado costal
hacia la columna llevando las manos una tras otra como elevando
la parte lateral hacia el centro, es realizar el inverso del punto d.
g. Nos volvemos a posicionar en la cabeza, ejercemos presión sobre
los trapecios (a modo de shuto) continuamos por los hombros,
brazos y dirigimos el peso recorriendo ambos brazos hasta llegar a
los dedos (estos están con la palma mirando hacia arriba) de
manera fluida y continua sin dejar el contacto, subimos por los
glúteos y recorriendo la columna dibujando el infinito hasta llegar
al trapecio para volver a comenzar, esto se realiza la cantidad de
veces que sea necesaria.
  

1. Estiramiento de pierna desde talón. (Boca arriba)


a. Colocamos la palma de la mano debajo del talón de la persona a
tratar y con el antebrazo ejercemos presión leve y suavemente
hasta llegar a la elongación de la persona a tratar la punta de su
pie se dirige en sentido hacia su cintura, no se debe elevar el talón
del suelo, no hay espacios libres entre el suelo, nuestra mano y el
talón cuando se efectúa este procedimiento.
b. Tomamos el talón desde el tobillo doblando ligeramente la
rodilla de la persona a tratar, rotación horaria, rotación
antihorario tres veces.
c. Luego tomamos el talón desde el tobillo y procedemos a
estiramiento con nuestro propio peso notando el
estiramiento observando el leve desprendimiento de la
cadera, comprobando el movimiento de caderas cuando
soltamos podemos ver fallas dependiendo la oscilación del
bamboleo.
2. Rotación de cadera y estiramiento de Sacro iliacos.
a. Seguidamente llevamos su rodilla hacia su abdomen flexionando
utilizando nuestra postura de elongación con una rodilla sobre el
suelo pasando el peso de manera controlada hacia su centro,
respetando la flexibilidad de la persona a tratar
b. Una vez realizado dejamos caer su rodilla levemente hacia
fuera que se apoye en nuestra pierna que esta con un pie
sobre el piso, su rodilla se apoyara en nuestro muslo lado
interno
c. A partir de ahí procedemos a realizar la rotación hacia fuera
tres veces y luego rotación hacia dentro tres veces
d. Cuando se llega a la tercer rotación hacia adentro, se lleva
de manera suave y ligera la rodilla hacia el suelo lado
opuesto, mientras colocamos la palma de nuestra mano lado
omote, sobre el hombro de la misma pierna
e. Se puede variar colocar la palma en el hombro, pectoral (en
el caso de que la persona a tratar sea masculina) en
butsumetsu o bien en todo el costado dorsal
f. También se puede utilizar el brazo elevándolo y estirándolo
hacia arriba a 45 grados.
3. Estiramiento de ambas piernas desde talones.
Estiramos ambas piernas desde los talones con el peso del cuerpo
despegando levemente las caderas suave sin arrastrar la espalda ni
cabeza. Llevamos suavemente ambas piernas a 90 grados del
suelo y aflojamos sacudiendo levemente, luego vamos sacudiendo
bajando suavemente y gradualmente ángulo a ángulo hasta quedar
las piernas completamente sobre el suelo nuevamente.
4. Hamacado desde pelvis.
Simple colocamos las palmas sobre las crestas iliacas, hamacado suave
de un lado hacia otro.
5. Estiramiento de brazos y rotación.
a. posicionados desde un lateral la rodilla nuestra mas cercana a la
persona a tratar se encuentra en el suelo, mientras que el pie de la
otra pierna esta apoyado sobre el piso.
b. Con la mano del lado donde nuestra rodilla se posa en el
suelo, tomamos la mano desde la muñeca, de la persona a
tratar y estiramos levemente hacia nuestra espalda
suavemente y ligeramente
c. De esa posición continuamos la rotación hacia arriba
dirigiéndonos hacia la cabeza de la persona a tratar con su
brazo estirado (se puede observar si hay problemas en los
codos o bien anomalías, ya que el estiramiento no es total y
de presentar leve flexión en el codo, tendinitis problemas en
los brazos etc.)
d. A partir de esa posición nos elevamos lentamente llevando
la mano de la persona a tratar hacia arriba formando un
ángulo de 90 grados del brazo de la persona con respecto al
suelo, el estiramiento suave se siente en todo momento
elevando los hombros producimos el estiramiento
e. Se puede sacudir suave y de manera ligera durante el
estiramiento recto.
6. Presión con palmas en hombros con hamacado.
Se inicia con hamacado de hombros, apoyando ambas manos en
hombros de manera suave y fluida.
Luego se procede a realizar presión con palmas, colocando una mano en
un hombro y la otra en la cadera (cresta iliaca) contraria al hombro
seleccionado, utilizando el peso corporal desde el centro.
7. Estiramiento lateral de cuello.
Primero se realiza el estiramiento lateral de un lado y del otro, hay que
tener como punto de referencia, la nariz de la persona a tratar, esta no
debe cambiar el ángulo (90 grados con respecto al suelo), mientras se
realiza el estiramiento lateral.
Segundo se procede al estiramiento Rotando el mentón hacia los
hombros de manera controlada y suavemente.
Tercero se coloca una mano entre el cuello y el trapecio a modo de tope
de seguridad para no sobre exigir la articulación mientras que con la otra
mano presionamos para el estiramiento.
CV4 (compresión del cuarto ventrículo) *

Técnicas para la modificación del ritmo craneosacro


Hasta el momento se ha practicado la palpación de
movimientos y ritmos fisiológicos, teniendo cuidado de no
interferir con sus actividades normales. El propósito ha
sido estudiar y aprender del cuerpo en su estado natural de
reposo pero dinámico. Hemos aprendido que la práctica
del tacto por parte del examinador (o mejor dicho el
«descubridor») confiere seguridad al practicante. No debe
haber amenaza a la que el cuerpo del sujeto pueda
responder mediante rigidez refleja de la musculatura, sea
consciente o inconsciente.
Ahora deberás familiarizarte y tener experiencia en el uso
de técnicas que modificarán la actividad rítmica del
sistema craneosacro. Los fines no son otros que el
descubrimiento, diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
Comparadas con la palpación que has aprendido hasta el
momento, las técnicas que modifican el ritmo craneosacro
pueden parecer bastante invasivas; sin embargo,
comparadas con las técnicas manipulativas empleadas
ordinariamente por médicos y terapeutas, estas técnicas
siguen siendo muy suaves. Se trata de engañar al sistema
craneosacro, no de maltratarlo, aturdirle ni asustarlo. Hay
que aproximarse como harías con un niño tímido o un
animal del que quieres ganarte la confianza. No hay que
forzar el sistema craneosacro a que haga movimientos que
no sean fisiológicos. El objetivo es simplemente impedir
que retorne de un movimiento extremo por la vía usual, y
animarlo a que halle una ruta nueva. Este descubrimiento
encubierto de nuevas rutas introduce una movilidad
añadida al sistema y a su reserva de movimientos.

EL CV4
Esta manipulación tiene su gran importancia y la
realizaremos dos o tres veces en una sesión de terapia
cráneo-sacral, pues será la primera manipulación a realizar
y la última en cada sesión. Nos sirve para activar el
movimiento de la sincondrosis esfeno-basilar y por tanto
de todo el sistema cráneo-sacral y también nos es de
utilidad para al acabar la sesión dar un mensaje de guardar
todos los nuevos datos fisiológicos ocurridos en la sesión
en la memoria central del cerebro.
Vamos ha hacer el CV4  craneal. 
El occipital caerá sobre el triángulo que forman los
pulgares con las eminencias tenares de nuestras dos manos
juntas como indica en el dibujo. Es importante que el
occipital caiga perfectamente en su sitio. Si apoyamos un
poco más hacia arriba podremos pillar las dos suturas del
occipital con los parietales y no podremos hacer
correctamente el CV4. 
Tampoco podremos tener las manos muy abiertas, porque
si no podremos coger los huesos temporales. Hay que ser
muy preciso y el occipital se queda en dos puntos de
apoyo en las eminencias tenares de los pulgares, lo demás
está en el aire. La mano se tiene que fundir con los tejidos
del paciente energéticamente hablando. 
También podemos escuchar el ritmo craneal en los
mastoides. Aquí tengo que sentir el movimiento de
descenso, de ascenso(flexo-extensión), pero también tiene
un movimiento de apertura lateral de ensanchamiento, en
donde los mastoides se acercan y se separan. Podemos
sentir estos movimientos en nuestros codos o tríceps.  
En la flexión la cabeza se llena y crece por los lados y el
occipital se estira lateralmente.
Después cuando está en la fase de vaciado al final de esta
fase hacemos el bloqueo, evitando el llenado. Es con la
intención y la concentración, como realizamos el bloqueo
de la fase de llenado. El occipital al no poder llenarse va
ha empezar el borboteo y luego vendrá el punto de parada
o punto de quietud, o Still Point. Después de realizar estos
pasos volverá el ritmo con toda  su belleza y amplitud.
Estos pasos nos pueden costar varios minutos entre dos o
tres hasta diez o veinte dependiendo del tipo de lesión.
Tambien podemos decir que según vamos progresando
con el paciente las sesiones serán mas cortas y más
efectivas.
El aquietamiento del ritmo craneosacral es un proceso
natural y se da por sí solo como un mecanismo de
autorregulación. Por ello es habitual en consulta,
reconocer cómo se detiene espontáneamente sin ninguna
intervención por parte del facilitador. Este sistema es tan
sensible que responde con suma facilidad a la interacción,
ya que, con frecuencia, basta con empezar a pensar o
sentir, que podría ser apropiado invitar a un punto de
quietud, para que éste, se de por sí solo. 
CV4 es una de las formas clásicas desarrolladas por el Dr.
Sutherland para favorecer un punto de parada
Para conseguir dicha posición, se puede pedir al cliente
que levante ligeramente la cabeza con el fin de colocar las
manos de la forma especificada bajo ésta.

Conviene poner atención en que no se relajen en exceso


las manos durante la práctica, pues de sí, éstas se pueden
abrir por el peso craneal y el apoyo podría pasar del
occipital al temporal lo que podría ser contraproducente. 
Desde la posición explicada, prestad atención al
movimiento del occipital en respuesta al MRP y
acompañad con suavidad la fase de extensión, rotación
interna, exhalación, en la que se podrá percibir cómo se
estrecha lateralmente el occipital comprimiendo el 4°
ventrículo. Cada ciclo de rotación interna se acompaña
hasta el límite de su movimiento. Y, con la intención y la
suave presión de las manos, se le va invitando a que se
produzca un aquietamiento al final del mismo. Si el
occipital empuja hacia la rotación externa se debe
dificultar su movimiento, volviendo a invitar a la quietud
al final de la siguiente fase del estrechamiento lateral,
hasta percibir su aquietamiento. 
En este punto es frecuente notar cómo se profundiza la
respiración del cliente y se adentra en un estado de mayor
relajación a todos los niveles, e incluso suele ser frecuente
el que se duerma. También pueden darse pequeños ajustes
posicionales en los huesos craneales o en los músculos del
cuello conforme se ahonda en la quietud.
Desde cualquier parte del cuerpo se puede pedir una
parada del MRP y después de ésta retornará con mejor
calidad y fuerza. La sensación de bienestar se puede notar
a los pocos minutos de realizar esta maniobra.
También se puede considerar cualquier parada o
aquietamiento como una necesidad neurológica para que
el circuito haga un réset  e imponga las nuevas tensiones
reciprocas mejoradas en su software biológico. Vamos
parecido a cuando se cuelga un ordenador al acoplar
nuevos programas  o requiere de apagar y volver a
encender para interiorizar los nuevos cambios.
Abajo tenemos la explicación del doctor John Upledger
sobre el CV4
LA TÉCNICA DE CV-4
El punto de quietud alcanzado mediante la aplicación de la
técnica sobre el occipital del sujeto se llama
tradicionalmente técnica de «CV-4». CV-4 supone la
compresión del cuarto ventrículo. En este caso, el cuarto
ventrículo es el ventrículo del cerebro. El doctor
Sutherland, creador de esta técnica (SUTHERLAND,
1939), creía que estaba comprimiendo el cuarto ventrículo
del cerebro y, por tanto, influía en los centros nerviosos
vitales localizados en éste y en las paredes del ventrículo.
La escama del occipital permite la acomodación a la
presión cambiante del líquido intracraneal. La técnica de
CV-4 reduce de modo significativo la capacidad de
acomodación de las escamas. La presión hidráulica del
líquido intracraneal aumenta, por tanto, y se reconduce a
lo largo de todas las otras vías disponibles cuando el
movimiento de la escama del occipital se restringe
extrínsecamente. En consecuencia, la técnica de CV-4
favorece el movimiento del líquido y su intercambio. La
mejora del movimiento del líquido siempre es beneficiosa
excepto en casos de hemorragia intracraneal en que la
formación de trombos mejora con la estasis, y en casos de
aneurisma cerebral en los que el cambio de la presión
intracraneal podría causar una fuga o una rotura.
La técnica de CV-4 afecta la actividad del diafragma y el
control autónomo de la respiración, y parece relajar el tono
del sistema nervioso simpático en un grado significativo.
He empleado a menudo esta técnica para reducir la
hipertonía simpática crónica de pacientes estresados.
Siempre se espera
una mejoría funcional vegetativa como resultado de la
inducción del punto de quietud.
Clínicamente, esta técnica es beneficiosa en casos en que
lo indicado es una técnica de bombeo linfático
(MAGOUN, 1978). Se ha conseguido bajar la fiebre hasta
4" F en 30-60 minutos. Relaja todos los tejidos
conjuntivos del cuerpo y, por tanto, es beneficiosa para las
lesiones musculosqueléticas agudas y crónicas. Es eficaz
en los procesos artríticos degenerativos, tanto para la
congestión cerebral como pulmonar, para regular los
dolores del parto y como medio para reducir el edema
postural.
La técnica de CV-4 es un tratamiento en perdigonada muy
sencillo para multitud de problemas, porque mejora el
movimiento hístico e hidráulico, y restablece la
flexibilidad de la respuesta vegetativa.
Como terapeuta, forma un cuenco con las manos de modo
que los pulgares formen una V. El vértice de la V formada
por los pulgares debe hallarse a nivel de las apófisis
espinosas de las vértebras cervicales II y III. Las
eminencias tenares se posan sobre la escama del occipital,
media
les y evitando por completo las suturas
occipitomastoideas 
A medida que se estrecha el occipital del sujeto durante la
fase de extensión del ciclo del sistema craneosacro, este
movimiento es seguido por las eminencias tenares.
Cuando el occipital del sujeto trate de ensancharse durante
la fase de flexión del ciclo craneal, deberás oponer
resistencia a este proceso de ensanche. Las manos quedan
inmóviles y no ejercen presión alguna. A medida que se
produce el estrechamiento del occipital durante la fase de
extensión, se alcanzará el límite articular siguiendo el
estrechamiento del occipital. Se opone de nuevo
resistencia al ensanchamiento del occipital durante la fase
de flexión del movimiento del sistema craneosacro. Este
procedimiento se repite hasta que el ritmo craneal se
reduzca y desorganice, terminando por detenerse,
temporalmente pero por completo.
Cuando se produzca esta detención del ritmo craneal, se
habrá inducido el punto de quietud. Éste se mantendrá
durante un número variable de segundos o minutos.
Cambiará la respiración del sujeto, y a menudo aparecerá
una ligera transpiración en la frente. Se observará una
relajación apreciable del cuerpo.
A1 cabo de unos minutos, se apreciará que el occipital del
sujeto trata una vez más de dilatarse en la fase de flexión
del ciclo rítmico del sistema craneosacro. Cuando notes un
movimiento bilateral fuerte y concertado, deja de oponer
resistencia. Sigue este ensanchamiento y evalúa la
amplitud y simetría del ritmo craneosacro.
También puede inducirse un punto de quietud en cualquier
parte de la cabeza del sujeto aplicando los mismos
principios de seguimiento del movimiento hasta su
extensión extrema, y oponiendo resistencia a la vuelta a la
posición neutra hasta que se interrumpa temporalmente la
actividad rítmica.
Autor: John Upledger

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