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EL CV4
Esta manipulación tiene su gran importancia y la
realizaremos dos o tres veces en una sesión de terapia
cráneo-sacral, pues será la primera manipulación a realizar
y la última en cada sesión. Nos sirve para activar el
movimiento de la sincondrosis esfeno-basilar y por tanto
de todo el sistema cráneo-sacral y también nos es de
utilidad para al acabar la sesión dar un mensaje de guardar
todos los nuevos datos fisiológicos ocurridos en la sesión
en la memoria central del cerebro.
Vamos ha hacer el CV4 craneal.
El occipital caerá sobre el triángulo que forman los
pulgares con las eminencias tenares de nuestras dos manos
juntas como indica en el dibujo. Es importante que el
occipital caiga perfectamente en su sitio. Si apoyamos un
poco más hacia arriba podremos pillar las dos suturas del
occipital con los parietales y no podremos hacer
correctamente el CV4.
Tampoco podremos tener las manos muy abiertas, porque
si no podremos coger los huesos temporales. Hay que ser
muy preciso y el occipital se queda en dos puntos de
apoyo en las eminencias tenares de los pulgares, lo demás
está en el aire. La mano se tiene que fundir con los tejidos
del paciente energéticamente hablando.
También podemos escuchar el ritmo craneal en los
mastoides. Aquí tengo que sentir el movimiento de
descenso, de ascenso(flexo-extensión), pero también tiene
un movimiento de apertura lateral de ensanchamiento, en
donde los mastoides se acercan y se separan. Podemos
sentir estos movimientos en nuestros codos o tríceps.
En la flexión la cabeza se llena y crece por los lados y el
occipital se estira lateralmente.
Después cuando está en la fase de vaciado al final de esta
fase hacemos el bloqueo, evitando el llenado. Es con la
intención y la concentración, como realizamos el bloqueo
de la fase de llenado. El occipital al no poder llenarse va
ha empezar el borboteo y luego vendrá el punto de parada
o punto de quietud, o Still Point. Después de realizar estos
pasos volverá el ritmo con toda su belleza y amplitud.
Estos pasos nos pueden costar varios minutos entre dos o
tres hasta diez o veinte dependiendo del tipo de lesión.
Tambien podemos decir que según vamos progresando
con el paciente las sesiones serán mas cortas y más
efectivas.
El aquietamiento del ritmo craneosacral es un proceso
natural y se da por sí solo como un mecanismo de
autorregulación. Por ello es habitual en consulta,
reconocer cómo se detiene espontáneamente sin ninguna
intervención por parte del facilitador. Este sistema es tan
sensible que responde con suma facilidad a la interacción,
ya que, con frecuencia, basta con empezar a pensar o
sentir, que podría ser apropiado invitar a un punto de
quietud, para que éste, se de por sí solo.
CV4 es una de las formas clásicas desarrolladas por el Dr.
Sutherland para favorecer un punto de parada
Para conseguir dicha posición, se puede pedir al cliente
que levante ligeramente la cabeza con el fin de colocar las
manos de la forma especificada bajo ésta.