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FEMINICIDIO

POSIBLES TITULOS

A. El feminicidio como problema social y el impacto que marca en las generaciones futuras.
B. La dominación masculina y su relación con el incremento de violencia de genero.
C. Medidas de protección para salvaguardar la integridad de las mujeres y reducir las víctimas
de violencia y feminicidio.

CONCEPTOS
FEMINICIDIO:

La expresión femicide fue usada por primera vez por Diana Russell en el Tribunal
Internacional sobre Crímenes contra las Mujeres celebrado en Bruselas, en 1976. Luego, en
1990 junto con Jane Caputi publica el artículo Femicide: Speaking the Unspeakable en la
revista Ms. (septiembre/octubre, 1990)

El feminicidio se refiere al asesinato de una mujer por el hecho de serlo, el final de un


continuum de violencia y la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal. Este
fenómeno ha sido clasificado según la relación entre víctima y victimario en cuatro
categorías: i) Feminicidio de pareja íntima, ii) Feminicidio de familiares, iii) Feminicidio por
otros conocidos y iv) Feminicidio de extraños, todos estos atravesados por las diferentes
opresiones que viven las mujeres día a día. El feminicidio hace parte de las múltiples y
complejas violencias contra las mujeres, y no puede entenderse sólo como un asesinato
individual, sino como la expresión máxima de esa violencia, en la que el sometimiento a los
cuerpos de las mujeres y extinción de sus vidas tiene por objetivo mantener la discriminación
y la subordinación de todas.

LA DESIGUALDAD DE GÉNERO:

Según el modelo ecológico, hay varios factores que influyen en la probabilidad de sufrir
violencia o violencia extrema. Estos factores representan el nivel de desigualdad de género –
como los avances de las mujeres en el ámbito de la educación, el empoderamiento
económico, el desarrollo humano y representación política– y la voluntad política de los
estados de combatir la violencia contra la mujer mediante políticas públicas –como la
provisión de servicios públicos necesarios para la protección y empoderamiento de las
mujeres–. En este estudio se analiza la importancia de tales factores observando si la
variación entre ellos se
corresponde con la variación en las tasas de feminicidio.

VIOLENCIA DE GÉNERO

La violencia de género constituye una grave violación a los derechos humanos; al mismo
tiempo, pone en riesgo la vida de las víctimas y tiene implicaciones de salud y protección.
Cuando las personas se ven forzadas a abandonar sus casas y las comunidades donde viven,
también se exponen a mayores riesgos de sufrir violencia física, sexual y psicológica, como
violación, abuso sexual, trata de personas y prostitución forzada.

Si bien todas las personas – mujeres, niñas, hombres y niños – pueden ser víctimas de
violencia sexual y de género, las mujeres y las niñas están particularmente en riesgo. Se
estima que una de cada tres mujeres sufrirá violencia física o sexual en el transcurso de su
vida.

La violencia de género puede ser de tipo sexual, físico, psicológico y económico, y puede
darse tanto en el espacio público como en la esfera privada. Las amenazas, la coerción y la
manipulación son también formas de violencia de género. La violencia de género puede
tomar muchas formas: violencia de pareja, violencia sexual, matrimonio infantil, mutilación
genital femenina y los supuestos "crímenes de honor".

Las consecuencias de la violencia de género son devastadoras y las repercusiones para


quienes logran sobrevivir pueden ser permanentes. De hecho, la violencia de género puede
provocar la muerte de una persona.

IMPUNIDAD, CORRUPCIÓN Y FEMINICIDIO

La expresión impunidad, en términos generales, se refiere a la “ausencia de castigo”.


Jurídicamente carece de un significado estricto, pues más bien alude a “un fenómeno de
dimensiones legales, sociales, culturales, psicológicas y hasta económicas”12. Si bien el
mayor
desarrollo de la noción se ha producido en el ámbito del derecho penal internacional, en que
constituye uno de los fundamentos a partir del cual se ha establecido la actual Corte Penal
Internacional, es también posible hacer un análisis que permita aplicar este concepto a los
crímenes de violencia contra las mujeres y el feminicidio.

En general, los actos de corrupción se definen como “aquellos que constituyen la violación,
activa o pasiva, de un deber posicional o el incumplimiento de alguna función específica
realizados en un marco de discreción con el objeto de obtener un beneficio extra posicional,
cualquiera sea su naturaleza”. Si bien esta es una definición genérica, resulta de compleja
extensión a los fenómenos judiciales que presentan relación con la inadecuada o inexistente
persecución penal de los graves crímenes de violencia contra las mujeres en que los
determinantes de la violación de deberes o incumplimiento de funciones no necesariamente
se vinculan con la obtención de beneficios extra posicionales.

MEDIDAS DE PROTECCIÓN

El Estado peruano preocupado ante la problemática de la violencia en la sociedad, y su


intención para poder garantizar la tutela (protección) de los derechos de las mujeres y de los
miembros del grupo familiar en casos de violencia familiar y en especial los que se
encuentran en situación de vulnerabilidad, establece medidas de protección que deben
aplicarse ante este tipo de situaciones, por eso mediante la ley N° 30364 se fijan medidas de
protección que deben adoptarse para garantizar la protección y tutela de los derechos de las
víctimas de violencia familiar.

En este sentido, las medidas de protección son definidas como el mecanismo legal
establecido para brindar protección a la mujer y a los integrantes del grupo familiar e impedir
la continuación de actos violentos que pongan en peligro la integridad física, psicológica,
económica, patrimonial de estas.

2
LA DOMINACION MASCULINA

Es una construcción mental, una visión del mundo con la que el hombre satisface su sed de
dominio, una visión que las propias mujeres, sus víctimas, han asumido, aceptando
inconscientemente su inferioridad. Pierre Bourdieu, con su descripción etnográfica de la
sociedad cabileña, auténtica reserva del inconsciente mediterráneo, ofrece un instrumento
extremadamente poderoso para disolver las evidencias y explorar las estructuras simbólicas
de ese inconsciente antrocéntrico, que sobrevive en los hombres y en las mujeres de hoy.

Las ideas que tenemos acerca de las personas y de los objetos del mundo son construcciones
bipolares que tienden a naturalizarse. La naturalización de la dominación masculina obedece
a una arbitraria división de las cosas y de las actividades (sexuales o no) de acuerdo con la
oposición entre masculino y femenino. Esta dicotomía registra las diferencias como si ellas
fueran objetivas y naturales.

Así, la diferencia biológica entre los sexos, especialmente la distinción anatómica de los
órganos sexuales, aparece como la justificación natural de la diferencia socialmente
establecida entre los sexos y de la relación arbitraria de dominación de los hombres sobre las
mujeres, que se inscribe de esta manera tanto en aspectos objetivos como subjetivos.

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