Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Prevención y Mediación de Conflictos en El Aula
Prevención y Mediación de Conflictos en El Aula
Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534-bis del Código Penal
vigente, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reprodujeren, en
todo o en parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la
preceptiva autorización.
DATOS DEL CURSO
DESTINATARIOS
DURACIÓN Y MODALIDAD
INTRODUCCIÓN.
Conceptos y tipos.
Prevención.
Protocolo de intervención.
BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN.
Uno de los problemas que más preocupan actualmente a profesores, padres y
alumnos son las situaciones de conflicto y de acoso que se están produciendo
en las aulas y centros educativos.
La idea que asuma el centro respecto al tema que nos ocupa va a ser decisiva
respecto al modo de abordarlo.
Reyzábal y col. (2006) afirman que "el concepto problemas de conducta resulta
ambiguo, detectándose gran disparidad en la conceptualización y definición del
mismo, dependiendo del ámbito desde el que se aborde: social, sanitario,
educativo, político o económico. Este hecho se evidencia tanto en la
bibliografía como en el vocabulario habitualmente utilizado, en el ámbito
docente y en la sociedad en general. La consecuencia más directa es que
aparece un gran número de etiquetas y términos que se usan
indiscriminadamente como sinónimos (problemas de conducta, conducta
disruptiva, conducta inadaptada, caracteriopatías, comportamiento antisocial,
trastornos de conducta etc.)".
Siguen afirmando que "se suele entender que una determinada conducta
puede considerarse problemática cuando responde a los siguientes criterios: el
alumno exhibe conductas que los adultos de su medio ambiente consideran
como excesivas, deficitarias o inadecuadas a la situación en que se producen;
tales conductas se desvían significativamente en frecuencia, duración e
intensidad, ha de ser suficientemente significativa como para producir deterioro
en la adaptación personal, social o académica: los excesos, déficits y/o
inadecuaciones pueden expresarse a través de uno o más sistemas de
respuesta (actividad motora, verbal…) y ocurren en situaciones, momentos y
contextos distintos (el aula, el hogar, la calle); sigue produciéndose, en niveles
inaceptables, después de una intervención directa (avisos, pautas de
control…), llevada a cabo con recursos del propio medio donde se produce"
Selvini Palazzoli, M afirma " la clase se caracteriza por la "totalidad". Cada uno
de sus miembros está en una relación tal con los demás que al experimentar
un cambio, cualquiera que sea, origina un cambio en todo el sistema. Todo
comportamiento de un miembro de la clase influye en los demás y es influido
por estos. Así, en la homeostasis del sistema son tan complementarios los
educandos "equilibrados y conscientes" como los "inquietos y rebeldes". Si
aceptamos que la conducta de cada individuo en la clase está en relación
estrecha con la conducta de todos los demás, se puede deducir que la
patología aparente de unos es funcional para la aparente normalidad de los
demás y que es posible que la homeostasis del grupo se apoye precisamente
en la presencia de determinados trastornos conductuales. El axioma de la
totalidad contradice un difundido prejuicio respecto de la interacción humana: el
de que existen nexos unilaterales entre los elementos, es decir que A puede
influir en B, pero no a la inversa.
La relación entre los miembros de una clase, al igual que toda relación en el
interior de un sistema interaccional es circular.
Todo cambio de una de las partes afecta a todas las demás y hace que
todo el sistema pase a ser diferente de lo que era antes.
Esta afirmación nos lleva a reflexionar sobre nuestro papel como profesionales
y a realizar una autoevaluación sobre nuestra práctica. Debemos evitar pensar
que todo el “problema” radica en el alumno y replantearnos nuestra práctica
profesional. Esto no quiere decir que se obvien las limitaciones que pudieran
tener los alumnos, pero estas no han de ser consideradas como atributos
“estables e inmutables”, sino en relación con su medio y sujetas a cambios. Si
se parte de la concepción de que el alumno no puede cambiar, que incluso su
capacidad intelectual no evoluciona, la respuesta que se le ofrecerá será muy
distinta a si se parte de la posibilidad de cambio con la ayuda de todos:
profesores, familia, compañeros…
Del mismo modo la percepción que tendrá el alumno sobre sus capacidades y
potencialidades, derivadas de los mensajes más o menos explícitos que recibe,
influirán de forma decisiva en su motivación, conducta y aprendizaje.
M.A. Bany y L.V. Johnson afirman "puede decirse que existe un grupo cuando
dos o más personas poseen como una de las cualidades de sus relaciones,
cierta interdependencia y cierta unidad reconocible. Los que componen el
grupo se hallan frente a frente y forman opciones distintas unas de otras. Los
individuos que componen el grupo no solo actúan unos sobre otros
recíprocamente, sino que muchas veces actúan juntos de manera uniforme
hacia su entorno".
Entre los aspectos a tener en cuenta respecto al grupo, (Fernández Torres, P.)
destacamos:
En la medida en que los grupos tengan metas y objetivos explícitos y
compartidos por sus miembros, el grupo funcionará mejor. Además, que
los objetivos sean compartidos significa que sus integrantes tienen
objetivos personales compatibles con ellos.
En los grupos se puede distinguir una estructura formal y una informal.
En los grupos de clase, la estructura formal viene dada por los objetivos
asignados por la institución -que constituyen los objetivos de tarea- por
algún tipo de norma pública que, en nuestro caso, son las normas del
centro y las establecidas por el profesor correspondiente. La estructura
informal es la que surge de la configuración real de los roles, de la
dinámica establecida en el grupo y suele no coincidir con la estructura
formal.
Su falta de coincidencia puede conducir al grupo a no desarrollar la
tarea, que no alcance los objetivos. Trabajar porque ambas estructuras
se aproximen es una tarea importante.
Además del nivel de tarea, coincidente con la estructura formal del
grupo, es importante el clima del mismo, el nivel emocional o
socioafectivo. En todos los grupos se desarrollan mecanismos de
carácter afectivo que influyen en su dinámica. Trabajar por crear un
clima de aceptación mutua, de colaboración, de libre comunicación y
que tienda a potencia el nivel de tarea, favorecerá el funcionamiento del
grupo.
Muy relacionado con el nivel emocional se encuentra el grado de
cohesión del grupo. Este grado dependerá de la existencia de relaciones
de interdependencia, de que haya más o menos atracción entre los
miembros. Está relacionado con el clima del grupo porque suele coincidir
que un grupo poco cohesionado desarrolla un clima emocionalmente
poco satisfactorio.
Es también importante tener en cuenta el desarrollo de los distintos roles
que surgen en los grupos y especialmente los líderes. Conocer las
interacciones que se producen en un grupo permite darse cuenta de los
roles, que configuran actitudes y nos facilita el conocimiento del
funcionamiento del mismo.
La capacidad de comunicarse que tenga un grupo facilitará o impedirá la
marcha del mismo, su capacidad para estructurarse y progresar.
- Son abiertos.
El tipo de grupos con los que nos enfrentamos los profesores/tutores son, en
relación con los alumnos, grupos de aprendizaje y, en relación con otros
profesores, grupos de tarea.
El Taller de Zafra diferencia tres ámbitos que son útiles para analizar el
desarrollo de los grupos: afectivo, conceptual y operativo. Así pues, los grupos
realizan actividades relacionadas con estos ámbitos:
Nos resultaría muy difícil prevenir y/o intervenir en los conflictos que surgen en
un grupo si no conocemos las relaciones que se establecen en el seno del
mismo.
A partir de ahí, nuestra función con respecto al grupo, aún antes de iniciar
ningún proceso de mediación y en la línea en la que venimos incidiendo, de la
prevención, consistirá en lograr que el grupo se configure como tal y funcione,
que responda a la finalidad de un grupo de aprendizaje. Esto es, que el grupo
tenga metas, que se de la conciencia de pertenencia, que esté cohesionado,
que se satisfagan las necesidades de sus miembros. Para ello debemos tener
en cuenta los siguientes aspectos:
Facilitar su configuración.
Establecer metas comunes.
Atender al mantenimiento del grupo, creando un clima favorable.
Atender a la organización interna de la clase, para lo cual es importante
conocer su estructura informal, los roles que se configuran, los líderes y
las normas de funcionamiento.
Favorecer actitudes de cooperación.
Incidir en la importancia de los valores.
Atender a la evolución del grupo, respetando el proceso, analizando los
conflictos desde la idea de que no todo conflicto es perjudicial.
Cuidar el efecto de las actitudes propias.
Tener y desarrollar un programa sistemático que se irá modificando en
función de la evolución del grupo.
Autores como González Sánchez, E. propone unas normas para el buen
funcionamiento del grupo².
En esta misma línea sugiere una serie de habilidades para la dirección del
grupo:
Autores como Carbonell, 2005, afirman que estos valores han de contemplarse
en los diferentes elementos y aspectos de la acción educativa, como son las
programaciones didácticas, la práctica docente, la organización y el
funcionamiento de los centros educativos y la programación de sus actividades
complementarias.
Afirma que uno de los retos de futuro que debe plantearse la educación en los
próximos años es el de educar en valores que contribuyan a una sólida
educación para la ciudadanía y que protejan la convivencia democrática y la
cohesión social. En un decálogo de urgencia podemos incluir estos: libertad,
justicia, solidaridad, paz, respeto, igualdad, diversidad, cooperación,
responsabilidad y compromiso. Todo ello se trabaja desde las asignaturas
específicas, como la ética o la educación cívica: los contenidos y el currículo
oculto de las diversas asignaturas, los espacios de intercambio y reflexión,
como las tutorías y asambleas, el proyecto educativo, la organización, las
actividades y las relaciones cotidianas en los centros, los programas e
intervenciones centradas en la prevención y resolución de conflictos u otros
que fortalecen la vida democrática de la comunidad educativa y social.
Grasa (2000) afirma que el concepto de paz positiva se caracteriza por:
La paz es un proceso dinámico y permanente, no es una referencia
estática e inmóvil.
La paz hace referencia a una estructura social de amplia justicia y
reducida violencia.
La paz exige en consecuencia, la igualdad y reciprocidad en las
relaciones e interacciones.
Afecta, por consiguiente, a todas las dimensiones de la vida. No se
reduce únicamente a la política internacional o de estado.
La paz implica y hace referencia a dos conceptos íntimamente ligados
entre sí: el desarrollo y los derechos humanos".
Por último, citaremos a Díaz Aguado (2006) que afirma que es necesario
trabajar explícitamente el conjunto de valores como la tolerancia, la igualdad, el
respeto intercultural, enseñando a detectar y superar los problemas que
conducen a la violencia. Desarrollando alternativas a comportamientos
violentos a través de la participación democrática, los derechos humanos y la
resolución pacífica de conflictos.
MÓDULO II.
Los conflictos pueden aparecer desde edades muy tempranas y como dijimos
al inicio del curso, algunos de ellos están producidos por determinadas
alteraciones del comportamiento que es conveniente conocer y analizar. El
abordaje de los conflictos será diferente en función de la diversa problemática
que lo origina.
Otro referente a tener en cuenta es el social. Desde este enfoque todos los
actos del niño que resulten "atípicos", molestos para su entorno social (con el
componente de subjetividad que ello conlleva), se podrían considerar como
patológicos, pero de ello se desprende que hay una relación estrecha entre las
actuaciones del niño y el nivel de tolerancia de los adultos.
Autores como Reyzábal y col. (2006) afirman que suele entenderse que una
determinada conducta puede considerarse problemática cuando responde a los
siguientes criterios:
El alumno exhibe conductas que los adultos de su medio ambiente
consideran excesivas, deficitarias o inadecuadas a la situación que se
producen.
Tales conductas se desvían significativamente en frecuencia, duración e
intensidad de la norma imperante en un contexto determinado.
La frecuencia, duración e intensidad ha de ser suficientemente
significativa como para producir deterioro en la adaptación personal,
social o académica.
Los excesos, déficits y /o inadecuaciones pueden expresarse a través de
uno o más sistemas de respuesta (actividad motora, verbal…) y ocurren
en situaciones, momentos y contextos distintos (aula, hogar, calle).
Sigue produciéndose, en niveles inaceptables, después de una
intervención directa (avisos, pautas de control…), llevada a cabo con
recursos del propio medio donde se produce.
Déficit de atención.
En los niños hiperactivos tiene lugar una alteración del proceso de control
atencional. La mayoría de los autores consideran este síntoma como definitorio
de la hiperactividad, principalmente debido a la persistencia y estabilidad de los
problemas atencionales, frente a otros, como la actividad motriz excesiva, que
si bien caracteriza el trastorno hiperactivo, tiende a desaparecer con el
transcurso del tiempo.
Como hemos venido exponiendo a lo largo del curso, para poder hablar de
déficits o trastornos hemos de conocer las características evolutivas
consideradas dentro del normotipo y, en este sentido, expondremos cómo
evoluciona la atención en un niño sin este trastorno:
De 0-2 años: los estímulos externos atraen la atención del niño de forma
involuntaria. No tiene control sobre su atención.
De 2-5 años: se inicia el control voluntario de la atención. El niño ya
puede seleccionar algunos aspectos sobre los que prestar atención,
normalmente son aquellos que destacan más.
A partir de los 6 años: el control atencional se hace voluntario e interno.
El niño elige estrategias para atender a los estímulos que le interesan y
para poder hacer frente a una situación problemática.
En los niños con déficit atencional, los aspectos reseñados anteriormente se
encuentran alterados ya que no pueden mantener la atención durante un
período de tiempo continuado y no son capaces de utilizar estrategias internas
de control. Se mueven por los estímulos externos.
Impulsividad.
Los niños con este trastorno tienen dificultad para regular mentalmente su
conducta. Pasan a la acción sin una reflexión previa. Los rasgos más
característicos son:
Interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.
Precipita sus respuestas antes de haber sido completadas las
preguntas.
Falta de autocontrol, de interiorización de las normas.
Tendencia a la satisfacción inmediata de sus deseos.
Baja tolerancia a la frustración.
El DSM IV-TR afirma que para que se pueda hablar de déficit de atención con
hiperactividad se deben cumplir los criterios siguientes:
Problemas de agresividad.
El comportamiento agresivo constituye una de las alteraciones conductuales
infantiles que más preocupa a padres y educadores, tanto por las
consecuencias negativas que conlleva como por la resistencia que ofrece a sus
intentos de control.
Destrucción de la propiedad.
- Ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar
daño grave.
- Ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas.
Fraudulencia.
A menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar
obligaciones.
Ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la víctima.
El trastorno disocial de inicio infantil, lo define el DSM IV-TR por el inicio de por
lo menos una característica de trastorno disocial antes de los 10 años de edad.
Frecuentemente despliegan violencia física sobre los otros, tienen unas
relaciones problemáticas con sus compañeros, pueden haber manifestado un
trastorno negativista desafiante durante su primera infancia y usualmente
presentan síntomas que satisfacen todos los criterios de trastorno disocial
antes de la pubertad. Muchos niños también sufren un trastorno por déficit de
atención con hiperactividad.
Prevención ante los problemas mencionados.
Como venimos exponiendo desde el inicio del curso, hay que deslindar las
situaciones conflictivas que se producen en el aula y en el Centro Educativo
cuyo origen es debido a un trastorno de la conducta y/o personalidad de
aquellas que no tienen ese origen. El abordaje del problema será diferente.
El primer paso que un centro debe llevar a cabo al objeto de prevenir las
alteraciones comportamentales es la elaboración de documentos de centro que
serán el marco de toda la comunidad educativa. Documentos que han de tener
una coherencia lógica, los valores que contempla el Proyecto Educativo han de
recogerse en el Reglamento de Régimen Interior y en los distintos niveles de
concreción curricular.
Los alumnos han de conocer y trabajar las normas de convivencia del Centro y
han de hacerlo de modo concreto. Es preferible abordar un número reducido de
normas y las consecuencias de su incumplimiento y gradualmente ir ampliando
el número.
Boutin y Durning señalan que los métodos pedagógicos deben dirigirse en tres
líneas:
Actuaciones centradas en adquisiciones de conocimientos, conductas y
comportamientos. Para conseguirlo se emplearán distintos recursos.
Activación de padres e hijos para construir conductas y responder mejor
a los problemas.
Toma de conciencia, centrada en el esclarecimiento de procesos. Se
prima el entendimiento de la situación mediante el análisis de los
procesos, la toma de conciencia sobre la eficacia de las acciones y la
reflexión sobre la oportunidad de incorporar cambios y mejoras.
Para evitar esta situación, autores como Judith Mckay afirman "si los adultos
aceptan al niño en su totalidad, las partes buenas y malas, el niño podrá
aceptarse a sí mismo.
Reforzando lo positivo, reconociéndole su capacidad, alabándole cuando
ejecuta lo que se le ha pedido. Entendiendo lo negativo, toda conducta
responde a la satisfacción de necesidades, también las negativas que son
muestra de que necesita algo".
Los profesores debemos tener en cuenta que la autoridad que ejercemos sobre
los alumnos no debe ser nunca impuesta, es algo que debemos "ganarnos" y
se consigue ofreciendo modelos coherentes, democráticos, tolerantes. Esto no
implica que no pongamos límites a las conductas no deseadas de los alumnos.
Secundaria.
y Educación Secundaria.
Características de las etapas de Educación Primaria y
Educación Secundaria.
Características de la etapa de Educación Primaria.
La Educación Primaria abarca de los seis a los doce años. Constituye el primer
tramo de la educación obligatoria.
Bachillerato:
Estas alteraciones afectan a todas las esferas del desarrollo evolutivo del
chico:
Enfados explosivos.
Riñas frecuentes con adultos.
Desafío de las reglas.
Molestias a los demás intencionadamente.
Culpabilizaciones a los otros de sus propios errores.
Hipersensibilidad respecto a los comentarios de los otros.
Resentimiento y deseos de venganza.
Prefieren salir perdiendo a ceder.
La incidencia de este trastorno es entre un 3 y un 8%. Es dos o tres veces más
frecuente en chicos que en chicas.
El Plan Nacional sobre Drogas (2001) establece una diferenciación sobre los
siguientes conceptos:
El Plan Nacional sobre Drogas señala una serie de factores de riesgo que
hacen el consumo de sustancias más probable:
La depresión.
Sentimientos de desesperanza.
Aburrimiento persistente.
Cansancio.
Problemas de concentración.
Proyectos curriculares.
Programaciones de aula.
Hemos venido exponiendo la importancia de la labor preventiva para hacer
frente a las situaciones de conflicto que se producen en el centro y aula.
Podemos deducir que el Proyecto educativo del Centro tiene una singularidad
que lo distingue de los de otros Centros tanto por su entorno como por los
valores que desea fomentar. Estos valores se incluirán bien en función de unas
carencias que se han detectado o bien a nivel preventivo para evitar
consecuencias negativas.
La primera función que debe realizar la comunidad educativa es realizar un
diagnóstico de la situación, una valoración o evaluación.
Evaluación entendida como una reflexión compartida, como una ocasión para
aprender, para mejorar el estado de las cosas.
Una vez definido y delimitado el valor debemos incardinarlo en los dos ejes
vertebradores del centro: el organizativo y el pedagógico. De nada serviría
hacer "una declaración de intenciones" si éstas no se concretan y repercuten
en la vida del centro.
Respecto a la participación:
Respecto a la metodología:
Respecto a la coordinación:
Este documento recoge las medidas necesarias para que todos los miembros
de la comunidad educativa se relacionen en un ambiente de convivencia,
tolerancia y se fomente la prevención y resolución de conflictos de forma
pacífica en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social.
Objetivos generales.
Determinación de las prioridades generales para los distintos niveles,
que puede incluir una secuencia general para cada nivel de los
contenidos de la acción tutorial.
Forma en que se va a concreta la programación de tutoría para cada
nivel y grupo.
Organización y funcionamiento de las tutorías.
- Reuniones de coordinación por nivel.
- Tutorías de nivel/ciclo.
- Tutorías para mejorar el desempeño de la función de delegado.
- Coordinación de la Junta de profesores.
Criterios para designar tutores:
- Voluntariedad.
- Profesores con cierta antigüedad en el centro.
- Idoneidad para el nivel.
En esta programación de la acción tutorial destacamos: los objetivos a
conseguir, los contenidos como medio para alcanzar los objetivos y las
actividades, todos aquellos aspectos que hemos venido indicando, son
fundamentales para prevenir las situaciones de conflicto (mejora del
autoconcepto y autoestima, habilidades sociales, resolución pacífica de
conflictos...).
Por último, dejar constancia de que estos documentos para que sean
realmente útiles han de ser breves, concisos e implicarse la comunidad
educativa, de otro modo, se puede correr el riesgo de que se conviertan en una
mera "declaración de intenciones".
Proyectos curriculares.
Las dimensiones que conforman estas concreciones curriculares o proyectos
curriculares son:
Teniendo en cuenta los principios y fines del currículo oficial, los objetivos de
las Etapas de Infantil, Primaria y Secundaria y las concreciones curriculares,
constatamos la importancia de trabajar en todas las áreas los valores que
potencian la solidaridad, la paz, la convivencia y la resolución pacífica de
conflictos.
Programaciones de aula.
Abundando en lo expuesto en el punto anterior, las programaciones de las
distintas áreas y asignaturas han de adecuarse a las características del grupo-
clase al objeto de atender de forma individualizada a la diversidad del aula.
Todos sabemos que los objetivos que los alumnos han de alcanzar al finalizar
la etapa son las capacidades y las competencias de la misma, y han de
alcanzarlos a través de todas las áreas. De ahí la importancia de incluirlos en
todas ellas y no solamente en aquellas que, aparentemente, tienen más
afinidad.
Pasos a la mediación.
mediación.
Cascón Soriano (2000) afirma que "existe una idea muy extendida que es la de
ver el conflicto como algo negativo y, por tanto, como algo que hay que eludir”.
Esta idea probablemente está basada en diversos motivos¨:
Cuando pensamos en los conflictos, los relacionamos con la forma en
que habitualmente se suelen enfrentar o "resolver": la violencia, la
anulación o destrucción de una de las partes, y no una solución justa y
mutuamente satisfactoria.
Todas las personas sabemos que hacer frente a un conflicto significa
"quemar" muchas energías y tiempo, así como pasar un rato no
excesivamente agradable.
Novella y Puig (2003) exponen "cuando solo percibimos los conflictos escolares
como una anomalía destructiva y difícil de gestionar, estamos perdiendo una
buena oportunidad de educar. Lo peor de los conflictos es ignorarlos. Por el
contrario, si vencemos el horror que suelen provocarnos y superamos la
tendencia a esconderlos, se habrán creado las condiciones mínimas para sacar
provecho educativo de los mismos conflictos. Dicho de otro modo, enfrentarse
a los conflictos es uno de los recursos pedagógicos más rentables que
tenemos en nuestras manos"
Delval (2005) afirma "los profesores deberíamos prestar más atención a esos
conflictos que están ahí y no tratar de ocultarlos, sino todo lo contrario,
hacerlos explícitos, convertirlos en objeto de reflexión dentro de la propia clase,
y preguntarnos: ¿Por qué se ha producido esto? ¿Por qué un alumno se
comporta de una determinada manera? ¿Por qué realiza actividades que
podemos considerar antisociales, que dañan el funcionamiento del grupo y que
dificultan el trabajo de los compañeros?"
Por la propia dinámica del conflicto, como por las repercusiones pedagógicas
que ello trae consigo, debe destacarse la especial importancia de la percepción
de los protagonistas tanto en la génesis del conflicto como en su desarrollo,
hasta el punto de que resolver un conflicto supone a menudo clarificar las
percepciones de las partes implicadas.
Grasa (2000) afirma que "las pautas de análisis e intervención en los conflictos
son las mismas para los conflictos interpersonales, intragrupales (en el centro
educativo), intergrupales e internacionales. Varía la escala, pero no la esencia¨.
En esta misma línea González Pérez y Criado del Pozo (2004) centran la
educación en la no violencia en la mejora de la autoestima, la enseñanza de
valores (justicia, tolerancia, respeto y solidaridad), la alfabetización emocional
(para que los individuos adquieran un estilo reflexivo de afrontamiento de los
conflictos interpersonales), la gestión de los conflictos y la cooperación
necesaria para promover una adecuada convivencia multicultural.
Mejora de la autoestima.
Entendemos por autoestima la valoración que hacemos de nosotros mismos
basada en el autoconcepto (idea de cómo somos).
El autoconcepto implica conocernos tal como somos y conlleva la
autoaceptación; pero esta no significa que no podamos cambiar aquellos
aspectos de nosotros que no nos gustan, es justamente todo lo contrario: no
intentaremos cambiar aquello cuya realidad negamos.
No es fácil neutralizar los errores del pensamiento, por ello, cuando aparecen,
es adecuado buscar soluciones alternativas, realizar ejercicios de relajación y
hablar con otras personas.
Las ventajas de pensar de forma positiva y realista son, entre otras:
Aumenta la autoestima.
Posees el control de la situación.
Buscas explicaciones contrastadas y realistas en lugar de deducir
conclusiones arbitrarias.
Los inconvenientes de pensar de forma negativa y errónea son:
Baja la autoestima. Produce inseguridad.
Interpretas en lugar de aclarar la situación y ello hace sentirse mal.
Inhibición en la exposición de tu punto de vista.
Comunicación agresiva:
Comportamiento verbal:
- Es impositivo utilizando frases del tipo "tienes que", "no te
consiento"…
- Interrumpe a los demás.
- Da órdenes.
Comportamiento no verbal:
- Utiliza gestos amenazadores.
- Emplea un tono de voz alto.
- Invade con sus movimientos el espacio de la otra persona.
Comportamiento no verbal:
- Ausencia de contacto visual.
- Postura corporal cerrada. Movimientos rígidos e inquietud motriz.
- Tono de voz vacilante.
- Su manifestación corporal es tendente a alejarse de los otros.
- Suele evitar la situación.
Comunicación asertiva:
Comportamiento verbal:
- Es directo y firme con expresiones "deseo", "opino" "siento".
Comportamiento no verbal:
- Postura relajada.
- Contacto visual.
- Tono de voz adecuado.
- Respeta el espacio del otro.
Herraz y Lozano (2005) afirma que "en el ámbito de las personas es necesario
aprender a verlas como partes con las que tenemos un problema y con quienes
podemos colaborar para resolverlo profundizando en cuestiones como las
diferentes percepciones de cada uno (que pueden ser inexactas por dejarnos
llevar por lo que nos parece más evidente, por las primeras impresiones, por la
tendencia a pensar que los otros se nos parecen, por privilegiar las
impresiones negativas o por atribuciones causales sesgadas, el equilibrio de
poder y la salvaguarda del prestigio personal¨.
Por una parte, hay que establecer los requisitos de la negociación y, por otra,
los pasos de la misma.
Pasos a la mediación.
El tercer nivel, el de la mediación, es aconsejable solo en aquellos casos en
que las partes han agotado las posibilidades de resolver el conflicto por sí
solas, o en los que una situación de violencia o de incomunicación impide que
puedan hacerlo.
Se debe utilizar la mediación cuando⁹ :
Las partes deben continuar con la relación, aunque quieran distanciarse.
Las partes se encuentran y se sienten incómodas.
El conflicto afecta también a otras personas.
Hay voluntad de resolver el conflicto, buena predisposición, ganas de
llevarse bien.
¹⁰ Adaptado de Rozenblum de Horowitz, Mediación en la escuela. Resolución de conflictos en el ámbito educativo adolescente. Aique. Buenos Aires
¹¹ Autor anteriormente citado. Curso formación mediadores. Las Acacias.
Herraz y Lozano (2005) distingue entre mediación y arbitraje. Este último
consiste en el hecho de que las personas en conflicto, de forma voluntaria o
bien impuesta de forma legal, asumen la decisión del juez.
Dar consejo:
- En lugar de decir" el respeto es importante", afirmar “¿Cómo os gustaría
que fuera vuestra relación en el futuro?”.
Forzar la reconciliación:
- No forzar el acuerdo, este se hará patente sin forzarlo.
- No le pidas que se reconcilien, que pidan disculpa. En su lugar
pregúntales: “¿Qué podéis hacer para encontraros mejor?” o “¿Qué
alternativas serían más razonables y equitativas para las dos partes?”.
La Entrevista:
Es una forma especializada de conversación que se produce entre dos
interlocutores a instancia de uno de ellos y con un propósito determinado. Se
trata, básicamente, de un diálogo entre dos personas en el que se produce una
interacción tanto verbal como no verbal con el objeto de informar(se), analizar y
comprender un problema o un hecho relacionado con el alumno. El propósito
de la entrevista está previamente prefijado y, por tanto, es conocido, al menos,
por el entrevistador.
Lo fundamental en la entrevista es llegar a conseguir un tipo de interacción
entrevistador - entrevistado que permita la comunicación entre ambos y el
intercambio de puntos de vista para la compresión y análisis de una situación
concreta.
La entrevista no puede ser:
Un monólogo por parte del entrevistador en el que la otra persona no es
tenida en cuenta.
Un interrogatorio que coloque al que se entrevista en una posición de
ser juzgado.
Una discusión inoperante en la que se intercambian acusaciones y
disculpas.
Una charla amistosa hecha por el gusto de conversar sin objetivo
alguno.
Tampoco se trata en la entrevista de resolver problemas, convencer de
algo o "curar"¹³.
Elementos personales:
Entrevistador: la situación personal, sus actitudes y reacciones
condicionan el desarrollo de la entrevista. Es necesario ejercer un
control sobre la actitud.
Entrevistado: su situación, su actitud, sus reacciones, sus
características personales condicionarán la entrevista. Deberá
tenerse en cuenta para establecer la relación lo más cordial y
comunicativa posible. No es deseable prolongar una entrevista
cuando las condiciones del alumno nos advierten que no se va a
conseguir los objetivos.
Contenido: en función de los objetivos de la entrevista.
¹⁶ Adaptado de Rozenblum de Horowittz. Mediación en la escuela. Curso formación mediadores. Las Acacias.
La observación.
Es una forma de obtener información que de otro modo no podríamos obtener.
Se trata de una forma de conocer que pretende no interferir en los hechos, no
modificarlos.
Características de la observación.
Nos aporta datos que no son accesibles por otro medio, especialmente
en lo que se refiere a la parte más dinámica de la conducta,
sentimientos, preferencias, etc.
Nos permite captar matices más ricos, más humanos, que a través de
otros procedimientos no podríamos obtener.
La finalidad es el conocimiento del entrevistado, pero teniendo en cuenta
que lo aportado es una parte de la información disponible. Por tanto es,
como todas, una técnica incompleta.
Es un procedimiento que no precisa especiales condiciones y puede ser
utilizado habitualmente, siempre con las precauciones necesarias.
Requisitos de la observación¹:
Definir el objetivo de la observación, seleccionando con la mayor
precisión posible los aspectos que interesa observar. El objetivo de la
observación estará vinculado a algún suceso o situación respecto de un
alumno y dentro de un marco más amplio.
Seleccionar los instrumentos y decidir el tiempo, el lugar y los
observadores.
Hacer un registro lo más claro posible y breve. La claridad y la concisión
estará también relacionada con la adecuación del instrumento que se
haya elaborado.
Valorar la fiabilidad de las observaciones, contrastándolas con otros
datos de que se dispongan, de forma que, finalmente, faciliten una visión
coherente y completa.
Mantener a lo largo de todo el proceso, una actitud de búsqueda de la
objetividad, tanto en lo que se refiere al momento de la observación,
registrando lo que se ve y tratando de no introducir valoraciones
personales, diferenciando los hechos de las interpretaciones, como en la
valoración, análisis y contrastación posterior de los mismos.
Finalmente se ha de tener claro qué hacer con los datos.
Alumno……………………..………………………..Fecha……………………...…….
Profesor…………………………………………………………………………………..
Hora en que se inició……….…….…….Hora en que terminó………………….…..
Conducta Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes
Hablar alto
Levantarse
Preguntar a destiempo al
profesor.
Mirar a los compañeros
Mirar por la ventana.
Moverse en la silla.
En una clase es difícil observar durante toda la hora, por eso se podría
establecer un tiempo, unos diez o quince minutos. Las conductas a observar
pueden modificarse en función de las características del alumno.
Interiorización.
Voz alta… Susurro… Silencio.
¹⁸ Kazdin, A. E .Terapia de habilidades en solución de problemas para niños con trastornos de conducta.
MÓDULO VI.
Concepto y tipos.
Prevención.
Protocolo de intervención.
Concepto y tipos.
Hemos querido terminar el curso abordando un tema que definimos en el
módulo I: el del acoso escolar.
En esta misma línea autores como Fernández 2001 afirman "el concepto de
violencia está también sometido a los valores y costumbres sociales, lo que no
deja de aumentar la confusión para ubicarse conceptualmente en este tema.
Lo que para nosotros es persecución, intimidación y destrucción de los
derechos humanos, puede ser acogido como ritual inofensivo por grupos
sociales en los que, por principios religiosos o culturales, mujeres y hombres
adultos y niños, ricos y pobres no gozan de los mismos derechos. Sin embargo,
tanto desde una posición psicológica como desde una posición social, es
necesario dejar claro que, más allá de la justificación cultural o tradicional,
existe violencia cuando un individuo impone su fuerza, su poder y su status en
contra de otro, de forma que lo dañe, lo maltrate o abuse de él física o
psicológicamente, directa o indirectamente, siendo la víctima inocente de
cualquier argumento o justificación que el violento aporte de forma cínica y
exculpatoria".
Guaita, C. (2007) define el acoso escolar o "bullying" horizontal cuando se
produce la agresión continuada, sistemática y sin motivo justificado, de un
grupo sobre una víctima. Es más frecuente en la adolescencia y alcanza su
pico más alto entre los trece y los catorce años. Generalmente se muestra
como violencia física y verbal entre los chicos, y violencia verbal y de exclusión
entre las chicas. Puede ser psicológico, asociado a la agresión verbal: burlas,
motes, risas, parodias, insultos, vacío…; físico: empujones, golpes…; o una
mezcla de ambos. A veces incluye extorsiones de dinero, sustracción de
objetos, expulsión del grupo o amenaza.
¹⁹ VVAA. Guía de actuación en los Centros educativos ante el maltrato entre iguales. Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco.
Autores como Piñuel, Zabala y Oñate han descrito ocho modalidades de acoso
escolar y han determinado la incidencia de cada una de ellas.
El bloqueo social (29,3%).
Hostigamiento (20,9%).
Manipulación (19,9%).
Coacciones (17,4%).
Exclusión social (16%).
Intimidación (14,2%).
Agresiones (13%).
Amenazas (9,1%).
Prevención.
Díaz Aguado (2003) afirma que la prevención e intervención ante el acoso
escolar debe realizarse en un contexto normalizado (asambleas de aula) en
los que de forma periódica y preventiva se expongan los problemas que surgen
y se desarrollen esquema que ayuden a:
Adoptar un estilo no violento para expresar las tensiones y resolver los
conflictos que puedan surgir.
Desarrollar una cultura de la no violencia rechazando explícitamente
cualquier comportamiento que provoque la intimidación y la
victimización.
Romper la conspiración del silencio que suele establecerse en torno a la
violencia, en la que tanto las víctimas como los observadores pasivos
parecen aliarse con los agresores al no denunciar situaciones de
naturaleza destructiva, que si no se interrumpen activamente desde un
principio tienden a ser cada vez más graves.
Los límites son imprescindibles para un buen desarrollo del hijo, les
proporciona seguridad, les ayuda a elaborar el control interno de sus acciones.
Protocolo de intervención.
Los pasos a seguir son:
En primer lugar, se debe plasmar en un documento la demanda de
intervención en la que se recoja: la persona/as que la realizan, el tipo de
acoso que se manifiesta, los hechos observados (redactados de forma
concreta al objeto de minimizar el subjetivismo), el lugar/ es donde se
han producido.
Seguidamente se analizará la situación por las personas encargadas de
este cometido (equipo directivo, comisión de convivencia, mediadores si
los hubiere).
Se adoptarán unas medidas urgentes al objeto de proteger la integridad
de la víctima.
Se llevarán a cabo unas medidas dirigidas al acosador, entre ellas la
comunicación a su familia.
Se utilizarán diversos instrumentos al objeto de contrastar la
información: entrevistas, cuestionarios. Es conveniente utilizar la técnica
de la triangulación (de observadores, de momentos, de lugares).
Una vez analizada la información se iniciará el proceso de toma de
medidas tanto con la víctima, como con el acosador y con el resto del
grupo.
Se pondrá en conocimiento de los profesores y de las familias de los
afectados las medidas decididas.
Estas medidas son similares a las expuestas en capítulos anteriores:
trabajo del tutor con el grupo; mejora de la autoestima, fomento de
habilidades sociales de comunicación.
Por último, se realizará el seguimiento y evaluación del proceso seguido
al objeto de introducir las correcciones necesarias, en su caso.