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Arraigados en Cristo
Arraigados en Cristo
En todas las épocas ha habido diferentes movimientos o sectas que han estado a la búsqueda
de gente insatisfecha que se encuentra en todas las iglesias, ofreciéndoles fórmulas para
profundizar en sus vidas espirituales o enseñanza más avanzada. No dudan en pretender que
mediante la lectura de sus libros, la asistencia a sus conferencias y la aceptación de su
enseñanza, todos pueden adquirir un conocimiento más amplio, un conocimiento superior, que
provee la clave para todos los problemas: los individuales y los del mundo. La imperfección
obvia de las iglesias hace más probable que tales argumentos consigan una recepción
favorable.
Arraigados y sobreedificados (7) son metáforas separadas —una de un árbol, la otra de una
casa. Arraigados es tiempo pasado, un hecho terminado. Sobreedificados es tiempo presente,
que indica un proceso continuo de construcción y desarrollo. El árbol adecuadamente arraigado
producirá fruto apropiado, nutriéndose del terreno natural del alma, que es Jesucristo. Como lo
ilustra la segunda figura, la acción que lo lanza a uno por el camino santo ha de ser
desarrollada, construida piedra sobre piedra, como una estructura, en la vida diaria.
I. Arraigados. La vida cristiana prosigue tal como principió: de la manera que habéis
recibido al Señor Jesucristo, andad en él. Pablo expresó la misma exhortación en
otros lugares (cf. 2 Co. 11:4; Gá. 1:6). Puesto que su fe inicialmente había sido
puesta en forma decisiva en el evangelio apostólico, Pablo los exhorta a que no
abandonen esa divina autoridad a cambio de alguna filosofía extraña. Porque con
esas raíces divinas (arraigados … en él) que surgieron en el pasado, ellos podían
continuamente ser sobreedificados en él, y confirmados en la fe.
a. En Cristo. El es todo suficiente. Debemos seguir teniendo nuestra fuerza y
alimento de El. Echando mas profundamente neustras raíces en El, su Palabra y
sus promesas. Así como un árbol echa raíces más profundas en la tierra para
poder nutrirse de ella. Cuanto más usen los cristianos la palabra de Dios y los
sacramentos, hundirán sus raíces de una manera más profunda en la fe en
Cristo.
b. En su Palabra. Mas nuestras raíces en esta Palabra bendita.
c. En sus promesas
Si lo hicieran, no serían llevados de aquí para allá por cualquier “viento de doctrina” (Ef. 4:14),
por que hecharemos raíces, no andaremos de aquí para alla, esto nos dará fortaleza y
estabilidad
Cuanto más arraigados estén en Cristo, habrá menos posibilidades de que sean derrumbados
por las tormentas de las falsas enseñanzas y los vientos terribles de las tribulaciones y de las
aflicciones de la vida.
CONCLUSION: Al estudiar cuidadosamente estos cuadros del progreso espiritual, vemos de qué
manera un creyente que progresa puede derrotar fácilmente al enemigo y no ser desviado. Si
sus raíces espirituales están profundamente arraigados en Cristo, no deseará otro suelo. Si
Cristo es su fundamento, no tiene por qué moverse. Si está estudiando y creciendo en la
Palabra, no será fácilmente seducido por una falsa doctrina. Y si un corazón abunda con
acciones de gracias, ni siquiera pensará en abandonar la plenitud que tiene en Cristo. Un
creyente arraigado, que está creciendo y que es agradecido no puede ser engañado.