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INTRODUCCIÓN
Todas las épocas a través de la historia de la humanidad se han visto marcadas por
cambios en la estructura del conocimiento, los ciclos que van quedando atrás tienen
su alcance máximo hasta el punto en que emerge una nueva teoría o un nuevo
conocimiento que rompe con los paradigmas establecidos hasta ese momento.
En la educación, tales cambios se han venido generando en una constante evolutiva
de acuerdo a las necesidades de adaptación a las nuevas estructuras sociales que
demandan los cambios necesarios para generar nuevas estrategias en los procesos
de enseñanza-aprendizaje.
Ante esta realidad Yolanda Argudín Vázquez, autora del artículo “Educación basada
en competencias”, desarrolla una valiosa investigación y análisis sobre el tema de
la educación por competencias, en el cual reúne algunas de las aportaciones más
importantes a escala internacional sobre el tema.
En el artículo referido, se propone que los cambios y adaptaciones de los sistemas
educativos, principalmente en la educación superior, obedece a las necesidades de
lo que se denomina la sociedad de la información, la cual es congruente con el
desarrollo de las nuevas tecnologías apoyadas en el capital humano, ya que la
renovación del conocimiento se va generando en ciclos cada vez más cortos, con
lo que tenemos que actualmente esta renovación sufre un cambio total
aproximadamente cada cinco años. Es evidente que los cambios en los sistemas
educativos tienen claramente por objetivo preparar para el ámbito laboral,
desarrollar las competencias de los alumnos, es decir, iniciarlos desde un marco
conceptual que cimiento los conocimientos, las habilidades y los valores. Por su
parte la UNESCO expresa que la educación por competencias debe contribuir al
desarrollo cultural, social y económico de la sociedad.
Por lo expuesto en el tema podemos señalar que la educación por competencia es
un concepto al cual se le han venido adaptando múltiples interpretaciones, por lo
que es necesario identificar un significado más acotado que podría ser el siguiente:
“Una competencia en la educación, es una convergencia de los comportamientos
sociales, afectivos y las habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y
motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una
actividad o una tarea” (Argudín, Yolanda, s/f).
Es claro que la visión de una educación basada en competencias es un concepto
que se expande a nivel mundial a causa de la globalización, por la interacción
desarrollada en los medios masivos de comunicación que van generando niveles
de conocimiento estandarizados mundialmente, por lo que es posible encontrar
ciertas similitudes sobre este tema en la mayoría de los países en todas sus
universidades, por ello se afirma que la educación por competencias es en la
actualidad el sistema educativo más utilizado y efectivo en el proceso de
enseñanza-aprendizaje en la educación superior.
Para poder subsanar las necesidades del campo laboral en México se estableció un
organismo público que promueve y coordina el sistema nacional de competencias,
denominado Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias
Laborales (CONOCER). El Sistema Nacional de Competencias es un instrumento
para el fortalecimiento del capital humano y de colaboración entre el sector
educativo y los sectores productivos, social, académico y de gobierno.
CONCLUSIÓN
Para certificar las competencias de las personas, el proceso se apega a lo señalado
en el Manual de evaluación de competencia y verificación interna del CONOCER.
Este proceso por medio del cual se recopilan y analizan las evidencias de las
habilidades, destrezas, actitudes y conocimientos de una persona en condiciones
reales y/o simuladas conforme a lo establecido en un Estándar de Competencia,
para determinar si es competente o todavía no lo es, en el desarrollo de una función
laboral determinada.
Dentro de las etapas del proceso de certificación, que culmina con la entrega del
certificado, sin duda la evaluación y la dictaminación son la parte medular del 4
proceso.
La certificación del personal en los organismos, dependencias y empresa en
estándares de competencia es un buen inicio para ofrecer servicios de calidad
confiables y seguros a los clientes.
Elaboro:
Jose Maria Cedeño Romo
Bibliografía
Tierno García, J. M., Iranzo García, P. y Barrios Arós, C. (2011). «El compromiso
organizativo e institucional para diseñar y evaluar competencias en la universidad».
Revista de Educación, n.º 361. Disponible en:
www.revistaeducacion.mec.es/doi/361_141. pdf, [consulta: noviembre de 2012].
http://educacion.jalisco.gob.mx/consulta/educar/19/argudin.html