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Nº 21, 2010
Resumen
Qhapaq Ñan fue la arteria principal de una profusa red de caminos que se tejió en los Andes en tiempos
del Imperio Inca y que conectó territorios pertenecientes hoy a seis países. Este camino expresó una
forma de concebir y manejar el territorio que ha sufrido cambios históricos intensos, pero en partes,
mantiene vivo su valor y funcionalidad hasta nuestros días. Su protección y conservación transciende
la dimensión monumental y arqueológica e involucra la gestión del territorio desde una concepción
patrimonial y paisajística.
Palabras clave
Qhapaq Ñan, camino inca, Imperio Inca, territorio, paisaje cultural e itinerario cultural.
Abstract
Qhapaq Ñan was the main artery of a widespread road network built in the Andes in the days of the Inca
Empire and which connects nowadays territories belonging to six countries. This road expressed a form
of conceiving and handling the territory that has undergone intense historical changes, although some of
its parts have kept alive its value and functionality to the present time. Its protection and its conservation
go beyond the monumental and archaeological dimension involving the territorial management from a
conception that takes into account both the cultural heritage and the cultural landscape.
Keywords
Qhapaq Ñan, Inca road, Inca Empire, territory, cultural route and cultural landscape.
* El artículo había ya sido publicado por la Revista Ería Nº. 78-79, 2009. Departamento de Geografía de la Uni-
versidad de Oviedo, España.
** Geógrafa, especialista en Paisaje Cultural. Fue coordinadora del Proyecto Qhapaq Ñan del INC.
Correo electrónico: guadmartinez@yahoo.es
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Figura 1. El Qhapaq Ñan en Sudamérica. La extensión de la red vial del Qhapaq Ñan in-
volucra los territorios de Perú, Ecuador, Bolivia y parte de Colombia, Argentina y Chile.
Mapa elaborado a partir de la información del Proyecto Qhapaq, 2003-2007.
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Figura 2. El Qhapaq Ñan del Chinchaysuyu a su paso por las punas de Huamanín,
sobre los 4.000 msnm, en dirección a Huanucopampa. (Fotografía: Timoteo Guijarro).
partir de Quito, la presencia inca se percibe en El camino del Qollasuyu es, al igual que el
asentamientos defensivos que marcan el avance del Chinchaysuyu, de una gran longitud. Parte
del Imperio por tierras ecuatorianas del Carchi del Cusco y desciende hacia el Sur, desdoblán-
e Imbabura y la actual provincia de Nariño en dose para bordear el lago Titicaca en un ramal
Colombia, que en el siglo XVI estaba en proceso oriental y otro occidental que se unían poste-
de incorporación (Lumbreras 2004). riormente para atravesar el territorio del altipla-
Esta ruta es la más importante del Impe- no boliviano en lo que eran los límites surorien-
rio, como así lo demuestran sus características tales del Tawantinsuyu.
constructivas, cuyo ancho oscila entre 3 y 16 m
(Hyslop 1992, pág. 108) y la envergadura de los Parte de estos caminos se trazaron y con-
vestigios arqueológicos que jalonan el camino solidaron como rutas durante el período Tiwa-
tanto en sus inmediaciones como en el área de naku3 y fueron incorporados a la red vial inca.
influencia mediata. No es casual que este camino Para afianzar claramente el avance del Imperio
atraviese y organice los centros administrativos por tierras altiplánicas, la administración incai-
más importantes del Tawantinsuyu fuera del Cus- ca expandió a lo largo de estas tierras su siste-
co como Vilcashuamán, Xauxa, Tarmatambo,
3 Entre los siglos VI y XII d.C. se desarrolló en el
Pumpu, Huanucopampa, Cajamarca y Huanca- entorno del lago Titicaca, en los actuales territorios de
bamba, en actuales territorios del Perú; e Ingapir- Perú y Bolivia, una compleja y avanzada civilización, de
ca, Tomebamba o Riobamba en Ecuador (Fig. 2). la cual se conservan imponentes vestigios.
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ma de tambos y pucaras4 y mejoró los caminos tiva integral de una red vial minuciosamente pla-
en cuanto a su construcción formal. Desde el nificada y jerarquizada de forma que se garantice
altiplano boliviano los caminos se desdoblaban su expansión, mantenimiento y funcionalidad.
para avanzar hacia los confines más meridiona- Expansión hacia los confines del Imperio Inca,
les del Tawantinsuyu. Una ruta se dirigía hacia la en el proceso de anexión de nuevos territorios;
actual región mendocina de Argentina y la otra mantenimiento, tanto de la infraestructura vial
penetra en los antiguos territorios de diaguitas misma como de los equipamientos que la arro-
y atacamas en tierras chilenas, que ya habían pan y garantizan su funcionalidad al servicio del
desarrollado redes de caminos básicas y donde Inka. Es así que el Qhapaq Ñan, en palabras del
se une al camino que se prolonga desde la cos- arqueólogo peruano Luís Guillermo Lumbreras,
ta peruana. El Qhapaq Ñan inicia en Chile su se convierte en un instrumento del proyecto po-
recorrido por el desierto más árido del mundo, lítico integrador llamado Tawantinsuyu.
el desierto de Atacama, hasta llegar al Maipo, Este proyecto no se puede entender sólo des-
actualmente Santiago de Chile. A partir de ahí de una perspectiva geopolítica de delimitación
no se han encontrado vestigios del avance inca más o menos clara de las “fronteras” del Tawan-
(Lumbreras 2004). tinsuyu, la búsqueda de control de los territorios
Los caminos del Contisuyu dibujan la sa- involucrados y la expresión del Qhapaq Ñan
lida del Cusco hacia territorios costeños, en como símbolo del poder dominante del Inka,
lo que corresponde a las actuales regiones de porque si bien está implícita, la transciende. La
Arequipa, Moquegua y Tacna, en el extremo observación de esta red nos remite rápidamente
sur peruano. Estos caminos son rutas transver- a las condiciones geográficas que atraviesa, tra-
sales que garantizan la complementariedad de duciendo una motivación ambiental y económi-
recursos naturales, al atravesar en su recorrido ca. El Qhapaq Ñan facilitó el manejo de los dife-
muy variados pisos ecológicos, en la gradación rentes pisos ecológicos en una suerte de articu-
altitudinal propia del descenso desde las alturas lación del medio físico con el aprovechamiento
cordilleranas a los espacios costeños. de sus recursos naturales y minerales, según las
variaciones altitudinales y transversales del me-
Los caminos del Antisuyu son los menos dio. Se integra en una misma lógica económica
conocidos y de los que menor número de vesti- territorios diversos y distantes. La planificación
gios se registran. Penetran en los territorios más de la red vial y sus equipamientos expresa el co-
orientales de los Andes Amazónicos o Ceja de nocimiento y control de los ciclos naturales para
Selva, donde las condiciones son más difíciles establecer ciclos económicos adaptados (Martí-
para la conservación de las evidencias arqueo- nez 2004).
lógicas. La verdadera dimensión física de la ex-
tensión del Imperio Inca por esta región no está El camino también posibilitó un control so-
muy clara. cial y demográfico, facilitando el traslado de po-
blaciones enteras, mitimaes, de un confín a otro
del Imperio. Los fines de estos desplazamientos
II. Significado y componentes del camino pudieron ser variados: de sometimiento de estas
poblaciones, de producción, como el traslado de
Que el Qhapaq Ñan y todo el tejido vial que se artesanos u otros oficios que sirven a los fines
entrelaza pueda ser considerado el mayor monu- del Imperio, de redistribución territorial de la
mento de la América Precolombina no es casual población, buscando equilibrar la oferta de re-
ni obedece exclusivamente a su extensión. Sus cursos naturales y las demandas de la población,
dimensiones deben observarse desde la perspec- o de mantenimiento de la infraestructura del
4 Construcciones militares de carácter defensivo, Imperio, incluida la propia red vial que precisa-
propias del mundo andino. ba de grandes cantidades de mano de obra para
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(Hyslop 1992). Hay escasas evidencias e inves- bradas en la superficie representando elementos
tigaciones sobre éstos. Los diferentes registros destacados del territorio o la estructura princi-
realizados tanto por el arqueólogo norteamerica- pal de éste. Constituían una especie de “carto-
no John Hyslop, cuyos resultados se publicaron grafía en la roca” que orientaba e informaba al
en 1992, como por arqueólogos peruanos, en el viajero en su ubicación ante el paisaje que atra-
marco del Proyecto Qhapaq Ñan del Instituto viesa (Martínez 2004).
Nacional de Cultura del Perú, entre el 2003 y
Los puentes fueron un elemento esencial
2004 y publicados en el 2006, pusieron de mani-
del camino en una geografía tan abrupta en la
fiesto que no había chaskiwasis en todas las rutas
que permanentemente había que sortear ríos,
del Qhapaq Ñan. Queda por determinar si ello
quebradas, cañones o desfiladeros. Existía una
obedeció a una decisión planificada o a que no
variedad de puentes en función de la geografía y
quedan evidencias de los mismos. En cualquier
de los materiales locales: los puentes colgantes,
caso, son parte del camino y definen algunos
de los aspectos más característicos del funcio- las oroyas, los puentes flotantes y los puentes de
namiento y alcances de esta red vial que llamó piedra o de madera (Figs. 3 y 4).
la atención de los primeros españoles y quedó Los puentes colgantes fueron los más es-
plasmado en las crónicas, como fue la rapidez en pectaculares y conocidos; su construcción se
la transmisión de mensajes y productos para el realizaba –y se sigue realizando en algunos lu-
Inka, gracias a la organización de estos mensa- gares del Cusco– con fibras vegetales propias de
jeros o chaskis que circulaban por las rutas del cada región y se empleaban para superar caño-
Imperio y que cada cierta distancia paraban en nes profundos. Requerían un mantenimiento
un chaskiwasi, donde eran relevados por otros. permanente. La oroya o huaro consistía en una
Las apachetas eran (y son) montículos de pie- canasta enganchada a un cable sujetado a am-
dras de diversos tamaños formados por acumula- bas márgenes del río y con dos personas en cada
ción paulatina por los viajeros que depositaban extremo para tirar de él. Si bien no permitía
estas piedras a manera de ofrenda para evitar po- trasladar muchas personas en un mismo viaje
sibles contratiempos en la travesía y concluirla era de más fácil construcción que los puentes
de manera satisfactoria. Esta práctica sigue vi- colgantes. Se siguen utilizando actualmente.
gente. Las apachetas se localizaron a la vera del Los puentes flotantes sobre juncos o totora es-
camino en espacios de transición entre diferen- tuvieron limitados al ámbito del lago Titicaca
tes unidades de relieve o en el punto donde se (Hyslop 1992). Son grandes atados de totora,
visualizan los hitos geográficos más destacados amarrados con cables de ichu8.
del entorno. Esto evidencia la comprensión del El puente de piedra o rumichaka –vigente
territorio por el viajero y constituye un indicador en la toponimia de la Cordillera Andina bajo la
de las variaciones del relieve y de los cambios acepción en quechua–, tuvo pequeñas dimen-
en el paisaje (Martínez 2004). Durante la Colo- siones, construido en piedra para salvar cauces
nia y el Virreinato, esta práctica fue condenada menores de aguas esporádicas. En la actualidad,
por su carácter pagano en el Concilio Provincial la construcción completa desapareció; perdu-
de Lima en 1587, ordenándose a los sacerdotes ran en muchos casos los estribos. El puente de
desmantelarlas y plantar cruces en su lugar. La madera fue el más común, combinándose en
prohibición no impidió que se continuara con ocasiones con estribos de piedra. Pudieron al-
esta práctica, con la diferencia que los amonto- canzar hasta 16 m de largo (Hyslop 1992). Ya
namientos de piedras se acompañaron de cruces no quedan vestigios de estos puentes.
o altares de diversos tamaños.
8 El ichu (Stipa ichu) es una gramínea del altiplano
Las maquetas eran rocas de dimensiones andino, utilizada como pasto natural, como combustible
variadas, localizadas a la vera del camino y la- y material de. Construcción.
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Los centros administrativos o espacios urba- llegaban los caminos de esta vasta red vial; eran
nizados y planificados territorialmente, obede- caminos rituales que culminaban en las cimas
cían al modelo cusqueño y se articulaban por la de las montañas en el punto de contacto entre
ruta incaica a fin de establecer el control y la ad- el espacio terrenal y el espacio sagrado (Vitry
ministración del territorio. Los de mayor rango 2007).
tenían una factura arquitectónica claramente
Esta organización y articulación del espacio
inca, de gran tamaño y complejidad estructural.
andino precisaba que la red vial estuviera en
Eran mencionados por los primeros cronistas
óptimo funcionamiento conectando los parajes
del siglo XVI como cabeceras de provincia y
más recónditos del Imperio, independientemen-
dentro de ellos, los más importantes constituían
te de las mayores o menores dificultades orográ-
auténticas ciudades como los que se localizan
ficas. Para lograrlo, se buscaron permanente-
en el Perú: Vilcashuamán, en la región Chan-
mente soluciones ingenieriles que superaran las
ca, Huanucopampa, en la región Yaruvilcas,
limitaciones impuestas por lo agreste del relieve
Pachacamac, en la región Ischma; o Tumibamba
o las condiciones ambientales adversas.
e Ingapirca en la región del Cañar, en Ecuador
(Lumbreras 2004). Los emplazamientos de estos Es así que se logró una imbricación entre
centros administrativos eran verdaderos encla- el camino y las características geográficas que
ves de la ruta y estaban directamente asociados atravesaba. Por tanto cuando los caminos se tra-
a la vía principal desde la que se articulaban al zaban sobre las rocas no solían tener elementos
Cusco. constructivos formales, por la dificultad para
alterar una superficie rocosa. En estas condicio-
Los fuertes o pukaras se localizaban fun-
nes los caminos se tornaban estrechos, adapta-
damentalmente en los espacios fronterizos
dos a la orografía. Sólo en pendientes pronun-
como indicador espacial del proceso de avance
ciadas aparecían tramos de escaleras o rampas
y anexión de nuevos territorios al Imperio. El
para sortear esta dificultad del trayecto. Para las
mayor número de fuertes, por tanto, se encuen-
pendientes laterales se construyeron muros de
tran hacia el Norte, después de pasar Quito,
contención a fin de evitar los derrumbes. En los
como testigos de la labor de incorporación de
tramos susceptibles de ser afectados por lluvias
los territorios de los Pastos en la frontera norte.
abundantes, inundaciones o deshielos, se dise-
Hacia el Sur quedan abundantes vestigios en la
ñaban canales de drenaje, terraplenes y calzadas
región de Mendoza en Argentina y el Maipo en
elevadas. Cuando el camino atravesaba superfi-
Chile, donde su presencia va marcando el trazo
cies onduladas se adaptaba a la orografía sin in-
del camino en el extremo más meridional del
troducir elementos constructivos. Los caminos
Imperio.
que atravesaban ámbitos desérticos tenían esca-
Los santuarios de altura estaban directa- sos o ningún elemento de construcción formal,
mente relacionados con el culto a la Naturaleza sólo demarcaciones con hileras de piedras o pos-
y en concreto a las montañas, propio de las so- tes de madera, según hubiera uno u otro mate-
ciedades andinas, que los incas formalizaron a rial en la zona del camino; en otras ocasiones, el
partir de la construcción de estructuras religio- camino era una senda trazada en la arena. En la
sas en las cumbres de montañas. Estas montañas tipología constructiva también se tomó en con-
son los apus, es decir, divinidades en el universo sideración las vocaciones de los territorios por
de creencias andinas que siguen vigentes; tie- los que discurría el camino; por ello, cuando el
nen una connotación espiritual ligada al devenir trazo atravesaba paisajes agrarios, se construían
mismo de la Naturaleza y de la existencia huma- muros laterales para proteger los cultivos frente
na. No todas las montañas tienen la misma con- al tránsito de viajeros y animales y el ancho era
notación religiosa ni en todas se construyeron menor para no mermar el espacio productivo
santuarios de altura. A los santuarios de altura (Hyslop 1992).
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La red vial del Qhapaq Ñan llega a la ac- que corresponde a la percepción individual y
tualidad con diferentes niveles de conservación. colectiva de este paisaje.
En líneas generales y para el caso del Perú, don-
Los incas, grandes conocedores y planifi-
de la red adquirió las mayores dimensiones y se
cadores del territorio, modelaron paisajes y así,
ramificó con más profusión, los caminos que
de las vertientes escarpadas surgieron suelos
atraviesan las regiones altas, por encima de los
fértiles gracias al laborioso sistema de terrazas
3.800 msnm tienen elementos de construcción
y andenerías9 cuyo funcionamiento, en muchas
formal mejor conservados, tanto por el aprove-
ocasiones se daba en condiciones extremas;
chamiento antrópico menos intensivo de estas
trazaron arterias viales que conectaron los di-
regiones, como por la construcción más sólida ferentes espacios y límites del vasto territorio
(suelen estar empedrados con sistemas de dre- del Tawantinsuyu; o planificaron el diseño y la
naje para los períodos de lluvias y deshielo). Los construcción de centros urbanos, fortalezas de-
caminos que circulan por los parajes desérticos, fensivas o lugares de almacenamiento de pro-
propios de la costa peruana, son los menos con- ductos y controles de paso. Pero, con especial
servados, tanto por la fragilidad de la construc- cuidado, los incas fueron creadores y recreado-
ción formal como por el proceso intenso de ocu- res de paisajes de un elevado valor simbólico.
pación y transformación de la costa que tiene
lugar a partir de la Colonia y que se desborda en Los paisajes andinos evidencian las posibili-
el siglo XX. dades de ordenación del territorio desde el ma-
nejo vertical que implica el aprovechamiento
Además de la integración de los tramos a productivo en condiciones orográficas abruptas
las características geográficas que atraviesa, se y difíciles, el control del riesgo, implícito en esta
puede establecer una tipología de caminos aten- geografía, y la complementariedad de los terri-
diendo a su funcionalidad. Así, el camino real torios a partir de su articulación por la profusa
es para uso exclusivo de la elite dominante, los red vial incaica. Pero no hay que olvidar que el
caminos colectivos, de uso netamente popular, control vertical no es patrimonio exclusivo de
los caminos militares, con fines defensivos y de los incas, sino una forma común de entender
expansión de los límites territoriales, los cami- y accionar en el territorio de las sociedades an-
nos rituales, de acceso a espacios sagrados como dinas que los incas integraron bajo una misma
los santuarios de altura, los templos u otros o planificación. Ello nos remite a la cuenca hi-
los caminos para el intercambio y complemen- drográfica como unidad geográfica de acción y
tariedad de productos como son los caminos a las vertientes hidrográficas como espacios de
transversales que comunican los espacios cor- desarrollo de todo un proceso de uso y aprove-
dilleranos con los costeros, descendiendo por chamiento propio del mundo andino.
los valles y permitiendo comunicar una gama de
pisos ecológicos muy variada. El relieve de la Cordillera Andina está de-
finido grosso modo por elevadas mesetas, deno-
minadas punas, que constituyen los lugares de
III. El Qhapaq Ñan y la construcción nacimiento de los cursos hidrográficos principa-
del paisaje andino les, pronunciadas pendientes en las vertientes
hidrográficas, que van marcando las partes de
Los paisajes “son los productos más elaborados una cuenca, y angostos valles interandinos. En
de la cultura territorial” (Ojeda 2004) y conti-
nuando con las afirmaciones del autor referen- 9 Los sistemas de terrazas y andenerías son técnicas
ciado, presentan dos dimensiones, la objetiva, agrícolas con referencias en los Andes centrales desde
la cultura Huarpa (200 – 600 d.C.) y en el altiplano del
formada por los elementos naturales y antrópi- Titicaca durante la ocupación Tiwanaku. Con el Impe-
cos que estructuran el territorio y definen las rio Inca estas técnicas agrícolas se extienden a todo el
formas concretas de los paisajes, y la subjetiva, Tawantinsuyu (Bolaños 1990).
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chando la valoración simbólica del espacio geo- pos anteriores al Tawantinsuyu, cuyos dioses,
gráfico, común a los diversos pueblos andinos adoratorios de altura y santuarios fueron incor-
(Vitry 2007). porados al universo ideológico y religioso del
Imperio Inca. La religiosidad de esta ruta, refle-
En este universo de simbolismos, no todos
jada en los diferentes elementos del paisaje, fue
los elementos del paisaje adquirieron la misma
profusamente registrada por Francisco de Ávila,
valoración y, del mismo modo, no todos los ca-
el Extirpador de Idolatrías, quien describió los
minos incas fueron iguales; éstos presentaron
ritos, tradiciones, mitos y leyendas que se tejie-
diferentes valoraciones y demostraciones del
ron acompañando su recorrido (Fig. 5).
poder inca. Así, el camino de Cusco a Quito,
el Qhapaq Ñan, desplegó manifestaciones inge- El paisaje, en definitiva, estaba condiciona-
nieriles dignas de una arteria vial principal, la do por el nuevo orden de los incas y era asumido
del Camino del Señor o Camino Real, acom- por cada región tanto en su percepción visual y
pañada de un sistema de equipamientos propio simbólica como en la cotidianeidad del manejo
de su rango, que atravesó y comunicó espacios espacial que involucra el aprovechamiento so-
urbanos principales en la red del Tawantinsuyu. cial de la oferta territorial. En esta concepción,
Pero también había caminos que accedían a los los caminos tuvieron un importante papel como
santuarios de altura o caminos de peregrinación expresión tangible, funcional y simbólica de la ex-
como el que iba desde Xauxa hasta Pachacamac, pansión inca y un elemento conector de territo-
desde el corazón de la Cordillera Andina a la rios y paisajes. Estas “pautas definidoras” del pai-
costa central peruana, que se remontaba a tiem- saje se manejaban desde el centralismo cusqueño
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del Imperio Inca y se insertaban y aprehendían mano de obra para el mantenimiento del ca-
las condiciones sociales y territoriales locales, en mino. No obstante, ello no supuso su ocaso,
una suerte de convivencia del orden inca con las aunque su reutilización fue parcial. Sufrió una
especificidades de cada territorio anexado. reestructuración adecuándolo a los fines polí-
ticos y económicos del nuevo orden colonial y,
posteriormente, virreinal.
IV. El Qhapaq Ñan y el advenimiento
Con el advenimiento de la Colonia y el
de un nuevo modelo territorial
Virreinato del Perú, la estructura económica
El Imperio Inca duró aproximadamente cien se sustentó en la extracción de minerales y la
años, entre el siglo XIV y XV, pero la red vial producción mercantil, lo cual supuso un cam-
del Qhapaq Ñan transcendió, en parte, con la bio radical en la concepción de la utilización y
conquista de los Andes por los españoles. Como aprovechamiento del territorio. La integración
ya lo mencionamos al inicio de este artículo, el longitudinal y transversal andina pasó a ser una
Qhapaq Ñan se nutrió de estructuras camineras articulación (que no es integración) de los valles
previas, pero también facilitó la movilización de interandinos con la costa para facilitar la salida
las huestes de Pizarro hacia los confines de este de la producción, especialmente de minerales.
Imperio en sus propósitos de conquista. No fue- La nueva organización del espacio económico se
ron pocos los comentarios de los conquistadores volcó hacia la costa y, ésta, a su vez, hacia la Me-
ante la majestuosidad de los caminos y varios trópoli Ibérica a través de los puertos marítimos
los cronistas que registraron lo que acontece en (Martínez 2004).
esta parte del mundo, tomando como ruta el Aconteció una mutación en la forma de ac-
Qhapaq Ñan, hacia el que no escatimaron elo- cionar sobre el territorio. Se abandonó el mane-
gios11. Factura constructiva, dimensiones físicas jo desde la unidad geográfica de la cuenca, en el
e importancia sociopolítica avalan las nutridas que la búsqueda del control de los procesos de
referencias. la Naturaleza se hacía a partir de la compren-
Durante los primeros años de la Colonia, sión de los mismos y se sustituyó por la búsque-
el Qhapaq Ñan sufrió una etapa de abandono da inmediata de la dominación y explotación
y destrucción provocado por el fin abrupto de de los recursos y un traslado de la memoria
un proyecto político panandino en el que se jus- geográfica peninsular a las nuevas condiciones
tificaba una red vial de semejantes dimensiones andinas. Ello indujo a generar nuevas organiza-
y, en consecuencia, por el desvanecimiento de ciones espaciales en el uso y aprovechamiento,
toda una estructura social que proporcionaba dando prioridad al valle y a los escasos espacios
llanos, cuando no se aplanaron los terrenos en
11 Pedro Cieza de León en Crónica del Perú [1553] se pendiente, uniendo terrazas y andenes a fin de
expresa así del Qhapaq Ñan:
“...Una de las cosas de que yo más me admiré contem- generar nuevas áreas para una agricultura cerea-
plando y notando las cosas deste reyno fue pensar cómo lística, introducida desde las tierras castellanas,
y de qué manera se pudieron hazer caminos tan grandes que modificó el color, la forma y en definitiva,
y sobervios como por él vemos y qué fuerças de honbres la estructura del paisaje andino. Ello se produjo
bastaron a lo poder hazer y con qué herramientas y es-
trumento pudieron allanar los montes y quebrantar las
en detrimento del manejo de las vertientes, con
peñas para hazerlos tan anchos y buenos como están; todo lo que implicaba de incremento del riesgo
porque me pareçe que si el Enperador quisiese man- de la erosión y de pérdida del suelo fértil, audaz-
dar hazer otros camino real como el que va del Quito mente ganado a la pendiente. Las tecnologías
al Cuzco sale del Cuzco para yr a Chile, çiertamente agrícolas prehispánicas fueron abandonadas en
creo con todo su poder para ello no fuese poderoso ni
fuerças de hombres lo pudieran hazer, si no fuese con la parte o desplazadas hacia espacios marginales,
horden tan grande que para ellos los Yngas mandaron relegados por los colonizadores. Estas condicio-
que oviese...” nes, unidas a la esquilmación de los recursos mi-
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nerales y ante una población diezmada, debieron relegados en la nueva estructura territorial. En
ofrecer un panorama muy alejado de la antigua el caso de los caminos rituales, muchos conti-
planificación y control del territorio durante el nuaron utilizándose bajo el sincretismo religioso
período inca. que ha venido caracterizando los momentos his-
tóricos andinos desde la conquista.
Parte de la red continuó en funcionamien-
to, al igual que algunos de los equipamientos de Independizados los territorios andinos de
la misma como los tambos, que fueron tratados la metrópoli peninsular y con el advenimiento
como ventas, ajustándose a la denominación de las repúblicas americanas a lo largo del si-
y funcionamiento propio de España, ya que la glo XIX, las estructuras territoriales no acusan
producción campesina era llevada hasta éstos grandes cambios. En el caso del Perú, la estruc-
para la comercialización. Los tambos entraron tura territorial no sólo se mantuvo sino que se
en una nueva etapa como espacios de encuentro consolidó la vinculación de la producción de la
de modos de vida diferenciados que terminaron sierra con la costa bajo la lógica extractora y ex-
irremediablemente integrando nuevas estructu- portadora. La construcción de carreteras para el
ras sociales y territoriales (Glave 1989). tránsito rodado o las vías férreas para el tren se
adecuaron a esta lógica y, desde la visión nacio-
Otra parte de esta red vial y sus equipamien- nal, priorizaron la comunicación e integración
tos se sumieron en el abandono. Los factores que costeña, complementada con ejes transversales
explicarían este abandono son varios, como la de penetración a los valles interandinos para la
necesidad de una abundante mano de obra para canalización de la producción hacia el eje cos-
el mantenimiento y la ampliación del sistema tero y sus puertos marítimos. Fue la época del
vial inca, que durante la Colonia y el Virreinato desarrollo de las grandes haciendas, que abas-
se vio notoriamente disminuida por las epide- tecen de materias primas los mercados interna-
mias o las duras condiciones de trabajo en las cionales, y también fue la época del guano12, por
minas. También las redistribuciones espaciales lo que los puertos marítimos del Perú cobraron
mediante las reducciones de indígenas con fines una especial relevancia e intensa actividad y
de evangelización y tributación diseñaron otro precisaban una adecuada accesibilidad desde
mapa de asentamientos y accesibilidades en el los espacios de producción. Sólo el espacio sur
que muchos tramos del camino inca quedarían cordillerano tuvo mejores condiciones de acce-
relegados. Otro factor importante fue la inade- sibilidad interna entre los principales centros de
cuación de los tramos para los caballos y mulas extracción y tratamiento de las fibras de alpaca y
introducidos con la conquista que se convierten vicuña, materias primas de importante demanda
en las nuevas bestias de carga y transporte más en los mercados internacionales. El resto de los
frecuentes. Un factor clave en la desestructura- territorios siguió otro ritmo.
ción de la red a nivel subcontinental fue la aper-
tura de nuevas rutas para conectar los emergen- La consecuencia es un mapa vial peruano
tes centros de producción (haciendas y minas) con severas limitaciones para la articulación de
con los puertos costeños y, relacionado con ello, espacios que no sean los costeros. Si comparamos
la priorización, a partir de la Colonia, de la co- esta estructura vial actual con la red camine-
nexión de los centros de producción y mercado, ra del siglo XV, podríamos observar como el eje
bajo una lógica extractiva en la explotación de vertebrador cordillerano norte–sur, conectado
los recursos. En este contexto, sólo se utilizan transversalmente con el camino costero de eje
aquellas rutas que cubran las nuevas necesida- también norte–sur, se muta en una arteria cos-
des, abandonando las restantes, especialmente tera, la Panamericana, a la que se conectan ejes
aquellas que se dirigían a los santuarios o a las oeste – este desde la selva o la sierra, rompiendo
fortalezas en el avance del Imperio Inca o las 12 Abono natural formado a partir del excremento de las
que se dirigían a los espacios urbanos y agrícolas aves y se recoge en las islas cercanas al litoral peruano.
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la integración longitudinal cordillerana. El tejido sobre su base. Los espacios de mayores dificulta-
vial del tránsito rodado condena a la Cordillera des de acceso se ven olvidados por el trazado de
Andina a anidar espacios internos aislados entre las nuevas vías, por lo que continúan utilizando
sí y cuya dinamización depende del nivel de ar- partes del camino inca como medio de comuni-
ticulación con los centros urbanos costeros. Así, cación, porque mantiene un trazo más directo, y
se va consolidando una red urbana serrana con como infraestructura funcionalmente adaptada
núcleos cuyo crecimiento se vio favorecido por a la estructura local agraria (Figs. 8 y 9).
las ventajas competitivas que generaban las me-
jores condiciones de acceso a la costa y en torno El camino no sólo mantiene una vigencia
a la que se desarrollaban centros menores que, en tramos como elemento conector en la es-
directa o indirectamente, también dependían de tructura funcional cotidiana rural de los Andes
esa accesibilidad (Figs. 6 y 7). peruanos, también es vaso comunicante de tra-
diciones y religiosidades bañadas ahora de un
Esta redistribución de la infraestructura vial sincretismo entre la cosmogonía netamente an-
generó (y genera) en el Perú dos tipos de flujos dina y la imposición de las creencias católicas.
que responden, grosso modo, a lógicas económi- No es infrecuente encontrar peregrinaciones
cas y espaciales divergentes. Por un lado, los flu- religiosas actuales que utilizan antiguos caminos
jos del tránsito rodado que circulan por las mo- prehispánicos, que llevan a algún lugar sagrado
dernas infraestructuras y que están motivados bajo el santoral católico, en el que subyace una
por la oferta y la demanda del sistema urbano. creencia ancestral.
Por otro lado, los flujos a pie o en acémila, que
aún siguen siendo dominantes en los Andes, dis- Todo ello hace del Qhapaq Ñan un camino
curren por maltrechos caminos de herradura y vivo en el que a su vera se mantienen y alimen-
por algunos tramos del Qhapaq Ñan y sus rama- tan mitos, tradiciones, creencias, paisajes carga-
les. Estos flujos responden a la lógica diaria de la dos de gran simbolismo y que albergan recursos
organización y la distribución de las actividades únicos al atravesar una gran variedad de eco-
económicas propias de estas sociedades rurales, sistemas. Pero también a su vera se encuentran
que mantienen, con algunas variantes, el control condiciones extremas de pobreza y exclusión so-
vertical de los pisos ecológicos como la estrate- cial de territorios que desde hace medio milenio
gia productiva más adaptable para enfrentar el han sido relegados a la autarquía y que viven la
riesgo, en una economía agraria que combina la situación más dramática impuesta desde afuera:
subsistencia con la venta marginal en los merca- la del olvido.
dos locales y urbanos (Martínez 2004).
El recorrido nos muestra una realidad terri-
Un recorrido por alguna de las rutas de la torial en la que el camino nos guía en una gran
red vial del Qhapaq Ñan en territorio peruano paradoja: los territorios con mayor riqueza patri-
nos verifica esta afirmación13. Los territorios monial, en cualquiera de sus expresiones, son,
donde los mercados urbanos canalizan la ma- por el contrario, los territorios más aislados y en
yoría de los flujos, el Qhapaq Ñan ha quedado situaciones de extrema pobreza y aislamiento de
relegado, cuando no olvidado o, lo que es peor, los actuales circuitos económicos (Fig. 10). Por
las infraestructuras viales modernas se trazaron poner algún ejemplo, antiguos centros urbanos,
13 Un equipo de geógrafos de la Dirección de Estudios cabeceras de provincia en el siglo XV, como el
sobre Paisaje Cultural del Instituto Nacional de Cultura ya mencionado Huánucopampa u otros como
- INC del Perú, en el marco del Proyecto Qhapaq Ñan Vilcashuamán, que estuvieron conectados entre
realizó un registro de los elementos y estructura territo- sí y con el resto de Imperio por la arteria más
rial de varios tramos del Qhapaq Ñan y rutas transver-
sales durante las campañas 2004 y 2005. Los resultados
importante del camino inca, sufren actualmente
fueron publicados por el INC en el 2005 y 2006 respec- las consecuencias del aislamiento, con econo-
tivamente. mías débiles de alcance local. El otrora “cusco”
51
Figura 6 y 7 (Red vial del Qhapaq Ñan – Hyslop y red vial actual). El Qhapaq Ñan se constituyó en un eje de integración longi-
tudinal y transversal de la Cordillera Andina con los espacios costeros y amazónicos. Actualmente, la red vial asfaltada nos mues-
tra la prioridad de integración a partir del eje costero con el que se articulan ejes transversales de penetración en espacios cordille-
ranos; la red vial afirmada complementa la accesibilidad en los espacios cordilleranos con severas limitaciones en la comunicación
y grandes vacíos en los accesos rodados. Mapa elaborado a partir de la información del Proyecto Qhapaq, 2003-2007.
Guadalupe Martínez Qhapaq Ñan: El camino inca y las transformaciones...
Figura 9. El Qhapaq Ñan entrando a Tingopaccha apoyado en muros de contención. El camino continua utilizán-
dose en muchos lugares de los Andes como vía de acceso a los centros poblados. (Fotografía: Timoteo Guijarro).
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Figura 10. El Qhapaq Ñan del Collasuyu a su paso por el pueblo de Racchi y discurre paralelo al templo
inca del mismo nombre. El camino se eleva con respecto a la laguna. (Fotografía: Timoteo Guijarro).
más importante fuera del Cusco14, Huánuco- Vilcashuamán constituye hoy en día un centro
pampa, se convirtió en un espacio de difícil ac- de abastecimiento de un entorno rural inmedia-
ceso donde la antigua ciudad incaica es testigo to, pero aislado de circuitos de mayor alcance en
mudo de las condiciones de vida de las poblacio- una de las regiones más pobres del Perú y más
nes de su entorno, sumergidas en una economía maltratadas por los años de violencia interna de
de subsistencia y presionadas por los intereses de la década de los 80 y principios de los 90, cuyas
los espacios urbanos inmediatos que proyectan heridas aún no se han cerrado.
sobre el monumento arqueológico expectativas
concentradas en la explotación turística. O Vil-
cashuamán, complejo monumental localizado V. La gestión del Qhapaq Ñan
en el Perú hoy
en una encrucijada de caminos hacia los distin-
tos puntos del Imperio, se fue viendo aislado de 1. Dos conceptos inherentes: Itinerario cultural
los ejes dinamizadores del nuevo orden. Sobre y paisaje cultural
sus piedras y con sus piedras se construyó el El Qhapaq Ñan llega hasta nuestros días como
asentamiento colonial que continúa creciendo, un camino cargado de historia que denuncia en
ejerciendo una presión urbanística que limita cada recorrido un profundo desequilibrio en la
las posibilidades de integración del patrimonio distribución de los recursos y el acceso a condi-
en las dinámicas urbanas actuales. La ciudad de ciones de vida dignas. Por lo mismo, no puede
14 Los centros administrativos más importantes cons- abordarse únicamente como un bien patrimo-
truidos fuera del Cusco estaban diseñados siguiendo las nial digno de ser conservado y preservado para
pautas de planificación del Cusco. las generaciones futuras, precisa recurrir a nue-
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Guadalupe Martínez Qhapaq Ñan: El camino inca y las transformaciones...
vas visiones de la cultura y el desarrollo enten- Tawantinsuyu desde las región de los Pastos en
didas ambas como un binomio indisoluble a la Colombia hasta la región de Cuyo en Mendoza,
hora de enfrentar la planificación y gestión del Argentina y la región Picunche de Chile (Lum-
camino y sus territorios. El concepto mismo de breras 2004), que supuso la conexión y agiliza-
monumento arqueológico, si bien es una reali- ción de flujos de bienes, personas, pero sobre
dad, no es suficiente y condena al camino a un todo, de ideas y concepciones. La expresión
reduccionismo innecesario de sus posibilidades. tangible de esta expansión se materializa en
En la Tercera Reunión de Expertos del Qhapaq evidencias arqueológicas y paisajes articulados
Ñan, celebrada en La Paz, Bolivia, en abril de
por el camino. Este concepto nos remite al ca-
2004, se optó por definir el Qhapaq Ñan como
rácter panandino del camino y a la superación
“el gran itinerario cultural andino que atra- de las fronteras políticas actuales para situarse
viesa una diversidad de paisajes culturales a en escenarios internacionales. El propósito de
lo largo de su recorrido”15. este itinerario se orienta a encontrar modelos
Se considera que el camino y los paisajes de integración política para salvaguardar el
constituyen una unidad indisociable, que está patrimonio natural y cultural que muestra las
en permanente evolución. El camino es parte relaciones que se establecieron durante el pe-
del paisaje, su función histórica es la que ha ido ríodo inca y preinca y revelaría los elementos
variando en intensidad y uso, como parte de los culturales, sociales y económicos que ponen de
procesos de ajustes y desajustes del ordenamien- manifiesto una continuidad cultural en los An-
to territorial en el espacio andino. des actualmente (Sanz 2007).
Esta definición del Qhapaq Ñan emplea dos El concepto de itinerario abarca una parte
conceptos necesarios para un nuevo enfoque en de la esencia del camino, pero precisa arropar-
la gestión del camino, el itinerario cultural y el se con el de paisaje cultural para entender la
paisaje cultural. Los itinerarios culturales supo-
verdadera dimensión del Qhapaq Ñan y el reto
nen una nueva dimensión para abordar el patri-
de su gestión actual. Vincular ambos conceptos
monio. Su reconocimiento parte de un hecho
nos aproxima más a la esencia misma del cami-
histórico intangible que permite la conexión en-
tre espacios geográficos muy diferentes, lo cual no y nos permite comprenderlo en dos niveles,
se materializa en hechos y elementos concretos uno, en el escenario panandino, que involucra
materiales e inmateriales. No es una sumatoria a seis países actuales, donde el concepto de iti-
de elementos patrimoniales sino el hilo conduc- nerario cultural aborda su esencia desde una
tor que da pie a la existencia de estos elementos, visión de conjunto, que atraviesa los diferentes
los cuales testifican la existencia pasada o pre- ámbitos de gestión posible, internacional, na-
sente de este itinerario16. cional, regional y local. El otro nivel se desa-
rrollaría en el escenario regional y local, donde
El Qhapaq Ñan como itinerario cultural es
se debe poner especial énfasis en los paisajes
la expresión de la expansión político-militar del
construidos históricamente y que se mantienen
15 En <URL:http://www.unesco.org> conectados por las rutas del Qhapaq Ñan; para
16 Conclusiones de la Reunión Científica del Comité In- su investigación, preservación y conservación
ternacional de Itinerarios Culturales (CIIC), celebrada en
Madrid el 4 de diciembre de 2002, sobre “La indepen-
se precisa recurrir a las herramientas concep-
dencia conceptual y sustantiva de los itinerarios cultu- tuales y metodológicas propias de los paisajes
rales respecto a los paisajes culturales”, cuyas considera- y también de un marco normativo adecuado
ciones y recomendaciones fueron presentadas a la XIII para enfocar una gestión en la que el territorio
Asamblea General de ICOMOS, en la sesión plenaria
celebrada en la mañana del 5 de diciembre de 2002. En y el patrimonio no formen parte de concepcio-
<URL:http://www.icomos.org> nes diferenciadas cuando no antagónicas.
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El paisaje, según la definición de la Conven- con la inscripción conjunta del Qhapaq Ñan en
ción Europea del Paisaje (2000) es la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial de la
“cualquier parte del territorio tal y como es UNESCO como bien cultural por los seis países
percibida por las poblaciones y cuyo carác- actuales involucrados: Perú, Ecuador, Colombia,
ter resulta de la acción de factores naturales Bolivia, Argentina y Chile en enero de 200318.
y/o humanos y de sus interrelaciones” (Mata A la fecha, se realizaron varias reuniones temá-
2006). ticas en las que se acordaron conceptos, méto-
dos y procesos para avanzar en el largo camino
Si nos vamos a la definición que propor- de la postulación.
ciona UNESCO sobre los paisajes culturales17
vemos que estamos hablando de esencias simi- También se dio un decisivo avance con la
lares. En definitiva, los paisajes transmiten las elaboración conjunta del Plan de Acción Re-
transformaciones en el territorio que se han ido gional entre los seis países parte: Perú, Ecuador,
conformando en los tiempos geológicos e histó- Colombia, Bolivia, Chile y Argentina y presenta-
ricos. Actualmente, los paisajes están marcados do oficialmente en Lima en julio de 200619. Este
por la impronta que imprime el hombre ya sea esfuerzo supuso la identificación de los tramos
expresada en elementos materiales, en el mane- nacionales y binacionales en los que impulsar ac-
jo espacial propio o en las percepciones y valora- ciones de cada país en cuatro temáticas, valora-
ciones que se tejen en torno a éstos. El concepto ción arqueológica, recursos naturales y territorio,
paisaje cultural nos permite dar un salto más en
desarrollo comunitario y turismo sostenible, así
la protección y si bien todos los paisajes, aten-
diendo a ambas definiciones, serían culturales, como sus líneas transversales. Implicó un gran
la excepcionalidad, singularidad, autenticidad avance en términos panandinos la elección de
e integralidad de algunos de ellos, producto de tramos binacionales y la armonización de accio-
la interacción del hombre con su medio, ame- nes en los mismos. El plan está concluido y es una
ritarían un tratamiento especial como paisaje 18 En enero de 2003, los delegados permanentes de
cultural y su protección en base a lo destacable los países andinos solicitaron al Centro de Patrimonio
de su organización cultural, como esencia que Mundial encargarse de la coordinación general del pro-
mantiene vivo el paisaje y su identidad. yecto y acompañar el proceso de inscripción del bien
patrimonial. Del mismo modo, se solicita el apoyo para
la construcción metodológica de la candidatura de un
2. Los avances del estado peruano en la gestión bien común a seis Estados Partes de la Convención de
Patrimonio Mundial, la primera referencia en su género
del Qhapaq Ñan
en el caso de la Unidad de América Latina y Caribe del
En el escenario internacional se dieron ya im- Centro de Patrimonio Mundial. En <URL:http://www.
portantes pasos en la gestión del Qhapaq Ñan unesco.org>
El 23 de mayo de 2003, los Jefes de Estado de Ar-
17 En 1995 se introduce el concepto paisaje cultural gentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, re-
en las Directrices prácticas sobre la aplicación de la Con- unido en la ciudad de Cusco, Perú, con motivo de la
vención para la Protección del Patrimonio Mundial, docu- XVII Reunión Cumbre del Grupo de Río, firmaron una
mento que ha tenido diferentes revisiones: declaración conjunta para unir esfuerzos en el proceso
“Los paisajes culturales representan las obras conjuntas de inscripción del Qhapaq Ñan en la Lista del Patrimo-
del hombre y la naturaleza mencionadas en el artículo nio Mundial de la UNESCO. Esta declaración ha sido
1 de la Convención. Ilustran la evolución de la socie- reproducida íntegramente en El Qhapaq Ñan – Camino
dad y de los asentamientos humanos a lo largo de los Principal Andino. Plan de Acción Regional para un proceso
años, bajo la influencia de las limitaciones y/o ventajas de integración y cooperación. UNESCO –BID – Gobierno
que presenta el entorno natural y de fuerzas sociales, del Perú. Lima, junio, 2006.
económicas y culturales sucesivas, internas y externas. 19 El Qhapaq Ñan – Camino Principal Andino. Plan de
Deberían ser elegidos sobre la base de su valor universal Acción Regional para un proceso de integración y coopera-
excepcional, su representatividad en términos de región ción. Este plan fue realizado con fondos del Banco Inte-
neocultural claramente definida y su capacidad de ilus- ramericano de Desarrollo – BID con participación del
trar los elementos culturales esenciales y distintivos de sector cultural de cada país y el apoyo de la UNESCO a
dichas regiones” (UNESCO 2006). través de su oficina en Perú.
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funcional del Instituto Nacional de Cultura, de- sesga la concepción del paisaje, definido a partir
pendiente del Ministerio de Educación, y una del hecho arqueológico y acotado en un período
normatividad en materia de patrimonio cultural histórico concreto, el prehispánico. Esta con-
en la que se restringe la gestión del Qhapaq Ñan. cepción limita la comprensión y la gestión del
Se hicieron algunos esfuerzos meritorios como la camino y los paisajes que atraviesa en cuanto
creación de la Dirección de Estudios sobre Pai- realidades territoriales dinámicas sobre las que
saje Cultural en el año 200527,cuyas atribuciones se proyectan percepciones, valoraciones y ex-
funcionales se enfrentan a una limitación medu- pectativas sociales diversas, que condicionan el
lar: la inadecuación del marco normativo para accionar en el territorio. El reto es difícil, pues
insertar una legislación específica en materia se trata de conservar la esencia y el carácter de
de paisajes culturales o cuando menos un plan paisajes cuya impronta arqueológica es intensa,
nacional. Difícilmente se puede gestionar desde sin congelar su dinamismo.
el Estado lo que no está contenido ni recono- Las políticas territoriales, desde el nivel es-
cido en la norma. Y es que la Ley General del tatal, están incomprensiblemente disectadas, los
Patrimonio Cultural de la Nación 28296 de junio lineamientos sobre ordenación del territorio y
de 2004, no incluye los paisajes culturales como espacios naturales protegidos se dictan desde el
parte de la gestión del patrimonio cultural y sólo reciente Ministerio del Ambiente (anteriormen-
hace referencia a los entornos culturales de los te eran asumidos por el Consejo Nacional del
bienes materiales inmuebles28. En el reglamen- Ambiente) y las políticas de desarrollo urbano
to de esta ley, aprobado y publicado en junio de desde el Ministerio de Vivienda. Los gobiernos
2006, el concepto paisaje cultural está ausente. regionales, provinciales y locales implementan
El Reglamento de Investigaciones Arqueológi- los planes territoriales correspondientes. El Mi-
cas es el único instrumento de reconoce la fi- nisterio del Ambiente ha avanzado en el diseño
gura de los paisajes culturales, entendidos como de la Política Nacional del Ambiente30, a nivel de
propuesta y sometida a consulta pública, sobre
Paisajes Culturales Arqueológicos y dentro de la
la que se desarrollarán las políticas y normativas
categoría de Monumentos Arqueológicos Pre-
específicas a su competencia, incluida la corres-
hispánicos29. Ello es un notable avance, pero
pondiente al ordenamiento territorial. El paisaje
27 Mediante Resolución Directoral Nacional Nº 060/ es el gran ausente, pero aún se está a tiempo de
INC del 26 de enero de 2005 se aprueba la creación de superar la omisión.
la Dirección de Estudios sobre Paisaje Cultural dentro
de la Dirección General de Registro y Estudio del Patri- Únicamente dentro de las políticas territo-
monio Histórico del Instituto Nacional de Cultura. riales, la legislación de las Áreas Naturales Pro-
28 La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación
28296 en el Título I Bienes Integrantes del Patrimonio Perú, aprobado y publicado en enero de 2000, con modi-
Cultural de la Nación, Capítulo I Disposiciones Genera- ficatorias aprobadas y publicadas en abril de 2006, de-
les, Artículo 1º Clasificación, especifica que los Bienes fine en el artículo 2 como Monumentos Arqueológicos
Materiales Inmuebles Prehispánicos
“Comprende de manera no limitativa, los edificios, “Todos los restos de actividad humana de época prehis-
obras de infraestructura, ambientes y conjuntos monu- pánica que subsisten en el paisaje, de manera superfi-
mentales, centros históricos y demás construcciones, o cial, subyacente y/o subacuática”.
evidencias materiales resultantes de la vida y actividad Como Paisaje Cultural Arqueológico
humana urbanos y/o rurales, aunque estén constitui- “las áreas producidas por la mano del hombre o por la
dos por bienes de diversa antigüedad o destino y tengan combinación de la misma con la naturaleza que tengan
valor arqueológico, arquitectónico, histórico, religioso, un destacado valor desde los puntos de vista arqueo-
etnológico, artístico, antropológico, paleontológico, tra- lógico, histórico, estético, etnológico o antropoloógico.
dicional, científico o tecnológico, su entorno paisajísti- Se consideran como tales la infraestructura agraria, es
co y los sumergidos en espacios acuáticos del territorio decir, andenes, terrazas, canales y afines; así como las
nacional”. redes viales, los campos de geoglifos y/o petroglifos”.
29 El Reglamento de Investigaciones Arqueológicas del 30 <URL:http://www.minam.gob.pe>
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tegidas31 recoge como categoría de protección perio Inca a lo largo y ancho de la Cordillera
la reserva paisajística, siguiendo la categoría V Andina de manera asombrosa en aproximada-
de la Unión Internacional para la Conservación mente cien años. En este tiempo se tejieron y
de la Naturaleza –IUCN. Se especifica que las entrelazaron más de 23.000 km de caminos que
reservas paisajísticas son alcanzaron las cimas más altas y los valles más
profundos.
“las áreas donde se protegen los ambientes
cuya integridad geográfica muestra una ar- Esta red caminera no se creó repentinamen-
moniosa relación entre el hombre y la na- te. Los incas aprovecharon los antiguos caminos
turaleza, albergando importantes valores de los territorios conquistados, logrando arti-
naturales, estéticos y culturales” (INRENA cular una red de dimensiones subcontinentales
2006). por la que discurrían bienes, ideas, servicios y
Esta categoría responde a un creciente in- personas con fluidez, gracias a un sistema de pla-
terés en el ámbito internacional de involucrar nificación de infraestructuras y equipamientos
el patrimonio cultural en la conservación de las que hacía del camino un instrumento valioso al
áreas naturales protegidas. Se puede abrir aquí servicio del Imperio desde su dimensión político
una posibilidad de aunar la conservación de la militar, pero también ambiental, económica, so-
Naturaleza con la revalorización de las activi- cial y religiosa. Ante todo, el Qhapaq Ñan fue
dades tradicionales ligadas al paisaje objeto de un elemento conector de realidades territoria-
protección, ampliando la conservación con la les diversas y distantes cuya expresión formal y
revitalización de las relaciones socionaturales perceptual son los paisajes andinos que el Inka
(Maurín 2008). modeló combinando los conocimientos locales
de los procesos naturales y las necesidades de
En ambos casos, sea bajo la categoría de dominación imperial. El nuevo orden instaura-
paisaje arqueológico o de reserva paisajística, do en los Andes a partir de la Colonia precipitó
son importantes avances sobre los que construir cambios en los paisajes y con ellos el camino se
instrumentos de manejo del camino, avocados fue fragmentando en sus aspiraciones originales
a romper la asociación tradicional entre pobre- de integración territorial andina.
za y exclusión social y riqueza patrimonial, en
cualquiera de sus acepciones. Para ello es nece- Actualmente, en el Perú el camino es
sario, en primera instancia, diseñar espacios de testigo de intensas transformaciones de la es-
encuentro entre las políticas culturales y territo- tructura territorial y queda relegado a aquellos
riales, incluidas las áreas naturales protegidas y ámbitos en los que, paradójicamente, su utili-
superar la tradicional debilidad de las gestiones zación y valoración es sinónimo de aislamiento
integradas del sector público. y donde los principales afectados son las po-
blaciones indígenas, herederas directas de este
patrimonio. Una observación rápida del tejido
VI. Conclusiones vial actual evidencia esta realidad. Producto
de este aislamiento, estos espacios conservan
El Qhapaq Ñan y la tupida malla de caminos las manifestaciones más soberbias del patrimo-
que vertebra evidencian la expansión del Im- nio cultural y natural andino. El territorio y el
31 Ley de Áreas Naturales Protegidas Nº 26834 de ju- patrimonio se entrelazan arropados por valo-
nio de 1997 y su Reglamento, aprobado mediante De- raciones ancestrales y cotidianas, que tejen los
creto Supremo Nº 038-2001-AG de junio de 2001. El cimientos de la identidad territorial de los pue-
Instituto Nacional de Recursos Naturales del Ministerio blos andinos, y que deben estar contenidas en
de Agricultura era el ente rector del Sistema Nacional
de Áreas Naturales Protegidas del Estado (SINANPE). la gestión de ambos. Ello conlleva un esfuerzo
Actualmente es el Ministerio del Ambiente, creado en por construir nuevas formas de entender el pa-
mayo de 2008 quien gestiona estas áreas. trimonio desde su concepción territorial, don-
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