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José Hernández (1834-1886)

Es periodista y federal (pero no rosista). Es combativo, atento siempre a las cuestiones de su


época, toda cuestión política era atendida por Hernández, busca mostrar la verdad.
Periodismo de denuncia, de combate y de defensa de un sector que está marcado por el
desposeimiento.
Vida del Chacho (1863)
Se publica en el diario El Argentino y luego como folleto.
¿Quién era Chacho Peñaloza?
Caudillo de La Rioja. Es una especie de hijo adoptivo de Quiroga. Un elemento que lo
identifica es el cuchillo, regalo de Urquiza (se entiende como una idea de filiación). Defendía
los intereses de los desposeídos, la masa de la población real, frente a las minorías oligarcas.
Chacho inspiraba autoridad y respeto, su palabra era la ley.
La muerte de Quiroga lo enfrentó a Rosas y lo puso del lado de sus enemigos. Finalmente
tuvo que exiliarse en Chile por unos años donde se encontraría con Sarmiento. En 1859,
luego de la derrota de Rosas, Urquiza asciende al Chacho al puesto de general por ser uno de
los primeros en oponerse a Rosas.
Jauretche dice que el caudillo era el sindicato del gaucho.
Características:
 El autor va a oponer los documentos oficiales con cartas de guerra que va a ir
recogiendo y mostrándole al lector para dar cuenta que los documentos oficiales son
falsos. Se pone en cuestión el día (8 o 12 de nov) y quién (Irrazabal o Vera) fue el que
mató a Chacho.
 Federales- Unitarios: Hay una oposición constante entre el hacer federal y el unitario.
Se resaltan los crímenes de los unitarios.
 Urquiza: Se lo nombra de manera constante al comienzo del texto, le reclama una
actitud mucho más combativa.
 El ejecutor es Irrazabal, pero el responsable es Sarmiento.
 Se marca la oposición del héroe popular, el caudillo, el gaucho, frente al poder
político.
 Se muestra las batallas y el modo de actuar de Chacho. El autor da ejemplos
constantes de porqué el Chacho es un buen caudillo y un héroe.

Contexto de escritura:
Hernández publica este texto porque acaban de matar al Chacho. Desde marzo él ya se
encontraba escribiendo sobre su vida, el 12 de noviembre de 1863 lo matan. Busca mostrar la
verdad del crimen de Chacho porque la versión oficial dice que al Chacho lo habían matado
en combate (esa muerte estaba dentro del marco de la legalidad).
Características gauchescas
- No es estrictamente gauchesca.
- Toma como figura un gaucho caudillo: Chacho Peñaloza
Martin Fierro (1872-1879)

Texto de denuncia: problematiza o vuelve a problematizar la relación entre ley y estado.


Importancia del texto:
Hernández se apropia del género gauchesco para hacer un uso político. Culmina o
perfecciona lo que estaba en germen en los primeros textos y manifestaciones literaria de la
serie gauchesca.
Características:
- Fechas de cada parte: Ida (1872)- Gobierno de Sarmiento; Vuelta (1879)- Gobierno de
Avellaneda
- Forma del poema:
a) sextilla hernandiana, versos octosílabos, rima consonante, abbccb. Hernández nota
que este es el verso que predomina en el canto del gaucho.
b) romance (para narrar, ejemplo c. XI La vuelta, cuando se encuentra a sus hijos)
c) redondilla (es más rápido y corto, dedicado a los c. XXVII y XVIII, parte final del
relato de Picardía quien tiene cierta urgencia por finalizar su relación)
- Narrador: El poeta cede su voz al protagonista (Fierro) para adjudicarle el papel de
narrador (la primera persona, el testimonio del protagonista). A diferencia de los
demás poetas gauchescos que escriben contemplando la escena y sus personajes desde
fuera, Hernández emplea un procedimiento cercano a la ventriloquía verbal. Sin
embargo, en ocasiones el narrador se encuentra en 3ra persona o se le cede la voz a
otro personaje (Cruz, los hijos de Fierro o Picardía) que hacen monólogos
(característica muy teatral).
- Protagonista: El protagonista une en su canto la queja de una situación particular y
concreta con la denuncia de la división social entre ricos y pobres que sostiene y
atraviesa el orden político y jurídico del país.
- Otros personajes:
a) Indio: roba y mata, violento, duro, sabe manejar las bolas
b) Gringo: nada se le entiende ni entiende. No sirven para nada útil.
c) Mujer: dos construcciones, la de Fierro (la perdona por no esperarlo, pobre,
sufrida, entiende que necesitaba sobrevivir) y la de Cruz (traicionera). También
están la india y la cautiva.

Diferencias entre las partes:


 Objetivo: En LA IDA solo quería DESCRIBIR Y PINTAR y en LA VUELTA solo
quiere EDUCAR Y MORALIZAR (por eso abundan los consejos, los refranes, las
reflexiones). En la payada con el moreno se tocan temas más abstractos como el cielo,
el amor, la tierra, el mar, la noche, el tiempo, la medida, la cantidad, la ley y el peso.
 Público: Además, cambiaron los públicos. Antes eran personas de clase alta (a las
cuales intuía que no les iba a gustar el libro) y ahora son las personas de clase popular
que trabajan en el campo.
 Tono: En La vuelta el tono religioso está mucho más presente.
 Personajes: Además, las historias de Fierro y Cruz ya son conocidas por todos.

Lo que dice la crítica:


Pietro (“La culminación de la poesía gauchesca”): El texto de Hernández es un variable
notable de una serie, síntesis o su desarrollo. Es decir, permite entablar un diálogo con los
textos precedentes (Maziel, Hidalgo, Ascasubi, Estanislao) y pensarlo en tanto replica,
refutación o continuidad asimétrica de algunos elementos que se encontraban en un
comienzo.
Lugones (“El payador”) y Rojas (“Los gauchescos): Lo consideran como el gran poema
nacional en un intento de definir una identidad, un idioma nacional y establecer un texto
ejemplar. Comparado con los poemas homéricos (Lugones) y con los cantares de gesta
medievales (Rojas), el texto de Hernández es el arquetipo de una argentina ya consolidada.
Hay que purificar al gaucho desertor y matrero de La ida para trastocarlo por un buen esposo,
padre y cristiano en La vuelta. Hacer del gaucho un arquetipo, un virtuoso héroe épico
equivale, en definitiva, hacerlo callar para que no hable más. O despojarlo de su rasgo
revulsivo y contestatario.
Borges (“Discusión” “Martín Fierro”, etc): Pondrá en primer término el carácter novelesco
del Martin Fierro. El antihéroe que es Fierro (asesino, pendenciero, borracho) es un personaje
de una novela (en tanto imperfección de caracteres no es un héroe en el sentido épico) y está
resignado a matar. El héroe del texto de Hernández no está en armonía con el medio social
sino en conflicto con él. Personaje de una novela, Fierro cumple un destino y, el texto es
justamente la narración de ese destino. Lukacs dice que la novela es la épica de la
modernidad.
Ezequiel Martínez Estrada (“Muerte y transfiguración del Martín Fierro”): Ni piedra
fundamental ni texto clásico. Es un texto de fractura con respecto a la literatura gauchesca, es
decir, refuta la idea de que este es la culminación de la serie. Además, piensa al Martín Fierro
en paralelo con Facundo, es el anti-Facundo. Si Sarmiento caracteriza a la Argentina en la
oposición civilización (ciudad)/ barbarie (interior), en Martin Fierro puede leerse una
contradicción que enfrenta al gaucho y al campo con la ciudad, origen de todas las miserias,
las injusticias sociales y arbitrariedad políticas. Si en el esquema de Sarmiento la ciudad es la
salvación de la República, en Hernández es el lugar de donde proviene el mal, que solo una
organización más justa y la desaparición de ciertas “instituciones bárbaras” (la leva, el
contingente de frontera, el poder del juez de paz) impuestas de la ciudad al campo lo
solucionarían.
Ludmer (“El género gauchesco. Un tratado sobre la patria”): Hernández de apropia del
género para establecer un uso político y contrahegemónico. En La ida puede verse la división
arbitraria entre legalidad e ilegalidad de los actos oponiendo el derecho tradicional (de
transmisión y acuerdo oral) entre los subalternos (Fierro- Cruz) con la administración de
justicia del aparato del Estado. Las leyes y el ejército civilizado de Sarmiento despojan a
Fierro y lo transforman en gaucho matrero, lo convierten en un sujeto bárbaro, un fuera de la
ley. Disuelta la ley de levas y la posición del gaucho en la sociedad, el germen de resistencia
y protesta del poema desaparece o se disuelve; y con ello, para la crítica, el sello contestatario
y la política de la gauchesca. Los tonos y motivos de la disputa entre Fierro y el Moreno en
el canto XXX, reemplazarán las modulaciones del canto que advertíamos en la primera parte,
en tanto arma de denuncia contra un orden social persecutorio y adquirirá o será reemplazado
por un orden teológico abstracto.
Viñas (“Literatura argentina y realidad política. De Sarmiento a Cortázar”): dice que hay un
vaivén, una oscilación: de gaucho rebelde a peón de estancia. La voz del gaucho anciano es
ahora la voz del Estado liberal triunfante, la voz oficial.
Tomo 1: Los Gauchescos de Rojas
Martín Fierro: poema sobre las costumbres de los gauchos víctimas de las pequeñas tiranías
rurales impunes en el desierto. Sello político y social. Genera conciencia de justicia y va
transformando a la autoridad. Tan importante como es La Chanson de Roland para Francia o
El Mio Cid para España.
Hidalgo es considerado el precursor del género, pero es cierto que el género ya existía desde
las invasiones inglesas. Rojas dice que es un error considerar a Hidalgo como el creador o
fundador de la escuela payadoresca. Porque el lenguaje vulgar, el metro romancesco, la
guitarra, la lírica y el relato épico existían desde hacía mucho más.
El Martín Fierro fue el tipo literario de un momento social, luego se trasladó a la novela o al
teatro pero con menor fuerza que el canto épico.
Rojas lo considera el tronco simbólico de toda la teoría y del folklore. Es un árbol del que
luego salen ramas (otros géneros u obras inspiradas en él).
TESIS FINAL DE RICARDO ROJAS: La tierra forja la raza
Copio textual: “La tesis de mi indianismo es que la tierra forja la raza”
La poesía gauchesca fue el primer ensayo de una arte propio y también de las fuerzas
generadoras de la argentinidad, la vida argentina y el suelo argentino.
Cap. III – Los gauchescos:
La gauchesca es un nuevo tipo de poesía que tuvo mucho éxito de forma duradera en el país.
Los cielitos fueron la poesía anónima de los gauchos (cuyas danzas también se llamaban así).
Solían ser cantadas, bailadas e interpretadas con distintos instrumentos (la guitarra,
principalmente). Las guerras de la independencia trajeron a los gauchos y a los indios a la
vida republicana dándoles un ideal de libertad. De esta manera los cielitos se poblaron de un
tema heroico o civil. Luego aparece Bartolomé Hidalgo quien sigue las huellas iniciales del
pueblo y crea algunas composiciones más extensas que las originales. A pesar de que ya no
eran anónimos y eran de autor, el pueblo seguía reconociéndose en ellos. Rojas considera
que es en los Diálogos donde Hidalgo muestra toda su pretensión creadora y deja los
gérmenes de la poesía gauchesca.
La poesía popular da una visión fragmentaria y fugaz del ambiente rural. Son cantares breves
sobre el dolor o sobre la naturaleza. El alma nacional necesitaba de un arte que reflejara la
vida en esas campañas donde están las fuentes genuinas, autóctonas y aborígenes del porvenir
americano.
Cap. XIV – Los precursores gauchescos:
Vocabulario gauchesco: El habla de los gauchos forma parte crucial de este arte. Se mantiene
la expresión ortográfica del dialecto local. Con esto se esperaba en parte dar cuenta del
realismo de nuestro idioma y conducir al Río de la Plata a adoptar el diálogo regional. Los
primeros en hacerlo son Hidalgo pero también Maziel en Canta un guaso… en honor al
gobernador Cevallos y su victoria contra los portugueses3(Recordemos que los gauchos
tuvieron un rol fundamental en las guerras con los portugueses, Mariano Moreno los llama
los “valientes gauchos de Buenos Aires”). Por lo tanto, la presencia de los gauchos en la
poesía celebrativa de las guerras no es un artificio retórico sino una inspiración de realidad.
El lenguaje del gaucho era acompañado de otras cosas relativas a el: metro, rima, tono,
contraste entre idea de campo y de ciudad, atribución del poema a un payador de la pampa
Cap. XXV: Valor estético del Martín Fierro
Aparecen en el Martín Fierro los siguientes elementos:
1. Un tipo humano: el gaucho
2. Una acción épica: la lucha del protagonista con su medio
3. Un medio: la pampa, crisol de la raza y sede de nuestra nacionalidad 4. El protagonista
tiene un ideal: la vida y LA JUSTICIA
5. Una lengua: lengua nacional de los argentinos enriquecida por las voces rurales
Se trata de una obra genuinamente nuestra donde el gaucho figura como prototipo humano de
la nacionalidad. Su lucha con el desierto americano es el esquema de nuestra evolución. El
gaucho descripto en el Martín Fierro tiene una doble lucha:
1. Contra el indio y la naturaleza (medio virgen y aborigen hostil)
2. Contra la organización hostil y rudimentaria que ignora a los gauchos. Allí se plantea el
proceso social que atraviesa la nación desde la perspectiva de un gaucho. Todos estos
procesos sociales aparecen individualizados en la figura de Fierro. Su biografía puede ser el
esquema de nuestra historia social. Sobrevive a heroicamente a todas las fuerzas fatales.
Podemos hablar de Martín Fierro como si fuera una epopeya porque el carácter vital de las
epopeyas radica conformar la identidad de una raza. Arquetipo fundador de una determinada
nacionalidad. Sin embargo, no es una epopeya en el sentido tradicional de la palabra. ¿Por
qué no podríamos decir que no es una epopeya?
1. Carece de los metros heroicos
2. Carece las intervenciones alegóricas de los dioses
3. Carece de un protagonista que sea un semidios, príncipe, capitán, etc. 4. Carece de un
carácter íntegramente militar
La dificultad radica en si queremos clasificar al Martín Fierro por su género literario. Las
categorías de la retórica tradicional resultan insuficientes para catalogar esta obra. Es tanta su
originalidad que es difícil de encuadrar. Se puede hablar en todo caso de nueva epopeya.
Este nuevo tipo se rige por la evolución social más que por la evolución literaria. Mientras
que otros críticos evalúan y desconfían de la calidad estética de este tipo de epopeya nadie
negará el valor civil de esta formación épica en nuestra nacionalidad.
El indio que pereció vive en el gaucho, el gaucho que pereció vive en el criollo y los tres
viven en el argentino futuro. Este argentino no negará a sus precursores, sino que los
superará.
LA CIVILIZACIÓN DE LA PAMPA HA LOGRADO SU EXPRESIÓN LITERARIA EN
DOS POEMAS FUNDACIONALES DE CARÁCTER ÉPICO:
1. Uno en verso: el Martín Fierro
2. Otro en prosa: el Facundo.
Ambos son definitivos de nuestra historia cultural e intelectual.
Cap. XXVII – La tradición gauchesca en la novela:
El éxito popular de Martín Fierro coincide con grandes transformaciones en la sociedad
argentina:
1. Federalización de Buenos Aires para el mejor gobierno de la Nación
2. Fundación de La Plata para capital de la provincia
Muerte y Transfiguración del Martín Fierro de Ezequiel Martínez Estrada

Considera que el MF es una sublevación, una denuncia contra los que en 1872 se entendía
como literatura, un dar la espalda a la civilización “yo no soy cantor letrado” distinción
respecto a la poesía del Salón Literario. Con la aparición de la primera parte, los amigos de
Hernández lo llaman MF, dirá el “soy un padre al cual ha dado su nombre su hijo”. Se trata
de lo que en psicoanálisis se denomina transferencia: una elaboración de contenido, de
destino, de realidad a sueño-la transferencia es la queja contra el destino.
Importancia de la partida al desierto: a otro país: es un destierro (fortín) del que MF vuelve
a otro destierro (tolderías). Su regreso en la segunda parte no tiene ningún objetivo. No
piensa en recuperar ni a su mujer ni a sus hijos, el encuentro con dos de éstos es puramente
casual y se los despide el mismo día que los encuentra, sin olvidar que mudan sus nombres.

VERSIFICACION
La sextina o estrofa hernandiana (o hernandina) es una composición poética de seis versos
octosílabos con el siguiente esquema: abbccb. Generalmente la rima es consonante. Como
puede observarse, el primer verso queda libre en tanto que el sexto recupera la rima del
primer pareado. Es la estrofa utilizada por José Hernández en su famoso poema "Martín
Fierro", de ahí su nombre de estrofa hernandiana.
La poesía gauchesca de Borges

El menor de los hechos presupone el inconcebible universo e, inversamente, que el universo


necesita del menor de los hechos. Para redactar El gaucho Martín Fierro no bastan el pastor y
el desierto. Derivar la literatura gauchesca de su materia, el gaucho, es una confusión que
desfigura la notoria verdad. Las guerras de la independencia, la guerra del Brasil, las guerras
anárquicas, hicieron que hombres de cultura civil se compenetraran con el gauchaje; de la
azarosa conjunción de esos dos estilos vitales, del asombro que uno produjo en otro, nació la
literatura gauchesca.
Para casi todos nosotros, el gaucho es un objeto ideal, prototípico. De todos los héroes de esa
poesía, Fierro es el más individual, el que menos responde a una tradición. Emprendo el
sucesivo análisis de los poetas.

Hidalgo: Fue un soldado montevideano. Antes de sus cielitos abundó en sonetos y en odas
endecasílabas. Su paradójica gloria radica en el hecho de que ha sido superado. Hidalgo
sobrevive en los otros, Hidalgo es de algún modo los otros. Bartolomé Hidalgo descubre la
entonación del gaucho; eso es mucho.
Ascasubi: verlo como premonición o aviso de Martín Fierro es una insensatez. Hernández se
propone la historia del destino de Martín Fierro, narrada por este. De ahí que la omisión o
atenuación del color local sea típica de Hernández. No silencia la realidad, pero sólo se
refiere a ella en función del carácter del héroe. Ascasubi, en cambio, se propone la intuición
directa del baile, del juego discontinuo de los cuerpos que se están entendiendo. En lo
escénico y la fruición de contemplar está la singularidad de Ascasubi, no en las virtudes de su
ira unitaria.
Estanislao del Campo: El Fausto ha sido muy diversamente juzgado. Es un poema que
podría prescindir de la imprenta, porque vive en muchas memorias. Los detractores del
Fausto lo acusan de ignorancia y falsedad. Se ha censurado que un rústico pueda comprender
y narrar el argumento de una ópera. Quienes así lo hacen, olvidan que todo arte es
convencional; también lo es la payada biográfica de Martín Fierro. Lo que tal vez será
inagotable, es el placer que da la contemplación de la felicidad y de la amistad. Ese placer es
para Borges la virtud del poema. Lo esencial es el diálogo, es la clara amistad que trasluce el
diálogo. No pertenece el Fausto a la realidad argentina, pertenece –como el tango, como el
truco, como Irigoyen- a la mitología argentina.
José Hernández: La obra máxima es Martín Fierro. Tres profusiones han tenido el error con
nuestro Martín Fierro:
• Las admiraciones que condescienden: imaginan que un libro puede no pertenecer a las
letras. Así esta pintoresca payada se ha de considerar en la rusticidad de su forma y en la
ingenuidad de su fondo como una voz elemental de la naturaleza.
• Los elogios groseros e ilimitados: no ha realizado hasta hoy sino el sacrificio inútil de
sus precursores y una forzada igualación con el Cantar del Cid y la Comedia dantesca. La
estrafalaria y cándida necesidad de que el Martín Fierro sea épico ha pretendido comprimir,
siquiera de un modo simbólico, la historia secular de la patria.
• La digresión histórica o filológica: afirma con delicado error, por ejemplo, que el
Martín Fierro es una presentación de la pampa. No es el procedimiento de Hernández, que
por el contrario presupone deliberadamente la pampa, y los hábitos diarios de la pampa, sin
detallarlos nunca.
Casi todo el poema está en primera persona, hecho capital. Fierro cuenta su historia, a partir
de la plena edad viril, tiempo en que el hombre es. Eso algo nos defrauda ya que queríamos
saber cómo se llega a ser Martín Fierro. La intención de Hernández es contar la historia de
Fierro, y en esa historia, su carácter. El cualquiera tiempo pasado, normalmente mejor, del
canto segundo, es la verdad del sentimiento del héroe. La fornida pelea con el negro
corresponde al paisano Martín Fierro contándola.
Entre las muchas circunstancias de lástima, la eficacia máxima de la estrofa está en esa
posdata o adición patética del recuerdo. Cuando lo vio muerto a Cruz, Fierro, da por sentado
el fallecimiento del compañero, finge haberlo mostrado.
Esa postulación de una realidad me parece significativa de todo libro. Su tema no es la
imposible presentación de todos los hechos, sino la narración del paisano, el hombre que se
muestra al contar. El proyecto comporta así una doble invención: la de los episodios y la de
los sentimientos del héroe, retrospectivos estos últimos o inmediatos. Ese vaivén impide la
declaración de algunos detalles. Novela de organización instintiva o premeditada es el Martín
Fierro.

Juicio general de Borges


La literatura argentina existe y comprende, por lo menos, un libro que es el Martín Fierro.
Justificar es el fin que estas páginas se proponen. Para Lugones el Martín Fierro es una
epopeya de los orígenes argentinos; para Calixto Oyuela, el poema sólo registra un caso
individual. "Justiciero y libertador" es la definición del protagonista que ha estampado
Lugones; "hombre con visible declinación hacia el tipo moreiresco de gaucho malo, agresivo,
matón y peleador con la policía", la que Oyuela prefiere. ¿Cómo se resolver el debate?
En la controversia que acabo de resumir, se confunde la virtud estética del poema con la
virtud moral del protagonista, y se quiere que aquella dependa de ésta. Disipada esta
confusión, el debate se aclara. Lugones al reclamar para el Martín Fierro el nobre de epopeya,
no hace otra cosa que revivir una vieja y dañina superstición. La palabra epopeya tiene, sin
embargo, su utilidad en este debate. Nos permite definir la clase de agrado que la lectura del
Martín Fierro nos da; ese agrado, en efecto, es más parecidp al de la Odisea o al de las sagas
que al de una estrofa de Varlaine. En tal sentido, es razonable afirma que el Martín Fierro es
épico, sin que ello nos autorice a confundirlo con las epopeyas genuinas. Además, la palabra
puede prestarnos otro servicio. El placer que daban las epopeyas a los primitivos oyentes era
el que ahora dan las novelas: el placer de oír que a tal hombre le acontecieron tales cosas. La
epopeya fue una preforma de la novela. Así, descontando el accidente del verso cabría dedinir
al Martín Fierro como una novela.
La épica requiere perfección en los caracteres; la novela vive en su imperfección y
complejidad. Para unos, Martín Fierro es un hombre justo; para otros un malvado o un
vengativo. Esta incertidumbre final es uno de los rasgos de las criaturas más perfectas del
arte, porque lo es también de la realidad. No acabamos de saber quién es Hamlet o quién es
Martín Fierro, pero tampoco nos ha sido otorgado saber quiénes realmente somos o quién es
la persona que más queremos.

El escritor argentino y la tradición


Quiero justificar algunas proposiciones sobre el problema del escritor argentino y la
tradición. La primera es que la tradición argentina ya existe en la poesía gauchesca.
Esta es una idea propuesta por Lugones en El payador; ahí se lee que los argentinos poseemos
un poema clásico, el Martín Fierro, y que ese poema debe ser para nosotros lo que los poemas
homéricos fueron para los griegos. Creo que el Martín Fierro es la obra más perdurable que
hemos escrito los argentinos; y creo con la misma intensidad que no podemos suponer que
este es nuestra Biblia, nuestro libro canónico.
Rojas también ha recomendado la canonización del Martin Fierro. Rojas estudia la poesía de
los gauchescos y la deriva de la poesía de los payadores, de la espontánea poesía de los
gauchos. Hace notar que el metro de la poesía popular es el octosílabo y que los autores de la
gauchesca manejan ese metro. Para dar raíz popular a la poesía de los gauchescos, que
empieza en Hidalgo y culmina en Hernández, la presenta como una continuación o derivación
de la de los gauchos, y así Hidalgo es, no el Homero de esta poesía, como dijo Mitre, sino un
eslabón.
Hay una diferencia fundamental entre la poesía de los gauchos y la gauchesca. Los poetas
populares del campo versifican en un léxico muy general. En cambio, los poetas gauchescos
cultivan un lenguaje deliberadamente popular que los poetas populares no ensayan. Por ej.:
un extranjero puede comprender inmediatamente las poesías de los payadores, de los
gauchos, y en cambio necesitan un glosario para comprender, siquiera aprox., a Del Campo o
Ascasubi. Es decir, la poesía gauchesca es un género literario tan artificial como cualquier
otro. Hay un pasaje famoso en el que el autor olvida esta preocupación de color local y
escribe en un español general, y no habla de temas vernáculos, sino de grandes temas
abstractos, del tiempo, del espacio, del mar, de la noche. Me refiero a la payada entre Martin
Fierro y el Moreno en la segunda parte. Es como si el mismo Hernández hubiera querido
indicar la diferencia entre su poesía gauchesca y la genuina poesía de los gauchos.
La idea de que la poesía argentina debe abundar en rasgos argentinos y en color local
argentino me parece una equivocación. Lo verdaderamente nativo suele y puede prescindir
del color local. Creo que los argentinos podemos creer en la posibilidad de ser argentinos sin
abundar en color local.
Quiero señalar otra contradicción: los nacionalistas simulan venerar las capacidades de la
mente argentina, pero quieren limitar el ejercicio poético de esa mente a algunos pobres
temas locales, como si los argentinos solo pudiéramos hablar de orillas y estancias y no del
universo.
Todo lo que hagamos con felicidad los escritores argentinos pertenecerá a la tradición
argentina.

Martín Fierro de Gramulio y Sarlo


Una nueva conciencia
El poema del Martín Fierro produce un efecto nuevo de ideología literaria ya que propone, en
una estructura formal que no es la del realismo del siglo XIX, una representación realista.
José Hernández, además, modifica tanto la tradición gauchesca como la denuncia. Hay,
además, una clara configuración de una comunidad cultural de saberes, decires y creencias
rurales; la sabiduría del pueblo en oposición a la ciencia urbana.
Como elemento central de la conciencia de lo rural literario y sociológico se elige un lenguaje
constituido por un conjunto de peculiaridades fonéticas, un puñado de arcaísmos y
americanismos y una sintaxis que elude la subordinación. Se define por el sistema de
metáforas, por el sistema de connotación, por los desplazamientos de la ironía.
Construyéndose a partir de las convenciones de la poesía gauchesca, el Martín Fierro las
modifica por la recolocación de esas formas en una nueva ideología literaria y por la
explicitación de un programa social. Establece una nueva conciencia sobre el gaucho (no sólo
sus desdichas, sino sobre lo rural en general) que se impone al público culto y que, a su vez,
gana el apoyo del público rural.

Política y literatura: un sistema de articulaciones.


Martín Fierro es el resultado de la articulación de los escritos periodísticos de Hernández. Se
configura un diagnóstico, un programa y un ideal social orgánico que comunican al poema
una serie de ejes temáticos: el ruralismo, la solidaridad social, el proyecto de una sociedad
más equitativamente organizada.
Sus principales líneas argumentales giran en torno a: la ley y su aflicción desigual en la
ciudad y en el campo, la política de tierras públicas, la política inmigratoria, la cuestión
indígena y el servicio de fronteras. Estas líneas se pueden organizar en dos parejas de
conceptos descriptivo – valorativos: derechos naturales del habitante de la campaña versus
arbitrariedad del gobierno de las ciudades, y desorden social versus ideal social orgánico. A
su vez puede detectarse otro sistema de figuras cuyos conflictos son tema central en el Martín
Fierro: el gaucho/ el habitante de campaña frente al pueblero, a la autoridad, al gringo y al
indio
La perspectiva según la cual las necesidades e intereses de la comunidad rural no coinciden
con los del gobierno urbano, y de que este tiene la obligación política y moral de atender a los
reclamos del campo, es central en el diagnóstico y en el programa de Hernández.
El problema de la distribución de las tierras puede verse en la dispersión de Fierro y de sus
hijos en el Canto 33 de la Vuelta; Fierro que vuelve del desierto a ver si lo dejan trabajar,
tendrá ente sí el destino de peón de estancia.
El ciudadano pobre o rico de la campaña es un ciudadano de segunda categoría, a quien no le
son reconocidos sus derechos constitucionales de igualdad ante la ley. La prueba de esto es el
contingente, formado exclusivamente por hijos de la campaña, quienes se hacen cargo por
completo del servicio de fronteras para la defensa frente al indio. En la Ida el tono de la
denuncia puede ser más neto, pero la Vuelta que desemboca en una nueva dispersión, no deja
dudas de que globalmente la visión del mundo y el diagnóstico de los males que estaban
asolando la campaña bonaerense habían conservado sus elementos más estables.

El tema del canto en el Martín Fierro de José Hernández de Noé Jitrik


I
El tema del canto en el Martín Fierro, después de ser satisfechas las exigencias
tradicionales, es realzado e investidos de valores apunta a una estética, adquiere volumen de
vehículo para presentar un punto de vista teórico-polémico. Si se expresara de otro modo por
otra vía, arriesgaría la ruptura de un específico ámbito literario. Visto entonces de ese modo,
el tema del canto cumple dos funciones. La primera está en relación con el lector: se lo
comunica o informa-aunque sea tenuemente- un proceso que ha conducido a la formalización
de cierta estética; la segunda se vincula con su carácter de vehículo: el tema del canto es lo
más representativo que existe en el poema de una conciencia estética asumida.
Algunas diferencias entre El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro son:
• Cambia la función atribuida al narrador: de narrador-protagonista en primera persona
casi absoluta se va a una multiplicidad de narradores lo cual produce un pasadje de lo
evocativo-lírico a lo teatral.
• Cambia la función del público: en la primera parte es genérico e indistinto y está por
fuera del poema, es algo así como la opinión; mientras que, en la segunda parte está
localizado en el poema, son los hijos que escuchan.
• Cambia la función de los elementos líricos: las expresiones o momentos líricos, que
abundan en la primera parte, son retomados textualmente en la segunda, pero trabajadamente,
como repeticiones nada más que por eso son empobrecedoras.
• Cambia el sentido de la narración: en la primera parte se trataba de contar una serie de
episodios relacionados por su carácter de testimonio o denuncia o evocación de una
experiencia; en la segunda se retoman los cabos sueltos y se da cierre a las historias abiertas,
como en una novela naturalista.
• Cambia el sentido de la construcción general. La primera parte presenta una
organización que obedece espontáneamente a reglas de género, mientras que de la segunda se
desprende un efecto de construcción, de deliberación artístico.
• Cambia el alcance ético. Al nihilismo y a la rebeldía de la primera parte, a la dolorosa
renuncia con que se remata el poema, sucede un mensaje razonable de adaptación y de
resignación en la segunda parte. Del orgullo suicida a la derrota culpable.
El autor se propone tener en cuenta los cambios producidos por el tiempo histórico que
tuvieron incidencia en los cambios entre las dos partes. Hacia 1870, los cursos posibles a
seguir del país todavía eran varios, situación distinta cinco años después. Se han clausurado
las ilusiones heroicas del partido federal. Se pasa de la fuerza del partidismo a una
racionalizada comprensión de los elementos que componen el sector triunfante.
A pesar de las diferencias también hay continuidad entre las dos partes.
II
Se presentan dos variantes en cuanto a la figura del autor:
1. Cantor que reintegra la imagen ya lograda, la de la continuidad y el esfuerzo que
implica el canto y que muchos son incapaces de sostener. El canto gauchesco, a pesar de sus
limitaciones, es capaz de alcanzar la universalidad. En la segunda parte que a los ojos del
público se caracterizaba por la ignorancia tiene como sitio el campo.
2. Cantor letrado: se opone a este, otro tipo de cantor, culto. En la segunda parte, el
cantor “letrao” se va haciendo concreto, además es “pueta” y “pueblero”.
Hernández reconoce que existen dos tipos de juicios antagónicos, con lo cual vuelve a la
división sarmintina, o sea que hay dos tipos de canto y dos tipos de cultura que corresponden
a dos ámbitos igualmente opuestos. Dentro de este juego opta por el sector desvalorizado por
Sarmiento, pero no deja de admitir que uno de los dos sectores (cantor letrao) tiene ya un
valor referencial absoluto mientras que el otro (cantor gaucho) sólo pide ser integrado a partir
del reconocimiento de su particularidad que debe ser aceptada no porque sea más que la otra
o más total, sino porque posee una consistencia ética.
III
El fondo histórico con el que el poeta tiene una relación intensísima y que se le impone como
fuente de creación tiene que ver con el nivel motivacional. El fondo en el que se inserta el
poeta y el poema corresponde al período de culminación de los conflictos entre Buenos Aires
y las provincias. En ese período, que va de 1852 a 1874, se exasperan rivalidades y concluyen
con el triunfo porteño; a partir de entonces Buenos Aires penetra claramente en la etapa
capitalista y concibe su destino portuariamente, como apéndice brillante de una Europa en
plena expansión económica y cultural. Después de 1874, cuando Buenos Aires se interna en
una modernización que estaba persiguiendo hace tiempo, el interior no puede seguir
resistiendo y los caudillos son reducidos o exterminados o su surgimiento se hace
fuertemente problemático.
“Nacimiento de la poesía gauchesca. Bartolomé Hidalgo” / “Introducción”
en Trayectoria de la poesía gauchesca/ “Desarrollo de la poesía gauchesca”
de Becco

LO QUE IMPORTA DE ESTOS TEXTOS:

Hidalgo, el precursor. Es lógico suponer entonces que Bartolomé Hidalgo, por ser el iniciador
de la poesía gauchesca, debió encontrar dificultades expresivas que asumió con plena
conciencia y que se propuso superar. Su nueva manifestación popular tenía que serle
riesgosa, puesto que debía abstenerse de los recursos neoclásicos e insistir en los ideales del
pueblo. La patria necesitaba una expresión directa y clara, para lo cual el cielito le sirvió
como medio directo de información y comunicación.
Los cielitos. No puede afirmarse que Hidalgo sea el inventor de los cielitos, ya que se conocía
en la campaña una danza de este nombre y su música con anterioridad a 1810. El cielito
proviene de su estribillo, “cielo, cielito, cielo”, con numerosas variantes en su formación
lírica. En su primera época, su letra tuvo acentos sentimentales. Pero cuando la patria siente
la hora de la lucha, el cielo se vuelve militante. Los cielitos concentraron principalmente el
anhelo de libertad.
Los diálogos. En ellos Hidalgo intenta, con sus producciones finales de 1821-1822, una
aproximación al diálogo o la entonación, elemento fundamental de la poesía gauchesca. El
autor acierta con una imagen pareja, acertada con el juego de metáforas sobre la familia, o la
campaña, pero al mismo tiempo no se distancia de algún fragmento del romancero. Idénticos
sentimientos animan a los poemas: el amor a la patria sobre todos, y como consecuencia el
ansia ardorosa, y por momentos conminatoria, de unión, de concordia, de justicia y libertad.
Aún es posible encontrar formas neoclásicas que salen a relucir dentro del decir criollo: no
deja de mentar a Marte, dios de la guerra, adjetivándolo como “cielito del fiero”, como
tampoco olvida Nerón, imagen popular que se unifica con la crueldad y el gobierno del
emperador.
El tema del indio, con valentía dentro de su tiempo, destacando su expoliación, interesándose
por la voz simbólica de una clase explotada y como tal la emplea. Sólo Hidalgo habló del
indio sin identificarlo con la barbarie, con el salvaje feroz, indomable, vengativo.
El tema de la injusticia social. Éste convierte a Hidalgo casi en un precursor de la literatura
preocupada por la cuestión social. Son temas que se harán constantes, que luego tomará
Ascasubi y rematarán en Hernández, como al describir el tratamiento que sufre el gaucho y el
señorón. Igual importancia concedemos a su descubrimiento, diríamos con simpleza, casi
cotidiano de la muerte, el enfrentamiento del duelo personal o el fragor de la batalla.
Además Hidalgo, aún sin proponérselo, dejó marcado el camino para otras expresiones
típicas de la poesía gauchesca (también pregunta importante):
• Fórmulas de salutación.
• Ofrecimiento de algo al recién llegado, tabaco, alimento, etc.
• Juntar los caballos.
• Lamentaciones por el tiempo pasado.
• Peleas que se describen en el diálogo.
• Impresiones del gaucho en la ciudad.
• Ausencia de la mujer y desvinculación de la familia.
• Eliminación del contorno, omisión del paisaje y de los personajes, más supuestos que
detallados.

Hacia fines del siglo XVIII nace en el entonces territorio del Río de la Plata un tipo de
literatura de carácter popular, en un comienzo anónima, cuya característica general consiste
en proyectar hacia el canto el ámbito rural del país, las costumbres de los hombres de campo,
sus personajes típicos, todo ello a través de su tradición y su vocabulario. Es lo que llamamos
literatura gauchesca. Por conducto del romanticismo, los gauchescos aprovecharon el paisaje
rural, las costumbres bien distintas de sus habitantes, tendiendo al olvido lo ciudadano y
tratando de captar lo popular. Esta literatura buscaba además conmover a un auditorio en su
mayoría analfabeto, que se extasiaba con las noticias y sucesos relatados por los poemas y las
letras de tono menor. El poema gauchesco llegaba al pueblo todo. Sus autores sabían que en
los cielitos, en las payadas, en los trovos, se concentraba una corriente literaria.
Poesía gauchesca y poesía tradicional. No debe confundirse la poesía gauchesca con la poesía
tradicional, latente ya desde los tiempos de la colonización, que está fundamentada en el
anonimato, que refleja un arte impersonal, y había sido recogida por las hojas sueltas y la
tradición oral. En el primer tercio del siglo XIX surgen entre nosotros los poetas anónimos y
los payadores, improvisadores o memorizantes de coplas y rimas, que difundirán mediante
versos octosílabos y acordes de guitarra este tipo de poesía.
LO IMPORTANTE ES QUE LA FIGURA DEL GAUCHO VA CAMBIANDO
DEPENDIENDO DE LA ÉPOCA Y EL PROCESO QUE ATRAVIESA EL PAÍS.
Por ejemplo: antes de 1810 era considerado un delincuente, alzado o refugiado (al igual que
los indios o los portugueses). Desde 1810 hasta 1852 las luchas de la independencia y la
anarquía lo utilizan como parte de su ejército. A partir de 1878 los que no se plegaron a la
conquista del desierto siguieron su vida como gauchos matreros y cuatreros. Los otros se
integraron dentro del cuarto estamento social que ya dije antes. Eran llamados paisanos
gauchos y cooperan con su trabajo ya sea en tareas agrícolas o andando a caballo.

Introducción a la trayectoria de la poesía gauchesca en La trayectoria… de


Borello
La poesía gauchesca ha sido fenómeno siempre unida a circunstancias no-literarias. nació,
vivió y existe todavía hoy como una realidad compleja. Durante su periodo de oro en el siglo
XIX siempre se manifestó como un apéndice de lo político. Nacida con la rebelión
independentista de mayo, se convirtió en un instrumento de luchas civil, herramienta
propagandística y periodística. Después de 1880 cuando comienzan los estudios críticos las
valoraciones parten casi siempre de consideraciones extraliterarias (representación del alma
nacional, símbolo de clase, etc.).
Otra división de la poesía gauchesca pero por Borello
• Poesía gauchesca es aquella escrita dentro del siglo XVIII hasta nuestros días (¿?)
puesto en boca del gaucho que habla de su mundo y su visión. Escrita en habla rural. Son
obras de autores cultos (sean o no conocides) con intencionalidad política y lo literario les es
secundario. Zona del litoral. Metro octosílabo. Poesía dialogada. Poesía folklorizada de
transmisión en hojas o folletos.
• Poesía tradicional fue la traída de nuestra tierra por los conquistadores durante XVI y
XVII: son canciones liricas y romances hispánicos.
• Poesía payadoresca. Efímera y circunstancial que desapareció junto con el
improvisador
• Poesía nativista de autores cultos con veta romántica que trataba nostálgicamente o
con intenciones nacionalistas tema y personajes campesinos (acá entraría Mitre, Gutiérrez y
Obligado pero no los vemos).
Los orígenes de la poesía gauchesca: [Hidalgo y dice más o menos lo mismo que Becco pero
agrega a Concolocorvo. ] La poesía se insertaba en dos antiquísimas y poderosas raíces
peninsulares: la del romancero de la cual había tomado su métrica octosílaba y la del teatro
costumbrista dieciochesco por su gusto en lo dialogado. [A su vez] la concepción utilitaria y
comprometida de la literatura es también típicamente neoclásica y la literatura patriótica de la
intención propagandística contaba la tradición satírica y costumbrista.
La discutida voz “gaucho”: La palabra gaucho comenzó a ser usada en la zona de la Banda
Oriental antes que en nuestro litoral; era un término español gauches (re inclusives los locos)
usada para señalar vagabundos o ladrones de campo; debió pertenecer al lenguaje coloquial
del Uruguay. La más aceptable es la derivación de gaucho forma hispánica del quichua
wahka que significa huérfano.

La literatura gauchesca y lo social


La poesía gauchesca ¿fue literatura de una clase social determinada? El primer texto
gauchesco conocido era un ejercicio lúdico en el que un hombre de cultura clásica, Maziel,
intentó una versión en el habla rural de un texto celebratorio del Virrey Cevallos (canta un
guaso) lo cual confirma la afinidad de ciertas zonas de la sociedad del ochenta hacia lo
popular. Los más cultos y ricos hablaron y hablan en la intimidad y conocieron bastante bien
el habla campesina de los gauchos y sus descendientes. Esa familiaridad lingüística (que no
significó jamás familiaridad social) se destaca para señalar el género de la poesía gauchesca
como una creación caracterizada por el uso de un habla diferente a la del resto de la sociedad.
Bartolomé Hidalgo es el primero y casi el único de los poetas que se señala en uno de sus
poemas la estigma social porque fue el único que vivió esta circunstancia como una durísima
e implacable limitación social y económica (siempre vivió pobre y cuando consiguió un
cargo político le duro poco porque lo discriminaban porque era “de sangre negra y se notaba
físicamente” el olor a facho que tiro de la nada este artículo de la nada). Hidalgo perseguía
objetivos mas amplios que los políticos limitados a un público rural sino que apelaba a un
habla especifica que igualara a los de la ciudad y a los del campo, a los propietarios para
hacer que se sintieran hermanados y se diferenciaran de los españolas de peninsulares. Estos
modismos identifican a los que querían la libertad política frente a España.
Estanislao del Campo escribió en 1864 Gobierno gaucho que pone en boca de un gaucho una
serie de reclamos de justicia, de quejas concretas a las que estaba sometido el gaucho. Pero
está enmarcado de tal modo por la situación concreta del hablante narrativo, que sitúa todo su
contenido en la ambigüedad. Que los reclamos y esas denuncias justas se pongan en boca de
un borracho, de un ser lamentablemente disminuido de un ser cuya situación concreta quita
valor a todo lo que dice y por la vía devaluadora de la risa, de los humorístico, transforma sus
justas denuncias de esas injusticias en pura palabra vacía. El velo humorístico supone un
lector urbano y culto que sabrá comprender las intenciones de su autor. Del Campo era un
cheto, de los que ganaron Pavón y se adueñaron la mayoría de los campos arrebatados a los
indios, Y lo humorístico presenta la inocencia, la credulidad, la ignorancia de un tipo social
que Del Campo no parecía estimar demasiado.
Martín Fierro La estructura narrativa-enunciativa de personalizar un yo concreto, con
nombre, existencia, familia, vox y visible identidad social e historia y un Narrador del Poema
que a la vez es el protagonista del mismo. Pero además todo lo que parece rodear al personaje
está sumido en la vaguedad de las sombras (paisaje, geografía, amigos, enemigos, sucesos,
rostro, tiempo histórico etc). Lo que aparece descrito concretamente son las acciones que
situan socialmente al personaje, que determinan su ser social: este hombre con una existencia
propia y el ejemplo de toda una clase social concreta. El relato quiere cumplir dos funciones
esenciales: pone ante los desdichados con claridad la realidad de su situación y testimoniar la
trágica realidad social que ellos significa.
La paternidad en MF. El yo del poema es un yo ejemplar, no un yo biográfico. Su valor de
testimonio social y como objeto utilizable didácticamente. En ambas partes del poema está
lleno de referencias didácticas, de enseñanzas de Fierro de modo paternal transmite a sus
oyentes siempre como nacida de esos años de sufrir y vivir. Lo didáctico es una parte esencial
y la capacidad de enseñar de hablar paternalmente constituye uno de los elementos
sustanciales de la figura del protagonista. Martínez Estrada con la posta: una de las notas más
características del tipo social llamado gaucho está dada por la ausencia de la figura paterna y
por ende por la existencia de una vida familia que cris morena robaría. Cito porque no tiene
desperdicio “No parece descaminado suponer que en la voz y en la presencia vicaria de MF
estos analfabetos que veían reflejada su propia existencia sentían una figura paterna que
habían carecido” dios yo emborracha con mi familia macrista. Hay tres voces y diferentes
niveles de significación en cada una: el hombre MF contando su vida; un gaucho cualquiera,
ejemplar, en cuya vida se da como una perfecta síntesis de los destinos de todos los otros
gauchos; un padre que nos entrega su experiencia vital y nos habla en nuestra lengua.
Lo social en MF/MH: Es necesario decir que la primera parte hace una denuncian para
concientizar a una clase y para también hacer llegar esa denuncia a la clase culpable de dicha
situación. Pero en ningún momento se propuso ni estableció un “poder gaucho”, tampoco
cambiar las estructuras de la sociedad ni detener un proceso histórico inevitable. Hernández
también era un cheto asi que ibas a esperar same facts that del campo. Si bien la idea
proponía un rechazo absoluto, la navegación y la terrible condena de los gauchos (en la
primera) en la Vuelta se le salta la hilacha: la escribe porque se sorprendió del rotundo éxito
de su obra y fue razón de hacer una continuación por razones elitistas y editoriales: dar al
público/mercado lo que pedía. Pero hay muchos embrollos (toda una clase social miraba y
aspiraba a ese personaje que resumía su escena, y darle un final podría afectar psicológica
[este habla del suicidio pero no sé] y socialmente) entonces lo único posible para salvar a su
personaje y a su clase del suicidio voluntario era reinsertarlo en el nuevo mundo del
mercantilismo, la exportación, y al poder de los centros imperialistas. El gaucho matero se le
dan dos opciones: morir o aceptar la nueva estructura económica-social-agro-exportadora.
Sin lugar para el gaucho se lo condena a desaparecer para siempre (como clase). Hernández
dice en el prólogo a Zoilo Miguens: ese tipo original de nuestras pampas... que, al paso que
avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo...».
La historia de la poesía gauchesca muestra que mientras en el aspecto formal los autores han
adoptado siempre una actitud marcadamente conservadora, en lo que corresponde a los
contenidos ideológicos y axiológicos cada autor ha asumido una actitud específica
perfectamente distinguible. Por lo menos en el período que llamaríamos clásico (desde
Hidalgo a Hernández). Generalizar hablando sobre la poesía gauchesca y decir que la poesía
gauchesca expresa una clase social determinada, es caer en una peligrosa equivocación. La
poesía gauchesca nació como un típico producto dieciochesco, con su gusto por lo popular y
con su concepción utilitaria de la literatura.
Martin Fierro: sus contenidos ideológicos y políticos de Chávez
Entre La ida y La vuelta las actitudes políticas del poema y periodista habían experimentado
cambios importantes. Con la historia original del gaucho matrero que busca refugio en el
desierto, La ida está muy cerca de las luchas hernandinas de la década de 1860 y es un poema
de rebelión contra el sistema que había empezado a consolidad el partido de la Ilustración
(unitarios). En cambio, La vuelta tiene una más estrecha vinculación con el Hernández
diputado y con sus discursos en la Legislatura bonaerense, adonde sería llevado por el Partido
Autonomista, en tiempos de Avellaneda.
Hubo un Hernández periodista militante, adversario de Sarmiento y de Mitre que luchaba
contra la “oligarquía para asegurar al pueblo el uso desembarazado y pacífico de todos sus
derechos”. Era el defensor incesante del gaucho que, marginado ya por las leyes del
capitalismo victorioso, debía buscar refugio en las tolderías del salvaje o en montes e islas,
convertido en matrero, también cuando era opositor político y se resistía a votar por la lista
que había enviado el comité.
Con la asunción de Avellaneda a la presidencia, Hernández elaboró La vuelta, poema ya no
de rebelión armada, sino de integración nacional y de reconciliación. Y hasta se da en el
poema la presencia de un personaje clave, el viejo Vizcacha, encarnación literaria de los
oficialismos, del más crudo realismo político, del exitismo y del acomodo, todo lo cual se
resumía en una frase de la época: el partido de los ministeriales.

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