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Contexto de escritura:
Hernández publica este texto porque acaban de matar al Chacho. Desde marzo él ya se
encontraba escribiendo sobre su vida, el 12 de noviembre de 1863 lo matan. Busca mostrar la
verdad del crimen de Chacho porque la versión oficial dice que al Chacho lo habían matado
en combate (esa muerte estaba dentro del marco de la legalidad).
Características gauchescas
- No es estrictamente gauchesca.
- Toma como figura un gaucho caudillo: Chacho Peñaloza
Martin Fierro (1872-1879)
Considera que el MF es una sublevación, una denuncia contra los que en 1872 se entendía
como literatura, un dar la espalda a la civilización “yo no soy cantor letrado” distinción
respecto a la poesía del Salón Literario. Con la aparición de la primera parte, los amigos de
Hernández lo llaman MF, dirá el “soy un padre al cual ha dado su nombre su hijo”. Se trata
de lo que en psicoanálisis se denomina transferencia: una elaboración de contenido, de
destino, de realidad a sueño-la transferencia es la queja contra el destino.
Importancia de la partida al desierto: a otro país: es un destierro (fortín) del que MF vuelve
a otro destierro (tolderías). Su regreso en la segunda parte no tiene ningún objetivo. No
piensa en recuperar ni a su mujer ni a sus hijos, el encuentro con dos de éstos es puramente
casual y se los despide el mismo día que los encuentra, sin olvidar que mudan sus nombres.
VERSIFICACION
La sextina o estrofa hernandiana (o hernandina) es una composición poética de seis versos
octosílabos con el siguiente esquema: abbccb. Generalmente la rima es consonante. Como
puede observarse, el primer verso queda libre en tanto que el sexto recupera la rima del
primer pareado. Es la estrofa utilizada por José Hernández en su famoso poema "Martín
Fierro", de ahí su nombre de estrofa hernandiana.
La poesía gauchesca de Borges
Hidalgo: Fue un soldado montevideano. Antes de sus cielitos abundó en sonetos y en odas
endecasílabas. Su paradójica gloria radica en el hecho de que ha sido superado. Hidalgo
sobrevive en los otros, Hidalgo es de algún modo los otros. Bartolomé Hidalgo descubre la
entonación del gaucho; eso es mucho.
Ascasubi: verlo como premonición o aviso de Martín Fierro es una insensatez. Hernández se
propone la historia del destino de Martín Fierro, narrada por este. De ahí que la omisión o
atenuación del color local sea típica de Hernández. No silencia la realidad, pero sólo se
refiere a ella en función del carácter del héroe. Ascasubi, en cambio, se propone la intuición
directa del baile, del juego discontinuo de los cuerpos que se están entendiendo. En lo
escénico y la fruición de contemplar está la singularidad de Ascasubi, no en las virtudes de su
ira unitaria.
Estanislao del Campo: El Fausto ha sido muy diversamente juzgado. Es un poema que
podría prescindir de la imprenta, porque vive en muchas memorias. Los detractores del
Fausto lo acusan de ignorancia y falsedad. Se ha censurado que un rústico pueda comprender
y narrar el argumento de una ópera. Quienes así lo hacen, olvidan que todo arte es
convencional; también lo es la payada biográfica de Martín Fierro. Lo que tal vez será
inagotable, es el placer que da la contemplación de la felicidad y de la amistad. Ese placer es
para Borges la virtud del poema. Lo esencial es el diálogo, es la clara amistad que trasluce el
diálogo. No pertenece el Fausto a la realidad argentina, pertenece –como el tango, como el
truco, como Irigoyen- a la mitología argentina.
José Hernández: La obra máxima es Martín Fierro. Tres profusiones han tenido el error con
nuestro Martín Fierro:
• Las admiraciones que condescienden: imaginan que un libro puede no pertenecer a las
letras. Así esta pintoresca payada se ha de considerar en la rusticidad de su forma y en la
ingenuidad de su fondo como una voz elemental de la naturaleza.
• Los elogios groseros e ilimitados: no ha realizado hasta hoy sino el sacrificio inútil de
sus precursores y una forzada igualación con el Cantar del Cid y la Comedia dantesca. La
estrafalaria y cándida necesidad de que el Martín Fierro sea épico ha pretendido comprimir,
siquiera de un modo simbólico, la historia secular de la patria.
• La digresión histórica o filológica: afirma con delicado error, por ejemplo, que el
Martín Fierro es una presentación de la pampa. No es el procedimiento de Hernández, que
por el contrario presupone deliberadamente la pampa, y los hábitos diarios de la pampa, sin
detallarlos nunca.
Casi todo el poema está en primera persona, hecho capital. Fierro cuenta su historia, a partir
de la plena edad viril, tiempo en que el hombre es. Eso algo nos defrauda ya que queríamos
saber cómo se llega a ser Martín Fierro. La intención de Hernández es contar la historia de
Fierro, y en esa historia, su carácter. El cualquiera tiempo pasado, normalmente mejor, del
canto segundo, es la verdad del sentimiento del héroe. La fornida pelea con el negro
corresponde al paisano Martín Fierro contándola.
Entre las muchas circunstancias de lástima, la eficacia máxima de la estrofa está en esa
posdata o adición patética del recuerdo. Cuando lo vio muerto a Cruz, Fierro, da por sentado
el fallecimiento del compañero, finge haberlo mostrado.
Esa postulación de una realidad me parece significativa de todo libro. Su tema no es la
imposible presentación de todos los hechos, sino la narración del paisano, el hombre que se
muestra al contar. El proyecto comporta así una doble invención: la de los episodios y la de
los sentimientos del héroe, retrospectivos estos últimos o inmediatos. Ese vaivén impide la
declaración de algunos detalles. Novela de organización instintiva o premeditada es el Martín
Fierro.
Hidalgo, el precursor. Es lógico suponer entonces que Bartolomé Hidalgo, por ser el iniciador
de la poesía gauchesca, debió encontrar dificultades expresivas que asumió con plena
conciencia y que se propuso superar. Su nueva manifestación popular tenía que serle
riesgosa, puesto que debía abstenerse de los recursos neoclásicos e insistir en los ideales del
pueblo. La patria necesitaba una expresión directa y clara, para lo cual el cielito le sirvió
como medio directo de información y comunicación.
Los cielitos. No puede afirmarse que Hidalgo sea el inventor de los cielitos, ya que se conocía
en la campaña una danza de este nombre y su música con anterioridad a 1810. El cielito
proviene de su estribillo, “cielo, cielito, cielo”, con numerosas variantes en su formación
lírica. En su primera época, su letra tuvo acentos sentimentales. Pero cuando la patria siente
la hora de la lucha, el cielo se vuelve militante. Los cielitos concentraron principalmente el
anhelo de libertad.
Los diálogos. En ellos Hidalgo intenta, con sus producciones finales de 1821-1822, una
aproximación al diálogo o la entonación, elemento fundamental de la poesía gauchesca. El
autor acierta con una imagen pareja, acertada con el juego de metáforas sobre la familia, o la
campaña, pero al mismo tiempo no se distancia de algún fragmento del romancero. Idénticos
sentimientos animan a los poemas: el amor a la patria sobre todos, y como consecuencia el
ansia ardorosa, y por momentos conminatoria, de unión, de concordia, de justicia y libertad.
Aún es posible encontrar formas neoclásicas que salen a relucir dentro del decir criollo: no
deja de mentar a Marte, dios de la guerra, adjetivándolo como “cielito del fiero”, como
tampoco olvida Nerón, imagen popular que se unifica con la crueldad y el gobierno del
emperador.
El tema del indio, con valentía dentro de su tiempo, destacando su expoliación, interesándose
por la voz simbólica de una clase explotada y como tal la emplea. Sólo Hidalgo habló del
indio sin identificarlo con la barbarie, con el salvaje feroz, indomable, vengativo.
El tema de la injusticia social. Éste convierte a Hidalgo casi en un precursor de la literatura
preocupada por la cuestión social. Son temas que se harán constantes, que luego tomará
Ascasubi y rematarán en Hernández, como al describir el tratamiento que sufre el gaucho y el
señorón. Igual importancia concedemos a su descubrimiento, diríamos con simpleza, casi
cotidiano de la muerte, el enfrentamiento del duelo personal o el fragor de la batalla.
Además Hidalgo, aún sin proponérselo, dejó marcado el camino para otras expresiones
típicas de la poesía gauchesca (también pregunta importante):
• Fórmulas de salutación.
• Ofrecimiento de algo al recién llegado, tabaco, alimento, etc.
• Juntar los caballos.
• Lamentaciones por el tiempo pasado.
• Peleas que se describen en el diálogo.
• Impresiones del gaucho en la ciudad.
• Ausencia de la mujer y desvinculación de la familia.
• Eliminación del contorno, omisión del paisaje y de los personajes, más supuestos que
detallados.
Hacia fines del siglo XVIII nace en el entonces territorio del Río de la Plata un tipo de
literatura de carácter popular, en un comienzo anónima, cuya característica general consiste
en proyectar hacia el canto el ámbito rural del país, las costumbres de los hombres de campo,
sus personajes típicos, todo ello a través de su tradición y su vocabulario. Es lo que llamamos
literatura gauchesca. Por conducto del romanticismo, los gauchescos aprovecharon el paisaje
rural, las costumbres bien distintas de sus habitantes, tendiendo al olvido lo ciudadano y
tratando de captar lo popular. Esta literatura buscaba además conmover a un auditorio en su
mayoría analfabeto, que se extasiaba con las noticias y sucesos relatados por los poemas y las
letras de tono menor. El poema gauchesco llegaba al pueblo todo. Sus autores sabían que en
los cielitos, en las payadas, en los trovos, se concentraba una corriente literaria.
Poesía gauchesca y poesía tradicional. No debe confundirse la poesía gauchesca con la poesía
tradicional, latente ya desde los tiempos de la colonización, que está fundamentada en el
anonimato, que refleja un arte impersonal, y había sido recogida por las hojas sueltas y la
tradición oral. En el primer tercio del siglo XIX surgen entre nosotros los poetas anónimos y
los payadores, improvisadores o memorizantes de coplas y rimas, que difundirán mediante
versos octosílabos y acordes de guitarra este tipo de poesía.
LO IMPORTANTE ES QUE LA FIGURA DEL GAUCHO VA CAMBIANDO
DEPENDIENDO DE LA ÉPOCA Y EL PROCESO QUE ATRAVIESA EL PAÍS.
Por ejemplo: antes de 1810 era considerado un delincuente, alzado o refugiado (al igual que
los indios o los portugueses). Desde 1810 hasta 1852 las luchas de la independencia y la
anarquía lo utilizan como parte de su ejército. A partir de 1878 los que no se plegaron a la
conquista del desierto siguieron su vida como gauchos matreros y cuatreros. Los otros se
integraron dentro del cuarto estamento social que ya dije antes. Eran llamados paisanos
gauchos y cooperan con su trabajo ya sea en tareas agrícolas o andando a caballo.