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Prosodia (precisión, expresión, ritmo, comprensión).

Qué es Prosodia

La prosodia es el apartado de la gramática que se centra en la correcta


pronunciación de las palabras. En esta disciplina se estudian los rasgos
fonéticos que intervienen en la comunicación oral. En cuanto al
término, proviene del griego prosoidia y está formado por el prefijo pro,
que quiere decir cerca de, y por la raíz oide, que significa canción.

Aspectos generales de la prosodia


Cuando hablamos utilizamos una entonación determinada y dicha
entonación viene a ser una curva melódica. Este aspecto es importante
para la comunicación, pues a través de la entonación
expresamos sentimientos y estados de ánimo.

La prosodia tiene una relación directa con el ritmo que imponemos a


nuestras palabras. En este sentido, el ritmo de un mensaje debe estar
en consonancia con la sintaxis.

La voz humana y su manejo correcto son determinantes para


comunicarnos adecuadamente. Así, cuando hablamos la voz trasmite
sensaciones a nuestro interlocutor. Por otra parte, la voz forma parte
de la imagen personal.

Desde un punto de vista técnico, se realizan ejercicios de prosodia con


varias finalidades
1) para hablar con un ritmo correcto, ni demasiado lento ni de manera
apresurada,
2) para ejercitar una buena sonoridad y entonación,
3) para corregir ciertos defectos en la pronunciación o
4) para mejorar la comunicación en ciertas actividades o profesiones
(maestros, locutores, conferenciantes, actores, cantantes, etc.).

En las personas con dificultades auditivas severas


Las personas con problemas auditivos graves, especialmente los niños,
necesitan realizar ejercicios de prosodia para mejorar su comunicación.
Los profesionales que se ocupan de ello son los logopedas, quienes a
través de ejercicios de entonación, de registro y de voz intentan
mejorar la correcta pronunciación de las palabras.

En el mundo clásico
La etimología de prosodia hace referencia a un aspecto fundamental, la
musicalidad del lenguaje. Este aspecto era muy valorado por los griegos
y romanos, pues consideraban que la comunicación oral resultaba
efectiva si incorporaba una cierta musicalidad. En este sentido, los
oradores (filósofos, políticos o actores) tenían que hablar con un
determinado tono de voz.

Por este motivo, en las técnicas prosódicas se estudiaban


la acentuación, la ortografía de las palabras y la pronunciación.

La dimensión musical de una lengua


Cuando se aprende una lengua se asimilan conocimientos morfológicos
y sintácticos. No obstante, para entender correctamente una lengua hay
que saber interpretar su musicalidad. En otras palabras, hablar no es
una simple cuestión de palabras que se articulan en sonidos, sino que
también implica una dimensión melódica, lo cual se produce por los
aspectos prosódicos de la lengua.

EL ACENTO:
El acento prosódico es la mayor intensidad con la que se pronuncia una sílaba de
cada palabra. Esta sílaba se llama sílaba aguda.

Este rasgo fónico permite distinguir una sílaba respecto a las otras, creando un
contraste entre sílabas tónicas y átonas. Según el modo utilizando para poner en
relieve una sílaba determinada, el acento puede ser el resultado de una mayor
intensidad, de una mayor duración o de una mayor altura tonal. Puede también
manifestarse por la combinación de varios de esos parámetros.

Según los resultados de la investigación, el español presenta tres categorías de


acento:
-Acento léxico: que es el acento por excelencia de la lengua española y cumple
una función distintiva. Por acento léxico se designa habitualmente un tipo
particular de acento subyacente que aparece intrínsecamente en la estructura
fonológica de una unidad léxica.

El acento léxico es una característica específica de las lenguas con acento libre o
lengua de acentuación movible o de libertad limitada.

La distribución de los acentos depende de la categoría gramatical, como es el


caso de las mayoría de lenguas: palabras acentógenas (palabra léxica) y palabras
no-acentógenas (palabras gramaticales).

-Acento Nuclear: que determina el contorno melódico y marca el fin de una unidad
entonativa.

Se define por los rasgos que el acento léxico, pues de hecho recae en un acento
léxico. Ese acento es el eje de la melodía del grupo entonativo.
-Acento Enfático: cuya función es emotiva. El carácter de enfatizar hace más bien
referencia a un aspecto oral. Por eso se afirma que se trata de un rasgo prosódico,
no gráfico.

VOLUMEN O INTENSIDAD
El volumen es la percepción sonora que el ser humano tiene de la potencia de un
determinado sonido.

Como la intensidad de un sonido se define como la cantidad de energía (potencia


acústica) que atraviesa por segundo una superficie, a mayor potencia, por tanto,
mayor volumen. Sin embargo, no hay que confundir volumen con sonoridad, que
es la percepción subjetiva de la intensidad.
Hace referencia, por tanto, a la fuerza y el volumen acentual. Lo fuerte o suave de
su sonido. Se puede clasificar básicamente en “piano”, “medio”, “forte”. Aunque
hay ocho clasificaciones que van de piano pianissimo a forte fortissimo.

LA ENTONACIÓN
La entonación, como fenómeno lingüístico, está relacionada básicamente con la
percepción, a lo largo de un enunciado, de los cambios de frecuencia de vibración
de las cuerdas vocales. Esos cambios crean la melodía del discurso.

La entonación puede considerarse el resultado de la integración de la melodía y el


acento.

Acústicamente la entonación se representa mediante la curva melódica, en la que


confluyen los movimientos de la frecuencia fundamental debidos al acento y a la
melodía.

Es por tanto la sensación perceptiva que produce, fundamentalmente, las


variaciones de tono a lo largo de un enunciado. Las funciones de la entonación
son gramaticales distintivas, ya que esta señala la modalidad oracional.

En este existen diferentes tipos de oraciones, que son las siguientes:

-La oración declarativa o enunciativa: Este tipo de oración corresponde a un


enunciado neutro desprovisto de aspectos expresivos y apelativos especiales.
Esta oración declarativa está constituida por tres unidades tonales que asignan
tonos a las unidades léxicas.

La oración interrogativa: Este tipo de enunciado ha sido clasificado en:

La interrogativa absoluta: Se refiere a aquellas preguntas que esperan una


respuesta del tipo "sí" o "no".

La interrogativa relativa: Busca confirmar algo que no se sabe con seguridad pero
que de alguna manera se intuye.
La interrogativa pronominal: Se caracteriza por ser ella misma indicadora de la
interrogación, ya que se inicia con un pronombre o adverbio interrogativo.

El enunciado exclamativo: Está caracterizado por ser la manifestación de las


emociones y estados de ánimo, puede presentar diferentes patrones.

EL RITMO
El ritmo es un rasgo prosódico determinado por la distribución de acentos y de
pausas, así como por los fenómenos de duración en general. En otras palabras el
ritmo organiza temporalmente las prominencias que participan en la estructuración
prosódica de los enunciados.

Según la tradición, las lenguas han sido divididas en dos grandes grupos: las
lenguas de ritmo acentual y las lenguas de ritmo silábico.

Las primeras están caracterizadas por una tendencia a la isocronía acentual, lo


que permite suponer que los períodos que contienen más número de sílabas
tienden a ser realizados de manera más rápida que los períodos que contienen
menos sílabas, produciéndose una compensación silábica. Las de ritmo silábico,
el patrón que marca la regularidad es la sílaba, la cual aparecerá a intervalos
temporales aproximados.

Las lenguas de ritmo silábico o acentual no se distinguirán a partir de rasgos


particulares, sino más bien a partir de diferentes rasgos fónicos y fonológicos
organizados para producir diferentes tipos de ritmo.

La clasificación de la lengua española como lengua de ritmo silábico o acentual


continúa siendo incierto. El rol de la organización temporal en la descripción de las
lenguas o diferentes dialectos no ha sido clarificado.

EL TONO
El tono musical de la voz representa, en el oído, la percepción de la frecuencia
acústica. Es la mayor o menor altura de un sonido, que lo distingue de cualquier
otro.

También para designarlo se puede utilizar el término frecuencia.

Según las sensaciones auditivas, clasificamos las frecuencias de graves o agudas.


Las frecuencias bajas del aspecto audible (aperturas rítmicas de la glotis lentas)
nos dan la sensación de graves, son sonidos que están a menos de 250 Hz.; a
medida que la frecuencia adquiere velocidad nos proporciona sensación de agudo,
es decir, se compone de la gama de sonidos de altas frecuencias.

Generalmente los sonidos por encima de 5 kHz son considerados agudos.


Podemos decir, para una mayor comprensión, que los hombres tienen, en general,
la voz grave, y las mujeres la voz aguda.
PAUSAS
Pueden ser silencios sonoros o silencios en el discurso. Además de embellecer el
habla, nos aportan dos cosas fundamentales: la primera es que cada pausa
supone una descontracción muscular, ya que el aparato fonador vuelve, por un
momento, a la situación de reposo; es el momento también de respirar; la segunda
la encontramos en el interlocutor, al cual, si hacemos pequeñas pausas, le damos
tiempo para ir comprendiendo el contenido de nuestro razonamiento en lugar de
avasallarlo.

El control sobre la palabra nos permite, dominar la intensidad y adecuarla al


ambiente o al espacio.

MELODÍA
Variaciones del tono en el tiempo. La melodía es un elemento suprasegmental que
se manifiesta en el nivel del enunciado.

Desde el punto de vista articulatorio, la melodía se debe a las variaciones en la


frecuencia de abertura y cierre de los pliegues vocales que se producen en la
etapa de la producción del habla correspondiente a la fonación.

El resultado acústico de los cambios en la frecuencia de vibración de los pliegues


vocales es la variación de la frecuencia del fundamental en el tiempo.

La representación acústica de la melodía viene dada por la evolución temporal de


la frecuencia del fundamental.

La representación de la melodía se denomina curva melódica y puede obtenerse


a partir de herramientas de análisis acústico que detectan, mediante diversas
técnicas, las variaciones de frecuencia fundamental a lo largo del tiempo.

VELOCIDAD DE ELOCUCIÓN
Número de elementos fónicos (sonidos y pausas) que se pronuncian en una
unidad de tiempo determinada. Se expresa como el número de segmentos,
sílabas o palabras producidas por unidad de tiempo (segundos o minutos). Puede
ser variable en un mismo locutor, ya que depende, entre otros factores, de la
relevancia informativa de los elementos que configuran el discurso.

La velocidad de elocución también puede reflejar estados emotivos del hablante.

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