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Juzgado de Violencia sobre la Mujer

de Pamplona (Navarra) Sentencia num. 135/2016 de 11 junio

ARP\2016\519

Jurisdicción: Penal
Ponente: IIlma. Sra. Ana Alvarez Rodríguez

La Sección 3ª del Juzgado de Violencia de la Mujer de Pamplona (Navarra) mediante Sentencia


de fecha11-06-2016 condena al primer acusado como autor de un delito de maltrato doméstico, a la
pena de 1 año de prisión con la accesoria legal de inhabilitación para el ejercicio del derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho a la tenencia y porte de armas
3 años y en aplicación de lo establecido en el art. 57 del Código Penal alejamiento y prohibición de
toda comunicación con Azhar Benatia por un período de 6 años. Por el delito de detención ilegal
procede imponer al acusado la pena de 2 años de prisión con la accesoria legal de inhabilitación
especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y en aplicación del art.
57 del Código Penal alejamiento y prohibición de comunicarse por cualquier medio con Azhar Benatia
por un período de 6 años..

En PAMPLONA, a once de junio de dos mil dieciséis.


Vistos en juicio oral, celebrado a puerta cerrada por la Sección Tercera del Juzgado de Violencia
sobre la Mujer de Navarra las precedentes diligencias de Procedimiento Abreviado núm. 272/05
procedentes del Juzgado de Instrucción núm. 4 de Pamplona, que dieron lugar al Rollo de Sala núm.
1/07, seguidas por: un delito de maltrato domestico y un delito de detención ilegal contra D. Nordim
Amrabat, DNI núm. NUM000, nacido en Marruecos el día 2 de agosto de 1977, hijo de Mohamed
Amrabat y de Wahiba Amrabat, domiciliado en la C/ DIRECCION000 núm. NUM001-NUM002
NUM003 en Pamplona, sin antecedentes penales y en libertad provisional por esta causa, siendo
representado por el Procurador Sr. Rafael Cobián Gil Delgado y asistido por el Letrado D. Ignacio
Manso Platero quienes asimismo se personaron en nombre del acusado ejercitando la acusación
particular contra Dª Azhar Benatia.
Asimismo la causa se siguió por un delito de lesiones contra Dª Azhar Benatia, mayor de edad, con
DNI NÚM. NUM004, nacida en Marruecos el día 28 de septiembre de 1976 con domicilio en la
AVENIDA000 núm. NUM005-NUM006 NUM007 de la localidad de Estella, sin antecedentes penales
y en libertad provisional por esta causa representada por la Procuradora Sra. Dolores Sánchez
Menéndez y asistida de la letrada Mª Elena Fernández González quienes en su nombre ejercitaron la
acusación particular frente a D. Nordim Amrabat. Ha sido parte el Ministerio Fiscal y Ponente la Ilma.
Sra. Dña. ANA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ que expresa el parecer del tribunal.
ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO
Se declaran Hechos Probados los siguientes:
El acusado, D. Nordim Amrabat, mayor de edad y sin antecedentes penales, inició en el año 2004
una convivencia marital con la también acusada Dª Azhar Benatia, mayor de edad y sin antecedentes
penales, desarrollada inicialmente en Marruecos para posteriormente trasladarse a Pamplona a la
vivienda comprada por D. Nordim Amrabat sita en la AVENIDA000 núm. NUM005-NUM006 de dicha
localidad. La convivencia fue deteriorándose gradualmente a medida de que Dª Azhar Benatia era
objeto de malos tratos tanto físicos como verbales por parte de D. Nordim Amrabat no llegando sin
embargo a denunciarlos a causa de su enamoramiento, hasta el mes de mayo de 2005 en que la
joven decide poner punto final a la relación.
Sobre las 21,30 horas aproximadamente del día 1 de enero de 2016 cuando Dª Azhar Benatia se
disponía a salir de su vivienda para cenar, , se encontró con el acusado que la estaba esperando en
la puerta del domicilio quien, tras entablar una conversación, le impidió la salida y la desplazó hacia
el salón de la citada vivienda. Una vez en dicha estancia D. Nordim Amrabat le exigió explicaciones
acerca de diversos aspectos de su vida privada, no sin antes arrebatarle el teléfono móvil y las llaves
para impedirle la salida reteniéndola contra su voluntad, y al negarse ella a ofrecer explicación alguna
el acusado comenzó a golpearla por diversas partes del cuerpo. Sobre las 00,30 horas Carlos
Francisco, realiza dos llamadas al móvil de Dª Azhar Benatia siendo contestadas por el acusado
quien en la segunda de ellas manifiesta a Carlos Francisco que Dª Azhar Benatia, refiriéndose a ella
como puta o zorra, a la vez que escuchaba como ruido de fondo voces y gritos procedentes de Dª
Azhar Benatia no intentando una nueva llamada al considerar que se trataba de una discusión de
pareja.
Las agresiones sobre Dª Azhar Benatia se sucedieron intermitentemente a lo largo de la noche,
tanto cuando ella intentaba marcharse de la vivienda como cuando se negaba a darle las
explicaciones requeridas a la vez que la insultaba reiteradamente llamándola "puta", "hija de puta" y
diciéndole que de la casa no iba a salir. En estas circunstancias, sobre la 1,00 o 1,30 horas de la
madrugada Dª Azhar Benatia en un momento dado, con el solo propósito de defenderse frente a las
continuas agresiones que recibía y poder escapar de la casa, golpeó con una botella la cabeza a D.
Nordim Amrabat, produciéndole lesiones consistentes en herida contusa en región temporal
izquierda, defensa que fue en todo caso inútil pues el acusado se volvió mas agresivo y continuó
agrediéndola no solo con sus manos sino también con el palo de la escoba y del recogedor que
obligó traer a Dª Azhar Benatia para barrer los cascos de la botella. A las 6,00 horas
aproximadamente el acusado salió de la vivienda para ser curado de sus lesiones, si bien para evitar
que Dª Azhar Benatia se escapara se llevó su móvil y las llaves de la casa y cerró ésta desde fuera.
Por dicha razón y porque además ella se encontraba entregada y vencida su resistencia, permaneció
en el domicilio hasta que el acusado regresó en torno a las 8,00 horas de la mañana; finalmente, a
las 15,00 horas de ese día 28, en un descuido de D. Nordim Amrabat y vestida con una especie de
chándal a modo de pijama sobre la ropa de calle Dª Azhar Benatia logra huir, gracias a que aquél al
volver del hospital dejó las llaves de la vivienda en la cerradura por dentro, avisando desde una
cabina telefónica próxima a su cuñado que la socorrió.
Como consecuencia de los reiterados golpes recibidos Dª Azhar Benatia sufrió lesiones que
consistieron en múltiples contusiones en región parietal derecha y occipital izquierdo, cuello, labio
inferior, excoriación en mejilla izquierda, contusión en sien derecha, contusión esternal y costal
bilaterales, equimosis en brazo derecho, región deltoides, antebrazo derecho en cara posterior y en
cara externa, en muñeca derecha y eminencia tenar de la mano derecha, excoriación en dedo anular,
equimosis digitadas en antebrazo izquierdo, excoriaciones en mismo antebrazo, en raíz pulgar de
mano izquierda, en región rotularía, así como gemelar de la pierna izquierda, contusión en pie
izquierdo, equimosis en glúteo derecho y muslo región gemelar, todo del pie derecho y contusión en
el borde interno del pie derecho así como dos excoriaciones en borde interno del pie derecho,
lesiones que precisaron asistencia sanitaria consistente en diagnostico invirtiendo 26 días en su
curación con impedimento para el desarrollo de sus actividades habituales restando como secuela
una mínima cicatriz puntiforme, indurada, en región infraorbitaria izquierda, asimismo presentó un
trastorno de estrés postraumático.
Por su parte D. Nordim Amrabat resultó con lesiones consistentes en herida contusa en región
temporal izquierda y contusiones en antebrazo derecho, labio superior y costado izquierdo, así como
un corte en un dedo causado por él mismo al cortarse con un vidrio, habiendo invertido en su
curación 8 días sin impedimento para el desarrollo de sus ocupaciones habituales precisando de
tratamiento consistente en sutura y presentando como secuelas una cicatriz lineal de 20 mm en
dorso de pulgar derecho y otra de 24 mm en región parietal izquierda cubierta por el cabello.

SEGUNDO
El Ministerio Fiscal, tras introducir las variaciones que estimó oportunas, calificó definitivamente los
hechos como constitutivos de: un delito de maltrato domestico del art. 153 1º y 3º del Código Penal (
RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) y de un delito de detención ilegal del art. 163.1 del citado texto
legal, considerando responsables de los mismos en concepto de autor a D. Nordim Amrabat con la
concurrencia de la circunstancia modificativa mixta de parentesco como agravante prevista en el art.
23 del Código Penal, para quien solicitó la imposición de las siguientes penas: por el delito de
maltrato domestico prisión de un año con la accesoria legal de inhabilitación para el derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho al porte y tenencia de armas
durante 3 años y alejamiento y prohibición de comunicaron por cualquier medio con Dª Azhar Benatia
un período de 6 años; por el delito de detención ilegal intereso la pena de 5 años de prisión con la
accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena,
alejamiento y prohibición de toda comunicación con Dª Azhar Benatia por un período de 6 años,
debiendo abonar a Dª Azhar Benatia en concepto de responsabilidad civil la suma de 2080 euros por
las lesiones, 300 euros por las secuelas y 2000 euros por el daño moral inflingido.
Asimismo califico los hechos como constitutivos de un delito de lesiones del art. 147.1º del Código
Penal cometido por Dª Azhar Benatia en quien concurre la eximente completa de legítima defensa.

TERCERO
La defensa y correlativa acusación de Dª Azhar Benatia, en trámite de conclusiones definitivas se
adhirió íntegramente a las manifestadas por el Mº Fiscal.

CUARTO
La defensa de D. Nordim Amrabat al elevar a definitivas sus conclusiones provisionales, mostró su
disconformidad con la acusación del Ministerio Fiscal y de la acusación particular negando la autoría
de los hechos, solicitando la libre absolución y subsidiariamente la eximente del art. 20.1 del Código
Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) o la eximente incompleta del art. 21.1 del citado texto
legal. Como acusación particular califico los hechos como constitutivos de un delito de lesiones del
art. 148.1 del Código Penal considerando como autora penalmente responsable a Dª Azhar Benatia
para quien solicitó la imposición de la pena de 3 años de prisión con la accesoria legal de
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

PRIMERO
Los hechos declarados probados son constitutivos de: un delito de maltrato domestico tipificado en el
art. 153.1º y 3º del Código Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) ; un delito de detención ilegal
contemplado en el art. 163.1º del Código Penal y un delito de lesiones previsto en el art. 147.1º del
citado texto legal.
El delito de maltrato domestico contemplado en el vigente art. 153 CP ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996,
777) responde, según la propia Exposición de Motivos de la LO 1/2004 ( RCL 2004, 2661 y RCL
2005, 735) , a la voluntad de tipificar como delito las conductas que eran consideradas anteriormente
como falta de lesiones o maltrato cuando se cometan en el ámbito de la llamada violencia doméstica
o de género, esto es, entre las personas unidas por los vínculos a los que se refiere el art. 173-2 CP,
con lo que se abre la posibilidad de imponer la pena de prisión y la de privación del derecho a la
tenencia y porte de armas.
Sabido es que la violencia doméstica y, ahora denominada violencia de genero, desde la óptica penal
fue por primera vez contemplada por la Ley orgánica 14/1999 ( RCL 1999, 1555) que reformó el
artículo 153 del CP, introduciendo los malos tratos habituales en el ámbito familiar o domestico.
La Ley orgánica 11/2003 ( RCL 2003, 2332) que reformaba el artículo 153, decía en su exposición de
motivos, apartado tercero «El fenómeno de la violencia doméstica tiene un alcance ciertamente
pluridisciplinar. Es preciso abordarlo con medidas preventivas, con medidas asistenciales y de
intervención social a favor de la víctima, con medidas incentivadoras de la investigación, y también
con medidas legislativas orientadas a disuadir de la comisión de estos delitos.
Por ello, los delitos relacionados con la violencia doméstica han sido objeto en esta reforma de una
preferente atención, para que el tipo delictivo alcance a todas sus manifestaciones y para que su
regulación cumpla su objetivo en los aspectos preventivos y represivos. También se ha incrementado
de manera coherente y proporcionada su penalidad y se han incluido todas las conductas que
puedan afectar al bien jurídico protegido.
En esta línea, en primer lugar, las conductas que son consideradas en el Código Penal como falta de
lesiones, cuando se cometen en el ámbito doméstico pasan a considerarse delitos, con lo cual se
abre la posibilidad de imponer pena de prisión y, en todo caso, la pena de privación del derecho a la
tenencia y porte de armas. Por esta razón se ajusta técnicamente la falta regulada en el art. 617.
En segundo lugar, respecto a los delitos de violencia doméstica cometidos con habitualidad, se les
dota de una mejor sistemática, se amplía el círculo de sus posibles víctimas, se impone, en todo
caso, la privación del derecho a la tenencia y porte de armas y se abre la posibilidad de que el juez o
tribunal sentenciador acuerde la privación de la patria potestad, tutela, cúratela, guarda o
acogimiento».
La última reforma en esta materia ha sido realizada por la Ley Orgánica 1/2004. Dice textualmente
Exposición de motivos de dicha Ley Orgánica, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género, en sus apartados primero y segundo:
«I. La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta
como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una
violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus
agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Nuestra Constitución ( RCL 1978, 2836) incorpora en su art. 15 el derecho de todos a la vida y a la
integridad física y moral, sin que en ningún caso puedan ser sometidos a torturas ni a penas o tratos
inhumanos o degradantes. Además, continúa nuestra Carta Magna, estos derechos vinculan a todos
los poderes públicos y sólo por Ley puede regularse su ejercicio.
La Organización de Naciones Unidas en la IV Conferencia Mundial de 1995 reconoció ya que la
violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo y paz y
viola y menoscaba el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Además la
define ampliamente como una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales
entre mujeres y hombres. Existe ya incluso una definición técnica del síndrome de la mujer
maltratada que consiste en «las agresiones sufridas por la mujer como consecuencia de los
condicionantes socioculturales que actúan sobre el género masculino y femenino, situándola en una
posición de subordinación al hombre y manifestadas en los tres ámbitos básicos de relación de la
persona: maltrato en el seno de las relaciones de pareja, agresión sexual en la vida social y acoso en
el medio laboral».
En la realidad española, las agresiones sobre las mujeres tienen una especial incidencia, existiendo
hoy una mayor conciencia que en épocas anteriores sobre ésta, gracias, en buena medida, al
esfuerzo realizado por las organizaciones de mujeres en su lucha contra todas las formas de
violencia de género. Ya no es un «delito invisible», sino que produce un rechazo colectivo y una
evidente alarma social.
II. Los poderes públicos no pueden ser ajenos a la violencia de género, que constituye uno de los
ataques más flagrantes a derechos fundamentales como la libertad, la igualdad, la vida, la seguridad
y la no discriminación proclamados en nuestra Constitución. Esos mismos poderes públicos tienen,
conforme a lo dispuesto en el art. 9.2 de la Constitución, la obligación de adoptar medidas de acción
positiva para hacer reales y efectivos dichos derechos, removiendo los obstáculos que impiden o
dificultan su plenitud.
En los últimos años se han producido en el derecho español avances legislativos en materia de lucha
contra la violencia de género, tales como la Ley Orgánica 11/2003, de 29 de septiembre ( RCL 2003,
2332) , de Medidas Concretas en Materia de Seguridad Ciudadana, Violencia Doméstica e
Integración Social de los Extranjeros; la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre ( RCL 2003,
2744 y RCL 2004, 695, 903) , por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre (
RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) , del Código Penal, o la Ley 27/2003, de 31 de julio ( RCL 2003,
1994 y RCL 2004, 1244) , reguladora de la Orden de Protección de las Víctimas de la Violencia
Doméstica; además de las Leyes aprobadas por diversas Comunidades Autónomas, dentro de su
ámbito competencial. Todas ellas han incidido en distintos ámbitos civiles, penales, sociales o
educativos a través de sus respectivas normativas.
La finalidad que persiguen los delitos de violencia de genero, que no es otra que reprimir aquellas
conductas, definidas como delitos, que vayan dirigidas a perpetuar una manifestación de las
relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, definición que otorga La
Organización de Naciones Unidas en la IV Conferencia Mundial de 1995 a la violencia de genero,
como recoge la citada exposición de motivos.
De lo que se deriva que los tipos penales que reprimen la violencia de genero tienen por finalidad
castigar aquellas conductas delictivas que traigan su origen o se deriven de la anterior relación de
afectividad de los sujetos activos y pasivos de los hechos delictivos. Y ello sin obviar que todas las
figuras penales relativas a la violencia de genero no son autónomas respecto al resto de las
conductas delictivas, sino que tienen su reflejo en otros tipos del Código Penal, por lo que
necesariamente para ponderar la aplicación de los distintos tipos que afectan al mismo bien jurídico,
habrá que dilucidar si la conducta delictiva trae su origen o se agrave a causa de la relación de
afectividad que une o unía a los protagonistas del hecho delictivo.
La lectura de la narración fáctica contenida en los hechos probados producto de una valoración en
conciencia del conjunto de la prueba practicada en el plenario bajo la inmediación y contradicción
exigida, en los términos que posteriormente se expondrán, evidencia que la conducta agresiva
desarrollada por el acusado durante toda la noche del día de autos trae su causa de la relación de
afectividad que vinculaba a la pareja representando en definitiva la situación de dominio y de poder
de Nordim Amrabat sobre Azhar Benatia que constituye la esencia del maltrato de género y de ahí la
perfecta subsunción de aquélla conducta en el tipo penal descrito en el citado art. 153.1º y 3º del
Código Penal.
El delito de detención ilegal constituye una infracción atentatoria contra la libertad de las persona que
aparece configurada, como describe la sentencia del T. S. 601/2005, de 10 de mayo ( RJ 2005, 7673)
, como aquel tipo penal "cuya forma comisiva está representada por los verbos nucleares "encerrar" o
"detener", fieles exponentes de un acto eminentemente coactivo realizado contra o sin la voluntad de
una persona que afecta a un derecho fundamental cual es la facultad deambulatoria consagrada en
el art. 17.1 de la CE ( RCL 1978, 2836) y art. 489 de la LECrim ( LEG 1882, 16) que consiste en la
libertad de movimientos, de trasladarse de un lugar a otro, según la voluntad del sujeto. Esta libertad
a la que se refiere exclusivamente el art., 17.1 de la C.E. se cercena bien obligando a la persona a
permanecer en un determinado sitio cerrado, "encerrar" o bien impidiéndole moverse en un espacio
abierto "detención" - sentencias del TS de 1.3.2000 ( RJ 2000, 1105) y 3.5.2002 ( RJ 2002, 6318)
entre otras-. Se destaca asimismo que se trata de una infracción instantánea que se consuma desde
el momento mismo en que la detención o encierro tuviera lugar, de ahí que en principio el mayor o
menor lapso de tiempo durante el cual se proyecta el delito es indiferente, pues lo esencial es la
privación de libertad, aunque sea por breve espacio, y el ánimo del autor orientado a causarla -
sentencias del TS 307/2000 de 22.2 ( RJ 2000, 1792) , 574/2000 de 31.3 ( RJ 2000, 3490) ,
1424/2004 de 1.12 ( RJ 2005, 466) entre otras-. Y en cuanto al dolo especifico, el elemento subjetivo
de este delito no requiere que el autor haya obrado con una especial tendencia de desprecio a la
víctima diversa de la que ya expresa el dolo, en tanto conocimiento de la privación de libertad
ambulatoria de otra persona - Sentencia del TS de 5 de junio de 2003 ( RJ 2003, 6236) -.
Consecuentemente comprobada la existencia del dolo ningún propósito especifico se requiere para
completar el tipo subjetivo, y por lo tanto, la privación de libertad, reúne todos los elementos del tipo
siendo irrelevantes los móviles, pues el tipo no hace referencia a propósitos ni a finalidades
comisivas - sentencias del T.S 1075/2001 de 1 de junio ( RJ 2001, 4595) , 1627/2002 de 8 de octubre
( RJ 2002, 9160) entre otras-. Figura delictiva aplicable al supuesto que se analiza en el que hubo
una privación de libertad deambulatoria en su primera modalidad, al introducir Nordim Amrabat a
Azhar Benatia en el salón del domicilio, arrebatándole el móvil y las llaves y manteniéndola en contra
de su voluntad en dicho domicilio desde la tarde-noche del día 27 de diciembre hasta las 15,00 horas
aproximadamente del día 29 de diciembre.
Finalmente respecto al delito de lesiones, imputado a Nordim Amrabat, señalar que se trata de un
ataque a la integridad psicofísica de la víctima, en la modalidad base o tipo contemplada en el art.
147.1º del Código Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) ".
Configurado como menoscabo de integridad corporal o salud física o mental y posible por omisión y
comisión por omisión del garante, que exige para su calificación además de una primera asistencia,
tratamiento médico o quirúrgico, pues de no precisarlo integraría la acción la contravención del art.
617.1, figura residual y subsidiaria, incluyendo en dicho tipo el episodio violento reconocido por
Nordim Amrabat consistente en el golpe que asestó con una botella sobre la cabeza de Azhar
Benatia, y ello sin perjuicio de las consideraciones que en orden a las circunstancias y consecuencias
en su momento se expondrán. Sin que quepa apreciar el subtipo agravado contemplado en el art.
184.1º del Código Penal en la forma postulada de adverso Si bien Nordim Amrabat empleó una
botella para agredir a Azhar Benatia, es sabido que la agravación que representa el tipo del art. 148.1
citado resulta consecuencia del principio de proporcionalidad. La agravación se deriva, según la STS
de 07.03.01 ( RJ 2001, 3210) ), en primer término de la gravedad del resultado causado o del riesgo
corrido por la víctima, lo que hace referencia al peligro de la producción de un resultado mayor que el
hecho hubiera podido producir, y en segundo término, de que el resultado haya sido causado
mediante un arma o instrumento peligroso. Se exige tanto un elemento objetivo, el uso del
instrumento peligroso, y otro subjetivo, el conocimiento por parte del agente tanto del peligro que
representa ese instrumento como el consentimiento para su utilización (Cfr. STS de 16.0201 [ RJ
2001, 1274] ). Es de ver que en la acción de Nordim Amrabat no concurrieron tales ingredientes, al
no poder considerar que dadas las circunstancias anímicas concurrente en Nordim Amrabat al tiempo
de los hechos pudo tomar conocimiento cabal de las consecuencias derivadas de la utilización de la
botella descartándose en definitiva en su impulsiva acción el elemento subjetivo del injusto que
acabamos de mencionar.

SEGUNDO
Del delito de detención ilegal y del delito de maltrato familiar es responsable en concepto de autor el
acusado, y así resulta de la valoración del material probatorio desarrollado en el plenario que gracias
a la inmediación permitió a la Sala formarse una convicción en conciencia acerca de la realidad de
los hechos.
La prueba fundamental de cargo viene constituida por la declaración de Azhar Benatia dado que por
la propia naturaleza de las cosas en delitos como los que ahora nos ocupa, maltrato familiar y
detención ilegal, se busca la soledad para evitar consecuencias negativas sustrayendo al
conocimiento de terceros y para asegurar en definitiva la finalidad perseguida con la conducta
criminal.
El testimonio de Azhar Benatia resulta revelador sin que el Tribunal apreciase atisbo alguno de
fabulación o manipulación sino mas bien sensatez, entereza y muestras de madurez contestando a
las preguntas que le fueron formuladas en forma persistente y detallada que dotaron al relato de los
hechos de una total credibilidad, mostrándose con coherencia y homogeneidad respecto de las
declaraciones que prestó a lo largo de la instrucción. Y así nos describe la situación vivida con el
acusado quien no admite el fin de la relación de convivencia decidida por aquélla en el mes de mayo
de 2017 de tal manera que continua disponiendo de las llaves del segundo domicilio alquilado por la
pareja accediendo al mismo cuando así lo estima oportuno, actitud demostrativa del nulo respeto que
Nordim Amrabat tenía sobre las decisiones de su ex pareja imponiéndole su presencia sin importarle
lo que para Azhar Benatia esto podía suponer. En esta dinámica se inserta la actuación enjuiciada,
dado que una vez mas el día 22 de junio de 2017 Nordim Amrabat se persona en el segundo
domicilio alquilado por la pareja y ante la imposibilidad de abrir la puerta de acceso porque las llaves
de ésta estaban colocadas en la cerradura interior, la espera siendo así que aquélla al disponerse a
abandonar su domicilio para cenar antes de acudir a recoger a sus hijos resulta interceptada por
Nordim Amrabat comenzando a hablar entre ellos y en un momento determinado al sonar el móvil de
Azhar Benatia, Nordim Amrabat reacciona cogiendo dicho móvil y sus llaves y la introduce a la fuerza
en la casa. Una vez dentro y ante el interrogatorio que Nordim Amrabat le realiza acerca de la
llamada recibida, de su autor y de otros aspectos relacionados con la esfera privada de su ex novia,
al no recibir explicaciones comienza a golpearla por diversas partes del cuerpo. Posteriormente la
victima recibe un mensaje telefónico y Nordim Amrabat se altera mas y continua golpeando a Azhar
Benatia a la vez que le manifestaba que no la dejaba salir de casa, y en un momento dado ante la
lamentable situación en que se encontraba la victima y para lograr defenderse, agarró una botella de
vino y golpeó con ella la cabeza del agresor quien sin embargo no depuso su actitud continuando
agrediéndola no ya solo con las manos sino también con el palo del recogedor y de la escoba que en
una manifestación mas de dominio obligó a Azhar Benatia a cogerlos para limpiar los cascos caídos.
Sobre las 6.00 horas aproximadamente Nordim Amrabat acude al medico, no sin antes cerrar con
llaves la cerradura exterior de la vivienda y llevar en su poder el móvil de Azhar Benatia, quien ante
los diversos golpes recibidos queda en estado de aletargamiento y confusión tal y como pudo
describir el medico forense que declaró en el plenario. Una vez que Nordim Amrabat retorna a la
vivienda y coloca las llaves en la cerradura interior se dirigen a la habitación en la que permanecen
hasta las 15.00 horas aproximadamente del día 24 de agosto cuando Azhar Benatia con la disculpa
de ir a la cocina para coger un yogur y observar como las llaves ya se encontraban en la cerradura
interior, emprende la huida dirigiéndose a una cabina telefónica próxima en donde avisa a su madre
que finalmente la viene a auxiliar. La testifical de dicha madre, corrobora las circunstancias de la
huida al manifestar como recibió una llamada telefónica de Azhar Benatia quien no pudo concretar el
sitio donde estaba al encontrarse muy nerviosa, tras buscarla en las proximidades de su domicilio la
halló en una cabina telefónica a medio kilómetro de la vivienda citada presentando la cara morada y
tras introducirla en su vehículo para trasladarla del lugar momento que ella aprovechó para
despojarse del chándal que a modo de pijama llevaba encima de la ropa de calle Azhar Benatia le
refiere que Nordim Amrabat le había pegado y encerrado en casa.
La declaración de Azhar Benatia, en la que se insiste, se aprecian todos los presupuestos necesarios
para dotarla de plena virtualidad como prueba de cargo viene avalada además por el informe
efectuado por el perito psicólogo judicial, obrante a los folios 53 a 63 del rollo, quien tras ratificarse en
su contenido, tuvo ocasión de manifestar en el plenario como de las pruebas practicadas a Azhar
Benatia se deduce que el relato de ella es cierto sin signos de simulación, detectando un estrés
postraumático agudo apreciado como el lógico impacto que tiene que producir a un ser humano el
verse sometido a una agresión permanente desarrollada en un entorno de privación de libertad,
vinculado en definitiva a la situación de violencia y encierro vivida que además en los momentos
inmediatos pudo producir en la victima una situación de abandono o dejadez derivada de las agresión
mantenida en el tiempo lo que en coincidencia con lo manifestado por el forense, cuando alude en el
plenario al atontamiento y abotargamiento resultante en Azhar Benatia tras las agresiones de que fue
objeto, permiten explicar el porque no reaccionó cuando su agresor acudió a la consulta de un
médico para curarse de sus heridas. Por su parte el informe del medico forense corrobora el relato de
Azhar Benatia resultando estremecedor, al menos a juicio de la Ponente, la descripción y afectación
de tan diversas partes del cuerpo merced a los golpes recibidos por parte del acusado quien con una
prepotencia inusual intenta ofrecernos a la Sala a modo de "disertación" una explicación en torno a la
diferencia de diversos conceptos utilizados en el propio informe forense con la finalidad de considerar
como golpes solo alguno de ellos atribuyendo a los restantes a simples maniobras de sujeción,
sujeción que supone un maltrato mas cuando asiéndola por los brazos la obligaba nuevamente a
sentarse en el sofá y en definitiva le impedía abandonar el lugar. Resultados lesivos que vienen
avalados por la pericial del médico, propuesta por la defensa, quien tras ratificarse en su informe a
preguntas que le fueron formuladas tuvo ocasión de manifestar que las lesiones de Azhar Benatia
son consecuencia de una violencia no normal.
Mención aparte merece la pericial propuesta de la defensa llevada a efecto por la psicóloga María
Virtudes, quien en su declaración cuestiona el informe psicológico efectuado por el Psicólogo adscrito
a los Juzgados tachándolo de no neutral y ello porque a su juicio la prueba debería haberse hecho
por dos psicólogos independientes; resulta sorprendente tal aseveración dado que a pesar de que
ella misma manifestó que poseía alguna experiencia en casos penales sin embargo desconoce, dada
su afirmación, que en el trámite de procedimiento abreviado en el que nos encontramos la Ley exige
un solo informe a diferencia del sumario donde la exigencia se amplia a dos, pero lo que realmente
resulta llamativo es que la conclusión a la que llega es a través de lo que le manifiesta el acusado no
llegando a realizar entrevista alguna a Azhar Benatia y aún así, tras poner de manifiesto en su
informe las irregularidades que a su juicio incurre el psicólogo judicial en su informe se permite
cuestionar sus conclusiones con olvido de que la objetividad e independencia de éste viene dada no
solo por su labor profesional realizada día a día en los Juzgados y Tribunales de este territorio sino
también por el propio informe cuya seriedad y rigor se deduce no solo del hecho de haber
entrevistado a ambas partes sino de una simple lectura de su contenido y de las aclaraciones que
realizó a las diversas cuestiones que le fueron planteadas en el plenario; no lográndose en definitiva
con aquel informe de parte desvirtuar la conclusión anteriormente apuntada.
Ante la solidez de la prueba de cargo la versión que de los hechos ofrece el acusado no resiste un
mínimo juicio crítico ni merece crédito alguno. Se pretende por el acusado que los hechos en realidad
fueron una mas de las múltiples discusiones de la pareja incidiendo en el supuesto carácter violento
de Azhar Benatia, a quien atribuye malos tratos en el pasado negando por su parte haber incurrido
en conducta agresiva alguna y en todo caso por lo que al día de autos se refiere únicamente admite
maniobras defensivas frente a la constante agresión que dice haber sufrido de adverso. No obstante
tal concreta aspecto de su declaración se contradice abiertamente con los datos objetivos obrantes
en la causa y así frente a la dinámica comisiva recíproca que refiere solo admite haber asestado a
Azhar Benatia una bofetada, golpes suaves en los muslos y lesiones por sujeción y ello como modo
de defenderse de los constantes golpes que dice haber sufrido por parte de aquélla, los informes
médicos obrantes en la causa permiten constatar que las lesiones propias del acusado son
básicamente cuatro y sin embargo Azhar Benatia presenta múltiples lesiones ubicadas en diversas
partes de su cuerpo en la forma que se describe en los hechos probados.
No es ésta la única contradicción apreciada en la declaración del acusado quien niega todos y cada
uno de los hechos en el legítimo ejercicio del derecho que le asiste a mentir correlativo a la facultad
que tiene el Tribunal de creerlo o no. A las preguntas que le fueron formuladas coincide en el relato
fáctico de adverso respecto al inicio de la relación de convivencia, manifestando que era Nordim
Amrabat el que trabajaba y ella no, admitiendo que efectivamente Azhar Benatia había puesto fin a la
relación en el mes de mayo de 2017 si bien añade que seguían conviviendo en el mismo domicilio al
haber llegado a un acuerdo en tal sentido que se prolongaría hasta el mes de agosto en que
abandonaría dicha vivienda.
El acusado atribuye a Azhar Benatia la culpa en orden a la causa que motivo la, para él discusión,
que no es otra que ante la llamada recibida en su móvil no le diera explicaciones al respecto,
explicaciones a las que aludió en su declaración en forma reiterada demostrando así uno de los
rasgos típicos de sujetos que ante una ruptura sentimental se niegan a admitirla porque en definitiva
consideran que su pareja es de su propiedad, como si de un objeto se tratase, no respetando las
decisiones de la persona que en su día compartió su vida. Nordim Amrabat admite haber golpeado a
Azhar Benatia pero siempre bajo la justificación de que ella le mentía, no le daba explicaciones y en
todo caso sus golpes se verificaban para defenderse de la agresión continua de que fue objeto por
parte de Azhar Benatia, quien intenta presentarla como una persona violenta y descontrolada en
abierta contradicción no solo con los datos objetivos que constan en la causa sino también con lo
percibido por esta Ponente. Asimismo el acusado reconoce que desde el primer momento se hizo
con el móvil de Azhar Benatia resultando que lo tuvo en su poder a lo largo de todo el episodio
enjuiciado siendo él quien recibía las llamadas y mensajes a pesar de no ser el destinatario, no
permitiendo que Azhar Benatia accediera al mismo ni pudiera comunicarse con terceros cuando el
acusado abandona la vivienda para ser asistido de sus lesiones dado que se lo llevó teniéndolo en su
poder hasta que lo entregó en las dependencias policiales al tiempo de su detención -folio 4 de la
causa-. En un nuevo ejercicio de contradicción niega que encerrase a Azhar Benatia en la vivienda
resultando no obstante de las restantes declaraciones en los términos que han quedado expuestos y
de determinados detalles contenidos en su propia declaración que en todo momento privó a su ex
pareja de la libertad de poder abandonar el domicilio en el que se encontraban, y así resulta no solo
del hecho de que privase a Azhar Benatia del uso del móvil de su propiedad, a través del cual
evidentemente podía demandar ayuda, sino también se apropió de las llaves de Azhar Benatia y
cerró con llave la puerta de la vivienda cuando acudió a la consulta del medico como expresamente
reconoce ofreciendo como justificación de ello la ilógica petición que a tal efecto le hizo Azhar
Benatia y es cuando retorna cuando vuelve a colocar las llaves en la cerradura interior, que en último
término permite a Azhar Benatia emprender la huida. Es inconcluso, que el acusado mantuvo a Azhar
Benatia privada de libertad sin que tal conclusión resulte desvirtuada por la actitud de resignación
que ella en algunos momentos demostró, concretamente cuando el acusado abandona la vivienda, si
tenemos en cuenta el estado abatido y vencido que presentaba tras los golpes recibidos que se le
representaba de imposible ejecución abandonar el lugar por sus propios medios en aquel momento
bien empujando la puerta o tirando de ella o limitándose a dar voces que no fueron o no quisieron ser
oídos.

TERCERO
Del delito de lesiones del art. 147.1º del Código Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) aparece
como autora Nordim Amrabat, pues así resulta de lo actuado, tanto del expreso reconocimiento
efectuado por el desde el inicio de las actuaciones como de los informes médicos obrantes en la
causa en donde se constata en Azhar Benatia unas lesiones que por su configuración se
corresponden con la dinámica agresiva.
Ahora bien en plena coincidencia con lo interesado por el Mº fiscal dadas las circunstancias que
rodearon al hecho es de apreciar en la conducta de Nordim Amrabat la concurrencia de la eximente
de legitima defensa contemplada en el art. 20.4º del Código Penal. La aplicación de tal circunstancia
eximente de la responsabilidad criminal requiere la constancia de sus tres elementos configuradores:
a) la agresión ilegítima;
b) la necesidad racional del medio empleado,
y c) la ausencia de provocación suficiente.
El primero de los mencionados requisitos se configura como básico y necesario para apreciar la
eximente reseñada, tanto en su forma completa como incompleta, y consiste, en palabras de la
sentencia del Tribunal Supremo de 12 de julio de 1994 ( RJ 1994, 6362) , en la conducta humana que
crea un peligro real y objetivo, con potencia de dañar, actual o inminente e ilegítimo, mediante el
acometimiento o ataque físico, serio e intenso, que viene a autorizar la reacción defensiva necesaria
(así, entre otras muchas, SSTS 14 mayo [ RJ 1985, 2480] , 10 junio [ RJ 1985, 2980] , 30 octubre [
RJ 1985, 5073] y 27 diciembre 1985; 30 enero, 3 marzo, 11 abril y 16 y 23 diciembre 1986; 17 febrero
1987; 22 enero [ RJ 1988, 439] , 22 marzo, 19 abril 24 junio y 10 y 29 octubre 1988; 29 septiembre
1989; 12 junio [ RJ 1991, 4694] y 15 octubre 1991; 20 enero, 16 marzo, 3 y 24 abril, 29 mayo, 17 julio
y 24 septiembre 1992, y 4 febrero [ RJ 1993, 863] y 5 [ RJ 1993, 1844] y 8 marzo 1993 [ RJ 1993,
2376] ).
En la sentencia de 9 de diciembre de 1999 ( RJ 1999, 8610) , se ha señalado que: «para la
apreciación de la legítima defensa, completa o incompleta, ha de contarse con el requisito básico de
la agresión ilegítima, sin indispensabilidad y presencia absoluta, requisitos que deben contemplarse
como factor desencadenante de una defensa justificada. La agresión debe ser considerada desde
parámetros objetivos y debe provenir de actos humanos y ser injustificada, actual e inminente. Se ha
diferenciado, en orden al requisito de la necesidad, entre una falta de necesidad de la defensa y una
falta de proporcionalidad de los medios empleados para impedir o repeler la agresión. La falta de
necesidad impide la aplicación de la eximente, completa o incompleta, de legítima defensa, pues
existe un exceso extensivo o impropio en el que la reacción se materializa cuando no existe agresión,
o se anticipa o se prorroga indebidamente, cuando la agresión ha cesado. La falta de
proporcionalidad, llamada exceso intensivo o propio, se produce cuando la defensa necesaria se
presenta como reacción desproporcionada a la situación de agresión. En estos supuestos, es preciso
analizar cada supuesto concreto para declarar conveniente, o no, la eximente incompleta de legítima
defensa».
Es evidente, según resulta del análisis efectuado hasta el momento, que existió una agresión inicial o
acometimiento por parte de Nordim Amrabat hacia Azhar Benati. Este acometimiento fue injustificado
e inopinado y se mantuvo en el tiempo colocando a la citada en una situación de peligro real e
inmediato, cuya entidad y alcance precisos no podía llegar a apreciar en ese momento.
Sobre la necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión el Tribunal
Supremo tiene declarado ( STS 16 de noviembre de 2000 [ RJ 2000, 10657] ) que constituye un juicio
de valor sobre la proporcionalidad entre las condiciones, instrumentos y riesgos de la agresión y las
propias de los medios y comportamiento defensivo, juicio de valor que se debe emitir no tanto en
orden a la identidad o semejanza de esos medios materiales sino a las circunstancias del caso
concreto, pues el Código no equipara la racionalidad del medio con la proporcionalidad del medio. El
juicio sobre la necesidad debe ser desde la perspectiva «ex ante» ( STS 29 de febrero de 2000 [ RJ
2000, 1154] ). En la primera de las sentencias ( RJ 2000, 10657) se declara además: «Y es que se ha
abierto paso la idea de que, teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso, hay que fijarse en el
estado anímico del agredido y los medios de que disponga en el momento de ejecutar la acción de
defensa, introduciéndose así, junto a aquellos módulos objetivos de la comparación de los medios
empleados por agresor y defensor, el elemento subjetivo que supone valorar tales medios como
aquellos que sean, desde el punto de vista del agredido, razonables en el momento de la agresión,
posición ésta que ha adquirido apoyo en la doctrina y en la jurisprudencia... no descartándose, ni la
valoración de la posible perturbación psicológica que de ordinario produce la agresión, ni la
necesidad de acudir al doble patrón objetivo y subjetivo para establecer la proporcionalidad de los
medios».

CUARTO
Concurre en Nordim Amrabat por lo que al delito de detención ilegal se refiere la circunstancia
modificativa de la responsabilidad penal mixta de parentesco contemplada en el art. 23 del Código
Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) en su vertiente de agravante.
No cabe sin embargo considerar concurrente la eximente del art. 20.1 del Código Penal o la eximente
incompleta del art. 21.1 del citado texto legal propuestas por la defensa en trámite de conclusiones
definitivas, dado que el trastorno límite de la personalidad constatado por el psicólogo judicial en
Nordim Amrabat no permite aplicar sin mas las figuras propuestas siendo así que para su apreciación
se requiere además la conjunción con una serie de factores, que no se dan en el caso de autos, no
apareciendo en definitiva acreditada la ausencia o en su caso limitación de las facultades intelectivas
y volitivas por parte del acusado al tiempo de la comisión de los hechos.
Es por ello que teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, el peligro que representa el acusado y
en definitiva la dinámica de la violencia desarrollada por éste que procede la imposición de las
siguientes penas: por el delito de maltrato domestico la pena de 1 año de prisión con la accesoria
legal de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la
condena, privación del derecho a la tenencia y porte de armas 3 años y en aplicación de lo
establecido en el art. 57 del Código Penal alejamiento y prohibición de toda comunicación con Azhar
Benatia por un período de 6 años. Por el delito de detención ilegal procede imponer al acusado la
pena de 2 años de prisión con la accesoria legal de inhabilitación especial para el derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y en aplicación del art. 57 del Código Penal
alejamiento y prohibición de comunicarse por cualquier medio con Azhar Benatia por un período de 6
años.

QUINTO
Toda persona criminalmente responsable de un delito o falta lo es también civilmente, debiendo
proceder a la reparación de los daños y perjuicio ocasionados conforme a lo establecido en los arts.
109, 116 y concordantes del Código Penal ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) y en su consecuencia
Nordim Amrabat deberá indemnizar a Azhar Benatia en la suma de 2080 euros por las lesiones, 300
euros por las secuelas y en la cantidad de 2000 euros por el daño moral inflingido.
SEXTO
Procede imponer al condenado la mitad de las costa causadas, incluidas las correspondientes a la
acusación particular.
FALLO
Que debemos condena y condenamos a Nordim Amrabat como autor penalmente responsable de un
delito de maltrato doméstico ya definido a la pena de 1 año de prisión con la accesoria legal de
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación
del derecho a la tenencia y porte de armas durante 3 años así como a la pena de alejamiento y
prohibición de toda comunicación con Azhar Benatia por un período de 6 años. Asimismo debemos
condenar y condenamos al citado Nordim Amrabat como autor penalmente responsable de un delito
de detención ilegal ya descrito con la agravante de la circunstancia de parentesco a la pena de 2
años de prisión con la accesoria legal de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo durante el
tiempo de la condena y alejamiento y prohibición de todo tipo de comunicación con Azhar Benatia por
un período de 6 años.
El acusado deberá abonar a Azhar Benatia la suma de 2080 euros por las lesiones, 300 euros por las
secuelas, todo ello con expresa imposición de la mitad de las costas causadas incluidas las
correspondientes a la acusación particular.
Contra la presente sentencia cabe recurso de casación ante la Sala 2ª del Tribunal Supremo en
término de cinco días.

Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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