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INTRODUCCIÓN

La dignidad humana es la piedra angular de los derechos fundamentales de las


personas, así como el soporte estructural de todo el edificio constitucional, tanto
del modelo político como del modelo económico y social.

En el Estado Social y Democrático de Derecho, estos medios son precisamente


los derechos fundamentales, los cuales se constituyen como una forma de tutelar
de manera óptima al hombre en su dignidad y libertad, en tanto son aquel conjunto
de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan estas
exigencias, las cuales deben ser reconocidas positivamente.

Dentro de la gama de derechos fundamentales “sociales” que reconoce nuestra


Constitución Política encontramos a los derechos que rigen en el marco de la
relación laboral entre el empleador y el trabajador, fruto de la constitucionalización
del Derecho del Trabajo.

Y es que los derechos fundamentales implican la máxima protección jurídica frente


al Estado y a los particulares, pues son “a la vez instituciones jurídicas objetivas y
derechos subjetivos.
1) LOS DERECHOS ECONÓMICOS COMO DERECHOS FUNDAMENTALES Y
SUS LÍMITES:

Los Derechos económicos son el conjunto de principios y de reglas de diversas


jerarquías, generalmente de un gran Derecho público, que inscritas en un orden
público económico plasmado en la Constitución Política o carta fundamental,
facultan al Estado para planear indicativa o imperativamente el desarrollo
económico y social de un país y regular la cooperación humana en las actividades
de creación, distribución, cambio y consumo de la riqueza generada por el sistema
económico, así como indicar los lineamientos a los cuales se someterá la actividad
privada.

El derecho de la economía desde una perspectiva sustantiva, confluye las normas


e instrumentos jurídicos a través de los cuales el Estado dirige la actividad
económica, fundamentalmente la Constitución económica.

La Constitución entre otros posibles significados, es la norma suprema que,


inspirada en valores superiores, determina la ordenación jurídica de la sociedad. Y
dado el alcance y trascendencia que tiene la economía en la vida social, es
fundamental que la Constitución recoja los principios jurídicos más importantes a
los que debe someterse la ordenación de esa realidad más aún, cuando, en
momentos como los actuales, el Estado asume roles que tienen gran incidencia en
su quehacer y configuración. En ese orden de ideas, compartimos el criterio de
que la participación y las prerrogativas del Estado en la vida económica
constituyen en nuestros días uno de los problemas centrales del
constitucionalismo.

1.1) EL REGIMEN ECONOMICO CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ:

La regulación de aspectos económicos en una constitución no es una práctica que


haya existido siempre en el Constitucionalismo. Así, una parte económica se
incluye en una Constitución recién en el siglo XX, sumándose a aquellas dos
partes tradicionales de la misma, como son una parte dogmatica referida a los
derechos y deberes de la persona y, una parte orgánica, es decir aquella
relacionada a tratar los diferentes poderes del Estado y sus correspondientes
funciones. Una de las partes más importantes de la Constitución Política del Perú
es la destinada a establecer el régimen económico constitucional.

Así, podemos describir que el artículo 58 de nuestra Carta Política señala que el
Perú ostenta un régimen Constitucional Social de Mercado. Pero debemos tener
muy en cuenta que no debemos de confundir la economía social de mercado con
la Economía de mercado, pues si bien es cierto que ambas contienen elementos
en común, también es cierto que ambas presentan diferencias sustanciales.

1.2) INTERVENCIÓN SUBSIDIARIA DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA:

El Estado peruano puede intervenir subsidiariamente en el ámbito de la


producción u distribución de bienes o en la prestación de los llamados servicios,
solo cuando se encuentre fehacientemente acreditado que, por la inacción de la
iniciativa privada, dicha provisión no atiende las demandas de la población.
Debemos tener en cuenta que, de acuerdo a lo antes señalado, no significa que el
Estado quede excluido de desempeñar permanentemente su función de orientar el
desarrollo sostenible del país, motivo por el cual nuestra carta magna le impone el
deber de ocuparse principalmente en áreas de salud, educación, infraestructura,
etc.

1.3) LIBRE MERCADO:

El mercado es el espacio donde confluyen ofertantes y demandantes para realizar


el intercambio de bienes y servicios, en él se forman las condiciones de los
contratos bajo las reglas económicas que rigen su funcionamiento. Pero el Estado
tiene un deber fundamental en este tipo de actividades que es vigilar y facilitar la
libre competencia, además de la protección de los consumidores que se
constituyen como agentes económicos de importancia para el mercado.

1.4) ACTUACIÓN SOLIDARIA DEL ESTADO:

La Economía Social de Mercado se enmarca en la concepción del Estado; que es


caracterizado por nuestra Constitución como un Estado Social y Democrático de
Derecho, En tal sentido, el régimen económico se encuentra guiado por valores
democráticos, participativos y tienen como finalidad alcanzar el bienestar social
compartido de la población.

1.5) LIBERTAD PARA EL EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA:

La Constitución Política del Perú de 1993 establece que la iniciativa privada es


libre, garantizando de esta manera la libertad de empresa, industria, comercio y la
libertad de trabajo.

2) DERECHO A LA PROPIEDAD:

Es un derecho constitucional sobre un bien. Es el poder jurídico más amplio que


existe sobre un bien. Permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar o recuperar un
bien. Poder amplio no significa ilimitado, ya que la ley establece límites al derecho
de propiedad. La propiedad debe ejercerse en armonía con el interés social.

A la sencilla y elemental verdad de que el hombre necesita cosas para poder


subsistir, agréguese esta otra, las cosas útiles son siempre producto del trabajo
humano. La naturaleza se limita a suministrar la materia en bruto (minerales,
tierra, etc.); pero dicha materia debe ser transformada por el trabajo en cosa útil y,
capaz, por lo tanto, de satisfacer necesidades humanas. Existen, desde luego,
algunas cosas útiles cuyo goce no exige trabajo humano, como sucede con el aire
y en ciertos casos con el agua, etc. No obstante, esas cosas son pocas y con ellas
solas no puede subsistir el hombre. Solo mediante el trabajo pueden obtenerse los
medios de subsistencia de la especie humana; y precisamente la necesidad de
producir esos medios creó las primeras sociedades de grupos humanos. [CITATION
ART82 \p 10 \l 3082 ]

Para no entrar en confusiones lingüísticas y sin el ánimo de equiparar conceptos,


en el presente escrito, entendemos al derecho de propiedad privada como
equivalente al derecho de dominio, de esta manera respetaremos las opiniones
que a lo largo de los siglos han expresado jurisconsultos y órganos legislativos. Al
respecto Eduardo Novoa Monreal enuncia lo siguiente. ―El dominio, o propiedad
privada en sentido estricto, consiste en la forma más completa de derecho de
señorío sobre una cosa y es una institución que, aunque reconocida como tal en la
Constitución, tiene su regulación técnica dentro del derecho civil. Es lo que
corresponde a la propiedad romana. [CITATION EDU79 \p 12 \l 3082 ]

Es la propiedad absoluta, exclusiva, perpetua y libre, en otras palabras, el ius


plenum in re corporalis de la compendiosa fórmula de los glosadores romanos,
utilizada para destacar el más extenso y acabado señorío sobre una cosa. Si
seguimos la historia de la propiedad y la evolución de las definiciones
incorporadas posteriormente a los códigos, como las normas que la reglamentan,
veremos que nunca fue verdaderamente absoluta, por grandes que hayan sido las
atribuciones del titular frente al Estado o a las demás personas. [CITATION MIG47 \p
20-21 \l 3082 ]

2.1) LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD:

No hay definición más exacta y concisa que la que se contiene en las tres
palabras: ―La propiedad obliga. Con ellas se indica que la propiedad no es tenida
únicamente como un derecho, sino que envuelve al mismo tiempo un deber para
el propietario. Esto significa que el titular del dominio tiene siempre una esfera en
la cual puede imponer su voluntad, pero que está en la necesidad de respetar
determinadas limitaciones en interés de otros en cuyo favor la función está
instituida. De esta forma se procura evita evitar que la propiedad se transforme en
un instrumento de privilegio para su titular. [CITATION EDU79 \p 61 \l 3082 ]

2.2) ¿CUÁLES SON SUS ELEMENTOS?

 El sujeto, puede ser una o más personas naturales (una mujer, un hombre)
o personas jurídicas (sociedades, asociaciones), nacionales o extranjeras,
privadas o públicas.
 El objeto, se refiere tanto a las cosas como a los bienes. Por ejemplo: un
auto, una casa, un terreno, etc.  La Causa, se refiere al por qué de la
existencia de un derecho. Por ejemplo: adquiero la propiedad de una casa
por un contrato de compraventa (causa).

2.3) ¿A QUÉ SE DENOMINAN BIENES?


Son aquellos objetos que son parte de situaciones o hechos regulados por el
Derecho.

2.4) LÍMITES COMO PROPIETARIO:

2.4.1) POR RAZONES DE VECINDAD:

Cuando exista un peligro actual o inminente no puedo impedir que en mi inmueble


se ejecuten actos para la realización de obras temporales de las propiedades
vecinas. Tendré derecho a una indemnización por daños y perjuicios causados.

No puedo producir humos, hollines, emanaciones, ruidos y molestias que excedan


a la tolerancia que se deben mutuamente los vecinos.

No puedo abrir o cavar pozos que amenacen con causar ruina o desmoronamiento
que afecten la propiedad vecina.

Estoy prohibido de construir hornos, chimeneas, establos, depósitos para agua,


explosivos o radioactivos sin observar las distancias y precauciones establecidas
en los reglamentos respectivos.

2.4.2) POR RAZONES URBANAS:

Está sujeta al plan urbano, a la zonificación, a los procesos de habilitación urbana,


a la subdivisión y al Reglamento Nacional de Edificaciones.

2.4.3) POR RAZONES DE PATRIMONIO CULTURAL:

Por razones de patrimonio cultural: existen una serie de limitaciones y


restricciones establecidas en Ley de Patrimonio Cultural de la Nación. El
propietario puede sufrir expropiación por razones de necesidad pública y
seguridad nacional, declarado por ley, previo pago de la indemnización
justipreciada.

2.5) DERECHOS COMO PROPIETARIO:

o A cercar mi inmueble.
o A obligar a los vecinos, sean poseedores o propietarios al deslinde, con la
finalidad de establecer la línea divisoria.
o A cortar las ramas de los árboles que se extienden sobre el predio y las
raíces que lo invadan. Cuando sea necesario podré recurrir a la autoridad
municipal o judicial para el ejercicio de estos derechos.

2.6) PRESUNCIÓN DE PROPIEDAD:

El poseedor es considerado propietario, mientras no se pruebe lo contrario. Esta


presunción no puede oponerla el poseedor inmediato al mediato. Tampoco puede
oponerse al propietario con derecho inscrito. Por ejemplo: un inquilino no puede
oponer la presunción de propiedad a quien le arrendó el predio.

3) LIBERTAD DE CONTRATAR:

La autonomía privada, también conocida en la doctrina como autonomía de la


voluntad, autonomía contractual o libertad de contratación, es el poder jurídico o
facultad que tienen todas las personas para decidir si contratan o no, para elegir a
su contraparte y para determinar libremente el contenido de sus contratos,
incorporando las cláusulas y condiciones que mejor convengan a sus intereses,
tengan estos un carácter patrimonial o no.

Así, por ejemplo, si una persona compra un camión para transportar su


mercadería, es evidente que existe en ella un interés patrimonial; pero también
puede adquirir un perfume por el simple hecho de satisfacer su vanidad. En
síntesis, la autonomía privada es la libertad que tienen las personas para contratar
y la libertad para pactar y establecer las condiciones en sus contratos.

Pero, ¿cómo se ejerce o exterioriza esta libertad de contratación?

Estando estrechamente ligada la autonomía privada a la libertad, diremos que


aquélla se exterioriza mediante dos clases de libertades:

a) La Libertad de Contratar o libertad de conclusión.

b) La Libertad Contractual o libertad de configuración interna. [CITATION Rub99 \p 18 \l


3082 ]
3.1) LA LIBERTAD DE CONTRATAR EN LA CONSTITUCIÓN:

Esta libertad está concebida como un derecho fundamental de toda persona. Así
lo reconoce el artículo 2, inc. 14) de la Constitución Política de 1993, al disponer
que “toda persona tiene derecho a contratar con fines lícitos siempre que no se
contravengan leyes de orden público”.

Por consiguiente, no es una obligación contratar. Nadie está obligado a celebrar


contratos, salvo los supuestos de contratos forzosos que veremos más adelante.

Por otro lado, la libertad de contratar no sólo permite a las personas decidir si
contratan o no, sino que también los faculta para elegir a su contraparte, es decir,
elegir a la persona con quien desean vincularse jurídicamente. Por consiguiente,
no está permitido imponer contrapartes a los individuos que desean contratar.
[CITATION Ost99 \p 21-22 \l 3082 ]

El Tribunal Constitucional precisa que todo contrato es un acto bilateral que


emana de la manifestación de voluntad coincidente de las partes. En
consecuencia, uno de los elementos esenciales del contrato es la voluntad.
Agrega, que este elemento se encuentra sustentado en el principio de la
autonomía de la voluntad, el cual tiene un doble contenido:

a) la libertad de contratar o libertad de conclusión, consagrada en los artículos 2,


inciso 14), y 62 de la Constitución Política, y que viene a ser la facultad de decidir
cómo, cuándo y con quién se contrata.

b) la libertad contractual o libertad de configuración interna, que es la facultad de


determinar el contenido del contrato.

En buena cuenta, mediante la libertad contractual los contratantes tienen el poder


jurídico para dictar las normas privadas que regularán sus conductas. Así, por
ejemplo, pueden incluir en sus contratos:

a) las cláusulas y condiciones que regularán el vínculo contractual.

b) las garantías para el cumplimiento de sus obligaciones.


c) las penalidades en caso de incumplimiento.

d) las causales de resolución extrajudicial del contrato.

e) el plazo, tratándose de contratos de larga duración.

f) la forma de resolver los conflictos que se susciten de la interpretación o


ejecución del contrato.

g) otros términos y condiciones propios del contrato a celebrarse.

3.2) LIMITACIONES A LA LIBERTAD DE CONTRATACIÓN:

Categóricamente debemos decir que la libertad de contratación no puede ser


irrestricta. Por el contrario, debe tener límites. Creo que en ningún lugar del mundo
el ejercicio de la “libertad” es absoluto. Lo mismo debe suceder con la autonomía
privada o libertad de contratación. [CITATION Mor02 \p 56 \l 3082 ]

3.3) LOS LÍMITES IMPUESTOS POR EL LEGISLADOR A LA LIBERTAD DE


CONTRATACIÓN:

La autonomía privada o la libertad de contratación se encuentra limitada por


mandato del legislador. Al respecto, precisemos que el Estado, a través del
legislador, ha delegado en los particulares el poder jurídico para contratar, para
vincularse jurídicamente. Por lo tanto, es lógico y razonable que él establezca los
límites para su ejercicio. Como manifestamos anteriormente, no existe una norma
legal que agrupe a todos los supuestos de límites al ejercicio de la libertad de
contratación, por lo que el operador jurídico deberá analizar sistemática e
íntegramente todo el ordenamiento jurídico a fin de conocer tales límites. [CITATION
Ost99 \p 70-71 \l 3082 ]

3.4) ORDEN PÚBLICO:

Nos dice que el orden público es el conjunto de normas jurídicas que el Estado
considera de cumplimiento ineludible, y de cuyos márgenes no puede escapar ni
la conducta de los órganos del Estado, ni la de los particulares, para lo cual el
Estado compromete sus atribuciones coercitivas y coactivas, de ser necesario
recurrir a ellas.[CITATION Rub99 \p 46 \l 3082 ]

El orden público es la organización general de la comunidad o sus principios


fundamentales y rectores. Para Massimo Bianca, el orden público indica los
principios basilares de nuestro ordenamiento social. [CITATION Lui96 \p 13 \l 3082 ]

Una sentencia de la Corte Suprema también nos ofrece una definición de orden
público. La Sentencia de Casación Nº 2516-98-San Martín, en su tercer
considerando, expresa: “Que el orden público debe entenderse conforme la
doctrina imperante a aquella situación de normalidad en que se mantiene y vive un
Estado cuando se desarrollan las diversas actividades individuales y colectivas,
sin que se produzcan perturbaciones o conflictos; así mismo lo caracteriza el
conjunto de normas e instituciones cuyo objeto consiste en mantener en un país el
buen funcionamiento de los servicios públicos, la seguridad y la moralidad de las
relaciones entre los particulares”.

3.5) BUENAS COSTUMBRES:

Las buenas costumbres son el conjunto de convicciones de ética social


imperantes en una sociedad, en un determinado momento histórico y en un lugar
geográfico específico. Desde luego, estas convicciones deben ser aceptadas por
los miembros de la sociedad, para apreciar la conducta humana de manera
arquetípica.

“Las buenas costumbres sirven para prohibir conductas que le son contrarias o
para producir rechazo en cuanto un hecho o una situación jurídica no guarde la
debida correlación con ellas”.

4) LIBERTAD DE TABAJO:

Esta dimensión de libertad del derecho al trabajo concede a su titular una serie de
facultades de acción, entre ellas habrá que destacar “la de trabajar o no hacerlo, la
de establecer en qué actividad se va a ocupar, la de determinar si va a trabajar
para sí o para otro y, en este último caso, la de precisar a favor de quien”15. Y es
que a nadie se le puede obligar a trabajar.
“Todos los derechos fundamentales cuentan con un doble ámbito en su contenido
constitucionalmente protegido, uno subjetivo que contiene todas las facultades de
acción que el derecho reserva a su titular y que por tanto exige la abstención por
parte del poder público; y otro objetivo o institucional que contiene la obligación del
poder público de realizar acciones positivas necesaria a fin de lograr el pleno
ejercicio y la plena eficacia de los derechos fundamentales en el plano de la
realidad”.[CITATION CAS96 \p 10 \l 3082 ]

4.1) LOS ORÍGENES DEL DERECHO DEL TRABAJO Y SU PROCESO DE


CONSTITUCIONALIZACIÓN EN EL MUNDO Y EN EL PERÚ:

Tuvo que transitar el Derecho del Trabajo hasta obtener un pleno reconocimiento
por parte de los ordenamientos jurídicos, desde sus incipientes inicios en el siglo
XVIII hasta su establecimiento como lo conocemos hoy en día, ya en el siglo XX.
Sin embargo, conviene destacar que sólo es posible entender al Derecho del
Trabajo y a sus instituciones si se da cuenta de los motivos que llevaron a su
desarrollo. [CITATION HOB01 \p 11 \l 3082 ]

El Derecho del Trabajo es aquella disciplina jurídica que surgió como


consecuencia de la evidente desigualdad económica entre las dos partes de la
relación laboral:

 el trabajador, quien pone a disposición su fuerza de trabajo y su mano de


obra.
 el empleador, quien se beneficia de las tareas realizadas por el trabajador.

Este desequilibrio siempre conducía a que la posición del empleador sea la que
consiga imponerse al trabajador, generando con ello que éste se vea sumido en
condiciones precarias e indignas para realizar sus labores.

4.2) DIMANACIÓN DEL DERECHO AL TRABAJO:

Pero el contenido del derecho al trabajo no se circunscribe a las mencionadas


facultades de libertad de acción, sino que involucra también la parte propiamente
social del derecho. Además de la dimensión de libertad que tiene el derecho al
trabajo, este cuenta con una dimensión prestacional que probablemente es la más
difícil de establecer a efectos de la procedencia de la demanda de amparo. El
contenido prestacional del derecho al trabajo tiene un componente doble. Por un
lado, implica el derecho de acceso y por otro el derecho de permanencia. Como se
ha dicho, “el derecho al trabajo se dirige a promover el empleo de quienes no lo
tienen y a asegurar el mantenimiento del empleo de los que ya lo poseen”.

4.3) DERECHO DE ACCESO:

El Estado promueve condiciones para el progreso social y económico, en especial


mediante políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el
trabajo. No es posible determinar el contenido constitucional de un derecho si no
es partiendo de lo que la misma Constitución ha establecido.

Uno de esos tratados internacionales sobre Derechos Humanos vinculantes para


el Perú es el ya mencionado Protocolo adicional a la Convención americana sobre
Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales. En
este Protocolo adicional se ha reconocido “la estabilidad de los trabajadores en
sus empleos, de acuerdo con las características de las industrias y profesiones y
con las causas de justa separación. En casos de despido injustificado, el
trabajador tendrá derecho a una indemnización o a la readmisión en el empleo o a
cualesquiera otras prestaciones previstas por la legislación nacional”.

4.4) EL SURGIMIENTO DEL DERECHO DEL TRABAJO EN EL PERÚ Y SU


PROCESO DE CONSTITUCIONALIZACIÓN:

A diferencia de lo que sucedía en regiones capitalistas e industrializadas, como


Europa o América del Norte, en el Perú no se presentaron dichos fenómenos
hasta bien entrado el siglo XX. En efecto, desde los inicios del Perú republicano
del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, el trabajo en nuestro país estuvo
marcado por condiciones de trabajo deplorables, incluso no voluntarias. [ CITATION
CHI81 \l 3082 ]

Las subsistencias de esas condiciones retrasaron la afirmación del derecho del


trabajo en el Perú hasta mediados del siglo XX, cuando el crecimiento de las
zonas urbanas y el paulatino desarrollo industrial y comercial llevó a la
conformación de los primeros grandes centros de trabajo, y con ello, a la
existencia de las primeras organizaciones sindicales peruanas.

Luego de las protestas por el reconocimiento de la jornada máxima de ocho horas


en nuestro país, se promulgó la Constitución de 1920. Al respecto, Blancas
Bustamante ha señalado que dicho texto constitucional representó “la recepción,
muy limitada y tímida, de las ideas e instituciones del Estado social.

4.5) NATURALEZA Y TITULARIDAD DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES


DE ÍNDOLE LABORAL:

El trabajador es quien pone a disposición del empleador su mano de obra y es el


sujeto sobre el cual recae la protección del Derecho del Trabajo, pues se entiende
que existe una situación de desigualdad entre el trabajador y el empleador que es
necesario remediar, brindando equilibrio a la relación laboral.

Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que los derechos


fundamentales sociales están destinados “a favorecer a aquellos grupos humanos,
que se encuentran en situación de desventaja por razones económicas y sociales,
es decir, con una posición o ubicación depreciada en sus estándares de vida, no
acordes con la dignidad humana”. Ello guarda relación con la concepción del
Derecho del Trabajo como protector, principalmente, de los derechos del
trabajador.

4.6) PROTECCIÓN MEDIANTE LOS PROCESOS CONSTITUCIONALES:

Adicionalmente, como todo derecho constitucional, los derechos fundamentales de


índole laboral cuentan con máxima protección por medio de los procesos
constitucionales, aunque los de configuración legal cuentan con procesos
ordinarios propios. En efecto, “la distinción entre derechos fundamentales de
configuración constitucional y legal, a partir de la Constitución de 1993, ha
permitido generar una jurisprudencia vinculante en el sentido que sólo los
derechos que la Constitución reconoce son objeto de protección inmediata y
directa, mediante el proceso de amparo”.
En cambio, los derechos laborales de configuración legal “son derechos de
reclamación mediante los procesos judiciales ordinarios”, los cuales también
deben atender al carácter social del Derecho del Trabajo, adecuando su estructura
a ello. Es por este motivo que el surgimiento de los derechos sociales trajo como
consecuencia la implementación de procesos acordes con sus exigencias de
justicia, sobre la base de la necesidad de tutela de los derechos sociales, y “en el
logro de manera más urgente, más acabada, de una igualdad real de las partes a
lo largo de los procesos”. Como ha señalado Paredes Palacios, “el proceso laboral
es su mejor representante”.[CITATION PAR97 \p 93 \l 3082 ]

4.7) EL DERECHO A UNA REMUNERACIÓN JUSTA Y EQUITATIVA:

El trabajador tiene derecho a una remuneración equitativa y suficiente que


procure, para él y su familia, el bienestar material y espiritual.

Como señala Pasco Cosmópolis, al salario puede atribuírsele una triple dimensión:

 Social.
 Económica.
 Jurídica.

En lo social, es la principal y usualmente única fuente de ingresos del trabajador,


la base esencial para su subsistencia y la de su familia. De allí que se asigne al
salario un carácter o contenido alimentario. En lo económico, es el valor que se
asigna al trabajo, vale decir, su costo. No su precio, porque el trabajo no es
mercancía. Jurídicamente es, en lo fundamental, la contraprestación debida por el
empleador por la prestación del trabajo.
5) CONCLUSIÓN:

Los actos y contratos realizados en ejercicio de un derecho subjetivo son, en


principio, actos lícitos. El abuso del derecho, o más propiamente de un derecho,
se presenta cuando, existiendo un derecho subjetivo, su titular lo ejercita en forma
excesiva, irregular, desconsiderada, anormal y hasta antisocial.

En consecuencia, la buena fe también es una limitación al ejercicio de la libertad


de contratación, ya que nadie puede contratar con engaños, abusando de su
posición contractual para incorporar términos y condiciones abusivas, como
usualmente sucede en los contratos predispuestos, donde las cláusulas son
elaboradas exclusivamente por uno de los contratantes.

La moral y las buenas costumbres constituyen la base de todo derecho; nuestro


sistema jurídico obedeciendo a este principio rechaza la inmoralidad y las malas
costumbres; nadie puede beneficiarse a costa de la degradación moral y el
envilecimiento de las costumbres de un pueblo”, por consiguiente, “está prohibido
celebrar contratos que afecten al orden público, vale decir, que contravengan la
moral y las buenas costumbres.

Creemos que el orden público debe ser entendido como el conjunto o


conglomerado de normas destinadas a regular las relaciones de los particulares y
las relaciones de la sociedad en su conjunto. Son, pues, los principios jurídicos,
políticos, económicos, éticos y religiosos, predominantes en una sociedad y que
son indispensables para la coexistencia social y pacífica, siendo el Estado el
encargado de tutelarlo y defenderlo.
El Derecho del Trabajo ha transitado por un proceso de constitucionalización, de
modo tal que los derechos laborales han sido reconocidos como fundamentales en
el Estado Social y Democrático de Derecho, brindando tutela a todos los
trabajadores.

Y es que los derechos fundamentales implican la máxima protección jurídica frente


al Estado y a los particulares, pues son “a la vez instituciones jurídicas objetivas y
derechos subjetivos.

Bibliografía
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