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Cese Colectivo
Cese Colectivo
NOMBRE DE LA ALUMNA
RESUMEN
1) CESE COLECTIVO:
“el cese colectivo por causas económicas o estructurales es una medida para evitar un daño
social mayor, que es la perdida de todo un agente económico generador de empleo”.
2) SINDICATO DE TRABAJADORES:
3) EMPRESA:
4) TRABAJO:
5) DESPIDO:
El Despido es la Resolución del Contrato por la voluntad unilateral del empleador.
6) TRABAJADOR:
al conjunto de actos o hechos que en un determinado ordenamiento dan lugar a una norma,
en virtud de otras normas sobre producción jurídica. De lo dicho, se derivan tres elementos
necesarios para la producción de una norma:
a) poder normativo.
La Constitución de 1993 señala que los sujetos colectivos pueden celebrar un convenio
colectivo de trabajo con fuerza vinculante. Antes de ello, el propio artículo constitucional
reconoce al derecho de negociación colectiva, debiendo el Estado, incluso, fomentarlo.
De esta forma, el poder normativo de los agentes laborales tiene su base en la propia
Constitución e, incluso, se precisa que el Estado sólo fomentará este poder normativo.
La mayoría de los estudiosos del Derecho Laboral otorga naturaleza normativa al convenio
colectivo de trabajo, considerándolo dentro de la estructura jerárquica de la normativa
estatal. Incluso, en el Derecho Constitucional, se reconoce que el convenio colectivo de
trabajo es una norma jurídica que, en términos de Biscaretti, se incardina en el sistema de
fuentes: Esa potestad contractual -del derecho a la negociación colectiva- es, al mismo
tiempo, fuente de normas jurídicas (con eficacia reglamentaria) constitutivas del
ordenamiento estatal.
La convención colectiva tiene fuerza vinculante para las partes que la adoptaron. Obliga a
éstas, a las personas en cuyo nombre se celebró y a quienes les sea aplicable, así como a los
trabajadores que se incorporen con posterioridad a las empresas comprendidas en la misma,
con excepción de quienes ocupan puestos de dirección o desempeñan cargos de confianza.
«El mandato es vinculante no porque el individuo que ordena tenga un poder efectivamente
superior, sino porque está dotado del poder de emanar mandatos de naturaleza vinculante.
Están autorizados y dotados del poder sólo si un ordenamiento normativo, que se supone
vinculante, les confiere aquella facultad, esto es, la competencia para emitir mandatos
vinculantes.[CITATION Han79 \p 31 \l 3082 ]
En efecto, todas las normas que conforman el Derecho de Trabajo están dirigidas en este
sentido, pues dicho principio no sólo sirve para tutelar a los trabajadores a nivel legal, sino
que también es un criterio de orientación genérica que debe evidenciarse en la
interpretación que genere una mayor protección al trabajador. Por lo tanto, el principio
protector constituye. [CITATION Plá \p 31 \l 3082 ]
"la configuración del despido colectivo se funda en las causales objetivas señaladas en la
norma":
Siguiendo con los sujetos integrantes, que permitieron la realidad que hoy afrontamos,
tenemos a la Autoridad Administrativa de Trabajo, encargada de la evaluación de los
requisitos para la permisibilidad del cese colectivo, quien para el caso en particular hizo
poco por no decir nada, así también tenemos a los sindicatos que a la fecha se encuentran
inmersos en conseguir beneficios materiales, y no cumplen en específico su función
verdadera, en muchos casos defienden intereses personales y políticos y así pierden su
horizonte, me permito en este punto recomendar la búsqueda y dinámica de capacitación
con intercambio de percepciones o modelos extranjeros, asimismo el intento de llegar al
conducto parlamentario y en apoyo de figuras parlamentarias para acentuar los acuerdos
aprobados.
Es este rasgo unilateral el que ha ocasionado que se reflexione sobre la diferencia entre las
figuras de “terminación de la relación colectiva de trabajo” y el “despido”. Al respecto,
Cortés Carcelén reflexionó sobre el alcance del término “despido” a fin de determinar si
este abarcaba al “cese colectivo por causas objetivas” y si tenía base constitucional o
infraconstitucional. Así, concluyó que el “despido” está estrictamente vinculado a la
decisión del empleador de extinguir el vínculo laboral, con prescindencia la existencia de
una causa (válida u objetiva) que motive tal decisión; por tanto, la terminación de las
relaciones laborales por causas objetivas son una modalidad de despido. [CITATION Cor00 \p
161 \l 3082 ]
Sin embargo, podríamos afirmar que la “terminación colectiva de los contratos de trabajo”
es una de las especies del género “despido”. Se trata así de un despido colectivo por causas
objetivas, de una “pluralidad de despidos individuales, pero vinculados por su causalidad y
coetaneidad, en cuanto se fundamentan en el mismo motivo y se producen en el mismo
acto. La ‘objetividad’ de la causa en que se fundan deriva del hecho de que esta se
configura en forma independiente y ajena a la voluntad y conducta de los trabajadores, lo
que la diferencia del despido de una pluralidad de trabajadores que han cometido la misma
falta”. [CITATION Bla13 \p 78 \l 3082 ]
“Al respecto, esta Dirección General considera que si bien el número de trabajadores
afectados con el cese colectivo no puede ser mayor al que se señale en el análisis recogido
en la pericia presentada por la parte empleadora, nada impide que desde la fecha de
elaboración de la pericia hasta la fecha en que se inicia el procedimiento administrativo
(con la presentación de la solicitud por parte del empleador), dicho número se reduzca en
virtud de los acuerdos a los que hayan podido llegar las partes, entiéndase, renuncias o
retiros voluntarios, mutuos disensos, acuerdos de reubicación, entre otros. En tal sentido,
dicha diferencia numérica -entre la pericia y la solicitud- no implica necesariamente la
invalidez de la pericia presenta por el empleador.”
La información pertinente exigida en el artículo 48 del TUO de la LPCL debe ser entregada
a los trabajadores afectados con el cese colectivo, de manera previa a las reuniones de
negociación que se puedan entablar con el empleador, con un plazo de anticipación
razonable, de forma tal que la parte trabajadora tenga la oportunidad de informarse
adecuadamente con la documentación otorgada por la parte empleadora. De esta manera se
busca garantizar que la negociación que sigue inmediatamente entre las partes no sea un
mero trámite, sino que estás se hallen realmente en condiciones de poder analizar la
posibilidad de evitar el cese colectivo o reducir sus efectos, así como de discutir sobre las
medidas necesarias para atenuar sus consecuencias.
Con relación al primer aspecto, consideramos que establecer una cantidad mínima de
trabajadores para que se determine la procedencia del cese es importante, en la medida que
ello nos permitirá determinar en qué casos nos encontramos ante un cese colectivo o una
pluralidad de despidos individuales.
Cualquier modificación normativa vinculada a esta etapa deberá considerar tres aspectos: el
primero, vinculado al sujeto legitimado para entablar las negociaciones y para recibir la
información necesaria; segundo, vinculado a la información que debería poner a
disposición el empleador de la mano con una regulación específica que resguarde la
confidencialidad de la información proporcionada; y, el tercero, vinculado a la legalidad y
el impacto de la suscripción los acuerdos de mutuo disenso una vez iniciado el
procedimiento ante la Autoridad Administrativa de Trabajo.
19) CESES COLECTIVOS Y FUERO SINDICAL:
Vivimos en la era de la globalización, donde la competitividad deja poco espacio para las
consideraciones sociales: lo que importa es producir. El rendimiento se mide por
resultados: las personas importan cada vez menos. Las reglas del mercado regulan las
relaciones empresariales y también las laborales.
Vemos que, en las empresas privadas y en las instituciones del Estado, existen grandes
diferencias salariales y muchas veces –especialmente en el sector estatal- el
desconocimiento de los más elementales derechos laborales, como son remuneración
mínima, vacaciones pagadas, jornadas máximas de trabajo, protección de la seguridad
social, remuneración adecuada de las horas extras, etc. La contratación bajo el sistema de
“servicios no personales” o de “contratados” o “por recibo” es precaria y alienta la
corrupción y la mediocridad en los servicios. Hoy en día la mayoría de los peruanos “vive
para trabajar” y no “trabaja para vivir”, quedando cada vez menos tiempo y espacio para la
atención de la familia y para cultivar aficiones culturales, artísticas, etc.
Por otro lado, el despido es el acto unilateral del empleador que pone fin al contrato de
trabajo. La causalidad del despido es importante para determinar si éste lesiona derechos
fundamentales del trabajador. En estos casos, la legislación o la jurisprudencia desconocen
la eficacia del despido.
En los ceses colectivos la iniciativa de poner fin al contrato de trabajo es del empleador,
que debe negociar con los trabajadores esta medida y solicitar la autorización del Ministerio
de Trabajo para proceder a su materialización. Esta autorización no sustituye al empleador
en su decisión de extinguir los contratos de trabajo. La voluntad que pone fin al contrato de
trabajo es la del empleador por tanto, el cese colectivo debe calificarse como un despido
justificado por motivos de funcionamiento de la empresa y que requiere, para su eficacia,
de una autorización administrative.
en el caso en particular es la terminación del vínculo laboral ejercida de forma unilateral sin
motivar ni expresar causa alguna que justifique tal decisión.
Como consecuencia del cese colectivo de los años noventa se sacó ventaja a la situación y
se liquidó extraordinariamente por cese, aprovechándose el estado de necesidad y la
angustia de la trabajadora quien se vio obligada a cambio de recibir un beneficio económico
a suscribir su renuncia voluntaria e irrevocable a su empleo, sometiéndose a las
restricciones de tipo legal que le fueran aplicables en materia de reintegro.
El Colegiado Supremo considero pertinente dejar en claro que todo despido arbitrario
declarado como tal por un juez competente, no origina per se una indemnización por daños
y perjuicios distinta a la prevista en la via laboral, si es que no se establece y acredita la
conducta dañina, agravada por la actitud maliciosa de ex empleador. En este punto
relevante se deja apreciar como hace efecto la protección contra el despido arbitrario en
cuanto a su propia indemnización por dicho despido, toda vez que la ley especial se ha
preocupado por interponer límites.
25) PERÚ:
Así pues, según la historia, el Perú inicio la reforma del mercado laboral hace 20 años, con
miras a combatir el desempleo y fortalecer la formalidad, argumento que ha sido tomado
como justificación a iniciativas desreguladoras, ocurridas en la década de los 90, tales como
el quebrantamiento constitucional y la de disolución del Tribunal de garantías
constitucionales.
"El debate suscitado en torno a la flexibilidad laboral, conlleva a repasar los modelos
europeos de protección social que dan paso a la flexibilidad salvaguardando los derechos de
los ciudadanos; ante ello, nace la figura de flexiseguridad, que no es más que flexibilidad
con seguridad. La flexiseguridad está diseñada para propósitos de gestionamiento en el
empleo contrarrestando las barreras limitantes que perturban el mercado laboral de
transición, ante ello se busca la capacitación permanente que beneficie al empleado a
mantenerse operativo".
Flexibilidad en la gestión del empleo (para la empresa) contra medidas de protección frente
a los perjuicios que ella trae (para los trabajadores y la sociedad en general) a través de los
dispositivos tales como la creación de mercados laborales de transición, la flexibilidad del
tiempo de trabajo para prevenir reducciones de empleo, la formación continua centrada en
la empleabilidad, así como diferentes dispositivos de seguridad básica.
28) CONCLUSIONES:
A partir del procedimiento establecido para el cese colectivo por causas económicas,
tecnológicas, estructurales o análogas es posible apreciar que el ordenamiento tiene como
presupuesto que es necesario que las organizaciones sindicales o los representantes de los
trabajadores sean los interlocutores legitimados para entablar negociaciones con el
empleador con miras a reducir o evitar el cese.
Finalmente, es posible apreciar también que ni la doctrina ni las normas laborales han
abordado suficientemente una teoría a partir de la cual sea posible concluir que el
empleador debe o puede transferir el riesgo del negocio a sus trabajadores y consideramos
que ello resulta importante pues serviría de sustento para determinar qué tipo de protección
debe otorgarse a los trabajadores afectados una vez que se haya determinado la procedencia
del cese.
29) Bibliografía
Alexandro, P. (1984). Lecciones del Derecho Constitucional. Madrid: Civitas.
Rodríguez, P. (1998). Los principios del derecho del trabajo. Buenos Aires: Depalma.