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Prof. Oscar BASTIDAS - DELGADO.

Consultor en Responsabilidad Social y Balance Social de las Empresas.


Economía Social, Cooperativismo, y Diseño Organizacional
Celular: (58-414) 246-1498.

oscarbastidasdelgado@gmail.com
@oscarbastidas25

EL ORGULLO DE SER COOPERATIVISTA.


Existe un binomio poco observable, que ha motivado y mueve el desarrollo de la humanidad en
cualquier sistema económico, por un lado los problemas o necesidades y por el otro la
disposición a enfrentarlos de los afectados. Los problemas pueden clasificarse en individuales y
colectivos, los individuales ameritan esfuerzos de superación por el afectado pero los colectivos
obligan al concurso de varias personas y hasta de empresas y gobiernos dependiendo de su
magnitud como la pobreza, el desempleo, la salud, que se incluyen en los ocho Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), y la inflación e inseguridad que afectan nuestro país.

El proceso entre determinar el problema y superarlo no es lineal, implica actividades con


adelantos y retrocesos así:

Observación del problema ↔ toma de conciencia para enfrentarlo ↔ formulación de una


visión preliminar del cómo ↔ suma de otras personas y recursos ↔ determinación de las
acciones a realizar por los involucrados ↔, puesta en marcha y monitoreo de acciones ↔
determinación de impactos, mediciones y correcciones ↔ reinicio si el problema continúa.

Pero esas acciones como toda actividad humana camina entre los rieles de los valores
acumulados en la vida: Tomar conciencia y actuar en consecuencia: valor de la autoayuda; si el
afectado se percata de que el problema afecta a otros y los convoca: valor de la ayuda mutua; si
se adquieren compromisos recíprocos pues no se trata de actos de caridad: valor del
asociacionismo, éste se inicia con la unión de los afectados con miras a organizar una salida
organizada conjunta con esfuerzos individuales y aportes monetarios y materiales.

Si la salida fuese aportar capital para generar más capital, el siguiente paso sería constituir una
suerte de compañía o sociedad anónima en la que los “socios” decidirían en proporción a lo
aportado. Si fuese de enfrentamiento colectivo del problema la organización sería de entreayuda
y posiblemente de solidaridad, fórmulas mediante las cuales individuos, grupos y poblaciones
enteras, han buscado y logrado soluciones comunes a problemas comunes de variadas
magnitudes y alcance a lo largo del desarrollo de la humanidad. En ellas, las utopías, escritas o
no, entendiéndolas como factibles y referidas a sociedades, han jugado papel orientador
importante1.

1
Ver Henri Desroche. Le projet cooperatif. Editions économie et humanisme. Les editions ouvriéres. París, 1976.
2

01.- LAS ORGANIZACIONES DE LA ECONOMÍA SOCIAL (OESs),

Paul Lambert, estudioso del cooperativismo, resaltó en su libro “ La Doctrina Cooperativa ”, las
asombrosas analogías entre ciertas instituciones de la Antigüedad y de la Edad Media, con las
cooperativas de nuestro tiempo2. Él menciona algunas, quien suscribe agrega otras: las lecherías
comunes en Armenia; las sociedades de arrendamiento de tierra en común en Babilonia; las
confraternidades de sepultura y las de seguros en Grecia y Roma; las de drenajes, riegos y
construcción de diques en Alemania; los ágapes de los primeros cristianos; las organizaciones
agrarias y de trabajo entre los pueblos eslavos; el Mir y el Artel entre los rusos; la zadruga de los
serbios; las "queserías" de los armenios y de los campesinos europeos de Los Alpes, el Jura y
Saboya; y otras de las antiguas sociedades europeas y asiáticas.

También hubo experiencia en el continente americano como el calpulli de los aztecas, de


aprovechamiento colectivo de la tierra para usufructo individual y comunal; los consejos de
ancianos de los nahuas, jefaturados por el pariente mayor que dirigía la organización de la
comunidad; y los "pósitos", suerte de almacenes comunales en los que los indígenas del México
precolombino depositaban sus cosechas en prevención de malas temporadas; a las que pueden
agregarse los ayllus de la cultura inca; las Cajas de Comunidad de la colonización española; las
colonias de los inmigrantes de Norte América con alto carácter religioso; y las cofradías religiosas
en casi todo el continente; y recientemente en expresiones de trabajo asociado como la minka en
Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; el tequio en México; las juntas de los borucas en Costa Rica;
el ayni en la ayuda mutua y recíproca en los países andinos; los ejidos colectivos de México; y el
convite y la manovuelta en Venezuela. Un denominador común de estas experiencias es su
intrascendencia, quedaban reducidas al ámbito de los problemas enfrentados.

Fue como respuesta a las fatales consecuencias del capitalismo que surgieron modalidades
específicas con trascendencia espacial; el Común, la gente en términos coloquiales, constituyó
organizaciones socio-económicas y de autodefensa con bases asociativas como las
asociaciones, cooperativas, y mutuales, iniciándose así la construcción de un sector con rasgos
específicos, que los economistas de principios del Siglo XIX denominaron Economía Social (ES).
Junto a las OESs surgirían otras con propuestas de sociedades alternas como los partidos
socialistas y comunistas, así como los sindicatos para la defensa de los trabajadores.

Desde ese momento y hasta ahora, las OESs se constituirían en canales de luchas socio-
económicas alcanzando niveles nacionales y hasta mundiales, y enfrentarían los problemas del
capitalismo incipiente y de sus posteriores variantes como el capitalismo monopolista y el de
Estado, ambos calificables de salvajes, así como otros sistemas que infructuosamente
pretendieron sustituir al capitalismo como los socialismos reales. Con el tiempo, nuevas
situaciones y coberturas jurídicas harían más complejo el universo de las OESs y las
cooperativas comenzarían a destacarse como la columna vertebral de ellas.
2
Ver Paul Lambert. La Doctrina Cooperativa. Edición fotocopiada. s/f.
3

02. – LA IDENTIDAD COOPERATIVA.

En los cooperativistas existe una conciencia colectiva acompañada de una intuición construida
durante siglos que orienta sus acciones. Una sobredimensión que ha visualizado, sistematizado y
desarrollado rasgos comunes en todos los rincones del planeta al tiempo que permite poner en
marcha experiencias originales sobre problemas concretos. La amplia mayoría de los caminos
cooperativos son inéditos y quienes pretendan colocarles camisas de fuerza como algunos
gobiernos, están condenados al fracaso.

Esa sistematización construyó la Identidad Cooperativa o conjunto de atributos propios de ellas,


tipificados por su lógica de organizaciones constituidas con la responsabilidad social de enfrentar
los problemas de quienes las constituyen sin buscar lucro pues eliminan la intermediación, con
valores y principios, y una estructura organizacional que combina apropiadamente el binomio
Asociación – Empresa con una participación en marcha hacia la autogestión.

Entre ellas destacan las de Trabajo – Asociado que impulsan el autoempleo colectivo y cristalizar
el sueño de todo trabajador: ser propietario de los medios de producción con los que labora y
terminar con la explotación de unos hombres por otros y con sociedades divididas en clases.

03.- UN MOVIMIENTO CON ALCANCE MUNDIAL.

Gracias a la Identidad Cooperativa como común denominador, los cooperativistas podemos


comunicarnos, compartir inquietudes y actividades de manera directa, construyendo un
movimiento con dimensiones locales, regionales, nacionales y, hasta mundiales mediante la
intercooperación y la integración, al punto de constituir el mayor movimiento socioeconómico del
planeta con más de mil millones de asociados. Si se piensa en la familia promedio y los amigos
de los asociados podemos afirmar que el número de “terrícolas” vinculado al cooperativismo
sobrepasa los cuatro mil millones.

¡Qué grande es asociarse a una cooperativa y sentirse parte de un movimiento que se extiende
como red en el mundo!. Si desde un helicóptero viajásemos por el planeta desde el continente
asiático hacia América, veríamos que Asia contiene dos países, China y la India, con más del
50% de los cooperativistas a escala mundial. También veríamos Japón con sus bancos
cooperativos el Norinchukin Bank y los Shinkins Banks, la Japanese Consumers Co-operative
Union (JCCU, 1951) que asocia el 30% su población, y la red mundial más poderosas de
cooperativismo de pesca con más de 350.000 personas y el 70 % del valor total de la producción
nacional, Japón también cuenta con una red cooperativa de salud que agrupa al 15% de la
población, otra tantas de seguros cooperativos, y las de comercialización agrícolas que manejan
un 95 % del arroz.
4
Veríamos Corea del Sur con cooperativas de ahorro y crédito que constituyen el primer sector
financiero con una Tasa de Penetración del 16%; y más acá estaría Israel con sus kibbutzim y los
moshavim, iconos mundiales del cooperativismo comunitario.

En África observaríamos cooperativas financieras, las más abundantes y de mayor tamaño


gracias a esfuerzos como los de la Confederación Africana de Cooperativas de Ahorro y Crédito;
el movimiento de consumo en Botswana o Cabo Verde; las industriales en Tanzania y Argelia; de
artesanos en Etiopía, Nigeria, Zambia; de pescadores en Nigeria, Ghana, y Benin, de vivienda en
Lesotho, Ghana, Tanzania, Kenia, Zambia y Egipto; entre otras.

Ni hablar de Europa con 2 millones de OESs que emplean más de 15 millones de personas para
un7 % del empleo total. Desde el helicóptero se vería Suecia, país de 10 millones de habitantes,
con su Federación Cooperativa Nacional de consumo y gasolina que asocia al 25% de la
población; la Federación Nacional de Cooperativas de Vivienda con cerca de 4.000 cooperativas
agrupadas en 50 asociaciones regionales para unos 600.000 asociados que a promedio familiar
diría que 1.800.000 personas habitan en cooperativas. Resaltaría el Förenings Sparbanken, uno
de los bancos más grandes de Suecia y Dinamarca, y la Cooperativa Arla Foods, la empresa
lechera más grande del continente con productores de Suecia, Dinamarca y Alemania.

En Alemania pudiésemos ver la Federación de Bancos Populares y Bancos Raiffeisen, la red


bancaria más densa de Europa y referencia mundial desde que se fundó en 1972 con la unión de
los dos sistemas cooperativos: el Volksbanken o banco popular urbano fundado por Herman
Schulze-Delizsch, y el Raiffeisenbanken, red de ahorro y crédito rural fundada por F. W.
Raiffeisen en 1864. En ese país todos ,los productores agrícolas, todos, están asociados al
menos a una cooperativa.

En Francia destacarían las de pesca, distribución, transporte, vivienda, y educación; en lo


financiero el Crédit Agricole clasificado en los primeros lugares mundiales del cooperativismo
que, junto a otras cooperativas, capta más del 40% del ahorro del país; en la agricultura tienen
gran presencia las vinícolas y de derivados lácteos, recuérdese que es el país con mayor
variedad y calidad de quesos, y las de producción porcina de La Bretaña, con cuyos asociados el
autor vivió seis meses haciendo una tesis demostrativa de que mediante ellas y sus innovaciones
tecnológicas, productores en situación de pobreza transformaron la región en la más rica región
europea de producción porcina en menos de 20 años.

En España resaltarían las vinícolas y las de producción de naranjas en Valencia; las de clínicas y
salud en Barcelona y Madrid; muchas de trabajo asociado que coexisten con las Sociedades
Anónimas Laborales (SALs) y las Sociedades Agrarias de Transformación (SATs). Se vería el
emblemático Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) fundado en 1958, primer grupo
empresarial del País Vasco y décimo de España, gracia a sus 257 empresas y cooperativas
propiedad de 74.060 cooperativistas que emplea 85.000 trabajadores; el MCC tiene filiales
productivas y delegaciones en 41 países y ventas en más de 150; también 15 centros
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tecnológicos y una universidad de 4.000 alumnos con procesos formativos muy especiales en
emprendimiento colectivo.

Si el helicóptero llegase a USA, la vista presentaría las Créditos Unions o de Ahorro y Crédito con
más de 83 millones de asociados que toca al 25% de la población; si se va al Quebec, la
provincia francófona canadiense, se vería que el 58% de la población participa en el Movimiento
de Cajas Populares Desjardins. Ello sin contar que en ambos países el 50% de sus superficies
están electrificadas gracias a cooperativas, y que las agrícolas son fuertes en lo económico, solo
en Canadá dominan el 60% de la producción de carme, leche y huevos teniendo un porcentaje
superior en pesca y bosques. Solo el estado de NY viven más de un millón de personas en
cooperativas de vivienda

En México observaríamos la Cooperativa Cruz Azul S.C.L. fundada en 1881 con una
consolidación que permite hablar del Núcleo Cooperativo de Cruz Azul conformado por
cooperativas que funcionan con sus propios órganos de gestión; también el sistema de cajas
populares mexicano, reestructurado con apoyos de movimientos como el Raiffeisen alemán y el
Desjardins de Canadá. En Costa Rica un interesante sistema de educación cooperativa, las
cooperativas agrícolas, y las de Salud que atiende exitosamente en clínicas de atención primaria
al 15% de los afiliados a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); la lechera Dos Pinos
que agrupa el 95% pequeños y medianos productores de ganado de leche, unos 1.500
asociados; y Coopesa, cooperativa de trabajo – asociado con alto grado de calificación técnica en
reparación de aviones.

No perdamos de vista las de ahorro y crédito de Puerto Rico, ni a COSVI y Seguros Múltiples
como las de seguros más importantes de este hermano país, tampoco la Camioneros
Cooperativa de Transporte de Carga de derivados de petróleo; muy cerca veríamos Cuba con
sus interesantes cooperativas de Producción Agropecuarias (CPAs), de Créditos y Servicios
(CCSs), ambas modalidades denominadas Cooperativas Campesinas, y las Unidades Básicas de
Producción Cooperativa (UBPCs) llamadas Cooperativas Obreras por su origen; ese trío
administra el 78,25 % de las tierras de ese país en el que aparecen incipientes cooperativas en
actividades no agrícolas.

Bolivia resalta con sus cooperativas mineras y las de servicios públicos: Cotas de teléfonos y
servicios de internet banda ancha y televisión por cable, Saguapac de agua que hace a esa
ciudad poseedora de una de mayor calidad de agua en América Latina; y CRE, de electricidad;
muestras exitosas de cómo una comunidad de 1 453 549 habitantes administra sus propios
servicios. En Uruguay observaríamos las de vivienda de usuarios como gran movimiento social
constructor de la “Ciudad Solidaria” donde todas las viviendas, escuelas, y espacios sociales son
propiedad común de los asociados; también un sector agropecuario que aporta el 90% de la
leche, el 70 % del azúcar, y exporta el 70% del excedente de trigo.
6
En Brasil la Organización de las Cooperativas del Brasil (OCB) agrupa unos 9 millones de
asociados con unas 8.000 cooperativas que operan en 13 sectores económicos con 300.000
empleados; nuestro tour permitiría ver como el 84% del territorio nacional es cubierto por las
Uniones de Médicos (Unimed), mayor sistema cooperativista de salud del mundo, complejo
cooperativo de trabajo asociado, propiedad de 109.000 médicos cooperativistas en 351
cooperativas que atienden 20 millones de usuarios que maneja el 30% de los planes de salud.

No podemos dejar de volar por Argentina y Colombia. En el primero veríamos el Banco


Credicoop Cooperativo Limitado (1979), resultado de la fusión de 44 cajas de crédito
cooperativas de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires; el agrícola que agrupa el 30% de los
productores, y El Hogar Obrero, icono del cooperativismo argentino, fundada el 30 de Julio de
1905. En Colombia observaríamos la Red Financieras de San Gil que
dinamiza más de 200 cooperativas con cerca de 4.000 líderes sociales, 120.000 asociados y
1.000 empleados; y las cooperativas del Norte de Medellín, Boyacá y Caldas. En ese país las
prestadoras de servicios de salud como Coomeva y Saludcoop juegan importante papel.

Nuestro tour terminaría en Venezuela con las interesantes experiencias regionales coordinadas
por la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave) y su servicio funerario, el mayor
del país gracias a sus dieciséis Centrales Cooperativas Regionales (CCRs). Veríamos el servicio
de distribución de gas en la Península de Paraguaná desarrollado por la Central Cooperativa de
Falcòn (Cecofal); la Red de Salud y las Ferias de Consumo desarrolladas por la Central
Cooperativa de Lara (Cecosesola), la primera atiende 220 mil pacientes al año con precios
inferiores entre 50 y 60% a los del mercado, y las Ferias de Consumo, la mayor
organización comunitaria de distribución de bienes alimenticios de Venezuela, venden alimentos
a 71.100 familias con precios menores en un 15 % en víveres y 55 % en hortalizas que el de los
supermercados privados; ellas proporcionaron en el segundo semestre del 2014 un ahorro a sus
usuarios de 559.860.803,55 Bs., es decir 2.815.197,21 dólares3.

Visitaríamos experiencias de base como San José Obrero, de ahorro y crédito en la Península de
Paraguaná que con otras cooperativas y sus 40.000 asociados hace que el 34% de la población
esté cooperativizada; Corandes de servicios múltiples en Mérida con 14.000 asociados;
Bermúdez en Sucre, La Florencia en Táchira, la del Hotel El Paseo y la de Buzos Industriales de
Venezuela en el Zulia, y otras como la Madre Laura, 12 de Octubre, Mujeres al Cemento en el
populoso barrio Petare de Caracas; y otras.

Esas experiencias, y otras no mencionadas por problemas de espacio, se entrelazan gracias a la


integración cooperativa en niveles locales y regionales hasta lograr dimensión mundial mediante
la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), fundada en 1895, organismo cúpula del
cooperativismo, consultor de la ONU, impulsor del reconocimiento de la ONU al cooperativismo al
declarar el 2012 como Año Internacional del Cooperativismo, responsable del dialogo mundial

3
. Calculados al valor de 198,8709 Bs. por dólar según el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) al 11/5/2015.
7
entre cooperativas para formular los valores y principios como bases de la Identidad Cooperativa
y de la Doctrina Cooperativa.

04.- EL ORGULLO DE SER COOPERATIVISTA.

Este corto recorrido permite verificar que las bondades de nuestro movimiento están en todos los
rincones del planeta, no en vano la ONU declaró el 2012 como Año Internacional del
Cooperativismo, y Roberto Rodríguez, expresidente de la ACI, afirmó que las cooperativas:

“han permitido a lo largo de la historia que gente común pueda realizar cosas extraordinarias. Han sido el
medio que ha permitido que ayudándonos unos a otros podamos satisfacer nuestras necesidades
económicas sociales y hasta culturales. Muchas veces, juntos, podemos alcanzar sueños y reconstituir
esperanzas. Sin embargo en esta época de la globalización, algunas personas tienen dificultades para
ver el papel que deben cumplir las cooperativas…”.

Esas experiencias llenas de historias y de trabajo a lo largo de años, con valores y principios,
mostrando que es posible construir un mundo diferente al de los capitalismos salvajes, el
monopólico y el estatista, afirmamos: ¡Nos sentimos orgullosos de ser cooperativista!,

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